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hinampera

Coit•pilacion.
histórica

Universidad Autónoma Chapingo



LA AGRICULTURA CHINAMPERA
Compilación Histórica

Teresa Rojas Rabiela

I I 1

UNIVERSIDAD AUTO NOMA CHAPINGO


UNIVERSIDAD AlJrONOMA CHAPINGO

lng. Carlos Orozco Alarn


Reclor

MC. Rarnés Salcedo Baca


Dlttdor Académico

MC. Ornar Arana Muñoz


Director ck Administración

MC. Juan Francisco Tah luil


Director de Patronato

Lic. Emilio Lópcz Gárncz


Oireclor de Oiíuslón Cuilurol

C. Lilia González Lópcz


Jtre dt: Publicaciones

Primera edición en español 1983

Segunda edición en español 1993


ISDN 968-884-236-2

O.R. 0 U niversidad Autónoma Chapingo


Carretera México-Texcoco Km. 38.5
Teléfono: 4 22 00 Ext. 5142
Impreso en México
INDICE

Presentación 11
Memoria sobre agricultura (1791)
J oseph Antonio de AJzate y Rarníre.z 13
Fragmento de un escr ito de Alzate sobre el estiércol de
murciélago (1791) 31

Fragmentos de un manuscrito de la expedición de Antonio


Pineda por el sur del Valle de Méxko (1791) 33
Fragmento sobre las chioampas (1861)
Edwar d B. Tylor 41
Las chinampas del Distrito Federal (1912)
Miguel Santamar ía 43
Presentación 43
Parte agrícola 44
Parte económica 71
Los "jardines flotantes" de Xochimi lco (1938). Una selección
Elisabeth Schilling 77

Particularidad y origen de Xochimilco 77


Apariencia actual del lago de Xochimilco 78
El desarroUo del paisaje 87
Tenencia y cultivo de los campos 95

Sistemas de explotación agrícola 97


Población 98
Las chinampas de México. Poesía y realidad de los "jardines
flotantes" (1950)
Robert C. West y Pedro Armillas 111
El lago y el volcán: la chinampa (1957)
William T. Sanders 129

El medio natural 129


San Gregorio Atlapulco 133
Introducción 133
La agricultura en la zona de chinampas 137
J ard.ines en los pantanos (1971)
Ped ro Armillas 179
La investigación arq_ueológica verifica los datos históricos
sobre el rescate de tierra de los aztecas en el Valle de México 179
Las chinampas 182
Supuestos teóricos 185

Fotografías aéreas, mapas antiguos y recorridos a pie 186


Los habitantes de los pantanos en las perspectivas del tiempo 191
El marco para el establecimiento de los jardines elevados 194
Chinampas y forma de gobierno 196
Evolución histórica del repertorio de plantas cultivadas en las
chinampas de la Cuenca de México (1982)
Teresa Rojas Rabiela 203
Introducción 203
Método 205
Cultivo de las chinampas 207
Plantas del Viejo Mundo 234
Conclusiones 234
Plantas mencionadas en las fuentes 237
Especies 241
Distribución y destino de las chinampas de la Cuenca de
México 244
Cultivos de la chinampas 245
Instrumentos e implementos agrícolas chinamperos 247
Siglas 251
Las c hinampas mexicanas
Juan José Jiménez Os orni o y Artu ro Gómez-Pompa 253
Introducción 253
Dos tipos de agricultura 255
La producción de alimentos eru el pasado 255
Las chinampas 257
Algunas experiencias modernas con el sistema chinampero
en el trópico 266
Conclusiones 267
El papel de la agricu ltura chinampera en el abastecimiento
de alimentos de la Tenochtitlan Azteca
J effrey R. Parsons 271
Introducción 271
La cronología de la construcción y utilización de chinampas
en el lago Chalco-Xochimilco 275
Asentamiento del Postclásico tardío y población en el lago
Chalco- Xochimilco 276
Capacidad de carga de la agricultura chinapera en el
siglo XVI 283
La capacidad de producción excedente de la zona chi-
nampera Azteca Ifl-IV 285
Un modelo de producción de alimentos del
Postclásico tardío en la zona cbinampera 288
Resumen 288
Explicación del modelo 289
Sumario y conclusiones 296
La tecnología indígena de construcción de chinampas en la
Cuenca de México
Teresa Rojas Rabiela 301
La ciénaga y sus transformaciones 302
La construcción de chinampas, suelo urbano y diques 305
Los autores y las chinampas flotantes 312
Formas y dimensiones de las chinampas 318
Bibliografía 329


PRESENTACION

Diez años después de la publicación de la obra que intitulé Agricultura


Chinampera. Compilación histórica. el interés por las clünampas sigue
vivo. Es un tema que me ha acompañado durante casi toda mi carrera
profesional y académica, como una especie de obsesión. Es, como otros
intereses míos, uno que me sugirió mi querido e inolvidable maestro
Angel Palerm, al poco Liempo de haber presentado mi tesis sobre las
obras hidráulicas del Valle de México (ENA.H, 1974). Me hizo notar
entonces que había muy pocos trabajos sobre las chinampas actuales; me
convenció con facilidad pues el tema y la región me pernütían capitali1.ar
lo que había investigado sobre los problemas hidráulicos del Valle de
México y sobre las obras hechas en el sur en tiempos prehispánicos y
coloniales. Además, claro, de que Angel Palerm lo convencía a uno
fácilmente, en especial a sus alumnos más cercanos.

Así el trabajo en la región chinampera antigua y moderna se inició en


1975 y se prolongó a lo largo de varios años, en forma intermitente, en el
campo, en bibliotecas y en archivos. En 1973 un grupo de jóvenes
arqueólogos en el que tuve la suerte de participar, el de los integrantes del
Primer Taller de Arqueología Superior (organizado por el INAH), la
recorrimos guiados por Pedro Armillas y William T. Sanders, dos ilustres
estudiosos de las chinampas.
De éstas y otras experiencias de invesligación proviene esa suerte de
encantanüento que las chinampas han ejercido sobre mí. En ellas, y con
los chinamperos como maestros, aprendí infinidad de cosas relacionadas
con la agricultura, las plantas, los suelos, el agua, los animales y las
relaciones sociales. Allí afiné mi interés por la agricultura mesoamericana
y mucho de lo poco que sobre eUa conozco. De las andanzas por las
bibliotecas y del contacto con sus estudiosos provienen los artículos que
reuní en la compilación orginal, publicada generosamente por la
Universidad Autónoma Chapingo, a la que me encaminó el agrónomo
Jesús Ruvalcaba.
En esta reedición agrego tres artículos más, el primero debido al
arqueólogo Jeffrey Parsons en el cual presenta sus importantes hallazgos
en el sur del Valle de México, así como su reconstrucción del modelo de
abastecimjento de Tenochtitlan en el período azteca. La traducción del
inglés fue realizada por Rosario Vázquez y revisada por mí. El segundo
artículo se debe a dos reconocidos especialistas en el tema de las
chinampas contemporáneas, Juan José Jiménez Osorruo y Arturo
Gómez-Pompa, por su interesante presentación de los aspectos biológicos
del sistema, con el cual se llena un vacío que la compilación anterior
presentaba. El tercer trabajo es de rru autoría y en él presento una
reconstrucción de los diversos métodos de construcción de chinampas y
de suelo artificial documentados en las fuentes y en el campo.
Por fortuna el interés por las crunampas despuntó nuevamente, en los
últimos cuatro años, debido a dos hechos: inclusión por la UNESCO, de
la ciudad de México y de Xochimilco como Patrimonio Cultural de la
Humarudad (1989), y del anuncio y ejecución del llamado "plan de rescate
ecológico de Xochimilco" emprenilido por el gobierno federal a través del
Departamento del Distrito Federal.
Hoy, agosto de 1993, el plan está a la vista y habrá que evaluarlo, sin
olvidar que las chinampas son un patrimoruo cultural de la huÍnarudad,
que México tiene en custodia y que hay que preservar y estimular. Pero las
crunampas no existen sin los chinamperos, que son los poseedores del
conocimiento y de la cultura agrícola chinampera, que es la llave para
lograr la continuidad y mejoramjento de sus prácticas. La Universidad
Autónoma Chapingo tiene nuevamente la generosidad de publicar la
reedición de la compilación y actualización, y con ello espera contribuir al
mejor conocimiento y la difusión de este legado excepcional de los
mexicanos y de los crunamperos en particular.
Quiero agradecer a la Universidad Autónoma Chapingo, por hacerla
posible y en especial a Erasmo Galicia por su interés y dedicación para
lograr culminarla.

Tlalpan, D.F.
Teresa Rojas Rabiela
15 de agosto de 1993.

12
MEMORIA SOBRE AGRICULTURA (1791) •

Joseph Antonio de Alzate y Ramírez

El mejor método para hacer felices á los hombres destinados á la


primera de las artes, quiero decir la agricultura, seria, el que se
describiesen las diversas prácticas que ácostumbran los agricultores de
todo el mundo: la diversidad que hay entre los habitantes de las provincias
y de los territorios para conseguir los frutos, ya sean de primera necesidad
6 de recreo. La colección que propongo es de mucha estension; ipero qué
grandes utilidades no se conseguirían! El negro mas idiota de la Guinea, el
mas estúpido americano, de aquellos que reputamos por bárbaros, poseen
ciertas prácticas, que por su simplicidad admiran á los que se reputan por
muy inteligentes en la agricultura.

Los usos establecidos por los indios mexicanos habitantes en las


lagunas de México, y que tienen establecidos para lograr abundancia de
combustibles en sitios fangosos, y que aun las naciones mas cultas ignoran,
son de tanta utilidad, que seria una culpable omisión en mí el no publicar
los conocimientos utiles que he adquirido de esto. Lo cierto es, que en
Europa se ven terrenos pantanosos que segun las noticias públicas, no

'Ga«tas de Litualura de México (4 lomos; Puebla, reimpresa en la oficina del Hospi1al de


S. Pedro, 1831), lomo 2, pp. 382-399. Se rcspc1aron la onografía y pun1uación de es1a
versión de 1831. Es1e 1cxto íue publicado por L Chávcz Orozco en 1954, véase la
Bibliografía. (N. de Comp.).
sirven de otra cosa que de inficionar al aire con eshalaciones púlridas:
reduzcánlos, pues, á sembrados, y entonces cesarán las epidemias y demás
enfermedades que se padecen en las inmediaciones de terrenos
pantanosos.
La hisloria presenta hechos por los cuales consla que cierlos lerrenos
perniciosos, y por esto abandonados, luego que el hombre los benefició y
sembró, se hicieron inocentes: es mucho lo que el hombre puede respecto
a la naluraleza, cuando no se dirigen sus miras á quebrantar sus
indefectibles reglas. Si, por ejemplo la rica Italia, en lugar de intentar la
desecacion de las lagunas perlenecientes al Eslado Pontificio y de olros
soberanos, en lo que se ha gastado lanlo caudal, y conseguido muy poco,
sus habitantes se hubiesen dedicado á cullivarlas, al modo que lo
acostumbran los indios, hubieran ampliado las riquezas que les
proporciona aquel feliz clima.

Antes de describir las práclicas que presencié, con mucha atencion,


para que no se me ocultase alguna, debo acentar, que los silios en que
siembran los indios son unos pantanos ó lerrenos inundados con aguas
permanentes, ó que apenas lienen un debilísimo movimienlo; en estos
sitios es en donde los indios forman sus huertos ó chinampas. Estas son
cuadrilongas, algunas de dos varas de ancho; y de veinle ó treinla de largo,
que son las de los mas pobres; los que tienen alguna ligera comodidad, las
disponen de cualro varas de ancho, y les dan hasta cuarenta varas de
largo, y aun mas.
Dos motivos tiene para formar estos cuadrilongos angostos: lo
primero, la facilidad para regarlos, de lo que tralaré á su tiempo; lo
segundo porque si las dispusiesen anchas, á mas del trabajo en regarlas,
les seria muy costoso conducir tierra de lejos para igualarlas ó
terraplenarlas: todo eslo evitan usando de esta prác1ica, que he
presenciado desde la primera operación.
Segun el plano que se propone el indio, alendida la magnil ud de una
chinampa, forma cuatro zanjas: dos, por ejemplo, de Orienle á Ponienle,
que son las dilatadas; y otras de Nor1e á Sur, que son las pequeñas: la
tierra fangosa de las cualro acequias la coloca en el espacio circunscriplo
por las cualro acequias. En vir1ud de esta operación, ya aquel cuadrilongo

14
queda mas elevado como una vara respecto á la agua; y una tierra antes
infructífera, por estar cubierta de agua, ó muy embebida de ella, queda en
proporción de producir con usura.

Terraplenan con atención la chinampa para que sea horizontal; y que


el riego se estienda por toda ella: despues de esta disposición le echan una
capa de lodo ó cieno, que estraen del fondo de la acequia real, o de los
sitios en que la agua se halla represada, y que tiene de profundidad dos ó
tres varas. A este cieno le revuelven lenteja de agua, á que ellos llaman
chilacastle, y otras plantas acuatiles: abandonan algunos días la chinampa
para que las plantas se pudran, y esta mezcla de cieno y plantas se conoce
entre ellos por ,najada, y siembran en ella aquellas semillas que no
disponen en almásigo, como son nabos, cebollas, zanahorias, betabeles,
lechugas, coles &c. Al fin trataré del arbitrio que usan para regar la
chinampa sembrada ó poblada con plantas. Es digno de advertir, que en
contorno de los bordes de la chinampa disponen uno de figu.ra triangular,
que sobrepuja al plano horizontal, para que la agua del riego no se
eslravie.

Pero lo que seguramente debe causar especial novedad á los


inteligentes y apasionados á la agricult ura, es la disposición de los
almásigos. Ciertamente no me apasiono por las prácticas en las artes de
mi pais: reconozco algunas en su infancia; pero tambien hallo otras en su
perfección. Una cierta inclinación á la agricult ura, me ha hecho leer las
obras de Quintini, el perfecto jardinero, Duhamel, el muy sabio Herrera, á
quien han hurtado los estrangeros mucho, y otros de que no podré referir
el número. Por su lectura veo lo que se afanan para disponer almásigos: la
interminable serie de instrumentos y precauciones que toman para este
efecto, y para trasplantar las plantas, cuando por el contrario veo la
facilidad con que ejecutan todo esto los indios de lxtacalco, de Santa Ana,
San Juanico, Jico y Xochirnilco, que son en el dia los que sostienen la
práctica de sus antepasados.

Para formar el indio un almásigo en una de aquellas sus chinampas ó


huertos, que ya produjeron frutos, en un ámbito corto, pero
correspondiente para que provea las plantas que convenga á la amplitud
de sus campos, de sus siembras, dispone una capa horizontal de cieno
revuelto con plantas acuátiles, lo pisotea para que se incorpore, y lo corta
con un chuchillo, formando casillas que representen un tablero de damas.
15
Cuando ví esto me confundí, porque ignoraba lo que se habia de presentar
á mis sentidos: en estos cuadrados que no tienen de diámetro mas que tres
dedos, va formando con velocidad en el centro de cada cuadradito una
concavidad de casi medio dedo de diámetro y de profundidad. Esta
operación la ejecuta por lo regular con la estremidad de un hueso de
helote ó mazorca de maíz, ó con un palo redondo: la velocidad con que
dispone estas escavaciones causa admiración: ya formadas arroja la
semilla en cada hoquedad en arreglo á lo que tiene esperimentado:
despues puebla con semilla todas las concavidades; y aquí debo decir
como mi admiración se aumentó al ver á los indios echar mano de una
poca de tierra reducida a polvo, la que desparramaron en todo el ámbito
sembrado, con el fin de cubrir las semillas colocadas en las concavidades;
porque en mi interior decia: es cierto que estos indios han dispuesto
pequeños cuadros separándolos por el cortante de un cuchillo; pero luego
que el riego se aplique, lestos pequeños cuadrados no se unirán? lno se
apegarán? lPara qué sirve esta operación? Mas las resultas me
desengañaron: las semillas se siembran en tierra pantanosa ó fangosa: la
tierra reducida á polvo cubre la semilla; pero también se introduce en las
ranuras que formó el cortante del cuchillo, por lo que los cuadrados no se
unen en realidad, aunque la vista asi lo manifieste, con cuyo motivo al
tiempo de trasplantar las plantas de los almácigos, cada cuadrado se
separa de los que le son contigüos, y las plantas no tienen que sufrir,
porque las raices de cada una se hallan aisladas ó separadas de sus
circunvecinas, esto es, de las que se sembraron en los cuadraditos
contigüos: en cada cuadrado arrojan tres, cuatro granos, ó aun más, segun
lo que la esperiencia les tiene enseñado.
Práctica igual no se refiere por los agricultores europeos: establezcanla
y conocerán su utilidad lEn qué parage del mundo falta cieno para
disponer almácigos? Y si faltase es fácil fabricarlo. No se puede espresar
el regocijo que se esperimenta al separar los cuadraditos con sus plantas,
sabiendo que transportadas no tienen por donde desmerecer; porque
cada planta se transporta con todas sus raíces.
Las precauciones de que usan para libertar á las plantas en almácigo
del vigor de las heladas son estas: introducen en la tierra cuatro
cañasverales ó maderos delgados en los cuatro ángulos: en estos afianzan
otros cuatro horizontales, uniéndolos con cordel ó mecate, con el fin de
disponer un techado compuesto de cañasverales, ó con carrizos (que solo
se diferencian de la caña en que son de menos consistencia; en una

16
palabra aunque de diversa especie es del mismo genero): el techado no es
horizontal, antes bien forma con el horizonte un ángulo de treinta grados:
la bara del ángulo la disponen al Sur, con el fin de que cuando el sol se
halla en su mayor oblicuidad, que es en el Solsticio de Invierno, hiera con
su luz á las tiernas plantas. El techado no forma un ángulo cuyo vértice
esté en el punto de interseccion del suelo y del techado, sino que por la
parte del Norte dista del suelo un almácigo de estension una vara (si el
gravado no se hallara ecsaltado á precio tan subido lo hubiera gravado,
porque una estampa espresaria lo que no puedo ejecutar en mucho
pliegos): aqui se debe considerar el vértice del ángulo que el techado
forma con el horizonte: debe advertirse que desde el vértice del ángulo
hasta el terreno cubren todo el ambito que mira al Norte con cañasverales,
ó con esteras ó petates de tule, á que los castellanos llaman espadaña, con
el fin de que las heladas no destruyan las plantas tiernas; el almácigo
queda descubierto por los tres vientos principales, y resguardado del
Aquilon, destruidor de la vegetación.

Llegado el tiempo de transportar el almácigo, dislocan la primera fila,


en lo que no se esperimenta perjuicio; porque como los cuadrados
permanecen independientes unos de otros, como ya espresé, cada planta
conserva íntegro el sitio en que nació y vegeta. Esto no es dificil de
concebirse si se hace un recuerdo de lo que espresé, de que las plantas en
almácigo nacen y vegetan en una capa de cieno, que no se une con la base
de tierra que le sirve de apoyo, ni con los cuadrados contigüos.
Dislocada la primera hilera, las demás se separan con suma facilidad:
un cuchillo, una pequeña pala de madera introducida entre la tierra de la
chinampa y la capa de cieno en que se formó el almácigo, con facilidad
desprende del sitio los cuadrados en que han vegetado las plantas, sin que
las raices padezcan, y sin que el cuadrado se desmorone, porque la tierra
de cieno adquiere cierta solidez. Tengo vistos muchos almácigos
descompuestos, y que por algun motivo no se han transplantado, y
despues de muchos dias registraba las plantas lozanas, aunque los
cuadrados, que son unos verdaderos cubos ó dados, estuviesen
confundidos unos con otros. Ciertamente que esta práctica debe regocijar
á los hombres, porque por su medio se evitan tanta manipulación tanto
instrumento, que segun ciertas prácticas son indispensables: aprovechense
de lo que usan unos indios, que en concepto de algunos son estúpidos;
pero que los que los conocen y manejan, los advierten muy consumados en
el manejo de las artes.
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Las reglas que siguen no son uniformes, sino arregladas. Saben muy
bien, que para tal planta el techado, para libertarla de los hielos, debe
fabricarse en cierto órden; que para otras plantas se debe segun otra
disposición, y en efecto el tinglado ( 6 para hablar en estilo del país
techado) para la semilla del chile se ejecuta en los términos que espresé:
para otras semillas lo disponen de otro modo1. No debe omitirse una de
sus prácticas respecto á los almácigos, que es muy particular, y que
demuestra, no un profundo estudio de física, pero sí un acierto radicado
por una larga esperiencia, luego que siembran en almácigo las semiUas, y
que las cubren con una poca de tierra, segun tengo espresado, cubren
dicho almácigo, si es pequeño con hojas de coles, de aquellas que en las
chinampas se arrojan como inútiles despues de separado el repollo, y que
en el mercado sirven y se conducen para suplir por vasijas 6 sestos (en el
país chiquihuites). En efecto en las hojas de col venden las indias varias
frutas, como son las moras y otras muchas que pudieran ensuciar las
manos.
Cuando el almácigo es de estension, lo cubren con una estera 6 petate:
aquí observo una grande habilidad en los indios, y una práctica de mucha
utilidad: sembrado el almácigo (6 como se esplican otros, el terreno
sembrado con el fin de que sirva de almácigo) lo riegan, y la humedad
evaporada de la tierra (en fuerza de la luz del sol, y de la causa, sea la que
fuere, que efectúa el rocío) se apega á la cubierta; pero en virtud del calor
6 del frío de la noche, se precipita á la tierra, por lo que despues de
cubierto el almácigo, no se vuelve á regar, hasta que se ve que las semillas
han vegetado. Entonces el agricultor va separando la cubierta de hojas, 6
el petate, icuantos misterios! 6 por mejor decir icuantas operaciones
importantes se notan en esta práctica! Lo primero, la humedad vigorizada,
y sin poderse evaporar, no obstante de que el calor del sol la rezuca á un
delicado vapor, lo mismo que en las destilaciones de la química, se reduce
á gotas muy sensibles, las que por su peso se precipitan en el tlapestle y
tierra, por lo que se verifica allí un calor fuerte. Este y una grande
humedad son las causas de la grande fecundidad que reina en la América
intertrópica; los indios, pues, supieron aplicar tan superiores causa á su
alvedrio. Lo segundo ya está verificado que el aire mefitico 6 mortal, esto
es, el que se desprende de las materias en estado de corrupcion, acelera el
incremento de las plantas: lpuede haber otro entre la cubierta 6 tlapestle
y la tierra á que se confian las semillas?

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Sin duda por este motivo he visto semillas que tardan en nacer ó
germinar (voz que me parece muy propia) muchos dias sembradas de
diverso modo del que practican los indios, que confiadas á un almácigo, á
los tres dias producen plantas lozanas. Supuesto esto, ¿quien podrá negar
que con esta operación se escusan tantos instrumentos, tantos riegos,
tanta pérdida de plantas en la práctica que el mundo tiene establecida?
Confesemos la verdad.

Las paredes de la chinampa ó terraplenes que no son verticales al


horizonte, sino que forman unos taluces, aunque casi insensibles á la vista,
los aprovechan los indios: ya se dijo que ellos disponen las chinarnpas
elevadas casi una vara respecto á la agua: pues se aprovechan del terreno
con el mayor ahorro posible, porque en el taluz siembran retoños de coles,
las que alli fructifican; de forma, que uno de los hombres mas instruidos
en conocimientos físicos (el Sr. D. Antonio Pineda)° al ver esto me dijo
con su grande ingenuidad: estos indios en esta materia saben mas que los
consumados agricultores europeos, puesto que aprovechan no solo el
terreno horizontal, sino el que es oblicuo: una hilera de retoños de coles
con lo que pueblan el talu✓,.

Tratar de las chinampas y de su cultivo es empresa de mucha


estension: ceñido pues únicamente á lo principal, supongo a.l lector ya
instruido en el modo de formar las ch;;,a:npas ó huertos, aspecto el mas
lisongero que presenta el orbe, segun e:presó el sábio Clavijero, práctico
en lo que vió aquí, y lo que reconoció en la fecunda Italia: supongo
igualmente que todos saben, que de los almácigos transportan á las
chinampas las tiernas plantas, colocándolas en la distancia regular.
Asentado todo esto paso ahora a manifestar el método que tienen
establecido para permutar terrenos: esto es, dislocar la tierra inútil,
atequesquitada, ó, en terminas químicos, alkalizada; porque si no
ejecutasen esto, sus trabajos serían infructuosos. La espcriencia iojalá
fuese visible á todos! les tiene enseñado como los terrenos que son ó han

•Anto nio Pineda. naturalista español, fue capitán de las Reales Guardias Españolas y
encargado por el Rey del ramo de Historia Natural en la expedición de A lejandro Malaspina
a Nueva España ( 1789- 1794). Entre o tros Jugares estuvo en el Valle de México en 1791. Los
escritos sobre estas excursiones se encuentran en e l Archivo del Museo Naval de Madrid. El
fragmento correspondiente a la del sur del Valle y q ue se incluye en esta compilación, se
titula 'Expedició n a la Hacienda de S. Isidro y Sierra Nevada por Tczcuco•. Tiene la
siguienle signatura: Ms. 563, doc. 2 y está en fojas 149r-155r. (N. de Comp.).

19
sido contigüos a la laguna de Texcoco, luego que les falta la abundancia
de agua se atequesquitan, ó se alkalizan, y por esto son infructíferos:
cualquiera terreno del Valle de México, luego que se eleva respecto á las
aguas, como que debe reputarse por una esponja, por los tubos capilares
de que abunda, y que forman las pequeñas hoquedades interpuestas entre
las partículas de tierra, recibe por ellos la sal alkalina, que acompañada de
la humedad asciende á la superficie del terreno: no sé que influjo tienen
los rayos del sol para atraer á la superficie las partículas salinas.
Ignoramos la causa; pero esperimentamos el efecto en las fábricas de
salitre y sal de comer. Los dueños de estas fábricas saben que á la
superficie se hallan las sales y con esto la recogen en dicha superficie, y
proceden á la destilación y reconcentración del líquido, para utilizar el
material correspondiente.
Por este motivo el indio agricultor, luego que registra á sus chinampas
atequesquitadas o alkalizadas, procura substituir nueva tierra, lo que
ejecuta por una muy particular operación, cual es esta: arrima la canoa á
uno de los lados de su chinampa, y con su azada, ó como decimos aquí,
azadon, va dislocando la tierra superior (la impregnada ó cargada de
sales): luego que su canoa está bien cargada, se abre de piernas apoyando
cada pie en uno de los bordes: asegura el remo que es un madero
cilíndrico de casi dos pulgadas de diámetro y de cinco ó seis varas de
largo: lo apoya en el fondo de la agua y comienza á mover su cuerpo á la
diestra á la siniestra ó en sentido contrario, y en cada oscilación que forma
la canoa adquiere velocidad, por lo que á cada momento se ve espuesta á
voltearse presentando el fondo que es lo que intenta el indio agricultor.
Cuando con ocasion del movimiento que practica, ve que la agua vence el
borde de la canoa, repentinamente se recarga sobre el otro borde, y la
canoa en virtud de esta maniobra presenta á la vista el fondo
desembarazada de la tierra que se le babia introducido. Lo admirable y
digno de reflecsion en esta operacion, es el ver al indio con una cierta
agilidad sostenerse en el aire apoyando con el remo, para colocarse
despues triunfante en el fondo esterior de la canoa: iqué mecanismos tan
prodigioso!
Para reemplazar la tierra que botaron al agua, ocurren por otra al
fondo de la acequia real y de otros parages en que las aguas son
profundas; ó si nó, pasado algun tiempo, utilizan la misma que arrojaron.

20
Saben que una tierra inpregnada de sales, pero lavada, como ellos dicen,
carece de sales, y con esto la tierra queda apta para sembrarla con
utilidad. Esta es la práctica que ejecutan los indios de lxtacalco, de Santa
Anita, de S. Juanico, de Mexicalcingo y de Xochimilco.

No perderé ocasion para verter otras prácticas que no son las


principales, pero de cuyo uso pueden aprovecharse los hombres: este es el
fin a que dirijo mis débiles producciones: ifeliz si consigo lo que intento!

Para humedecer las chinampas 6 los almácigos, no los riegan, se valen


de la agua que virtieron en el dia de la siembra, y esta es la que ya
reducida á vapores entre el tapestlé o cubierta, y la tierra, cuando se
convierte en gotas gruesas, sostiene la suficiente humedad para que las
semillas nazcan, y que los gérmines prosperen. iQué ahorro en el cuidado
'j \a a.\ ención\ \>e10 transporta.das \ as p\an\as de\ almácigo al sitio en que
deben fructificar, ya necesitan de riego: el indio entonces lo ejecuta en
esta forma. Asegura á una de las estremidades de un madero, que
conocen por remo, y que, como dijimos, consta de dos 6 tres pulgadas de
diámetro, y de cinco 6 seis varas de largo, un círculo de mimbre de sauce,
que es el árbol que prospera en las chinampas: se me babia olvidado
espresar que en las orillas de cada chinampa siembran algunos lo que
forma el aspecto mas hermoso, pues se registran al mismo tiempo un
campo florido y una serie de arboledas. Siento que se me estreche el
pape~ y que el campo de mi Gaceta sea limitado.

Tendría un gusto particular en mudar de asunto en cada impreso,


porque sé que muchos de mis lectores llevan á mal el que se trate de una
misma cosa en dos 6 tres Gacetas; pero me parecen tan particulares y tan
útiles á la agricultura las prácticas de que voy hablando, que desde luego
me resuelvo a publicarlas, persuadido de que estos señores suplirán lo
largo del asunto por su utilidad.

Tomando, pues, el hilo de mi discurso, digo: que luego que los indios
aseguran á la estremidad del remo el círculo de mimbres, afianzan de él
una piel de carnero, de forma que el instrumento presenta una media
esfera 6 la mitad de un globo. Hecho esto, y estando el indio en
disposiéion algo parecida al que rema en una galera 6 en un barco,
sumerge la media esfera en la agua, la eleva y la vierte en sus sembrados.
Este es el método que tienen para sembrar y para estraer del fondo de las
21
aguas el cieno, en lo que ciertamente proceden con mucha torpeza. Para
que se reconozca mi ingenuidad, manifestaré lo que jut.go: si los indios de
la laguna son astutísimos en lo que mira a las siembras respecto al riego
sufren demasiado. El instrumento que usan se reduce á la peor palanca
que conoce la maquinaria: ya veo que su miseria llega al supremo grado, y
que no les es fácil usar de otro inst rumento.
E\ tiempo en que siembran los almácigos en este fértil y templado
valle, lo omito aqui porque al fin de la memoria propongo lo que he visto,
causándome al mismo tiempo la mayor admiración. Y en efecto a cada
paso se me presentaba una est raordinaria observación: por regla general
debe ~sentarse, q uc toda la semilla de flor la siembran en almácigos
fabricados con cieno: la betualla la siembran en el terreno de la chinampa
ó huertos al modo que se practica en Europa, ó forman almácigos, pero
no dispuestos con cieno; mas la semilla de la calabaza la siembran en
almácigos de cieno para trasplantar las débiles plantas. Como en un
almácigo dispuesto en el modo que se tiene manifestado, en poco terreno
se siembra mucha semilla y se cubre con facilidad para libertarlo de las
heladas; de aquí depende el que los indios que practican este ramo de
agricultura, vendan por mayo y junio pequeñas calabazas que se
condimentan cuando en los países cultos de Europa apenas comienzan las
plantas á vegetar.
No solo las semillas de las flores las siembran los indios en almácigos;
los de Culhuacan y Xochimilco acostumbran tambien formar almácigos
para la preciosa semilla del maíz: disponen el terreno para almácigos en el
órdcn ya dicho; y como con el techado ó (tinglado) se liberta esta planta,
ta.n I?ropcnsa á esperimcntar los acechos de la helada, cuando el tiempo es
caliente transportan las pequeñas plantas del maíz á las chinampas: así se
verifican pequeñas cosechas, pero muy anticipadas á lo que se verifica
respecto al maíz sembrado en el órden regular. Al trasplantarlo le cortan
hojas, al modo que los agricultores lo ejecutan con las cebollas, ajos y
otras plantas, y las siembras de maíz en las chinampas prosperan
muchísimo: á la vista se presentan como unos bosques: de paso debo
advertir que mis observaciones me tienen convencido de que esta preciosa
planta en su origen fue acuática, lo que en otra ocasión trataré.
Para finalizar este asunto importnte, referiré un hecho, que deberia ser
de mucha utilidad si los que poseen terreno en las orillas de la laguna de
22
Cbalco atendiesen á sus verdaderos intereses. U n sugcto que vivió algun
tiempo en Culbuacan, compró en el barrio de Jamaica un pequeño sitio,
e n el que sembró maíz por el mes de marzo, que cosechó á fines de julio:
para este tiempo tenia ya prevenido un almácigo de maíz en los términos
que lo practican los indios, y que sembró por mayo: a principios de julio lo
transplantó, y por octubre tenia ya logradas dos cosechas de maíz: en el
mismo terreno por octubre sembró habas, las que fructificaron e n febrero
y marzo. Si tantos sitios que vemos abandonados en las orillas de la laguna
de Chalco se cultivasen de esta forma, lqué utilidades disfrutarían s us
propietarios? lCuántas el público, no solo con respecto á lograr más
víveres, sino á su salud? Porque las plantas purifican el aire; pero la
omisión, ó por mejor decir la abundancia de comestibles que hay e n
México hace inertes á los propietarios de te rrenos pingües; influyen
tambicn otras circunstancias, que o mito porque en otra ocasion
proporcionada podré hablar con amplitud; pero no omitiré ahora espresar
que acaso en todo el globo no se e ncuentra otra ciudad á cuyas puertas se
vean tantos terrenos pingües abandonados á la naturaleza. Esto prueba la
fertilidad de México.

Deseo que algun sugeto, ó por mejor decir, deseo que muchos
individuos se dediquen á publicar las prácticas de agricultura que se
observan e n Nueva España: son muy varias porque son adecuadas á los
temperamentos, y en Nueva España se verifican los de la requemada
Africa, los benignos de la Zona templada, y no faltan algunos que se
asemejen a los países del Norte.

Por no ampliar demasiado la presente memoria, me determiné á


esponer al fin de ella el tiempo en que siembran los indios, en que riegan y
otras varias prácticas, por considerarlas muy útiles.

Los cuadrados del almácigo para el chile verde ó pimiento pequeño y


tornachile, los disponen de dos dedos de ancho: sie mbran la semilla á
fines de septiembre, y el tingládo ó techado para preservarlo de las
heladas, forma con el horizonte un ángulo cuya base mira al Sur.

Los de tomate son de dos dedos y medios, y los siembran los indios en
octubre.

Los cuadrados para el gitomatc, que en España conocen por tomate,


son del ancho de tres dedos, y se siembran en octubre.

23
Para la semilla de la calabaza disponen los cuadrados de tres dedos de
ancho: siembran en los primeros dias de febrero.

A la semilla del sempoaxochitl (en Europa claveles de Indias) le


disponen cuadrados de dos y medio ded os, y la siembran en 25 de abril dia
de S. Marcos. No pierden hora, mucho menos ningun dia, para ejecutar
los indios s~ siembras: son muy tenaces en sus costumbres, que pasan de
padres á hijos.

Logran al año dos cosechas de amapola en esta forma: en el dia de S.


Agustin siembran para conseguir flores en la cuaresma: si debo dar
crédito á varios inteligentes, en México se ven amapolas que no se
consiguen en ningun otro pais, porque las hay dobles, de tres y aun de
cuatro pulgadas de diámetro.

Depositan la semilla de amapola, para vender flores en el día de noche


buena, en 25 de abril.

Los cuadrados d el almácigo para amapolas son d e dos ded os en


cuadro.
La misma dimension proporcionan á la semilla de alelí la que siembran
al comenzar enero.
Como México es el pais de las flores, y en el que se ven todos los dias y
á todas horas, se cultiva en las chinampas una especie de chicharo, que no
sirve para el sustento, pero que recrea á la vista y al olfato: la conocen por
chicharo de China, siembran la semilla e n almácigo separado, por cuadros
de dos dedos, en d os estaciones: á fines de agosto para que florezca en
cuaresma y en las inmediaciones de la Pascua de Espíritu Santo, para
vender flores en Noche buena.

El tinglado 6 techado para libertar al almácigo de las heladas, es vario:


se espresó ya el método que practican respecto al chile; pero por lo que
mira á los d e amapola varían, porque la parte mas elevada la disponen
mirando al Poniente.

De forma, que los indios tienen observado que las plantas d el chile,
chicharo, tomate y jitomate son las menos resistentes á los hielos. Así les
disponen la cubierta mas elevada para el Sur, y respecto á las d emas
plantas elevan la cubierta acia al Poniente.

24
La semilla del peregil la siembran en agosto, y su tinglado ó techo lo
disponen ácia el Ocaso.
Es digno de advertirse, que el mismo techado sirve para los almácigos
de espuela de caballero, amapola y chícharo; en lo uníco que varian es en
mudar el cieno para disponer los almácigos: iqué industria! Los almácigos
no se riegan, como ya espresé; pero á las plantas transportadas en las
chinampas, huertos ó camellones (espresion de los indios) las riegan cada
tres ó cuatro dias, segun el tiempo se presenta seco ó humedo; mas lo que
me confundió, porque me creía muy erudito por haber leido con atención
tanta serie de agricultores, fué el ver que un indio de Ixtacalco supo unir
dos operaciones, esto es, regar y fecundizar el terreno; porque al mismo
tiempo que arrojó a la chinampa una determinada cantidad de agua,
interpoló otra de agua cenegosa llena de materias corrompidas, las que
tanto favorecen á la vegetación: iqué practica tan proficua! En ellas se
reconcentran las operaciones mas útiles que esponen los autores de la
agricultura.
P.S. En las chinampas siembran dos especies de coles, de las cuales
unas llaman berduleros, que tienen media vara de diámetro ó algo mas, y
la siembran por S. Juan para venderlas por diciembre; las otras que
conocen por repollo, no se siembran por medio de semillas, sino se
trasportan los retoños que el tronco produce despues de separado el
repollo. Los retoños se hallan en su perfecto estado de coles, para
venderlas á los tres meses, por lo que en los mercados de México no se
verifica día en que no abunden, porque trasplantan renuevos en todos
tiempos.
Por mas que he procurado ceñirme me difundo, á causa de que se me
presentan muchas prácticas, cuya omision seria en mi reprehensible. Dije
antes que en las chinampas de Ixtacalco se cosechan flores de amapolas
de mas de tres pulgadas de diámetro: los indios no las cultivan solamente
para venderlas en México, las transportan tambien al valle de Toluca, á
Texcoco, y lugares muy retirados de sus pueblos, para que sirvan en las
festividades eclesiásticas, principalmente en el viernes de Dolores.
La anécdota a que se dirige mi asunto es este: el indio agricultor forma
un plano tocante al tiempo que debe tardar en llegar al lugar en que debe
vender sus amapolas: en virtud de esto cortan los botones, los que
25
se registran unos cuerpos verdes de figura de huevo: vienen los
compradores, y el comerciante en flores no hace otra cosa que pasar
rápidamente la mano por la parte superior del boton, y al punto se
presenta una hermosisima amapola: de forma que puede decirse que los
indios son unos poseedores del grande secreto de presentar un jardin
instantaneamente: no ejecutan mas los saltimbancos, que pasan de pais á
país con sus lanternas mágicas; pero con la diferencia que esta es ilucion y
lo otro realidad.
Aunque permanezcan los indios en un lugar por muchos dias y á todas
las horas del dia, siempre que se presenta marchante se transforman en un
mágico, que convierte instantaneamente un cuerpo de figura de huevo y
de color verde en una hermosisima flor. Quisiera que mi amor á la
humanidad se difundiese a todos nuestros literatos, y que se dedicasen
tantos que observan las prácticas de los indios á promulgarlas. Interin esto
se verifica, mis lectores perdonen mis producciones, en las que domina
mas el celo que la ciencia.

Me transportaré por un momento de las inmediaciones de México,


para presentar al mundo otra rara industria util á la agricultura. La
práctica que he visto en Tepecuacuilco para sembrar zandias, supone no
profundos conocimientos teóricos; pero sí una práctica muy acrisolada, se
sabe que en las cajas 6 cauces de los rios, cuando finalizan las lluvias, en
los recodos, y aun en las orillas de la corriente se verifican planos
cubiertos con arena, como tambien que bajo la arena de los torrentes ó
cauces que solo tienen agua en tiempo de lluvias, en el fondo de la arena,
en donde esta se une á un suelo firme, siempre se verifica humedad, ya sea
porque la de agua inmediata se transporta, ó porque las humedades de los
altos corren en aquel fondo, ó porque los rocios, en virtud de que la arena
no puede contenerlos, se precipitan al fondo.

Estos conocimientos prácticos han incitado á los habitantes de


Tepecuacuilco y de otros territorios, calientes á establecer un ramo de
agricultura digno de publicarse en beneficio de los hombres. Luego que
•finalizan las lluvias y que los rios dejan enjutos los arenales, disponen
hoyos hasta encontrar con el suelo firme y siembran la semilla de zandia:
segun la planta va creciendo van llenando con arena el hoyo, dejando libre
la estremidad de la planta, la que vegeta con vigor por la humedad de que

26
las raices la proveen. Cuando la planta supera al plano de arena, acaban
de llenar el hoyo, y una planta, cuya semilla se halla enterrada dos varas ó
más, á la vista se presenta como si la hubiesen sembrado en el método
regular.

La primera vez que vi un sembrado de este carácter me confundí,


porque uno podia concebir como á un arenal por su naturaleza estéril, sin
registrar agua para regarlo, con el aditamento de ser el pais muy calido, y
por esto no poder vegetar las plantas sin mucha abundancia de agua,
pudiesen crecer con prosperidad; mas enterado de las manipulaciones, no
tuve mas recurso que admirar á la Providencia que instruye á los hombres
para socorrer á sus necesidades.
Estoy asegurado de que en Michoacán no solo siembran zandias en
este método, sino también melones; por lo que la populosa ciudad de
Guanajuato y otras de la tierra adentro se hallan proveidas desde enero
hasta junio de estos tan deliciosos frutos. Acomódense estas prácticas en
arreglo á los temporamentos, y los hombres se aprovecharán
ventajosamente.

SUPLEMENTO
Advertí que los indios ponían sobre la tierra de los almácigos hojas de
col, ó una estera, y que por esto consiguen el logro de muchas operaciones
científicas reconocidas últimamente por tales en Europa; porque entre la
cubierta y la tierra deben verificarse mucho aire mefitico y la suficiente
humedad para que las semillas prosperen: los comprobantes de esta
verdad son las noticias que se esponen.
En una obra util, publicada en estos tiempos, se manifiesta una
operación fisica que demuestra mi asercion en todo su rigor: un físico
determinó en el rigor del invierno introducir una rama de almendro por
un agujero fabricado en el batiente de una ventana; en la pieza dispuso
una hornalla para que el calor fuese proporcionado á el que necesitan las
plantas para vegetar, é introdujo en dicha pieza el suficiente estiercol,
para que en el ámbito abundase el aire mefitico: el ramo introducido
íloreció y fructificó: ínterin el árbol espuesto á los rigores del frío se
observaba despojado de hojas é infructífero.
El sabio físico lngen Housz, que procura sorprender á la naturaleza en
sus operaciones, manifestó en 1789 que las plantas prosperan con lozanía
27
espuestas al sol; pero que su nacimiento es mas vigoroso si la siembra se
dispone á la sombra.
Los indios, como tengo espuesto, logran ambos arbitrios con su
operacion: esto es, que las semillas se hallen interpuestas en lugar
obscuro, entre la tierra y el tlapestle 6 cubierta, en donde no hieren los
rayos solares, y en el estado de recibir el aire mefitico dimanado de la
fermentacion el cieno, y de las plantas acuatiles que se le mezclaron.

Se tiene referido por los antiguos historiadores de México, que las


chinampas 6 huertos eran flotantes: no tengo registrado alguno, ni sé el
que se verifique tal disposición; pero atendidas las circunstancias, vivo
persuadido por Jo que ha variado el plano de las lagunas, que ecsistieron
estas chinampas 6 huertos movibles: las aguas se hallaban muy altas: luego
los indios no podian fabricar sus huertos en arreglo á lo que practican en
el dia, que es lo que tengo referido. Cuando las aguas estaban altas, es
regular que en los céspedes fabricasen sus huertos: esto serian los volantes
6 movedizos: refiero lo que veo, no lo que pudieron ver otros.
Pero en comprobación de que ecsistieron huertos flotantes, paso á
esponer lo que se verifica en la hacienda de San Isidro situada en donde
principia la peninsula que divide á las lagunas de Chalco y Texococo. A
dicha hacienda pertenece una grande isla flotante, que sirve para surtir de
alimento á las bestias, que estan destinadas al servicio: á esta isla flotante
que conocen por el Vandolero, porque si los vientos soplan por el
Nordeste 6 Norueste, se aleja del territorio de la hacienda por mas de dos
leguas, y si reina el viento Sur, ya sea con inclinación al Oriente lo que es
regular, 6 del Sudoeste, se encamina á unirse con las tierras firmes: esta
que sin disputa es una verdadera isla flotante, que sufre el peso de muchos
bueyes, me inclina á crecer que antiguamente en el valle de México
ecsistieron semejantes huertos, aunque en el dia no los hay á causa de lo
que han disminuido las aguas de las lagunas.2
Lo que me admira es el ver como ciertas gentes, por solo no ver los
huertos flotantes que vieron nuestros antepasados, infieren de esto, que
todo lo que dijeron los antiguos historiadores es una fábula, cuando el
disponer huertos flotantes no tiene nada de imposible. Si en un corcho 6
en un madero delgado se coloca una pequeñísima capa de tierra, y se
siembran semillas en ella, estas nacerán y prosperán segun la cantidad de
tierra proporcionada á surtir jugos á las plantas: si lo que tengo observado
sobre esto lo divulgase, ocuparia muchos pliegos: básteme aclarar que los
28
huertos movedizos no fueron ficcion de los que los anunciaron, sino que
supuestas las circunstancias en que se hallaban las lagunas, los indios sus
habitantes se valieron de semejante arbitrio para sustentarse. Damos
crédito á lo que se nos dice de los pensiles de Babilonia, porque esto viene
del Oriente, y dudamos de lo que hicieron los mexicanos que son
occidentales.

Acabo de decir, que al registrar las chinampas ó huertos, al mismo


tiempo se ven hermosos terrenos poblados de flores y árboles que
presentan bosques; y como mi fm principal es el manifestar la realidad,
debo ahora advertir que el pueblo de Ixtacalco, como también los otros
(cuyos vecinos son agricultores) no hace mucho tiempo que desde lejos
presentaban el aspecto de un bosque: en el dia no es así, hay muchas
chinampas adornadas con sauces, pero en pequeño número respecto á lo
que antes se verificaba: muchas son las causas de que depende la
disminución de árboles: la primera, porque con motivo de la sabia
determinación de que las calzadas y nuevos paseos se poblasen de
arboleda, luego que los indios lo supieron talaron los árboles de sus
chinampas, para venir á venderlos. Lo segundo, porque con haber bajado
las aguas, se ha multiplicado en los huertos una casta de ratones, que se
diferencian de los caseros en su cola corta, y los indios han observado que
las raíces de los árboles les proporcionan alvergues, de donde salen á
devorar las plantas y las raíces, y por esto ya no siembran como antes
tantos árboles en sus chinampas: mucho contribuye también el que se han
dedicado á surtir combustible a las oficinas de salitres; y cuando el indio
esperimenta necesidad urgente, destroza aun los pequeños árboles para
libertarse de la necesidad que en el día lo oprime.

NOTAS

l. Véase resumen al fin de la memoria.


2. Finalizada esta memoria tengo averiguado (vale mucho en ocasiones ,cprcsentar
el papel de un porfiado) que en cierto sitio se verifican chinampas 6 huertos que
mudan de lugar. observaré lo que se me presente, lo espondré, porque semejante
prácti(a en los tiempos de la superstición, hubiera convertido en h~roes a tan
industriosos agricultores.

29
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FRAGMENTO DE UN ESCRITO DE ALZATE SOBRE EL
ESTIERCOL DE MURCIELAGO(l 791) *

Los mosquitos que desde los polos á la línea atormentan á los


vivientes; en México, esto es, en lo que se debe llamar ciudad, son
desconocidos: apenas se registra en las oriUas de la acequia principal uno
ú otro, conducido con las hojas de la planta del maíz que se transporta
para el sustento de las béstias. Desde septiembre á octubre, que es el
tiempo en que se manejan dichas hojas es cuando se ven volar y se
introducen en las habitaciones inmediatas. 1

NOTA
1
Debe asombrará un físico como estando la ciudad rodeada de lagunas ó pantanos
en ella no se csperimenta plaga de estos insectos memorables en la Santa Escritura
por lo que se verificó en Egipto: mas áqui entra el lugar para una obseivación
particular: al Sueste de México se halla el cerro cónico obtuso de lxtapalapan, en él
se hallan dilatadas cuevas que proporcionan alvcrgue á un número infinito de
murciélagos; estos al anochecer salen de ellas en tanta abundancia formando unas
columnas interminables, que la paciencia en obscrva.rlas se fatiga: estos murciélagos
son los aniquiladores de los mosquitos; pero como la naturaleza dirigida por el

'Procede de la Gacela del 17 de noviembre y 19 de diciembre de 1791 que trata de "La


descripción topográfica de México". Gauia. ele Literatura ele México (4 tomos, Puebla,
1831), tomo 11, p. 306. (N. de E.). Se respetaron ortografía y puntuación de la versión de
1791.
supremo Artfficc tiene equilibrados los bcnelicios con el pcr¡u,ao, tiene
determinado que estas legiones de murciélago. sirvan de alimento á una grande
porción de gatos que en su origen íueron domésticos, pero en el día silvestres, y se
nutren de los murciélagos: lo,; gato,; minoran diariamente la especie murdélaga.
esta devora á los mosquito,;, y lo,; habirantes del valle sin sentirlo disírutan la
verdadera utilidad. Como un conocimiento encamina á otro, participaré esta
noticia. Lo6 indios de Xochimilco que siembran mucho chile, que aquí conoccmo,;
por tornachile, arriendan lo,; escombros de dichas cuevas ú hoqucdades, conducen
el escreto de Jo,; murciélago,¡, lo m=lan con la tierra, y así logran unas cosechas
abundantes. En la agricultura nada sobra, todo es úril, cuanto,; nueva; arbitrios
pueden establecerse en virtud de esta mi advertencia no lo sé, apelo al tiempo, juez
supremo que determina de lo úril, de lo despreciable.

32
FRAGMENTOS DE UN MANUSCRITO DE LA
EXPEDICION DE ANTONIO PINEDA POR EL SUR DEL
VALLE DE MEXICO(1791) •

Expedición a la Hacienda de S. Isidro y Sierra Nevada por Tezcuco


Salí de la Capital por una de las Acequias que guía a Mexicalzingo. En
esta pequeña población se conserva el plano de un antiguo adoratorio en
figura de plataforma, el cual tendría 25 varas por cada uno de sus frentes,
se conservan vestigios de cuatro escaleras por las cuales se abordaba a
este edificio: la parte que se ve dél conviene perfectamente con las
descripciones y pinturas de otros varios que se encuentran en la historia
de este país (véanse los dibujos del plano y perfil que trae el A). En este
adoratorio que se descubrió muy poco hace, se hallan aún los esqueletos
humanos: es regular que cuando la laguna se inundaba formando un
pequeño mar, arribasen las canoas de todas partes a sus escalas, como a
las de un muelle.

Mexicalzingo es un pueblo que apenas contiene 100 familias de indios:


su terreno se eleva sobre todo el adyacente, o por la naturaleza o por el
arte: la área del pueblo se forma de tezontle y argamazas que se aglutinan

'Del documento inédito que se localiza en el Musco Naval de Madrid, Espalla, enttc los
papeles que allí se conservan de la expedición de Malaspina a Nueva Espalla (1789-1794).
Este se localiza en fojas 1491"-JSlv del Ms. 563, doc. 2. La paleografía es de Teresa Rojas R.
Los dibujos que se citan se encuentran probablemente en el Archivo del Jardín Botánico de
Madrid. No pudieron ser consultados. Se respetaron la onografía y la puntuación de la
versión original. (N. de Com.).
hasta formar un piso muy sólido sin las incomodidades del terreno
fangoso que lo circunda. Media legua al E. de ésta está el pueblo y cerro
de Iztapalapa (véase su perspectiva) entre los cuales existe aún una
calzada del tiempo en que todo aquel terreno sería un pantano extenso.
En su medianía hay un puente de 40 varas de largo y 5 de ancho sostenido
sobre 4 arcos con sus estribos: en el día no tiene río ni algún vestigio de
agua, y sólo es un monumento que afirma la existencia de la laguna en
aquel paraje comunicada por algún canal o estero.
El cerro Jztapalapa e.s un volcán extinguido de donde se saca mucho
tczontle, y donde se conservan muchas cuevas formadas de aquella piedra:
una de ellas se ha transformado en ermita, y se venera una efigie del
entierro del Señor muy estimada en aquel pais: esta cueva aunque
enjavclgada ofrece por sus paredes los vestigios de la lava. A la derecha en
el mismo monte hay otra gran cueva a modo de domo, que tendrá unos 30
pasos de diámetro y 4 de altura a modo de horno de cal compuesto de
adobones grandes: en parajes de ella hay mucha lava stalagmitica o
mantelonada calcárea, en grandes montones.
Otra de estas cuevas era mucho más considerable que las restantes,
aunque de la misma piedra. Su diámetro eran 120 pasos, internado en
partes a mayor profundidad, pero que la falta de luz y la poca altura no
permitían registrar: su anchura eran 30 pasos, y la naturaleza dejó un pilar
en su centro para que se sostuviera: la forma de éste era de dos conos que
unían por su vértice: su entrada aunque de pequeña elevación está al S. y
al E. Otras muchas se registran en este monte por donde respiraban los
fuegos que contenía en sus entrañas: todas ellas forman adobones con sus
domos en forma de hornos donde puede estarse en pie: sus medianías se
ven llenas de lavas sólidas, y del tezo11tle o lava porosa. Las superficies de
sus paredes se adornan con mosaico calcáreo, de lavas stalagmiticas, que
sin duda ayudarían a la fusión de la piedra, pues en la parte que tocan
estas sustancias calcáreas, se encuent ra más celulosa.
Si se cortase este monte verticalmente y enseñase su perfil, se verían
las secciones de otras muchas cavidades, que comunicarían
1
verosímilmente con una central, en donde estaría su foco; y si es lícito
interpretar por unos hechos cómo obraría la naturaleza en otros casos,
cuando sucedió la erupción de' este volcán, se acumuló tal cantidad de
peñolería, que haría correr las venas de fuego desde el foco principal a
reconcentrarse en los parajes en que halló huecos, y obrando allí
34
aprisionado contra las paredes de la cárcel que lo oprimía, formaría
incesantemente nuevos humeros y boca.

... Desde este punto en la dirección del canal sigue al SE, formando
varios senos y zig 7,ag: en partes se profundiza y está escavado para la
navegación de las canoas. La ciénegas y recodos están cubiertas de lava;
pero aquellos jardines flotantes conocidos con el nombre de Chinampas,
cuyas pintu ras recreaban la imaginación y hermoseaban la capital, ya no
existen; y solo se ven las huertas estables en la inmediación de México,
lztacalco, y otros pueblos, en que se ha transformado gran parte de la
laguna, los cuales abundarían infinito si hubiese más habitantes, pues
muchos de sus terrenos son un prado pantanoso donde pacen los ganados.
No obstante, algunas de aquellas huertas palustres adhieren tan poco al
fondo que los canoeros las movían cuando tocaban a ellas con sus
palancas.2

En la hacienda de San Isidro, propia de don Simón de la Torre, debí a


su dueño una acogida obsequiosa, y todos los auxilios que necesité en mis
excursiones. Los cerros que se hallan junto a una hacienda de la
extinguida compañía, ocupan un lugar muy distinguido en el valle
mexicano para que no me animase a reconocerlos de cerca. Ya los había
divisado viniendo de Cuemavaca y se registraban bien desde la ermita de
San Miguel, y aún desde estas grandes distancias se conocía su forma
volcánica como truncada, y la cavidad de sus calderas. Yo aproveché esta
ocasión para visitar tres de ellos. La Caldera que es el inmediato a San
Isidro, otro que cae al ENE, y otro más considerable que distará como
una legua.

El volcán de la Caldera, aunque cubierto todo alrededor de vegetación


y en partes de tierra, sus paredes se forman de muchas capas de arenario
lisas, las cuales se redoblan en la crateria a la parte interior de ella. La
formación de aquella especie de piedra, y el poco tezontle que había en
ella, me introdujeron a creer que este volcán ext inguido ha arrojado
mucha agua.

El que cae al ENE poco menos de una milla, tiene capas de arenario
plúmbeo del modo que el anterior, mucha tforra franca, y pocos vestigios
volcánicos: en sus barra ncas se ven capas verticales de una especie de
córnea negra. La subida es suave, la figura cónica, pero las faldas son muy
tendidas con quebradas hacia todas direcciones y mucha vegetación.

35
El que cae más distante llamado... tiene dos mil pasos de
circunferencia: sus paredes de arriba a abajo constan de lavas porosas y
de su caldera sacan esta materia para edificios: las lavas son negras,
encarnadas, moradas y amarillosas: tienen diferentes grados de
semivitrificación: las hay muy ligeras, sumamente porosas como panal,
algunas tan derretidas como las scorias de los hornos más activos; en
muchas de ellas cales metálicas blancas; en otras amarillas y verdosas
como las vistas en los humeros de volcanes existentes. Antes del cuerpo
del volcán se sube una gran loma de mal-país cubierta de lavas negras, sus
llamas se reconoce que tuvieron salida por varias partes.
Una quebrada que hace frente a la Hacienda de Sao Isidro me pareció
haber sido el paraje de una erupción; los bordes de esta caldera no
conservan un níve~ suben y bajan formando picos, y me persuado que ésta
y otras tres que corren hacia la hacienda de la Compañía se comunicaban
entre sí.
Las vistas del Valle, de sus lagunas y los pueblos que la cercan, recrean
infinitamente: la vegetación es abundante y todo constituye una hermosa
perspectiva que procuré copiar en algunos borradores.
Desde la hacienda de San Isidro siguió el camino de Amecameca entre
el E y NE: el terreno es bastante llano, se atraviesa la falda del cerro de
11apacoya y una infinidad de pequeños pueblos, Santa Marta, San Juan
11apisahua, Aiotla, Iztapaluca, Santa Bárbara, Venta de Chalco, pero los
más considerables son San Marcos 11almanalco, Los Reyes y Setlalpa. Por
todas partes se veo los sembrados de maíz, que en la estación se veían
atrasados: en los eriales se observaba el Sinapi Ol'Uense que abunda tanto
en los campos mexicanos como en Europa. Las Anagallis phoenicia,
tradescantias, vervenas, he1111osos Solanos y el árbol Molle: algunas dehesas
en barbecho, blanquean con la hermosa Argemone Americana. El terreno
se encuentra cortado a trechos con algunas grietas profundas por donde el
agua se dirige a las lagunas. Nada sería más beneficioso a estas partes que
contener estas aguas y elevarlas con máquinas, cuya ejecución no sería
difícil: podrían fertilizarse inmensos terrenos y después volverlas a
conducir a su antigua madre: todos estos campos se ven taladrados de
madrigueras que hacen la tusas, tia/coyotes y cacomistles.
Desde 11almanalco se eleva el terreno, se atraviesan los pinares por
calles umbrías, cubiertas de vesneros que parecían el cagnus, rosales,
sauces y otros árboles: se baxa al llano de Mecameca, y en el camino se veo
granos ferrugíneos, brillantes, piedras de tezontles porosos, rojos y negros.
36
Desde los varios puntos de vista a que me transportaba sucesivamente,
noté que los volcanes de las calderas, San Isidro y adyacentes que corren
en dirección E.O., pasan a encontrarse con otra serie de montes de
estructura volcánica aunque cubiertos de pinos, los cuales salían de las
sierras nevadas: entre los que rodean el valle mexicano sobresalen más de
40 Morros, que en toda probabilidad son igniciones. Las cimas y algunos
edificios de los pueblos donde pasamos son de tezontle.

Todo el camino se hizo como por una cabecera del Valle al pie de los
montes, en los cuales sólo se veían algunos pequeños pájaros, cuervos y
zopilotes.

El pueblo de Mecameca está situado en desorden: cada casa está


labrada enfrente de su maizal o pequeña Milpa: son de adobe y ocupan la
extensión de media legua: cada una tiene varios árboles contiguos, que le
hacen sombra a todas horas del día, la iglesia forma uno de los lados de la
plaza que está al centro. Los indios de que se compone lo más de la
población logran una mediana abundancia por la feracidad del terreno
para el maíz y la caña, la cual llegará en la actualidad a la altura de un
jinete, no obstante de ser el año algo escaso: entre ella plantan los frijoles,
y legumbres. Poseen estos habitantes unos frondosísimos pinares, pero los
cortan sin discreción: algunos se caen de viejo y embarazan los caminos
hasta podrirse, entretanto que la segur· se emplea en los más lozanos:
estos troncos se conducen por un buey que los arrastra por cuerdas que le
amarran a las astas.

La gente más distinguida de estos pueblos son los mercaderes mixtos


que vienen de las provincias septentrionales de España: la frugalidad de
estos traficantes industriosos se abre el camino de las riquezas en América
del mismo modo que en la Andalucía: allí humildes y abatidos ejercen el
menudeo más mezquino y aseguran vendie ndo al fiado unas riquezas
seguras, con que desquitar después las humillaciones anteriores. En la
América se miran las cosas bajo otro aspecto: las pulperías o tabernas se
sirven con más decoro: en ellas se ostenta el pomposo Doro (sic), se goza
la alternativa con toda clase de gentes, y no son incompatibles el manejar
las medidas para empuñar el bastón del mando; antes bien suele recaer en
ello cuando se ausentan los propietarios. Si por algún accidente reune en
propiedad la jurisdicción pierde el carácter humillante, con que se hace
aborrecible el orgullo español la mezquindad de este tráfico: todos

ºHacha grande para cortar. (N.de O,m.).

37
contribuyen al tendero, el tímido indio, el despreciado mulato viene a
entregar a su tienda con gran respeto cuantos medios y clacos puede
adquirir nuestro D. Fulano chupa, como sucio decirse, a dos carrillos,
compra cuantas posesiones se presentan y al fin viene a parar a sus arcas
cuanto numerario escapa de las del Cura o del Erario Real: sus caudales
quedan intactos para sus hijos que los disfrutan completamente, aunque
no por mucho tiempo: criados según costumbre del país en el lujo e
indolencia, erguidos con porvenir de sangre española, y tal vez con alguna
ejecutoria de hidalguía, carecen de la industriosa economía de sus padres,
disipan en poco tiempo cuanto aquellos adquirieron, y sus riquezas
vuelven a entrar en nueva circulación.
Los víveres corren en Amecameca con abundancia y baratos: el jornal
de un indio son dos reales: lo mismo una gallina y 5 el cuarto de carnero:
un pan de a libra 1(2, y el almud de maíz 1/4. El temperamento por la
noche era de 63 a 65º far. puesto el termómetro en un cuarto bajo, lo cual
indica que es excesivamente más frío que el anterior: los granizos son
frecuentes y en la tarde que llegué cayeron de 6 a 7 lin•. de diámetro.
Su cura actual don Lino Gómez, me franqueó varias noticias útiles de
su vecindario, apreciables por su docto y benemérito autor (se
incoporarán cuando se agreguen y metodicen las descripciones de cada
pueblo).
Desde Amecamcca salí para la Sierra Nevada con ánimo de pasar la
noche en una cueva que hay en su falda. El camino duró 6 horas por la
pausa con que caminaban mis dos guías. Todo es una quebrada adornada
de pinares con un arroyo que se dirige hacia el P. El terreno se eleva al
principio pausadamente y después con rapidez: el agua forma pequeñas
cascadas, especialmente en el sitio llamado Ca.ida de agua. En el primer
tercio de la cañada se ven sembrados, después algún ganado vacuno, y los
ranchos de los boyeros que habitan solamente en la estación de hacer
quesos. Los vecinos de Amecameca hacen en ella cortes de leña, y los
golpes de la hachas resuenan por todas partes; pero el desorden que
hemos notado en los cortes despojará bien breve estos montes, que
empiezan ya a verse claros, como sucedió en otro tiempo a los de México.
Casi el mismo camino que me había conducido a lo alto de aquella
sierra volvió a traerme a la hacienda de San Isidro, desde la que había
pensado dar un rodeo a la gran laguna y regresar a México por Tezcuco.
Uno de los objetos que me propuse en este viaje, además del examen del
terreno, que es poco o nada variado, fue el de multiplicar las marcaciones
38
a todos los objetos notables que se ofreciesen para que unidos a los
trabajos que harían mis compañeros de viaje en México pudiese
completarse un plano, mucho más exacto que el impreso por el erudito
don Carlos Sigüenza, y que el manuscrito de Velázquez: en ambos se
notan varios defectos: faltan o varían pueblos, ó no están puestos con
exactitud. Yo no podía sin embargo consultar otros instrumentos que una
aguja y mi relox de segundos; pero la prolijidad con que usé de ambas
medidas me hace confiar en su exactitud en cuanto sea compatible con los
medios. Para expresar los nombres provinciales de cada pueblo, los hacía
repetir mucho a mis guías, y después los decía yo hasta asegurarme que
los pronunciaba bien; sin embargo el sonido de los nombres mexicanos es
tan disonante a nuestros oidos que no me atreveré a responder de la
exactitud.
(Como la idea de rectificarse el plano no ha tenido efecto, om.itimos
por ahora expresar un crecido número de marcaciones que podrán
extraerse de los diarios siempre que parescan útiles).
Todo el camino fue por el llano orilla de la laguna, que está
aprovechado con maíces y población. Estas contienen infinitos indios, y
los campos se ven siempre acompañados de trajinantes ya hombres, y ya
mujeres. De ambos sexos se notaba que hay muy buenos andadores; dos
de ellos seguían mi mula que andaba de 170 a 200 pasos cada minuto, por
muchas horas: los pequeños pueblos situados entre grupos de frutales
presentaban agradables paisajes.
Después que dexé a Tezcuco hice una segunda escala en el pueblo de
San Salvador de Atengo donde repetí marcaciones, habiendo medido con
cuidado la distancia entre ambos pueblos, para que me pudiese servir de
base. Todo el camino gira alrededor de la laguna, cuya cerca dista por
algunas partes más de media legua de las aguas: mucha parte del terreno
prados anegadizos, cubiertos de yerba donde pastan los ganados; otros,
manchones y trozos se ven desnudos de toda vegetación, cubiertos de
Tequesquite y las arenas impregnadas de aquel sal: varias piedras rodadas
de tezonte, y otras de pórfido, de que se cubren también las montañas
adyacentes.
Desde la venta (véase bien si es la del Carpio) se goza un hermoso
punto de vista de la laguna: todas sus aguas se reúnen hacia el centro
donde tenía su antiguo lecho, y dejan por toda la circunferencia un vasto
terreno arenisco como marisma, desnudo de toda vegetación y salitroso:
sus arenas secas hervían con el áccido: las piedras rodadas que hay sobre
39
estos arenales están cubiertos de una incrustación calcárea que no tenía
sabor salino: en toda su extensión no se ven cisnes, ni patos, ni ningún ave
palustre.
Si el arte despojase de Tequesquite aquellos terrenos y se elevasen con
máquinas las aguas de la laguna para repartirles riegos se acrecentarían
infinitamente una inmensa cantidad de tierras labrantías que ahora se
miran inútiles: con solo 40 ó 50 pies que se lograse elevarlas entre
/zJapalapa, San Isidro, Santa Marta, etcétera fructificarían muchas
eredades que están atenidas a las lluvias.
Por el frente del N. de la laguna, el valle forma entradas y rincones que
se ocupan con poblaciones y haciendas. En Guadalupe repetí mis
marcaciones, y como tengo hablado de estos parajes, omito el repetir mis
observaciones.

NOTAS (F. !66R-166V).

l. Estas lavas mamelonadas ó tufas tenían est0& caracteres: color por fuera blanco,
por dentro negro: aquel se produce de la substancia calcárea y éste de la piedra
convctida en lava, la cual antes de su ignición sería pórfido que es la roca ma!s
común en 10& montes mcxican0&. Superf. lo que a la vista parece marmelonado se ve
de cerca, que tiene tubO&, y forma escabrosidades: fru<lura porosa granulosa y
negra: calidades. la substancia blanca hierve con el ácido la interior centellea al
eslabón.

2. No será fuera del propósito el escribir la formación de estas islas una especie de
nunfea de quien no pude ver la flor, pero que su raíz era fibrosa, en verticilo, o
rodajuela: tallos rolliz0& ligeros: hojas arriftonadas de una pulgada de dia!mctro, la
cara superior verde, el envés giboso compuesto de una sustancia porosa celular,
blanquisca como la médula del sabuco o de la enea (Otipil). Esta ligera sustancia
sobrenada y puede sostener sin sumergirse cierta cantidad de peso proporcionada a
su volumen: sus hojas ex1endidas sobre el agua forman un plano: las raíces se
entrelazan y forman un ensamblaje: sobre este ambulante pavimento que
sobrenada como el Sargaso caen las semillas del (sk) grama y otras diversas
plantas palustres: el cieno que acanean estas aguas siempre turbias se enreda entre
las raíces, se acumulan hojas podridas que se resuelven en tierra, y ron el tiempo se
forma un sucio poco adherido a la tierra. Cuando las lagunas tienen agua
sobrenadan y resultan esos pedazO& de tierra ambulante en que forman las
chinampas. En la laguna de Xuchimilco me aseguraron que son tan grandes que
pastan muchO& ganad0& y crecen aroolcs. Será admirable espectáculo ver 10&
cuadrúpedO& y los bO&ques entregados a la voluntad de los vientos.

40
'

FRAGMENTO SOBRE LAS CHINAMPAS (1861)*

Edward B. Tylor

En tiempos antiguos, cuando [la ciudad de] México estaba en medio


de un gran lago y los habitantes no eran suficientemente poderosos para
adquirir tierras en las orillas, [los mexicanos] se vieron obligados a hacer
cosas extrañas para obtener la subsistencia. Entre otros expedientes,
adoptaron el de hacer pequeñas islas flotantes, que consistían en balsas de
carrizos y de matorrales, sobre los cuales amontonaban el fango de las
orillas de los lagos. En los bancos del lago de Texcoco el lodo estaba, al
principio, demasiado lleno de sal y sodio para ser útil para el cultivo; sin
embargo, echando agua del lago sobre el fango y dejándola filtrar,
consiguieron disolver la mayor parte de las sales, y permitir el cultivo de la
isla, que daba cosechas espléndidas de vegetales. [Nota de Tylor al pie de
la página]: Chalco era y es un lago de agua dulce, y allí no había necesidad
de hacer tal cosa.

Estas islas se llamaban chinampas, y con frecuencia eran lo bastante


grandes para que el propietario construyera una choza en el centro y
viviera allí con su familia. En tiempos posteriores, cuando los mexicanos
ya no temieron a sus vecinos, las chinampas no tuvieron mucho uso, y
cuando el agua fue drenada y la ciudad quedó sobre terrenos secos,

• lx la obra publicada en 1861, Anahu.c, or Mrxlco and the mexlcans, anclent and
modem. Esta traducción se tomó del libro de Angel Palerm, Historia Ck la Etnologla.
Tylor y los proreslonales británicos, México, D.F., CISINAH. Ediciones de la Casa Chata
S, pp. 24-25. Las palabras entre corchetes fueron agregadas por la compiladora.
podría suponerse que este artificio tan difícil y costoso fue abandonado.
Si.n embargo, al mexicano le cuesta mucho cambiar las costumbres de sus
antepasados; tenemos el testimonio de Humboldt, que dice que en su
tiempo todavía existían algunas de estas islas artificiales en el lago de
Chalco, y que sus dueños las remolcaban con una soga o bien las
empujaban con una pértiga larga. De cualquier manera, ahora ya han
desaparecido, aunque todavía se llama chinampa a las huertas que existen
a lo largo del canal.
Estas huertas se parecen mucho a las islas flotantes, ya que se
construyen con fango amontonado sobre un cimiento de carrizos y ramas;
aunque no son verdaderas [chinampas] y no flotan, son muy interesantes
como modernos representantes de las famosas huertas mexicanas. Son
fajas estrechas de tierra, con un frente al canal de cuatro o cinco metros y
una profundidad de cien o ciento cincuenta metros. Entre estas fajas hay
acequias abiertas, y una de las principales ocupaciones de los propietarios
parece ser la de acarrear lodo del fondo de las acequias, valiéndose de
una pala de madera, y arrojarlo sobre la huerta en los lugares en que se ha
ido hundiendo. La razón de la estrechez de estas fajas es que permite
arrojar el lodo sobre (toda la huerta) desde las acequias de cada lado.

42
LAS CHINAMPAS DEL DISTRITO FEDERAL (1912)*

Miguel Samamaríu

PRESENTACIÓN

Con fecha 26 de Julio de 1911 fui comisionado por la Dirección


General de Agricultura para practicar un estudio de las chinampas del
Distrito Federal, tanto respecto de su formación y explotación, como de
las condiciones económicas en que se verifica esta última y de las mejoras
que sea conveniente implantar en estos terrenos.
Para el desempeño de la comisión me dirigí á Xochomilco, donde
comencé á recoger los datos necesarios que me fueron suministrados por
los principales cultivadores de la localidad.
También estuve en lxtapalapa é Ixtacalco, lugares en donde el cultivo
de las chinampas está mucho menos extendido que en Xochimilco. Sin
embargo, pude hacer allí observaciones interesantes y obtener datos de los
cultivos especiales de esas regiones.

' La portadilla de este folleto dice: Las china mpas del Distrito F•deral. l níorme rendido al
Señor Dir«tor General M Agricultura por el agrónomo Miguel Santam.aria, M6xioo.
Imprenta y Fototipia de la Secretaria de Fomento. Primera calle de Bctlemitas núm. 8, 1912.
Tiene 40 páginas. )Se respetaron la ortografía y la puntuación del original). (N. de Comp.).
Antes de entrar en materia, sólo me resta hacer presente mi
agradecimiento á los señores Prefectos Políticos de Xochimilco é Ixtapala
por la ayuda que me impartieron, que facilitó mucho mis investigaciones.
Con el fin de ordenar este informe, he creído conveníente dividirlo en
dos partes: la primera trata de los asuntos referentes á la formación y
culLívo de las chinampas y se titula Parte Agrícola; la segunda se refiere á
las condiciones económicas de su explotación, titulándose Parte
Económjca.

