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Programa de Diplomado en Salud Pública y Salud Familiar

SEXUALIDAD Y AFECTIVIDAD
EN EL ADULTO MAYOR

Autores:

Tagle Cedeño C.
Paola Cortés C.
Andrea Vergara C.

Módulo I: Tendencias en Salud Pública: Salud Familiar y


Comunitaria y Promoción. La Serena, marzo – mayo del 2006
INTRODUCCIÓN

La sexualidad es una de las dimensiones más complejas de la vida humana, las


primeras consideraciones sobre la sexualidad datan desde casi 5.000 años y tan solo se
dispone de datos muy limitados sobre la descripción de las conductas sexuales en diversos
pueblos y con anterioridad al año 1.000 A.C. pero no es hasta el siglo XX se comienza a
investigar la sexualidad desde un punto más científico. (1)

El término sexualidad significa muchas cosas para distintas personas y en diferentes


etapas del ciclo vital considerando además la educación y experiencias que se tengan al
respecto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el placer sexual como un derecho


humano básico. Según la OMS “La salud sexual es la integración de los elementos
somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual, por medios que sean
positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el
amor” (2)

Se define como Salud Sexual Geriátrica “la expresión psicológica de emociones y


compromisos que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre
compañeros en una relación de confianza, amor, compartir y placer, con o sin coito”
(Maslow).

Es así como en la vejez el concepto de la sexualidad se basa principalmente en la


“calidad de la relación” integrando componentes tales como: personalidad, intimidad, género,
pensamientos, sentimientos, intereses y valores, etc. (3)

Como se puede apreciar las definiciones expuestas concuerdan, desde este punto de
vista cabe mencionar la importancia que adquiere entonces la EDUCACIÓN SEXUAL Y
AFECTIVA a lo largo del desarrollo humano, como pilar fundamental en el desempeño de la
sexualidad.

La sexualidad en la vejez continúa siendo un tabú ya que durante mucho tiempo fue
negada al igual que la del niño, esto responde a hecho de haber considerado a la sexualidad
estrechamente vinculada a la reproducción en la que niños y ancianos no forman parte. Desde
es te marco los períodos humanos no reproductivos fueron considerados por mucho tiempo

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como carentes de manifestaciones sexuales, privándolos así de todo derecho a recibir las
gratificaciones naturales del placer sexual y afectivo. (2)

La sexualidad de los adultos mayores es objeto de variados prejuicios, se piensa que los
adultos mayores pierden todo el interés sexual cuando envejecen o que ellos son pervertidos si
continúan teniendo relaciones sexuales. La realidad es que el potencial sexual puede
permanecer hasta la muerte aún cuando sea alterado por los cambios propios del
envejecimiento.

Dentro del ámbito de la atención primaria no es tanto más lo que se ha investigado el


tema, el programa del Adulto Mayor continúa siendo secundario aún cuando nuestra realidad
epidemiológica nos muestra que cada vez hay más población de 65 y más años.

A partir de 1996 se establecen Políticas en Salud para la atención de los adultos


mayores, es así como se instaura el Examen Funcional del Adulto Mayor (EFAM) que incluye la
salud sexual como variable dicotómica evaluando la “Conformidad” de la actividad sexual con la
pareja.

Sobre la base de lo expuesto hemos definido como tema de análisis “Prejuicios de la


sexualidad y afectividad en los adultos mayores” y así establecer como postura “que el
ejercicio de la sexualidad en los adultos mayores es una expresión biológica y afectiva,
erótica y moral, inherente al ser humano y como tal parte integrante de la calidad de vida,
comprometiendo al equipo de salud como ente facilitador, creando los espacios para el
intercambio de experiencias de vida, fortaleciendo la autoestima e interrelación con el
otro”.

Para el desarrollo de este ensayo nuestros objetivos son:

1. Identificar los cambios fisiológicos y sociales que se producen en el Adulto Mayor.


2. Analizar la adaptación de los adultos mayores a los cambios.
3. Reconocer en el adulto mayor la sexualidad como hábito de vida saludable para una óptima
calidad de vida.
4. Analizar los prejuicios con respecto a la sexualidad de los adultos mayores.

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DISCUSIÓN

La tercera edad es un concepto que nace como una necesidad de marcar una edad
cronológica para determinar cuando una persona debe dejar de trabajar y comenzar su
“jubilación”, con la cual empezaría un proceso de involución, de pérdida de facultades y por
ende la sexualidad una palabra que evoca afecto, comunicación , juventud, salud y belleza,
se contrapone a la imagen que socialmente que se tiene de los AM (1) 1 ya que éstos carecerían
de las características necesarias para ser consideradas personas sexuadas.

