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EL AJUAR DE LA PATRIA

Ensayos críticos sobre Juana Manuela Gorriti


Cristina Iglesia
compiladora

El ajuar de la patria
Ensayos críticos sobre Juana Manuela Gorriti
Diagramación de tapa:
Rubén y Marina Naranjo

Prólogo

El siglo XIX nos apasiona por la distancia y cercanía de sus


enigmas. Quienes estamos en el sur de América convivimos con
su iconografía, con su arquitectura, con sus leyendas, con sus
antinomias no resueltas. Sabemos que todo eso que se mezcla en
el presente es, al mismo tiempo, nuestro pasado.
Esa historia de batallas contra los españoles, de enfrentamien-
tos entre criollos, de exterminio del indio, de represión e incorpo-
ración del inmigrante es tan nuestra como los símbolos de la
modernidad precaria enarbolados sobre las sombras de estos
combates. Heredamos una imagen ensangrentada del pasado.
© 1993 La imagen apuntala la idea de que estas luchas son, quién puede
dudarlo, sólo una cuestión de hombres. Como también lo es la
C.C. 402 representación simbólica o testimonial de esta experiencia en la
1000 Buenos Aires, Argentina escritura.
I.S.B.N. 987–99025–3–X Al mirar hacia atrás, las mujeres quedan al borde de la escena,
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 fuera del campo de batalla, entregando sus joyas para que se
Impreso en la Argentina - Printed in Argentina conviertan en espadas o reuniendo trozos de tela para transfor-

Prólogo 5
marlos en banderas. Escriben, cuando lo hacen, cartas o poemas mente en el presente, ahora, y decide despertar la memoria de
desmañados, mientras los hombres, dueños también del campo mujeres excepcionales de otro tiempo. Despertar la memoria
literario, ponen títulos a los géneros “mayores”, escriben Facundo, desde el presente es un gesto que, en un doble movimiento,
Amalia, Martín Fierro. constituye el pasado, lo transforma en Historia, y al mismo tiempo
lo narra para que exista en el presente. Gorriti trae hacia el
La guerra de las mujeres presente una memoria de mujeres que se incluyen por derecho
En 1891 Juana Manuela Gorriti publica Perfiles, una colección propio en la historia y al hacerlo modifica la mirada de sus
de breves trazos biográficos. La mayor parte de ellos se ocupa de contemporáneos sobre el pasado. La mirada, la frase de Gorriti,
hombres que lograron celebridad por su patriotismo. El libro se incluye a la mujer guerrera y marca la fractura que esa imagen
abre, sin embargo, con el perfil de una mujer guerrera, Juana provoca en el presente: no hay continuidad, no hay serie posible.
Azurduy de Padilla. Esta mujer sigue a su esposo al combate Son ya mujeres de otro tiempo y esta comprobación le da a la frase
contra los españoles “desde la noche de bodas” y se convierte en un tono de advertencia y de lamento.
una de los oficiales más valientes al mando del general Padilla. Juana Azurduy, una mujer que tomó decisiones militares y
Cuando éste muere, Azurduy asume el mando del ejército criollo modificó el curso de los acontecimientos políticos, es un modelo
y llega a obtener por sus méritos, por su valentía, el cargo de difícilmente imitable hacia finales de siglo. Pero su perfil sirve para
coronel, otorgado nada menos que por el general Belgrano. Los entender que hubo, en otro tiempo, otro destino posible para la
datos biográficos de la caudilla están precedidos por una frase de mujer americana, otro circuito que el de las visitas de cortesía y los
Gorriti. bailes de salón, un “culto a la patria” que autorizaba desplaza-
“Util y provechoso es, ahora que la molicie de nuestras mientos y acciones menos convencionales que las que Gorriti
costumbres ha enervado el espíritu de la mujer haciéndola puede presenciar en las mujeres del Buenos Aires frívolo, cosmo-
esclava del hijo sin otro entusiasmo que el de la vanidad, ni polita que observa desde la ventana de su cuarto de hotel.
más culto que el de su propia belleza, bueno y provechoso es, Constituida en ruina y reliquia de ese pasado heroico, es decir,
decimos, despertar la memoria de mujeres excepcionales de convertida en memoria viva de lo que era necesario olvidar en el
otro tiempo; de aquellas que, guiadas por los preceptos de la presente, Gorriti no se resigna a aceptar la inmovilidad y la mudez
Iglesia y por los dictados de su corazón acompañaban al del monumento que las medallas y las condecoraciones tardías
esposo a todas partes, siguiendole en el llano o en la montaña, parecen proponerle. El viaje y la escritura, es decir, el movimiento
por laderas y precipicios, sin otro culto que el de la patria” y la palabra definen la vida de una mujer que ha tomado decisiones
(P, 2). personales riesgosas y que ha incidido en los espacios políticos
y culturales por los que ha transitado. Lo único que no elige es el
La frase condensa, de manera ejemplar, el tránsito de la mujer destierro de su familia que la obliga desde niña a abandonar su
sudamericana desde la escena principal en que se libra la lucha patria. A partir de entonces, todas sus decisiones le pertenecen.
por la patria, al interior muelle y asordinado de las habitaciones, Se casa a los 15 años con Isidoro Belzú, un belicoso capitán
dibuja certeramente la conversión de mujer de combate en mujer mestizo que se convertirá en un caudillo de enorme popularidad
de su casa a lo largo del siglo. Gorriti, testigo de ese conflictivo y llegará a ser presidente de Bolivia, tiene hijas de ese matrimonio,
proceso de reclusión de la mujer en el ámbito doméstico, decide, se separa en medio de rumores de adulterio, tiene amantes, hijos
en el momento en que éste ha llegado a su apogeo, denunciarlo ilegítimos, organiza revueltas y participa en combates. Convierte
con una apelación al pasado heroico. La frase se instala decidida- la enseñanza y la escritura en sus medios de vida y logra ser, antes

6 Prólogo Prólogo 7
de cumplir los cuarenta años, una mujer respetada y exitosa. muerte del novio es un efecto de la guerra pero la corrupción y la
Durante todo ese tiempo viaja con frecuencia por América del Sur violación irrumpen desde el personaje de un sacerdote unitario
y reside alternativamente en Lima, Buenos Aires, La Paz, organi- que se adueña mediante un ardid del cuerpo de la mujer a la que
zando un recorrido que excluye Europa; produce así un modelo de debía proteger. Sarmiento y Mármol no pueden pensar la unión
viaje diferente al de los escritores contemporáneos al instalar a recíprocamente consentida de la mujer y el hombre de los bandos
América como eje y materia de su producción. en pugna y en ellos la violación proviene siempre del lado federal.
Cuando finalmente se queda en Buenos Aires, a los 74 años, Gorriti, en cambio, relata el horror desde el lado de una mujer
retenida por la necesidad de cobrar una pensión que el gobierno federal a la que la guerra y sus confusiones vuelven loca. La loca
le otorga como hija de un guerrero de la independencia –el premio de la guerra, que en Sarmiento será siempre víctima unitaria del
es un castigo: para poder gozarlo tiene que fijar su residencia en ultraje federal, en Gorriti es federal, víctima del ultraje unitario.
la Argentina–, la mujer de otro tiempo que es Gorriti se resiste al Gorriti hace literatura en contra de sus propias convicciones
encierro y a la domesticación: escribe, polemiza, interviene en el políticas, colocándolas, también, en situación de riesgo.
debate cultural. Gorriti es la voz de la locura de la guerra en la literatura
argentina del siglo XIX porque convoca en su escritura a todos los
La loca de la guerra fantasmas de la patria: indios desposeídos, mujeres arrasadas,
Sin duda la mayor audacia de Gorriti consiste en postularse padres e hijos enfrentados a muerte, incestos, adulterios. No hay
como escritora patriota y narrar desde allí la leyenda nacional. familia posible. No hay tregua en su escritura. Su pacto final con
Escribe sobre “cuestiones de hombres” y, al hacerlo, entabla con la modernidad es tramposo porque obliga a repensar el terreno
los escritores una disputa. Toda su obra puede leerse como la inestable sobre el que se construye. En esta marca de inestabili-
voluntad de sostener este desafío. dad reside la mayor eficacia de su producción.
Sarmiento narra en “Ciudadela”, uno de los capítulos del
Facundo, la historia de la principal victoria de la campaña militar El ajuar de la patria
de Quiroga: es el momento de la apoteosis del héroe bárbaro y de Los ensayos compilados bajo este título proponen lecturas
la máxima humillación unitaria. En “La novia del muerto” Gorriti críticas sobre la multifacética escritura de Juana Manuela Gorriti.
reescribe el capítulo del Facundo: Desde el título, todo se ha Graciela Batticuore sugiere que la biografía es el género
movido de lugar. central en la producción de Gorriti, suerte de matriz productiva a
Gorriti narra la historia de la derrota unitaria desde la perspec- partir de la cual se narrará la “novela de la historia”. Josefina Iriarte
tiva de una joven mujer federal que vive apartada, en una quinta y Claudia Torre desgajan las recetas de Cocina ecléctica –una de
de las afueras de Tucumán, porque la ciudad es unitaria. De este las obras menos conocidas de Gorriti– para leer en ellas breves
modo, invierte también la historia de Amalia, una joven mujer, autobiografías de mujeres de toda América y la conjunción de
tucumana y unitaria, que vive apartada en una quinta de las saberes femeninos sobre los hombres y sobre la patria. Francine
afueras de Buenos Aires porque la ciudad es federal. El relato de Masiello propone una mirada sobre los relatos de la escritora
Gorriti abunda en diferencias: por un lado, su escritura de la guerra organizada sobre las contradicciones que generan en ellos las
articula un espacio donde la unión de jóvenes amantes pertene- polaridades ciudadanía y delincuencia, ley y desviación, a través
cientes a bandos enemigos es posible: se trata de un casamiento de la magia, el disfraz y el crimen, a las que presenta como nuevas
secreto, como el de Amalia y Eduardo (protagonistas de la novela formas de representación del ciudadano nacional. Isabel Quinta-
de Mármol), pero esta vez mixto. En “La novia del muerto” la na señala en la polaridad muerte–vida un eje desde el cual Gorriti

8 Prólogo Prólogo 9
escribe la epopeya nacional desde el período de las guerras de Obras de Juana Manuela Gorriti
independencia hasta el momento de la consolidación del estado
moderno. Liliana Zuccotti analiza de qué modo el escenario de la SR Sueños y realidades, Buenos Aires, Imprenta de Mayo,
guerra se yuxtapone al espacio doméstico en las ficciones de la Carlos Casavalle Editor, 1865; 2ª ed. Buenos Aires, La
escritora esbozando un diccionario común para los conflictos Nación, 2 vol., 1909. Las citas corresponden a esta
políticos y familiares. Por mi parte, me ocupo de las tensiones edición.
entre autobiografía y biografía así como de la peculiar manera que
tiene la escritora de plantear la relación entre condición femenina BP Biografía del General Don Dionisio de Puch, París,
y condición de escritora. Imprenta Hispano-Americana de Rouge Hermanos, 1868;
Las autoras compartimos la certeza de que la obra de Gorriti VP 2ª ed. Vida militar y política del General Don Dionisio de
constituye un corpus apasionante y contradictorio desde el cual es Puch, París, Imprenta Hispano-Americana de Rouge
posible volver a leer la literatura argentina del siglo XIX y sus Hermanos, 1869.
relaciones con otras literaturas y formaciones culturales del sur de
América. Los trabajos que reunimos en este libro apuntan, sola- PV Panoramas de la vida, Buenos Aires, Librería e Imprenta
mente, a proponer hipótesis en este sentido y –si la suerte nos de Mayo, 1876.
acompaña– a suscitar nuevas lecturas.
M Misceláneas, Buenos Aires, Imprenta de M. Biedma,
1878.
Cristina Iglesia
Buenos Aires, octubre de 1993
MR El mundo de los recuerdos, Buenos Aires, Félix Lajouane,
1886.

OV Oasis en la vida, Buenos Aires, Félix Lajouane, 1888.

TN La tierra natal, Buenos Aires, Félix Lajouane, 1889.

CE Cocina ecléctica, Buenos Aires, Félix Lajouane, 1890.

P Perfiles, Buenos Aires, Félix Lajouane, 1892.

VL Veladas literarias de Lima 1876-1877, Tomo 1, Buenos


Agradecemos a Julio Schvartzman su lectura estimulante, Aires, Imprenta Europea, 1892.
rigurosa y siempre divertida; a Jeffrey Tobin la productiva mezcla
de saberes antropológicos y culinarios que compartió con noso- LI Lo íntimo, Buenos Aires, Ramón Espasa editor, 1892.
tras; a la Escuela Nº 2 “Juana Manuela Gorriti” de la Municipalidad
de Buenos Aires por facilitarnos el acceso a materiales reserva-
dos de su biblioteca, a Lea Fletcher, que propuso e hizo posible Se cita con las abreviaturas que se indican al inicio de la mención
la publicación de este libro. bibliográfica.

10 Prólogo Obras de Juana Manuela Gorriti 11


La novela de la historia

GracielaBatticuore

El mapa de la República

El destino, por uno de sus caprichos, quiso que desde


la cuna y durante los mejores años de la juventud,
un elemento absorbente, acervo, destructivo,
envolviera mi vida … La política.
J.M.G. (P, 19)

Fragmentaria, retaceada pero recurrente, la historia personal


de Juana Manuela Gorriti se dispersa entre la ficción, los libros de
memoria y las biografías. Decirse en el otro es la política de una
escritura que no puede eludir el relato autobiográfico y debe, no
obstante, conjurar lo íntimo.
La confidencia y el secreto, que marcan la escritura de la mujer
burguesa de su siglo, estarán ausentes incluso del diario íntimo de

La novela de la historia 13
Juana Manuela, que en cambio desplaza su apuesta autobiográ- mapa de la República. Los estados porque él peleó, son hoy los
fica hacia los bordes de otro género, la Historia. Estados de la nación” (VP, 10). Los límites de la patria Salta se
Entre las luchas y conspiraciones que son el escenario cons- desplazan en el relato a los límites de la nación, y la acción de
tante de sus textos, hay dos emergentes seguros: las guerras de Güemes en su provincia se amplifica y se extiende a toda la patria,
la independencia y la guerra civil, donde la historia individual y de trazando así el mapa de la República. La vida de Puch le permitirá
la patria se confunden. a Juana Manuela escribir ese capítulo inaugural, según ella
La biografía del General Don Dionisio de Puch (1868),1 que le silenciado, de la historia argentina.
permite trazar al mismo tiempo el recorrido de una generación, se El ensayo, publicado en París y dirigido tanto al lector europeo
constituye en el sitio más formalizado de la escritura de la Historia. como al americano, intenta inculcar en el lector contemporáneo,
Allí organiza la genealogía patricia: los Gorriti, los Güemes y los pero sobre todo consignar para el historiador futuro, los detalles y
Puch tejen el circuito de parentescos familiares y políticos donde los datos de una “grande obra”, que ha de servir de ejemplo a las
se valida el nombre propio. jóvenes generaciones “para aprender cómo se forma una patria y
La narración intenta inculcar en la memoria popular el culto a cómo se funda una democracia” (VP, 5). Recuperar en lo simbó-
los héroes y recuperar para ellos un lugar de privilegio en la lico los tesoros perdidos de la herencia familiar será, sin lugar a
historia patria. Este reclamo se funda en los derechos de una dudas, el objeto último de esta escritura.
propiedad perdida: la tierra y la fortuna legadas a la patria en
detrimento de los intereses personales. “Para calcular lo que Contar la historia, escribir la leyenda
perdió el General Gorriti consagrándose a la causa de la libertad, En el momento de escribir la saga familiar, el discurso se tiñe
baste saber que el año 1807 pagó seiscientos terneros de diezmo, de atributos magnánimos: la grandeza, la justicia, el coraje, el
y que por invernadas de mulas en sus estancias cuando menos, respeto por la ley y la democracia son algunos de los valores que
recibía seis mil pesos anuales” (LI, 43). Así escribe, en nota al pie se adjudican a esta “generación gloriosa”.
para su diario íntimo, esta heredera que se queja de las “limosnas” Extremar esas virtudes, llevarlas a un grado hiperbólico me-
con las que paga la nación los sacrificios de sus fundadores.2 diante el relato de anécdotas o detalles sirve para trazar la
La fortuna de los Gorriti se quiebra y se despedaza a lo largo excepcionalidad del héroe y su gesta. Es precisamente la eficacia
del proceso de las guerras revolucionarias. Cuando se refiere a ficcional, fantástica, con que se narra la anécdota ejemplarizadora,
ello en Lo íntimo, Juana Manuela trae a la memoria la antigua la que convierte en “epos” el acontecimiento histórico. Si este
vajilla familiar, portadora del escudo de armas, que vendida “pieza discurso incorpora en su constitución el orden de lo maravilloso es
a pieza” sirve para sustentar la vida en el destierro. Recuperar al porque apuesta a preservarse en la memoria popular a través de
menos imaginariamente esos bienes, permite dar prueba, junto lo imaginario. Se trata precisamente de convertir la narración
con la construcción de la genealogía, de la nobleza de los histórica en leyenda y la memoria en culto nacional, entonces
antepasados. “Güemes será contado como los Españoles cuentan a Pelayo”
Se trata entonces de que la nación salde con ellos su deuda: (VP, 11), estará como el resto de los hombres venerados por
la sangre derramada en las luchas por la independencia delimita Gorriti, entre los héroes y los mártires de la historia patria.
una geografía y la fecunda. Las empresas de Güemes, escribe, El año 1832 es clave en la biografía de Dionisio de Puch: marca
“formaron la nación Argentina. El territorio que él recorrió, que él el comienzo de la lucha contra Rosas. El saqueo de las haciendas
regó con su sangre y la de los soldados, ha sido después el y laruina de las fortunas reúnen en el exilio a los revolucionarios
territorio de la patria. Su espada trazó en los campos del honor el que conciben el plan para sublevar el norte de la República. Los

14 La novela de la historia La novela de la historia 15


Gorriti, los Güemes y los Puch dan a los suyos la victoria, pero Historia, a medida que avanza intentará dar prueba de su veraci-
poco tiempo después la política débil de don Cruz Puch hace que dad. La incorporación hacia el final, de epistolarios que recuperan
su poder trastabille y caiga en manos de sus enemigos. secretos de las luchas partidarias, documentos y notas de diarios,
“Aquí comienza una parte de esta historia que parece verdade- busca darle carácter documental al discurso y legitimar su rigor
ramente una leyenda” (VP,18), escribe Juana Manuela al final del histórico.
capítulo IV. En el siguiente se ocupará de narrar el cautiverio de
los Puch en poder de los rosistas. Esta secuencia de la biografía Probar la leyenda
del héroe es importantísima en la configuración del personaje.
Cuando Puch está preso encuentra una manera clandestina de En estas cartas tan generosas se ve su bondad de corazón,
comunicarse con los suyos: escribe en una laja los mensajes que como en las notas de Avellaneda, se ve el sentimiento de
oculta en un lugar secreto de la cárcel. “Manera misteriosa” de justicia que guía toda la vida política del general Puch, y
conspiración apunta Gorriti, que explota el clima novelesco del su amor decidido por la ley y por el derecho.
detalle. J.M.G. (VP, 41)
Pero además, el héroe es capaz de despertar cierta fascina-
ción incluso en el enemigo. Dionisio de Puch logra “seducir” al Prácticamente todas las definiciones que ensaya la biógrafa
sargento Furquez, el encargado de la custodia, que abre de un tiro buscan sustento en las voces autorizadas de otros que legitiman
la cerradura de su celda para que pueda escapar y le entrega al este discurso. Nombres como los de Bedoya, Avellaneda, Urquiza,
general la espada de su superior. La narración del episodio se Lavalle, Güemes, el propio Puch, firman epistolarios y notas de
remata con la imagen final: “El patriota empuñó [la espada] y salió diarios que vienen a rubricar las anécdotas y los juicios de Gorriti,
casi desnudo, con los grillos a los pies, en busca de los tiranos de testimonian la verdad de lo expresado. Se constituyen como
la patria” (VP, 21). “prueba de”, “muestra de”, “para que se vea” y se lea a través de
La grandeza del héroe lo lleva a perdonar la vida de sus ellos el texto de la biógrafa, que al mismo tiempo guía al lector en
enemigos y a salvar a la familia de su propio perseguidor Latorre. su interpretación. Gorriti prologa siempre con la suya propia el
La revolución triunfa en Salta. Dicha en dos líneas, la clemencia documento citado, le atribuye una función específica desde la que
de Puch por la familia de su adversario señala una virtud funda- debe ser abordado, una perspectiva que determina de antemano
mental de la moral patricia. Oportunamente Gorriti caracterizará el la del lector.
procedimiento inverso como el rasgo más degradante en el operar Como hemos señalado, existen dos ediciones de este libro,
de la tiranía. publicadas ambas en París, en 1868 y 1869. La segunda, que reza
La escena misma elegida por la biógrafa para consagrar al en la tapa “corregida y aumentada”, ha modificado el título original:
héroe es extraordinaria en la medida en que construye su gloria la palabra “biografía”, es decir la escritura de una vida, ha sido
sobre el cuerpo casi desnudo del guerrero y no en el esplendor desplazada por la Vida militar y política de Don Dionisio de Puch.
marcial de los trajes públicos y las medallas del general. La Se trata de eludir la mano de la biógrafa, la construcción que
capacidad de seducción sobre el enemigo, la astucia, la imagen implica todo relato, para poner en primer plano la vida misma,
del revolucionario corriendo semidesnudo con los grillos a los pies como si ella se mostrara directamente a los ojos del espectador–
para atrapar a los traidores de su patria trazan este perfil excep- lector en la transparencia de la leyenda que el texto le depara. La
cional del héroe romántico. No obstante, para que el texto pueda “vida” prometida en el título viene, precisamente, a dar mayor
tener, además del candor de la leyenda, la aprobación de la credibilidad a la leyenda.

