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Magíster en Psicología

Mención Teoría y Clínica Psicoanalítica

CONTROL UNIDAD N°1:


Investigue acerca del sentido del enunciado “sin
memoria y sin deseo” de Bion

Illaritza Parada
29 de Octubre de 2018, Santiago.
Los conceptos de memoria y deseo forman parte importante de las temáticas que usualmente se
discuten dentro del campo psicoanalítico y en general se considera que ambos elementos deben ser
puestos en acción al momento de la intervención con un/a paciente. Es por esto que me ha resultado
sorpresivo e interesante el enunciado de Bion “sin memoria y sin deseo”.

El objetivo de este escrito será reflexionar en torno a esta idea y los conceptos que involucra,
determinando así cuales son las implicancias de trabajar bajo este criterio.

Para llevar a cabo este objetivo, realizaré una revisión bibliográfica consistente en el análisis de
fuentes de primera mano (escritos de Bion) y producciones hechas por clínicos contemporáneos
que también han abordado este concepto.

Iniciaré esta aproximación con una cita:

No es suficiente una mala memoria: lo que comúnmente se llama olvido es tan malo
como recordar.

Es necesario evitar el quedarse en los recuerdos y deseos. Estas son dos facetas de
una misma cosa: ambas se componen de elementos basados en impresiones
sensoriales; ambas implican la ausencia de una satisfacción sensual inmediata; una
supone un acopio de objetos sensoriales, siendo la memoria la que los contiene, y
la otra una conjunción de objetos sensorialmente satisfactorios (Bion, 1970. pp. 43).

La primera frase de esta cita, aclara que el autor no se está refiriendo a la memoria en un sentido
tradicional, no se trata de olvidar acontecimientos o de no tener algún plan de trabajo general para
el proceso terapéutico. En el resto de la cita se logra entrever que el abandono de la memoria y el
deseo están siendo planteados en tanto que “impresiones sensoriales”.

En este punto se hace necesario mencionar algunos elementos fundamentales en la teoría de Bion,
para así poder captar el concepto de impresiones sensoriales.

Para Bion (1987) existen elementos psíquicos que son aptos para ser pensados, elaborados e
integrados como ideas y eventualmente ser verbalizados, estos elementos los denomina elementos
alfa; por otro parte, se encuentran los elementos beta, estos últimos, solamente son aptos para la
descarga, es decir, evacuados, proyectados masivamente, en suma, son indigeribles para el sujeto,
no llegan a ser conscientes o inconscientes, no llevan al aprendizaje. Existen dos tipos de elementos
beta: 1) Impresiones sensoriales y 2) Experiencias emocionales.

Existe una marcada relación entre la utilización de elementos alfa y un funcionamiento


mayormente ligado a la posición depresiva descrita por Klein, así como una estrecha relación entre
un funcionamiento fijado en la posición esquizo-paranoide y la expulsión, evacuación y/o
identificación proyectiva de elementos beta (Bion, 1987).

Dado que para Bion tanto la memoria como el deseo están compuestas de impresiones sensoriales,
y estas a su vez están compuestas por elementos beta, lo que está en juego en la indicación de que
el/la analista realice esta “negación disciplinada de la memoria y el deseo” (Bion, 1970, pp. 43),
no forma parte del orden de lo racional, simbolizado, y en general, de todo contenido que posea las
características de los elementos alfa.

A modo de esclarecer un poco más lo que implica el enunciado de Bion, propongo la siguiente cita:

Cuando vamos a ver un espectáculo de baile, cuando vemos a un bailarín, ¿qué


decimos? Decimos que parece fácil. Está bailando sin memoria ni deseo, si no, baila
mal. Es decir, ha trabajado tanto su música, su coreografía, su deseo de hacerlo
bien, que cuando se presenta baila, es decir, se mueve sin memoria ni deseo. Y cada
uno, en su trabajo, en su vida cotidiana, puede trabajar así sus cosas para moverse
como un bailarín. Es decir, esta memoria y este deseo que nos constituyen y nos
crean conflictos y nos piden un entrenamiento, al final, por nuestra armonía,
debemos olvidarlos (Chbani, 2014, pp. 14).

