Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Coit•pilacion.
histórica
•
LA AGRICULTURA CHINAMPERA
Compilación Histórica
I I 1
Presentación 11
Memoria sobre agricultura (1791)
J oseph Antonio de AJzate y Rarníre.z 13
Fragmento de un escr ito de Alzate sobre el estiércol de
murciélago (1791) 31
•
PRESENTACION
Tlalpan, D.F.
Teresa Rojas Rabiela
15 de agosto de 1993.
12
MEMORIA SOBRE AGRICULTURA (1791) •
14
queda mas elevado como una vara respecto á la agua; y una tierra antes
infructífera, por estar cubierta de agua, ó muy embebida de ella, queda en
proporción de producir con usura.
16
palabra aunque de diversa especie es del mismo genero): el techado no es
horizontal, antes bien forma con el horizonte un ángulo de treinta grados:
la bara del ángulo la disponen al Sur, con el fin de que cuando el sol se
halla en su mayor oblicuidad, que es en el Solsticio de Invierno, hiera con
su luz á las tiernas plantas. El techado no forma un ángulo cuyo vértice
esté en el punto de interseccion del suelo y del techado, sino que por la
parte del Norte dista del suelo un almácigo de estension una vara (si el
gravado no se hallara ecsaltado á precio tan subido lo hubiera gravado,
porque una estampa espresaria lo que no puedo ejecutar en mucho
pliegos): aqui se debe considerar el vértice del ángulo que el techado
forma con el horizonte: debe advertirse que desde el vértice del ángulo
hasta el terreno cubren todo el ambito que mira al Norte con cañasverales,
ó con esteras ó petates de tule, á que los castellanos llaman espadaña, con
el fin de que las heladas no destruyan las plantas tiernas; el almácigo
queda descubierto por los tres vientos principales, y resguardado del
Aquilon, destruidor de la vegetación.
18
Sin duda por este motivo he visto semillas que tardan en nacer ó
germinar (voz que me parece muy propia) muchos dias sembradas de
diverso modo del que practican los indios, que confiadas á un almácigo, á
los tres dias producen plantas lozanas. Supuesto esto, ¿quien podrá negar
que con esta operación se escusan tantos instrumentos, tantos riegos,
tanta pérdida de plantas en la práctica que el mundo tiene establecida?
Confesemos la verdad.
•Anto nio Pineda. naturalista español, fue capitán de las Reales Guardias Españolas y
encargado por el Rey del ramo de Historia Natural en la expedición de A lejandro Malaspina
a Nueva España ( 1789- 1794). Entre o tros Jugares estuvo en el Valle de México en 1791. Los
escritos sobre estas excursiones se encuentran en e l Archivo del Museo Naval de Madrid. El
fragmento correspondiente a la del sur del Valle y q ue se incluye en esta compilación, se
titula 'Expedició n a la Hacienda de S. Isidro y Sierra Nevada por Tczcuco•. Tiene la
siguienle signatura: Ms. 563, doc. 2 y está en fojas 149r-155r. (N. de Comp.).
19
sido contigüos a la laguna de Texcoco, luego que les falta la abundancia
de agua se atequesquitan, ó se alkalizan, y por esto son infructíferos:
cualquiera terreno del Valle de México, luego que se eleva respecto á las
aguas, como que debe reputarse por una esponja, por los tubos capilares
de que abunda, y que forman las pequeñas hoquedades interpuestas entre
las partículas de tierra, recibe por ellos la sal alkalina, que acompañada de
la humedad asciende á la superficie del terreno: no sé que influjo tienen
los rayos del sol para atraer á la superficie las partículas salinas.
Ignoramos la causa; pero esperimentamos el efecto en las fábricas de
salitre y sal de comer. Los dueños de estas fábricas saben que á la
superficie se hallan las sales y con esto la recogen en dicha superficie, y
proceden á la destilación y reconcentración del líquido, para utilizar el
material correspondiente.
Por este motivo el indio agricultor, luego que registra á sus chinampas
atequesquitadas o alkalizadas, procura substituir nueva tierra, lo que
ejecuta por una muy particular operación, cual es esta: arrima la canoa á
uno de los lados de su chinampa, y con su azada, ó como decimos aquí,
azadon, va dislocando la tierra superior (la impregnada ó cargada de
sales): luego que su canoa está bien cargada, se abre de piernas apoyando
cada pie en uno de los bordes: asegura el remo que es un madero
cilíndrico de casi dos pulgadas de diámetro y de cinco ó seis varas de
largo: lo apoya en el fondo de la agua y comienza á mover su cuerpo á la
diestra á la siniestra ó en sentido contrario, y en cada oscilación que forma
la canoa adquiere velocidad, por lo que á cada momento se ve espuesta á
voltearse presentando el fondo que es lo que intenta el indio agricultor.
Cuando con ocasion del movimiento que practica, ve que la agua vence el
borde de la canoa, repentinamente se recarga sobre el otro borde, y la
canoa en virtud de esta maniobra presenta á la vista el fondo
desembarazada de la tierra que se le babia introducido. Lo admirable y
digno de reflecsion en esta operacion, es el ver al indio con una cierta
agilidad sostenerse en el aire apoyando con el remo, para colocarse
despues triunfante en el fondo esterior de la canoa: iqué mecanismos tan
prodigioso!
Para reemplazar la tierra que botaron al agua, ocurren por otra al
fondo de la acequia real y de otros parages en que las aguas son
profundas; ó si nó, pasado algun tiempo, utilizan la misma que arrojaron.
20
Saben que una tierra inpregnada de sales, pero lavada, como ellos dicen,
carece de sales, y con esto la tierra queda apta para sembrarla con
utilidad. Esta es la práctica que ejecutan los indios de lxtacalco, de Santa
Anita, de S. Juanico, de Mexicalcingo y de Xochimilco.
Tomando, pues, el hilo de mi discurso, digo: que luego que los indios
aseguran á la estremidad del remo el círculo de mimbres, afianzan de él
una piel de carnero, de forma que el instrumento presenta una media
esfera 6 la mitad de un globo. Hecho esto, y estando el indio en
disposiéion algo parecida al que rema en una galera 6 en un barco,
sumerge la media esfera en la agua, la eleva y la vierte en sus sembrados.
Este es el método que tienen para sembrar y para estraer del fondo de las
21
aguas el cieno, en lo que ciertamente proceden con mucha torpeza. Para
que se reconozca mi ingenuidad, manifestaré lo que jut.go: si los indios de
la laguna son astutísimos en lo que mira a las siembras respecto al riego
sufren demasiado. El instrumento que usan se reduce á la peor palanca
que conoce la maquinaria: ya veo que su miseria llega al supremo grado, y
que no les es fácil usar de otro inst rumento.
E\ tiempo en que siembran los almácigos en este fértil y templado
valle, lo omito aqui porque al fin de la memoria propongo lo que he visto,
causándome al mismo tiempo la mayor admiración. Y en efecto a cada
paso se me presentaba una est raordinaria observación: por regla general
debe ~sentarse, q uc toda la semilla de flor la siembran en almácigos
fabricados con cieno: la betualla la siembran en el terreno de la chinampa
ó huertos al modo que se practica en Europa, ó forman almácigos, pero
no dispuestos con cieno; mas la semilla de la calabaza la siembran en
almácigos de cieno para trasplantar las débiles plantas. Como en un
almácigo dispuesto en el modo que se tiene manifestado, en poco terreno
se siembra mucha semilla y se cubre con facilidad para libertarlo de las
heladas; de aquí depende el que los indios que practican este ramo de
agricultura, vendan por mayo y junio pequeñas calabazas que se
condimentan cuando en los países cultos de Europa apenas comienzan las
plantas á vegetar.
No solo las semillas de las flores las siembran los indios en almácigos;
los de Culhuacan y Xochimilco acostumbran tambien formar almácigos
para la preciosa semilla del maíz: disponen el terreno para almácigos en el
órdcn ya dicho; y como con el techado ó (tinglado) se liberta esta planta,
ta.n I?ropcnsa á esperimcntar los acechos de la helada, cuando el tiempo es
caliente transportan las pequeñas plantas del maíz á las chinampas: así se
verifican pequeñas cosechas, pero muy anticipadas á lo que se verifica
respecto al maíz sembrado en el órden regular. Al trasplantarlo le cortan
hojas, al modo que los agricultores lo ejecutan con las cebollas, ajos y
otras plantas, y las siembras de maíz en las chinampas prosperan
muchísimo: á la vista se presentan como unos bosques: de paso debo
advertir que mis observaciones me tienen convencido de que esta preciosa
planta en su origen fue acuática, lo que en otra ocasión trataré.
Para finalizar este asunto importnte, referiré un hecho, que deberia ser
de mucha utilidad si los que poseen terreno en las orillas de la laguna de
22
Cbalco atendiesen á sus verdaderos intereses. U n sugcto que vivió algun
tiempo en Culbuacan, compró en el barrio de Jamaica un pequeño sitio,
e n el que sembró maíz por el mes de marzo, que cosechó á fines de julio:
para este tiempo tenia ya prevenido un almácigo de maíz en los términos
que lo practican los indios, y que sembró por mayo: a principios de julio lo
transplantó, y por octubre tenia ya logradas dos cosechas de maíz: en el
mismo terreno por octubre sembró habas, las que fructificaron e n febrero
y marzo. Si tantos sitios que vemos abandonados en las orillas de la laguna
de Chalco se cultivasen de esta forma, lqué utilidades disfrutarían s us
propietarios? lCuántas el público, no solo con respecto á lograr más
víveres, sino á su salud? Porque las plantas purifican el aire; pero la
omisión, ó por mejor decir la abundancia de comestibles que hay e n
México hace inertes á los propietarios de te rrenos pingües; influyen
tambicn otras circunstancias, que o mito porque en otra ocasion
proporcionada podré hablar con amplitud; pero no omitiré ahora espresar
que acaso en todo el globo no se e ncuentra otra ciudad á cuyas puertas se
vean tantos terrenos pingües abandonados á la naturaleza. Esto prueba la
fertilidad de México.
Deseo que algun sugeto, ó por mejor decir, deseo que muchos
individuos se dediquen á publicar las prácticas de agricultura que se
observan e n Nueva España: son muy varias porque son adecuadas á los
temperamentos, y en Nueva España se verifican los de la requemada
Africa, los benignos de la Zona templada, y no faltan algunos que se
asemejen a los países del Norte.
Los de tomate son de dos dedos y medios, y los siembran los indios en
octubre.
23
Para la semilla de la calabaza disponen los cuadrados de tres dedos de
ancho: siembran en los primeros dias de febrero.
De forma, que los indios tienen observado que las plantas d el chile,
chicharo, tomate y jitomate son las menos resistentes á los hielos. Así les
disponen la cubierta mas elevada para el Sur, y respecto á las d emas
plantas elevan la cubierta acia al Poniente.
24
La semilla del peregil la siembran en agosto, y su tinglado ó techo lo
disponen ácia el Ocaso.
Es digno de advertirse, que el mismo techado sirve para los almácigos
de espuela de caballero, amapola y chícharo; en lo uníco que varian es en
mudar el cieno para disponer los almácigos: iqué industria! Los almácigos
no se riegan, como ya espresé; pero á las plantas transportadas en las
chinampas, huertos ó camellones (espresion de los indios) las riegan cada
tres ó cuatro dias, segun el tiempo se presenta seco ó humedo; mas lo que
me confundió, porque me creía muy erudito por haber leido con atención
tanta serie de agricultores, fué el ver que un indio de Ixtacalco supo unir
dos operaciones, esto es, regar y fecundizar el terreno; porque al mismo
tiempo que arrojó a la chinampa una determinada cantidad de agua,
interpoló otra de agua cenegosa llena de materias corrompidas, las que
tanto favorecen á la vegetación: iqué practica tan proficua! En ellas se
reconcentran las operaciones mas útiles que esponen los autores de la
agricultura.
P.S. En las chinampas siembran dos especies de coles, de las cuales
unas llaman berduleros, que tienen media vara de diámetro ó algo mas, y
la siembran por S. Juan para venderlas por diciembre; las otras que
conocen por repollo, no se siembran por medio de semillas, sino se
trasportan los retoños que el tronco produce despues de separado el
repollo. Los retoños se hallan en su perfecto estado de coles, para
venderlas á los tres meses, por lo que en los mercados de México no se
verifica día en que no abunden, porque trasplantan renuevos en todos
tiempos.
Por mas que he procurado ceñirme me difundo, á causa de que se me
presentan muchas prácticas, cuya omision seria en mi reprehensible. Dije
antes que en las chinampas de Ixtacalco se cosechan flores de amapolas
de mas de tres pulgadas de diámetro: los indios no las cultivan solamente
para venderlas en México, las transportan tambien al valle de Toluca, á
Texcoco, y lugares muy retirados de sus pueblos, para que sirvan en las
festividades eclesiásticas, principalmente en el viernes de Dolores.
La anécdota a que se dirige mi asunto es este: el indio agricultor forma
un plano tocante al tiempo que debe tardar en llegar al lugar en que debe
vender sus amapolas: en virtud de esto cortan los botones, los que
25
se registran unos cuerpos verdes de figura de huevo: vienen los
compradores, y el comerciante en flores no hace otra cosa que pasar
rápidamente la mano por la parte superior del boton, y al punto se
presenta una hermosisima amapola: de forma que puede decirse que los
indios son unos poseedores del grande secreto de presentar un jardin
instantaneamente: no ejecutan mas los saltimbancos, que pasan de pais á
país con sus lanternas mágicas; pero con la diferencia que esta es ilucion y
lo otro realidad.
Aunque permanezcan los indios en un lugar por muchos dias y á todas
las horas del dia, siempre que se presenta marchante se transforman en un
mágico, que convierte instantaneamente un cuerpo de figura de huevo y
de color verde en una hermosisima flor. Quisiera que mi amor á la
humanidad se difundiese a todos nuestros literatos, y que se dedicasen
tantos que observan las prácticas de los indios á promulgarlas. Interin esto
se verifica, mis lectores perdonen mis producciones, en las que domina
mas el celo que la ciencia.
26
las raices la proveen. Cuando la planta supera al plano de arena, acaban
de llenar el hoyo, y una planta, cuya semilla se halla enterrada dos varas ó
más, á la vista se presenta como si la hubiesen sembrado en el método
regular.
SUPLEMENTO
Advertí que los indios ponían sobre la tierra de los almácigos hojas de
col, ó una estera, y que por esto consiguen el logro de muchas operaciones
científicas reconocidas últimamente por tales en Europa; porque entre la
cubierta y la tierra deben verificarse mucho aire mefitico y la suficiente
humedad para que las semillas prosperen: los comprobantes de esta
verdad son las noticias que se esponen.
En una obra util, publicada en estos tiempos, se manifiesta una
operación fisica que demuestra mi asercion en todo su rigor: un físico
determinó en el rigor del invierno introducir una rama de almendro por
un agujero fabricado en el batiente de una ventana; en la pieza dispuso
una hornalla para que el calor fuese proporcionado á el que necesitan las
plantas para vegetar, é introdujo en dicha pieza el suficiente estiercol,
para que en el ámbito abundase el aire mefitico: el ramo introducido
íloreció y fructificó: ínterin el árbol espuesto á los rigores del frío se
observaba despojado de hojas é infructífero.
El sabio físico lngen Housz, que procura sorprender á la naturaleza en
sus operaciones, manifestó en 1789 que las plantas prosperan con lozanía
27
espuestas al sol; pero que su nacimiento es mas vigoroso si la siembra se
dispone á la sombra.
Los indios, como tengo espuesto, logran ambos arbitrios con su
operacion: esto es, que las semillas se hallen interpuestas en lugar
obscuro, entre la tierra y el tlapestle 6 cubierta, en donde no hieren los
rayos solares, y en el estado de recibir el aire mefitico dimanado de la
fermentacion el cieno, y de las plantas acuatiles que se le mezclaron.
NOTAS
29
lp. -,_,:, ]& 6':l'Q,)l"l ~r -,,¡¡ ,.,a ,,·~-clic:,p;a~_ud
':,,·1tn& .;,,l:.
. 11'.si • .',•· i.~.I •..i.! r,e ,rJ(¡¡r: :"1 ::mp ,,: , ~r l'\-,8 :•J t·., :;-; iii! J"ilh""?-!Wltt i
'•lli · lBq v,, i<i~ :,}01&\JC'~ ·.;· n, ,i!f,. :,.; •:, :ai<lidf1J:I
• -.., <.! , •
:., . -~¡r t l~.., .1 "1· •,q- ~tnf.-f• • .... . -0 ,......frAl' • -··' -• ., .. ·.,r •;;tp •Y-. t. ~:w.J"1
, .>t o\.R ~f 3:)-u, .:t.u,.J
~,. ,. ,._,. ,-~ Jl1' • ~'-:,tfp ·n• -ic:: Ym:-lit.11,b ;":'lo-:l~ó J~
" .·- u· . ! . á!"$.J.ll~i:i.x,
~r- ' ..
fJ, im c3 -oJ-ct t1 n_~ .. J. ... n! ¡:~.-~~-.,;- !Pi ,,...,, )1.;• .ib fY.t:lJA.
(, .. ;."._;1,:,;i~~ -,.i_.:: ,, . )r.i&iq \·,o:n ·' {;;,,_,.,,,. i 11 .... ¡m?h
' L~>"-P·' .... 1~..o.n J r1l .vi •1 -r. • -.1,1 ~-. J ._, 111:-•::11
! t-_·),;
••
V/~.·: -...:...: :, ... ,¡-:
UH
I .~ 1 :,a.· .l
_,. .. ' .
~,7..a .u ..." 1:,.1,~ • J'•
' 1 . .·. ~
, .. :. .. e: :·1• . l:I,~
.....
. ~:s: .°' oi,\.:•.,l; ~-~· •~-¼lfl1:j .'~:f:~.' 1;- ~~,{ ,·,n
· t.~ • \ » "~~. ,·,:.. ,._:-··!¡¡:).::..1··-;,;,.(~-J)
:O(- , J .-\a ~F., r , ..~ · J
_;,:$ ~ a~ . ., p,,
lli Jb r}r.J~·• ¡:o;.,._ ,.. ::fl:»?."~'!Í
.. - ' ; , r::.,~' l' "i.,~nr·. p~.só:J:,
1
} t-· 1 :- .. ,i.,;l;~ifJl.--i':"• \1 JZ ... J'Ji!
i),Í •••• ~,; J.I,; :, 1~ l.~:.rtf~ ,IJ!t t,. ••• ",f.!I' • ~ ,,)\{>;jtj . ._," j.1(?° °!: f.(¡
. ,•
i...f!a!', ~,-
1
1•:•J.f:.~ \":"ft,' _StJ,¡¡l#J-"l U1 !11! :1
<, ,¡~ ,.
t}f.,~f
-~. . - . .. . .......:...
01 .?f')i 1, nu.l~l"I:~
.a, ·it.v.! . ::-1· )c~~(l -•. i...11 r.c· . . ;fy,·., -..1!1J1 ~ 1·\" ~~1,f:"''ó,~h
. ~ ' ',4
- • ',I., ;.....Jl j ¡" .1. ·'""'·l ~-itu • ' " \ ,1 '' ~-,IIEI
,11).._:-,h¡ .,ihrr· ·;. i ... .l
.
,,. ·A· (.;, .
. .... ,.•
;u.- . ·,;t .
.... ,., ~'
11 rJ l-C t :ll!J ' l
••• • ,:·, ✓ re , ,. ( ._., lo' --:- ._¡,n1,I~
. r:· ..t;. f... _,;"'-l._,\!'. 1'¡u. ,_,IV' • ,-·. 1,
'· ' ,. l\P.
.(....,~,"'
·• .. I'
(.ty., ,~ .. L {,..• ·r ,•·~ ... 1 -J.J . , . -,1: 1.{\'.iJ
..
,.~· J
~r,4 ~
~ frt..,..~:,Í.'
. ~-
....,r
. ··i}:A.':
f
i • ~l r .IS. :~ ! 1 :f ' •
¡,t ...... • J. :...t...: . .íl,
·. ¡n ·1 q,n~_qiri;
_,. . ,:
,~, ti ~k:itJ ~<l1r:~71 ...
. . ,1,
.
" ' /':Jl I • .~tt .:¡1,,:¡¡ ¡_;..; ..
.."
¡;1;~~ ·~ •f__.,. .1..~ } : ~
, "
·. .,~ 'f.i..t)i ,t;.,t:,:
,
.~~r.1
~-.
. rl'
, :-. '· ..
ft,, 1, V =~ ...... "
•
'
.. ..-; ' . ' .
-· ..... ,e . ...,_....... • .• ": • .. :v-• -,:. •¡ ..... 1 !, U
.. 'J¡J. , ··d·
FRAGMENTO DE UN ESCRITO DE ALZATE SOBRE EL
ESTIERCOL DE MURCIELAGO(l 791) *
NOTA
1
Debe asombrará un físico como estando la ciudad rodeada de lagunas ó pantanos
en ella no se csperimenta plaga de estos insectos memorables en la Santa Escritura
por lo que se verificó en Egipto: mas áqui entra el lugar para una obseivación
particular: al Sueste de México se halla el cerro cónico obtuso de lxtapalapan, en él
se hallan dilatadas cuevas que proporcionan alvcrgue á un número infinito de
murciélagos; estos al anochecer salen de ellas en tanta abundancia formando unas
columnas interminables, que la paciencia en obscrva.rlas se fatiga: estos murciélagos
son los aniquiladores de los mosquitos; pero como la naturaleza dirigida por el
32
FRAGMENTOS DE UN MANUSCRITO DE LA
EXPEDICION DE ANTONIO PINEDA POR EL SUR DEL
VALLE DE MEXICO(1791) •
'Del documento inédito que se localiza en el Musco Naval de Madrid, Espalla, enttc los
papeles que allí se conservan de la expedición de Malaspina a Nueva Espalla (1789-1794).
Este se localiza en fojas 1491"-JSlv del Ms. 563, doc. 2. La paleografía es de Teresa Rojas R.
Los dibujos que se citan se encuentran probablemente en el Archivo del Jardín Botánico de
Madrid. No pudieron ser consultados. Se respetaron la onografía y la puntuación de la
versión original. (N. de Com.).
hasta formar un piso muy sólido sin las incomodidades del terreno
fangoso que lo circunda. Media legua al E. de ésta está el pueblo y cerro
de Iztapalapa (véase su perspectiva) entre los cuales existe aún una
calzada del tiempo en que todo aquel terreno sería un pantano extenso.
En su medianía hay un puente de 40 varas de largo y 5 de ancho sostenido
sobre 4 arcos con sus estribos: en el día no tiene río ni algún vestigio de
agua, y sólo es un monumento que afirma la existencia de la laguna en
aquel paraje comunicada por algún canal o estero.
El cerro Jztapalapa e.s un volcán extinguido de donde se saca mucho
tczontle, y donde se conservan muchas cuevas formadas de aquella piedra:
una de ellas se ha transformado en ermita, y se venera una efigie del
entierro del Señor muy estimada en aquel pais: esta cueva aunque
enjavclgada ofrece por sus paredes los vestigios de la lava. A la derecha en
el mismo monte hay otra gran cueva a modo de domo, que tendrá unos 30
pasos de diámetro y 4 de altura a modo de horno de cal compuesto de
adobones grandes: en parajes de ella hay mucha lava stalagmitica o
mantelonada calcárea, en grandes montones.
Otra de estas cuevas era mucho más considerable que las restantes,
aunque de la misma piedra. Su diámetro eran 120 pasos, internado en
partes a mayor profundidad, pero que la falta de luz y la poca altura no
permitían registrar: su anchura eran 30 pasos, y la naturaleza dejó un pilar
en su centro para que se sostuviera: la forma de éste era de dos conos que
unían por su vértice: su entrada aunque de pequeña elevación está al S. y
al E. Otras muchas se registran en este monte por donde respiraban los
fuegos que contenía en sus entrañas: todas ellas forman adobones con sus
domos en forma de hornos donde puede estarse en pie: sus medianías se
ven llenas de lavas sólidas, y del tezo11tle o lava porosa. Las superficies de
sus paredes se adornan con mosaico calcáreo, de lavas stalagmiticas, que
sin duda ayudarían a la fusión de la piedra, pues en la parte que tocan
estas sustancias calcáreas, se encuent ra más celulosa.
Si se cortase este monte verticalmente y enseñase su perfil, se verían
las secciones de otras muchas cavidades, que comunicarían
1
verosímilmente con una central, en donde estaría su foco; y si es lícito
interpretar por unos hechos cómo obraría la naturaleza en otros casos,
cuando sucedió la erupción de' este volcán, se acumuló tal cantidad de
peñolería, que haría correr las venas de fuego desde el foco principal a
reconcentrarse en los parajes en que halló huecos, y obrando allí
34
aprisionado contra las paredes de la cárcel que lo oprimía, formaría
incesantemente nuevos humeros y boca.
... Desde este punto en la dirección del canal sigue al SE, formando
varios senos y zig 7,ag: en partes se profundiza y está escavado para la
navegación de las canoas. La ciénegas y recodos están cubiertas de lava;
pero aquellos jardines flotantes conocidos con el nombre de Chinampas,
cuyas pintu ras recreaban la imaginación y hermoseaban la capital, ya no
existen; y solo se ven las huertas estables en la inmediación de México,
lztacalco, y otros pueblos, en que se ha transformado gran parte de la
laguna, los cuales abundarían infinito si hubiese más habitantes, pues
muchos de sus terrenos son un prado pantanoso donde pacen los ganados.
No obstante, algunas de aquellas huertas palustres adhieren tan poco al
fondo que los canoeros las movían cuando tocaban a ellas con sus
palancas.2
El que cae al ENE poco menos de una milla, tiene capas de arenario
plúmbeo del modo que el anterior, mucha tforra franca, y pocos vestigios
volcánicos: en sus barra ncas se ven capas verticales de una especie de
córnea negra. La subida es suave, la figura cónica, pero las faldas son muy
tendidas con quebradas hacia todas direcciones y mucha vegetación.
35
El que cae más distante llamado... tiene dos mil pasos de
circunferencia: sus paredes de arriba a abajo constan de lavas porosas y
de su caldera sacan esta materia para edificios: las lavas son negras,
encarnadas, moradas y amarillosas: tienen diferentes grados de
semivitrificación: las hay muy ligeras, sumamente porosas como panal,
algunas tan derretidas como las scorias de los hornos más activos; en
muchas de ellas cales metálicas blancas; en otras amarillas y verdosas
como las vistas en los humeros de volcanes existentes. Antes del cuerpo
del volcán se sube una gran loma de mal-país cubierta de lavas negras, sus
llamas se reconoce que tuvieron salida por varias partes.
Una quebrada que hace frente a la Hacienda de Sao Isidro me pareció
haber sido el paraje de una erupción; los bordes de esta caldera no
conservan un níve~ suben y bajan formando picos, y me persuado que ésta
y otras tres que corren hacia la hacienda de la Compañía se comunicaban
entre sí.
Las vistas del Valle, de sus lagunas y los pueblos que la cercan, recrean
infinitamente: la vegetación es abundante y todo constituye una hermosa
perspectiva que procuré copiar en algunos borradores.
Desde la hacienda de San Isidro siguió el camino de Amecameca entre
el E y NE: el terreno es bastante llano, se atraviesa la falda del cerro de
11apacoya y una infinidad de pequeños pueblos, Santa Marta, San Juan
11apisahua, Aiotla, Iztapaluca, Santa Bárbara, Venta de Chalco, pero los
más considerables son San Marcos 11almanalco, Los Reyes y Setlalpa. Por
todas partes se veo los sembrados de maíz, que en la estación se veían
atrasados: en los eriales se observaba el Sinapi Ol'Uense que abunda tanto
en los campos mexicanos como en Europa. Las Anagallis phoenicia,
tradescantias, vervenas, he1111osos Solanos y el árbol Molle: algunas dehesas
en barbecho, blanquean con la hermosa Argemone Americana. El terreno
se encuentra cortado a trechos con algunas grietas profundas por donde el
agua se dirige a las lagunas. Nada sería más beneficioso a estas partes que
contener estas aguas y elevarlas con máquinas, cuya ejecución no sería
difícil: podrían fertilizarse inmensos terrenos y después volverlas a
conducir a su antigua madre: todos estos campos se ven taladrados de
madrigueras que hacen la tusas, tia/coyotes y cacomistles.
Desde 11almanalco se eleva el terreno, se atraviesan los pinares por
calles umbrías, cubiertas de vesneros que parecían el cagnus, rosales,
sauces y otros árboles: se baxa al llano de Mecameca, y en el camino se veo
granos ferrugíneos, brillantes, piedras de tezontles porosos, rojos y negros.
36
Desde los varios puntos de vista a que me transportaba sucesivamente,
noté que los volcanes de las calderas, San Isidro y adyacentes que corren
en dirección E.O., pasan a encontrarse con otra serie de montes de
estructura volcánica aunque cubiertos de pinos, los cuales salían de las
sierras nevadas: entre los que rodean el valle mexicano sobresalen más de
40 Morros, que en toda probabilidad son igniciones. Las cimas y algunos
edificios de los pueblos donde pasamos son de tezontle.
Todo el camino se hizo como por una cabecera del Valle al pie de los
montes, en los cuales sólo se veían algunos pequeños pájaros, cuervos y
zopilotes.
37
contribuyen al tendero, el tímido indio, el despreciado mulato viene a
entregar a su tienda con gran respeto cuantos medios y clacos puede
adquirir nuestro D. Fulano chupa, como sucio decirse, a dos carrillos,
compra cuantas posesiones se presentan y al fin viene a parar a sus arcas
cuanto numerario escapa de las del Cura o del Erario Real: sus caudales
quedan intactos para sus hijos que los disfrutan completamente, aunque
no por mucho tiempo: criados según costumbre del país en el lujo e
indolencia, erguidos con porvenir de sangre española, y tal vez con alguna
ejecutoria de hidalguía, carecen de la industriosa economía de sus padres,
disipan en poco tiempo cuanto aquellos adquirieron, y sus riquezas
vuelven a entrar en nueva circulación.
Los víveres corren en Amecameca con abundancia y baratos: el jornal
de un indio son dos reales: lo mismo una gallina y 5 el cuarto de carnero:
un pan de a libra 1(2, y el almud de maíz 1/4. El temperamento por la
noche era de 63 a 65º far. puesto el termómetro en un cuarto bajo, lo cual
indica que es excesivamente más frío que el anterior: los granizos son
frecuentes y en la tarde que llegué cayeron de 6 a 7 lin•. de diámetro.
Su cura actual don Lino Gómez, me franqueó varias noticias útiles de
su vecindario, apreciables por su docto y benemérito autor (se
incoporarán cuando se agreguen y metodicen las descripciones de cada
pueblo).
Desde Amecamcca salí para la Sierra Nevada con ánimo de pasar la
noche en una cueva que hay en su falda. El camino duró 6 horas por la
pausa con que caminaban mis dos guías. Todo es una quebrada adornada
de pinares con un arroyo que se dirige hacia el P. El terreno se eleva al
principio pausadamente y después con rapidez: el agua forma pequeñas
cascadas, especialmente en el sitio llamado Ca.ida de agua. En el primer
tercio de la cañada se ven sembrados, después algún ganado vacuno, y los
ranchos de los boyeros que habitan solamente en la estación de hacer
quesos. Los vecinos de Amecameca hacen en ella cortes de leña, y los
golpes de la hachas resuenan por todas partes; pero el desorden que
hemos notado en los cortes despojará bien breve estos montes, que
empiezan ya a verse claros, como sucedió en otro tiempo a los de México.
Casi el mismo camino que me había conducido a lo alto de aquella
sierra volvió a traerme a la hacienda de San Isidro, desde la que había
pensado dar un rodeo a la gran laguna y regresar a México por Tezcuco.
Uno de los objetos que me propuse en este viaje, además del examen del
terreno, que es poco o nada variado, fue el de multiplicar las marcaciones
38
a todos los objetos notables que se ofreciesen para que unidos a los
trabajos que harían mis compañeros de viaje en México pudiese
completarse un plano, mucho más exacto que el impreso por el erudito
don Carlos Sigüenza, y que el manuscrito de Velázquez: en ambos se
notan varios defectos: faltan o varían pueblos, ó no están puestos con
exactitud. Yo no podía sin embargo consultar otros instrumentos que una
aguja y mi relox de segundos; pero la prolijidad con que usé de ambas
medidas me hace confiar en su exactitud en cuanto sea compatible con los
medios. Para expresar los nombres provinciales de cada pueblo, los hacía
repetir mucho a mis guías, y después los decía yo hasta asegurarme que
los pronunciaba bien; sin embargo el sonido de los nombres mexicanos es
tan disonante a nuestros oidos que no me atreveré a responder de la
exactitud.
(Como la idea de rectificarse el plano no ha tenido efecto, om.itimos
por ahora expresar un crecido número de marcaciones que podrán
extraerse de los diarios siempre que parescan útiles).
Todo el camino fue por el llano orilla de la laguna, que está
aprovechado con maíces y población. Estas contienen infinitos indios, y
los campos se ven siempre acompañados de trajinantes ya hombres, y ya
mujeres. De ambos sexos se notaba que hay muy buenos andadores; dos
de ellos seguían mi mula que andaba de 170 a 200 pasos cada minuto, por
muchas horas: los pequeños pueblos situados entre grupos de frutales
presentaban agradables paisajes.
Después que dexé a Tezcuco hice una segunda escala en el pueblo de
San Salvador de Atengo donde repetí marcaciones, habiendo medido con
cuidado la distancia entre ambos pueblos, para que me pudiese servir de
base. Todo el camino gira alrededor de la laguna, cuya cerca dista por
algunas partes más de media legua de las aguas: mucha parte del terreno
prados anegadizos, cubiertos de yerba donde pastan los ganados; otros,
manchones y trozos se ven desnudos de toda vegetación, cubiertos de
Tequesquite y las arenas impregnadas de aquel sal: varias piedras rodadas
de tezonte, y otras de pórfido, de que se cubren también las montañas
adyacentes.
