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¡AY, MARICAS!

yo tengo tantas hermanas, que no las puedo contar

¡Ay, Valeria!
mis pies andan por donde otras dejaron su pellejo para andar, este corazón es rojo y de arcilla, las
heridas no las tengo yo pero vienen conmigo, yo tengo apenas rasguños, pellizcos, tengo una
coraza de mujeres que me defendieron cuando yo no estuve y eran ustedes

¡Ay, Luisa!
Cada vez las calles se llenan de maricones que creen que el capitalismo y el mercado es la
solución, que tienen tanta pose que terminan siendo estatuas, que olvidan sus luchas y la de todas
las cuerpas vulnerables que día a día la batallan en la calle para sobrevivir, para no ser
asesinadas, los homosexuales lamen los pies de las corporaciones que por otros lados esclavizan
y asesinan

¡Ay, Pily!
que las brujas, los maricones, las travestidas y las putas hemos andado siempre de las manos
hasta para pelearla, hasta para el momento de la hoguera, y cuando la hoguera no significa
muerte sino guitarra, canto, esperanza y deseo, yo canto, cantamos por ustedes las que nos
arrebataron

¡Ay, Puche!
que el dolor se me va de las manos, que me duele el cuerpo de tanto castigo ajeno, que no sé
nada de mis padres, una vez me dijeron que debí ser el ejemplo pero solo fui ejemplar para mis
amantes, me pregunto por los abrazos que probablemente no recibieron, por las madres que no
fueron sus cómplices, por la traición materna y paterna de echarte al frío y a la esquina y escupir
a su rastro y que ese escupitajo sea nuestro emblema, ante la injusticia y ante el deseo

¡Ay, Maily!
que también pienso en todas las locas que estuvieron siempre en esto que llamamos Ecuador, en
las locas indígenas, en las del levantamiento, en las enchaquiradas, en las que babeaban por el
cierre duro de sus compañeros de encierro, de sus castigadores, porque así es el deseo, cuando el
bulto de tu verdugo parece precioso nos entregamos hasta que la lágrima de la hermana pone una
flor sobre nuestros restos

¡Ay, Faviola!
yo quiero una piel, un pellejo que no manche de gel mi almohada porque no dormiría en toda la
noche, a mí me gustan los hombres revolucionarios que creen en la vida y en el andar, que traen
el sudor de sus cuerpos trabajadores por la noche a decir cuánto me quiere, porque contrario a lo
que dicen, yo sé que nos quieren, yo sé que a las locas nos quieren

¡Ay, Andrea!
me dicen que estoy enferma de comunismo, que si amanezco muerta será por rabiosa e
insurrecta, como ustedes, dirán que fui asesinada por loca y comunista, que esas vaginas rebeldes
tienen telarañas y que ya no se tocan, pero yo lo único que tengo es exceso de rabia y deseo

¡Ay, Yayita!
que Esmeraldas ya no se levanta más, que el reggaetton acabó con su historia y su cultura, que
ahora todos somos negros-petróleo y no por raza, yayita, sino por mancha pura, pero que las
locas aún estamos, aún deliramos y que yo he declarado mi desobediencia, esta es, mi búsqueda
insaciable por la paz
¡AY, MARICAS! ¡Ay, Puche!
que el dolor se me va de las manos,
que me duele el cuerpo de tanto
¡Ay, Valeria! castigo ajeno, que no sé nada de mis
mis pies andan por donde otras dejaron padres, una vez me dijeron que debí
su pellejo para andar, este corazón es ser el ejemplo pero solo fui ejemplar
rojo y de arcilla, las heridas no las tengo para mis amantes, me pregunto por los
yo pero vienen conmigo, yo tengo abrazos que probablemente no
apenas rasguños, pellizcos, tengo una recibieron, por las madres que no
coraza de mujeres que me defendieron fueron sus cómplices, por la traición
cuando yo no estuve y eran ustedes materna y paterna de echarte al frío y a
la esquina y escupir a su rastro y que
¡Ay, Luisa! ese escupitajo sea nuestro emblema,
Cada vez las calles se llenan de ante la injusticia y ante el deseo
maricones que creen que el capitalismo
y el mercado es la solución, que tienen ¡Ay, Maily!
tanta pose que terminan siendo que también pienso en todas las locas
estatuas, que olvidan sus luchas y la de que estuvieron siempre en esto que
todas las cuerpas vulnerables que día a llamamos Ecuador, en las locas
día la batallan en la calle para indígenas, en las del levantamiento, en
sobrevivir, para no ser asesinadas, los las enchaquiradas, en las que babeaban
homosexuales lamen los pies de las por el cierre duro de sus compañeros
corporaciones que por otros lados de encierro, de sus castigadores,
esclavizan y asesinan porque así es el deseo, cuando el bulto
de tu verdugo parece precioso nos
¡Ay, Pily! entregamos hasta que la lágrima de la
que las brujas, los maricones, las hermana pone una flor sobre nuestros
travestidas y las putas hemos andado restos
siempre de las manos hasta para
pelearla, hasta para el momento de la
hoguera, y cuando la hoguera no
significa muerte sino guitarra, canto,
esperanza y deseo, yo canto, cantamos
por ustedes las que nos arrebataron
¡Ay, Faviola!
yo quiero una piel, un pellejo que no
manche de gel mi almohada porque no
dormiría en toda la noche, a mí me
gustan los hombres revolucionarios
que creen en la vida y en el andar, que
traen el sudor de sus cuerpos
trabajadores por la noche a decir
cuánto me quiere, porque contrario a lo
que dicen, yo sé que nos quieren, yo sé
que a las locas nos quieren

¡Ay, Andrea!
me dicen que estoy enferma de
comunismo, que si amanezco muerta
será por rabiosa e insurrecta, como
ustedes, dirán que fui asesinada por
loca y comunista, que esas vaginas
rebeldes tienen telarañas y que ya no
se tocan, pero yo lo único que tengo es
exceso de rabia y deseo

¡Ay, Yayita!
que Esmeraldas ya no se levanta más,
que el reggaetton acabó con su historia
y su cultura, que ahora todos somos
negros-petróleo y no por raza, yayita,
sino por mancha pura, pero que las
locas aún estamos, aún deliramos y
que yo he declarado mi desobediencia,
esta es, mi búsqueda insaciable por
nuestra paz.

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