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VENEZUELA
Tienen incapacidad natural y legal: Los menores de edad, los mayores de edad
que por causa de enfermedad reversible o irreversible, o que por su estado de
discapacidad, ya sea de carácter físico, sensorial, intelectual, emocional,
mental o varias de ellas a la vez, no puedan gobernarse, obligarse o manifestar
su voluntad, por si mismos o por algún medio que la supla.
La Capacidad:
Concepto de Anulabilidad:
Son anulables los Contratos regulares con vicios leves, que no impiden la
existencia de los elementos esenciales. Si, dicha anulabilidad debe ser
solicitada en sede judicial por la Administración. Sin embargo puede ser
revocado, modificado o sustituido de oficio en sede administrativa si el
interesado:
Hay violencia cuando se emplea fuerza física o amenazas que importen peligro
de perder la vida, la honra, la libertad, la salud o una parte considerable de los
bienes.
El solo temor reverencial, sin que se haya ejercido violencia, no basta para
anular el contrato.
Es por ello que algunos autores deducen que en todo contrato la causa del
mismo sea tan evidente que no requiera de demostración alguna de su
existencia y licitud.
El error de hecho produce la anulabilidad del contrato cuando recae sobre una
cualidad de la cosa o sobre una circunstancia que las partes han considerado
como esenciales, o que deben ser consideradas como tales en atención a la
buena fe y a las condiciones bajo las cuales ha sido concluido el contrato.
Se distingue el dolo incidental del dolo principal, el dolo principal recae sobre la
causa o motivo determinante de la voluntad de los contratantes, esto es,
cuando induce a éstos a celebrar un contrato que de otra manera no hubieran
celebrado.
Las sugestiones, los artificios o medios ilegales, son los medios para obtener el
resultado de inducir a error o mantener a error o mantener en él a una persona.
Este vicio es causa de nulidad relativa del contrato, si el error a que induce o
que es mantenido por el mismo, recae sobre el motivo determinante de la
voluntad del sujeto en su celebración.
Contra el auto que declare la nulidad, las partes podrán interponer recurso de
apelación, dentro de los cinco días siguientes a su notificación.
PARAGUAY
Esta es la razón por la que el Código Civil Paraguayo, dentro del CAPITULO I,
“De los hechos en general”, regulan “el error”, “el dolo” y “la violencia” y dentro
del CAPITULO II, “De los actos jurídicos en general” regula “la simulación y el
fraude”.
ESPAÑA
I. CONCEPTO Y REGULACIÓN
El artículo 6.4 del Código Civil sanciona lo que constituye una técnica de
aplicación de la norma jurídica, que tiene como consecuencia deshacer la
apariencia de protección que un acto recibe de una norma de cobertura, para
someterlo al imperio de aquella que se trató de eludir. A tenor de dicho precepto
los actos realizados al amparo del texto de una norma que persiga un resultado
prohibido por el ordenamiento jurídico, o contrario a él, se considerarán
ejecutados en fraude de ley y no impedirán la debida aplicación de la norma que
se hubiere tratado de eludir.
II. REQUISITOS
El fraude requiere la concurrencia de dos normas: la de "cobertura", que es a la
que se acoge quien intenta el fraude; y la que a través de ésta y en forma
fraudulenta se pretende “eludir", de modo que se reputa fraudulenta la sumisión
a una norma llevada a cabo con el propósito de obtener un resultado prohibido
o contrario al ordenamiento jurídico, la que por dicha razón bien podría ser
designada con el nombre de “norma eludible o soslayable”.
En cuanto a los requisitos que han de reunir los actos para estimar lo son en
fraude de ley, pueden reflejarse del siguiente modo:
Que el acto realizado sea contrario al fin práctico que la norma defraudada
persigue y su pongan en consecuencia su violación efectiva,
Que la norma de cobertura en que el acto pretenda apoyarse no vaya
dirigida, expresa y directamente a protegerlo, bien por no constituir el
supuesto normal, bien por ser el referido acto un medio de vulneración de
otras normas, bien por ir dirigido a perjudicar a otros.
Es claro que no se requiere la intención, o conciencia, o idea dirigida a
burlar la Ley, pero es preciso que la ley en que se ampara el acto
presuntamente fraudulento no le proteja suficientemente y que la
actuación se encamine a la producción de un resultado contrario o
prohibido por una norma tenida como fundamental en la materia, y tal
resultado se manifieste de forma notoria e inequívocamente.
Para que un acto o serie de actor pueda declararse han sido realizados en fraude
de ley, es preciso que quien lo propugna suministre al Juzgador los elementos
de hecho precisos para llevar a su ánimo el convencimiento de que con el
procedimiento empleado se pretendió evitar la actuación de las normas dictadas
para regular otro supuesto, y ello con el objeto de lograr unas veces un fin ilícito
y otras una eficacia legal, distinta a la propia finalidad de la normativa actuada.
III. EFECTOS
El artículo 6.4 del Código Civil sanciona lo que constituye una técnica de
aplicación de la norma jurídica, que tiene como consecuencia deshacer la
apariencia de protección que un acto recibe de una norma de cobertura, para
someterlo al imperio de aquella que se trató de eludir.
A tenor de dicho precepto los actos realizados al amparo del texto de una norma
que persiga un resultado prohibido por el ordenamiento jurídico, o contrario a él,
se considerarán ejecutados en fraude de ley y no impedirán la debida aplicación
de la norma que se hubiere tratado de eludir.
Como resulta del mencionado texto, no sigue el precepto un concepto clásico o
tradicional del fraude (el del llamado fraude intrínseco), que resultaba de la
exclusiva aceptación de una interpretación literal de la norma y llevaba a
entender que un acto que no fuera respetuoso con la letra de aquella era
contrario a la ley, mientras que si la respetaba y violentaba la interpretación legal
resultaba fraudulento.
El artículo 6.4 responde a una visión moderna del fraude de ley, a partir de la
idea de que la interpretación no se detiene en la letra de la norma, sino que ha
de dirigirse a la búsqueda de su voluntad. Conforme a ese planteamiento los
actos jurídicos contrarios al espíritu de la ley, pero respetuosos con su letra no
son fraudulentos, sino contra legem y, como tales, deben ser tratados con la
directa aplicación de la sanción establecida para la infracción.
El régimen del fraude de ley se aplica a aquellos actos, uno o varios, que reciben
la cobertura de alguna norma, aunque sea básica o esté caracterizada por su
generalidad, que los ampara o tolera, bien que de una manera insuficiente por
ser otra su finalidad y que persiguen un resultado prohibido o contrario al
ordenamiento jurídico, considerado como un todo; esto es, un resultado contrario
a cualquiera de las normas que integran el ordenamiento, aunque resulten de
una interpretación sistemática o de los mismos procedimientos de integración.
Precisamente por ello el precepto no sanciona directamente con la nulidad el
acto fraudulento, sino que provoca, como consecuencia inmediata, la aplicación
de la norma que se quiso eludir porque prohibía el resultado perseguido o porque
imponía otro distinto.
V. FRAUDE PROCESAL
DERECHO FRANCÉS
Respecto al derecho francés, basta explicar que, si bien es cierto, fue recogido,
en sus diferentes leyes y códigos, la figura fue prácticamente reducida a un fósil
de museo, solo se menciona ocasionalmente, muy de vez en cuando, como dice
el Dr. Labaure para referirse a temas de derecho romano, sin que fuera un
verdadero uso y aplicación en la institución.