Desde la venta (véase bien si es la del Carpio) se goza un hermoso
punto de vista de la laguna: todas sus aguas se reúnen hacia el centro
donde tenía su antiguo lecho, y dejan por toda la circunferencia un vasto
terreno arenisco como marisma, desnudo de toda vegetación y salitroso:
sus arenas secas hervían con el áccido: las piedras rodadas que hay sobre
39
estos arenales están cubiertos de una incrustación calcárea que no tenía
sabor salino: en toda su extensión no se ven cisnes, ni patos, ni ningún ave
palustre.
Si el arte despojase de Tequesquite aquellos terrenos y se elevasen con
máquinas las aguas de la laguna para repartirles riegos se acrecentarían
infinitamente una inmensa cantidad de tierras labrantías que ahora se
miran inútiles: con solo 40 ó 50 pies que se lograse elevarlas entre
/zJapalapa, San Isidro, Santa Marta, etcétera fructificarían muchas
eredades que están atenidas a las lluvias.
Por el frente del N. de la laguna, el valle forma entradas y rincones que
se ocupan con poblaciones y haciendas. En Guadalupe repetí mis
marcaciones, y como tengo hablado de estos parajes, omito el repetir mis
observaciones.
l. Estas lavas mamelonadas ó tufas tenían est0& caracteres: color por fuera blanco,
por dentro negro: aquel se produce de la substancia calcárea y éste de la piedra
convctida en lava, la cual antes de su ignición sería pórfido que es la roca ma!s
común en 10& montes mcxican0&. Superf. lo que a la vista parece marmelonado se ve
de cerca, que tiene tubO&, y forma escabrosidades: fru<lura porosa granulosa y
negra: calidades. la substancia blanca hierve con el ácido la interior centellea al
eslabón.
2. No será fuera del propósito el escribir la formación de estas islas una especie de
nunfea de quien no pude ver la flor, pero que su raíz era fibrosa, en verticilo, o
rodajuela: tallos rolliz0& ligeros: hojas arriftonadas de una pulgada de dia!mctro, la
cara superior verde, el envés giboso compuesto de una sustancia porosa celular,
blanquisca como la médula del sabuco o de la enea (Otipil). Esta ligera sustancia
sobrenada y puede sostener sin sumergirse cierta cantidad de peso proporcionada a
su volumen: sus hojas ex1endidas sobre el agua forman un plano: las raíces se
entrelazan y forman un ensamblaje: sobre este ambulante pavimento que
sobrenada como el Sargaso caen las semillas del (sk) grama y otras diversas
plantas palustres: el cieno que acanean estas aguas siempre turbias se enreda entre
las raíces, se acumulan hojas podridas que se resuelven en tierra, y ron el tiempo se
forma un sucio poco adherido a la tierra. Cuando las lagunas tienen agua
sobrenadan y resultan esos pedazO& de tierra ambulante en que forman las
chinampas. En la laguna de Xuchimilco me aseguraron que son tan grandes que
pastan muchO& ganad0& y crecen aroolcs. Será admirable espectáculo ver 10&
cuadrúpedO& y los bO&ques entregados a la voluntad de los vientos.
40
'
Edward B. Tylor
• lx la obra publicada en 1861, Anahu.c, or Mrxlco and the mexlcans, anclent and
modem. Esta traducción se tomó del libro de Angel Palerm, Historia Ck la Etnologla.
Tylor y los proreslonales británicos, México, D.F., CISINAH. Ediciones de la Casa Chata
S, pp. 24-25. Las palabras entre corchetes fueron agregadas por la compiladora.
podría suponerse que este artificio tan difícil y costoso fue abandonado.
Si.n embargo, al mexicano le cuesta mucho cambiar las costumbres de sus
antepasados; tenemos el testimonio de Humboldt, que dice que en su
tiempo todavía existían algunas de estas islas artificiales en el lago de
Chalco, y que sus dueños las remolcaban con una soga o bien las
empujaban con una pértiga larga. De cualquier manera, ahora ya han
desaparecido, aunque todavía se llama chinampa a las huertas que existen
a lo largo del canal.
Estas huertas se parecen mucho a las islas flotantes, ya que se
construyen con fango amontonado sobre un cimiento de carrizos y ramas;
aunque no son verdaderas [chinampas] y no flotan, son muy interesantes
como modernos representantes de las famosas huertas mexicanas. Son
fajas estrechas de tierra, con un frente al canal de cuatro o cinco metros y
una profundidad de cien o ciento cincuenta metros. Entre estas fajas hay
acequias abiertas, y una de las principales ocupaciones de los propietarios
parece ser la de acarrear lodo del fondo de las acequias, valiéndose de
una pala de madera, y arrojarlo sobre la huerta en los lugares en que se ha
ido hundiendo. La razón de la estrechez de estas fajas es que permite
arrojar el lodo sobre (toda la huerta) desde las acequias de cada lado.
42
LAS CHINAMPAS DEL DISTRITO FEDERAL (1912)*
Miguel Samamaríu
PRESENTACIÓN
' La portadilla de este folleto dice: Las china mpas del Distrito F•deral. l níorme rendido al
Señor Dir«tor General M Agricultura por el agrónomo Miguel Santam.aria, M6xioo.
Imprenta y Fototipia de la Secretaria de Fomento. Primera calle de Bctlemitas núm. 8, 1912.
Tiene 40 páginas. )Se respetaron la ortografía y la puntuación del original). (N. de Comp.).
Antes de entrar en materia, sólo me resta hacer presente mi
agradecimiento á los señores Prefectos Políticos de Xochimilco é Ixtapala
por la ayuda que me impartieron, que facilitó mucho mis investigaciones.
Con el fin de ordenar este informe, he creído conveníente dividirlo en
dos partes: la primera trata de los asuntos referentes á la formación y
culLívo de las chinampas y se titula Parte Agrícola; la segunda se refiere á
las condiciones económicas de su explotación, titulándose Parte
Económjca.
PARTE AGRlCOLA
Historia
A raíz de la fundación de la gran Tenoxtitlán en el año de 1325, los
indios carecían por completo de medios de vida, su único dominio era el
lago inmenso en esa época, en el cual sólo exístían en dirección Norte-Sur
algunas islas de tamaño desigual, con suelo fangoso y anegadizo, ocupadas
por carrisales y tute y rodeadas de grandes masas de plantas palustres, y se
alzaban las dos cimas aisladas de Tcpepolco (Peñón de Marqués), y
Tepetzíngo (Peñón de los Baños), brotando en ese segundo las aguas
termales de Acopilco. Obligados por la necesidad se hicieron nautas,
pescadores y cazadores; pronto aprendieron á apoderarse de las aves
acuáticas, de los peces, de los animalejos de varías denommacíones
criados en el agua; siguieron con los gusanos, con los moscos y huevos
puestos por éstos (Ahuauhtlí) y hasta con cierta borda llamada
"excremento del agua": objeto grande oí chico escapó á su observación
entre las plantas ú objetos anim ados. Todos aquellos productos eran
vendidos en los mercados de tierra firme, obteniendo en cambío madera,
pied ra, cal y utensilios. Servíalcs la madera para formar estacadas, que
robustecidas con piedra y rellenadas de tierra y césped, se convertían en
tierra firme; así unieron á la principal otras pequeñas islas, ensanchando
el suelo y ganándoles sobre el elemento líquido.
Naturalmente, la vida de este modo les era muy poco llevadera, su
alimentación era sumamente exígua y sus vest idos eran confeccionados
con plant as acuáticas. Gran cantidad de gente murió á consecuencia de
las hambres y pestes que asolaban continuamente la comarca.
Muchos años sorportaron estas penalidades sin cuento, hasta que el
despotismo de un rey llamado Tezozomoc, les obligó á dedicarse al cultivo
de las plantas, mejorando de este modo, impensadamente, su situación.
44
Sucedió que Tezozomoc, cacique de la Tribu Tepaneca, en ese tiempo
(1380) la preponderante en el Valle de México, sospechó que los
Tenochca intentaban sublevarse contra él. 1
El Valle de México situado entre los 19"5' y los 20°10' de latitud Norte,
es un valle cerrado que se halla á 2 260 metros de altura sobre el nivel del
mar. Colinda por el Norte, Este y Oeste con los distritos de Tenancingo,
Lerma Tlalneplantla, Texcoco y Chalco, del Estado de México, y por el
Sur con el Distrito de Cuernavaca, perteneciente al Estado de Morelos.
45
Las serranías que lo rodean: Sie rra del Ajusco, de Las Cruces, Nevada
y de Pachuca, de las cuales la más alta es la de Ajusco (3 850 metros sobre
el nivel del mar), han dado á la cuenca hidrográfica una disposición
particular.
Las aguas que descienden de las serranías, formando pequeños ríos,
caudalosos en la é poca de las lluvias, se depositan en los lagos de Chalco
(ya desecado). Xoehimilco y Texcoco, situados en la región Sur de la
cuenca, y e n los de San Cristóbal, Xaltocan y Zumpango de la región
Norte, antiguamente muy extensos y ahora desecados en parte, debido al
desagüe artificial que da salida al excedente de agua por el río Pánuco que
va á desembocar en el Golfo de México.
Las chinampas se encue ntran situadas e n su mayor parte e n el Lago de
Xochimilco, al Sur-Este del Valle. En la margen derecha del canal que
une el lago Xochimilco con la ciudad de México tambié n hay chinampas,
aunque pocas, en los pueblos de Mexicalt:z.ingo, lxt acalco y Santa Anita.
En este último lugar tienden á desaparecer debido á que la cantidad de
agua que reciben no es suficie nte para mant ener el suelo e n el grado de
humedad que requiere el cultivo de las legumbres.
Climatología
El sucio y el clima rigen las operaciones del c ultivador, ambos factores
iníluyen directa y notablemente e n la vida de las plantas, sin que se pueda
decir cuál es el principal. El sucio puede ser modificado tant o e n sus
propiedades físicas con los riegos, el drenaje, las labores, etcétera, como
en su constitución química haciendo uso de los abonos. En cambio el
clima no se puede modificar, el agricultor tiene que someterse á todas sus
irregularidades, á los cambios de temperatura, etcétera, sin pode r hace r
otra cosa que ver de impedir los efectos de algunos meteoros nocivos á los
vegetales.
La intensidad y distribución de los íe nómenos meteorológicos iníluyen
poderosamente e n la época de los distintos trabajos: así, las prime ras
heladas del invierno obligan al agricult or á violentar sus sie mbras en la
primavera, la cosecha del trigo se apresura cuando sobrevienen temprano
las primeras lluvias.
El clima es la resultante de un sinnúmero de factores: latitud, altitud,
presión, etcétera; por consiguiente, variando uno solo de ellos, el clima
cambiará también. De aquí la gran dive rsidad de climas y
consecuentemente la multiplicidad de los sistemas de cultivo, que tienen
46
que variar de acuerdo con los caracteres del clima, no habiendo un
sistema que pueda ser seguido e n todas las circunstancias.
Es un e rror creer que basta conocer los promedios de te mperatura,
presión, capa de agua y demás factores, para determinar el clima de una
localidad. Las máximas y mínimas son indispensables desde el momento
e n que son los datos que sirven para decidir sobre la posibilidad de
adoptar tal ó c ual cultivo.
Estos datos son los únicos que pude recoger, á pesar de haberme
dirigido á algunas de las personas que creí habérmelos suministrado.
Como se ve, son enteramente empíricos, insuficientes para darse idea
exacta de la climatología de la comarca.
Formación geológica
Pocas investigaciones se han hecho acerca de la formación geológica
de la región. Debido á la amabilidad del Sr. Ing. José Aguilera, Director
del Instituto Geológico, pude consultar algunas obras en la biblioteca de
dicho Establecimiento, de las cuales entresaqué los datos que me
parecieron ser más necesarios.2
Las planicies circunscritas por las sierras de Pachuca, Nevada, Ajusco
y Las Cruces, en otros tiempos extensos lagos, son actualmente un gran
espesor de capas lacustres de material arcilloso, calizo y de productos de
los volcanes, estando las aguas reducidas á lagos pequeños y dispersos,
alimentados por las corrientes de agua que descienden de la tierra.
En el período Mioceno del tiempo Cenozoico tuvieron lugar las
erupciones de andesita de hornblenda, que es la roca más antigua de la
región y que constituye el núcleo de la serranías del Ajusco y Las Cruces;
después á principios del período Plioceno, se verificaron otras erupciones
de andesita de hornblenda é hyperstena. Más tarde y con algunas
intermitencias sobrevinieron las erupciones basálticas, cuaternarias y
recientes. Estas últimas cubrieron tierra vegetal y cerámica de los indios,
lo cual demuestra que son muy modernas.
El fondo macizo de la cuenca de México está constituido, por lo tanto,
casi exclusivamente por andesitas que han sido desagregadas por la acción
de los agentes atmosféricos. Como resultado de la desintegración de estas
rocas y del transporte de las aguas, se han formado aluviones y capas de
arcilla más ó menos arenosa que se encuentran en el relleno de la cuenca
de México, en la forma de capas alternas de aluviones, arcillas y margas.
Por tal razón no me fue dable ver prácticamente los trabajos que
demanda la formación de las chinampas, pero sf me fueron suministrados
los datos necesarios por cultivadores ancianos, cuyas chinampas fueron
hechas por ellos mismos.
- - - -- -
- - - - - - ---- - ----
f"l¡tura l. Clml,nto.
50
A los cuatro años de formada la chinampa, ya la descomposición de la
materia orgánica es casi completa, "ya se hizo tierra•, según frase de los
indígenas.
51
Hay algunos vegetales como el jitomate, que reciben un cultivo casi
forzado. Se ven obligados los pequeños cultivadores á prodigar cuidados
exagerados á sus plantíos, con el fin de preservarlos de las terribles
heladas que tienen lugar en la época en que dichos vegetales están aún
muy pequeños, y que un descuido podría ocasionar la pérdida de la
cosecha.
54
Una vez extendida la capa de planta acuática, tienden encima una
segunda de "axale", nombre que dan al tule seco que crece con abundancia
en las ciénegas.
Sobre estas dos capas vegetales proceden á extender otra capa de lodo
que extraen del fondo de los canales, haciendo uso de un aparato especial
llamado "cuero" (Figura 3) que consiste en un tallo largo de madera en
cuya extremidad está colocado un aro de alambre fuerte que sostiene una
bolsa de lona; con este aparato extraen el lodo que vierten en el terreno.
La operación subsecuente tiene por objeto uniformar el espesor de la
capa de lodo, empicando para ello otro aparato llamado rastrillo (Figura
4) que consta de un mango que lleva en su extremo colocada
perpendicularmente una tabla de 15 á 20 ctms. de ancho, por 80 ctms. ó
un metro de longitud. Dos 6 tres días después de esta última operación, ya
que el lodo está un tanto seco, proceden á sembrar.
Figura 3. Cuero.
Figura 4. RaslriUo.
Siembra. Para hacer la siembra, que tiene lugar en los meses de Marzo
a Abril, rayan con almocafre ó simplemente con una estaca, guardando las
líneas una separación de 15 á 20 ctms. Sobre estas líneas hacen pequeños
agujeros en los cuales depositan 4 semillas, tapando con estiércol bien
consumido y convenientemente cernido. La cantidad media de semilla
empleada es de 40 litros por hectárea.
Generalmente permanece el maíz de 37 á 45 días en la almáciga;
durante este período lo despuntan dos ó tres veces con el objeto de
hacerle una ligera poda y provocar así la formación de hojas robustas.
Trasplante. El terreno donde va á quedar definitivamente el maíz es
preparado de idéntica manera que las almácigas. Las líneas se hacen con
55
una separación de un metro y los hoyos para las plantas á 84 ctms. uno de
otro.
59
Chile (Capsic11111 a111wm)
Después del maíz y del jitomate es la planta que más se cultiva en
Xochimilco y en Ixtapalapa. Distintas variedades y principalmente el
tornachile, el chile poblano, el largo y el menudo son las cultivadas de
preferencia; también se cultivan, aunque en muy pequeña escala, el chile
cascabel.
Siembra. En la primera quincena de Dicie mbre se siembra en las
almácigas, prodigá ndole los mismos cuidados que á la planta precedente.
Los agricultores que no poseen lapas, hacen la siembra hasta el mes de
Marzo, en que ya son poco frecue ntes las heladas.
Trasplante. Pasado el invierno, por los primeros días de Marzo,
trasplantan al terreno detinilivo previamente bien regado; la distancia
entre los surcos es de un metro y entre las plantas de 84 ctms.
Es muy común asocia r la siembra del chile con el maíz y el frijol, que
se sie mbran al mismo tiempo que se trasplanta el chile; entre cada dos
líneas de chile se intercala una de maíz, y el frijol se siembra en los
entrenudos. Se cosecha el chile y queda ocupada la chinampa por frijol y
maíz, cuya recolección tiene lugar más tarde.
Los cuidados de conservación se limitan á dos 6 tres escardas y los
riegos necesarios.
Cosecha. En Abril comienza á cosecharse el chile, que se sembró e n
Diciembre y hasta el mes de Julio el sembrado en Marzo; se dan por lo
regular de cuatro á cinco cortes abundantes, uno cada 8 ó 10 días.
To mate (Phis_alia)
62
prefiere actualmente la lechuga procedente de otros pueblos del Distrito,
como Tacubaya, Tacuba, San Angel y otros.
No hay época fija para hacer la siembra; en todos los meses del año lo
siembran, con excepción de Diciembre, Enero y Febrero.
El terreno para el cultivo del nabo es muy bien pre parado, para
facilitar el buen desarrollo de la raíz, órgano de la planta objeto de su
explotación.
63
Dos meses necesita el nabo para ser cosechado.
Zanahoria (Daucus carota)
Como la planta anterior, se siembra en todas épocas y de asiento, pues
no tendrá cuenta sembrarla en almácigas. El terreno pára la zanahoria se
labra haciendo almantas 6 camellones, para oponer así menor resitencia al
desarrollo de la raíz.
La cosecha se hace á los dos meses poco más o menos de efectuada la
siembra.
Rábano (Raphanus sativus)
Mucho se cultiva esta crucífera en las chinampas. La siembra se hace
en todas épocas y en el terreno definitivo; más generalmente se hace á
voleo que en líneas, tapando con estiércol bien consumido y
desmenuzado. Es muy conveniente regar á menudo, pues de lo contrario
poseen los rábanos un sabor muy picante.
El ciclo vegetativo industrial de esta planta es muy corto, habiendo
variedades que en menos de tres semanas se pueden ya cosechar; dos
variedades principales cultivan en las chinampas: el rábano chico, que se
cosecha á los veinticinco días de sembrado, y el grande á los cuarenta.
Esquilmos
67
El verde de París (aceto-arsenito de cobre), es la proporción de 100
gramos por 100 litros de agua, aplicado con bomba pulverizadora, da muy
buenos resultados; lo mismo se puede decir de otras substancias
arsenicales.
El polvo de nicotina Schloesing da también magníficos resultados y se
aplica con azufradoras. Este producto y otros muchos para combatir las
plagas, se consiguen en varias casas comerciales.
PARTE ECONOMICA
Familias de pec¡ue1ios propietarios, arrendatarios y medieros
Se puede decir en lo general, que todos los cultivadores de las
chioampas son pequeños propietarios que en unión de sus familias
trabajan sus tierras, no recurriendo á los peones sino en las épocas de
acumulación de trabajos; es el tipo de la agricultura por familias.
71
Esta es la causa principal de que el cultivo sea esmerado, pues es
sabido que cuando la explotación de la tierra se hace por ·el mismo
propietario, éste procura elegir el sistema de cultivo que más convenga á
sus intereses; con la garantía de sus tierras le es fácil proporcionarse
fondos para introducir mejoras que contribuyen al aumento de
producción y que les reportan mayores beneficios.
Algunos propietarios que poseen chinampas que no pueden cultivar
debidamente, ya sea por estar lejanas o por falta de dinero suficiente para
contratar los peones necesarios, las arriendan por plazos que no exceden
de un año á cultivadores que son por regla general muy trabajadores y que
no disponen de tierras suficientes en que desarrollar su actividad. Sin
embargo, el número de arrendatarios es muy pequeño en relación con el
de pequeños propietarios, no pasando del 10 al 15 por ciento del total de
los pequeños cultivadores.
El contrato de aparcería, que consiste en la cesión que hace el
propietario de la tierra para que otra persona la cultive, reservándose el
derecho de participar de una parte de los productos, no es común entre
los cultivadores de las chinampas, y se comprende que así sea, desde el
momento de que el contrato de aparcería es el indicado casi
exclusivamente en la agricultura en grande, cuando los propietarios no
disponen del capital necesario para cultivar las inmensas extensiones de
terreno que poseen, viéndose obligados á renunciar á una parte de los
productos.
El número de aparceros ó medieros es insignificante; de todos los
cultivadores con quienes tuve la oportunidad de tratar, ninguno supo
darme con exactitud los datos referentes á las condiciones de los contratos
de aparcería precisamente por la poca frecuencia con que se verifican.
Población sin ocupación determinada
La determinación de la cantidad de individuos activos y constantes de
las razas indígenas, tarea difícil que se ha impuesto la Dirección General
de Agricultura, es de suma importancia.
La evolución económico-social de las razas, así como su categoría y
grado de civilización, dependen de la mayor ó menor proporción de
individuos activos y vigorosos que las integran. Según las observaciones
hechas hasta hoy, solamente 5 ó 6 por ciento de los individuos de la raza
indígena pueden ser considerados en la categoría de activos.
72
Los cultivadores de las chinampas son trabajadores, en especial los
padres de familia, quienes prefieren mandar á sus hijos al duro trabajo
que á la escuela. Hay un grupo de propietarios, bastante numeroso por
cierto, que procuran vivir modesta pero cómodamente; en sus casitas
siempre limpias no fallan las sencillas camas de fierro, las bien barnizadas
sillas y la máquina de coser; son trabajadores, al grado de volver de sus
chinampas á las once ó doce de la noche, después de tapar sus plantíos de
jitomate, cuando las temibles heladas amenazan acabar con ellos; son
además amantes del ahorro y se preocupan por ilustrarse.
Si todos los cultivadores tuvieran las mismas cualidades, sería una
población modelo; pero desgraciadamente no es así: abundan los
holgazanes amigos de lo ajeno, que se dedican á robar á los industriosos
chinamperos los productos de sus cultivos.
Existe en la región un grupo de individuos conocidos con el nombre de
"zacateros", que á las dos ó tres de la mañana se van á las chinampas
ajenas á cortar las hierbas, hojas de col y todo lo demás que pueden,
haciendo manojos que venden á los contratistas de forrajes; de este modo
se hacen de 75 centavos 6 un peso diariamente, sin trabjar más de tres
horas; el resto del día lo pasan en la taberna. Tmpunemente cometen estos
delitos, pues son pocos propietarios que toman empeño por evitar tales
desmanes.
En términos generales, puede estimarse en un 20 á 25 por ciento la
proporción de individuos activos y constantes en la región, cifra bastante
alta si se comparara con la que acusan las poblaciones de otras partes de
la República. Esto se debe á la auto-selección que tiene lugar en los
alrededores de los grandes centros de consumo.
Salarios
NOTAS
76
LOS "JARDINES FLOTANTES" DE XOCHIMILCO
•
(1938)
Elisabeth Schilli11g
Particularidad y origen de Xochimilco
L Sao<lago Tq,olcadalpa 2. Son u,cu Xocb...nca J. San Mauo Xalpa 4. S..U Cruz Acolpixa
l, Son GrqorioAtlapulco 6. Cerro del Teubd;
80
Las islas artificiales o chinampas sirven para el cultivo intensivo de
verduras y flores que se desarrollan espléndidamente en las favorables
condiciones climatológicas de Xochimilco. A medida que se aleja uno del
pueblo metiéndose en la intrincada red de canales, empiezan a escasear
las chozas cubiertas con paja y carrizo que al principio todavía se divisan
de vez en cuando. Ocasionalmente aparece algún puente, luego ya sólo
quedan sauces altos a los lados, y bajo su sombra, campos de verduras y
flores. Puede remarse durante horas entre islas sembradas con coles,
espinacas, lechugas, pepinos, apios, jitomates, chícharos, ejotes y cebollas¡
o con lirios, claveles, amapolas, tulipanes, nomeolvides, alcatraces, nardos,
crisantemos, pensamientos y margaritas. En la temporada de floración de
los nardos y claveles el paisaje es especialmente bello y se percibe un
perfume embriagador.
Las temperaturas relativamente altas -hasta en los meses de invierno
sale el sol diariamente- propician el crecimiento de las plantas. Por
consiguiente, el principal problema que se presenta en la agricultura del
Valle de México: el riego artificial de los campos en tiempos de sequía, no
existe en Xochimilco. El ancho de las chinampas es tan reducido (4-6 m)
que el agua de los canales puede penetrar siempre hasta el centro; por lo
tanto, no hay necesidad de riego artificial.
Las plantas crecen constantemente en las chinampas y no hay
necesidad de dejar descansar el suelo con frecuencia, las plantas jóvenes
ya están sembradas cuando se cosechan las maduras. No se usan
fertilizantes artificiales, los campos se abonan de vez en cuando tan solo
con el fango que se saca, con una red de dragado, del fondo del canal
aledaño Por otro ládo, no se mantiene una secuencia determinada de
cultivos. La decisión sobre el orden de siembra de hortalizas y flores en
sus propiedades, cambia cada año y se rige por la demanda en los
mercados de la capital, que son los lugares de venta.
La naturaleza permite a los indios una forma de economía sumamente
elástica y, por lo tanto, un gran aprovechamiento de las posibilidades del
mercado.
83
en bancos largos o en el suelo. Hay hileras de vestidos y blusas de algodón,
baratos, colgados sobre una reata que se tiende de un puesto a otro.
Las indias se acostumbran cada vez mAs a usar los vestidos de precios
bajos en lugar de las telas tejidas por ellas o, por lo menos, a comprar las
telas impresas y baratas de origen industrial para confeccionar su vestido.
Pero hay muchas otras cosas en el mercado sabatino de Xochimilco:
sombreros de paja, de todos tamaños para señores y niños, rebows para
niñas y mujeres, zapatos baratos y tarjetas postales multicolores,
cinturones de cuero y espejos, collares, aretes y pulseras de fantasía,
jabones perfumados, juguetes para los niños y estampas de santos; en
otras palabras, una alegre mezcla de cosas útiles e inútiles. Junto a la
manufactura indígena, buena y resistente, se encuentran chucherías
baratas destinadas al gusto de los mestizos.
El colorido proviene de las diferentes frutas que se exhiben· en mesas
burdas o en el suelo para la venta. La indias se acomodan en cuclillas
sobre el suelo; frente a ellas ponen su mercancías en un costal viejo o en
un pedaw de papel periódico: plátanos, naranjas, limones, jitomates,
cebollas, lechugas, coles, aguacates, papas, camotes, melones, zapotes y
cacahuates, etcétera. Todo está ordenado en pequeños montoncitos,
hileras y figuras según su precio de venta 5, 10 ó 15 centavos. Algunas
indias tienen una cubeta con pescados o axolotl para vender. Otras, están
sentadas atrás de su anafre y preparan los sabrosos y condimentados
platillos mexicanos: enchiladas, tacos, chiles poblanos, tamales o hasta el
mole de guajolote, platillo nacional (véase la nota 8).
Al día siguiente la plaza presenta un aspecto muy difererente. U!S
"chucherías de la capital" han desaparecido y los comerciantes de los
pueblos cercanos ya regresaron a sus pueblos llevándose sus mercancía!.
Los domingos hay mercado de nores. Hacia donde se mire hay bellas
flores multicolores, de todas clases. Repartidas por toda la plaza están las
indias con sus grandes canastas llenas de flores bonitas y olorosas. Para
atraer la atención de los paseantes que han venido de la capital exponen
pintorescos ramos en el suelo delante de ellas. Mujeres, jóvenes y niñas
con los braws llenos de flores y gran cantidad de ramos y ramitos
amarrados como guirnaldas sobre el hombro se acercan a los forasteros,
los acompañan a la lancha, al tranvía o al camión y pregonan la venta de
sus ramos. Piden, ruegan, sonríen hasta que se les haga una contraoferta.
9
Se regatea un •rato y luego se conviene en la mitad del precio original •
84
Ambas partes están contentas: el paseante porque cree haber comprado
bastante barato (por ese precio yo ni siquiera haría el trabajo de
cortarlas), la india porque a pesar del precio barato ha hecho un negocio.
Las chozas de carrizo y adobe que aún quedan entre las casas de
piedra, en cambio, predominan en el paisaje de los barrios. Hay unas
vallas de piedra sueltas que normalmente limitan el patio de una familia
indígena. La puerta de la choza indígena nunca da hacia la calle y por lo
tanto, no se puede entrar directamente. Toda la vida del indígena tiene
lugar detrás de este terrocal. Un hueco en las piedras amontonadas
indica la entrada. En cada predio hay de dos a cinco chozas. Los hijos
adultos con sus familias viven durante varios años con su padre y
construyen ahí su propia choza. Nunca faltan en el terreno los graneros
(cuezcomatl), en los que se seca y almacena la provisión de maíz de la
familia. Ya es menos frecuente encontrar en un rincón del terreno el baño
de vapor mexicano (temazcalli), hecho de adobe y que se ve como un
horno.11
85
Alrededor de las chozas trepan muchas llores que alegran con su
colorido y perfume a los habitantes. En el espacio entre las chozas
deambulan los niños y varios animales: gallinas, guajolotes, puercos y
hasta vacas, y muchos perros reciben con sus ladridos al extraño que
aparece en la entrada. En el barrio indígena cada sitio tiene una segunda
salida que da hacia los canales que llegan hasta las casas.
Las chozas están hechas de adobe y techadas con paja o carrizo. En el
distrito de los canales generalmente están hechas de carrizo y junco o
cañas de bambú y se denominan entonces: jaca/es (xaca/li: casa de paja).
Su superficie varía de 4 a 20 m2 . Tienen una sola habitación en la cual
muchas veces el único mueble es un banco con asiento tejido de paja o
tule. En la pared se apoyan algunos petates tejidos, que se ponen en el
suelo para dormir. Rara vez hay puertas de madera. Aunque el
amueblado de la choza sea pobre, nun ca falta el pequeño altar casero. En
una tablita se ponen la estampa del santo, unas flores y una veladora. La
cocina suele estar bajo un cobertizo separado al lado de la choza, aunque
otras veces se coloca en un rincón del propio jacal. El humo busca
libremente su salida por las rendij as de las paredes o del techo. Los
implementos de cocina constan de varios jarros de barro y cazuelas, del
metate (metlatl) y del molcajete meclapil) (sic) donde las indias muelen
los granos de maíz para la masa de las tortillas que hornean luego en el
coma! de barro (comalli) puesto sobre el fuego.
..•· -·
-·
..·•'.•···
.,······
o
.·
-·
mi EDIFICACIONES
PROPIEDAD DEL CMFESINO SE•
- VERW«> RAMIREZ DI f"L PARA·
Jr DEL ~8t.O SANTA CRUZ
ACALPIXCA..
- CANAL
LIMITE DE PROPICDAD
VALLA DE PIEDRAS
O 50 tOO 200ff\.
Flgu.ra 7. El pHblo ele Santa Cn.t Acalplxca en medio ele sus pal"IIJes. (Dlb'llado por la
autora según planos ele la Olklna ele Calaslro ele la ciudad ele M&ic:o).
88
y que ha sido de su padre y de su abuelo no lo vende o cambia sin
necesidad por otro que no tiene ning(m significado para él. El resultado
de esta actitud ha sido la conservación de la distribución indígena de las
parcelas en su forma fundamental y el asentamiento cerrado, puesto que
ninguno de los propietarios de chinampas en Xochimilco cambió su choza
a su campo de cultivo. La magnitud de la parcelación excesiva se aprecia
en el hecho de que el Club de Remo Alemán tuvo que entenderse con seis
partes diferentes al querer adquirir para su casa club una
chinampa(en forma alargada de triángulo, con 117 m de largo y en su
lugar más ancho aproximadamente de 42 m).16
•
vallo
,----.. , ,,,.._<
1Z
fJG '
1
L------'
.m:
~
@ J
M
L...
a F~
m
♦
Vallo o 2345m.
90
~-~-----
vallo de
i
~
I
.....
B
z•
§
,.•
a
J
•
•
. . .. . . .
Plo"tío • Allollo
..
,.o
~
•
,.•
=oa
>
. .
•
01234!1 100,.
l. Dormitorio del campesino, su esposa, sus tres hijos (S,3 y J 1/2 años de edad) y su
madre. Tres muros son de adobe, uno de piedra. Es el vestigio de una antigua casa de
piedra y le da a la familia más protección contra el viento y la intemperie que sus propios
muros de adobe. Por eso, los indios gustan de pegar sus chozas a viejos muros en ruinas.
Mobiliario de la choza: cama (B), silla, altar casero (H) y varios petates. 11. Cocina y
habitación de varas de madera y paja, con techo de paja. Mobiliario: repisa para vajilla
(G), fogón (F), metate (M), tres sillas (S) y camón de leña (K). 111. Corral de cabras. A
unos metros de distancia de la cocina hay un plantío de chayotes (Sttblum edule Sw.) El
largo del sitio es de 60 varas x 54 m su ancho 10-16 varas x 9-14.S m. la superficie, por lo
2
tanto, es de aproximadamente TIO m . (Levantó Schilling).
91
Vallo de piedra
e
..
J
Establo
YOCOI
I
e
ªa
a
JI. D
s•
uJ ...
e
..J .g
..J ,e
et 2
(.)
• ♦ ♦ ♦ ♦
01234S 10111.
Figura 10. Propiedad rural de uno de los habitantes más ricos y estimados (en 1935 fue
delegado municipal) del pud>lo de Santiago Tepalcatlalpan.
l. Casa de piedra con tec.h o plano. La habitación sirve como dormitorio para 6 adultos y 3
niaos. Mobiliario: 2 camas (B), varios petates y cobijas y un altar casero (H). 11. Choza de
piedra como estancia, con techo de madera. Mobiliario: 1 mesa (T) y 7 sillas (S). rn.
