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Actualización

Utilidad de la clasificación de la fibromialgia


Rafael Belenguera, Antoni Sisób y Manuel Ramos-Casalsc
a
Unidad de Fibromialgia. Hospital 9 de Octubre. Valencia. España.
b
Centro de Atención Primaria Les Corts. GESCLINIC. Hospital Clínic. Barcelona. España.
c
Servicio de Enfermedades Autoinmunes. IDIBAPS. Hospital Clínic. Barcelona. España.

Trabajo realizado con el apoyo de la Fundació La Marató de TV3 (proyecto 071810).

La fibromialgia (FM) es un problema de salud grave, dada su


elevada prevalencia y morbilidad, que produce un consumo ele-
En la subdivisión de los pacientes con vado de recursos sanitarios1. En 1992, la Organización Mundial
fibromialgia debe tenerse en cuenta, sobre de la Salud (OMS) reconoció la FM como enfermedad, y la tipi-
todo, el perfil psicopatológico y la existencia ficó en el manual de Clasificación Internacional de Enfermeda-
de enfermedades asociadas. Para ello, des (CIE-10) con el código M79.02. Se caracteriza por un estado
doloroso crónico, generalizado, no articular, con afectación pre-
es imprescindible realizar una evaluación
dominante de los músculos y raquis, y que presenta una hiper-
diagnóstica individualizada por parte de un sensibilidad exagerada en múltiples puntos predefinidos (ten-
equipo multidisciplinario. der points), sin alteraciones orgánicas demostrables3. Afecta
principalmente a las mujeres (80-90%), y se considera que es el
Puntos clave diagnóstico más frecuente en las mujeres de 20-55 años de edad
que refieren dolor musculoesquelético4.
• Los criterios clasificatorios de 1990 incluyen la Según los diferentes estudios, la prevalencia de la FM se ha esti-
historia de dolor difuso generalizado crónico y mado entre un 2 y un 3% de la población general5,6. La edad media
el desencadenamiento de dolor tras la presión al diagnóstico depende de la población estudiada, y con mayor
digital en al menos 11 de 18 puntos dolorosos frecuencia se sitúa entre los 30 y los 60 años5,6. En la población ge-
predefinidos, ambos criterios centrados neral española, se ha observado una prevalencia de la enfermedad
exclusivamente en el dolor. del 2,73%, y es de un 4,2% para el sexo femenino y de 0,2% para
el masculino7. Por tanto, se podría estimar una cifra de 1.200.000-
• La fiblromialgia (FM) tipo I incluye a 1.900.000 mujeres afectadas en el ámbito nacional.
pacientes con sensibilidad extrema al dolor, La ausencia de enfermedad orgánica específica demostrable,
pero en los que no se consigue identificar la carencia de una prueba diagnóstica confirmatoria objetiva,
procesos sistémicos o locales asociados, ni la asociación frecuente con problemas psicopatológicos y el
enfermedades psiquiátricas. gran impacto en los recursos sanitarios provocan que la FM
se considere como un proceso de tratamiento complejo y, en
• La FM tipo II la componen pacientes en ocasiones, conflictivo. Y es que la gran heterogeneidad en la
los que la aparición de la FM se considera expresión clínica de la FM, junto con la falta de instrumentos
una consecuencia de una enfermedad de estandarizados para ordenar y clasificar los distintos síntomas y
base de carácter crónico, especialmente las presentaciones clínicas, contribuye aún más al desasosiego,
autoinmunitarias y reumatólogicas. y en ocasiones impotencia, que surge al atender a los pacien-
tes. Disponer de una clasificación de la FM puede permitir a
• La FM tipo III incluye a los pacientes en los que identificar a los subgrupos de pacientes de características más
la FM se considera una manifestación somática homogéneas, candidatos por tanto a recibir unas pautas diag-
de un proceso psicopatológico subyacente, nósticas y terapéuticas más individualizadas.
tanto de tipo afectivo.

• Finalmente, hay pacientes capaces de simular ¿Cómo se diagnostica la fibromialgia?


los criterios clasificatorios y que requerirán una
evaluación pericial objetiva en el ámbito de una Para diferenciar la FM de otros síndromes con sintomatología
unidad altamente especializada (FM tipo IV). parecida, el American College of Rheumatology (ACR) auspició
en 1990 un estudio multicéntrico para lograr unificar y homo-
geneizar unos criterios clasificatorios, que en la práctica clínica
se han aceptado internacionalmente como criterios diagnósti-
cos8. Con estos criterios, el diagnóstico de FM es válido con
independencia de otros diagnósticos asociados8. Los criterios
permiten identificar la FM con una sensibilidad del 88% y una
especificidad del 81% (fig. 1).