Si bien la representación social de la vejez se ha caracterizado por una variabilidad a lo


largo de la historia, la sexualidad en los AM ha permanecido casi siempre excluida. El status
social que se le ha asignado a los AM ha dependido de los factores que, en un momento dado,
se han considerado para conceptualizar la vejez, y estos han sido, principalmente, el deterioro,
la fragilidad física y la enfermedad.

(4)“La sexualidad en el AM es mucho más que derribar mitos o comunicarse. En esta


etapa como en ninguna otra etapa de la vida, la afectividad cobra gran importancia como
mediadora de las relaciones sexuales. En el AM surge un nuevo lenguaje sexual en el cual se
revela el amor, el afecto, la relación interpersonal, mucho más que el significado
preferentemente sexual-genital tan restringido de la “juventud”.

(4)“La sexualidad-afectiva no solo se concreta con el acto coital, sino que abarca todos
los sentidos, la dedicación y la entrega, y el conjunto de sensaciones , experiencias y estados
de ánimo que los seres humanos somos capaces de transmitir a través de lo sensorial y la
afectividad. Si bien la fisiología sexual sufre cambios con el envejecimiento, el mundo de los
sentimientos no sufre ningún proceso de deterioro y el deseo de vivir conscientemente la
sexualidad persiste en un gran número de AM”.

La actividad sexual cumple muchas más funciones que las fisiológicas, en el adulto
mayor, donde el envejecimiento, se refleja justamente en lo físico, el significado de la
sexualidad se amplía aún más adquiriendo características diferentes que en otras etapas de la
vida. Pero aun siendo menos agresiva y más matizada, la sexualidad mantiene inalterada su
potencial de comunicación entre las personas.

La sexualidad en los adultos mayores en nuestra sociedad, es vista como tema tabú. En
la vida cotidiana, tanto familiar como institucional y social, no está preparada y menos aún

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Adulto mayor
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predispuesta a preservar un espacio para la expresión de ésta, ya que el sólo hecho de hacer
una manifestación pública de abrazar, besar, manifestar deseos de tener una pareja o pretender
tener una, son juzgados y ridiculizados como “VIEJOS VERDES” o “VIEJAS LOCAS”.Lo
anterior ha contribuido a los estereotipos y prejuicios que se mantiene con respecto a la
sexualidad en los adultos mayores. Entre los estereotipos que existen se pueden mencionar:
Asexualidad de este grupo, desinterés en vivenciar la sexualidad y que las
manifestaciones sexuales equivalen a desviaciones o perversiones.

Se debe señalar además que existe factores personales que afectan las relaciones
sexuales en los AM entre ellos están:

• Falta de estimulo sexual provocados por una vida sexual monótona y poco variada.
• Menor intensidad de las relaciones sociales.
• Pérdida de atractivos corporales de la pareja y la creencia de que es incorrecto tener
fantasías sexuales en esta época.
• Agotamiento físico o psíquico propio de la ancianidad disminuye el interés por el
contacto y crea temor por el cansancio extra.
• Trabajo, jubilación y aspectos económicos (preocupaciones, personas sometidas a
elevadas presiones o demandas laborares e intelectuales derivadas de sus cargos,
próximo arribo a la jubilación. Este inminente cambio en su rol social y las
preocupaciones derivadas de este, cuando no se esta preparado para afrontarlo, actúan
de igual manera en lo relativo al sexo.
• Viudez: los sentimientos afectivos desencadenados por la pérdida del cónyuge se hacen
evidentes y se agrega en ocasiones a un periodo prolongado de inactividad sexual.
• Enfermedades físicas y mentales: Toda enfermedad debilitante o que afecte el
psiquismo, por diferentes mecanismos, pueden dar al trato con toda actividad sexual. La
Diabetes Mellitus es un ejemplo típico por mecanismos vasculares y neurogénicos
pueden producir perdida de la erección o presencia de eyaculación retrógrada por falta
de cierre del esfínter vesical durante el orgasmo
• Medicamentos: Antidepresivos triciclitos, fenotiacinas, agentes bloqueadores
colinérgicos, benzodicepinas, narcóticos, inhibidores de la imao, una adecuada elección
del fármaco por el médico, el ajuste de las dosis mínimas necesarias y la discusión
franca con el paciente sobre su actividad sexual pueden disminuir las posibilidades de
disfunción sexual por las drogas.