PARTE AGRlCOLA
Historia
A raíz de la fundación de la gran Tenoxtitlán en el año de 1325, los
indios carecían por completo de medios de vida, su único dominio era el
lago inmenso en esa época, en el cual sólo exístían en dirección Norte-Sur
algunas islas de tamaño desigual, con suelo fangoso y anegadizo, ocupadas
por carrisales y tute y rodeadas de grandes masas de plantas palustres, y se
alzaban las dos cimas aisladas de Tcpepolco (Peñón de Marqués), y
Tepetzíngo (Peñón de los Baños), brotando en ese segundo las aguas
termales de Acopilco. Obligados por la necesidad se hicieron nautas,
pescadores y cazadores; pronto aprendieron á apoderarse de las aves
acuáticas, de los peces, de los animalejos de varías denommacíones
criados en el agua; siguieron con los gusanos, con los moscos y huevos
puestos por éstos (Ahuauhtlí) y hasta con cierta borda llamada
"excremento del agua": objeto grande oí chico escapó á su observación
entre las plantas ú objetos anim ados. Todos aquellos productos eran
vendidos en los mercados de tierra firme, obteniendo en cambío madera,
pied ra, cal y utensilios. Servíalcs la madera para formar estacadas, que
robustecidas con piedra y rellenadas de tierra y césped, se convertían en
tierra firme; así unieron á la principal otras pequeñas islas, ensanchando
el suelo y ganándoles sobre el elemento líquido.
Naturalmente, la vida de este modo les era muy poco llevadera, su
alimentación era sumamente exígua y sus vest idos eran confeccionados
con plant as acuáticas. Gran cantidad de gente murió á consecuencia de
las hambres y pestes que asolaban continuamente la comarca.
Muchos años sorportaron estas penalidades sin cuento, hasta que el
despotismo de un rey llamado Tezozomoc, les obligó á dedicarse al cultivo
de las plantas, mejorando de este modo, impensadamente, su situación.
44
Sucedió que Tezozomoc, cacique de la Tribu Tepaneca, en ese tiempo
(1380) la preponderante en el Valle de México, sospechó que los
Tenochca intentaban sublevarse contra él. 1

Para reprimir aquella audacia, el tepaneca reunió á los de su Consejo,


y una vez conferenciado quedó dispuesto que el tributo de los Méxica, que
consistía en peces, ranas y legumbres, en adelante fuera doblado; además
presentarían cierto número de sauces y sabinos crecidos y para plantar en
donde se ordenara, y un campo flotante sobre las aguas, llevando
sembrado maíz, chile, frijoles, calabazas y huauhtli. Notificados los Méxica
quedaron en la mayor aflicción, supuesto que los árboles preciso era
sacarlos de tierras de sus enemigos, y formar la sementera flotante les
parecía imposible. lnfundióles valor Acamapictli, quedando
completamente tranquilos al día siguiente, al saber por boca del sacerdote
Ococaltzin haber hablado Huitzilopochtli la noche precedente en estos
términos: "Visto he la aflicción de los Mexicanos y sus lágrimas: diles que
no se aflijan ni reciban pesadumbres que yo los sacaré á paz y á salvo de
todos estos trabajos: que acepten el tributo; y dile á mi hijo Acamapictli
que tenga buen ánimo y que lleven los sabinos y los sauces que les piden, y
hagan la balsa y siembren en ella todas las legumbres que les piden, que yo
lo haré todo fácil y llano".

Era el consejo de la prudencia; obedecer y callar en espera de tiempo


propicio. Pagóse doblado el tributo, quedaron plantados los árboles en
donde á los tepanecas plugo, y fué el huerto flotante con las semillas
crecidas y bien logradas. De entonces data la invención de las "chinampas"
que de tanto alivio fueron después á los Tenochca, para la siembra de
plantas y flores; careciendo, como carecían, de tierras para el cultivo.
Situación geográfica

Contenida la región de las chinampas en el Valle de México, á grandes


rasgos describiré la geograña de este Valle, el segundo en altura de la
República.

El Valle de México situado entre los 19"5' y los 20°10' de latitud Norte,
es un valle cerrado que se halla á 2 260 metros de altura sobre el nivel del
mar. Colinda por el Norte, Este y Oeste con los distritos de Tenancingo,
Lerma Tlalneplantla, Texcoco y Chalco, del Estado de México, y por el
Sur con el Distrito de Cuernavaca, perteneciente al Estado de Morelos.
45
Las serranías que lo rodean: Sie rra del Ajusco, de Las Cruces, Nevada
y de Pachuca, de las cuales la más alta es la de Ajusco (3 850 metros sobre
el nivel del mar), han dado á la cuenca hidrográfica una disposición
particular.
Las aguas que descienden de las serranías, formando pequeños ríos,
caudalosos en la é poca de las lluvias, se depositan en los lagos de Chalco
(ya desecado). Xoehimilco y Texcoco, situados en la región Sur de la
cuenca, y e n los de San Cristóbal, Xaltocan y Zumpango de la región
Norte, antiguamente muy extensos y ahora desecados en parte, debido al
desagüe artificial que da salida al excedente de agua por el río Pánuco que
va á desembocar en el Golfo de México.
Las chinampas se encue ntran situadas e n su mayor parte e n el Lago de
Xochimilco, al Sur-Este del Valle. En la margen derecha del canal que
une el lago Xochimilco con la ciudad de México tambié n hay chinampas,
aunque pocas, en los pueblos de Mexicalt:z.ingo, lxt acalco y Santa Anita.
En este último lugar tienden á desaparecer debido á que la cantidad de
agua que reciben no es suficie nte para mant ener el suelo e n el grado de
humedad que requiere el cultivo de las legumbres.
Climatología
El sucio y el clima rigen las operaciones del c ultivador, ambos factores
iníluyen directa y notablemente e n la vida de las plantas, sin que se pueda
decir cuál es el principal. El sucio puede ser modificado tant o e n sus
propiedades físicas con los riegos, el drenaje, las labores, etcétera, como
en su constitución química haciendo uso de los abonos. En cambio el
clima no se puede modificar, el agricultor tiene que someterse á todas sus
irregularidades, á los cambios de temperatura, etcétera, sin pode r hace r
otra cosa que ver de impedir los efectos de algunos meteoros nocivos á los
vegetales.
La intensidad y distribución de los íe nómenos meteorológicos iníluyen
poderosamente e n la época de los distintos trabajos: así, las prime ras
heladas del invierno obligan al agricult or á violentar sus sie mbras en la
primavera, la cosecha del trigo se apresura cuando sobrevienen temprano
las primeras lluvias.
El clima es la resultante de un sinnúmero de factores: latitud, altitud,
presión, etcétera; por consiguiente, variando uno solo de ellos, el clima
cambiará también. De aquí la gran dive rsidad de climas y
consecuentemente la multiplicidad de los sistemas de cultivo, que tienen
46
que variar de acuerdo con los caracteres del clima, no habiendo un
sistema que pueda ser seguido e n todas las circunstancias.
Es un e rror creer que basta conocer los promedios de te mperatura,
presión, capa de agua y demás factores, para determinar el clima de una
localidad. Las máximas y mínimas son indispensables desde el momento
e n que son los datos que sirven para decidir sobre la posibilidad de
adoptar tal ó c ual cultivo.

Debido á la completa carencia de observaciones meteorológicas en la


región, no es posible dar en números, como sería de desearse, los datos de
tempe ratura, presión, estado higrométrico y otros que indispensables son
para definir el clima de una comarca. Me concretaré á consignar las
observaciones empíricas de los cultivadores, que no pueden ser, ni con
mucho, exactas y completas. Sería conveniente que se instalara en
Xochimilco un pequeño observatorio meteorológico, tan necesario para la
agricultura de esa localidad, centro que abastece de legumbres á la
Ciudad de México.

Algunas analogías presenta el clima de la región donde se e ncuentra n


las chinampas, con el de México, dada su proximidad. Sin embargo, por la
gran cantidad de agua que hay, la te mperat ura y la precipitación acuosa
han de diferir sensible mente.

Presión. La presión barométrica debe ser casi igual., pues apenas


alcanza Xochimilco una altura de 1.23 metros sobre la Ciudad, cifra que
no ha de variar mucho la altura de la columna.

Tempera/lira. En el Valle de México la te mperatura media es de 15ºC.,


que con poca diferencia ha de ser la de nuestra región. Las heladas son
fue rtes y frecuentes, comenzando en Octubre para terminar e n Febrero.
Vientos. Los vientos dominantes son los del Norte 6 Noreste. Son muy
temidos los vientos fuertes, frecue ntes en Febre ro y Marzo, porque
producen efectos desastrosos e n los vegetales, debido á la constitución
poco te naz del suelo que les ofrece un apoyo muy débil.

Lluvias. En los meses de Abril y Mayo comienzan á caer algunas


lluvias, aunque sin ninguna regularidad; el período de aguas, propiamente
dicho, comienza en Junio y termina e n la primera quince na de
47
Septiembre. Las granizadas son poco frecuentes: en la temporada de
aguas del presente año se registraron cuatro ó cinco.

Estos datos son los únicos que pude recoger, á pesar de haberme
dirigido á algunas de las personas que creí habérmelos suministrado.
Como se ve, son enteramente empíricos, insuficientes para darse idea
exacta de la climatología de la comarca.
Formación geológica
Pocas investigaciones se han hecho acerca de la formación geológica
de la región. Debido á la amabilidad del Sr. Ing. José Aguilera, Director
del Instituto Geológico, pude consultar algunas obras en la biblioteca de
dicho Establecimiento, de las cuales entresaqué los datos que me
parecieron ser más necesarios.2
Las planicies circunscritas por las sierras de Pachuca, Nevada, Ajusco
y Las Cruces, en otros tiempos extensos lagos, son actualmente un gran
espesor de capas lacustres de material arcilloso, calizo y de productos de
los volcanes, estando las aguas reducidas á lagos pequeños y dispersos,
alimentados por las corrientes de agua que descienden de la tierra.
En el período Mioceno del tiempo Cenozoico tuvieron lugar las
erupciones de andesita de hornblenda, que es la roca más antigua de la
región y que constituye el núcleo de la serranías del Ajusco y Las Cruces;
después á principios del período Plioceno, se verificaron otras erupciones
de andesita de hornblenda é hyperstena. Más tarde y con algunas
intermitencias sobrevinieron las erupciones basálticas, cuaternarias y
recientes. Estas últimas cubrieron tierra vegetal y cerámica de los indios,
lo cual demuestra que son muy modernas.
El fondo macizo de la cuenca de México está constituido, por lo tanto,
casi exclusivamente por andesitas que han sido desagregadas por la acción
de los agentes atmosféricos. Como resultado de la desintegración de estas
rocas y del transporte de las aguas, se han formado aluviones y capas de
arcilla más ó menos arenosa que se encuentran en el relleno de la cuenca
de México, en la forma de capas alternas de aluviones, arcillas y margas.

En el Sureste de la Cuenca, se encuentra en el relleno una turba de


mala calidad, resultado de la descomposición de las plantas al abrigo del
atre.
48
La casi totalidad de la planicie en que se encuentran los lagos del
Valle, es de formación cuaternaria. La formación de estos lagos
probablemente tuvo lugar en el período Champlain ó Diluvial, cuando á
causa de los d eshielos sobrevinieron terribles inundaciones. Las aguas,
acumulándose en muchas depresiones terrestres formaron en esa época
extensos y numerosos lagos que llenaron con sus sedimentos las
desigualdades del terre no, hasta que, concretándose á espacios, limitados,
dejaron á descubierto sus riberas.

Procedimiento empleado para la formación de las chinampas


Interesante y poco conocido es el procedimiento seguido por los
indígenas para hacer sus chinampas. Es netamente peculiar de ellos,
ideado por sus antecesores y ha sido transmitido de generación en
generación, con pocas variantes que les han sugerido la práctica y ot.ras
circunstancias, á sus actuales posee dores.

Antiguamente, había un gran número de chinampas flotantes que


podían ser trasladadas de un lugar á otro con suma facilidad, igual que si
fueran canoas, pero cuando comenzaron los trabajos del Catastro, se hizo
indispensable que sólo quedaran las chinampas fijas, pues no hubiera sido
posible hacer los levantamientos y deslindes de los distintos predios,
siendo éstos movibles. Actualmente sólo se hacen chinampas fijas y en
número muy reducido debido á que no hay ya lugar donde formarlas,
porque todos los "cimientos" (nombre que les dan á las fajas de tierra
firme que se encuentran á poca profundidad en el fondo de los canales),
que utilizaban para formar las chinampas sobre ellos, fueron declarados
propiedad del Gobierno.

Por tal razón no me fue dable ver prácticamente los trabajos que
demanda la formación de las chinampas, pero sf me fueron suministrados
los datos necesarios por cultivadores ancianos, cuyas chinampas fueron
hechas por ellos mismos.

Para proceder á la formación de una chinampa, lo primero que hacen


es buscar un "cimiento" (Figura l); esta operación es muy fáci~ y consiste
en sondear el fondo del canal con un remo hasta encontrar un punto en
que el fondo esté á poca profundidad, en seguida y con el mismo remo
hacen la limitación del "cimiento•, señalando el perímetro con estacas
largas ó carrizos.

Sobre este "cimiento" van extendiendo capas' de tierra y césped


alternadas convenientemente hasta lograr que salgan á flor de agua.
49
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f"l¡tura l. Clml,nto.

El césped crece en las llamadas "ciénagas" que ocupan muy grandes


extensiones, y está constituido por la aglomeración de plantas acuáticas,
esencialmente el lirio (Hitckom ia coernlea), en masas tan compactas que
muy bien se puede caminar sobre ellas sin hunclirse. Para utilizar el césped
lo cortan con palas o c6as.
La tierra para hacer la chinampa, la quitan á las chinampas antiguas
que á consecuencia del cultivo que reciben, como más adelante veremos,
hao alcanzado una gran altura sobre el nivel del agua, que las hace
inapropiadas para el cultivo.
Una vez que la chinampa en formación ha llegado á tener una altura
de 20 á 25 ctms. sobre el nivel de agua, proceden á plantar estacas de
sauce 6 "huejote" (Salix) en las orillas, con el objeto de consolidar el
terreno. Las estacas se plantan a una distancia de 4 a 5 metros.
Ya que los sauces hao prendido, queda la chinampa lista para ser
cultivada (Figura 2).

Figura 2. ChinAmpa lista para el cultivo.

50
A los cuatro años de formada la chinampa, ya la descomposición de la
materia orgánica es casi completa, "ya se hizo tierra•, según frase de los
indígenas.

Las dimensiones de las chinampas dependen en gran parte de la


extensión de los "cimientos". Su anchura es pequeña con el objeto de que
el agua, por infiltración, pueda llegar hasta el centro de la chinampa.
Por lo general son pequeñas, íluctuando sus dimensiones entre 5
met ros de longitud por 3 de ancho y 900 metros de longitud por 6 de
ancho; estas últimas son pocas y se encuentran en Ixtapalapa. Como
superficie media se puede considerar las de 90 metros cuadrados.
Todos los trabajos necesarios para la formación de las chinampas,
requieren gran paciencia y laboriosidad, cualidades que sobran á los
cultivadores.
Sistemas de cultivo

Los sistemas de cultivo en la región pueden ser calificados, sin temor


de equivocación, como los más intensivos que se siguen en toda la
República. La superficie de tierra cultivada es peq ueña en relación con el
trabajo y capital empleados en su explotación.
La tierra no se deja descansar un solo mes del año, se hace la cosecha
de una planta y enseguida se siembra ó transplanta ot ra, sucediendo
muchas veces, que cuando la cosecha de un vegetal ha terminado, ya
queda ocupado el terreno por otro ú otros cuya recolección se hace más
tarde. Esto se ve en las siembras asociadas, muy comunes en la región,
tales como la siembra de rábano, nabo y espinaca, la de tomate y nabo, la
de lechuga y cebolla, etcétera.

Las labores de preparación del te rreno, como veremos más adelante,


son los trabajos característicos de la explotación de las chinampas, que
acusan la intensidad del cultivo. En efecto, los trabaj os que preceden á la
labranza de la tierra á fin de dejarla en condiciones de recibir la semilla,
son laboriosos, razonados, y revelan que los cultivadores se han dado
cuenta, aunque imperfectamente, de la gran importancia de los abonos.
En lo que se refiere á las siembras, no pueden ser mejor atendidas.
Todas las plantas que cultivan, con excepción del rábano, nabo y
zanahoria, son sembradas en almácigas hechas con esmero, que permiten
dar todos los cuidados necesarios á la planta durante su primera edad.

51
Hay algunos vegetales como el jitomate, que reciben un cultivo casi
forzado. Se ven obligados los pequeños cultivadores á prodigar cuidados
exagerados á sus plantíos, con el fin de preservarlos de las terribles
heladas que tienen lugar en la época en que dichos vegetales están aún
muy pequeños, y que un descuido podría ocasionar la pérdida de la
cosecha.

Un asunto que está descuidado por la falta de conocimientos de los


cultivadores, es el que se refiere á los medios para combatir las plagas de
animales y enfermedades de las plantas.
La rotación de cosechas, otro asunto de mucha importancia, es, por la
misma razón, letra muerta para los indígenas. Se concretan á cultivar las
plantas cuyos productos tienen más aceptación en el mercado, sin
preocuparse de la conveniencia de alternar sus cultivos en armonía con las
propiedades de la tierra, las circunstancias climatológicas y otros factores
de no menor importancia.

A pesar de estas deficiencias, que son debidas á la poca ilustración que


poseen los agricultores de la localidad, el cultivo que dan á sus chinampas
es eminentemente inlcnsivo.
Plantas que se cultivan en las chinampas
El cultivo principal es el maíz; ningún cultivador deja de sembrar
aunque sea la cantidad meramente indispensable para su alimentación
cuya base constituye el maíz. Algunos <;,ultivan una pequeña extensión
para vender el elote tierno que tiene mucha demanda en la Capital.
En Xochimilco los cultivos son sumamente variados, pero los
principales son por orden de importancia los siguientes: maíz, jitomate,
chile, co~ coliflor, lechuga, tomate, col de Bruselas, cebolla, espinaca y
apio.

En Ixtapalapa los cultivos predominantes son: la alcachofa, el ajo, la


col y el chile. El Ixtacalco y Santa Anita, lugares en donde el cultivo de las
chinampas va siendo desatendido á causa de la escasez del agua, los
cultivos principales son los siguientes: lechuga, cebolla, poro ó puerro,
nabo y zánahoria.

El cultivo de las flores está también bastante extendido, especialmente


en Xochimilco é Ixtacalco, cultivándose de preferencia la amapola, la
margarita, el clavel, el pensamiento, la crisantema, la dalia y el alelí.
52
Entre las plantas cuyo cultivo es de menor importancia, figuran las
siguientes: acelga, acedera, perejil, culantro, rábano, calabaza, frijol y
pepino. La alfalfa y la cebada se cultivan en muy pequeña escala.
Paso ahora á describir el cultivo de las principales plantas por orden
de importancia, tal como es llevado á cabo en la actualidad.

Maíz (Zea mais)


Esta planta recibe un cultivo muy especial y propio de la región. Desde
luego la primera característica es que la siembra la hacen en almácigas, lo
cual es indicio de que el cuhivo es sumamente cuidadoso. Comenzaré por
describir el procedimiento típico de preparación del terreno, que es el
seguido para todas las plantas, cualesquiera que sean.
Preparación del terreno para las almacigas. La preparación del terreno
influye poderosamente en las condiciones de vida de los vegetales. Las
labores modifican ventajosamente el suelo, permitiendo su aireación,
aumentando su permeabilidad para el agua, destruyendo las malas
hierbas; en fin, poniéndolo en las condiciones más favorables para el
desarrollo de los vegetales.

La preparación del terreno en las chinampas no sólo comprende las


labores para remover el suelo, sino también la distribución del abono
orgánico que les brinda la Naturaleza constituido por plantas acuáticas y
lodo, que siempre aplican antes de cada siembra.
Escogido el terreno para formar la almáciga en una chinampa
pequeña, proceden á prepararlo para la siembra. La preparación
comprende varias operaciones: la primera consiste en labrar la tierra,
dándole una labor profunda de azadón; después se extiende sobre el
terreno una capa con un espesor e 4 á 5 ctms. de plantas acuáticas, que se
extraen del agua, donde se encuentran formando grandes masas, por
medio de bieldos.
Las plantas acuáticas que más abundan en los canales son: el lirio
(Hitckomia coentlea) de la familia de las Pontederiáceas, que es conocido
en la región desde hace solamente 14 años en que fue introducido por
orden del señor General Carlos Pacheco, entonces Secretario de
Fomento. Es actualmente la planta más apreciada para abono; la ninfa
(Nymphaea alba L.), de la familia de las Nimphaceas y el alcatrás
(Richardia africana) de las Aroideas, son también muy abundantes,
aunque menos apreciadas que el lirio.
53
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(\ '
'

Extraytnclo t i lirio acdllco.

54
Una vez extendida la capa de planta acuática, tienden encima una
segunda de "axale", nombre que dan al tule seco que crece con abundancia
en las ciénegas.
Sobre estas dos capas vegetales proceden á extender otra capa de lodo
que extraen del fondo de los canales, haciendo uso de un aparato especial
llamado "cuero" (Figura 3) que consiste en un tallo largo de madera en
cuya extremidad está colocado un aro de alambre fuerte que sostiene una
bolsa de lona; con este aparato extraen el lodo que vierten en el terreno.
La operación subsecuente tiene por objeto uniformar el espesor de la
capa de lodo, empicando para ello otro aparato llamado rastrillo (Figura
4) que consta de un mango que lleva en su extremo colocada
perpendicularmente una tabla de 15 á 20 ctms. de ancho, por 80 ctms. ó
un metro de longitud. Dos 6 tres días después de esta última operación, ya
que el lodo está un tanto seco, proceden á sembrar.

Figura 3. Cuero.

Figura 4. RaslriUo.

Siembra. Para hacer la siembra, que tiene lugar en los meses de Marzo
a Abril, rayan con almocafre ó simplemente con una estaca, guardando las
líneas una separación de 15 á 20 ctms. Sobre estas líneas hacen pequeños
agujeros en los cuales depositan 4 semillas, tapando con estiércol bien
consumido y convenientemente cernido. La cantidad media de semilla
empleada es de 40 litros por hectárea.
Generalmente permanece el maíz de 37 á 45 días en la almáciga;
durante este período lo despuntan dos ó tres veces con el objeto de
hacerle una ligera poda y provocar así la formación de hojas robustas.
Trasplante. El terreno donde va á quedar definitivamente el maíz es
preparado de idéntica manera que las almácigas. Las líneas se hacen con
55
una separación de un metro y los hoyos para las plantas á 84 ctms. uno de
otro.

Las plantas se extraen de la almáciga con su cepellón y se llevan con


mucho cuidado al sitio en donde van á quedar en definitiva. Previamente
se hace un desahije, dejando solamente dos plantas de las más vigorosas
en cada hoyo; ya plantado el maíz, se da un riego: el riego de asiento.
El procedimiento para dar los riegos es también peculiar de la región.
Como es sabido, las chinampas están rodeadas de agua por todos lados.
Para dar los riegos se coloca un individuo en una canoa, de cada lado de
la chinampa en el sentido de su anchura; con una batea sujeta en e l
extremo de un vástago de madera, extraen el agua del canal y la arrojan á
la chinampa, suspendiendo la operación una vez que la tierra está
suficientemente húmeda.

Labores de conse,vación. Las plantas reclaman diversos cuidados


durante su permanencia en el terreno, á fin de desarrollarse con vigor y
fructificar con regularidad.
De estos cuidados el más importante, es sin duda, la escarda que
modifica ventajosamente las condiciones de humedad, temperatura y
mullimiento de la capa arable, conbribuyendo al mismo tiempo á la
destrucción de las plantas adventicias que tan perjudiciales son á los
vegetales cultivados; una á dos escardas son dadas al maíz en el mes de
Mayo.
-
Otra de las labores de conservación más importantes es el aporque,
labor que provoca la formación de raíces nuevas que aseguran al vegetal
un buen soporte y alimentación más intensa, protegiéndolo al mismo
tiempo contra las heladas tempranas que tienen lugar en el otoño. El
aporque lo dan al maíz en los meses de Junio á Julio, empleando e l
azadón.

Una v_ez terminada la fecundación, que se reconoce por la marchitez


de lc,s estilos, llamados com(mmente "cabellos de elote", es muy común
entre los cultivadores de la región, hacer el "despunte" del maíz, operación
muy benéfica al cultivador, puesto que origina un aumento de la cosecha.
En efecto, al suprimir las flores machos, órganos que han cumplido ya con
su misión, la mazorca recibe los jugos que antes alimentaban á los órganos
suprimidos, desarrollándose con más vigor; es ésta una teoría que no está
suficientemente demostrada.
56
Con es1a operación terminan los cuidados de conservación del maíz,
no quedando olra cosa que hacer que la cosecha.

Cosecha. La cosecha tiene luga r en el mes de Noviembre. Dos


procedimientos se siguen: el primero consiste en arrancar la planta entera,
para corlar la mazorca más larde; es muy poco empleado. Generalmente
sólo cortan la mazorca, quedando el ras1rojo en el terreno.
El maíz cosechado es des1inado únicamen1e á la alimentación de los
indígenas cultivadores de las chinampas, quienes no venden muchas veces
un solo cuartillo, por lemor de que no les alcance para subvenir á sus
necesidades.

Co11se,vación. El maíz es conservado en mazorca, en una especie de


huacales sostenidos por 4 ó 6 pies derechos, llamados "colotes" ó
"sincolotes" y van desgranando conforme los necesiten.
Rendimientos. Muy inciertos y variados son los datos que me
suministraron respeclo al rendimiento del maíz. Sin embargo, por los
cálculos que hice, resulta que el rendimienlo medio es de 200 por 1,
oscilando en 165 y 250. La producción media por hectárea se puede
estimar en 80 hectolitros.

Jitomate (Lycopersicum esculentum)


El cul1ivo de esta planta está muy extendido en Xochimilco y es el que
recibe mayores cuidados de los cuhivadores, si bien es cierto que les
reporta muy buenas utilidades.

Semillero. Preparado el terreno para hacer el sen1iUero, siguiendo


el procedimiento acoslumbrado, ya descrilo anteriormente, proceden á
cortar la superficie del terreno en pequeños cuadri1os de 6 e1ms. por lado,
de modo que resulten pequeños prismas; en el centro de cada cuadrito,
hacen un pequeño agujero donde depositan 5 ó 6 semillas, que tapan con
estiércol bien consumido y pulverizado. El semillero acostumbran cubrirlo
eon un pequeño cobertizo de ramas para precaver la siembra de los
ardores del sol y de las lluvias, que todavía son frecuentes en el mes de
Septiembre, época en que se hacen los semilleros. En un metro cuadrado
de semillero pueden caber de 900 á 1 000 plantitas.

Primer trasplante. Un mes permanecen las pequeñas plantas en el


semillero, teniendo al cabo de este tiempo una altura de 5 á 6 ctms.;
57
proceden entonces á trasplantarlas á la almáciga. Después de haber sido
pre paradas d el modo ya conocido, es cortada la tie rra e n cuadros más
grandes que los del semillero (20 ctms. por lado), haciendo en cada
pequeño prisma un hoyo para colocar las plantas procedentes del
semillero. Anticipada mente se hace un d eshajij e, dejando solamente tres
plantas d e las cinco que tie ne cada cepellón.
Cuidados de conse1vación en la almáciga. En el mes de Octubre en
que tiene lugar este primer traspla nte, ya se comienzan á sentir las
primeras heladas. Para precaver al plantio de sus e fectos desastrosos,
hacen unas tapas d e carrizo y tule, ó bien <le césped, que tienen 80 ctms.
por lado y 10 de espesor, son conocid as por los indios con el nombre de
"tolchimales" (Figura 5), y sirven para tapar las plantitas durante la noche,
necesitándose una tapa para cada cuat ro matas. El precio de las tapas es
de $4.00 e l ciento.
Con cuatro pequeños trozos de carrizo, colocados uno al lado de cada
plantita, se sostiene la tapa.
Cuando temen que la helada sea muy fuerte, suprimen los carrizos,
acostando la planta sobre e l s uelo y colocando e ncima las tapas.

A causa d e la riqueza e n (ázoe) de estos terrenos, se desarrollan las


plantas con exuberancia en su primera edad; este desarrollo tan vigoroso
es perjudicial porque la fructificación disminuye. Con el fin de conte nerlo,
acostumbran desenraizar un poco las plantas de vez e n cuando. Le dan e l
nombre de "aílojar" á esta operació n.

Trasplante definitivo. Dos meses permanecen las plantitas e n la


almáciga, verificándose e l trasplante al plantel de[initivo e n el mes de
Diciembre. El terre no es convenientemente preparado, colocándose las
plantas á la distancia de 84 ctms. en todos sentidos.
Labores de co11servació11. Después de trasplantar dan el riego de
asiento y proced en sin tardanza á colocar los carrizos para sostener las
tapas. Las labores subsecuentes se reducen á una 6 dos escardas.

Cosecha. En los meses de Abril á Junio tiene luga r la cosecha; cuando


las plantas están muy ca rgadas de fruto extienden sobre e l suelo una capa
espesa d e tule bien seco para evitar q ue se pudran los jitomates por su
contacto con e l sucio húmedo. Por lo gene ral dan cinco cortes
abundantes, uno cada quince días y dos ó tres secundarios para recoger
los últimos frutos.
58
Figum S. 1.apas.

59
Chile (Capsic11111 a111wm)
Después del maíz y del jitomate es la planta que más se cultiva en
Xochimilco y en Ixtapalapa. Distintas variedades y principalmente el
tornachile, el chile poblano, el largo y el menudo son las cultivadas de
preferencia; también se cultivan, aunque en muy pequeña escala, el chile
cascabel.
Siembra. En la primera quincena de Dicie mbre se siembra en las
almácigas, prodigá ndole los mismos cuidados que á la planta precedente.
Los agricultores que no poseen lapas, hacen la siembra hasta el mes de
Marzo, en que ya son poco frecue ntes las heladas.
Trasplante. Pasado el invierno, por los primeros días de Marzo,
trasplantan al terreno detinilivo previamente bien regado; la distancia
entre los surcos es de un metro y entre las plantas de 84 ctms.
Es muy común asocia r la siembra del chile con el maíz y el frijol, que
se sie mbran al mismo tiempo que se trasplanta el chile; entre cada dos
líneas de chile se intercala una de maíz, y el frijol se siembra en los
entrenudos. Se cosecha el chile y queda ocupada la chinampa por frijol y
maíz, cuya recolección tiene lugar más tarde.
Los cuidados de conservación se limitan á dos 6 tres escardas y los
riegos necesarios.
Cosecha. En Abril comienza á cosecharse el chile, que se sembró e n
Diciembre y hasta el mes de Julio el sembrado en Marzo; se dan por lo
regular de cuatro á cinco cortes abundantes, uno cada 8 ó 10 días.
To mate (Phis_alia)

Esta importante solanácea cuyos frutos tienen tanta demanda, es


cultivada e n las chinampas, casi e n la misma escala que el jitomate; en
efecto, es costumbre sembrar el tomate en los terrenos desocupados por
el jitomate, previamente bien labrados y abonados, siguiendo el
procedimiento ya descrito.
Siembra. En los primeros días de Agosto siembran en las almácigas,
teniendo la precaución de La parlas con t ule seco para precaver la siembra
de las fuertes lluvias que tienen lugar en ese mes; la cantidad de semilla
empleada es de 2.500 kilogramos por hectárea. A los 20 días de hecha la
siembra, han alcanzado las plantitas una altura de 6 á 7 ctms.,
60
procediendo entonces á hacer el trasplante. Pocos días después de hecho
esto, siembran al voleo y tupido, semilla de nabo entre las líneas de tomate
que guardan una separación de 84 ctms.

El nabo se cosecha en el mes de Octubre, comenzando a hacer los


cortes al tomate en los primeros días de Noviembre.
Alcachofa(Cynara sco/i1111s)
El cultivo de esta planta es, sin duda, el más importante en las
chinampas de Ixtapalapa; también se cultiva en Ixtacalco y Xochimiko,
aunque en menor escala.

Las tierras de Ixtapalapa son más arcillosas, y por consiguiente, más


tenaces que las de Xochimilco, tanto que para consolidar el suelo de las
chinampas no es indispensable plantar muchos árboles. La tierra es
también muy rica en sales nocivas á 12 vegetación, abunda el tequesquite
(sesquicarbonato de sodio) que en tiempo de secas aparece en la
superficie de los terrenos en la forma de eflorescencias, de color blanco
sucio. Son tantos los perjuicios que causa á las plantas esta abundancia de
sales, que los cultivadores se ven obligados año por año á "lavar", por
decirlo así, el suelo de sus chinampas.

Son numerosos los pozos artesianos perforados en las chinampas, el


agua se encuentra en abundancia y á poca profundidad debido tal vez á la
proximidad del cerro de "La Estrella"; esta agua es aprovechada para el
riego, pues hay que advertir que la de los canales es también rica en sales
nocivas, tanto que posee un color rojizo y no puede ser empleada en el
riego ni en la alimentación.

Para "lavar" el suelo de las chinampas levantan un bordo en todo su


derredor para represar el agua del pozo artesiano; dejan inundada la
chinampa uno ó dos días, en seguida dan salida al agua y proceden á dar
una labor profunda, de este modo logran conseguir la desaparición
temporal de las sales.

Siembra de la alcachofa. La siembra se hace en los meses de Mayo á


Julio en el terreno definitivo, dando á las líneas la separación de un metro
y á las plantas 84 ctms.; entre cada dos líneas de alcachofa siembran una
de maíz, colocando las matas con una separación de un metro.
Cuidados de cultivo. En el mes de Diciembre cosechan el maíz y
cortan toda la hoja á la alcachofa, suprimiendo previamente los retoños
61
para aprovecharlos en una nueva siembra y extendiendo una capa de lodo
en toda la superficie; hecho esto, siembran baba en los entresurcos,
cortándola á los cinco meses, es decir, en el mes de Abril del año
siguiente. Ya en este tiempo la alcachofa ha emitido nuevas y fuertes hojas
que alcanzan muchas veces basta 80 6 90 ctms. de longitud. Este es el
procedimiento de cultivo seguido en Ixtacalco.
Cosecha.- En los meses de Agosto y Septiembre comienzan á aparecer
las inflorescencias que deben cortarse antes que abran; en el primer corte
se recogen muy pocas, pero á partir del tercero, la producción aumenta
hasta el sexto, disminuyendo en los cortes subsecuentes; por lo general se
Je dan ocho cortes.
Rendimiento.- Se puede estimar el rendimi,ento medio en 15 000
alcachofas por hectárea, que el precio de $ 0.50 la docena, por Jo bajo,
son 625 pesos; esto sin contar el importe de la haba; es uno de los cultivos
más remuneradores.
Col (Brassica oleracea).
De bastante importancia, aunque menor que el de las plantas
precedentes, es el cultivo de la col en las chinampas.
La siembra tiene lugar en épocas distintas, siendo más común hacerla
en Abril, en almáciga bien preparadas; cuando han alcanzado las plantas
10 centímetros de altura, se procede á trasplantarlas en líneas separadas
un metro, colocando á las plantas á 84 centímetros una de otra. Es muy
común sembrar la col en los entresurcos del maíz.
Las labores de cultivo se reducen á escardas, que mucho benefician á
esta planta cuando son dadas en tiempo oportuno.
La cosecha no se hace en una sola vez, porque la madurez industrial
no es uniforme; cuatro cortes son dados en los meses de Agosto y
Septiembre, con intervalos de diez días.
El rendimiento medio puede valuarse en 12 000 coles por hectárea.
Lechuga(Lactuca saliva).
Grande es el consumo de la lechuga en la ciudad, principalmente en
dos épocas: la Cuaresma y la Navidad; sin embargo, el cultivo de la
lechuga en las cbinampas ha sido un poco desatendido, porque el público

' Todos los cómputos se hicieron en pesos mexicanos.

62
prefiere actualmente la lechuga procedente de otros pueblos del Distrito,
como Tacubaya, Tacuba, San Angel y otros.

Se siembra e n las almácigas en el mes de Febrero, la que se corta en


Abril, y en Septiembre la que debe cosecharse para la Navidad. Veinte á
treinta días necesita para ser trasplantada al terreno definitivo.
Quince días antes de cortar la lechuga, proceden á "amarrarla",
sujetando todas las hojas igual que si fuera un manojo; esta operación
tiene por objeto impedi r el acceso de la luz, á fin de que las hojas tomen
un color amarillento, pues cuando quedan verdes poseen un sabor amargo
desagradable .

Todos los cómputos se hicieron e n pc,soo inexiranos.

Cebolla (Allium cepa)


El cultivo de esta planta ha sido abandonado por algunos cult ivadores
de la región, porque el público da la preferencia á la cebolla que no
procede de las chinampas; sin embargo, no carece totalmente de
importancia. En Ixtacalco es donde se cultiva en la actualidad con más
extensión.

La siembra tiene lugar en el mes de Mayo, en almácigas muy bien


preparadas; al cabo de dos ó dos meses y medio se procede á hacer el
trasplante en líneas separadas 40 centímetros.

En la segunda quincena de Noviembre se procede á cosechar,


haciéndolo en varias operaciones, pues no es uniforme la madurez en todo
el plantío.

Nabo (Brassica napus)


Muy raras veces siembran sola esta planta; por lo general va asociada
con el tomate, otras veces con el rábano y la espinaca ó con el rábano y la
zanahoria.

No hay época fija para hacer la siembra; en todos los meses del año lo
siembran, con excepción de Diciembre, Enero y Febrero.

El terreno para el cultivo del nabo es muy bien pre parado, para
facilitar el buen desarrollo de la raíz, órgano de la planta objeto de su
explotación.
63
Dos meses necesita el nabo para ser cosechado.
Zanahoria (Daucus carota)
Como la planta anterior, se siembra en todas épocas y de asiento, pues
no tendrá cuenta sembrarla en almácigas. El terreno pára la zanahoria se
labra haciendo almantas 6 camellones, para oponer así menor resitencia al
desarrollo de la raíz.
La cosecha se hace á los dos meses poco más o menos de efectuada la
siembra.
Rábano (Raphanus sativus)
Mucho se cultiva esta crucífera en las chinampas. La siembra se hace
en todas épocas y en el terreno definitivo; más generalmente se hace á
voleo que en líneas, tapando con estiércol bien consumido y
desmenuzado. Es muy conveniente regar á menudo, pues de lo contrario
poseen los rábanos un sabor muy picante.
El ciclo vegetativo industrial de esta planta es muy corto, habiendo
variedades que en menos de tres semanas se pueden ya cosechar; dos
variedades principales cultivan en las chinampas: el rábano chico, que se
cosecha á los veinticinco días de sembrado, y el grande á los cuarenta.

Acelga (Beta cycla)


Se cultiva bastante en Ixtapalapa y muy poco en Xochimilco. La
siembra se hace en Marzo 6 Abril en los entresurcos del maíz; también es
costumbre de los agricultores de la localidad sembrar la acelga en todo el
contorno de la chinampa, con el fin de facilitar el corte de las hojas; éstos
se hacen con intervalos de quince días, teniendo cuidado de no lastimar la
planta.
Perejil (Petroselinum sativum)
Debido al poco consumo que tiene esta planta, se cultiva en pequeña
escala. La siembra se hace en el mes de Julio en el terreno definitivo, en
líneas separadas 50 centímetros.

A partir de Septiembre y durante seis meses, se le da un corte cada


veinte días; pasado ese período, se abandona la planta para que
fructifique, recogiendo después la semilla.
64
A grandes rasgos he descrito el cultivo de las principales plantas.
Entre los cultivos secundarios figuran: la acedera (Rumex acetosa), el apio
(Apium graveole11s), la calabaza (Cucurbita pepo), la espinaca (Spi11acia
oleracea), el puerro (Allium pom1111) y otros varios, cuya misma escasa
importancia fue un obstáculo para obtener datos verídicos.
El cultivo de las flores no carece de importancia, pero sí está muy
descuidado. Las flores que se cultivan en mayor escala son: la amapola, el
clavel, el pensamiento y el alelí. Paso á describir el cultivo de estas plantas
florales.
Amapola (Papaver rl1oeas)
Esta flor es muy apreciada y tiene un consumo muy grande, sobre todo
en la Semana Santa, que es la época de los paseos á las chinampas de
Santa Anita, Ixtacalco y Xochimilco.
El terreno para las almácigas se prepara con mucho esmero, teniendo
cuidado de regarlo antes de la siembra, que tiene lugar en el mes de
Diciembre.
Se trasplanta al terreno definitivo en líneas con suficiente separación
para poder hacer el corte de la flor con toda libertad, sin estropear las
matas, pues la flor es sumamente delicada, pierde los pétalos con mucha
facilidad. El corte de la flor se hace en los meses de Marzo á Mayo.
Clavel (Dia11tl111s si11ensis)
Se cultiva mucho el clavel en sus distintas variedades: blancas, rojas,
disciplinadas, etcétera.
La siembra se hace en el mes de Octubre, en almácigas bien labradas,
abonadas y provistas de sombra hecha con carrizos para precaver á la
plantita de los ardores del sol, que mucho le perjudica; también
acostumbran regarla con abundancia cada tercer día, pues necesita mucha
agua en el primer período de su vida.
El primer año florea poco; la floración más abundante se verifica en el
segundo año; ya en el tercero la flor es pequeña y poco abundante. Los
cortes comienzan á hacerse en el mes de Marzo.
Alelí (C/ioeira11t11s)
En el mes de Agosto hacen la siembra de esta planta, algunas veces
asociada con el maíz; los cuidados de conservación se reducen á escardas
65
y los riegos necesarios. El corte de la flor se hace en los meses de
Noviembre y Diciembre.
Además de las plantas que preceden, se cultivan también la crisantema
(Crisantemum indicum) , la dalia (Dahlia variabilis), el zempoalxóchitl
(Tagetes) y otras de menor importancia.

Esquilmos

Los propietarios de los establos de la capital y pueblos cercanos que


poco se preocupan por la alimentación de sus vacas, sin fijarse en que "los
animales grandes comedores son grandes productores", compran á los
indígenas de las chinampas las hierbas espontáneas, las plantas acuáticas,
el rastrojo del maíz y los desechos de la col y de la alcachofa, a precios
reducidísimos.
Lo~ chinamperos hacen pequeños manojos de todos estos vegetales y
desechos, que venden al precio de 25, á 60 centavos el ciento. Las cañas
secas de maíz las reunen en manojos de ocho, y las venden á peso el
ciento.
El precio varía según las estaciones; así en la época de las lluvias, por
la gran oferta que hay, el precio disminuye, en cambio aumenta en tiempo
de secas.
Transporte
Todos los productos de las chinampas: legumbres, flores, etcétera, son
traídos á la capital en canoas que llegan hasta el punto llamado Jamaica,
donde son comprados por los comerciantes en legumbres del mercado de
la Merced, quienes los revenden después.
Hay individuos, dueños de grandes canoas llamadas "trajineras", que se
dedican exclusivamente á transportar los productos, cobrando por
término medio $ 1.00 por cada 500 kilogramos de peso. En Jamaica pagan
una especie de impuesto aduana! denominado "piso", que varía de 10 á 40
centavos, según el tamaño de la canoa.
En cestos grandes llamados "chiquihuites" 6 "tambores" empacan los
productos más pesados, como jitomates, tomates, calabazas, etcétera, van
simplemente amontonadas en la canoa.
Los transportes se hacen de noche, para llegar al mercado en la
mañana lo más temprano posible. De Xochimilco salen á las diez de la
noche para llegar á Jamaica entre dos y tres de la madrugada.
66
Plagas y enfermedades de las plantas cultivadas en las chinampas
A parle de los meteoros, que como la helada y el granizo, es sabido
ocasionan graves daños á la vegetación, hay plagas de animales que atacan
sin excepción á todos los vegetales cultivados en las chinampas.
Una plaga que está bastante extendida es la de las ratas (Sigmodon
yarvicola), que perjudican notablemente todos los plantíos y en especial
los de maíz y lechuga. Los cultivadores de la localidad tratan de combatir
esta plaga, tapando los agujeros y esparciendo bolitas de harina con miel y
cerillos; pero como se comprende, no da buenos resultados.
El procedimiento indicado para destruir las ratas en estos terrenos, es
la inundación, disponiendo como disponen de gran cantidad de agua.
Cuando los terrenos están ocupados y no pueden inundarse, se puede
recurrir á la asfixia, introduciendo en los agujeros algunos fragmentos de
algodón ó hilaza impregnados de sulfuro de carbono, tapando
violentamente la entrada con lodo; es éste un procedimiento bastante
práctico. Idénticos procedimientos pueden seguirse para destruir á las
tuzas (Geomys mexica,ws), que ocasiona también muchos perjuicios á las
plantas cultivadas.

Entre las plagas de insectos que atacan a la mayoría de los vegetales,


figura como principal la "gallina ciega" ó "i.xtecuile" (Me/0/0111/ra vulgaris),
coleóptero que destruye las raíces, cuando se encuentra en estado de
larva; para destruir esas larvas es conveniente inundar los terrenos
después de labrarlos profundamente.

Entre las plagas y enfermedades pecualiares de cada especie de


plantas, las hay muy temibles por los destrozos que ocasionan; los que
describo á continuación son los principales:
Pulga ( Epitrix cucumeris)

Es un coleóptero muy pequeño que ataca al tomate, jitomate, chile y


otras plantas, destruyendo por completo e l parenquima de las hojas, al
grado de no dejar en buen estado sino las nervaduras; es quizá la plaga
que origina mayores pérdidas á los chinamperos.
Para combatir esta plaga, los indígenas frotan fuertemente las hojas
entre las manos, ó bien, proxistos de un recipiente con atole de maíz,
sacuden las plantas de modo que caigan los insectos en las vasijas; está
por demás decir que el procedimiento es lento é ineficaz.

67
El verde de París (aceto-arsenito de cobre), es la proporción de 100
gramos por 100 litros de agua, aplicado con bomba pulverizadora, da muy
buenos resultados; lo mismo se puede decir de otras substancias
arsenicales.
El polvo de nicotina Schloesing da también magníficos resultados y se
aplica con azufradoras. Este producto y otros muchos para combatir las
plagas, se consiguen en varias casas comerciales.

Barrenillo (Antho11on11s euge11ii)


Ataca á los frutos del chile, perforándolos para salir al estado de
insecto perfecto, pues las primeras fases de su vida las pasa en el interior
del fruto. Cuando la enfermedad comienza, la planta no presenta
caracteres que la revelen, sino hasta que ya el insecto ha causado grandes
perjuicios; los primeros signos de la enfermedad son: marchitamiento del
cáliz de la flor y del pedúnculo y más tarde caída del fruto cuando aún no
está bien maduro.
Los procedimientos mecánicos ensayados para la destrucción de ese
insecto no han tenido éxito; más práctico es sin duda, tomar medidas
profilácticas.
Se darán labores esmeradas, se mantendrá el terreno limpio de
hierbas, alternando el cultivo del chile con el de otras plantas, excepción
hecha del maíz, que sirve de albergue al barrenillo. La semilla para la
siembra deberá ser seleccionada y procedente, si es posible, de terrenos
no infestados.

Conchuela ó tortuguilla (Epilaclma corrupta)


Este insecto causa graves 'perjuicios al frijol, pues destruye tanto las
hojas como las flores y los frutos; al estado de insecto perfecto permanece
oculto en el terreno durante el invierno; de aquí que sea conveniente
labrarlo profundamente, para que muera el insecto por la acción del frío.
El verde de París y las emulsiones de petróleo aplicadas
cuidadosamente, disminuyen los ataques del insecto.

Pulgón de la col (Aphis brassicae)


Este insecto ataca la col, coliflor, col de Bruselas y colinabo; es de
color verde cubierto por una capita blanca, y se posa en las hojas de las
68
plantas citadas para chupar la savia, ocasionándoles bien pronto la
muerte.

El polvo de nicotina Schloesing, aplicado con pequeñas azufradoras, es


un remedio eficaz para combatir esta plaga.
Entre las plagas de menor importancia se cuenta el gusano de la col
(Pierus rapoe), que se introduce en las coles para devorar las hojas tiernas,
y el gusano del maíz (Heliothis an11iger), que destruye las mazorcas.
Las enfermedades criptogámicas no están generalizadas en los cultivos
de las chinampas. El carbón del maíz ó cuitlacoche (Ustilago maydis) es
seguramente la afección más extendida y proporciona buenas utilidades á
los chinamperos, porque las mazorcas atacadas tienen bastante demanda
en la capital.

El jitomate suele ser atacado por un hongo (F11sari11111 lycopersici) que


se presenta bajo la forma de polvillo blanco en el pie de la planta. No
ocasiona daños de consideración.

La lechuga es atacada por otros hongos (Peronospora ganglifonnis)


que tampoco origina daños serios.
Las aspersiones de caldo bordelés son muy eficaces para el
tratamiento de estas enfermedades. La preparación de este medicamento
es poco conocida por los agricultores; hay muchas fórmulas, algunas- de
ellas falsas. Actualmente se encuentra de venta en el comercio una
preparación denominada Polvo Cúprico Schloesing, que disuelta en agua
suministra un buen caldo bordelés.
Cultivos nuevos que sería ventajoso introducir en las chinampas.
Las legumbres que se producen en las chinampas, á pesar del buen
cultivo que reciben, dejan mucho que desear en lo que se refiere á la
calidad; esto es debido más que á otra cosa, á la mala clase de las semillas,
que son recogidas de los mismos plantíos, sin hacer ninguna selección; de
aquí que venga la degeneración.

Algunas veces los cultivadores compran semillas en establecimientos


donde, aprovechándose de su ignorancia y buena fe, les venden semillas
malas y viejas, que en muchas ocasiones ni germinan; por esta razón los
chinamperos tienen desconfianza á otras semillas que no sean las que ellos
mismos recogen en sus hortalizas.
69
Muy conveniente sería que se hiciera una distribución de semillas de
buenas variedades de plantas de hortaliza, con lo que se conseguiría
mejorar la calidad de las legumbres que son consumidas en su totalidad
por los habitantes de la capital de la República.
Entre los cultivos que sería muy ventajoso introducir, se cuenta el de la
fresa (Fragaria vesca) y el del espárrago (Asparagus ofjici11alis). La fresa
que se consume actualmente en la capital, procede en su mayor parte de
Irapuato y otros puntos que están bastante lejanos del centro de consumo;
por esta circunstancia el precio de venta resulta gravado con los gastos de
fletes, empaque, etcétera. Dada la gran estimación de esta fruta, su cultivo
sería altamente remunerador para los chinamperos.
Otro tanto puede decirse del espárrago, que por estar considerado
como legumbre de lujo, alcanza precios elevados siendo hasta ahora
insignificante su producción.
Algunas mejor.is que pueden implantarse
Las múltiples y variadas cosechas que se levantan en las chinampas, es
evidente que agotan el suelo por muy fértil que sea, imponiéndose por lo
tanto la restitución.
Como hemos visto, los abonos se reducen á plantas acuáticas y lodo,
que llevan al suelo una buena cantidad de ázoe orgánico, pero las plantas
para desarrollarse en buenas condiciones necesitan no uno ni dos
elementos aislados en abundancia, sino la asociación en proporciones
convenientes, de todos los indispensables para la nutrición vegetal, que
son: la potasa, el ácido fosfórico y la cal, elementos que faltan al suelo en
las chinampas.
Por otra parte, el ázoe orgánico no puede ser asimilado por los
vegetales en ese estado, necesita previamente ser transformado en ázoe
mineral, mediante el fenómeno de la nitrificación. Para que este fenómeno
se verifique, el suelo debe reunir las siguientes condiciones: la. ser
propicio al desarrollo de los microorganismos, 2a. estar suficientemente
aireado; 3a. poseer temperatura y humedad convenientes; 4a. ser
ligeramente alcalino y contener algunas materias minerales.
La segunda y tercera condiciones las reúne el suelo de las chinampas;
no asl las otras, las materias minerales que deben servir de alimento á los
microorganismos son muy escasas; por consiguiente, la nitrificación no
puede verificarse.
70
Faltando los elementos indispensables para la nitrificación vegetal, no
es posible que la producción sea abundante; la aplicación racional de
abonos se impone.
Haciendo unos campos de experimentación en las mismas chinampas,
se conseguiría que los indígenas se dieran cuenta exacta de la importancia
de los abonos; de otro modo es difícil, por la desconfianza que los
caracteriza.
También sería conveniente ilustrará los cultivadores de la región sobre
las ventajas de la rotación de cosechas, que bien entendida y
convenientemente llevada á la práctica, puede dar magníficos resultados.
Como dije anteriormente, los procedimientos para la destrucción de
los insectos perjudiciales á los cultivos, son completamente desconocidos
por los chinamperos. Podría comisionarse á alguna persona que los
ilustrara á este respecto por medio de conferencias, procurando al mismo
tiempo hacerles comprender las ventajas de la asociación.
Asociándose los pequeños propietarios, pueden comprar fácilmente
los aparatos necesarios para el combate de las plagas, que originan gastos
que no pueden ser sufragados por la mayoría de los cultivadores; además,
siendo tan pequeñas las propiedades, los aparatos en manos de un solo
cultivador, no serían empicados debidamente.
Los productos de las chinampas serían vendidos á precios más altos, si
fueran bien presentados al mercado; las legumbres como las frutas, "se
comen más con los ojos que con la boca". Muchas veces por no ser bien
presentados, son despreciados por el público productos de excelente
calidad.
La propaganda es indispensable para ilustrar á los cultivadores de las
chinampas sobre los beneficios que les reportaría la introducción de estas
mejoras.

PARTE ECONOMICA
Familias de pec¡ue1ios propietarios, arrendatarios y medieros
Se puede decir en lo general, que todos los cultivadores de las
chioampas son pequeños propietarios que en unión de sus familias
trabajan sus tierras, no recurriendo á los peones sino en las épocas de
acumulación de trabajos; es el tipo de la agricultura por familias.
71
Esta es la causa principal de que el cultivo sea esmerado, pues es
sabido que cuando la explotación de la tierra se hace por ·el mismo
propietario, éste procura elegir el sistema de cultivo que más convenga á
sus intereses; con la garantía de sus tierras le es fácil proporcionarse
fondos para introducir mejoras que contribuyen al aumento de
producción y que les reportan mayores beneficios.
Algunos propietarios que poseen chinampas que no pueden cultivar
debidamente, ya sea por estar lejanas o por falta de dinero suficiente para
contratar los peones necesarios, las arriendan por plazos que no exceden
de un año á cultivadores que son por regla general muy trabajadores y que
no disponen de tierras suficientes en que desarrollar su actividad. Sin
embargo, el número de arrendatarios es muy pequeño en relación con el
de pequeños propietarios, no pasando del 10 al 15 por ciento del total de
los pequeños cultivadores.
El contrato de aparcería, que consiste en la cesión que hace el
propietario de la tierra para que otra persona la cultive, reservándose el
derecho de participar de una parte de los productos, no es común entre
los cultivadores de las chinampas, y se comprende que así sea, desde el
momento de que el contrato de aparcería es el indicado casi
exclusivamente en la agricultura en grande, cuando los propietarios no
disponen del capital necesario para cultivar las inmensas extensiones de
terreno que poseen, viéndose obligados á renunciar á una parte de los
productos.
El número de aparceros ó medieros es insignificante; de todos los
cultivadores con quienes tuve la oportunidad de tratar, ninguno supo
darme con exactitud los datos referentes á las condiciones de los contratos
de aparcería precisamente por la poca frecuencia con que se verifican.
Población sin ocupación determinada
La determinación de la cantidad de individuos activos y constantes de
las razas indígenas, tarea difícil que se ha impuesto la Dirección General
de Agricultura, es de suma importancia.
La evolución económico-social de las razas, así como su categoría y
grado de civilización, dependen de la mayor ó menor proporción de
individuos activos y vigorosos que las integran. Según las observaciones
hechas hasta hoy, solamente 5 ó 6 por ciento de los individuos de la raza
indígena pueden ser considerados en la categoría de activos.
72
Los cultivadores de las chinampas son trabajadores, en especial los
padres de familia, quienes prefieren mandar á sus hijos al duro trabajo
que á la escuela. Hay un grupo de propietarios, bastante numeroso por
cierto, que procuran vivir modesta pero cómodamente; en sus casitas
siempre limpias no fallan las sencillas camas de fierro, las bien barnizadas
sillas y la máquina de coser; son trabajadores, al grado de volver de sus
chinampas á las once ó doce de la noche, después de tapar sus plantíos de
jitomate, cuando las temibles heladas amenazan acabar con ellos; son
además amantes del ahorro y se preocupan por ilustrarse.
Si todos los cultivadores tuvieran las mismas cualidades, sería una
población modelo; pero desgraciadamente no es así: abundan los
holgazanes amigos de lo ajeno, que se dedican á robar á los industriosos
chinamperos los productos de sus cultivos.
Existe en la región un grupo de individuos conocidos con el nombre de
"zacateros", que á las dos ó tres de la mañana se van á las chinampas
ajenas á cortar las hierbas, hojas de col y todo lo demás que pueden,
haciendo manojos que venden á los contratistas de forrajes; de este modo
se hacen de 75 centavos 6 un peso diariamente, sin trabjar más de tres
horas; el resto del día lo pasan en la taberna. Tmpunemente cometen estos
delitos, pues son pocos propietarios que toman empeño por evitar tales
desmanes.
En términos generales, puede estimarse en un 20 á 25 por ciento la
proporción de individuos activos y constantes en la región, cifra bastante
alta si se comparara con la que acusan las poblaciones de otras partes de
la República. Esto se debe á la auto-selección que tiene lugar en los
alrededores de los grandes centros de consumo.
Salarios

Como ya dije, los chinamperos sólo recurren á contratar peones en las


épocas de mayor trabajo; los hay también que tienen peones permanentes,
debido á que no pueden atender el gran número de chinampas que
poseen; pero son muy pocos los propietarios que se encuentran en tales
condiciones.

El contrato de peones es difícil, no por escasez de brazos, sino porque


los disponibles, pero indolentes, prefieren estar en la inacción. Los
propietarios, con el fin de estimularlos, les hacen anticipos de dinero, que
varían de 4 á 15 pesos; pero la falta de documentos de comprobación y la
73 '
mala fe que ca racteriza á la gente contratada, contribuye n á que ésta
muchas veces no c umpla con su obligación.
Los salarios oscilan normalment e e ntre 56 y 62 ce ntavos, llegando
hasta 75, principalmente en las épocas de cosecha del chile y jitomate. En
algunos pueblos como San G regario, que se e nc ue ntra situado al Oriente
de Xochimilco, los salarios son de 31 centavos, pero los propietarios dan á
sus peones el almue rzo.
O tra de las causas de la escasez de peones, es que gran parte de los
individuos trabaj adores y activos q ue no son propietarios, prefieren
emplearse en la ciudad, con el obje to de ganar mayores sueldos.
Superficie media de explotación
En general, las propiedades son muy peque ñas, y algunas lo son tanto,
que sus dueños las siembran únicamente de maíz, que ape nas alcanza para
la alime ntación de la famili a.
H ay algunos que poseen gran número de chinampas, sobre todo en
Ixtacalco é Ixtapalapa; tuve la oportunidad de conocer á individuos que
son propietarios de poco más de tres hectáreas de chinampas; sin
embargo, estas "grandes propiedades" son contadas. Como superficie de
explotación media se puede tomar la de 400 metros cuadrados, que
asegura no sólo la subsiste ncia, sino el progreso de la familia.
Valor de la tierra
Las ventas de china mpas se hacen loma ndo por unidad de extensión lo
que e n la regió n se llama "una ta rea" (cuatrocientas varas cuadradas, 6
doscientos ochenta metros cuadrados), cuyo precio oscila entre 30 y 60
pesos, debiéndose esta g ran variación á la distinta calidad de las tierras y á
su mayor ó me nor distancia á la población. Haciendo el cálculo por
hectárea, resulta como valor medio de la tie rra, 1 500 pesos en números
redondos, que como se ve, es muy alt o, imponiéndose por lo tanto el
cultivo intensivo.
Respecto al arre ndamient o, puede estimarse aproximada mente en 250
pesos por hectárea y año.
Rendimiento medio anual
Los datos exactos de re ndimiento, así como los del costo de la
producción, de suyo tan im portantes, no me fue posible recogerlos,
74
debido á que los indígenas no acostubran llevar cuentas de ninguna
especie, ya sea por ignorancia ó por negligencia. Algunas personas me
suministraron datos que no consigno, por no considerarlos verídicos.
Necesidad de crédito agrícola

Consecuencia de la ignorancia de los pequeños cullivadores en lo que


respecta al combate de las plagas de insectos y enfermedades, es la
pérdida frecuente de las cosechas, no quedándoles otro recurso que hacer
siembras de cualquiera otra planta de menor importancia, para atenuar en
algo la fuerte pérdida. Pero en muchas ocasiones, el chinampero ha
invertido en la siembra todo el pequeño capital de que disponía, siempre
con la esperanza de obtener buenas utilidades; pierde el capital
acumulado á fuerza de ahorros y privaciones, y tiene por fin que solicitar
préstamos á los inhumanos agiotistas, quienes facilitan la suma pedida con
el escandaloso interés de 20 y hasta el 25 por ciento mensual y con la
garantía de los terrenos. El infeliz propietario cumple casi siempre con
este compromiso, pero queda arruinado y tiene que volver bien pronto á
solicitar otro préstamo, no saliendo nunca de las garras del usurero.
La creación del crédito agrícola, acabando con estos abusos, mejoraría
grandemente la agricultura de la región. Es un problema grandioso, pero
desgraciadamente de difícil resolu ción; el crédito agrícola en nuestro país
existe ya, aunque muy imperfectamente organi«ido y casi exclusivamente
en favor de los grandes propietarios. Esto se explica fácilmente: en primer
lugar, las condiciones en que se verifica actualmente la producción en
pequeño, son más desfavorables, por la falta de capital de los propietarios,
por su menor ilustración, etcétera, circunstancias que les impiden poner
en práctica procedimientos de cultivo nuevos y razonados. De aquí que
sea difícil para el pequeño propietario encontrar quien le facilite el
crédito que necesita, pues no inspira confianza á los capitalistas.
Otro obstáculo que se opone á la creación del crédito agrícola en favor
del propietario en pequeño, es el fuerte desembolso que ocasiona el
cumplimiento de los trámites de ley, que sería muy gravoso para el
pequeño propietario.

Otra de las dificultades con que se tropieza es el tipo elevado de


interés que cobran los Bancos, y la cortedad de los plazos para pagar los
capitales prestados.

La asociación ele los agricultores, que es ian ventajosa, no puede


verificarse porque en el estado de evolución económica en que se
75
encuentran actualmente los países nuevos, el interés usurario impera en el
campo.
En resumen: á los agricultores de las chinampas no les es fácil
conseguir el crédito que necesitan, por el pequeño capital inmueble de
que disponen y por la imposibilidad de constituirse en asociaciones. En
los tiempos actuales, la creación del crédito agrícola en favor de los
cultivadores de las chinampas, es irrealizable.

México, 26 de Octubre de 1911.

NOTAS

l. Oroico y Berra. Hlslorio nnligun.

2. Villarelo. Las- aguas subler rúneas en el borde meridional de la cuenca de


México.

76
LOS "JARDINES FLOTANTES" DE XOCHIMILCO

(1938)

Elisabeth Schilli11g
Particularidad y origen de Xochimilco

No muy lejos de la ciudad de México se encuentra la comunidad de


Xochimilco. Es una de las comunidades localizadas más al sur, entre las
trece aledañas a la ciudad, en el altiplano de México (véase dibujo). Hasta
la fecha se ha conservado una forma de explotación económica que no
tiene igual en el Nuevo Mundo, mientras que en Europa, se encuentra
algo parecido únicamente en los campos de hortalizas de los Países
Bajos.1

Debido a este método tan especial de cultivo, el paisaje de Xochimilco


tiene una apariencia única, que le da una posición particular en el mundo,
comparado con otros campos agrícolas de hortalizas. En el fondo de un
lago no muy profundo, los habitantes precolombinos del altiplano ganaron
• El título rompleto del ensayo del qu,, se hizo esta selección es el siguiente: Die
Schwlmmenclen Ganen •on XocblmlJco. Elne elnzlpnlge Form lndlanlsc:ber
Icndsewlllnung 1111d Boclenbebaaung lm Becan YOD Mexlko. (Los 'jardines notantes' de
Xochimilro. Una modalidad indígena de cultr;o y obtención de tiem en la Cuenca de
Méxíco). lmp= en Kiel, Alemania, en 1938. TJCne 82 p;fginas, 12 dibujo,; y 13 fotografías.
Se publican aquí las secciones que tienen una mayor relación ron la agricultura chinampcra
y las ronnu de vida de los campeaieoa en la <!poca en que la autora hizo su investipción en
México. La traducción del alemn al cspaJlol ca de Help Slein y la rorrccción de estilo de
Paloma Bonfil. (N. de Comp.).
tierra con mucha dedicación y un don de invención genial, por medio de
un método muy particular, creando así los "jardines flotantes" de
Xochimilco, cuya apariencia actual se debe casi exclusivamente al trabajo
humano.
Ya desde tiempos precolombinos el proceso de transformación del
paisaje natural cultivado estaba tan avanzado, que desde entonces ha
cambiado poco. Al igual que en el siglo XV hoy en día se encuentran
unidas cientos de parcelas alargadas intensamente cultivadas con llores y
verduras. Con sus productos se cubre casi toda la demanda de flores y
legumbres de la moderna ciudad de México con sus milones de
habitantes, como antaño se surtía a la capital azteca Tenochtitlan.
En el paisaje indígena de Xochimilco sobreviven también los
centenarios métodos indígenas de trabajo de la tierra. Los campos se
cultivan sin labrar la tierra en sí, sin abono, sin máquinas modernas e
incluso sin arado. El palo plantador indígena, la coa, es la única
herramienta que se emplea para trabajar una superficie de 35 kilómetros
cuadrados de tierra hortícola en las cercanías inmediatas de la metrópoli.
Apariencia actual del lago de Xochimilco

El lago de Xochimilco se encuentra al sur del Valle de México, a 21


km de distancia de la capital. El nivel del agua que contiene es un poco
más alto que el de la ciudad (2 250 msnm) (Figura 6). Mide 3 800 m de
norte a sur, 9 600 m de este a oeste.2 Tiene una superficie de
aproximadamente 36 km:2 y su proundidad mayor es de 12.5 m, aunque
generalmente no sobrepasa un metro. Antes, el lago de Xochimilco se
comunicaba con el de Chalco, que era considerablemente más grande y
juntos formaban una sola cuenca acuática. Ambos fueron separados hace
muchos años por un dique, y el de Chalco desecado en el último siglo. El
antiguo fondo lacustre es especialmente apropiado para el cultivo de
cereales y de gran variedad de hortalizas. La cercanía con la capital
facilita a los indios de la región de Chalco la venta de sus productos.

De acuerdo con nuestros conceptos, el lago de Xochimilco ya no


merece tal denominación porque ya sólo consiste de una enmarañada red
de canales cuyo ancho no sobrepasa los 20 m y que a veces son tan
angostos que las estrechas canoas de los indios apenas pueden pasar.
78
Entre los canales y enmarcados por ellos se encuentran cientos de
pequeñas islitas artificiales llamadas por los indios "chinampas", que
constituyen una forma especial de la avanzada agricultura del México
antiguo. Y a en los mapas que representan el paisaje en la época de la
llegada de los españoles, la superficie del lago de Xochimilco está cubierta
parcialmente por pequeños rectángulos que indican las chioampas3
señalando más bien su presencia que su localización dentro del lago, que
en los mapas de los siglos siguientes4 está casi completamente cubierto
con los símbolos de las chioampas. Como en tiempos anteriores tenía más
extensión, e n el siglo XV aparece u.na cantidad mucho mayor de
chinampas que la que tiene el lago de Xochimilco actualmente.

La mayoría de las islas son rectangulares, con 4-6 m de ancho y 5-100


m de largo. Son obra del indio, y formadas por el amontonamiento
artificial de fango negro de pudrición, carrizos, ramas y raíces sobre una
especie de balsa de ram.as. Por lo pronto, durante su construcción y hasta
su terminación, la balsa descrita flota libremente en el lago y se conoce
como cinta. Más tarde se fija en el fondo con ramas de sauce Salix
bomplandiana que retoñan con rapidez y a las que los indios llaman
5
ahuejote. La apariencia de este sauce es típica del paisaje de Xochimilco.
En ningún otro lugar se e ncuentran ahuejotes tan altos y esbeltos. Como el
indio recorta siempre una parte de las ramas inferiores, el árbol se parece
más a un álamo que a un sauce. Esta especie también es de Xochimilco y,
como sus chinampas, constituye una de sus peculiaridades. Los bordes de
las islas, que apenas alcanzan medio metro de altura, están cubiertos con
sauces, igual que los bordes bajos del lago y tienen además carrizo, juncos
y otras plantas de pantano.

En verano la superficie del agua, especialmente fuera de las


principales vías de comunicación, está cubierta con una gruesa capa de
plantas acuáticas, sobre todo jacintos. Lejos del pueblo de Xochimilco o
de otros pueblos pequeños de la llamada chioampería y a la que se llega
navegando durante horas por canales intrincados, se e ncuentran también
gran cantidad de rosas acuáticas de hoja pequeña y muchas plantas
subacuáticas.6

El lago de Xochimilco contiene de cinco a seis especies de peces, entre


los cuales sólo alcanzan •amaño considerable la carpa dorada y la
doradilla, introducidas artificialmeote, que posteriormente se hicieron
silvestres. Además, el agua es rica eo pequeños insectos y cangrejos.
79
O 1 2 3 4 5tc..

L Sao<lago Tq,olcadalpa 2. Son u,cu Xocb...nca J. San Mauo Xalpa 4. S..U Cruz Acolpixa
l, Son GrqorioAtlapulco 6. Cerro del Teubd;

Flpra 6. Vías de COll"Pnked6,. entre la dudad de M&lco 1 Xocblrolko (Dlby,do por la


autora llelú el plano de la .:..nea de M&lco). Eecala 1:100 000. M&kio,
1931.

El lago se alimenta, como ya se mencionó, por una gran cantidad de


manantiales de agua cristalina que brotan del suelo por el sudeste.

80
Las islas artificiales o chinampas sirven para el cultivo intensivo de
verduras y flores que se desarrollan espléndidamente en las favorables
condiciones climatológicas de Xochimilco. A medida que se aleja uno del
pueblo metiéndose en la intrincada red de canales, empiezan a escasear
las chozas cubiertas con paja y carrizo que al principio todavía se divisan
de vez en cuando. Ocasionalmente aparece algún puente, luego ya sólo
quedan sauces altos a los lados, y bajo su sombra, campos de verduras y
flores. Puede remarse durante horas entre islas sembradas con coles,
espinacas, lechugas, pepinos, apios, jitomates, chícharos, ejotes y cebollas¡
o con lirios, claveles, amapolas, tulipanes, nomeolvides, alcatraces, nardos,
crisantemos, pensamientos y margaritas. En la temporada de floración de
los nardos y claveles el paisaje es especialmente bello y se percibe un
perfume embriagador.
Las temperaturas relativamente altas -hasta en los meses de invierno
sale el sol diariamente- propician el crecimiento de las plantas. Por
consiguiente, el principal problema que se presenta en la agricultura del
Valle de México: el riego artificial de los campos en tiempos de sequía, no
existe en Xochimilco. El ancho de las chinampas es tan reducido (4-6 m)
que el agua de los canales puede penetrar siempre hasta el centro; por lo
tanto, no hay necesidad de riego artificial.
Las plantas crecen constantemente en las chinampas y no hay
necesidad de dejar descansar el suelo con frecuencia, las plantas jóvenes
ya están sembradas cuando se cosechan las maduras. No se usan
fertilizantes artificiales, los campos se abonan de vez en cuando tan solo
con el fango que se saca, con una red de dragado, del fondo del canal
aledaño Por otro ládo, no se mantiene una secuencia determinada de
cultivos. La decisión sobre el orden de siembra de hortalizas y flores en
sus propiedades, cambia cada año y se rige por la demanda en los
mercados de la capital, que son los lugares de venta.
La naturaleza permite a los indios una forma de economía sumamente
elástica y, por lo tanto, un gran aprovechamiento de las posibilidades del
mercado.

Las islas artificiales de Xochimilco constituyen una región en la cual,


en pleno siglo XX se sigue trabajando de la manera más sencilla, a través
del cultivo con coa como se usaba en Centroamérica en el siglo XV antes
de la llegada de los españoles. Debido a las ventajosas condiciones
climatológicas, el cultivo intensivo del suelo no acaba con sus n~trimentos
81
sino que año con año produce abundantes rendimientos que hacen de la
zona el principal abastecedor de verduras y flores frescas para una ciudad
con más de un millón de habitantes.
Largas hileras de anchas canoas (trajineras) cargadas con verduras y
frutas transitan en la semana por los canales del lago de Xochimilco y
siguen por el canal de la Viga hasta Santa Anita, cerca de la capital, donde
entregan sus productos a los comerciantes. Algunas canoas tienen hasta
15 m de largo. En las aguas poco profundas las trajineras se impulsan con
largas estacas. También uno puede toparse con lanchas más pequeñas que
se dirigen hacia el pueblo, cargadas de carrizos y bojas de lirio, que sus
ocupantes juntaron lejos de las vías principales, como forraje para el
ganado. Antes del amanecer también se encuentran piraguas de
pescadores que salen con redes, cañas o lanzas y retornan con pesca
abundante.
Generalmente, la embarcación que se utiliza es la piragua indígena 7
que se presta pefectamente para avanzar por el pantano y los canales
angostos. La proa puntiaguda separa el carrizo, la lancha, plana y ligera,
se desliza sobre el pantano y las plantas acuáticas, y el remo chato
sumerge la vegetación bajo la embarcación. Las vías .principales de
comunicación están animadas a toda hora con innumerables piraguas en
las cuales van parados los esbeltos nativos, vestidos de blanco, remando o
empujándose con las largas pértigas. En los solitarios canales, lejos de los
pueblos, es menos frecuente que aparezca una piragua a cierta distancia
acercándose rápida y silenciosamente.
Se escucha un ligero chapoteo con el remo y una palabra vuela de
lancha a lancha (quen-otimo-t/athuilti, "buenos días", quen-otimo-youilti,
"buenas noches", el antiguo saludo azteca) y vuelve el silencio al paisaje,
interrumpido solamente por el zumbido de los insectos y el chapoteo del
remo. Del silencioso acompañante a veces no se nota nada durante horas;
callado, lleva al huésped por entre las islas, llenas de todas las flores y
verduras imaginables.
Los canales principales presentan un cuadro muy diferente en
domingo. Gracias a las bellezas de su paisaje, Xochimilco es uno de los
lugares predilectos para las excursiones que vienen de la capital. Las
grandes trajineras de los indios cargadas con verduras casi han
desparecido por completo y en su lugar están las "lanchitas" con un lindo
nombre y pintadas de colores, que llevan bancas y varillas laterales
82
cubiertas con tela o esteras, además de estar adornadas, según la estación,
con guirnaldas de flores frescas. En días de fiesta van repletas de
pasajaros alegres y bulliciosos. De los canales más angostos aparecen aquí
y allá piraguas con uno o dos indios vestidos de blanco que ofrecen a la
venta flores a precios muy bajos, o bien la mujer tiene ante sí su anafre
sobre el que prepara los platillos nacionales: tortillas, enchiladas...8 que
presenta al excursionista sobre la palma de la mano y que debe comerse
con los dedos, porque no hay cuchiUo ni tenedor. Estos alimentos a base
de maíz son tan picantes por el chile, que al extranjero al principio se le
llenan los ojos de lágrimas; sí entonces pide agua, el indio amablemente se
la sirve del canal. Una impresión extraña en este entorno es el paso de un
elegante bote de remos o de una moderna canoa con jóvenes alemanes,
ingleses o españoles. Los clubes de remos alemán, inglés y español poseen
aquí casas club en medio de jardines muy bien cuidados. La gente joven
de la capital viene el fin de semana y se dedica al deporte acuático.
El mismo contraste que se destaca en el agua, entre el bote de remos
más moderno recientemente traído de Alemania y la piragua indígena lo
encontramos en tierra firme. Ahí está la moderna casa club construida en
1935, junto a la choza indígena techada con paja, que en 1938 no se ve
diferente a como lucía en 1519 cuando Uegaron los españoles.