Cocina de adobe con techo de paja. Mobiliario: repisa para vajillas (G), fogón (F), y
metate (M). IV. Tcmascal (temazcalli). V. Granero de mafz. (Levantó Schilling).
92
Vollo do piHn,
; \1j
1
, ll
1
1 G
1
I
H
w
..J
..J
<l
o
o 3 4 !111.
Flpn U . Proph dad nual de uno de loa babltant.es 111á8 pobres del Burlo de Santa
Mufa Asunción, X°"'blmlk:o
l. Choz.a donnitorio de adobe con tuho de paja. Alberga en la noche al matrimonio con
sus 8 hij°' en edades que van de 2 a 17 aA°'. Muebles; banca (B), altar casero (H), varios
petates y cobiju. 11. Cobcnizo de cocina. Muebles: repisa para vajilla (G), metate (M) y
fogón (F). 111. Granero. IV. Canoa. V. Piedra plana donde se ~ava la ropa. El terreno mide
8 x 11 varas, abarca por lo tanto 88 varas cuadrada$ (79.2 m"). Sólo representa pane del
predio original que se entregó a vari°' hennan°' en la rcpanición de la herencia. Hoy I°'
diferentes terren°' están dividid°' por vallas de piedras. (Levantó Schilling).
93
Es por esto que en el área de Xochimilco no se desarrollaron grandes
haciendas, sino tan solo algunos ranchos pequeños, establecimientos con
22
ganadería limitada junto con el cultivo de productos agrícolas, donde los
indígenas mantuvieron la influencia principal en la conformación del
paisaje.
El altepetlalli (tierra comunal) sufrió un cambio con el transcurso de
los siglos. Con el relajamiento de los calpulli y los reclutamientos de
soldados y trabajadores en las comuniddes, la tierra comunal también
perdió su valor anterior, el de pertenecer originalmente a cada
asentamiento indígena, abierto al uso general de los miembros del mismo.
Dejó de servir al uso general de todos los habitantes del pueblo,
23
rentándose por una cuota anual a ciertas personas.
Así vendieron su tierra comunal Xochimilco y los pueblos de Tepepao,
Xochitepec y Sao Lucas Xochimanca. El distrito de Xochimilco limita al
oeste con los distritos de Tlalpan y Coyoaeán, que por su terreno plano se
prestan mejor para el desarrollo de las haciendas que Xochimilco; allí se
levantaron varias, entre las cuales estuvieron Sao Juan de Dios, Coapa y
Sao Antonio Coapa, localizadas en el extremo sur, que compraron los
24
altepletlalli de Xocbimilco y los pueblos ya meocionados.
Bajo el régimen de Porfirio Díaz, casi todas las tierras planas del Valle
se encontraban en manos de los hacendados. Desde entonces ha tenido
lugar un movimiento inverso. El pequeño agricultor indígena exigió su
derecho y desde 1917 se les adjudican tierras comunales a los pueblos
indígenas a costa de las haciendas aledañas, que constituyen los llamados
ejidos. Esto provocó un cambio en el paisaje de los pueblos. La tierras
nuevas a repartir son, como también se comprobó en Xochimilco, viejos
altepetlalli que habían sido vendido muy baratos a las haciendas y que
ahora regresan a la posesión del pueblo. Pero ya no es una porción
continua en la periferia del distrito, sino que ha sido dividido en infinidad
de parcelas de igual tamaño. Por cada pueblo se repartieron de 50 a 100
25
hectáreas. A Xochimilco se le devolvió su antigua ciénega región
pantanosa a orillas del lago), con un total de 819 ha, divididas en 2 229
parcelas de 3 600 m2 cada una, que se repartieron gratuitamente a los
jefes de familia para su cultivo.
Como la mayoría de las parcelas no son directamente accesibles, existe
una reglamentación que obliga a cultivar una cosecha determinada.
Todos los campos se tieo.en que cultivar a la vez (Figura 12), Para la
94
selección de los productos a cultivar, el campesino depende de la decisión
de la mayoría. El ejido es la única área de Xochimilco donde se usa el
arado.
EJIDO DE TEPEPAN
d la V1ga
Canal Nacional e
Flgara 12. División en r11U1Jas ele la antigua tierra comunal "ciénaga chica" ele
Xochlmlko. (Dlbu.J,ido por la autora según planos ele la Orldna ele Catastro de
la ciudad ele Mi'xlco).
98
palma de ala ancha protege del sol. Como zapatos sirven los huaraches,
una especie de sandalias con tiras de cuero; en las mañanas y las noches
frías del invierno, se cubren con el poncho: una cobija de lana rectangular
que tiene una abertura en el centro por la cual el indígena mete la cabeza.
Con las manos agarra la tela que cuelga por delante y por atrás y se
envuelve en ella. La vestimenta de la mujer, falda y blusa de manta, fue
enriquecida por los españoles con el rebozo. Hoy en día, esta tela gris,
gris-azul o café, larga y parecida a un chal, es indispensable para cualquier
mujer indígena; hace las veces de abrigo y de sombrero; protege del frío y
en la calle cubre la cabeza, los hombros y los brazos. También sirve para
cargar al bebé. La indígena carga a su hijo hasta los dos años casi siempre
consigo. Si tiene algo que hacer fuera del sitio (sic), se lo lleva
naturalmente, también cuando quiere vender flores o pescado en el
mercado. Si necesita ambas manos para trabajar, amarra al niño
ingeniosamente con el rebozo en su espalda. Las mujeres raras veces usan
sandalias, casi siempre caminan descal7.as. La indumentaria de los niño se
distingue de la de los adultos solament e porque es más pequeña y... más
sucia. El muchacho indígena se enorgullece ya de su poncho y de su
sombrero, y la pequeña niña que apenas puede caminar se cubre con su
rebozo. La vestimenta del indígena es la misma durante todas las
estaciones del año.
La alimentación consiste, como en la antigüedad, básicamente de maíz
y de frijoles negros. Se come tres veces por día. En la mañana a las seis, se
sirve una taza de té de hierbas o de café. Después los varones y los niños
salen de la choza y se dirigen hacia las chinampas. Como a las diez, una de
las mujeres les lleva tortillas y frijoles negros. Hasta la tarde regresa toda
la familia y se sirve una comida en común, consistente en tortillas, frijoles
negros y pedazos de carne dura en una salsa picante café. Los indígeneas
no acostumbran una alimentación especial para los niños pequeños (los
niños reciben inmediatamente después del destete tortillas y los frijoles
negros de difícil digestión); esta circunstancia refuerza seguramente la
relativamente alta mortalidad infantil.
u; comunidad indígena del pueblo actual se distingue de la comunidad
azteca también en aquellos casos donde conserva la estructura social
antigua. Aun, hoy en día, se elige cada año a un nuevo gobernador por los
miembros del pueblo - llamado ahora subdelegado que tiene que
representar los intereses del pueblo ante el alcalde de Xocbimilco. Este
cargo es honorífico y hoy como antes se le encomienda a uno de los
miembros más respetados y hacendosos de la comunidad. Le ayudan tres
alcaldes Gueces del pueblo) y un escribano, también connotados
99
miembros del pueblo que son además responsables d e la caja.31 Pero la
unión de los calpullis o clanes ya no es la antigua; fue destruida por e l
reclutamiento de soldados y peones duran1e los prime.ros siglos del
dominio español. Este hecho conlribuyó esencialmente a la disolució n de
la comunidad antigua. Se conservaro n, sin e mbargo, las antiguas leyes d e
he rencia. Si un campesino murió sin d escendie nles, e ntonces sus tierras
regresaban a la comunidad salvo la parle indicada e n su testamento para
la iglesia.32 Pe ro ya no se le asignaba al miembro más pobre de la
comunidad, sino que quedaba como pro piedad de la comunidad.
Ge neralmenle era pueslo a disposición d e ésta y luego re ntado. E l
producto e ntraba a la caja de la comunidad, q ue fue fundada en 1782 e n
Xochimilco. lgualmenle, la tierra comunal se vendía a hacendados o se
rentaba a campesinos. Si este de recho no lo ad quiría algún miembro d el
mismo pueblo ello redundaba en una reducción de l patrimonio comunal.
Los ingresos anuales d e las difere ntes re ntas servían, entre otras «--OSas,
para pagar al profesor de la escuela y para la fiesta q ue se realizaba
anualmente en honor de l Santo patrono del pueblo, muy importante
todavía y a la que se conoce como "fiesta d el barrio" en las zonas indígenas
de la ciudad. En ella se expresa la vinculación del indio con e l pueblo en
que nació y al que pertenece. En el curso d e los siglos, familia y estirpe
han perdido significado como lazos sanguínc-06, pero el pueblo sigue
siendo la patria, el orgullo y e l anhelo cuando se alejan de allí.
101
Tanto la pesca como la cacería de aves son para el autoconsumo. Sólo
cuando la pesca ha sido abundante, una de las mujeres vende los pescados
en el mercado.
El campesino y sus hijos realizan la mayoría de las labores artesanales.
S.ican al aire los adobes para la construcción de la casa; tejen el carrizo o
el techo de caña, también anudan las redes para la pesca. Mu chas fa.mili as
en Xochimilco poseen una lancha aparte de la canoa, un bote adornado
siempre con ílorcs frescas que sirve para pascar a los excursionistas por
los canales. Uno de los hijos adultos conduce la e mbarcación. los
indígenas tambié n acceden gustosamente al trabajo en las casas club de
las asociaciones de remos o en los restaurantes. La regata que se efectúa
una vez por año representa buenas posibilidades de entradas para los
indios. Las chinampas situadas e n el recorrido se alquilan a los
espectadores a precios elevados.
Las labores de las mujeres son igual de diversas, y es también la mayor
de ellas quien las divide y asigna. No se admiten protestas. La autoridad
de los mayores se e xpresa en los modales; los hijos, por ejemplo, se
dirigen de •usted" a sus padres. Tambié n es muy usual la costumbre del
beso de mano, signo exterior de respeto. Los hijos siempre le besan la
mano a sus padres como saludo o despedida. Al párroco católico y al
alcalde también les corresponde el beso de mano de la gente grande.36
En la división de las labores se percibe la liga de la muje r al lugar,
debido a los frecuentes embarazos y a la atención de los niños pequeños.
En la chinampa trabajan sólo las hijas. Ellas arrancan la mala hierba y
ayudan en la cosecha, son muy hábiles especialm ente para cortar ílores.
Las mujeres se quedan en el sitio preparando los alimentos. La
preparación de las tortillas es tao laboriosa que ocupa todo el día de una
mujer, con familia numerosa. La mujer se pone de rodillas y muele en el
metata (meclapil) (sic) los granos de maíz, previamente re mojados con
agua de cal y luego los amasa muy bien con las manos. De la masa así
formada, el nixtamal, desprende una bolita del tamaño de un huevo y
pasándola de una mano a la otra, prime ro rápido y luego más lento;
paulatiname nte, la bola toma una forma plana y redonda. La to rtilla está
lista y la ponen ento nces en la plancha de barro, el comalli, para tostarla
ligeramente. La tortilla se come caliente, sola es algo desabrida porque
está hecha sin sal, pero con una salsa de chile sabe muy sabrosa.
En cualquier calle de pueblo, por el palmear rítmico que se escucha, se
sabe en qué choza se están preparando tortillas. Otra labor de las mujeres
102
es lavar y coser casi toda la ropa de la familia, cuidar el ganado y educar a
los hijos.
104
les que brotaban en el lado sudeste del lago de Xochimilco hacia la
capital. El resultado fue que poco después de la inauguración de las
nuevas instalaciones (1914), el tráfico de lanchas en el Canal de la Viga
estuvo suspendido durante 20 días por falta de agua. Las quejas de los
indígenas sobre la disminución de agua en el lago de Xochimilco van en
aumento. Actualmente varias compuertas impiden el libre paso del agua
del lago al canal, una de ellas localizada directamente sobre la
desembocadura del Canal de la Viga al lago. Las compuertas se abren
solamente dos veces al día para dar paso a las canoas. A pesar de la
existencia desde hace algunos años de un "Reglamento para la
conservación y vigilancia del lago de Xochimilco", el nivel del agua en los
canales sigue bajando, las islas artificiales sobresalen del agua, cada vez
más. Con este nivel tan bajo de agua, también la práctica de abonar, de
cada año arrojar fango del lago sobre la chinarnpa, se nota en el ·
elevamiento de las islas.
NOTAS
1
. En su aspecto y cartograffa (Cartografía de los Países Bajos 1912-13, escala
1:50 000, hoja Amsterdam 1, 11, lll, IV y escala l: 25 000 -amplificaciones- hojas
núms.: 311 • Wonneveer. 312 =Punnerend, núm. 329 = Zaandam, 330 = Brock), la
zona al norte de Zaandam tiene una apariencia similar a los jardines de Xochimilco.
También aquí se trata de huertos frondosos que se encuentran separados por vías
de água y que son abonados con el lodo del fondo de los canales. Sin embargo, su
origen es muy diferente. Los campos de hortalizas holandeses son un paisaje de
pantano en donde se fueron formando inifinidad de pcqueflas superficies de agua
por medio de cortes de turba. (Comentario por carta del doctor Hol, asistente
principal en el Instituto de Geografía de la Rijs Univcrsiteit de Utrecht).
2
• M. Orozco y Bcm, M•morla para la Carta Hldrógrallca del Valle de México.
Boletín de la Sociedad de Geograffa, México. 1862: 490.
105
3. F.S. Oavijero, Storia antka del Messlco. Cesina 1870~1. Deutsch: 1789-1790.
Suplemento.
4
•Desde el siglo XVII encontramos repetidamente en los tomos de documentos del
ramo Fomento y Desagüe del Archivo General de la Nación de México, mapas de la
C11enca y de los lagos. Al censo de población de la comunidad de Xochimilco del
año 1m-1m, se añadió un plano del lago con sus chinampas y colinas adyacentes.
Este censo se levantó por órdenes del Virrey Antonio Maña Bucareli y Ursúa. La
extensión de chinampas que cubría.o casi todo el lago se aprecia mejor en el plano
del año 1795, localizado en et ramo Fomento Desagüe, tomo I, expediente 3.
Compárense también mapas recientes: Plano General de la Mesa del Valle de
México, por el ingeniero Francisco Garay, 1856. Escala 1: 160 000, o Cana
H idrográfica del Valle de México, 1900. Escala 1:200 000.
6
•Laírentz, K. Beltriige zur herpetologle Mexlkos. Abhandlungen und Bcrichte aus
dem Muscum íür Natur und Heimatkunde und des naturwissenschaftlichen Vereins
in Magdcburg. Bd. VI. Heít 2. Magdeburg 1930.
7. Para una comparación con las piraguas de los indios de Colombia, véase H.
Wassén, Notes on soulhem groups or Choc6-lndlans In Colombia. Ethnolog.
Studies. Goteborg, 1935:103.
Enchiladas: las tortíllas se rellenan con carne finamente cortada, papas y frijoles
negros y después se enrollan. Luego se sirven con salsa de mole, lechuga picada y
queso rallado.
Chiles poblanos: se asan los chiles poblanos sobre el fuego, luego se les quita la piel
exterior, los tallos y las semillas. En el hueco se pone carne, verdura o queso. Los
106
chiles rellenos se capean en huevo batido, se fríen en manteca y se sirven calientes
con salsa de jitomate.
9
• Un ramo de claveles con 25 ó 30 nores se paga a 20 ó 25 centavos; un ramo de
marg¡,ritas a 15 centavos; 20 alcatraces se consiguen por 30 ó 50 centavos; 25 ó más
pensamientos los dan por 5 centavos (1 peso: 100 centavos: 0.80 marros
alemanes).
10
•También en la nomenclatura de las calles existen diferencias. En el centro de la
ciudad, el distrito de los mestizos, tenemos nombres que recuerden los tiempos de
las guerras y la revolución: 5 de mayo, Francisco l. Madero. En el barrio indígena
encontramos un camino de Axayacatl, un canal de Tueco, etcétera.
11
• la entrada es un agujero por el que apenas cabe un hombre adulto. Otro agujero
sirve de tiro para el humo. Adentro hay lumbre donde se calienta agua hasta que el
vapor se esparce por el pequeño espacio y hace sudar al bañista.
11
. Censo de Xochimilco, 11 de mayo de 1778; en An:hivo General de la Nación,
México.
13
. En Santiago Tepakatlalpan vivían en 1778: indios ( espaftoles entre paréntesis),
hombres: 399 (1), mujeres: 442 (1), niños: 460 (1).
14
•Xaltocan:planicie de arena; Tiacoapa:río donde están los arbustos. Los
nombres nuevos de parajes se formaron poniendo la terminal azteca co: lugar, a
un nombre español: Victorianoco.
15
• Para fijar el precio de venta de una chinampa sólo se toma en cuenta su
localización. Entre más cerca queda de uno de los pueblos o de Xochimilco, es más
cara.
16
• 25. Jabre deuts.,her Ruclervereln (25 anos del Qub Alemán de Remo), editado
por el Club Alemán de Remo, México, 1934.
17
. M. Gamio, Le población del Valle de Teotlhuacan. M6cico, 1922, 1:521.
18
• Gamio 1922, 1:84.
19
• A. Reichwcin, Mulko erwacbl Leipzig. 1930:99.
107
20
. Vásc o. Schmieder, Sdtlements o r lhe Tupolec ancl MU,- lndl■DS University
or California, Pub!. in Geogr. t. IV. Be:rkeley, Cal., 1930:25.
21 • Reichwein, o p dl.:102.
22
• En el trarucurso de los siglos hubo temporalmente tres ranchos en la comunidad
de Xocbimilco: el de Olmedo, el de la Noria -que todavía existe-y el de San Juan de
0ill!S, hoy propi~ del municipio de 'Tialpam.
23
1788 se ofteció e n venta, repetidamente, la tierra comunal de
• En abril y mayo de
Xochimilco. Cfr. AGN, Tierras 1618.
25
•De un plano de junio de 1599 conservado en el ramo de lierras del AGN, se
desprende que la comunidad de Xochimilco poseía todavía en el .;g10 XVI, como
tierra comunal, dos ciénagas llamadas ciénaga grande y ciénaga chica. Estaban
abienas para el uso de todos. En 1782 fueron rentadas a un habitante de la capital.
Pero muy pronto 4te dejó de papr la renta dejando oclol$a la tierra. Xochimilco
abñó un juicio contra él, pero durante el tiempo del pleito no recibió la renta ni
pudo embarpr cosecha alguna; incluso tuvo que pagar 400 pesos por los gastos del
juicio. A partir de entonces se ordenó que los miembros de la comunidad estaban
obligados a cuítivar los campos comunales cuando no estuvieran rentados (AGN}.
lierras, 1618. El ,rea que le fue entregada a Xochimilco como ejido el 14 de marzo
de 1918 (Restitución y dotación de ejidos, Revista Ag,icola, tomo IV, núm. 1, 1919),
es la vieja tierra comunal que todavía lleva por nombre ciénaga grande y ciénega
chica. Pero este nombre de pantano ya no se justifica: lo5 hacendados metieron
dinero y trabajo a las tierras adquiridas a bajo precio y la ciénaga, originalmente sin
ningún valor, quedó convertida en un campo fértil y cultivable, drenado mediante la
constNcción de una zanja y en el que se constNyeron diques de protección. El
dibujo representa la actual ciénaga grande.
108
30
. El autor observó a menudo que también en las familias más pobres se criaron
junto con los hijos propi06, uno o d06 nill06 huéñan06 de parientes. La remisión a
un oñanatorio existe sólo como solución extrema. Generalmente, 106 parientes se
ocupan de 106 nill06 y cumplen con la mayor naturalidad con esta oblipción
familiar.
31
.•Scgún costumbre elig{an al gobernador por un afto. No siempre le papban, eran
cargo,; bonorifiCOG. Y elig{an como gobernador y alcaldes a las pcl"50nas más
honradas, trabajadoras y de bueD06 y eonocid06 antecedentes•. 1794. ArcblYo
GeMral de la Nac16n, México. lndioc, vol. 80.
32
•A.P. Bandelier, On tbe Dtslributlon and Ten= or Lancls and tbe Cosloms
wtth lhspect lo lnberltance among tbe Anclent Mexlc•ns XI Ann. Rep. Pcabody
Mus. of Amer. Arch. and Ethn., t. U, pp. 384-448. Cambridge, Mass., 1878:426.
33
. L06 métod06 de pesca emplcad06 actualmente siguen siendo 105 que pueden
observarse en los antigu06 códices.
34
• K. Laín:ntz, Bellrige ZIII' Uerpetologle Mmlu>s. Abhandlungen und Berichte
aus dcm Museum für dem Museum für Natur und Heimatkunde und des
naturwissenscbaftlíchen Vereins in Madgeburg. Bd. VI, Heft 2. Magdeburg, 1930.
35
. V~: lanza para pescar con 106 indio,¡ O,ocos en, Wassen, op dt.: 105.
36
• Vúse lo referente al beso de mano entre 106 zapotccos, en Schmicder. op cll:
foto 27.
1()1)
LAS CHINAMPAS DE MEXICO
º Cuadernos Americanos. (México, D.P. 1950). núm. 150, pp. 165-182. (N. de Comp.).
vecindad de Tláhuac en 1923 y que podían ser cambiadas de lugar. 1 Por
otra parte, los cronistas de los viajes del padre Ponce (1585) y
Torquemada (ca. 1605) describen con bastante detalle la construcción de
las chinampas y no dejan lugar a duda sobre las que ellos vieron, que no
flotaban y que cuando subían en exceso las aguas se anegaban, sufriendo
con eUo mucho daño los cultivos. En la documentación (conservada en el
Archivo General de la Nación, Ramo de Tierras, tomo 1525, exp. 5) sobre
un pleito que por la posesión de ocho chinampas o "camellones de tierra•
sostuvieron indios principales de Xochirnilco entre 1567 y 1569 figura un
plano pintado en estilo y en papel indígena con la localización de los
camellones en disputa y sus colindancias, no parece que se trate de
huertos flotantes que pudieran trasladarse de lugar. Garay (1888) las
describe flotando fijas amarradas al fondo por las raíces de los sauces
plantados en sus bordes.2 De nuestros informantes chioamperos de
Tláhuac, de Mfzquic, de Tezompa, nadie ha visto en su vida chinampas
flotantes.
112
... 1
~
...
_
1
n
Figura 13. Cblnamp■ que se ronnó con la u.nlón ele varias parcelas.
113
cultivo de chile, excre mento de murciélago, siendo probable que el uso de
unas y otro como abono se remonte a tiempos precortesianos; y la "coa"
aborigen -ahora provista de hoja de hierro- sigue en boga, sin que el
introducido azadón lleve vías de desplazarla por completo.
117
ww:
! • _oil-1lwhlf "'
LOS VALLES DE MEXI CO Y TO LUCA
''""°'
"'-•--·, Ori llo de lo,
COl'l'I IUIC IOllfA LlS
1519
1090\,
~' ....
,.
..
: . •·
·' ~'11 •••••
...~ ........ ... l'i .,..,.,... .•
1
. 7 ..•'.1
• <;) h1~M •
,... <¡.
~
'\
J
◄
J
~ •••••01re1c• ,
o•
(,
•
'.o
•◄
·~ •
••
•
,•..
••
•
r··" ~'
.•...... 01u4í"
'" •
.......
·...... , .....
.·
e··•...........,,..... i ~
TQl,l,ICA
... ..···•.
~P· o '11.,,,.>,---·
.'••• ,_,
t ....!_ •l'L.._~,
"º,,... .... ...,,.,:
...,....
,-1,110100 . ,
,
udiwt 'Wl"-i
...e:~,.,,,.._. ..o• ••• •• ~!, f lU~U
AII I...,_. 11~ .. l •/l•,..lc•
.••~
1 ,,.
:
~~le♦
,,.
1,,.,.,:....·-.*.~111'((:"• '•..·,..
·-.,
i.11111- ., ....,tt·· ,..
....... 11.1. ..
•TIMttiit...... .., .........,1
º•
.
., • • ,. , . . .. lltlt
9to"'10º ...
inundan periódicamente para el cultivo de la palma acuri (Atta/ea) y
plátano, a fin de poner las plantas a salvo de la inundación; pero tampoco
puede considerarse esto como cultivo de chinampa.5
Sorprendentemente, la búsqueda en torno de la agricultura del tipo de
chinampa fuera de México nos lleva al Asia, a Cachemira y otras tierras
remotas. Los "jardines ílotantes" de los lagos mexicanos tienen su réplica
en el Viejo Mundo, en el Valle de Cachemira del noroeste de la India, a
18 000 km de distancia. Las condiciones físicas en esas dos regiones son
semejantes; ambas son altas cuencas cuyos suelos aluviales están
parcialmente cubiertos con ciénagas y lagos de agua dulce de poco fondo.
Mantos de vegetación acuática son usados, en el lago Dal de Cachemira
para construir artificialmente el suelo de huertos, llamados rádh, en la
misma forma acostumbrada en el Valle de México para la construcción de
las chinampas; allí como aquí, se plantan sauces en las orillas para "anclar"
la parcela y ésta se recubre con una capa de lodo extraído del fondo del
lago. Aún más, en las dos regiones las semillas se siembran en almácigo y
después -por consiguiente- las matas del semillero se trasplantan a la
chinampa o rádh . En un menor detalle, sin embargo, la técnica de cultivo
de rádh difiere de la usada en las chinampas, porque el hortelano de
Cachemira hace sobre el suelo del huerto montones pequeños, de cieno y
cañas, llamado p okar, y a esos montones trasplanta las matas de melón,
tomate y pepino, mientras el mexicano traspone las plantas del semillero a
huecos hechos en el suelo de la chinampa.6
También de los lnthas, que viven en palafitos, a orillas del lago J ull, en
los Estados Shan Meridionales de Birmania, se dice que cultivan "jardines
ílotantes", posiblemente semejantes a los de Cachemira.7 Hay vagos
informes de viajeros sobre cultivo de arroz y verduras sobre balsas
ílotantes en los ríos del sur de China y entre los Dyak de Borneo. Aún
más, en la costa occidental de la India y en el distrito de Krian, en la
Península de Malaya, se usan en los arrozales semilleros Ootantes. 8 Pero
estos últimos ejemplos no pueden considerarse como verdadero cultivo de
ciénaga.
6
La mayor parte de las plantas cultivadas en las chinampas se siembran
primero en almáciga, que se hace generalmente en el extremo de una
chinampa, junto al canal. Sobre un lecho de vegetación acuática seca el
chinampero forma una capa de cieno de seis u ocho centímetros de
espesor, haciendo un rectángulo de uno o dos metros de anchura por
cinco a diez metros de longitud. El lodo lo extrae del fondo del canal con
el zoquünaitl, que es una bolsa de tela amarrada a un arco colocado en el
extremo de una pértiga de alrededor de cinco metros de largo; el nombre
náhuatl zoq11imaitl significa "instrumento para cieno".
El barro endurece en dos o tres días lo suficiente para la siguiente
operación que consiste en dividir en cuadrados la superficie del semillero,
haciendo cortes con un cuchillo, de modo que se forman pequeños
bloques llamados chapines; después se hace un hoyuelo en el centro de
cada chapín con el dedo, un palito o una bolita de trapo, se deposita la
semilla en ese hoyito y se cubre con estiércol.
El tamaño del chapín varía según la semilla a que se destina; por
ejemplo, el maíz requiere el chapín más grande, alrededor de diez
centímetros por lado, pero la mayoría de las plantas, tales como lechuga,
tomate o chile, necesitan chapines de solamente cuatro o cinco
centímetros. También el tiempo que se deja a las plantas en la almáciga
varía de una a otra; el maíz se trasplanta a los treinta o cuarenta días; las
cebollas, a los sesenta y el chile a los noventa o cien; el cilantro en cambio
sólo está veinte días en el semillero.
La almáciga se protege contra la lluvia o los pájaros mediante una capa
de hierba del monte (zacate) o periódicos viejos; también se usa para
abrigo lapetatera, especie de estera de cañas amarradas con cuerda que se
puede enrollar, se coloca sobre el semillero para proteger a las tiernas
matas de las heladas en invierno, y de las fuertes lluvias y el excesivo sol en
verano. Se riega la almáciga, especialmente durante los meses del seco
IDVlerno.
Cuando llega el momento del trasplante, los chapines, conteniendo
cada uno una matita, se desgajan fácilmente -pues el corte previo de los
bloques sirve para facilitar esta operación- y se llevan en canastas (li11acal,
122
cuauhca/li) o sobre parihuelas (cuitlaxn1aca/li) al lugar en donde van a ser
plantadas. A veces las almácigas se hacen en sitios apartados de la
chinampa a la que se destinan las plantas y la operación de trasponerlas
requiere el transporte en barca por los pintorescos canales.
Frecuentemente, las matas de chile y de amaranto sembradas en
almácigas de las chinampas, se trasplantan a tierras de temporal en los
cerros o en el llano.
Los cronistas españoles del siglo XVI afirman que cientos de canoas
cargadas con maíz, frijo~ calabaza, chile, alegria, chfa, quelites y flores
<empoalxóchit~ oceloxí>chit~ cacaloxí>chitl, macpalxóchitl- producidos en
125
las chinampas de Xochimilco, llegaban diariamente a los mercados de la
capital azteca. Cuatro siglos más tarde las chinampas todavía abastecen a
la ciudad de México con la mayor parte de las verduras que consume. Las
plantas introducidas por los españoles han añadido variedad.
Ya en 1526 los vecinos de la capital de la Nueva España disponían de
suficientes verduras: col, lechuga, rábanos, nabos y zanahorias, cultivadas
en huertos de españoles, situados al oeste de la ciudad. Los chinamperos
indígenas adoptaron poco a poco las. plantas del Viejo Mundo, que ya a
comienzos del siglo xvm eran generalmente cultivadas en las chinampas.
Hoy día por lo menos veinticinco verduras diferentes y varias llores
originarias del Viejo Mundo se cultivan en las chinampas al lado de las
plantas: maf7., frijoles, chile, tomates y la flor de los muertos cen1poaxóchitl
(Tagetes erecta), que cultivaban l os chinamperos en tiempos de
Moctezuma. Algunos pueblos, como Atlapulco y Tezompa, se han
especializado en la producción de lechugas, mientras que Xochimilco es
hoy, igual que en tiempos prehispánicos, el lugar de las sementeras de
flores, como su nombre significa. Sin embargo, en términos de las
superficie que se le dedica todavía,. va a la cabeza de todas las otras
plantas cultivadas en las chinampas una variedad de maíz blanco adaptada
a suelos húmedos, maíz chinampero. Buena parte de la cosecha se vende
en los mercados de la ciudad de México y se consume en elote, es decir,
tierno.
Antes del abandono del Canal de la Viga en los mil novecientos treinta
y tantos, las verduras y flores de las chinampas llegaban al mercado de
Jamaica, el término del canal en la parte suroriental de la capital, en
canoas de todos los tamaños, desde las pequeñas chalupas de un par de
metros de largo, manejadas por un solo hombre, hasta los grandes trajines,
tripulados por tres o cuatro. Ahora un circuito de carreteras asfaltadas
enlaza los pueblos chinamperos con [a ciudad de México y los productos
de los "jardines flotantes" llegan al mercado de Jamaica en camiones de
carga. Las canoas, que todavía conservan sin modificaciones su forma
antigua, sirven ahora únicamente para el tráfico local desde las chinampas
al embarcadero del pueblo -todos los pueblos de las chinampas tienen su
embarcadero- en donde las verduras y flores son transbordadas a los
camiones.
126
fijadas de verduras o flores en el embarcadero del lugar en plazos
determinados. La pintoresca procesión de barcas dirigiéndose al
mercado, sólo persiste en la estampa y el recuerdo. Todavía algunos
chinamperos venden individualmente una parte de sus cosechas en los
mercados de Jamaica, de Milpa Alta, de Tláhuac, a donde llegan en
atestados y desvencijados autobuses. Y docenas de vendedores de flores
ofrecen a la vera del camino entre Xochimilco y Tlalpan su multicolor
mercancía.
NOTAS
l. José de Acosla, Historia Natural y Moral de las Indias, pág. 533, México, 1940.
Karl Sappcr, resena de Schilling, Die schwlmmenden Girún ,on Xochlmllco,
Pe1crmanns Miueiiungcn, Bd. 86, Hefl 3, Gcographisehcn Lileraturbericht, Bc-
sprcchung nr. 108, 1940. p. 109. Mi3Ucl San1amaría, Las chlnampas del Distrito
•·ederal. México, 1912.
2. Relación breve y verdadera dt" algunas cosas de las muchas que sucedieron a.l
padre fray Alonso Ponte •n las provincias de la Nuna F.spaña escrita por dos
rollglosos, s u.• compañoros, 2 tomos, (tomo 1, pp. 172-173), Madrid, 1873. Fray
Juan de Torquemada. Los veln lo I un libros rituales I Monarchía Indiana, 3 vols.
(lomo 11, p. 483), Madrid, 1723. Francisco de Garay, El Valle de México, apuntos
históricos sobre s u hidrograraa, pp. 10-11. México, 1888.
S. SObrc Mojo véase Schmiedcr Uinderkunde Südamcrikas, p. 140; l..ciptig, 1932. cf.
Mélraux en Handbook or South American Jndlans, vol. 3, pp. 412, 414. SObrc
Guató, Mctraux, op. cit., vol, 1, pp. 409, 4IO.
127
6. Para una descripción delallada de los "huenos flotantes· de Cachemira véase
William Moorcroft, Travels In the Hlmalayan provine• or lllndustan and lhc,
PullJab._ (írom 1819 lo 1825, vol.. IJ, pp. 137-144. London, 1841. O bien W.R.
Lawrcnce, The Valle:, or Kashmlr, p. 344. london, 1895.