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• Alcoholismo: Los cambios hormonales y metabólicos que afectan a todo el organismo, y
en especial al SNC y periféricos, disminución de la testosterona y ACTH, temblor
extrapiramidal, neuritis alcohólica provocan trastorno de la erección en el hombre y
deprimen la libido en cualquier edad.
• Creencias religiosas: Consideran el sexo como algo pecaminoso con exclusión de su
valor reproductivo, o que debe ser limitado dentro de estrictas reglas.
• Temor al desempeño: El miedo a fallar a no tener erección o a no hacer "un buen papel".
En la mujer por temor a que su cuerpo o su desempeño no sean del agrado de su
compañero. Podemos afirmar que un hombre o una mujer sanos físicamente y
psíquicamente entre 50 y 70 años o incluso en edades avanzadas pueden mantener un
determinado nivel de actividad sexual.

El envejecimiento fisiológico y la respuesta sexual

La vida afectiva y la expresión sexual persisten a lo largo de la vida. Las


transformaciones físicas y fisiológicas afectan tanto a hombres como a mujeres: disminuye el
tono muscular en todo el cuerpo, se atenúa el vigor y se reduce la elasticidad de los tejidos. El
descenso de los niveles hormonales determina cambios en los tejidos de los genitales y la
rigidez de los vasos sanguíneos afecta la irrigación de la zona genital.

(5) “La siguiente tabla resume los cambios más evidentes en la respuesta sexual en
mujeres y hombres (Cayo y Flores 2003)”.

Mujeres Hombres

™ Disminución leve o variable del deseo sexual ™ Disminución leve o variable del deseo sexual
relacionado a factores hormonales o sociales relacionado a factores hormonales o
™ Enlentecimiento de la fase de excitación sexual. sociales.
™ Atrofia de la mucosa vaginal, que la hace más ™ Menor sensibilidad peneana.
corta, menos elástica y lubricada; lo que puede ™ Erección más lenta, que requiere mayor
provocar un dolor durante la penetración. estimulación.
™ Disminución de la congestión del clítoris y la ™ Menor turgencia de la erección.
plataforma orgásmica. ™ Retraso de la eyaculación, con reducción e
™ Disminución de la frecuencia e intensidad de las incluso ausencia de la sensación de
contracciones orgásmicas. Toma más tiempo inevitabilidad eyaculatoria.
alcanzar el orgasmo y su duración disminuye. ™ Menor volumen de esperma y eyaculado.
™ Disminución de la frecuencia e intensidad de
las contracciones orgásmicas.
™ Alargamiento del período refractario.

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Es un hecho que esta involución provoca cambios en el ciclo de respuesta sexual
asociado al envejecimiento normal, sin embargo éstos no son lo suficiente para determinar el fin
de la actividad sexual, sino que la NO ACEPTACIÓN de éstos lo que provocan una disminución
paulatina del interés en la actividad sexual con la aparición de sentimientos de resignación ante
la pérdida.

Aspectos Psicológicos y sociales de la sexualidad en la vejez

(5)”Los factores psicológicos que afectan la sexualidad de las personas jóvenes también
suelen afectar la sexualidad de los adultos mayores. Lo anterior quiere decir que antes los
cambios que se producen con el avance de la edad, el significado que las personas le dan a
éstos, determinan el impacto de los mismos. Los AM de hoy pertenecen a una generación
donde no existía la educación sexual. No existía una instancia formal, o información seria al
respecto. La vida sexual pertenecía al ámbito de lo privado y consistía habitualmente en la
satisfacción por parte del hombre y la disponibilidad por parte de la mujer”.

La desinformación respecto de la sexualidad en esta etapa, la ansiedad que la


adaptación a estos cambios genera y la dinámica y los conflictos de pareja pueden constituirse
en factores de disfuncionalidad en el ámbito sexual.

(5)”En nuestra sociedad existe una actitud negativa hacia la expresión sexual de los
ancianos, no parece apropiada en los mayores de 70 años y para que señalar la masturbación.
Estas actitudes afectan la forma en que los AM son tratados y cuando éstas se internalizan por
los ancianos pueden convertirse en una razón muy importante que explicaría el por que
muchos AM son sexualmente inactivos (Cayo y Flores 2003)”.