16 La novela de la historia La novela de la historia 17


En ese desplazamiento consiste básicamente la “correción” Esta es justamente la parte más “aumentada” en la segunda
anunciada, además de que reorganiza el ensayo por capítulos, edición, que para probar lo expuesto, presenta ahora la destreza
resaltando así el orden secuencial del relato que adquiere mayor de Puch “no sólo en las cuestiones civiles, sino en las cuestiones
formalidad. No se corrigen datos, fechas ni episodios; por el religiosas” (VP, 55). Gorriti alerta sobre los “peligros” de la “mucha
contrario, se ratifica lo expresado en la edición original, aumentan- influencia” que ha tenido siempre el clero sobre el pueblo y su
do la segunda con nuevos “documentos” y la interpretación colocación demasiado cercana al gobierno, e inmediatamente
didáctica de Gorriti que afianza la leyenda. Estos documentos denuncia la “honda decadencia del poder verdaderamente moral
pueden ser agrupados en tres series: los que atestiguan hechos de la Iglesia” (VP, 57) en tiempos de la tiranía rosista. El relato
en relación al antes, al durante y al después de la gobernación del permitirá ver la audacia del gobernador para “desbaratar las
general Puch. maquinaciones” (VP, 58) de los ociosos franciscanos del conven-
Las primeras cartas con las que se abre este apéndice testimo- to de Salta que finalmente se verán obligados a abandonarlo, y
nial sirven “como un ejemplo de la moderación” del general en el trasladar su poder a un grupo de misioneros recién llegados a la
proceso revolucionario (VP, 34). Mientras que las cartas del Sr. provincia para realizar la eficaz tarea de “evangelizar el desierto”
Elías Bedoya, agregadas en la segunda edición, exhortan a Puch (VP, 59). Como prueba de verdad, Gorriti incluye esta vez una
a asesinar a los enemigos que tiene en su poder, sus respuestas “copia literal” de un impreso de la época, donde Francisco Peñalva,
“dan muestra –en lectura interpretativa de Gorriti– de su puritanismo “un honrado artesano, hombre de color de esta capital” (VP, 60)
político” (VP, 35). elogia al gobernador “con todo el calor y toda la emoción” (VP, 59).
Se incluyen también aquéllas que prueban el desinterés perso- El rasgo que hace virtuosa la proeza del héroe es que su causa
nal y la entrega sacrificada al bien de la patria. La falta de ambición es una empresa de familia: hombres, pero también mujeres e hijos
de poder hace que Puch abandone el gobierno cada vez que la están comprometidos en ella y participan a su modo en la lucha.
paz está asegurada para la provincia y que retorne a él cuando el La propiedad común es “saqueada”, “arrasada”, “confiscada”, y
deber lo llama. “Una prueba incontrastable de tal verdad vamos a con ella el bien simbólico del nombre. Por lo tanto, la familia, que
dar en los documentos que siguen a continuación” (VP, 43) explica está presente generalmente en el discurso del patriciado, se
Gorriti antes de la carta donde Puch expresa su renuncia irrevo- expresa también aquí en el texto de la biógrafa y de Puch: “Desde
cable al cargo, habiendo cumplido ya su misión en 1841. La carta que se pronunció en las provincias Argentinas el grito de Indepen-
se agrega a la nueva edición junto a las felicitaciones de Salvador dencia, mi familia se hizo notar por su entusiasmo patriótico” (VP,
María del Carril, Bernabé López y Santiago Derqui, que vienen a 47), afirma el general en una de las cartas.
engrosar las de Urquiza, única muestra en la edición original. Pero Este será por lo tanto el blanco de la invectiva rosista y también
la zona más interesante del apéndice es la que testimonia el el objeto de denuncia más contundente en el ensayo de Gorriti,
período de gobernación del general. Es allí donde el texto de la que lo narra en un texto exasperado y de un calor casi panfletario.
biógrafa exhibe las páginas más exaltadas. Se trata de narrar los El foco más eficaz de esta denuncia es el cuerpo violentado de la
estragos que ha dejado el dictador, “el robo, el incendio, el pillaje mujer: “El honor de las mujeres y la santidad de las familias, no
y la confiscación de bienes” (VP, 52) y al mismo tiempo poner de estaban libres de sus asechanzas. Había llevado la infamia hasta
relieve la labor de saneamiento llevada a cabo por el héroe. Puch prostituir los sentimientos más sagrados del corazón; y la cruel-
sabe “limpiar” esa atmósfera generada por la dictadura, y “mora- dad, hasta matar mujeres en cinta, echando el agua de bautismo
lizar a los gobernantes y a los gobernados” (VP, 53) , devolver a á sus fetos sobre el vientre de sus infelices madres” (VP, 53). El
Salta la virtud y la “civilización” que había arrasado la barbarie. fragmento roza los textos de ficción, puede leerse desde ya, en

18 La novela de la historia La novela de la historia 19


contigüidad con Camila O’ Gorman, pero también con muchos Puch.
otros de sus relatos donde el cuerpo de la mujer se constituye Al principio y al final de la producción literaria de Gorriti, la Vida
como el lugar donde se consuma el delito. de Puch y Perfiles tienen no obstante un soporte común: colocar
Por último, la zona del ensayo que se corresponde con el final a los héroes en un lugar central, ensalzar la acción y la gloria de
de la gobernación del general incluye, además de los reiterados los menos conocidos y los olvidados, proporcionar datos, esce-
pedidos para que éste permanezca en el poder, una carta de nas, anécdotas, detalles que permitan evocar al héroe en una
Güemes en la que expresa su gratitud por los favores realizados pose ideal y prueben su participación excepcional en la Historia.
por aquél a la provincia de Salta. Un héroe confirma al otro y Por eso los perfiles estarán organizados siempre alrededor del
corrobora así la narración de la biógrafa. concepto “patria”, desde allí intentarán rescatar la actuación del
Los últimos días de Puch transcurren en París. Incluso lejos de hombre o la mujer en cuestión. Es su faz “patriota” la que puede
Salta el texto sigue dando pruebas de las dádivas del héroe; salvarlos del olvido y asegurarles perpetuidad. La Historia debe
“desde allí” no olvida a la patria, “dona”, “reparte”, “prodiga bene- constituirse en un “panteón de héroes”. Así, por ejemplo, hombres
ficios”, “perdona injurias”, muestra una vez más su “magnanimi- como Estrada o Palma serán retratados por sus posiciones
dad”. Así lo prueba en nota al pie el artículo extraído de La Tribuna políticas, no por su faceta literaria. Del último se rescata su
de Buenos Aires, 25 de diciembre de 1866, que agradece al actuación frente a la guerra con Chile y la manera en que se ve
general los 800 pesos fuertes en metálico que ha donado para la afectada por ello su vida personal. El es el encargado de reorga-
provincia de Salta (VP, 68). Aquí termina el relato de vida, aunque nizar la Biblioteca Nacional de Lima luego del saqueo chileno. En
el texto se toma algunas páginas más para “resumirla” de modo esa labor puede leerse su “patriotismo exaltado”.
“que resulte de ella una verdadera enseñanza” (VP, 69). Con afán Juana Azurduy de Padilla inaugura la serie de perfiles. Podría-
pedagógico, dos líneas sintetizan la lección final: “Salta fue con mos decir que el suyo se escribe contra lo que podría ser el
Güemes el baluarte de la independencia contra España; fue con modelo de una biografía femenina del siglo XIX: la maternidad y
los Puch el baluarte de la libertad contra Rosas” (VP, 69). la belleza por sí solas son consideradas como un disvalor. No la
debilidad, sino por el contrario, el espíritu combativo de la mujer
La apoteosis del héroe que acompaña al esposo en la lucha y la causa, y a la hora de su
muerte es capaz de tomar las armas y conducir el ejército,
Para juzgar de la magnitud y resplandor de conforman lo sustancial de la biografía. El valor está puesto aquí
un astro, basta conocer una de sus faces. en el rol y la trascendencia pública de su destino, y no en la vida
J.M.G. (P, 1) doméstica. Ella hará notar que “más tarde a los que sobrevivieron
a aquéllos mortíferos combates, la Patria los hizo Generales y
En 1891 se publica Perfiles. Demorado para terminar Cocina Mariscales” (P, 5). Ningún título, en cambio, para Azurduy. Gorriti
ecléctica y escrito simultáneamente con Lo íntimo, se trata de uno conjura el olvido y hace su apuesta, incluyéndola, con Mitre,
de los últimos textos de Gorriti.3 Suerte de testamento propio y de Güemes y otros, en la serie de sus perfiles.
legado, el índice de Perfiles traza el recorrido de su patria El propósito de este libro, como el de la biografía de Puch, es
personal: Argentina, Perú y Bolivia son los puntos cardinales, la “restituir” el honor a los héroes, y los héroes a sus patrias, reparar
tierra natal y las conquistadas. Los nombres que lo componen los errores, escribir contra el olvido “en tanto que llegue el día en
permiten engrosar los de la herencia familiar, completar hacia el que la pluma del biógrafo consigne en el libro de la historia los
final de la vida el mapa político que había trazado la biografía de hechos de nuestros ilustres próceres” (P, 74).

20 La novela de la historia La novela de la historia 21


Pero ¿cómo se construye la figura del héroe? ¿Mediante qué La Vida de Puch bosqueja el campo de ficciones que se
retórica la narración transforma en epopeya los acontecimientos escriben de inmediato en Sueños y realidades: los escenarios, el
que él protagoniza? Güemes puede aparecer en un tomo de héroe y el villano son los mismos; los cuentos se recortan
ficciones, Sueños y realidades, o en los textos más decididamente reiteradamente sobre los perfiles de Güemes y de Rosas.
históricos. La imagen en la que Gorriti decide fijarlo pertenece a un La leyenda del héroe, el hecho histórico y la memoria personal
recuerdo infantil. Ella juega en el campo y lo ve llegar montado a se desplazan también a la ficción, que se constituye en escenario
caballo: “Vestía un elegante dorman azul con pantalón mameluco de la representación histórica. Los cuentos dibujan un modelo de
del mismo color; y una graciosa gorra de cuartel, ondulaba la escritura que intentarán imitar las admiradoras, discípulos y
flotante manga sobre su hombro; y al cinto, pendiente de largos seguidores de los salones de Lima a Buenos Aires.4
tiros galoneados, una espada fina y corva, semejante a un Con los años, esta práctica se teoriza y se ofrece a los nuevos
alfange, brillaba a los rayos del sol, como orgullosa de pertenecer escritores como programa que tiene en la mira un objetivo político
a tan hermoso dueño” (P, 13). cultural: difundir la historia y la geografía americana. Para ello
El héroe se presenta como una “brillante aparición” que la delimita el campo de escritura: promueve la novela, “género de
conmueve. La niña llora a gritos y la tía que acude a consolarla literatura apenas ensayado en estas sociedades donde no obs-
vaticina una desgracia: lee en ese llanto el porvenir funesto del tante su poca difusión, cuenta con distinguidos autores, recibirá un
general. La profecía se cumple: Güemes muere a los pocos días decidido impulso en La Alborada del Plata, porque entendemos
a mano de traidores. El clima fantástico está creado, la escena se que es la forma que mayor interés ofrece a la generalidad y
congela con la imagen fascinante del héroe hermoso y muerto; allí también un medio fácil y poderoso de difundir en el pueblo la
el tiempo se detiene y cuando la narración se reanuda han pasado historia y la geografía descriptiva” (La Alborada del Plata, Nº 1,
dos años. La nueva escena sella y corona la anterior: es el noviembre de 1877). Por si cabe duda de que el programa se calca
momento del sepelio y la ceremonia fúnebre donde se rinden los sobre la producción de la escritora, Gorriti es consagrada por la
honores al héroe. Los amigos, el “gobernador y su séquito […] crítica –puede leerse así incluso hasta Rojas– como “precursora”
seguido de las masas populares” (P, 17) están presentes. La del género en América. Los cuentos son leídos en lugar de la
procesión monta un verdadero “espectáculo” e imprime en el novela ausente.
lector, como los brillos del vestido, una escena grandiosa. Algunos años más tarde, reflexionando en su diario, volverá
La muerte es la escena elegida para trazar el perfil de los sobre el tema superponiendo otra impronta genérica, ahora sexual,
grandes héroes; Belzú para la historia de Bolivia, Grau para la a la literaria. Escribe en Lo íntimo: “el género más agradable de
peruana, Güemes para la historia argentina. Ese es el momento manejar, en literatura para un mujer, es la novela” (LI, 117). El
de su “apoteosis”: “su muerte fue uno de sus más brillantes discurso científico y religioso del siglo XIX condena la novela, al
triunfos” (P, 65) escribirá Gorriti para interpretar la de Grau. Si la tiempo que recomienda a las jovencitas la incursión en la literatura
escena se escribe y se repite en los textos de ensayo y de ficción infantil. Privilegiar entonces para ellas el género implica un desafío
será para enfatizar el mito y reclamar para él una veneración y un riesgo del que Gorriti es consciente, de modo que recomienda
religiosa: “Y la provincia de Salta cuenta a Güemes entre sus al mismo tiempo moderación. En correspondencia con su amiga,
héroes y entre sus mártires, y le presta un culto que la historia con la escritora peruana Mercedes Cabello, Juana le aconseja “no
su severa justicia, elevará a culto nacional” (VP, 11). herir suceptibilidades; lisongear, mentir en ese sentido; derramar
miel por todas partes: ni una sola gota de hiel, que se torna para
La novela de la historia quién la vierte veneno mortal” (LI, 103).

22 La novela de la historia La novela de la historia 23


Cuando lee la novela Blanca Sol de Mercedes Cabello, advier- tico”.
te el riesgo que corre la autora: “es indigna de la pluma de El verdadero leit motiv, en éste como en todos los textos de
cualquier mujer”, escribe en Lo íntimo en marzo de 1889, y luego Gorriti, es la guerra, que confunde y mezcla, y teje amores
de la publicación de Las consecuencias, agrega: “en él más que prohibidos: convierte a los hermanos en amantes, enfrenta a los
en Blanca Sol apalea al mundo entero. Y no así como se quiera, padres con los hijos, las mujeres se enamoran del adversario
sino con más valor aún que Zolá […] ¡Qué levantamiento de faldas político y en todos los casos, abre “lagos de sangre” irreparables.
á las señoronas de las sociedades piadosas! ¡Qué azotainas á los La historia de amor es en este caso el pretexto para escribir otro
clérigos! Después de Blanca Sol yo le advertí que tuviera cuidado capítulo histórico, cuyo verdadero protagonista en la vida real es
con las represalias. Un hombre puede decir cuánto le dicte la Quiroga, la sombra que recorre el relato. Los nombre de Paz,
justicia: el chubasco que le devuelvan caerá a sus pies sin herirlo. Alvarado, La Madrid, completan el cuadro que narra la invasión del
No así una mujer, a quien se puede herir de muerte con una Tigre de los Llanos a Tucumán y el fracaso de los unitarios, el
palabra…aunque ésta sea mentira” (LI, 126). La sentencia de episodio elegido esta vez. “La historia ha consignado en sangrien-
Gorriti resulta profética: su amiga es objeto de las críticas más tas páginas esta funesta jornada que segó a la mitad de una
despiadadas después de la publicación de las novelas. Como generación, arrojando a la otra a los honores del destierro” (“La
señala Luis Alberto Sánches, “Pedro Paz Soldán y Unanue, el novia…”, SR, 245), reflexiona la autora en mitad del relato. El
implacable Juan de Arona, la hizo objeto de uno de sus chispazos cuento se escribe en el revés de trama de la Historia, archiva el
más groseros y torpes y más crueles”.5 Como muchas de las episodio poniendo como protagonistas en la ficción a las mujeres.
protagonistas de las ficciones de Gorriti que desafían la conducta Desde ellas se lee la historia, como en el cuerpo de Camila
impuesta a las mujeres por el canon político y cultural de su época, O’Gorman –que le da título a uno de los Perfiles divinos– pueden
Mercedes enloquece y termina sus días recluida en un hospicio de leerse los estragos del dictador. Las mujeres son siempre “herma-
Lima, “El Cercado”. nas”, “hijas”, “amantes” de guerreros de la independencia o
“La novia del muerto” pone en escena, precisamente, el riesgo partidarios y adversarios de Rosas.
que asume la mujer al escribir o leer novelas. Allí, Vital, la La biografía es el centro medular de la escritura de Gorriti, el
protagonista, se enamora de un opositor a la ley oficial y la del lugar donde se ensaya la novela de la Historia. Si allí se erige la
padre –es hija de un montonero federal–. La tía, que hace días la figura del héroe que prueba su virtud en el campo de batalla, en
encuentra extraña, atribuye su rareza a la manía de leer novelas: la ficción es el cuerpo de la mujer el que organiza el relato: “la hija
“Alguna novela, uno de esos cuentarrones incendiarios que des- del mazorquero”, “la novia del muerto” le dan nombre a la novela.
velan a las niñas y les avientan los cascos. Sí, pues, de ahí vienen
esas oleadas de inquietud y de alegría, de tristeza y de ansiedad” Notas
(“La novia del muerto”, SR, 237). 1 Juana Manuela Gorriti. Biografía del General Don Dionisio de
La fantasía que la invita a un romance novelesco como el de Puch, París, Imprenta Hispano–Americana de Rouge Hermanos
Romeo y Julieta, con el que ella misma se compara, la desvía del y Comp., 1868. Todas las citas corresponden a la segunda edición
orden familiar y civil, la coloca del otro lado de la ley, en el lugar de “corregida y aumentada”: Vida militar y política del General Don
la contradicción y la encrucijada: “si callo lo pierdo, si hablo Dionisio de Puch, París, Imprenta Hispano–Americana de Rouge
traiciono a mi padre!” (“La novia…”, SR, 240). En el desorden, Vital Hermanos y Comp., 1869.
pierde el equilibrio; el final del texto la confina a “treinta años de 2 El 19 de junio de 1872 el gobierno argentino dispone, median-
demencia” y ella se convierte así, literalmente, en un “ser fantás- te la Ley 513, pensionar a las viudas e hijos de los guerreros de la

24 La novela de la historia La novela de la historia 25


independencia. En septiembre del siguiente año la Ley 639 amplía ránea”.
estos beneficios a las mujeres descendientes de militares que Bibliografía
lucharon a las órdenes de Güemes. No obstante encontrarse La Alborada del Plata, Buenos Aires, noviembre de 1877.
doblemente favorecida por las leyes, la pensión será para Juana Ariès, P. – Duby, G. Historia de la vida privada. La revolución
Manuela no sólo insuficiente sino que se convertirá por momentos francesa y el asentamiento de la sociedad burguesa. Tomo 7.
en una carga. La misma ley la obliga a permanecer en el país para Buenos Aires, Altea–Taurus–Alfaguara S.A., 1981.
poder gozar de sus alcances. La escritora se verá obligada a pedir ——. Historia de la vida privada. Sociedad burguesa: aspectos
permisos y licencias una y otra vez. El dinero escaso y las concretos de la vida privada. Tomo 8. Buenos Aires, Altea–
restricciones para moverse con libertad provocan la queja que se Taurus–Alfaguara S.A., 1981.
escribe en el diario íntimo y hace lugar a la nota mencionada: “He Barthes, R. “El discurso de la historia” en Estructuralismo y
aquí yo, que en la vejez, edad de reposo, para escapar al rudo literatura. Buenos Aires, Ed. Nueva Visión, 1970.
trabajo de la enseñanza, voy peregrinando en busca de un pedazo Rojas, Ricardo. “Las mujeres escritoras” en Historia de la literatura
de pan que mi país me echa como una limosna, cacareado y dado argentina. Tomo 3, Buenos Aires, Librería La Facultad de J.
en cara, en pago de la inmensa fortuna que mi padre prodigó para Roldán, 1922.
darle independencia” (LI, 43). Sánchez, Luis Alberto. “Doña Mercedes”, en Caretas, Lima, abril
3 Perfiles es un compendio de semblanzas, realizadas por la de 1991.
escritora, de personajes relacionados con la historia y la cultura de Woolf, Virginia. Tres guineas. Buenos Aires, Editorial Sudameri-
Argentina, Perú y Bolivia. Entre los doce perfiles del índice se cana, 1979; 1ª ed. 1941 Ediciones Sur (trad.: Ramón J.
incluyen los de dos mujeres: Juana Azurduy de Padilla y Adelaida Jiménez).
Ristori; el resto corresponde a Santiago Estrada, el general Martín
Güemes, Miguel Juárez Celman, Mitre, J. S. Roca, Gregorio
Pacheco, Francisco Carnicer, Miguel Grau, Ricardo Palma y el
general Francisco Vidal.
4 Para dar un ejemplo del tributo que ofrecen sus seguidores a
esta “maestra de las letras americanas” basta traer a la memoria
un relato que presenta Angela Carbonel –participante de las
veladas literarias de Lima durante el año 1876– en la Velada Nº 3
del 2 de agosto. Dedicada a su “amiga Gorriti”, “La segunda vista”
reproduce todos los tópicos de Juana Manuela: el amor y la patria
configuran la trama de este relato que parece calcarse sobre “El
pozo de Yocci” –incluido en Sueños y realidades–: la guerra como
“lago–lazo de sangre” que divide y enfrenta a los hermanos es, lo
mismo que en el texto de Gorriti, el eje del relato.
5 Luis Alberto Sánchez señala el “coraje insólito” de Mercedes
Cabello, que en pleno siglo XIX “inició una campaña feminista, en
el auténtico sentido de esta palabra. Es decir, como reivindicación
del papel social que corresponde a la mujer en la vida contempo-

26 La novela de la historia La novela de la historia 27


para Gorriti, el correlato de una buena acción. Su escritura no es
una actividad purificadora que, por acumulación, permita inferir el
progreso interior de la escritora; por el contrario, este diario –que
no es tal– azaroso en la cronología, diletante en la afirmación de
la pasión literaria, avaro en la distribución de la intimidad, avanza,
cauteloso, sobre terreno minado.1 Gorriti decide cubrirse las
espaldas y es por eso que escribe y publica biografías de hombres
célebres que la autoricen a escribir y publicar la suya alguna vez:
la representatividad ajena, pero sobre todo la representatividad
masculina, el gran hombre que merece una biografía, ha estado
ya, muchas veces, en la mira de su escritura antes de armar, para
darlos a la imprenta, los fragmentos de recuerdos, pequeños
relatos, máximas de vida, observaciones de lectura, reflexiones
de escritura que constituyen el texto. Desde Güemes hasta Mitre,
pero también desde Juana Azurduy hasta Camila O’ Gorman,
La caja de sorpresas Gorriti ha tejido con laboriosidad el lugar del biógrafo (un lugar que
en el siglo XIX tiene un status de ambiguo prestigio) para poder,
Notas sobre biografía y autobiografía finalmente, ser autobiógrafa.