E l indio es conservador y tiene mucho aprecio por todo lo antiguo_El


indio también se ha adaptado a los forasteros que Uegan los domingos por
tren o autob6s, desde la capital llenando los tranquilos canales con su
bullicio, porque con ellos puede ganar parte de su sustento diario. Pero de
todas formas suspira aliviado cuando pasa el fin de semana y su ruido; así
puede dedicarse sin interrupciones a su chinampa en la cual concentra
todo su interés.

La disposición de Xochimilco cambió poco durante los siglos de


dominación española. E n el centro siguen la iglesia renacentista y enfrente
la gran plaza abierta que hoy tiene árboles y pasto.

Los sábados son días de mercado semanal, que no es para los


forasteros sino para los habitantes de Xochim.ilco y los indios de los
pueblos cercanos. De manera que solamente se vende lo necesario para la
vida diaria de indios y mestizos. Los comerciante vienen de los poblados
cercanos con las ollas, jarros, sarapes y petates hechos por el.los, levantan
unos puestos de madera aunque la mayoría de las mercancías se expenden

83
en bancos largos o en el suelo. Hay hileras de vestidos y blusas de algodón,
baratos, colgados sobre una reata que se tiende de un puesto a otro.
Las indias se acostumbran cada vez mAs a usar los vestidos de precios
bajos en lugar de las telas tejidas por ellas o, por lo menos, a comprar las
telas impresas y baratas de origen industrial para confeccionar su vestido.
Pero hay muchas otras cosas en el mercado sabatino de Xochimilco:
sombreros de paja, de todos tamaños para señores y niños, rebows para
niñas y mujeres, zapatos baratos y tarjetas postales multicolores,
cinturones de cuero y espejos, collares, aretes y pulseras de fantasía,
jabones perfumados, juguetes para los niños y estampas de santos; en
otras palabras, una alegre mezcla de cosas útiles e inútiles. Junto a la
manufactura indígena, buena y resistente, se encuentran chucherías
baratas destinadas al gusto de los mestizos.
El colorido proviene de las diferentes frutas que se exhiben· en mesas
burdas o en el suelo para la venta. La indias se acomodan en cuclillas
sobre el suelo; frente a ellas ponen su mercancías en un costal viejo o en
un pedaw de papel periódico: plátanos, naranjas, limones, jitomates,
cebollas, lechugas, coles, aguacates, papas, camotes, melones, zapotes y
cacahuates, etcétera. Todo está ordenado en pequeños montoncitos,
hileras y figuras según su precio de venta 5, 10 ó 15 centavos. Algunas
indias tienen una cubeta con pescados o axolotl para vender. Otras, están
sentadas atrás de su anafre y preparan los sabrosos y condimentados
platillos mexicanos: enchiladas, tacos, chiles poblanos, tamales o hasta el
mole de guajolote, platillo nacional (véase la nota 8).
Al día siguiente la plaza presenta un aspecto muy difererente. U!S
"chucherías de la capital" han desaparecido y los comerciantes de los
pueblos cercanos ya regresaron a sus pueblos llevándose sus mercancía!.
Los domingos hay mercado de nores. Hacia donde se mire hay bellas
flores multicolores, de todas clases. Repartidas por toda la plaza están las
indias con sus grandes canastas llenas de flores bonitas y olorosas. Para
atraer la atención de los paseantes que han venido de la capital exponen
pintorescos ramos en el suelo delante de ellas. Mujeres, jóvenes y niñas
con los braws llenos de flores y gran cantidad de ramos y ramitos
amarrados como guirnaldas sobre el hombro se acercan a los forasteros,
los acompañan a la lancha, al tranvía o al camión y pregonan la venta de
sus ramos. Piden, ruegan, sonríen hasta que se les haga una contraoferta.
9
Se regatea un •rato y luego se conviene en la mitad del precio original •
84
Ambas partes están contentas: el paseante porque cree haber comprado
bastante barato (por ese precio yo ni siquiera haría el trabajo de
cortarlas), la india porque a pesar del precio barato ha hecho un negocio.

A un lado de la plaza quedan los edificios oficiales hechos de


piedra: la alcaldía, la policía, el registro civil, además hay varias tiendas,
un mercado cubierto y algunas fondas. Alrededor de este núcleo y en
trazos rectos está dispuesta la ciudad, aunque sólo consta de unas pocas
cuadras a las que siguen los barrios indígenas. Cada barrio es una unidad
(entidad) cerrada. Originalmente cada familia vivía en un barrio, pero ya
no existe esa unión al ,:;alpulli. Las chozas indígenas en la forma irregular
de un pueblo, se agrupan alrededor de una pequeña iglesia o capilla,
erigida por los españoles. El barrio lleva el nombre del santo patrón (San
Antonio, San Lorenzo, San Juan).

Hay una carretera asfaltada que lleva de México al mercado de


Xochinúlco de la que sale, en ángulo recto, otra hacia Milpa Alta. En los
alrededores del núcleo de fundación española las calles están
empedradas. Las casas a los lados son de piedra al estilo colonial español.
Algunas tienen un primer piso, pero comúnmente sólo tienen una planta y
un patio interior al que dan todos los cuartos. A veces hay ventanas hacia
la calle, pero muchas veces tan sólo una puerta interrumpe el muro y
conduce a la casa. En cuanto se aleja del centro del poblado y llega a los
barrios indígenas el empedrado desaparece y las calles se hacen cada vez
más angostas, finalmente, acaban en veredas que serpentean entre las
chozas de carrizo, pasan por los puentes y ternúnan en un canat.10

Las chozas de carrizo y adobe que aún quedan entre las casas de
piedra, en cambio, predominan en el paisaje de los barrios. Hay unas
vallas de piedra sueltas que normalmente limitan el patio de una familia
indígena. La puerta de la choza indígena nunca da hacia la calle y por lo
tanto, no se puede entrar directamente. Toda la vida del indígena tiene
lugar detrás de este terrocal. Un hueco en las piedras amontonadas
indica la entrada. En cada predio hay de dos a cinco chozas. Los hijos
adultos con sus familias viven durante varios años con su padre y
construyen ahí su propia choza. Nunca faltan en el terreno los graneros
(cuezcomatl), en los que se seca y almacena la provisión de maíz de la
familia. Ya es menos frecuente encontrar en un rincón del terreno el baño
de vapor mexicano (temazcalli), hecho de adobe y que se ve como un
horno.11
85
Alrededor de las chozas trepan muchas llores que alegran con su
colorido y perfume a los habitantes. En el espacio entre las chozas
deambulan los niños y varios animales: gallinas, guajolotes, puercos y
hasta vacas, y muchos perros reciben con sus ladridos al extraño que
aparece en la entrada. En el barrio indígena cada sitio tiene una segunda
salida que da hacia los canales que llegan hasta las casas.
Las chozas están hechas de adobe y techadas con paja o carrizo. En el
distrito de los canales generalmente están hechas de carrizo y junco o
cañas de bambú y se denominan entonces: jaca/es (xaca/li: casa de paja).
Su superficie varía de 4 a 20 m2 . Tienen una sola habitación en la cual
muchas veces el único mueble es un banco con asiento tejido de paja o
tule. En la pared se apoyan algunos petates tejidos, que se ponen en el
suelo para dormir. Rara vez hay puertas de madera. Aunque el
amueblado de la choza sea pobre, nun ca falta el pequeño altar casero. En
una tablita se ponen la estampa del santo, unas flores y una veladora. La
cocina suele estar bajo un cobertizo separado al lado de la choza, aunque
otras veces se coloca en un rincón del propio jacal. El humo busca
libremente su salida por las rendij as de las paredes o del techo. Los
implementos de cocina constan de varios jarros de barro y cazuelas, del
metate (metlatl) y del molcajete meclapil) (sic) donde las indias muelen
los granos de maíz para la masa de las tortillas que hornean luego en el
coma! de barro (comalli) puesto sobre el fuego.

En los pueblos del distrito de Xochimilco se han conservado más las


antiguas formas culturales que en los barrios de la ciudad. Estos pueblos
no han cambiado su carácer original; de los doce que pertenecen al actual
municipio de Xochimilco, once son antiguos pueblos indígenas,
precolombinos o coloniales. Solamente uno, Nativitas, fue fundado hasta
el siglo XVII. Queda en la orilla del lago de Xochimilco en un lugar donde
brotan varios manantiales de agua cristalina, que hoy se usan para el
abastecimiento de la capital. Tiene un carácter especial que le dan los
edificios relacionados con la planta de agua potable y un olivar adjunto,
que lo distingue de los otros pueblos. Todavía en el año 1878 el número de
habitantes españoles en Nativiras era marcadamente elevado con 13
hombres, 19 mujeres, 13 niños y 2 niñas.12 En los otros pueblos, con
excepción de Tulyabualco y en menor escala Tepalcatlalpam,13 no vivía
ningún español.
86
La influencia indígena predominante encontró su expresión en el
mantenimiento de asentamientos concentrados en forma de pueblo
irregular, en el que sobresale únicamente una iglesia de dimensiones
excesivamente grandes y desproporcionadas para el tamaño de la
congregación. La influencia indígena se expresa en los pueblos de la
misma manera que en los barrios indígenas de la ciudad. En el paisaje
predominan las chozas indígenas. Las calles apisonadas que en tiempo de
lluvia se vuelven lodazales, están flanqueadas por vallas bajas de piedra o
cactus. A la llegada de los españoles los pueblos deben haber presentado
una apariencia semejante. El pueblo de San Gregario Atlapulco es el que
ha conservado su aspecto indígena más genuinamente, aunque en tiempos
recientes se le conectó con la red principal de comunicación. La
estructura irregular del pueblo se dividió con la carretera, pero todavía
existe el patrón de los campos de cultivo en forma de franja.
El desarrollo del paisaje: divisón hereditaria, ejidos
El sistema de parcelación de los pueblos no ha cambiado mucho. El
pueblo de Santa Cruz Acalpixca todavía permanece como asentamiento
irregular en medio de sus campos de cultivo. Está subd ividido en parajes
cuyos nombres aztecas hacen referencia a detalles particulares del paisaje,
parcialmente en uso todavía hoy. 14•

La propiedad individual está repartida en varios parajes. Si ya en


tiempos pasados tenía carácter de propiedad diseminada, esto se ha
acentuado con el transcurso del tiempo por la división de herencias,
compra y venta. El campesino actual tiene por lo general propiedades en
varias comunidades. No es rara la parcelación de una propiedad de 3 ha
en 20 ó 30 pa rcelas individuales. Severiano Ramírez, campesino cuyo
terreno y propiedad dentro del pueblo de Santa Cruz Acalpixca está
representado en la Figura 7, posee además 15 parcelas de tierra en otras
comunidades. Para llega r a una de ellas tiene que hacer tres horas de
camino en canoa. Por supuesto estas distancias no resultan favorables
para el cultivo: se pierde medio día solamente para ir al terreno y volver.
Resulta pues imperiosa la necesidad de una reglamentación de los cultivos
por parajes, que significaría para el campesino tanto un aumento en la
producción, como una mayor facil idad en el cultivo de los campos.
Además sería bastante fácil una concentración parcelaria porque en la
redistribución no habría que tomar en cuenta las diferentes clases de suelo
y se eliminaría así el factor que la dificultaba en Europa. 15
87
Una chinampa es igual de fértil que otra, por lo que siendo del mismo
tamaño se podrían intercambiar sin la menor dificultad. Sin embargo,
nunca se ha hecho el intento de terminar con la diseminación de
propiedades juntando los campos, ni por el gobierno ni por los propios
campesinos. Por tradición, el indio no muestra ningún interés por
semejante concentración parcelaria. Un pedazo de tierra que ha cultivado

..•· -·

..·•'.•···
.,······
o

mi EDIFICACIONES
PROPIEDAD DEL CMFESINO SE•
- VERW«> RAMIREZ DI f"L PARA·
Jr DEL ~8t.O SANTA CRUZ
ACALPIXCA..
- CANAL
LIMITE DE PROPICDAD
VALLA DE PIEDRAS

O 50 tOO 200ff\.

Flgu.ra 7. El pHblo ele Santa Cn.t Acalplxca en medio ele sus pal"IIJes. (Dlb'llado por la
autora según planos ele la Olklna ele Calaslro ele la ciudad ele M&ic:o).

88
y que ha sido de su padre y de su abuelo no lo vende o cambia sin
necesidad por otro que no tiene ning(m significado para él. El resultado
de esta actitud ha sido la conservación de la distribución indígena de las
parcelas en su forma fundamental y el asentamiento cerrado, puesto que
ninguno de los propietarios de chinampas en Xochimilco cambió su choza
a su campo de cultivo. La magnitud de la parcelación excesiva se aprecia
en el hecho de que el Club de Remo Alemán tuvo que entenderse con seis
partes diferentes al querer adquirir para su casa club una
chinampa(en forma alargada de triángulo, con 117 m de largo y en su
lugar más ancho aproximadamente de 42 m).16

No en todo el Valle de México se han conservado tan bien los


asentamientos y linderos indígenas. Unicamente en donde no.se despojó
al indio de sus tierras permitiéndole disponer libremente de ellas, siguió
cultivando sus campos en la forma intensiva tradicional. Pero en grandes
partes del Valle se le quitaron sus propiedades. Los españoles querían
explotar al máximo las tierras conquistadas.

Poco después de la conquista se repartieron predios disponibles entre


los españoles y empezaron ahí, a principios del siglo XVII, las
haciendas.17

Los hacendados cultivaron grandes extensiones con arado,


desconocido para los indios, que no tenían bestias para jalarlo. Los
hacendados plantaban sobre todo productos comerciales: trigo, caña de
azúcar, arroz, etcétera. Además sembraron pastizales e iniciaron la
ganadería con animales importados. Para el cultivo extensivo de trigo y
caña de azúcar los hacendados requerían del riego artificial de sus campos
y para eso necesitaban trabajadores. 18 Por esto, para la ubicación de una
hacienda no eran solamente importantes el clima y las condiciones
naturales, sino también la cercanía de un poblado indígena que
proporcionara la mano de obra 19 .

Según la ley, las haciendas podían establecerse fuera de los límites de


los pueblos. Pero muchas veces se dio el caso de que el hacendado
comprara la tierra comunal de los pueblos que quedaban más cerca a las
haciendas a precio más bajo. En otras ocasiones llegó a suceder que los
grandes hacendados compraban a los habitantes del pueblo todas las
tierras y los empleaban como peones en la hacienda. Con el tiempo las
propiedades hacendarías crecían a costa de los pueblos20 cuyos habitantes
89
se hacían peones sin tierras ni suelos propios que emigraban o declinaban.
Durante el gobierno de Porfirio Díaz (1884-1910) el desarrollo de los
latifundios estuvo en su apogeo. La hacienda dominaba el cuadro
económico de grandes zonas de México y los hacendados dominaban la
vida política del estado21 .


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Figura 8. Propiedad rural en el pueblo M San Gregorio Allapulco.


l. Choza que sirve como dormitorio para el campesino, su esposa y sus dos hijas. Los muros
son de adobe, el techo de paja. El amueblado consiste en varios petates y cobijas y en un
altar casero (H). ll. Cocina de varas de madera con techo de paja. Amueblado: banca (B).
repisa para la vajilla (G), fogón (F) y metate (M). 111. Dormitorio del hijo mayor, su esposa
y sus tres hijos. IV. Dormitorio del hijo menor, su esposa y su hijo. V. Pocílga hecha con
varas de madera. VI. Granero. Los campos colindantes con el terreno son chinampas y se
encuentran en el área original del lago de Xochimilco. (Levantó Schilling).

En el área de Xochimilco esta gran expansión de las haciendas nunca


pudo realizarse. El área al sur del lago es demasiado montañosa debido a
las estribaciones de la cordillera del Ajusco y la tierra de las chinampas en
el lago, resulta completamente inapropiada para el cultivo de trigo y caña
de azúcar en grandes proporciones o para la cría extensiva de ganado. El
cultivo intensivo altamente desarrollado en los jardines artificiales se
basaba en una estricta división del trabajo en la comunidad de la familia
extensa. La introducción del ganado y el arado a la Cuenca de México no
representaba ninguna ventaja para la agricultura de Xochimilco.

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Figura 9. Propiedad rural en el pllffllo de Santiago Tepalcatlalpan.

l. Dormitorio del campesino, su esposa, sus tres hijos (S,3 y J 1/2 años de edad) y su
madre. Tres muros son de adobe, uno de piedra. Es el vestigio de una antigua casa de
piedra y le da a la familia más protección contra el viento y la intemperie que sus propios
muros de adobe. Por eso, los indios gustan de pegar sus chozas a viejos muros en ruinas.
Mobiliario de la choza: cama (B), silla, altar casero (H) y varios petates. 11. Cocina y
habitación de varas de madera y paja, con techo de paja. Mobiliario: repisa para vajilla
(G), fogón (F), metate (M), tres sillas (S) y camón de leña (K). 111. Corral de cabras. A
unos metros de distancia de la cocina hay un plantío de chayotes (Sttblum edule Sw.) El
largo del sitio es de 60 varas x 54 m su ancho 10-16 varas x 9-14.S m. la superficie, por lo
2
tanto, es de aproximadamente TIO m . (Levantó Schilling).

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Figura 10. Propiedad rural de uno de los habitantes más ricos y estimados (en 1935 fue
delegado municipal) del pud>lo de Santiago Tepalcatlalpan.

l. Casa de piedra con tec.h o plano. La habitación sirve como dormitorio para 6 adultos y 3
niaos. Mobiliario: 2 camas (B), varios petates y cobijas y un altar casero (H). 11. Choza de
piedra como estancia, con techo de madera. Mobiliario: 1 mesa (T) y 7 sillas (S). rn.
Cocina de adobe con techo de paja. Mobiliario: repisa para vajillas (G), fogón (F), y
metate (M). IV. Tcmascal (temazcalli). V. Granero de mafz. (Levantó Schilling).
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Flpn U . Proph dad nual de uno de loa babltant.es 111á8 pobres del Burlo de Santa
Mufa Asunción, X°"'blmlk:o

l. Choz.a donnitorio de adobe con tuho de paja. Alberga en la noche al matrimonio con
sus 8 hij°' en edades que van de 2 a 17 aA°'. Muebles; banca (B), altar casero (H), varios
petates y cobiju. 11. Cobcnizo de cocina. Muebles: repisa para vajilla (G), metate (M) y
fogón (F). 111. Granero. IV. Canoa. V. Piedra plana donde se ~ava la ropa. El terreno mide
8 x 11 varas, abarca por lo tanto 88 varas cuadrada$ (79.2 m"). Sólo representa pane del
predio original que se entregó a vari°' hennan°' en la rcpanición de la herencia. Hoy I°'
diferentes terren°' están dividid°' por vallas de piedras. (Levantó Schilling).
93
Es por esto que en el área de Xochimilco no se desarrollaron grandes
haciendas, sino tan solo algunos ranchos pequeños, establecimientos con
22
ganadería limitada junto con el cultivo de productos agrícolas, donde los
indígenas mantuvieron la influencia principal en la conformación del
paisaje.
El altepetlalli (tierra comunal) sufrió un cambio con el transcurso de
los siglos. Con el relajamiento de los calpulli y los reclutamientos de
soldados y trabajadores en las comuniddes, la tierra comunal también
perdió su valor anterior, el de pertenecer originalmente a cada
asentamiento indígena, abierto al uso general de los miembros del mismo.
Dejó de servir al uso general de todos los habitantes del pueblo,
23
rentándose por una cuota anual a ciertas personas.
Así vendieron su tierra comunal Xochimilco y los pueblos de Tepepao,
Xochitepec y Sao Lucas Xochimanca. El distrito de Xochimilco limita al
oeste con los distritos de Tlalpan y Coyoaeán, que por su terreno plano se
prestan mejor para el desarrollo de las haciendas que Xochimilco; allí se
levantaron varias, entre las cuales estuvieron Sao Juan de Dios, Coapa y
Sao Antonio Coapa, localizadas en el extremo sur, que compraron los
24
altepletlalli de Xocbimilco y los pueblos ya meocionados.

Bajo el régimen de Porfirio Díaz, casi todas las tierras planas del Valle
se encontraban en manos de los hacendados. Desde entonces ha tenido
lugar un movimiento inverso. El pequeño agricultor indígena exigió su
derecho y desde 1917 se les adjudican tierras comunales a los pueblos
indígenas a costa de las haciendas aledañas, que constituyen los llamados
ejidos. Esto provocó un cambio en el paisaje de los pueblos. La tierras
nuevas a repartir son, como también se comprobó en Xochimilco, viejos
altepetlalli que habían sido vendido muy baratos a las haciendas y que
ahora regresan a la posesión del pueblo. Pero ya no es una porción
continua en la periferia del distrito, sino que ha sido dividido en infinidad
de parcelas de igual tamaño. Por cada pueblo se repartieron de 50 a 100
25
hectáreas. A Xochimilco se le devolvió su antigua ciénega región
pantanosa a orillas del lago), con un total de 819 ha, divididas en 2 229
parcelas de 3 600 m2 cada una, que se repartieron gratuitamente a los
jefes de familia para su cultivo.
Como la mayoría de las parcelas no son directamente accesibles, existe
una reglamentación que obliga a cultivar una cosecha determinada.
Todos los campos se tieo.en que cultivar a la vez (Figura 12), Para la
94
selección de los productos a cultivar, el campesino depende de la decisión
de la mayoría. El ejido es la única área de Xochimilco donde se usa el
arado.

EJIDO DE TEPEPAN

d la V1ga
Canal Nacional e

Flgara 12. División en r11U1Jas ele la antigua tierra comunal "ciénaga chica" ele
Xochlmlko. (Dlbu.J,ido por la autora según planos ele la Orldna ele Catastro de
la ciudad ele Mi'xlco).

Tenencia y cultivo de los campos

Todavía se trabajan las chinampas en su mayoría con la cooperación


de todos los miembros de la familia exclusivamente. La extensión más
conveniente y usual de explotación ha sido entre 1 y 5 ha.
De 1 066 explotaciones en el paisaje de Xochimilco -contando
solamente las mayores de 1 ha- en el año de 1930, había: 992 parcelas de 1
a 5 ha; 35 de 5 a 10; 28 de 11 a 50 y 11 de más de 50. Se aprecia una
similitud comparando el tamaño promedio de los predios en Xochimilco
con el de los cam~ de hortalizas alemanas de gran intensidad agrícola.
26
Tanto en Vierlanden como en las regiones de cultivo de hortalizas "n las
95
marismas del Elba27 en Holstein, se ha constatado que el de 2 a 4 ha es el
tamaño más favorable.
De los 1 066 predios en Xochimilco, en 1 018 casos el propietario
trabaja personalmente la tierra; en 24 casos están rentados y en otros 24
un encargado los cultiva por cuenta del patrón. La autora no tuvo acceso a
las explotaciones menores de 1 ha donde predominan las explotaciones
rentadas, porque muchos de los obreros y artesanos, así como los
pequeños agricultores cuyos parientes no tienen ocupación completa,
rentan anualmente un pedazo de tierra. La comparación de la relación de
tierra rentada con la propiedad en las regiones de cultivo de hortalizas
alemanas arriba mencionadas muestran que ahí el mayor nwnero de
tierras rentadas no es menor a 1 ha, sino que f:luct<ia entre 1 y 5 ha.
Solamente a partir de las 5 ha predominan las propiedades, mientras que
en Xochimilco ya ocupan el primer lugar desde 1 ha de extensión.
A partir de la estadística de oficios de Xochirnilco se desprende que la
mayoría de los habitantes son agricultores. En 1910, de los 30 093
habitantes del pueblo,28 9 594 tenían una ocupación y de ellos 7 946, casi
el 83% eran campesinos. Hasta 1930, fecha del filtimo censo de población
y ocupaciones, este aspecto no ha cambiado sustancialmente. El número
de habitan!~ del municipio de Xochirnilco era en 1930 de 27 712 y los
hombres con ocupación sumaban 8 571. De estos 6 862 aproximadamente,
el 80%, se dedica~an a la agricultura.
La técnica agrícola en las chinampas no cambió durante los tres siglos
de gobierno españo~ tampoco se elevó por encima del nivel que tuvo en
tiempos indígenas en los 128 que han pasado desde la Independencia de
México. En las islas no encuentran aplicación el arado ni las bestias, ni la
rotación de cultivos, ni las máquinas modernas o los fertilizantes
artificiales. La tierra se afloja un poco con la coa, se mejora con fango del
lago que se saca con una red del canal adyacente, luego se siembran las
semillas en el suelo o se meten las plantitas a la tierra. La coa, 6nica
herramienta que necesita el indio de Xochirnilco para el cultivo de su
chinampa, se fabrica de madera dura, generalmente oyamel (Abies
religiOtlfl Chao et Schl.) o madera de pino. La coa llega como máximo
hasta el hombro del indio, generalmente es mucho más corta y manejable;
algo torcida, se ensancha primero, Ul!I poco en su extremo inferior, y luego
termina medio puntiaguda. La autora nunca vio en Xochirnilco una coa
con punta endurecida al fuego, si bien no se necesita en el suelo blando,
siempre hwnedo, sin piedras de la chlnampa.29
96
Con este sencillo método de cultivo se obtienen dos ricas cosechas al
año, gracias al hábil aprovechamiento de las favorables condiciones
climatológicas.
Xochimilco llena las principales condiciones climáticas para la
obtención de buenas legumbres de manera muy especial. El calor, la luz y
agua en abundancia están a disposición del indio y él sabe aprovecharlas.
Para el desarrollo de las legumbres bajo el sol candente es muy
importante que las tablas tengan un poco de sombra. Y así, el indio
empleó el ahuejote, un tipo de sauce para dar sombra a sus legumbres.
Para que el árbol crezca verticalmente se recortan las ramas inferiores y
de esta manera sin que les quite luz a las plantas, éstas tienen siempre algo
de sombra.
Ahora, como antes, el campesino realiza la rotación de cosechas a su
propio arbitrio. Genealmente siembran maíz en la primavera para
cosecharlo en otoño. Durante los meses de invierno planta legumbres y
flores que aguantan las heladas nocturnas, ciertos tipos de co~
pensamientos, violetas, nomeolvides, etcétera.
En los primeros siglos después de la conquista, el ganado casi no tuvo
importancia en Xochimilco. La cría de ganado se ha introducido
recientemente. El ganado existe nte es, en su gran mayoría, de establo y
nunca sale al pastizal. Se le alimenta con pastos secos, hojas de lirio
acuático, etcétera, que se juntan en lo más lejano del chinamperío.

Sistemas de explotaclóo agricola


Dentro de los sistemas de explotación agrícola figura en primer lugar
la horticultura. Junto a las islas E¡ue sirven para el cultivo de legumbres y
flores de alto valor, hay algunas chinampas en las que se plantan maíz y
frijol para el autoconsumo. Las plantas jóvenes de flores y legumbres
reciben un trato especialmente cuidadoso. Al indígena no le importa tanto
la cantidad como la calidad, pues tanto legumbres como flores están
destinadas a la venta en el mercado de la capital. El ingreso por la venta
de los productos de un terreno mucho menor a 1 ha, tiene que ,.fcanzar
para el sostenimiento de una familia numerosa aunque modesta. Los
productos se cargan directamente en las canoas y se llevan al mercado.
Rara vez cultivan verduras para sus propias necesidades. Prefieren
comprarlas de inferior calidad en el mercado de Xochimilco. Los
campesinos tienen clientes fijos, generalmente intermediarios, que
compran el producto de la chinampa antes de la cosecha. Si uno quiere
97
comer en Xochimilco legumbres cultivadas ahí hay que comprarlas en el
mercado de la capital.

Antes, las mercancías se trasportaban solamente en canoa al mercado.


Hoy en día, aparte de la canoa disponen de tranvía y autobús. A pesar de
ello, la canoa sigue siendo el medio de transporte principal. Como en
tiempos antiguos, por lo menos una vez por semana, algun varón de la
familia baja con sus productos por el Canal de la Viga hacia el mercado.
Aparte de las chinampas como actividad principal, surgieron aquellos
como actividad secundaria, porque artesanos, burócratas o gente de otros
oficios compraron un terreno o lo a.rrendaron y su esposa y los hijos lo
cultivaron. La cosecha sirve para el autoconsurno o para le venta. Desde
luego que los cultivos en estos establecimientos secundarios nunca se
realizan de manera tan intensiva como en las chinampas, cuyos dueños se
dedican exch¡sivamente a ellas.
El tercer tipo de establecimiento es aquel de arrendamiento puro.
Aquí los campesinos distinguen dos formas. Primero el arrendamiento
ordinario donde se arriendan una o más chinarnpas para su cultivo a
cambio de un pago determinado, el contrato corre siempre de octubre a
octubre. La segunda forma es llamada "a medias" y consiste en que uno de
los campesinos pone su campo a disposición y el otro compra las semillas
y cultiva. La cosecha es repartida entre los dos.
Población. Comunidades y familia.

El índigena de Xochimilco es de estatura mediana o baja y tez


bronceada. Tiene rasgos burdos, una boca grande y labios gruesos. Su
nariz, por lo regular es ancha y chata, los pómulos sobresalen y su cabello
es negro y lacio. En su trato con blancos se muestra amable, pero muy
prudente, casi desconfiado. Para la real.ización de todo tipo de labores es
resistente, pero poco constante. Rechaza la posibilidad de un buen
ingreso, si su horario de trabajo terminó y si plantea un paseo por la plaza
o alguna otra diversión. El indio es muy modesto en sus exigencias vitales,
como lo demuestra su forma de vestir, de alimentarse y de vivir. Por el
contrario, tiene mucho apego a la patria y a la tradición y cuenta
indudablemente con un marcado sentido de familia. La solidaridad hasta
entre parientes lejanos es grande, en cualquier momento se ayudan
mutuamente.30

La indumentaria del varón indígena consiste en una camisa y un


pantalón de manta blanca sostenidos por una faja. Un gran sombrero de

98
palma de ala ancha protege del sol. Como zapatos sirven los huaraches,
una especie de sandalias con tiras de cuero; en las mañanas y las noches
frías del invierno, se cubren con el poncho: una cobija de lana rectangular
que tiene una abertura en el centro por la cual el indígena mete la cabeza.
Con las manos agarra la tela que cuelga por delante y por atrás y se
envuelve en ella. La vestimenta de la mujer, falda y blusa de manta, fue
enriquecida por los españoles con el rebozo. Hoy en día, esta tela gris,
gris-azul o café, larga y parecida a un chal, es indispensable para cualquier
mujer indígena; hace las veces de abrigo y de sombrero; protege del frío y
en la calle cubre la cabeza, los hombros y los brazos. También sirve para
cargar al bebé. La indígena carga a su hijo hasta los dos años casi siempre
consigo. Si tiene algo que hacer fuera del sitio (sic), se lo lleva
naturalmente, también cuando quiere vender flores o pescado en el
mercado. Si necesita ambas manos para trabajar, amarra al niño
ingeniosamente con el rebozo en su espalda. Las mujeres raras veces usan
sandalias, casi siempre caminan descal7.as. La indumentaria de los niño se
distingue de la de los adultos solament e porque es más pequeña y... más
sucia. El muchacho indígena se enorgullece ya de su poncho y de su
sombrero, y la pequeña niña que apenas puede caminar se cubre con su
rebozo. La vestimenta del indígena es la misma durante todas las
estaciones del año.
La alimentación consiste, como en la antigüedad, básicamente de maíz
y de frijoles negros. Se come tres veces por día. En la mañana a las seis, se
sirve una taza de té de hierbas o de café. Después los varones y los niños
salen de la choza y se dirigen hacia las chinampas. Como a las diez, una de
las mujeres les lleva tortillas y frijoles negros. Hasta la tarde regresa toda
la familia y se sirve una comida en común, consistente en tortillas, frijoles
negros y pedazos de carne dura en una salsa picante café. Los indígeneas
no acostumbran una alimentación especial para los niños pequeños (los
niños reciben inmediatamente después del destete tortillas y los frijoles
negros de difícil digestión); esta circunstancia refuerza seguramente la
relativamente alta mortalidad infantil.
u; comunidad indígena del pueblo actual se distingue de la comunidad
azteca también en aquellos casos donde conserva la estructura social
antigua. Aun, hoy en día, se elige cada año a un nuevo gobernador por los
miembros del pueblo - llamado ahora subdelegado que tiene que
representar los intereses del pueblo ante el alcalde de Xocbimilco. Este
cargo es honorífico y hoy como antes se le encomienda a uno de los
miembros más respetados y hacendosos de la comunidad. Le ayudan tres
alcaldes Gueces del pueblo) y un escribano, también connotados
99
miembros del pueblo que son además responsables d e la caja.31 Pero la
unión de los calpullis o clanes ya no es la antigua; fue destruida por e l
reclutamiento de soldados y peones duran1e los prime.ros siglos del
dominio español. Este hecho conlribuyó esencialmente a la disolució n de
la comunidad antigua. Se conservaro n, sin e mbargo, las antiguas leyes d e
he rencia. Si un campesino murió sin d escendie nles, e ntonces sus tierras
regresaban a la comunidad salvo la parle indicada e n su testamento para
la iglesia.32 Pe ro ya no se le asignaba al miembro más pobre de la
comunidad, sino que quedaba como pro piedad de la comunidad.
Ge neralmenle era pueslo a disposición d e ésta y luego re ntado. E l
producto e ntraba a la caja de la comunidad, q ue fue fundada en 1782 e n
Xochimilco. lgualmenle, la tierra comunal se vendía a hacendados o se
rentaba a campesinos. Si este de recho no lo ad quiría algún miembro d el
mismo pueblo ello redundaba en una reducción de l patrimonio comunal.
Los ingresos anuales d e las difere ntes re ntas servían, entre otras «--OSas,
para pagar al profesor de la escuela y para la fiesta q ue se realizaba
anualmente en honor de l Santo patrono del pueblo, muy importante
todavía y a la que se conoce como "fiesta d el barrio" en las zonas indígenas
de la ciudad. En ella se expresa la vinculación del indio con e l pueblo en
que nació y al que pertenece. En el curso d e los siglos, familia y estirpe
han perdido significado como lazos sanguínc-06, pero el pueblo sigue
siendo la patria, el orgullo y e l anhelo cuando se alejan de allí.

Si la venta de la tierra comunal signifi« la segregaci6o de la


comunidad, la re partición del ejido signi6ea una nueva unión de los
habitantes entre sí pues sólo lo pueden cultivar de manera colectiva. Aquí
hay obligación de cultivar una planta determinada y para la selección de
los cultivos el campesino depende de la decisión mayoritaria.

El calpulli indíge na o la ascende ncia com6n eran la base de la


explotación de las chinampas. La unidad familiar se ha d ebilitado, aunque
sigue existie ndo parcialmente. La propiedad cllCCSivamcntc fragmentada y
los largos caminos de acceso hadan necesaria una divisió n del trabajo
para el cultivo. A6n se observa como el jefe de familia asigna las labores
diarias de cada miembro, ya sea en el campo o para alguna de las
actividades secundarias. Especial ate nción me recen las legumbres y
campos de Dores, cuyo producto es destinado a la venta. La tarea de uno
de los hombres jóvenes es llevar las mcraindas I la ciudad el día de
mercado, otro coasigue el forraje para el ganado y un tercero se va antes
del aman«cr , pescar, pues la mejor hora es de cinco a Dua'C de la
100
mañana. En un lugar protegido se colocan de diez a doce anzuelos sobre
una base de plantas acuáticas y hojas de lirios acuáticos, luego se vuelven a
sacar con la presa uno a uno. A veces también salen dos o tres jó_venes a
pescar con redes. Se mueven lentamente por las orillas de las islas. Uno
golpea con un palo las plantas acuáticas, los otros arrojan la red y así
logran pescar un gran número de peces asustados.33
Sin embargo, lo más usual es salir a pescar con la fisga, una vara larga
en cuyo extremo se fijan una docena de puntas de alambre fuerte, afiladas
y dispuestas en forma circular.34 El indio ensarta con este instrumento al
pez en el agua.35

M11ebKho p,scaoclo con lama en d • de XochJmlloo. Folo Ola Af,-DtS.


(En S. Unnl, El Vallt y la dudad de Misko to !SSO. Ealoco._ "-'41).

101
Tanto la pesca como la cacería de aves son para el autoconsumo. Sólo
cuando la pesca ha sido abundante, una de las mujeres vende los pescados
en el mercado.
El campesino y sus hijos realizan la mayoría de las labores artesanales.
S.ican al aire los adobes para la construcción de la casa; tejen el carrizo o
el techo de caña, también anudan las redes para la pesca. Mu chas fa.mili as
en Xochimilco poseen una lancha aparte de la canoa, un bote adornado
siempre con ílorcs frescas que sirve para pascar a los excursionistas por
los canales. Uno de los hijos adultos conduce la e mbarcación. los
indígenas tambié n acceden gustosamente al trabajo en las casas club de
las asociaciones de remos o en los restaurantes. La regata que se efectúa
una vez por año representa buenas posibilidades de entradas para los
indios. Las chinampas situadas e n el recorrido se alquilan a los
espectadores a precios elevados.
Las labores de las mujeres son igual de diversas, y es también la mayor
de ellas quien las divide y asigna. No se admiten protestas. La autoridad
de los mayores se e xpresa en los modales; los hijos, por ejemplo, se
dirigen de •usted" a sus padres. Tambié n es muy usual la costumbre del
beso de mano, signo exterior de respeto. Los hijos siempre le besan la
mano a sus padres como saludo o despedida. Al párroco católico y al
alcalde también les corresponde el beso de mano de la gente grande.36
En la división de las labores se percibe la liga de la muje r al lugar,
debido a los frecuentes embarazos y a la atención de los niños pequeños.
En la chinampa trabajan sólo las hijas. Ellas arrancan la mala hierba y
ayudan en la cosecha, son muy hábiles especialm ente para cortar ílores.
Las mujeres se quedan en el sitio preparando los alimentos. La
preparación de las tortillas es tao laboriosa que ocupa todo el día de una
mujer, con familia numerosa. La mujer se pone de rodillas y muele en el
metata (meclapil) (sic) los granos de maíz, previamente re mojados con
agua de cal y luego los amasa muy bien con las manos. De la masa así
formada, el nixtamal, desprende una bolita del tamaño de un huevo y
pasándola de una mano a la otra, prime ro rápido y luego más lento;
paulatiname nte, la bola toma una forma plana y redonda. La to rtilla está
lista y la ponen ento nces en la plancha de barro, el comalli, para tostarla
ligeramente. La tortilla se come caliente, sola es algo desabrida porque
está hecha sin sal, pero con una salsa de chile sabe muy sabrosa.
En cualquier calle de pueblo, por el palmear rítmico que se escucha, se
sabe en qué choza se están preparando tortillas. Otra labor de las mujeres
102
es lavar y coser casi toda la ropa de la familia, cuidar el ganado y educar a
los hijos.

Para el indígena, ocho o diez hijos, de los cuales la mitad es muy


j oven, generalmente no representan ninguna carga, sino un capital. No le
gusta que las hijas se casen, porque pierden fuerza de trabajo. Las niñas
tampoco reciben dote matrimonia l. Los hijos traen a sus mujeres al
terreno de su padre y se independizan hasta tener varios hijos que les
puedan ayudar en la lucha por la subsistencia.

Una familia de diez personas puede vivir de l ingreso de una hectárea


de tiera, gracias la hábil división del trabajo, a las varias entradas
secundari as, y sobre todo, a la cooperación de los miembros de la familia.
Resumen

En el presente estudio tratamos de seguir la evolución de los


"jardines ílotantes• de Xochimilco, fértiles tierras de pantano que
recuerdan las marismas utilizadas para el cultivo de hortalizas en
Holanda, con tablas profusamente sembradas de legumbres y ílores, muy
próximas unas de o tras y limitadas po r canales. El origen de este paisaje
nos remonta a tiempos anteriores a la llegada de los españoles. Te nemos
que buscar su origen en la inventiva y habilidad del indio que logró
rescatar tierra del lago artificialmente, lo q ue re presenta una sing ular
forma en la agricultura mexicana prehispánica y una base para la posterior
cultura de los aztecas. Al pasar el tiempo, el número de tablas de cultivo
artificiales disminuyó de bido a la desecación de los lagos, sin embargo el
método de cultivo siguió siendo el mismo. Aunque los españoles
introdujeron el arado y las bestias e n la Cuenca de México, todavía no se
usan en Xochimilco. La otro ra íloreciente ciudad, tras la conquista
española quedó reducida a una peq ueña población q ue desde ento nces no
ha tenido un desa rrollo digno de mención. Los pueblos indígenas del área
de estudio retuvieron la estructura de los asentamientos y del sistema de
parcelación en su form a básica. Este hecho se ilustra con la falta de
aptitud de Xochimilco para la form ación de haciendas. Como los
españoles no podían sacar provecho de las tie rras de Xochimilco,
reclutaron a sus habitantes como soldados y como peones; así
deses1ructuiaro n las uniones familiares de los indios.
Puede supo nerse que después de la conq uista ya no hubo cambios
externos drásticos en el paisaje, además de la disminución del área
lacustre. Ya e n aquel entonces, Xochimilco presentaba un paisaje de
103
cultivo muy avanzado en su desarrollo, que debía su apariencia a la mano
del hombre, casi exclusivamente.
En la primera parte del estudio se describió, intencionalmente, el
desarrollo de la capital azteca con todo detalle, pues múltiples relaciones
cutre Tenochtitlan y Xochimilco motivaron el desarrollo de ésta última,
casi por completo. El crecimiento de la ciudad de México hacia una urbe
de más de un millón de habitantes, se señaló brevemente debido a que no
tuvo la influencia que sobre el área de Xochimilco ejerció Tenochtitlan.
La actual capital no ha podido integrar las otras ciudades de la Cuenca de
México a su pujante desarrollo. En tiempos aztecas, Tenochtitlan era la
ciudad más bella y grandiosa. Ahora ya no es así: México es el centro
absoluto y foco único de todas las aspiraciones económicas, políticas y
culturales, y como metrópoli opaca totalmente a las otras poblaciones del
Valle que resultan ciudades provinciales, pequeñas e insignificantes.
Las obras del desagüe, terminadas en 1900 bajo el régimen de Porfirio
Díaz, proporcionaron al lago de Texcoco, mediante la apertura de un tajo,
la salida que le faltaba. Este tajo no afectó directamente al lago de
Xochimilco, pero sí se hizo en la reducción general de las capas Creáticas
de la Cuenca. En 1903 comenzaron a desviarse las aguas de los manantia-

El canal..,.. x-►•mlko • la c■ pllal, "Canal • la Vlp•. l'olo Ola Ape-.


(En S. Uani, El V■llt yla dlldad de M&ko tn 1550. F.alocolmo, l'41).

104
les que brotaban en el lado sudeste del lago de Xochimilco hacia la
capital. El resultado fue que poco después de la inauguración de las
nuevas instalaciones (1914), el tráfico de lanchas en el Canal de la Viga
estuvo suspendido durante 20 días por falta de agua. Las quejas de los
indígenas sobre la disminución de agua en el lago de Xochimilco van en
aumento. Actualmente varias compuertas impiden el libre paso del agua
del lago al canal, una de ellas localizada directamente sobre la
desembocadura del Canal de la Viga al lago. Las compuertas se abren
solamente dos veces al día para dar paso a las canoas. A pesar de la
existencia desde hace algunos años de un "Reglamento para la
conservación y vigilancia del lago de Xochimilco", el nivel del agua en los
canales sigue bajando, las islas artificiales sobresalen del agua, cada vez
más. Con este nivel tan bajo de agua, también la práctica de abonar, de
cada año arrojar fango del lago sobre la chinarnpa, se nota en el ·
elevamiento de las islas.

Ninguna de las dos causas del desecamiento paulatino del lago de


Xochimilco puede remediarse. El nivel de las capas freáticas no puede
elevarse y la capital no puede prescindir del agua de los manantiales. Así,
ya se avizora la época en que el (iltimo de los cinco lagos se habrá
desecado por completo. En su lugar habrá campos fértiles que cuando ya
no estén separados por canales, provocarán el cambio del sistema de
cultivo azteca. Se introducirán entonces el arado y el abono, y el antiguo
paisaje de cultivo indígena desaparecerá y será reemplazado por otro cuya
apariencia se deberá al trabajo campesino de blancos y mestizos.

NOTAS
1
. En su aspecto y cartograffa (Cartografía de los Países Bajos 1912-13, escala
1:50 000, hoja Amsterdam 1, 11, lll, IV y escala l: 25 000 -amplificaciones- hojas
núms.: 311 • Wonneveer. 312 =Punnerend, núm. 329 = Zaandam, 330 = Brock), la
zona al norte de Zaandam tiene una apariencia similar a los jardines de Xochimilco.
También aquí se trata de huertos frondosos que se encuentran separados por vías
de água y que son abonados con el lodo del fondo de los canales. Sin embargo, su
origen es muy diferente. Los campos de hortalizas holandeses son un paisaje de
pantano en donde se fueron formando inifinidad de pcqueflas superficies de agua
por medio de cortes de turba. (Comentario por carta del doctor Hol, asistente
principal en el Instituto de Geografía de la Rijs Univcrsiteit de Utrecht).

2
• M. Orozco y Bcm, M•morla para la Carta Hldrógrallca del Valle de México.
Boletín de la Sociedad de Geograffa, México. 1862: 490.

105
3. F.S. Oavijero, Storia antka del Messlco. Cesina 1870~1. Deutsch: 1789-1790.
Suplemento.

4
•Desde el siglo XVII encontramos repetidamente en los tomos de documentos del
ramo Fomento y Desagüe del Archivo General de la Nación de México, mapas de la
C11enca y de los lagos. Al censo de población de la comunidad de Xochimilco del
año 1m-1m, se añadió un plano del lago con sus chinampas y colinas adyacentes.
Este censo se levantó por órdenes del Virrey Antonio Maña Bucareli y Ursúa. La
extensión de chinampas que cubría.o casi todo el lago se aprecia mejor en el plano
del año 1795, localizado en et ramo Fomento Desagüe, tomo I, expediente 3.
Compárense también mapas recientes: Plano General de la Mesa del Valle de
México, por el ingeniero Francisco Garay, 1856. Escala 1: 160 000, o Cana
H idrográfica del Valle de México, 1900. Escala 1:200 000.

s_ La palabra ahuejou o ahuexoll se compone de a li= agua y h_uexotl = sauce;


ahuexotl =sauce en el agua. Ya el nombre antiguo señala que el ahucxotl no fue
introducido posterionnente a Xochimilco, como se ha asegurado repetidamente,
sino que éste es su lugar de origen. En la primera página del Códice Mendocino se
representa la íundación de Tenochtitlan en escritura jeroglífica azteca; en el centro
encontramos el gliío de Tenochtitlan, un águila con la serpiente sobre un nopal y a
su alrededor las representaciones de los diez fundadores de la ciudad. En cuarto
lugar está ahuexotl, representado por el gliío del agua y por una rama de la Salb<
bonplandiana.

6
•Laírentz, K. Beltriige zur herpetologle Mexlkos. Abhandlungen und Bcrichte aus
dem Muscum íür Natur und Heimatkunde und des naturwissenschaftlichen Vereins
in Magdcburg. Bd. VI. Heít 2. Magdeburg 1930.

7. Para una comparación con las piraguas de los indios de Colombia, véase H.
Wassén, Notes on soulhem groups or Choc6-lndlans In Colombia. Ethnolog.
Studies. Goteborg, 1935:103.

8. Mo le de pollo o guajolote. Para este platillo mexicano nacional, el ama de casa


usa tres clases diíerentes de chile (Capsk,um): chile pasilla, chile mulato y chile
ancho. Las semillas se quitan, los chiles se asan en manteca y se muelen en un
metate junto con un bisoocho (pan dulce), también previamente tostado. Luego se
le aÍlade a la masa, medio espesa, una pequeña ca.n tidad de caldo de pollo, un poco
de canela y clavos, pasas, almendras y ajonjolí molido (Sesamun lndkum), algo de
chocolate, anís; un poco cebolla y una pizca de sal. BI pollo o guajolote ya cocido se
parte en pie:r.as y se calienta en la espesa salsa caíé y así se sirve. Se aeompaÍla de
tortillas.

Enchiladas: las tortíllas se rellenan con carne finamente cortada, papas y frijoles
negros y después se enrollan. Luego se sirven con salsa de mole, lechuga picada y
queso rallado.

Chiles poblanos: se asan los chiles poblanos sobre el fuego, luego se les quita la piel
exterior, los tallos y las semillas. En el hueco se pone carne, verdura o queso. Los

106
chiles rellenos se capean en huevo batido, se fríen en manteca y se sirven calientes
con salsa de jitomate.

Tamales: la masa molida de maíz se pone en una cazuela y se aprieta contra el


borde con una pala plana de madera. Al centro se pone manteca d e cerdo. Con esto
se sala y trabaja la masa hasta que se mezcla perfectamente. Luego se pone una
cucharada de la masa en una hoja de maíz, se le agrega un relleno de pasas, fruta o
de salsa de chile roja o verde con pedazos de pollo o de carne de puerco, se tapa con
otro poco de masa, se envuelve bien en la hoja de maíz y se hierve en baño María
durante 1 ó 1:30 horas.

9
• Un ramo de claveles con 25 ó 30 nores se paga a 20 ó 25 centavos; un ramo de
marg¡,ritas a 15 centavos; 20 alcatraces se consiguen por 30 ó 50 centavos; 25 ó más
pensamientos los dan por 5 centavos (1 peso: 100 centavos: 0.80 marros
alemanes).

10
•También en la nomenclatura de las calles existen diferencias. En el centro de la
ciudad, el distrito de los mestizos, tenemos nombres que recuerden los tiempos de
las guerras y la revolución: 5 de mayo, Francisco l. Madero. En el barrio indígena
encontramos un camino de Axayacatl, un canal de Tueco, etcétera.
11
• la entrada es un agujero por el que apenas cabe un hombre adulto. Otro agujero
sirve de tiro para el humo. Adentro hay lumbre donde se calienta agua hasta que el
vapor se esparce por el pequeño espacio y hace sudar al bañista.

11
. Censo de Xochimilco, 11 de mayo de 1778; en An:hivo General de la Nación,
México.

13
. En Santiago Tepakatlalpan vivían en 1778: indios ( espaftoles entre paréntesis),
hombres: 399 (1), mujeres: 442 (1), niños: 460 (1).

14
•Xaltocan:planicie de arena; Tiacoapa:río donde están los arbustos. Los
nombres nuevos de parajes se formaron poniendo la terminal azteca co: lugar, a
un nombre español: Victorianoco.

15
• Para fijar el precio de venta de una chinampa sólo se toma en cuenta su
localización. Entre más cerca queda de uno de los pueblos o de Xochimilco, es más
cara.

16
• 25. Jabre deuts.,her Ruclervereln (25 anos del Qub Alemán de Remo), editado
por el Club Alemán de Remo, México, 1934.

17
. M. Gamio, Le población del Valle de Teotlhuacan. M6cico, 1922, 1:521.
18
• Gamio 1922, 1:84.

19
• A. Reichwcin, Mulko erwacbl Leipzig. 1930:99.

107
20
. Vásc o. Schmieder, Sdtlements o r lhe Tupolec ancl MU,- lndl■DS University
or California, Pub!. in Geogr. t. IV. Be:rkeley, Cal., 1930:25.

21 • Reichwein, o p dl.:102.

22
• En el trarucurso de los siglos hubo temporalmente tres ranchos en la comunidad
de Xocbimilco: el de Olmedo, el de la Noria -que todavía existe-y el de San Juan de
0ill!S, hoy propi~ del municipio de 'Tialpam.

23
1788 se ofteció e n venta, repetidamente, la tierra comunal de
• En abril y mayo de
Xochimilco. Cfr. AGN, Tierras 1618.

~. Las escrituras de venlll de tierra:s comunales a las haciendas no me fueron


accesibles. Tuve que coní181' en las dCC:laraciones de los habitantes.

25
•De un plano de junio de 1599 conservado en el ramo de lierras del AGN, se
desprende que la comunidad de Xochimilco poseía todavía en el .;g10 XVI, como
tierra comunal, dos ciénagas llamadas ciénaga grande y ciénaga chica. Estaban
abienas para el uso de todos. En 1782 fueron rentadas a un habitante de la capital.
Pero muy pronto 4te dejó de papr la renta dejando oclol$a la tierra. Xochimilco
abñó un juicio contra él, pero durante el tiempo del pleito no recibió la renta ni
pudo embarpr cosecha alguna; incluso tuvo que pagar 400 pesos por los gastos del
juicio. A partir de entonces se ordenó que los miembros de la comunidad estaban
obligados a cuítivar los campos comunales cuando no estuvieran rentados (AGN}.
lierras, 1618. El ,rea que le fue entregada a Xochimilco como ejido el 14 de marzo
de 1918 (Restitución y dotación de ejidos, Revista Ag,icola, tomo IV, núm. 1, 1919),
es la vieja tierra comunal que todavía lleva por nombre ciénaga grande y ciénega
chica. Pero este nombre de pantano ya no se justifica: lo5 hacendados metieron
dinero y trabajo a las tierras adquiridas a bajo precio y la ciénaga, originalmente sin
ningún valor, quedó convertida en un campo fértil y cultivable, drenado mediante la
constNcción de una zanja y en el que se constNyeron diques de protección. El
dibujo representa la actual ciénaga grande.

26. F. Rieckhoff, Die Vkrlande. Tesís de licenciatura inédita, Universidad de Kiel,


1931.

XI_E. Markmann, O.. Bel.rteb&gróben:probkm In cien bolsklnlsd,en Ellmarschen


(El problema de las propiedades en las marismas del Elba en Holstein). Berlín,
1929.
28
•Esta estad/stica abarca, además del municipio de Xochimilco, a tres pueblos más
del municipio adyacente de Chalco: M'ixquic, Tetelco yTiáhuac.

~. Sobre la roa, véanse: E. Scler, Gesammelk Abhandl..,.n mr amerikan.lscben


Spracbe ancl Alertumskuncle, 4 bd., Berl(n, 1902- 1915; t. ll:438. K. Sapper,
Geop-aphJc uocl Ge8Chlchk ckr lndlanlscben Landwlrtschan. Hamburg, 1936:43,
Oavijero, op cit., 1:510.

108
30
. El autor observó a menudo que también en las familias más pobres se criaron
junto con los hijos propi06, uno o d06 nill06 huéñan06 de parientes. La remisión a
un oñanatorio existe sólo como solución extrema. Generalmente, 106 parientes se
ocupan de 106 nill06 y cumplen con la mayor naturalidad con esta oblipción
familiar.

31
.•Scgún costumbre elig{an al gobernador por un afto. No siempre le papban, eran
cargo,; bonorifiCOG. Y elig{an como gobernador y alcaldes a las pcl"50nas más
honradas, trabajadoras y de bueD06 y eonocid06 antecedentes•. 1794. ArcblYo
GeMral de la Nac16n, México. lndioc, vol. 80.

32
•A.P. Bandelier, On tbe Dtslributlon and Ten= or Lancls and tbe Cosloms
wtth lhspect lo lnberltance among tbe Anclent Mexlc•ns XI Ann. Rep. Pcabody
Mus. of Amer. Arch. and Ethn., t. U, pp. 384-448. Cambridge, Mass., 1878:426.

33
. L06 métod06 de pesca emplcad06 actualmente siguen siendo 105 que pueden
observarse en los antigu06 códices.

34
• K. Laín:ntz, Bellrige ZIII' Uerpetologle Mmlu>s. Abhandlungen und Berichte
aus dcm Museum für dem Museum für Natur und Heimatkunde und des
naturwissenscbaftlíchen Vereins in Madgeburg. Bd. VI, Heft 2. Magdeburg, 1930.

35
. V~: lanza para pescar con 106 indio,¡ O,ocos en, Wassen, op dt.: 105.

36
• Vúse lo referente al beso de mano entre 106 zapotccos, en Schmicder. op cll:
foto 27.

1()1)
LAS CHINAMPAS DE MEXICO

POESIA Y REALIDAD DE LOS "JARDINES FLOTANTES" (1950)•

R obert C. West y Pedro Annillas

Las chinampas, poéticamente llamadas "jardines flotantes•, los


famosos jardines flotantes del Anáhuac, persisten hasta hoy día, presencia
del pasado en los aledaños de la ciudad de México. Reliquia viva de
técnicas anteriores al arribo de los hombres blancos y barbados son
también realidad económica. En ellas se produce la mayor parte de las
verduras frescas que consume la población de la capital de la República.
lDe veras flotan esos tan celebrados jardines? o bien lflotaron en un
tiempo y ahora están varados? Hay, como veremos, una tradición que se
remonta a tiempos prehispánicos referente a chinampas flotantes,
trasladadas a voluntad de un lugar a otro; el padre Acosta escribía a fines
del siglo XVI que en la laguna de México "se ha hecho muchas veces
hacer sementeras movedizas en el agua, porque sobre juncia y espadaña
se echa tierra en tal forma que no la deshaga el agua y allí se siembra y
cultiva y crece y madura y se lleva de una parte a otra"; después Clavijero
(1780), Humboldt (1809), Orozco y Berra (1855) y Santamaría (1912),
describieron chinampas flotantes, y Sapper asegura que las había en la

º Cuadernos Americanos. (México, D.P. 1950). núm. 150, pp. 165-182. (N. de Comp.).
vecindad de Tláhuac en 1923 y que podían ser cambiadas de lugar. 1 Por
otra parte, los cronistas de los viajes del padre Ponce (1585) y
Torquemada (ca. 1605) describen con bastante detalle la construcción de
las chinampas y no dejan lugar a duda sobre las que ellos vieron, que no
flotaban y que cuando subían en exceso las aguas se anegaban, sufriendo
con eUo mucho daño los cultivos. En la documentación (conservada en el
Archivo General de la Nación, Ramo de Tierras, tomo 1525, exp. 5) sobre
un pleito que por la posesión de ocho chinampas o "camellones de tierra•
sostuvieron indios principales de Xochirnilco entre 1567 y 1569 figura un
plano pintado en estilo y en papel indígena con la localización de los
camellones en disputa y sus colindancias, no parece que se trate de
huertos flotantes que pudieran trasladarse de lugar. Garay (1888) las
describe flotando fijas amarradas al fondo por las raíces de los sauces
plantados en sus bordes.2 De nuestros informantes chioamperos de
Tláhuac, de Mfzquic, de Tezompa, nadie ha visto en su vida chinampas
flotantes.

Sin negar en absoluto la posibilidad de que en cirCIIJlSlancias


especiales se hayan cultivado chinaropas flotantes es probable que algunos
de los que aseguran haber visto trasladar los jardines flotando de un lugar
a otro, hayan sufrido una confusión, habiendo visto en realidad el traslado
de los espesos mantos de vegetación acuática -llamados "cinta"- utilizados
para la construcción de las chinampas.
Normalmente los "jardines flotantes• fueron y son en realidad islotes
construidos artificialmente en ciénagas y lagos de poco fondo por
acumulación de espesos mantos o enfaginados de plantas acuáticas y lodo
extraído del fondo de la misma ciénaga, no flotan, a no ser por corto
tiempo después de su construcción y a6n entonces estando mantenidas
firmes en su lugar por las estacas de sauce. El nombre chinampa viene de
chinámitl, que en la laguna náhuatl o mexicana significa "seto o cerco de
cañas, cercado hecho de palos o varas entretejidas" (Molina), los
españoles deoomioáronlas camellones.
Aunque hay algunos irregulares, los islotes son generalmen.te de forma
rectangular muy alargada y están rodeados por canales que sirven al
mismo tiempo para mantener la humedad -pues el agua se infiltra
fácilmente en ese suelo poroso- para tomar de ellos el agua para riegos y
como vías de comunicación por donde se hace, en canoas, todo el
transporte. Una forma complicada de chinampa (ejemplo, Yigura 13) ha

112
... 1
~

...
_
1

n
Figura 13. Cblnamp■ que se ronnó con la u.nlón ele varias parcelas.

resultado en ocasiones al unir varias parcelas que eran anteriormente


islotes separados.
La construcción de chinampas requiere condiciones ambientales
particulares, ciénagas o Íagos de agua dulce, de poco fondo. Podemos
denominar, de un modo genérico, al sistema de cultivo basado en la
construcción artificial del suelo en esas condiciones, cultivo de ciénaga.
Tal como se practicaba y practica en las chinampas de México, resulta ese
sistema por las técnicas integrantes en él -incluyendo la previsión y
habilidad dedicadas a la construcción de los islotes- una forma muy
refinada de horticultura que aplica a todos los cullivos -incluyendo maíz,
frijol, calabaza, chile, tomates, etc.- las delicadas técnicas de la jardinería.

Los procedimientos integrados en México con el cultivo de ciénaga:
siembra en almáciga y trasplante, "abrigo" para proteger a las plantas de
las heladas o del excesivo sol, riego a brazo, son con seguridad de origen
prehispánico pues en diversas fuentes. históricas están documentados unos
u otros. Los cuatro siglos transcurridos desde la Conquista no han
producido cambios de importancia. La introducción de plantas del Viejo
Mundo ha añadido variedad a los cultivos pero no ha desplazado en
importancia a las nalivas; el uso del estiércol para fertilizar el suelo se ha
extendido, al parecer sólo desde principios de nuestro siglo, pero a6n se
abona también con plantas acuáticas y en algunos lugares se usa para el

113
cultivo de chile, excre mento de murciélago, siendo probable que el uso de
unas y otro como abono se remonte a tiempos precortesianos; y la "coa"
aborigen -ahora provista de hoja de hierro- sigue en boga, sin que el
introducido azadón lleve vías de desplazarla por completo.

Cuenta la historia que en tie mpos de Acamapichtli (siglo XIV), siendo


los c ulhua- mexica vasallos de Azcapotzalco -antes de que se levantara la
estrella de su fortuna imperial- el "tirano" Tezozomoc exigió po r tributo
que le llevaran, para plantar e n la cabecera de su señorío, sabinos y sauces
ya crecidos, y que le habían de hacer cada año sobre una balsa una
seme ntera y e n ell a maíz, chile, frijoles, tomates, calabazas, bledos y flores,
y que la habían de llevar por agua estando todo crecido y en sazón. Su dios
Huitzilopochtli ayudó a los mexica a cumplir el mandato, pero Acosta
hace notar que no era necesaria ayuda sobrenatural "puesto que se ha
visto muchas veces (en la lagu na de México) hacer seme nte ras movedizas
en el agua".

No es esa la más antigua referencia a las chinampas en la historia


indíge na. Según el cronista Hernando Alvarado Tezozomoc, los mexica,
durz:ite su peregrinación, labraron "camellones que llamaron chinámitl"
por primera vez, cuando llegaron a T equixquiac, en el límite septe ntrional
del Valle de México; después las hicieron e n Zumpango o Cuachilco, en
Xaltoca n y en Epcoac, en el noroeste del Valle, eso sucedía durante el
siglo XIll. Después para la fundación de T enochtitlan (ca.1325) aplicaron
la técnica de construcción de chinampas a fin de ensanchar el islote para
hace r lugar para la población.3

Los informes tradicio nales son insuficientes para poner en claro el


origen y antigüedad del cultivo de ciénaga en México.4 Parece que la zona
de chinampas más antigua sea la que se extiende a lo largo de las orillas
meridionales de los lagos de C halco y Xochimilco, en el sur del Valle de
México. Cuando los inmigrantes mexica labraron por primera vez
chinampas en los lugares mencionados por Tezozomoc, no hicieron,
probablemente, sino aprender una técnica nueva para ellos pero acaso
muy antigua en el valle.

La arqueología deberá proporcionarnos más datos sobre la antigúedad


de esa forma de cultivo pero hasta la fecha se ha trabajado poco sobre
este problema. La primera parte de la investigación debe ser la
114
localización e identificación de lo que figuradamente podemos llamar
chinampas fósiles. Ola Apenas (111e t/ateles of Lake Texcoco, American
Antiquity, vol. 9 núm. 1) llevó a cabo extensos reconocimientos en el seco
lecho y las antiguas orillas del lago de Texcoco, localizando una gran
cantidad de montículos bajos llamados localmente tlateles; los más de ellos
parecen haber sido construidos artificialmente y ocupados como lugares
de habitación -capas de lodo alternan con capas de basura pero es muy
problemático que hayan servido para cultivo, debido a la sal.iniddd del
lago. La cerámica hallada en uno de esos lugares, excavado en 1940,
corresponde a una época muy antigua, probablemente primeros siglos de
nuestra Era (T icomán tardío-Teotihuacan 1); en otros lugares se
encuentra en superficie cerámica de diversas épocas, desde la Arcaica a la
Azteca. Montículos semejantes abundan en los lechos de los lagos de
Chaleo y Xochimilco, donde por tratarse de lagos de agua dulce hay
mayores probabilidades de que sean antiguas chinampas.
Alrededor de Xaltocan, que era hasta el siglo pasado una isla en el
centro del lago del mismo nombre, y donde según hemos visto la historia
indígena menciona construcción y cultivo de chinampas por los
culhua-mexica, hay montículos bajos alrededor de lo que parece haber
sido el islote original, principalmente en las orillas sur y este; cortes en
algunos de ellos revelan -entre estratos alternantes de origen diverso-
capas de materia orgánica, semejante a turba, que puede ser una
indicación del uso de la técnica de const rucción de chinampas y
confirmación del dato histórico; muchos de los montículos, sin embargo,
deben haber sido lugares de habitación pues se encuentran en ellos
depósitos de ceniza, cimientos y abundante tiesterío. La cerámica hallada
en esos sitios es principalmente del tipo llamado Teoayuca
negro-sobre-naranja (" Azteca 11"). Se necesita más investigación en los
lechos de los antigüos lagos de Chalco, Xochimilco, Xaltocan, y en las
orillas de lo que resta del de Zumpango.

Aunque ciénagas y lagos de agua dulce abundan en la mesa central de


México, en 1519 el cultivo de chinampas sólo se practicaba, según
nuestros informes, en el Valle de México. Dentro de ese valle ha habido
algunos cambios en la distribución de las chinampas desde principios del
siglo XVI, correspondiendo a cambios artificialmente producidos en el
nivel y extensión de los lagos.
115
Muchos documentos coloniales sobre pleitos de tierras, indican que
hubo chinampas cerca de Azcapotzalco y Popotla, en los arrabales
noroccidentales de la ciudad de México, pero hoy sólo perduran algunos
canales secos. Según el Mapa Gómez de Trasmonte (1628), parece que
también las hubo en la zona comprendida entre la vieja calzada de
Tlacopan ••ahora calle del Puente de Alvarado- y el Monumento a la
Revolución, y al sureste del cerro de Chapultepec, en lo que es ahora la
entrada de Tacubaya y la Colonia Condesa. Desde tiempos coloniales y
hasta 1938 una línea de chinampas se extendía desde el barrio de San
Pablo (surest,:.: de la ciudad) hacia el sur, a lo largo del Canal de la Viga,
por Santa All!ta e lztacalco -lugares favoritos para días de campo de la
población de la capital hacia 1880- hasta Culhuacán. En 1940 el canal
había sido abandonado y en parte rellenado, privando de agua a las tierras
inmediatas. Sin embargo, las antiguas chinampas alrededor de lztacalco
conservan su forma original y son cultivadas todavía, extrayendo de pozos
vecinos, mediante bombas, el agua para riego. Pero las únicas chinampas
verdaderas que quedan actualmente a lo largo del antiguo canal, se
encuentran junto a la Magdalena Mexihuca, donde hay pozos que
proporcionan agua suficiente a las zanjas alrededor del pueblo.
Es probable que las chioampas de lztapalapa hayan sido construidas
en las postrimerías de la época colonial o después de la Independencia.
Anteriormente las aguas del lago de Texcoco cubrían gran parte de las
tierras del pueblo que eran, según la Relación de 1579, salitrosas e
improductivas. Aún en 1911 las chinampas de Jztapalapa tenían que ser
inundadas periódicamente con agua dulce del canal de la Viga a fin de
lavar el suelo de sales perjudiciales. Desde 1940 las zanjas están secas,
excepto durante la estación de lluvias, y maíz y las alcalitolerantes
alcachofas han reemplazado a otros cultivos.
La más extensa, típica y probablemente más antigua zona de
chioampas se extiende a lo largo de las orillas meridionales de los antiguos
lagos de Chalco y Xochimilco. Hay todavía nueve pueblos chinamperos
-Xochimiko, Nativitas, Acalpixca, Atlapulco, Tlaxialtemalco,
Tulyehualco, Tláhuac, Tetelco, Tezompa y Mízquic- en esa área, situados
a lo largo de la antigua orilla, excepto Tláhuac -antiguo Cuitláhuac- y
Mízquic, que fueron islas. Hay allí abundantes manantiales que brotan al
pie de los volcánicos cerros que la bordean y surtían. de agua abundante
para el cultivo de chinampas, debido a ello el desagüe artificial de los
lagos de Chalco y Xochimilco a principios de este siglo no acabó con ellas.
Pero la falta de previsión en la política hidráulica amenaza dar fin a esa
116
riqueza, desde 1948 a la fecha se han secado los canales de Tláhuac y en
los de Mízquic está bajando el agua de modo alarmante. Es posible que
causas naturales, tales como intermitencias periódicas en el caudal de los
manantiales, contribuyan en ello. Las chínampas al sureste de Tláhuac y
cerca de lztayopa han quedado secas, pero se han construido algunas
nuevas al norte de Xochimilco y al este de Tezompa durante los últimos
veinte años.
Fuera del Valle de México se cultivan chínampas en la actualidad, en
el Valle de Toluca, en las orillas-de las ciénagas donde nace el río Lerma.
Según informes de los campesinos la técnica comenzó a aplic¿¡rs;:, en esa
área durante el último cuarto del siglo XIX . Las condiciones ambientales
en la región son idénticas a las que existían en la cuenca de los lagos de
Cbalco y Xochimilco hace cincuenta años. En siete pueblos -donde se
habla o hablaba la lengua náhuatl- alrededor de los pantanos: Tultepec,
San Mateo Ateneo, Cholula, Tlaltizapan, Almoloya del Río, Techuchulco
y Jajalpa, se han construido chínampas, pero su número es relativamente
reducido y las técnicas de los chínamperos del Lerma son mucho menos
intensivas que las acostumbradas en el Valle de México. El cultivo de
chínampas, sin embargo, sigue extendiéndose ahora en la orilla oriental de
la ciénaga.
Listas de tierra levantadas, llamadas melgas, se construyen en varias
partes del centro y del sur de México (por ejemplo, en Tenango del Valle,
Estado de México, y Tixtla, Estado de Guerrero), en lugares bajos y
húmedos P<l!"ª cultivo intensivo de verduras; no es seguro que esta forma
de cultivar sea indígena, es posible que sea de origen árabe e introducida
por los españoles, pues se asemejan a los alfalfares regados del ·norte de
Africa y sur de España. No son, aunque lo parezcan por su forma,
chinampas.
4

Las chínampas parecen ser una forma de cultivo única en México y en


América. Los indios Mojo, que habitaban los periódicamente inundados
llanos de Mamoré, en Bolivia nororiental, construían plataformas de tierra
para levantar sus viviendas, pero aparentemente cultivan sólo en lugares a
salvo de la inundación. Los Guató, que viven principalmente de la caza,
pesca y recolección de plantas silvestres en la región pantanosa del Alto
Río Paraguay, construían "aterrados" o montones, plataformas de planta
elipsoidal basta 170 x 76 m y sesenta cm de altura, en lugares que se

117
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LOS VALLES DE MEXI CO Y TO LUCA

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9to"'10º ...
inundan periódicamente para el cultivo de la palma acuri (Atta/ea) y
plátano, a fin de poner las plantas a salvo de la inundación; pero tampoco
puede considerarse esto como cultivo de chinampa.5
Sorprendentemente, la búsqueda en torno de la agricultura del tipo de
chinampa fuera de México nos lleva al Asia, a Cachemira y otras tierras
remotas. Los "jardines ílotantes" de los lagos mexicanos tienen su réplica
en el Viejo Mundo, en el Valle de Cachemira del noroeste de la India, a
18 000 km de distancia. Las condiciones físicas en esas dos regiones son
semejantes; ambas son altas cuencas cuyos suelos aluviales están
parcialmente cubiertos con ciénagas y lagos de agua dulce de poco fondo.
Mantos de vegetación acuática son usados, en el lago Dal de Cachemira
para construir artificialmente el suelo de huertos, llamados rádh, en la
misma forma acostumbrada en el Valle de México para la construcción de
las chinampas; allí como aquí, se plantan sauces en las orillas para "anclar"
la parcela y ésta se recubre con una capa de lodo extraído del fondo del
lago. Aún más, en las dos regiones las semillas se siembran en almácigo y
después -por consiguiente- las matas del semillero se trasplantan a la
chinampa o rádh . En un menor detalle, sin embargo, la técnica de cultivo
de rádh difiere de la usada en las chinampas, porque el hortelano de
Cachemira hace sobre el suelo del huerto montones pequeños, de cieno y
cañas, llamado p okar, y a esos montones trasplanta las matas de melón,
tomate y pepino, mientras el mexicano traspone las plantas del semillero a
huecos hechos en el suelo de la chinampa.6
También de los lnthas, que viven en palafitos, a orillas del lago J ull, en
los Estados Shan Meridionales de Birmania, se dice que cultivan "jardines
ílotantes", posiblemente semejantes a los de Cachemira.7 Hay vagos
informes de viajeros sobre cultivo de arroz y verduras sobre balsas
ílotantes en los ríos del sur de China y entre los Dyak de Borneo. Aún
más, en la costa occidental de la India y en el distrito de Krian, en la
Península de Malaya, se usan en los arrozales semilleros Ootantes. 8 Pero
estos últimos ejemplos no pueden considerarse como verdadero cultivo de
ciénaga.

l Hay relación histórica entre chinampas de México y rádh, de la India,


o se trata de invenciones independientes en dos regiones donde las
posibilidades ambientales son semejantes? La gran distancia y el océano
que se interpone entre ambas parece excluir la posibilidad de que haya
119
habido difusión de las técnicas de cultivo de ciénaga desde el Viejo
Mundo al Nuevo en tiempos precolombinos. Sin embargo, los estudios
recientes sobre genética botánica y geografía de las plantas cultivadas
tienden a hacer verosímil la posibilidad de contactos transpacíficos
anteriores a 1492. La misma tendencia, a la aceptación de esa posibilidad
como resultado de estudios culturales comparativos, se puso de manifiesto
en el Symposium sobre Relaciones Transpacíficas a que se dedicó una de
las sesiones del reciente XXIX Congreso Internacional de Americanistas
reunido en Nueva York; y es oportuno recordar -en materia de paralelos
culturales entre la India y el México prehispánico- que hace ya setenta
años el gran clásico de la Antropología Cultural, Edward B. Tylor Uamó la
atención sobre las semejanzas entre el juego mexicano patolli y el pachisi
de la India, presentándolas como un argum.ento en favor de la difusión.

