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PRINCIPIO DE CAUSALIDAD:

De acuerdo con la naturaleza del Impuesto a la Renta que recoge en materia de gastos el principio
de causalidad, todo ingreso debe estar relacionado con un gasto cuya causa sea la obtención de
dicha renta o el mantenimiento de su fuente productora, noción que sin embargo debe analizarse
en cada caso en particular, considerando los criterios de razonabilidad y proporcionalidad,
atendiendo a la naturaleza de las operaciones realizadas por cada contribuyente, el volumen de
éstas, etc, que puede suceder que la adquisición de un mismo bien o servicios para una empresa
constituya un gasto deducible mientras que para otra no.

“En forma genérica, se puede afirmar que todas las deducciones están en principio regidas por el
principio de causalidad, o sea que sólo son admisibles aquellas que guarden una relación causal directa
con la generación de la renta o con el mantenimiento de la fuente en condiciones de productividad.”1

Se consideran deducibles, para determinar la renta de tercera categoría, los gastos necesarios para
producir y mantener la fuente, en tanto la deducción no esté expresamente prohibida. Además, se deben
tener en cuenta los límites o reglas que por cada concepto hubiera dispuesto la LIR, cuyo análisis
dependerá de cada caso en concreto.

El principio de causalidad, permite sustentar la deducción de los gastos sin ninguna limitación. En
tanto sean necesarios para el mantenimiento de la fuente y/o generación de renta; empero, la
propia norma exige, además, que la deducción no esté prohibida por la Ley.

Criterios conformantes del Principio de Causalidad:

a) Razonabilidad, en virtud de este criterio debe existir una relación razonable entre el monto del
desembolso efectuado y su finalidad, el mismo que debe estar destinado a producir y mantener
la fuente productora de renta.

b) Necesidad, implica que sin la realización del mencionado desembolso no habría renta o la
fuente no podría subsistir; vale decir, la necesidad debería ser directa.

c) Proporcionalidad, alude a un parámetro meramente cuantitativo, centrado en verificar si el


volumen de la erogación realizado por una empresa guarda debida proporción con el volumen
de sus operaciones.

d) Normalidad, referido principalmente a que los gastos en los cuales se incurren deben realizarse
dentro del giro normal de las actividades del negocio, como se puede observar muy vinculado
con el criterio de razonabilidad.

e) Generalidad, legislativamente se establece que el presente criterio debe ser cumplido cuando
el gasto se encuentre vinculado con servicios de salud, gastos recreativos culturales, aguinaldos,
bonificaciones, etc.; de esta forma el beneficio debe ser de carácter “general” para todos los
trabajadores teniendo en cuenta su posición dentro de la estructura organizacional de la
empresa; así, el Tribunal Fiscal ha desconocido el gasto por incumplimiento de este criterio
mediante la RTF Nº 6671-3-2004.
ACCIONES

Las acciones que vende una empresa son a la par si su valor nominal es igual al valor de emisión.
El valor nominal es igual al capital social(dinero o riqueza que la empresa posee) dividido entre el
número de acciones. Por tanto se puede decir que la acción cuesta lo que realmente vale.

Sobre la par quiere decir que se venden por un valor superior al valor nominal (o real) y si a el
valor de venta le restas el valor nominal, obtienes la prima de emisión de esa acción, es decir, el
beneficio que se lleva la empresa por vendértela (esto se hace cuando tienen una cotización alta
en el mercado). Una acción bajo la par no se venderá ya que la empresa quebraría.

Acciones sobre la par:

Cuando el precio de emisión o cotización de los títulos, acciones, obligaciones, bonos o títulos de
la Deuda Pública es superior a su valor nominal. Tanto el precio de emisión como el de cotización
suelen expresarse en tanto por ciento del valor nominal. Un título se emite o cotiza sobre la par
cuando su precio porcentual de emisión o cotización es superior a 100.

Acciones a la par
El precio de la acción será fijado por la empresa y aprobado por la Junta de Accionistas.
Si este precio fijado es igual al nominal se denomina emisión de acciones a la par. Si este
precio o cotización es igual al valor nominal del título definido previamente, se dice que este título
está cotizado a la par.

El concepto “a la par” define, pues, la relación existente entre el valor efectivo y el valor nominal de
un título financiero. Es decir, es el cambio o cotización equivalente al cien por cien del valor nominal
de un título.

Acciones bajo la par:

El valor nominal de una acción se calcula dividiendo el capital de una empresa entre el número de
acciones, es decir, representa el valor contable que tienen las acciones de la empresa. Por tanto, una
emisión bajo la par de acciones, implicaría vender nuevos títulos a un precio inferior al valor que
reflejan los libros de contabilidad. Sin embargo, estas emisiones bajo la par no están permitidas en el
caso de las acciones, ya que la Ley de Sociedades Anónimas no lo admite.

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