en Juana Manuela Gorriti La escritora y la familia: el abismo de la intimidad


Uno de los vacíos más notables en estas páginas es el relato
de su matrimonio con Belzú.2 Gorriti evita toda mención a la
CristinaIglesia historia de amor y traición que mantiene con él; la única vez que
el texto lo nombra lo hace en tercera persona: “Por ese tiempo, el
general Belzú, elevado al mando supremo en Bolivia, pidió otra
vez a sus hijas” (LI, 24). Sabemos, entonces, abruptamente, quién
I. Vida y arte: un juego de alianzas es el padre de sus hijas; sabemos que es un general, que este
En 1892, el mismo año de su muerte, Juana Manuela Gorriti general tiene el mando supremo de un país. La condensación de
decide convertir en libro las páginas de sus memorias escritas a información en una frase tan breve resulta eficaz: un general
lo largo de muchos años. En este texto, la representatividad y la acostumbrado a las alturas del poder que no vacila en pedir, ni en
excepcionalidad de la vida de la escritora, dos marcas del género reiterar, con cierta desolada firmeza, el pedido. La imagen de una
autobiográfico, se inscriben en un complejo sistema de alianzas paternidad solícita en un hombre comprometido con los avatares
con una serie extensa de interlocutores masculinos: maridos, de la guerra y la política enternece la frase y facilita, en el extremo
amantes, colegas, amigos, corresponsales, padres (biológicos y opuesto de la petición, el gesto magnánimo de la narradora:
tutelares), hijos y entenados. “Entonces, por una parte la exigüidad de los goces que en mi
Es evidente que el registro de sus tristezas, de sus opiniones, precaria situación podía dar a mis hijas, por otra la espléndida
de sus recuerdos en las páginas del diario íntimo no constituye, existencia que el padre prometía para ellas, decidieron a la pobre

28 La caja de sorpresas La caja de sorpresas 29


madre” (LI, 24). El sacrificio de Juana Manuela resulta plenamente La escritora y el tribuno: la elocuencia de la juventud
justificado: “Pintéles con fantásticos colores la dicha que al lado de
su padre las esperaba, la diferencia de cuánto las rodearía, y mi El único defecto es su esposo.
gozo al verlas en esa elevada posición, gozo que me haría olvidar J.M. Torres Caicedo
todos mis pasados dolores. ¡Y quedé sola!” (LI, 24). (“Prólogo” a SR)
Gorriti se ha extendido en la justificación y no es para menos,
ya que Lo íntimo construye dos lugares para la imagen de la Pocas veces la relación entre biografía y autobiografía resulta
narradora: el de madre dolorida y el de trabajadora incansable de más riesgosa y complicada que cuando se comparan las sutiles
la pluma. El texto persevera en la alternancia de ambos lugares sin elusiones que el texto de Lo íntimo mantiene con rigor obsesivo
nombrar nunca el conflicto que la superposición pueda plantear. para no hablar del general Belzú con la biografía titulada simple-
De este modo, la irrupción de un padre lejano que pide, no exige, mente “Belzú”, dedicada a la construcción de un héroe legendario
y ofrece bienestar para sus hijas disuelve toda confluencia pertur- en la historia boliviana que es, al mismo tiempo, su marido.3
badora de dos tareas que el texto considera ineludibles. Cuando Gorriti decide encarar la biografía de Belzú enfrenta
Al quedar sola, una y otra vez, Gorriti podrá viajar y escribir con una triple dificultad: escribir sobre la figura más controvertida de
libertad aunque el lamento por la soledad sea, a partir de este la historia de Bolivia en la primera mitad del siglo XIX,4 escribir
fragmento, la única queja instalada desde la que puede leerse en sobre el hombre que fue su marido, escribir sobre un personaje
su diario la disolución de la familia, la separación del esposo. que en ese mismo momento está siendo objeto de otras biogra-
La trama de los cruces en Lo íntimo permite que se abra paso fías. Desde la introducción, Gorriti organiza un juego de alianzas
la historia de dos familias disueltas: la originaria, destruida por la con los biógrafos masculinos del general boliviano, que están
guerra de la independencia; la propia, astillada por las ambiciones contando, también, su versión del héroe. Es más, se diría que
(la literatura, para Juana Manuela; la política, para Belzú), las escribe con premura, para contrapesar esas versiones. Su estra-
infidelidades, la pobreza, la ilegitimidad social de algunos de sus tegia, de nuevo, su justificación de biógrafa será deslindar dos
hijos. De la primera, una familia organizada por componentes aspectos en toda vida humana: “Las plumas majistrales” de esos
patriarcales rurales, estrechamente vinculada al proyecto de hombres, se ocuparán de la zona de la vida de Belzú “iluminada
Güemes, se habla en la autobiografía: con trazos gruesos, que por los rayos de la dicha, de la fortuna, de la gloria”; su “humilde
remedan las toscas inscripciones de sus lápidas, la escritura mano” se ocupará, en cambio, de la oscuridad, de la pobreza, de
recompone sus fragmentos para convertirlos en reliquias. De la las tinieblas, de los días de dolor y de prueba. Cubriendo de
segunda, no se habla en éste ni en ningún otro texto suyo: en el elogios a sus contendientes, Gorriti se propone “complementar”
lugar de la familia se instalan la queja y el dolor de una madre esos trabajos con aquellos datos que sólo ella conoce. “Los dos
separada forzosamente de sus hijos, condenada a sobrevivirlos y ilustrados biógrafos, fueron testigos y parte integrante de la
a relatar una a una sus muertes tempranas. primera: yo, compañera inseparable de la segunda” (PV, 84).
Dos cuestiones resaltan en este texto introductorio. La prime-
ra, la explicitación de una estrategia frente a la escritura mascu-
lina: brillos, gloria, dicha son otorgados a los ilustres biógrafos
para que el orgullo varonil no se vea mellado por una profana que
sólo se ocupará de las tinieblas, de la pobreza y del dolor. Nunca,
como en este fragmento, Gorriti ha debido desplegar con tanta

30 La caja de sorpresas La caja de sorpresas 31


claridad su juego: competir sin mostrarlo, alabar para descalificar, cial, su hacerse cargo del cadáver, describirán su figura firme
asegurarse la porción de la historia que nadie desea. encabezando una multitud enfurecida –compuesta mayoritaria-
La segunda: un verdadero abismo separa la ausencia de mente por mujeres– dispuesta a continuar la lucha del caudillo. En
escritura sobre su marido en Lo íntimo y esa postulación de la biografía del patriota la escritora se aparta y se excluye del
compañera inseparable de las zonas más duras de la vida del escenario de la apoteosis, reserva el lugar central para el protago-
héroe que sirve para apoderarse de la verdad de la escritura nista de su relato, pero retiene para sí, con la autoridad que le
biográfica (y autobiográfica) del “Belzú”. El diario íntimo expulsa confiere ser autora de y mujer en la vida del héroe, la ocasión de
de la recuperación del recuerdo los fragmentos de su vida en brindar al lector las pistas que le permitan inferir que escribe desde
común con Belzú. Al hacerlo, Gorriti no sólo elude una zona de este lugar doblemente privilegiado.
conflicto y de confrontación con la moral de época, sino que se Al relatar uno de los primeros confinamientos del levantisco ofi-
coloca, sin disputas, en el lugar central de su autobiografía: no en cial en un oscuro puesto de la frontera en Tarija, escribe: “Allí
el de esposa del general sino, en todo caso, en madre de sus hijas. Belzú conoció, amó y se unió en matrimonio con una hija del
En la apuesta biográfica de su “Belzú”, en cambio, se autovalida General Gorriti, emigrado argentino. Demasiado jóvenes ambos
como compañera inseparable del casi mítico “Mahoma boliviano”. esposos, no supieron comprender sus cualidades ni soportar sus
Gorriti construye un héroe que gana el respeto de sus superio- defectos y aquellas dos existencias se separaron para no volver
res con actos de arrojo y de osadía y la popularidad entre sus a reunirse sino en la hora suprema al borde del sepulcro” (PV, 90
soldados en combates casi míticos, como el de Yungay, cuando y 91).
los bolivianos enfrentan a los chilenos ascendiendo las pesadas Es la primera señal: dos destierros, dos generales, un amor
y ásperas pendientes de un alto cerro. Esta biografía lo quiere con apasionado, juvenil, la separación inevitable, la reunión al borde
una inteligencia tan grande que “le habría hecho distinguir con del sepulcro. Esta frase en tercera persona es la mención más
brillo en la carrera de las letras si desde muy temprano no hubiera extensa que Gorriti dedica, en toda su obra, a la historia que la
manifestado un carácter inquieto, aventurero y caballeresco” (PV, marcará, para siempre, con ribetes legendarios. Al elegir a Belzú,
86). Describe con minucia los episodios que le otorgan una ella elige, para su propia vida, la aventura, el movimiento, la
popularidad sin límites entre las clases más humildes, la adhesión pasión, la infidelidad, el escándalo. Al elegir narrar como leyenda
de sus soldados que se convierte en culto, aquel “ascendiente la vida de Belzú, Juana Manuela elige también la forma de narrar
poderoso que ejerció durante su vida en el alma de sus compatrio- su propia aventura heroica.
tas y que después de su muerte sublevó a un pueblo entero a la Si la elección de vida es defectuosa, equivocada para la mirada
sola presencia de su cadáver” (PV, 96). No oculta su admiración, familiar y social, Gorriti simulará recoger esta doble condena en la
tampoco su propio deseo de ser protagonista heroica de ese escritura autobiográfica: casi no nombrarlo en el diario y usar, en
episodio póstumo de admiración: “¡Oh bello debe ser verse amado cambio, la permisividad de la tercera persona para organizar un
de esa suerte!” exclama la narradora al describir conmovedoras relato breve, conciso, con huellas de indulgencia hacia sus prota-
escenas de la lealtad del pueblo, de los niños, de los mendigos, de gonistas.
las señoras. Sin embargo, en un texto también autobiográfico escrito en su
La muerte trágica del héroe, la apoteosis de fervor y rebelión vejez, El mundo de los recuerdos, Juana Manuela se permite
popular en que se convierte su entierro están narrados en el tono recuperar la legitimidad de su sueño, ratificar, sobre el rumor,
con que se construye una leyenda. A su turno, los biógrafos de sobre la maledicencia, sobre la indulgencia, su propia pasión.
Gorriti hablarán de su casi inmediata llegada al palacio presiden- Para hacerlo elige, ahora sí, una primera persona enfática, ena-

32 La caja de sorpresas La caja de sorpresas 33


morada: “Yo, nieta de un prócer de la Independencia, hija de un también” (PV, 105). Lo interesante, sin embargo, es de qué modo
republicano, hermana de republicanos, sueño con un tribuno esposa y narradora se ponen finalmente de acuerdo en no seguir
joven y elocuente que, invocando el símbolo sagrado de la ventura incondicionalmente al hombre y al héroe e intentan una toma de
humana: Libertad, Fraternidad, Igualdad, electrice al pueblo con distancia: deciden cómo y dónde se corta y se recorta el relato
el calor de su palabra, con el fuego de su mirada y que al sobre el hombre que las involucra a las dos. Gorriti es aquí,
descender del pavés donde lo ha elevado el entusiasmo de la claramente, quien se adueña, como autora, del personaje de
multitud, caiga a mis pies y me llame su esposa” (MR, 64 y 65). Belzú. En la escritura, su vida, su pasión y su muerte le pertenecen
Belzú es aquí claramente el compañero inseparable. En términos por completo.
bajtinianos, es el otro posible que nos obsesiona, cuya mirada nos La seguridad de su trazo biográfico tiene que ver no sólo con
acompaña durante toda nuestra vida; una presencia que está la necesidad y la posibilidad de separar y unir en diferentes
frente al espejo en los momentos en que soñamos gloria y en los textualidades las dos vidas. En el momento en que Gorriti constru-
que reconocemos fracasos. La acción violenta y heroica de la ye su versión de la vida de Belzú, la narradora, la mujer de letras,
biografía de Belzú impregna su propia caracterización como mujer ha acumulado varios logros: ha construido una autoridad femeni-
de combate en la guerra, en las letras, en la vida; se vuelve na a partir de la producción de obras de ficción; ha obtenido una
heroicamente masculina porque para enfrentar las guerras –las representatividad nueva en el sistema literario, que se ve ratifica-
de independencia, las fratricidas y las de la maledicencia– hay que da con el reconocimiento inmediato que los críticos literarios
tener la fuerza de un hombre, no llorar y trabajar sin descanso. contemporáneos adjudican a su obra y, lo que es más importante,
(Se trata de un estereotipo femenino que empieza a resultar ha logrado que esa representatividad se conjugue con el texto de
anacrónico pero que, al mismo tiempo, tiene enorme vigencia una vida excepcional.
hacia mediados del siglo XIX en América del Sur: en esos años, Desde esa confluencia de representatividad y excepcionalidad,
publicaciones dirigidas específicamente a la enseñanza de las Gorriti se animará a jugar con fuego en el terreno de la biografía,
niñas privilegian, entre las vidas de mujeres ejemplares a ser podrá escribir y publicar la vida de los hombres que ella elija
imitadas por las pequeñas discípulas, aquéllas cuya valentía y convertir en grandes. Podrá elegir, nuevamente, a Belzú, para
decisión impiden el desfallecimiento y el fracaso del guerrero). sacarlo del lugar incómodo del héroe discutido y colocarlo, ya sin
Las mujeres de acción no deben rehuir el escenario mismo del tachas, en el panteón de la patria americana.
combate: como algunas de sus heroínas en los relatos ficcionales
(Juana Heredia en El pozo de Yocci, por ejemplo), Gorriti acepta II. La bella y la pluma
el itinerario que el marido ordena desde la función militar como un
deber gozoso: “tres años hacía que, llevando la existencia nóma- Yo no admito feas en el mundo de las musas.
da de las esposas de militares, había, en los frecuentes cambios Ricardo Palma (citado por Gorriti en LI)
de guarnición habitado, sucesivamente, en todas las ciudades de
la República” (MR, 289). Si mis lectoras quieren aparecer entre las buenas mozas de
La segunda señal es más explícita. Ahora el gesto que intenta este tiempo, tienen que ser muy amables con el autor.
evitar la contaminación de autobiografía y biografía en la escritura Santiago Calzadilla (Las beldades de mi tiempo, 1891)
la estimula como efecto de lectura: “Muy luego, invocado por los
pueblos, Belzú ascendía al poder. La narradora rehusa seguirlo en La reflexión sobre la mujer y “el mundo de las letras” aparece
aquel elevado puesto en que la esposa rehusó acompañarlo en Lo íntimo de diferentes maneras: breves imágenes que trasuntan

34 La caja de sorpresas La caja de sorpresas 35


la actitud de Juana Manuela Gorriti frente al trabajo intelectual, actividad (la social, la de la costura) que estaría postergando la
anécdotas risueñas que parecen incorporadas casi por azar, tarea de la escritura, Gorriti no habla de cómo deben hacer las
acusaciones irónicas frente a la inactividad de sus amigas limeñas. mujeres para escribir a pesar de las tareas domésticas o las obli-
En todos los casos, los hombres están en escena de manera gaciones sociales sino qué hacen, en qué emplean su tiempo para
explícita o son convocados por alusiones más o menos veladas: no escribir.5 La inversión elude el lamento femenino por el tiempo
se sabe que son dueños del terreno y el texto juega con ellos un que la actividad familiar le quita a la escritura y remite a su propia
juego difícil pero necesario. concepción de la tarea literaria como un deber casi patriótico cuyo
“poderoso galvanismo” la convierte en una actividad absorbente,
Soltería, pereza y escritura necesaria e indeclinable: “una vez que se ha entrado en el camino
“La mujer que a los treinta/ no tiene novio/ ya puede echarle de las letras, hay que marchar, marchar siempre. Todo descanso
llave/ a su escritorio”: la copla callejera irrumpe en el interior de la parece una deserción” (LI, 34). Ese es el gesto que prefiere para
sala de Juana Manuela cantada por un poeta que dice haberla retratarse como escritora y las breves imágenes de sí misma que
escuchado antes de entrar. Es un hombre, un amigo, Ascencio aparecen en Lo íntimo, así como las que otros escritores han
Villarán, el que introduce, riendo, esta copla popular que establece dejado de ella,6 la presentan en pleno trabajo, muestran una
un tiempo de espera y un tiempo de clausura y encierro para la relación casi de contigüidad entre su cuerpo, sus manos y la
mujer. Una amiga, a la que Gorriti prefiere dejar en el semianonimato pluma, los papeles, el rinconcito con su mesa y su carpeta.
de sus iniciales, pero a la que llamará “inocentona”, es la encar-
gada, en esta escena, de responder a la copla masculina: “al Un rostro para Emma
contrario, es precisamente en ese tiempo y en ese caso, que yo Emma Aurora Berdier existe y,
abriría de par en par la puerta de mi escritorio y empuñaría la para gloria de la patria, es argentina.
pluma y la haría trabajar sin descanso”. (LI, 47 y 48) La Ondina del Plata, 4/VII/1875
La narradora logra que el lector sonría, cómplice, ante la
ingenuidad de una mujer que no advierte la duplicidad sexual de Emma Berdier no es la señora Gorriti.
la imagen que acaba de construir. Gorriti, por el contrario, juega sin El Ferrocarril, 22/VII/1875
palabras con el doblez de la metáfora. Al incorporar la anécdota
sugiere, al mismo tiempo, que la escritura es una actividad El nombre de la tal señorita no es más que
apasionante para la mujer que encara la posibilidad de la soltería un anagrama de un señor de esta ciudad.
pero sobre todo que, al igual que la escritura, la sexualidad puede La Prensa, 1/VII/1875
liberarse fuera del matrimonio.
El ambiguo trabajo sin descanso de esta anécdota contrasta El fragmento titulado “Emma Verdier”7 incorpora a Lo íntimo el
con la referencia al “saco vacío” en las columnas de las colabora- relato de una travesura cometida por Gorriti en su vejez. En este
ciones femeninas en un periódico limeño. Cuando Gorriti imagina texto, el cruce de la reflexión sobre la mujer que escribe con el
qué hacen sus amigas de Lima mientras no escriben, piensa a relato autobiográfico produce una alegoría de enorme eficacia.
Mercedes Cabello ocupada en estar a la moda y a Manuelita Al descubrir que su amigo Bernabé Demaría, un hombre
Villarán remendando calzones para sus hijos y calceta para el maduro y formal, se esconde bajo el seudónimo de Emma Verdier
esposo; produce así una inversión audaz en la reflexión sobre para escribir poemas de fina sensibilidad femenina Gorriti le
escritura de mujeres. Al llamarlas perezosas y describir una propone –y de hecho, casi le impone– la creación de un rostro para

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Emma y, lo que es más importante, la construcción de un relato de Juana Manuela, pero sobre todo la pereza del autor, la falta de
biográfico que funcione como soporte del interés que despiertan producción, mata una voz femenina apócrifa cuyo público crecía
sus poemas publicados en La Ondina del Plata de Buenos Aires. al ritmo de la cadencia folletinesca que Gorriti había impuesto a la
Todo sucede muy rápidamente: la fotografía de una joven muy leyenda.
bella que ha muerto, arrancada al album familiar, es encerrada Este relato romántico incorporado a las páginas de Lo íntimo
entre dos cristales y un marco de ébano, rodeada por una habla de una escritura femenina triplemente cautiva: primero, en
guirnalda de flores y colocada en un pequeño altar. De hecho los el cuerpo de un hombre ya maduro que para dar rienda suelta a
amigos más cercanos de ambos cómplices, hombres y mujeres, su antojo de loquear en la letra impresa elige un seudónimo
algunos de cuyos nombres se anotan sólo con iniciales en el texto femenino; segundo, en los límites de una poética que se supone
de Lo íntimo, reciben la historia como verdadera y comienzan a exclusiva de las mujeres –niñas corriendo entre floridos arbustos,
funcionar como fieles de un nuevo culto: veneran a una poetisa vírgenes soñando en el crespúsculo–; y tercero, en el encierro de
sufriente a la que, como se verá, creen que les resultará imposible la autoridad paterna que delimita un espacio de clausura para la
conocer alguna vez personalmente. La historia inventada por hija que escribe y determina, como única posibilidad de movimien-
Gorriti para rellenar el vacío de un seudónimo travesti habla de una to, un itinerario no deseado a cuyo fin (que marcará también el fin
mujer en cautiverio, hija de un acaudalado comerciante francés de la escritura) le aguarda un matrimonio de conveniencia, un
que ha vendido todas sus posesiones en Argentina y ha decidido nuevo encierro.
retirarse a Francia. Emma se resiste a abandonar su patria. Su Gorriti, intermediaria autorizada entre el adentro y el afuera del
padre, entonces, mientras ultima los detalles de la partida, la encierro, entre la ficción y la realidad, organiza esta broma con un
mantiene recluida en una quinta de las afueras para evitar que se cómplice masculino y no hace distinción de sexo entre las víctimas
enamore de algún nativo pretendiente y que este amor impida así inocentes del falso culto.
el viaje. Juana Manuela, en función de sus años, será autorizada Al inventar esta historia, pero sobre todo al convertir a esta
por el padre a visitar a la hija y estas visitas serán la única conexión Emma cautiva en objeto de culto, al colocarla en un altar, lugar de
de la poeta con el mundo exterior. El acceso de Gorriti al lugar devoción y de deseo sublimado, Gorriti prueba, se prueba, una
prohibido a los demás, posibilitará, entre otras cosas, que Emma vez más, que el estereotipo femenino que ella ha enfrentado con
siga publicando y enviando sus textos a los diarios de Buenos su vida y con su obra –la mujer que escribe debe ser encerrada,
Aires y que Juana Manuela alimente con novedades de la reclusa en un rostro bello, entre cristales, en una quinta, en un hospicio,
a la incipiente cofradía. Nadie repara en la paradoja de que se la en una retórica– sigue funcionando a pesar de las alabanzas que
mantenga oculta y se le permita firmar, con su nombre, poemas ella y su obra reciben del mismo grupo de amigos. Al recordar la
románticos en periódicos de amplia circulación. Nadie puede frase que ella misma había escrito debajo de la foto atribuida a
acompañar a Gorriti a la quinta; nadie exige, tampoco, demasia- Emma, “Cuando me hayan arrancado al suelo de mi patria, llora
das precisiones. La leyenda se vuelve, como toda leyenda, mi muerte”, la califica como “jeremiada ridícula en esta época
autosuficiente: una hermosa mujer, obligada por su padre a un cosmopolita” pero no deja de anotar con ironía que la frase
casamiento de compromiso en Francia, sigue escribiendo desde sublevó cóleras y protestas y conmovió más de un fuerte corazón.
una quinta de Buenos Aires como manera de mantenerse viva en Cuando la escritora reconstruye este episodio en su diario
su desdicha. Todos aceptan el relato; cada uno de ellos pedirá, a íntimo alude a varias cuestiones al mismo tiempo. Por un lado, la
su turno, noticias de Emma a su vocera que, gozosa, responderá necesidad de la mujer que escribe de recurrir a cierto control
con gracia y seguridad a las preguntas. De golpe, la enfermedad autorizado por el hombre para encarar la posibilidad de generar