Es de notar la semejanza. entre los potar y los montones hechos para el cultivo
de toma1es y pepinos por los indios del lago de Atitlán, en Guatemala. Sobre estos
montones véase P.W. McBryde, Cultural and Hlslorical Geograph;y or Southwest
Guatemala, Smitbsonian lnstítution, lnstitute of Social Anthropology, Publ. nú.m.
4, pp. 26, 168, lám. 20. Washington, 1947.
8. lnez Adams, Rice Cultlvatlon In Asta, American Anthropologist, vol. 50, p. 270.
1948.
12. Cook and Simpson, The Populatlon or Central Mexko In the Slneentb C.n-
twy, Univcrsity of California, 1948., aceptan para Tenochtitlan -Tiatelolco
300 000 habitantes, 400 000 para el área metropolitana. Tcuoco-Coatlichan-
Huexotla-Atenco, posiblemente 100 000 en Cha.leo. E&as eran las miryores
aglomeraciones urbanas a cuyo abastecimiento contribuían las chinampas pero eran
mucho los pueblos, en la mísma área, q¡ue contaban más de 10 000 habitantes.
128
EL l.AGO Y EL VOLCAN. l.A CHINAMPA (1957)•
Wi/liam T. Sanders
El medio natural
La zona sur del Valle de México o la cuenca desecada del lago
Xochimilco-Chalco es probablemente el área más íavorable de la
altiplanicie mexicana para el desarrollo de una población basada en la
agricultura de subsistencia. En este lugar se da una combinación ideal de
gran pluviosidad y suelo fértil que difícilmente aparece en otra parte de
Mesoamérica.
Hay des factores ecológicos claves que dominan la economía agrícola
del área: los lagos y la cordillera volcánica del Ajusco.
La topografía general del sur del Valle se divide en dos amplias
subregiones que corresponden, en términos generales, a las antiguas
provincias de Xochimilco y Chalco. El área occidental -Xochimilco- está
conformada por una limitada planicie lacustre y por abruptos peñascos y
colinas volcánicas que rodean la orilla del lago. La franja oriental -Chalco-
se caracteriza por la presencia de una de las más extensas planicies
lacustres de todo el Valle de México, junto con una área aún mayor de
Hay dos factores en la ecología del sur del valle que dominaron y aún
determinan la tecnología y economía agrícolas: los volcanes, que
constituyen la fuente principal de suelo fértil y determinan su peculiar
drenaje, y los lagos que conformaron el escenario de una agricultu ra
intensiva combinada con un tráfico acuático rápido y denso basado en
canoas rudimentarias. Esta última combinación, en especial, convirt ió al
sur del valle en el área clave para el desarrollo y manutención de una
sociedad urbana en el México prehispánico y colonial. Los lagos están, o
más bien estaban, alimentados por varias fuentes. No hay muchos ríos y en
130
general, están concentrados en la zona de Chalco. Entre ellos están los
rios Amecameca y Tlalmanalco que conducen corrientes provenientes de
las siempre nevadas cumbres del Popocatépetl y del Iztaccíhuatl. Debido
a las abundantes lluvias estacionales y a las empinadas laderas, los ª"oyos
son comunes a todo lo largo de la orilla del valle meridional y aportan
tanto humedad abundante como suelo fresco al fondo el valle. La tercera,
y quizá la más importante de las fuentes son los manantiales de la
provincia de Xochimilco, que hasta 1940, proveían la mayor parte del agua
para la ciudad de México. Un elevado porcentaje de la lluvia que cae en la
vecina serranía del Ajusco, se filtra a través de las rocas volcánicas
porosas y más tarde, gran parte de esa agua brota en las estribaciones,
alimentando al lago en forma de manantiales. Actualmente, la mayoría de
esos caudales corrientes de manantial se han entubado para la ciudad de
México, dejando seco el lecho del lago.
'
A diferencia del lago de Texcoco, el doble lago (en realidad se trata de
uno solo, puesto que la división estaba conformada por una calzada
artificial que iba de Tlaltenco a Tláhuac y Tulyehualco) de
Chalco-Xochimilco no se secó durante el período colonial, de manera que
el estudio de Orozco y Berra sobre la hidrografía del valle a fines del siglo
XIX, en el caso particular de la zona sur del valle, se puede aplicar para
los períodos azteca y colonial hasta el entubamiento de los manantiales y
la construcción del drenaje central a fines del siglo pasado y principos de
éste.
En 1869, fecha de las observaciones de Orozco, el nivel del lago de
Chalco-Xochimilco variaba de 1.175 m (Chalco) a 1.202 m (Xochimilco)
sobre el nivel del Zócalo en la ciudad de México, y 3.082 y 3.139 m sobre
el nivel del lago de Texcoco. La superficie total del doble la~o en esta
época era de 8.66 leguas cuadradas, aproximadamente 150 km ó 15 000
ha de las cuales dos terceras partes se encontraban al este de la calzada de
Tláhuac y la otra tercera parte al oeste. De Xochimilco a Chalco, que es
aproximadamente la extensión este-oeste del lago, son unos 30 km. La
amplitud varía considerablemente de cuatro, en Tláhuac, hasta diez en su
punto más ancho. La profundidad de ambos lagos varía mucho, pero en
general son poco profundos. Cerca de la orilla de Chalco, los registros de
Orozco señalan una profundidad de 0.8 m hasta 1.2 m; en Tláhuac del
lado de la calzada que da hacia Chalco, registró 2.4 m, y en Xico encontró
131
la mayor profundidad máxima de 3.0 m. En aquella época la superficie de
ambos lagos estaba casi completamente cubierta de un grueso manto de
vegetación, tan cerrado en algunas partes, que un hombre podía caminar
sobre él. Con frecuencia, las plantas echaban raíces sobre esa capa vegetal
en vez de sobre el suelo del fondo. Los canales debían trazarse a través de
ella y limpiarse periódicamente para permitir el transporte expedito en
canoas, y ya en el siglo XIX, ésto era una responsabilidad federal
importante. Los lagos también eran sumamente ricos en fauna lacustre, y
varios poblados estaban especializados en la pesca.
Introducción
San Gregorio Atlapulco es una de las comunidades o ciudades
agrícolas más grandes del México moderno. En 1950 tenía casi seis mil
habitantes y la población sigue creciendo. Políticamente está situada
dentro de la delegación de Xochimilco y está clasificada como una
subdelegación dentro de esa unidad. La gente se considera xochímilca y la
comunidad ha sido dependiente de aquel centro, desde la época azteca
hasta nuestros días. Geográficamente se encuentra situada en la ribera sur
133
del antiguo lago de Xochimilco y a una distancia aproximada de siete km
del pueblo de ese mis mo nombre. E l pueblo se comunica con Xochimilco
a través de una carre tera pavimentada que hacia e l no roeste va a la ciudad
de México, y en dirección sureste se dirige hacia Chalco y a la Tierra
Caliente de Morelos. Hay un servicio regular de autobuses que parten
cada veinte minutos de la ciudad d e México y tardan cuarenta minutos en
llegar a San G regorio. Así pues, el pueblo está bien comunicado con la
capital y el transporte de pasajeros está increíblemente congestionado. Es
muy raro que los autobuses que van de San Gregorio a Xochimilco no
vayan repletos hasta el tope de pasajeros sentados y de pie, a veces hasta
setenta u ochenta en un solo camión. La mayoría de los pasajeros son
campesinos que van o vienen del enorme mercado de Xochimilco.
Probablemente no exista e n Mesoamérica otra zona con semejante
densidad de población rural, con tan crecido número de pueblos rurales
por milla lineal, o con un tráfico rural tan intenso como el que hay en el
trecho que va de Xochimilco a Chalco.
Visto desde el aire, o desde las cercanas laderas volcánicas, el pueblo y
sus campos presentan un cuadro inolvidable para el estudioso de la
ecología humana. Lo primero que uno ve es la comunidad de casi seis mil
habitantes, e n un pueblo congestionado y compacto, comprimido en un
área no mayor de 50 ha. El promedio de los terrenos habitables no es
mayor de 20 m2 . Para un norceamericano, la densidad de esce pueblo
parece casi increíble pero como veremos más adelante, uno de los hechos
esenciales d e la vida de un habitante de San Gregorio es la congestión.
El trazado d e las calles responde a un patrón típico del México
colonial, con las calles trazadas en forma reticular, e ncerrando cuadras de
100 m2, aproximadamente. Por lo menos ésa parece haber sido la
intención de los padres españoles cuando planearon el pueblo.
Actualmente, cientos de pasajes secundarios atraviesan las cuadras
cortándolas e n terrenos irregulares y multiformes. Las casas están
enfrente, en medio de las cuadras, una tras otra, con estrechos callejones
de entrada, y los lotes de casas están írecuentmente fraccionados en
sublotes señalados con unos tecorrales bajitos, siguiendo la división
familiar hereditaria. La única calle pavimentada es la carretera Chalco
Xochimilco que atraviesa justo e l centro del pueblo. Las demás son de
terracería y resultan intransitables cuando llegan las lluvias fuertes. En el
centro del pueblo se e ncuentra la acostumbrada plaza, con algunas tiendas
al aire libre, una gran iglesia, una escuela y varios edificios administrativos.
El comercio tiene poca importancia en San Gregorio y no hay muchas
134
tiendas. En todo el pueblo habrá, si acaso, una docena de misceláneas. El
grueso de las compras de los campesinos se hace en el gran mercado
regional de Xochimilco, a unos quince minutos en autobús.
Hacia el sur del pueblo y justo donde éste se levanta, hay una planicie
lacustre de deposición dedicada casi por completo aJ cultivo del maíz. En
la terminología local, esta zona se llama el Llano, y comprende unas 80 ha
además de las ocupadas por el pueblo.
Más allá o al sur de la planicie, el paisaje de San Gregario se divide
claramente en dos zonas ecológicas: el Ce"o hacia el suroeste, y la Loma
hacia el sureste.
El Ce1To, como se le llama, debiera mejor llamarse meseta. Es una
larga y estrecha lengüeta de rocas volcánicas levantada en diversos niveles
planos, con apariencia de terrazas y con laderas muy pronunciadas. Las
laderas han sido totalmente transformadas en terrazas de piedra, en la
actualidad utilizadas sólo parcialmente. La cumbre plana está agujerada
por cientos de depresiones con relleno de tierra y bordeadas por
afloramientos de roca. Las depresiones se conocen como ca,iadas y son
extraordinariamente productivas, debido en parte a la fertilidad del sucio
y en parte también, a su humedad natural. Los aíloramicntos rocosos que
bordean las depresiones, están generalmente cubiertos por terrazas
artificiales. Las ca,iadas son centros de producción de maíz, en especial, y
de tomate. ·
La Loma se refiere a una larga y suave ladera de llaneo noroccidental
del volcán Teuctli. Este volcán se encuentra justo al sureste del pueblo y
domina los pueblos de la parte central del lago, su pico se eleva
aproximadamente 500 m por arriba del piso lacustre. La mayor parte de
las laderas volcánicas son cultivables hasta una altura de 2 600 m. A partir
de ese punto, las pronunciadas barrancas sin suelo fértil, impiden
cualquier utilización agrícola. La cantidad total de tierras cultivables es,
probablemente, de unas 3 000 ha, que se dividen entre los pueblos de San
Gregario, San Luis, Tulyahualco, lxtayopan, Tecomitl, Milpa Alta y
Atocpao. La erosión de estas laderas se controla plantando magueyes a lo
largo de los bordes de la ladera, o de plano, alrededor de cada terreno.
Los cultivos más importantes de la Loma son: maíz, amaranto, chile y
tomate, junto con el maguey; éste último es mucho más importante en
Milpa Alta que en San Gregario. Hay una barranca que separa la Loma,
del Cerro, que viene de la Serranía del Ajusco y baja hasta las playas del
lago; justo al occidente de San Gregario casi todo el suelo de la pequeña
135
llanura lacustre del pueblo tiene su origen en la deposición de esta
ba"a11ca. En el pasado, durante los años excesivamente lluviosos, la
corriente extra que bajaba por la barr011ca y desembocaba en el lago, llegó
a causar la inundación total de la planicie lacustre y de los pueblos
circundantes.
137
los 6ltimos años y se ha hecho, por lo tanto, más dependiente de los
mercados foráneos.
141
Podemos afirmar que el rendimiento promedio en una cariada
abonada es de por lo menos, 2 300 a 3 000 kg y quizá un poco más; y en las
tierras no abonadas la cosecha es de la mitad o de un poco menos. Aparte
de estos rendimientos generalmente altos, la producción es muy segura y
las pérdidas parciales o completas de los cultivos. son muy raras. El maíz
es el cultivo más importante de los que siembran en las cañadas, es el
seguro de vida de los habitantes de San Gregario debido a su altos y
seguros rendimientos. Se considera muy afortunado al individuo que
posea tierras de cañada y alguien con una o dos hectáreas ya se considera
rico. Las personas que no trabajan sus propiedades en la cariada son muy
criticados por los vecinos.
Actualmente es muy raro que las terrazas del cerro se cultiven, pero
generalmente son cuidadosamente mantenidas, cspec.ialmente las que
rodean las tierras de cañada. En cambio, las que se encuentran en las
laderas de la mesa están más descuidadas y la erosión ha tomado su curso.
En alguna ocasión, toda la ladera estaba transformada en cientos de
pequeñas terrazas con paredes hechas con piedras pequeñas, la mayoría
apenas de unas cuantas yardas de ancho, y eran cuidadosame nte
cultivadas con coas y azadones. No pude obtener ning(m dato sobre el
monto de la producción, pero por lo poco que pude ver, al menos en
cuanto al maíz, ello indica una producción tan alta como la de las cariadas
no abonadas.
El otro cultivo que se siembra en el ce"o es el tomate, que se da muy
bien y constituye principalmente un producto comercial.
El cultivo en la loma
•
•
en sus terrenos, porque se expande con rapidez e invade también otros
predios.
•
El campesino común, sin embargo, posee mucho menos de media
hectárea de Loma, y muchos no tienen nada, por lo cual el pulque es un
importante producto de importación.
El cultivo en el ejido
152
huecas, con hojas planas, redondas y carnosas, cubiertas de espinas. Estas
bojas o pencas se desprenden de la planta madre durante el verano,
después les brota una raicilla que se va internando en el suelo y a medida
que va creciendo la planta, la penca se eleva gradualmente. En este
momento el campesino selecciona las pencas que lucen más sanas y las
siembra en almácigos a una distancia de medio metro. Durante las
primeras etapas de su crecimiento se les riega contfnuamente. Su
desarrollo es mucho más rápido que el del nopal silvestre. El cuidado y el
riego con cubetas queda a cargo de las mujeres, generalmente, si el nopal
está e n el solar.
A medida que las plantas van creciendo se eliminan las más débiles
para dejar más espacio al crecimiento de las más sanas y fuertes. Los
nopales en producción más grandes del solar- muestra estaban colocados
a una distancia de metro y medio o dos metros, aproximadamente.
A medida que las plantas seleccionadas crecen, empiezan a echar hijos
por todas partes, formando una especie de selva espinosa a su alrededor,
por lo cual resulta muy difícil establecer su número. Hasta donde yo sé,
nadie alimenta las plantas de nopal en San Gregario. Uno de los nopales
de un informante tiene más o menos 25 anos y el conglomerado de plantas
entrelazadas se eleva a una altura de unos 2.4 m y cubre una área
aproximada de 20 m2 • El nopal cultivado empieza a producir en el tercer
año y tiene un apogeo en los dos o tres años siguientes. La producción
después de los veinte años se considera pobre. Mi informante piensa
tumbar su nopal de veinticinco años y sembrar otros nuevos para el año
entrante. El señalaba que una sola mata, en sus mejores años de
producción, daría un huacal entero de tunas. El huacal es una caja de
madera de regular tamaño que se usa para vender distintas clases de
productos agrícolas, y él dijo que cabían cerca de 300 runas se venden ya
sea por huacales, o por unidades de 100.
Sin embargo, sus nueve nopales de 25 años sólo produjeron el año
pasado dos huacales. El nopal tiene, además la ventaja de producir fruta
durante gran parte del año: desde abril hasta fines del otoño, con lo cual
los campesinos tienen asegurada una fuente de azúcar para casi todo el
año. El nopal silvestre madura en el invierno y sus tunas se cosechan en
esa época para aliviar la carencia de esos meses. Estas tunas silvestres son
mucho más gustadas en San Gregario debido a su sabor más fuerte y
dulce, en especial las del pipitza. Además del nopal casero, puede
encontrarse otra variedad de nopal cultivado en el pueblo, pero no tiene
153
gran demanda, se llama nopal colorado debido al color rojizo de su fruta;
sin embargo, dicen que no da muchas tunas y que sus hojas no son
comestibles. Probablemente se trate de un nopal originario de las afueras
del área sur del Valle.
156
fundamentales del cultivo de chi11ampas, la siembra continua y el riego, ya
no son posibles.
Ya que los sauces han prendido, queda la chinampa lista para ser
cultivada.
158
Aunque las chi11ampas pueden tener formas basante irregulares, en
general forman rectánculos muy largos y angostos. En San Gregorio, la
chi11ampa promedio mide de 6 a 10 metros de a ncho y de 100 a 200 metros
de largo, con una superficie promedio de 1000 m2 • Armillas observa e n
Mixquic casos frecuentes de añadidos a este patrón rectangular básico, en
chi11ampas con forma de L o de U, aunque la poca anchura siga siendo
una regla universal. En Mixquic, donde Armillas realizó la mayor parte de
su trabajo, el tamaño promedio de las chi11ampas es bastante menor que el
de San Gregorio; encontramos, además, un patrón extre madamente
irregular con muchas chi11ampas minúsculas, y gran fragmentación y
dispersión de las propiedades, todo lo cual resulta en una masa compleja
de chinampitas y canales serpenteantes. En San Gregorio, el área
chinampera parece más bien una colonización planificada, con los campos
y canales conformando una enorme y ordenada cuadrícula que, por
supuesto, en vez de cuadrados tiene rectángulos.
Como lo señalan tanto Santamaría como Armillas, la estrechez de las
chinampas es para facilitar el riego de los cultivos a través de la absorción
natural de la humedad. Como el suelo es poroso y esponjoso, debido a su
origen, la poca anchura del campo permite que el agua de los canales que
la rodea se pcrmec hacia el centro; por ot ro lado, también se facilita el
riego a mano desde las canoas.
•EJ au1or agrega sall-worl , del que no se encontró su 1raducción (N. de Comp.).
160
Como dijimos en la introducción a este trabajo, la estación de lluvias
en el Valle de México comienza en mayo, con algunas lluvias esporádicas
que aumentan en junio y terminan ya entrado octubre. De noviembre
hasta abril, la precipitación pluvial es insuficiente como para permitir el
crecimiento de los cultivos; es en esta temporada cuando más se utilizan
los sistemas de riego artificial y cuando los campesinos de las chinampas
tienen su mejor temporada económica, pues ellas son de los pocos campos
que producen verduras frescas durante esta temporada del año. El riego
también se emplea para los cultivos cuyo período de crecimiento se ubica
en la temporada de lluvias, pero que deben sembrarse antes de que ésta
empiece, alrededor de marzo o abril. Este suele ser el caso del riego al
maíz, con el cual se busca proporcionar a la planta los elementos que le
permitan resistir a las heladas tempranas. En estos casos, los cultivos se
riegan periódicamente hasta bien entrado el temporal, con cuya agua se
mantienen posteriormente. El riego se prolonga hasta plena temporada de
lluvias si ocurre un período prolongado de sequía. Las técnicas utilizadas
para el riego son totalmente manuales.
Uno de los sistemas, el más utilizado por cierto, consiste en el uso de
un pesado palo que funciona como palanca con una bolsa de tela sujeta en
el extremo más delgado. El chinampero se coloca en los bordes de la
chinan1pa, sostiene el palo a una altura un poco más abajo de la mitad,
sumerge la bolsa en los canales y riega cada planta. Al sostener el palo
fuera de su centro y utilizar el extremo pesado y sin bolsa como
contrapeso, aminora un poco el trabajo que implica estar levantando el
peso del recipiente; aunque de todas formas el riego con este sistema
siempre es muy pesado. Genealmente el chinampero trabaja en cada lado
del campo hacia el centro, trasladándose al canal opuesto para terminar el
trabajo. Incluso be visto algunos campesinos que simplemente sumergen
cubetas en el canal y las vacían de planta en planta. Un tercer sistema más
casual consiste en golpear el agua con los remos de la canoa, salpicando
así la chinampa desde cada uno de los canales que rodean la parcela. Este
sistema es muy informal, casi inconsciente; muchas veces el chinampero al
pasar junto a su tierra, salpica los cultivos con los remos casi sin darse
cuenta.
172
Arca
Población Densidad
1950
(km1
1900 1910 1930 1940 1950 1950
Arca
Chinampera
Xochimilco 131 42610 30093 27712 33313 47082 360
Tiáhuac 82 lncl. en Xoch. 11780 13843 19511 238
213 42610 30093 39492 47156 66593 313
Area de
temporal
Milpa Alta 269 9415 16268 12608 14786 18212 68
Chalco 1606 69478 71980 64566 76656 96767 60
1875 78893 58198 n114 94442 114 979 61
Totales 2088 120503 118 291 116666 141598 181572 89
174
1940 (fecha de las fotografías), se obtienen las siguientes cifras de
densidad de población:
175
Casi la mitad de la población del sur del Valle de México vive en
comunidades nucleadas con más de 3 000 habitantes y el 38% vive en
•
pueblos con más de mil habitantes. Incluso si se consideran las
comunidades completamente rurales, encontramos que un poco más de
...
las dos terceras pates de la población rural vive en pueblos con más de
mil habitantes. La gran mayoría de los pueblitos está situada en la zona
de población por sobre los 2 400 m; la mayoría de los pueblos• de la
planicie lacustre son de gran tamaño.
Este patrón de pueblos grandes queda nítidamente ilustrado con una
rápida vista a las comunidades situadas a lo largo de la antigua ribera del
lago. Actualmente hay una carretera pavimentada que comunica a
Xochirnilco con Chalco y que corre a lo largo de la orilla por una distancia
de28km.
En el término occidental de este camino está la reina de las
comunidades chinamperas: Xochimilco. Este fue el centro de uno de los
estados políticos del Valle en el período del contacto, y durante todo el
período colonial quedó como un importante centro administrativo;
actualmente es la capital de la delegación, con un enorme mercado
..
regional diario que concentra el intercambio de otros pueblos de la
delegación, y puede ser considerada una ciudad . Un alto porcentaje de
sus 20 000 habitantes son campesinos china,nperos, lo fueron antes de la
desecación de las chinampas, pero la comunidad está llena de
especialistas de tiempo completo y de medio tiempo.
Al dejar Xochlrnilco, la carretera bordea las estribaciones volcánicas
del sur del Valle, cruzando los bolsones de la limitada planicie lacustre y
siempre dentro de la periferia de la selva construida por el hombre en la
zona chinampera. En muchos lados, las chinampas y la antigua ribera del
lago casi se juntan, y de hecho, con el macizo rocoso de las montañas
apenas queda lugar para la carretera. En estas partes, la tierra plana y
desecada es escasa. Hacia el norte d.e la carretera pueden verse continuas
penínsulas rocosas de la montaña, abatiéndose sobre la orilla lacustre,
alternando con pequeños abanicos de deposición. Las laderas están, por
lo general, completamente transformadas en terrazas de cultivo con
paredes de piedra y la planicie lacustre que yace a sus pies está utilizada
por completo para habitación o cultivo. Hacia el norte se localiza el
cinturón de canales y chinan,pas.
176
En este pequeño estrecho, la carretera cruza las siguientes
comunidades: San Lorenzo Atemoaya, con 199 habitantes, a 2.2 km de
Xochlmilco; Nativitas, con 1 872 habitantes, a 0.8 km de Temoaya; Santa
Cruz Acalpixca, con 2 696 habitantes, a 2.0 km de Nativitas; San Gregorio
Atlapulco, con 5 555 habitantes, a 2.0 km de Acalpixca; San Luis
Tlaxialtemaco, con 1 016 habitantes, a 2.3 km de San Gregorio; y
Tulyehualco, con una población de 4 089 habitantes, a 2.7 km de San Luis.
San Gregorio, San Luis y Tulyehualco tienen como paisaje de fondo, el
enorme y desolado cono del volcán Teuctli, trabajado en bancales de
magueyes alineados, cubiertos por maí7.., h11a11htl: chile y tomate,
Más allá de Tulyehualco, la planicie lacustre se abre sobre una de las
zonas más extensas de tierra plana que pueden verse en el sur del Valle.
Al cruzar dicha planicie, la carretera atraviesa los pueblos de San Juan
lxtayopan, población 2 595, a 1.4 km de Tulyehualco; Tocomitl, población
2 452, a 3.6 km de San Juan; y después se interna en la antigua bahía de
Mixquic, actualmente cubierta por chinampas.
En la entrada de esta bahía está situado Tetelco con 902 habitantes y a
2.5 km de Tecomitl, mientras que e n el centro se localiza Mixquic, una de
las comunidades chinamperas más importantes, con 3 364 habitantes y a
1.0 km de distancia de Tetelco. La bahía de Mixquic cierra la costa casi
hasta las estribaciones montañosas que se abaten sobre las Lierras bajas y
planas de Tecomitl que acabamos de mencionar.
Tras cruzar la bahía, la carretera entra a la enorme planicie de Chalco,
una de las más grandes extensiones de tierra plana en el Valle de México.
La zona de chinampas también termina abruptamente en este punto y nos
encontramos entonces en una zona de agricultura de temporal practicada
en terrenos con suelos de planicie lacustre.
Al pasar Mixquic, se cruzan Huicilcingo con 923 habitantes a una
distancia de 3.0 km de Mixquic; Chimalpa, población de 318 habitantes a
2.0 km de Huicilcingo; y, finalmente, nuestro viaje termina en Chalco, con
..
una población de 5 000 habitantes, localizado a 3.5 km de Chimalpa. Este
último es una verdadera ciudad , un centro administrativo y mercantil.
A lo largo de este estrecho de 23 kilómetros pasamos a través de no
menos de 14 comunidades, dos de las cuales pueden considerarse como
••
ciudades y 12 como pueblos• La población de estas comunidades
177
fluctúa, aproximadamente, entre 200 hasta 20 000 habitantes; donde la
mayoría caen dentro del margen entre los 1 000 y 6 000 habitantes (9 de
las 14). La distancia promedio entre estas grandes comunidades sólo es de
2.0 km.
178
JARDINES EN LOS PANTANOS (1971)*
Pedro Am1illas
• Tecomoc
Tultepec0
Cuoutif/on •
. . . . . . . ..
Tu1t1ilon • • Chconouf/o
Coocolco•
• Tecc,zf/on
• • •
.•.•'
,
1
Xochim,tco ·
Cuiilotvac
O 1 5 10
Cal10d0 s HHH 1
Dique k l lo• e t,o ,
180
V, Sta.C11a,¡,_
IJl,01
tZTAPAlUCA •
Este mapa muestra la extensión del antiguo rescate de pantanos y los restos de chinampas cultivadas en épocas
recientes. Algunas de las zonas vacías coinciden con la localización de antiguas lagunas; en otras secciones, la falta
de datos puede atribuirse a la desaparición de la evidencia. Las secciones de canales existentes parecen haber sido
rcdelincadas en el siglo XIX . (Abreviaturas: C ~ cerro, V~ volcán ).
búsqueda en el terreno de restos de los antiguos sistemas rurales, ha
revelado que la extensión de los campos elevados construidos en la cuenca
de Chalco-Xochimilco era, en el período de los aztecas, mucho mayor de
lo que se ha reconocido (Figura 16). Por otra parle, también se ha
obtenido evidencia arqueológica para comprobar las descripciones que
dejaron los observadores del siglo XVI sobre los antiguos métodos de
rescate de tierras. Los resultados de esta investigación sobre el antiguo
sistema agrícola son de gran importancia para los estudios retrospectivos
sobre demografía y economía política, cuyo significado más amplio puede
examinarse en términos de la ecología cultural.
Las chinampas
Los métodos autóctonos para expandir -ta tierra de cultivo sobre los
pantanos y lagunas en el Valle de México, fueron descritos por varios
españoles de la Colonia, desde el siglo XVI. En las lagunas de agua dulce,
escribió uno de ellos, los indios •... sin tanto trabajo siembran, y cogen sus
maices y verzas, porque como todos son camellones, que ellos llaman
Chinampas, que son surcos hechos sobre las aguas cercados de zanjas, no
han menester riegos... •1. Hacia fines del siglo XVI, después del trastorno
ocasionado por el arrasamiento de Teoochtitlan y los cambios en la
hidrografía debidos a los torpes int¡mtos por controlar las inundaciones,
estos terrenos de cultivo seguían siendo trabajados por los indios en los
distritos de las afueras de la ciudad de México, población española que se
construyó sobre los restos de la destruida capital azteca. Dentro de la
misma bahía del lago de Texcoco, se extendían otras zonas de chinampas,
alrededor de los asentamientos isleños, como lztacalco, y lejos de la playa
de la tierra firme, en Huitzilopochco e Iztapalapa. Sin embargo, el distrito
de Xochimilco-Chalco era considerado, incuestiooablemeote, como el
corazón de la horticultura de chioampas.
El patrón y el procedimiento para la construcción de estos terrenos,
así como las características esenciales del sistema de cultivo, se describen
en los siguientes relatos del siglo XVI: "... hacen sus labranzas... trayendo
en canoas de la tierra firme céspedes cortados y echándolos en el agua a
medio estado y uno, forman un camellón que sube sobre el agua media
vara y será de ancho tres y cuatro varas [entre 2.52 y 3.36 m], y entre
camellón y camellón, que de estos hacen muchos en una labranza, andan
los indios en sus canoas, desyerbando y beneficiando, cosa jamás vista en
el mundo".2 " ... llámanse chioampas.. . y hácenlas dentro del agua,
182
juntando y amontonando céspedes de tierra y lodo de la mesma laguna, y
haciendo unas como suertes muy angostas ... dejando una acequia entre
suerte y suerte o entre chinampa y chinampa, las cuales quedan como una
vara y menos, altas del agua, y llevan poderosos maíces, porque con la
humedad de la laguna se crían y sustentan aunque no caiga agua del ciclo"
y "ponen también en estas chinampas almácigos de maíz y de allí los
transponen, que es cosa muy particular de aquella tierra".3 Los almácigos
también se criaban en terrenos flotantes, de acuerdo a otro testigo. Estos
viveros movi'bles eran "... de veinte y treinta pies de largo (entre 6 y 9 m) y
del ancho que quieren, fundados en el agua sobre céspedes, juncos y
espadañas, en los quales siembran los almácigos de sus legumbres ... para
transplantar en otras partes; y así los llevan asidos con cordeles de unas
partes a otras por la laguna".4 Y entre paréntesis, la leyenda de los
llamados jardines flotantes de Moctezuma (que provocó la quimera que la
horticultura azteca era flotante y de que las chinampas más recientes eran
sus restos asentados), parece haber surgido a partir de errores de
observación cometidos por algunos testigos que confundieron los viveros
movibles con las propias chinampas.
Como lo señalan claramente estas descripciones, las proporciones de
las chinampas estaban diseñadas para capturar la humedad. La existencia
de aguas permanentes es esencial para el manejo del sistema. En estos
islotes artificiales, la porosidad del suelo y la estrechez de las fajas de
tierra, permiten la infiltración del agua de los canales que los rodean, para
mantener al suelo en perpetua humidificación, justo donde es más
importante: a la altura de las raíces. La irrigación permanente por
infiltración hace posible el cultivo continuo de los terrenos, incluso en la
temporada de secas.
183
; ,I ;:
....-
..i::~---- -~... -- ,-.\·-.... .
,. -·- -
-....; .:._
.....-"""t- - .;,
l- _..,;:. .. --
__
184
como la siembra en almácigos (para intensificar el ciclo productivo), eran
componentes del sistema de horticultura chinampera.
Supuestos teóricos
187
M- * ~lad6n ele 1111tJs- chlnampM •a puulM ....i..
Obs<!rvc:nse k)j¡ alineamient06 pualek)j¡ de las maR'as y k)j¡ bloqUC5 por antiguoc canales de
Krvido, en III pane ,upcrior u el ,urcste. (Pocograífa a<!rca tomada por III Compa6ía
Mexicana de Aeroíoco).
188
aislados y bloques de tiras d e cbinampas, lo cual hace faclible medir con
relativa exactitud e.1tamaño de las unidades de tenencia.
Ca_llo...,. P_,"...., y 4,u bllri>Khada • la derecha. con Uneas panolel■s ele malnM
hoclrofflkas.
-- ...·--.. - ~
•
--
-. .. ~
....... .
~
, .. .
-
C.-lloMS tN15lonados bonk...., por la crrclenlr ngel»dón ele las ia,vn lnlrrnwdl■s.
190
l'l , - , nivelado m-lra -lroa ele ~hlum,-, oobtt lodo IDC'dlanle ti conln5't
• ••loa.
loa En todao lae ro1op11ffas la andl■ra prom<dlo ele los cao•ks lnlenntdlos
mJdtUm.
194
la franja elevada, la altura de los llanos varía, generalmente, entre los
2 238 y los 2 239 m, aunque la profundidad máxima llega a los 2 236 m en
la zona de la antigua laguna de Ayotla (representada en los mapas de los
siglos XVIll y XIX); no cabe duda, sin embargo, que estas cifras podrían
variar de acuedo a datos del pasado. Los niveles del suelo pueden hacerse
elevado merced al proceso de sedimentación ya que, en su mayor parte, la
región estuvo cubierta por agua hasta fines del siglo pasado; pero, por
otro lado, este efecto pudo verse compensado por el hundimiento de
tierra que siguió a la desecación de la cuenca. Como quiera que haya sido,
tanto la arqueología como los mapas antiguos ofrecen evidencias de que
los cambios en el relieve del suelo en los últimos 600 años han sido de
consecuencias menores.