Para la construcción de las chinampas los hqrtelanos mexicanos


revelaron notable habilidad en la utilización de los recursos disponibles.
La superficie de los lagos de agua dulce del Valle de México estaba
cubierta parcialmente por un espeso manto de vegetación acuática
flotante, viva y muerta, compuesto principalmente de espcies de tule
(Thypha esp.) y lirios de agua (Nimphaea esp.) formando una especie de
colchón flotante de espesor variable entre veinte centímetros y un metro,
que soporta el peso de personas y animales grandes. Ese manto es
conocido localmente con los nombres de césped, cinta o atlapaláca1l. Aún
hoy en día en algunos canales poco transitados el césped cubre por
completo el agua; a la vista aparece el canal como un prado florido y los
chinamperos pasan a pie sobre ese manto de chinampa a chinampa.
Para "alzar" una nueva chinampa se cortaban -usando las coas
provistas de hoja triangular de hierro- tiras de césped del tamaño
requerido, según las dimensiones de la chinampa proyectada,
frecuentemente de cinco a diez metros de ancho y hasta cien metros de
largo, tres o cuatro tiras semejantes eran movidas como balsas hasta el
lugar elegido y allí se amontonaban una sobre otra, de modo que la tira
superior emergía ligeramente sobre el agua. La superficie se cubría
entonces con cieno éxtrafdo del fondo del lago o tierra tomada de
chinampas viejas y quedaba la nueva lista para ser plantada. La joven
chinampa, que al principio flotaba realmente, era anclada por medio de
estacas de sauce (Salix acumilata), llamado en México ahuejote, hincadas
120
en sus bordes; esas estacas arraigaban y así se desarrollaron los ahuejotes
que dan fisonomía propia al paisaje de la región y que sirven para retener
con sus raíces la tierra de los bordes de la chinampa, evitando que se
desmorone.

Antes de cada siembra se extiende sobre la superficie de la chinampa


suelo nuevo, constituido por cieno del fondo de los canales; al cabo de
cinco o seis años la chinampa se asentaba sobre el fondo de la ciénaga, sus
fundamentos de materia vegetal se habían descompuesto y formaban una
base porosa, permeable, en la cual la humedad se infiltra fácilmente; para
facilitar esa infiltración los islotes construidos son siempre de poca
anchura, pero en cuanto a la longitud no había más límite que la del
espacio disponible.

La adición periódica de suelo nuevo va elevando el nivel de la


chinampa y haciendo cada vez más difícil que la humedad penetre hasta
las raíces de las plantas. En consecuencia es necesrio "rebajar" la
chinampa de cuando en cuando, quitando con pala una capa de la tierra
superficial, la cual puede usarse para "alzar" otra chinampa que esté
demasiado baja: la operación de rebajar la chinampa es considerada por
los chinamperos como una molesta necesidad.
El método de construcción de chinampas descrito era usado en la
región Xochimilco-Chalco hasta la completa desecación artificial de los
lagos, hace treinta o cuarenta años. Hoy día los viejos de los pueblos
chinarnperos recuerdan las partidas para cortar cinta de hace cincuenta o
sesenta años y en Mízquic se construían con césped nuevas chinampas
hasta alrededor de 1925. Escritores coloniales y del siglo XIX
describieron el mismo método.9

Hoy en día un manto semejante de vegetación cubre las ciénagas del


Lerma, en el Valle de Toluca, pero el césped raramente se usa en la
construcción de chinampas en esa área y no en la forma descrita. Las
chinampas de lztapalapa, posiblemente muchas de las de Iztacalco y las
del Lerma han sido construidas usando otro método. Simplemente se
abren zanjas alrededor de un lote rectangular de terreno pantanoso y el
lodo extraído se acumula encima para levantar la superficie sobre el agua;
por excepción en Almoloya del Río también se acumula césped encima de
la nueva chinampa. Siguiendo este método de las zanjas todavía se
construyen algun.as pocas chinampas al norte de Xochimilco y al este de
Tezompa. También se construyen en esa forma camellones para cultivo en
las ciénagas del remoto Valle de Cachemira, donde son llamados demb;
Ul
cada año se les añade suelo nuevo formado por plantas acuáticas secas y
lodo de la ciénaga, como se hace en México. (Lawrence, op cit., p. 345).

6
La mayor parte de las plantas cultivadas en las chinampas se siembran
primero en almáciga, que se hace generalmente en el extremo de una
chinampa, junto al canal. Sobre un lecho de vegetación acuática seca el
chinampero forma una capa de cieno de seis u ocho centímetros de
espesor, haciendo un rectángulo de uno o dos metros de anchura por
cinco a diez metros de longitud. El lodo lo extrae del fondo del canal con
el zoquünaitl, que es una bolsa de tela amarrada a un arco colocado en el
extremo de una pértiga de alrededor de cinco metros de largo; el nombre
náhuatl zoq11imaitl significa "instrumento para cieno".
El barro endurece en dos o tres días lo suficiente para la siguiente
operación que consiste en dividir en cuadrados la superficie del semillero,
haciendo cortes con un cuchillo, de modo que se forman pequeños
bloques llamados chapines; después se hace un hoyuelo en el centro de
cada chapín con el dedo, un palito o una bolita de trapo, se deposita la
semilla en ese hoyito y se cubre con estiércol.
El tamaño del chapín varía según la semilla a que se destina; por
ejemplo, el maíz requiere el chapín más grande, alrededor de diez
centímetros por lado, pero la mayoría de las plantas, tales como lechuga,
tomate o chile, necesitan chapines de solamente cuatro o cinco
centímetros. También el tiempo que se deja a las plantas en la almáciga
varía de una a otra; el maíz se trasplanta a los treinta o cuarenta días; las
cebollas, a los sesenta y el chile a los noventa o cien; el cilantro en cambio
sólo está veinte días en el semillero.
La almáciga se protege contra la lluvia o los pájaros mediante una capa
de hierba del monte (zacate) o periódicos viejos; también se usa para
abrigo lapetatera, especie de estera de cañas amarradas con cuerda que se
puede enrollar, se coloca sobre el semillero para proteger a las tiernas
matas de las heladas en invierno, y de las fuertes lluvias y el excesivo sol en
verano. Se riega la almáciga, especialmente durante los meses del seco
IDVlerno.
Cuando llega el momento del trasplante, los chapines, conteniendo
cada uno una matita, se desgajan fácilmente -pues el corte previo de los
bloques sirve para facilitar esta operación- y se llevan en canastas (li11acal,
122
cuauhca/li) o sobre parihuelas (cuitlaxn1aca/li) al lugar en donde van a ser
plantadas. A veces las almácigas se hacen en sitios apartados de la
chinampa a la que se destinan las plantas y la operación de trasponerlas
requiere el transporte en barca por los pintorescos canales.
Frecuentemente, las matas de chile y de amaranto sembradas en
almácigas de las chinampas, se trasplantan a tierras de temporal en los
cerros o en el llano.

Algunas plantas, como la remolacha y una variedad de nabo, se


trasplantan dos veces; otras, como rábanos, zanahorias, guisantes, frijoles
y algunas flores, no se siembra n en almáciga sino directamente en
camellones levantados sobre la chinampa. El maíz en las chinampas del
Lerma -que como hemos visto parecen ser de origen reciente- se siembra
directamente, pero en Mfzquic -de vieja tradición chinampera- siempre en
almáciga y en otros pueblos de la zona de Xochimilco-Chalco hoy en día
se siembra lo más del maíz directamente en la chinampa, pero algunos
chinamperos prefieren el viejo método, para que el tiempo que las plantas
de maíz ocupan la chinampa sea más corto y poder así aprovecharla para
otros cultivos, mientras las matitas de maíz se desarrollan en el semillero.

En Atlapulco se recuerda un nombre náhuatl para almáciga, tlacht/i.


El uso de sembrar el maíz en semillero es antiguo en las chinampas del
Valle de México, es mencionado como "cosa particular de aquella tierra•
por los acuciosos frailes cronistas del viajero padre Alon.s o Ponce.
Sabemos que en Michoacán se sembraba el chile en almáciga en tiempos
precortesianos (Codex Planearle, p. 54). Hoy en día en la mayoría de los
pueblos indios o mestizos del centro y del sur de México siembran en
semillero el tomate y el chile; probablemente la técnica era generalmente
usada en época prehispánica puesto que el cultivo de esas plantas
requiere cuidados especiales.

La chinampa recibe cuidadosa preparación antes del trasplante.


Después de levantar una cosecha, el suelo superficial se revuelve por
medio de pala o azadón y se nivela con rastrillo de madera, luego se
recubre con una capa de cieno estraído del fondo de los canales con el
zoquimaitl, o con otros fertilizantes, tales como vegetación acuática seca o
estiércol. Se abren huecos para colocar los chapines empleando pala,
azadón, coa o punzón, de madera (huitzoctli); antes de colocar el chapín
en el hoyo se deposita en el fondo un poco de agualodo, JO agua muy
123
cenagosa del fondo del canal, después se pone el chapín, se cubre con
estiércol y finalmente se amontona la tierra alrededor de la mata.

De los aperos utilizados en esas operaciones son indígenas el


zoquimaitl, ya descrito y el punzón o huitzoctli; también llamado trompo,
que es un pesado basto puntiagudo que ahora se hace de madera de olivo
o de capulín y es descrito en el Vocabulario de Molina como "palanca de
roble puntiaguda, para arrancar céspedes y abrir la tierra". En cuanto a la
antigua coa, llamada en náhuatl huictli, ahora provista de hoja de hierro,
raramente se usa para revolver la tierra, para lo cual son m.ás eficaces la
pala y el azadón introducidos por los españoles, pero sigue en favor para
la siembra y el cultivo del maíz, para lo cual sirve a las mil maravillas. A la
lista de aperos introducidos por los españoles hemos de agregar el
almocafre, usado en las chinampas del Lerma.
Cuando es necesario, las matas recién trasplantadas se protegen contra
el frío, la lluvia o sol excesivos cubriendo la chinampa con "abrigo" o
"tapadera", que puede ser zacate de monte o cañas y aún -especialmente el
delicado tomate- son protegidas individualmente mediante abrigos
formados con bloques de césped seco o cucuruchos de papel.
El tomate y otras verduras requieren riegos frecuentes. Se riega a
brazo con el wquimaitl, con batea o texpetlatl, que es un gran cucharón de
madera, o con baldes o botes de hojalata. El zoquimaitl no se usa en las
chinampas del Lerma.
Como corresponde a tipos de cultivo tan intensivo, en el de chinampas
se hace uso de abundantes fertilizantes. Los abonos originales todavía
usados comúnmente, son vegetación acuática parcialmente descompuesta,
lodo lacustre y fiemo de murciélago. En 1897 fue introducido en los lagos
del Valle de México un jacinto de agua brasileño (Eichomia crassipes),
denominado por los chinamperos huachinango, hoy en día forma la parte
principal del abono vegetal usado en la zona. La vegetación acuática se
recoge de la superficie de las aguas con largos horcones y se extiende en el
borde la chinampa para que se seque. En cuanto al lodo extraído del
fondo de los canales, su valor como fertilizante es muy grande puesto que
es rico en substancias orgánicas procedentes de la descomposición de
vegetales y detritus de los pueblos. El uso del fiemo de murciélago como
abono está hoy muy extendido en regiones del sur de México, donde hay
formaciones calcáreas abundantes en cuevas, por ejemplo, los estados de
Morelos y Guerrero; en esas regiones se emplea principalmente para el
124
cultivo de chile y tomate. En la actualidad, como probablemente e n
tiempos precortesianos, femateros profesionales lo recogen en las cuevas
de Morelos lo llevan a vender al Valle de México, donde los chinamperos
lo usan como abono para matas recién trasplantadas de chile y de tomate.
En los últimos treinta y cinco años el estiércol se ha convertido en el
abono más importante de los usados en las chinampas. Muchos
chinamperos tienen ahora tres o cuatro vacas lecheras y otros tantos
burros o mulas en sus corrales, otros compran boñiga en alguna de las
abundantes granjas · lecheras establecidas alrededor de la ciudad de
México. Generalmente, el abono (t/azotlalli) 11 se prepara con boñiga
mezclada con cañas, hojas y hierba.

Las chinampas del Valle de México se cultivaron y cultivan en forma


extraordinariamente intensiva. La siembra en almácigo permite ahorrar
espacio en la chinampa mientras germinan las semillas y comienzan a
brotar las matas. La chinampa raramente se deja descansar; su fertilidad
se mantiene mediante el generoso uso de abonos que hace posible
mantener un ciclo continuo de intensa producción año tras año. El clima
favorable, la humedad del subsuelo, los riegos de auxilio, el abrigo, el
amoroso cuidado individual que se dedica a cada mata, todo contribuye al
mismo resultado.

Fue sin duda la gran productividad de las chinampas unida a la


facilidad del transporte de sus productos por agua -de gran importancia
en una civilización en que los medios de transporte terrestre se limitaban a
la carga a lomo humano- lo que permitió la gran concentración de
población en el Valle de México, que los conquistadores y cronistas
españoles proclamaron y que los estudios más recientes aceptan.12 Como
la arqueología pone de relieve la existencia de una población muy densa
-que atestiguan las ruinas de Teotihuacan- en el valle ya muchos siglos
antes de la conquista española, cabe pensar que los mismos factores que
sustentaban esa densa población de 1519 hayan operado ya antes. No es
posible, sin embargo, probarlo por ahora y toca a la arquelogía
averiguarlo.

Los cronistas españoles del siglo XVI afirman que cientos de canoas
cargadas con maíz, frijo~ calabaza, chile, alegria, chfa, quelites y flores
<empoalxóchit~ oceloxí>chit~ cacaloxí>chitl, macpalxóchitl- producidos en
125
las chinampas de Xochimilco, llegaban diariamente a los mercados de la
capital azteca. Cuatro siglos más tarde las chinampas todavía abastecen a
la ciudad de México con la mayor parte de las verduras que consume. Las
plantas introducidas por los españoles han añadido variedad.
Ya en 1526 los vecinos de la capital de la Nueva España disponían de
suficientes verduras: col, lechuga, rábanos, nabos y zanahorias, cultivadas
en huertos de españoles, situados al oeste de la ciudad. Los chinamperos
indígenas adoptaron poco a poco las. plantas del Viejo Mundo, que ya a
comienzos del siglo xvm eran generalmente cultivadas en las chinampas.
Hoy día por lo menos veinticinco verduras diferentes y varias llores
originarias del Viejo Mundo se cultivan en las chinampas al lado de las
plantas: maf7., frijoles, chile, tomates y la flor de los muertos cen1poaxóchitl
(Tagetes erecta), que cultivaban l os chinamperos en tiempos de
Moctezuma. Algunos pueblos, como Atlapulco y Tezompa, se han
especializado en la producción de lechugas, mientras que Xochimilco es
hoy, igual que en tiempos prehispánicos, el lugar de las sementeras de
flores, como su nombre significa. Sin embargo, en términos de las
superficie que se le dedica todavía,. va a la cabeza de todas las otras
plantas cultivadas en las chinampas una variedad de maíz blanco adaptada
a suelos húmedos, maíz chinampero. Buena parte de la cosecha se vende
en los mercados de la ciudad de México y se consume en elote, es decir,
tierno.
Antes del abandono del Canal de la Viga en los mil novecientos treinta
y tantos, las verduras y flores de las chinampas llegaban al mercado de
Jamaica, el término del canal en la parte suroriental de la capital, en
canoas de todos los tamaños, desde las pequeñas chalupas de un par de
metros de largo, manejadas por un solo hombre, hasta los grandes trajines,
tripulados por tres o cuatro. Ahora un circuito de carreteras asfaltadas
enlaza los pueblos chinamperos con [a ciudad de México y los productos
de los "jardines flotantes" llegan al mercado de Jamaica en camiones de
carga. Las canoas, que todavía conservan sin modificaciones su forma
antigua, sirven ahora únicamente para el tráfico local desde las chinampas
al embarcadero del pueblo -todos los pueblos de las chinampas tienen su
embarcadero- en donde las verduras y flores son transbordadas a los
camiones.

Con este cambio en e.l medio de transporte se ha desarrollado una


clase de intermed.iarios, propietarios de camiones que contratan las
cosechas con los chinamperos y que reciben cantidades previamente

126
fijadas de verduras o flores en el embarcadero del lugar en plazos
determinados. La pintoresca procesión de barcas dirigiéndose al
mercado, sólo persiste en la estampa y el recuerdo. Todavía algunos
chinamperos venden individualmente una parte de sus cosechas en los
mercados de Jamaica, de Milpa Alta, de Tláhuac, a donde llegan en
atestados y desvencijados autobuses. Y docenas de vendedores de flores
ofrecen a la vera del camino entre Xochimilco y Tlalpan su multicolor
mercancía.

NOTAS

l. José de Acosla, Historia Natural y Moral de las Indias, pág. 533, México, 1940.
Karl Sappcr, resena de Schilling, Die schwlmmenden Girún ,on Xochlmllco,
Pe1crmanns Miueiiungcn, Bd. 86, Hefl 3, Gcographisehcn Lileraturbericht, Bc-
sprcchung nr. 108, 1940. p. 109. Mi3Ucl San1amaría, Las chlnampas del Distrito
•·ederal. México, 1912.

2. Relación breve y verdadera dt" algunas cosas de las muchas que sucedieron a.l
padre fray Alonso Ponte •n las provincias de la Nuna F.spaña escrita por dos
rollglosos, s u.• compañoros, 2 tomos, (tomo 1, pp. 172-173), Madrid, 1873. Fray
Juan de Torquemada. Los veln lo I un libros rituales I Monarchía Indiana, 3 vols.
(lomo 11, p. 483), Madrid, 1723. Francisco de Garay, El Valle de México, apuntos
históricos sobre s u hidrograraa, pp. 10-11. México, 1888.

3. La tradición del tributo de las chinampas notantes es consignada por el padre


Acosta, Obra citada, y por Durán "Historia de las Indias de la Nueva España"
(eseri1a ca. 1580) tomo 1, p. SO M~xico, 1867. Sobre las chinampas del norocs1e del
Valle y la fundación de Tenochtillán véase Hemando Alvarado Tezozómoc
Crónica Mexicana, (cseri1a ca. 1600) pp. 230-231, México, 1878 y Crónica
Mexicayotl, pp. 37-38. México, 1949. La referencia a Xal1ocan es muy explícita
"hicieron camellones dentro del lago, chlnámlll, sembraron maíz, huautlJ. frijol,
calabaza, chlkhotl, ji1oma1e•. Bueno es advenir que el empico de la técnica de
cons1rucción de chinampas, para la fundación de T enoch1 illan no indica
nccesariamenle cultivo de chinampas alrededor de la ciudad, que difícilmenle haya
sido posible antes de la cons1rucción en 1449 del Albarradón Viejo, o de
Nezahualcóyoll, que prolegió las ciénagas de la orilla occidcnlal del lago contra
periódicas invasiones de aguas saladas.

4. Véase Zelia Nuuall, The Cardens or Anclen! Mexlco, Smilhsonian lns1i1ution,


Annual Repon for 1923, pp. 462-4<>4. Washigton, 1925.

S. SObrc Mojo véase Schmiedcr Uinderkunde Südamcrikas, p. 140; l..ciptig, 1932. cf.
Mélraux en Handbook or South American Jndlans, vol. 3, pp. 412, 414. SObrc
Guató, Mctraux, op. cit., vol, 1, pp. 409, 4IO.

127
6. Para una descripción delallada de los "huenos flotantes· de Cachemira véase
William Moorcroft, Travels In the Hlmalayan provine• or lllndustan and lhc,
PullJab._ (írom 1819 lo 1825, vol.. IJ, pp. 137-144. London, 1841. O bien W.R.
Lawrcnce, The Valle:, or Kashmlr, p. 344. london, 1895.

Es de notar la semejanza. entre los potar y los montones hechos para el cultivo
de toma1es y pepinos por los indios del lago de Atitlán, en Guatemala. Sobre estos
montones véase P.W. McBryde, Cultural and Hlslorical Geograph;y or Southwest
Guatemala, Smitbsonian lnstítution, lnstitute of Social Anthropology, Publ. nú.m.
4, pp. 26, 168, lám. 20. Washington, 1947.

7. SirThomas Holdich, lndl-, p. 184. London, 1905.

8. lnez Adams, Rice Cultlvatlon In Asta, American Anthropologist, vol. 50, p. 270.
1948.

9. Las mejores descripciones de construcción de cbinampas en el siglo XIX y


comienzos del actual son las citadas de Garay y Santamaria (pp. 11-13). Un estudio
reciente y muy completo sobre el cultivo de chinampas alrededor de Xochimilco es
el de Elizabeth Schilling. Die schwl.mme.nclea Giirkn von Xo,blrolk:o, Schriften
des Geogniphisc:hen Jnstitüts der Univcrsillit Kiel, Band IX, Heft 3, Kiel, 1939.

10. El verbo nábuatl correspondiente a esta acción es zoqulp11Cboa, nlU., que


Molina traduce •estercolar la tierra de ciena manera•, pero puesto que zoqulatl es
cieno es1á claro que no se trata de abono animal slno de agualodo.

11. Molinada como significado de esta palabra oáhuatl •cosa gomitada".

12. Cook and Simpson, The Populatlon or Central Mexko In the Slneentb C.n-
twy, Univcrsity of California, 1948., aceptan para Tenochtitlan -Tiatelolco
300 000 habitantes, 400 000 para el área metropolitana. Tcuoco-Coatlichan-
Huexotla-Atenco, posiblemente 100 000 en Cha.leo. E&as eran las miryores
aglomeraciones urbanas a cuyo abastecimiento contribuían las chinampas pero eran
mucho los pueblos, en la mísma área, q¡ue contaban más de 10 000 habitantes.

128
EL l.AGO Y EL VOLCAN. l.A CHINAMPA (1957)•

Wi/liam T. Sanders

El medio natural
La zona sur del Valle de México o la cuenca desecada del lago
Xochimilco-Chalco es probablemente el área más íavorable de la
altiplanicie mexicana para el desarrollo de una población basada en la
agricultura de subsistencia. En este lugar se da una combinación ideal de
gran pluviosidad y suelo fértil que difícilmente aparece en otra parte de
Mesoamérica.
Hay des factores ecológicos claves que dominan la economía agrícola
del área: los lagos y la cordillera volcánica del Ajusco.
La topografía general del sur del Valle se divide en dos amplias
subregiones que corresponden, en términos generales, a las antiguas
provincias de Xochimilco y Chalco. El área occidental -Xochimilco- está
conformada por una limitada planicie lacustre y por abruptos peñascos y
colinas volcánicas que rodean la orilla del lago. La franja oriental -Chalco-
se caracteriza por la presencia de una de las más extensas planicies
lacustres de todo el Valle de México, junto con una área aún mayor de

'Uno de los capítulos de la tesis de doctorado en Antropología presentada por el autor en


1957 en la Universidad de Harvard, EUA. Su título original: Tl,n-a y agua. A sludy or lh•
<eologlcal tacton In lh• dcnlopmonl oí Mosoamorlcan dvllb.allons (inédita). Todas
aque•las palabras que en el original se escribieron en español. se indican aquí con cursivas.
La traducción al cspa~ol es de Paloma lloníil. (N. de Comp.).
terreno que asciende gradualmente; principalmente las faldas del
Popocatépetl y el Iztaccíuatl.
La mayor parte de las tierras planas del sur del Valle, aparte de la
planicie de Chalco, están o mejor dicho, estaban cubiertas por una capa
de agua dulce generalmente conocida como lago Chalco - Xochimilco. El
contorno que se eleva a 2 250 m describe con precisión su ribera. A partir
de estas orillas la tierra se eleva hasta las sierras del Ajusco y Nevada con
sus numerosos picos por encima de los 3 000 m sobre el nivel del mar
(msnm). Por sobre los 2 700 aparecen muy pocos asentamientos de
población y no se presenta ningún pueblo en forma, de manera que
nuestra franja de ocupación humana aparece entre los 2 250 y los 2 700 m
de altitud.

La falta de una planicie lacustre en las riberas del lago en el área de


Xochimilco representó un difícil reto ·para la expansión de la población
agrícola que se solucionó de dos maneras. Una de ellas fue con la técnica
peruana de terraccar por completo las inclinadas laderas de los cerros con
retenes de piedra que convenían las laderas volcánicas, inúliles para la
agricultura, en tierras de cultivo sumamente productivas. La segunda
form2, única en Mesoamérica, consistió en una impresionante invasión de
los propios lagos, donde gran parte de ellos fueron .cubiertos por una red
de islas artificiales o chinampas, y canales. El resultado fue el desarrollo
del sistema agrícola más intensivo y productivo de toda Mcsoamérica. Por
otro lado, en Chalco, la planicie lacustre junto con las suaves colinas y sus
lluvias abundantes, sentaron las bases para el desarrollo de la agricultura
de temporal. Hasta donde yo sé, el riego nunca ha jugado un papel
importante en esa zona.

Hay dos factores en la ecología del sur del valle que dominaron y aún
determinan la tecnología y economía agrícolas: los volcanes, que
constituyen la fuente principal de suelo fértil y determinan su peculiar
drenaje, y los lagos que conformaron el escenario de una agricultu ra
intensiva combinada con un tráfico acuático rápido y denso basado en
canoas rudimentarias. Esta última combinación, en especial, convirt ió al
sur del valle en el área clave para el desarrollo y manutención de una
sociedad urbana en el México prehispánico y colonial. Los lagos están, o
más bien estaban, alimentados por varias fuentes. No hay muchos ríos y en
130
general, están concentrados en la zona de Chalco. Entre ellos están los
rios Amecameca y Tlalmanalco que conducen corrientes provenientes de
las siempre nevadas cumbres del Popocatépetl y del Iztaccíhuatl. Debido
a las abundantes lluvias estacionales y a las empinadas laderas, los ª"oyos
son comunes a todo lo largo de la orilla del valle meridional y aportan
tanto humedad abundante como suelo fresco al fondo el valle. La tercera,
y quizá la más importante de las fuentes son los manantiales de la
provincia de Xochimilco, que hasta 1940, proveían la mayor parte del agua
para la ciudad de México. Un elevado porcentaje de la lluvia que cae en la
vecina serranía del Ajusco, se filtra a través de las rocas volcánicas
porosas y más tarde, gran parte de esa agua brota en las estribaciones,
alimentando al lago en forma de manantiales. Actualmente, la mayoría de
esos caudales corrientes de manantial se han entubado para la ciudad de
México, dejando seco el lecho del lago.
'
A diferencia del lago de Texcoco, el doble lago (en realidad se trata de
uno solo, puesto que la división estaba conformada por una calzada
artificial que iba de Tlaltenco a Tláhuac y Tulyehualco) de
Chalco-Xochimilco no se secó durante el período colonial, de manera que
el estudio de Orozco y Berra sobre la hidrografía del valle a fines del siglo
XIX, en el caso particular de la zona sur del valle, se puede aplicar para
los períodos azteca y colonial hasta el entubamiento de los manantiales y
la construcción del drenaje central a fines del siglo pasado y principos de
éste.
En 1869, fecha de las observaciones de Orozco, el nivel del lago de
Chalco-Xochimilco variaba de 1.175 m (Chalco) a 1.202 m (Xochimilco)
sobre el nivel del Zócalo en la ciudad de México, y 3.082 y 3.139 m sobre
el nivel del lago de Texcoco. La superficie total del doble la~o en esta
época era de 8.66 leguas cuadradas, aproximadamente 150 km ó 15 000
ha de las cuales dos terceras partes se encontraban al este de la calzada de
Tláhuac y la otra tercera parte al oeste. De Xochimilco a Chalco, que es
aproximadamente la extensión este-oeste del lago, son unos 30 km. La
amplitud varía considerablemente de cuatro, en Tláhuac, hasta diez en su
punto más ancho. La profundidad de ambos lagos varía mucho, pero en
general son poco profundos. Cerca de la orilla de Chalco, los registros de
Orozco señalan una profundidad de 0.8 m hasta 1.2 m; en Tláhuac del
lado de la calzada que da hacia Chalco, registró 2.4 m, y en Xico encontró

131
la mayor profundidad máxima de 3.0 m. En aquella época la superficie de
ambos lagos estaba casi completamente cubierta de un grueso manto de
vegetación, tan cerrado en algunas partes, que un hombre podía caminar
sobre él. Con frecuencia, las plantas echaban raíces sobre esa capa vegetal
en vez de sobre el suelo del fondo. Los canales debían trazarse a través de
ella y limpiarse periódicamente para permitir el transporte expedito en
canoas, y ya en el siglo XIX, ésto era una responsabilidad federal
importante. Los lagos también eran sumamente ricos en fauna lacustre, y
varios poblados estaban especializados en la pesca.

Debido a esa gruesa capa de vegetación, la evaporación era mínima y


los niveles del lago variaban muy poco, al revés de lo que ocurría con el
lago de Texcoco. Durante la temporada de secas la corriente iba de
Xochimilco a Chalco pero una vez comenzadas las lluvias, la situación se
revertía.

Como se ha señalado, esta parte del Valle de México disfruta de una


precipitación más alta que la del resto del Valle. Los únicos datos
estadísticos que tengo pertenecen a la provincia de Chalco y provienen de
Sánchez Colín, pero probablemente puedan aplicarse también a
Xochimilco. Para la precipitación total, tenemos las siguientes cifras: San
Rafael (municipio de Tlalmanalco, 2 530 m) 1 142 mm; San Juan de
Guadalupe (municipio de Chalco, 2 294 m) 1 015 mm. El promedio anual
de lluvias es casi el doble que el del Valle de Teotihuacan, y lo que es aún
más importante: el promedio de lluvias y el número de días de lluvia en
mayo es significativamente mayor y mayo es el mes crítico para la siembra.
Tenemos, sin embargo, la misma diferenciación tajante de lluvias
estacionales, al caer la mayor parte entre junio y septiembre, empezando
en mayo y terminando en octubre, con el máximo en julio. Casi cinco
sextas partes de la lluvia anual cae durante los seis meses de mayo a
octubre. En el fondo de la planicie lacustre, la precipitación pluvial es
considerablemente menor y la desecación de las chinampas ha creado un
serio problema económico. En las laderas más altas, arriba de los 2 800 m
-o en otras palabras, arriba de la zona poblada- es probablemente
alrededor de un metro y medio. Podemos pues considerar que la
precipitación en la zona habitada entre los 2 250-2 800 m, varía entre 1000
y 1 200 mm anuales. El problema agrícola más serio en nuestra zona son
las heladas. En altitudes alrededor de los 2 500 m, comienzan
generalmente en octubre, y en años excepcionales, en septiembre, y
terminan en marzo y a veces hasta mayo. Un poco más abajo, en el propio
Chalco, las heladas van de noviembre a marzo y raramente se presentan
132
antes de octubre. La temperatura promedio anual varía de 12.r a 13.6ºC.
de acuerdo a la altitud, y puede oscilar de una de temperatura promedio
mensual de 10.6º en enero, hasta 15.8° en mayo. La temperatura puede
bajar hasta -8.2° y subir, en su máximo, hasta los 31°, pero estos extremos
son muy raros. El promedio máximo de temperatura en un período de 22
años fue de 20.3° y el mínimo de 5.1° en San Rafael; y de 20.4° y 6.8° en San
Juan.
La clasificación de suelos del sur del Valle, da como tipo general los
chernozen, pero la situación es, sin duda, mucho más compleja. El origen
básico del suelo es volcánico, transportado y depositado por el agua, como
en el Valle de Teotihuacan. Sobre esta base, el efecto general del clima es
la aparición de suelos de pradera en la zona de ocupación humana y
suelos de sedimentos coníferos boreales sobre este nivel. Teóricamente de
los 2 800 m para arriba, podríamos esperar tener podzoles -la delimitación
de la ocupación agrícola humana está sin duda, basada en parte en esta
capa básica de sucio-; los podzoles son suelos especialmente pobres y los
chernozen particularmente fértiles. Muchos pueblos por arriba de los
2 500 m viven en parte de la agricultura, y en parte de la explotación de
bosques y de la manufactura de objetos de madera.
Los siguientes datos sobre el suelo de la planicie lacustre de Chalco
están tomados de Sánchez Colín: pH o grado de acidez 9.7; muy rico en
humus o contenido orgánico; rico en nitrógeno y amonia; muy rico en
fósforo; calcio y ácido nítrico en cantidades moderadas.
Los campesinos del área chinampera utilizan un sistema de
clasificación de suelos perfectamente adaptado a sus necesidades, basado
en la permeabilidad, humedad, textura, color, origen, topografía y
productividad. Más adelante analizaremos este sistema brevemente.

SAN GREGORJO ATLAPULCO

Introducción
San Gregorio Atlapulco es una de las comunidades o ciudades
agrícolas más grandes del México moderno. En 1950 tenía casi seis mil
habitantes y la población sigue creciendo. Políticamente está situada
dentro de la delegación de Xochimilco y está clasificada como una
subdelegación dentro de esa unidad. La gente se considera xochímilca y la
comunidad ha sido dependiente de aquel centro, desde la época azteca
hasta nuestros días. Geográficamente se encuentra situada en la ribera sur
133
del antiguo lago de Xochimilco y a una distancia aproximada de siete km
del pueblo de ese mis mo nombre. E l pueblo se comunica con Xochimilco
a través de una carre tera pavimentada que hacia e l no roeste va a la ciudad
de México, y en dirección sureste se dirige hacia Chalco y a la Tierra
Caliente de Morelos. Hay un servicio regular de autobuses que parten
cada veinte minutos de la ciudad d e México y tardan cuarenta minutos en
llegar a San G regorio. Así pues, el pueblo está bien comunicado con la
capital y el transporte de pasajeros está increíblemente congestionado. Es
muy raro que los autobuses que van de San Gregorio a Xochimilco no
vayan repletos hasta el tope de pasajeros sentados y de pie, a veces hasta
setenta u ochenta en un solo camión. La mayoría de los pasajeros son
campesinos que van o vienen del enorme mercado de Xochimilco.
Probablemente no exista e n Mesoamérica otra zona con semejante
densidad de población rural, con tan crecido número de pueblos rurales
por milla lineal, o con un tráfico rural tan intenso como el que hay en el
trecho que va de Xochimilco a Chalco.
Visto desde el aire, o desde las cercanas laderas volcánicas, el pueblo y
sus campos presentan un cuadro inolvidable para el estudioso de la
ecología humana. Lo primero que uno ve es la comunidad de casi seis mil
habitantes, e n un pueblo congestionado y compacto, comprimido en un
área no mayor de 50 ha. El promedio de los terrenos habitables no es
mayor de 20 m2 . Para un norceamericano, la densidad de esce pueblo
parece casi increíble pero como veremos más adelante, uno de los hechos
esenciales d e la vida de un habitante de San Gregorio es la congestión.
El trazado d e las calles responde a un patrón típico del México
colonial, con las calles trazadas en forma reticular, e ncerrando cuadras de
100 m2, aproximadamente. Por lo menos ésa parece haber sido la
intención de los padres españoles cuando planearon el pueblo.
Actualmente, cientos de pasajes secundarios atraviesan las cuadras
cortándolas e n terrenos irregulares y multiformes. Las casas están
enfrente, en medio de las cuadras, una tras otra, con estrechos callejones
de entrada, y los lotes de casas están írecuentmente fraccionados en
sublotes señalados con unos tecorrales bajitos, siguiendo la división
familiar hereditaria. La única calle pavimentada es la carretera Chalco
Xochimilco que atraviesa justo e l centro del pueblo. Las demás son de
terracería y resultan intransitables cuando llegan las lluvias fuertes. En el
centro del pueblo se e ncuentra la acostumbrada plaza, con algunas tiendas
al aire libre, una gran iglesia, una escuela y varios edificios administrativos.
El comercio tiene poca importancia en San Gregorio y no hay muchas

134
tiendas. En todo el pueblo habrá, si acaso, una docena de misceláneas. El
grueso de las compras de los campesinos se hace en el gran mercado
regional de Xochimilco, a unos quince minutos en autobús.
Hacia el sur del pueblo y justo donde éste se levanta, hay una planicie
lacustre de deposición dedicada casi por completo aJ cultivo del maíz. En
la terminología local, esta zona se llama el Llano, y comprende unas 80 ha
además de las ocupadas por el pueblo.
Más allá o al sur de la planicie, el paisaje de San Gregario se divide
claramente en dos zonas ecológicas: el Ce"o hacia el suroeste, y la Loma
hacia el sureste.
El Ce1To, como se le llama, debiera mejor llamarse meseta. Es una
larga y estrecha lengüeta de rocas volcánicas levantada en diversos niveles
planos, con apariencia de terrazas y con laderas muy pronunciadas. Las
laderas han sido totalmente transformadas en terrazas de piedra, en la
actualidad utilizadas sólo parcialmente. La cumbre plana está agujerada
por cientos de depresiones con relleno de tierra y bordeadas por
afloramientos de roca. Las depresiones se conocen como ca,iadas y son
extraordinariamente productivas, debido en parte a la fertilidad del sucio
y en parte también, a su humedad natural. Los aíloramicntos rocosos que
bordean las depresiones, están generalmente cubiertos por terrazas
artificiales. Las ca,iadas son centros de producción de maíz, en especial, y
de tomate. ·
La Loma se refiere a una larga y suave ladera de llaneo noroccidental
del volcán Teuctli. Este volcán se encuentra justo al sureste del pueblo y
domina los pueblos de la parte central del lago, su pico se eleva
aproximadamente 500 m por arriba del piso lacustre. La mayor parte de
las laderas volcánicas son cultivables hasta una altura de 2 600 m. A partir
de ese punto, las pronunciadas barrancas sin suelo fértil, impiden
cualquier utilización agrícola. La cantidad total de tierras cultivables es,
probablemente, de unas 3 000 ha, que se dividen entre los pueblos de San
Gregario, San Luis, Tulyahualco, lxtayopan, Tecomitl, Milpa Alta y
Atocpao. La erosión de estas laderas se controla plantando magueyes a lo
largo de los bordes de la ladera, o de plano, alrededor de cada terreno.
Los cultivos más importantes de la Loma son: maíz, amaranto, chile y
tomate, junto con el maguey; éste último es mucho más importante en
Milpa Alta que en San Gregario. Hay una barranca que separa la Loma,
del Cerro, que viene de la Serranía del Ajusco y baja hasta las playas del
lago; justo al occidente de San Gregario casi todo el suelo de la pequeña
135
llanura lacustre del pueblo tiene su origen en la deposición de esta
ba"a11ca. En el pasado, durante los años excesivamente lluviosos, la
corriente extra que bajaba por la barr011ca y desembocaba en el lago, llegó
a causar la inundación total de la planicie lacustre y de los pueblos
circundantes.

El extremo norte del pueblo es la antigua ribera del lago. Actualmente


hay un ancho canal principal que atraviesa el pueblo a todo lo largo,
delimitándolo. Este forma parte del antiguo canal de transporte que iba
de Chalco a Xochimilco, pero ahora sólo tiene agua en la sección que
divide San Gregorio y San Luis. San Gregorio tiene mucho más
abundancia de agua que cualquier otro pueblo chinampero, debido a la
existencia de manantial.es locales. Estos son lo suficientemente grandes
como para irrigar las 400 ha de chinampas que posee el pueblo, pero no
tanto como para interesar al gobierno federal. A lo largo de la orilla sur
del canal principal, hay muchos manantiales que alimentan conlínuamente
los cientos de canales secundarios que llevan agua para la irrigación de las
chinampas y proporcionan al habitante de San Gregorio su más valiosa
posesión económica.
Hacia el norte del pueblo se encuentran 400 ha de la más valiosa tierra
cultivable de la moderna Mesoamérica: las chinampas. Con sus huejoles
sembrados en las orillas para retener la tierra y con la vegetación
exhuberante, las chinampas parecen una vasta selva pantanosa cortada en
porciones regulares por los canales. En estos pequeños jardines
encontramos la más extraordinaria variedad de cultivos y la utilización
más intensiva del suelo del altiplano de México. Las chinampas son
utilizadas por los campesinos de San Gregorio principalmente para
cultivos comercialaes, en especial verduras.
Una de las vistas más pintorescas de San Gregorio es la cantidad de
pequeños embarcaderos para canoas, donde el más grande está
literalmente lleno de cientos de canoas de fondo plano, atracadas a lo
largo de las orillas.
Al norte del área chinampera se encuentra el fondo desecado del lago
Xochimilco. Actualmente se encuentra parcelado en ejidos de los cuales
San Gregorio posee 400 ha divididas entre unos 700 ejida1arios. Esta zona
es considerada por muchos en San Gregorio, como el granero del pueblo
y se ha dedicado por completo al cultivo del maíz. El suelo es chernozen
negro muy rico y algunas de las mejores cosechas de maíz en México
provienen de estos ejidos de lecho lacustre.
136
Este es pues, el mundo ecológico y económico del campesino de San
Gregorio. Es un mundo extremadamente pequeño, la mayoría de sus
actividades se desarrollan en un radio no mayor a dos km de su casa. Todo
el paisaje está repartido en pequeñas propiedades y no hay un pedacito
sin dueño. La unidad de propiedad promedio es definitivamente menor al
acre• en tamaño, y el campesino promedio no posee más de 2 ha de tierra.
Se invirtieron aproximadamente dos meses en el estudio de la
tecnología y la economía de San Gregorio y hay una grao cantidad de
datos tomados también del vecino pueblo de Tláhuac. En ambos casos,
hubo algunas dificultades debido a la desconfianza de los campesinos,
pero nuestros datos están bastante completos, en general. Tláhuac se
encuentra en el centro del antiguo lecho del lago y fue, por lo tanto,
duramente golpeado por la desecación del mismo. Solamente una fracción
de sus chinampas están produciendo a toda su capacidad. La situación se
ha mejorado parcialmente gracias al cultivo de los ejidos en el antiguo
lecho del lago, junto con el creciente mercado de trabajo industrial de la
ciudad de México. Aparte de ese ejido, el pueblo no tiene tierras de
temporal; en la época colonial su economía estaba basada por completo
en la agricultura de chinampas lacustres y en la pesca.
La agricultura en la zona de chinampas

Una de las características más sorprendentes de la agricultura en San


Gregorio Atlapulco es la complejidad de las técnicas, directamente
relacionada con la complejidad del medio ambiente. Actualmente, se
utilizan seis distintos sistemas tecnológicos y se producen más de
cincuenta cultivos.

Otro rasgo sorprendente es la combinación de las economías


comercial y de subsistencia. El poblador promedio de San Gregorio
produce un excedente monetario incluso hasta en cultivos como el del
maíz. Esto se debe a la excelente calidad de la tierra y a su gran
conocimiento de la misma. Hay muy pocas comunidades en México con
una economía tan balanceada entre la subsistencia y la comercialización.
Existen, sin embargo, dos carencias fundamentales: el frijol y el pulque,
ambos básicos dentro de la dieta del altiplano mexicano. Tláhuac, en la
mitad del lago, y careciendo de tierras de temporal está situada más
desventajosamente puesto que su economía se ha sobrecomercializado en

• Acre. Medida inglesa de superficie, equivalente a 40 áreas y 47 centiáreas. (N. de Comp.).

137
los 6ltimos años y se ha hecho, por lo tanto, más dependiente de los
mercados foráneos.

Hemos señalado que pueden definirse seis tipos de tecnología agrícola


para el pueblo. Estos se encuentran estrechamente ligados con las zonas
ecológicas descritas, y existe una fuerte diferenciación de cultivos por
zona, como ocurre en la región del Mediterráneo. Las ca1iadas son tierras
húmedas y fértiles perfectamente adecuadas para el maíz y se cultivan con
arado, sin riego. Las empinadas terrazas del Ce"o se encuentran, en gran
parte, abandonadas, pero alguna vez fueron centros de cultivo de frijol y
tomate, con azadón y técnicas de ten1poral. En ambos casos, la tierra se
cultiva intensivamente y se fertiliza 6nicamente con abonos vegetales.
Las laderas en la Loma están terraeeadas con hileras de maguey, y se
cultivan de temporal con yunta de caballos y arado, fertilizándose con
abonos animales dejando el -terreno en descanso o rotando los cultivos y
así se siembran maíz, a maranto, toma1e. y chile.
El Llano está casi totalmente dedicado a la siembra del maíz, cultivo
de temporal que se trabaja con arado, yunta de caballos y abonos
animales, que son muy utilizados.
El área chinampera es la escena del cultivo más distintivo e intensivo
de todos. No voy a describir el sistema aquí, puesto que lo haré con mayor
amplitud más adelante.
El ejido o lecho lacustre es un área productora de maíz de temporal
trabajada con caballo y arado, y no suele fertilizarse.
Los habitantes de San Gregorio son muy conscientes de estas zonas
ecológicas y su relación con los sistemas tencológicos. T ambién uti.lizan un
sistema de clasificación de suelos sumamente complejo, estrechamente
relacionado tanto con las zonas ecológicas como con los sistemas
tecnológicos.

La tien-a negra se refiere al humus negro y rico que constituye el suelo


de los ejidos o lecho lacustre, y el pantano es el suelo casi vegetal de las
chinampas. Tie"a arenosa es el nombre del suelo suave, suelto y
permeable de la planicie lacustre y de la parte baja de las laderas del
Teuctli. Es, básicamente, un suelo de los depósitos de los ª"oyos.En las
partes media y superior de las laderas del T euctli, el término tie"a
cascajosa se usa para denominar una tie"a arenosa con mayor cantidad de
piedras sueltas -mientras más alta la ladera, mayor la cantidad de cascajo-.
138
Las ca1iadas del Cerro están cubiertas con un suelo de barro amarillento
muy fértil, con una gran capacidad de retención de humedad, llamado
tierra a111aril/a. La tierra chic/osa del mismo color que la tierra morilla, es
característica de los depósitos del arroyo en el delta, a la orilla del lago. El
término tierra salitrosa también se usa para las tierras del fondo del lago
con alto contenido de sal. En términos de productividad, el campesino de
San Gregorio jerarquiza a las chinampas como la número uno, seguida
por la cañada, el ejido, el llano y la loma en ese orden.
Podríamos agrupar la agricultura de San Gregorio en tres grandes
categorías de análisis. En primer lugar, tenemos la agricultura de campos
(field agriculture), ya sea hecha con azadón o con arado y sin riego. De las
aproximadamente 2 000 ha, que calculo posee el pueblo; alrededor de
unas 1 500 entran en esta categoría. El segundo de nuestros grupos sería el
cultivo de las chinampas, que comprende unas 500 ha; finalmente
tendríamos el cultivo de las huertas caseras, limitado a unas 50 ha, más o
menos, del área del poblado. Antes de la Revolución, todo el llano estaba
sembrado de olivares que fueron cortados y nunca se sustituyeron por
otros.

CULTIVO DE TEMPORAL EN SAN GREGORIO


El cultivo en la .cañada
Como ya hemos señalado, el suroeste del pueblo es una formación
volcánica conocida localmente como el Cerro. La cumbre es plana y está
llena de pequeñas depresiones separadas por áridas crestas carentes de
suelo y rellenas de tierra amarilla. El tamaño promedio es de uno a tres
acres. Estas cañadas están consideradas como una de las mejores tierras
del pueblo, y están casi totalmente dedicadas al cultivo del maíz, si bien el
tomate verde también es importante. Una ca,lada típica es un terreno
plano, poco elevado, de una hectárea aproximadamente, dividido en dos o
tres propiedades señaladas con tecorrales de poca altura. Se encuentra
rodeada de un borde rocoso generalmente terraceado, aunque
actualmente no se utiliza para la agricultura. Las terrazas pueden ser o no,
propiedad del dueño de la parcela de cañada. Generalmente, sin
embargo, esas terrazas son contínuamente reparadas y mantienen una
relación simbiótica con la siembra en la Cañada. Probablemente daten de
tiempos prehipánicos, pues casi todas tienen grandes depósitos de restos
aztecas. En San Gregorio se les llama cercas.
139
Las ca11adas son tierras extremadamente húmedas y debieran
clasificarse más bien como tierras de humedad que de temporal. Una
cañada estudiada cubría aproximadamente 1.5 ha y estaba dividida entre
tres propietarios. Las terrazas de los alrededores estaban sin cultivar y
cubiertas de una capa de vegetación silvestre. Esta cañada estaba
totalmente dedicada al cultivo de maíz.
Aún sin cultivar, las terrazas de los alrededores cumplen una función
importante en el cultivo de las caiiadas. Hay una serie de plantas, palo
loco, yecaxtlo/otl y cha11tlacatl, ésta última una hierba y las otras dos
arbustos de tronco leñoso, que abundan en las terrazas, especialmente a
mediados y fines de la estación de lluvias. A principios de agosto muchos
campesinos desenraizan o cortan estas plantas y las esparcen en la milpa
de la cwiada, Este es el único fertilizante que se utiliza en la ca1iada y los
campesinos cuidadosos lo aplican cada año en la temporada que va de
agosto a octubre. Esto se practicaba más comúnmente durante el siglo
XIX; con el alza en los mercados de verdura de la ciudad de México en
los últimos años, el campesino de San Gregorio suele descuidar la
aplicación de esta técnica pues dedica más trabajo a su chi11ampa. Una de
las causas más importantes de pleitos entre los vecinos es la utilización de
esas plantas cuando pertenecen a terrazas de otro dueño.
El estudio se hizo sobre una ca1iada- muestra que se procedió a medir.
La dimensión se calculó en aproximadamente 0.7 ha de las cuales 0.4
habían sido propiedad del dueño de la parcela durante diez años, y el
resto se había adquirido el año del estudio.

En diciembre o enero, se barbechaba escrupulosamente esta tierra,


con un arado ligero de madera y un par de caballos. Entonces el
campesino se tomaba especiales trabajos en incorporar todo el rastrojo y
las yerbas al suelo como fertilizantes. Después, se sembraba el maíz en
abril; las ca,iadas, debido a su gran humedad, permiten esta siembra
previa a la estación de lluvias. Durante los últimos diez años, el dueño de
este terreno había sembrado maíz en su propiedad original, y las cosechas
se habían mantenido al mismo nivel sin ninguna declinación perceptible.
Las variaciones se debieron, no tanto al factor del suelo, sino a los
cambios climatológicos. Este hombre fertiliza su terreno cada año con la
técnica descrita de abono vegetal, sin que utilice abonos animales de
ningún tipo. Este campesino recibió la propiedad de su suegro, quien la
cultivó continuamente durante toda su vida con maíz, ca~i siempre, y sin
dejarla descansar fertilizándola a veces con abonos verdes. Por lo tanto
140
este campo es una buena prueba del éxito que han logrado los campesinos
de San Gregario en mantener buenos rendimientos pese al cultivo
contfnuo. El informante estimaba que su cosecha en las 0.4 ha era de 10
cargas, con una variación de 7 a 12 cargas. La carga en San Gregario es la
misma medida que se utiliza en el Valle de Teotihuacan, y tiene 100
cuartillos, generalmente estimados entre 1.2 a 1.5 kg cada uno. La mayoría
de los informantes reconocen esta última cifra. Yo calculé un cuartillo de
granos de maíz como en 1.4 kg. tomando en cuenta un grano más grande
que el del promedio de las cosechas, y probablemente un poco más denso
y pesado que el de las cosechas comunes.

Así pues, su producción se calcula en aproximadamente 3 000 a 3 700


kg por hectárea, o 50 a 55 bushels• de maíz desgranado por acre. El rango
sería de 2 000 a 4 500 kg dependiendo del año y de qué tipo de conversión
usemos para el cuartillo. Probablemente el promedio general sea de unas
tres toneladas por hectárea. El informante señaló que sembraba tres
cuartillos de maíz en sus 0.4 ha ó 7.5 cuartillos por ha. Su rendimiento
proporcional es de 333:1.

El dueño también señaló que su suegro obtenía una cosecha de maíz


promedio de 4 cargas sin usar o utilizando muy raramente abonos verdes y
sembrando maíz contínuamente, sin d ejar descansar la tierra. Esto daría
un cálculo de l 200 a 1 500 kg por ha, dependiendo del peso del cuartillo.
La producción se reduce hasta la mitad de lo que se cosecha en un campo
fertilizado. Las cosechas originales debieron ser un poco más bajas que las
de las ca,iadas fertilizadas; considerando el uso más intensivo del suelo y
la relativa escasez del abono vegetal, quizá fluctuaran entre las dos series
de cifras.

Estos rendimientos son muy altos. para las tierras de la altiplanicie


mexicana, pero parecen estar confirmados por nuestros datos. Otra
cañada medía 1.6 ha y estaba cuhivada con la mima técnica -siembras
anuales de maíz sin descanso, y con uso abundante de abono verde-. El
rendimiento promedio en ese campo era de 30 cargas o 19 cargas por
hectárea, lo que en kilos se traduce en 2280-2 850.

"llushd. El bushel americano equivale a 3S litros. (N. de Com.).

141
Podemos afirmar que el rendimiento promedio en una cariada
abonada es de por lo menos, 2 300 a 3 000 kg y quizá un poco más; y en las
tierras no abonadas la cosecha es de la mitad o de un poco menos. Aparte
de estos rendimientos generalmente altos, la producción es muy segura y
las pérdidas parciales o completas de los cultivos. son muy raras. El maíz
es el cultivo más importante de los que siembran en las cañadas, es el
seguro de vida de los habitantes de San Gregario debido a su altos y
seguros rendimientos. Se considera muy afortunado al individuo que
posea tierras de cañada y alguien con una o dos hectáreas ya se considera
rico. Las personas que no trabajan sus propiedades en la cariada son muy
criticados por los vecinos.
Actualmente es muy raro que las terrazas del cerro se cultiven, pero
generalmente son cuidadosamente mantenidas, cspec.ialmente las que
rodean las tierras de cañada. En cambio, las que se encuentran en las
laderas de la mesa están más descuidadas y la erosión ha tomado su curso.
En alguna ocasión, toda la ladera estaba transformada en cientos de
pequeñas terrazas con paredes hechas con piedras pequeñas, la mayoría
apenas de unas cuantas yardas de ancho, y eran cuidadosame nte
cultivadas con coas y azadones. No pude obtener ning(m dato sobre el
monto de la producción, pero por lo poco que pude ver, al menos en
cuanto al maíz, ello indica una producción tan alta como la de las cariadas
no abonadas.
El otro cultivo que se siembra en el ce"o es el tomate, que se da muy
bien y constituye principalmente un producto comercial.
El cultivo en la loma

La Loma, en términos locales, se refiere a las laderas gradualmetnc


inclinadas del Tcuctli, un gran volcán cuya superficie está dividida entre,
por lo menos, siete pueblos; lodos, con excepción de uno, de gran tamaño.
La mayor superficie del volcán, propiedad de los habitantes de San
Gregorio, no puede exceder las 500 o 600 ha. Resulta casi imposible hacer
un cálculo más preciso puesto que las tierras de los miembros de un
pueblo no son siempre mutuamente privativas o conti nuas. Mi cálculo
puede variar en un 20% pero sin duda el margen de erro r no va más allá.
Las laderas del Teuctli son bastante suaves y la técnica de bancal para
el control de la erosión (de uso general en toda la meseta) está
ampliamente extendida. Esto significa que las parcelas están niveladas en
terrazas y bordeadas por hileras de maguey, en el lado paralelo a la ladera.
142
Toda la superficie del TeucLli por arriba de los 2 600 m, está
completamente cubierta de estos ba11cales y sujeta a cultivo intensivo.
Los suelos de la Lema son de textura arenosa, porosos y fáciles de
t:rabajar. Sin embargo, su fertilidad y humedad naturales son menores que
las de la ca11ada y para un cultivo intensivo requieren de fcnilizanles de
origen animal y de rotación de cultivos. Muchos campesinos no practican
estos sistemas y prefieren dejar descansar la tierra, siembran un año maíz
y dejan en barbecho el siguiente, el tercero continúa con maíz y así
sucesivamente. En San Gregorio, los ferlilizanles de origen animal son
muy escasos y, gran parte de la Loma se cultiva con siembras continuas y
rotación de cultivos sin fertilización, o bien con el sistema de descanso de
terrenos que se acaba de describir.

Los terrenos situados en las laderas bajas, a parle de su textura arenosa


básica, están frecuentemente mezclados con pedazos de roca, en San
Gregorio se usa el término arenoso ,cascajo para clasificar este tipo de
suelo; a medida que se asciende por la ladera el campo tiene más piedras
suelLas y menos tierra, a esos suelos Elaman cascajosos. A medida que se
sube, los rendimientos del maíz declinan drásticamente.
Aunque el maíz de la Loma no rinda como en las cañadas, puede
crecer bastante bien con una atención especial. A más de cumplir un
papel como campos de cultivo secundario estos terrenos son imponantes
para el cultivo del lmauhtli. amaranto o alegria -este último es el término
que se utiliza en San Gregorio-, chiles y jitomate.

El huauhtli rinde muy bien y pudo haber sido el principal cultivo de


estas tierras en épocas prehispánicas. Por otra parle, resulta
especialmente importante para el estudio de la economí"ll de San Gregorio
pues puede usarse para rotar con el maíz, con el objeto de preservar la
fertilidad del suelo.

Una de las propiedades estudiadas está situada casi en la base de las


faldas de la ladera y sin embargo es más productiva que la mayoría de las
tierras de la Loma. La productividad se asemeja mucho a la del llano o de
la llanura lacustre. Los rendimientos también son más elevados que los de
las terrazas del Ce"º·
El dueño de la parcela es uno de los mejores agricultores de San
Gregario, el campo está bajo cultivo intensivo.
143
Su sistema incluye la rotación de los cultivos anuales y el uso de
fertilizantes de origen animal. Su procedimiento actual consiste en
sembrar huaul1tli mezclado con jitomate, un año; después maíz y para el
tercer año tomate y d1ile, que completan el ciclo. En el cuarto año se
repite el mismo ciclo de rotación. Esta tierra nunca descansa y se fertiliza
aproximadamente cada dos años, se utiliza principalmente estiércol, del
cual aplica unos veinte costales a la superficie de aproximadamente 0.2 ha
o un cuarto de yunta. El año del estudio estaba sembrado de alegria y
jitomate.
La alegria o huautli es un arbusto chaparro; con apariencia herbácea
que crece a una altura aproximada de un metro, produce una
resplandeciente panoja roja que guarda las semillas, que son bastante más
pequeñas que las de la cebada, y se usan para hacer el dulce de alegría
para las fiestas.
En la época prehispánica la alegría era un cultivo básico, tan
importante como el maíz. Se siembra en almácigos en las chinampas y se
trasplanta en el mes de abril. Tiene mayor resistencia que el maíz a la
sequía, y cuando las plantas son cuidadas y seleccionadas en los almácigos
chinamperos, ello permite una siembra temprana en el campo. La parcela
se prepara arándola con una yunta de caballos. La siembra se hace en
hileras, con una separación, entre ellas, de aproximadamente 1 m, y de 50
cm entre plant.as. Después de la siembra, se pone una hilera de chile o de
tomate (también transplantados de los almácigos de las chinampas)
intercalándolas entre las líneas de la alegria. Esta última se cosecha
cortando las panojas, con una hoz pequeña, que se guardan en costales.
Después, las semillas se golpean con unos palos sobre mantas, y se venden
por cuartillo. En las 0.2 ha del terreno muestra, la producción promedio es
de 300 cuartillos es decir, 1500 cuanillos por hectárea. Desgraciadamente,
no fue posible comprobar el peso del cuanillo.
Al año siguiente de sembrar huauhtli -tomate o huauhlli- chile, se
siembra maíz solo. Como en las Cañadas, en este tipo de terrenos el maíz
se siembra muy junto con escaso medio metro de distancia, entre cada
planta. Generalmente se espera hasta mayo para sembrar el maíz, en un
intento por empalmar con el comienzo de la época de lluvias. Sin embago
la siembra rara vez se retrasa hasta junio, debido al peligro de las heladas
tempranas. En el terreno en estudio, se utilizaban alrededor de dos
cuanillos de semillas para la siembra. La cosecha promedio de este campo
era de 300 cuartillos o 360-450 kg dependiendo de si se utilizaba la
144

conversión 1.2 ó la 1.5, y el rendimiento por ha se calcula entre 1 800-2 250
kg o unos 30 a 4-0 bushels por acre. El porcentaje de la cosecha es de
150:1. Estas cifras quizá puedan aplicarse a la producción máxima de los
campos cultivados cuidadosamente en el Llano y en las tierras bajas de la
Loma.

Alternando anualmente maíz y descanso, o bien rotando los cultivos y


sin abonos animales, los rendimientos de estos mismos c.ampos se reducen
a casi la mitad. Las plantas se siembran más separadas para darles espacio
en el suelo sin abonar. Los rendimientos son de un mínimo de 900 a 1125
kg por hectárea en estas zonas (p.e. la Lonra baja y el Llano.

Es casi imposible calcular las cosechas de chile y tomate en medidas


modernas a partir de los datos que da un informante. Su conocimiento del
kilo como medida de peso es vago y sus juicios sobre la producción en
términos de kilos no pueden ser totalmente confiables. Por otro lado, no
es frecuente que un campo sea sembrado totalmente con uno solo de estos
cultivos. Un informante señaló que si sembrara un cuarterón completo de
tomate (un cuarto de yunta, más o menos 0.2 ha), podría cosechar
aproximadamente 36 bultos Estos bultos son los mismos costales que se
utilizan para la cosecha del maíz. En este caso contienen media carga. La
semilla de tomate se siembra, primero, en almácigos en las chinampas, se
trasplanta en mayo y se cosecha por septiembre u octubre. En los campos
del Llano, cercanos al pueblo, muchos campesinos riegan sus cultivos de
tomate durante todo su período de crecimiento, con unos botes colgados
de un palo que se lleva al hombro, al estilo chino; el agua se saca de
fuentes públicas en el pueblo y se acarrea hasta la parcela sembrada. El
campo es el mismo que describí para el cultivo del maíz y del huauht/i.
En el mismo terreno, el chile produce aproximadamente 3 bultos de los
usados para el maíz, por cosecha (sembrado junto con tomate, de manera
que en realidad sólo está cultivada la mitad del campo), cada uno de los
cuales pesa de 60 a 70 kg (aproximadamente el peso del maíz). El
rendimiento por hectárea del chile sembrado junto con tomate, es
entonces de 900 a 1 050 kg, aproximadamente, cifra que concuerda con los
datos oficiales para la producción de chile en suelos fértiles y climas
húmedos. El chile se siembra de manera distinta a las demás mencionadas
para la Loma pero de forma parecida a las verduras que se producen en
las chinampas. Se siembran hileras dobles de plantas de chile jóvenes
(transplantadas de los almácigos de las chinmnpas) a una distancia de 20
cm entre cada una, mientras que cada par de hileras las separa del
145
siguiente un metro de distancia. El espacio intermedio está generalmente
sembrado con tomate. Una costumbre interesante y probablemente
antigua en la siembra de chile, es el uso de guano de murciélago como
fertilizante. Durante la época colonial, este abono se traía de las cuevas
del otro lado de la se"ania del Ajusco, en Morelos.
Esta parcela de 0.2 ha produce, en un período de tres años,
aproximadamente 300 cuarrillos (350-450 kg) de maíz; 300 r•1arrillos de
h11a11htli; 180-210 kg de chile y 18 cargas de tomate -este último sembrado
un año con h11a11htli y otro año con chile. Podemos aplicar estas cifras para
representar las cosechas más altas de los mejores suelos arenosos con la
aplicación más intensiva del conocimiento y la experiencia agrícola
locales. En las tierras no abonadas la producción total con siembras
continuas aunque con rotación de cuhivos sería de cerca de la mitad. Si se
siguiera el tercer procedimiento -únicamente cultivo de maíz alternado
con un año de descanso- la producción promedio de un período de tres
años se reduce a un promedio de 225 cuarrillos de maíz. Estas cifras
ilustran dramáticamente el papel que juega el manejo de la tierra en la
producción de cosechas.
En la época de la Revolución, durante las primeras décadas de este
siglo, el Llano estaba cubierto de olivares, que fueron talados por los
camincistas y nunca sustituidos. En la actualidad se siembra maíz,
primordialmente. Otros cultivos menores que también se siembran en el
Llano son: el frijol, con frecuencia sembrado entre las hileras de mafz y
tomate, y algunas verduras, introducidas por los campesinos en fechas
recientes. Estas verduras se riegan con los recipientes cargados con
balancín. Las t<:cnicas de cultivo en el Llano son parecidas a las descritas
para la zona de la Loma.
El crecimiento de la mala hierba en las tierras de ten1pora/ men-
cionadas, es, en general, de poca importancia y fácilmente controlable. En
realidad, el crecimiento natural de las plantas es más una ayuda que un
obstáculo, en la medida en que proporciona un valioso abono vegetal. Sin
embargo, hay una hierba que se propaga lentamente, llamada chiculote
que es una planta muy resistente que crece rápidamente en los campos
abandonados formando una enredadera que va cubriendo con capas
sucesivas a otras plantas, hierbas y sembradíos por igual. Una vez que
prende adquiere una gran tenacidad y es muy dificil de erradicar. Los
campesinos son muy críticos con las personas que dejan crecer esta hierba
146



en sus terrenos, porque se expande con rapidez e invade también otros
predios.

Cultivo del magüey

En la economía campesina del Valle de México hay tres productos


alimenticios básicos. Uno es el maíz, que se siembra universalmen1e en
todos los pueblos y proporciona su alimento básico harinoso. El segundo
es el frijol, su principal fuente de proteínas que también es de cultivo
generalizado, aunque muchos pueblos no se autoabastecen de este grano y
deben importarlo con frecuencia en cantidades sustanciales, en tanto que
otros lo siembran en pocas cantidades. El tercer alimento básico es el
pulque jugo fermentado de la planta del maguey.
El maguey se cultiva principalmente en el norte del Valle, más árido y
seco ya que es una planta sumamente tolerante al suelo seco y a las
regiones pobres. En el sur, como en los alrededores de San Gregorio, es
mucho menos usual puesto que resulta poco económico desperdiciar
buenas tierras maiceras en el cultivo del maguey. El único centro
magueyero importante en el sur del valle está en los alrededores de Milpa
Alta, donde la mayoría de las tierras son de ladera.

En San Gregrorio encontramos que las siembras de maíz no se hacen


sólo en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades locales, sino
que el maíz constituye también un importante producto de exportación.
Por el contrario, el frijol está casi ausente, y la mayor parte del que se
consume entre la población viene de fuera; se dice que hay una plaga local
que reduce tan drásticamente la producción del frijol que s u cultivo
resulta incosteable. E l maguey es también de importancia menor y la
mayor parte del pulque que se consume viene de Milpa Alta. Se encuentra
diseminado en las laderas casi totalme nte erosionadas o en las terrazas de
piedra abandonadas en el Ce"o y muy especialmente en la Loma, donde
se siembra a lo largo de los bordes de las parcelas para prevenir la
e rosión.

En el caso del terreno-muestra de la Lema; por ejemplo, el dueño


sembró 25 plantas de maguey para rodear su campo y en la época en que
se realizó este estudio, una de ellas estaba en producción. Aquí, el maguey
cumple dos funciones: como medio para controlar la erosión y como
productor de pulque. Solamente los campesinos que tienen propiedades
en la Loma poseen magueyes y el propietario promedio siembra entre 15 y
50 plantas. El pulque producido en estas pequeñas propiedades es
147
básicamente para el consumo familiar y se ofrece especialmente a las
visitas ya que el que se encuentra comercialmente es de baja calidad,
debido a la mezcla con otros ingredientes.
El maguey es una cactácea de largas raíces ramificadas, como las que
tienen la mayoría de las plantas de zonas áridas. La planta mayor o madre
produce renuevos o pequeñas plantitas llamadas hijos, que se escogen,
arrancan y una vez recortadas las rafees, se dejan secar al sol.
Generalmente se arrancan hacia febrero, marzo o abril y se siembran
-alrededor del bancal- en septiembre. Aunque no se usa ningún abono, un
prerequisito para el buen desarrollo de la planta es un deshierbe
cuidadoso alrededor del lugar donde se siembra. En San Gregorio una
planta deshierbada cuidadosamente alcanza una altura hasta de un metro
y empieza a producir después de siete años. El nraguey silvestre tarda
muchísimo más, de 20 a 25 años.
La plantita se siembra en unos hoyos bastante profundos (50 cm),
cavados con azadón que le permitan tener un suelo húmedo en la primera
etapa de su crecimiento. Una vez que las plantas han empezado a
producir aguamiel, se raspan dos veces al día. Un solo n,aguey en San
Gregorio produce, en promedio, de cuatro a seis litros de aguamiel por
día, durante un período de cuatro meses, después debe ser sustituida. Seis
litror- de aguan,iel se convierten en unos cuatro de pulque.
Esta bebida es de suma importancia en la vida de los habitantes de San
Gregorio y cada campesino bebe en general, de dos a cuatro litros diarios.
Todos los trabajadores, además de su salario, han de recibir tres litros de
pulque diarios, lo cual significa un gasto extra de un peso, puesto que son
muy pocos los que producen suficiente pulque como para dar a los
trabajadores. Aparte de su valor nutritivo, el campesino común considera
al pulque como una buena mezcla de estimulante y sedante que ahuyenta
la monotonía de su duro trabajo cotidiano en los campos.
Así pues, una sola planta en producción alcanza apenas para producir
el consumo diario de un individuo. Y puesto que una planta necesita siete
años para madurar y produce sólo durante cuatro meses, es muy fácil
calcular que una persona necesita tener siempre, cuando menos, 21
plantas en distintos estados de crecimiento para asegurarse una provisión
permanente. Para una familia regular esto debe multiplicarse por dos y a
veces hasta por tres veces, puesto que las mujeres también lo beben. Por
lo tanto, se necesita una propiedad de, por lo menos, media hectárea de
bancal en la Loma para que una familia tenga pulque permanentemente.
148


El campesino común, sin embargo, posee mucho menos de media
hectárea de Loma, y muchos no tienen nada, por lo cual el pulque es un
importante producto de importación.
El cultivo en el ejido

En 1924 y como resultado de las reformas agrarias que siguieron a la


Revolución, la economía del pueblo recibió un gran impulso debido a la
dotación de unas 400 ha, aproximadamente, de ricas tierras del lecho del
lago, situadas al norte de las china,npas. Estas tierras son las únicas
posesiones ejidales del pueblo puesto que todas las demás son de absoluta
propiedad privada. Los habitantes de San Gregario consideran estas
tierras como el granero de maíz de la población y el mayor consumo local
de este grano se satisface con el producto del área ejidal. Con excepción
de las chinampas, nunca he visto un cultivo de maíz más productivo o que
iguale al de los ejidos del lecho lacustre. Estas tierras debieran ser
clasificadas como tie"as de humedad más que como tierras de temporal.
Son suelos negros profundos, sumamente ricos, casi totalmente de origen
orgánico y con humedad natural. Estas tierras, como las que se cultivan
con maíz en la Cañada y en las chinampas, se siembran en marzo.
Ultimamente sin embargo, debido a la general y progresiva desecación del
Valle de México en su conjunto, esta humedad natural está
desapareciendo rápidamente y el año de mi estancia fue, además, un año
pobre en lo que se refiere a las lluvias. El resultado fue que el chalwiztli
invadió las milpas resecas y en algunas zonas, como en Tláhuac, se perdió
casi toda la cosecha de maíz en el ejido.

Algunos informantes, tanto de Tláhuac como de San Gregario, insisten


en que el chahuiztli era una plaga desconocida en la zona sur del Valle
hasta 1950 y que desde 1924 hasta 1950 nunca se perdió en cultivo en estas
tierras ejidales. El chalmiztli es una peste de hongos que aparece
violentamente en los períodos de sequía y se extiende como una plaga de
milpa en milpa.• La planta del maíz se empieza a secar, se pone café y se
muere. Hasta la fecha no ha afectado el maíz abrileño, que se siembra
como lo indica su nombre en abril en las tierras de temporal. Este tipo de
maíz, a diferencia del que se siembra en las tierras ejidales que es del tipo
cbinampero, sí puede resistir las sequías. El desarrollo del chahuiztli es de
gran rapidez, una vez que prende. Durante mis estudios en Tlábuac en
junio y julio, aproximadamer.te el 20% del ejido estaba infestado, y
durante los dos meses siguientes -agosto y septiembre- se contagió cuando
149
menos el 70% del ejido, y la plaga comenzó a hacer grandes progresos en
la zona chinampera. (Actualmente, la mayoría de las chi11ampas de
Tláhuac sufren por falta de agua, d ebido a la desecación de la zona para
llevar el líquido a la ciudad de México). En noviembre el secretario ejido/
me informó que las cosechas del ejido de Tláhuac se habían perdido por
completo y que la producción d e m aíz de las chi11ampas había sufrido
grandes daños.