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ficciones. Con su voz de escritora consagrada, con el poder de su tuvo repercusión pública. La alegoría de Gorriti en Lo íntimo se
autoría reconocida sin seudónimos –ni siquiera con apellidos escribe sobre un circuito de ocultamientos, denuncias y descar-
conyugales– Gorriti puede, como lo hará una y otra vez en las gos que se dirimen en los periódicos de Buenos Aires.8 Me
veladas literarias, proponer enigmas cuya solución posee de interesa seguir la versión que puede leerse en estos documentos:
antemano y utilizar su autoridad para encerrar al estereotipo o Bernabé Demaría, famoso por su copiosísima obra pictórica y
liberarlo o hacerlo morir cuando lo desee. Porque otra marca de literaria, es decir, famoso por su exceso, dice haber creado con el
esta historia es la fuerte ironía sobre el carácter efímero de la gloria anagrama de su nombre una firma de mujer que colocará en
de las escritoras o, lo que es lo mismo, la voluble fidelidad de un algunos de sus poemas porque considera que la producción
grupo de lectores que parecía tan comprometido con la suerte de femenina escasea en el Plata y la escasez lo perturba. Demaría
la escritora y su palabra. Así resulta imposible no vincular este no se priva de colocar a Emma en una situación de galanteo –
sesgo de la historia con lo que Gorriti anota en su diario a propósito también público– con el poeta Rafael Obligado, a quien le dedica
de la muerte de Josefina Pelliza, la poeta real que ha compartido un poema publicado en La Ondina del Plata. Obligado retribuye la
con Emma Verdier antologías y elogios: “Era una mujer bella y dedicatoria en el mismo diario. A partir de ese momento, otros,
buena, adulábanla mucho por su hermosura y esto se ha visto en ahora voluntarios, se manifiestan dispuestos a participar de esas
los rendidos elogios que los literatos más eminentes de Buenos lides poético-amatorias.
Aires tributan a sus dos últimos libros: Conferencias y Pasionarias. La denuncia del fraude proviene de La Prensa del 1 de julio de
Después de su muerte, contando yo con esos fanáticos elogios a 1875 y tiene por objeto “evitar a nuestros jóvenes poetas la
la bella autora de los libros que los suscitaron, elogios prodigados molestia de confeccionar dedicatorias apasionadas que son com-
por grandes poetas, se los pedí repetidos y concretados en pletamente ineficaces […] a la nueva escritora que tan súbitamen-
estrofas, para hacer con esas flores prodigadas a la viva, una te ha aparecido en el cielo de la literatura nacional”. El descargo
corona fúnebre a la muerta. Y he aquí que esos aduladores, de La Ondina del Plata tiene dos puntos clave: afirma que las
hánme enviado versos en que de todo hablan menos de la pobre “pruebas” que posee la señora Gorriti confirmarían la existencia
muerta” (LI, 100-101). de Emma y pretende detener una acusación grave con una
Finalmente, la alegoría, incorporada como anécdota autobio- afirmación que sus directores consideran irrefutable: Emma no
gráfica adquiere también, otro sentido: la mujer, parece decirnos, sólo existe sino que, para gloria de la patria, es argentina.
carece de historia propia, de historia pública para ser narrada y, De este modo, la versión “documentada” y la versión alegórica
por lo tanto, siempre estará envuelta en los pliegues de las crean, al cruzarse, otro sistema de significaciones. En la primera,
representaciones de los otros, salvo que encuentre la autoridad de el escritor prolífico y magnánimo arma, con sus versos sobrantes,
la propia voz convertida en sujeto de su historia. Por otra parte, si una poesía femenina para disimular su falta,9 al mismo tiempo
el cuerpo de un hombre es el portavoz de su palabra poética y el que expone a la poeta a la adulación masculina más interesada en
de una mujer el de su relato biográfico, es posible pensar que la su leyenda –que incluye un rostro bello– que en su poesía. Por eso
historia de Emma Verdier intenta desestabilizar cierta rígida la denuncia de La Prensa es menos un ataque al fraude y a sus
separación entre lo masculino y lo femenino que Gorriti intuye posibles autores que un intento de salvaguardar de la vergüenza
improductiva. a los hombres poetas que, a diferencia de las mujeres, no deben
“El caso Emma Berdier” fue un juego sostenido por una pareja ser tratados como inocentones. La denuncia promueve una inves-
de escritores que pensaron que el humor tenía algo que ver con tigación, pero las pruebas –que permitirían determinar si hubo o
la literatura, con la de los hombres y con la de las mujeres, y que no delito– están ahora en manos de una mujer cuyo solo nombre

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resulta una garantía de probidad. Gorriti vuelve a ubicarse en la de novelas, fantasías, leyendas y descripciones americanas.
primera línea de la acción. 4 Amado por los pobres y excecrado por los ricos, lector de
En su versión alegórica, la escritora maneja los hilos de la Carlos Marx, aventurero en sus ambiciones pero firme en su
trama, descalifica sonriente a Demaría por no atreverse a usar su voluntad de poder, hijo de árabe y mestiza: no hay una sola línea
nombre de hombre, se apropia de la criatura, escribe su leyenda. escrita sobre este caudillo singular que no se apasione, que no
Y, avanzando sobre el espacio público del que parece despreocu- exprese, imperiosamente, la necesidad de injuriar.
parse, parodia con la confección de un altar precario, de entrecasa, 5 La pereza entendida como falta de consecuencia o de
el movimiento de entronización en el cielo de las glorias de la patria continuidad en la actividad intelectual o artística es un obstáculo
que los directores de La Ondina del Plata intentan promover para tematizado a menudo por las mujeres que opinan sobre su propia
la mujer que escribe. experiencia. Gorriti no la admite para sí misma ni para sus amigas
Siempre sola, siempre emparejada, siempre central pero exi- escritoras porque su ética y su estética postulan una actitud de
giendo la complicidad masculina, Gorriti postula para las escrito- combate frente a los enemigos que aparezcan en su campo de
ras una ética que conjuga el goce con el sacrificio pero que mira. Desde un ángulo opuesto, que se vincula a su pose diletante,
excluye, sin rencores, la autocomplacencia y la confianza en los Victoria Ocampo habla a menudo en su Autobiografía y en su
halagos masculinos. Convertida en trofeo de las letras nacionales, correspondencia de esta cuestión central. En una carta a Alfonso
Emma Aurora Berdier caricaturiza sagazmente el proceso de Reyes, fechada pocos meses antes de la aparición de Sur,
apropiación tardía que el Estado y sus voceros intentan consumar Victoria Ocampo logra captar en una imagen certera el carácter
con Gorriti. Los gestos de reconocimiento hacia esta incómoda devastador de este mal de mujeres: “La pereza me ahoga.
reliquia de un pasado cuyos furores se quiere inmovilizar no Siempre he sido perezosa…pero antes era soportable. Hoy sufro
tendrán ecos triunfales en el diario de la escritora. En sus páginas de ella como de una enfermedad (porque en el fondo soy terrible-
una mujer seguirá escribiendo hasta su muerte, no en un espacio mente activa). No entiendo nada de esto. La pereza se extiende
cedido por los caballeros a las damas inquietas, sino en el terreno sobre mi vida como esa pasta pegajosa que Charlot utilizaba en
ganado por su deseo y por su voluntad. En efecto, Juana Manuela sus primeras películas. Imposible salir de este estado, ¿qué me
Gorriti no será nunca, aunque Dios y la patria se lo demanden, la aconseja usted hacer?” (Reyes, Alfonso – Ocampo, Victoria,
señorita Emma Aurora Berdier. Cartas echadas. Correspondencia 1927-1959, México, Universi-
dad Autónoma Metropolitana, 1983, 17).
Notas 6 Josefina Pelliza de Sagasta describe el momento en que
1 En otro trabajo me ocupé de la relación entre leyenda conoce a Juana Manuela Gorriti de esta manera: “tal se nos ofreció
biográfica y escritura de la intimidad en este texto de Gorriti. Cfr. Juana Manuela Gorriti […] al amor del fuego en un cuarto de hotel,
“El autoretrato de la escritora” en Mujeres y cultura en la argentina frente a su mesa de escribir, cubierta de orijinales, la pluma
del siglo XIX, Lea Fletcher, comp., Buenos Aires, Feminaria mojada y vuelta a dejar sobre el pequeño tintero, pálida, vestida
Editora (en prensa). severamente, de lana negra, con sus cabellos blancos, risados y
2 El otro gran vacío es la figura de la madre, nombrada sólo cortos, el cuello ceñido por una delgada cadenita de oro, en cuya
metonímicamente en los pechos que no sacian a Juana Manuela extremidad pendía el retrato de su hija muerta, Clorinda”
en el prólogo de Lo íntimo. (Pasionarias, Bs. As., Imprenta Europea, 1887, 148-49).
3 Gorriti incluye esta biografía en Panoramas de la vida, 7Gorriti utiliza en Lo íntimo la grafía Verdier pero, el apellido
publicada en Buenos Aires en 1876 y cuyo subtítulo es Colección también circula como Berdier en los periódicos de la época.

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8Raúl H. Castagnino ofrece una valiosa recopilación del mate-
rial periodístico sobre el caso e interesante información sobre
Bernabé Demaria en Historias menores del pasado literario ar-
gentino (Buenos Aires, Huemul, 1976). Emma Verdier llegó tam-
bién a ser incluida –como un equívoco– en la Historia de la
literatura argentina de Ricardo Rojas (Los modernos, t. II, cap.
XVII, “Las mujeres escritoras”, págs. 782-784, Buenos Aires,
Librería de la Facultad, 2ª ed., 1925). Rojas utiliza como base
documental Lo íntimo de J.M. Gorriti.
9 Bernabé Demaría explica en Obras literarias, 1906, que hacia
1872, el chileno José Domingo Cortés, que preparaba una anto-
logía de poesía argentina, le solicitó copia de la obra de los
principales poetas del país. Luego de recopilar cinco poemas de
Josefina Pelliza de Sagasta, los únicos ejemplares de poesía
femenina que a su juicio podían incluirse en la antología, decidió
enviar poemas de su autoría bajo el seudónimo de Emma A. La mesa está servida
Berdier para disimular la magra producción poética de las mujeres
argentinas. Cfr. Castagnino, Raúl, Op.cit.
JosefinaIriarteyClaudiaTorre
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1972. me quita el sueño / y es mi alimento / y mi placer,
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Essai d’approche sociologique d’un genre littéraire”, en Del Cocina ecléctica o autobiografía de todo el mundo
Litto, V., comp., Op.cit. Cocina ecléctica se publica en Buenos Aires en 1890, dos
Smith, Sidonie. A Poetics of Women’s Autobiography. Bloomington años antes de la muerte de Juana Manuela Gorriti. El libro
& Indianapolis, Indiana University Press, 1989. contiene 250 recetas, enviadas a la escritora por sus amigas y
Stanton, Domna C. “Autogynography: Is the Subject Different?”, conocidas desde los más diversos lugares. La mayoría proviene
en Stanton, Domna C., comp. The Female Autograph. Chicago,
44 TheLaUniversity of Chicago Press, 1987.
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de países que han sido patria de Gorriti en distintos momentos de Por las tierras de la memoria
la historia: Argentina, Bolivia, Perú.
El recetario puede leerse como una pluralidad de autobiogra- …barridos por la gran tormenta que lo trastornó
fías, muchas de ellas de mujeres anónimas, a las que Gorriti todo en el suelo de la patria, dispersáronse,
legitima prestándoles su propia firma. Su Yo parece estar ausente llevando consigo, cual girones de un velamen náufrago,
como sujeto de la enunciación en este ecléctico libro. Entonces, los recuerdos de su pasada existencia
a diferencia de lo que hace en la mayoría de sus textos, ¿Gorriti J.M.G. (MR, 105)
no se autobiografía en Cocina ecléctica? ¿Definitivamente se ha
hecho a un lado y sólo hablan de sí mismas sus amigas o Hay una topografía de la patria desmembrada, dispersa en
eventuales corresponsales? El recetario responde a la invitación, “girones de un velamen náufrago”. Cocina ecléctica representa
al consejo que Gorriti expresa en sus palabras “Al lector” como una posible recuperación de esa patria desarticulada, el texto une
prólogo a otro libro, El mundo de los recuerdos: “Vosotros, los que los “girones”: la memoria compartida en las recetas funciona como
venís despúes, acostumbráos a grabar vuestros recuerdos en la la organizadora y constructora de esa tierra perdida. La obra de
memoria de muchos, a fin de poder encontrarlos, de poder asirlos, Gorriti puede leerse como una extensa saga en la que personajes,
en esta o en otra existencia”. En Cocina ecléctica Gorriti es situaciones y lugares se escriben y reinscriben en un mapa
autobiografiada por las voces de las otras mujeres. Por este imaginario –soñado, deseado– que reconstruye la patria (Salta,
procedimiento, re-escribe su mundo de recuerdos, lo potencia, lo Bolivia, Perú) abandonada siempre en momentos de guerra y
multiplica, lo hace proliferar. destrucción, y de donde se lleva algún fragmento para mostrar
Así, Juana Manuela Gorriti convoca a sus amigas a alistarse en cómo había sido su tierra. Las recetas son piezas de un rompeca-
un ejército de mujeres memoriosas para que la ayuden a buscar bezas; su contexto es el que proporciona el recuerdo, su marco,
y recuperar esos “mirages” del pasado que están dispersos en una un lugar-sentimiento. No quedan aisladas dentro de los límites de
topografía múltiple, fragmentada. Parece que los recuerdos pro- Cocina ecléctica sino que tienen una historia, una matriz, remiten
pios no alcanzan, no queda mucho tiempo, la enfermedad la a otras zonas de la escritura de Gorriti, dialogan consigo mismas
acosa y necesita convocar la memoria de las otras mujeres para al reaparecer en otros textos de la autora. Cada receta condensa
potenciar no sólo los poderes de la evocación sino también y como un “mundo de los recuerdos”, un episodio y un lugar.
corolario, los de la ficción, los de la imaginación. Por otro lado, Así por ejemplo, la fórmula de la “Leche–espuma” –en Cocina
Gorriti no enuncia (aunque sí habla) en Cocina ecléctica, porque ecléctica se llama “Helado de Espuma”– se lee completa, y a la
lo que muchas de sus amigas narran, ella lo relata en otros textos manera de un relato enmarcado, en el episodio “El banquete de la
propios, como veremos más adelante, realizando así una tarea de muerte” de El mundo de los recuerdos. Esta historia sangrienta,
re-duplicación, de intertextualidad con su propia escritura. Esta narrada por Gorriti como autobiográfica, evoca un alegre banque-
obsesión por fijar los acontecimientos del pasado la lleva a dar la te que se celebra con motivo del aniversario de la fundación de la
bienvenida al recuerdo de la otra, a acogerlo amorosamente entre fortaleza de Oruro y la posterior muerte, en enfrentamiento acci-
las tapas de este texto colectivo. La memoria es también colectiva, dental con sus propios camaradas de conspiración, de los solda-
es “la memoria de muchos”, como ella supo verlo con lucidez. dos que en él participaron. Típica construcción gótico–romántica,
concluye con la sala del banquete transformada en capilla ardien-
te en la que Gorriti asiste a las honras fúnebres de los que habían
sido horas antes sus compañeros de mesa.

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Al irrumpir la receta en este episodio histórico, Gorriti nivela su está funcionando como moneda de cambio que permite a las dos
escritura gozosa con la otra sombría del relato que la enmarca. La mujeres gozar de una “existencia de dulce fraternidad”. Con la
receta parece imponérsele con una fuerza propia y así se disculpa promesa de deliciosas “confecciones culinarias”, compran su
ante el lector: “saboreamos con delicia la leche–espuma, golosina libertad. Libertad para fabular, para crear ficciones juntas, activi-
tan esquisita, que, a pesar de la gravedad trájica de los aconteci- dad que ya han estado desarrollando en el camino que las llevó
mientos que evoco, merece el honor de un párrafo a su memoria”. hasta el pueblo, “donde se ocultan casitas pintorescas habitadas
La cocina y la historia, una vez más, se infiltran mutuamente y, por gentes al parecer tan felices, que Mercedes y yo nos dimos el
desde el momento en que este episodio autobiográfico enmarca placer de forjar a su intención una serie de amorosos idilios, hasta
(absorbe) la receta, ésta se constituye también en recuerdo y que hubimos llegado a las primeras calles del pueblo” (MR, 316).
autobiografía. Cuando la leche–espuma reaparezca en el reper- En este episodio, varias recetas aparecen integradas en un
torio de Cocina ecléctica, llevará consigo esa carga, esa densidad “Mensaje” que Gorriti dirige a sus comensales y en el que
de la experiencia vivida que convierte un supuesto préstamo en un supuestamente debe rendirles cuenta de sus labores y activida-
recuerdo. des como ama de casa. La imagen de la autora que construye este
El relato enmarcado es uno de los procedimientos favoritos de texto parece totalmente contrapuesta a la que cuidadosamente
Gorriti. De hecho, y dando otra vuelta de tuerca, todo Cocina organiza en el prólogo a Cocina ecléctica.1 Porque si en éste se
ecléctica puede leerse como un texto enmarcado, sólo que esta lamenta de su ignorancia culinaria –de la que se confiesa culpable
vez el marco está desplazado y hay que buscarlo en otro lado, en por haberse “arrojado a los libros” y poner allí toda su atención–
un episodio autobiográfico titulado “Chincha” que pertenece tam- , la Gorriti del “Mensaje” de Chincha es una cocinera que goza
bién a El mundo de los recuerdos. Privilegiamos este episodio enormemente de su tarea.
como intertexto de Cocina ecléctica porque en él podemos ver a Y no se limita a repetir las recetas tal como le llegan, sino que
la propia Juana Manuela en la actividad de cocinera. Chinca es un crea otras nuevas “en busca de modificaciones que se adapten a
idílico pueblito al que la autora llega acompañada de su hijo Julio todos los gustos” (MR, 319). De esta manera, reemplaza ingre-
y de su gran amiga la escritora Mercedes Cabello de Carbonera. dientes, perfecciona tiempos de cocción, busca con Mercedes las
(En la receta “Ensalada de Paltas”, Mercedes Cabello narra sus mejores frutas, aves y legumbres en las huertas de la campiña y
recuerdos de aquellos días.) Se ha visto forzada una vez más a hasta se esmera en limpiar “el menaje” que usarán para cocinar.
dejar atrás una patria martirizada, que en esta oportunidad es Invierte en todas estas actividades tiempo y afecto y parece
Lima: “Más que la dolencia del cuerpo, la obscesión del enemigo, realizarlas con mucha eficacia.
profanando con su planta la amada ciudad, me obligó a dejarla” Hay dos fragmentos del “Mensaje” de Chincha que no pode-
(MR, 311). mos dejar de citar porque aparecen como un anuncio y como una
Cuenta Gorriti: “El Dr. Carbonera había tomado para mí una suerte de núcleo productivo de la futura Cocina ecléctica: “En el
preciosa casita amueblada que sedujo a Mercedes, y le inspiró la anhelo de extender el catálogo de nuestros manjares, he hecho
deserción del techo conyugal para venir a habitar conmigo aquel apelación a los recuerdos de mi vida nómada, y tomado de los
dije, desterrando a Julio, que fue a hacer compañía al esposo diferentes países que me albergaron, lo que encontré digno de
abandonado. Endulzamos el forzado convenio, prometiendo a nuestro delicado paladar, y os he servido el estofado de seis
aquellos señores las delicias de una esquisita mesa, cuyo menú carnes, la ensalada de zapallo en flor, umintas y pasteles asados
dirijido alternativamente por las dos amas de la casa, nada dejaría entre piedras calcinadas, y la ‘carne con cuero’ de la Pampa natal”
que desear” (MR, 317). Aquí, claramente, la cocina –las recetas– y “Tengo en la mente muchas deliciosas confecciones, con que