Es interesante el ejemplo que presenta esta autora, porque justamente lo que hace es evocar una
experiencia que más o menos todes hemos tenido en algún área de nuestras vidas, o hemos
percibido en otro. En este ejemplo, “sin memoria y sin deseo” implican todo un gran trabajo previo,
una internalización de incontables modos de hacer, moverse, etc., que, al momento de ser puesto
en escena, requiere que el sujeto logre una “actuación fluida”.
Es claro que teorizar acerca de un conocimiento preverbal no es una tarea fácil, es por eso que la
cita anterior me parece una herramienta valiosa para aprehender al menos una parte de lo que se
está hablando.

Antes de pasar al abordaje de las implicancias prácticas que puede tener la actitud propuesta por
Bion, me parece importante destacar que toda esta teorización, posee la marcada intención de
otorgar un lugar y una utilidad diferente a la posición esquizo-paranoide propuesta por Klein en
“Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé” (Klein, 1952).

Eigen (2014) plantea que, para Bion, relacionar la posición E-P con “lo malo” y la posición
depresiva con “lo bueno”, detiene prematuramente un estudio profundo de lo que la posición E-P
podría ofrecer. Según este autor, la intención de Bion es relevar las características de la posición
E-P que hacen de esta una parte esencial de las habilidades mentales de un sujeto, a saber: la
habilidad de dividir y unir.

Para Bion, una manera de rescatar y trabajar con los sujetos que presentan un funcionamiento
psicótico (ya sea transitorio o más bien permanente), es posicionarse desde esta actitud sin memoria
y sin deseo, ya que a través de esta el/la analista puede tener acceso a la experiencia del sujeto en
los términos que este último tiene para ofrecer, es decir, a través de las formaciones propias de los
elementos beta, que como antes mencioné, son preverbales, en algún sentido es posible llamarlas
sensoriales, aunque no poseen un órgano de los sentidos específico encargado de captarlas (Eigen,
2014).

En concordancia con lo intangible de la descripción del párrafo anterior, el modo de contactarse


con estas impresiones sensoriales, es a través de la “F en O”, concepto propuesto por Bion para
referirse a esta aproximación al trabajo analítico “sin memoria y sin deseo”, para así poder alcanzar
“O”, concepto que podría definirse como “las cosas en sí” (también es posible considerarlo un
término equivalente al registro de lo Real en Lacan) (Eigen, 2014).

Lo que permite este acercamiento es poder abordar la situación analítica sin posicionarse como un
objeto amenazante, que intenta -en un movimiento percibido por el paciente como agresión- poner
palabras a un estado en el que estas no son asibles. En resumen, F en O es entrar al abismo en que
se encuentra el paciente, pero a diferencia de este último, no caer en la fragmentación.

Referencias

Bion, W (1970). Opacidad de la memoria y el deseo. Atención e Interpretación. (pp. 43-55) Buenos
Aires: Paidós.

Bion, W. (1987). Capítulo XII. Aprendiendo de la experiencia (pp. 53-61). México: Paidós.

Chbani, H. (2014). Café psicoanalítico en LAIE. El deseo. Extraido desde


http://www.asociacionbick.org/pdf/Cafe-psicoanlalitico-ELDESEO.pdf

Eigen, M. (2014). Em torno al punto de partida de Bion: De la catástrofe a la Fe. Clinica e


Investigación Relacional. 8 (1) 125-143. Extraído desde
https://www.psicoterapiarelacional.es/Portals/0/eJournalCeIR/V8N1_2014/11_Eigen_En
%20torno%20al%20punto%20de%20partida%20de%20Bion_CeIR_V8N1.pdf

Klein, M. (1952). Algunas conclusiones teóricas sobre la vida emocional del bebé. Extraído desde
http://bibliotecapsicologia.org/M%20Klein/27.Algunas%20Conclusiones%20.pdf

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