El ejido de San Gregorio está dividido e n parcelas y cada una de ellas


está asignada a una familia. Las parcelas están clasificadas en tres
categorías: de pri,nera, de seg1111da y de tercera de acuerdo a la distancia
que las separa de la húmeda zona chinampera, siendo las mejores,
lógicamente, las más cercanas a ésta. Las parcelas de primera y segunda,
miden 380 x 16 m superficie muy semejante a la d e las chinampas más
grandes. Las parcelas de tercera miden 480 x 14 m. Las medidas de
superficie son: 0.6, 0.6 y 0.67 ha.

Una de las milpas • muestra era de primera. En los últimos años, el


dueño ha venido cosechando en esta tierra un promedio de 15 a 17 cargas
o 25 a 30 ca'8as por ha, lo cual resulta una cifra considerable para el
alt iplano mexicano. Esto significa un rendimiento semejante al más alto
que se obtiene en la Ca,iada. Esta persona indicó que durante varios años
estuvo cosechando más de 40 cargas por hectárea, lo cual sobrepasa
incluso a los rendimientos de chi11ampa y se equipara a las mejores
producciones de la faj a maicera de los Estados Unidos. Sin embargo, cabe
señalar que éstas fueron cosechas en tierras vírgenes. Actualmente, el
maíz del ejido parece tan productivo como el de las chinampas: la planta
se ve igual de vigorosa, el espacio com o e l número de tallos por mata y d e
mazorcas por tallo, es el mismo; usualme nte alcanzan un número de ocho
a diez mazorcas por mata.

Sin embargo, éstas fueron cosechas excepcionales hasta para el ejido y


por otra parte no todas las zonas del ejido producen con iguales
rendimientos. Las parcelas aledañas a la orilla norte de los lagos por
ejemplo tienen generalmente un alto conte nido de sal en su suelo y
muchas ni siquiera podrían soportar el cultivo de maíz. Mis datos sobre
Tláhuac demuestran un amplio rango de p roductividad. Así, una
propiedad de 2.4 ha produce un promedio de sólo 5 a 8 cargas por
hectárea o 600 ( o 750) a 960 ( o 1 200) kg por hectáre a. Otro terreno
produce un promedio de 16 cargas por ha que es como la producción de
150
una parcela abonada en la Loma de San Gregorio. Ya cerca de Mixquic,
las parcelas producen tanto como la tierra de primera en San Gregorio.
El informe del gobierno mexicano sobre la producción ejidal en la
delegación de Xochimilco, en general, indica un promedio de 1885 kg/ha,
y para Tlahuac, 1 973 kilos. Estas cifras parecen confiables; la mayoría de
los informes oficiales suelen ser mucho más bajos, y se ajustan a nuestro
rango general de nuctuaciones de la producción.
En San Gregorio las parcelas ejidales no se abonan, no descansan y
generalmente se les siembra sólo con maíz. Mucho campesinos cultivan
sus parcelas ejidales con las mismas herramientas con que cultivan sus
chinampas: coa, azadón y pala, en vez de usar el arado.
Cultivo en los solares

Otro escenario para las actividades agrícolas en San G regorio es el


solar o terreno de la casa, que son parcelas sumamente pequeñas, como ya
lo indican las cifras de densidad de población en el pueblo. Yo levanté un
i
mapa completo exahustivo de un lote casero-muestra, con una superficie
total de 400 m . Este terreno era más largo de un lado que de otro y
estaba casi dividido en dos por una construcción. La parte más amplia
estaba ocupada por la casa, la cocina, los graneros y los espacios de
trabajo del dueño; tenía sólo unos cuantos cultivos, principalmente
frutales jóvenes y ílores. El segmento más chico estaba completamente
cubierto por plantas cultivadas con excepción de un peq ueño espacio
destinado a la porqueriza, al estercolero y al almacenamiento de leña.
En este segundo segmento, que cubre apenas menos de 200 m2
encontré las siguientes plantas cult ivadas: nopal, nueve y todas en sus
últimos años de producción; dos durazneros, ninguno en producción; un
árbol de chabacano todavía sin producir; dos granadas, una produciendo;
un naranjo; un chayote en su último año de producción. Otros árboles en
la zona de chinampas son: el manzano y el peral. Con excepción del
chayote y del nopal, todos los señalados son de origen europeo, lo que
indica una gran escasez de frutos en la zona, en la época prehispánica.
Frente a la casa, en la división más grande del solar, hay seis frutales
sembrados, ninguno en producción todavía: un naranjo, tres higueras, una
granada y una chirimoya.

Todos estos cultivos, con excepción del nopal, fueron sembrados


primero en almácigos en la chinampa y después trasplantados al solar de
151
la casa. Para proteger a los retoños de las gallinas, se suelen sembrar
rodeados del cuello y parte superior del cuerpo de una olla medio
enterrada en el sucio. Otros pueden sembrarse en canastas. Los árboles
jóvenes son cuidadosamente vigilados, se les riega manualmente con
frecuencia y se rodea al tronco con piedras para preservar la humedad.
El otro pedazo del terreno, que se divide en casi dos mitades, tenía los
siguientes cultivos: dos chayotes, tres higueras, tres árboles de granada, y
unos treinta nopales, de todos ellos, sólo producía el chayote.
A partir de mis obsevaciones generales en las huertas familiares de San
Gregorio, Tlábuac, Mixquic y otros pueblos, puedo señalar que estos dos
lotes eran excepcionales en cuanto al número de cultivos. La mayoría
tienen muy pocas o ninguna planta cultivada.
Ahora presentaremos una breve descripción de las técnicas de cultivo
de dos plantas de solar de origen mexicano: el nopal y el chayote.
Cultivo del nopal: el nopal es, sin duda, el fruto más importante de los
que crecen en el Valle de México y probablemente sea originario de esta
zona; el nopal silvestre o nopalillo (se le llama así debido a la pequeñez de
sus frutos) es bastante común en las terrazas del Ce"o que están atrás del
pueblo, también se le encuentra comúnmente en estado silvestre o
dómestico en todo el Valle, especialmente en la zona árida del norte.
Como el maguey, está adaptado a los clin:as semiáridos y da fruto basta en
los suelos más secos y pedregosos. También lo pude ver en la costa
oriental de Tabasco, pero en climas húmedos no produce frutos. Su
importancia económica es muy grande -y debió ser aún mayor para los
campesinos de la época prehispánica en el Valle de México- pues se
aprovecha la fruta por su alto contenido de azúcar y la hoja como verdura.
Además de su aprovechamiento alimenticio, se usa como seto para
proteger las milpas y para los co"ales del ganado, porque sus hojas son
espinosas. Finalmente, tanto el fruto como las hojas, tienen gran valor
comercial.
En el solar- muestra que he señalado, babia nueve matas, todas en
producción. Todas, como la mayoría de los nopales en San Gregorio,
pertenecían a una variedad que se conoce localmente como nopal casero.
En el pueblo se conocen también dos variedades silvestres o de campo:
tepozpapaloll y pipitza. La diferencia con las especies cultivadas radica
principalmente en el menor tamaño de planta y frutos y en la mayor
cantidad de espinas. El nopal es una cactácea de tronco y ramas duras y

152
huecas, con hojas planas, redondas y carnosas, cubiertas de espinas. Estas
bojas o pencas se desprenden de la planta madre durante el verano,
después les brota una raicilla que se va internando en el suelo y a medida
que va creciendo la planta, la penca se eleva gradualmente. En este
momento el campesino selecciona las pencas que lucen más sanas y las
siembra en almácigos a una distancia de medio metro. Durante las
primeras etapas de su crecimiento se les riega contfnuamente. Su
desarrollo es mucho más rápido que el del nopal silvestre. El cuidado y el
riego con cubetas queda a cargo de las mujeres, generalmente, si el nopal
está e n el solar.
A medida que las plantas van creciendo se eliminan las más débiles
para dejar más espacio al crecimiento de las más sanas y fuertes. Los
nopales en producción más grandes del solar- muestra estaban colocados
a una distancia de metro y medio o dos metros, aproximadamente.
A medida que las plantas seleccionadas crecen, empiezan a echar hijos
por todas partes, formando una especie de selva espinosa a su alrededor,
por lo cual resulta muy difícil establecer su número. Hasta donde yo sé,
nadie alimenta las plantas de nopal en San Gregario. Uno de los nopales
de un informante tiene más o menos 25 anos y el conglomerado de plantas
entrelazadas se eleva a una altura de unos 2.4 m y cubre una área
aproximada de 20 m2 • El nopal cultivado empieza a producir en el tercer
año y tiene un apogeo en los dos o tres años siguientes. La producción
después de los veinte años se considera pobre. Mi informante piensa
tumbar su nopal de veinticinco años y sembrar otros nuevos para el año
entrante. El señalaba que una sola mata, en sus mejores años de
producción, daría un huacal entero de tunas. El huacal es una caja de
madera de regular tamaño que se usa para vender distintas clases de
productos agrícolas, y él dijo que cabían cerca de 300 runas se venden ya
sea por huacales, o por unidades de 100.
Sin embargo, sus nueve nopales de 25 años sólo produjeron el año
pasado dos huacales. El nopal tiene, además la ventaja de producir fruta
durante gran parte del año: desde abril hasta fines del otoño, con lo cual
los campesinos tienen asegurada una fuente de azúcar para casi todo el
año. El nopal silvestre madura en el invierno y sus tunas se cosechan en
esa época para aliviar la carencia de esos meses. Estas tunas silvestres son
mucho más gustadas en San Gregario debido a su sabor más fuerte y
dulce, en especial las del pipitza. Además del nopal casero, puede
encontrarse otra variedad de nopal cultivado en el pueblo, pero no tiene
153
gran demanda, se llama nopal colorado debido al color rojizo de su fruta;
sin embargo, dicen que no da muchas tunas y que sus hojas no son
comestibles. Probablemente se trate de un nopal originario de las afueras
del área sur del Valle.

El cultivo del chayote. En San Gregorio, actualmente, el chayote se


siembra en dos lugares, en el solar de la casa, y en la chinampa. El chayote
es una planta semejante a la vid en su apariencia genera~ tamaño y
característica de crecimiento, que se siembra en las chinampas al pie de
los sauces o huejotes situados en sus bordes para retener el suelo. El
tronco de esos árboles sirve de base para que el chayote trepe. En los
patios se siembra al pie de los frutales para que tenga donde enredar. No
hay chayote silvestre en esta zona. Como el nopal, es un cullivo muy
importante que proporciona a la dieta de los habitantes de San Gregorio
las verduras frescas que tanto les faltan. El fruto es grande, parecido al
aguacate en forma y tamaño, y es verde oscuro con espinas en la piel, o
verde tierno sin espinas; se cuece previamente para usarlo en guisos, tiene
un rico sabor, parecido al de la coliflor y al de la col. La planta se siembra
de un renuevo que crece del fruto. El bejuco empieza a producir desde el
primer año, aunque en pequeñas cantidades y alcanza su mayor
productividad entre el tercero y cuarto años, para después reducirse
bruscamente. Generalmente, la planta es sustituida al sexto año. La raíz
del chayote también es comestible y tiene un sabor parecido al de la papa.
La temporada de chayotes en San Gregorio es de agosto a octubre.
En San Gregorio se conocen tres distintos tipos de chayotes, pero sólo
se siembran dos: una variedad oscura y espinosa y una verde Lierno y sin
espinas. El tercer tipo, también espinoso, no se encuentra comúnmente en
el pueblo.
El cultivo en la cbinampa

Descripción general. La agricultura en San Gregorio, incluso la de


temporal, muestra claramente, el ingenio y habilidad del campesino para
utilizar sus tierras y sacar el máximo de productos posible; sin embargo, su
verdadera habilidad como cultivador sólo puede entenderse a través de un
análisis del cultivo chinampero.
Hasta la fecha se han realizado una serie de excelentes estudios sobre
la tecnología empleada, pero nadie ha examinado con detalle los aspectos
econ6m.icos de este fascinante sistema agrícola. Los mejores trabajos de
este tipo son los realli.ados por Santamaría, por un lado, y más
154
recientemente por Armillas y West. En el presente análisis me basaré
ampliamente en los datos de estas dos fuentes para los aspectos de
tecnología y en la información recabada durante mi investigación. Trataré
pues, de señalar los aspectos económicos del cultivo de las chinampas
hasta ahora no tocados por ningún otro autor.
El cultivo de chinampas es un sistema agrícola altamente especializado
y limitado en sus características básicas, basta donde se sabe, al Valle de
México.
La característica principal y que le da su carácter específico es,
justamente, la propia cl1ina1npa. La cbinampa es una isla artificial,
construida manualmente por el hombre apilando lodo del lago o Lierra y
vegetación lacustre en capas alternadas, elevando así su nivel por encima
del nivel del lago. Algunos importantes prerrequisitos geográficos
necesarios para la existencia de este sistema son la presencia de lagos de
agua dulce alimentados por manantiales, con una salida que facilite la
circulación de las corrientes e impida la formación de depósitos salitrosos,
y con bajas profundidades que hagan posible la contrucción de las
chinampas y sostengan una densa vegetación acuática.
El suelo es de origen completamente orgánico y, por ende,
extraordinariamente fértil. Su calidad esponjosa y porosa facilita el
drenaje natural y la irrigación, presentando así las condiciones ideales de
humedad para el crecimiento de los cultivos.
La característica principal del cultivo de estas islas artificiales es su
carácter intensivo con técnicas puramente manuales. Las herramientas
son implementos como el azadón o la pala. El riego, especialmente
durante la temporada de secas, es otra de sus características y se realiza
también manualmente: en este caso, acarreo de agua en cubetas con
balancín. La chinampa está por supuesto rodeada de agua y el riego puede
hacerse con sólo sumergir los recipientes en el agua y vaciarlos en la
parcela.

Otra característica es la siembra continua, año tras año, de una gran


variedad de cultivos. Esto es posible por el amplio uso de almácigos junto
con la mezcla y la rotación de cultivos. En un año pueden sembrarse
varios cultivos, hasta cuatro, y el período de descanso más largo del
terreno no va más allá de tres meses y ésto sólo ocurre una vez cada tres o
cuatro años.
155
Uno de los aspectos fundamentales del sistema de chinampas es el uso
de almácigos. Esta es la clave de la economía chinOJnpera, que permite al
campesino sembrar de dos a cuatro cosechas por año y ganar hasta mil
pesos en un terreno que mide una décima de hectárea. Se puede apreciar
mejor el éxito financiero de este sistema, si se tiene en cuenta que el
campesino promedio del Valle de México gana cinco pesos al día, y el
trabajador de la ciudad de ocho a diez pesos diarios.
Por último, tenemos el abundante uso de abonos que permiten al
campesino recoger cosechas continuas de un mismo tipo. Con adiciones
anuales de una capa de suelo fresco del fondo del lago y el uso generoso
de la vegetación acuática como fertilizante verde, la fertilidad de la
chinampa se mantiene cuidadosamente. Los abonos de origen animal se
usan poco, con la significativa excepción del guano de muerciélago para
las siembras de chile y jitomate.
Los geógrafos definen la agricultura intensiva como un sistema en el
cual se invierten enormes cantidades de tiempo y trabajo por unidad de
tierra. En este sentido, el cultivo chinampero sólo puede compararse con
el cultivo de arroz inundado de Japón o del valle de Yang tse-Kiang en
China.
Dis tribución y construcción de la chinampa

En la época de la conquista, la extensión del área chinampera era


considerable. Sin embargo, no entraremos a los detalles de ello pues
pertenecen más bien al estudio de la agricultura prehispánica.
Unicamente señalaré que la mayor parte de las superficies de los lagos
Chalco-Xochlmilco, junto con amplias extensiones en los alrededores de
Tenochtitlán y Texcoco, estaban cubiertas de chinampas. El área declinó
considerablemente durante el período colonial debido a la baja
demográfica general del Valle que siguió a la conquista, pero aún era lo
suficientemente grande como para proveer al mercado urbano de la
ciudad de México con la mayoría de sus verduras, y continuó siéndolo
hasta principios del siglo XX. Aún ahora, las chinampas constituyen una
de las principales fuentes de verduras para la ciudad de México,
especialmente durante la primavera y el invierno.
Sin embargo, el área de chinOJnpas en producción se ha reducido
notablemente. Una buena parte del antiguo lecho lacustre todavía
conserva la forma del área chinampera, pero muchos canales están secos y
el abono vegetal es escaso, de manera que dos de los rasgos

156
fundamentales del cultivo de chi11ampas, la siembra continua y el riego, ya
no son posibles.

Este declinamiento está en proporción directa con el crecimiento


monstruoso de la ciudad de México, que cuenta actualmente con más de
dos millones de habitantes. A medida que la ciudad ha crecido el Valle se
ha desecado. La mayoría de los manantiales que antes alimentaban el lago
de Chalco-Xocbimilco han sido entubados en un enorme dueto que lleva
el agua a la ciudad, dejando a las chinampas demasiado altas y secas. La
única comunidad que cuenta con agua suficiente actualmente es San
Gregorio Atlapulco y esto sólo debido a que tiene una serie de pequeños
manantiales locales justo a la orilla del antiguo lago, cuyo volumen es
demasiado pequeño como para interesar al gobierno federal, pero lo
suficientemente grande como para alimentar las 400 ha de chi11ampas que
tienen sus habitantes.

En la gran zona chinampera de lxtacalco, lxtapalapa, Mexicalcingo y


Culhuacan, estudiada por Santamaría, ya no queda nada, está todo
cubierto con construcciones urbanas o bien es el lecho desecado del lago.
Las chi11an1pas de Tláhuac ya casi no tienen agua, Mixquic está más o
menos en la misma crítica situación, y Xochimilco, la reina de las
comunidades chinarnperas, está casi completamente desecada. La zona
chinampera de Xico-Chalco ya no existe.

Hoy en día se practica un cultivo de chinampas limitado en las


siguientes comunidades: Xochimilco, Acalpixca, Atlapulco,
Tlaxialtemaco, Tulyehualco, lxtayopan, Tláhuac, Tetelco, Atzompa y
Mixquic. Atlapulco tiene la mayoría de sus chinampas produciendo a toda
su capacidad.

En la época en que hice mis estudios, también en el que Armillas


realizó el suyo, ya no se construían chinampas. Sin embargo, tenemos una
excelente descripción de Santamaría que paso a citar:

Para proceder á la formación .de una chinampa, lo primero que


hacen es buscar un "cimiento"; esta operación es muy fácil, y
consiste en sondear el fondo del canal con un remo hasta encontrar
un punto en que el fondo esté a poca profundidad, en seguida y con
el mismo remo hacen la Um.itación del "cimiento", señalando el
perímetro con estacas largas ó carrizos.
157
Sobre este "cimiento" van extendiendo capas de tierra y césped
alternadas convenientemente hasta lograr que salgan a flor de agua.

El césped crece en las llamadas "ciénegas" que ocupan muy grandes


extensiones, y está constituido por la aglomeración de plantas
acuáticas, esencialmente el l.irio (Hitchomia coern/ea), en masas tan
compactas que muy bien se puede caminar sobre ellas sin hundirse.
Para utili7.ar el césped lo cortan con palas ó coas.

La tierra para hacer la chinampa, la quitan á las chinampas


antiguas que á consecuencia del cultivo que reciben, como más
adelante veremos, han alcanzado una gran altura sobre el nivel del
agua, que las hace inapropiadas para el cultivo.

Una vez que la ehinampa en formación ha llegado á tener una


altura de 20 á 25 etms sobre el nivel del agua, proceden á plantar
estacas de sauce ó "huejote" (Salix) en las orillas con el objeto de
consolidar el terreno. Las estacas se plantan á una distancia de 4 á 5
metros.

Ya que los sauces han prendido, queda la chinampa lista para ser
cultivada.

A los cuatro años de formada la chinampa, ya la descomposición de


la materia orgánica es casi completa, "ya se hizo tierra", según frase de
los indígenas.

Las dimensiones de las chinampas dependen en gran parte de la


extensión de los "cimientos". Su anchura es pequeña con el objeto de
que el agua, por infiltración, pueda llegar hasta el centro de la
chinampa.

Por lo general son pequeñas, fluctuando sus dimensiones entre 5


metros de longitud por 3 de ancho y 900 metros de longitud por 6 de
ancho; éstas últimas son pocas y se encuentran en lxtapalapan. Como
superficie media se puede considerar la de 90 m2 .

Todos los trabajos necesarios para la formación de las chinampas,


requieren gran paciencia y laboriosidad, cualidades que sobran a los
cultivadores.•

"Texto tomado del o riginal (N. de •Comp.).

158
Aunque las chi11ampas pueden tener formas basante irregulares, en
general forman rectánculos muy largos y angostos. En San Gregorio, la
chi11ampa promedio mide de 6 a 10 metros de a ncho y de 100 a 200 metros
de largo, con una superficie promedio de 1000 m2 • Armillas observa e n
Mixquic casos frecuentes de añadidos a este patrón rectangular básico, en
chi11ampas con forma de L o de U, aunque la poca anchura siga siendo
una regla universal. En Mixquic, donde Armillas realizó la mayor parte de
su trabajo, el tamaño promedio de las chi11ampas es bastante menor que el
de San Gregorio; encontramos, además, un patrón extre madamente
irregular con muchas chi11ampas minúsculas, y gran fragmentación y
dispersión de las propiedades, todo lo cual resulta en una masa compleja
de chinampitas y canales serpenteantes. En San Gregorio, el área
chinampera parece más bien una colonización planificada, con los campos
y canales conformando una enorme y ordenada cuadrícula que, por
supuesto, en vez de cuadrados tiene rectángulos.
Como lo señalan tanto Santamaría como Armillas, la estrechez de las
chinampas es para facilitar el riego de los cultivos a través de la absorción
natural de la humedad. Como el suelo es poroso y esponjoso, debido a su
origen, la poca anchura del campo permite que el agua de los canales que
la rodea se pcrmec hacia el centro; por ot ro lado, también se facilita el
riego a mano desde las canoas.

Muchas de las zonas chinamperas se encuentran localizadas justo a las


orillas lacustres, como en el caso de Xochimilco y San Gregorio. En
Mixquic las chi11ampas cubren por completo una antigua bahía. La única
excepción moderna es Tláhuac, situado en una isla en el centro del lago y
rodeado de chi11ampas En tiempos prehispánicos existían varios centros
insulares chinamperos situados e n medio de los lagos: Xaltocan, en el
norte del Valle, la misma Tenochtitlán, y Mexicaltzingo.
En las primeras etapas de la colonización de cl1i11ampas hay numerosas
zonas de agua al descubierto y ciénegas y pueden llegar a aparecer
algunas chi11ampas distantes, semejando islitas. Sin embargo, a medida
que avanza la coloniución, enormes extensiones de los lagos se convierten
en una red de canales y parcelas. Los canales son generalmente de sólo
dos metros de ancho y, a veces hasta menos; los destinados al transporte
masivo miden de 4 a 5 metros de ancho y cruzan y comunican las zonas
chinampcras formando un intricado sistema de vías de comunicación. Una
de las tareas más importantes es mantene r los canales libres de
vegetación.
159
Algunos informantes de Tláhuac señalaron que, anteriormente, la
construcción de las chinampas se realizaba por grupos de ayuda mutua
compuestos por cuatro a seis hombres, y estimaban que con un grupo de
trabajo así, podía construirse una chinampa de 8 x 200 m en unos ocho
días.
Los cultivos de la chinampa

La variedad de cultivos que produce una chinampa actualmente es


extraordinaria, especialmente en San Gregorio donde funcionan a toda su
capacidad.
Allí se siembran los siguientes cultivos nativos: maíz, calabaza,
jitomate, tomate, frijol canario, ejotes, chile, chilacoyote, chayote, quelites y
huazontli (verdura productora de semilla que se escapó del cultivo que
crece silvestre en las orillas de las chinampas) y, por último el frijol negro.
Cultivos europeos: coliflor, col, espinaca, alfalfa, apio, lechuga, habas,
zanahoria, nabo, rábano, cebolla, pepino, betabel, chícharo, perejil,
ciJantro y menta•
Además de las plantas alimenticias, se siembran gran cantidad de
llores que se cortan y se ponen en botes para la venta. La mayor variedad
se encuentra en XochimiJco, que ha sido un centro productor de flores
desde tiempos prehispánicos. Las flores más importantes que se cultivan
en San Gregorio son las violetas y los claveles.
Los principales cultivos de San Gregorio son actualmente: maíz,
jitomate, ejotes, calabaza, coliflor, col, espinaca, apio, lechuga y cilantro.
Mis informantes en Tláhuac afirmaban que la mayoría de los cultivos
europeos habían sido de menor importancia hasta este siglo y que
antiguamente los cultivos comerciales básicos eran el chile y el jitomate.
El riego en San Gregorio

Esta es una de las caracteísticas básicas de la agricultura de


chinampas. Previamente señalé que la porosidad natural del suelo, casi
vegetal, y la estrechez de la parcela, permiten el riego natural. Estos
elementos, aunados a las técnicas manuales de riego artificial, permiten a
los campesinos de San Gregorio mantener sus campos bajo cultivo
continuo aún en casos de largas temporadas de sequía.

•EJ au1or agrega sall-worl , del que no se encontró su 1raducción (N. de Comp.).

160
Como dijimos en la introducción a este trabajo, la estación de lluvias
en el Valle de México comienza en mayo, con algunas lluvias esporádicas
que aumentan en junio y terminan ya entrado octubre. De noviembre
hasta abril, la precipitación pluvial es insuficiente como para permitir el
crecimiento de los cultivos; es en esta temporada cuando más se utilizan
los sistemas de riego artificial y cuando los campesinos de las chinampas
tienen su mejor temporada económica, pues ellas son de los pocos campos
que producen verduras frescas durante esta temporada del año. El riego
también se emplea para los cultivos cuyo período de crecimiento se ubica
en la temporada de lluvias, pero que deben sembrarse antes de que ésta
empiece, alrededor de marzo o abril. Este suele ser el caso del riego al
maíz, con el cual se busca proporcionar a la planta los elementos que le
permitan resistir a las heladas tempranas. En estos casos, los cultivos se
riegan periódicamente hasta bien entrado el temporal, con cuya agua se
mantienen posteriormente. El riego se prolonga hasta plena temporada de
lluvias si ocurre un período prolongado de sequía. Las técnicas utilizadas
para el riego son totalmente manuales.
Uno de los sistemas, el más utilizado por cierto, consiste en el uso de
un pesado palo que funciona como palanca con una bolsa de tela sujeta en
el extremo más delgado. El chinampero se coloca en los bordes de la
chinan1pa, sostiene el palo a una altura un poco más abajo de la mitad,
sumerge la bolsa en los canales y riega cada planta. Al sostener el palo
fuera de su centro y utilizar el extremo pesado y sin bolsa como
contrapeso, aminora un poco el trabajo que implica estar levantando el
peso del recipiente; aunque de todas formas el riego con este sistema
siempre es muy pesado. Genealmente el chinampero trabaja en cada lado
del campo hacia el centro, trasladándose al canal opuesto para terminar el
trabajo. Incluso be visto algunos campesinos que simplemente sumergen
cubetas en el canal y las vacían de planta en planta. Un tercer sistema más
casual consiste en golpear el agua con los remos de la canoa, salpicando
así la chinampa desde cada uno de los canales que rodean la parcela. Este
sistema es muy informal, casi inconsciente; muchas veces el chinampero al
pasar junto a su tierra, salpica los cultivos con los remos casi sin darse
cuenta.

Durante la temporada de secas los campesinos de San Gregario


construyen unos bordes de lodo en la orilla de la chinampa para retener
agua. A veces llegan incluso a levantar muros divisorios dentro de estos
bordos para después distribuir el agua. Durante la temporada de· lluvias,
161
cuando el drenaje llega a constituir un problema, se construyen unas
elevaciones aplanadas, camellones, que atraviesan la chinampa a lo ancho
y se siembran los cultivos arriba señalados; esto se hace especialmente con
las siembras de verduras.
El riego es un trabajo muy laborioso, la mayoría de los chinamperos
que perciben el dinero suficiente como para pagar a un peón que les
ayude, lo hacen en los momentos en que este trabajo debe re-.lizarse. Yo
pude recoger alguna información sobre el tiempo invertido en el riego de
chinampas, paso a resumirla brevemente.
Durante la temporada de secas la chinampa se riega una o dos veces
por semana. Cuando se trata de maíz, se riegan con una sola cubeta tres o
cuatro plantas. Un informante de Tláhuac señala que él podía regar sus
tres chinampitas, cuando tenía siembra de maíz, en un solo día. Estas
chinan1pas medían 50 x 6 m, 150 x 6 y 100 x 4, con una superficie total de
0.16 ha. Su producción total era de 500 cuartillos de maíz. Otro informante
de San Gregorio consideraba una de sus chinan1pas grandes como la tarea
del dia de un peón Esta chinampa mide 0.2 ha, un poco mayor que la
superficie conjunta de las tres anteriores en Tláhuac. En San Gregorio,
cuando las verduras están en sus primeras fases de crecimiento, se riegan
cada tres días; más tarde esto se reduce a una vez por semana. La
cantidad exacta de días de riego y días sin él, depende de una serie de
íactoFes: la altura de la chinampa sobre el nivel del agua (lo que reduce la
absorción natural), su edad o las condiciones del suelo y, muy
especialmente, las condiciones precisas de las lluvias en el mes que se
trate. Bajo una hipotética situación de sequía absoluta y sin posibilidades
de pagar a un peón, un hombre solo apenas podía tener poco más de
media hectárea en producción comercial, debido a la gran cantidad de
trabajo que requiere el riego. Sin embargo, esta situación es bastante
aliviada por una húmeda temporada de lluvias veraniega, y la abundancia
de mano de obra barata en ciertas temporadas del año, principalmente
proveniente del valle de Toluca.
Cultivo del maíz

Uno de los cultivos más importantes de las china,;,pas es el maíz. La


rentabilidad de este cultivo, comparada con la de las verduras, es tan baja,
que hasta parece sorprendente que los chinamperos se ocupen en
cultivarlo. Como lo señaló ya Armillas, se trata en parte de un fuerte
162
sentimiento de inseguridad del campesino con respecto a los precios del
mercado y a la agricultura comercial en general, que le hace sembrar,
cuando menos, una chinampa con maíz a modo de seguro. Así, si el
mercado de verduras baja o si sus cultivos de ten,poral se pierden, por lo
menos le queda maíz para el consumo doméstico. En San Gregorio este
último factor no es tan importante como en Tláhuac, puesto que muchos
campesinos poseen tierras temporaleras de primera para el cultivo de
maíz y las pérdidas de cultivo de temporal son raras. En realidad, para el
caso de San Gregorio, existe una razón más poderosa. Después de dobles
y triples cosechas de vegetales por tres o cuatro años, hasta las fértiles y
muy abonadas chinampas empiezan a mostrar signos de cansancio y el
chinan,pero entonces, "descansa" el terreno por un año sembrándolo con
maíz, para volver después al cultivo intensivo de verduras.

Actualmente no se acostumbra trasplantar el maíz, sino que se le


siembra directamente en la chinan,pa. En la época del estudio de
Armillas, se sembraba primero en almácigos que luego se pasaban a la
chinampa. Este es un proceso que hoy en día se ve muy rara vez. Por otra
parte, el riego aún para las plantas jóvenes, se practica poco de manera
que el cultivo del maíz no es un cultivo típico de chinampa, al menos en su
sentido estricto para el caso de San Gregorio. Podria,nos i11c/11so clasificarlo
como cultivo de humedad o de jugo. En la época de Santamaría, el maíz se
trasplantaba y regaba, y las cifras consignadas por el autor, un poco más
elevadas, pueden deberse, en parte, a las diferencias en el cuidado de los
cultivos.

La situación más común en el cultivo de maíz en San Gregorio es como


sigue. Una vez que la chinampa ha sido sembrada con verduras durante
un lapso que varía entre los dos y los cuatro años y donde la última
cosecha se recoge en diciembre, se da a la tierra un descanso de tres
meses (enero-marzo). Hacia fines de marzo, se trabaja arduamente la
chinampa, barbechando la tierra con el azadón. Después se siembra,
depositándose cinco o seis granos de maíz en cada agujero que se abre
con la coa. Las hileras están separadas por una distancia de 0.8 m entre
cada una y las plantas o los hoyos de cada fila guardan una distancia de 0.5
m entre sí. Para la siembra se usa aproximadamente un cuartillo por cada
0.1 ha, o sea 10 cuartillos por hectárea. Los granos se seleccionan de las
marzorcas más grandes de la cosecha anterior, y sólo se usan los de la
parte de eomedio que, por cierto, no se germinan antes de sembrarse.
163
Además de la siembra, el otro tipo de trabajo que requiere el cultivo
de maíz es: 1. El montón que se hace en junio y 2. Uno o dos deshierbes y
cultivos. Una vez que el maíz ha prendido, es muy raro que las malas
hierbas prosperen, puesto que el follaje es muy tupido y la tierra está
bastante sombreada. El hacer montones alrededor de cada mata, se
realiza, como dicen los chinamperos, para dar mayor fuerza a la planta del
maíz para que pueda resistir la acción de los chubascos que caen a fines
del verano. Con el maíz chinampero, este factor puede ser importante
pues hay plantas que alcanzan una altura de 4 a 5 metros. También puede
ser una técnica de nutrición a la planta.

La cosecha se realiza generalmente hacia noviembre.


En Tláhuac, los informantes señalaron el siguiente calendario que se
seguía antiguamente. En febrero, se sembraban los granos de maíz en
almácigos. En marzo, se barbechaba con azadón, se abonaba la chinampa
con estiércol de ganado, y se agregaba agualodo y huachinango. Hacia
fines de marzo, se trasplantaban las plántulas a la chinampa. A todo lo
largo de los bordes de la chinampa se sembraba frijol y calabaza. Ni en
Tláhuac ni en San Gregorio aparecen otros cultivos asociados con el maíz.
Durante abril, mayo y junio, se regaba periódicamente la milpa, en las
primeras fases hasta dos veces por semana. En abril se cultivaba la tierra,
y en mayo se procedía al deshierbe seguido por el montón. Por último, se
daba un último cultivo en octubre y se terminaba el ciclo con la cosecha en
noviembre.
Los rendimientos del maíz en las chinampas son sumamente altos. En
cada montículo crecen de tres a cinco vigorosas plantas de maíz que
llegan a alcanzar una altura de cinco metros, que dan un promedio de una
a tres mazorcas. De un solo montón se cosechan por lo menos de siete a
diez mazorcas de buen tamaño. Un chinampero me dijo que sacó un kilo
de grano de siete de las mazorcas más grandes.
Recogí bastante información sobre las cosechas, tanto de Tláhuac
como de San Gregorio, todas medidas en bultos por chinampa La mayoría
de los informantes señalaron que un bulto son 50 cuartillos de semilla (un
disidente dijo que 40), y que un cuartillo es 15 kg de grano. También
afirmaban que un bulto era media carga la medida más común en el valle
de Teotihuaean. Mi opinión es que el peso de un cuartillo varía de 1.2 a 1.5
kilos con maíz temporalero debido a la variabilidad de las temporadas de
aguas, pero los cultivos de riego o de humedad deben producir maíz de la
más alta calidad todo el tiempo. Las cifras en el cuadro que presento,
164
esJán basadas en la conversión de 1.5. Probablemente requieran una
revisión de un 20% si mis datos son inexactos. Los números a la izquierda
se refieren a la información obtenida de cinco informantes específicos.
Para evitar nombrarlos directamente utilicé una designación numérica.

Informante Tamai\o Bultos Rendimientos


Núm. de la por Cuartillos Kilos Bushels
Chinampa Chinampa por por por
(ha) ha ha Acre
TLAHUAC. Período previo a la desecación
l 0.32 25 3700 5550 76
2 0.10 5-{; 2 500.3 000 3750-4500 50.{íO
2 0.16 10-12 3100-3 700 4 650-5500 62-75
1 0.10 5-ó 2500-3000 3 750-4500 50.{íO
2 0.16 10 3100 4650 62
3 0.16 15 4650 6300 92
"11..AHUAC. Cosechas actuales en chinampas desecadas
1 2.0 90 2000 3000 45
2 0.36 21-28 3000-3 300 4500-4950 60-70
4 0.40 25-30 3300-4000 4950-6000 60-75
2 0.26 8-9 1600-1 700 2 400-2 550 30-35
SAN GREGORIO. Chinampas al to tal de su capacidad productiva
s 0.2 10.12 2500-3000 3 750-4500 50.{íO
5 0.21 10-12 2400-2 900 3600-4 350 48.58
5 O.to 5-{í 2500-3000 3 750-4500 50.{íO
5 0.12 8 3300 4950 66

El cálculo general de Santamaría fue de 200 a 1 y 80 hectolitros por


hectárea. Esto implica unos 225 bushels por hectárea o 90 por acre.
Solamente un informante, en Tláhuae, afirmaba haber tenido cosechas
semejantes incluso en el período previo a la desecación de las chinampas

Mi opinión sobre los datos presentados en el cuadro anterior, puede


sintetizarse como sigue. La información que recabé en San Gregorio
estaba basada en los datos de un informante de primera clase, cuyas
chinampas están aún en producción y bajo un cultivo intensivo de
verduras. Los datos proceden de sus cálculos sobre cbinampas medidas
por el autor y se ajustan internamente cuando se compara chinampa con
chinampa. La información de esta fuente indica una producción promedio
de unos 4 000 kg/ha utilizado la conversión del 1.5 el cuartillo de maíz
165
chinampero debe acercarse a esta cifra tope ya que se trata de un maíz de
los de mejor calidad que pueden encontrarse en el Valle; pero aún si
tenemos que reducir nuestra conversión a 1.2; esas chinampas producen,
por lo menos, 3 500 kg/ha.
Los datos de los informantes de Tláhuac se ajustan bastante bien, en
general, a los de los terrenos medidos en San Gregorio. La estimación del
informante 2 a 50 a 60 bushels por acre, y del informante 1 que da la
misma cifra, no está basada en ninguna chinampa en particular, sino en las
preguntas hechas a los viejos del pueblo sobre la producción promedio
por cuartillo de tierra (0.l de ha) en sus épocas. Los cálculos son
exactamente los mismos que los de los campos medidos en San Gregorio.
En todos los demás casos, los rendimientos están basados en chinampas
individuales cuyo tamaño era calculado por los informantes. Aún así, sólo
uno parece inexacto, el del informante 3 (aunque se ajusta a los datos
consignados por Santamaría}.
Puede afirmarse, con bastante seguridad, que el maíz en las chinampas
produce un mínimo de 3.5 y casi siempre 4.0 toneladas por hectárea
(tn/ha); con la salvedad de que bajo cuidados más intensivos,
especialmente en cuanto al riego, este cálculo puede elevarse.
Estos promedios representan los rendimientos más altos de maíz de
ciclo largo del México moderno, con la excepción del maíz híbrido
desarrollado experimentalmente por el gobierno, cuyas cosechas alcanzan
hasta cinco toneladas por hectárea en suelos de altiplano.
Fertilidad del suelo

Uno de los más serios problemas que encaran los chinamperos es el de


conservar la fertilidad del suelo pese a la extraordinaria intensidad del
cultivo. Como ya he señalado, pueden sembrarse y recogerse, por lo
menos dos y a veces hasta cuatro cosechas de verduras por año en una
sola chinampa, la semilla se siembra en cantidades extremadamente
concentradas por unidad de superficie. El resultado es una enorme
producción anual por chinampa y el consecuente desgaste del suelo es
muy marcado. Este suelo, gracias a su origen orgánico, es si duda uno de
los más productivos del mundo, y las condiciones de humedad son ideales.
El mantenimiento de la fertilidad del suelo se hace por dos vías, con
fertilización artificial y con rotación de cultivos.
166
En el cultivo de las chi11ampas se utili7,an varios tipos de abonos, pero
los más importantes son los de origen vegetal, especialmente los acuáticos.
Como ya se ha señalado, los antiguos lagos, debido a su poca profundidad
estaban cubiertos de una gruesa capa de vegetación pantanosa que se
utilizaba incluso para la construcción de la propia chi11ampa. El "tu/e
cuadrado" era la planta más importante, que además de utilizarse para la
construcción de las chi11ampas, se utilizaba como abono, basta bien
entrado el siglo XX. Antiguamente debieron existir abundantes recursos
de vegetación, especialmente en aquellas partes de los lagos no ocupadas
por el cultivo de chi11ampas. Otra antigua planta, también muy utilizada
como abono es el lepa/acate que es flotante, pequeña y de hojas redondas.
Actualmente, sin embargo, la planta introducida más importante es el
huachi11a11go, una planta acuática de la especie de los lirios, que semeja un
bulbo, y que proporciona el mejor abono de todas. En estas épocas, con el
crecimiento de las chi11ampas seguido por la desecación total de la mayor
parte de los antiguos lagos, existe una fuerte carencia de vegetación
acuática; y una de las disputas más importantes es alrededor de su
utilización. Ahora, la mayoría de los chinamperos cierran las entradas y
salidas de los canales para impedir que la vegetación flotante se vaya con
la corriente. Es muy común ver los canales con sus accesos cerrados y
cubiertos de una capa de huachi11a11go que semeja una alfombra, con
excepción de pequeñas zonas de agua libre de vegetación cercanas a las
dos bocas del canal, por la zona donde éste desemboca a los grandes
canales de transporte. Esto se debe a los robos del abono por algún otro
chinampero que por allí transite; estos incidentes suelen ocasionar agrias
disputas.
Uno de mis informantes en San Gregorio describió su calendario de
fertilización de la siguiente manera. En septiembre de cada año, él junto
con un peón abonan una de las chinampas. Se hace por secciones, lo cual
significa que no se abona el terreno completo de la chinampa en un solo
año, sino únicamente la cuarta o quinta parte. La superficie total de la
chinampa recibe una capa de abono vegetal solamente una vez cada cuatro
o cinco años. Las plantas se recogen del lago con unas enormes horquillas
y luego se distribuyen sobre el terreno. Esto se hace en septiembre para
evitar la rápida desecación del abono, que puede ocurrir, por ejemplo, a
fines de la primavera y principios del verano. U na sección de una de sus
chinampas más grandes (0.2 ha) se abonaba en un día. Este informante
también dijo que cuando la vegetación acuática abundaba se podía echar
más abono a las parcelas, con lo que resultaba una producción más alta.
167
Además del abono vegetal se utilizan, aunque en mucho menor
cantidad, los fertilizantes de origen animal. En San Gregorio este tipo de
abono no se utiliza pues su contenido orgánico sobrepasaría el punto de
tolerancia de los suelos. En Tláhuac, sin embargo, se utiliza estiércol de
ganado en las chinampas desecadas donde la vegetación acuática es
extremadamente escasa y los suelos se están deteriorando. En otros
tiempos un abono importante era el guano de murciélago, que se traía de
Morelos y Guerrero, especialmente para los cultivos de chile y jitomate.
Este se usaba también básicamente en la época anterior al cultivo de
verduras y no sólo en las chinampas sino también para los cultivos de chile
en el Teuctli.
Uno de mis informantes recordaba que todavía hace veinte años
llegaban a San Gregorio recuas de mulitas provenientes de Guerrero. Dos
veces por año llegaban recuas de 50 ó 60 bu"os, cada uno cargado con dos
bultos de guano, tras un viaje de tres días. Estaban organizados en grupos
donde cada mulero poseía una o dos bestias, y se reunía con los demás
para hacer el viaje y protegerse contra los bandidos. Actualmente, las
heces de pollo han sustituido al guano de murciélago como abono para los
cultivos de chile y de jitomate.

Además de estos abonos, el chinampero acostumbra añadir lo que él


llama agualodo sobre el suelo de su chinampa. Utilizando el palo y el
recipiente que ya hemos mencionado, levanta lodo líquido del fondo del
canal y lo esparce sobre la chinampa. Una técnica menos formal consiste
en barbechar los esquilmos de los cultivos previos, tales como hojas y
cañuelas de maíz (esta última también se usa como forraje para alimentar
al ganado doméstico o se vende en los ranchos cercanos).
Hay algunas evidencias del uso prehispánico del abono humano para
la agricultura. Todos los informantes a quienes hice esta pregunta negaron
historias esa práctica en sus pueblos, pero comenzaron inmediatamente a
relatar historias sobre las comunidades vecinas que sf lo hacían. Los
informantes de Tláhuac, por ejemplo, me dijeron que antiguamente
trabajaron como remeros remolcando desperdicios humanos de la ciudad
de México a Tulyehualco, dos kilómetros al sur de Tláhuac, en la antigua
orila del lago, para los cultivos de chile y jitomate en las laderas de Teuctli.
Otros afirmaron que actualmente se envía desde México a Puebla para los
cultivos de chile en los pueblos cercanos. En el solar de uno de los
informantes de San Gregorio hay un chiquero con un hoyo para
desperdicio que sirve, según me dijeron, para los puercos y las aves de
168
corral. En otra ocasión, por pura curiosidad, le pregunté a este informante
en qué lugar defecaban él y su fami.lia iy me señaló el hoyo de
desperdicios! Esta misma persona negó vigorosamente el uso de abono
humano como fertilizante en su pueblo. Evidentemente s.í se usa, de
manera informal, aunque actualmente tiene un papel de menor
importancia.
La otra técnica básica para mantener la fertilidad del sucio es la
rotación de cultivos. Ya hemos visto que los campesinos de San Gregorio
la utilizan en sus siembras de temporal en las laderas del Tcuctli. Puede
afirmarse que comprenden el principio básico de este sistema - por lo
menos saben cómo hacerlo y qué resultados obtienen, si bien desconocen
el proceso químico que ello implica-y que la utilizan toda vez que es
necesaria para la economía familiar.
En el cultivo de las chinampas esta técnica está más generalizada y
produce mejores resultados, por obvias razones. Antiguamente, antes de
la aceptación general y la producción de las verduras de origen europeo,
la rotación de cultivos era una técnica bien conocida. El maíz se alternaba
con el j itomate y el chile; un informante poseedor de dos chinampas,
simplemente invertía los cultivos cada año, uno con mapiz, otro con
cultivos dobles de chile y tomate en ambas chinampas, mientras que una
estaba sembrada con maíz la otra tenía chile y tomate. De esta forma
aseguraba, anualmente, una cosecha de subsistencia y otra comercial. Su
padre tenía ocho chinampas y las sembraba todas con maíz un año, y al
año siguiente sembraba cuatro con maíz y cuatro con tomate y chile. Estos
datos son importantes porque los cultivos son totalmente aborígenes, y la
técnica se desarrolla antes de la introducción masiva de las verduras
europeas, describiendo, al parecer, una economía agrícola semicomercial
que probablemente no esté lejos de lo que fuera el cultivo comercial
prehispánico.
Actualmente, el chinampero es un agricultor comercial de tiempo .
completo, y el ciclo de rotación de sus cultivos es más complejo.
En San Gregorio tuve la oportunidad de reunir la historia completa de
las cuatro chinampas de José Galicia en el año de 1953, con algunos datos
de lo que se sembró en 1952, y de lo que debía hacerse en 1954. Se trata
de un proceso sumamente complicado, como veremos. Me t?mó
aproximadamente una hora recabar la información de las actividades
anuales en una sola chinampa.
169
El siguiente cuadro ofrece una buena imagen del año 1953. Visité y
estudié estas cuatro chinampas, aproximadamente la primera semana de
septiembre de 1953 y observé lo que he consignado como núm. 4. La
chinampa 2 estaba sembrada en su totalidad de apio y espinaca
mezclados; esta chinampa estaba dividida en cinco secciones de cultivo,
que incluían dos partes de apio y espinaca mezclados, con otro pedaro
que tenía los últimos frutos de la cosecha de calabaza, y finalmente, dos
secciones separadas de almácigos, una con lechuga romanita y la otra con
una combinación de espinaca y cilantro.
El ciclo de cultivo puede seguirse fácilmente a través de los primeros
tres productos. Las chinampas 2, 3 y 4 habían estado sembradas los años
anteriores con una serie de cultivos de verduras semejantes a las del año
1953 de las chinampas 1 y 2. La chinampa 1 se había sembrado el año
anterior con maíz. Las cosechas finales de verduras del año pasado se
habían recogido en las chinampas 3 y 4, alrededor del mes de febrero de
1953. La chinampa 3 se había sembrado después con maíz que debía
recogerse en noviembre. Una vez cosechado, se volvía a sembrar con la
lechuga romanita que estaba en los almácigos en el mes de septiembre.
Probablemente se sembraría después con alguna otra verdura que se
cosechara en febrero. La chinampa 1 estaba sembrada con betabel en
diciembre de 1953, cultivo que seguía al de verduras que había tenido el
año anterior, y que habían sido cosechadas en mayo y seguidas por apio y
espinaca. El apio es un cultivo que tarda mucho en madurar y no se
cosecharía sino hasta enero de 1954. Pero la espinaca se recogería en
septiembre y otro cultivo se plantaría en la misma chi11an1pa para que
creciera y madurara junto con la fase final de maduración del apio. La
chinampa 2 había tenido maíz el último año y se había cosechado en
noviembre; después se había dejadq descansar el terreno hasta marzo de
1954 (éste es el único de descanso en el período que aquí se considera).
Después se sembraría con apio y espinaca mezclados; el apio estaría listo
alrededor de noviembre. Cuando visité la chinampa, el apio estaba
bastante desarrollado y la espinaca en su segundo corte. El dueño
plantaría probablemente un tercer ciclo de espinaca o cila11tro este mismo
año, en la misma chinampa
Don José me dijo que probablemente sembraría las cuatro con maíz
para el siguiente año para dejarlas descansar. Lo que hacía comúnmente
era sembrar una chinampa durante dos años, con una fuerte producción
comercial, al tercer año sembrarla con maíz y luego volver a dos años de
verduras seguidos, otra vez, por maíz. Sin embargo, este ciclo nunca es
170
exacto; él se orienta más por sus cifras de producción que por un
calendario preestablecido. Como puede apreciarse, la rotación general
del maíz con las verduras no es todo el asunto; durante los años de
producción intensiva de verduras éstas mismas se rotan; por ejemplo,
calabaza con lechuga en la chinampa 4; betabeles con apio y espinaca en
la chinampa. 2. Muchas veces, mientras el apio pasa por su larga
temporada de maduración, el chinampero siembra una vez espinacas y
otra cilantro.

Una tercera técnica, bastante menor en importancia, es el descanso de


los terrenos. Como habrá podido apreciarse, el descanso de las tierras
nunca va más allá de un período de tres meses y generalmente es de uno
solo. Hay chinamperos con muchas tierras que, a veces, dejan descansar
una chinampa por un lapso de un año o más, pero este caso es sumamente
raro y antieconómico. Los otros chinamperos no suelen aprobar ésto y
generalmente piensan que se trata de un flojo (incluso cuando el trabajo
más pesado de una gran propiedad puede ser realizado por peones
asalariados implica, de todas formas, bastante esfuerzo por parte del
dueño). En general, hay una fuerte oposición a dejar descansar la tierra,
entre cualquier estrato social y también un gran rechazo a la venta de
tierras, a la persona que lo hace se le considera floja o tonta.
El cuidado de las plantas

El cultivo del jitomate ofrece una idea bastante aproximada de la


intensidad de los cuidados que requieren las plantas y de la cantidad de
trabajo que implica su producción. Mis datos son de Tláhuac, pero
pueden aplicarse a San Gregorio. Debe recordarse que el jitomate es un
cultivo nativo. Las semillas fueron sembradas por mi informante, en la
almáciga en el mes de diciembre. Esta persona siempre hace sus
almácigos en el solar de su casa para protegerlos contra el robo. Ello
implica el transporte del lodo y del abono de los canales de las afueras del
pueblo hasta su casa. En aquella época los canales llegaban casi hasta su
puerta, de manera que el transporte se hacía en canoas desde una
distancia relativamente corta. Después de realizar el complicado proceso
de cultivo en almácigos descrito por Armillas, las plántulas se
trasplantaban a las chinan,pas en marzo. La tierra se abonaba y removía
con las técnicas mencionadas. Después se hacían agujeros someros a
intervalos regulares; estos hoyos se llenaban con vegetación acuática,
luego con una capa de agualodo y después se ponía la plántula. Durante el
171
primer mes se regaba la chinan1pa con agualodo cada tres o cuatro días,
utilizando la pértiga y su recipiente; después una vez que la planta estaba
bastante desarrollada, se regaba una vez por semana. Durante el período
de crecimiento, se realizaban varios deshierbes y cultivos. En mayo, se
podaban quitando las hojas inferiores a las plantas para acrecentar su
follaje, trabajo que requería dos o tres días para un solo hombre, en las
tres chinan1pas que tenían un área total de 0.16 ha. Los primeros frutos
comenzaban a salir en junio, pero las cosechas principales se recogían en
julio o en agosto. Cuando el jitomate comenzaba a fructificar, las plantas
se cubrían con ramas y hojas secas para protegerlas del sol. Durante la
temporada de recolección, se hacía una chalipa o corte semanal que
llenaba su canoa de 1 x 6 m, que llevaba a México al día siguiente a bordo
de la misma. Se puede notar que, a partir del momento en que la semilla
se pone en los almácigos hasta que el jitomate se transporta al mercado, la
planta ha sido objeto de un constante cuidado y nada se ha dejado al azar.
Mi informante señaló también que, una vez que el jitomate empieza a
producir y al menos durante la temporada la cosecha, él vivía en la
chinampa, durmiendo en un pequeño refugio con una escopeta para que
no le robaran.
Demogndia y patrón de asentamiento

Acabamos de trazar el cuadro de un patrón ecológico basado en una


forma de agricultura extraordinariamente intensiva, con una alta
producción de cultivos por unidad de tierra sembrada y una
fragmentación de la propiedad. Ahora veremos cuáles son los efectos de
este modelo en el patrón de asentamiento de la población.

La zona sur del Valle de México, como ya lo hemos señalado en la


introducción, es actualmente una de las áreas más densamente pobladas
de la República Mexicana y la más densamente poblada de cualquier zona
rural. En su división política, esta zona incluye las delegaciones de
Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta y el exdistrito de Chateo.
Geográficamente, también incluiría Tlalpan, pero ésta última delegación
actualmente está en un proceso de urbanización por lo que no la
incluimos en nuestro estudio de población. Los censos de 1900, 1910,
1930, 1940 y 1950 están sintetizados en el siguiente cuadro:

172
Arca
Población Densidad
1950
(km1
1900 1910 1930 1940 1950 1950
Arca
Chinampera
Xochimilco 131 42610 30093 27712 33313 47082 360
Tiáhuac 82 lncl. en Xoch. 11780 13843 19511 238
213 42610 30093 39492 47156 66593 313
Area de
temporal
Milpa Alta 269 9415 16268 12608 14786 18212 68
Chalco 1606 69478 71980 64566 76656 96767 60
1875 78893 58198 n114 94442 114 979 61
Totales 2088 120503 118 291 116666 141598 181572 89

Hay dos hechos que sobresalen en este cuadro. El primero, que de


1900 a 1930 se aprecia un declinamiento de la población estable en el área,
probablemente como consecuencia de la Revolución, pues la zona sur del
Valle fue uno de los campos de batalla. De 1930 en adelante, sin embargo,
la población crece extraordinariamente rápido, incrementándose en un
50% en sólo 20 años.

El segundo, que aparece un fuerte contraste en las densidades de


población de aquellas delegaciones clasificadas como de chinampa, en
comparación con las unidades de economía de temporal. La densidad de
población de la zona de chinampas es aproximadamente el doble de la del
Valle de Teotihuacan, que está basado en una economía agrícola de riego.
Incluso dentro de zonas de relativa urbanización como la que hay en
Xochimilco, la densidad de población rural todavía las sobrepasa en más
de un 50% en las áreas de chinampas. Las zonas de temporal, pese al
medio ambiente favorable a la práctica de una agricultura de temporal
todavía no pueden compararse en potencialidad demográfica con el
irrigado Valle de Teotihuacán. La densidad de población del área de
temporal está, sin embargo, considerablemente arriba de la mayoría de las
zonas rurales de México y es una de las áreas más densamente pobladas
de la Meseta Central.

La historia de la población indica que no se han alcanzado todavía los


límites demográficos de los actuales patrones de subsistencia. La familia
promedio en las zonas temporaleras tiene, teóricamente, unas 8 ha de
173
tierra (que incluyen tierras agrícolas, de pastoreo y tierra~ no aptas para el
cultivo) a su disposición. Esta cantidad se reduce en las zonas
chinamperas a un promedio de 1.6 ha.
A lo largo del sur del Valle, la población viven en asentamientos
• ••
nucleados de tipo pueblo o ciudad . Aunque existen algunos ranchos de
ganado aislados, el número total de habitantes de esas unidades es muy
reducido, probabJ_6mente menos del 2 ó 3%.
Xochirnilco puede considerarse como una ciudad, y los siguientes
•••
lugares pueden clasificarse como ciudades-pueblos :• Chalco,
Amecameca, Tláhuac y Milpa Alta. El resto de comunidades son

pueblos .
El congestionamiento en estos centros nucleados es tan denso como el
que puede encontrarse en los centros urbanos. Uno percibe siempre un
trazo urbano de tipo español (patrón reticular) cubriendo un tipo de
patrón de asentamiento esencialmente nativo. Las manzanas de estos
cuadros están divididas y subdivididas por una serie de corredores
serpcntantes. En algunos casos, la organización española casi ha
desparecido, como ocurre en Mixquic, donde encontramos un pueblo
sumamente compacto, densamente poblado, en el cual se agrupan unas
tres mil personas en menos de 30 ha. El individuo promedio tiene un
espacio habitación de 10 m2 • Al centro del pueblo está la plaza, de la cual
se desprenden calles y canales en estrechas líneas ondulantes hacia todas
direcciones, perdiéndose, con frecuencia, en la masa de compactas
habitaciones. El patrón reticular español casi no existe aquí. Mixquic es un
pueblo totalmente chillampero en su economía, y está situado en medio de
una pequeña bahía, cubierta por completo por unas 400 ó 500 ha de
chinampas. La parcela más alejada está a sólo un kilómetro del pueblo.
Algunos poblados han conservado el trazo español en mucho mayor grado
que Mixquic, como ocurre en el caso de Tecomitl. San Gregario
Atlapulco representa el punto medio de esos dos extremos. Sin duda,
Mixquic conserva el patrón de asentamiento nativo, al menos el de los
pueblos basados en una economía de chinampas.
Como ya be dicho, la densidad de población de estos centros
nucleados es muy alta. Utilizando fotos aéreas de los pueblos de las
delegaciones de Tláhuac y Xochimilco junto con las cifras del censo de
• Villa.ge; • •Town; • • •Town-villages, en el original. (N.de Comp.).

174
1940 (fecha de las fotografías), se obtienen las siguientes cifras de
densidad de población:

Comunidad Atea Densidad por km2


(ha}
Mixquic 30 8500
T ccomitl 25 7500
lxtayopan 25 7700
T utyahualco 40 7000
Tiáhuac 50 6600
Tialtenco 40 6700
Zapotitlán 25 8900
Tiaxialtemaco 10 7800
Atlapulco 40 10200
Acalpixca 25 7900

Nuestras densidades de población comunales fluctúan entre los 6 600 y


2
los 10 200 por km y todas, con excepción de Tláhuac, son verdaderos
pueblos.

El sur del Vallé de México es un área de pueblos grandes, con


numerosas comunidades que sobrepasan los mil habitantes. Más adelante,
sintetizamos la distribución de la población de acuerdo al tamaño de las
comunidades.

La lista incluye la delegación de Tlalpan junto con otras unidades de


nuestro análisis de población.

Categoría Número de comunidades


en cada categoría
Más de 500 habitantes 3
3 000-5 000 7
;z 000-3 000 9
1 000-2 000 28
Mell05 de 1 000 63
De las diez comunidades con más de 3 000 habitantes sólo cuatro son
•• • • • •• •
ciudades o ciudades-pueblos • todas las comumdades con menos
de 2 000 son pueblos••

' Villagc; ..Town; • • 'Town-villagc, en el o riginal. (N.de •Comp.).

175
Casi la mitad de la población del sur del Valle de México vive en
comunidades nucleadas con más de 3 000 habitantes y el 38% vive en

pueblos con más de mil habitantes. Incluso si se consideran las
comunidades completamente rurales, encontramos que un poco más de
...
las dos terceras pates de la población rural vive en pueblos con más de
mil habitantes. La gran mayoría de los pueblitos está situada en la zona
de población por sobre los 2 400 m; la mayoría de los pueblos• de la
planicie lacustre son de gran tamaño.
Este patrón de pueblos grandes queda nítidamente ilustrado con una
rápida vista a las comunidades situadas a lo largo de la antigua ribera del
lago. Actualmente hay una carretera pavimentada que comunica a
Xochirnilco con Chalco y que corre a lo largo de la orilla por una distancia
de28km.
En el término occidental de este camino está la reina de las
comunidades chinamperas: Xochimilco. Este fue el centro de uno de los
estados políticos del Valle en el período del contacto, y durante todo el
período colonial quedó como un importante centro administrativo;
actualmente es la capital de la delegación, con un enorme mercado
..
regional diario que concentra el intercambio de otros pueblos de la
delegación, y puede ser considerada una ciudad . Un alto porcentaje de
sus 20 000 habitantes son campesinos china,nperos, lo fueron antes de la
desecación de las chinampas, pero la comunidad está llena de
especialistas de tiempo completo y de medio tiempo.
Al dejar Xochlrnilco, la carretera bordea las estribaciones volcánicas
del sur del Valle, cruzando los bolsones de la limitada planicie lacustre y
siempre dentro de la periferia de la selva construida por el hombre en la
zona chinampera. En muchos lados, las chinampas y la antigua ribera del
lago casi se juntan, y de hecho, con el macizo rocoso de las montañas
apenas queda lugar para la carretera. En estas partes, la tierra plana y
desecada es escasa. Hacia el norte d.e la carretera pueden verse continuas
penínsulas rocosas de la montaña, abatiéndose sobre la orilla lacustre,
alternando con pequeños abanicos de deposición. Las laderas están, por
lo general, completamente transformadas en terrazas de cultivo con
paredes de piedra y la planicie lacustre que yace a sus pies está utilizada
por completo para habitación o cultivo. Hacia el norte se localiza el
cinturón de canales y chinan,pas.

' Villagc; Town; Smaller-village, en el original. (N. de Comp.).

176
En este pequeño estrecho, la carretera cruza las siguientes
comunidades: San Lorenzo Atemoaya, con 199 habitantes, a 2.2 km de
Xochlmilco; Nativitas, con 1 872 habitantes, a 0.8 km de Temoaya; Santa
Cruz Acalpixca, con 2 696 habitantes, a 2.0 km de Nativitas; San Gregorio
Atlapulco, con 5 555 habitantes, a 2.0 km de Acalpixca; San Luis
Tlaxialtemaco, con 1 016 habitantes, a 2.3 km de San Gregorio; y
Tulyehualco, con una población de 4 089 habitantes, a 2.7 km de San Luis.
San Gregorio, San Luis y Tulyehualco tienen como paisaje de fondo, el
enorme y desolado cono del volcán Teuctli, trabajado en bancales de
magueyes alineados, cubiertos por maí7.., h11a11htl: chile y tomate,
Más allá de Tulyehualco, la planicie lacustre se abre sobre una de las
zonas más extensas de tierra plana que pueden verse en el sur del Valle.
Al cruzar dicha planicie, la carretera atraviesa los pueblos de San Juan
lxtayopan, población 2 595, a 1.4 km de Tulyehualco; Tocomitl, población
2 452, a 3.6 km de San Juan; y después se interna en la antigua bahía de
Mixquic, actualmente cubierta por chinampas.
En la entrada de esta bahía está situado Tetelco con 902 habitantes y a
2.5 km de Tecomitl, mientras que e n el centro se localiza Mixquic, una de
las comunidades chinamperas más importantes, con 3 364 habitantes y a
1.0 km de distancia de Tetelco. La bahía de Mixquic cierra la costa casi
hasta las estribaciones montañosas que se abaten sobre las Lierras bajas y
planas de Tecomitl que acabamos de mencionar.
Tras cruzar la bahía, la carretera entra a la enorme planicie de Chalco,
una de las más grandes extensiones de tierra plana en el Valle de México.
La zona de chinampas también termina abruptamente en este punto y nos
encontramos entonces en una zona de agricultura de temporal practicada
en terrenos con suelos de planicie lacustre.
Al pasar Mixquic, se cruzan Huicilcingo con 923 habitantes a una
distancia de 3.0 km de Mixquic; Chimalpa, población de 318 habitantes a
2.0 km de Huicilcingo; y, finalmente, nuestro viaje termina en Chalco, con
..
una población de 5 000 habitantes, localizado a 3.5 km de Chimalpa. Este
último es una verdadera ciudad , un centro administrativo y mercantil.
A lo largo de este estrecho de 23 kilómetros pasamos a través de no
menos de 14 comunidades, dos de las cuales pueden considerarse como
••
ciudades y 12 como pueblos• La población de estas comunidades

• •Town; •Village, en el original. (N.de Comp.).

177
fluctúa, aproximadamente, entre 200 hasta 20 000 habitantes; donde la
mayoría caen dentro del margen entre los 1 000 y 6 000 habitantes (9 de
las 14). La distancia promedio entre estas grandes comunidades sólo es de
2.0 km.

178
JARDINES EN LOS PANTANOS (1971)*

Pedro Am1illas

La investigación arqueológica verifica los datos históricos sobre el


rescate de tierra de los aztecas en el Valle de México
El fondo de la meseta rodeada de montañas que se conoce como el
Valle de México, está formado por un sistema de cuencas lacustres de
poca profundidad. Aquí estuvo el corazón del imperio azteca. En el
momento de la llegada de los españoles en 1521, Tenochtitlan, la ciudad
capital de los aztecas, se encontraba en una isla en una bahía del lago de
Texcoco (Figura 15). Hacia el sur, rodeada por una serie de conos
volcánicos, se extiende una subdivisión del Valle, la cuenca de
Xocbimilco-Chalco. El fondo de esta cuenta comprende cerca de 200 km.2
de llanos. Hasta hace unos 70 años, cuando el término de los trabajos de
drenaje provocó la desecación de la mayor parte del área, una continua
serie de pantanos, ciénegas y lagunas cubría el fondo de esta cuenca desde
el extremo oriente hasta la salida natural que desembocaba en el lago de
Texcoco a través de los estrechos situados entre Culhuacán y
Huitzilopochco. Desde la época precolombina se construían en estos
pantanos terrenos horlícolas elevados por encima del agua. Mi última
investigació'n, basada en la interpretación de fotografías áreas y en la
• Etapas de la destrucción de evidencias de antigua¡ chinampu. P.ste artículo apareció en
la revista norteamericana Sc:lonce, en el volumen 174, del 12 de noviembre de 1971 (pp.
65~1}. Su título original es; •Ganlens on Swamps•. La traducción al espailol es de Paloma
Oonfil. (N. de Comp.).
.

• Tecomoc
Tultepec0
Cuoutif/on •
. . . . . . . ..
Tu1t1ilon • • Chconouf/o
Coocolco•
• Tecc,zf/on

,,. 30' • TEZCOCO


AzcopoUolco •
TLACOPAN o '
T!otelolco • Coollinchon

• • •
.•.•'
,
1

Hu1tz1/opochco '- '


Coyoocon • •

Xochim,tco ·
Cuiilotvac

O 1 5 10
Cal10d0 s HHH 1
Dique k l lo• e t,o ,

Figura 15. Areas 1ac... 1res y pueblos prtnclpol,s on ol Valle de


Múko, alncledor de 1500 cl.C.

180
V, Sta.C11a,¡,_
IJl,01

tZTAPAlUCA •

_ _ 0•111• !ad,,.,• 1 ,;,.. ..._.,.. •• 22&0 ,11tH011 oolw• .. ni.,.. d., _


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AV0 fl:INGO
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- • - H11•lll1d1,.,.t9l"01 CWYi..
111º,s•

Figura 16. Cuenca lacustre ck Xochlmllco-Chako

Este mapa muestra la extensión del antiguo rescate de pantanos y los restos de chinampas cultivadas en épocas
recientes. Algunas de las zonas vacías coinciden con la localización de antiguas lagunas; en otras secciones, la falta
de datos puede atribuirse a la desaparición de la evidencia. Las secciones de canales existentes parecen haber sido
rcdelincadas en el siglo XIX . (Abreviaturas: C ~ cerro, V~ volcán ).
búsqueda en el terreno de restos de los antiguos sistemas rurales, ha
revelado que la extensión de los campos elevados construidos en la cuenca
de Chalco-Xochimilco era, en el período de los aztecas, mucho mayor de
lo que se ha reconocido (Figura 16). Por otra parle, también se ha
obtenido evidencia arqueológica para comprobar las descripciones que
dejaron los observadores del siglo XVI sobre los antiguos métodos de
rescate de tierras. Los resultados de esta investigación sobre el antiguo
sistema agrícola son de gran importancia para los estudios retrospectivos
sobre demografía y economía política, cuyo significado más amplio puede
examinarse en términos de la ecología cultural.

Las chinampas

Los métodos autóctonos para expandir -ta tierra de cultivo sobre los
pantanos y lagunas en el Valle de México, fueron descritos por varios
españoles de la Colonia, desde el siglo XVI. En las lagunas de agua dulce,
escribió uno de ellos, los indios •... sin tanto trabajo siembran, y cogen sus
maices y verzas, porque como todos son camellones, que ellos llaman
Chinampas, que son surcos hechos sobre las aguas cercados de zanjas, no
han menester riegos... •1. Hacia fines del siglo XVI, después del trastorno
ocasionado por el arrasamiento de Teoochtitlan y los cambios en la
hidrografía debidos a los torpes int¡mtos por controlar las inundaciones,
estos terrenos de cultivo seguían siendo trabajados por los indios en los
distritos de las afueras de la ciudad de México, población española que se
construyó sobre los restos de la destruida capital azteca. Dentro de la
misma bahía del lago de Texcoco, se extendían otras zonas de chinampas,
alrededor de los asentamientos isleños, como lztacalco, y lejos de la playa
de la tierra firme, en Huitzilopochco e Iztapalapa. Sin embargo, el distrito
de Xochimilco-Chalco era considerado, incuestiooablemeote, como el
corazón de la horticultura de chioampas.
El patrón y el procedimiento para la construcción de estos terrenos,
así como las características esenciales del sistema de cultivo, se describen
en los siguientes relatos del siglo XVI: "... hacen sus labranzas... trayendo
en canoas de la tierra firme céspedes cortados y echándolos en el agua a
medio estado y uno, forman un camellón que sube sobre el agua media
vara y será de ancho tres y cuatro varas [entre 2.52 y 3.36 m], y entre
camellón y camellón, que de estos hacen muchos en una labranza, andan
los indios en sus canoas, desyerbando y beneficiando, cosa jamás vista en
el mundo".2 " ... llámanse chioampas.. . y hácenlas dentro del agua,
182
juntando y amontonando céspedes de tierra y lodo de la mesma laguna, y
haciendo unas como suertes muy angostas ... dejando una acequia entre
suerte y suerte o entre chinampa y chinampa, las cuales quedan como una
vara y menos, altas del agua, y llevan poderosos maíces, porque con la
humedad de la laguna se crían y sustentan aunque no caiga agua del ciclo"
y "ponen también en estas chinampas almácigos de maíz y de allí los
transponen, que es cosa muy particular de aquella tierra".3 Los almácigos
también se criaban en terrenos flotantes, de acuerdo a otro testigo. Estos
viveros movi'bles eran "... de veinte y treinta pies de largo (entre 6 y 9 m) y
del ancho que quieren, fundados en el agua sobre céspedes, juncos y
espadañas, en los quales siembran los almácigos de sus legumbres ... para
transplantar en otras partes; y así los llevan asidos con cordeles de unas
partes a otras por la laguna".4 Y entre paréntesis, la leyenda de los
llamados jardines flotantes de Moctezuma (que provocó la quimera que la
horticultura azteca era flotante y de que las chinampas más recientes eran
sus restos asentados), parece haber surgido a partir de errores de
observación cometidos por algunos testigos que confundieron los viveros
movibles con las propias chinampas.
Como lo señalan claramente estas descripciones, las proporciones de
las chinampas estaban diseñadas para capturar la humedad. La existencia
de aguas permanentes es esencial para el manejo del sistema. En estos
islotes artificiales, la porosidad del suelo y la estrechez de las fajas de
tierra, permiten la infiltración del agua de los canales que los rodean, para
mantener al suelo en perpetua humidificación, justo donde es más
importante: a la altura de las raíces. La irrigación permanente por
infiltración hace posible el cultivo continuo de los terrenos, incluso en la
temporada de secas.

La práctica de la siembra en almácigos ahorra espacio, ya que puede


hacerse en una esquinita del terreno, en el solar del agricultor o en las
balsas que se usaban antiguamente; también aumenta los rendimientos de
las cosechas, puesto que sólo se trasplantan las plantas del semillero que
están en mejores condiciones. El ensemillado se planifica, de manera que
los brotes están listos para el trasplante inmediatamente después de que la
siembra anterior ha sido cosechada. De esta manera, el fértil suelo se
mantiene en un ciclo de producción intensivo.

183
; ,I ;:
....-
..i::~---- -~... -- ,-.\·-.... .

,. -·- -
-....; .:._
.....-"""t- - .;,
l- _..,;:. .. --
__

Chl-m,-.., TIAhw, M&lc:o, D.F.

lM fihraciona de kJ& an1lci; circundanlci; permiten el uso con1inuo de kJ& 1crrcnos de


cuhm>.