197
Considerada desde una perspectiva histórica, la creación de tierras de
cultivo sobre ciénegas y las lagunas en el Valle de México, representa el
más alto desarrollo de los recursos naturales de la zona explotados con
tecnología indígena. La elevada productividad de la horticultura
chinampera amplió considerablemente las bases de subsistencia de la
población local. Esto puede ser el punto que hizo de la región una área
económica clave. De cualquier forma, la expansión de la agricultura de
chinampas durante los siglos XIV y XV,22 parece estar relacionada con un
aumento sustancial de la población. En vísperas de la conquista española,
esta zona central del imperio superó ampliamente en recursos humanos a
cualquier otro centro de poder dentro de la esfera de la civilización
mexicana (5, p. 268). Desde mediados del siglo XV, cuando se logró la
unidad y esta6ilidad del sistema a través de una confederación que dio fm
a un período de conflictos entre las ciudades-estaclo contendientes, los
gobernantes de la alianza controlaron formidables reservas humanas para
destinarlas a empresas militares expansionistas. En esta perspectiva, podía
afirmarse· que las bases materiales para el imperialismo azteca fueron
sentadas por los campesinos que conquistaron los pantanos.
NOTAS
1
• P. J. de Torqucmada, Moruuqula Indiana (Madrid, 1723), libro 13, cap. 32.
2
• B. de Varg¡is Machuca, Milicia y O..Crlpd6n de 1M YncllM (Madrid, 1599).
4
H. Ojea Libro krctro de la hllllorla ftllpoea "< la provtJKla de Múko de la
• Pr.
Orden de Santo J>omlnao (México, 1897), p. 3.
4. Véau. O.G.S. Cnrwford, Ar-he c,1oc, In lbe Fleld (Phocnix House, Londres,
1953), p. 51. Tambitn atoy en deuda intelectual con J . Bradfor (Anclenk
I ar t ca.,.., Bcll, Londru, 1957) por much05 de ta; conccpt05 ~rC54dos en mi
formulación. Loo atudi05 50brc arqueología del paisaje están muy awnz.adoo en
varias parta del Viejo Mundo; en el Nucw Mundo, la inv,:stipción la ha
comenzado G.R. Willcy (Prthlelarle Sltkmenl Palkna In lbe Vln V.U.,,, Perú,
Burcau o( American Ethnology Bulletin núm. 155. SmitMOllian Institution,
Washington, D.C., 1953).
198
7
. u t urs oí Cor1ez; The Flve u turs o l Relallon rron1 llemando Corles to th•
Emperador, Charles V, u-aducidas por F.A. Macnut (Putnam, Nueva York, 1908).
Las reícrcncias de MiJ<quic y Cuitláhuac se encuentran en la segunda ca.r ta, escrita
en 1520. A Xochimilco se le menciona en la tercera carta, escrita en 1522.
8
•Vcásc Vargas Machuca (2): "Dentro de esta laguna viv,: gran cantidad de indios,
de esta manera, que hacen sus estacadas y las hinchen de tierra, hasta que sube del
húmedo del agua buen pcda,,o y encima forman y hacen sus casas·.
9
• El mayor porcentaje de tepalcates encontrados en las excavaciones estaba
constítuido por utensilios de cocina (que incluían un número enorme de coma les de
barro, lo cual atestigua un consumo generoso de tortillas). En cuanto a las piezas
decoradas, la mayor parte cor-responden a lo que se conoce como series azteca
negro-sobre-naranja. Entre ellas, el tipo -renochtitlan", de líneas finas y discllo
gcom~trico, está presente en todas las muestras en un porcentaje sig11ificativo. El
estilo 'Tiatelolco' , que es contemporáneo al anterior, aparece en la mayoña de los
lotes, pero sólo sobrepasa en frecuencia al "Tenochtitlan· en algunas colecciones
procedentes de: casas de gran tamailo, que quiu! fueran de principales. El estilo
"Tenayuca", más temprano y cursiva, aparece en muestras o peque/las cantidades
en más o menos tres de cada C\Jatro sitios: y el más antiguo aún ·eu1huacan• de
audaces 1/neas, se concentra en lugares cercanos a la playa de la isla de Xica, (este
tipo de cenlmica dif/cilmente se encuentra en sitios habitados dispersos). Otro tipo
de cenlmica fina asociada con la azteca negro.sobre-naranja, incluye la 11.tcca
polícroma y la Chalco polícroma, aunque la incidencia de esta última es
relativamente menor y dispersa. En estas excavaciones no se encontró nada que
íuera más antiguo a la ccnlmica negro-sobre-naranja. Por otra parte unos cuantos
t = de tiesto vidriados, una figurilla y una cuenta de vidrio, que datan de la
primera etapa de la Colonia y que se encontraron en sitios diseminados, atestiguan
la persistencia de este patrón de asentamiento disperso despuú de la conquista
cspallola, probablemente hasta principios del siglo XVII.
11
Ubicación del sitio 14QMS997292 (cerca de un kilómetro al sur del borde de
•
Tiáhuac); una protuberancia arada {de unos 80 m de diámetro) cubierta por
tepalcates parecidos a los encontrados en el sitio 14QMS972324.
12
. La salinidad, que parece haber limitado la expansión en el lago de Tcwxo, no
parece tener grandes conscaiencias aquí.
13
. Alrededor de 1600 empc26 una creciente causada por el bloqueo de lo5 desagües
que descargaban el agua en el la~ de T czroco -uno de loe primeros intentos
199
coloniales para proteger la ciudad de México de las inundaciones provocadas por el
aumento del nivel de las aguas de ese lago-. Los efecios fueron desastrosos para la
agricultura de pantanos; las aguas crecidas inundaron las chinampas y forzaron a los
habi1an1es de la laguna a muda.rse de allí (Cfr. Toquemada 1). Una elevación del
agua por arriba de los 2 241 m se de1ec1ó en los pozos de prueba en Tiáhuac; esta
crecida inundó las casas que estaban habitadas a principios del siglo XVI y causó el
derTUmbe de las paredes, dejando sobre los escombros una capa de liedimentos que
cubre los depósitos de tepalcates del siglo XVII. Esta creciente debe haber
alcanzado cerca de 2 243 m, de acuerdo a la evidencia encontrada por los
inspectores de la Dirección de Monumentos Coloniales, de una inundación que
dejó sedimentos sobre los cimientos de la iglesia parroquial del siglo XVI
(Arquitecto Luis Oniz Macedo, comunicación personal).
16
• Dos estacas de madera que se encontraron enterradas en el rellc.no de tierra,
parecen haber reforzado es1a estructura.
17
. Varias de las capas de relleno de tierra encontradas en el principal poro de
prueba bajo pisos superpuestos, contienen únicamente tepalcales y figurillas de
1erraco1a del periodo Formativo Medio (entre 600 y 800 a.C.). Puesto que estos
depósitos estaban cubienos por estructuras fechadas con ceneza de 106 sigl06 XIV y
XV d. C., resulta evidente que los escombros uülizados para elevar 106 cimienl06 se
trajeron de algún silio si1io a!landonado. J.R. Parsons localizó un sitio del periodo
Formativo Medio (comunicación personal) en el pueblo de Tial1enco en tierra
firme al none; que pudo haber sido la fuente de los escombros utilizados en la
epoca azteca para construir la isla.
18
. Esto se asume sobre la base de los registros recientes de la estación de control de
Xochimilco (véase Comisión Hidrológica de la Cuenca del Valle de México,
llldrologia de la Cuenca del Valle de México, Secretaria de Recursos Hidráulicos,
México, D.F., 19<>4, vol. 6, pp. 16 y 191). Hay muchos documenl06 históricos,
incluyendo los anales prehispániC06 que se refieren a las fluctuaciones en gran
escala del nivel de los lagos. -Fluctuaciones lo suficientemente grandes como para
cubrir las chinampas-; los asentamientos en las islas y alterar el balance hidrológico
hasta el punto de revenir la corriente de los lagos inlerconcclados.
19
. Alrededor de los nódul06 formados por las primeras islas de Cuitláhuac y
Mixquic y, en menor medida, en la vecindad inmediata de Xochimilco, este patrón
se desfiguró por la red radial de los canales que permitían el tráfico y que
convergían en esos centros. Es10 es especialmente cieno en los alrededores de
Mixquic, donde la distribución aún se hace básicamente de acuerdo al patrón radial.
200
La falta de una red regular en los alrededores de estos centros me lleva a inferir
que las chinampas de la periferia de las islas se construyeron antes de la adopción
del plan regulador. Sin embargo, pueden rastrearse cienos alíneamientos de
canales a través de los conjuntos formados por las chinampas sobrevivientes en
Xochimilco y Tiábuac, lo cual sugiere que la actual distribución irregular puede ser,
en pane, resultado de las alteraciones que siguieron a la ruptura del sistema,
probablemente después de 1600.
20
• Es claro que un alineamiento visual que atravesara 5 km de tierra inundada,
raramente produciría líneas paralelas peñcaas. Las desviaciones de azimud en casi
toda la zona, van de 18" a 26º en el sentido de las manecillas del reloj a panir del
none astronómico; la orientación modal está cercana a los 22". Sin embargo, hacia
el none de Xochimilco varia entre 12° y 18"; y hacia el oeste de Xicco, el azimud de
una serie de canales corre 14º del none verdadero. Y es cuestión de opinión el
pensar que la orientación de la ret{cula fue dictada con base en nociones
cosmológicas, o bien que fue! ajustada para establecer patrones de tráfico
determinados por el drenaje natural de la cuenca. Cienamente, los mapas a6reos
muestran en general que, en las secciones central y oriental de la cuenca la
distribución de los canales alimentadores corre aproximadamente de manera
perpendicular a los recursos de las rutas de transpone aneriales, mientras que
hacia el extremo oeste se desvía hacia los antiguos desagües al lago de Tezcoco.
21
• W.T. Sanders, tesis Universidad de Harvard (1975).
22
•Apane de los pa.ntanos de la cuenca de Xochimilco-Chalco, hay secciones
menores (aunque considerables) en el lago de Tezcoco y la laguna de Xaltocan, que
fueron rescatadas para la agricultura de chinampas.
23
. Los estudios de campo de 1965 a 1967 fueron financiados por la NSF, con la
panida 0~90; las excavaciones de prueba (1968 y 1910) con fondos de la
Wenner-Green Foundation for Anthropological Research. La Universidad de
Southem lllinois (1965) y la Universidad de Chicago (1966 y 1967) contribuyeron
con tiempo de investigación. Agradezco profundamente tambi6n el apoyo del
Instituto Nacional de Antropología de M6xico; a J.L Lorenzo jefe de la Dirección
de Prehistoria, por sus valiosos consejos, la utilización del equipo e instalaciones del
laboratorio del Departamento, y por la valiosa colaboración de los miembros de su
personal: R. Arana, T. Alvarez y A. Aorcs, quienes supervisaron las excavaciones,
identificaron los huesos y analizaron los suel05, respectivamente.
201
,·
"•
J
EVOLUCION HJSTORICA DEL REPERTORIO DE
PLANTAS CULTIVADAS EN LAS CHJNAMPAS DE LA
CUENCA DE MEXICO (1982)*
INTRODUCCION
METOOO
El método que se adoptó para sistematizar la información reunida e
intentar responder a las preguntas y problemas anteriores, fue el de vaciar
a fichas y a cuadros de síntesis los datos que se obtuvieron en las fuentes
primarias y directamente en el campo respecto a cada una de las plantas
cultivadas. Con frecuencia solamente se logró efectuar a nivel de conjunto,
como en el caso de las flores, por ejemplo. La siguiente exposición sigue
ese esquema por planta o por complejo de ellas, en un orden que refleja el
de su importancia relativa. Se separan en dos grupos mayores,
correspondientes a las plantas del Nuevo Mundo y a las del Viejo. El
primero es el que se desarrolló con más profundidad debido a su mayor
importancia en casi todo el período de estudio.
205
Forma de coMtruir chinampas. citnaga de San SebaSti4n, San Luis nwaltemalco,
Xochimilco.
206
CULTIVOS DE LAS CHINAMPAS*
De las numerosas plantas nativas de Mesoamérica (o de antiguo
cultivo prehispánico en el área) que se producen en estas parcelas, la del
maíz ha sido la principal y la más constante a través de los siglos. El
jitomate le sigue en importancia, con una producción plenamente
orientada al mercado; el tomate, los chiles y las calabazas también se
cultivaron en forma predominante a fin de expenderse en la ciudad de
México. Con excepción del jitomate, las otras hortalizas se han sembrado
tanto en los terrenos de temporal de las partes bajas de los cerros
aledaños a las chinampas, como en los de la llanura lacustre, en los cuales,
antes de la desecación del siglo XX, se podían abrir pozos superficiales
para la irrigación.
• AJ final de este ensayo aparece una lista de especies con sus respectivoc nombres
cientfficos. (N. de A,).
207
-~
debido, probablemente, al exceso de humedad en las parcelas. Entre las
plantas de origen andino, traídas después de 1519 a Nueva España,
únicamente se sembró la papa, pero, sobre todo como una "curiosidad".
De estos cultivos, conocidos a raíz de la conquista, se adoptaron
algunos para producirlos en los cerros. Es una lista más limitada que
incluye a los siguientes: haba, arvejón, papa, lechuga, lenteja, garbanzo y
cebada.
Las flores, por las cuales destacan Xochimilco y su región, se han
venido cultivando sin interrupción desde el siglo XVI. Hasta
aproximadamente los años cuarentas o cincuentas del siglo XX se
arreglaban para la venta en forma de "ramos" pero, a partir de ese
período, se empezaron a preparar como "planta", es decir, en un cubo de
tierra o en un bote para luego ser trasplantados a jardines o macetas. Esta
innovación se atribuye al cambio en las condiciones de humedad en las
chinampas. Las más famosas fueron, sin duda, las amapolas, que lucían
sus galas el "lunes de la amapola", que sigue al domingo de Pascua, cuyo
cultivo fue prohibido por el Estado mexicano a principios de los treinta.
Entre las flores que contaban con mayor preferencia, nativas e
introducidas, se encuenteran las siguientes: amapola, nube, chícharo,
espuela de caballero, cempasúchil, alhelí, pincel, imperial, aretillo, nardo,
pensamiento, alcatraz, dalia, violeta, crisantemo, etcétera. A continuación
se mencionan las plantas más populares: mercadela, agazania, tuberosa,
amapola japonesa, petunia, clavel, ester, chino, crisantemo, vara de San
José, pan alito, aretillo, rosa, etcétera. Por otra parte, en la actualidad se
siguen cultivando las tradicionales, a saber: alhelí, nube, cempasúchil,
pincel y chícharo.
Entre las principales hierbas de olor que se producen citaremos a la
ruda, la hierbabuena, el romero y la albahaca. Se venden como planta en
tanto que la manzanilla y la hierbabuena las presentan en forma de
manOJOS.
Los árboles frutales, nativos e introducidos, dejaron escasa huella en
los registros históricos; no obstante, se sabe que tuvieron alguna
importancia en el siglo XX en algunos pueblos como San Luis
Tlaxialtemalco, San Gregario Atlapulco y Xochimilco. Las semillas se
siembran en almácigo para comercializar el arbolito pequeño con su cubo
de tierra y después se traslada al terreno definitivo donde se injerta. Esto
ocurre en las tradicionales zonas productoras de fruta como son
Huexotzingo y Huauhchinango, estado de Puebla. Las que más abundan
208
son el tejocote, el durazno y el chabacano. En esta región se compra fruta
corriente a fin de obtener la semilla y los arbolitos de Xochimi.lco sirverr
como "patrón" con el objeto de injertar variedades finas de frutales. Sin
embargo, no se trata de una producción realmente importante. Algunos
árboles adultos se quedaron en la orilla de las chinampas o bien en los
patios de las casas, para consumo familiar de la fruta; entre ellos están el
tejocote, el higo, el membrillo, el ciruelo y el durazno.
MAIZ
213
Las chinampas se cons1ruran conando y amon1onando céspedes de la
ciénaga planlando es1acas de ahucjo1e y zanjeando los apan1les o canales
214
que habitaban en las tierras de temporal, tenían que trabajar en las milpas
"donde se hiciere la sementera del rey", labrando un área de 5 por 10
brazas; y los vecinos "del agua", en las chinampas donde se hiciere la
sementera, trabajar 1 por 10 brazas. De estas áreas o "medidas" saldría
una fanega de maíz por cada tributario. La proporción era entonces de 1 a
5 de unas tierras respecto a las otras (Sobre el modo: 106).
Otro dato se refiere al rendimiento del maíz en los campos de la
hacienda de Coapa a finales del siglo XIX. Indica que era de 150 a 200
granos cosechados por cada uno sembrado (Figueroa Doménech 1899,
1:360).
Santamarfa hace sus cálculos sobre el ren~ento del maíz, en las
chinampas del Distrito Federal, no, sin antes advertir al lector que los
datos que los agricultores le dieron eran "muy inciertos y variados".
Concluye que• ... el rendimiento medio es de 100 por 1, oscilando en 165 y
250", es decir, similar al maíz de la hacienda de Coapa (Santamaría
1912:19). La producción media por hectárea la calculó en 80 hectolitros,
lo cual equivale a 8 000 litros o kg u 8 toneladas. '
Sanders se preocupó por este cálculo tan alto de Santamarfa y decidió
buscar sus propios resultados. Sólo uno de sus informántes de Tláhuac
afirmó un rendimiento tan alto para las chinampas de los tiempos
anteriores a la desecación (1957:84). Sus observaciones, mediciones e
informes llevan a Sanders a considerar la cifra de 4 000 kg o 4 tons/ha,
como la producción media en las chinampas dé San Gregorio, cultivadas
con maíz y, además, con verdura en forma intensiva. Su cálculo lo hace
sobre la base de que un cuartillo de semilla pesa 1.5 kg y que un bulto
tiene 50' cuartillos de semilla. De acuerdo con informantes de Tláhuac,
calcula esa misma producción para la época en que sus chinampas se
explotaban intensivamente, antes de la desecación. Su conclusión general
es la siguiente:
Los frutos maduros del maíz, las mazorcas, han sido tan sólo uno de
los productos que la planta ha rendido. Esta se muestra generosa con el
hombre pues todas sus partes se pueden aprovechar, algunas incluso antes
de que los frutos principales maduren. Los elotes, las espigas y las hojas
han sido elementos económicos de gran importancia que han servido en
más de una época de hambre. Así. las espigas se utilizaron hervidas para
mezclarlas con los pocos granos de maíz que se tenían en los años de la
216
Revolución de 1910. Estas, las hojas verdes, la cañuela y el totomochtle
secos resultaron excelente forraje para el ganado introducido por los
españoles en el siglo XVI; los olotes, las "uñas" o rafees y la cañuela
continúan siendo combustibles importantes en las cocinas de las casas
campesinas. La cañuela, al igual que los tallos de la alegría, también se
usan para "chinamilear'' (cercar) una casa, una cocina o una chinampa. El
totomochtle, elemento indispensable para envolver los tamales, se
consume o se vende, proporcionando, en este último caso, pequeños
ingresos a la unidad familiar.
Durante la época colonial hasta principios del siglo XX, las partes
verdes o secas del maíz sirvieron para alimentar a los nuevos habitantes
animales (caballos, mulas, bueyes, vacas) de México -Tenochtitlan y sus
alrededores, los cuales fueron mantenidos con los esquilmos o restos del
maíz y con la vegetación espontánea que crecía en las ciénegas y los
cerros.
217
de Mexicaltzingo (de la Viga) en estos meses: "hojas de la planta del maíz
que se transporta para el sustento de las bestias". (1831, 11:306).
220
Vaciado del lodo al almácigo con el zoquimaitl o cuero, desde el canal y la canoa en
la que se transporta el lodo.
\
f
221
No obstante que las cuatro plantas de este apartado tienen en común
su poca resistencia a las heladas, su cultivo tuvo lugar en diversas épocas
del año, incluyendo la de invierno. Con el jitomate se practicó lo que
Santamaría llamó con exactitud siembra "forzada", en tanto que con las
calabacitas y el cbilacayote, lo que los campesinos de hoy califican de
siembra "adelantada" o "anticipada", puesto que su ciclo se inicia un poco
a contrapelo, cuando todavía no cesan las heladas. ·
El jitomate. Este se producía en la temporada de secas, pese a ser la
más fria del año y con el riesgo ·de que sus frutos se "quemaran" con el
hielo. Ello se debía a que el jitomate se enfermaba (pudr.ía) al contacto
con el húmedo suelo de la chinampa, de tal suerte que su ciclo tenía que
desfazarse para que no coincidiera con el periodo de lluvias. De esta
manera el jitomate de las chinampas tampoco competía con el producido
en las tierras calientes temporaleras. Lograr esta siembra forzada
conllevaba complejos cuidados así como proporcionar atención individual
a las matas: empleo de uno y hasta dos almácigos, abrigos con tolchimales
o tapaderas, bordos de tierras para protegerlas del hielo; la práctica de
aflojar, el riego y las escardas. Aquellos que lo observaron se
sorprendieron de la gran inversión de mano de obra y de la delicadeza
que los chinamperos eran capaces de desplegar para producirlo.
Santamaría escribió, muy significativamente, lo siguiente: "... es el que
recibe mayores cuidados de los cultivadores, si bien es cierto que les
reporta muy buenas utilidades" (1912:19-20). Y Sanders, (su cultivo)" ... da
una buena idea de la intensidad del cuidado dado a las cosechas y de la
cantidad de trabajo invertido en su producción" (1957:92).
Santamaria describió este ciclo con tanto esmero como el que la planta
recibía de los campesinos de Xochimilco en 1911. Se puede resumir de la
siguiente manera: los tres primeros meses permanecían las plantitas,
primero en eJ semillero de lodo (un mes a partir de septiembre), luego en
el almácigo (dos meses a partir de octubre), donde se le pr~gaban
enormes cuidados, sobre todo por medio de los abrigos que las protegían
tanto del sol y las lluvias que aún ~an en septiembre, como de las heladas
nocturnas a partir de octubre. Cobertizo~ de raínas'. seivfan para proteger
al 0semillero y "tapas" o "tolchimales" de tule o cañuela, o bien de grueso
césped seco (pantano o atapalacatl), sostenidos con carrizos, para cada
cuatro plantas del almácigo.
Para contener el crecimiento desmesurado de las matas antes del
trasplante, así como para evitar la disminución posterior de la
222
fructificación, se desenraizaban "de vez en cuando". A esto le llamaban
"aflojar" (según Santamarfa), o "acomanear" o "poner en acomanas"
(según los actuales chinamperos). (Del náhuatl ahcomana: alborotar, Luis
R eyes, comunicación personal).
224
manera que nuestra búsqueda de semillas "criollas" del mismo fueron
estériles. Lo describen como un fruto grande, achatado en los polos.
Las calabaUJS y el chilacayote. Su cultivo en las chinampas y en los
cerros circundantes es de antigua tradición. No se sabe con exactitud qué
especies o variedades de calabazas hayan sido producidas, pero
probablemente fueron algunas de las que los autores actuales han
consignado y que aún hoy se cultivan: la calabaza "de Castilla"; la
calabacita redonda, "criolla", "de codito", "estrellita" o ' italiana" y la
alargada o "japonesa". Estas dos últimas se venden frescas (razas de
Cucurbita pepo. L.; la primera de C. moschata Duch. o C. mixta Pang).
Los chinamperos de los siglos. XVIII, XIX y XX, cuando menos,
ensemillaban a principios de febrero, para vender calabazas hacia mayo y
junio, antes de que entraran al mercado de la ciudad de México las de las
zonas de temporal. Las cultivaban temprano para venderlas caras, como
me dijo un chinampero de San Luis. Lo lograban con los mismos métodos
que el jitomate, es decir, con el uso de almácigos y abrigos que protegían a
las plantitas de los hielos. Alzate los describio así: ".. .la semilla de la
calabaza la siembran en almácigo de cieno... ; en poco terreno se siembra
mucha semilla y -se cubre con facilidad para libertarlo de las heladas; de
aquí depende el que los indios que practican este ramo de agricultura,
vendan por mayo y junio pequeñas calabazas... " (1831, 11:391). Los
cuadrados donde las semillas se colocaban eran de tres dedos (unos 5 cm)
(ldem: 393).
Un chinampero de Xochimilco me indicó que el calendario que
seguían para el chilacayote era el de instalar el almácigo en noviembre y
sembrar en enero y febrero, teniendo que usar tolchimales. El cultivo
adelantado de calabaza y chilacayote se realiza aún en forma muy
limitada. Lo ví en Mízquic, donde continúa el uso de tapar las matas con
tolchimales de cañuela, los chinamperos dijeron que antes se usaban unos
cucuruchos hechos de "zacate tres esquinas". Se ponía el almácigo a fines
de febrero para sembrar a fines de mayo. En San Luis se cultivan,
actualmente, calabazas usando almácigo que se prepara en febrero o
marzo, para trasplantar en marzo-abril. No se realiza ninguna rotación
especial de cultivos, si bien en una chinampa observamos, por ejem,plo,
calabaza durante la temporada primavera-verano y romerito en el
invierno.
225
•
Respecto a su importancia relativa en los principios del siglo XX,
Santamarfa las sitúa entre los cultivos de menor relevancia (1912: 26), en
tanto que Sanders las ubica entre los diez más significativos de San
Gregario en 1953 {1957: 77-78).
226
limitado por condiciones ambientales, sino que pudo ajustarse a la
demanda o a otros factores sociales. Esta flexibilidad permitió su rotación
con otros cultivos así como el uso del suelo en forma continua (en rotación
con el jitomate o con otros), aunque procurando que su cultivo no
coincidiera con las épocas de helad.as ni con las de la competencia con
otras zonas productoras (especialmente las de temporal que entraban de
junio a julio).
Al igual que el jitomate, el tomate se produjo en gran escala en la zona
de Xochimilco, y en menor escala en la de Iztacalco,-·Mexicaltzingo, según
datos de principios del siglo XX. No vi tomate cultivado en las chinampas
durante mis recorridos, tampoco Sanders lo observó en 1953; no obstante,
West y Armillas sí lo reportan en la década anterior. Actualmente se
siembra en pequeña escala en los cerros de la zona, entre Xochimilco y
Mízquic, sin pasar por las chinampas, salvo en algunas ocasiones en las
que se opta por ensemillarlo en almácigo para luego trasplantarlo al cerro
(Venegas, 1978: 19). Ahora, por lo general, es un cultivo de temporal cuya
semilla se coloca directamente en los terrenos barbechados y surcados
con el arado en forma similar a la que se sigue para el maíz o la alegría.
Casi siempre se produce para sacarlo a la venta en Todos Santos.
Probablemente como continuaei:6n de una práctica prehispánica, el
tomate y el chile de chinampas y cerro se fertilizaban de preferencia con
guano de murciélago más que con vegetación acuática como las demás
especies en las cbinampas. A ambas plantas, se dice, les gusta "lo caliente",
por ello en el cerro se dan muy !bien puesto que allí las tierras son
arenosas y "calientes" y el guano de "ratón viejo" también lo es.
El chile. Era cultivado oonstantemente en las cbinampas, pues si bien
es víctima de las heladas como los otros, su producción fue posible gracias
a los cuidados que los chinampefos le prodigaban durante el invierno, No
sufre con las lluvias pero sí con el granizo que daña sus frutos. Hoy se
siembra en pequeña escala en las chinampas y en los cerros, y en el
temporal es trasplantado desde semilleros de lodo instalados en las
chinampas o en los "sitios' (patios) de las casas.
Las fuentes sólo distinguen algunas de sus variedades conformándose
con apuntar que se sembraban chiles o 'pimientos", a los que Humboldt se
apresuró a identificar como Capsicum. A · continuación aparece una
relación de los nombres comunes documentados: chflchotl o chile verde,
criollo o chicostle, tornachile, chilito, carricillo, poblano, pasilla, largo,
2V
menudo, mulato y cascabel. Es decir, variedades tanto de Capsicum
annum. L. como de C. frutescens L.
228
Xochimilco y Tulyehualco que dedicaban parte de su tiempo (de enero a
mayo) a recorrer cuevas y conventos coloniales abandonados con el objeto
de recolectarlo, en los estados de Morelos, Guerrero, Puebla y Oaxaca. Se
habla de algunos que se dedicaban a este oficio en forma permanente.
En el siglo XVIII los cultivadores de chile de Xochimilco arrendaban
las cuevas del Cerro de la Estrella con el fin de extraer el fiemo que luego
mezclaban con tierra, probablemente con la del terreno al cual se
trasplantaban las plántulas del almácigo. El uso de este guano para
fertilizar chile y tomate (en las chinampas) y maíz, chile y tomate ( en los
cerros y planes) continuó hasta hace pocos años, cuando se extendió el de
gallina así como los fertilizantes químicos. Aún hoy, sin embargo, la gente
reconoce que el mejor abono para el chile es el de murciélago.
Santamaría consignó dos ciclos para el picante. El primero de
diciembre a abril, que seguían aquellos campesinos que poseían tapas o
abrigos para cubrir las matas que hacían posible su cultivo "forzado" en
tiempo de heladas y la consecuente cosecha "adelantada". El segundo, de
marzo a julio, es decir, un poco antes y durante el temporal, cuando las
heladas "ya son poco frecuentes" {1912:20-21). El trasplante se realizaba
en surcos separados por un metro, con una distancia de 84 cm, entre cada
planta. Además de los riegos necesarios, se le daban dos o tres escardas
para finalmente obtener "... por lo regular de cuatro a cinco cortes
abundantes, uno cada 9 ó 10 días" (Santamaría, 1912:20-21). Ello ocurría
de mayo a julio. Tornachile y chilito,, como ya se menci0nó anteriormente,
estaban sembrados en las chinampas de lztacalco el día de la granizada, el
24 de mayo de 1826 (AGN, Ayuntamientos, vol. 10, f. 237r-274v).
En Xochimilco nos indicaron que el tornachile no era de almácigo sino
que se sembraba directamente, en. "surco de a cuatro" (matas), de un
metro de ancho, similares a las descritas para el jitomate. Ocurría en
febrero, usando tapaderas; lo sembraban en marzo-abril, lo cosechaban a
partir de julio. El terreno lo preparaban con lirio acuático y encima una
capa de lodo en la cual hacían los hoyos para colocar los chapines con
ayuda de un "picador" (instrumento de madera con la punta en forma de
trompo). Se irrigaba con agualodo durante la temporada previa al
comienzo de las lluvias.
El chile se asociaba con el maíz y el frijol, como ya se mencionó. Estos
últimos, apunto Santamaría "... se siembran al mismo tiempo que se
trasplanta el chile (marzo); entre cada dos líneas de chile se intercala una
229
Almácigo de lodo. Corte de los
chapines para siembra de semillas o
esquejes.
•
--
- •
230
de maíz y el frijol se siembra en los entresurcos. Se cosecha el chile y
queda ocupada la chinampa por frijol y maíz, cuya recolección tiene lugar
más tarde" (19U: 20- 21). En la actualidad se continúa sembrando chile en
doble hilera o "surco doble", pero ya no se asocia.
231
bordean las parcelas, para que en ellos enredara su guía. El ejote de frijol
canario o "guachinango" se produce poco; se siembra en el mes de marzo.
Otras variedades de frijoles de mata y enredadores, tanto "delgados" (P.
vulgaris) como el "gordo" o ayocote (P. coccineus L.), se producen hoy en
día en los cerros, pero sus semillas no se intercambian del cerro a la
chinampa. En el cerro el terreno se prepara en forma similar a la
acostumbrada para el maíz, con yunta y arado, recibiendo beneficios
similares. El frijol chinampero se sembraba directamente en el suelo en
mano o abril, con coa, poniendo un poco de lodo del canal en el hoyo. Se
cosechaba al mismo tiempo que el maíz, entre noviembre y diciembre. En
San Luis lo consideran muy productivo, que "da mucho", tanto que en
ocasiones tenían que colocar puntales para sostenerlo. Se dice que se
perdió debido a la falta de agua así como a las plagas que infestan los
ahuejotes (Malacosoma azteca o gusano de bolsa, entre otras).
De los quelites (del náhuatl quílitl), verduras o hierbas comestibles
(especies de los géneros Amaranthus, Chenopodium, Porophyllum y
Rumex, principalmente), se continúa sembrando el uauhzontle o quelite
mazorca (Chenopodium nuttaliae Saff.), el epazote (Chenopodium
ambrosioides L.) y el romerito (en náhuatl iztacquflitl o quelite salado)
(Suaeda torreyana). Los dos primeros son de temporal, en tanto que el
tercero es una de las pocas plantas comestibles de origen mesoamericano
que es cultivada en las chinampa's durante la época de heladas. El
uauhzontle y el epazote se siembran en almácigos o bien directamente en
el suelo, "regando" la semilla; cuando las plantitas están listas para
trasplantarse, se "aflojan" para pasarlas posteriormente al terreno
definitivo. De estos quelites se dice que son "perros", es decir, que son
poco exigentes, que "agarran" donde sea. El romerito se produce en dos
temporadas ligadas al calendario religioso y a la vigilia: la de
Cuaresma-Semana Santa y la de Nochebuena-Navidad. Su cultivo se
describió en el apartado sobre el maíz y sus asociaciones.
La planta de la alegría (Amaranthus leucocarpus S. Wats.) de la cual se
obtienen las diminutas semillas de uauhtli para hacer el dulce de alegría o
"zoale" ( además de tamales y atole), se produce en pequeña escala en las
tieras de temporal de las laderas cerriles y en las hoy resecas llanuras
lacustres de los pueblos de Mízquic, Ixtayopan, Tecómitl, Tetelco,
Tulyehualco y San Luis. Los dulces se elaboran en Tulyehualco, sobre
todo. Sus semillas se echan a nacer en abril, en almácigos de lodo en las
chinampas (antes abonadas con guano de murciélago), de allí se
trasplantan las matitas a los suelos definitivos, cuando comienzan las
232
lluvias. Es decir, se sigue un método semejante al observado para el chile,
el cempasúchil y la lechuga, comentados anteriormente.
