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Se enfadan con relativa frecuencia. Es muy habitual en ellos las rabietas de todo tipo,
ya que pierden con facilidad la paciencia.
Discuten continuamente con los adultos.
Desafían las reglas de los adultos. Son provocadores.
Son niños que intentan en todo momento molestar e importunar de una manera
deliberada a las personas que les rodean.
Culpan y reprochan a los demás de sus propios errores.
Suelen estar resentidos con todo lo que les rodea. Se molestan e irritan con facilidad.
Utilizan un lenguaje obsceno. Cuando se enfadan utilizan palabras hirientes, con la
intención de hacer daño.
Suelen tener problemas académicos.
Son mentirosos e incumplidores.
En ocasiones, los niños pueden presentar unos síntomas parecidos a los que caracterizan este
trastorno, pero son pasajeros y propios de la edad. Los padres y profesores tendrán que estar
atentos a estas diferencias, ya que para que se pueda hablar de trastorno estos síntomas se
deben presentar con gran frecuencia, además de interferir en el aprendizaje, la adaptación en
la escuela y, algunas veces, con las relaciones personales del adolescente.
Causas
No se sabe con seguridad la causa que produce el trastorno oposicionista desafiante. Hay
diferentes teorías que intentan buscar su origen.
Defiende que los problemas comienzan a surgir en el niño o niña entre el año y los dos años.
En el desarrollo posterior encuentran dificultades para aprender a ser autónomos y separarse
de la persona que ha ejercido en ellos la función materna, a la que se encuentran
excesivamente unidos. En este caso, las actitudes negativas responderían a aspectos del
desarrollo que no se resolvieron en el momento adecuado.
Plantea que los comportamientos negativistas del trastorno son producto de conductas
negativas empleadas por personas del entorno cercano al niño como por ejemplo castigos o
gritos. Esto da lugar la aparición de conductas agresivas desafiantes y rebeldes, ya que así
pueden llamar la atención de sus padres y obtener preocupaciones de estos por si mismos.
No hay un patrón familiar distintivo para estos niños, aunque se ha visto que los padres de
niños con este trastorno están interesados de manera exagerada en el control y la autonomía.
Nota: considerar que se cumple un criterio sólo si el comportamiento se presenta con más
frecuencia de la observada típicamente en sujetos de edad y nivel de desarrollo comparables.
Los síntomas suelen aparecer antes de los 8 años y es más frecuente que ocurra entre el sexo
masculino hasta la pubertad, momento en el cual parece igualarse la proporción en ambos
sexos. La disrupción familiar que ocasionan puede ser muy importante y crear serios
problemas en la convivencia.