Para mantener los terrenos en cultivo continuo, los antiguos


chinamperos conservaban la fertilidad del suelo utilizando abonos como el
lodo, la vegetación acuática y el estiércol, de la misma forma en que lo
hacen actualmente sus descendientes. Las palabras que se refieren a las
prácticas agrícolas eolistadas en los diccionarios de nábuall del siglo XVI,
así como las referencias de observadores contemporáneos, indican que la
costumbre de abonar con el lodo, rico en nutrientes, que se saca de los
canales situados en los alrededores de la chinampa, para extenderlo
después sobre la misma; asf corno el abonar con un compost que incluían
plantas acuáticas y también, probablemente, heces humanas, eran
prácticas comunes en tiempos aztecas.5
Tanto la construcción de terrenos en las ciénegas, la irrigación
permanente y el uso de fertilizantes producidos por el ecosistema, así

184
como la siembra en almácigos (para intensificar el ciclo productivo), eran
componentes del sistema de horticultura chinampera.
Supuestos teóricos

La investigación sobre los trabajos precolombinos de rescate de las


ciénegas en la cuenca Xochimilco-Chalco fue concebida como parte
integrante de un proyecto de investigación más amplio: el estudio del
papel del hombre en la configuración del paisaje del Valle de México
durante los dos mil años que precedieron a la conquista española (de 500
a.C. a 1500 d.C., aproximadamente). El estudio puede contribuir a
entender las relaciones entre el desarrollo de la civilización y el desarrollo
de los recursos (y viceversa), en la región que fuera, más tarde, el hogar
del imperio azteca.
Mi proyecto fue concebido dentro del marco conceptual de la
arqueología de paisaje, disciplina relativamente reciente iniciada por
arqueólogos británicos. El estudio de los antiguos paisajes culturales
implica la investigación de todos los aspectos humanos relacionados con
lo que los geógrafos llaman la organización del espacio. El principio
básico de la arqueología del paisaje es el que postula que, a través de la
integración de los datos sobre diversos aspectos del uso de la tierra que
caracterizaron un habitat conformado por el hombre (que incluye el
asentamiento, los sistemas rurales y las obras hidráulicas, así como el
trazado de la red de senderos, calzadas y canales que unían a los distintos
componentes del sistema regional), podemos entender el paisaje cultural
como un reflejo de la interacción entre el medio ambiente y la tecnología,
así como la estructura y los valores de la sociedad que lo conformó.
Un estudio de este tipo trasciende las limitaciones impuestas por el
enfoque tradicional de los "sitios• como unidades separadas, que a
menudo se conciben como las entidades mayores definibles, adecuadas
para la investigación arqueológica. Y aunque sus temas de estudio se
superponen, la arqueología del paisaje se distingue de los estudios sobre
el patrón de asentamiento en lo que toca a su radio de acción siendo el de
la primera mucho más extenso y el de los últimos con frecuencia
restringido (aunque no para los mejores profesionales del campo) al
análisis de la estructura interna, la diferenciación funcional y la
distribución en tamaño y espacio de los pueblos y las aldeas. El giro que
da sentido al concepto de arqueología del paisaje es el énfasis que hace
sobre el estudio de las huellas de la civilización en el campo, las
modificaciones del entorno natural a través de las actividades de
185
construcción y explotación realizadas por el hombre. Finalmente y en
contraste con la arqueología del medio ambiente que tiende a enfocarse
en los aspectos naturales del hábitat, el énfasis de la arqueología del
paisaje está dirigido a los esfuerros humanos por modificar el medio físico
en términos de sus expeclal-ivas culturales. Sin embargo, resulta obvio
afirmar que ambas subdisciplinas son complementarias y que los rasgos
que las distinguen dependen de sus diferentes perspecl-ivas sobre un tema
común: el estudio de las interrelaciones entre cultura y medio ambiente.
Debido a la continua remodelación, el paisaje en ronas habitadas por
antiguas civilizaciones puede describirse como una especie de palimpsesto
en el cual las marcas de los esfuerzos humanos por transformar el entorno
natural son continuamente borradas y reescritas, y muy a menudo,
borrroneadas. 6 La tarea del arqueólogo del paisaje es mapear estas
huellas, tanto para fechar sus distintos rasgos, como para discernir las
relaciones históricas y funcionales entre ellos. El .objetivo de estos
esfuerzos es lograr un panorama general de un período en particular y
tra;,.ar la evolución del paisaje, su génesis y su decadencia como resultado
del mal manejo, el impacto de nuevas tecnologías o el cambio en las
demandas culturales sobre el medio ambiente.

Fotografías aéreas, mapas antiguos y recorridos a pie


Metodológicamente, la investigación arqueológica de un patsaJe
cultural empieza con la interpretación de fotografías aéreas. La vista
desde el aire revela los borrosos rasgos de muchos aspectos de los
antiguos paisajes, huellas que resultan difícilmente perceptibles a nivel de
la superficie. Además, gracias a su carácter sinóptico, los mapas aéreos
descubren las relaciones entre los diferentes componentes de la intricada
retacería que constituye el paisaje vivo, y aportan elementos para la
interpretación de estos rasgos en términos de su desarrollo histórico. Yo
comencé por examinar un gran número de mapas aéreos y estereo pares
producidos comercialmente por la Compañía Mexicana de Aerofoto. Las
fotografías más tempranas fueron tomadas a fines de la década de 1930; y
constituyen actualmente, documentos de excepcional importancia
histórica debido a que, desde fines de los cincuentas, la destrucción de los
vestigios del antiguo paisaje cultural se ha acelerado mucbJsimo por la
construcción y el barbecho profundo. Sin embargo, las huellas del antiguo
sistema de chinampas pueden apreciarse con gran detalle en fotografías
aéreas más recientes, tomadas en las secciones menos perturbadas.
186
Marcas sombttadas de antf&uas chlnampas e.n una zona aú.n tdn arar, al nottSte de
Xochlmlko.
Lo5 camellones de la pane superior izquierda se muestran en la primera í01ograíía sobre
"Destrucdón de evidencias de chinampas•. &cala aproximada; l:S 000; la pane superior de
la r01ograffa es el sures1c. (F01ograíía a~rea tomada por la Compaftía Mexicana de
Aerofoto).

Un mosaico de escala 1:25 000 ofreee una panorámiea de toda la


cuenea de Xochimilco-Chalco. Sobre esta fotografía, pueden trazarse las
antiguas líneas de la playa y la telaraña de canales que fo rmaban el
sistema arterial del transporte regional. Esta misma toma fue utilizada
como el mapa base sobre el que se delinearon los detalles del antiguo
patrón de uso de la tierra, saeados de fotograJas a mayor escala. Por otro
lado, la mayor parte del área incluida en mi estudio está cubierta por
fotografías seccionales a escala 1:10 000, que ha comprobado ser la más
adecuada, no sólo para la identifieación de las huellas de la red de eanales
alimentadores que cruzaban las zonas chinamperas y las dividí;ui en
bloques de series paralelas de parcela y canal; sino también para contar el
níime ro de camellones o lomos en eada bloque. Además, la ventaja de las
fotografías tomadas a poca altura, se probó en un área de 4 km2 al noreste
de Xochimilco (área que fue escogida después de haberla explorado a pie
y fotografiado para mi proyecto por la Compañía Mexicana de

187
M- * ~lad6n ele 1111tJs- chlnampM •a puulM ....i..
Obs<!rvc:nse k)j¡ alineamient06 pualek)j¡ de las maR'as y k)j¡ bloqUC5 por antiguoc canales de
Krvido, en III pane ,upcrior u el ,urcste. (Pocograífa a<!rca tomada por III Compa6ía
Mexicana de Aeroíoco).

Aerofoto). En estas fo1ograffas, los contornos del antiguo sistema de


campos se aprecian como huellas sombreadas en la tierra, que no han sid o
1otalmente borradas por el barbecho con arado. Este contraste 1ambién
permite apreciar en las eslereograffas el relieve de los camellones
formados por las franjas d e las chinampas erosionadas, los pequeños
monticulos sobre los q ue se asentaban las casas y las acanaladuras de poca
profundidad que revelan los surcos d esdibujados de los antiguos canales.
Es claro que en las supe.rficies aradas repetid amenle, sólo pueden verse
huellas de maleza producidas por el crecimiento difere nciado de las
plantas en la antigua parcela y a lo largo de los canales, pero es justamente
en estas secciones donde mejor puede apreciarse el efecto de palimpsesto
creado por la transposición de los linderos de los actuales terrenos sobre
la antigua red de chinampas y donde resulta más claramente se.ñ alad o por
la fotografía aérea. Incluso sin ampliación, la escala de las impresiones de
contacto (aproximadamente de 1:5 000), permite la d elimitación de
unidades agrícolas diferenciadas a través de la correlación entTe "ranchos"

188
aislados y bloques de tiras d e cbinampas, lo cual hace faclible medir con
relativa exactitud e.1tamaño de las unidades de tenencia.

Los mapas anliguos también fueron consultados, sin embargo ninguno


de los más tempranos ayuda a trazar la extensión del rescate de terrenos
pantanosos e n la cuenca de Xochimilco-Chalco hacia la época d e la
conquista española. La mejor carta del Valle de México, fechada e n el
siglo XVI {el mapa pictórico que se conserva en la Unive.r sidad d e
Upsala), re trata las cié.negas y e l contorno de los principales canales que
las cruzaban, así como los pueblos e n islas y los caminos que unían a
Cuitláhuac con la tierra firme, pero no señala los terrenos de cultivo. La
gran mayoría del cbinamperío no parece haber sido delimitado e n los
mapas basta el siglo XIX, mucho tie mpo d espués de que las
perturbaciones al ecosiste ma redujeran las zonas de horticultura
cbinampera a tan sólo una fracción d el tamaño que llegaron a tener en su
apogeo. A pesar de ello, la búsqueda en mapas antiguos aportó
información importante sobre las condiciones hidrológicas previas al
drenaje artificial de la cuenca.

En varios mapas levantados e n los siglos XVIlI y XI)(, las zonas


lacustres dentro del área d e pantanos se encontraban claramente
demarcadas. Una comparación e ntre distintas versiones para un lapso de
120 años, muestra el acuerdo general e n lo que respecta a la extensión y
localización de las lagunas: éstas constituían rasgos permanentes
d eterminados por e l relieve del área. Obviamente, la información sobre
las di~tintas profundidades del lago es d e gran importancia para mi
estudio. Es d e notar que la distribución de los restos de las antiguas
cbinampas e n las fotografías aéreas correspond e a la zona pantanosa
representada en estos mapas d e los siglos XVIU y XJX: s in embargo, estas
hue llas no se encuentran en el lecho de las lagunas más importantes,
do nde la profundidad del agua impedfa la cons trucción de las parcelas
elevadas.

Las indicaciones de l uso pasado de la tierra que uno encuenlra en las


fotografías aéreas tienen que ser identificadas y fechadas a través de un
reconocimiento d el terreno, que debe hacerse a pie; cuando se va e n un
jeep puede perderse la "verdad d e la tierra•. Al caminar sobre la
supe rficie de las antiguas chinampas, puede sentirse, a través d e las suelas
de las botas, diferencias reveladoras e n cuanto a la textura del suelo o a las
leves ondulacio nes d e la tierra; ciertamente, se trata de una arqueología
189
Etapas de la destrucción de evidencias de antiguas chinampas

Ca_llo...,. P_,"...., y 4,u bllri>Khada • la derecha. con Uneas panolel■s ele malnM
hoclrofflkas.

-- ...·--.. - ~

--
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....... .
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-
C.-lloMS tN15lonados bonk...., por la crrclenlr ngel»dón ele las ia,vn lnlrrnwdl■s.

190
l'l , - , nivelado m-lra -lroa ele ~hlum,-, oobtt lodo IDC'dlanle ti conln5't
• ••loa.
loa En todao lae ro1op11ffas la andl■ra prom<dlo ele los cao•ks lnlenntdlos
mJdtUm.

pedestre, pero funciona. En aquellos campos que no han sido arados,


pueden apreciarse las [ranjas elevadas correspondientes a las antiguas
chinampas, formando camellones o lo mos paralelos que simulan una
gigantesca tablilla de lavadero; aunque la mayor parte de estos camellones
están erosionados o han sido totalmente aplanados por el arado, una vez
que la zona se desecó. Generalmente, las sombras de las viejas chinampas
están señaladas por líneas de maleza h.idroíllica que se desarrolla a lo
largo de los canales en funcionamiento localizados entre las chinarnpas, o
bien, pueden mostrarse como marcas en el suelo o señales de humedad
(dependiendo de la estación en que se observen).

Etapas de la destrucción de evidencias de antiguas ch.inampas.

Los habitantes de los paotanos ea la perspectiva del tiempo


Aunque los asentamientos localizados e n las playas del lago eran
numerosos e importantes, parece ser que en la época de los aztecas, había
una serie de cultivadores de chioampas que habitaban en medio de los
191
pantanos. Los pueblos insulares de Mixquic, Cuitláhuac y Xochimilco
fueron mencionados por Cortés en sus cartas al emperador Carlos v.7
Mixquic era "una ciudad pequeña..• toda armada sobre el agua•, a una
distancia de "casi dos tiros de ballesta• de la playa; no tenía camino,; hacia
tierra firme. Cuitláhuac, descrita como "una ciudad, la más hermosa,
aunque pequeña, que hasta entonces habíamos visto", estaba colocada en
el centro de la cuenca y controlaba el transporte en canoas por los canales
arteriales del eje este-oeste; se unía a las playas del norte y sur a través de
caminos que formaban parte de la calzada que iba a lztapalapa y luego a
Tecnochtitlan. Estas calzadas aún existen. Xochimilco estaba cerca de la
orilla, en la parte exterior de un pantano. Cortés aludía a "una gran
calzada" y a puentes que controlaban "todas las entradas a la ciudad".
Estos tres pueblos siguen en SUIS antiguos lugares y tienen áreas
chlnamperas adyacentes. Por otra parte, las ruinas de Xicco descansan en
una plataforma, aparentemente artificial, que colinda con una abrupta
colina volcánica que formaba una isla natural en el lóbulo oriental de la
cuenca. Xicco había sido un centro político importante y, de acuerdo a la
tradición local, era la ciudad madre de los fundadores de Cuitláhuac.
Además de estos pueblos insulares, el paisaje lacustre estaba salpicado
con pequeñas comunidades y rancherías dispersas fundadas en
asentamientos artificiales localizados en medio de los terrenos
chinamperos.8 Actualmente, los sitios de las antiguas moradas en los
islotes, están marcados por unos montículos bajos en forma de plataforma
y grandes concentraciones de tepalcates. En aquellas partes donde la
tierra se ha nivelado a causa del barbecho con arado, hay una serie de
depósitos circunscritos de tepalcates y, a veces también una dispersión de
rocas de cimentación o pedazos de adobe quemado, que revelan las trazas
de montículos de casas allanadas (que pueden también percibirse como
marcas en el suelo en las fotografías aéreas tomadas a poca altura). El
hecho de que estos sitios estén diseminados por casi toda la antigua zona
pantanosa, facilita la determinación de la antigüedad de las chlnampas de
los alrededores, los vestigios también pueden asociarse a lugares de
cultivo con fechamiento seguro. Las muestras de cerámica doméstica
recogidas en la superficie de 50 sitios habitados bien definidos, se usaron
para este fin. Las unidades de muestreo están ampliamente distribuidas
dentro de la cuenca pantanosa y las. colecciones de cerámica son bastante
uniformes en todas las unidades: ta mayoría del material data
inequívocamente, de una ocupación hacia 1500 d. C; también los
indicadores cronológicos señalan que el patrón de asentamiento en islotes
192
se difundió en el lapso de pocas generaciones. La construcción de estos
montículos era relativamente reciente; muchos de los lotes de cerámica
incluyen utensilios en boga dos o tres siglos antes de la conquista
española. No se encontró nada más antiguo en ninguno de estos sitios. 9
Tampoco las escavaciones realizadas en los cimientos de la isla artificial
de Cuitláhuac, produjeron indicios de una mayor antigüedad. Como
puede verse, la limitada evidencia arrojada por estos pozos de prueba
data la construcción más temprana encontrada hasta ahora, hacia los
albores del período azteca; en conjunto (agregando las observaciones
hechas en toda el área en el curso de los recorridos de superficie), los
datos muestran de manera concluyente, que al apogeo de la expansión de
las chinampas tuvo lugar entre 1400 y 1 (¡O() d. C. La distribución señalada
en el mapa (Figura 16) representa el paisaje modelado por el hombre en
la época azteca. Dentro de una perspectiva histórica, la evidencia de los
componentes cerámicos más antiguos presentes en las muestras obtenidas
de las residencias en los islotes., indica que este patrón de asentamiento
disperso se desarrolló durante el ciclo de expansión iniciado al final del
período tolteca (siglo XII).
Sin embargo, los asentamientos en islas artificiales (presumiblemente
rodeados de chinampas) localizados en medio de los pantanos tienen
antecedentes remotos en esta cuenca. Esto quedó totalmente establecido
como resultado de las pruebas que realicé en 1970 en el lecho de la
cuenca, en un sitio localizado al suroeste de Tlaltenco. IO Este sitio está
formado por agrupaciones de estructuras habitacionales de tamaño
regular, colocadas en cimientos artificiales, dentro de lo que era entonces
una bahía poco profunda de la laguna. La excavación reveló que• la
construcción de la isla era varios siglos previa al inicio de la era cristiana y
que su ocupación terminó antes del fin del período clásico teotihuacano
(cerca del año 1 d. C.). Los datos más precisos sobre este sitio deben
esperar los resultados arrojados por las pruebas estratigráficas. Hay otro
sitio, también dentro de la laguna, que puede ser bastante antiguo, pero
no se ha examinado a(m. 11 De cualquier modo, la insuficiencia de restos
del preclásico sugiere que la primera ola de expansión hacia los pantanos
fue de alcance limitado, dirigiéndose hacia la elección de lugares, ya sea
por la falta de presión demográfica sobre los recursos o por las
condiciones ambientales dominantes, menos favorables para el desarrollo
de las chinampas, que en los tiempos aztecas.
193
En las playas de tierra firme y en la isla de Xicco, hay grandes sitios
que datan de los períodos teotiliuacano y tolteca; sus habitantes pudieron,
quizá, cultivar chinampas cercanas, aunque no he podido comprobar a<m
si lo hicieron. Como quiera que sea, no se encontraron indicadores
cronológicos para estos períodos, asociados indiscutiblemente con
vestigios de asentamientos l!'Calizados en la ribera. En espera de
evidencias de un comienzo más temprano, parecería que el rescate de
tierras en el pantano alcanzó el nivel mínimo durante el largo período que
va de 1 a 1200 d. C.; la causa más probable de esta recesión son los
cambios hidrográficos en la cuenca. Yo postulo que el nivel del agua subió
trayendo como consecuencia la propagación y fusión de los estanques
hasta formar una gran laguna que llenó por completo el lecho de la
cuenca. Esta habría restringido el desarrollo de chinampas a las partes
cenagosas cercanas a la orilla. Más tarde, la tendencia inversa llevó a una
rápida expansión del rescate en la época de los aztecas. Parece ser que las
condiciones óptimas se dieron en el siglo XVI, puesto que hay
documentos que prueban que la construcción de chinampas continuaba
décadas después de la llegada de los españoles. Sin embargo, esta
hipótesis debe comprobarse con más investigación arqueológica y
paleolimnológica.
El marco para el establecimiento de los Jardines elevados
El relieve del lecho lacustre y el volumen de agua permanente fueron
los factores físicos que controlaron la expansión de las chinampas en la
cuenca de Xochimilco-Chalco.12 El fondo de esta cuenca tien.e la forma
de una salsera muy baja. Esta depresión de piso plano está rodeada por
una elevación de tierra que forma un banco bajo a lo largo de casi todo el
circuito: el borde coincide aproximadamente con la curva de nivel de los
2 240 m. Unicamente las suaves colinas de la orilla este y una franja
limitada en el extremo occidental pueden inundarse con una leve
creciente del nivel del agua. El borde de este banco elevado está salpicado
por una serie de pueblos y aldeas; estos asentamientos han estado
habitados desde la época azteca o incluso desde antes; también hay sitios
más antiguos, hace mucho abandonados, que definen la antigua orilla. La
persistencia de la población indica que, a excepción de épocas de
inundaciones desastrosas, el nivel máximo del agua ha permanecido
cercano a los 2 240 metros de elevación, desde por lo m.enos varios siglos
antes del inicio de la era cristiana. Dentro del ámbito interior cercado por

194
la franja elevada, la altura de los llanos varía, generalmente, entre los
2 238 y los 2 239 m, aunque la profundidad máxima llega a los 2 236 m en
la zona de la antigua laguna de Ayotla (representada en los mapas de los
siglos XVIll y XIX); no cabe duda, sin embargo, que estas cifras podrían
variar de acuedo a datos del pasado. Los niveles del suelo pueden hacerse
elevado merced al proceso de sedimentación ya que, en su mayor parte, la
región estuvo cubierta por agua hasta fines del siglo pasado; pero, por
otro lado, este efecto pudo verse compensado por el hundimiento de
tierra que siguió a la desecación de la cuenca. Como quiera que haya sido,
tanto la arqueología como los mapas antiguos ofrecen evidencias de que
los cambios en el relieve del suelo en los últimos 600 años han sido de
consecuencias menores.

Los datos topográficos muestran claramente que un aumento en el


nivel del agua por arriba de los 2 240 m inundáría la planicie completa,
formando un lago de poca profundidad y de unos 180 a 200 km2 de
extensión;13 por debajo de este nivel habría grandes lagunas separadas
por trechos de tierra pantanosa; un nivel del agua inferior a los 2 238 m,
reduciría las áreas de aguas permanentes a una laguna de gran tamaño
(localii:ada en la parte más profunda al suroeste de Ayotla) y una serie de
estanques dispersos. Esto nos plantea la siguiente pregunta: lcuáles
fueron las condiciones ambientales que estimularon la expansión de las
chinampas en la época de los aztecas? Con esta consideración, probé el
nivel normal en la zona de Tláhuac, para los siglos XIV al XVI, a partir de
las excavaciones que realicé en 1968. En los pozos de prueba que se
hicieron para investigar la estructura de la isla artificial, se encontraron
pisos y muros que datan de los tiempos aztecas,14 a una profundidad que
indicaba que el nivel de la laguna en la época de lluvias era inferior a los
2 238.8 m lo cual es, justamente, el nivel del piso en el asentamiento más
bajo, cuando comenzaron las construcciones en esta zona. 15 El material
de relleno para los cimientos se apilaba sobre una base plana y extendida
de espadañas corta<ias que descansaba en un estrato de lodo rico en
materia vegetal, proba!:>lemente sedimentos del pantano.16 Esa alfombra
de espadañas está colocada a 2 238.4 m; el nivel del terreno de las
siguientes estructuras se elevó progresivamente con la adición de relleno,
de manera que el piso de la última construcción prehispánica (del área
excavada), estaba a un nivel de 2 240.2 m.17 (Advertencia: aunque las
cifras de la elevación en la época de las construcciones están
determinadas con precisión a partir de un banco de nivel en tierra firme,
195
deben considerarse como aproximaciones, dada la posibilidad de que el
antiguo lecho del lago se haya hundido a consecuencia de la merma de los
acuíferos. Como quiera que sea, podemos afirmar con certeza que la
extensión del hundimiento no fue mayor a 1 m, de acuerdo . a
consideraciones geomorfológicas). Correlativamente a estas cifras, y con
un margen para las variaciones anuales y estacionales de 0.8 a 1.4 m 18
puede deducirse que las chinampas se construyeron en lo que constituía
una tierra panlanosa al final de las temporadas de secas (si L:en una serie
de grandes estanques y zonas de agua estacanda comunicadas por un
laberinto de pantanos eran, sin duda, rasgos permanentes del paisaje, aún
en los años más secos). La correspondencia entre la distribución de las
sombras de chinampas y la extensión de los pantanos muestra que los
constructores de huertos evitaban las aguas profundas.
Chinampas y forma de gobierno

Las consideraciones sobre los rasgos formales del paisaje modelado


por el hombre a principios del siglo XVI, sugieren que la expansión del
rescate de pantanos sobre la cuenca Xochimilco-Chalco en las
postrimerías de la época prehispánica, reíleja una empresa programada
más que una iniciativa espontánea. La comprensiva perspectiva de los
restos de las antiguas chinampas apreciable en los mapas fotográficos
aéreos, muestra claramente que la colocación de los terrenos estaba
regulada por un esquema general.

Generalmente, las chinampas que pueden fecharse como de tiempos


de los aztecas, se levantaban en series acomodadas dentro de zonas
rectangulares delimitadas por la red de los canales de servicio. Las
distanciás entre los canales limítrofes no son uniformes en todos lados,
pero se adecúan a unos patrones que indican algún tipo de sistema
modular para la parcel.!ción del espacio. 19 Una serie de alineamientos
paralelos de canales de servicio regularmente espaciados, puede trazarse
de orilla a orilla en toda la sección de Xochimilco de la cuenca y dentro
del lóbulo de Chalco, aunque en áreas menos extensas. De punta a punta,
este patrón está definitivamente orientado sobre los ejes que corren de
sur-suroeste a norte-noreste.20 Y con base a los indicios obtenidos a nivel
del suelo, así como con la ayuda de fotografías con rayos infrarrojos (que
no se han usado todavía para el estudio de la cuenca), espero obtener
suficientes marcas de la red como para llenar los vacíos entre Mixquic y
196
Xicco y entre Xicco y Tláhuac. Ya sea que la dislribución sistemática del
espacio para las chinampas dentro de un marco de ejes paralelos siguiera
modelos más antiguos, o que el plan regulador representara una
innovación promovida por los cambios en la organización política, que
tuvieron lugar durante el siglo XV, es algo que no ha podido eslablecerse
todavía. Sin embargo, parece bastante improbable que una distribución
regular, que se extiende sin mayores problemas de extremo a extremo de
la cuenca, haya sido resultado de acuerdos entre las comunidades para
unificar los sistemas locales. Pienso que el patrón de expansión de las
chinampas en la época de los aztecas, es señal de un control ejercido
desde un nivel político superior.
Aunque el Valle de México tenia otros importantes distritos de
producción agrícola, ninguno parece haber igualado la productividad de
la densa zona chinampera en la cuenca Xochimilco-Chalco. La
importancia económica de este distrito, dentro del contexto del Valle de
México en su conjunto, puede apreciarse con la ayuda de algunas cifras.
El grueso del área de pantanos rescatados, sin contar las islas, comprendía
más de 120 km2 . Restándole un cuarto a esta cifra -que representa los
canales y un número indeterminado de estanques- tenemos más de 9 000
ha de suelo productivo construido sobre desperdicios naturales. En este
sistema agrícola los rendimientos por unidad de tierra cultivada son
extremadamente altos;21 de acuerdo a las cifras obtenidas empíricamente
sobre el potencial de subsistencia de la horticultura chinampera, esta zona
pudo haber producido alimentos suficientes para unas 100 000 personas.
Es claro que no toda la producción se consumía localmente, mis datos
sobre el tamaño de las parcelas sugieren que más de la mitad de los
productos cosechados en estas parcelas podía distribuirse entre
consumidores dedicados a otras actividades. Por otra parte, hay
evidencias históricas concluyentes que indican que, a través de la renta y
el tributo, así como del sistema de mercado, los excedentes producidos en
esta zona, contribuyeron, de manera importante, a la manutención de la
vida urbana en el centro del imperio. Las ventajas de su localización para
el transporte de los productos a los centros de consumo, acrecentó la
importancia de la región; el transporte acuático a través de la red de
canales y áreas de aguas abiertas, hizo posible la estructuración de rutas
directas para embarcaciones de los lugares de producción a los muelles de
la ciudad capital azteca de Tenochtitlan y su gemela Tlatelolco, sede del
mercado central.

197
Considerada desde una perspectiva histórica, la creación de tierras de
cultivo sobre ciénegas y las lagunas en el Valle de México, representa el
más alto desarrollo de los recursos naturales de la zona explotados con
tecnología indígena. La elevada productividad de la horticultura
chinampera amplió considerablemente las bases de subsistencia de la
población local. Esto puede ser el punto que hizo de la región una área
económica clave. De cualquier forma, la expansión de la agricultura de
chinampas durante los siglos XIV y XV,22 parece estar relacionada con un
aumento sustancial de la población. En vísperas de la conquista española,
esta zona central del imperio superó ampliamente en recursos humanos a
cualquier otro centro de poder dentro de la esfera de la civilización
mexicana (5, p. 268). Desde mediados del siglo XV, cuando se logró la
unidad y esta6ilidad del sistema a través de una confederación que dio fm
a un período de conflictos entre las ciudades-estaclo contendientes, los
gobernantes de la alianza controlaron formidables reservas humanas para
destinarlas a empresas militares expansionistas. En esta perspectiva, podía
afirmarse· que las bases materiales para el imperialismo azteca fueron
sentadas por los campesinos que conquistaron los pantanos.

NOTAS
1
• P. J. de Torqucmada, Moruuqula Indiana (Madrid, 1723), libro 13, cap. 32.

2
• B. de Varg¡is Machuca, Milicia y O..Crlpd6n de 1M YncllM (Madrid, 1599).

3. R<lad6n bftve y verdadera de ...,... - de i . macha qa, sllCedleron al


Pacltt Alomo Pon« en laa provincia. de la Nllffa F.apú,a. (Madrid, 1723), libro
13, cap. 32.

4
H. Ojea Libro krctro de la hllllorla ftllpoea "< la provtJKla de Múko de la
• Pr.
Orden de Santo J>omlnao (México, 1897), p. 3.

5. P. Armillu, en A. Hlolory or Lancl Uae In Aricl RegioDI, L Dudlcy Stap, Ed.


(UNESCO, París, 1961), pp. 266-U,7.

4. Véau. O.G.S. Cnrwford, Ar-he c,1oc, In lbe Fleld (Phocnix House, Londres,
1953), p. 51. Tambitn atoy en deuda intelectual con J . Bradfor (Anclenk
I ar t ca.,.., Bcll, Londru, 1957) por much05 de ta; conccpt05 ~rC54dos en mi
formulación. Loo atudi05 50brc arqueología del paisaje están muy awnz.adoo en
varias parta del Viejo Mundo; en el Nucw Mundo, la inv,:stipción la ha
comenzado G.R. Willcy (Prthlelarle Sltkmenl Palkna In lbe Vln V.U.,,, Perú,
Burcau o( American Ethnology Bulletin núm. 155. SmitMOllian Institution,
Washington, D.C., 1953).

198
7
. u t urs oí Cor1ez; The Flve u turs o l Relallon rron1 llemando Corles to th•
Emperador, Charles V, u-aducidas por F.A. Macnut (Putnam, Nueva York, 1908).
Las reícrcncias de MiJ<quic y Cuitláhuac se encuentran en la segunda ca.r ta, escrita
en 1520. A Xochimilco se le menciona en la tercera carta, escrita en 1522.

8
•Vcásc Vargas Machuca (2): "Dentro de esta laguna viv,: gran cantidad de indios,
de esta manera, que hacen sus estacadas y las hinchen de tierra, hasta que sube del
húmedo del agua buen pcda,,o y encima forman y hacen sus casas·.

9
• El mayor porcentaje de tepalcates encontrados en las excavaciones estaba
constítuido por utensilios de cocina (que incluían un número enorme de coma les de
barro, lo cual atestigua un consumo generoso de tortillas). En cuanto a las piezas
decoradas, la mayor parte cor-responden a lo que se conoce como series azteca
negro-sobre-naranja. Entre ellas, el tipo -renochtitlan", de líneas finas y discllo
gcom~trico, está presente en todas las muestras en un porcentaje sig11ificativo. El
estilo 'Tiatelolco' , que es contemporáneo al anterior, aparece en la mayoña de los
lotes, pero sólo sobrepasa en frecuencia al "Tenochtitlan· en algunas colecciones
procedentes de: casas de gran tamailo, que quiu! fueran de principales. El estilo
"Tenayuca", más temprano y cursiva, aparece en muestras o peque/las cantidades
en más o menos tres de cada C\Jatro sitios: y el más antiguo aún ·eu1huacan• de
audaces 1/neas, se concentra en lugares cercanos a la playa de la isla de Xica, (este
tipo de cenlmica dif/cilmente se encuentra en sitios habitados dispersos). Otro tipo
de cenlmica fina asociada con la azteca negro.sobre-naranja, incluye la 11.tcca
polícroma y la Chalco polícroma, aunque la incidencia de esta última es
relativamente menor y dispersa. En estas excavaciones no se encontró nada que
íuera más antiguo a la ccnlmica negro-sobre-naranja. Por otra parte unos cuantos
t = de tiesto vidriados, una figurilla y una cuenta de vidrio, que datan de la
primera etapa de la Colonia y que se encontraron en sitios diseminados, atestiguan
la persistencia de este patrón de asentamiento disperso despuú de la conquista
cspallola, probablemente hasta principios del siglo XVII.

'º.Ubicación del sitio 14QMS9723241 (Universidad T ransvcrse Mercator Grid); una


cadena de montículos achatados que: se elevan cerca de 2 m por encima de planicie
circundante. Unas excavaciones de: prueba en el extremo oriente mostraron
estructuras habitacionales que descansaban en cimientos de rocas grandes
colocadas sobre fondos paotanosos.. Algunos troncos de pino colocados
verticalmente, entenadOG a profundidad en el lecho del lago, refonaban algunos
puntos de los bancos de estas islas artificiales.

11
Ubicación del sitio 14QMS997292 (cerca de un kilómetro al sur del borde de

Tiáhuac); una protuberancia arada {de unos 80 m de diámetro) cubierta por
tepalcates parecidos a los encontrados en el sitio 14QMS972324.

12
. La salinidad, que parece haber limitado la expansión en el lago de Tcwxo, no
parece tener grandes conscaiencias aquí.

13
. Alrededor de 1600 empc26 una creciente causada por el bloqueo de lo5 desagües
que descargaban el agua en el la~ de T czroco -uno de loe primeros intentos

199
coloniales para proteger la ciudad de México de las inundaciones provocadas por el
aumento del nivel de las aguas de ese lago-. Los efecios fueron desastrosos para la
agricultura de pantanos; las aguas crecidas inundaron las chinampas y forzaron a los
habi1an1es de la laguna a muda.rse de allí (Cfr. Toquemada 1). Una elevación del
agua por arriba de los 2 241 m se de1ec1ó en los pozos de prueba en Tiáhuac; esta
crecida inundó las casas que estaban habitadas a principios del siglo XVI y causó el
derTUmbe de las paredes, dejando sobre los escombros una capa de liedimentos que
cubre los depósitos de tepalcates del siglo XVII. Esta creciente debe haber
alcanzado cerca de 2 243 m, de acuerdo a la evidencia encontrada por los
inspectores de la Dirección de Monumentos Coloniales, de una inundación que
dejó sedimentos sobre los cimientos de la iglesia parroquial del siglo XVI
(Arquitecto Luis Oniz Macedo, comunicación personal).

u_ Esto de acuerdo a la evidencia del relleno subyacente contenido tepalcates


"Tenochtillán" negro-sobre-naranja y otros asociados.

ts_Las excavaciones de 1970 en el sitio 14QMS972324 mostraron que algunos siglos


antes de nuestra era, el nivel del agua superficial era quizá un poco más alto que en
la época azteca -aunque seguramente inferior a los 2 239.8 m, ya que los pisos de
las casas estaban a este nivel.

16
• Dos estacas de madera que se encontraron enterradas en el rellc.no de tierra,
parecen haber reforzado es1a estructura.

17
. Varias de las capas de relleno de tierra encontradas en el principal poro de
prueba bajo pisos superpuestos, contienen únicamente tepalcales y figurillas de
1erraco1a del periodo Formativo Medio (entre 600 y 800 a.C.). Puesto que estos
depósitos estaban cubienos por estructuras fechadas con ceneza de 106 sigl06 XIV y
XV d. C., resulta evidente que los escombros uülizados para elevar 106 cimienl06 se
trajeron de algún silio si1io a!landonado. J.R. Parsons localizó un sitio del periodo
Formativo Medio (comunicación personal) en el pueblo de Tial1enco en tierra
firme al none; que pudo haber sido la fuente de los escombros utilizados en la
epoca azteca para construir la isla.

18
. Esto se asume sobre la base de los registros recientes de la estación de control de
Xochimilco (véase Comisión Hidrológica de la Cuenca del Valle de México,
llldrologia de la Cuenca del Valle de México, Secretaria de Recursos Hidráulicos,
México, D.F., 19<>4, vol. 6, pp. 16 y 191). Hay muchos documenl06 históricos,
incluyendo los anales prehispániC06 que se refieren a las fluctuaciones en gran
escala del nivel de los lagos. -Fluctuaciones lo suficientemente grandes como para
cubrir las chinampas-; los asentamientos en las islas y alterar el balance hidrológico
hasta el punto de revenir la corriente de los lagos inlerconcclados.

19
. Alrededor de los nódul06 formados por las primeras islas de Cuitláhuac y
Mixquic y, en menor medida, en la vecindad inmediata de Xochimilco, este patrón
se desfiguró por la red radial de los canales que permitían el tráfico y que
convergían en esos centros. Es10 es especialmente cieno en los alrededores de
Mixquic, donde la distribución aún se hace básicamente de acuerdo al patrón radial.

200
La falta de una red regular en los alrededores de estos centros me lleva a inferir
que las chinampas de la periferia de las islas se construyeron antes de la adopción
del plan regulador. Sin embargo, pueden rastrearse cienos alíneamientos de
canales a través de los conjuntos formados por las chinampas sobrevivientes en
Xochimilco y Tiábuac, lo cual sugiere que la actual distribución irregular puede ser,
en pane, resultado de las alteraciones que siguieron a la ruptura del sistema,
probablemente después de 1600.

20
• Es claro que un alineamiento visual que atravesara 5 km de tierra inundada,
raramente produciría líneas paralelas peñcaas. Las desviaciones de azimud en casi
toda la zona, van de 18" a 26º en el sentido de las manecillas del reloj a panir del
none astronómico; la orientación modal está cercana a los 22". Sin embargo, hacia
el none de Xochimilco varia entre 12° y 18"; y hacia el oeste de Xicco, el azimud de
una serie de canales corre 14º del none verdadero. Y es cuestión de opinión el
pensar que la orientación de la ret{cula fue dictada con base en nociones
cosmológicas, o bien que fue! ajustada para establecer patrones de tráfico
determinados por el drenaje natural de la cuenca. Cienamente, los mapas a6reos
muestran en general que, en las secciones central y oriental de la cuenca la
distribución de los canales alimentadores corre aproximadamente de manera
perpendicular a los recursos de las rutas de transpone aneriales, mientras que
hacia el extremo oeste se desvía hacia los antiguos desagües al lago de Tezcoco.
21
• W.T. Sanders, tesis Universidad de Harvard (1975).
22
•Apane de los pa.ntanos de la cuenca de Xochimilco-Chalco, hay secciones
menores (aunque considerables) en el lago de Tezcoco y la laguna de Xaltocan, que
fueron rescatadas para la agricultura de chinampas.

23
. Los estudios de campo de 1965 a 1967 fueron financiados por la NSF, con la
panida 0~90; las excavaciones de prueba (1968 y 1910) con fondos de la
Wenner-Green Foundation for Anthropological Research. La Universidad de
Southem lllinois (1965) y la Universidad de Chicago (1966 y 1967) contribuyeron
con tiempo de investigación. Agradezco profundamente tambi6n el apoyo del
Instituto Nacional de Antropología de M6xico; a J.L Lorenzo jefe de la Dirección
de Prehistoria, por sus valiosos consejos, la utilización del equipo e instalaciones del
laboratorio del Departamento, y por la valiosa colaboración de los miembros de su
personal: R. Arana, T. Alvarez y A. Aorcs, quienes supervisaron las excavaciones,
identificaron los huesos y analizaron los suel05, respectivamente.

201

"•

J
EVOLUCION HJSTORICA DEL REPERTORIO DE
PLANTAS CULTIVADAS EN LAS CHJNAMPAS DE LA
CUENCA DE MEXICO (1982)*

Teresa Rojas Rabie/a

INTRODUCCION

La práctica ininterrumpida de la agricultura chinampera en las zonas


de Xochimilco, Tláhuac, Itztapalapa y Mízquic, es de enorme interés
actual e histórico. Actual, porque sus antiguos creadores y sus modernos
innovadores, al mismo tiempo que han transmitido con vigor la centenaria
tradición, sus complejos quehaceres y refinadas técnicas, han sabido
adaptarla a las cambiantes condiciones ecológicas, sociales y culturales de
la región. Histórico, porque su conocimiento es clave para entender el

• A¡p..decl...Jentos. La investigación documental y de campo necesaria para realizar este


ensayo fue posible gracias al apoyo que me 'brindó el CISINAH (hoy CIESAS), de 1976 a
1979. Quiero dejar constancia de mi gratitud a los chinamperos de lu zoaaa; de Xochimilco,
M{zquic e ltztapalapa por su paciencia para enscftarme sus complejos conocimientos, en
especial a los de San Luis Tiaxialtemalco, Xochimilco. A los profeso= Pedro Armillu y
William T. Sanders por lo que de ellos aprendí durante el Primer Taller de Arqucolog(a
Superior, celebrado en 1m. Nuevamente mi agradecimiento a Pedro Armillu por haberme
facilitado uaa copia de ,111 notu i~itas y otra de las de Robert C. Wcst. A los maestros
Jesús Rvvakaba y lAlil Reyes, por ,111 útiles ,comentarios a este -.etilo. A Lucy Pereyra por
la conuci6ft del tex!O. Este ensayo aparc«n publicado en un 'l'Olumen colcctiYo titulado
Dnlned PleW Ap1clllt>ltt, editado por N. H. Hammond y R.T. Smith. (N. de A.).
desarrollo cultural y social de la Cuenca de México -región de gran
importancia en la historia del país- así eomo porque sirve para compararla
eon sistemas similares que existieron en toda América en tiempos
precolombinos.
El caso de la agricultura chinampera, eomo bien lo hizo notar W.
Denevan, es único en América puesto que es uno de los pocos sistemas
agríeolas indígenas que no fueron abandonados eon la conquista española,
perviviendo hasta nuestros días. Sistemas emparentados, de camellones
hechos en tierras eon exceso de humedad que el hombre aeondicionó eon
su trabajo para la agricultura, los hubo en época prehispánica desde
Mesoamérica hasta el área andina. Ninguno, sin embargo, fue descrito ni
se eonoce eon tanto detalle eomo el de la Cuenca de México (Zucchi y
Denevan 1979:8-16).
Las chinampas mismas, el 1J3edio ambiente donde se desarrollaron, así
eomo los modos de su agricultura, han despertado gran interés y
curiosidad, más allá de los provocados por cualquier otra agricultura
indígena de Méxieo. El resultado de ello es la producción de toda una
gran gama de registros que va desde menciones breves y circunstanciales
. hasta descripciones ampliamente detalladas en crónicas, diarios de viaje,
obras históricas, reseñas geográficas. Asimismo, los eneontramos en
noticias periodísticas, novelas, ensayos literarios y cuentos. Las
observaciones y estudios sistemátieos se inician en el siglo XVIII y se
deben a un variado conjunto de científicos, llámense naturalistas,
historiadores, geógrafos, biólogos, arquéologos, agróuomos, antropólogos
sociales, etcétera. Estos materiales, aunados a los documentos pri1J3arios
de archivo, constituyen un acervo eon.siderable de gran riqueza que
permite eonocer tanto la evolución de la agricultura chinampera como el
desarrollo histórieo general de las wnas lacustres de la Cuenca de
México, en un período de cuando menos quinientos años.
Entre los aspectos que mayormente destacan, por la calidad y el
detalle de la información, se hallan los de la tecnología de eonstrucción de
las parcelas, las obras hidráulicas, los cambios ambientales, los repertorios
de cultivos y los métodos y técnicas agríeolas, incluyendo a los
instrumentos.
En este ensayo presento únicamente el tema de la evolución de los
repertorios de plantas cultivadas, tanto las nativas como las introducidas a
partir del siglo XVI, desde la época prehispánica hasta nuestros días. Se
204
trata de una síntesis de lo que consignan los más importantes de los
registros antes mencionados, especialmente los de primera mano, así
como de mis propios datos de campo, en relación con las especies, el
modo de cultivarlas, los ciclos de producción, el destino de ésta, los
cambios ocurridos en el período de estudio y los factores con los que éstos
se relacionan. Al final de este ensayo aparece un cuadro en el que se
vertieron datos sobre los cultivos contenidos en las diversas fuentes.
Las preguntas que se intentan responder, con ayuda de esta
información, están relacionadas con la gran intensidad que se atribuye a la
agricultura en chlnampas, calificada como una de las más productivas del
hemisferio occidental (véase por ejemplo Cox y Atkins 1979:127). Entre
las interrogantes más importantes y que sirvieron de guía a esta
investigación, están las siguientes: lHubo un quehacer agrícola en el ciclo
de heladas de otoño-invierno antes de la introducción de las plantas del
Viejo Mundo? En el caso positivo, cómo se dio, cuántos ciclos agrícolas,
de qué plantas, qué métodos lo permitieron, cómo se rotaron los diversos
cultivos, cómo se asociaron. A partir de la adopción de las nuevas plantas
traídas por los españoles, tanto de Europa como de Asia y Africa, cuáles
fueron las formas, la secuencia, el ritmo y los efectos de la incorporación;
cómo se combinaron con las nativas, a cuáles desplazaron, qué momentos
de los ciclos ocuparon; cuáles fueron las causas de la selección
(comerciales, ecológicas, demográficas, tecnológicas, culturales, etc.)
lDesplazaron los nuevos cultivos a los mesoamericanos? lSe limitaron a
"llenar• los vacíos en los que, quizá no se cultivaba nada antes de la
conquista? lSe sumaron acaso a las existentes, dando flexibilidad y
variedad al repertorio total?

METOOO
El método que se adoptó para sistematizar la información reunida e
intentar responder a las preguntas y problemas anteriores, fue el de vaciar
a fichas y a cuadros de síntesis los datos que se obtuvieron en las fuentes
primarias y directamente en el campo respecto a cada una de las plantas
cultivadas. Con frecuencia solamente se logró efectuar a nivel de conjunto,
como en el caso de las flores, por ejemplo. La siguiente exposición sigue
ese esquema por planta o por complejo de ellas, en un orden que refleja el
de su importancia relativa. Se separan en dos grupos mayores,
correspondientes a las plantas del Nuevo Mundo y a las del Viejo. El
primero es el que se desarrolló con más profundidad debido a su mayor
importancia en casi todo el período de estudio.
205
Forma de coMtruir chinampas. citnaga de San SebaSti4n, San Luis nwaltemalco,
Xochimilco.

206
CULTIVOS DE LAS CHINAMPAS*
De las numerosas plantas nativas de Mesoamérica (o de antiguo
cultivo prehispánico en el área) que se producen en estas parcelas, la del
maíz ha sido la principal y la más constante a través de los siglos. El
jitomate le sigue en importancia, con una producción plenamente
orientada al mercado; el tomate, los chiles y las calabazas también se
cultivaron en forma predominante a fin de expenderse en la ciudad de
México. Con excepción del jitomate, las otras hortalizas se han sembrado
tanto en los terrenos de temporal de las partes bajas de los cerros
aledaños a las chinampas, como en los de la llanura lacustre, en los cuales,
antes de la desecación del siglo XX, se podían abrir pozos superficiales
para la irrigación.

Frijoles, ejotes, chía, uauhtli (alegría, amaranto o bledo), chayote,


chilacayote, diversas flores de ornato, hierbas de olor y "quelites" (hierbas
comestibles de acuedo con la tradición náhuatl), completan la lista de los
cultivos mesoamericanos en las chinampas, si bien algunos de ellos sólo
han sido huéspedes temporales. Los chiles, la alegría, la flor de muerto o
cempasúchil y la lechuga (introducida en el siglo XVI), pasan su primera
edad en los almácigos colocados en la chinampa o en el "sitio" de la casa,
pero maduran y fructifican en los suelos de los cerros o sus estribaciones
en el período de lluvias, a donde son trasplantados en cuanto comienza el
temporal. Tanto magueyes como nopales eran cultivados
abundamentemente en los cerros y en la llanura lacustre de las zonas de
Xochimilco y Chalco, hasta los primeros dos decenios del siglo XX,
aproximadamente, al igual que los olivos en la llanura, a partir de que
fuesen introducidos en el siglo XVI (Gibson 1967:328).
Prácticamente todas las hortalizas así como gran parte de las flores y
de las hierbas de olor traídas a América por los españoles durante la
Colonia, fueron incorporados, paulatinamente, al repertorio de plantas
cultivadas en las parcelas lacustres: pepino, coliflor, col, col de bruselas,
alcachofa, ajo, cebolla, espinaca, acelga, cilantro, perejil, betabel, apio,
nabo, rábano, poro, br6coli, zanahoria, salsifí, colinabo, etcétera. Cereales
y leguminosas como trigo, cebada, arvejón (chícharo) y haba también han
estado presentes alguna vez, pero su cultivo no parece haber prosperado

• AJ final de este ensayo aparece una lista de especies con sus respectivoc nombres
cientfficos. (N. de A,).

207
-~
debido, probablemente, al exceso de humedad en las parcelas. Entre las
plantas de origen andino, traídas después de 1519 a Nueva España,
únicamente se sembró la papa, pero, sobre todo como una "curiosidad".
De estos cultivos, conocidos a raíz de la conquista, se adoptaron
algunos para producirlos en los cerros. Es una lista más limitada que
incluye a los siguientes: haba, arvejón, papa, lechuga, lenteja, garbanzo y
cebada.
Las flores, por las cuales destacan Xochimilco y su región, se han
venido cultivando sin interrupción desde el siglo XVI. Hasta
aproximadamente los años cuarentas o cincuentas del siglo XX se
arreglaban para la venta en forma de "ramos" pero, a partir de ese
período, se empezaron a preparar como "planta", es decir, en un cubo de
tierra o en un bote para luego ser trasplantados a jardines o macetas. Esta
innovación se atribuye al cambio en las condiciones de humedad en las
chinampas. Las más famosas fueron, sin duda, las amapolas, que lucían
sus galas el "lunes de la amapola", que sigue al domingo de Pascua, cuyo
cultivo fue prohibido por el Estado mexicano a principios de los treinta.
Entre las flores que contaban con mayor preferencia, nativas e
introducidas, se encuenteran las siguientes: amapola, nube, chícharo,
espuela de caballero, cempasúchil, alhelí, pincel, imperial, aretillo, nardo,
pensamiento, alcatraz, dalia, violeta, crisantemo, etcétera. A continuación
se mencionan las plantas más populares: mercadela, agazania, tuberosa,
amapola japonesa, petunia, clavel, ester, chino, crisantemo, vara de San
José, pan alito, aretillo, rosa, etcétera. Por otra parte, en la actualidad se
siguen cultivando las tradicionales, a saber: alhelí, nube, cempasúchil,
pincel y chícharo.
Entre las principales hierbas de olor que se producen citaremos a la
ruda, la hierbabuena, el romero y la albahaca. Se venden como planta en
tanto que la manzanilla y la hierbabuena las presentan en forma de
manOJOS.
Los árboles frutales, nativos e introducidos, dejaron escasa huella en
los registros históricos; no obstante, se sabe que tuvieron alguna
importancia en el siglo XX en algunos pueblos como San Luis
Tlaxialtemalco, San Gregario Atlapulco y Xochimilco. Las semillas se
siembran en almácigo para comercializar el arbolito pequeño con su cubo
de tierra y después se traslada al terreno definitivo donde se injerta. Esto
ocurre en las tradicionales zonas productoras de fruta como son
Huexotzingo y Huauhchinango, estado de Puebla. Las que más abundan
208
son el tejocote, el durazno y el chabacano. En esta región se compra fruta
corriente a fin de obtener la semilla y los arbolitos de Xochimi.lco sirverr
como "patrón" con el objeto de injertar variedades finas de frutales. Sin
embargo, no se trata de una producción realmente importante. Algunos
árboles adultos se quedaron en la orilla de las chinampas o bien en los
patios de las casas, para consumo familiar de la fruta; entre ellos están el
tejocote, el higo, el membrillo, el ciruelo y el durazno.

MAIZ

La variedad que crece actualmente en las chinampas y terrenos


húmedos de los antiguos vasos lacustres es el "chalqueño": tipo
productivo, vigoroso y tardío al que los especialistas consideran de
aparición reciente. Según ellos, esta r.aza de maíz comenzó a desarrollarse
a partir de la época de la conquista, probablemente como resultado de la
hibridación de las razas de cónico y tuxpeño (Wellhausen et al. 1951:l'n).
Sus limites superior e inferior de adaptación son 2 300 y 1 800 metros
aproximadamente, y se localiza en terrenos irrigados o de humedad.
El chalqueño-chinampero es una variedad maicera de ciclo más largo
que el utilizado en los cerros aledaños, que carecen de riego y de reservas
subterráneas de humedad. Se siembra antes del inicio del temporal, en
cuanto el peligro de heladas haya desaparecido (finés de marzo,
principios de abril), gracias a la humedad contenida en los suelos; se
cosecha hacia principios de noviembre. El chalqueño se encuentra ahora
en todas aquellas tierras que tuvieron o aún tienen chinampas o bien en
terrenos desecados de los antiguos vasos lacustres, como en ltztapa)apa,
Chateo, Tialpan, Tláhuac, Miz.quic, Xochimilco, San Gregorio, Santa
Cruz, etcétera.
En las tierras de temporal acondicionadas con terrazas o metepantles
(bancales) en las laderas de los cerros, se utiliza la semilla del maíz
"cónico" o "maíz del cerro•, como se le llama en la zona de Xochimilco.
Sus límites de adaptación son más amplios que los del chalqueño, van de
los 2 800 a los 2 200 m. Es una variedad más precoz que se deposita en el
suelo e n cuanto se inicia el temporal (fines de mayo, principios de junio) y
que se cosecha al comenzar el mes de noviembre.
La distribución geográfica del m.aíz cónico y del chalqueño en la Mesa
Central de México es "casi idéntica", excepto por la altitud; pero, si bien
ambos se encuentran en la misma región, no compiten por las mismas
tierras sino que conviven uno al lado del otro (Idem: 171) . '
E n tie_mpos pasados, el cultivo del maíz era típicamente chinampero,
con siembra en almácigo de lodo, trasplante, muchos cuidados. Es
inexacto q ue la chinampa haya sido inadecuada para la producción del
maíz y que sólo fuera •propia para la de verduras, como algunos autores lo
han afirmado (Olmeda, en base a Mejía Femández; en Olmeda, 1966, 16,
1:45). El padre Alonso Ponce, con su compañero Antonio de Ciudad
Real, el autor de la crónica de su viaje, lo vieron crecer poderoso y
exuberante en las chinampas de Xocbimilco en 1585 (1976, 1:108). Los

mexica, en su peregrinaje en busca del asiento definitivo en la Cuenca de
México, fo cultivaron en las chinampas de Xaltocan para más tarde, una
vez establecidos en Te!lochtitlan, continuar haciéndolo en las numerosas
chinampas que construyeron. Lo mismo sucedió con los habitantes de los
sc;ñoríos vecinos durante la etapa <!e mayor expansión de la e mpresa de
reclamación de estas parcelas en- los pantanos de la Cuenca (Armillas la
sitúa del siglo XJV al XVI ; 1971:658).

En la iona urbana de la antigua ciudad, el maíz se cultivaba con el fin


de obtener elotes, debido a la pequeñez de las parcelas (Zorita, en Sobre
el modo,.1958:53; Calnek, 1972:111). Sin embargo, en las zonas rurales de
sus alreded ores, mismo que en la ·subcuenca de Chalco-Xocbimilco, se

prf><iucía con el objeto de lograr maíz para grano, destinado al autoabasto
9 al tributo.rtA l resJ>C<=!o, Zorita escribió sobre Te nochtitlan:
1

Y si algunos siembran [maíz), es muy poca 'cantidad en algunos


camellones que tienen a la redonda de sus casas, para lo comer en
elote, que es cuando comienza a granar, que es como fruta, y lo tienen
por mantenimiento. (Sobre el modo, 1958:53).

Las fuente;& nolndican el número de cosechas de elote que se obtenían,


' .
pero bien pudit!ron ser- dos, ron empleo de almácigos y abrigos.

Del uso de alm~cigQ y el trasplante en relación con el maíz, hablaron
tanto fray Be~nardino de Sabagún como el mismo Antonio de Ciudad
R eal en el siglo XVI (Sabagún, 1975:703); J:iudad Real, 1976, 1:108). A
este último, que lo vio en Xochimilco, le pareció "...cosa muy particular de
aquella tierra ... • y lo describía de esta manera: "Ponen tambiili en estas
cblnampas almácigos de maíz y de allí los trasponen... • ·
210
En el siglo XVIII, según la descripción hecha por Alzate, el almácigo
para máiz lo acostumbran los indios de Culhuacán y Xochimilco para
producir cosechas "muy anticipadas a lo que se verifica respecto al maíz
sembrado en el orden regular" (1791, en 1831, II:392). Lo mismo ocurría,
como se expone más adelante, con. las calabacitas, por ejemplo. El
almácigo se cubría con techado, antes de trasponer las matitas, se les
cortaban las hojas "... al modo que los agricultores lo ejecutan con las
cebollas, ajos y otras plantas, y las siembras de maíz en las chinampas
prosperan muchísimo: a la vista se presentan como unos bosques... "
(1831, Il:392). Es probable que estas siembras adelantadas de maíz se
realizaran a principios de febrero, como aún ocurre eventualmente, luego
de la bendición de las semillas de maíz, frijo~ calabaza, chile y chayote, el
día 2 de la Candelaria (2 de febrero).
Miguel Santamaría, agrónomo de tiempo de don Porfirio, describió
detalladamente el cultivo del maíz al estilo tradicio~ efectuado en el
ciclo normal, es decir, como siembra adelantada. Comenzaba con la
hechura del almácigo de lodo en marro-abril, para terminar con la
cosecha en noviembre. Antes del trasplante, al cabo de 37 a 45 días, se
despuntaban o podaban las matitas dos o tres veces, a la manera descrita
por .Alzate. Para trasponerlas, éstas se desahijaban para solamente
colocar en los hoyos o cepas las dos más vigorosas de cada cepellón
("chapín"); las líneas de hoyos tenían una separación de un metro y 84
centímetros entre plantas. En seguida se daba un riego "de asiento". En
mayo se escardaban una o dos veces. entre junio y julio venía al aporque
con azadón; luego de la fecundación, las espigas de las matas
(inflorecencia masculina, miauall en nahuatl) se despuntaban para que las
plantas se desarrollaran con más vigor. En noviembre ocurría la cosecha
en la chinampa misma, dejando allí el rastrojo; el almacenamiento de la
mawr~ tenía lugar en colotes o sincolotes, "especie de huacales
sostenidos por 4 ó 6 pies derechos ... w (Santamaría 1912:-15-18).
Pedro Armillas recogió en 1946 el calendario de actividades seguido
por un chinampero de Tláhuac, cuyas fechas se acercan a las anteriores,
pero las operaciones presentan mayor sencillez. La siembra se hacía en
marro, en almácigo de lodo con chapines de 8 centímetros por lado, con 4
granos en cada uno; el trasplante en abril, en hoyos con estiércol en el
fondo; en junio se efectuaba el montón o aporque, hecho con azadón; en
agosto, el desyerbe con hoz, a partir ,de la segunda quincena de noviembre
de pizca o cosecha (notas inéditas).
211
William Sanders recabó en 1953 un calendario para el cultivo del maíz
tal como se hacía en los "viejos tiempos", quizá refiriéndose con ello a la
época previa a la desecación. En febero se preparaba el almácigo, en
marzo se barbechaba el suelo con azadón y se fertilizaba con estiércol,
agualodo y "huachinango" (lirio acuático, Eichhomia crassipes) revueltos
'
con la tierra. Al final de marzo venía el trasplante; en abril, mayo y junio
se regaba dos veces a la semana en la etapa inicial (antes del comienzo de
las lluvias); en abril se daba la primera labor o escarda, . n mayo la
segunda escarda y el montón, en octubre la 6ltima labor; la cosecha se
realiza en noviembre (1957: 82-83). En las chinampas recién construidas
de San Luis, en las primeras décadas de este siglo se sembraba el maíz
-puesto previamente en almácigo de lodo- en el "césped", el entretejido
natural de plantas acuáticas llamado también "cinta", "pantano" o
atapalacall.
Todavía hoy algunas personas trabajan su maíz en forma similar a las
descritas, principalmente si se quieren obtener elotes en junio o bien si la
chinampa no tiene acceso por tierra, de tal manera que es imposible la
entrada de la yunta. En San Luis, por ejemplo, observé en una de estas
chinampas, bastante alejada del pueblo, el barbecho con azadón, la
hechura de hoyos a lo ancho de su superficie, cuyo trazo se hace con
ayuda de un mecate con dos palos (se "raya con hilo"), así como el
trasplante. El almácigo de lodo se preparó en marzo, con 3-4 semillas en
cada chapín; se trasplantó en abril con todo y chapines, colocando en el
fondo del hoyo abono de res en polvo y agualodo del fondo del canal.
En el resto de las chinamQas y en los "terrenos" de las zonas desecadas
de los antiguos vasos lacustres, se utiliza el azadón en combinación con el
arado para barbechar, laborear y escardar; la siembra se hace
directamente en marzo sin usar almácigo, con ayuda de la pala o la coa de
hoja metálica. El uso del tractor para roturar y de los fertilizantes
animales y químicos son cada vez más comunes en estas parcelas
desecadas, ya sin canales ni árboles que estorben su paso.
La desecación ha simplificado no sólo las ténicas tradicionales
chinamperas sino las formas de uso del territorio, de tal manera que
puede afirmarse que casi todo el maíz que se cultiva hoy en las zonas de
Chalco, 'Xocbimilco o lo que a6n es agrícola de la de
Mexicaltzingo-Itztapalapa y Tiáhuac, se trabaja con arado o tractor, o
arado y tractor, sobre ·todo para barbechar o roturar el suelo. Con el
arado, con el tractor o con ambos, se barbecha, cruza, rastrea, melga
(surco), se laborea y escarda, con la pala o la coa se siembra, resiembra y
212
se levantan las matas caídas en el laboreo. Con azadón se barbechan los
"oordos" u orilla de los terrenos que fueron cbinampas o bien aquéllas ya
semidesecadas que conservan los ahuejotes. Con este instrumento muchos
campesinos laborean, escardan y dan montón a las plantas del maíz. El
desyerbe de agosto-septiembre lo realizan <'.On hoz dentada, cortando la
hierba sin remover el suelo.
Hace 25 años, cuando W. Sanders hizo su estudio en las zonas de
Mízquic, Tlábuac y San Gregorio, las cbinampas se trabajaban de la
siguiente manera: al final de marzo se barbechaba con azadón, se
sembraban de 4 a 5 ganos secos con la coa. Los surcos o líneas se trabajan
con un espacio de 80 cm, en tanto que entre plantas, había un espacio de
50 cm, aproximadamente. Se le daban una o dos labores o desyerbes para
hacer el montón en junio. Esto último se hacía, al decir de los propios
chinamperos, para que las plantas resistieran mejor las "tormentas• de la
temporada de lluvias, características del final del verano. Las matas
llegaban a medir a veces 4 ó 5 m de altura. La fecha de la cosecha era en
noviembre, prolongándose a diciembre.
La desecación y el uso de abonos
El ensalitramiento de los suelos es el efecto directo más relevante de la
desecación general de los vasos lacustres. Dos son los efectos secundarios
que destacan: en primer lugar, el empobrecimiento de los suelos y la
consecuente necesidad de usar abonos, principalmente el estiércol de
vaca, pero también el "químico"; en segundo lugar, la aparición y
proliferación de plagas antes desconocidas o poco frecuentes. Las de
mayor significación son el "cbahuixtle" y las tuzas. El chahuixlte es descrito
por algunos como un mosquito negro que seca las matas del maíz cuando
la lluvia escasea. Sanders lo consigna como un bongo que hizo su
aparición en 1953 en los resecos :terrenos ejidales y en las cbinampas, en
ese año pobre en lluvias. Sus informantes tanto de Tláhuac como de San
Gregorio le aseguraron que no conocían esta plaga y" que nunca habían
perdido una cosecha en los terrenos ejidales desde que come,nzaron su
explotación en 1924 (Sanders 1957:63-64). ·
RendimientQs del mafz chinampero
No se tiene información del rendimiento que el maíz cbinampero tuvo
en los siglos pasados, excepto aquella que se puede inferir de una
imposición tributaria hecha a los indios oficiales (artesanos) de la
provincia de Xochirnilco en 1558. Los que fueron vecinos "de la tierra",

213
Las chinampas se cons1ruran conando y amon1onando céspedes de la
ciénaga planlando es1acas de ahucjo1e y zanjeando los apan1les o canales

Elaboración del almácigo de lodo, la téaiica cla..: del cultivo chinampero.

214
que habitaban en las tierras de temporal, tenían que trabajar en las milpas
"donde se hiciere la sementera del rey", labrando un área de 5 por 10
brazas; y los vecinos "del agua", en las chinampas donde se hiciere la
sementera, trabajar 1 por 10 brazas. De estas áreas o "medidas" saldría
una fanega de maíz por cada tributario. La proporción era entonces de 1 a
5 de unas tierras respecto a las otras (Sobre el modo: 106).
Otro dato se refiere al rendimiento del maíz en los campos de la
hacienda de Coapa a finales del siglo XIX. Indica que era de 150 a 200
granos cosechados por cada uno sembrado (Figueroa Doménech 1899,
1:360).
Santamarfa hace sus cálculos sobre el ren~ento del maíz, en las
chinampas del Distrito Federal, no, sin antes advertir al lector que los
datos que los agricultores le dieron eran "muy inciertos y variados".
Concluye que• ... el rendimiento medio es de 100 por 1, oscilando en 165 y
250", es decir, similar al maíz de la hacienda de Coapa (Santamaría
1912:19). La producción media por hectárea la calculó en 80 hectolitros,
lo cual equivale a 8 000 litros o kg u 8 toneladas. '
Sanders se preocupó por este cálculo tan alto de Santamarfa y decidió
buscar sus propios resultados. Sólo uno de sus informántes de Tláhuac
afirmó un rendimiento tan alto para las chinampas de los tiempos
anteriores a la desecación (1957:84). Sus observaciones, mediciones e
informes llevan a Sanders a considerar la cifra de 4 000 kg o 4 tons/ha,
como la producción media en las chinampas dé San Gregorio, cultivadas
con maíz y, además, con verdura en forma intensiva. Su cálculo lo hace
sobre la base de que un cuartillo de semilla pesa 1.5 kg y que un bulto
tiene 50' cuartillos de semilla. De acuerdo con informantes de Tláhuac,
calcula esa misma producción para la época en que sus chinampas se
explotaban intensivamente, antes de la desecación. Su conclusión general
es la siguiente:

... el maíz en las chinampas produce un mínimo de 3.5 y más


probablemente 4.0 tons/ha; con la salvedad de que bajo cuidados más
intensivos, especialmente en cuanto al riego, este cálculo puede
elevarse.

Estos promedios representan los rendimientos más altos de maíz


de ciclo largo del México moderno, con la excepción del maíz híbrido
desarrollado experimentalmente por el gobierno, cuyas cosechas
alcanzan hasta cinco toneladas por hectárea en suelos de altiplano
(Sanders 1957:84-85).
215
En las chinampas desecadas de Tláhuac obtuvo cifras similares de
entre 6 000 y 2 500 kg/ba, máximo y mínimo en cuatro chinampas
desecadas; o un promedio de entre 3 700 y 4 000 kg/ha (ldem:84).
En el Mízquic actual, Venegas, empleando el método del Plan Puebla
(1968), modificado por Campos (lm), encuentra que la producción de
maíz, en dos chinampas en un año, es de 1 519.4 kg/ba y 5 098.4 kg/ha. La
gran disparidad la explica por la diferencias en su manejo y cuidado,
trabajadas con azadón y fertilizadas con abono químico. Muestreó siete
chinampas en total, obteniendo la cifra promedio de 3.9 ton/ha. Cita cifras
del CIMMYT (1974), con 3.13 ton/ha con maíz mejorado, maquinaria,
fertilizantes y pesticidas (Venegas 1978:8, 21 y 24).
Sanders examinó también los rendimientos del maíz en los terrenos
ejidales de San Gregorio, Tláhuac y Mízquic. En una parcela "de primera"
del ejido de San Gregorio, su informante obtenía de 15 a 17 cargas o 25 a
30 por hectárea (1 800 (2 250), 2 040 (2 550), 3 000 (3 950) y 3 600 (4 500)
kg/ba, respectivamente, calculando 120 y 150 kg/carga), o sea, un
promedio de 2 610 (3 312.5 kg/ha promediando las cuatro cifras). Al
principio de la dotación ejidal y durante varios años, obtenían hasta 40
cargas/ha; es decir, 4.800 (6 000) kg/ha. Los terrenos eran "vírgenes".
En Tláhuac encontró una gran variación. Ofrece los datos de dos
terrenos, uno de 2.4 ha que rendía de 5 a 8 cargas/ha, o sea, de 600 (ó 750)
a 960 (ó 1 200) kg/ha, tomando 120 y 150 kg por carga. El otro terreno
rendía 16 cargas/ha; es decir, 1 920 (ó 2 400) ltg/ba. Cerca de Mízquic las
parcelas rendían cantidades similares a las de las parcelas de primera de
San Gregorio (Sanders 1957:64- 65).

. Las cifras oficiales para los ejidos de la delegación de Xochimilco


indican un promedio de 1 885 kg/ha y 1973 kg para el ejido de Tláhuac
(citado en Sanders 1957:64-65).
Los esquilmos del maíz

Los frutos maduros del maíz, las mazorcas, han sido tan sólo uno de
los productos que la planta ha rendido. Esta se muestra generosa con el
hombre pues todas sus partes se pueden aprovechar, algunas incluso antes
de que los frutos principales maduren. Los elotes, las espigas y las hojas
han sido elementos económicos de gran importancia que han servido en
más de una época de hambre. Así. las espigas se utilizaron hervidas para
mezclarlas con los pocos granos de maíz que se tenían en los años de la
216
Revolución de 1910. Estas, las hojas verdes, la cañuela y el totomochtle
secos resultaron excelente forraje para el ganado introducido por los
españoles en el siglo XVI; los olotes, las "uñas" o rafees y la cañuela
continúan siendo combustibles importantes en las cocinas de las casas
campesinas. La cañuela, al igual que los tallos de la alegría, también se
usan para "chinamilear'' (cercar) una casa, una cocina o una chinampa. El
totomochtle, elemento indispensable para envolver los tamales, se
consume o se vende, proporcionando, en este último caso, pequeños
ingresos a la unidad familiar.
Durante la época colonial hasta principios del siglo XX, las partes
verdes o secas del maíz sirvieron para alimentar a los nuevos habitantes
animales (caballos, mulas, bueyes, vacas) de México -Tenochtitlan y sus
alrededores, los cuales fueron mantenidos con los esquilmos o restos del
maíz y con la vegetación espontánea que crecía en las ciénegas y los
cerros.

Desde principios de la dominación, los funcionarios reales de alta


jerarquía y los habitatantes españoles de la ciudad de México en general,
tuvieron el privilegio de recibir de los indios de la Cuenca suministros
diarios de "zacate" para sus animales; los primeros a la puerta de sus
casas, a precios menores que los corrientes; los particulares en las
acequias, a precios "moderados". Este suministro forzoso cargaba sobre
los pueblos "de la laguna• o "nautecas" y sobre los "comarcanos". Los
primeros llevaban zacate de la ciénega o del mafz a los funcionarios, por
"canoas• y a los vecinos se los vendían por "manojos". Los nautecas eran
Iztacalco, Mexicaltzingo, Itztapalapa, Xochimilco, Culhuacán y Cuitláhuac
(AGI, Escribanía de Cámara 163(A), f. 38v; CDHAI, IV:493-494). Con el
tiempo, este comercio de forraje se convirtió en actividad primordial de
estas poblaciones, en fuente de dinero y sustento ("Relación de
Mexicaltzingo", 1580, en PNE, IV:194). Los pueblos comarcanos
suministran a los funcionarios coloniales, durante seis meses al año, cargas
de hoja seca y verde de maíz. Estos pueblos eran en :t.599: Coyoacán,
Churubusco, Tacuba, Cuautitlán, Tenayuca, Tultitlán, Tepozotlán,
Coyotepec, Teoloyuca, Huehuetoca, Zumpango, San Cristóbal
(Ecatepec), Chiconautla, Chimalhuacanejo y Tacubaya (Gómez de
Cervantes 1944:113-114).
En las zonas lacustres las boj as del ma(z se recolectaban entre
septiembre y octubre. En 1791 Alzate dio cuenta de su tráfico por el canal

217
de Mexicaltzingo (de la Viga) en estos meses: "hojas de la planta del maíz
que se transporta para el sustento de las bestias". (1831, 11:306).