El terreno se prepara en forma similar al del maíz del cerro, con yunta
y arado. Se colocan los chapines (que tienen de tres a diez plantas) a
mano, uno en cada piquete de coa o pala, se'tapan enseguida con pies y
manos. Se da un primer fierro o escarda con arado para desyerbar y
abonar (con estiércol o abono químico); más tarde se da el montón a cada
mata, con azadón. La cosecha ocurre en diciembre o enero, cuando las
panojas están bien secas debido a que concluyó la temporada de lluvias y a
la acción de las heladas. Por lo general, la alegría se siembra sola, pero a
veces se asocia con frijol de mata en el mismo surco, sembrado al mismo
tiempo en grano. Otras veces se rota con frijol o bien con maíz, un ciclo y
un ciclo.
Hoy en día el período agrícola del uauhtli o alegría -que fuera una de
las plantas de mayor importancia alimenticia en la época prehispánica- es
muy similar al del maíz chalqueño, pero ligeramente más largo (almácigo
en abril, cosecha en diciembre). Esto quiere decir, si el ciclo no ha variado
en forma notable con respecto al de aquella época, que la alegría para
obtener semilla tampoco podía cultivarse dos veces al año, ni en tiempo de
heladas. El hielo "mata la mazorca", la flor con sus semillas, me indicaron
en San Luis, si bien la alegría resiste la sequía más que el maíz.
La cosecha de la alegría es un proceso complejo que requiere de gran
habilidad y cuidado. Las ilustraciones del proceso que aparecen en el
Códice Florentino (libro 4, capítulo 38), nos muestran que el de hoy es muy
parecido al del siglo XVI. Ocurre de la siguiente manera: se cortan los
tallos ya secos con hoz o machete, lo más bajo posible; se dejan en el suelo
para que se sequen mejor al rayo del sol; se toman varias plantas para
formar con ellas una "parva" encima de una manta. Se trillan primero con
un garrote improvisado, luego con los pies, "bailando" encima de ellas
para que se desprendan las semillitas de las flores. Con las manos se
retiran las varitas, el resto se levanta con una palangana y se vacía en la
"cernidera" que consisten en un ayate de ixtle amarrado a cuatro postes a
determinada altura. La persona que cierne mueve la mano a manera de
círculo, frotando sobre el ayate; la semillita blanca, de forma ligeramente
arriñonada, va cayendo sobre un trapo limpio que se halla colocado abajo
y el "tamo" (basura) se lo lleva el viento. La tarea requiere de maestría y
de un día ventoso.
233
PLANTAS DEL VIEJO MUNDO
Las especies vegetales del Viejo Mundo que fueron introducidas al
país por los españoles desde principios de la época colonial, cayeron
pronto en el terreno fértil de las chinampas y fueron incorporadas por los
chinamperos a su lista de opciones agrícolas y comerciales. Las primeras
que se mencionan son las lechugas (Relación de Culhuacán, 1580) y unos
"colinos" y "lechughuinos" (Ojea, 1897:2-3), en el siglo XVI. Lechugas y
coles estaban ya incorporadas como palabras al náhuatl hacia 1570, según
se desprende de su registro en el Vocabulario de fray Alonso de Molina,
quien las traduce como Colestectli y lechugatectli, tepiton lechuga y uel
quilechuga. Un poco más tarde aparecen en las fuentes de la zona tanto la
flores como las verduras introducidas. Si bien el número a finales del
XVIII era similar al de los cultivos mesoamericanos (cfr. Alzate, 1791, en
el cuadro resumen), aún no es posible establecer su importancia real en
términos absolutos.
CONCLUSIONES
Para concluir este ensayo presento unas breves reflexiones en torno a
las preguntas formuladas inicialmente.
Es una opinión más o menos generalizada que las plantas introducidas
a México a partir de la conquista no sólo ampliaron y diversificaron el
repertorio de las nativas, sino que, sobre todo los cereales, permitieron
intensificar el uso del territorio, al poderse utilizar los terrenos durante el
invierno y levantar dos cosechas al año (cfr. por ejemplo, Borah, 1975:40).
Respecto a la chinampas, más que considerar el papel jugado por los
cereales, es pertinente examinar al complejo hortalizas-flores. La
impresión inicial que se tiene al analizar este problema es que las plantas
introducidas posibilitaron, al menos potencialmente, el aumento del
número de cosechas en virtud de su capacidad para resistir los embates de
las fuertes heladas.
Sin embargo, las plantas del Viejo Mundo -adoptadas por los
chinamperos a partir de la invasión colonial- representaron un papel más
complejo que el de sólo "llenar" los tiempos de heladas invernales. Un
primer efecto fue la suma y con ella la ampliación y diversificación del
repertorio; la incorporación de especies de diversa naturaleza botánica,
de distinto valor social y comercial, ofrecieron al productor mayores
opciones y combinaciones, así como una mejor adaptación de sus medios
234
de producción a las condiciones ambientales y a las demandas comerciales
del mercado regional, especialmente el de la ciudad de México.
Las hortalizas mesoamericanas fueron los cultivos más importantes en
el período de estudio, después del maíz, los cuales dominaron el paisaje
agrario chinampero durante toda la Colonia, el siglo XIX y hasta pricipios
del XX. Asimismo considero, a nivel de hipótesis, que tuvieron más en
este período que en el prehispánico tomando en cuenta, entre otras cosas,
el aparente desplazamiento -en una época aún no precisada del período
colonial- de las especies de uauhtli y chía empleadas principalmente como
al.imentos básicos en la elaboración de harinas y masa.
Estas hortalizas nativas no perdieron importancia sino hasta el siglo
XX. Ello ocurrió en algunas zonas durante las primeras décadas; en otras,
hasta la cuarta o quinta. Hoy su cultivo ha desaparecido como el del
jitomate) o bien, es muy limitado (como el de chiles, calabaza, chilacayote
o tomate).
Algunas hortalizas del Viejo Mundo se hicieron muy populares desde
el siglo XVI, especialmente el pepino, la lechuga y la col, y se
incorporaron plenamente a las chin:ampas, ampliando y diversificando el
repertorio.
Pero fue en el transcurso de las primeras seis décadas del siglo XX,
con cierta variación de un lugar a otro de las zonas chinamperas
sobrevivientes, cuando tuvieron lugar los cambios más importantes del
período de estudio. Las plantas na.ti.vas "comerciales" y las especies del
Viejo Mundo que se fueron incorporando paulatinamente desde el siglo
XVI (ya "tradicionales" ~n este sentido), fueron desplazadas casi por
completo por plantas de ciclos más cortos así como por plantas de ornato,
si bien muchas de ellas ya se cultivaban desde antes en pequeña escala.
Este cambio se debió a una combinación compleja de factores
concatenados entre los cuales a veces resulta difícil distinguir los que
fueron causa y los que fueron resultado. En primer lugar, cabe apuntar los
profundos cambios ambientales ocurridos a partir de la intensa
explotación de los acuíferos del sur de la Cuenca, especialmente los de la
zona de Tláhuac y Xochimilco. Provocaron en forma más o menos directa
el abandono de algunos cultivos "tra9icionales" (nativos e introducidos)
por falta de agua suficiente Gitomatte, pepino, lechuga, tomate, etcétera) Y
la generalización de otros (hortalizas europeas y asiáticas así como nuevas
plantas de ornato).
235
El crecimiento demográfico de la ciudad de México, que si bien fue la
causa directa del aumento de la extracción de agua de las zonas
circunvecinas a la ciudad, incluidas Xochimilco y otras, al mismo tiempo
provocó otros efectos. Uno, que el área urbana se expandiera sobr-e
antiguas zonas agrícolas; otro, que se crearan empleos no agrícolas en lo§.
servicios urbanos y la industria, ocupados principalmente por IÓs
campesinos de las zonas más cercanas, a menudo las mismas perjudicadas
por la falta o la disminución de agua. El tercer efecto fue positivo, si bien
efímero: la multiplicación de la demanda de productos agrícolas
perecederos por parte de los habitantes de la ciudad de México. Resulta
difícil situar con precisión las fechas de este período de aumento de la
demanda de los productos de las chinampas, en gran medida porque no
sucedió al mismo tiempo ni con la misma intensidad en los diversos
pueblo& chinamperos que todavía se mantenían. Sin embargo, la
información indica que alcanzó su máximo entre 1940 y 1960. Fue éste el
período en el que sobre todo pierden importancia las hortalizas
mesoamericanas en tanto se intensifica la de las introducidas. Se impuso,
como ya se dijo, la tendencia a producir plantas de ciclos más cortos, que
son, por lo general las de origen asiático y europeo así como plantas de
ornato.
236
PLANTAS MENCIONADAS EN LAS FUENTES•
Epoca prehispánica
Epoca colonial
137
1599. Zona lacustre del valle en general: MAIZ Y OTRAS SEMILLAS
(Vargas Machuca, 1892, 11:141-142).
1()()4. Zona lacustre en general: MAIZ, BERZAS (Torquemada, 1969,
11:483).
1693. Zona lacustre en general: MAIZ, LEGUMBRES, PIMIENTOS
(chiles). TOMATES, XITOMATES (Vetancourt, 1971 :32-33).
ZEMPOALXOCHITL O CLAVELLINA DE INDIAS (en
particular en la ciudad de Xochimilco), MOSQUETAS,
RETAMA, ESPUELA DE CABALLERO, CLAVELES (blancos,
salpicados y colorados) (Vetancurt, 1971:41 y 56).
1746. Xochimilco, ciudad: FLORES (Villaseñor, 1952, 1:165).
1746. Mexicaltzingo, jurisdicción: FLORES, HORTALIZAS (Villaseñor
1952, 1:60). .
1759. Iztacalco: VERDURA, comercio a Texcoco (AGN, Ríos, y
Acequias, vol. 4, exp. 1, f. 2r-3v).
1791. Santa Anita: MAIZ, HORTALIZA, FLORES, TOMATE, CHILE
(AGN, Tierras, vol. 1220, exp. 1, f. 170).
1791. Culhuacán a Xochimilco: MAIZ, COL VERDULERO Y
REPOLLO. BETUALLA: LECHUGA, ZANAHORIA,
BETABEL, NABO, CHILE, TORNACHILE, TOMATE,
JITOMATE, CALABAZA, PEREJIL. FLORES:
SEMPOAXOCHITL, AMAPOLA. ALELI, CHICHARO DE
CHINA, ESPUELA DE CABALLERO (Alzate, 1831, II:230-247).
s/f Xochimilco: FLORES, CEMPOALZOCHITL (Veláz.quez de León, f.
74r- 75r).
s/f Xochimilco: VERDURA, VITUALLAS, FLORES (BNM, 19 266, f.
185v-185r).
18ff3. llztacalco? HABAS, GUISANTES, PIMIENTOS (Capsicum,
chile), PATATAS, ALCACHOFAS, COLIFLOR, e "INFINIDAD
DE OTRAS VARIAS LEGUMBRES" (Humboldt 1966:135).
238
nTOMATE, CALABAZA, LECHUGA: dañádas por una
granizada el 24 de mayo (AGN, Ayuntamientos, vol. 10, f.
737r-1:74v).
1855. Santa Anita e Iztacalco: HORTALIZA. FLORES: ROSAS DE
CASTILLA, CLAVELES,. AZUCENAS, AMAPOLAS,
CHICHAROS {Payno, 1855:412-413).
1864. Chalco: FRUTAS, LEGUMBRES (Orozco y Berra, 1864:165).
1883. Iztacalco, Santa Anita, Lo~ Reyes: AMAPOLAS (rosas y blancas),
ACIANOS AZULES, OHI~OS MORADOS, ALHELIES,
ESPUELINES, CAMPANULAS, TREBOL, MASTRANZO
(Altamirano, 1949:210).
1883. Tetelco: COLES (Peñafiel, 1884:83).
1884. Zona lacustre en general: FLORES Y LEGUMBRES (García
Cubas, 1884:262).
1894. Santa Anita, Iztacalco, San Juanico, Mexicaltzingo e Iztapalapa:
' AMAPOLAS, ESPUELAS DE CABALLERO, CLAVELES,
ZEMPAXUCHIL, LEGUMBRES Y HORTALIZAS (García
Cubas, 1894:19).
1894. lztapalapa: MAIZ (además de las anteriores) (García Cubas,
1894:19).
1899. En la llanura del canal (de la Viga): VERDURAS (toda clase}, y
algunas LEGUMBRES Y FLORES. (Figueroa, 1899, I:356).
1904'. Santa Anita e Iztacalco: HORTALIZA, LECHUGAS, APIO,
AMAPOLAS, ESPUELA DE CABALLERO, CLAVEL,
RETAMA, CHICHAROS, ALHELIES, ZEMPOALXOCHITL
(García Cubas, 1904:373).
1911. Xochimilco: MAIZ, JITOMATE, CHILE, COL, COLIFLOR,
LECHUGA, TOMATE, COL DE BRUSELAS, CEBOLLA,
ESPINACA, APIO, RABANO, AMAPOLA, MARGARITA,
CLAVEL, PENSAMIENTO, CRISANTEMA, DALIA, ALELI
(Santamaría, 1912:14-15 y ss.).
1911. 1:napalapa: ALCACHOFA, AJO, COL, CHILE, ACELGA
(Santamarla, 1912:14-15 y ss.).
1911. lztacalco, Santa Anita: LECHUGA, CEBOLLA, PORO O
PUERRO, NABO, ZANAHORIA, AMAPOLA, MARGARITA,
CLAVEL, PENSAMIENTO, CRISANTEMA, DALIA, ALELI
(Santamaría, 1912: 14-15 y ss.).
239
1911. Zona chinampera Xochímilco a Iztacalco, cultivos de menor
importancia: ACELGA, ACEDERA, PEREJIL, CULANTRO,
RABANO, CALABAZA, FRIJOL, PEPINO, APIO, ALFALFA,
CEBADA (Santa.maría, 1912:14-15 y ss.).
Epoca posrevolucionaria
240
ESPECIES
241
CRISANTEMO Ch,ysanthemum spp. L.
CHABACANO Prunus anneniaca L.
CHAYOTE Sechium edule (Jacq.) Sw.
CHIAS Salvia hispanica L. o Hyptis suaveolens
Pot.
CHICHARO DE OLOR Lathyrus odorams L.
CHILACA YOTE Cucwvita ficifolia Couche
CHILES Capsicum annum L. y C. frutescens L.
CHINO lmpatiens su/tani
DALIA Dahlia coccinea Cav. , D. pim,ata Cav.,
D. lehmannii Hieron
DURAZNO Prunus persica Stokes
EPAZOTE Chenopodium ambrosioides L.
ESPINACA Spinacia oleracea L .
ESPUELA DE Delphinium ajacis
CABALLERO
ESTER (ASTER) Asterspp.
FLOR DE MUERTO O Tagetes pamla L.
CEMPASUCHIL
FRUOLES:
a) Delgado Phaseolus vulgaris L.
b) Gordo o ayoeote Phaseolus coccineus L.
GLADIOLA Glaáiolus spp.
GRANADA Punica granamm
HABA Vicia faba L.
HIGO Ficus carica
IMPERIAL Centaurea imperialis
JITOMATE Lycopersicon esculentum Mili.
JUANITA Phlax drummondi~ P. subulata, P.
Su/fruticosa.
LECHUGA Lacmca sativa L.
LENTEJA Lens culinaris
LIRIO Iris spuria
MAGUEY Agave atrovirens Karw.,A. latissima
Jacobi, A. pisaga Trel.
MAIZ ZeamaysL.
242
MALVA MaJvaspp.
MANZANILLA Matricaria chamomilla
MARGARITA Callistephus chinensis (L.) Nees
MEMBRILLO Cydonia oblonga Mill.
MERCADELA Calendula officinalis L.
NABO Brassica napus
NOMEOLVIDES Myosotis sylvatica
NOPAL Opuntia spp.
NUBE Gypsophila paniculata L.
OLIVO Olea europaea
PANALITO Alyssum maritumum
PENSAMIENTO Viola tricolor L. var. hortensis
PEPINO Cucumis sativus L.
PEREJIL Petroselinum crispum Hoffm.
PETUNIA Petunia hybrida
PINCEL Centaurea cyanus
PORO O PUERRO Allium porrum L.
QUELITES Amaranthus spp. , Chenopodium spp.,
Porophyllum spp., Rumex spp.
RABANO Raphanus sativus L.
ROMERITO Suaeda torreyana Wats.
ROMERO Rosmarinus officinalis L.
R U DA Ruta graveolens L.
SALSIFI Tragopogon porrifolius
TEJOCOTE Crataegus pubescens (H.B.K.) Stead.
TOMATE Physa/is ixocarpa Brot.
TRIGO Trilicum sativum Lam.
TUBEROSA Begonia tuberosa
UAUHZONTLE O
QUELITE MAZORCA Chenapodium nuttaiiae Saff.
VARA DE SAN JOSE Althaea rosea
VIOLETA Viola odorata L.
YERBABUENA Mentha sativa L.
ZANAHORIA Daucus carota
243
DISTRIBUCION Y DESTINO DE LAS CHINAMPAS DE LA CUENCA DE MEXICO
Frijoles (delgado, para grano y ejote; y grueso e ayecote, Ya oo se cultivan en las chinampas, excepto el ejotero
para grano) ,,
251
LAS CHINAMPAS MEXICANAS*
INTRODUCCIÓN
Los problemas relacionados con la producción de alimen.tos en el
mundo ocupa la atención de muchos científicos y organizaciones
nacionales e internacionales. Hay diferentes formas de ver estos
problemas y de hecho existen paradojas difíciles de entender, tal es el caso
de la sobréproducción de alimentos en algunos países en los que, incluso,
se tiene que ~ubsidiar a los agricultores para que no produzcan más
alimentos, en contraste con otros países que tienen que recurrir a la ayuda
internacional para obtener los alimentos mínimos, -que requiere de emer-
gencia su población, ante la inminente inanición de sectores importantes
de ésta.
Sólo unos cuantos países son autosuficientes en sus alimentos básicos.
El resto, que incluye a todos los países en desarrollo, tiene que comprar
parte de sus alimentos. Muchos países podrían ser autosuficientes, pero su
estrategia ha sido la de producir otros alimentos no básicos, pero sí co-
merciales, con los que, teóricamente, pueden obtener las divisas
necesarias para comprar los alimentos básicos.
• Pensamiento lberoan,erieano, 1987. 12:201-21S. (N. de .Comp.J.
Desafortunadamente existen muchos países en desarrollo en los que
sus necesidades alimenticias han rebasado su capacidad de compra y,
aparentemente, también su capacidad de producir sus propios alimentos.
Las razones por las que se ha llegado a este extremo son varias y están
relacionadas con un subdesarrollo educativo a todos los niveles que ha im-
pedido un equilibrado desarrollo económico que permita tener los recur-
sos para adquirir los alimentos. Lastimosamente, muchos de estos países
se han alejado también del objetivo de la autosuficiencia alimentaria
(Barkin y Suáre7~ 1985), dedicando buenas tierras agrícolas a la ganadería
o a la producción de alimentos no básicos.
En adición a toda esta dramática situación por la que atraviesan
muchos países tropicales está el crecimiento poblacional, que en algunos
países ha llegado a sus límites. Por otro lado tenemos también el creciente
incremento del consumo per cápita en proteína de origen animal por sec-
tores privilegiados de los grandes centros urbanos. La combinación de
estos factores ejerce una presión sin precedentes sobre el medio ambiente
y sus recursos naturales. Se han sobrepasado en muchas instancias los
límites de la capacidad de carga humana del ambiente (Catton, 1987),
produciendo una aguda degradación ecológica (empobrecimiento
biológico, contaminación, deforestación, erosión y sobrepastoreo), tal
como lo expresa el reciente informe de las Naciones Un.idas (Brundtland,
1986).
En contraste con estas situaciones de emergencia que existen en al-
gunos países tropicales hay algunos otros que, aparentemente, no tienen
una aguda presión poblacional, ni escasez de tierras agrícolas, en los que
la educación ha hecho avances notables en todas las áreas, y, sin embargo,
en ellos se manifiestan muchos de los problemas antes mencionados: falta
de autosuficiencia en a.limentos básicos, falta de recursos económicos para
comprar los alimentos y otros productos necesarios, que conllevan al en-
deudamiento creciente del exterior y a la degradación del ambiente por
presión de ciertos grupos de población forzados a resolver su subsistencia.
El trópico de México es un buen ejemplo de esta situación. La mayor
parte de las selvas mexicanas han sido taladas en los últimos treinta años
con el pretexto de abrir tierras al cultivo para satisfacer las demandas
alimenticias de una creciente población (Halffter, 1983). Desde hace al-
gunos años varios investigadores mexicanos han venido cuestionando la
validez de todos los argumentos usados para justificar la apertura de la
254
"frontera agrícola" en el trópico mexicano (Gómez-Pompa et al., 1976;
Toledo, 1984; Gómez-Pompa. 1987a).
255
Esta densidad de población sólo puede explicarse por la presencia de
sistemas muy eficientes de producción de alimentos. Dado el interés mun-
dial por la alimentación de los países en desarrollo y los frecuentes
fracasos de programas agrícolas industriales en el trópico, nos parece im-
portante asomarnos al pasado y tratar de entender los sistemas de subsis-
tencia que han permitido sobrevivir a muchas culturas, incluso con gran
esplendor.
Recientemente se han venido descubriendo varios de los sistemas de
subsistencia disponibles en los antiguos mayas (Harrison y Turner, 1978;
Flanery, 1982; Gómez-Pompa y Golley, 1981) que podrían encerrar al-
gunas respuestas a los problemas actuales de los países tropicales.
256
LAS CHINAMPAS
257
chinampas de tierra adentro (Palerm y Wolf, 1972). No existe información
precisa de las distintas formas que se usaron en el pasado para construir
las chinampas; sin embargo, descripciones de las posibles técnicas de su
construcción se pueden encontrar en Santamaría (1912), West y Armillas
(1950) Sanders (1957), entre otros.
El suelo
La clasificación de suelos en la zona chinampcra de acuerdo al sistema
USDA, r.aproximación, da como tipo general los de Fluvaquentic
Humaquept, y el sistema FAO modificado por DETENAL los clasifica
como pertenecientes a la subunidad Gleysol Eútrico (Calderón, 1983).
Estos suelos son ricos en materia orgánica y humus, los elementos esen-
ciales se encuentran en niveles altos y su textura es humo limoso. Lo más
notable es que estos suelos son antropógenos.
El mantenimiento de la fertilidad con el uso continuo de los suelos
proviene de ingresos constantes de materia orgánica en forma de residuos
no aprovechables de los cultivos mismos, la incorporación de plantas
acuáticas, excrementos de animales, agua-lodo, compostas preparadas
principalmente con malezas y la rotación de cultivos. Debido a los fer-
tilizantes utilizados el suelo de las chinampas no ha sido modificado
drásticamente; son muy parecidos a los suelos de los pantanos,
mostrándonos un brillante ejemplo de cómo manipular procesos naturales
con fines antropocéntricos (Wilken, 1979).
Los especialistas en suelos han tenido poco interés en estas zonas a
pesar de su ímportanci~ agrícola. Muy poca información existe acerca de
los suelos chinamperos, por lo que es muy difícil establecer los cambios
que éstos han sufrido. El único cambio bien claro es el aumento en la
258
salinidad de estos suelos debido a la lenta descomposición de los fel-
despatos sódicos y potásicos que abundan en las montañas que rodean al
Valle de México (Alatore, 1978), al agua (Méndez y Alfaro, 1982) y al re-
ciente uso de algunos fertilizantes químicos.
El agua
• Ch1.auhcla
• Huoo1h
• Cou hc~n
, ...·
... ......1......,•:·...
,.)
•,;•~:
;
;
\
"\-~·-.··,
.. -~·•.:.:::····
.•. : .... ,
fh• . .
o
' 'º 11
260
medicinas y como forraje (Lot y Miranda, 1983; Lot et al., 1979). Debido a
los cambios en la calidad del agua, actualmente las hidrófilas únicamente
se utilizan como fertilizantes y el abandono de la actividad agrícola
provoca que en algunas ocasiones las plantas acuáticas causen problemas
obstruyendo los canales y dificultando el transporte. Este problema ha
sido resuelto a través del uso de una máquina, perteneciente al gobierno,
que se dedica a limpiar los principales canales de los pueblos
chinamperos.
Hasta aquí parece ser el sistema muy eficiente, sin embargo el talón de
Aquiles de la agricultura chinampera ha sido la comercialización de los
productos, ya que, desafortunadamente, los chinamperos son
264
completamente dependientes de los intermediarios, quienes controlan la
oferta de los productos en los principales mercados.
La cultura
Si las chinampas han funcionado desde la época prehispánica se debe
a que los chinamperos han actuado como controladores internos de este
sistema, respondiendo y haciendo los cambios necesarios acordes a las
condiciones y necesidades locales. Los chinamperos han propiciado el
reciclaje de materiales e incrementado la eficiencia energética del sistema.
La posesión de una cbinampa significa seguridad y subsistencia para
los chinamperos, de aquí nace la preocupación de cómo conservarla y si es
posible mejorarla para legarla en mejores condiciones a las futuras
generaciones. La familia ha sido el nivel fundamental de la organización
social desde épocas prehispánicas (Cline, 1986). El sistema está basado en
las tradiciones familiares, que influyen en la toma de decisiones, por lo
que los cultivos que se plantan varían de una familia a otra. Tanto la
familia como su organización social han jugado un papel importante en el
funcionamiento del sistema, por lo que esta organización debe con-
siderarse en cualquier proyecto relacionado con las chinampas (Jiménez-
Osornio y del Amo, 1986).
La organización de los pueblos chinamperos está basada en los an-
tiguos "calpullis", los cuales eran comunidades de personas ligadas por la
sangre. No había propiedad privada porque ésta pertenecía al "calpulli", y
la familia q ue cultivaba un terreno tenía derecho a usar los productos y a
pasar su parcela a sus familiares, pero aquel que sin causa justificada
dejaba de labrar la tierra durante dos años consecutivos perdía todo el
derecho sobre eUa (F1oresca.no, 1986). Actualmente las chinampas son
propiedad privada y los pueblos cbinamperos están organizados en ba-
rrios y rodeando a los barrios se encuentran las chinampas.
CONCLUSIONES
La mayor densidad de población en el pasado se logró gracias a sis-
temas intensivos de cultivo tipo cbinampa. Estos sistemas pueden
producir abundantes alimentos en pequeñas superficies. Para lograr esta
alta producción se requiere un conocimiento preciso de las técnicas
adecuadas para las especies seleccionadas, conocimientos de los sistemas
de cultivo y, especialmente, un buen control de algunas variables ambien-
tales (agua, suelo). Este tipo de agriculura requiere una calidad de mano
de obra muy especializada y, más aún, una mano de obra dispusta a
trabajar intensivamente todo el año.
Es este último punto la clave para entender por qué no se producen
alimentos en esta forma en el trópico. El campesino tiene que tomar una
decisión sobre los sistemas de cultivo que empleará para producir sus
alimentos, la imposición de cualquier tecnología no ha dado buenos
resultados. Generalmente se sigue la ley de tratar de obtener "lo máximo
con el mínimo esfuerzo". Pero quizá más aún: "lo máximo para su
subsistencia y comercialización fácil con el mínimo esfuerzo".
lQué sentido tiene para un campesino trabajar intensamente en 500
2
m para producir hortalizas que no podrá comercializar ni almacenar para
su uso futuro, si en cambio puede sembrar 1-2 hectáreas de
maíz-frijol-calabaza en el sistema de roza-tumba-quema, que sí le provee
de alimentos para todo el año y excedentes para el mercado o para
267
engordar animales? Los campesinos utilizan sistemas intensivos en
pequeña escala en sus huertos familiares con fines principalmente de
autosubsistencia, ellos saben bien los problemas de la comercialización de
productos hortícolas lejos de los grandes centros urbanos.
269
,. : r. ¡¡ :t; . l ,.. . ~I . ,; - ..
' .' '}.,ff'•1 .•
'
t ~L-... ~...
'
.,, ·}·.
'.
;•. j,
'
' .., ' .. ... 1 , ...
,. _; :_,,un
.. l).f ')ii:
'. • • 1' .
' . .... '
' --
-
_:_n
..' ,. .,._
: O:. - e> •. J • tK,. !!pe, . ;J -:: • 1
,c."•• '11,--,
, •• i .. .. '
/ .
•• - t ,
'
•• t. • 1_.:
-~---~ ,. '
t- J • :::
:,, .
,.
.'. ·' '
••
EL PAPEL DE lA AGRICULTURA CHINAM PERA EN EL
ABASTECIMIENTO DE ALIMENTOS DE lA
TENOCHTITlAN AZTECA*
Jeffrey R. Parsons
Introducción
' Nuestro trabajo de campo durante 1969 y 1972 fue apoyado por la Fundación Nacional de
Ciencia (Grant GS-31911) y por la Fundación Ford.
Publicado originalmente en: Cultural change and contlnuUy. Essays in honor of James
Bcnctt Griffin, Nueva York, Academic Prcss, 1976; pp. 233-262. Traducción de Rosario
Vá1.qucz.
tensifique particularmente la producción de alimentos en las áreas
cercanas a los centros de consumo primarios.
FASES FASES
CRONOWGIA ABSOLIJfA
Griffin y Espejo (1947) 1N A H
llatclolco Azteca IV
1520
Tcnochlitlan Azteca 111
1400
Tenayuca Azteca JI
Culhuacan Azteca 1
1200 d.C.
273
,-
,.. ,, ~- I' I'
('- /'
r
" I'
,.. r ,.
" "
Lago
r
r r Zumpango ,,.. I ' Á,
r r _..,X')loca /\ ,,..
1..
r
,- ,,..,.. "
,.._
/\ / ' ,,.. /"
/'
,,..
t- r \
/' /'
,,., ,A
,. Texcoco '"
·'
Texcoco
A " ,\
,...
",... /\
I\
.,
"
" " ,,
I\
" \ /\
/\
I'
/\
/\ " ,,..A,..
/\
"" "
,,..
,
,,
,.... /.,'
-~'
/'
,.. /\
/\
,
,'\ "
...
A. A.
kiláne \:.ros A ""
• ••
,\
"
" 1
~
"' "
274
"dueños" de las Lierras• en sus residencias de Tenochtitlan. Los reinados
de Itzcoatl (1426-1440 d.C) y de Moctezuma Ilhu icamina (1440-1467 d.C.)
fueron, según todas las indicaciones, el principal período en que se inició y
llevó a cabo la conquista en gran escala, la reclamación de la tierra y la
construcción de chinampas (Calnek: 4-5).
El objetivo de este capítulo es considerar el papel de la agricullura
chinampera en el abastecimiento de alimenlos de Tenochtitlan, a la luz de
nuestra recienle invesligación arqueológica del lecho lacustre de Chalco-
Xochimilco (Parsons, 1973). Este trabajo, junto con estudios anteriores de
Sanders (1957) y de Armillas (1971) sobre partes de la misma área, com-
plementan la investigación de arch.ivo de Calnek. Armillas (1971: 660) ha
proporcionado una estimación del área total cubierta por parcelas
chinamperas en el lecho lacustre de Chalco-Xochimilco en determinado
momento, y sus investigaciones iniciales sugieren que la primera
construcción y utilización de dichas parcelas ocurrió entre 1400 y 1600
d.C.
Los estudios etnográficos de Sanders sobre la productividad
chinampera contemporánea proporcionan una base para inferir la
capacidad total alcanzada por el sistema chinampero preh.ispánico.
Nuestras minuciosas investigaciones de superficie hacen posible estimar la
población total del distrito chinampero en varios puntos en el período
prehispánico, así como para inferir ciertos aspectos de la organización del
cultivo chinampero. En lo que resta de este capítulo intentaré integrar
estas diferentes líneas de evidencia con objeto de desarrollar un modelo
más completo del papel que desempeñó el cultivo chinampero en el
abastecimiento de alimentos de Tenochtitlan durante el último siglo antes
de la conquista española. Las principales tareas serán hacer una
estimación de la capacidad productiva excedente del distrito chinampero
de Cbalco-Xocbimilco durante este período e inferir la disposición de este
excedente.
'1:75
por construcciones modernas (ver Parsons 1971a: 16-21, Parsons, 1974:
84-87 para discusiones sobre la metodología de la investigación). A pesar
de su profunda cubierta de suelo aluvial, el lecho lacustre de Chalco-Xo-
chimilco parece haber tenido muy poca deposición de suelo en los últimos
3000 años. Las ocupaciones del período Formativo temprano (alrededor
de 1200-800 a.C.), y del Formativo medio (alrededor de 800-500 a.C) y del
Formativo tardío (alrededor de 500-200 a.C.) pueden encontrarse
relativamente intactas cerca y en la superficie del suelo a~ual en unas
pocas localidades (Parsons 1973; Armillas 1971; Tolstoy 1972). En toda el
área se encuentran montículos de casas del Postclásico tardío, en bastante
buena condición, asomando hasta la superficie del terreno. Más al norte,
en la esquina sureste del Lago de Texcoco, se han encontrado
recientemente restos intactos in situ de un enorme mamut, en la superficie
moderna de suelo (Mirabell 1972). La abundancia de rastros de ocu-
paciones antiguas en la superficie moderna del antiguo lecho del lago ín-
dica que una investigación sistemática, profunda, como la nuestra, puede
producir una reconstrucción bastante complet,i del asentamiento
prehistórico.
276
.. . -~··-<~.~:: :---
: ......
:- ti..◄- '
'"(~
, .
k 11(-crct.ros
...