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aun no me ha sido dado regalaros, a causa del deplorable estado (CE, 1890, 372). La mujer genera entonces el deseo de algo
de mi salud” (MR, 320). prohibido a su marido con un preparado que es, en realidad,
Así, podemos leer Cocina ecléctica como todas esas recetas saludable e inofensivo porque “esta mojigata sabía que el hombre
que Gorriti tenía en su mente y que prefirió fueran escritas por es un espiritu de contradicción” (CE, 1890, 373).
otras mujeres. Otras que, entonces, no se han limitado a darle Compendio de psicología doméstica, esta receta no opera
“preciosos materiales” para su libro, sino que han escrito, para directamente sobre el enfermo como un tradicional preparado
ella, los recuerdos que a ella misma la habitan, las comidas– medicinal, sino que lo hace de un modo más complejo: simbólica-
lugares de su mapa interior. Cocina ecléctica no es, tan sólo, la mente, casi análogo a una terapia moderna (y muy antigua). No se
“autobiografía culinaria de todo el mundo” como podría parecer en trata del efecto de una pócima sobre el cuerpo sino de las técnicas
una primera aproximación. Se puede ver que las recetas están en y el conocimiento para que el producto sea ingerido.
relación metonímica con los lugares de donde vienen y que alguna En esta misma tesitura, encontramos el aspecto terapéutico de
vez fueron la patria. Así, “Pachamanca” es Miraflores, “Ensalada la receta fuera de Cocina ecléctica, en un relato de Gorriti, “El pan
de Paltas” es Chincha, “Helado de Espuma” es Oruro, las “Humitas” de salud”. Allí se narra la historia de un joven que por una
son Salta y su hija Mercedes. decepción amorosa decide suicidarse, pero cuando va a tomar su
Comer una “Pachamanca” junto al mar de Miraflores es comer- arma encuentra, en lugar de ella, otro objeto que su padre había
se el paisaje de ese lugar querido, es hacerlo parte propia, es colocado allí: “un pan de manteca, tierno, calentito, apetitoso,
internarlo en el cuerpo. tentador, recién salido de los hornos de Bejarano” (M, 119).
El pan, colocado en lugar del arma, modifica la trama y produce
El saber de la mojigata un cambio en el personaje. A partir de ese olor, de esa textura, de
En Cocina ecléctica podemos encontrar numerosas recetas ese gusto, el personaje puede reconstruir su historia, recuperar la
para curar. En ellas se despliega una terapuética casera “para infancia, la casa, el amor familiar. El pan colocado en el lugar del
enfermos en su convalescencia” (CE, 1890, 262). arma es también un instrumento poderoso, positivo, dador de
Si pensamos la palabra “receta” como un término polisémico, sentidos de vida. Es el recurso que el padre elige para curar a su
es decir, no sólo como confección culinaria sino también como hijo. En Fragmentos de un discurso amoroso (1982, 123), Rolland
prescripción médica, los variados platos que acompañan la Barthes habla de la desproporcionalidad en la espera del amor.
convalescencia del enfermo conviven con otro tipo de elaboracio- Manuel es un personaje desesperado y desproporcionado que
nes más complejas, como la que firma Mercedes Cabello, titulada después de comer el pan, recupera el sentido de las proporciones,
“Helado de sangría”. Dice la escritora que según “antiguas cróni- abandona su “extravío” y retoma la comunicación con su padre y
cas”, este helado serviría para curar a los maridos de la embria- con su propia historia. La receta del pan cocido en “los hornos de
guez. Esta receta no sólo despliega un listado tradicional de Bejarano” le permite restablecer su salud mental. Proporcionarse
ingredientes e instrucciones, también propone una práctica. No es y proporcionar una respuesta al dolor vivido.
sólo la sangría la que curará al enfermo sino la “astucia diplomá- También en Misceláneas encontramos otro relato, “La receta
tica de la mujer” (CE, 1890, 371). Una amiga de la escritora del cura de Yana–Rumi”. Esta vez, la fórmula que no es culinaria,
describe a su marido la sangría como “un todo extraño que desde remite a un “remedio eficaz”: “Báñate cada día en el remanso del
que es absorvido se torna despótico, celoso de toda asimilación manantial, cuida tus cabellos tan esmeradamente como el diablo
de su género, si llega sin circunstancias atenuantes y destruyendo cuida las crines de la Chejra. Adórnate como ella, con zarcillos,
al fin, no solo a su contenedor sino al recipiente que los recibe” collares y brazaletes, perfúmate […] con las olorosas flores del

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campo […] derrama la sed de tus caricias […] con tus modales, en Para intimar la mezcla
tu palabra, en tus sonrisas. Haz todo esto y…ya verás” (“La receta Receta: el género se constituye como un listado de instruccio-
de…”, M , 88), señala el cura a la mujer del overo para que pueda nes, como una enumeración de actividades que organiza una
recuperar a su marido. práctica, con enunciados en impersonal (se cuece, se remoja,
Recetas terapéuticas. Discursos medicinales y domésticos píquese, viértasele). En “El hallasgo de Elenita” encontramos una
alejados del cientificismo propio del siglo XIX. Regodeo de una definición interesante, que podría leerse como una cierta poética
instrucción para curar desde el interior de la casa, que no se jacta, de la receta: hay que dejar lo “inflado de la frase” en favor de la
ni alardea, ni brega por convertirse en un saber legítimo, sino que “claridad” tan necesaria en esta clase de “documentos” (CE, 1890,
simplemente pretende aliviar, acompañar la convalescencia, acon- 346). La receta es un documento y porta una realidad virtual. En
sejar. Legislación interior, desde adentro y para adentro. En este la novela los acontecimientos suceden mientras los leemos. Los
sentido el recetario de Juana Manuela toma distancia del recetario personajes nacen, huyen, regresan, aman, se suicidan, deciden,
masculino por excelencia del siglo XIX: La fisología del gusto, de se equivocan, mueren o triunfan, etc. Con la receta es diferente:
Brillat–Savarin (traducido al español en 1825) el cual, ya desde el esa realidad virtual va a producirse posteriormente.
título, sugiere una pretensión universalista y científica. Los sabe- La receta, a partir de la palabra tiene la capacidad de producir
res terapéuticos de Cocina ecléctica se autovalidan por su eficacia un hecho concreto: la realización futura de una comida.
práctica e inmediata. No recurren a postulados ni a teorías. Una También podemos pensar que lo que la receta intenta como
única tabla de cantidades en gramos y centígramos (en la receta discurso es retener, a modo de memoria, la manera de preparar
de “Marrasquino de leche”) podría dar cuenta de cierto gesto un plato. La práctica genera el recetario, genera la palabra y
positivista y científico o la consideración de que es éste un archiva esa palabra para que la comida pueda volver a realizarse.
“poderoso regenerador” de estómagos débiles. Sin embargo realizar la misma comida es una idea utópica, porque
El espíritu del “saber de la mojigata” campea también en las los platos nunca salen dos veces exactamente igual. Señala
firmas femeninas. Así, por ejemplo “Chinga” es el apodo de una de Vázquez Montalbán: “El rito gastronómico […] conserva parentes-
las autoras de varias recetas. Apodo íntimo y doméstico, porque co con la magia y la imprevisibilidad del resultado, aunque se
el lugar desde el cual estas mujeres “enseñan” su saber no es el produzca a partir de ingredientes fijos y programados” (Contra los
de los grandes nombres, el de los prestigios irrefutables: es un gourmets, 1990, 11). Una receta es, a su modo, una narración, una
lugar interior, familiar. De este modo se entiende la autojustificación relación de hechos. Sobre esta capacidad fabuladora de la receta
de Chinga, al firmar, con su sobrenombre, una nueva confección. como narración dice Juan Cueto: “La fantasía es el principio de la
Ella lo hace “bajo el dulcísimo diminutivo con que me nombran los cocina de la palabra y sin esa capacidad fabuladora de los
míos, muy más querido para mí que todos los títulos de la tierra” cocineros reales, de los gastrónomos ilustrados, de las abuelas
(CE, 1890, 212). decimonónicas, de los chefs modernistas, de los re-estructuradores
Las mujeres comparten sus recetas y sus consejos que supo- o de los revolucionarios, ahora mismo estaríamos condenados a
nen no sólo un saber culinario (ciencia más “conveniente a la la cocina del azar y la necesidad de subsistencia”.2 El tiempo de
mujer”, como reza circunspecto el prólogo) sino también un saber esa narración es, en una receta, el presente y está neutralizado –
diplomático: disfrazar para disimular, lograr convencer y así en el caso de Cocina ecléctica– por el uso del impersonal, pero lo
conducir. narrado no sucede en presente, ha sucedido o sucederá. La
receta permite la repetición “ad–æternum” de lo que se narra.
En este sentido posibilita el rito. El presente podría pensarse

52 La mesa está servida La mesa está servida 53


como un presente épico, atemporal, mítico. Un recetario es un entendidos cocineros desconocen”. La imprecisión de “un si es no
archivo de instrucciones que contiene un tipo de información es de ajo molido” (CE, 1890, 119) puede convivir entonces con la
cultural epocal, pero que se atemporaliza y dibuja el espacio de lo exactitud de “una libra de estoraque en bruto” o “media onza de
ritual. azúcar” (CE, 1890, 395). (El énfasis es nuestro.)
La receta posibilita, de este modo, la construcción de un Se vuelve casi imposible establecer el punto en que estas
patrimonio. Algunas recogen saberes de la cocina popular cam- recetas, cuando son meros “listados de instrucciones” se
pestre. “Llaman así los gauchos…” (CE, 1890, 50) o “Los indios metamorfosean en relatos literarios específicos y viceversa: cuan-
suelen…” (CE, 1890, 70). Lo que Cocina ecléctica recopila con do estos relatos devienen listado de instrucciones. Y es que tal vez
frecuencia son los propios ritos culinarios. En el caso de “Humintas” pudiéramos aventurar que la receta forma parte de un género
(CE, 1890, 69), Edelmira Belzú relata el ritual indio para la literario de frontera. ¿Dónde empieza lo fantástico y acaba lo real?
preparación de esta comida. El verbo deja de ser impersonal: hay Al respecto, Cueto sintetiza: “en esa ambigüedad permanente
un sujeto colectivo. La descripción de instrucciones se convierte reside la magia y el milagro interminable de la literatura culinaria”
así en una secuencia de actividades realizadas por los indios, (244). Quizá este género se caracterice por la mezcla y una receta
quienes preparan esta comida desde tiempos inmemoriales. no sea otra cosa que una “mistura” (CE, 1890, 397) que, según su
Preparar la receta es repetir esa escena ritual. El asado, comida autora Amalia Merino de Vivero, se torne “persistente al agua, al
asociada por sobre todas con la “identidad nacional”, remite a la aire y al tiempo”.
constitución y origen de una nación. Allí el registro de lo ritual se
exaspera: “la carne fue llevada a la pira donde la aguardaban dos Cocina ecléctica o un tratado sobre la patria
gauchos pontífices en aquella ceremonia” (CE, 1890, 284).
Para que aquello que la receta narra pueda realizarse nueva- No me asombra que haya Ud. tomado parte en
mente será necesario que la retórica culinaria se torne minuciosa revoluciones, levantado barricadas y asistido a
al extremo. La “claridad” del “documento” a la que aludía la receta combates: asómbrame y me aterra, pensar que ha
de Elenita Verdugo no es otra cosa que la necesidad de una tenido en sus manos ese horripilante animal
meticulosidad descriptiva muy precisa. Sólo así este relato–receta J.M.G. (MR, 275)
dará lugar a la realización del ceremonial: “Al vaciarla [se refiere
a una gallina] se tendrá cuidado de no arrancarle la gordura Yo, nieta de un prócer de la Independencia,
interior” (CE, 1890, 151). Esta codificación de conductas no es sin hija de un republicano, hermana de republicanos,
embargo autoritaria, sino necesaria para que lo narrado se re– sueño con un tribuno joven y elocuente,
produzca. que invocando el símbolo sagrado de la ventura humana:
No obstante, en esta escritura culinaria hay muchas descrip- Libertad, Fraternidad, Igualdad, electrice al pueblo con el calor
ciones que no pueden convertirse en relatos tan escrupulosos y es de su palabra, con el fuego de su mirada, y que al descender
allí cuando la representación de la mujer se vigoriza porque es del pavez donde lo ha elevado el entusiasmo de la multitud,
sólo ella la que conoce aquello que en la receta no se puede caiga a mis pies y me llame su esposa.
contar. La posesión de ese “secreto” compensa las deficiencias de J.M.G. (MR, 65)
la retórica culinaria. El “Lomito a la criolla” (CE, 1890, 295)
“necesita solamente, pero de manera indispensable, manos de En el recetario, como en toda la producción de Gorriti, la
mujer para darle ese punto que, en tal clase de platos, los más Historia se infiltra en la comida y la comida –la receta– en la

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Historia. El patriotismo, esa pasión por el cuerpo de la patria, como “el más querido de los generales del mundo”. El momento
atraviesa este ecléctico recetario y se despliega en dos momentos es “una época de guerra civil”. Estas imprecisiones o, si se
que dan lugar a dos series posibles de recetas: las que llamare- prefiere, indefiniciones, lejos de oscurecer o desdibujar la narra-
mos “épicas” o “heroicas”, que corresponden a un primer momen- ción, la sitúan en un marco histórico en el que las guerras civiles
to histórico (lucha por la independencia, guerras civiles) y una son tan continuas y dilatadas que no hace gran diferencia saber
segunda serie, que llamaremos de la ficción doméstica o del de cuál se trata. Y la referencia al general como “el más querido
“héroe domesticado”, que tiene como telón de fondo la constitu- del mundo” lo acerca afectivamente a una cotidianeidad que
ción y el asentamiento de la nación.3 suponemos poblada de generales heroicos y esforzados en la
Las recetas de la serie heroica o épica se construyen con un defensa de su tierra y de un proyecto de país. Por otra parte, el
movimiento paralelo al de los héroes fundadores que montan a desarrollo de la receta muestra cómo el general ha puesto toda su
caballo. Se narran a sí mismas, por un lado, como “confección energía en la guerra, y no puede detenerse a comer, no puede
culinaria”, y por otro y simultáneamente, narran los resplandores, robarle a la patria esos minutos. Su pasión por ella lo hace un
los galopes veloces y apenas entrevistos de esos momentos héroe indómito y obsesivo. Indómito: sin domesticar, y por consi-
fundacionales, de esas gestas épicas vertiginosas. guiente, no capacitado para compartir los placeres del hogar, de
San Martín, “en su gloriosa odisea”, “pronto a partir y con el pie la domesticidad. Para que acepte comer, hay que “engatusarlo”,
en el estribo”, rehusa el almuerzo, los diversos alimentos que le seducirlo, darle una comida que parezca un arma, que equivalga
ofrecen las gentes del lugar. Pero suministra una receta, apresu- a un arma: una comida en forma de balas. Aquí el héroe aparece
rada y conciliadora: “¡Al vientre del pescado –dijo– todas esas combatiendo sin tregua, como una imagen –belicosa– que se
excelentes cosas, y en marcha! Dijo, y partió a galope” (CE, 1890, repitiera “ad infinitum” adquiriendo entonces la pose, el gesto, la
44). Esta receta, “Dorado a la San Martín”, podría titularse también inmutabilidad de la estatua, del bronce que devendrá una vez
“Cómo cocinan los héroes” o bien “Cómo comen los héroes” muerto. Las mujeres que lo rodean deben aguzar el ingenio para
(porque en Cocina ecléctica también lo hacen aunque estén en el lograr desviarlo de sus propósitos inexorables. Pero hay que
bronce), ya que luego de preparado el pescado, dos asistentes, “a hacer un esfuerzo y desplegar esa capacidad de identificación
carrera tendida”, se adelantarán al general y lo esperarán en la femenina que permitirá a la joven cocinera mimetizar el plato que
siguiente etapa para servirle “su” dorado, asado y calentito. Hay prepara con la imagen del objeto de deseo del general. Una cierta
que señalar que la aparición del personaje famoso que resulta ironía parece titilar por momentos en esta receta, donde se
involucrado en un descubrimiento culinario es, como observa representa una oposición muy marcada entre los poderes del
Stephen Mennell, un rasgo característico de los repertorios artificio –de la cultura– del lado femenino, y los trabajos de la
gastronómicos a partir del momento en que se estabilizan como guerra como un continuo monotemático y sin matices del lado
género literario. Pero lo que aquí nos interesa es, sobre todo, qué masculino. De alguna manera y para mencionar una de las
representa ese personaje desde un punto de vista simbólico, en oposiciones fundantes de una imagen, de un modelo posible de
tanto agente de la historia patria. Y aquí el personaje famoso es nación, esta receta dramatizaría el enfrentamiento entre la civili-
un general, un guerrero, que defiende un territorio de bordes zación y la barbarie, donde los poderes de seducción de la primera
todavía imprecisos y que tardará aún largo tiempo en dibujar y logran envolver a la segunda.
construir su proyecto final de nación. En cuanto a la otra serie de recetas, a la que hemos llamado
En la receta “Balas del General”, que comienza con un diálogo “del héroe domesticado”, construyen una imagen de nación que
ágil y rápido, el héroe no tiene nombre propio y se lo identifica se consolida en un marco de paz y progreso. (Recordemos que

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Cocina ecléctica se publica en 1890). La palabra progreso evoca industria. O, para decirlo con palabras de Gorriti, “el hogar, fuego
las alabanzas que Juana Manuela, viajera constante, le dedica al sagrado, donde se elaboran las naciones” (MR, 279).
ferrocarril: “Recostada en los mullidos cogines de un lujoso Pero Gorriti, en su selección de recetas, no trabaja con las
wagon, recordaba yo aquellas heladas estepas donde en otro periodizaciones que aplicaría un historiador. Los tiempos de
tiempo el soroche asaltaba al peregrino, que no hallaba ni siquiera Cocina ecléctica son los del recuerdo y por lo tanto se superponen,
una choza donde guarecerse contra el cierzo que eternamente se entremezclan y se cruzan en relación con sus referentes
reina en aquellos páramos. Y embozándome en mi suave bufanda históricos. No hay aquí ningún rastro de un discurso ordenado
de vicuña bendecía al progreso, y a Meiggs, que lo introdujo en “cronológicamente”. Lo que nos interesa es cómo este libro da
estos desiertos” (M, 11). “El suelo se cubrió de ferrocarriles que se cuenta de distintos momentos del imaginario colectivo en relación
llevaron el perfume del sahumerio, y trajeron el del gas, de la hulla, con la historia nacional. Y que estos imaginarios son riquísimos y
y del asfalto”. (MR, 183). plurales porque corresponden a países diversos y también a una
La lectura de las recetas permite reconstruir un imaginario gran variedad de memorias individuales.
poblado por “comensales” y “gastrónomos” de “delicados palada- Así, Cocina ecléctica, leída como un tratado de la patria,
res”, que evocan al burgués sedentario y gustador de los placeres adquiere un plus de sentidos y significaciones, construye un mapa
de su bienestar, en lugar de los generales indómitos y sin tregua discursivo que se podría filiar con la utopía panamericana que
que a duras penas aceptaban detenerse a comer. Hay, entonces, Gorriti defendió hasta sus últimas páginas y que recorre toda su
en este segundo momento, imágenes de padres, tíos, hermanos producción: “y un abrazo de fraternidad hará, de la América Latina,
que transitan del comedor del Tigre Hotel al del “Pabellón de desde el golfo de Darién hasta el estrecho de Magallanes, la
Persia en la Exposición”, buscando, ellos mismos las novedades ‘grande y gloriosa nación’ que vuestra mente divisara en un
culinarias para deleitar sus exigentes paladares. (Ver “El Hallazgo profético mirage” (MR, 29).
de Elenita”, 345 y “Gallina a la Persa”, 151).
La autora de “Frituras a la Diva” (107) narra embelesada, a la Muerte y transfiguración de Juana Manuela Gorriti
par de su receta, el viaje en vapor que compartiera, desde Lisboa Gorriti escribe paralelamente a Cocina ecléctica su autobio-
hasta Montevideo, con la gran soprano Adelina Patti, a la que ha grafía. Allí la memoria es un instrumento preciado para resistir las
escuchado cantar en “Covent Garden y la Grande Opera”. Sud- barreras del tiempo y de la muerte, para librar a la propia identidad
americanos que viajan por Europa y europeos famosos que visitan del azote del olvido. Sin embargo, lo que escribe allí es el dolor, la
estas lejanas tierras. Del momento histórico que evocan estas enfermedad que avanza, la vida que se apaga. El intento fracasa,
recetas podríamos decir con Rubén Darío: “Y muy siglo XVIII y Lo íntimo es la crónica de un vejez indefectible, abatida represen-
muy antiguo/Y muy moderno, audaz, cosmopolita”. tación de lo que se acaba. “Parezco una sibila” y en lo que hace
Las recetas representan entonces el momento en que, tal a comer “soy más cigarra que antes” (LI, 18; 102). El relato inicial
como señala Doris Sommer, “los novelistas estaban también del nacimiento que está enmarcado en la “prolongada lactancia”
transformando una cosa en otra: el valor en sentimentalismo, la va quedando lejos y da lugar a las imágenes del cementerio de la
épica en romance, el héroe en marido” (Sommer, 15). Momento en Recoleta como próxima morada y a la enfermedad que gana
que las burguesías nacionales revocan valores como el militaris- terreno.
mo y el heroismo, tachándolos de bárbaros, sustituyéndolos por En cambio en Cocina ecléctica se manifiesta un goce profun-
la glorificación de una domesticidad que la civilización impone do. Lo ritual del discurso culinario, la posibilidad de repetir la
como el marco más adecuado para el desarrollo del comercio y la realización de tal o cual plato, hace que esta memoria no fracase.

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Aquí sí es posible saltar la valla del tiempo y del olvido y hacerlo 2 Juan Cueto es un sociólogo asturiano que ha publicado varios
con otras mujeres. Por eso Cocina ecléctica es una celebración trabajos sobre cultura culinaria. Esta referencia corresponde a
que produce no un estallido sino un regocijo, “un arte de vivir por una Conferencia sobre “La cocina cristiana de Occidente” –
encima del abismo” (Jean Louis Bouttles, citado por Barthes en recetario del escritor gallego Alvaro Cunqueiro–, presentada en la
Fragmentos de un discurso…, 141). Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (Barcelona, 1982),
Mapa de placeres, erotismos vedados y sensaciones múlti- incluido en el libro Conferencias culinarias. Universidad Interna-
ples, la mortificación tan caracterizadora de la heroína romántica cional Menéndez y Pelayo, 1981-1982, pp. 235 a 249.
del siglo XIX (melancólica y enferma) se desdibuja cediendo paso 3Con respecto al concepto de “domesticación del heroismo”
al imperio de los sentidos, al mundo de las fantasías y los véase Eagleton, T. citado por Kirkpatrick, p. 19.
recuerdos, a las picardías y a las sensualidades o a las “brujerías
culinarias” de la Monja Serrano, amante de Alvear. Bibliografía
En Lo íntimo comer y escribir son las conexiones de Gorriti con Armstrong, Nancy. Deseo y ficción doméstica. Una historia políti-
la vida, tareas materiales que la hacen descender a la tierra. Sin ca de la novela. Madrid, Ed. Cátedra, 1991.
embargo, las “lágrimas de la vejez”, “heladas y amargas” van Barthes, Rolland. Fragmentos de un discurso amoroso. México,
inundando certeras todo el entramado de una escritura y una vida Siglo XXI, 1991, pp. 123 a 126.
que se apagan. La transfiguración acontece en Cocina ecléctica, Benjamin, Walter. Cuadros de un pensamiento. Selección, crono-
donde Juana Manuela se divierte, se engalana con sus amigas logía y posfacio de Adriana Mancini. Buenos Aires, Ed. Imago
más queridas. Es allí donde la lactancia lejana de la niñez, Mundi [Colección Primera Persona], 1992, págs. 150-152.
consignada en la autobiografía, cobra vigor y Gorriti se “nutre”, Cueto, Angel. “La cocina fantástica de Alvaro Cunqueiro” en
nuevamente, ya no de pechos maternos, sino de la compilación de Conferencias culinarias. Universidad Internacional Menéndez
estas recetas dispersas, vitales y múltiples. Se alimenta de esta y Pelayo, 1981-1982. Barcelona, Tusquets Editores [Colec-
escritura terapéutica y sabrosa. Se olvida del sibilismo melancó- ción Los 5 sentidos], 1982.
lico. Lo “helado” se hace caluroso, lo amargo, dulce, y Gorriti Espinet, Miguel. El espacio culinario. De la taberna romana a la
festeja el acceso triunfante a la eternidad. cocina profesional y doméstica del siglo XIX. Barcelona,
Tusquets Editores [Colección Los 5 sentidos], 1984, 77 a 116.
Notas Kirkpatrick, Susan. Las romáticas. Escritoras y subjetividad en
1 Cocina ecléctica circula actualmente en una desafortunada e España, 1835-1950. Madrid, Ed. Cátedra,1991.
incompleta reedición (Librería Sarmiento, Bs. As., 1977) a cargo Ludmer, Josefina. El género gauchesco. Un tratado sobre la
de Miguel Brascó, quien sugiere que “Las nostalgias de Belzú y un patria. Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 1988.
replanteo de los errores cometidos por ella en su estrategia con el Mennell, Stephen. All Manners of Food, Eating and Taste in
guerrero, inspiran el Prólogo de este libro” (p. 13). También habla England and France from the Middle Ages to the Present.
del “lánguido detachement de la teen ager salteña lite-ratosa” que Oxford y New York, Basil Blackwell,1987.
devendría –según su lectura– en “candorosas pretensiones de Sommer, Doris. Foundational Fictions. The National Romances of
una falsa espiritualidad frugalosa”. El tono de esta introducción Latin America. Berkeley y Los Angeles, University of California
puede calificarse, por lo menos, de misógino y muy pedante y se Press, 1991.
podría agregar que su autor escribe con el estilo típico de la Vázquez Montalbán, Manuel. Contra los gourmets. Barcelona,
improvisación que suele generar la ignorancia de un tema. Muchnik Editores, 1990.