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Tabla I. Clasificación de la fibromialgia Clasificación de la fibromialgia

Proceso Enfermedad Enfermedad Perfil Fibromialgia tipo I


primario autoinmunitaria/ psiquiátrica psicopatológico
reumatológica
Este subgrupo, denominado por Müller et al13 como “FM con
Tipo I Idiopática No No Normal
sensibilidad extrema al dolor no asociada a procesos psiquiá-
tricos”, lo identificaron Giesecke et al12 en 2003 gracias a un
Tipo II Enfermedad Sía Noc Perfil A (ansioso-
crónica depresivo)
exhaustivo análisis psicopatológico realizado en 97 pacientes
Sistémica (IIa) con FM, centrado en la evaluación de 3 aspectos: a) estado de
Locorregional (IIb) ánimo (evaluado con los cuestionarios CES-D y STPI); b) área
Tipo III Enfermedad Nob Sí Perfil B cognitiva (evaluado con algunas de las subescalas del cuestio-
psiquiátrica (somatización) nario CSQ), y c) hiperalgesia (analizado mediante dolorímetro
Tipo IV Simulación No No Demandante y metodología MRS). Los autores identificaron a un pequeño
grupo de pacientes (un 16%, todos mujeres) que presentaban
a
Cumplimiento de los criterios clasificatorios vigentes. un perfil psicopatológico diferencial, caracterizado por valores
b
Los pacientes pueden presentar alteraciones clínicas y/o analíticas aisladas.
normales de estado de ánimo, valores muy bajos de catastrofi-
c
Los pacientes pueden presentar alteraciones psicopatológicas relacionadas
con el padecimiento de una enfermedad crónica. zación y un elevado grado de control percibido sobre el dolor
en el cuestionario CSQ, a pesar de lo que mostraban una extre-
ma hiperalgesia en las pruebas de dolor provocado.
La gran heterogeneidad en la expresión clínica de la FM sue- En este subgrupo de pacientes no se identifican procesos
le provocar, en la práctica diaria, una importante sensación de sistémicos o locales asociados, ni enfermedades psiquiátricas,
impotencia debido a la falta de indicaciones clínicas y terapéu- y, por tanto, se desconoce por completo la etiopatogenia del
ticas claras a seguir ante cada paciente. Cada vez son más los proceso. Algunos estudios13 indican una posible existencia de
autores que consideran la FM como un síndrome somático fun- alteraciones inmunológicas locales, quizá relacionadas con las
cional9 junto a otros procesos similares, como el síndrome de terminaciones nerviosas, que entra en el campo de la neuroin-
fatiga crónica o el del intestino irritable (con los que, por cierto, munología. Las hipótesis más recientes sobre la etiopatogenia
comparten una gran cantidad de manifestaciones y alteracio- del dolor crónico indican un papel clave de la inmunidad innata
nes psicopatológicas). Los estudios respecto a la definición de del sistema nervioso central en la fase de inducción consciente
subgrupos de pacientes con FM con un determinado perfil son de la hipersensibilidad, con la implicación entre otros de los
muy limitados10,11, y no suelen estar acompañados de pautas receptores tipo Toll de la microglía16.
distintas de actuación en función del subgrupo. La clasificación Este subgrupo de pacientes requiere un enfoque terapéutico
que proponemos incluye los principales procesos y situaciones distinto al de la gran mayoría de pacientes con FM. Algunos
clínicas que puede presentar el paciente con FM recogidos en autores12,13 indican para este subgrupo un beneficio mayor del
varios estudios anteriores12-15 (tabla I). tratamiento farmacológico centrado en el síntoma principal, es-
pecialmente fármacos antidepresivos con propiedades analgé-
sicas, o incluso analgésicos puros (simples o en combinación).
La coordinación asistencial por medio de protocolos diagnósti-
Figura 1. Criterios clasificatorios de fibromialgia de 1990
del American College of Rheumatology. cos, y especialmente terapéuticos, entre los médicos de familia
y las unidades especializadas en el tratamiento del dolor cró-
1. Historia de dolor difuso, generalizado y crónico: nico (allí donde existan) es un elemento fundamental para el
control de síntomas en estos pacientes. La falta de enfermedad
Más de 3 meses de duración
En los 4 cuadrantes del cuerpo psiquiátrica elimina per se la utilidad de tratamientos psicoló-
En ambos lados del cuerpo gicos o el uso de psicofármacos.
Por encima y debajo de la cintura
En el esqueleto axial
Fibromialgia tipo II