Limile del arca de investigación
\
7 ..~ . \,
Linea aproximada de Isa ribera
., r
,, \
Ocupación moderna •• l f .·.. ' r
Ocupación Azteca 111-IV • • ' f , • • I "
Chinampas modernas Fl~ura 2_0: Asentan¡Íenlo Azt«a 111-IV, sur dtl Voll• d; ·M ~xko'
Chalco (Figuras 20 y 21). Existen varias poblaciones de importancia
dentro o alrededor del lecho lacustre que ocupan los mismos
emplazamientos que los centros del Postclásico tardío en: Xochimilco,
Tlahuac (Cuitlahuac), Mixquic, Culhuacan y Chalco. Hay grandes ex-
tensiones de chinampas modernas en Xochimilco, M_ixquic y Tlahuac,
donde no fue posible llevar a cabo un reconocimiento sistemático (Figuras
20 y 21 ). El control arqueológico de los asentamientos en la ribera del
lago, las zonas chinamperas actuales, y los centros urbanos en y alrededor
del lago Chalco-Xochimilco es, por lo tanto, algo deficiente. Así, para una
estimación adecuada de la población en el Postclásico tardío en estas par-
tes del área de investigación, debemos apoyarnos en fuentes
etnohistóricas.
. b
( ' ) <.
) ' ' S'.\'0~
es SS\,, ' ', \ S't '> sS\ SSSSSS\'S~
cssss" ·), sc. sssss, ssssssss~
281
Para los 148 sitios peq ueños en el lecho - lacustre de Chalco-
Xocbimilco, calculamos una población total de 3 670 (Cuadro 2) en
Azteca TU-IV; para tomar en cuenta los sitios de este tipo que
probablemente permanecen ocultos p-0r ocupaciones modernas, se podría
añadir un 15%. Esto hace que la pobl.ación total Azteca III- IV del lecho
lacustre, que residía en pcq ueños sitios esparcidos, llegue a 4,220. A esta
cifra deben añadirse aquellos habitantes de los centros de población más
grandes en el lecho y en las orillas del lago, que probablemente eran
dependientes de los cultivos chinamperos para la mayor parte de su
subsistencia (Cuadro 3), incluyendo la totalidad de las poblaciones de
Xochimilco, Tláhuac, Xico y Mixquic -estos centros sólo tienen acceso
limitado a tierra no chinampera. Po r otro lado, tanto Chalco como
Culbuacan tienen acceso directo a áreas de tierra no chinampera.
Podríamos calcular que la mitad de Culhuacán y una quinta parte de la
población de Chalco debió depender, primeramente, de los cultivos
chinamperos. Hemos añadido otro 20% (Cuadro 3) para tomar en cuenta
a los residentes de las comunidades más pequeñas de las orillas del lago
que puedan haber quedado sin identificar arqueológicamente debido a
asentamientos modernos, y a que hayan sido también dependientes, en
cierto grado, de los cultivos chinamperos.
282
Cuadro 3. Estimación de población para los centros Azteca 11-IV en y
alrededor del lago Chalco-Xochimilco
283
por hectárea y una cifra de 9 500 ha de tierra chinampera cultivable, el
total de la capacidad de abastecimiento de la zona chinampera del lago
Chalco-Xochimilco en los inicios del siglo XVI sería de 140 000 a 190 000
habitantes. De la misma manera, podemos hacer una aproximación del
rendimiento anual promedio por hectárea de chinampas cultivadas
equivalente a 2 400-3 200 kilogramos de maíz (con un nivel de subsistencia
de 160 kilogramos por persona por año). Esta estimación de la
p~oductividad promedio no parece exagerada en vista de las
observaciones de Sanders (1957: 84-85) en el sentido de que algunas
chinampas modernas operadas comercialmente son capaces de producir
hasta 4 000 kilogramos de maíz al año. Para simplificar nuestros cálculos,
supondré una producción anual promedio de 3 000 kilogramos de maíz
por hectárea de tierra chinampera. De lo anterior se deduce que la
totalidad de las chinampas cultivadas habría sido capaz de una
producción máxima anual de 28 500 000 kilogramos de grano.
Al calcular la productividad y la capacidad de carga del distrito
chinampero Chalco-Xochimilco, debería considerarse, por lo menos, dos
factores más: (1) los requerimientos nutrimentales y (2) los
requerimientos laborales para el cultivo chinampero. Mientras que 160
kilogramos de maíz por año pueden cubrir en su mayor parte las
necesidades básicas de una persona promedio, algunos otros nutrimentos
esenciales deben provenir de otras fuentes. Con el riesgo de incurrir en
una excesiva simplificación, supondremos que las necesidades
nutrimentales de un individuo promedio pueden cubrirse con el
equivalente a 200 kilogramos de maíz por año (esto arroja un excedente
anual de 40 kilogramos de maíz por persona, que se pueden sustituir por
otros artículos; o, visto desde otro ángulo, la producción de otros
alimentos en una tierra que, si fuera sembrada con maíz, produciría 40
kilogramos al año).
Para ser más realistas, claro está, deberíamos considerar las
necesidades de un individuo promedio y proceder a calcular la
productividad de cada uno de los principales renglones alimenticios. En la
práctica, esto es virtualmente imposible, ya que no estamos en posibilidad
de obtener datos sobre la productividad sistemática de cultivo alguno,
excepto el maíz. Aunque podemos calcular la productividad de una
chinampa en términos de maíz, esto no significa que el maíz haya sido la
ünica siembra que se realizaba en las cbinampas. Esperamos estar más o
menos en lo cierto al suponer que la tierra y el trabajo empleados en la
pr~ucción anual de 200 kilogramos de maíz abastecerían las necesidades
totales de subsistencia de un individuo promedio durante el período
Azteca IlI-lV.
284
En todas las descripciones detalladas del cultivo chinampero moderno
(Sanders 1957; West y Armillas 1950) se hace hincapié en la intensidad del
trabajo que dicho cultivo implica. Para mantener altos niveles de pro-
ductividad debe realizarse un continuo e intenso trabajo manual durante
todo el ciclo -por ejemplo, riego, fertilización, preparación del sucio, es-
carda, trasplante. El mantenimiento de la fertilidad a largo plazo requiere
también de una cuidadosa rotación de cultivos. Sanders (1957:89) ha
señalado, en particular, la importancia de una rotación sistemática de
maíz con chile y tomate en los cultivos chinamperos de principios del siglo
XX; también pone énfasis en el conocimiento minucioso que, para ser exi-
tosa, requiere una siembra chinampera en lo que se refiere a las
secuencias y rotaciones de los cultivos. Sólo mediante estas técnicas y un
trabajo intensivo se puede mantener una alta producción continua en la
tierra chinampera con muy poco o nada de barbecho o descanso.
285
durante el Azteca m -IV (Cuadro 4). Si cada uno de ellos consumía el
equivalente a 200 kilogramos de maíz al año, esta población requería del
equivalente a 7 324 000 kilogramos de maíz por año. Con una producción
anual promedio equivalente a 3 000 kilogramos de maíz por hectárea de
tierra chinampcra, todo este grano se pudo haber producido en una
superficie de 2 440 hectáreas. Estas cifras representan posibles es-
timaciones de los requerimientos alimentarios mínimos de la población
resideote e11 el lecho lacustre durante el Azteca Ill-IY, pues no se toma en
cuenta ninguna actividad distinta a la de subsistencia que tuviera que ser
garantizada, en su mayoría, con producción agrícola local,
particularmente en el caso de los centros más grandes -por ejemplo, al-
macenaje de excedentes, como una previsión en caso de cosechas pobres,
pago de tributos a niveles más altos a1 estado azteca y la participación en
las redes de intercambio regional.
Parece razonable que sólo se consideren los centros más grandes al es-
timar la cantidad de tierra chinampera necesaria para garantizar más allá
de la mera subsistencia, las necesidades de la población residente en la
zona cbinampcra de Azteca 111-IV. Las necesidades de la población rural
dispersa parecen haber sido tan reducidas como para ser desestimadas en
nuestros cálculos globales. Como primer paso, añadiremos otro 20% a la
estimación de las necesidades de los 32 400 habitantes residentes en los
centros más grandes del lecho lacustre, que dependían de los cultivos
chinamperos para su subsistencia. Esto agrega 6 400 personas (ó 430 ha
con una productividad equivalente a 300 kilogramos de maíz por año) y
eleva las necesidades totales de la población Azteca lll-IV del lecho
lacustre a una capacidad productiva de 2 870 ha de tierra chinampera
cultivada (2 440 más 430; Cuadro 4).
181
una proporción irrazonable, pero presupone la participación a tiempo
completo en el cultivo chinampero de los trabajadores más eficientes
residentes en el lecho lacustre de Chalco-Xochimilco en los tiempos
Azteca ill-IV.
Un modelo de producción de alimentos del Postclásico tardío en la zona
chinampera
Antes de desarrollar el modelo, presentaré sus puntos principales de
forma sumaria.
288
residentes (equivalente a cerca de 2 535 toneladas de maíz) era apropiada
como. "renta" por los funcionarios del estado en Tenochtitlan. (2)
Aproximadamente 800 toneladas de grano eran obtenidas cada año como
tributo de los cultivadores chinamperos no terrazgueros que residían en
grandes comunidades nucleadas. (3) Estos mismos cultivadores no
terrazgueros producían anualmente el equivalente a otras 16 555
toneladas de maíz que eran absorbidas por Tenochtitlan mediante el
sistema de mercado.
Durante el último siglo prehispánico, el cultivo chinampero estuvo
íntimamente ligado al gran sistema de control de agua construido,
mantenido y manejado por el Estado azteca ( cuyo principal foco estaba en
Tenochtitlan). Esto significaba una creciente medida de dependencia
hacia Tenochtitlan para las antiguas comunidades chinamperas del lago
Chalco-Xochimilco. Tal dependencia puede haber sido un elemento
importante en el nuevo nivel de dominación política alcanzado por
Tenochtitlan durante el siglo XV y principios del XVI.
289
asentamiento Azteca 111-IV en el resto del lecho lacustre es muy diferente
al de su antecesor Azteca 1-11, y sugiere sistemas de explotación diferentes
en los dos períodos. El contraste principal radica en: (1) las dimensiones
de los centros de población nucleados establecidos sobre las islas
naturales y artificiales en los tiempos Azteca 1-11 que continuaron siendo
ocupadas hasta el período Azteca 111-I V, y (2) el patión de pequeños
grupos de casas de Azteca 111-IV y residencias individuales disnersas en el
principal Jecho lacustre. Como Armillas (1971) ha observado, la
uniformidad de conjunto en el tamaño y orientación de las chinampas en
todo el lecho lacustre de Chalco-Xochimilco es indicativo de un masivo y
planificado esfuerzo de construcción, realizado en un período bastante
corlo. De igual manera, la compleja tecnología para controlar los niveles
críticos de agua a lo largo de la enorme zona chinampera, requería de una
considerable habilidad ingenieril, así como de una operación de conjunto
y planificada (Palerm 1955; Blanton 1972b). Ciertamente, la construcción
y administración de las chinampas durante los tiempos Azteca ill-lV se
caracteriza por haberse realizado en gran escala y bajo la dirección del
Estado. Los estudios etnohistóricos de Calnek (en prensa) fortalecen esta
hipótesis.
KILOGRAMOS
A. Requerimientos de subsistencia anuales de Tenochtillan
a. Población de 150 000 30000000
b. Población de 200 000 40000000
B. Excedente total anual máximo de las chinampas (6 630 ha x 3 000 19 b,x) 000
kilogram06 / ha)
0
292
el momento de la conquista española. Molins calcula una cifra anual de
19 000 toneladas (86 trojes) de maíz, frijoles, chía y huauhtli. Caloek
sugiere que, aunque esta cifra pueda parecer un poco elevada,
probablemente no era menor a unas 15 000 toneladas. Usaremos la cifra
de 16 000 toneladas para nuestros cálculos. Este tributo en granos
provenía de un área mucho más extensa que el distrito chioampero de
Chalco- Xochimilco. Sin embargo, usando los mapas y esquemas de
distribución de Molios y Barlow, se puede estimar toscamente la
proporción del tributo total de grano que provenía de la zona chioampera.
El mapa de Barlow (1949) parece indicar que la provincia tributaria de
Petlatalco se asemeja a la zona del lecho lacustre de Chalco- Xochimilco
con una ligera extensión hacia el norte. Usaremos el tributo en alimentos
de Petlatalco para estimar el tributo en alimentos pagado por el distrito
chinampero a Tenochtitlan. Según los datos del Códice Mendoza del siglo
XVI, el tributo total anual de granos de Teoochtitlan llegaba a 86 000
trojes, de las cuales una 4 trojes (alrededor del 5%) provenían de la
provincia tributaria de Petlatalco. Si 86 trojes son equivalentes a unas
16 000 toneladas, entonces el tributo de alimentos anual de la zona
chinampera Chalco-Xochimilco, debió haber sido aproximadamente de
800 toneladas (5% de 16 000). Si podemos suponer que, en términos de
sus requerimientos de trabajo y tierra, las toneladas de maíz son
equivalentes a toneladas de maíz, chía y huauhtli, entonces el excedente
potencial anual chinampero, sin tomar en cuenta renta o tributos, debió
ser equivalente a unas 16 555 toneladas de maíz (Cuadro 5).
Para resumir, calculamos que el distrito chinampero proveía a
Tenochtitlan el equivalente de 3 335 toneladas de maíz anualmente en
forma de renta y tributo (2 535 toneladas como renta y 800 como tributo).
Para abastecer las necesidades de subsistencia de Tenochtitlan, tenían aún
que ser generadas de 26 665 a 36 665 toneladas adicionales por año (de un
total de necesidades de subsistencia equivalentes a 30 000-40 000
toneladas de maíz para una población de 150 000-200 000 personas). A
partir de esto, estimamos que alrededor de 15 200 toneladas de alimentos
(16 000 menos 800) eran obtenidas anualmente de las provincias
tributarias fuera del distrito chinampero de Cha.lco-Xochimilco. Esto
significa que entre 11 465 y 21 465 toneladas de alimentos (calculadas al
restar 15 200 de 26 665 y 36 665) deben haberse abastecido cada año a
través de mecanismos diferentes a los de renta y tributo -esto es, el sistema
de mercado (Cuadro 5).
293
El excedente potencial anual de la zona chinampera Chalco-
Xochimilco (aparle de rentas, tributos y necesidades locales), equivalente
a unas 16 555 toneladas de maíz (Cuadro 5), pudo por tanto haber
cubierto todas, o la mayor parte, de las necesidades de subsistencia
restantes de Tenochtitlan (Cuadro 5). Con una población urbana de
150 000, debió haber un excedente potencial equivalente a alrededor de
5 090 toneladas de maíz (16 555 menos 11 465) disponibles cada año para
necesidades del Estado azteca diferentes a las de mera subsistencia (tales
como almacenaje, comercio a larga distancia, operaciones militares,
niveles de vida más altos para ciertos est ratos elitistas, y demás). Con una
población urbana de 200 000, se hubieran requerido un mínimo de
alrededor de 4 910 toneladas de grano (21 465 menos 16 555) de fuentes
fuera de la zona chinampera para abastecer las necesidades de
subsistencia de Tenochtitlan (Cuadro 5). Las rentas de las propiedades en
otras partes del Valle de México (Calnek), íuera de la zona chinampera,
probablemente pudieran haber provisto estos productos adicionales. Por
el momento, no tenemos manera de estimar la cantidad de alimentos
potencialmente disponibles por Tenochtillan de esta última fuente.
El Cuadro 5 resume los complejos cálculos numéricos relativos a la
distribución de los excedentes chinampcros. Estas cifras sugieren que
sería razonable pensar en una población para Tenochlitlan de 150 000 o
poco más, en términos de la capacidad productiva del Valle de México y
de las desconocidas necesidades de productos agrícolas del Estado
azteca, pero necesarias para poder garant izar una variedad de actividades
diferentes a las de subsistencia. Una población cercana a 200 000
habitantes, pudo también haberse mantenido, pero habría ejercido
tensiones más severas sobre la capacidad de Tenochtitlan de
autoalimentarse.
Estamos convencidos de que todos, o la mayor parle, de los alimentos
que entraban a Tenochtitlan cada año a través del sistema de mercado
(equivalentes a alrededor de 16 555 toneladas de maíz; Cuadro 5) deben
haber provenido del distrito chinampero de Chalco- Xochimilco. Aunque
por ahora no podemos demostrarlo, dudamos que algún excedente de
alimentos adicional para el abastecimiento de Tenochtitlan haya podido
ser generado en otro lugar en el Valle de México fuera de la zona
chinampera. La capacidad excedente de la mayor parte del resto del Valle
está probablemente representada por los muchos cient os de toneladas de
alimentos obtenidos anualmente por Tenochtitlan como tributo de fuera
del área chinampera. Barlow (1949) y Molins Fábrcga (1954-1955) han
294
demostrado que una gran proporción de este tributo total de alimentos
provenía del Valie de México. A tal tributo debe añadirse la re nta
proveniente de las propiedades estatales fuera del área chinampera que,
como Calnek (en prensa) reporta, estaban diseminadas a lo largo del
Valle de México. La existencia de numerosas y grandes concentraciones
de población nucleada en otros lugares del Valle, habría creado grandes
demanda~ de alimentos casi en todas partes. Con su relativamente baja
población residente y alto potencial productivo, el distrito chinampero de
Chalco-Xochimilco sería la única área mayor en todo el Valle de México
capaz de producir un excedente suficiente de alimentos para uso de
Tenochtitlan en los tiempos Azteca IH-IV. Además, como Armillas (1971)
lo ha apuntado, el distrito chinampero era la única área agrícola rica en el
Valle de México, cuya productividad toial e ra directamente accesible a la
población urbana de Tenochtitlan por transporte acuático; literalmente,
cada parcela estaba sobre un canal navegable. Este hecho es
particularmente importante en vista del desarrollo tan limitado del
transporte terrestre en los tiempos prehispánicos.
Como Sanders (1952, 1956) y Calnek (1972 han afirmado, la
adquisición de una proporción tan grande de su abasto a través de una
estructura de mercado habría requerido un alto grado de especialización
en oficios complementarios entre la población urbana de Teaochtitlan.
Coa tal grado de especialización ocupacional complementaria -esto es, el
cultivo chinampero intensivo por parte de los residentes del lago
Chalco-Xochimilco, y las actividades artesanales por parte de la población
urbana de Te nochtitlan- una población urbana de hasta 200 000 personas
pudo mantenerse por medio de los mecanismos de renta-tributo-mercado
esbozados anteriormente.
Finalmente, hay otro aspecto del cultivo ch in ampero que debie ra
desarrollarse aquí brevemente. La mayor parte de la tie rra chinampera,
incluyendo la utilizada por los cultivadores no te rrazgue ros, había sido
creada por los proyectos de drenaje a gran escala llevados a cabo por el
Estado azteca en el siglo XV. Además, la continua operación y
mantenimiento de todo el sistema chinampero era posible sólo por medio
de un sistema imponente de represas, compuertas, y canales que
regulaban el nivel del agua dentro de límites estrechos a través de todo el
lecho lacustre de Chalco-Xochimilco (por ejemplo, Blanton 1972b:
172-173; Palerm 1955: 36- 38). Este delicado sistema de control de agua
era tan grande, complejo e interconectado, que casi con toda seguridad
podemos decir era manejado directamente por el Estado azteca.
-
?9º
:,
Si esta aseveración es válida, entonces está implícita una cierta relación
entre los agricultores chinamperos y el Estado azteca. Hemos
argumentado que el excedente de producción de la agricultura
chinampera (equivalente a unas 16 555 toneladas de maíz anualmente) era
intercambiado en el mercado por una amplia variedad de productos
artesanales necesarios. Dada la crítica importancia de la presencia del
Estado en la operación de las chinampas, la intensidad aparente de su
cultivo puede reflejar la preocupación del Estado azteca por asegurar una
base de subsistencia adecuada para su principal centro urbano. D ebido a
la complejidad del sistema de control de agua, y a que la mayor parte del
cultivo chinampero de los siglos XV y XVI no podía funcionar sin la
administración directa del Estado, es muy probable que el Estado haya
dictado directivas relativas a la productividad y destino del producto, con
razonable seguridad de que éstas fueran cumplidas. La relativamente baja
población Azteca 111-IV de la rica zona chinampera de
Chalco-Xochimilco puede haber sido una manifestación de la
preocupación del Estado azteca por reservar el grueso de la producción
chinaropera para las necesidades de la comunidad · urbana de
Tenochtitlan. Específicamente, los extremos de crecimiento de población
regional que se observan en otras áreas del Valle de México (Parsons
1971a; Sanders 1965, 1971) pueden haber estado deliberadamente
prohibidos dentro del distrito chinampero, cuya producción excedente e ra
tan esencial para el abastecimiento de alimentos de Tenochtitlan.
Sumario y conclusiones
299
hacía en este mismo renglón el distrito chinampero de Tenochtitlao a
Tenochtitlao. Francamente, esto es enigmático. Sin embargo, cantidad tan
baja probablemente indica que, para la zona chinampera por lo menos, el
abastecimiento de alimentos adquiridos por medio de renta o comercio no
fue listado en el Códice Mendoza.
Nuestro modelo impone una grao carga sobre el mercado en la
organización del abastecimiento de alimentos en Tenochtitlao.
Desafortunadamente, nuestra comprensión del mercado azteca como una
institución de redistribución permanece muy deficiente. No sabemos de
avances significativos en el estudio del mercado azteca desde los trabajos
de Katz (1966) y de Sanders (1956). Cualquier aporte adicional a nuestro
conocimiento del abastecimiento de alimentos de Tenochtitlao, requerirá
también de un estudio renovado de su sistema de mercado.
Reconocimientos
300
LA TECNOLOGIA INDIGENA DE CONSTRUCCION DE
CHINAMPAS EN LA CUENCA DE MEXICO
•
302
poütico mayor. Considera asurusmo que la expansión del sistema de
chinampas puede relacionarse con un incremento demográfico sustancial,
así como que su alta productividad agrícola aumentó las bases de
subsistencia de las poblaciones locales y proporcionó al menos una parte
importante de las bases para la expansión imperialista azteca. En efecto,
este sistema agrícola intensivo ha sido proveedor de alimentos básicos
muy variados de los grandes centros de población de la cuenca de México,
en especial de la ciudad de México, así como sus canales y áreas de
ciénaga y lagunas lo han sido de productos vegetales y animales silvestres
(Wolf, 1967:79; Gibson 1967:329-330; Alzate 1831, 11:297-298; Rojas 1983).
El área de pantano transformada con chinampas en este período era
de unas doce mil hectáreas, excluyendo islas e incluyendo canales y
posibles lagunetas que ocupaban unas tres mil hectáreas. Si se cuenta
únicamente la tierra cultivable, la extensión era de aproximadamente unos
noventa kilómetros cuadrados (Armillas, 1971:660). Los canales mayores
de servicio usados para drenar la región servían como importantes vías de
navegación. Sanders (1976:135) calcula, en base a datos de campo actuales
respecto a rendimientos y consumo de maíz (en San Gregorio Atlapulco),
que el sistema pudo sostener una población de 171 mil a 200 mil personas,
con un consumo anual de 160 kilogra.mos per cápita.
A partir de la conquista, las obras hidráulicas del estado colonial
español encaminadas a proteger a la ciudad de México (iniciadas en el
siglo XVII) especialmente la apertura de un drenaje artificial,5 y más
tarde del estado nacional para dotarla de agua potable (a partir de 1905
en que se empezó la construcción de] acueducto Xocbimilco-México ),6 así
como las obras de desecación parcial realizadas por los hacendados en los
vasos lacustres desde muy temprano en la época colonial y hasta
principios del siglo XX, cuando menos, provocaron cambios profundos en
la estabilidad de la ciénaga y finalmente trastornos y cambios irreversibles
en la cbinampería. La desecación lograda al drenar, desviar y agotar las
fuentes de alimentación de agua de la región, pusieron fin a la continuidad
del medio lacustre y, como consecuencia, a la de las chinampas.
Durante el siglo XVJI, coincidiendo aproximadamente con el punto
más bajo del descenso demográfico indígena, tuvo lugar el proceso de
abandono extensivo y a gran escala de las chinampas "originales• (aquellas
del sistema modular de los siglos XJV-XVJ). Según los historiadores de la
llamada 'escuela de Berkeley', la población de estas regiones llegó a su
3-03
nivel mfnimn después de la devastadora epidemia de 1576-1581.7 La
reconstrucción posterior de las áreas agrícolas en la ciénaga, paulatina y
siempre parcial, que tuvo lugar durante los siglos XVIII y XIX, se
relaciona tanto con la recuperación demográfica que culminó
aproximadamente en la década de 1900 como con cambios en la tenencia
de la tierra. H ubo ocupaciones legales y usurpaciones ilegales de áreas de
la ciénaga en los siglos XIX y XX, resultado de leyes y reglamentos
expedidos por los gobiernos federales, en especial durante el porfiriato;
así como restituciones y dotaciones de tierras producto de la reforma
agraria de la revolución (iniciadas en 1918).8
304
cultivo y, eventualmente, se usan para sembrar un poco de maíz. En las
chinampas existentes, conservadas en mejores o peores condiciones hasta
el presente y según cuenten con sus canales y conserven su tradicional
forma alargada y angosta, se cultivan cuando menos dos ciclos agrícolas
(escalonados o en sucesión).1 º
La construcción de chinampas, suelo urbano y diques
( ...) todos juntos come1123ron la obra de la Albarrada Vieja, que cieno fue hecho
mui heroico, y de corazones valerosos intentarla, porque iba metida, casi tres
quanos de legua, el agua dentro, y en pane mui hona, y tenia de ancho mas ele
quatro brazas, y de largo mas de tres Leguas. Estacaronla toda mui espesamente,
las cuales Estacas (que eran mui gruesas) ... , siendo las Piedras con que se hizo
todo, de guijas mui grandes, y pesadas ... (Torquemada 1969, 1:157-158).
Tenía entonces esta Ciudad (de México), solas tres entradas, que fueron tres
Calzadas, que para este fin se hicieron ... fueron hechas a mano, de Tierra, y
Ccsoedes, y mui cuajadas de Piedra ... (Torquemada, 1969, 1:292).
306
El único históriador colonial que recogió la versión de que césped y
lodo se colocaban sobre un cimiento, en este caso un cimiento natural
constituido por el "pajonal" previamente quemado, fue fray Agustín de
Vetancurt (c. 1698), quien apuntó: "sobre estos pues cespedes que se
pueden mudar á otros lugares despues de quemado el pajonal hechan del
cieno de la misma laguna, y en él siembran lo que les parece, y se da con
abundancia" (1971:33).12
Tylor, antropólogo inglés que escribió una obra sobre México durante
el siglo XIX, describió la construcción de las parcelas lacustres de un
modo que recuerda el de Vetancurt. Luego de su visita a las del canal de
Mexicaltzingo en 1856, anotó que "se construyen con fan~o amontonado
sobre un cimiento de carrizos y ramas" (Tylor, 1861:62-63). 3
Los ejemplos etnográficos sobre construcción de islas artificiales para
el cultivo en otras partes del mundo pueden ayudar a aclararnos ciertos
aspectos oscuros del caso de la cuenca de México, sobre todo en cuanto a
si hubo o no un cimiento vegetal natural sobre el cual sobreponer las
capas de lodo, tierra y céspedes. En. Nueva Guinea oriental se encuentran
terrenos de cultivo casi idénticos a los de México, verdadera construcción
de suelo y no sólo de drenaje de ¡pantanos. Una magnífica descripción
hecha por la antropóloga M. L. Serpenti (1965: 25-27) nos proporciona
material para comparación, procedente de los habitantes de la isla
Frederick-Hendrik, hoy llamada Kimam.
Los islotes en esa parte del mu:ndo se construyen en las ciénagas de
poca profundidad durante la temporada seca del año, seleccionando los
sitios más bajos posibles para que el trabajo de construcción sea menos
arduo, así como las zonas donde crezca más densamente una planta
leñosa de hojas anchas. El proceso se inicia al recortar esta vegetación
hasta un poco arriba del nivel del agua, en una extensión de unos dos o
tres metros de ancho. Esta vegetación que está arraigada naturalmente en
el fondo de la ciénaga, es el cimienlo de la isleta en construcción y sobre
ella se coloca una capa gruesa de lodo sacado del fondo; con ello también
se ahondan los canales que mantendrán húmedo el terreno. Para mejorar
la composición demasiado arcillosa del suelo y aumentar sus nutrimentos
se acarrean gruesas capas de vegetación herbácea flotante (a la que la
autora del estudio llama floating islets, isletas flotantes, que nos recuerdan
a los "bandoleros" o trozos de "cinta" móviles que hubo en Chateo y
Xochimiko) que luego, ya en la isla, se cortan en pedazos más chicos y se
307
colocan en toda su superficie. Se cubre con otra capa gruesa de lodo, otra
de vegetación y así sucesivamente hasta alcanzar un mínimo de 75
centímetros sobre el nivel del agua, suficientes para poder sembrar en ella
ese mismo año. En los años siguientes se eleva más para conservar la
fertilidad pero la mayor o menor altura depende de los diferentes
requerimientos de humedad de los cultivos (Serpenti, 1965:25-27). Un
problema que existe allá pero no se presentó en México fue el del
desmoronamiento de las orillas en la temporada de secas, porque aquí se
solucionó con el plantío de ahuejotes.
...porque si las dispusiesen anchas, a más del trabajo en regarlas, les seria muy
costoso conducir tierra de leja; para igualarlas o terraplenarlas: todo esto evitan
usando de esta práctica, que he presenciado desde la primera operación.
Según el plano que se propone el indio, atendida la magnitud de una chinampa,
fonna cuatro zanjas: da;, por-ejemplo, de Oriente á Poniente, que wn las dilatadas;
y otras de Norte á Sur, que son las pequcftas: la tierra fanga;a de las cuatro
acequias la coloca en el espacio cin:11nscrip10 por las cuatro acequias. En virtud de
308
esta operación, ya aquel cuadrilongo queda mas elevado como una vara respecto á
la agua; y una tierra antes influctífera, por estar cubierta de agua, ó muy embebida
de ella, queda en proporción de producir con usura.
Terraplenan con atención la chinampa para que sea horizontal, y que el riego se
estienda por toda ella: despues de esta disposición le echan una capa de lodo ó
cieno, que estraen del fondo de la acequia real, o de los sitios en que la agua se halla
represada, y que tiene de profundidad d06 ó tres varas. A este cieno le revuelven
lenteja de agua, á que ellos llaman c:tillacastle, y otras platas acuatiles: abandonan
algun06 dias la chinampa para que las plantas se pudran, y esta mezcla de cieno y
plantas se conoce entre el06 por ~ada, y siembran en ella ... (1831, ll:383-384).
...esta operación es muy fácil, y consiste en sondear el fondo del can.a l con un remo
hasta encontrar un punto en que el fondo esté a poca profundidad, en seguida y con
el mismo remo hacen la limitación del "cimiento•, senalando el perímetro con
estacas largas o carrizos. Sobre. este ' cimiento• van extendiendo capas de tierra y
césped alternadas convenientemente hasta lograr que salgan a flor de agua ... Para
cortar el césped lo-cortan con palas o coas ...
Una vez que la chinampa en formación ha llegado á tener una altura de 20 a 25
centímetros sobre el nivel del agua, proceden a plantar estacas de sauce o •hucjotc•
(Salix) en las orillas. Las estacas se plantan á una distancia de 4 á S metros.
Ya que los sauces han prendido, queda la chinampa lista para ser cultivada.
A los cuatro anos de formada la chinampa ya la descomposición orgánica es casi
completa, 'ya se hizo tierra•, según la frase de los indígenas.
Los autores que han descrito o se hao referido a las chinampas desde
el siglo XVI han sido muchos, desusadamente numerosos si se comparan
con los que se han ocupado de otros sistemas agrícolas i_ndígenas
312
mexicanos. Pero como ya se vio, sólo algunos entregan descripciones de
cómo se construían las parcelas o de su aspecto y características en su
tiempo. La mayoría han elaborado modelos hipotéticos para tiempos
antiguos (prehispánicos), ente los cuales pueden distinguirse dos
concepciones. La primera supone que en el lago o en el pantano se
construía o tejía una especie de lecho, que Humboldt llama "balsa",
Orozco y Berra "paralelepípedo", Tylor ''balsa" y León-Portilla "especie de
armazón".18 La segunda considera que se hacía con el enfajinado vegetal
flotante (céspedes de cinta), pero que una vez hechas "quedaban firmes".
Según Humbold (1966:134-135), las balsas estaban formadas con
materiales ligeros entrelazados unos con otros, cañas (que llama totora),
juncos, raíces y ramas de arbusto silvestre que luego los indios cubrían con
mantillo negro (lodo). Para Orozco y Berra (1866:159-160) los
paralelepípedos se integraban de carrizos, varas y raíces de plantas
acuáticas entretejidas, que al mismo tiempo presentaban "una estructura
sólida y ligera"; los chinamperos "tapaban los intersticios con ramas
livianas y llenaban la cavidad con el limo del fondo del vaso". Según Tylor
(1861:62-63) la balsa era de carrizo y matorrales y sobre ella se
amontonaba fango de las orillas de los lagos. Para León. Portilla
(1974:173), el armazón era de varas y carrizos y sobre él se echaban la
tierra y el cieno del lago.
Las chiampas, según estos autores, flotaron en su etapa inicial hasta
que se fueron asentando por acción del peso, o bien a medida que los
lagos bajaban de nivel y con ello las parcelas tocaron fondo. Humboldt las
20 1
describió hacia 1822,19 Orozco y Berra hacia 1864 y Tylor por 1856.2
Se ha afirmado que esta idea de las chinampas flotantes y la forma de
construirlas arranca de Clavijero, pero no está suficientemente
fundamentado.22 Si a alguien se le puede imputar la paternidad de las
ideas de lo flotante y Jo portátil es al padre Joseph de Acosta y no a
Clavijero. Este último consultó la obra de Acosta (publicada en 1598 y
reimpresa en 1591) y repitió en forma casi idéntica lo que éste escribió
sobre el asunto.23 Lo que sí es cierto es que Clavijero exageró estas
características hasta un punto que no lo había hecho Acosta. La versión
de Clavijero sin duda fue la que más se conoció en Europa dado que su
obra se leyó ampliamente desde s111 primera edición en italiano aparecida
en 1780-1781. Muchos de los viajeros que visitaron México conocían su
obra, la que tuvo mucha influencia sobre lo que éstos escribieron.