60 La mesa está servida La mesa está servida 61


taciones del ciudadano nacional y abren varios interrogantes
sobre la obligatoriedad de la ley. Por ejemplo, en un relato de
Panoramas de la vida (1876), Gorriti narra la historia de una joven
paciente detenida en un asilo y sus intentos de recobrar la libertad
y volver al hogar.1 Los fúnebres muros del edificio atrapan la
atención del lector, pues señalan el poder de la institución sobre
los habitantes y sobre el sistema binario que les ha organizado la
vida. Locura y razón, cárcel y libertad, silencio y discurso libre,
constituyen las dos esferas del espacio narrativo y representan,
además, una conceptualización del Estado que, según la narrado-
ra, necesita ser enfrentada. La heroina se disfraza de otra mujer
y salta sobre los muros que la mantienen encerrada. Así, la
máscara quiebra las categorías de la subjetividad femenina y
rompe las estructuras binarias que separan razón y locura. Disfra-
zándose de otra, se confunden las leyes del sujeto; disfrazándose
Disfraz y delincuencia en de otra, se amplía el concepto del yo femenino impuesto por la
sociedad.
la obra de Juana Manuela Gorriti Desde su primer libro, escrito durante la época rosista, hasta
su autobiografía, preparada durante los últimos meses de vida,
Gorriti recurre a la máscara, al uso de múltiples subjetividades
FrancineMasiello para cuestionar el lugar del yo nombrado con respecto del Estado.
Las ventajas son obvias: esto permite no sólo otra manera de
articular la identidad en sus momentos de crisis, sino que pone a
prueba las fronteras del espacio institucional. Se fragmenta la
La obra de Juana Manuela Gorriti (1818-1892) cubre un vasto historia narrada y se critica la política nacional. El disfraz y el
territorio en el campo cultural decimonónico: cruza las cúspides desdoblamiento, la falsificación y la acumulación de riquezas,
del romanticismo y llega hasta el auge positivista de fin de siglo. permiten constituir otras identidades para el ciudadano latinoame-
Sus escritos reflejan preocupaciones por el exilio y la tiranía, el ricano. Con frecuencia, el proyecto se pone en evidencia a través
materialismo y la modernidad y despliegan un amplio registro de de personajes marginados que cruzan los límites de la ley. Por la
las funciones del ciudadano en el estado liberal argentino. Gorriti vía de la delincuencia y el crimen se ataca las bases del gobierno,
encara la cuestión de la identidad del sujeto tal como se ha ido por la vía del disfraz y el desdoblamiento, se amenaza el control
definiendo en el interior del proyecto nacional. Nombra las estra- estatal. Sin embargo, la obra de Juana Manuela Gorriti es alta-
tegias de identidad, desde la perspectiva de la óptica oficial, y mente contradictoria. Si por un lado la delincuencia engendra en
después recurre a varias tácticas que obligan a considerarlas sus textos cierta libertad discursiva, por el otro se defienden las
desde una mirada distinta. leyes inauguradas por el padre/Estado. Ciudadanía y delincuen-
Así, la magia, el disfraz, el crimen llegan a ser instrumentos de cia, ley y desviación, son los polos opuestos que organizan los
transformación en su obra, en tanto que facilitan otras represen- relatos de Gorriti.

62 Disfraz y delincuencia Disfraz y delincuencia 63


Además de señalar una clara preferencia por aquellos seres el texto trunco y la imagen suelta se compaginan con un largo
periféricos, abandonados por la sociedad y exaltar las “tretas del catálogo de bibelots, joyas y otros objetos de lujo, que no se
débil”, Gorriti critica a aquellos sujetos marcados por las huellas de definen por su uso porque todos los desean.
lo ilegal. Las mujeres (enfermas, delirantes o pobres), así como los Además se multiplica la convivencia de poblaciones extranje-
fugitivos y contrabandistas ocupan un lugar importante en su obra. ras, se mezclan los idiomas; las fronteras nacionales se borran y
Incitados por el materialsmo y los mitos liberales del progreso, las razas se cruzan. El desorden crea nuevas condiciones de
los delincuentes representan por un lado, los peligros de una narración: el diario, el chisme, el texto intercalado, son productos,
sociedad en vías de transición y por otro, señalan un malestar aparentemente instantáneos, de una sociedad en rápido movi-
social, generado desde el centro del Estado.2 Dicho ,de otra miento. Por oposición a la autoridad del relato tradicional se
manera, la modernidad parece inventar a sus criminales. El incorporan textos sin narrador identificable, voces desconocidas,
Estado encierra a sus ciudadanos en una cárcel de valores fijos; y vocablos en lenguas extranjeras. Son señales de la presencia
superarlos significa transgresión, delincuencia o locura. del ciudadano sin origen, que se rehusa a participar en la ideología
A lo largo de su obra, Juana Manuela Gorriti altera estas de la familia unida, o que no se deja nombrar dentro de las
representaciones para señalar las crisis del estado nacional en categorías de raza o etnia conocidas en América Latina.
relación con la modernidad. En este trabajo me ocuparé de las De entre los personajes siniestros impulsados por la codicia,
modificaciones de la estética y la ideología liberal que pueden surge una nueva figura que ratifica la presencia del mal: el
leerse desde Panoramas de la vida (1876) hasta Oasis en la vida “hombre color de cobre”, que ocupa gran parte de las fantasías de
(1888) y me detendré, en particular, en las distintas representacio- los demás personajes del relato. Marcado por la diferencia racial,
nes de delincuencia, identidad y Estado que anticipan la transición el hombre color de cobre es aquel que se disfraza de múltiples
de la anarquía a la consolidación estatal de 1880. formas para aterrorizar a la gente decente y ascender en la escala
social. Desde Panamá a San Francisco de California, su presen-
Raza e identidad social cia es la amenaza de la otredad: figura amorfa, aventurero de
Gorriti se interesa activamente por los marginados y por los origen desconocido, aparece como indio, inglés, cazador y minero
conflictos que ellos provocan en la sociedad. Como anticipándose y su irrupción genera violencia y un creciente terror sexual. Este
a la consolidación del Estado durante la década de 1880, Gorriti monstruo, a veces es identificado como Falkland, “el filibustero
utiliza la figura del subalterno para reflexionar sobre la identidad incendiario de Centro América” o como “Ojo del Azor”, cazador y
del individuo tal como se construye dentro del programa liberal. En conspirador con los salvajes, o como Tobajoa, “Malvado indio
“Un viaje al país del oro”, publicado en Panoramas de la vida3 se navajo” y violador de niñas.
describe la orfandad que prevalece en la sociedad de consumo, La mezcla étnica del personaje rehusa un nombre singular:
el materialismo que distorsiona los valores éticos y separa a los salta, corre, se disfraza, sin que nadie lo detenga. Su eliminación
niños de sus padres; todos entran en el mercado de compra-venta se hace necesaria para restaurar el orden. Se lo asesina, al fin, en
hasta perder el sentido de su identidad. El comercio y la piratería un teatro de San Francisco, donde, paradójicamente, se repre-
y, muy especialmente, el oro de las minas de la alta California senta un vaudeville en la época de carnaval. Su esqueleto pasará
vencen a la pobreza. Aquí, “la sed de oro” desarma las categorías primero a manos de un médico naturalista inglés y, más adelante,
del saber; produce un exceso de detalles –“basura”– sin que al Museo de Historia General.
ninguno sea consolidado por un plan estatal definido (PV, 173). De Con este gesto se logra reducir la peligrosidad del criminal al
esta manera, proliferan los discursos de la sin razón: el fragmento, convertirlo en objeto de la investigación científica, se logra detener

64 Disfraz y delincuencia Disfraz y delincuencia 65


la delincuencia del subalterno asegurando el proyecto estatal. todo gobierno moderno por unificar ley e identidad, jerarquía
Anticipándose a los experimentos naturalistas de los médicos/ social y raza, sobre todo en presencia de una creciente delincuen-
escritores de la generación del ’80, Gorriti vincula el mal con cia a la que resulta difícil nombrar.
la mezcla racial y elimina al delincuente del panorama social
moderno. Ciencia y libertad
También en sintonía con la visión de los gentlemen de la Si el disfraz confunde la identidad y facilita el crimen, también
generación del ’80, el sentimiento anti–indígena y xenófobo del tiene la función de proponer otra manera de pensar el discurso
relato se presenta a través de las múltiples máscaras del persona- cientificista asociado al positivismo. En “Peregrinaciones de una
je desconocido. Por otra parte, la pluralidad de actitudes del [sic] alma triste” la protagonista moribunda desafía a su médico y
hombre de color desordena las fronteras de la patria y amenaza se escapa de su lecho de enferma, vestida de señora. Como la
la integridad familiar. Al incendiar las casas y raptar a las niñas de protagonista de “Una visita al manicomio”, esta mujer utiliza el
las “familias decentes”, provoca malestar en el inconsciente disfraz para facilitar su huida. “Y Ud. con toda su ciencia no
liberal. Por otro lado, proporciona el elemento sádico sin el cual el reconocería a su enferma” (PV, 25) le dice a su médico una vez
relato no podría avanzar.4 Las múltiples posiciones del criminal que se va de la casa.5 La libertad del individuo surge como tema
eluden el control de los otros e inauguran una histeria narrativa y plantea un interrogante: cómo manejar los derechos individuales
que incita a los demás personajes y pone en movimiento la acción. frente a la ciencia moderna y frente a la carga simbólica asociada
Mientras no pueda ser ubicado, representa el todo y la nada, se al discurso del progreso. La protagonista huye de la casa materna
convierte en el signo de las amenazas omnipresentes en la nueva y del poder del médico y sobrevive por su capacidad de relatar
sociedad. Su imagen nos recuerda otra figura literaria de la misma cuentos. Asumiendo el papel de Cheherezada, narra para sobre-
época, “El hombre de confianza” de Herman Melville (1857), vivir. Por medio de la literatura, se supera la voluntad cientificista
personaje marcado también por sus múltiples disfraces y sus de poner orden al mundo moderno; en lugar de focalizar en un sólo
tácticas de estafador, que reflejan el mundo capitalista que emer- origen para el individuo, Gorriti insiste en mostrar la proliferación
ge en los Estados Unidos de mediados de siglo. De hecho, el de relatos que constituyen la vida. Así, predomina el exceso
personaje del relato de Gorriti es un producto de la codicia. Es narrativo sobre el calculado avance lineal. Pero aquí Gorriti limita
descubierto en Panamá, entre los yanquis aventureros que van en la libertad a la gente buena, a aquellas personas que prometen
busca de riquezas. Desde allí, introduce el caos en el seno de la ofrecer otra perspectiva ética sobre el quehacer nacional.
vida americana: busca el mal, señala el desorden, desagrega los “Peregrinaciones de una alma triste” es una narración organi-
códigos de la familia. Su reiterada falsificación –otra forma de zada sobre la base del fragmento: los textos que la componen
delincuencia– funciona, además, como arma de doble filo: las desafían una totalidad. La mujer enferma narra historias de indios
personalidades del hombre cobrizo se multiplican en respuesta a y cautivas, de asaltos fronterizos, de la vida en el convento y de los
las demandas del Estado y de la ficción literaria. Obligado a ataques del bandido Varela así como de numerosos viajes por
cambiar de forma para que el relato avance, el hombre cobrizo Chile, Perú, Brasil y Argentina. Frente a la voluntad cientificista del
señala los procesos de representación producidos en la sociedad Estado, prolifera una serie de relatos menores que enaltecen la
liberal que necesita la transgresión del otro para definirse a sí rebeldía y el caos. Y a diferencia del otro relato, que insistía en la
misma. Anticipo del producto de la generación del ’80, “Un viaje al necesidad de la ley, aquí Gorriti defiende el desorden, sobre todo
país del oro” subraya la ansiedad con respecto a aquellos seres cuando se expresa a través de la imaginación de una mujer.
que circulan sin la aprobación legal. Indica la necesidad que tiene En este sentido “Peregrinaciones de una alma triste” también

66 Disfraz y delincuencia Disfraz y delincuencia 67


recurre a la trama de la orfandad, siempre cuando se invierten los proyecto de la generación del ’80: vida pública y privada se reunen
términos comunes del discurso familiar. Aquí la protagonista bajo la ley del progreso. En la novela, Sarmiento, Mitre y Vedia
busca la casa de la infancia pero después la abandona; el reducto encabezan la lista de invitados que atestiguan el matrimonio de los
del hogar es desplazado por la violencia de las guerras civiles; los jóvenes de la novela; su presencia sirve para unificar ficción y
hombres adoptan a los niños desheredados y las madres renun- Estado, la institución bancaria y el amor.
cian a sus hijos. La narradora derrumba el modelo edípico de la Pero hay otro elemento que refleja la modernidad del proyecto,
narración que marca el principio y el final del relato con una vinculado a las varias formas de disfraz que encubren la identidad
aclaración de los misterios de la trama. De hecho, al final de la del yo. No me refiero aquí al disfraz como vestimenta, algo que he
historia, sin que nada se resuelva, los personajes se dispersan, comentado en los relatos anteriores y que resulta incluso obvio en
otorgándoseles libertad. Así se escapan las cautivas, se liberan esta novela, sino al travestismo de la escritura producido por el
los esclavos y se reúnen los amantes; los personajes éticos texto mismo. La fabricación de textos –y las máscaras que ellos
obtienen la libertad por medio de la anarquía. engendran– dan nueva forma a la vida diaria del fin de siglo
Una escena, hacia el final del relato, aclara el proyecto de argentino y sirven aquí para disfrazar a la gente y alterar su
Gorriti: en un baile popular, los sirvientes y esclavos se reunen con identidad.
los patrones; ninguna jerarquía social controla el diálogo entre Oasis en la vida es la historia de Mauricio Ridel, autor de
ellos. Gorriti recurre a lo carnavalesco para festejar la democracia folletines. Se trata de un hombre empobrecido por sus trabajos y
y hace que triunfe el individualismo en el marco del plan liberal.6 sus largos años de viaje. Su texto –el folletín– inaugura la novela
Pero aquí la mujer se hace responsable de la fiesta social, ejerce y demuestra las luchas del escritor por definirse mediante lo
un poder sobre la política de la novela y compite con el plan del escrito. Se destacan, entonces, las múltiples ficciones que orga-
Estado y sus programas paternalistas. La narradora ofrece su nizan el mundo del trabajo en la sociedad civil. La palabra escrita
propia versión del proyecto estatal, apoyando a los ciudadanos hace proliferar las mentiras de la identidad: más allá de los
buenos desde el recinto de la vida privada. folletines que aseguran una ganancia modesta para el protagonis-
ta, Oasis en la vida también se constituye por otras ficciones
Dinero y democracia escritas. Así el testamento del padre, la póliza de seguros y las
Las propuestas que se sugieren en sus primeros volúmenes se cartas del escribano arman una identidad legal para cada uno de
llevan a cabo en Oasis en la vida, novela encargada por la “Buenos los personajes. Al mismo tiempo, las novelas leídas, las composi-
Aires”, una compañía de seguros dedicada a promover el ahorro ciones musicales, los carteles de publicidad y el álbum de fotogra-
y la inversión financiera del pueblo argentino. El relato correlaciona fías entran en el relato para crear una red de identidades nuevas
dinero y felicidad, enaltece los principios de conducta del buen y ampliar el imaginario social. Oasis en la vida señala la importan-
ciudadano y privilegia al que busca la libertad personal por medio cia de la cultura impresa como fundamento de la subjetividad
del ahorro.7 Avanzando sobre los relatos anteriores, Oasis en la moderna, determinada no sólo por la ley, sino también por la
vida cruza los circuitos de lo público y privado para asegurar la literatura. Finalmente, Gorriti parece decirnos que todo se reduce
felicidad a cualquiera que respete la ley. La delincuencia de a una estrategia de la ficción en la que el individuo pacta con la
Panoramas de la vida se transforma aquí en un máximo respeto representación de lo real. A diferencia de los relatos anteriores en
por las instituciones del estado liberal. De esta manera, el ahorro los cuales el disfraz y la delincuencia alteraban la identidad del
de dinero facilita el amor: con el dinero en la mano, los novios individuo, Oasis en la vida insiste en los múltiples discursos
pueden casarse al final de la novela. Se logra así consumar el impresos como base de la subjetividad. De esta manera, Gorriti

68 Disfraz y delincuencia Disfraz y delincuencia 69


avanza más allá de las propuestas de sus primeros relatos en las definiéndose a favor de una meditación sobre el alma de la mujer).
cuales el texto fragmentado señalaba para bien o para mal, el Creo que el liberalismo de Gorriti se preocupa más de la libertad
desorden y el caos. Aquí, en cambio, los fragmentos textuales del individuo que de los principios igualitarios de las masas en
contribuyen a una totalidad, adecuándose a las necesidades del general.
estado argentino en el fin de siglo. Vida privada y espacio público 7 En otros trabajos he comentado la importancia de esta novela
se reúnen a través de la escritura. Aquí, además, se enaltece el en el contexto de la generación del ’80. Ver, por ejemplo, Between
triunfo del Estado, que promete un desenlace feliz a los individuos Civilization and Barbarism (1992) y “Voces de(l) Plata”, a publicarse
que respetan sus leyes. En este sentido, el plan de progreso que en1994.
se inaugura en 1888 deja sus huellas en la obra tardía de Juana
Manuela Gorriti. Menos opositora que antes, la autora, al final Bibliografía
de su vida, acepta la palabra de la ley como pasaporte a la De Lauretis, Teresa. Alice Doesn’t. Feminism, Semiotics, Cinema.
modernidad. Bloomington, Indiana, Indiana University Press, 1984.
Fletcher, Lea.“Patriarchy, Medicine, and Women Writers in
Notas Nineteenth-Century Argentina”, en The Body and the Text.
1 “Una visita al manicomio”, Panoramas de la vida, vol. 2 (1876), Comparative Essays in Literature and Medicine, comp. Bruce
págs. 129-148. Clarke y Wendell Aycock. Lubbock, Texas, Texas Tech Univer-
2 Sobre la representación del delincuente en la narrativa existe sity Press, 1990.
una amplia bibliografía. En particular, los aportes recientes de Ludmer, Josefina. “El delito: Ficciones de exclusión y sueños de
Josefina Ludmer (1993, 145–153) ayudan a correlacionar delin- justicia”. Revista de crítica literaria latinoamericana 19: 38
cuencia, narrativa y estado moderno de una manera muy fructífera (1993).
para los estudios de la literatura argentina. Ludmer observa que Masiello, Francine. Between Civilization and Barbarism: Women,
la subjetividad del delincuente es el fundamento de un corpus Nation, and Literary Culture in Modern Argentina. Lincoln,
literario que juega con la relación entre farsa y verdad estatales. Nebraska, University of Nebraska Press, 1992.
Ubica este tipo de personaje como eje de las fábulas de identidad ——. “Voces de(l) Plata: Lenguaje y oficio literario en la literatura
cultural en América Latina. femenina argentina del fin de siglo” en Mujeres y cultura en la
3 El cuento apareció originariamente como “Un año en California”, Argentina del siglo XIX, comp. Lea Fletcher. Buenos Aires,
publicado en La Revista de Buenos Aires, Nos 18–19 (1869). Feminaria Editora, (en prensa).
4 Sobre el sadismo como fuerza generativa del relato, ver la
discusión de Teresa de Lauretis (1984, 103–157).
5 Sobre la relación entre el discurso médico y la resistencia
femenina durante el siglo XIX en la Argentina, ver el trabajo de Lea
Fletcher (1990, 91–101).
6 Sería ingenuo pensar que la defensa del estado democrático
se mide exclusivamente por este relato. De hecho, Gorriti expresa
su reiterado temor al discurso positivista en tanto pueda suprimir
al sujeto femenino (sobre esto, ver, por ejemplo, sus ensayos en
La Alborada del Plata, donde desafía el proyecto cientificista