2. Dolor a la presión En este subgrupo, la principal hipótesis etiopatogénica sería la


en al menos 11 de los aparición de la FM como consecuencia de una enfermedad de
18 puntos dolorosos
(9 pares)
base de carácter crónico. A pesar de que se han descrito casos
de FM en pacientes con enfermedades crónicas de casi cual-
quier etiología (degenerativa, autoinmunitaria, endocrinológi-
ca, infecciosa o neoplásica), no cabe duda que la gran mayoría
de casos se diagnostican en pacientes con enfermedades cró-
nicas que cursan con disfunción y, sobre todo, con dolor diario
(en mayor o menor grado). La mayoría de estas enfermedades
pueden encuadrarse dentro de los ámbitos reumatólogico y au-
toinmunitario, y pueden ser de carácter sistémico o regional.

Asociada a enfermedades
reumatológicas/autoinmunitarias (subtipo IIa)
No cabe duda de que el primer criterio clasificatorio de la FM
propuesto por el ACR (historia de dolor difuso, generalizado,

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Utilidad de la clasificación de la fibromialgia
R. Belenguer, A. Sisó y M. Ramos-Casals

Prevalencia de la fibromialgia en pacientes ciones que suelen responder de forma positiva al uso de anti-
Tabla II.
con enfermedades crónicas autoinmunitarias,
palúdicos, como la hidroxiclorocina. En los brotes agudos de
reumatológicas e infecciosas
estas enfermedades, resulta inevitable para su control el uso
Pacientes con Porcentaje de corticoides y, en los casos más graves, inmunodepresores,
FM/ pacientes totales
e incluso tratamientos biológicos. El objetivo siempre debe
Síndrome de Sjögren 115/371 31
ser tener controlada al máximo la enfermedad reumatológica
Artritis reumatoide 40/150 27
o autoinmunitaria de base, un hecho que nos ayudará en gran
Espondilitis anquilopoyética 9/36 25 medida a separar los síntomas de su enfermedad de base de los
Artrosis 28/130 22 derivados del problema psicopatológico secundario.
Dolor lumbar/cervical crónico 16/100 16 Por supuesto, siempre debe tenerse en cuenta la aparición
Infección por el VIH 30/191 16 casi invariable de alteraciones psicopatológicas en todo pacien-
Enfermedad de Behçet 44/268 16 te con una enfermedad incurable de evolución crónica. Una
Artritis psoriásica 28/185 15 valoración psicopatológica adecuada deberá confirmar en estos
Infección por el VHC 42/320 13 pacientes que los síntomas son reactivos a la existencia del pro-
Lupus eritematoso sistémico 133/1166 11 ceso de base, y que la sintomatología psiquiátrica que presen-
Esclerodermia 1/50 2 tan se considera como reactiva o adaptativa a las dificultades
que supone experimentar de forma diaria los síntomas de su
VHC: virus de la hepatitis C; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
enfermedad de base.