La actividad de recolectar y vender pastUia, iniciada como un servicio


forzoso en el siglo XVI, continuó hasta principios del siglo XX. Esquilmos
y "zacate" de la ciénega sirvieron de alimento a las vacas lecheras de los
establos situados en distintos puntos a lo largo del canal de Mexicaltzingo,
como Santa Anita, lztacalco, etcétera. · Mu9ha gente de los antiguos
pueblos "nautecas" continuó dedicada a recolectarlos y venderlos a los
"contratistas de zacate" locales que los revendían a los estableros. Según
Santamarfa, los "zacateros" de su época (1912), a quienes por cierto
distingue de los trabajadores cttltivadores que eran propietarios,
constitufan un grupo de individuos "... que á las dos o tres de la mañana se
van á las chinampas ajenas á cortar las hierbas, hojas de col y todo lo
demás que pueden, haciendo manojos que venden á los contratistas de
forraje; de este modo se hacen de 75 centavos ó un peso diariamente, sin
trabajar más de tres horas; el resto del día lo pasan en la taberna"
(1912:36-37). Efectivamente, los zacateros o dedicados "al ciento" (de
manojos), eran la gente más humilde de los pueblos, los que también se
dedicaban a "la vara", a conseguir varas de árboles de ah~ejotes o de otros
para la elaboración de canastas. y chiquihuites, que también se hacían de
carrizo, o a hacer petates de tule ancho. Estas fueron especialidades tanto
de Tulyehualco como de Sao Luis hasta principios del siglo XX, al parecer.
Eran épocas en las cuales en varios de los pueblos lacustres había muy
pocas chinampas en explotación.
El maíz y otros cultivos.
En relación a las asociaciones de otros cultivos con el maíz, se observa
que se han hecho tanto en el momento mismo de ' la siembra
(concomitante), como en momentos distintos (imbricada), o bien en
mosaico (en camellones). En los primeros años del presente siglo se
asociaba maíz, frijol y chile en una siembra concomitante, hecha en el
momento de trasplantar el chile del almácigo al suelo de la chinampa, en el
mes de marzo "... entre cada dos líneas de chile se intercala una de maíz, y
el frijol se siembra en los eotresUicos. Se cosecha el chile y queda ocupada
la chinampa por frijol y maíz, cuya recolección tiene lugar más tarde"
(Santamaría 1912:20-21). La cita parece indicar que tanto el maíz como el
frijol se sembraban directamente, sin usar almácigo.
218
Los chinamperos de San Luis y Mízquic recuerdan una asociación del
frijol o del uauhzontle con el maíz en la misma chinampa. El frijol se
sembraba al pie de los ahuejotes para que la guía se enredara en ellos, el
uauhzontle en las orillas de la parcela. Ambos cultivos ocupaban el suelo
al mismo tiempo que el maíz aunque por menos tiempo. En San Luis se
sembraba col en medio del maíz y el chile (ciclo marzo-noviembre), en el
mes de julio, la cual quedaba en el terreno una vez cosechado el maíz
(ciclo total de la col: seis meses). Hoy se asocia maíz con apio, o maíz con
espinaca, si el terreno "está bueno". El apio se ensemilla primero en
semillero de tierra, "regando" la semilla; se pasa luego a un almácigo de
lodo, para trasponerlo al suelo de la chinampa entre los surcos del maíz.
Debido a que su ciclo es más largo (un año), permanece en el terreno
después de cosechado el maíz. En el caso de la espinaca, su semilla se
pone en almácigo de lodo en marzo, para luego trasponerla entre los
surcos del maíz e iniciar los cortes en junio.
Respecto a la rotación del maíz con otras plantas, se tiene el registro
de Sanders referido a San Gregorio en los años ciencuentas que, según
mis datos, no parece haber ocurrido en San Luis, quizá por la distinta
forma de orientar la producción en los dos pueblos: más comercial en el
primero a causa de las mejores condiciones del área de explotación y a la
existencia del ejido para el cultivo del maíz. Dice que la situación más
común· respecto a la producción de este cereal en las chinampas de San
Gregorio, era la de sembrarlo únicamente un año en seguida de dos a
cuatro años de cultivar sólo verdura. La última cosecha de ésta ocurría en
diciembre, el ciclo de maíz iba de marzo a noviembre del año siguiente. Se
decía que con el maíz la tierra "descansaba" de la intensa producción de
hortalizas (Sanders, 1957:80-82). También se rotaba maíz con jitomate y
chile, un año el primero, al otro los segundos (Idem: 89).
En San Luis, en tiempos pasados, hacia los inicios del siglo XX, se
rotaba maíz con lechuga orejona: en octubre se recogía el maíz en
mogotes para dejar libre el terreno para trasplantar la lechuga ese mes (el
almácigo se ponía en septiembre). Se cosechaba en diciembre, enero y
febrero. La principal rotación que. hoy se practica con el maíz en las
chinampas en buen estado o en las semidesecadas con humedad
subterránea, es con el romerito que se expende en el ciclo de Cuaresma.
El romerito se siembra directamente en el suelo en el mes de octubre,
regando la semillita, pero debido a que el maíz aún no arrecia lo suficiente
para poder cosecharlo, se cortan sus matas, se ,amogotan para dejarlo
secar allf; mientras se cultiva el romerito en el espacio desocupado, en
camellones. Sólo a veces se rotan romeritos con calabacitas.
219
JITOMATE, TOMATE, CHILES Y CALABAZAS
Su importancia decayó apenas en el siglo actual, con la desecación y
los cambios en las redes de abastecimiento de la cada vez más grande y
poblada ciudad de México.*El jitomate ya no se cultiva actualmente en las
chioampas en tanto que el tomate, los chiles y las calabacitas nada más en
pequeña escala en unas cuantas parcelas. Los cuatro se mencionan
·sistemáticamente en los registros históricos de todos los siglos a partir del
~VI (véase cuadro-resumen). Sin embargo, la primera descripción
detallada de su proceso de producción la hizo hasta 1791 el sabio de
Ozumba,. José Antonio de Alzate.
El conjunto de los datos indica que fueron los productos de mayor
importancia comercial en la economía de las zonas chioamperas, cuando
menos desde fines del siglo XVIII en que ésta documentado, hasta antes
quizá de que fueran sustituidos casi por completo por las hortalizas del
Viejo Mundo, entre 1930-1950 (fechas probables), las cuales siempre
estuvieron presentes desde que fueron introducidas. Los chinamperos las
usaron para combinarlas con las plantas nativas, pero acabaron por
desplazar a éstas casi por completo, en especial al jitomate y al tomate.
En los siglos XVIII y XIX la ciudad de México era abastecida de
verduras y flores que provenían de tres zonas productoras: 1) de las
chinampas de lztacalco, Xochimilco, Tláhuac y Chalco; 2) de las huertas
de San Cosme, establecidas poco después de la conquista a lo largo de la
calzada México-Tacuba; 3) de la "tierra" o "tierras calientes", referencias
probables a los valles de Cueroavaca, Cuautla y Chietla. Las tres la
aprovisionaban, coincidiendo algunas veces con el abasto de determinados
productos vegetales, turnándose otras. Fue así que las calabazas tiernas, el
chile fresco, el tomate y el jitomate de las tier.ras calientes entraban al
mercado de México de noviembre a marzo, precisamente durante los
cinco meses en que hiela con más fuerza en la Cuenca de México. Entre
tanto, los productores del Valle introducían "vituallas de todas especies",
coles y lechugas (Alzate, 1831, II: 298). Los de las chinampas se expedían
de abril a junio (Santamaría, 1912: 19-20), antes de que las tierras de
temporal de la propia Cuenca produjeran sus frutos, a fin de alcanzar
buenos precios al no tener competencia, si bien terminaban el ciclo
compitiendo con los de las tierras de temporal (Alzate, 1831, II: 297-298;
AGN, Desagüe, vol. 43, exp. 5).
ºLas siguientes cifras de población ilustran el ritmo de su crecimiento desde el siglo XVII:
1600: 58,500; 1700: 105,000; 1800: 137,000; 18450240,000; 1900: 541,000; 1910: 721,000; 1921:
• 906,000; 1930: 1,230,000; 1940: 1,760,000; 1953: 3,480,000; 1960: 4,374,000; 1970: 6,874,165;
1980; D.P,: 9,370,749; zona metropolitana; 14,472,000. (N. de A.).

220
Vaciado del lodo al almácigo con el zoquimaitl o cuero, desde el canal y la canoa en
la que se transporta el lodo.

\
f

Chinampa. En primer plano se observa un chinamitl o entretejido de troncos y


varas de ahuejote que la proteje de deslaves.

221
No obstante que las cuatro plantas de este apartado tienen en común
su poca resistencia a las heladas, su cultivo tuvo lugar en diversas épocas
del año, incluyendo la de invierno. Con el jitomate se practicó lo que
Santamaría llamó con exactitud siembra "forzada", en tanto que con las
calabacitas y el cbilacayote, lo que los campesinos de hoy califican de
siembra "adelantada" o "anticipada", puesto que su ciclo se inicia un poco
a contrapelo, cuando todavía no cesan las heladas. ·
El jitomate. Este se producía en la temporada de secas, pese a ser la
más fria del año y con el riesgo ·de que sus frutos se "quemaran" con el
hielo. Ello se debía a que el jitomate se enfermaba (pudr.ía) al contacto
con el húmedo suelo de la chinampa, de tal suerte que su ciclo tenía que
desfazarse para que no coincidiera con el periodo de lluvias. De esta
manera el jitomate de las chinampas tampoco competía con el producido
en las tierras calientes temporaleras. Lograr esta siembra forzada
conllevaba complejos cuidados así como proporcionar atención individual
a las matas: empleo de uno y hasta dos almácigos, abrigos con tolchimales
o tapaderas, bordos de tierras para protegerlas del hielo; la práctica de
aflojar, el riego y las escardas. Aquellos que lo observaron se
sorprendieron de la gran inversión de mano de obra y de la delicadeza
que los chinamperos eran capaces de desplegar para producirlo.
Santamaría escribió, muy significativamente, lo siguiente: "... es el que
recibe mayores cuidados de los cultivadores, si bien es cierto que les
reporta muy buenas utilidades" (1912:19-20). Y Sanders, (su cultivo)" ... da
una buena idea de la intensidad del cuidado dado a las cosechas y de la
cantidad de trabajo invertido en su producción" (1957:92).
Santamaria describió este ciclo con tanto esmero como el que la planta
recibía de los campesinos de Xochimilco en 1911. Se puede resumir de la
siguiente manera: los tres primeros meses permanecían las plantitas,
primero en eJ semillero de lodo (un mes a partir de septiembre), luego en
el almácigo (dos meses a partir de octubre), donde se le pr~gaban
enormes cuidados, sobre todo por medio de los abrigos que las protegían
tanto del sol y las lluvias que aún ~an en septiembre, como de las heladas
nocturnas a partir de octubre. Cobertizo~ de raínas'. seivfan para proteger
al 0semillero y "tapas" o "tolchimales" de tule o cañuela, o bien de grueso
césped seco (pantano o atapalacatl), sostenidos con carrizos, para cada
cuatro plantas del almácigo.
Para contener el crecimiento desmesurado de las matas antes del
trasplante, así como para evitar la disminución posterior de la
222
fructificación, se desenraizaban "de vez en cuando". A esto le llamaban
"aflojar" (según Santamarfa), o "acomanear" o "poner en acomanas"
(según los actuales chinamperos). (Del náhuatl ahcomana: alborotar, Luis
R eyes, comunicación personal).

A partir del trasplante hecho en diciembre, además de un riego "de


asiento" inicial, se volvían a proteger las plantas del jitomate con los
tolchimales y los carrizos, escardando una o dos veces ( ver los dibujos en
Santamaría, 1912). La cosecha se realizaba de abril a junio. También
durante ella continuaban los cuidados; se extendía en el suelo "... una capa
espesa de tule bien seco para evitar que -se pudran los jitomates por su
contacto con el suelo húmedo". Se recogían "... cinco cortes abundantes,
uno cada quince días y dos o tres secundarios para recoger los últimos
frutos" (Santamarfa 1912:20).

En 1946 Armillas registró el calendario seguido por un chinampero de


Mízquic para el cultivo .del jitomate. En noviembre sembraba el almácigo,
en chapín del mismo tamaño q ue para el maíz, es decir, de unos. 8
centímetros por lado; protegía a las plantas delos hielos con "petatera", un
abrigo hecho de tules amarrados con mecate que podía enrollarse. En
enero trasplántaba y ·continuaba abrigándose con "tapadera de césped" o
de "zacate de monte", así como con los riegos manuales con agualodo
aplicado conzoquimaicl o "cuero". Estos se hacían necesarios hacia mayo,
cuando las plantas estaban más grandes. La cosecha ocurría d urante junio
y julio (notas inéditas de P. Armillas). Segün este mismo observador, el
tomate se sembraba en Mízquic en pequeña escala en la misma chinampa
q ue el jitomate, pero sólo en el borde. No registra la sucesión
jitomate-tomate que Santamaría documenta para Xochimilco en los
principios del siglo XX. -

La gente en Xochimilco nos indicó que el jitomate se sembró allí hasta


1940, aproximadamente. La deseca.ción que ya entonces predominaba
acabó con su cultivo. Se tiene el siguiente calendario obtenido de los
chinamperos que nos describieron su cultivo: el almácigo se ponía en
noviembre con uso de tolchimales, se trasplantaba en enero a "surcos"
( llos "camellones" de San Luis actual o los "surcos de pantano" de antes?),
que medían un metro de ancho y de largo el ancho de la chinampa; cada
uno con su bordo de tierra; su suelo se preparaba con "basura" (vegetación
·acuática) y .llflª capa de lodo. Cada "surco" se sc¡paraba del siguiente con
una distancia de tres metros para que la guía del jitomate tuviera espacio
para extenderse. En cada "surco", lo más hondo posible, se colocaban las
223
plantitas, separadas entre sí unQs 30 centímetros. Por las tardes se
colocaban las tapaderas, una cada seis matas, para protegerlas de las
heladas; si éstas arreciaban, el bordo se levantaba a veces basta 20
centímetros. Así "sufrían", según la expresión de los viejos chinamperos,
durante dos y medio o tres meses. El fruto aparecía en marzo, se
cosechaba en mayo y junio. ·
En las chinampas nuevas de San Luis, que se hicieron de 1914 a 1940
aproximadamente, los chapines de jitomate se colocaban encima del
césped: se cubrían con cucuruchos de tule o zacate y no con tapaderas;
igual ocurría en Mízqwc. Se instalaba el almácigo1en enero para cosechar
en tiempo de aguas (verano).
Especialmente en Tláhuac y San Gregorio continuaba el cultivo del
jitomate todavía hacia 1953. Su producción en estos sitios fue descrita con
detalle por Sanders, de acuerdo con un informante de Tláhuac. El, al igual
que el que informó a Armillas en Mfzquic y a nosotros en Xochimilco,
Mízquic y San Luis, utilizaban sólo un almácigo de lodo con chapines que
se pbnía en el patio de la casa para evitar robos. Las fechas del ciclo
también difieren respecto a las de Santamaría y Alzate pues no se
sembraba en septiembre o noviembre, sino en diciembre. El suelo al cual
se trasplantaban las matas en marzo se barbechaba con azadón y se
fertilizaba con vegetación acuática. Se labraban pozos en cuyo interior se
echaban plantas acuáticas y agualodo cada t.res o cuatro días, y sólo una
vez a la semana cuando ya estaban bien desarrolladas. Simultáneamente
se escardaban y laboreaban varias veces las matas, y en mayo se podaban
las hojas inferiores a fin de que pudiera aumentar el follaje.
·En junio comenzaba la fructificación, pero l9s cortes o "chapines"
importantes ocurrían en julio y agosto, una cada ocho días. Durante este
período, el de lluvias más intensas Gunio-agosto), las plantas eran
cubiertas con vegetación seca con el objetivo de protegerlas del sol y la
lluvia. También en este momento tenía el dueño que vi1Plarlas
constantemente para prevenir los robos, para lo cual se instalaba en la
cbinampa, armando con su escopeta. Cada corte semanal rendía una
canoa de uno por seis metros (Sanders, 1957: 92-93).
En esos años cincuentas, como ya se apuntó, el jitomate y el chile se
rotaban con el maíz en la misma chinampa; un año maíz, al otro jitomate y
chile (Sanders, 1957: 89). En la actualidad ya no se cultiva el jitomate de

224
manera que nuestra búsqueda de semillas "criollas" del mismo fueron
estériles. Lo describen como un fruto grande, achatado en los polos.
Las calabaUJS y el chilacayote. Su cultivo en las chinampas y en los
cerros circundantes es de antigua tradición. No se sabe con exactitud qué
especies o variedades de calabazas hayan sido producidas, pero
probablemente fueron algunas de las que los autores actuales han
consignado y que aún hoy se cultivan: la calabaza "de Castilla"; la
calabacita redonda, "criolla", "de codito", "estrellita" o ' italiana" y la
alargada o "japonesa". Estas dos últimas se venden frescas (razas de
Cucurbita pepo. L.; la primera de C. moschata Duch. o C. mixta Pang).
Los chinamperos de los siglos. XVIII, XIX y XX, cuando menos,
ensemillaban a principios de febrero, para vender calabazas hacia mayo y
junio, antes de que entraran al mercado de la ciudad de México las de las
zonas de temporal. Las cultivaban temprano para venderlas caras, como
me dijo un chinampero de San Luis. Lo lograban con los mismos métodos
que el jitomate, es decir, con el uso de almácigos y abrigos que protegían a
las plantitas de los hielos. Alzate los describio así: ".. .la semilla de la
calabaza la siembran en almácigo de cieno... ; en poco terreno se siembra
mucha semilla y -se cubre con facilidad para libertarlo de las heladas; de
aquí depende el que los indios que practican este ramo de agricultura,
vendan por mayo y junio pequeñas calabazas... " (1831, 11:391). Los
cuadrados donde las semillas se colocaban eran de tres dedos (unos 5 cm)
(ldem: 393).
Un chinampero de Xochimilco me indicó que el calendario que
seguían para el chilacayote era el de instalar el almácigo en noviembre y
sembrar en enero y febrero, teniendo que usar tolchimales. El cultivo
adelantado de calabaza y chilacayote se realiza aún en forma muy
limitada. Lo ví en Mízquic, donde continúa el uso de tapar las matas con
tolchimales de cañuela, los chinamperos dijeron que antes se usaban unos
cucuruchos hechos de "zacate tres esquinas". Se ponía el almácigo a fines
de febrero para sembrar a fines de mayo. En San Luis se cultivan,
actualmente, calabazas usando almácigo que se prepara en febrero o
marzo, para trasplantar en marzo-abril. No se realiza ninguna rotación
especial de cultivos, si bien en una chinampa observamos, por ejem,plo,
calabaza durante la temporada primavera-verano y romerito en el
invierno.

225

Respecto a su importancia relativa en los principios del siglo XX,
Santamarfa las sitúa entre los cultivos de menor relevancia (1912: 26), en
tanto que Sanders las ubica entre los diez más significativos de San
Gregario en 1953 {1957: 77-78).

El tomate. Al igual que el jitomate, el tomate fue un impo~tante cultivo


de las chínampas, del cual todos los datos parecen indicar que se produjo
en más de un ciclo al año. Si se toman en cuenta los calendarios
consignados por Santamaría a principios del presente siglo, resulta que el
tomate verde, a diferencia de la práctica seguida con el jitomate, se
prefirió sembrar en época de lluvias a fin de suceder a aquél en la misma
tierra. No obstante que los ciclos de ambos suman trece meses, el empleo
de almácigo permitió la rotación y por lo tanto, el uso continuo de un
mismo pedazo de suelo. En San Luis nos dijeron que el tomate se
producía en cualquier tiempo en el que no hubiera hielo.

Según Santamaría, se ensemillaba en almácigo de lodo a principios de


agosto, el mes de lluvias más intensas del año, protegiéndose con tuJe
seco; •.. .la cantidad de semilla empleada es de 2.500 kilogramos por
hectárea". A los 20 días, cuando las plantitas median de 6 a 7 cm, se hacía
el trasplante al suelo definitivo, en líneas separadas entre sí por una
distancia de 84 cm para cosechar los frutos en los primeros días de
noviembre (Santamaría 1912:21- 22). Es decir, para cubrir la demanda de
los días de "los muertitos", de Todos Santos (fines de octubre-principios
de noviembre), aprovechando que ya en esos meses alcanzaba buenos
precios. A los pocos días del trasplante se intercalaba nabo en los
entresurcos del tomate, sembrándolo "al voleo y tupido"; éste se cosechaba
dos meses después en octubre (Santamaría, 1912: 21-22).

Ahora bien, si se toma en cuenta el calendario del Alzate, resulta que


el tomate se cultivaba, al igual que el jitomate, en tiempo de heladas. En
octubre se hacían los almácigos de lodo con chapines de dos dedos y
medio (4 cm aproximadamente). No consignó la fecha de la cosecha, pero
es probable que fuera unos tres meses después, a principios de enero (de
acuerdo con el ciclo señalado por Santamarfa).

Un documento del siglo XIX nos da cuenta de su presencia en otra


temporada: el mes de mayo, en las chínampas de Iztacalco y sus
alrededores {1826, en AGN, Ayuntamientos, vol. 10, f. 237r-274v).
Todo lo anterior confirma que la producción del tomate, a diferencia
de la del jitomate, no estuvo sujeta a un período tan preciso del año,

226
limitado por condiciones ambientales, sino que pudo ajustarse a la
demanda o a otros factores sociales. Esta flexibilidad permitió su rotación
con otros cultivos así como el uso del suelo en forma continua (en rotación
con el jitomate o con otros), aunque procurando que su cultivo no
coincidiera con las épocas de helad.as ni con las de la competencia con
otras zonas productoras (especialmente las de temporal que entraban de
junio a julio).
Al igual que el jitomate, el tomate se produjo en gran escala en la zona
de Xochimilco, y en menor escala en la de Iztacalco,-·Mexicaltzingo, según
datos de principios del siglo XX. No vi tomate cultivado en las chinampas
durante mis recorridos, tampoco Sanders lo observó en 1953; no obstante,
West y Armillas sí lo reportan en la década anterior. Actualmente se
siembra en pequeña escala en los cerros de la zona, entre Xochimilco y
Mízquic, sin pasar por las chinampas, salvo en algunas ocasiones en las
que se opta por ensemillarlo en almácigo para luego trasplantarlo al cerro
(Venegas, 1978: 19). Ahora, por lo general, es un cultivo de temporal cuya
semilla se coloca directamente en los terrenos barbechados y surcados
con el arado en forma similar a la que se sigue para el maíz o la alegría.
Casi siempre se produce para sacarlo a la venta en Todos Santos.
Probablemente como continuaei:6n de una práctica prehispánica, el
tomate y el chile de chinampas y cerro se fertilizaban de preferencia con
guano de murciélago más que con vegetación acuática como las demás
especies en las cbinampas. A ambas plantas, se dice, les gusta "lo caliente",
por ello en el cerro se dan muy !bien puesto que allí las tierras son
arenosas y "calientes" y el guano de "ratón viejo" también lo es.
El chile. Era cultivado oonstantemente en las cbinampas, pues si bien
es víctima de las heladas como los otros, su producción fue posible gracias
a los cuidados que los chinampefos le prodigaban durante el invierno, No
sufre con las lluvias pero sí con el granizo que daña sus frutos. Hoy se
siembra en pequeña escala en las chinampas y en los cerros, y en el
temporal es trasplantado desde semilleros de lodo instalados en las
chinampas o en los "sitios' (patios) de las casas.
Las fuentes sólo distinguen algunas de sus variedades conformándose
con apuntar que se sembraban chiles o 'pimientos", a los que Humboldt se
apresuró a identificar como Capsicum. A · continuación aparece una
relación de los nombres comunes documentados: chflchotl o chile verde,
criollo o chicostle, tornachile, chilito, carricillo, poblano, pasilla, largo,

2V
menudo, mulato y cascabel. Es decir, variedades tanto de Capsicum
annum. L. como de C. frutescens L.

En su peregTinaje a Tenochtitlan, los mexica sembraron en las


chinampas de Xaltocan el ch(lchotl, que Molina tradujo como "ají o chile
verde", que probablemente sea el que hasta hoy llamamos serrano o verde.
Alzate lo consignó como "chile verde" o "pimiento pequeño" C. annum).
Otra variedad es el "tornachile", el tonalchil/i que Molina lr'lduce como
chile "de regadío, que se hace en tiempo que no llueve• (1970); los
chinamperos actuales lo describen como de color verde limón. Similar en
forma al poblano o al güero. El tornachile y chilito estaban en las
chinampas de lztacalco y sus pueblos en 1826, en el mes de mayo en el que
' cayó una gTanizada inesperada (AGN, Ayuntamientos, vol. 10, f.
237r-274v). El carricillo, el criollo o cbicostle, el poblano y el pasilla se
sembraban en lztapalapa y San Luis de acuerdo con la información de los
campesinos que entrevistamos.
Las principales variedades producidas en Xocbimilco e Itztapalapa a
princios de este siglo eran el tornachile, el poblano, el largo y el menudo;
en menor escala, el cascabel (Santamaría, 1912:20.21). Según Alzate, en
1791 los indios de Xochimilco sembraban mucho tornachile; Santamaría
para 1911 lo apunta entre los cultivos predominantes tanto de esta zona
como de la de Itztapalapa (1912:14-15).

El ciclo de cultivo para el chile registrado por Alzate es el siguiente: el


almácigo se hacía en los días finales de septiembre, se ensemillaba en
cuadrados de dos dedos de ancho (3 cm aproximadamente), luego se le
colocaba una cubierta que lo protegía de las heladas (Alzate, 1831,
11:393). West y Armillas dicen que las semillas se colocaban en chapines
de 4 a 5 cm y las plantitas se trasplantaban a los noventa o cien días
(1950:177).

Para el chile y para el tomate se utilizaba el estiércol de "ratón viejo" o


"chinaca". Si bien el registro más antiguo al respecto es el de Alzate, es
probable que el uso de este abono sea mucho más antiguo, quizá de la
etapa prehispánica. En el siglo XVIII se obtenía de las "dilatadas cuevas"
del cerro de lztapalapa, en las cuales se albergaba "un número infinito de
murciélagos que al anochecer salían formando "unas columnas
interminables, que la paciencia en observarlas se fatiga", como
gTáficamente lo desc;.ibió Alzate, (1831, 11:306). Posteriormente los
chinamperos lo consiguieron a través de personas de la zona de

228
Xochimilco y Tulyehualco que dedicaban parte de su tiempo (de enero a
mayo) a recorrer cuevas y conventos coloniales abandonados con el objeto
de recolectarlo, en los estados de Morelos, Guerrero, Puebla y Oaxaca. Se
habla de algunos que se dedicaban a este oficio en forma permanente.
En el siglo XVIII los cultivadores de chile de Xochimilco arrendaban
las cuevas del Cerro de la Estrella con el fin de extraer el fiemo que luego
mezclaban con tierra, probablemente con la del terreno al cual se
trasplantaban las plántulas del almácigo. El uso de este guano para
fertilizar chile y tomate (en las chinampas) y maíz, chile y tomate ( en los
cerros y planes) continuó hasta hace pocos años, cuando se extendió el de
gallina así como los fertilizantes químicos. Aún hoy, sin embargo, la gente
reconoce que el mejor abono para el chile es el de murciélago.
Santamaría consignó dos ciclos para el picante. El primero de
diciembre a abril, que seguían aquellos campesinos que poseían tapas o
abrigos para cubrir las matas que hacían posible su cultivo "forzado" en
tiempo de heladas y la consecuente cosecha "adelantada". El segundo, de
marzo a julio, es decir, un poco antes y durante el temporal, cuando las
heladas "ya son poco frecuentes" {1912:20-21). El trasplante se realizaba
en surcos separados por un metro, con una distancia de 84 cm, entre cada
planta. Además de los riegos necesarios, se le daban dos o tres escardas
para finalmente obtener "... por lo regular de cuatro a cinco cortes
abundantes, uno cada 9 ó 10 días" (Santamaría, 1912:20-21). Ello ocurría
de mayo a julio. Tornachile y chilito,, como ya se menci0nó anteriormente,
estaban sembrados en las chinampas de lztacalco el día de la granizada, el
24 de mayo de 1826 (AGN, Ayuntamientos, vol. 10, f. 237r-274v).
En Xochimilco nos indicaron que el tornachile no era de almácigo sino
que se sembraba directamente, en. "surco de a cuatro" (matas), de un
metro de ancho, similares a las descritas para el jitomate. Ocurría en
febrero, usando tapaderas; lo sembraban en marzo-abril, lo cosechaban a
partir de julio. El terreno lo preparaban con lirio acuático y encima una
capa de lodo en la cual hacían los hoyos para colocar los chapines con
ayuda de un "picador" (instrumento de madera con la punta en forma de
trompo). Se irrigaba con agualodo durante la temporada previa al
comienzo de las lluvias.
El chile se asociaba con el maíz y el frijol, como ya se mencionó. Estos
últimos, apunto Santamaría "... se siembran al mismo tiempo que se
trasplanta el chile (marzo); entre cada dos líneas de chile se intercala una
229
Almácigo de lodo. Corte de los
chapines para siembra de semillas o
esquejes.

--
- •

Cosecha de clavel en bote, destinada al mercado.

230
de maíz y el frijol se siembra en los entresurcos. Se cosecha el chile y
queda ocupada la chinampa por frijol y maíz, cuya recolección tiene lugar
más tarde" (19U: 20- 21). En la actualidad se continúa sembrando chile en
doble hilera o "surco doble", pero ya no se asocia.

La costumbre de hoy de "echar a nacer" en los almácigos de la


chinampa las semillas de chile u otras como alegría, cempasúchil o
lechuga, por ejemplo, para trasplantar las matas a los terrenos de
temporal de los cerros, no está documentada para siglos anteriores al XX,
sin embargo, es posible que sea mucho más antigua. El chile en especial,
pero también el tomate, se cultivaron en terrenos de las estribaciones de
los cerros así como en los "planes" (planicies) lacustres, en los cuales se
perforaban pozos de poca profundidad para irrigar a brazo. Los
campesinos más viejos a los que se les consultó sobre este aspecto,
informaron que, con la sola excepción de la alegría, las otras plantas se
pueden trasplantar indistintamente del almácigo a la chinampa o bien al
cerro. A finales del siglo XIX y durante las primeras décadas del XX, en
San Luis se instalaban los almácigos de chile en los terrenos conocidos en
esta región como "corrales" y que se hallaban situados entre las zonas de
chinampas y el plan, en los cuales existían pozos para regar. Trasponían
en marzo y cosechaban desde junio hasta noviembre.

FRDOL, CHIA, UAUHTLI, FLORES Y QUELITES


Estas plantas completan la lista de las de origen mesoamericano que se
cultivaron en las zonas chinamperas. No dejaron más huella en los
docuemntos que breves menciones (véase el cuadro-resumen).
Unicamente del cempasúchil, al que Alzate se refirió de paso, encontré
hasta ahora una descripción detallada del proceso de producción.

La chía (Salvia hispanica L. o Hyptis suaveolens Pot o quizá ambas)


aparece citada en algunos documentos coloniales tempranos pero no se
conoce hoy en la zona, ni tampoco la recuerdan los chinamperos más
viejos. No obstante, existen datos del siglo XVI, referentes a otras zonas
de la propia Cuenca de México, que indican que su cultivo era frecuente
en el área.

El frijol chinampero (Phaseolus vulgaris L.) era una planta trepadora


de semilla grande. Actualmente se siembra en forma muy esporádica en
las chinampas, pero todavía hace una o dos generaciones, era común
observarlo durante el temporal, creciendo al pie de los ahuejotes que

231
bordean las parcelas, para que en ellos enredara su guía. El ejote de frijol
canario o "guachinango" se produce poco; se siembra en el mes de marzo.
Otras variedades de frijoles de mata y enredadores, tanto "delgados" (P.
vulgaris) como el "gordo" o ayocote (P. coccineus L.), se producen hoy en
día en los cerros, pero sus semillas no se intercambian del cerro a la
chinampa. En el cerro el terreno se prepara en forma similar a la
acostumbrada para el maíz, con yunta y arado, recibiendo beneficios
similares. El frijol chinampero se sembraba directamente en el suelo en
mano o abril, con coa, poniendo un poco de lodo del canal en el hoyo. Se
cosechaba al mismo tiempo que el maíz, entre noviembre y diciembre. En
San Luis lo consideran muy productivo, que "da mucho", tanto que en
ocasiones tenían que colocar puntales para sostenerlo. Se dice que se
perdió debido a la falta de agua así como a las plagas que infestan los
ahuejotes (Malacosoma azteca o gusano de bolsa, entre otras).
De los quelites (del náhuatl quílitl), verduras o hierbas comestibles
(especies de los géneros Amaranthus, Chenopodium, Porophyllum y
Rumex, principalmente), se continúa sembrando el uauhzontle o quelite
mazorca (Chenopodium nuttaliae Saff.), el epazote (Chenopodium
ambrosioides L.) y el romerito (en náhuatl iztacquflitl o quelite salado)
(Suaeda torreyana). Los dos primeros son de temporal, en tanto que el
tercero es una de las pocas plantas comestibles de origen mesoamericano
que es cultivada en las chinampa's durante la época de heladas. El
uauhzontle y el epazote se siembran en almácigos o bien directamente en
el suelo, "regando" la semilla; cuando las plantitas están listas para
trasplantarse, se "aflojan" para pasarlas posteriormente al terreno
definitivo. De estos quelites se dice que son "perros", es decir, que son
poco exigentes, que "agarran" donde sea. El romerito se produce en dos
temporadas ligadas al calendario religioso y a la vigilia: la de
Cuaresma-Semana Santa y la de Nochebuena-Navidad. Su cultivo se
describió en el apartado sobre el maíz y sus asociaciones.
La planta de la alegría (Amaranthus leucocarpus S. Wats.) de la cual se
obtienen las diminutas semillas de uauhtli para hacer el dulce de alegría o
"zoale" ( además de tamales y atole), se produce en pequeña escala en las
tieras de temporal de las laderas cerriles y en las hoy resecas llanuras
lacustres de los pueblos de Mízquic, Ixtayopan, Tecómitl, Tetelco,
Tulyehualco y San Luis. Los dulces se elaboran en Tulyehualco, sobre
todo. Sus semillas se echan a nacer en abril, en almácigos de lodo en las
chinampas (antes abonadas con guano de murciélago), de allí se
trasplantan las matitas a los suelos definitivos, cuando comienzan las
232
lluvias. Es decir, se sigue un método semejante al observado para el chile,
el cempasúchil y la lechuga, comentados anteriormente.
El terreno se prepara en forma similar al del maíz del cerro, con yunta
y arado. Se colocan los chapines (que tienen de tres a diez plantas) a
mano, uno en cada piquete de coa o pala, se'tapan enseguida con pies y
manos. Se da un primer fierro o escarda con arado para desyerbar y
abonar (con estiércol o abono químico); más tarde se da el montón a cada
mata, con azadón. La cosecha ocurre en diciembre o enero, cuando las
panojas están bien secas debido a que concluyó la temporada de lluvias y a
la acción de las heladas. Por lo general, la alegría se siembra sola, pero a
veces se asocia con frijol de mata en el mismo surco, sembrado al mismo
tiempo en grano. Otras veces se rota con frijol o bien con maíz, un ciclo y
un ciclo.
Hoy en día el período agrícola del uauhtli o alegría -que fuera una de
las plantas de mayor importancia alimenticia en la época prehispánica- es
muy similar al del maíz chalqueño, pero ligeramente más largo (almácigo
en abril, cosecha en diciembre). Esto quiere decir, si el ciclo no ha variado
en forma notable con respecto al de aquella época, que la alegría para
obtener semilla tampoco podía cultivarse dos veces al año, ni en tiempo de
heladas. El hielo "mata la mazorca", la flor con sus semillas, me indicaron
en San Luis, si bien la alegría resiste la sequía más que el maíz.
La cosecha de la alegría es un proceso complejo que requiere de gran
habilidad y cuidado. Las ilustraciones del proceso que aparecen en el
Códice Florentino (libro 4, capítulo 38), nos muestran que el de hoy es muy
parecido al del siglo XVI. Ocurre de la siguiente manera: se cortan los
tallos ya secos con hoz o machete, lo más bajo posible; se dejan en el suelo
para que se sequen mejor al rayo del sol; se toman varias plantas para
formar con ellas una "parva" encima de una manta. Se trillan primero con
un garrote improvisado, luego con los pies, "bailando" encima de ellas
para que se desprendan las semillitas de las flores. Con las manos se
retiran las varitas, el resto se levanta con una palangana y se vacía en la
"cernidera" que consisten en un ayate de ixtle amarrado a cuatro postes a
determinada altura. La persona que cierne mueve la mano a manera de
círculo, frotando sobre el ayate; la semillita blanca, de forma ligeramente
arriñonada, va cayendo sobre un trapo limpio que se halla colocado abajo
y el "tamo" (basura) se lo lleva el viento. La tarea requiere de maestría y
de un día ventoso.
233
PLANTAS DEL VIEJO MUNDO
Las especies vegetales del Viejo Mundo que fueron introducidas al
país por los españoles desde principios de la época colonial, cayeron
pronto en el terreno fértil de las chinampas y fueron incorporadas por los
chinamperos a su lista de opciones agrícolas y comerciales. Las primeras
que se mencionan son las lechugas (Relación de Culhuacán, 1580) y unos
"colinos" y "lechughuinos" (Ojea, 1897:2-3), en el siglo XVI. Lechugas y
coles estaban ya incorporadas como palabras al náhuatl hacia 1570, según
se desprende de su registro en el Vocabulario de fray Alonso de Molina,
quien las traduce como Colestectli y lechugatectli, tepiton lechuga y uel
quilechuga. Un poco más tarde aparecen en las fuentes de la zona tanto la
flores como las verduras introducidas. Si bien el número a finales del
XVIII era similar al de los cultivos mesoamericanos (cfr. Alzate, 1791, en
el cuadro resumen), aún no es posible establecer su importancia real en
términos absolutos.

CONCLUSIONES
Para concluir este ensayo presento unas breves reflexiones en torno a
las preguntas formuladas inicialmente.
Es una opinión más o menos generalizada que las plantas introducidas
a México a partir de la conquista no sólo ampliaron y diversificaron el
repertorio de las nativas, sino que, sobre todo los cereales, permitieron
intensificar el uso del territorio, al poderse utilizar los terrenos durante el
invierno y levantar dos cosechas al año (cfr. por ejemplo, Borah, 1975:40).
Respecto a la chinampas, más que considerar el papel jugado por los
cereales, es pertinente examinar al complejo hortalizas-flores. La
impresión inicial que se tiene al analizar este problema es que las plantas
introducidas posibilitaron, al menos potencialmente, el aumento del
número de cosechas en virtud de su capacidad para resistir los embates de
las fuertes heladas.

Sin embargo, las plantas del Viejo Mundo -adoptadas por los
chinamperos a partir de la invasión colonial- representaron un papel más
complejo que el de sólo "llenar" los tiempos de heladas invernales. Un
primer efecto fue la suma y con ella la ampliación y diversificación del
repertorio; la incorporación de especies de diversa naturaleza botánica,
de distinto valor social y comercial, ofrecieron al productor mayores
opciones y combinaciones, así como una mejor adaptación de sus medios
234
de producción a las condiciones ambientales y a las demandas comerciales
del mercado regional, especialmente el de la ciudad de México.
Las hortalizas mesoamericanas fueron los cultivos más importantes en
el período de estudio, después del maíz, los cuales dominaron el paisaje
agrario chinampero durante toda la Colonia, el siglo XIX y hasta pricipios
del XX. Asimismo considero, a nivel de hipótesis, que tuvieron más en
este período que en el prehispánico tomando en cuenta, entre otras cosas,
el aparente desplazamiento -en una época aún no precisada del período
colonial- de las especies de uauhtli y chía empleadas principalmente como
al.imentos básicos en la elaboración de harinas y masa.
Estas hortalizas nativas no perdieron importancia sino hasta el siglo
XX. Ello ocurrió en algunas zonas durante las primeras décadas; en otras,
hasta la cuarta o quinta. Hoy su cultivo ha desaparecido como el del
jitomate) o bien, es muy limitado (como el de chiles, calabaza, chilacayote
o tomate).
Algunas hortalizas del Viejo Mundo se hicieron muy populares desde
el siglo XVI, especialmente el pepino, la lechuga y la col, y se
incorporaron plenamente a las chin:ampas, ampliando y diversificando el
repertorio.
Pero fue en el transcurso de las primeras seis décadas del siglo XX,
con cierta variación de un lugar a otro de las zonas chinamperas
sobrevivientes, cuando tuvieron lugar los cambios más importantes del
período de estudio. Las plantas na.ti.vas "comerciales" y las especies del
Viejo Mundo que se fueron incorporando paulatinamente desde el siglo
XVI (ya "tradicionales" ~n este sentido), fueron desplazadas casi por
completo por plantas de ciclos más cortos así como por plantas de ornato,
si bien muchas de ellas ya se cultivaban desde antes en pequeña escala.
Este cambio se debió a una combinación compleja de factores
concatenados entre los cuales a veces resulta difícil distinguir los que
fueron causa y los que fueron resultado. En primer lugar, cabe apuntar los
profundos cambios ambientales ocurridos a partir de la intensa
explotación de los acuíferos del sur de la Cuenca, especialmente los de la
zona de Tláhuac y Xochimilco. Provocaron en forma más o menos directa
el abandono de algunos cultivos "tra9icionales" (nativos e introducidos)
por falta de agua suficiente Gitomatte, pepino, lechuga, tomate, etcétera) Y
la generalización de otros (hortalizas europeas y asiáticas así como nuevas
plantas de ornato).
235
El crecimiento demográfico de la ciudad de México, que si bien fue la
causa directa del aumento de la extracción de agua de las zonas
circunvecinas a la ciudad, incluidas Xochimilco y otras, al mismo tiempo
provocó otros efectos. Uno, que el área urbana se expandiera sobr-e
antiguas zonas agrícolas; otro, que se crearan empleos no agrícolas en lo§.
servicios urbanos y la industria, ocupados principalmente por IÓs
campesinos de las zonas más cercanas, a menudo las mismas perjudicadas
por la falta o la disminución de agua. El tercer efecto fue positivo, si bien
efímero: la multiplicación de la demanda de productos agrícolas
perecederos por parte de los habitantes de la ciudad de México. Resulta
difícil situar con precisión las fechas de este período de aumento de la
demanda de los productos de las chinampas, en gran medida porque no
sucedió al mismo tiempo ni con la misma intensidad en los diversos
pueblo& chinamperos que todavía se mantenían. Sin embargo, la
información indica que alcanzó su máximo entre 1940 y 1960. Fue éste el
período en el que sobre todo pierden importancia las hortalizas
mesoamericanas en tanto se intensifica la de las introducidas. Se impuso,
como ya se dijo, la tendencia a producir plantas de ciclos más cortos, que
son, por lo general las de origen asiático y europeo así como plantas de
ornato.

El aumento de la demanda urbana fue un poderoso e importante


estímulo para la ampliación de las áreas de cultivo en las zonas
chinamperas existentes, simultáneo al de su propia recuperación
demográfica.
Pero tanto el crecimiento de la población como el desarrollo general
del país, a partir de los cincuentas sobre todo, trajeron consigo la
extensión de las redes de comunicación y de abastecimiento a la ciudad de
México. Orras zonas productoras, más allá de la Cuenca de México como
los valles de Morelos, Cholula, Tex.melucan, Tehuacán, etcétera,
empezaron a co,mpetir con las de la propia Cuenca y terminaron por
desplazar a muchos de sus productos tradicionales.

236
PLANTAS MENCIONADAS EN LAS FUENTES•
Epoca prehispánica

M.AIZ, CHILE, TOMATE, CALABAZA, FRUOL (Alvarado


Tezozomoc, 1944:17).
M.AIZ, HUAUTLI, FRIJOL, CALABAZA, CHILCHOTL (ají o
chile verde), JITOMATE. En camellones en Xaltocan (Alvarado
Tezozomoc, 1944:15).
MAIZ, FRIJOL, ALEGRIA, CHILE, CHIA, QUELITES,
FLORES. Reconstrucción hecha por West y Armillas
(1950:180-181).

Epoca colonial

1555. San Gregorio Atlapulco: JITOMATE ()Anales de San Gregorio


Acapulco: 112).
1558. Xochimilco, jurisdicción: MAIZ en milpas de la tierra y del agua
(Sobre el modo de tributar... :106).
1568. Xochimilco, pueblo: MAI.Z, siembra en almácigo, estaba en fruto
hacia mediados de marzo. (AGN, Tierras, vol. 1525, exp. 5).
1580. Culhuacan, jurisdicción: MAIZ, algún TRIGO, LECHUGAS,
CALABAZAS, CHILES, TOMATES, QUELITES Y OTRAS
LEGUMBRES E YERBAS QUE LOS NATURALES COMEN
(Relación de Culhuacan, UTA, JGI, XXIII-14).
1580. Mexicaltzingo, jurisdicción: MAIZ, QUELITES, CHILE Y OTRAS
LEGUMBRES.(PNE, Vl:194).
1580. Culhuacan a Chalco: MAIZ, PIMIENTO, COLINO,
LECHUGUINO (Ojea, 1897: 2y3).
1581. lxtapalapa, señorío: TRIGO, MAIZ, CEBADA, FRIJOLES
(Monjarás-Ruiz, 1980).
1585. Xochimilco, jurisdicción: MAIZ, CHILE, CHIA (Ciudad Real,
1976, I: 107).

• Se rcspct6 la forma de escribir de las fuentes. (N. de A).

137
1599. Zona lacustre del valle en general: MAIZ Y OTRAS SEMILLAS
(Vargas Machuca, 1892, 11:141-142).
1()()4. Zona lacustre en general: MAIZ, BERZAS (Torquemada, 1969,
11:483).
1693. Zona lacustre en general: MAIZ, LEGUMBRES, PIMIENTOS
(chiles). TOMATES, XITOMATES (Vetancourt, 1971 :32-33).
ZEMPOALXOCHITL O CLAVELLINA DE INDIAS (en
particular en la ciudad de Xochimilco), MOSQUETAS,
RETAMA, ESPUELA DE CABALLERO, CLAVELES (blancos,
salpicados y colorados) (Vetancurt, 1971:41 y 56).
1746. Xochimilco, ciudad: FLORES (Villaseñor, 1952, 1:165).
1746. Mexicaltzingo, jurisdicción: FLORES, HORTALIZAS (Villaseñor
1952, 1:60). .
1759. Iztacalco: VERDURA, comercio a Texcoco (AGN, Ríos, y
Acequias, vol. 4, exp. 1, f. 2r-3v).
1791. Santa Anita: MAIZ, HORTALIZA, FLORES, TOMATE, CHILE
(AGN, Tierras, vol. 1220, exp. 1, f. 170).
1791. Culhuacán a Xochimilco: MAIZ, COL VERDULERO Y
REPOLLO. BETUALLA: LECHUGA, ZANAHORIA,
BETABEL, NABO, CHILE, TORNACHILE, TOMATE,
JITOMATE, CALABAZA, PEREJIL. FLORES:
SEMPOAXOCHITL, AMAPOLA. ALELI, CHICHARO DE
CHINA, ESPUELA DE CABALLERO (Alzate, 1831, II:230-247).
s/f Xochimilco: FLORES, CEMPOALZOCHITL (Veláz.quez de León, f.
74r- 75r).
s/f Xochimilco: VERDURA, VITUALLAS, FLORES (BNM, 19 266, f.
185v-185r).
18ff3. llztacalco? HABAS, GUISANTES, PIMIENTOS (Capsicum,
chile), PATATAS, ALCACHOFAS, COLIFLOR, e "INFINIDAD
DE OTRAS VARIAS LEGUMBRES" (Humboldt 1966:135).

Epoca lndependiente y porfiriato

1816. Xochimilco a Ixtayopan: FLORES VITUALLAS, algún MAIZ; 4


años de anegación (AGN, Desagüe, vol. 43, exp. 5, no. 465).
1826. Iztacalco, municipio (Santa Anita, San Juan Nexticpac, La
Magadalena Atlazolpa): TORNACHILE, CHILITO, TOMATE,

238
nTOMATE, CALABAZA, LECHUGA: dañádas por una
granizada el 24 de mayo (AGN, Ayuntamientos, vol. 10, f.
737r-1:74v).
1855. Santa Anita e Iztacalco: HORTALIZA. FLORES: ROSAS DE
CASTILLA, CLAVELES,. AZUCENAS, AMAPOLAS,
CHICHAROS {Payno, 1855:412-413).
1864. Chalco: FRUTAS, LEGUMBRES (Orozco y Berra, 1864:165).
1883. Iztacalco, Santa Anita, Lo~ Reyes: AMAPOLAS (rosas y blancas),
ACIANOS AZULES, OHI~OS MORADOS, ALHELIES,
ESPUELINES, CAMPANULAS, TREBOL, MASTRANZO
(Altamirano, 1949:210).
1883. Tetelco: COLES (Peñafiel, 1884:83).
1884. Zona lacustre en general: FLORES Y LEGUMBRES (García
Cubas, 1884:262).
1894. Santa Anita, Iztacalco, San Juanico, Mexicaltzingo e Iztapalapa:
' AMAPOLAS, ESPUELAS DE CABALLERO, CLAVELES,
ZEMPAXUCHIL, LEGUMBRES Y HORTALIZAS (García
Cubas, 1894:19).
1894. lztapalapa: MAIZ (además de las anteriores) (García Cubas,
1894:19).
1899. En la llanura del canal (de la Viga): VERDURAS (toda clase}, y
algunas LEGUMBRES Y FLORES. (Figueroa, 1899, I:356).
1904'. Santa Anita e Iztacalco: HORTALIZA, LECHUGAS, APIO,
AMAPOLAS, ESPUELA DE CABALLERO, CLAVEL,
RETAMA, CHICHAROS, ALHELIES, ZEMPOALXOCHITL
(García Cubas, 1904:373).
1911. Xochimilco: MAIZ, JITOMATE, CHILE, COL, COLIFLOR,
LECHUGA, TOMATE, COL DE BRUSELAS, CEBOLLA,
ESPINACA, APIO, RABANO, AMAPOLA, MARGARITA,
CLAVEL, PENSAMIENTO, CRISANTEMA, DALIA, ALELI
(Santamaría, 1912:14-15 y ss.).
1911. 1:napalapa: ALCACHOFA, AJO, COL, CHILE, ACELGA
(Santamarla, 1912:14-15 y ss.).
1911. lztacalco, Santa Anita: LECHUGA, CEBOLLA, PORO O
PUERRO, NABO, ZANAHORIA, AMAPOLA, MARGARITA,
CLAVEL, PENSAMIENTO, CRISANTEMA, DALIA, ALELI
(Santamaría, 1912: 14-15 y ss.).
239
1911. Zona chinampera Xochímilco a Iztacalco, cultivos de menor
importancia: ACELGA, ACEDERA, PEREJIL, CULANTRO,
RABANO, CALABAZA, FRIJOL, PEPINO, APIO, ALFALFA,
CEBADA (Santa.maría, 1912:14-15 y ss.).

Epoca posrevolucionaria

1923. Zona chinampera en general: MAIZ, FLORES, VEGETALES


(Nuttall, 1925:463).
1926. Mexicaltzingo, lztacalco, Santa Anita: MAIZ, nTOMATE, CHILE,
CALABACITAS, TOMATES, LECHUGAS, COLIFLOR,
CEBOLLA, APIO, ESPINACA, ALCACHOFA, AJO, PUERRO,
NABO, ZANAHORIA, ACELGA, ACEDERA, PEREnL,
CULANTRO, RABANO, PEPINO, ALFALFA, CEBADA;
AMAPOLA, CLAVEL, MARGARITA, CRISANTEMA,
PENSAMIENTO, DALlA, ALELI, ALCATRAS (Montes de Oca,
1926:424).
1938. Zona chinampera de Xochimilco en general: MAIZ Y FRIJOL
(autoconsumo); COL, ESPINACA, LECHUGA, PEPINO, APIO,
JITOMATE, CHICHARO, EJOTE, CEBOLLA; LIRIO,
CLAVEL, AMAPOLA, TULIPAN, NOMEOLVIDES,
ALCATRAz, NARDO, CRISANTEMO, PENSAMIENTO,
MARGARITA (Schilling, 1938).
1946-1947. Mizquic: MAIZ, TOMATE, JITOMATE, COLIFLOR,
CILANTRO, ALEGRIA, CHILE, ZANAHORlA, NABO,
RABANO, CEBOLLA (West y Armillas 1950; Armillas, notas,
1946). ·
Iztacalco: MAIZ, LECHUGA, COL, FRIJOL, PORO,
CEBOLLA, ZANAHORlA, ALCACHOFA, CILANTRO,
BETABEL, ALFALFA, TOMATE, JITOMATE, NUBE,
IMPERIAL, CLAVEL, CHICHARO, GLADIOLA, MALVA
{West, notas, 1947). ·

Ixtapalapa: LECHUGA, BETABEL (West, notas, 1947).


1953-1954. MAIZ, ALEGRlA, JITOMATE (Sanders, 1957).

240
ESPECIES

ACELGA Beta vulgaris var. cicla L.


AGAZANIA (GAZANIA) Gaz.ania spp.
AJO Allium sativum L.
AHUEJOTE Salix bomplandiana H.B.K.
ALBAHACA Ocimum basilicum
ALCACHOFA Cynara scolymus L.
ALCATRAZ Zantedeschia spp.
ALEGRIA O UAUHTLI Amaranthus leucocarpus S. Wats
ALFOMBRILLA Verbena pu/che/la
ALHELI Matthiola incana (L.) Bt et R.
ALVERJON Pisum arvense L.
AMAPOLA Papa ver rhoeas o P. somniferum L.
AMAPOLA JAPONESA Eschscholtzia califomica
APIO Apium graveolens L.
ARETILLO Fuchsia fu/gens
AZUCENA Lili.um candidum L.
BETABEL Beta vulgaris var. crassa Alef.
BROCOLI Brassica oleracea var. cauliflora
CALABAZAS:
a) Calabacita japonesa Cucurbita pepo L.
b) Calabacita redonda Cucurbita pepo L.
e) Calabaza de Castilla Cucurbita mixta Pang., o C. moschata y
máxima Duch.
CAPULIN Pnuws capuli C.
CEBADA Hordeum vulgare L .
CEBOLLA Allium cepa L.
CILANTRO Coriandrum sativum L.
CIRUELO Prunnus spp. L.
CLAVEL Dianthus caryophyllus
COL Brassica oleracea var. capitata L.
COL DE BRUSELAS Brassica oleracea var. gemmifera L.
COLINABO Brassica oleracea var. napobrassica Mili.
COLIFLOR Brassica oleracea var. bot,ytis L.

241
CRISANTEMO Ch,ysanthemum spp. L.
CHABACANO Prunus anneniaca L.
CHAYOTE Sechium edule (Jacq.) Sw.
CHIAS Salvia hispanica L. o Hyptis suaveolens
Pot.
CHICHARO DE OLOR Lathyrus odorams L.
CHILACA YOTE Cucwvita ficifolia Couche
CHILES Capsicum annum L. y C. frutescens L.
CHINO lmpatiens su/tani
DALIA Dahlia coccinea Cav. , D. pim,ata Cav.,
D. lehmannii Hieron
DURAZNO Prunus persica Stokes
EPAZOTE Chenopodium ambrosioides L.
ESPINACA Spinacia oleracea L .
ESPUELA DE Delphinium ajacis
CABALLERO
ESTER (ASTER) Asterspp.
FLOR DE MUERTO O Tagetes pamla L.
CEMPASUCHIL
FRUOLES:
a) Delgado Phaseolus vulgaris L.
b) Gordo o ayoeote Phaseolus coccineus L.
GLADIOLA Glaáiolus spp.
GRANADA Punica granamm
HABA Vicia faba L.
HIGO Ficus carica
IMPERIAL Centaurea imperialis
JITOMATE Lycopersicon esculentum Mili.
JUANITA Phlax drummondi~ P. subulata, P.
Su/fruticosa.
LECHUGA Lacmca sativa L.
LENTEJA Lens culinaris
LIRIO Iris spuria
MAGUEY Agave atrovirens Karw.,A. latissima
Jacobi, A. pisaga Trel.
MAIZ ZeamaysL.

242
MALVA MaJvaspp.
MANZANILLA Matricaria chamomilla
MARGARITA Callistephus chinensis (L.) Nees
MEMBRILLO Cydonia oblonga Mill.
MERCADELA Calendula officinalis L.
NABO Brassica napus
NOMEOLVIDES Myosotis sylvatica
NOPAL Opuntia spp.
NUBE Gypsophila paniculata L.
OLIVO Olea europaea
PANALITO Alyssum maritumum
PENSAMIENTO Viola tricolor L. var. hortensis
PEPINO Cucumis sativus L.
PEREJIL Petroselinum crispum Hoffm.
PETUNIA Petunia hybrida
PINCEL Centaurea cyanus
PORO O PUERRO Allium porrum L.
QUELITES Amaranthus spp. , Chenopodium spp.,
Porophyllum spp., Rumex spp.
RABANO Raphanus sativus L.
ROMERITO Suaeda torreyana Wats.
ROMERO Rosmarinus officinalis L.
R U DA Ruta graveolens L.
SALSIFI Tragopogon porrifolius
TEJOCOTE Crataegus pubescens (H.B.K.) Stead.
TOMATE Physa/is ixocarpa Brot.
TRIGO Trilicum sativum Lam.
TUBEROSA Begonia tuberosa
UAUHZONTLE O
QUELITE MAZORCA Chenapodium nuttaiiae Saff.
VARA DE SAN JOSE Althaea rosea
VIOLETA Viola odorata L.
YERBABUENA Mentha sativa L.
ZANAHORIA Daucus carota

243
DISTRIBUCION Y DESTINO DE LAS CHINAMPAS DE LA CUENCA DE MEXICO

Epoca prehispánica Desti11oposteriora 1521


XALTOCAN: en Xaltocan mismo y en sus poblados: Desaparecieron a principios del siglo XVIl como
Tonanitla, Atenanco, Miltenco y Tianquistenco consecuencia de la congregación civil
MEXICO: en gran parte del vaso, sobre todo en los Desaparecieron paulatinamente durante la colonia
alrededores de Tenochtitlan y hacia el sur
ESTRECHO LACUSTRE COYOACAN-CERRO DE En Coyoacan existían aún a principios del siglo XVIII,
LA ESTRELLA: en varios poblados de Coyoacan en los barrios de los Reyes Tetlamaco y Niño Jesús
como Tetlamaco; en Culhuacan, Mexicaltzinco,
t lxtapalapa y la mayoría de las dependencias de estas
En Tlalpan las había a principios del siglo XVIII, en el
barrio de Hueipulco
cabeceras, ubicadas en las cercanías del canal de
Chalco: Ixtacalco, Acaquilpan, Aztahuacan, Nexticpac , En Ixtacalco, Mexicaltzingo y Santa Anita
Acolco, Zacatlalmanco, Tetepilco, Zacahuitzco y- Zacatlalmanco, existían aún en 1911. En lxtacalco y La
Mixihucan Magdalena Mixihuca, existían en 1950. En lxtapalapa
existían en l<J'77.
CHALCO-XOCHIMILCO: en la casi totalidad de los En Xico, existían en 1791. En Chalco y Ayotzingo ya no
vasos, excepto en algunas secciones más hondas como las había en el siglo XIX
Ayotla y Acuescomac
En Xocbimilco, Nativitas, A llpixca, Atlapulco,
Tlaxialtemalco, Tulyehualco, Tláhuac, Tetelco,
DISTRIBUCION Y DESTINO DE LAS CHINAMPAS DE LA CUENCA DE MEXICO

Epoca prehispánica Destino posterior a 1521


Tezompa y Mixquic, existían en 1950. Las de lxtayopan
ya se habían secado

En Tulyehualco existían en 1977 en pequeña escala


En Xochimilco, Atlapulco, Tlaxialtemalco, Míxquic y
Tlábuac, existen aún en 1990
CULTIVOS DE LAS CHINAMPAS

e; Epoca prehispánica Siglo XX


(En orden de importancia):
Maíz (posiblemente raza chalqueño) Continúa su cultivo
Jitomate Continuó hasta los treintas y hoy en forma muy limitada
Tomate verde Continuó hasta los treintas y hoy en forma limitada
Chiles (posibles variedades: tonalchilli o tornachile; Continúa en forma limitada
chUchotl o chile verde (criollo); carricillo, etcétera)
Calabazas Continúan las variedades para su venta en tierno
japonesa y criolla
Chi/acayote Continúa para su venta en tierno
CULTIVOS DE LAS CHINAMPAS

Epoca prehispánica Sigloxx

Frijoles (delgado, para grano y ejote; y grueso e ayecote, Ya oo se cultivan en las chinampas, excepto el ejotero
para grano) ,,

Alegria Continúa su siembra en almácigos, pero se trasplanta a


los cerros en el temporal
Quelites (grupo de plantas conocidas eo oáhuall como Continúa el cultivo de romerito (iztacqw1itl),
8'. quflill: verdura o hierba comestible) huauhzontle o quelite mazorca, epazote, verdolaga,
chivitos, quiotooiles, entre otros
Flores (cempoalxóchitl, tuberosa, dalia y otras oo Continúa el cultivo de las tres primeras, más otras
especificadas) muchas de diversos orígenes. Entre las registradas:
espuela de caballero, amapola, mosqueta, aciano,
nomeolvides, violeta (éstas ya casi no se cultivan); nube,
rosa de castilla, pensamiento, alhelí, chícharo, azucena,
crisantemo, aretillo, agazania, clavel, rosita floreadora,
perrito, aster, mosco, chino, vara de san José, panalito,
imperial, juanita, margarita, morcadela, petunia, pincel,
amapola japonesa, cortina. La mayoría se venden coo
cubo de ti~rra para trasplantar
CULTIVOS DE LAS CHINAMPAS

Epoca prehispánica Sigloxx


Aboles frutales (posiblemente, capulín) Se agregan: higo, breva, membrillo, chabacano, durazno,
manzano, peral
Hortalizas del Viejo Mundo: lechuga (orejona, romana,
francesa, escarola); pepino (en desuso); col verdulero y
repollo; coliflor, colecita de Bruselas, colinabo, nabo,
zanahoria, betabe~ perejil, cilantro, cebolla ( en desuso),
ajo (en desuso), acelga, espinaca, apio, rábano, poro,
salsifí, alfalfa
Hierbas de olor: romero, yerbabuena, albahaca, ruda,
orégano, mejorana, tomillo

Arbustos y árboles de ornato: trueno, tamariz, altamiza,


ahuejotc;, casuarina

INSTRUMENTOS E IMPLEMENTOS AGRICOLAS CHINAMPEROS

Epoca prehispánica (reconstrucción) Siglo XX


Canoa o acalli de una sola pieza, de madera, con "pala" Canoas de tablas de diversos tamaños: canoa, chalupa,
(remo) y "remo" (pértiga o garrocha) chalup6n, trajinera o petatera de carga, etcétera. Con
"pala" y "remo". Algunas en desuso
INSTRU MENTOS E IMPLEMENTOS AGRICOLAS CHINAMPEROS

Epoca prehispánica (reco11strncció11) Sigfoxx

Zoquimaitf (cuero de lodo, zoquimacla, cuero,


zoquicuero), para extraer lodo del fondo del canal para Casi en desuso
hacer el almácigo
Tlaxpala, cuellaxpala o batea, para regar En desuso
introduciéndola en el agua y tirando hacia adelante
Uictfi o coa de hoja hecha de madera, para trabajar el Se transformó en la coa con hoja de fierro en sus dos
suelo y para sembrar variantes: 1) con hoja en forma de medio corazón con
& filo en un solo lado, para sembrar (casi en desuso) y 2)
con hoja de doble filo y punta curva, para cortar el
césped (en desuso)
Pixcador para cortar el totomochtle del maíz durante la En uso
cosecha
Ayatf y mecapalli, para depositar y cargar En uso
temporalmente las mazorcas y otros productos
Uitzoctli (punzón, pizón), para agujerear el suelo E n desuso
presionando con un golpe y allí sembrar
Medidas (hilo de algodón con estaquitas) para alinear En uso
surcos y almácigos
INSTRUMENTOS E IMPLEMENTOS AGRICOLAS CHINAMPEROS

Epoca prehispánica (reconstrucción) Sigloxx

Carricitos, olotes y estacas para hacer agujeros en los En uso


chapines del almácigo
Canastos y chiquihuites de tule, carrizo y bejuco de Ea uso parcial. Recibían nombres como pentón, shundi,
varas de ahuejote cbiquihuite, labador, canasta
Garabato o gancho de madera, para jalar la cinta En desuso
Tabla andamio para pararse encima del almácigo y En uso
cortar el lodo
~ Cuchillos y navajillas de piedra y obsidiana, para cortar En desuso
hierbas, lodo y otras labores

Cincolote o almacén de maíz (posiblemente de planta En desuso


cuadrangular), de troncos o tablas
Rastrillo de palo, para aplanar la superficie del En uso
almácigo
Saranda, para trasladar las plantas en sus chapines, del En desuso
almácigo al suelo, para su siembra definitiva Azadón de fierro, para barbechar el suelo, formar
almácigos y surcos
INSTRUMENTOS E IMPLEMENTOS AGRICOLAS CHINAMPEROS

Epoca prehispánica (reco11strncció11) Sigloxx


Cuchillo almaciguero, de una o varias hojas, para cortar
el lodo y formar los chapines
Pala recta o derecha, para sembrar maíz y abrir zanjas
Pala arenera, para extraer el lodo del fondo del canal
Bieldo, para recolectar la vegetación acuática utilizada
como abono
Rastrillo de fierro, para allanar por presión la
vegetación acuática que sirve de abono
Machete, hoz y guadaña, para cortar hierbas y cosechas
Cubeta y regadera pra regar las plantas
Huacales de tablitas o varas para trasladar plántulas y
cosechas

Carretilla de fierro para transportar instrumentos,


cosechas y plantas
Bomba d e gasolina para regar
Aspersores para fumigar
SIGLAS
AGI Archivo General de Indias
AGN Archivo General de la Nación
BNM Biblioteca Nacional de Madrid.
CDHAI Colección de Documentos Inéditos
relativos al descubrimiento, conquista y
organización de las antiguas posesiones
españolas de América y Oceanía,
sacados de los archivos del Reino, y
muy especialmente del de Indias. Torres
de Mcndoza, editor. 42 vols., Madrid,
1864-84.
CIESAS Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social.
CISINAH Centro de Investigaciones Superiores
del Instituto Nacional de Antropología
e Historia.
CONACYT Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología.
ENAH Escuela Nacional de Antropología c
Historia.
JGI Joaquín García Icazbalceta.
INAH Instituto Nacional de Antropología e
Historia.
INIREB Instituto Nacional de Investigaciones
sobre Recursos Bióticos.
PNE Papeles de Nueva España.
SEP Secretaría de Educación Pública.
SRH Secretaría de Recursos Hidráulicos.
UAM Universidad Autónoma Metropolitana.
UMAM Universidad Nacional Autónoma de
México.
UTA University of Texas, Austin.

251
LAS CHINAMPAS MEXICANAS*

Juan José Jiménez Osomio


Arturo G ómez-Pompa

INTRODUCCIÓN
Los problemas relacionados con la producción de alimen.tos en el
mundo ocupa la atención de muchos científicos y organizaciones
nacionales e internacionales. Hay diferentes formas de ver estos
problemas y de hecho existen paradojas difíciles de entender, tal es el caso
de la sobréproducción de alimentos en algunos países en los que, incluso,
se tiene que ~ubsidiar a los agricultores para que no produzcan más
alimentos, en contraste con otros países que tienen que recurrir a la ayuda
internacional para obtener los alimentos mínimos, -que requiere de emer-
gencia su población, ante la inminente inanición de sectores importantes
de ésta.
Sólo unos cuantos países son autosuficientes en sus alimentos básicos.
El resto, que incluye a todos los países en desarrollo, tiene que comprar
parte de sus alimentos. Muchos países podrían ser autosuficientes, pero su
estrategia ha sido la de producir otros alimentos no básicos, pero sí co-
merciales, con los que, teóricamente, pueden obtener las divisas
necesarias para comprar los alimentos básicos.
• Pensamiento lberoan,erieano, 1987. 12:201-21S. (N. de .Comp.J.
Desafortunadamente existen muchos países en desarrollo en los que
sus necesidades alimenticias han rebasado su capacidad de compra y,
aparentemente, también su capacidad de producir sus propios alimentos.
Las razones por las que se ha llegado a este extremo son varias y están
relacionadas con un subdesarrollo educativo a todos los niveles que ha im-
pedido un equilibrado desarrollo económico que permita tener los recur-
sos para adquirir los alimentos. Lastimosamente, muchos de estos países
se han alejado también del objetivo de la autosuficiencia alimentaria
(Barkin y Suáre7~ 1985), dedicando buenas tierras agrícolas a la ganadería
o a la producción de alimentos no básicos.
En adición a toda esta dramática situación por la que atraviesan
muchos países tropicales está el crecimiento poblacional, que en algunos
países ha llegado a sus límites. Por otro lado tenemos también el creciente
incremento del consumo per cápita en proteína de origen animal por sec-
tores privilegiados de los grandes centros urbanos. La combinación de
estos factores ejerce una presión sin precedentes sobre el medio ambiente
y sus recursos naturales. Se han sobrepasado en muchas instancias los
límites de la capacidad de carga humana del ambiente (Catton, 1987),
produciendo una aguda degradación ecológica (empobrecimiento
biológico, contaminación, deforestación, erosión y sobrepastoreo), tal
como lo expresa el reciente informe de las Naciones Un.idas (Brundtland,
1986).
En contraste con estas situaciones de emergencia que existen en al-
gunos países tropicales hay algunos otros que, aparentemente, no tienen
una aguda presión poblacional, ni escasez de tierras agrícolas, en los que
la educación ha hecho avances notables en todas las áreas, y, sin embargo,
en ellos se manifiestan muchos de los problemas antes mencionados: falta
de autosuficiencia en a.limentos básicos, falta de recursos económicos para
comprar los alimentos y otros productos necesarios, que conllevan al en-
deudamiento creciente del exterior y a la degradación del ambiente por
presión de ciertos grupos de población forzados a resolver su subsistencia.
El trópico de México es un buen ejemplo de esta situación. La mayor
parte de las selvas mexicanas han sido taladas en los últimos treinta años
con el pretexto de abrir tierras al cultivo para satisfacer las demandas
alimenticias de una creciente población (Halffter, 1983). Desde hace al-
gunos años varios investigadores mexicanos han venido cuestionando la
validez de todos los argumentos usados para justificar la apertura de la
254
"frontera agrícola" en el trópico mexicano (Gómez-Pompa et al., 1976;
Toledo, 1984; Gómez-Pompa. 1987a).

Este cuestionamiento de la problemática de la destrucción de selvas en


México para fines alimentarios nos da elementos importantes para
entender la problemática mundial desde un punto de vista diferente.

DOS TIPOS DE AGRICULTURA

En México, al igual que en otros países en desarrollo, conviven dos


tipos de agricultura principales: una es la denominada agricultura moder-
na industrial, basada en un alto consumo de energía fósil a través del uso
de maquinaria e implementos agrícolas diversos, así como en el extensivo
uso de insumos químicos para el control de plagas y malezas y para la
fertilización de los suelos. Esta agricultura está basada en los notables
descubrimientos de la ciencia moderna y sus técnicas son consideradas
como las más avan2adas. Cuando se habla de la "revolución verde" se está
refiriendo a esta agricultura (Bourlaug, 1986).
La otra agricultura es la tradicional, la cual está basada principalmente
en una serie de técnicas y métodos que las sociedades tradicionales han
desarrollado con su ciencia empírica a través de generaciones. Esta
agricultura tradicional se practica por miUones de campesinos de países
en desarrollo. Esta agricultura está basada principalmente en el uso de la
energía biológica y especialmente en el uso intensivo de la mano de obra
campesina. Algunos de estos sistemas tradicionales, a pesar de no usar la
tecnología moderna, por lo que muchas veces son considerados como
primitivos o simples, han demostrado ser altamente productivos y sos-
tenibles durante siglos y tener fuertes bases ecológicas (Gómez-Pompa,
1978).

LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS EN EL PASADO


Uno de los hallazgos más importantes de este siglo ha sido el
descubrimiento de que la cultura maya, que habitó principalmente las
tierras tropicales de baja altitud de México y Centroamérica, llegó a tener
densidades de población muy superiores a las actuales (500 h/km). Estos
niveles poblacionales se comparan a los de Java en la actualidad. De
acuerdo con los arqueólogos, estos niveles poblacionales se mantuvieron
por varios siglos y aparentemente esta densidad no causó las grandes
catástrofes ecológicas que se habían sugerido (Gómez-Pompa, 1987b).

255
Esta densidad de población sólo puede explicarse por la presencia de
sistemas muy eficientes de producción de alimentos. Dado el interés mun-
dial por la alimentación de los países en desarrollo y los frecuentes
fracasos de programas agrícolas industriales en el trópico, nos parece im-
portante asomarnos al pasado y tratar de entender los sistemas de subsis-
tencia que han permitido sobrevivir a muchas culturas, incluso con gran
esplendor.
Recientemente se han venido descubriendo varios de los sistemas de
subsistencia disponibles en los antiguos mayas (Harrison y Turner, 1978;
Flanery, 1982; Gómez-Pompa y Golley, 1981) que podrían encerrar al-
gunas respuestas a los problemas actuales de los países tropicales.

Uno de los más importantes es el sistema conocido como "campos


elevados" (raised fields) o "camellones" y a él nos vamos a referir en este
trabajo. Este sistema agrícola fue descubiemo en la zona maya por
Siemens y Puleston en 1972 y consiste en grandes zonas de "supuestos"
campos agrícolas rodeados de canales. Estas grandes zonas agrícolas se
han encontrado en el sur de la península de Yucatán, al igual que en otras
regiones del trópico mexicano. No se tiene ninguna evidencia de que este
sistema sea seguido por campesinos de la zona en la actualidad, salvo las
áreas experimentales a las que nos referimos más adelante. Aún más
notable es el hecho de que sistemas similares han sido encontrados en-
otras regiones del trópico en América (Denevan, 1980; Candler y Erick-
son, 1987).
Hasta la fecha no se tiene un conocimiento preciso de la extensión de
estas zonas agrícolas prehispánicas (Adams, 1981), ni de los cultivos que
los mayas tuvieron en estas zonas, ni tampoco de las técnicas que usaron.
Sin embargo, su similitud con sistemas tradicionales que todavía se
encuentran en uso en México ha dado la clave para sugerir que estas
zonas fueron utilizadas para la producción intensiva de alimentos en el
pasado.
Toda la evidencia que existe nos indica que estas zonas son muy
similares en su configuración física a la zona chinampera del Valle de
México (Siemens y Puleston, 1972), la cual es el último remanente de uno
de los sistemas agrícolas más eficientes que se conocen de origen
prehispánico, y que afortunadamente aún persiste y al cual nos
referiremos a continuación.

256
LAS CHINAMPAS

La palabra chinampa es de origen náhuatl, deriva de chinamitl que sig-


nifica "seto o cerca de cañas". Son pequeñas parcelas ele tierra de forma
rectangular y angosta, su tamaño, según Coe (1964), es de 500 a 100 m, sin
emb3i:go, en descripciones m_ás antiguas (Leicht~ 1937) se m~nciona que
las c hmampas eran de aproXImadamente 100 m-. Es este último dato el
que coincide con la información de los chinamperos que hemos entrevis-
tado, que indican que en el pasado las chinampas eran pequeñas, pero en
la actualidad el tamaño promedios de 2.200 m2 (Jiménez-Osornio y del
Amo, 1986). Las chinampas se construyeron en zonas inundables
mediante la transferencia y elevación del suelo sobre el nivel del agua,
para lo que se utilizaba materia orgánica, lodo o cualquier material que
permitiera consolidar estos islotes. De acuerdo con la tecnología de su
construcción se podía clasificar en chinampas de laguna adentro y

1. Suelos orgánicos. 5. Animales domés1icos.


2. AJrracigo. 6. Hombre.
3. Agua-lodo. 7. logre.sos.
4, Legumbres. 8. Hierbas.

Figura 17. Rttk~ conlln110 ele maluiales 1 principales elemenloe


de una chlnampa

257
chinampas de tierra adentro (Palerm y Wolf, 1972). No existe información
precisa de las distintas formas que se usaron en el pasado para construir
las chinampas; sin embargo, descripciones de las posibles técnicas de su
construcción se pueden encontrar en Santamaría (1912), West y Armillas
(1950) Sanders (1957), entre otros.

La chinampa es un sistema integral de producción agropecuaria y


forestal en el que se incluye la pesca en los canales, la sie1_bra de los
árboles en las orillas de las parcelas, la ganadería estabulada alimentada
con rastrojo, malezas y restos de cultivos (Gómez-Pompa, 1978). Este sis-
tema tiene una serie de componentes básicos que interactúan entre sí y de
los cuales depende su eficacia. Cualquier modificación que sufra alguno
de ellos afectará al sistema en general (Figura 1).
Las investigaciones arqueológicas muestran que las chinampas fueron
utilizadas siglos a. C. (Tolstoy, 1958; Moriarty, 1968) pero alcanzaron su
máximo desarrollo en 1400-1600 de nuestra era (Cox y Atkins, 1979).