(6)María Inés Parga, coordinadora del Área Adulto Mayor en Santiago del Hogar de
Cristo, cuenta que los AM que ha conocido son seres tan sexuales como cualquiera. De hecho,
ha sabido de muchas parejas que se conocen en los diferentes centros que esta institución
mantiene y que en algunos casos, han pedido tener habitaciones matrimoniales y se les ha
habilitado. “Ellos, los adultos mayores tienen la misma capacidad de establecer cualquier
vínculo, incluido los amorosos de pareja como en otras edades y cuando tienen oportunidades
de practicar formas de vinculación como coquetear, “andar”, pololear o emparejarse, para ellos
es muy satisfactorio”.

En esta etapa, sin duda, la sexualidad en la pareja está cruzada por los sentimientos de
compañerismo, reciprocidad y amor. Se ama de manera más auténtica, comprometida y

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profunda, y se es menos impulsiva, más tolerante y comprensivo. Los AM están más
disponibles para la intimidad a través de la comunicación más profunda, de cuidar del otro y de
ponerse en sintonía con él.

Sexualidad y Salud

La sexualidad está presente en todas las dimensiones del ser humano, por lo tanto no se
puede desconocer su importancia como tampoco ignorarla. Ésta ha sido relacionada a la
calidad de vida particularmente al bienestar subjetivo que los AM construyen a la par con las
representaciones sociales que caracterizan a una sociedad. Master y Jhonson relacionan la
sexualidad con el envejecimiento señalando que (5) “La actividad sexual contribuye al bienestar
subjetivo de las personas cuyo efecto al mantener una actividad regular favorece a retardar el
declive con la edad y que algunas pérdidas fisiológicas supuestamente inevitables del
envejecimiento sean más reversibles de lo imaginamos”.

Según los datos recopilados y de acuerdo a diferentes investigaciones, se puede


deducir que una persona sexualmente satisfecha se siente más atractiva, competente y es
mucho más proclive a seguirse desarrollando intelectualmente.

Rol del Equipo de Salud

Actualmente el rol del equipo de salud se ha desvirtuado de su campo fundamental que


es la PROMOCIÓN , ya que las capacitaciones están orientadas a la reforma de salud en los
problemas emergentes, viéndolo desde su punto de vista curativo, estableciendo así protocolos
de atención como por ejemplo se puede señalar: Programa Cardiovascular, Depresión, Cáncer,
etc.

Al analizar la normativa del Programa del AM, existe un vacío en el tema, ya que se
basa en la pesquisa de factores de riesgos más que en fortalecer factores protectores. Es así
como el EFAM, está orientado a medir FUNCIONALIDAD, teniendo la variable sexualidad
prácticamente olvidada y resumida solo a “la conformidad”, sin olvidar la incomodidad que
produce dentro del equipo el tema, haciéndolo sólo si el paciente pregunta. Es por tal motivo,
que se hace necesario que el equipo se desprenda de sus propios prejuicios, pierda la
vergüenza y aborde el tema naturalmente, para facilitar espacios que hoy no existen, crear
instancias donde se hable de SEXO y no sólo sea en forma unipersonal : un miembro del
equipo-paciente.

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No debemos olvidar que los AM son seres integrales con conocimientos y experiencias
adquiridas principalmente mediante una educación sexual informal-familiar, más conservadora a
medida que aumenta la edad, pero de igual forma es importante para ser entregada tanto a sus
pares como al equipo, reconociendo que somos seres capaces de desarrollar nuevas
aprendizajes, dándole así un valor agregado al “quehacer en salud”

Con todo lo anterior expuesto, se llevó acabo un estudio descriptivo, realizado en


nuestro país en el año 2003, a cargo de académicos del departamento de Psicología de la
Universidad de Tarapacá, en una muestra de adultos mayores pertenecientes a diferentes
estratos socioeconómicos de grupos de jubilados y montepiados y los resultados fueron lo
siguiente:

• A medida que las personas adquieren una mayor educación y mejores niveles económicos
de vida, el concepto de sexualidad se torna más enriquecedor, ya no es una sexualidad
centrada en el coito mismo, sino que esta va abarcando otros aspectos en la vida de la
persona, el trabajo, la educación, las relaciones interpersonales.
• Hay una menor percepción de la mujer como madre y esta es vista con más autonomía y
derechos al goce y placer, desprendidos del rol materno. Por lo tanto, en el hombre existe
una mayor preocupación por da placer a su pareja y mantener una buena actividad sexual.
• La poca experiencia de vida en personas con educación superior se ve recompensada con
la educación formal para compensar la falta de experiencia y así enriquecer la vida sexual
en pareja. Se perciben mayores recursos para enfrentar los cambios biológicos asociados
al desempeño sexual.
• El concepto de sexualidad está ligado al acto de coitar, centrado en la relación de pareja y
no se concibe como independiente de ésta, se valora por ende el cariño el respeto y el
amor, sin embargo en esta misma muestra se encontró la sexualidad relacionada a la
procreación y considerada como un deber dentro del matrimonio, creencias asociadas a la
historia de vida del sujeto, como el alcoholismo y la percepción del hombre en el rol de
proveedor de la familia.
• Se excluye el goce, el placer y la capacidad erótica de la mujer. Hay una mayor creencia
del mito mujer -madre (mito mariano).
• Las conversaciones sobre sexualidad se limitan a bromas entre sus pares, las cuales
dejan entrever la presencia de la sexualidad en la mujer añosa. Se delega la
responsabilidad de la educación sexual de los hijos a la educación formal.
• Mantener una actividad sexual en la mujer añosa depende de contar o no con una pareja.
Se encontraron en la muestra dos grupos distintos, unas manifestaron aún mantener el
deseo sexual y otras refieren haber perdido el deseo sexual con la entrada a la

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menopausia, de acuerdo a sus relatos aún se mantiene el deseo sexual pero este es
inhibido fuertemente por creencias y valores como una forma de dar explicación a la
perdida de la actividad sexual y así mantener un sentido de coherencia en las relaciones de
pareja.
• En cuanto a la percepción de la sexualidad del adulto mayor, manifiestan desconocer la
conducta sexual de sus pares, esta percepción está más bien asociada a su experiencia
personal. Se mantiene la valoración del rol pasivo en la mujer y el rol activo en cuanto a
tomar la iniciativa en el hombre, esto más relacionado con la estereotipia de género en este
nivel cultural, sin embargo, mujeres con historia de vida más enriquecedora en este
aspecto también participan de la seducción para comenzar la intimidad.
• En cuanto a las prácticas sexuales en sus relatos se observó una ausencia total de juegos
y fantasías eróticas con su pareja, siendo el coitar mismo y alcance del orgasmo una de
las finalidades de la sexualidad. Sin embargo la pérdida del deseo sexual atribuida a la
edad no es congruente con las manifestaciones de desear sexualmente a su pareja
manteniendo una actitud de resignación frente a la imposibilidad de mantenerla, ya sea por
problemas de salud o historia de vida.
• A pesar de que la sexualidad es vista como una etapa y una obligación dentro del
matrimonio esta actividad no tiene la connotación de suciedad o maldad en este período de
sus vidas, la compañía y el respeto mutuo se convierten en pilares fundamentales en la
relación de pareja. Hay un fuerte componente emocional de resentimiento hacia el hombre
producto de una historia de engaños y frustraciones.
• Otra de las creencias que se expresan en sus relatos es la conducta moral de fidelidad
asociada al rol femenino y el hombre como susceptible de dejarse llevar por la satisfacción
de necesidades y oportunidades que se le presentan.
• En ambos grupos de distinto nivel educacional y social se valoró la comunicación, las
caricias y los besos como aspectos fundamentales dentro de la sexualidad. Las caricias
también son valoradas en toda la dinámica familiar, no solamente en el acto sexual. En
ambos grupos hay un reconocimiento de la disminución de la frecuencia sexual,
manteniéndose la importancia del cariño, del deseo sexual y la valoración de ésta.
• En ambos grupos se percibe una tendencia a comparar el desempeño sexual en la tercera
edad con un modelo de desempeño sexual joven. También en ambos grupos existe una
preocupación por complacer ala pareja a partir del conocimiento adquirido en los años de
convivencia, no así en sujetos con mayor educación, esta complacencia y satisfacción en la
pareja estaría ligada a la legitimación de la mujer al derecho de sentir placer y disfrutarlo.

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CONCLUSION

Dentro de este contexto socio-cultural, se hace necesario reflexionar acerca de la


educación sexual de los Adultos Mayores, ¿Cuáles serian los objetivos que se espera lograr,
qué aspecto habría que tener en cuenta al diseñar un programa de este tipo? No debe ser un
camino para imponer un modelo de sexualidad, sino para facilitar una escucha más auténtica
del mensaje de los cuerpos. Sin los ruidos que provienen del Imaginario Social.

Como vemos, el sentir de los adultos mayores está socialmente pautado. Desde lo
comunitario se dictamina que los ancianos ya no son capaces de enamorarse, de apasionarse y
se esperan de ellos que busquen más afecto que placer en las relaciones, que busquen y
necesiten un compañero y no un amante.