Asociada a enfermedades crónicas


locorregionales (subtipo IIb)
crónico, presente durante más de 3 meses de duración) lo Se ha descrito la existencia de FM en pacientes con procesos
cumple un porcentaje notable de los pacientes con las enfer- locorregionales de evolución crónica, de los que destacan las
medades reumatológicas y autoinmunitarias sistémicas más alteraciones estructurales mecánicas o degenerativas extensas
frecuentes, desde la artritis reumatoide (AR) y las espondiloar- del raquis (lumbalgia crónica) y las enfermedades metabólicas
tropatías inflamatorias, hasta las autoinmunitarias sistémicas, óseas, como la osteoporosis y la osteomalacia. En estos pacien-
como el lupus eritematoso sistémico (LES), las miopatías infla- tes pueden aplicarse las mismas recomendaciones que en el
matorias y, especialmente, el síndrome de Sjögren (SS). grupo anterior, centrando todos los esfuerzos en controlar los
La presencia de FM en pacientes diagnosticados de estas principales síntomas de su enfermedad de base.
enfermedades es variable (tabla II). Es importante destacar el
perfil epidemiológico de estos pacientes, ya que las mayores Fibromialgia tipo III
frecuencias de FM asociada se observan en las enfermedades
con un perfil epidemiológico idéntico al de la FM, como son la La FM en estos pacientes se considera una manifestación so-
AR y el SS (mujeres de mediana edad). mática de un proceso psicopatológico subyacente, tanto de tipo
Para una clasificación adecuada de estos pacientes, el primer afectivo, como de personalidad14, en la que el dolor sería el me-
paso es asegurar, por parte del especialista correspondiente, el dio a través del cual los pacientes canalizarían todo su malestar
cumplimiento riguroso de los criterios clasificatorios vigentes psicológico subyacente. En su estudio de 2003, Giesecke et al12
para las respectivas enfermedades reumatológicas y autoin- indicaron la existencia de pacientes con FM con una alteración
munitarias, con el fin de poder diferenciarlos con claridad de grave en la esfera psicopatológica, al identificar a un subgrupo
los pacientes con FM tipo III que pueden presentar, dentro del de pacientes con valores muy alterados en el estudio del domi-
espectro clínico de la enfermedad, manifestaciones reumatoló- nio psicosocial (índices muy elevados en el análisis de síntomas
gicas o autoinmunitarias aisladas. depresivos, mediante el cuestionario CES-D, y de ansiedad,
El segundo paso importante en la clasificación de estos pa- mediante el cuestionario STPI) y una disociación significativa
cientes es una evaluación psicopatológica adecuada. El estudio en el estudio del dominio cognitivo mediante el cuestionario
de Blasco Claros et al14 ha permitido definir 2 perfiles psicopa- CSQ (altos valores en la subescala de catastrofización y valores
tológicos perfectamente diferenciados en el paciente con FM, muy bajos en la escala sobre autocontrol del dolor).
mediante el uso del Inventario de Personalidad Multifásico de El aspecto clave en la clasificación de estos pacientes es
Minnesotta (MMPI del inglés Minnesota Multiphasic Persona- intentar llegar a un diagnóstico de alteración psicopatológica
lity Inventory), uno de los instrumentos más utilizados en la previa al diagnóstico de la FM. En este subgrupo de pacien-
evaluación psicológica del dolor crónico. Los perfiles que se tes, resulta crucial la contribución del psiquiatra, que debe
obtienen mediante este cuestionario permiten, por ejemplo, evaluar con detalle los aspectos psicopatológicos y sociales
diferenciar entre casos de dolor orgánico y dolor psicógeno, que influyen en el estado de salud del paciente, por medio de
evaluar el grado de discapacidad en estos individuos o predecir cuestionarios autoaplicados como el Symptom Checklist (SCL-
resultados en los tratamientos. 90R), el Illness Behavior Questionnaire (IQB), el Chronic Ill-
Desde un punto de vista de actuación terapéutica, el princi- ness Problem Inventory (CIPI), el MMPI o el Beck Depresión
pal esfuerzo debe estar encaminado a controlar los principales Inventory (BDI). Según Blasco Claros et al14, los pacientes con
síntomas de la enfermedad de base, que puede ser la inflama- FM presentan más desajustes a nivel psicológico, un perfil al
ción articular en los pacientes con AR, espondilitis y LES, la que denominaron perfil psicopatológico B (perfil DP según el
inflamación muscular (miopatías) u otros síntomas, tanto ge- MMPI-2). En conclusión, las pacientes que se engloban dentro
nerales como locales (como la sequedad en el SS). En todos de este grupo se caracterizan por tener un desajuste general
estos pacientes, suele ser muy común el cansancio crónico y mayor, sentimientos de inmadurez personal y estrés subjetivo,
los dolores generalizados articulares y musculares, manifesta- respecto al grupo A.

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Figura 2. Porcentaje de los distintos subgrupos En este subgrupo de pacientes, predomina la alteración psi-
clasificatorios en la Unidad de Fibromialgia copatológica, con valores elevados de distrés psicopatológico,
del Hospital 9 de Octubre de Valencia (n = 218).
lo que hace aconsejable la atención compartida entre médico
de familia y psicólogos y psiquiatras, por medio de la utilización
11% de técnicas conductuales y del uso de fármacos, como antide-
presivos, inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina
10%
14%
y otros psicofármacos. El tratamiento exclusivamente psicote-
rapéutico de este subgrupo de pacientes nunca debe estar sólo
centrado en los síntomas físicos (principalmente el dolor), sino
sobre todo en tratar la enfermedad psiquiátrica subyacente,
por lo que se aconseja que principalmente se aborde su enfer-
medad desde el ámbito de la salud mental14.