70 Disfraz y delincuencia Disfraz y delincuencia 71


hilvana la continuidad de la vida a través de las generaciones
sucesivas, que articula un progreso cierto, transcendiendo los
meros ciclos biológicos de la vida y la muerte natural. Había que
volver a reunir y reparar lo que se había roto.
La caída de Rosas permitiría redefinir la nación y comenzar a
pensar su historia como algo más que una desgraciada cadena de
tragedias. En definitiva, la viabilidad del “proyecto liberal” se
jugaba en la posibilidad de descubrir cuáles eran sus auténticas
raíces históricas, en fin, en la posibilidad de hallar un nexo entre
el presente y un pasado que condujera naturalmente a aquél.
Dicha tarea se asociaría al proyecto (que finalmente habría de
concretar Mitre con su Historia de Belgrano) de concebir una
imagen de nuestra historia como la de un todo orgánico surgido de
un supuesto momento “fundacional”, un origen mítico que nos
conferiría identidad como Nación; se trataba, en definitiva, de
Juana Manuela Gorriti resolver el modo de escribir la epopeya nacional.
Esta problemática, presente en la literatura de Juana Manuela
y sus mundos Gorriti, aparecerá fuertemente teñida por la idea de “muerte”. Es
precisamente esta categoría (y su contrapartida “la vida”) la que
habrá de estructurar los textos y la que por momentos funcionará
IsabelA.Quintana como motor de sus historias. Sin embargo, la misma no constituye
una categoría estable a lo largo de su producción. Por el contrario,
veremos de qué modo su sentido puramente destructivo y nega-
Construir “la Nación” en las pampas argentinas durante el siglo tivo, característico en lo que denominaré la primera etapa de
pasado resultaría, en la práctica, una tarea tan ardua y conflictiva Gorriti, habrá de sufrir una reconceptualización en Oasis en la
como concebir, en la teoría, un modelo en el cual la nación pudiera vida, convirtiéndose entonces en un elemento indispensable para
reconocerse como algo valioso. Esto suponía, de hecho, una el progreso social.
vasta operación conceptual mediante la cual pudiera conferirse un Así, en virtud de estos desplazamientos donde se reinvierte y
sentido racional al pasado desde un presente cargado de fisuras resemantiza la idea de muerte, se destruye toda posibilidad de
y de tensiones. ¿Cómo imaginarse un desarrollo progresivo de una lectura orgánica y homogénea en Gorriti. En principio, pueden
nuestra historia si ésta parecía, sencillamente, no haber conduci- distinguirse dos grandes momentos, definidos por dos visiones
do a nada? O, algo peor, a Rosas. Para los emigrados aparecía históricas muy disímiles entre sí: el primero, en el cual se analiza-
claro que el proyecto “liberal” tenía su punto débil en su falta de rán “El guante negro”, “La novia del muerto”, y “La hija del
arraigo en la historia y las tradiciones locales. El curso evolutivo mashorquero”, obedece a una línea de pensamiento que se
universal de la especie había encontrado en las pampas un inscribe en la problemática nacional de la lucha entre unitarios y
pantano del cual parecía no poder escapar, al menos por sus federales. En él, aunque retoma la ya legendaria antinomia de
propios medios. Definitivamente, se había cortado el hilo que civilización versus barbarie, intenta situarse en un punto interme-

72 Juana Manuela Gorriti y sus mundos Juana Manuela Gorriti y sus mundos 73
dio de las controversias: al mismo tiempo que desplaza los colocan por fuera de la dicotomía vida/muerte y comienzan a
conflictos nacionales al interior de la familia busca encontrar, a deambular como fantasmas. De este modo, se constituyen en una
través del amor (entre Montescos y Capuletos) una vía posible entidad supernatural o bien, subnormal (se vuelven locas), que se
mediante la cual superar las fisuras nacionales. No obstante, instala por encima del mundo de la pura materia. Se destruye, por
dicho proyecto estará condenado a un desenlace fatal puesto que, un lado, el paradigma cristiano que se estructura a partir de la
al igual que en Romeo y Julieta, la muerte invadirá el espacio inversión de la dicotomía vida/muerte, ya que en la creencia
amoroso destruyendo toda posibilidad de consumación. Esto es religiosa la auténtica vida comienza precisamente a partir de la
consecuencia de que la relación amorosa se constituyera a partir muerte. Para el creyente, pues, el sufrimiento terrenal no es más
de la transgresión a una ley cuya infracción origina una, inevitable- que el preludio a la eternidad. En “El guante negro” y en “La novia
mente mórbida, “exhaltación amorosa”. La existencia de tal trans- del muerto”, en cambio, si bien la mujer renuncia a la vida que se
gresión señala al lector un fatum, aquel vínculo amoroso habría de le presenta como caótica y sin sentido, tampoco ve en la muerte
construirse con su mirada puesta sobre la muerte. La violación del la posibilidad de trascendencia y de un definitivo encuentro
orden vigente (unitarios contra federales, federales contra unita- amoroso. Por otro lado, también se quiebra el culto romántico a la
rios) traería como consecuencia la necesaria desaparición de amada muerta y la posibilidad de trascender a partir de este hecho
quienes intentaron desafiar el canon establecido. En este sentido, el mundo de los vivos para recuperar el pasado primitivo (como es
Julia Kristeva plantea: el caso de Novalis). La mujer se niega así a ser la puerta a través
“La pareja de enamorados está fuera de la ley, la ley resulta de la cual pueda elevarse el otro. Pero más aún, además de su
mortífera […] al aspirar a la unión sexual a la vez que a la doble exclusión de toda instancia trascendente (la de trascender
legalización de su pasión, los enamorados no tienen más que ella y la de ayudar a trascender al otro) al negarse a morir se coloca
una felicidad efímera […] la fusión renacentista, humanista, también por fuera del ciclo biológico puesto que dicho acto es una
total, conduce directamente a la muerte por el artificio de una confirmación de la naturaleza orgánica del ser humano. Vemos
ley senil y tribal que […] rechaza el goce de los cuerpos y así que las heroínas de estos cuentos retiran su “alma” del mundo
decreta incompatibilidades sociales” (Historias de amor, 188). del espítiru, pero también su cuerpo del material.
El segundo período de Gorriti, en el cual se analizarán algunos
En el caso de las obras de Gorriti, muy distante obviamente del artículos de La Alborada del Plata y su novela Oasis en la vida,
imaginario renacentista, puede sin embargo entreverse una visión puede considerarse a partir de la formación de la confederación y
crítica, en este caso, dell orden imperante en la Argentina durante la consolidación nacional aparentemente definitiva, con las presi-
la época de Rosas. Este, de acuerdo al pensamiento liberal, dencias de Mitre y Sarmiento. Se observa entonces que la
constituirá la continuidad del pasado colonial: bárbaro y retrógra- escritora realiza un giro respecto a su visión de la historia y
do en su legislación. No obstante, también sus opositores son comienza a repensar cómo contruir la Nación.
puestos en tela de juicio a partir del conflicto amoroso y las La idea de la muerte en esta etapa adquiere un sentido
consecuencias dramáticas que se suceden. (Ver, por ejemplo, el completamente diferente. Esta se constituye en el verdadero
intento de filicidio en “El guante negro”, por parte de un padre desencadenante de la trama que ordena su novela. Es así como,
unitario.) al morir la madre de Mauricio –personaje principal de Oasis en la
La fuerza destructora de la muerte no podrá abrazar a las vida–, éste realiza su viaje a Europa, y, luego, al desaparecer su
mujeres. Estas, a diferencia de Julieta, se niegan a morir, pero padre, recibirá la póliza de seguro. La herencia habrá de permitirle
también a continuar viviendo en el mundo de los hombres. Se casarse ahora que el futuro está “asegurado”. Por otro lado, el

74 Juana Manuela Gorriti y sus mundos Juana Manuela Gorriti y sus mundos 75
legado paterno le permitirá a la pareja regresar a Europa. La y una privada. La primera se inscribe dentro del discurso dominan-
muerte (del padre) se ha vuelto fructífera, al convertirse en fuente te (liberal y masculino) en donde se afirma que la mujer debe ser
de dinero (a través del seguro). Al mismo tiempo, se constituye en el ángel guardián del hogar y la educadora de nuevos ciudadanos.
otra posibilidad de rehabilitación: gracias a ella la familia desapa- En la privada, se deja traslucir un distanciamiento respecto de este
recida de la novia puede retornar a su patria. En este nuevo rol. Así, en forma disonante aparecerá una voz en uno de los
“proyecto nacional” vemos cómo la idea de pensar el futuro se artículos de la revista que plantea: “Eva según los intérpretes de
asocia a la necesidad de rescatar a los antepasados y articular el las escrituras significa madre de los muertos, porque sólo debía
devenir histórico. engendrar, después de su pecado, hijos para tributo de la muerte”
La muerte se erige en monumento, pues no se puede concebir (Nº 2, 25/XII/1877, p. 15).
una ciudad moderna como Buenos Aires sin la estatuaria de los Parece observarse aquí una continuidad entre la primera y
cementerios. De allí, los recorridos de Mauricio por estos espa- segunda etapa de Gorriti: en ambas la idea de maternidad se ve
cios, pero también los de Gorriti, ya que a través de las crónicas problematizada. En “La hija del mashorquero” existe una decisión
sabemos cómo ella transita por estos lugares. Para la escritora, el previa por parte del personaje femenino de consagración a una
respeto por los antepasados y su veneración a través de la nueva actividad de tipo místico religiosa; pero esta situación de esterili-
arquitectura constituye un símbolo de modernidad pero también dad es necesario pensarla como una respuesta a la lucha fratrici-
un espacio desde donde pensar el futuro. da que vivía el país en aquellos momentos. La mujer no puede
A partir de La Alborada del Plata Gorriti colabora con la colosal pensar en procrear cuando la muerte se ha hecho omnipresente,
tarea de construir la Nación planteando, a través de la organiza- cuando sus hijos estarían ya condenados, aún antes de ser
ción de la revista, cómo se concibe el nuevo modelo a desarrollar. concebidos, a un destino trágico. Aquellos personajes femeninos
El lector–ciudadano podrá encontrar en ella una fuente de inspi- que sí aparecen en las obras encarnando el papel de madres,
ración para repensar la patria, a la vez que ilustrarse acerca de los pareciera que procrearan con la finalidad específica de alistarlos
diversos ámbitos sobre los que se asentaría toda civilización: la para la guerra. Su maternidad es “una maternidad para la muerte”,
ciencia, la educación, el conocimiento de la historia nacional, el un auténtico contrasentido. De todos modos, tanto el celibato
arte y la literatura. voluntario como la imposibilidad de consumar el matrimonio se
Al mismo tiempo, Gorriti intenta articular un espacio desde presentan como vías alternativas de escape para quienes no se
donde debatir sobre la emancipación de la mujer y su rol funda- sentían identificadas con el proyecto político y legal vigente.
mental como formadora y guardiana de las “virtudes republica- Ambas opciones resultan, sin embargo, igualmente estériles.
nas”. De este modo, se establece una clara diferencia con la etapa La cuestión se complejiza en la segunda etapa de Gorriti
anterior en donde, si bien la mujer no se resignaba a ser un ser puesto que en principio la escritora pareciera no sólo acordar con
pasivo y buscaba de algún modo gravitar sobre la “realidad”, el desarrollo político–social en curso, sino que, como hemos dicho
siempre lo hacía desde espacios marginales y “oculta tras un anteriormente, participa activamente en la puesta en marcha del
velo”. La directora de La Alborada del Plata, en cambio, no sólo proyecto liberal. Resulta entonces significativo que el fantasma
ayuda activamente en la construcción efectiva del imaginario del pasado reaparezca nuevamente, a través de la cita sobre Eva.
social, sino que también se desarrolla ella misma como profesio- Se genera así un doble discurso por el cual, mientras la escritora
nal de la escritura y estimula a otras mujeres a que lo hagan. alienta públicamente la maternidad republicana, en la esfera
Sin embargo, en este nuevo rol parece instalarse una cierta privada se niega a contribuir. Mientras propugna la educación de
tensión. Gorriti empieza a desplegar una doble moral: una pública los niños, mantiene sus reticencias respecto de la maternidad.

76 Juana Manuela Gorriti y sus mundos Juana Manuela Gorriti y sus mundos 77
En este punto se plantea el problema de cómo leer esta tensión fundadora del salón literario más importante en América Latina
que se instala en el discurso de Gorriti. Una posible interpretación durante el siglo pasado, todo lo cual la distanciaba, de hecho, del
sería descubrir allí una traducción textual de una serie de conflic- lugar que en su retórica se le reservaba a la mujer.
tos que emergen junto con la progresiva imposición del proyecto Así, este desdoblamiento discursivo le permitió a la escritora
modernizador. Vemos así que, si bien en el espacio de Oasis en instalarse dentro del universo simbólico dominante, y, al mismo
la vida no hay lugar para sangrientos enfrentamientos políticos, tiempo, violar con su propio rol las categorías que ese orden
existen nuevos actos de violencia (el héroe es herido por un imponía.
ladrón) originados por la mano de un nuevo “tipo social”: el
desclasado. En la obra de Gorriti se expresan de este modo las Notas
contradicciones que el “progreso” social acarrea. Si por un lado 1 En pleno apogeo del modelo liberal, Gorriti escribe Oasis en
prevalece una imagen positiva sobre los beneficios originados por la vida donde tanto el héroe como su novia son huérfanos de
las instituciones privadas (compañía de seguros, bancos, etc.), la padres y el propio Mauricio se educa fuera de su patria y por
misma se verá fuertemente interrumpida al ser invadido el espacio supuesto ya muy lejos del regazo materno. Su generación parece,
femenino por la figura del delincuente. De este modo nuevos entonces, no encontrar vínculos con su pasado inmediato; su
peligros sociales se agitan en torno al, por entonces inocultable, “escuela” fueron las guerras civiles, sus verdaderas fuentes se
“desarrollo” económico social. El “rosismo” (resemantizado y encuentran aún ocultas en el fondo de la historia.
convertido por entonces en un símbolo de las contradicciones 2 La Alborada del Plata, Año I, Nº 6, 23/VI/1877.
nacionales),1 ese fondo oscuro de nuestra historia aún resistente
a cualquier racionalización, seguiría proyectando su espectro
sobre el presente.
Otra posibilidad (que no necesariamente contradice la ante-
rior) sería entender que, al igual que en el pasado, en este nuevo
proyecto ella, como mujer, no pareciera sentirse completamente
interpretada o comprendida. En definitiva, el rol que el nuevo
modelo les reserva a las mujeres, y que Gorriti defiende, en
realidad conduciría a aquéllas a una completa alienación:
“Cual mariposa incauta que en la lumbre
la muerte va a buscar,
Así ella risueña, alborozada,
pierde su libertad”2

De hecho, en el plano personal ella misma había fracasado en


cuanto a ser la dulce sacerdotiza del hogar. Y, aunque en su
prensa se promulgaba la necesidad de educar a la mujer para
formar nuevos ciudadanos desde la familia, su particular desarro-
llo intelectual le había permitido alcanzar un importante lugar
dentro de la esfera pública. Fue escritora, directora de revistas y

78 Juana Manuela Gorriti y sus mundos Juana Manuela Gorriti y sus mundos 79
conversaciones del salón, o en lo que habían leído -muchas veces
a escondidas- en los libros que el azar les ponía cerca.
En el siglo XIX, pero en el extremo opuesto, Santiago Estrada
utiliza, para describir a su compatriota escritora, una frase excep-
cional en su sencillez, que más que expresar una opinión, parece
confesar una sorpresa. Dice, simplemente: “Juana Manuela Go-
rriti lo ha contemplado todo” (TN, viii).
La síntesis de Estrada remite a la abrumadora diversidad de
lugares, personajes, coyunturas históricas y políticas que atravie-
san la vida de la escritora; diversidad que se convertirá en el
núcleo productivo de una literatura que incorpora los materiales
recogidos a lo largo del camino del exilio.

Combates domésticos
La literatura de Gorriti dramatiza en forma exasperada la
Legados de guerra relación de las mujeres (y de la mujer escritora) con el ámbito del
hogar. En un siglo signado por las guerras de la independencia
primero, las civiles más tarde y los enfrentamientos con países
LilianaZuccotti limítrofes, la casa, más que un espacio opresor, se constituye en
el no-lugar simbólico de un mundo destrozado desde el que se
expande y multiplica la muerte.
Virginia Woolf tituló “Un cuarto propio” una conferencia cuyo El escenario de la guerra se yuxtapone al espacio doméstico,
tema debió ser, originariamente, “las mujeres y la novela”. De este hasta invadirlo, y esboza un diccionario y una lógica común a
modo, puso en evidencia una cuestión clave: la relación entre las ambos. El vocabulario que describe los vínculos familiares se
condiciones materiales y la posibilidad que una mujer tenía, a utiliza también para explicar los conflictos políticos, en tanto la
comienzos del siglo XX, de escribir con autonomía sobre su propio guerra provee su arsenal de palabras para la narración de los
mundo. Virginia Woolf señaló también que sus antecesoras, las conflictos familiares. “El pozo del Yocci”, por ejemplo, -un relato
escritoras inglesas del siglo XIX, sufrieron la ausencia de una que en 1876 se publica en Panoramas de la vida- se prologa con
tradición contra y a partir de la cual recortarse, la falta de apoyo una dedicatoria en que los términos “traición” y “sangre” irrumpen
para cualquier tarea intelectual que emprendieran y la limitación para aludir a una amistad rota. Con las palabras “divorcio” o
de sus propias experiencias vitales. “encadenamiento”, en cambio, se describirá, al comienzo del
Un cuarto propio contribuyó a fijar una imagen de estas relato, el quiebre entre el mundo español, monárquico y el ame-
escritoras decimonónicas: mujeres victorianas, instaladas en la ricano, republicano. El primer párrafo se cierra con una equivalen-
sala común de la casa, que intentaban imaginar el mundo a través cia significativa que prolifera en las tramas de toda la literatura de
de los recortes que imponían los marcos de puertas o ventanas, Gorriti: “en el seno de las familias ardía la misma discordia que en
escribiendo, con cierto pudor, entre infinidad de interrupciones, los campos de batalla” (“El pozo del Yocci”, PV, 350).
historias inspiradas en lo que habían alcanzado a escuchar de las Esta equivalencia desdibuja por momentos una confrontación,

80 Legados de guerra Legados de guerra 81


no siempre explícita, no siempre desplegada, entre el espacio auxilian a los heridos y sepultan a los muertos de uno y otro
doméstico y el de la patria. La guerra disloca y problematiza la bando.1
intención patriótica de querer leer una continuidad entre la casa Este punto de vista desde el que se cuenta la guerra marca de
paterna y sus hombres, la patria y sus héroes. Las tramas tal modo la historia patria que ésta se periodiza según los diferen-
muestran cómo, mientras se construye la patria, se destruye el tes tipos de enfrentamientos familiares: el de los hijos contra los
ámbito postulado como “natural” de las mujeres, quienes final- padres, primero, en las guerras de la independencia; el de
mente deben lanzarse a las retaguardias de los ejércitos o al exilio. hermanos contra hermanos más tarde, durante los enfrentamientos
Los relatos -que se extienden cuando se trata de narrar la civiles. Así descripta, la historia coloca a las mujeres en una
heroicidad del general Gorriti, Güemes o Puch- se hacen sintéti- situación contradictoria que desencadena un tipo más complejo
cos y cautelosos, en cambio, cuando se trata de desplegar los de conflicto.
pormenores del itinerario que deberán inaugurar las mujeres. Un Los personajes femeninos quedan atrapados en el centro de
microrrelato que se reitera, por ejemplo, pero sobre el que nunca tramas argumentales que asimilan con dificultad la dinámica de la
se avanza, resume de modo ambiguo un destino posible de las guerra. Obligadas a optar entre los padres y los hermanos, un
mujeres en la escena del combate: la violación. hermano u otro, el marido o el hijo en el interior mismo de la familia,
“...Eran los godos, que se alejaban murmurando con rencor o forzadas a elegir entre el amante y la familia, o entre la justicia
el judica me Deus, mientras obcecados por una culpable y el amor filial, sus decisiones nunca son unívocas y no pueden
ceguedad arrastraban á sus hijas, coros de hermosas vírgenes apoyarse con certeza en ningún código moral o ético.
hácia aquella gente non sancta, entre las cuales tantas fueron La guerra desplaza el lenguaje amoroso y lo sustituye con una
profanadas” (“El pozo del Yocci”, PV, 352). profusa circulación de maldiciones entre padres e hijos; destruye
el patrimonio familiar dejando en su lugar hijos sin nombre y sin
“...sabido era que aquel malvado arrastraba consigo, fortuna; confunde todos los lazos de amor y sangre. El relato de
estenuadas, moribundas de fatiga, de miedo y de vergüenza, la patria se hilvana entonces dificultosamente con el relato de
una falange de hermosas vírgenes, arrebatadas de sus hoga- familia y mezcla en forma ambigua el elogio con el reproche, el
res, de entre los brazos de sus madres, y hasta del recinto orgullo por los antepasados patricios con la certeza de la pérdida
sagrado del cláustro” (“Peregrinaciones...”, PV, 121). de un lugar social reconocido.
Los personajes masculinos adquieren gloria en la medida en
La eficacia narrativa reside, justamente, en administrar una que anteponen el deber militar a todo y están dispuestos a
imagen fuerte y casi en clave a diversos relatos. Esta imagen arriesgar no sólo su fortuna, sino la vida de sus hijos; los femeni-
reiterada quiebra la significación del campo de batalla como sitio nos en cambio colocarán el amor a los hijos en primer término.
heroico, al narrar otro tipo de violencia, no asimilable al enfrenta- La confrontación de una lógica masculina con una femenina en
miento “patriotas” / “enemigos”. estos relatos se condensa en el diálogo que esposa y marido
Los pormenores del combate, las alternativas por las que se cruzan en “El guante negro”: “- Soy un juez, he condenado a un
gana o pierde una batalla, que ocupan un lugar considerable en criminal, y yo mismo ejecutaré la sentencia”, dice el marido
libros contemporáneos, no aparecen nunca en estos textos. La refiriéndose a su hijo; “yo quiero que mi hijo viva, aunque sea sobre
guerra o se desplaza hacia las casas, para mostrar cómo afecta las ruinas del mundo” responde su esposa (“El guante negro”, SR,
de distintos modos la cotidianeidad, o se describe en sus conse- I, 116, 117).
cuencias: mujeres que atraviesan espectáculos horrorosos,