Es necesario devolver al anciano el derecho a ser sexuado, desde allí, abrir el campo
social, asumiendo que defender hoy el derecho a la sexualidad del anciano, es defender la
sexualidad de todos en el mañana. La educación sexual debe beneficiar al anciano y la
comunidad toda.

Hoy entendemos que la sexualidad forma parte de la existencia de los individuos a


través de todas las edades, pues repunta uno de los aspectos de la convivencia y es una de las
manifestaciones más ricas y vitales de la relación humana. Por eso, la vivencia y el ejercicio de
la sexualidad es en muchos aspectos, una expresión biológica y afectiva innegable del ser
humano y como tal, parte integrante de su calidad de vida.

En nuestro tiempo está muy internalizado el modelo de figura corporal joven como
atractivo sexual, la esbeltez, la delgadez en la mujer y una piel suave y lisa hace que la
ancianidad, el aspecto físico sea visto sin ningún atractivo e incluso con repulsión, esto hace
que el anciano se auto-valore negativamente con respecto a su cuerpo y en ocasiones
condiciona su conducta sexual por sentirse poco atractivo y que no puedan disfrutar deseos
sexuales en los demás, y es por eso que en el adulto mayor surge un nuevo lenguaje sexual
donde lo relevante es el amor, el afecto la relación interpersonal y con el paso del tiempo, el
mundo de los sentimientos no sufren ningún proceso de deterioro y el deseo de vivir
concientemente; dejando al lado los mitos y prejuicios, enriqueciéndose los procesos
afectuosos como compartir, amar , comunicarse.

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La clave está en mantener la capacidad de dar amor, porque ningún fármaco ni terapia
surten efecto si no se considera que la mejor zona erógena esté en la mente y que,
independientemente de la edad, sólo se envejezca cuando se pierde la capacidad de amar.

En el caso de ambos sexo se cree que llegada a cierta edad disminuye la libido y que los
ancianos solo necesitan el contacto mínimo, demostraciones de cariño, pero no necesitan
intercambio sexual.

La sociedad no está preparada para compartir y aceptar la sexualidad del anciano, así lo
corrobora términos tales como ”viejo verde” “Vieja indigna” la falta de respeto o la invasión de la
privacidad de los abuelos cuando habitan junto a hijos y nietos.

Desgraciadamente los ancianos consienten estos actos, asumen los estereotipos que
niegan su derecho al placer sexual. No solo evitan disfrutar de su sexualidad, sino que también
se avergüenzan cuando lo hacen.

Lo cierto es que el deleite sexual está en relación con la duración y la calidad de vida.
Evidentemente serán mayores las posibilidades cuando nuestro estado de salud sea mejor. La
dieta sana, los ejercicios físicos, la eliminación de hábitos tóxicos como el tabaquismo y el
alcohol, la consulta regular al médico, son algunos modos de conservar nuestra salud y disfrutar
de la sexualidad en la llamada tercera edad.

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RECOMENDACIONES

ª Los equipos de salud deben potenciar el trabajo en el Programa del Adulto Mayor
integrándolo hacia el modelo de Salud Familiar.

ª Capacitar a los equipos de salud en el trabajo comunitario con adultos mayores haciendo
énfasis en la educación para el “buen envejecer”.

ª Utilizar el EFAM como instrumento orientador en la valoración de la calidad de vida del


adulto mayor.

ª Promover en el Pre-grado el programa del Adulto Mayor teniendo en cuenta el cambio


epidemiológico de nuestro país.

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BIBLIOGRAFÍA

1. www.monografías.com. Cambios fisiológicos en la sexualidad en la tercera edad.


Pág., 1-2.

2. www.monografías.com Educación sexual para adultos mayores. Pág., 2.

3. Herrera, A. revista chilena de obstetricia y ginecología. Sexualidad en la vejez ¿Mito o


realidad? Santiago, Chile 2003. pág., 150-162.

4. Rozowski, J. El buen envejecer, gerontología. Diplomado en gerontología a distancia.


Pontificia Universidad católica de Chile. Santiago, Chile 2004. Texto 2.
Capítulo 5. Pág., 74-86.

5. Cayo, J. la sexualidad en la tercera edad y su relación con el bienestar subjetivo. Santiago,


Chile 2003. Departamento de psicología de la Universidad de Tarapacá.
Pág., 1-6.

6. Parga, M. Sin edad para amar, mitos y verdades de la sexualidad en la tercera edad.
Santiago, Chile 2005. Pág., 1.

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