Fibromialgia tipo IV

Los criterios clasificatorios de 1990 incluyen un criterio subjeti-


vo (referir dolor crónico) y otro fácilmente simulable (dolor a la
presión en los puntos gatillo) (fig. 2). El enorme impacto mediá-
65%
tico y social de la FM ha originado un aumento exponencial de
las consultas que reciben especialmente los médicos de atención
primaria y los reumatólogos, por parte de pacientes que refieren
FM tipo I FM tipo II FM tipo III FM tipo IV un cuadro clínico compatible con una FM. Una parte de estos
pacientes (en nuestra experiencia de una unidad especializada
en FM, el porcentaje es del 10%) simulan tener una enferme-
FM: fibromialgia. dad cuyas características son fácilmente conocidas a través de

Figura 3.
Algoritmo de aproximación multidisciplinaria para la clasificación
de la fibromialgia (FM).

1. Evaluación de la FM
- Criterios ACR 1990
- Cuestionario FIQ

2. Evaluación sistemática Sospecha simulación


(autoinmunitaria/reumatológica) (puntuaciones +++)

FM tipo IV
Enfermedad – Enfermedad +

Sistémica Locorregional

3. Evaluación FM tipo IIa FM tipo IIb


psicopatológica

Enfermedad – Enfermedad +

FM tipo I
Perfil B Perfil A

FM tipo III

ACR: American College of Rheumatology.

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Utilidad de la clasificación de la fibromialgia
R. Belenguer, A. Sisó y M. Ramos-Casals