82 Legados de guerra Legados de guerra 83


Via crucis familiares El triunfo definitivo de los americanos sobre los españoles
La manifestación del sufrimiento personal y familiar se hace contrasta con la derrota personal de la familia Gorriti. La guerra
breve, e intenta eludir las connotaciones de mezquindad en que logra una patria inhabitable de la que los defensores terminan
lo colocaría el desinterés propio del relato de lo heroico. exiliándose; mientras sus madres, esposas, hermanas e hijas se
Aunque escueto, el relato “íntimo” no pierde eficacia; la reite- ven doblemente despojadas: de sus países y de sus hogares. Sin
ración asegura que se fije una imagen de Gorriti y su familia que embargo, la queja se silencia en boca de los personajes mascu-
circula dentro y fuera de sus textos. Por eso, Torres Caicedo linos; sus frases lo resignan todo, la familia y la propia vida.
puede decir en 1863: “que la hermosa escritora ha sufrido, no hay El testamento oral que Güemes deja al morir al general Gorriti
quien lo ignore en las orillas del Plata ni en las riberas del privilegia el mandato sobre la lucha, aunque adivina el desenlace
Pacífico”.2 fatal que tendrá la vida de su esposa. El carácter heroico de su
La escritura del recuerdo aparece en el cuento “Güemes” como palabra consiste precisamente en jerarquizar como centro de
un modo de compensar el silencio de las tumbas familiares. La preocupación el destino de la independencia y el ejército y no la
narradora, que escribe desde el sitio en que todos sus muertos muerte previsible de Carmen: “Tengo, además que recomendaros
callan, construye simbólicamente un “asilo” que le permite refu- la patria, mis soldados, mis hijos, mi Carmen..., ¡Oh! ella vendrá
giarse en el pasado, olvidando “las infamias, los crímenes, y la conmigo, porque no querrá habitar sin mí la tierra; y morirá de mi
cobardía del presente”. muerte, como ha vivido de mi vida ¡Pero mis gauchos, esos
El relato produce memoria y, simultáneamente, posibilita el valientes soldados cuya adhesión por mí llega á la idolatría!”
olvido; narra la heroicidad de la infancia de la patria, y hace lugar (“Carmen Puch”, SR, II, 264).
al relato de la destrucción familiar y el sufrimiento personal. La muerte que Carmen elige, al echarse a morir en el rincón
Rememora los hechos históricos que protagonizaron Martín más oscuro de su habitación, la connota como una gran mujer
Güemes o Carmen Puch y destaca en ellos su parentezco con justamente porque -ella también- antepone su decisión de morir al
estos personajes. dolor que sienten su padre, sus hermanos, sus hijos y sus amigos.
En “Güemes” y “Carmen Puch”, la casa silenciosa y vacía de La valentía, sin embargo, que resuena en el cuento como acata-
Gorriti resuena -a la llegada de su padre y de Güemes- con las miento a un mandato póstumo, cubre a Carmen de una gloria a
voces de los héroes y los pasos de los ejércitos. La historia medias, que la voz de Güemes le expropia al subordinarla a la
gozosamente invade la casa y la cotidianeidad se transforma al suya.
punto que escande la vida familiar, haciendo por ejemplo que la El llanto con que la niña Gorriti presagia la muerte de Güemes
niña se despierte “al son de los clarines que tocaban diana” jerarquiza una escena en que la historia personal queda ligada
(“Carmen Puch”, SR, II, 257). Pero si el triunfo ante los españoles indefectiblemente a la historia patria: la irrupción de Güemes en el
asegura la independencia, paradójicamente la casa paterna que- espacio alegre de la niñez cierra definitivamente la única etapa
dará con el correr del tiempo en manos de un propietario español: feliz que puede contarse en la vida de la escritora.
“Estas palabras y el acento de aquel hombre me revelaron un La prolijidad con que la narradora se detiene a reconstruir
español. Era el actual propietario del país. [...] Mi casa, había dicho incidentes autobiográficos en los cuentos históricos “Güemes” y
él, señalando aquélla donde se meció mi cuna. Creí verme de “Carmen Puch” contrasta con la escasez de narraciones
nuevo desheredada, y me pareció que los muros de esa morada autobiográficas en el diario Lo íntimo. Es probable que Gorriti haya
me rechazaban diciéndome: ‘¡Extranjera vete! no te conocemos” escrito sus memorias3 durante muchos años y permanentemente
(“Gubi Amaya”, SR, I,134). las haya ido saqueando, impulsada por la necesidad de publicar

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relatos más breves en Lima, Bolivia o Buenos Aires. Como la dríamos pensar que la bendición es, en los relatos de Gorriti, una
vajilla familiar que sus padres fueron vendiendo pieza a pieza impronta característica del lenguaje femenino. Las mujeres ha-
en el transcurso del exilio, la memoria propia se iría vaciando blan para engrandecer, consagrar o interceder en medio de un
entonces, desmigajada en historias que van fijando una memoria “vocabulario de crueldades y de impiedad” (“La hija del
patria. mazorquero”, SR, I, 253), de maldiciones y blasfemias, que
Al contrario de lo que hacen los escritores públicos y en un caracteriza la época. Se trata entonces de lograr que la palabra se
gesto semejante al de Juana Manso o Mariquita Sánchez, Gorriti empeñe en reestablecer la armonía perdida y en recomponer lo
revierte una de las consecuencias posibles de la escritura de la que las armas y la política destruyen.
historia, su uso político. La comprensión y la verdad del pasado no Gorriti intenta la construcción de un continuo coherente en que
quieren utilizarse para intervenir en las facciones que las contien- la casa paterna, la tierra natal (Salta), la “patria chica” (Argentina)
das políticas contemporáneas le ofrecen, sino para subrayar de y la “patria grande” (América) puedan leerse como un todo sin
qué manera guerras y política la han despojado del espacio conflictos. Pero simultáneamente da cuenta de cómo la figura de
doméstico que hubiera debido pertenecerle. En este sentido, la la guerra interfiere permanentemente en esta serie. Ella misma no
convocatoria a la paz que abunda en los textos de estas escritoras puede acallar su rencor en La tierra natal y con cierto escándalo
es algo más que un dócil ejercicio de humanitarismo. Es una ve la indiferencia con que sus parientes se desentienden de
fórmula (también política) que denuncia la precariedad en que las antiguos enfrentamientos entre familias: “Sus padres, en una
guerras y las luchas civiles dejan a las mujeres, quienes, al perder santa concordia, habían olvidado aquel funesto pasado que ellos
el ámbito doméstico, pierden el único sitio en el que legítimamente ignoraban, quizás, en tanto yo hasta esa hora lo recordaba con
ejercen un rol social reconocido. culpable rencor...” (TN, 60, énfasis mío).
Dos movimientos complementarios podrán leerse, entonces,
en la literatura de Gorriti: uno por el que la memoria “se vacía” para Rejas rotas
centrarse en los hechos históricos; otro que trabaja los hechos Los relatos autobiográficos de Gorriti multiplican la imagen de
históricos como matriz explicativa de los episodios personales. una casa paterna destruida, abandonada compulsivamente en el
En el cuento de “Carmen Puch” la narración se interrumpe en doloroso camino del exilio. Exhiben el duelo de una narradora que
dos oportunidades. La primera, para aclarar que si se refieren los regresa siempre al mismo sitio, el castillo de Miraflores en Salta,
hostigamientos que sufrió Güemes no es para reavivar odios de para aferrarse a unas pocas ruinas y reconstruir desde allí, una y
partido, sino por un culto a la verdad, “única religión del historiador” otra vez, el hogar perdido de la infancia. Sin embargo, otra serie
y para hacer un llamado a la concordia.4 La segunda, para explicar de relatos opera en sentido diferente: nos coloca frente a protago-
por qué omite mencionar los nombres de los asesinos de Güemes nistas que intentan transponer los límites de una casa opresora,
que ella sí conoce a través de su padre. “Mi padre prosiguió; pero que fusiona protección y encierro. Dos escenarios se privilegian
la hora en que yo escribo estas líneas es una hora de concordia. en estos últimos: la habitación de la joven virgen y el estudio del
Olvidemos; y digamos como entonces dijo mi madre: ‘Bendita sea padre o del marido.
la voluntad de Dios’” (“Carmen Puch”, SR, II, 264, énfasis mío). La habitación femenina se presenta como el sitio de reclusión
Cuando la narradora silencia la voz del padre y elige (en un en que las muchachas se refugian para soñar o leer novelas con
gesto poco común, ya que la figura de su madre está desdibujada total libertad. Allí juegan con las imágenes o experiencias que
en estos textos) reiterar la bendición materna, está reivindicando provee la literatura, evocan recuerdos, ensayan transgresiones.
lo que ella recorta permanentemente como un “decir bien”. Po- Dentro de la habitación, las ventanas ofician como una atalaya

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que posibilita el conocimiento del mundo; a través de ellas las mujeres, escuchando lo que éstos conversan, espiando a través
jóvenes se ponen en comunicación con sus amantes, intercambian de las cerraduras, frustran, a costa de sus propias vidas, los
cartas y promesas o reciben a escondidas a esposos clandesti- asesinatos que traman contra el hijo y el unitario inocente. Estas
nos. dos habitaciones se comunican por un juego de vigilancia recípro-
Pero se trata, casi siempre, de ventanas enrejadas. Las rejas, ca. Espiando las habitaciones masculinas, las mujeres logran una
en los cuentos, resumen la dinámica del erotismo: muestran acción eficaz (aunque fatal) en el ámbito público; los hombres, en
mientras ocultan, limitan -aunque no impiden- el contacto físico; cambio, intentan aprehender una intimidad que se les escapa y
permiten la narración de la escena amorosa, sin admitir dudas acceder a un secreto que se escabulle: “fué necesario que
acerca de la honra de las damas. La niña virgen se cruza volviese á la vida para dar mi mano á otro, cuyo ojo vigilante espía
confusamente con la mujer seductora en una literatura sugestiva mis lágrimas, cuenta mis suspiros, y después de hacerse dueño
que, a pesar de todo, no puede nunca ser tachada de inmoral. de mi ser material, pretende escabar el santuario de mis recuer-
Sustraerse al encierro, eludir las rejas, en cambio, da lugar a dos, donde se ha refugiado con tu imagen mi alma que es toda
relatos en que un desenlace previsible es la muerte o la locura. tuya” (“La quena”, SR, I, 66).
En “La novia del muerto”, la reja limada y vuelta a poner La casa en ruinas de la narradora se cruza muchas veces en
simuladamente en su lugar con cera, da entrada a la habitación de los cuentos, con la casa opresora que deben dejar atrás sus
una joven que se ha casado a escondidas con un enemigo de su personajes. El abandono, la expulsión o la huida son desenlaces
padre. En “Peregrinaciones de una alma triste”, Laura provee a la fatales que dejan a las protagonistas en el camino o la frontera,
cautiva paraguaya de una llave, una lima y dinero para que huya sin sitio adonde regresar. En todo caso, lo que constantemente
del oficial brasilero que la mantiene atrapada en la habitación de muestran los relatos de Gorriti es la imposibilidad de mantener una
una casa rodeada por completo de verjas. En “El lucero del casa “blindada” al mundo externo: la guerra, la revolución, la
manantial”, María recibe noche a noche al amante que trepa por política por un lado; las llaves, los escondrijos, las entradas
la ventana. La reja transpuesta da lugar a un relato que, aunque disimuladas por el otro, la transforman en un lugar permeable que
despliega la escena amorosa, la vuelve fugaz y confusa. Los puede refugiar a perseguidos políticos y bandidos, permitir la
amantes penetran en la habitación escudados por la oscuridad y entrada más o menos asidua de los/las amantes o, incluso, tener
la noche y se desvanecen al alba como sombras o fantasmas, (como en “Quien escucha su mal oye”) comunicaciones secretas
dejando a las mujeres abandonadas en la deshonra o la locura. La con un monasterio.
reja rota posibilita la concreción de la escena amorosa, pero al La casa guarda en sí misma la posibilidad de la aventura, se
mismo tiempo la vuelve violenta o trágica. vuelve misteriosa y extraña, esconde tesoros fabulosos. Hacia
Las habitaciones de mujeres funcionan como antesalas del ella confluyen el episodio histórico, la intriga política, la aventura
mundo, espacio de mayor libertad dentro de la casa, zona de cruce amorosa, el archivo de biografías. Allí se materializa una memoria
problemático, finalmente, entre un exterior hostil que desampara familiar que el relato de los criados, las nodrizas, los peones o los
y un interior reglado casi siempre por la habitación masculina soldados pondrá en movimiento, divulgará de vecindario en
desde donde se ejerce el control y se impone un orden que afecta vecindario y de ciudad en ciudad, para animar por las noches las
tanto el exterior como el interior de la casa. En “La hija del charlas de los salones, contener la curiosidad de los niños en sus
mashorquero” y “El guante negro”, la habitación del padre y del siestas o pagar alguna prenda en el fogón cuando llegue “la hora
marido son espiadas por la hija o la esposa, quienes presienten de los cuentos”.
que allí se están gestando decisiones de crucial importancia. Las

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haga ameno, es el modo en que los viajeros intercambian expe-
Calor de hogar riencias y crean amistades, vuelve cercana y familiar una geogra-
fía estática que cobra vida al otorgarle el cuento una historia.
“Mis compañeros rabiaban; pero á mi, contentísima, Los relatos recogidos quedan casi siempre doblemente liga-
parecíanme aquellos barquinazos los arrullos de una nodriza; dos al escenario hogareño: porque los marcos en que aparecen
y al polvo lo sentía perfumado como el humo del incienso. están signados siempre por una cotidianeidad familiar y porque lo
“¡Qué! si hasta los arañazos que al paso nos daban los que suelen hacer de un modo u otro es reproducir historias de
churquis, y que á los otros arrancaban maldiciones, á mi me familias.
hacían reir como una bendita, porque me parecían caricias de Las historias se van armando de posta en posta, de tren en
los bosques, de aquellos bosques amigos que me recordaban barco, de barco en carruaje. Un niño rubio queda solo después de
á mi amor”. (J.M.G.,TN, 33, 34). la invasión de un malón y es adoptado por una puestera en
Tucumán; una madre busca desesperada a su hijo en la ciudad de
La inmovilidad, el enmudecimiento y la insensibilidad en que Corrientes; una narradora escucha y dibuja el mapa que va a
Carmen se sumerge hasta morir (en el cuento “Carmen Puch”) reunirlos. Años más tarde ella misma tropieza con la imagen de la
contrastan con la peregrinación, la escritura y el dolor permanente puestera, la madre y el niño paseando felices por la ciudad de
de la narradora Gorriti, en un contrapunto que abre otro destino Buenos Aires. Sólo la escucha atenta de una viajera podría reunir
posible para las mujeres en medio de la guerra. esas tres historias al reconocer los nudos de una trama.
La escritora arma una estampa de sí misma que la congela El camino se torna una gran casa abierta, el hilo conductor que
como una viajera sin casa, una madre sola, un “alma triste”. Pero comunica y reúne los restos en que ha estallado el mundo de la
si la poetización nostálgica del pasado transita de modo constante escritora a lo largo de las sucesivas guerras.
la queja, abre en cambio a la narradora un mundo que de otro Así, la figura del viaje se constituye en la literatura de Gorriti
modo le hubiese sido irrecusablemente negado. El camino, el como una estructura base, productiva por muchas razones: por-
fogón, la retaguardia, el campo de batalla son las zonas desde las que a partir de ella se despliega la sucesión sin fin de los relatos;
cuales ella genera la ficción al ponerse en contacto con infinidad porque fragmenta la biografía de la escritora, dejándola como
de voces y de historias. narradora privilegiada de su propia historia; y porque, finalmente,
El placer que produce el viaje se confunde con el dolor del es el conocimiento de los distintos campos intelectuales (el de
destierro; la fatalidad del destino se sobreimprime a la elección. El Lima, Bolivia o Buenos Aires) el que Gorriti aprovecha para colo-
relato de viaje funciona como andamio sobre el que se monta un carse en un lugar central del movimiento literario latinoamericano.
mosaico de narraciones heterogéneas.
Los cuentos -muchísimas veces enmarcados- se filian denun- Notas
ciando su origen. Gorriti aparece sonsacando una experiencia al 1“En todos estos pasados días he tenido presente á mis
viajero, un secreto al extranjero misterioso, un “caso” al médico. El amigas de Lima, pensando en la zozobra de ellas, durante el
fogón tiene su hora y su dinámica. La posta, la sala de espera, el combate de trece horas, en que millones de balas de todos
salón tienen la suya. La narradora crea siempre una atmósfera de calibres se habrán cruzado, y por supuesto, muchas caido sobre
“calor de hogar” que rodea a los relatos, ubicándolos en una las casas, y á las pobres madres á quienes les habrá costado
escena familiar que -aún al borde del camino- los señala como infinito, impedir que sus niños salieran a las azoteas, acribilladas
suceso doméstico. El cuento permite que el paso del tiempo se por el fuego de las torres” (LI, 82).

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“Vital suspiró pensando en los desventurados que iba a ver (LI, Buenos Aires, Ramón Espasa, s/f, 159)
y siguió a su tía dando gracias a Dios por haber salvado a su 4“Olvidemos las faltas de nuestros padres; y si las recorda-
esposo. mos, que sea sólo para redimirlas amándonos más, y dándo-
“La ciudad presentaba un espectáculo de desolación imposi- nos en amor lo que ellos se quitaron en odio” (“Carmen Puch”,
ble de describir. Las calles estaban regadas de sangre, las casas SR , II, 257).
abiertas y entregadas al pillaje. Largas hileras de mujeres enluta-
das se dirigían exhalando lamentos a la plaza donde se hallaban Bibliografía
los ensangrentados cadáveres de los suyos” (“La novia del Armstrong, Nancy. Desire and Domestic Fiction. A Political History
muerto”, SR, 249). Un episodio similar puede leerse en “El guante of the Novel. Oxford, Oxford University Press, 1987.
negro”. Auza, Néstor. Periodismo y feminismo en la Argentina. 1830-
2Torres Caicedo, “Prólogo” a Sueños y realidades, tomo I, p. 1930. Buenos Aires, Emecé Editores, 1988.
6, Buenos Aires, La Nación, 1909. La primera edición es de 1865. Homans, Margaret. Bearing the Word. Language and Female
3A juzgar por el modo en que aparecen alusiones a “otros Experience in Nineteenth-Century Women’s Writing. Chicago
pasajes”, esos dos cuentos integrarían un libro más extenso: “He and London, The University of Chicago Press, 1986.
hablado ya en estas memorias del caracter fantástico de mi tía” se Kirkpatrick, Susan. Las románticas. Escritora y subjetividad en
dice en “Güemes”, (SR, II, 243); “He hablado ya en estas memo- España, 1835-1950. Madrid, Ed. Cátedra, 1991.
rias de ese hermoso castillo...” se dice en “Carmen Puch”, SR, II, Rojas, Ricardo. “Las mujeres escritoras” en Historia de la literatura
251. Ninguno de estos dos envíos a otra zona del texto puede argentina. Tomo 3, Buenos Aires, Librería La Facultad de
entenderse en el límite de los cuentos mismos. Las memorias a J. Roldán, 1922.
las que alude, según la dedicatoria a Dionisio Puch, conformarían Simmel, George. Cultura femenina y otros ensayos. Buenos
un libro desconocido para el público lector actual: El álbum de una Aires, Espasa Calpe, 1944.
peregrina: “Al escribir estas páginas que dedico á usted, no he Woolf, Virginia. Un cuarto propio. Buenos Aires, Sur, 1980;
pensado hacer una biografía. Ellas sólo son fragmentos de ‘El 1ª 1936 (trad.: Jorge Luis Borges).
álbum de una peregrina’” -explica Gorriti (SR, II, 237). Mi hipótesis
es que cuentos como “Carmen Puch”, “Güemes”, “Gubi Amaya”
son fragmentos de un libro de memorias que Gorriti escribe a lo
largo de muchos años, libro cuyo plan va modificando y que se va
alternativamente vaciando y reescribiendo. Quizá en un primer
momento pensó en la escritura pormenorizada y cronológica, y de
ese momento son estos tres cuentos; otra resolución de la
escritura de memorias sería la de “autobiografías ficcionalizadas”
como “Peregrinaciones de una alma triste”, publicada en Panora-
mas de la vida. El diario que efectivamente se publica
póstumamente como tal es Lo íntimo. En uno de sus últimos
párrafos Gorriti escribe: “Hoy quisiera compaginar algunos origi-
nales de ‘Lo íntimo’ para darlos á la copia...Tengo que llenar
muchos, muchísimos vacíos entre ellos: no sé si lo podré hacer»

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Sobre las colaboradoras Indice

Francine Masiello es profesora de letras hispánicas y de literatu- Prólogo 5


ra comparada en la University of California, Berkeley. Es
autora de Lenguaje e ideología: las escuelas argentinas de Obras de Juana Manuela Gorriti 11
vanguardia (1986) y Between Civilization & Barbarism. Women,
Nation, & Literary Culture in Modern Argentina (1992); es co- La novela de la historia
autora de Women, Culture, and Politics in Latin America Graciela Batticuore 13
(1990).
La caja de sorpresas. Notas sobre biografía y autobiografía
Isabel A. Quintana es egresada de la Universidad de Buenos en Juana Manuela Gorriti
Aires en Filosofía y Letras. Actualmente estudia para un Cristina Iglesia 28
doctorado en el Departament of Spanish and Portuguese de
la University of California, Berkeley. La mesa está servida
Josefina Iriarte y Claudia Torre 45
El proyecto de Investigación MUJERES Y ESCRITURA.
ARGENTINA. SIGLO XIX está integrado por las investigado- Disfraz y delincuencia en la obra de Juana Manuela Gorriti
ras Graciela Batticuore, Josefina Iriarte, Claudia Torre y Francine Masiello 62
Liliana Zuccotti y dirigido por Cristina Iglesia. Los trabajos
que se incluyen en este libro son avances del proyecto que se Juana Manuela Gorriti y sus mundos
encuentra radicado en el Instituto de Literatura Argentina Isabel A. Quintana 72
“Ricardo Rojas” y forma parte del A.I.E.M. (Area
Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer, Facultad de Filoso- Legados de guerra
fía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Liliana Zuccotti 80

Cristina Iglesia es profesora de literatura argentina en la Facultad Sobre las colaboradoras 94


de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Es autora
de Cautivas y misioneras. Mitos blancos de la conquista
(1987), en colaboración con Julio Schvartzman.

94 Sobre las colaboradoras


Se terminó de imprimir en
los Talleres Gráficos SEGUNDA EDICION,
Fructuoso Rivera 1066, Buenos Aires,
en el mes de noviembre de 1993.

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