313
'
314
315
El episodio que dio origen a los comentarios de Acosta, y
posteriormente a toda la tradición t(?jida alrededor de las chinampas
flotantes y movibles, repetida una y otra vez por los autores de todos los
tiempos, fue recogido por casi todas las fuentes importantes que se
conservan del primer siglo colonial. Se trata del pasaje de la tributación
extraordinaria impuesta a los mexica por los tepaneca de Azcapotzalco
cuando aún eran sujetos suyos. Además de sabinos y sauces crecidos,
tendrían que tributar, como cosa imposible, una chinampa, camellón o
sementera hecha en el agua, que se moviera "como balsa" y que contuviera
animales y cultivos en sazón. Los pasajes de Acosta y Clavijero son los
siguientes. Del primero:
Los que no han visto las sementeras que se hacen en la laguna de México, en medio
de la misma agua, tendrán por patraña lo que aquí se cuenta, o cuando mucho
creerán que era encantamiento del demonio, a quien esta gente adoraba. Más en
realidad es cosa muy hacedera, y se ha hecho muchas veces hacer sementera
movediza en el agua, porque sobre juncia y cspadana se echa tierra en tal forma,
que no la deshaga el agua, y allí se siembra y cultiva, y crece y madura, y se lleva de
una pane a otra. (Acosta 1962:334).
De Clavijero (1979:75):
El que no haya visto los bellísimos jardines que hasta el tiempo presente se cultivan
en medio del agua, y la facilidad con que los transponan a donde quieren, calificará
de patrana este suceso; pero los que las han visto como yo, y cuantos hemos
navegado aquel lago, que es una de las más dulces recreaciones del mundo, no
tendrán motivo pa.ra desconfiar de la verdad de la historia.
En esta laguna usan los indios una cosa muy notable, que son unos buenos
movibles de 20 y 30 pies de largo y del ancho que quieren, fundados en el agua
sobre céspedes, juncos y espadal\as: en los quales siembran los almácigos de sus
legumbres ... para tra~plantar en otras panes; y asi lo llevan asidos con coroeles de
unas panes a otras por la laguna.
317
Formas y dimensiones de las cbinampas
El problema con el que los campesinos se enfrentaron en el pasado en
relación con el cultivo de estas parcelas fue el de la humedad excesiva del
suelo y no el de la falta de agua, como fue sucediendo a medida que la
desecación se fue imponiendo. En una expresiva descripción hecha por
Torquemada a principios del siglo XVII se encuentra la base para
sustentar al menos una parte de esta afirmación: "... todos son camellones,
que ellos llaman Chinarnpas, que son surcos hechos sobre las aguas,
cercados de zanjas, no han menester riesgos, y quando son menos las
aguas de el cielo, son más sus panes; porque la demasiada-agua los ahoga
y enferma.• (Torquemada 1969, 11:483).
Quizá fueron este tipo de empresas las que produjeron esa impresión
de desarreglo que consignó el funcionario que visitó la zona de lxtacalco y
sus pueblos en 1826 (Archivo General de la Nación, Ayuntamientos, vol.
10, f. 237v-274v), El caso de la sección de chinampas "largas• de
lztapalapa, ilustra el de una empresa organizada y concertada que bajo la
dirección de la comunidad demarcó el número, tamaño y orientación de
las parcelas por construir.
320
A las variaciones generales de las dimensiones y formas, atribuibles a
las razones históricas ya apuntadas, hay que sumar otras posibles causas
como la de la consolidación de varias chinampas individuales por el cierre
de sus zanjas laterales por azolve o desecación que produjo algunas con
formas irregulare similares a letras U y T (West y Armillas, 1950: 166-167),
nuevas unidades que en algunos lugares llaman hoy "corral de chinampas"
(San Luis). Este proceso de consolidación se dio en todas las zonas como
efecto principalmente de la desecación, desde Xaltocan hasta Xochimilco,
más tarde más temprano. La acción de las dragas que hoy desazolvan
mecánicamente los canales en las pocas partes que los conservan, ha
acelerado este proceso, al utilizar las chinampas adyacentes como vasos
receptores del lodo que se extrae. También ha contribuido, si bien en
menor escala, la costumbre de los dueños de las chinampas de extenderse
sobre canales y zanjas semisecas para aumentar sus superficies de cultivo
por medio de estacadas y rellenos.
Si bien la estrechez de los islotes y su vecindad con el agua de los
canales los mantenían suficientemente húmedos para, como dijo Alzate,
"producir con usura", ello dependió también de su altura respecto al nivel
del agua de los mismos. Debía evitarse la humedad excesiva pero
procurarse que alcanzara el nivel de las raíces de las plantas. Las
chinampas muy altas a causa de su u:so prolongado se volvían inapropiadas
para el cultivo, tornando además muy arduas las tareas de riego,
transporte, elaboración de almácigos, etcétera. Muchísimas de las
chinampas actuales de Xochimilco por ejemplo, están tan altas como
"montes", al decir de los lugareños.
El rango de variación de la altura de las parcelas no fue muy amplio; si
bien los datos son escasos. El cronista del viaje del padre Ponce habla de
"una vara y menos• en 1585, para Xochimilco (Ciudad Real 1976, 1:108);
Alzate dice "como una vara" (1831, 11:384) y Humboldt un metro
(1966:135). Santamaría señala que tenían de 20 a 25 centímetros (1912:12).
Algunas fotografías y antiguos grabados muestran algo similar, chinampas
bastante bajas (véase Santamaría il.912. Schiling 1938, Linné 1948, por
ejemplo). El mantener un nivel de agua adecuado fue uno de los
requerimientos técnicos más delicados del manejo de este tipo de parcelas
y el que afectó más la práctica agrícola a partir de la desecación. En la
época prehispánica eicistía un sistema de obras hidráulicas muy complejo
en el Valle de Méicico que servía para controlar los niveles de sus distintos
vasos. Este sistema tuvo como principal objetivo mantener las condiciones
adecuadas para la práctica de esta refinada y compleja agricultura así
321
como expeditas las vías acuáticas de navegación por las cuales se
transportaban los productos y las personas de un punto a otro del valle.
De acuerdo con Palerm (1973), este sistema de control hidráulico,
constituido por un conjunto de calzadas-dique, albarradas y canales, se
construyó primero paulatinamente y, a partir de la hegemonía mexica, se
amplió y coordinó como un solo sistema.
322
NOTAS
1
Armillas (1971:657) sitúa el periodo culminante de la expansión chinampera
entre 1400 y 1600 (correspondiente a las rases Azteca III y IV, y al periodo
colonial temprano), cuando la tendencia del período anterior se invirtió, como
posible resultado de la bajada del nivel del agua de la zona lacustre que hizo
que, salvo algunas secciones mals ¡proíundas, ésta íuera un pantano de sólo uno
o dos metros de profundidad.
2
Sanders (1976:135-136) opina que quizá ocurrió en el llamado horizonte
temprano (1300 a 800 a.C.).
3
Gran parte de los cuerpos de agua y ciénagas de 10$ vasos lacus1res de Chalco y
Xochimiloo cs1aban cubiertos de un entretejido na1ural de vegetación acuática
que tenía un grosor de entre cincuenta ccn1ímctros y cuatro metros. Estaba
compuesto de una gran diversidad de plantas ílotantes y sumergidas: tules,
algas, ninías, helech0$, lamnácea:s, etcétera. Téllez Pizarro ( 1900:90) adara el
uso que 10$ indios de la región hacían de los diíerentes términ0$ que
designaban a esta capa de vegetación. Coinciden en lo esencial con los
seftalados en documentos coloniales y los empleados por los chinamperoo
actuales: •... los indígenas les llaman en general ciénaga al conjunto,
bandoleros a las porciones de ciénaga que cambian de lugar; úsp,d a
fracciones que generalmente tienen 25 por SO centímetroo, con espesor
desigual, y sirven para construir lx>rdos y presas; y por último, llaman cinta a la
materia de que están formados."
• Las variaciones azimud van de 18° a 26° del norte astronómico, excepto al norte
de Xochimilco en donde la variac-ión va de 12º a 18°, y al oeste de Xico, con 14º
(Armillas, 1971:661).
6
Véase Marroquín y Rivera (1914) y Cossío (1935).
1
C. Gibson (1967:140) en su exhaustivo estudio sobre los aztecas durante la
época colonial afirma que "...la cifra mals cercana a la verdadera que podemos
calcular', para la población del Valle de México en tiempos de la conquista es
cuatro o cinco veces mayor que la de 1570, es decir, alrededor de un millón y
medio. Los indios de la provincia de Xochimilco afirmaban en 1563 que la
población había disminuido de 30 mil a seis o siete mil. La epidemia de
1576-1581 significó una pérdida probable de más de la c1>arta parte. El mismo
· autor seg1>idamente afirma que •a fines del siglo XVI y principios del XVII, era
común hablar de una disminución tocal, desde la conquista, del 90 por ciento o
más".
323
8
Véase Primer Cong,,so Agrario del Distrito Fweral (1921) y Chapa (1957).
9
Los primer06 que perdieron sus chinampas, presumiblemente en el transcurso
del primer siglo colonial, fueron Xaltocan (en el none de la cuenca), México y
los poblados de sus alrededores, principalmente los del occidente como por
ejemplo Popotla. Las de Coyoacán y- Tialpan existían aún a finales del siglo
XVIII ( en los barrios de Los Reyes Tetlamaco y Niño Jesús y en el de
Hueipulco, respectivamente) (Archivos panoquiales). En el sur, Xico, Oialco y
Ayotzingo ya no las tenían en el siglo XIX. En 1911, las de Santa A.nita "tienden
a desaparecer debido a que la cantidad que reciben no es suficiente para
mantener el -sucio en el grado de humedad que requiere el cultivo de las
legumbres" (Santamaría 1912:7). Las de Mcxicaltzingo e l?tacalco eran pocas y
los tres pueblos las tenían sólo del lado derecho del canal. ltztapalapa contaba
con agua en sus canales pero tenía sales nocivas que impedían su utiliz.ación en
la agricultura; se sunían de agua de los numerosos pozos anesianos perforados
en ellas (Santamaría 1912:22).
En 1950 (171) West y Annillas afinnaban que "hay todavía nueve pueblos
chinampcros •Xochimilco, Nativitas, Acalpixca, Atlapulco, Tiaxiahcmalco,
Tulyehualco, Tiahuac, Tetelco, Tezompa y Miz.quic( ...) desde 1948 a la fecha se
han secado los canales de Tiahuac y en los de Miz.quic está bajando el agua de
modo alannantc( ... ) Las chinampas al sureste de Tiahuac y cerca de lztayopan
han quedado secas, pero se han construido algunas nuevas al none de
Xochimilco y al este de Tezompa durante los últimos veinte años". En 1953
Sanders observó que gran pane del antiguo vaso lacustre aún conservaba la
fonna del área chinampera pero muchos canales estaban ya secos y el
feniliz.ante vegetal escaseaba; San Gregorio era la única comunidad con agua
abundante debido a que contaba con algunos pequeños manantiales en la orilla
de la antigua playa lacustre, suficientes para alimentar 400 hectáreas de
chinampas. Tiahuac estaba casi sin agua, lo mismo que Mizquic, Xochimilco y
San Luis (Sanders, 1957:73-74). Los de Tetelco y Tezompa vieron el fin de las
suyas cuando se secaron sus manantiales en 1948-1950 y los pueblos vecinos les
cerraron la entrada de agua que los sunía por los canales. Con ello Mizquic
dejó de recibir el agua necesaria y sus chinampas empez.aron a decaer hasta que
en 1959, y luego de preguntarles a "los viejitos•, los campesinos localizaron y
excavaron un manantial. Es el mismo que aún hoy los dota. Además, en 1968
emprendieron la conducción del agua de un pozo desde las montañas cercanas
a través de un acueducto (Ochoa 1972, 1:68-69; datos de campo T. R.). Los
pueblos de Xochimilco no tuvieron tanta suene. En 1950 comenzó la lucha por
el agua. Al escasear, Xochimilco construyó un dique para impedir que la de sus
manantiales pasara a los canales de San Gregorio y San Luis. El resultado fue
que éstos casi se secaron hacia 1960, por lo que excavaron algunos manantiales
en San Gregorio. En 1961 y luego de muchas peticiones al Oepanamento del
distrito Federal los tres últimos pueblos mencionados comcnz.aron a recibir
aguas negras tratadas. Pero éstas nunca han sido suficientes, constantes ni de la
calidad adecuada. También Tiahuac recibe aguas negras a través de otro
acueducto subtérráneo. -Las comunidades que actualmente cultivan chinampas
son: Xochimilco, San Gregorio Atlapulco, San Luis Tiaxialtcmalco, San Andrés
Mizquic y San Pedro Tiahuac. En este último, así como en Tulyehualco e
324
lztapalapa sólo hay actividad agiícola en muy pequeña escala.
10
Véase Sanders (1957), Ochoa (1972), Venegas (1978), Peña (1978), Rojas
(1983).
11
Los materiales mencionados por algunas de las fuentes que registran la
fundación de Tenochtitlán son, por ejemplo, el Códice Ramlrez (1878:32-33),
céspedes y tapias; F. Alvarado Tezozomoc (Crónica Mexicana, 1944:16),
céspedes de los carrizales y de debajo del agua. Sobre la cimentación de la
ciudad de México (colonial), véase el estudio de Téllez Piz.ano (1900:399).
Armillas excavó una población construida anificialmente en el vaso lacustre al
suroeste de Tialtenco, que estuvo habitada desde varios siglos antes de la era
cristiana hasta el primero de muestra era. La excavación reveló que las
estructurs habitacionales descansaban 'en una fundación de grandes rocas
puestas sobre los fondos pantanosos. Troncos de pino vcnicales (hincados
profundamente en el lecho del lago) perforaron en algunos puntos las orillas de
esta isla anificialº. (1971):657-óSS y 661).
12
Este pasaje podría no estarse refiriendo a las chinampas, sino a una forma de
siembra directa en el pajonal quemado sin la formación de parcelas
propiamente dichas. El texto no es fácil de interpretar. sobre todo porque es el
único que he encontrado que describa esta quema previa del pajonal. lSe
podría pensar en que lo denso de tulares y carrizales hiciera necesaria en
ocasiones esta operación de quema? iSerían éstos los cimientos naturales de
las primeras chinampas?
14
Considero que éste es un método de aparición tardía en esas zonas desecadas
situadas al sur de la ciudad de México1 aunque ar.tiguo en la cuenc.a. También
se practicó en otras panes que se desecaron más tarde pero que pudieron
325
contar con alguna Cuente de aprovisionamiento de agua. Es el caso de varios de
los pueblos que hoy conservan este tipo de pan:elas, como por ejemplo el de
Mizquic, del que dicho Ochoa (1972, 1:62-63): •...en el barrio de San Banolomé
me tocó observar sobie una extensión determinada de terreno antiguamente
chinampero, pero desecado, se excavaron una serie de canales paralelos que
luego con agua se convcninan en apandes y por aspersión se espera devolverán
a la tierra su humcdád y rcnilidad."
15
No he encontrado muchos otros datos históricos sobie esta variedad de
chinampas pero cuento con las descripciones detalladas de las que existieron en
la angosta llanura lacustie cntie Tulychualco y Nativitas a finales del siglo XJX
y principios del XX. Se ha postulado que éste íue el modo de construir las
chinampas en las planicies lacustres de la cuenca, como ya se indicó al principio
de este anículo. Quizá íuc el caso de las de Xaltocan (An:hivo General de la
Nación, T ierras, vol. 1584, exp. 1).
16
Esta misma impresión tuvieron en su tiempo West y Armillas (19S0:176) de las
chinampas de ltztapalapa, de muchas de las de lztacalco y de las del Lcrma. Las
chinampas hechas a base de zanjas en el pantano o a orillas de los vasos
paiecen morfológicamente similaies a las identificadas en la literatura
antropológica como camellones, melgas o campos drenados ( rldged nelds o
ralsed nelds). Autores como Wilken (1969:JS) sugieien el uso del término
'campo drenado' no sólo para este tipo de chinampas, sino para toda aquellas
pan:elas que sin drenaje anificial no podnan cultivarse o, dicho de otro modo,
para aquellas tierras recuperadas de condiciones de inundación perenne o
periódica.
17
Considero como originales a aquellas del periodo de máxima expansión de la
empresa de reclamación lacustre del sur de la cuenca de México, seftalado por
Armillas (1971) cntie el siglo XIV y el XVI.
18
Humboldt (1966:136), por ejemplo, describió las chinampas fijas y las movibles
pero de manera muy insuficiente: 'La mayor pane de estas legumbres se
cultivan sobie las chlnampas, que los europeos llaman jardines flotantes. L<l6
hay de dos suertes: 106 unos son movibles, que el viento los lleva de un lado a
otro, los otros son fijos y pegados a las márgenes. Sólo los primeros merecen el
nombre de jardines flotantes, pero su número se disminuye de día en día:
(1966:134),
19' AI paso que se ha ido apanando el lago de agua dulce del salado. las
chinampas, hasta entonces movibles, se han fijado en un sitio. Así se
encuentran varias de esta clase en todo a lo largo del canal de la Viga .. ."
(Humboldt 1966:134-135).
326
21 Según Nullall (1925:460), la obra de Tylor, Anabuac, se publicó en ingll$ en
1861. Tylor escribió: "En tiempos po61eriores cuando los mexicanos ya no
tuvieron a su vecinos, las chinampas no tuvieron mucho uso, y cuando el agua
fue drenada y la ciudad quedó sobre terrenos secos, podría suponerse que este
artificio tan dificil y coloso fue abandonado ... De cualquier manera, ahora ya
han desaparecido, aunque todavía se llama chinampa a las huertas que existen a
lo largo del canal." (1861:62-63; de la traducción de Palerm 1977:24-25).
22 Tal afirman sin vacilación por ejemplo Willey y Garc/a Prada (1939) y Nunall
(1925:462). Otros como Coe (1964:28), lo atribuyen a Acosta.
23 Oavijero incluyó la obra de Acosta enire sus fuentes. Véase su inciso "Noticias
de los escritores de la historia antigua de Mejico", 1979: XXVU.
327
t.
'
.. ., <. ¡.
,,
,, ' ..,. '· l .,.
'
.'
' . ,. .. ; ', '
.,
,,r, .~n· ,.
. 1 t.!.."• •Ir,_
'
,f' 1 •
..
. 1' • l ._1
'
~- ·'
' , •
'
\
BIBLIOGRAFIA
ACOSTA,J. DE
1940 Historia natural y moral de las Indias. México, D.F.
1962 Historia natural y moral de las Indias. Estudio preliminar de
Edmundo O'Gorman. México, D.F., Fondo de Cultura
Económica.
ACOSTA, J. R.
1965 Precassic and Classic Arcbitecture of Oaxaca. In Handbook of
Middle American Indians, edited by Gordon R. Willey. Vol. 3.
Austin: University ofTexas. Press. Pp. 814-836.
ADAMS,I.
1948 "Rice cultivation in Asia", en: American Antiquity, vol. 50.
AGUILAR,J.
1978 "Descripción del sistema agrícola de chinampas". Grupo de
Estudios Ambientales. Menioria 1978. Año 1, núm. 1:27-65.
ALATORRE, G.:
ALZATE Y RAMIREZ, J. A.
AMADOR,M.:
ANONIMO:
APENES,0.
330
1943 "The pond in our backyard", en Mexican Life, XIX: 15-18, 60.
(Chinampas en Texcoco)
BAEZ, A. y R. BELMONT
1m "Algunos aspectos del deterioro del agua en los canales de
Xochimilco", en Decenio- Hidrológico lntemacional, Memoria·
1970-1971. México, D.F., Instituto de Geofísica, UNAM.
1977 "Efectos de la descarga de aguas negras en los ecosistemas
acuáticos", ponencia l Seminario sobre contaminación
ambiental. Azcapotzalco, D.F.
BALANZARIO Z. J. R.
BARLOW, R. H.
BEYER,H.
332
BLANTON,R.
BORAH, W.
BULLOCK, W.
CABRERO, M. T.
333
CALDERON A. G.
CALNEK,E.
CARRASCO, P. y J. MONJARAS-RUIZ
334
CARRASCO, P.
CASO,A.
CASTILLO L. L.
CASTILW, C. DEL
1908 Fragmentos de la obra general sobre Historia de los Mexicanos
escrita en lengua ndhuatl por. .. (ca 1600). Traducidos por F. del
Paso y Troncoso. Florencia.
CATTON, W.R.
335
CERVANTES, E.; A. E. TORRES
CIUDAD REAL, A. DE
CLAVIJERO, F. J.
CLINE,S.L.
CODICE,R.
1878. Manuscrito del siglo XVI intitulado: Relación del origen de los
indios que habitan esta Nueva España según sus historias, José
M. Vigil ( ed.), México, Imprenta y litografía de Ireneo Paz.
COE,M.
COSSIO, J. L.
COSTA-PlERCE, B. A.:
1987 < Aquaculture in Ancient Hawaii >. en Bioscience vol. 37. núm.
5. págs. 320-331.
336
COX, G. W. y M.D. ATKINS
COOK, S. F. y L. B. SIMPSON
1948 The population of Central Mexico in the sixleenth century.
Berkeley and Los Angeles, U niversity of California
(Ibero-Americana 31).
CUEVAS A. y E. J. F. DE
CHAPA,S.
1940 "La fundación de la ciudad de Xochimilco", en Investigaciones
Históricas, vol. I, núm. 3:303-311.
CHARLTON, T.
1972 Populatio Trends in the Teotihuacan Yalley, A.d. 1400-1969.
World Archaeology 4:106-123.
CHINAMPA TROPICAL
337
DE LA BARRA, l. L.
DENEVAN, W. M.
DESCRIPCION DE CULHUACAN
DESCRIPCION DE IZTAPALAPA
DIAZF., A.
338
DICCIONARIO UNIVERSAL DE-HISTORIA Y DE GEOGRAFIA ' ,
DRENNAN, R. D.
. - . .. '
· •. ~ ·1.,1 ~•• , •
DURAN,F. D.
1867-1880 Historia de las· /~días de· Nueva E}paña e islas dé tierra·
jinne. La publica ·con Atlas de estampas, notas ~ ilustraciones
José F. Ramírez. 3 vols. México.
' ..
'
ECKSTEIN
~
R. , S. 1 • _. 1 ,-
FI..ANNERY, K. V. (ed.)
FIGOEROA D., J.
FLORES G., C.
340
FORESCANO, E.
FRASER,D.
1968 Village Planning ilt the Primitive World. New York: George
Braziller.
GARAY,F.DE
1888 El valle de México, aput•tes históricos sobre su hidrografía.
México.
GARCIA C., F.
1962 Estudio agrológico en la zona Xochimilco-Chalco, de la cuenca
del Valle de México. México, D.F., Comisión Hidrológica de la
Cuenca del Valle de México, SARH.
GARCIA C., A.
1888 Diccionario geográfico, hist.órico y biográfico de los Estados Uni-
dos Mexicanos. 5 vols., México, Antigua Imprenta Murguía.
1894 Geografla e historia del Distrito Federal. México. Imprenta de E.
Murguía.
1904 El libro de mis recuerdos. México. Imprenta de Arturo García
Cubas, Hermanos Sucesores
GARCIA G., R.
GARCIA M., C.
1975 "lztapalapa, tradicionalismo y modernización", en Boletín de la
Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad de
Yucatán, año 2, núm 11:12-27.
341
GARCIA Q., J.
GIBSON,CH.
º",· 1,967 Lps aztecas bajo el dominio espallol (1519-1810). México, D.F.,
Siglo XXI , S.A.
GLIESSMAN, S.R .
GOMEZ- POMPA., A.
'. . ' 1976 "Desarrollo del tr.6pit:9 ?1exicano", en Ciencia y Desarrollo vol. 1,
núm. 6, págs. 17-21.
1981 "E strategils· dél ~sb del suelo y sus rel::ursos por las culturas
".• mesoanYericanas y su apijcaci6Íl par~ .satisfacer las demandas
actuales", en Biótica vol.~ ·núms. 1-2.
GOMEZ-POMPA, A.; L. MORALES; E. JIMENEZ; J. JIMENEZ
GONZALEZ A., L.
1973 Plano reconstructivo de la región de Tenochtitlan. México, D.F.,
INAH.
GONZALEZ O., L.
1902 "Reseña histórica del desagüe del Valle de México, 1449-1855",
en Memoria histórica, técnica y administrativa de las obras del
desagüe del Valle de México, 1~9-1900. México. Tipografía de la
Oficina Impresora de Estampillas, vol. 1:31-272.
GONZALEZ, R. F. ; F. MOOSER
1961 "La calzada de lztapalapa", en Anales del INAH, XIV (XLIII):
113-119.
HAGGETT, P.
1965 Locational Analysis in Human Geography. New York: St.
Martin's Press.
343
HALFFTER, G.
HASSIG,R.
HERRERA Y P., M . M.
HUMBOLDT, A . DE
INURBA, S. A.
KATZ,F.
1973 The Use oí Land and Water Resources in the Past and Present
Valley of Oaxaca, Mexico. Memoirs of the Museum of
Anthropology. University ofMichigan No. 5.
KOWALEWSKI, S. A.
LEON-PORTILLA, M.
LINNE, S.
LITVAK K., J.
LOHNBERG, A.
1957 "Observations on the Xotepingo and Xochimilco water systems",
· Instituto de Ciencias Aplicadas, UNAM, 10 pp. (Inédito).
' ' .
1959 Programme for the exploration and ewloitatíon of the water re-
sources in the Chalco, Xochímilco and Amecameca catchments.
Comisión Hidrológica de la Cuenca del Valle de México,
W/3/59, 12 pp. (inédito).
MacNEISH, R. S.
1964 Ancient Mesoamerícan Civilizatibn. Science 143:531-537.
347
McBRYDE, F. W.
MARCUS,J.
MARROQUfN Y R., M.
MATHENEY, R. T.
1976 "Maya Lowland Hydraulic Systems", en Science, vol. 193, núm.
4254:639-646.
MENDOZA R., M.
METRAUX,A.
MILLON,R.
MIRAMBELL, L.
MOLINA, F. A. DE
MOLINS F., N.
349
MONTES DE O., J. G. . . ,
1926 "Xochimilco y sus chinampas", en Memoria de la Academia
CientíficaAntonioAlzale, tomo 45, núms. 7-12:413-428.
MOORCROFf, W. G. TREBECK
•¡ I
MORALES. H . L.
MORIARTY, J. R.
MORISON, S.E.
1965 The Oxford History of lhe American People.:New York: Oxford
' Univ. Press. '
MOSER,C.L.
.,
r.d. Excavations in Mound 7s. San José Mogote, 1974. Unpublished
manuscript on file at·the Museum of Anthropology, University
of Michigan, Ann Arbor. •
MULLER, F. J.
1952 "Recursos naturales del lago de Xochimilco de) ·siglo X al XVI",
en Boletln de la Sociedad MéXicana det·Geografla y -Estadística,
vol. 73.7-16.
350
MURGUIA V., E.
NEELY,J. V. •
NIEDERBERGER, C.
1976 Zohapilco. Cinco milenios de ocupación humana en un sitio
lacustre de la cuenca de México. •México INAH, Colección
Científica.
NOGUERA,E.
1928 "Estudio de los petroglifos de S~ Gregorio Atlapulco,
Xochimilco, D.F.", en Boletín de la Secretarla de Educación
Pública. ·
1970 "Exploraciones estratigráficas en Xochimilco, Tulancingo 'y
Cerro de la Estrella", en Anales de Antropología, UNAM, vol.
VII : 91-130.
NUNLEY,P.
.
1967 "A hypotesis concerning the relationship between Texcoco
fabricmarked pottery, tlateles, and chinampa agriculture", en
American Antiquity, vol. 32, núm. 4:515-522.
351
NUTIALL,Z.
OCHOA Z., J. A.
OJEA, F. F.
OLIVERA S., A.
OLSSON,G.
OLMEDA,M.
O'NEILL, G. C.
OROZCO Y B., M.
352
PADDOCK,J.
PALERM,A.
PARNELL,K.
PARSONS, J. R.
353
1974 The Development of a Prehistoric Complex Society: A Regional
Perspective from the Valley of Mexico. Joumal of Field
Archaeology 1-2:81-108.
1976 "The role of chinampa agriculture in the food supply of aztec
Tenochtitlan", in Cultural Cha11ge and co11ti11uity. Essays in
honor of James B. Griffin, Nueva York, San Francisco, Londres,
Academic Press Inc.: 233-262.
PARSONS,J.; M. LOGAN
PAYNO, M.
PEÑA H., E. M.
PEÑAFIEL, A.
354
PIÑA CH., R.
PONCE,A.
PUENTE, M.S.
1965 Estudio geográfico de la Delegació11 de Tláhuac, Dis1ri10 Federal.
Tesis de licenciatura en Geografía, Facultad de Filosofía y
Letras, UNAM.
PULESTON, D. S.
1978 "Terracing, raised fields, and tree cropping in the Maya Low-
lands: a new perspective on the geography of powei\ en Peter
D. Harrison y B.L. Turner 11, Pre-hispa11ic maya agriculture, Al-
buquerque, University of New Mexico Press: 225-246.
QUIROZ,A.
RAMffiEZ, J. F.
1976 Memoria acerca de las obras e inundaciones en la ciudad de
México. Introducción y notas de Teresa Rojas. México, D.F.
SEP-INAH.
355
RAMIREZ, C.D.
REICHE,K.
1916 El paisaje original del Valle de México. Conferencia ante la
Sociedad Científica Antonio Alzate, México, 7 de febrero, 1916.
RELACION DE MEXICALTZINCO
356
1983 "Evolución histórica del repertorio de plantas cultivadas en las
chinampas de la Cuenca de México", en La agricultura chi-
nampera. Compilación histórica, México, Universidad Autó-
noma de Chapingo.
1985 "La cosecha del agua en la Cuenca de México". Cuadernos de la
Casa Chata, núm. 16. págs. 111.
ROJAS R., T.; R. A. STRAUSS; J. LAMETRAS
ROSALES G., M.
SAHAGUN, F. B. DE
SAHLINS, M.
357
1957 Tierra y Agua: A Study of the Ecological Factors in the Deve -
lopment of Mesoamerican Civilizations. Ph.D. Dissertation,
Harvard University.
1965 Prehistoric Cultural Ecology of the Teotihuacán Valley, Mexico.
State College, The Pennsylvania State University Mimeograph.
SANTAMARIA, M.
SCHILLING, E.
19]8 Die "schwimmenden Garren" von Xochimilco. E ine ci11zigartige
Fonn indianischer Landgewinnung und Bodembebaung in
Becken von Mexico, Kiel.
SCHMIDT, P. J.
1977 "Un sistema de cultivo intensivo en la cuenca del río Nautla, Ye-
racruz", e n Boletín INAH, época III, núm. 20:50-60.
358
SCHMIEDER, O.
1979 "Lowland Maya radiocarbon dates and tbe classic Maya co-
llapse", en Nature, págs. 269-274.
SIEMENS, A. ; D. E. PULESTON
SIERRA, C. J.
SPORES, R.
1974 Marital Alliance in tbe Political Integration of Mixtec King-
doms. America11 Anthropologist 76:297-311.
359
VILLANUEVA, P.
WEST, R .C.
WILKEN, G. C.
WINTER,M.
1973 Tierras Largas: A Formative Community in the Valley of Oa-
xaca, Mexico. Ph. D. dissertation, University of Arizona, Tuc-
son.
WOLF, E. R. (Ed.)
ZAMUDIO,A.
ZUBURON,J.
363
Edición a cargo del Departamento de Publicaciones de la
Dirección de Difusión Cultural de la UACh. • Editor:
Erasmo Galicia Rojas. • 1ípograffa: Araceli Ordaz V. y
Maña Guadalupe Basilio M. • Diseilo y formación: José
Garda Guerrero. Se imprimieron 1000 ejemplares en
Impresos JER. Ote.241-A No 28 Col. Agrícola Oriental.
C.P. 08 500. México, O.P.
TERESA ROJAS RABIEIA es e!nohistoriadora, egresada de
la Escuela Nacional de Antropologla e Historia, en donde
presentó une tesis sobre las obras hidráulicas coloniales del
Valle de México. MAa tarde obtuvo su Doctorado en Ciencias
Sociales en la Universidad Iberoamericana, con una tesla
sobre la ag rlcultura lndlgena mesoamericana en el siglo XVI,
Su actividad profesional se ha orientado fundamen•-
lalmente a la Investigación histórica en fuentes de archivo
sobre tecnologla, organización laboral y obras hidriulicas
prehispinic:as, pesca, caza y recoleccl6n lacustres en el Valle
de México; agricultura chlnampera, agricultura lndlgena
prehisp{lnica y colonial, y sismos históricos.
Entre sus trabajos publicados mis importantes pueden
citarse: La agricultura chlnampera (primera edición, 1983)
editado por la Universldad Autónoma Chapingo; La cosecha
del agua: pesca, caza de aves y recoleccI6n de otros pro-
ductos biológicos acuáticos de la Cuenca de México,
editado por el CIESAS; La tecnología agrícola mesoameri-
cana en el siglo XVI, publicado por el INAH; El trabajo de los
Indios de lia ciudad de México: 1521-1600, publicado en el
libro homenaje a Angel Palerm por el Fondo de Cultura
Económica; Lu siembras de ayer: la agricultura lndlgena
de Mesoaméf'lca, publicado por el CIESAS y la SEP, y •La
agricultura en la epoca prehispánica• en el libro La
agricultura en tierras mexicanas. De los orígenes a la
actualldad, publicado por la Editorial Grijalbo y el CNCA.
Como dooente ha dictado seminarios y CUfSOf en la Uni-
versidad Iberoamericana, la Escuela Nacional de Antropologla
e Historia y el Programa de Formación Profesional de
Etnolingüistas (CIESAS-INI- OGEI), En el CIESAS ha dirigido a
diversos grupos de investigación desde su fundación en el
a/lo de 1975 a la fecha.