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El Metodo de Adivinacion Con Polvora PDF
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Así, por ejemplo, una vez que el ngangulero ha realizado un “trabajo” (hechizo) y quiere
saber si dicho “trabajo” está totalmente terminado o si necesita algún elemento más en su
elaboración para producir el efecto deseado, podrá saberlo a través del método de la “fula”.
Para ello, cogerá su “nsunga” y hará arder las “cargas” de “fula”[2], y con ello, habrá
obtenido la respuesta de la “nganga”. Si arden todas las “cargas” de “fula” y el humo se
dirige hacia la “nganga”, la respuesta se considera como un “sí” rotundo; y si se queman
cuatro “cargas” de siete en total, la respuesta es negativa y entonces será preciso preguntar
a la “nganga” cuál es el componente que le hace falta al “trabajo” para que está
completamente terminado y de tal forma pueda surtir el efecto deseado. Este ejemplo puede
dar una idea de cómo se desarrolla la operación adivinatoria.
Cualquier pregunta que se formule a la “nganga” antes de encender la “fula” deberá ser:
una sola pregunta (no varias en una misma), muy clara y muy concreta. Los nganguleros
consideran que ante una pregunta múltiple, confusa o incorrecta, la respuesta siempre será
errónea o inexacta. Han insistido mucho los informantes consultados en la necesidad de que
las preguntas realizadas a la “nganga” sean formuladas de forma correcta; y a este respecto
uno de ellos señala:
“Arriba en el punto de la guía (el punto de la flecha vertical donde ésta es cortada por la
flecha horizontal), se coloca un Matari Nsasi una piedra de rayo. Abajo de la flecha
(vertical) se enciende la pólvora (en el punto negro) después de decir: Matari Nsasi kuenda
kunayandi (mira la represa del río), kunayandi Matoko Nganga vira vira licencia Ntoto
Insambi muña lango (Dios viene en el agua del cielo), tu kuenda munansulu Kimputo, ¡Ay
Siete Rayos Kimpensa! Le explica el caso, lo que desea conseguir, y le pide que conteste,
que diga lo que debe de hacer, prendiendo los montoncitos de pólvora que indique el
Padre Nganga”.
Todas estas informaciones demuestran que la pólvora “habla”, y es en definitiva, uno de los
medios que disponen los nganguleros y los espíritus para intercomunicarse.
[2] El número de las “cargas de fula” puede ser: 4, 5, 6, 7, 8, 9, 12, 14, 16, 18 ó 21. No se
trata de un número al azar, sino que está en estrecha relación con el “mpungu” que rija la
“nganga” o al espíritu al que se dirige en el oráculo.