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Este documento describe las teorías de la pena en el Perú. Comienza explicando que históricamente ha habido intentos de justificar la imposición de castigos por parte del Estado. Luego discute las teorías absolutas de la pena, las cuales ven a la pena como un fin en sí misma de retribución por el delito cometido, siguiendo el principio del "ojo por ojo". Finalmente, señala que aunque estas teorías absolutas tienen el aspecto positivo de exigir una pena proporcional a la gravedad del delito,
Este documento describe las teorías de la pena en el Perú. Comienza explicando que históricamente ha habido intentos de justificar la imposición de castigos por parte del Estado. Luego discute las teorías absolutas de la pena, las cuales ven a la pena como un fin en sí misma de retribución por el delito cometido, siguiendo el principio del "ojo por ojo". Finalmente, señala que aunque estas teorías absolutas tienen el aspecto positivo de exigir una pena proporcional a la gravedad del delito,
Este documento describe las teorías de la pena en el Perú. Comienza explicando que históricamente ha habido intentos de justificar la imposición de castigos por parte del Estado. Luego discute las teorías absolutas de la pena, las cuales ven a la pena como un fin en sí misma de retribución por el delito cometido, siguiendo el principio del "ojo por ojo". Finalmente, señala que aunque estas teorías absolutas tienen el aspecto positivo de exigir una pena proporcional a la gravedad del delito,
Resulta frecuente en la doctrina contemporánea identificar como teorías de
la pena, a los intentos que históricamente se han sucedido para justificar la actividad punitiva del Estado, esto es, para legitimar las consecuencias jurídicas del delito Como enfatiza FEIJOO SANCHEZ: “Desde que el hombre se dedica a la reflexiòn filosófica o ética se plantea el sentido y finalidad de las sanciones y los castigos” (Bernardo Feijóo Sánchez. Las Teorías Clásicas de la Pena, en Revista peruana de Ciencias Penales Nº 11. 2002, p. 332). Ahora bien, en la dogmática contemporánea hay acuerdo entre los autores para sostener que esta línea cognoscitiva desemboca, necesariamente, en un debate sobre la propia naturaleza y rol social del Derecho Penal. Y en ese contexto son aún pertinentes las aclaraciones metodológicas formuladas hace algunas décadas por FERRAJOLI, quien advierte que subsisten, al respecto, notorias distorsiones como consecuencia de la contraposición de los enfoques filosóficos y sociológicos al momento de indagar sobre los fines o funciones de la pena. Según el citado jurista italiano “un vicio metodológico que puede observarse en muchas de las respuestas a la pregunta ¿por qué castigar? consiste en la confusión en la que caen aquéllas entre función o fin, o bien entre el ser y el deber ser de la pena, y en la consecuente asunción de las explicaciones como justificaciones o viceversa. Esta confusión es practicada antes que nada por quienes producen o sostienen las doctrinas filosóficas de la justificación, presentándolas como «teorías de la pena». No es, pues, una tarea sencilla deslindar a lo largo de la evolución del Derecho Penal los planteamientos, siempre escasos, de «lo que es la pena» de aquellos frecuentes, antinómicos y reiterativos del «por qué se impone una pena». Generalmente los estudios realizados reproducen un tradicional esquema tripartito que aspira a reconocer la existencia o sucesión de tres grandes concepciones o teorías de la pena y a las que secuencialmente se identifican teorías absolutas, teorías relativas y teorías mixtas o de la unión. Como manifiesta GARCIA CAVERO: “El criterio de esta distinción radica en que mientras las primeras ven a la pena como un fin en sí misma, las segundas la vinculan a necesidades de carácter social” (Percy García Cavero. Lecciones de Derecho Penal. Parte General. Grijley. Lima.2008, p.42)
A. Las teorías absolutas.
En sus distintos orígenes y enfoques, estas teorías se relacionan con una concepción de justicia retributiva y absoluta. Su desarrollo filosófico se debe al idealismo alemán y a los planteamientos de KANT (ley penal como imperativa categórica) y de HEGEL (el delito como negación del Derecho y la pena como negación de la negación). También contribuyeron a su consolidación los dogmas y doctrinas eclesiales referentes a la realización de la justicia divina. Al respecto explica con detalle ROXIN que “la teoría de la retribución no encuentra el sentido de la pena en la persecución de un fin socialmente útil, sino en que mediante la imposición de un mal merecidamente se retribuya, equilibra y expía la culpabilidad del autor por el hecho cometido...Detrás de la teoría de la retribución se encuentra el viejo principio del talión: ojo por ojo, diente por diente”. Una proyección ideológica de las teorías absolutas o de la retribución se encuentra todavía en las constantes referencias que la doctrina formula sobre el Principio de Culpabilidad como base y como límite de la penalidad y sobre el Principio de Proporcionalidad como garantía para la determinación legal y judicial de las penas. En ese sentido opina DEMETRIO CRESPO que “es preciso matizar que las teorías absolutas tienen el aspecto positivo, en su significación liberal, de exigir una pena proporcionada a la gravedad del hecho y a la culpabilidad del autor, lo cual significa en último término una garantía; así como el de elevar la dignidad humana a valor supremo, prohibiendo la utilización del hombre en aras de fines instrumentales”