4. Goldenberg DL. Fibromyalgia syndrome: a decade later: what have


Tabla III. Protocolo de estudio ante el paciente con we learned? Arch Intern Med. 1999;8:777-85.
fibromialgia y sospecha de simulación 5. Wolfe F, Ross K, Anderson J, Russell IJ, Hebert L. The prevalence
and characteristics of fibromyialgia in the general population. Arthi-
1. Evaluación de los criterios de fibromialgia tis Rheum. 1995;38:19-28.
(cuantificación de los puntos dolorosos) 6. White KP, Speechley M, Harth M, Ostbye T. The London Fibromy-
2. Evaluación de los puntos dolorosos “control” algia Epidemiology Study: the prevalence of fibromyalgia syndrome
3. Cuestionario FIQ in London, Ontario. J Rheumatol. 1999;26:1570-6.
4. Evaluación de la alodinia inducida por esfigmomanómetro 7. Carmona L, Ballina J, Gabriel R, Laffon A; EPISER Study Group. The
5. Prueba de la marcha (6 min) burden of musculoskeletal diseases in the general population of Spain:
results from a national survey. Ann Rheum Dis. 2001;60:1040-5
8. Wolfe F, Smythe HA, Yunus MB, Bennett RM, Bombardier C, Gol-
denberg DL, et al. The American College of Rheumatology 1990 Cri-
teria for de Classification of Fibromyalgia. Report of the Multicenter
internet y que no tiene una prueba o grupo de pruebas objetivo Criteria Committee. Arthritis Rheum. 1990;33:160-72.
9. Henningsen P, Zipfel S, Herzog W. Management of functional so-
que permitan un diagnóstico de certeza. No hay ninguna pauta
matic syndromes. Lancet. 2007;369:946-55.
protocolizada para identificar a estos pacientes. El protocolo de 10. Yunus MB. Diagnosis, etiology, and management of fibromyalgia
estudio de nuestra unidad de FM que solemos aplicar en ámbitos syndrome: an update. Compr Ther. 1988;14:8-20.
periciales incluye 4 pruebas objetivas de evaluación (tabla III), 11. Yunus MB, Masi AT. Fibromyalgia, Restless Legs Syndrome, Peri-
de las que se disponen mediciones objetivas esperables, tanto en odic Limb Movement Disorder, and Psycogenic Pain. En: McCarty
la población general, como en pacientes con FM. La obtención DJ, Koopman WJ. Arthritis and Allied Conditions. 12th ed. Philadel-
phia: Lea Febirger; 1993. p. 1383-405.
de valores extremos en cada una de estas pruebas identifica con
12. Giesecke T, Williams DA, Harris RE, Cupps TR, Tian X, Tian TX,
facilidad al paciente “simulador”. El objetivo principal de este et al. Subgrouping of fibromyalgia patients on the basis of pres-
subgrupo de pacientes suele ser obtener una baja laboral perma- sure-pain thresholds and psychological factors. Arthritis Rheum.
nente, y suele ser casi patognomónico que, una vez conseguida, 2003;48:2916-22.
dejen de acudir a las visitas. 13. Müller W, Schneider EM, Stratz T. The classification of fibromyalgia
syndrome. Rheumatol Int. 2007;27:1005-10.
14. Blasco Claros L, Mallo Caño M, Mencía Presa A, Franch Barceló
J, Casaus Satamán P, Peña Roca J, et al. Clinical profiles in fibro-
Conclusiones myalgia patients of the community mental health center: a pre-
dictive index of psychopathological severity. Actas Esp Psiquiatr.
Una aproximación diagnóstica y terapéutica óptima en el pa- 2006;34:112-22.
ciente con FM debe incluir el máximo grado de individualiza- 15. Belenguer R, Ramos-Casals M, Brito-Zerón P, Del Pino J, Sentís J,
ción, de acuerdo a las características específicas de cada pa- Aguiló S, et al. Influence of clinical and immunological parameters
ciente. En la práctica diaria, suele aplicarse todo lo contrario, y on the health-related quality of life of patients with primary Sjö-
se indican los mismos tratamientos o abordajes a todo paciente gren’s syndrome. Clin Exp Rheumatol. 2005;23:351-6.
16. McCleskey EW. Neurobiology: new player in pain. Nature. 2003;424:729-
con FM. La clasificación de los pacientes con FM en subgrupos
30.
más homogéneos permite una individualización mayor del tra-
tamiento, lo que augura un éxito terapéutico mayor.
Para poder clasificar correctamente a un paciente con FM, Bibliografía comentada
recomendamos una evaluación diagnóstica individualizada por
parte de diversos especialistas (aproximación diagnóstica mul- Blasco Claros L, Mallo Caño M, Mencía Presa A, Franch Barce-
ló J, Casaus Satamán P, Peña Roca J, et al. Clinical profiles in
tidisciplinaria) (fig. 3). En primer lugar, debe confirmarse el fibromyalgia patients of the community mental health center: a
diagnóstico de la FM (médico de familia y/o reumatólogo), para predictive index of psychopathological severity. Actas Esp Psi-
a continuación evaluar la existencia de posibles enfermedades quiatr. 2006;34:112-22.
sistémicas asociadas (médico de familia/reumatólogo/especialis- Excelente estudio que identifica con gran claridad 2 grandes
ta en enfermedades sistémicas) o de procesos crónicos locales perfiles psicopatológicos en el paciente con fibromialgia: a) el
(médico de familia/reumatólogo/traumatólogo) y, finalmente, perfil A (relacionado con el padecimiento de un trastorno cróni-
realizar un diagnóstico preciso sobre los procesos/enfermedades co), y b) el perfil B (con alteraciones psicopatológicas significa-
tivas, eminentemente primarias).
de base psicopatológica (psicólogo/psiquiatra).
La obtención de un diagnóstico claro en cada una de estas 4 áreas,
Giesecke T, Williams DA, Harris RE, Cupps TR, Tian X, Tian TX, et
así como el análisis en la relación temporal de la aparición de los dis- al. Subgrouping of fibromyalgia patients on the basis of pressu-
tintos síntomas o procesos, permitirá la inclusión de cada paciente re-pain thresholds and psychological factors. Arthritis Rheum.
en cada uno de los distintos subgrupos clasificatorios. J 2003;48:2916-22.
Es el primer estudio que profundiza en las importantes dife-
rencias que pueden haber en el perfil psicopatológico de los
Bibliografía pacientes con fibromialgia, y que, por tanto, sienta las bases
de una primera clasificación de los pacientes desde el punto de
vista psicopatológico.
1. Wolfe F, Anderson J, Harkness D, Bennet RN, Caso XJ, Goldenberg
DL, et al. A prospective longitudinal multicenter study of service uti-
Müller W, Schneider EM, Stratz T. The classification of fibromyal-
lization and costs in fibromyalgia. Arthritis Rheum. 1997;40:1560-70.
gia syndrome. Rheumatol Int. 2007;27:1005-10.
2. WHO. International Statistical Classification of Diseases and Re-
lated Problems. ICD-10. Geneve: WHO; 1992. Los autores son los primeros en proponer una clasificación de
3. Consensus Document on Fibromyalgia: The Copenhagen Declara- la fibromialgia (FM), recogiendo los escasos trabajos previos
tion. Journal Musculoskeletal Pain. Vol 1. New York: The Haworth centrados en este tema. Identifican con detalle la FM idiopática
Press Inc; 1993. y la asociada a procesos psiquiátricos.

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