El suelo
La clasificación de suelos en la zona chinampcra de acuerdo al sistema
USDA, r.aproximación, da como tipo general los de Fluvaquentic
Humaquept, y el sistema FAO modificado por DETENAL los clasifica
como pertenecientes a la subunidad Gleysol Eútrico (Calderón, 1983).
Estos suelos son ricos en materia orgánica y humus, los elementos esen-
ciales se encuentran en niveles altos y su textura es humo limoso. Lo más
notable es que estos suelos son antropógenos.
El mantenimiento de la fertilidad con el uso continuo de los suelos
proviene de ingresos constantes de materia orgánica en forma de residuos
no aprovechables de los cultivos mismos, la incorporación de plantas
acuáticas, excrementos de animales, agua-lodo, compostas preparadas
principalmente con malezas y la rotación de cultivos. Debido a los fer-
tilizantes utilizados el suelo de las chinampas no ha sido modificado
drásticamente; son muy parecidos a los suelos de los pantanos,
mostrándonos un brillante ejemplo de cómo manipular procesos naturales
con fines antropocéntricos (Wilken, 1979).
Los especialistas en suelos han tenido poco interés en estas zonas a
pesar de su ímportanci~ agrícola. Muy poca información existe acerca de
los suelos chinamperos, por lo que es muy difícil establecer los cambios
que éstos han sufrido. El único cambio bien claro es el aumento en la

258
salinidad de estos suelos debido a la lenta descomposición de los fel-
despatos sódicos y potásicos que abundan en las montañas que rodean al
Valle de México (Alatore, 1978), al agua (Méndez y Alfaro, 1982) y al re-
ciente uso de algunos fertilizantes químicos.
El agua

El cultivo en ehinampas depende en gran parte de la cantidad y la


calidad del agua. La disponibilidad de agua permite desarrollar una
agricultura independiente del régimen de lluvias así como también juega
un papel importante en la alimentación y transporte de los productos.
Desafortunadamente ha habido cambios en la calidad y control del agua
que han repercutido ecológica y socioeconómicameote en los pueblos
chi.n amperos. Esto se reíleja en la reducción de la superficie de cultivo y la
disminución en la variedad de especies cultivadas.

La problemática del agua de las chinampas tiene una larga historia. En


la cuenca del Valle de México se podían diferenciar la formación de cinco
lagos: Zumpango, Xaltocao, Texcoco, Chalco y Xochimilco (Figura 2).
Estos lagos eran alimentados por ríos de carácter torrencial así como por
verdaderos ríos y manantiales (Rojas, 1985). Durante la época
prehispánica existió un sistema de diques, que permitió controlar el nivel
del agua evitando inundaciones en tiempo de lluvias y permitiendo conser-
var el agua durante la temporada de sequía. La conquista afectó grave-
mente el funcionamiento de los lagos debido a que se destruyó el sistema
hidráulico prehispánico (Rojas, 1974). Los lagos de Xochimilco y Chale.o,
las únicas regiones donde actualmente hay chinampas, se vieron afectados
a finales del siglo XIX, ya que se construyeron canales para drenar el sur
de la cuenca y los caudales de los ríos que alimentaban estos lagos fueróo
desviados. En 1905-1914 se llevó a cabo la captación de los manantiales de
estos lagos para abastecer de agua a la creciente ciudad de México. Final-
mente, en 1958, se decidió restituir el agua extraída de los manantiales con
aguas negras con un tratamiento secundario (Alatorre, 1978), sin embargo
estas aguas, de acuerdo con diferentes estudios, no son recomendables
para riego, y tanto la flora como la fauna de los canales se han visto afec-
tadas seriamente (Balanzario, 1976; Aores-Granados, 1980; Méodez y Al-
fara, 1982).

Las plantas acuáticas

Otro elemento importante en las chinampas han sido las plantas


acuáticas, las cuales han sido utilizadas como alimento, fertilizante,
259
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Fueme: Clille. 1986.

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1k la cuenca 1k Mixlco

260
medicinas y como forraje (Lot y Miranda, 1983; Lot et al., 1979). Debido a
los cambios en la calidad del agua, actualmente las hidrófilas únicamente
se utilizan como fertilizantes y el abandono de la actividad agrícola
provoca que en algunas ocasiones las plantas acuáticas causen problemas
obstruyendo los canales y dificultando el transporte. Este problema ha
sido resuelto a través del uso de una máquina, perteneciente al gobierno,
que se dedica a limpiar los principales canales de los pueblos
chinamperos.

De manera indirecta las plantas acuáticas son importantes, ya que el


aporte de materia orgánica en los lodos de los canales proviene casi en su
totalidad de ellas (Quiroz, 1980).
Los árboles

Uno de los elementos que dan fisonomía propia al paisaje de la región


y que sirven para retener con sus rafees la tierra de los bordes de las
chinampas son unos árboles vulgarmente denominados "ahuejotes" (Salix
spp). Estos árboles eran utilizados como material de construcción
anteriormente. En la actualidad su uso principal es para leña, y sus ramas
para cubrir los almácigos en invierno. Al parecer hay más de una especie,
ya que los chinamperos dan diferentes nombres (ahuejote", "tepehuejote",
"huejote") y aprecian unos más que otros. Desde el punto de vista
ecológico, estos árboles sirven como cortina contra el viento y como
barreras de vegetación que rompen los patrones de movimiento de los
insectos plaga. Poco se sabe de la ecología y biología de los ahuejotes, en
la actualidad éstos se ven afectados por plagas que de acuerdo a los
chinamperos más viejos no existían anteriormente. La calidad del agua
parece afectar en gran medida el crecimiento y desarrollo de estos
árboles, ya que se pueden apreciar diferencias entre ellos según la calidad
del agua de los diferentes canales. Muchos de los ahuejotes están muertos
y, debido al abandono de las chinampas, no hay resiembra como
antiguamente se hacía.

Unicamente en Xochimilco, el pueblo chinampero con más turismo, se


ha tratado de controlar las plagas en los ahuejotes.

Existen algunos otros árboles, como el pirul (Schinus mole), que


también se encuentran en las oriUas de los cana.les pero producen mucha
sombra e interfieren con los cultivos por lo que no son tan preciados como
261
los ahuejotes. También hay, aunque son muy escasos, árboles frutales:
chabacano, durazno, membrillo.
Los animales
La pesca, la caza de aves, la captura de tortugas, ranas, ajolotes,
pequeños crustáceos y diferentes insectos contribuyeron al enriquecimien-
to de la dieta y subsistencia de los pueblos chinamperos (Rojas Rabiela,
1985). Al introducir las aguas negras en los canales desaparecieron
muchos de estos organismos.
Los animales domésticos han sido importantes desde la época de la
colonia: vacas, gallinas, guajolotes, patos y cerdos han sido parte de este
sistema. El tener ganado estabulado (que es alimentado con esquilmos y
malezas y del cual se obtiene leche, carne y fertilizante) es muy importante
para la autosuficiencia del sistema. Jiménez y del Amo (1986) encontraron
que la gente que ya no tiene ganado es la que utiliza abonos químicos para
fertilizar sus chinampas.
las plagas
Uno de los problemas principales en los sistemas agrícolas son las
plagas, las cuales generalmente se controlan a través del uso de
agroquímicos, para lo que se requiere capital y asesoría adecuada. Muy
poco se conoce sobre las plagas y su control en las chinampas: en ninguna
de las descripciones antiguas de este sistema se mencionan problemas de
plagas. En la actualidad el uso de insecticidas en esta región es común y
no se hace de manera adecuada. Aparentemente los chinamperos han
adoptado estos productos sin problemas, pero sería importante estudiar
este tema más a fondo.
Sin embargo, aunque las malezas son consideradas las plagas más
importantes, en las chinampas no se utilizan herbicidas. Al parecer, en el
sistema chinampero ha habido un proceso de selección de numerosas
especies de malezas para su utilización en la alimentación humana y de los
animales, como plantas medicinales, como fertilizantes, como material
para construir herramientas y aún en el control de plagas de las especies
cultivadas. Para el chinampero las malezas son parte de su producción y
reconoce su aportación en la economía familiar pero también reconoce la
capacidad de interferencia durante períodos críticos de los cultivos.
Durante estos períodos las malezas son combatidas a través de deshierbes
manuales selectivos. Existe la posibilidad de que el uso de algunos cultivos
21,2
tenga por objeto el control de malezas a través de sustancias químicas que
las plantas liberan al medio (Jiméncz-Osornio y Schultz., 1981).
La tecnología

La tecnología utilizada en las cbinampas requiere de mucha mano de


obra: ha sido generada y desarrollada por los cbinamperos de acuerdo
con sus necesidades, lo que los hace autónomos y les da el poder de
producción.

Diversos instrumentos son utilizados en todo el proceso chinampero


desde la antigüedad. Todos los instrumentos y muchas de las técnicas
tienen nombre náhuatl (Rojas, 1983).

Una práctica esencial de la tecnología cbinampera son los almácigos,


los cuales se construyen con agua-lodo de los canales, son rectángulos de
2 m de ancho y que varían en longitud. Una vez que la capa de agua-lodo
se empieza asecar se corta en cuadros que varían de acuerdo al cultivo,
quedando unos cubos de lodo a los que se les llama "chapines". La
siembra en almácigos permite llevar a cabo una selección de las plántulas
más vigorosas, así como programar los trasplantes y cosecha, facilita los
cuidados, el transporte y el manejo de las plántulas, permite ahorrar tiem-
po y espacio, ya que, mientras germinan las semillas y las plántulas están
listas para el trasplante, el terreno puede estar ocupado por cultivos. El
chapin es un reservorio de nutrimentos, aumentando las posibilidades de
adaptarse en las primeras fases de crecimiento y desarrollo en el sitio
definitivo. También posee buenas características físicas tales como: la tex-
tura, tensión de humedad, densidad aparente y real. Condiciones que per-
miten a la semilla germinar sin daños a la raíz (Cervantes y Torres, 1981).
Los chapines van renovando, aunque sólo sea en una pequeña parte la
tierra de cultivo.
Los cultivos

Al menos 30 diferentes tipos de hortalizas son cultivadas en las


chinampas, muchas de estas legumbres se plantan aún en policullivo. Esta
práctica ayuda a que exista una diversificación en la arquitectura y el ar-
reglo espacial de los cultivos, promueve un mejor aprovechamiento de la
luz solar y una mayor acumulación de biomasa (Gliessmann. 1983).
Además, la variedad de producción proporciona una dieta nutritiva a lo
largo de un ciclo agrícola. Debido a que la siembra de monocultivos
facilita las labores agrícolas y la venta de los productos, existe la tendencia
a plantar monocultivos.
263
Ha habido un cambio en los vegetales que se producen en las chinam-
pas: mientras que antes se plantaban principalmente cultivos nativos de
América, poco a poco se han ido sustituyendo por hortalizas europeas.
Existe también un gran n6mcro de flores que se planta en las chinampas y
hay pueblos chinamperos como Xochimilco que desde tiempos
prehispánicos se dedicaban a esto. Muchos chinamperos plantan flores de
ornato en las orillas de las chinampas aumentando así la diversidad del
agroecosistema y favoreciendo el hábitat para insectos benéficos.
La productivida d de las chinampas

De acuerdo con fuentes históricas y modernas se sabe que un hombre


puede trabajar únicamente de media a tres cuartos de hectárea de
chinampa y se estima que su productividad por hectárea puede mantener
entre 15-20 personas (Sandcrs, 1957).
La agricultura chinampera es de autosubsistencia, ya que aporta al-
rededor del 60 % de la producción hacia la alimentación directa de las
familias, pero también se pueden comercializar ciertos productos
(Morales, 1985).
Bajo condiciones ideales el sistema agrícola chinampero es muy
productivo. Los cálculos hechos por Parsons (1976) muestran que las
chinampas eran capaces de producir suficiente alimento para 14,000 per-
sonas. Estimaciones hechas en 1950 muestran que la producción de maíz
en las chinampas era de 3,000 a 4,000 kg/ha, siendo la producción media
de México de 1,000 kg/ha (Hassig, 1985). De acuerdo con Venegas (1978),
la producción media de maíz en las chinampas de Mixquic es mayor que
las obtenidas en el CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de
Maíz y Trigo). En 1986 fue un chinampero de Mixquic quien ganó el con-
curso nacional de producción de maíz.
Ya que las hortalizas se venden por manojo y no se conoce su peso en
kilos. (Calderón, 1983), haciendo un análisis económico considerando in-
greso total y C-OStos, encontró que la relación beneficio-costo en las
chinampas fue siempre superior a 1 y en muchos casos la relación fue su-
perior a 10.

Hasta aquí parece ser el sistema muy eficiente, sin embargo el talón de
Aquiles de la agricultura chinampera ha sido la comercialización de los
productos, ya que, desafortunadamente, los chinamperos son
264
completamente dependientes de los intermediarios, quienes controlan la
oferta de los productos en los principales mercados.

La cultura
Si las chinampas han funcionado desde la época prehispánica se debe
a que los chinamperos han actuado como controladores internos de este
sistema, respondiendo y haciendo los cambios necesarios acordes a las
condiciones y necesidades locales. Los chinamperos han propiciado el
reciclaje de materiales e incrementado la eficiencia energética del sistema.
La posesión de una cbinampa significa seguridad y subsistencia para
los chinamperos, de aquí nace la preocupación de cómo conservarla y si es
posible mejorarla para legarla en mejores condiciones a las futuras
generaciones. La familia ha sido el nivel fundamental de la organización
social desde épocas prehispánicas (Cline, 1986). El sistema está basado en
las tradiciones familiares, que influyen en la toma de decisiones, por lo
que los cultivos que se plantan varían de una familia a otra. Tanto la
familia como su organización social han jugado un papel importante en el
funcionamiento del sistema, por lo que esta organización debe con-
siderarse en cualquier proyecto relacionado con las chinampas (Jiménez-
Osornio y del Amo, 1986).
La organización de los pueblos chinamperos está basada en los an-
tiguos "calpullis", los cuales eran comunidades de personas ligadas por la
sangre. No había propiedad privada porque ésta pertenecía al "calpulli", y
la familia q ue cultivaba un terreno tenía derecho a usar los productos y a
pasar su parcela a sus familiares, pero aquel que sin causa justificada
dejaba de labrar la tierra durante dos años consecutivos perdía todo el
derecho sobre eUa (F1oresca.no, 1986). Actualmente las chinampas son
propiedad privada y los pueblos cbinamperos están organizados en ba-
rrios y rodeando a los barrios se encuentran las chinampas.

A pesar de que el sistema de chinampas en el valle de México es un


sistema integrado que combina agricultura, acuacultura, ganado es-
tabulado y uso de desperdicios, q ue demuestra un manejo de un sistema
ecológicamente completo e integrado y que ha soportado altas densidades
de población, las cbinampas han sido vistas con indiferencia o
menosprecio. Con frecuencia se las ve como una curiosidad, pero no por
su eficiencia productiva sino por el hecho de aparecer como "jardines
flotantes".
265
Sin embargo, esta zona está amenazada con desaparecer en muy corto
plazo debido al crecimiento desmedido de la ciudad de México, a la que
alguna vez mantuvo. Recientemente las chinampas han sido incluidas en el
conjunto de sitios que la UNESCO selecciona como "patrimonio mundial"
Desafortunadamente el mantenimiento y restauración ecológica del sis-
tema chinampero original quizá nunca se recupere.
Esta sucinta descripción de este notable sistema agrícola nos indica
claramente su enorme potencial productivo para zonas con suelos inun-
dables en donde exista la posibilidad de regular el nivel de agua. Esta
posibilidad fue un factor decisivo en las experiencias que se hicieron en
México para introducir el sistema en diversas regiones ecológicas.

ALGUNAS EXPERIENCIAS MODERNAS CON EL SISTEMA


CHINAMPERO EN EL TRÓPICO
En las regiones tropicales cálido-húmedas del sureste de México existe
abundancia de zonas pantanosas inundables, que podrían ser utilizadas
para la construcción de chinampas y con ello dar opciones de nuevas tie-
rras agrícolas sin necesidad de talar selvas. En la búsqueda de alternativas
de desarrollo y aprovechamiento de los pantanos, el INIREB {Instituto
Nacional de Investigacione sobre Recursos Bióticos) estudió las
posibilidades a transferir el sistema chinampero del Valle de México a
diferentes lugares del sureste del país. Detalles de las principales ex-
periencias han sido descritas (Gómez-Pompa et al., 1982; Gómez-Pompa y
Jiménez-Osornio, 1986). En la actualidad muchas de estas experiencias
han incorporado nuevas ideas o adaptado las antiguas técnicas
chinamperas. Estas experiencias de sistemas agrícolas en pantanos
reciben diferentes nombres: camellones chontales (Anónimo, 19n); gran-
jas integradas (Morales, 1980); bancales (Amador, 1985): módulos de
producción autosostenida (Izunza et al., 1978). El común denominador de
todos estos sistemas es que parten todos de las experiencias iniciales de la
transferencia de las chinampas al trópico.
Un aspecto muy importante en el éxito de esta transferencia fue la
participación de campesinos chinampcros del Valle de México, ya que
fueron ellos los que se hicieron cargo de seleccionar las áreas para la
construcción de las chinampas iniciales y desarrollarlas.
La única experiencia tipo chinampa que subsiste y que está en fun-
cionamiento son los llamados "camellones chontales" en el Estado de
Tabasco, México (Gómez-Pompa y Jiméncz-Osornio, 1986). Las únicas
266
chinampas en funcionamiento en el trópico mexicano son las experimen-
tales de la Estación Biológica de la Mancha, del INIREB, en el Estado de
Veracruz.
En la construcción de los camellones chontales se utilizó una draga
marina para levantar las plataformas tipo chinampa. Las técnicas
chinamperas de cultivo se usaron en un principio y luego se abandonaron
(Lobato, 1984).
Las chinampas de la Mancha se mantienen gracias al profesionalismo
de un chinampero de Mixquic, el señor Emilio Carmona, que trabaja
como asalariado en el INTREB y que sin obligación alguna las ha man-
tenido y manejado por casi ocho años, experimentando con un sinnúmero
de cultivos y técnicas para adaptar los cultivos al trópico húmedo y a las
chinampas.

CONCLUSIONES
La mayor densidad de población en el pasado se logró gracias a sis-
temas intensivos de cultivo tipo cbinampa. Estos sistemas pueden
producir abundantes alimentos en pequeñas superficies. Para lograr esta
alta producción se requiere un conocimiento preciso de las técnicas
adecuadas para las especies seleccionadas, conocimientos de los sistemas
de cultivo y, especialmente, un buen control de algunas variables ambien-
tales (agua, suelo). Este tipo de agriculura requiere una calidad de mano
de obra muy especializada y, más aún, una mano de obra dispusta a
trabajar intensivamente todo el año.
Es este último punto la clave para entender por qué no se producen
alimentos en esta forma en el trópico. El campesino tiene que tomar una
decisión sobre los sistemas de cultivo que empleará para producir sus
alimentos, la imposición de cualquier tecnología no ha dado buenos
resultados. Generalmente se sigue la ley de tratar de obtener "lo máximo
con el mínimo esfuerzo". Pero quizá más aún: "lo máximo para su
subsistencia y comercialización fácil con el mínimo esfuerzo".
lQué sentido tiene para un campesino trabajar intensamente en 500
2
m para producir hortalizas que no podrá comercializar ni almacenar para
su uso futuro, si en cambio puede sembrar 1-2 hectáreas de
maíz-frijol-calabaza en el sistema de roza-tumba-quema, que sí le provee
de alimentos para todo el año y excedentes para el mercado o para
267
engordar animales? Los campesinos utilizan sistemas intensivos en
pequeña escala en sus huertos familiares con fines principalmente de
autosubsistencia, ellos saben bien los problemas de la comercialización de
productos hortícolas lejos de los grandes centros urbanos.

¿Quién estará interesado en usar las técnicas y sistemas chinamperos


de alta producción en pequeñas superficies?
Los empresarios agrícolas no. Ya que tendrían que pagar un sueldo
para cultivar de esa manera y con una mano de obra difícil de controlar y
sin un verdadero interés por los cultivos. Por este motivo los empresarios
agrícolas prefieren las máquinas y los insumos químicos para el cultivo, y
la mano de obra para la cosecha. Esta tendencia incluso se ha identificado
como una medida para eliminar la economía tradicional campesina
(Feder. 1976).

Los chinamperos en el Valle de México lo hacen debido a una larga


tradición cultural que viene de antiguo y que está basada en una
enseñanza, desde pequeños, sobre la chinampería como parte de su forma
de vida, al mismo tiempo que han logrado desarrollar los sistemas de
comercialización de sus excedentes. Los chinamperos, además de buenos
campesinos, son buenos comerciantes. Esto ha mantenido la chinampería
activa a pesar de todas las agresiones que reciben de los grandes inter-
mediarios de legumbres y hortalizas.
Es posible que en épocas prehispánicas se desarrollaron grandes áreas
de producción intensiva chinampera como una respuesta a la demanda de
alimentos por la creciente población rural y urbana. Este sistema requirió
gran cantidad de mano de obra que debió trabajar intensamente para
hacer producir esas chinampas. ¿Cuál fue la motivación de esos cam-
pesinos para trabajar tan intensamente? No lo sabemos, pero seguramente
lo hicieron bajo cierta presión (religión, esclavitud, estatus social, recom-
pensas). La ·producción era distribuida a otras zonas menos productivas
agrícolamente. Una rebelión de los antiguos campesinos chinamperos
bien podría haber causado un colapso de los centros urbanos y
ceremoniales. Esto nos parece una explicación más razonable del colapso
maya en estos centros (Sydris y Berger, 1979).
Es indudable que los problemas de los países tropicales en la
producción de alimentos es más compleja de lo que nos imaginamos. La
excusa de la necesidad de producir alimentos para justificar la apertura de
la "frontera agrícola", basada en la destrucción de las selvas, nos parece to-
268
talmente injustificada. Existen métodos como la chinampa que pueden
producir suficiente comida para la población sin necesidad de abrir un
metro cuadrado más de selva.
El problema general es, pues, también económico, social y polílico, y
no sólo ecológico o demográfico, como se ha pretendido ver.
La solución no está en hacer chinampas o abrir más tierras al cultivo,
sino en una revalorización de los objetivos del desarrollo de los países,
que permita diseñar nuevos esquemas de desarrollo sostenido en todos los
campos de la producción, que armonicen con el medio y, especialmente,
con las aspiraciones generales de la población para tener una buena
calidad de vida para nosotros y los que nos sucedan.
Es indudable que en todos los esquemas de desarrollo y en todos los
programas de investigación y educación se debe incluir la capacidad de
carga de los agroecosistemas como un elemento importante en las
decisiones de los planes de desarrollo. Sin embargo, esta capacidad de
carga (o sea la capacidad máxima de producción de alimentos en forma
sostenida) deberá estar en equilibrio con todos los demás ecosistemas que
hacen posible la producción agrícola y el bienestar humano.

269
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EL PAPEL DE lA AGRICULTURA CHINAM PERA EN EL
ABASTECIMIENTO DE ALIMENTOS DE lA
TENOCHTITlAN AZTECA*

Jeffrey R. Parsons

Introducción

En este capítulo se estudia un caso específico de la problemática gene-


ral de la provisión de alimentos en sociedades urbanas preindustriales. La
mayoría de estas sociedades confronta la necesidad de transportar ali-
mentos voluminosos a los centros de población incapaces de sustentarse
por sí mismos desde sus alrededores. Las respuestas previsibles a tales
problemas de abastecimiento podrían ser: (1) el mejoramiento de los
medios de transporte, (2) la extensión de las redes de comercialización y
tributarias, y, (3) la expansión de la producción local de alimentos
mediante innovaciones tecnológicas que transformen tierras nuevas en
tierras cultivables y mejoren las inversiones laborales. En los casos en que
el transporte disponible es realmente limitado, es de esperar que se in-

' Nuestro trabajo de campo durante 1969 y 1972 fue apoyado por la Fundación Nacional de
Ciencia (Grant GS-31911) y por la Fundación Ford.
Publicado originalmente en: Cultural change and contlnuUy. Essays in honor of James
Bcnctt Griffin, Nueva York, Academic Prcss, 1976; pp. 233-262. Traducción de Rosario
Vá1.qucz.
tensifique particularmente la producción de alimentos en las áreas
cercanas a los centros de consumo primarios.

Aquí consideraremos aJ estado azteca durante el siglo XV y principios


del XVI d.C. (Cuadro 1). El centro geográfico de esta entidad política fue
el Valle de México, una cuenca lacustre cerrada de unos 7000 km2 (Figura
19) con una población probable de 1.0 a 1.2 millones de habitantes a la
llegada de los españoles (Sanders 1971). Con una superficie de alrededor
de 12 km2 y una población estimada recientemente entre 150,000 y 200,000
habitantes (Calnek 1973), Tenochtitlan fue el centro urbano más grande y
poderoso del estado azteca. Texcoco, otro importante centro urbano,
ocupaba unos 4 km2 y tenía de 20,000 a 30,000 habitantes (Sanders 1971;
Parsons 1971a). Un tercer grupo constaba de unas cinco comunidades
urbanas con un promedio de 15 000 personas cada una (Sanders 1971).
Los centros de población más pequeños, de los cuales se cuentan
alrededor de 40, tenían poblaciones promedio de 4,000 ó 5,000 (Sanders
1971). La mitad de la población total, posiblemente, habitaba en
asentamientos rurales dispersos, distribuidos a lo largo de toda la cuenca.

Muchos centros urbanos, incluyendo aquí la mayoría de los grandes,


estaban situados en las orillas de una serie de lagos de poca profundidad,
conectados unos con otros en el centro de la cuenca (Figura 19).
Tenochtitlan misma ocupaba una isla en el lago salino de Texeoco. El lago
XaJtocan-Zumpango, aJ norte, y el lago Chalco-Xochimilco, al sur,
estaban situados en elevaciones ligeramente más altas y desaguaban en el
lago de Texcoco. Aunque el sistema de lagos constituía en sí una arteria
de comunicación y transporte, no había otras vías acuáticas navegables -el
transporte por tierra se limitaba a cargadores humanos.
Tenochtitlan ocupaba claramente un lugar muy especial en el centro
del estado azteca: su gran tamaño (aparentemente cinco veces más grande
que Texcoco, su rival más cercano) y su obvia importancia en el momento
de la conquista española, son indicativos de su papel dominante durante el
último siglo de la era prehispánica.
Además, a diferencia de casi todos los centros urbanos del Postclásico
tardío en el Valle de México, Tenochtitlan carecía de una zona agrícola
productiva de alguna significación en sus alrededores (Calnek 1972). Así,
debido a su gran extensión y falta de acceso directo a su fuente de sub-
sistencia, el aprovisionamiento de Tenochtitlan debió presentar una serie
de problemas particulares al Estado azteca.
272

Cuadro l. Cronología del Postdásico tardío, Valle de Méxic!l

FASES FASES
CRONOWGIA ABSOLIJfA
Griffin y Espejo (1947) 1N A H
llatclolco Azteca IV
1520
Tcnochlitlan Azteca 111
1400
Tenayuca Azteca JI

Culhuacan Azteca 1
1200 d.C.

Mediante fuentes etnohistóricas, Calnek (en prensa) desarrolla un mo-


delo de. organización del abastecimiento de Tenochtitlan; hace una
diferenciación de las tres fuentes que proveían de alimentos a la capital
azteca: tributo de las provincias sometidas, comercio dentro de un com-
plejo sistema de mercado, y "renta" de las propiedades para el
sostenimiento del personal administrativo de importancia residente en Te-
nochtitlan (los "dueños" de las propiedades). Calnek encuentra que las
propiedades eran creadas de dos maneras diferentes: (1) por la
expropiación de tierras de los territorios conquistados dentro y en los al-
rededores del Valle de México; y (2) por la creación de nuevas tierras
agrícolas, principalmente mediante el drenaje a gran escala de suelo cena-
goso y la subsecuente formación de las muy productivas parcelas
chinamperas en el lago Chalco-Xochirnilco al sur del Valle de México. A
los funcionarios residentes en Tenochtitlan se les otorgaban derechos
sobre la producción de fracciones específicas de tales tierras. El cultivo
era supervisado por administradores designados por el Estado (no por los
"dueños"), que residen en el área general de la propiedad y dirigían las
labores de los terrazguer.os r-esidentes. • • Estos trabajadores existían fuera
del tradicional calpulli comunal, quedaban al margen de los recursos co-
munales de la unidad calpulli y constituían otra clase de dependientes del
Estado. Los agricultores terrazgueros entregaban rentas en especie a los

• La cronología absoluta no se ha establecido en definitiva. w fechas dadas aquí han sido


adaptadas de las mejores aproximaciones y uso actuales. El trabajo de Charlton (1972)
indica que algunos tipos de cerámica asociado,; con las fases Azteca III y IV se continuaron
produciendo y usando durante el periodo Colonial temprano.
•• ResJdc-nl &enant laborera en el original

273
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Figura 19. El Valle de Mbdco

274
"dueños" de las Lierras• en sus residencias de Tenochtitlan. Los reinados
de Itzcoatl (1426-1440 d.C) y de Moctezuma Ilhu icamina (1440-1467 d.C.)
fueron, según todas las indicaciones, el principal período en que se inició y
llevó a cabo la conquista en gran escala, la reclamación de la tierra y la
construcción de chinampas (Calnek: 4-5).
El objetivo de este capítulo es considerar el papel de la agricullura
chinampera en el abastecimiento de alimenlos de Tenochtitlan, a la luz de
nuestra recienle invesligación arqueológica del lecho lacustre de Chalco-
Xochimilco (Parsons, 1973). Este trabajo, junto con estudios anteriores de
Sanders (1957) y de Armillas (1971) sobre partes de la misma área, com-
plementan la investigación de arch.ivo de Calnek. Armillas (1971: 660) ha
proporcionado una estimación del área total cubierta por parcelas
chinamperas en el lecho lacustre de Chalco-Xochimilco en determinado
momento, y sus investigaciones iniciales sugieren que la primera
construcción y utilización de dichas parcelas ocurrió entre 1400 y 1600
d.C.
Los estudios etnográficos de Sanders sobre la productividad
chinampera contemporánea proporcionan una base para inferir la
capacidad total alcanzada por el sistema chinampero preh.ispánico.
Nuestras minuciosas investigaciones de superficie hacen posible estimar la
población total del distrito chinampero en varios puntos en el período
prehispánico, así como para inferir ciertos aspectos de la organización del
cultivo chinampero. En lo que resta de este capítulo intentaré integrar
estas diferentes líneas de evidencia con objeto de desarrollar un modelo
más completo del papel que desempeñó el cultivo chinampero en el
abastecimiento de alimentos de Tenochtitlan durante el último siglo antes
de la conquista española. Las principales tareas serán hacer una
estimación de la capacidad productiva excedente del distrito chinampero
de Cbalco-Xocbimilco durante este período e inferir la disposición de este
excedente.

La cronología de la construcción y utilización de chinampas en el lago


Chalco-Xochimilco

Las inferencias cronológicas están basadas primordialmente en las


pruebas selectivas hechas por Armillas (1971) en partes del antiguo lecho
lacustre y sus orillas, y en nuestro propio reconocimiento completo de
superficie en la misma área, sobre todo aquel suelo que no está ocupado
• F.,;ta-nus en el original

'1:75
por construcciones modernas (ver Parsons 1971a: 16-21, Parsons, 1974:
84-87 para discusiones sobre la metodología de la investigación). A pesar
de su profunda cubierta de suelo aluvial, el lecho lacustre de Chalco-Xo-
chimilco parece haber tenido muy poca deposición de suelo en los últimos
3000 años. Las ocupaciones del período Formativo temprano (alrededor
de 1200-800 a.C.), y del Formativo medio (alrededor de 800-500 a.C) y del
Formativo tardío (alrededor de 500-200 a.C.) pueden encontrarse
relativamente intactas cerca y en la superficie del suelo a~ual en unas
pocas localidades (Parsons 1973; Armillas 1971; Tolstoy 1972). En toda el
área se encuentran montículos de casas del Postclásico tardío, en bastante
buena condición, asomando hasta la superficie del terreno. Más al norte,
en la esquina sureste del Lago de Texcoco, se han encontrado
recientemente restos intactos in situ de un enorme mamut, en la superficie
moderna de suelo (Mirabell 1972). La abundancia de rastros de ocu-
paciones antiguas en la superficie moderna del antiguo lecho del lago ín-
dica que una investigación sistemática, profunda, como la nuestra, puede
producir una reconstrucción bastante complet,i del asentamiento
prehistórico.

Nuestras investigaciones han confirmado la impresión de Armillas de


que casi todas las ocupaciones en el lecho lacustre de Chateo- Xochimilco
datan de los años 1400-1600 d.C. (fases Azteca 111, Azteca IV y Colonial
temprana, Figura 20). C.omo lo hace notar el propio Armillas, hay también
un poco de material de Azteca II en algunos lugares del lecho lacustre
(Figura 21), pero la mayor parte de las ocupaciones de Azteca 1-II están
confinadas en las islas dentro del lecho lacustre y en terrenos más ele-
vados en la ribera del lago. Estos patrones de distribución indican que las
ocupaciones en la zona chinampera anteriores a los tiempos Azteca 11
fueron extremadamente limitadas en contraste con la ocupación substan-
cial de esta 1..ona en el Azteca 111-IY y Colonial temprano (alrededor de
1400-1600 d.C.). Tal patrón de ocupación encaja perfectamente con el
período 1426-1467 d.C. que Calnek, por deducción etnohistórica, asigna al
drenaje de la ciénega y a la construGCión de las chínampas.

Asentamiento del Postclásico tardío y población en el lago Chalco-


Xochimilco

Durante el trabajo de campo en 1972, la mayor parte de lecho lacustre


de Chalco-Xochimilco todavía estaba libre de asentamientos modernos,
pero ya había numerosas construcciones compactas actuales en las
márgenes del lago Xochimilco y, en menor grado, alrededor del lago

276
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Chinampas modernas Fl~ura 2_0: Asentan¡Íenlo Azt«a 111-IV, sur dtl Voll• d; ·M ~xko'
Chalco (Figuras 20 y 21). Existen varias poblaciones de importancia
dentro o alrededor del lecho lacustre que ocupan los mismos
emplazamientos que los centros del Postclásico tardío en: Xochimilco,
Tlahuac (Cuitlahuac), Mixquic, Culhuacan y Chalco. Hay grandes ex-
tensiones de chinampas modernas en Xochimilco, M_ixquic y Tlahuac,
donde no fue posible llevar a cabo un reconocimiento sistemático (Figuras
20 y 21 ). El control arqueológico de los asentamientos en la ribera del
lago, las zonas chinamperas actuales, y los centros urbanos en y alrededor
del lago Chalco-Xochimilco es, por lo tanto, algo deficiente. Así, para una
estimación adecuada de la población en el Postclásico tardío en estas par-
tes del área de investigación, debemos apoyarnos en fuentes
etnohistóricas.

La ocupación arqueológica se manifiesta de distintas maneras. Con


frecuencia hay montículos característicos bien conservados, con
abundante cerámica en la superficie. Estos montículos generalmente
miden entre 10 y 20 m de diámetro y 1 ó 2 m de alto. La mayoría de los
sitios dentro de la zona lacustre consisten en estos montículos, aislados o
en pequeños agrupamientos de dos a cinco estructuras. En algunas áreas
ya muy aradas hay relativamente pocos montículos, pero las con-
centraciones de cerámica de superficie, llegan a alcanzar hasta cientos de
metros de diámetro y pueden identificarse de inmediato en la superficie
del suelo. Estas concentraciones de tiestos representan probablemente
localizaciones de montículos del pasado y agrupamientos de éstos, ahora
completamente planos y destruidos por los arados modernos. En unos
pocos casos hay extensas y continuas zonas arqueológicas de varios
cientos de metros de largo y ancho y elevaciones de entre 1 y 2 m. Estas se
dan alrededor de algunas poblaciones modernas que también fueron gran-
des centros en los tiempos del Postclásico tardío (Chalco, Tlahuac,
Culhuacan; Figuras 20 y 21). Un lugar casi intacto de este tipo se en-
cuentra en la margen noroeste de la isla Xico, al este del lago Chalco,
donde un modesto centro del Postclásico tardío no ha sido cubierto por
ocupaciones modernas.
La ocupación Azteca Ill-JV en el lecho lacustre de Chalco Xochimilco
tiene dos tipos de asentamiento característicos (Figura 20). Primero, hay
una serie de centros nucleados en la ribera del lago (Chalco, Culhuacan) o
en el mismo lecho lacustre, sobre islas naturales o plataformas artificiales
(Xico Tlahuac, Mixquic y Xochimilco). Aunque no tenemos datos
arqueológicos de Mixquic y Xochimilco, las fuentes etnohistóricas (San-
ders 1971) indican claramente la existencia e importancia de estos dos
278
Linea aproximada de la ribera ....-
Ocupación modcma
Ocupación Azteca 1-11
Figurn 21. A<,enlaml,nto Atteca J.[I, ltcho del lago Chuku•Xoc:himilco
Chinampas modernas
centros durante los siglos XV y XVI. Donde hay datos arqueológicos dis-
ponibles (en todos los centros, excepto Xochimilco y Mixquic), estos
centros lacustres muestran ocupaciones entremezcladas de Azteca 1-11
con cantidades similares de material Azteca 111-IV.

Segundo, hay 148 pequeños sitios -frecuentemente un solo montículo o


pequeñas concentraciones de tiestos, algunas veces un agrupamiento de
dos a cinco montículos o extensos restos de fragmentos de tiestos- dise-
minados por todo el viejo lecho lacustre. Prácticamente todos tienen
ocupaciones Azteca III-IV, pero sólo unos pocos muestran material del
Azteca lI secundario (Figura 21). (Sólo hemos localizado cerámica Azteca
I en las orillas de Chateo, Xico, Tlahuac y Culhuacan). En muy pocos
sitios, aquéllos donde no se ha cultivado con arado, se localizan
monticulos bien conservados asociados con campos chinamperos antiguos
en buen estado (Figura 22); estos emplazamientos han sido apuntados
previamente por Armillas (1971).

Una estimación de la población Azteca 111-IV en la cuenca lacustre de


Chalco-Xochimilco nos acercaría a la cantidad de habitantes cuya
subsistencia provenía principalmente del cultivo chinainpero. La
diferencia entre esta cifra y la capacidad de carga potencial de la zona
chinampera proporcionaría un cálculo de excedente máximo disponible,
potencialmente, para renta, tributo, almacenaje, comercio y otros, durante
los tiempos de Azteca 111-IV. Para seguir los procedimientos específicos
de cálculos de población a partir de los restos arqueológicos de superficie,
refiérase el lector a discusiones anteriores (Parsons 1971a: 21-24: Blanton
1972: 18-21). Esto implica básicamente medir la superficie (en hectáreas)
en que se localizan la cerámica de superficie y los montículos, y
multiplicar esta superficie por una cifra de densidad (habitante por
hectárea) considerada apropiada, sobre la base de la relativa abundancia
de restos arqueológicos de superficie. En los casos en que se han
preservado montículos bien definidos, estimamos que cada uno
representa de 5 a 10 habitantes. Hemos considerado importantes tales
estimaciones como índices de población relativa, por medio de los cuales
se pueden comparar demográficamente diferentes períodos prehistóricos.
Sin embargo, nuestros cálculos de población para Texcoco y sus
inmediaciones en el Postclásico o tardío en el este .del Valle de México
(Parsons 1971a), corresponden con bastante aproximación a los realizados
en forma independiente para la misma área, derivados de fuentes
etnohistóricas (Sanders 1971). Por burdo que parezca, nuestro método
parece tener alguna validez como la medida de población absoluta para el
período Postclásico tardío.
280
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Figura 22. P lano de cblnampas antiguas bien consrvudas y monlkulos Azleca


III-IV asociados

281
Para los 148 sitios peq ueños en el lecho - lacustre de Chalco-
Xocbimilco, calculamos una población total de 3 670 (Cuadro 2) en
Azteca TU-IV; para tomar en cuenta los sitios de este tipo que
probablemente permanecen ocultos p-0r ocupaciones modernas, se podría
añadir un 15%. Esto hace que la pobl.ación total Azteca III- IV del lecho
lacustre, que residía en pcq ueños sitios esparcidos, llegue a 4,220. A esta
cifra deben añadirse aquellos habitantes de los centros de población más
grandes en el lecho y en las orillas del lago, que probablemente eran
dependientes de los cultivos chinamperos para la mayor parte de su
subsistencia (Cuadro 3), incluyendo la totalidad de las poblaciones de
Xochimilco, Tláhuac, Xico y Mixquic -estos centros sólo tienen acceso
limitado a tierra no chinampera. Po r otro lado, tanto Chalco como
Culbuacan tienen acceso directo a áreas de tierra no chinampera.
Podríamos calcular que la mitad de Culhuacán y una quinta parte de la
población de Chalco debió depender, primeramente, de los cultivos
chinamperos. Hemos añadido otro 20% (Cuadro 3) para tomar en cuenta
a los residentes de las comunidades más pequeñas de las orillas del lago
que puedan haber quedado sin identificar arqueológicamente debido a
asentamientos modernos, y a que hayan sido también dependientes, en
cierto grado, de los cultivos chinamperos.

En resumen, hay dos tipos de ase:ntamientos Azteca lll-lV definidos


en el lago Chaleo-Xochin1ilco: (1) 148 pequeños sitios, la mayoría de ellos
con menos de 50 habitantes, diseminados sobre el lecho lacustre; y (2), 6
centros nucleados con poblaciones q ue íluctúan entre 2 000 y 15 000
habitantes. Los s1t1os pequerios dispersos corresponden, pre-
dominantemente, a Azteca 111-IV, y sólo un componente minoritario, a
A7.tcca 11. Los centros más grandes son una mezcla de Azteca I- Il-111-IV
(no hay datos arqueológicos disponibles sobre Mixquic o Xochimilco).
Unos 4 220 habitantes diseminados en sitios pequeños, y 32 400
habitantes, en centros más grandes, eran totalmente dependientes de los
cultivos chinamperos para su subsistencia durante los tiempos Azteca
ITI-IV.
Cuadro 2. Sitios pequeños Azteca 111-IV en el lecho lacustre: distribución
del tamaño de la población

Población del 10 15 20 30 40 50 60 80 90 100 150 160 250


sicio
Número de 82 14 17 9 5 10 2 1 3 2
sirios

282
Cuadro 3. Estimación de población para los centros Azteca 11-IV en y
alrededor del lago Chalco-Xochimilco

CENTRO PODLACION FU ENTE POBLACION


PROBABLE
OEPENDIEl'ITE
DELAS
CHINAMPAS
Culbuacan 4 000 Blanton (1972b: 164) 2000
11áhuac 3 000 Arca de comunidad moderna 3000
multiplicada por SO habitantes / ha.
Población estimada cueslionable
Mixqu.ic 2000 Arca de comunidad moderna 2000
multiplicada por SO habitantes / ha.
Población estimada cuestionable
Xochimilco 15000 Sanders (1971: 449-450) 15000
Xico 2500 Parsons ( 1971b) 2500
Chalco 12500 Parsons (1971b). Sóloclladoocste 2500
de la ciudad azteca está libre de
ocupación moderna. Este cálculo de
población presupone ocupación
azteca por debajo de todo pueblo
moderno
Población total depc.ndicnte de los cultivos chinampcros 27 000
Más20% 5400
Total 32400

Capacidad de carga de la agricul tura chinamper.i en el s iglo XVI

Sanders (Sanders, Parsons, y Logan n.d.: 105 citados en Calnek 1972:


111) ha calculado que 1 ha (hectárea) de cultivo chinampero in1ensivo
puede sosiener de 15 a 20 personas; en un nivel de subsistencia
comparable al de los habi1an1es rurales moderaos del México central
(cerca de 160 ki logramos promedio de maíz por persona por año).
Armillas (1971: 660) ha medido los remanentes físicos de parcelas
chinamperas antiguas en el lecho lacustre de Chalco-Xochimilco en una
superficie total de aproximadamente 120 km2. El mismo Armillas sugiere
que para pcrm.itir canales y estanques denlro de esta zona, la cifra más
aproximada de tierras chinamperas productivas sería de 90 km2 (9 000
ha). Si consideramos áreas donde los rastros de chinampas pueden haber
sido arrasados con anterioridad a la investigación (Armillas 1971: 655),
podríamos, razonablemente, llevar esta cifra a cerca de 9 500 ha.

Si consideramos una capacidad promedio de carga de 15 a 20 personas

283
por hectárea y una cifra de 9 500 ha de tierra chinampera cultivable, el
total de la capacidad de abastecimiento de la zona chinampera del lago
Chalco-Xochimilco en los inicios del siglo XVI sería de 140 000 a 190 000
habitantes. De la misma manera, podemos hacer una aproximación del
rendimiento anual promedio por hectárea de chinampas cultivadas
equivalente a 2 400-3 200 kilogramos de maíz (con un nivel de subsistencia
de 160 kilogramos por persona por año). Esta estimación de la
p~oductividad promedio no parece exagerada en vista de las
observaciones de Sanders (1957: 84-85) en el sentido de que algunas
chinampas modernas operadas comercialmente son capaces de producir
hasta 4 000 kilogramos de maíz al año. Para simplificar nuestros cálculos,
supondré una producción anual promedio de 3 000 kilogramos de maíz
por hectárea de tierra chinampera. De lo anterior se deduce que la
totalidad de las chinampas cultivadas habría sido capaz de una
producción máxima anual de 28 500 000 kilogramos de grano.
Al calcular la productividad y la capacidad de carga del distrito
chinampero Chalco-Xochimilco, debería considerarse, por lo menos, dos
factores más: (1) los requerimientos nutrimentales y (2) los
requerimientos laborales para el cultivo chinampero. Mientras que 160
kilogramos de maíz por año pueden cubrir en su mayor parte las
necesidades básicas de una persona promedio, algunos otros nutrimentos
esenciales deben provenir de otras fuentes. Con el riesgo de incurrir en
una excesiva simplificación, supondremos que las necesidades
nutrimentales de un individuo promedio pueden cubrirse con el
equivalente a 200 kilogramos de maíz por año (esto arroja un excedente
anual de 40 kilogramos de maíz por persona, que se pueden sustituir por
otros artículos; o, visto desde otro ángulo, la producción de otros
alimentos en una tierra que, si fuera sembrada con maíz, produciría 40
kilogramos al año).
Para ser más realistas, claro está, deberíamos considerar las
necesidades de un individuo promedio y proceder a calcular la
productividad de cada uno de los principales renglones alimenticios. En la
práctica, esto es virtualmente imposible, ya que no estamos en posibilidad
de obtener datos sobre la productividad sistemática de cultivo alguno,
excepto el maíz. Aunque podemos calcular la productividad de una
chinampa en términos de maíz, esto no significa que el maíz haya sido la
ünica siembra que se realizaba en las cbinampas. Esperamos estar más o
menos en lo cierto al suponer que la tierra y el trabajo empleados en la
pr~ucción anual de 200 kilogramos de maíz abastecerían las necesidades
totales de subsistencia de un individuo promedio durante el período
Azteca IlI-lV.

284
En todas las descripciones detalladas del cultivo chinampero moderno
(Sanders 1957; West y Armillas 1950) se hace hincapié en la intensidad del
trabajo que dicho cultivo implica. Para mantener altos niveles de pro-
ductividad debe realizarse un continuo e intenso trabajo manual durante
todo el ciclo -por ejemplo, riego, fertilización, preparación del sucio, es-
carda, trasplante. El mantenimiento de la fertilidad a largo plazo requiere
también de una cuidadosa rotación de cultivos. Sanders (1957:89) ha
señalado, en particular, la importancia de una rotación sistemática de
maíz con chile y tomate en los cultivos chinamperos de principios del siglo
XX; también pone énfasis en el conocimiento minucioso que, para ser exi-
tosa, requiere una siembra chinampera en lo que se refiere a las
secuencias y rotaciones de los cultivos. Sólo mediante estas técnicas y un
trabajo intensivo se puede mantener una alta producción continua en la
tierra chinampera con muy poco o nada de barbecho o descanso.

Es difícil estimar la superficie de tierra cbinampera que un trabajador


adulto puede cultivar eficazmente con base en los relatos publicados.
Sanders (1957:80) afirma que, en el caso hipotético .en que se requiera
riego manual continuo, un hombre sería incapaz de cultivar más de media
hectárea. Durante los meses de verano, la lluvia aligera bastante la
necesidad de riego manual, pero hay un sinfín de otras tareas que deben
realizarse que consumen mucho tiempo. Supondremos que un trabajador
de tiempo completo puede cultivar 0.75 ha de tierra chinampera durante
un ciclo anual.

Estas consideraciones reducen la capacidad de carga máxima de las


9 500 ha de tierra chinampera cultivable en el lago Chalco-Xochimilco a
142 000 personas (con una productividad anual equivalente a 28 500 000
kilogramos de maíz y un requerimiento de subsistencia equivalente a 200
kilogramos de maíz por persona promedio por año. Tal productividad
requeriría una fueria de trabajo de alrededor de 12 700 personas (con
9 500 ha cultivables y cada trabajador laborando 0.75 ha de tierra
chinampera por año).

La capacidad de producción excedente de la zona chinampera


Azteca 111-IV
Hemos calculado que unos 36 620 habitantes residentes en la zona del
lecho lacustre de Chalco • Xochimilco dependían del cultivo chinam.p ero

285
durante el Azteca m -IV (Cuadro 4). Si cada uno de ellos consumía el
equivalente a 200 kilogramos de maíz al año, esta población requería del
equivalente a 7 324 000 kilogramos de maíz por año. Con una producción
anual promedio equivalente a 3 000 kilogramos de maíz por hectárea de
tierra chinampcra, todo este grano se pudo haber producido en una
superficie de 2 440 hectáreas. Estas cifras representan posibles es-
timaciones de los requerimientos alimentarios mínimos de la población
resideote e11 el lecho lacustre durante el Azteca Ill-IY, pues no se toma en
cuenta ninguna actividad distinta a la de subsistencia que tuviera que ser
garantizada, en su mayoría, con producción agrícola local,
particularmente en el caso de los centros más grandes -por ejemplo, al-
macenaje de excedentes, como una previsión en caso de cosechas pobres,
pago de tributos a niveles más altos a1 estado azteca y la participación en
las redes de intercambio regional.

Parece razonable que sólo se consideren los centros más grandes al es-
timar la cantidad de tierra chinampera necesaria para garantizar más allá
de la mera subsistencia, las necesidades de la población residente en la
zona cbinampcra de Azteca 111-IV. Las necesidades de la población rural
dispersa parecen haber sido tan reducidas como para ser desestimadas en
nuestros cálculos globales. Como primer paso, añadiremos otro 20% a la
estimación de las necesidades de los 32 400 habitantes residentes en los
centros más grandes del lecho lacustre, que dependían de los cultivos
chinamperos para su subsistencia. Esto agrega 6 400 personas (ó 430 ha
con una productividad equivalente a 300 kilogramos de maíz por año) y
eleva las necesidades totales de la población Azteca lll-IV del lecho
lacustre a una capacidad productiva de 2 870 ha de tierra chinampera
cultivada (2 440 más 430; Cuadro 4).

Con 2 870 ha requeridas para el abastecimiento de alimentos de la


población Azteca 111-lV residente en el lecho lacustre de Chalco-
Xochimilco, habrían quedado 6 630 ha adicionales de tierra chinampera
cultivable potencialmente disponible para otros usos (de un total de 9 500
ha). Esta cantidad de chinampas pudo haber producido 19 890 000
kilogramos de maíz por año, con 1Una productividad anual de 3 000
kilogramos de maíz por hectárea. El equivalente de todo este maíz pudo
haber estado disponible cada año como excedente de la zona chinampcra
Chalco-Xochimilco. Esta cifra debe ser considerada como un máximo
absoluto, pues presupone la productividad total del área antiguamente
cubierta por chinampas en el lago Chalco-Xochimilco (ver Cuadro 4 para
un resumen de estos cálculos).
286
Cua dro 4. Cálculos de la capacida d excedente

A. POblación del lecho lacus1rc depcndienlc-del


cullivo chinampcro
a. Terrazgueros en propiedades del estado 4.220
b. No rcrrazgueros, en centros nuclcados 32,400
c. To1al 36,620
B. Requerimien10 a.n ual de alimenlos de la KILOGRAMOS HECTAREAS
población residente en ei lecho lacuslrc ( expresado DE
en términos de maíz) CHINAMPAS
a.Una persona promedio 200
b.Neccsidades de subsis1encia de la población 840 000 280
terrazguerra (4 220 x 200)
e.Necesidades de subsis1encia de la población no 6480000 2 160
terrazguerra (32 400 x 200
d.Neccsidadcs diícrcn1cs a las de subsistencia de 1296000 430
la población no terrazguerra (0.2 x 32 400 x
200)
e. To ta 1 8 610 000 2870
C. Produc1ividad anual tola! de las chínampas de KILOGRAMOS
Chaloo-Xochimilco (expresada en términos de
maíz)
a. 1 hectárea 3000
'
b. 9 SOO hectáreas 28500000
D. Capacidad exceden le ( expresada en 1énninos de KILOGRAMOS HECTAREAS
maíz) DE
CHINAMPAS
a. Capacidad de producción 1otal 28SOOOOO 9SOO
b. Necesidades de la población local 8 610 000 2870
c. Excedente 19980000 6630

Es de crucial importancia eo cualquier cálculo de capacidad producLiva


excedente, el problema de la inversión laboral. Hemos dado por hecho
que aúo a altos rendimientos, uo trabajador oo puede cultivar más de 0.75
ha de tierra chinampera. Sobre esta base habíamos calculado
anteriormente que se necesitarla una fuerza de trabajo de unos 12 700
trabajadores para laborar las 9 500 ha de Lierra chinampera a esle al10
ritmo de productividad. De ahí que, de un total de 36 620 habi1antes que
vivieran en el lecho lacustre de Chalco-Xochimilco, aproximadamente una
tercera parte habría tenido que eslar totalmente comprometida en el
cultivo chinampero para que esta p;roducción fuera posible. Esta no es

181
una proporción irrazonable, pero presupone la participación a tiempo
completo en el cultivo chinampero de los trabajadores más eficientes
residentes en el lecho lacustre de Chalco-Xochimilco en los tiempos
Azteca ill-IV.
Un modelo de producción de alimentos del Postclásico tardío en la zona
chinampera
Antes de desarrollar el modelo, presentaré sus puntos principales de
forma sumaria.

Resumen del modelo


A principios del Postclásico tardío (Fig. 21, ca.1200 a.C., Fase Azteca
I), las comunidades nucleadas empezaron a desenvolverse alrededor del
lago Chalco-Xochimilgo y en las islas naturales cerca de sus orillas
(Chalco, Xico, Tláhuac, Culhuacan, y probablemente Mixquic y
Xochimilco). Los residentes de estas comunidades realizaron algunos
drenajes de las ciénegas y construyeron chinampas dentro de zonas
bastante restringidas en sus alrededores, cerca de las orillas del lago y de
las islllli naturales. Es probable que se llevara a cabo adicionalmente algún
drenaje menor, y la construcción de chinampas durante los tiempos
Azteca 11, pero el grueso del lecho lacustre permaneció como un terreno
cenagoso sin utilizar hasta la fase Azteca III.
En los tiempos Azteca JU (siglo XV), con la expansión del Estado
azteca y la ascensión de Tenochtitlan, se planearon y llevaron a cabo
proyectos de drenaje a gran escala dentro del principal lecho lacustre de
Chalco-Xochimilco. Muchas de las chinampas más antiguas se
incorporaron también al gran sistema de drenaje y control de agua, en
asociación con la agricultura chinampera a gran escala de los siglos XV y
XVI. El propósito del Estado al llevar a cabo y mantener el cultivo
chinampero era satisfacer los requerimientos de subsistencia de un gran
número de no productores de alimentos en Tenochtitlan. El
abastecimiento de alimentos de las chinampas de Chalco-Xochimilco era
obtenido por Tenochtitlan de tres maneras diferentes. (1)
Aproximadamente 2 000 hectáreas de ·tierra chinampera eran cultivadas
por agricultores terrazgueros dependientes que vivían en pequeños grupos
de casas y residencias aisladas diseminadas a lo largo de la zona
chinampera desde donde tenían fácil acceso a los campos que les habían
sido asignados. La producción excedente anual de estos terrazgueros

288
residentes (equivalente a cerca de 2 535 toneladas de maíz) era apropiada
como. "renta" por los funcionarios del estado en Tenochtitlan. (2)
Aproximadamente 800 toneladas de grano eran obtenidas cada año como
tributo de los cultivadores chinamperos no terrazgueros que residían en
grandes comunidades nucleadas. (3) Estos mismos cultivadores no
terrazgueros producían anualmente el equivalente a otras 16 555
toneladas de maíz que eran absorbidas por Tenochtitlan mediante el
sistema de mercado.
Durante el último siglo prehispánico, el cultivo chinampero estuvo
íntimamente ligado al gran sistema de control de agua construido,
mantenido y manejado por el Estado azteca ( cuyo principal foco estaba en
Tenochtitlan). Esto significaba una creciente medida de dependencia
hacia Tenochtitlan para las antiguas comunidades chinamperas del lago
Chalco-Xochimilco. Tal dependencia puede haber sido un elemento
importante en el nuevo nivel de dominación política alcanzado por
Tenochtitlan durante el siglo XV y principios del XVI.

Explicación del modelo


No hay evidencia directa de que los habitantes de Xico, Chalco,
Mixquic, Tlahuac, Culhuacan y Xochimilco practicaran el cultivo
chinampero en los tiempos Azteca 1-11. Sin embargo, la localización de
estos centros nucleados (particularmente Mixquic, Xico y Tlahuac, donde
estaban situadas poblaciones importantes lejos de los más altos y bien
drenados suelos) ciertamente sugiere la existencia de drenajes y cultivos
chinamperos. En realidad, la localización de tal actividad alrededor de la
isla Xico y en otros pocos lugares de la ribera del lago, puede muy bien
haber sido iniciada más temprano, donde tuvo lugar la ocupación
pre-azteca (Armillas 1971); Parsons 1971b, 1973). La escasez de
ocupaciones Azteca 1•11 a lo largo del lecho lacustre de
Chalco-Xochimilco sugiere una limitada importancia del cultivo
chinampero en la mayor parte de esta zona con anterioridad al siglo XV.
Como previamente se ha hecho notar, la evidencia arqueológica y
etnohistórica indica que la construcción y utilización de chinampas en
gran escala se realizó en fechas de Azteca 111. La persistente ocupación
realizada en tiempos Azteca 111-IV sobre los antiguos centros Azteca 1-11
de la ribera y lecho lacustre, sugiere la continuación de los cultivos
chinamperos en estas localidades. Por otra parte, el patrón de

289
asentamiento Azteca 111-IV en el resto del lecho lacustre es muy diferente
al de su antecesor Azteca 1-11, y sugiere sistemas de explotación diferentes
en los dos períodos. El contraste principal radica en: (1) las dimensiones
de los centros de población nucleados establecidos sobre las islas
naturales y artificiales en los tiempos Azteca 1-11 que continuaron siendo
ocupadas hasta el período Azteca 111-I V, y (2) el patión de pequeños
grupos de casas de Azteca 111-IV y residencias individuales disnersas en el
principal Jecho lacustre. Como Armillas (1971) ha observado, la
uniformidad de conjunto en el tamaño y orientación de las chinampas en
todo el lecho lacustre de Chalco-Xochimilco es indicativo de un masivo y
planificado esfuerzo de construcción, realizado en un período bastante
corlo. De igual manera, la compleja tecnología para controlar los niveles
críticos de agua a lo largo de la enorme zona chinampera, requería de una
considerable habilidad ingenieril, así como de una operación de conjunto
y planificada (Palerm 1955; Blanton 1972b). Ciertamente, la construcción
y administración de las chinampas durante los tiempos Azteca ill-lV se
caracteriza por haberse realizado en gran escala y bajo la dirección del
Estado. Los estudios etnohistóricos de Calnek (en prensa) fortalecen esta
hipótesis.

El patrón de asentamiento observado en Azteca 111-IV, compuesto de


pequeños sitios dispersos, encaja bien con las expec.tativas del modelo
e.tnohistórico de Calnek, de cultivadores terrazgueros dependientes, que
existían fuera del tradicional marco comunal del calpulli, que trabajaban
las parcelas chinamperas creadas por el estado y propiedad del Estado,
bajo la supervisión directa de éste. Si postulamos que los pequeños sitios
Azteca 111-IV diseminados en el lecho lacustre de Chalco-Xochimilco
representan las residencias de estos terrazgueros dependientes, podemos
concluir que su población era de 4 220 (Cuadro 4). Un grupo como ese
requeriría de cerca de zeo km de tierra chinampera cultivada para su
propia subsistencia (a un nivel de productividad de 3 000 kg de maíz por
hectárea por año). Mientras no se conozca la estructura demográfica de
esta población .terrazguera hipotética, parece poco probable que muchas
más de 1 500 personas (un 40%) hubieran sido capaces de un trabajo
a¡,rrícola completamente efectivo -suponiendo que estemos tratando de
familias nucleares o de patrones residenciales de familias extensas. Estos
1 500 trabajadores efectivos, debieron haber sido capaces de trabajar
alrededor de 1 125 hectáreas de tierra chinampera al año, incluyendo las
280 hectáreas requeridas para su propia subsistencia. De esa manera, la
290
producción de unas 845 hectáreas de tierra chinampera, equiv,1lcnte a
2 535 toneladas de maíz, debió haber estado directamente disponible para
que el Estado contara con ella cada año, como renta de las propiedades
del lecho lacustre de Chalco-Xoehimilco.
Hasta este punto, hemos explicado el uso de unas 3 715 hectáreas de
tierra chinampera: 1 125 hectáreas cultivadas por los terrazgueros
residentes (con la producción de cerca de 280 hectáreas para sus propias
necesidades de subsistencia, y la producción de cerca de 845 hectáreas
disponible como renta para las necesidades de los habitantes de
Tenochtitlan); y otras 2 590 hectáreas requeridas para las necesidades de
la población no terrazguera residente en el lecho lacustre (32 400
personas, Cuadro 4). Esto deja un máximo de unas S 785 hectáreas (de un
total de 9 500), cuya productividad podría ser considerada como un
excedente que podría ser absorbido por el Estado azteca a través de
mecanismos diferentes a los de renta de las propiedades. A un nivel de
productividad equivalente 3 000 kilogramos de maíz por año, esto pudo
haber provisto a Tenochlitlan con el equivalente a 17 355 toneladas
adicionales de maíz, anualmente.
Calnek (1973: 192) estima que la población urbana de Tenochtitlan era
de 150 000 a 200 000 al inicio del siglo XVI. Aunque esta es una cifra
considerablemente más alta que algunas otras estimaciones recientes
(Sanders 1971) calcula un máximo de 72 000-82 000), supondremos que
las estimaciones de Calnek son correctas. Una población de 150 000
requeriría el equivalente a unas 30 000 toneladas de maíz anualmente para
sus necesidades de subsistencia (suponiendo que un individuo promedio
requiere del equivalente a 200 kilogramos de maíz por año). Si son
correctos los convincentes argumentos de Calnek (1972) sobre la muy
limitada capacidad agrícola local de Tenochtitlan, entonces casi todo este
producto debe haber provenido de fuera de la vecindad inmediata de la
capital azteca. Hemos calculado previamente que los terrazgueros
residentes en las propiedades de la zona chinampera Chalco- Xochimilco
debieron haber sido capaces de ent regar el equivalente de 2 535 toneladas
de maíz a Tenochtitlan anualmente (Cuadro 5). Si todo este material fuera
destinado para la subsistencia, se habría requerido cada año una cantidad
adicional de 27 465 a 37 465 toneladas (30 000 menos 2 535; y 40 000
menos 2 535).
Probablemente este abastecimiento adicional de alimentos provenía
del tributo y de las redes comerciales. De algunos estudios etnohistóricos
(Molins 1954-55, Barlow 1949), se puede derivar una aproximación de la
291
Cuadro 5. Distribución del excedente chinampero expresado en tlnninos
de maíz)

KILOGRAMOS
A. Requerimientos de subsistencia anuales de Tenochtillan
a. Población de 150 000 30000000
b. Población de 200 000 40000000
B. Excedente total anual máximo de las chinampas (6 630 ha x 3 000 19 b,x) 000
kilogram06 / ha)
0

C. Renta anual a T cnochtitlan de las tierras del estado en el d istrito 2535000


chinampcro (845 ha x 3 000 kilogram06 / ha)
D. Tributo anual a Tenochtillan del distrito chinampcro ( cálculos a 800000
partir del Códlu Mtndoza
E. T ributo anual a Tenochtitlan de las áreas no chinampcras (cálculo 15 200000
a partir del Códlc, MendoZJ1
F. Abastecimiento total a Tcnochtitlan del área chinampera como 3335 000
renta y tributo (C más O)
G.Abastecimicn10 1o tal a Tcnochlitlan como rcn1a de· las 18535 000
propiedades del Estado en el distrito chinampero y tributo rotal (E
más P)
H. Renta anual a Tenochtirlan de las propiedades del Estado en el
México central fuera del disrrito chinampero
l. Total anual requerido por Tenochtitlan además de la renta de las
propiedades del E.<tado en el distriro chi nampero y tributo total
a. ISO 000 personas (A l•I menos G) 11 465 000
b. 200 000 personas (A lb) menoo G ) 21 465 000
J. Excedente potencial máximo d isponible cada año del distrilo 16 SSS 000
chinampcro a cravés dcJ mercado , además de renta y tributo (B
menos 1')
K. Capacidad del distrito chinampero de abastecer los
requerimientos de subistcncia anual de ·rcnochtitlan
a. 150 000 personas (J menos I a): exceden1e S 090 000
b. 200 000 personas (J menos I b ): défíci1 4810 00
L Alimen1os requeridos por el esrado para garantizar actividades
diferentes a las de subsistencia ?

cantidad de alimentos que Tenochtitlan asignó como tributo a la zona


chinarnpera de Chalco-Xochimilco. Usando los estudios que Barlow hizo
del Códice Mendoui, Molins ha cuantificado la totalidad de grano que
entraba a Tenochtitlan desde varias partes de sus dominios tributarios en

292
el momento de la conquista española. Molins calcula una cifra anual de
19 000 toneladas (86 trojes) de maíz, frijoles, chía y huauhtli. Caloek
sugiere que, aunque esta cifra pueda parecer un poco elevada,
probablemente no era menor a unas 15 000 toneladas. Usaremos la cifra
de 16 000 toneladas para nuestros cálculos. Este tributo en granos
provenía de un área mucho más extensa que el distrito chioampero de
Chalco- Xochimilco. Sin embargo, usando los mapas y esquemas de
distribución de Molios y Barlow, se puede estimar toscamente la
proporción del tributo total de grano que provenía de la zona chioampera.
El mapa de Barlow (1949) parece indicar que la provincia tributaria de
Petlatalco se asemeja a la zona del lecho lacustre de Chalco- Xochimilco
con una ligera extensión hacia el norte. Usaremos el tributo en alimentos
de Petlatalco para estimar el tributo en alimentos pagado por el distrito
chinampero a Tenochtitlan. Según los datos del Códice Mendoza del siglo
XVI, el tributo total anual de granos de Teoochtitlan llegaba a 86 000
trojes, de las cuales una 4 trojes (alrededor del 5%) provenían de la
provincia tributaria de Petlatalco. Si 86 trojes son equivalentes a unas
16 000 toneladas, entonces el tributo de alimentos anual de la zona
chinampera Chalco-Xochimilco, debió haber sido aproximadamente de
800 toneladas (5% de 16 000). Si podemos suponer que, en términos de
sus requerimientos de trabajo y tierra, las toneladas de maíz son
equivalentes a toneladas de maíz, chía y huauhtli, entonces el excedente
potencial anual chinampero, sin tomar en cuenta renta o tributos, debió
ser equivalente a unas 16 555 toneladas de maíz (Cuadro 5).
Para resumir, calculamos que el distrito chinampero proveía a
Tenochtitlan el equivalente de 3 335 toneladas de maíz anualmente en
forma de renta y tributo (2 535 toneladas como renta y 800 como tributo).
Para abastecer las necesidades de subsistencia de Tenochtitlan, tenían aún
que ser generadas de 26 665 a 36 665 toneladas adicionales por año (de un
total de necesidades de subsistencia equivalentes a 30 000-40 000
toneladas de maíz para una población de 150 000-200 000 personas). A
partir de esto, estimamos que alrededor de 15 200 toneladas de alimentos
(16 000 menos 800) eran obtenidas anualmente de las provincias
tributarias fuera del distrito chinampero de Cha.lco-Xochimilco. Esto
significa que entre 11 465 y 21 465 toneladas de alimentos (calculadas al
restar 15 200 de 26 665 y 36 665) deben haberse abastecido cada año a
través de mecanismos diferentes a los de renta y tributo -esto es, el sistema
de mercado (Cuadro 5).

293
El excedente potencial anual de la zona chinampera Chalco-
Xochimilco (aparle de rentas, tributos y necesidades locales), equivalente
a unas 16 555 toneladas de maíz (Cuadro 5), pudo por tanto haber
cubierto todas, o la mayor parte, de las necesidades de subsistencia
restantes de Tenochtitlan (Cuadro 5). Con una población urbana de
150 000, debió haber un excedente potencial equivalente a alrededor de
5 090 toneladas de maíz (16 555 menos 11 465) disponibles cada año para
necesidades del Estado azteca diferentes a las de mera subsistencia (tales
como almacenaje, comercio a larga distancia, operaciones militares,
niveles de vida más altos para ciertos est ratos elitistas, y demás). Con una
población urbana de 200 000, se hubieran requerido un mínimo de
alrededor de 4 910 toneladas de grano (21 465 menos 16 555) de fuentes
fuera de la zona chinampera para abastecer las necesidades de
subsistencia de Tenochtitlan (Cuadro 5). Las rentas de las propiedades en
otras partes del Valle de México (Calnek), íuera de la zona chinampera,
probablemente pudieran haber provisto estos productos adicionales. Por
el momento, no tenemos manera de estimar la cantidad de alimentos
potencialmente disponibles por Tenochtillan de esta última fuente.
El Cuadro 5 resume los complejos cálculos numéricos relativos a la
distribución de los excedentes chinampcros. Estas cifras sugieren que
sería razonable pensar en una población para Tenochlitlan de 150 000 o
poco más, en términos de la capacidad productiva del Valle de México y
de las desconocidas necesidades de productos agrícolas del Estado
azteca, pero necesarias para poder garant izar una variedad de actividades
diferentes a las de subsistencia. Una población cercana a 200 000
habitantes, pudo también haberse mantenido, pero habría ejercido
tensiones más severas sobre la capacidad de Tenochtitlan de
autoalimentarse.
Estamos convencidos de que todos, o la mayor parle, de los alimentos
que entraban a Tenochtitlan cada año a través del sistema de mercado
(equivalentes a alrededor de 16 555 toneladas de maíz; Cuadro 5) deben
haber provenido del distrito chinampero de Chalco- Xochimilco. Aunque
por ahora no podemos demostrarlo, dudamos que algún excedente de
alimentos adicional para el abastecimiento de Tenochtitlan haya podido
ser generado en otro lugar en el Valle de México fuera de la zona
chinampera. La capacidad excedente de la mayor parte del resto del Valle
está probablemente representada por los muchos cient os de toneladas de
alimentos obtenidos anualmente por Tenochtitlan como tributo de fuera
del área chinampera. Barlow (1949) y Molins Fábrcga (1954-1955) han

294
demostrado que una gran proporción de este tributo total de alimentos
provenía del Valie de México. A tal tributo debe añadirse la re nta
proveniente de las propiedades estatales fuera del área chinampera que,
como Calnek (en prensa) reporta, estaban diseminadas a lo largo del
Valle de México. La existencia de numerosas y grandes concentraciones
de población nucleada en otros lugares del Valle, habría creado grandes
demanda~ de alimentos casi en todas partes. Con su relativamente baja
población residente y alto potencial productivo, el distrito chinampero de
Chalco-Xochimilco sería la única área mayor en todo el Valle de México
capaz de producir un excedente suficiente de alimentos para uso de
Tenochtitlan en los tiempos Azteca IH-IV. Además, como Armillas (1971)
lo ha apuntado, el distrito chinampero era la única área agrícola rica en el
Valle de México, cuya productividad toial e ra directamente accesible a la
población urbana de Tenochtitlan por transporte acuático; literalmente,
cada parcela estaba sobre un canal navegable. Este hecho es
particularmente importante en vista del desarrollo tan limitado del
transporte terrestre en los tiempos prehispánicos.
Como Sanders (1952, 1956) y Calnek (1972 han afirmado, la
adquisición de una proporción tan grande de su abasto a través de una
estructura de mercado habría requerido un alto grado de especialización
en oficios complementarios entre la población urbana de Teaochtitlan.
Coa tal grado de especialización ocupacional complementaria -esto es, el
cultivo chinampero intensivo por parte de los residentes del lago
Chalco-Xochimilco, y las actividades artesanales por parte de la población
urbana de Te nochtitlan- una población urbana de hasta 200 000 personas
pudo mantenerse por medio de los mecanismos de renta-tributo-mercado
esbozados anteriormente.
Finalmente, hay otro aspecto del cultivo ch in ampero que debie ra
desarrollarse aquí brevemente. La mayor parte de la tie rra chinampera,
incluyendo la utilizada por los cultivadores no te rrazgue ros, había sido
creada por los proyectos de drenaje a gran escala llevados a cabo por el
Estado azteca en el siglo XV. Además, la continua operación y
mantenimiento de todo el sistema chinampero era posible sólo por medio
de un sistema imponente de represas, compuertas, y canales que
regulaban el nivel del agua dentro de límites estrechos a través de todo el
lecho lacustre de Chalco-Xochimilco (por ejemplo, Blanton 1972b:
172-173; Palerm 1955: 36- 38). Este delicado sistema de control de agua
era tan grande, complejo e interconectado, que casi con toda seguridad
podemos decir era manejado directamente por el Estado azteca.

-
?9º
:,
Si esta aseveración es válida, entonces está implícita una cierta relación
entre los agricultores chinamperos y el Estado azteca. Hemos
argumentado que el excedente de producción de la agricultura
chinampera (equivalente a unas 16 555 toneladas de maíz anualmente) era
intercambiado en el mercado por una amplia variedad de productos
artesanales necesarios. Dada la crítica importancia de la presencia del
Estado en la operación de las chinampas, la intensidad aparente de su
cultivo puede reflejar la preocupación del Estado azteca por asegurar una
base de subsistencia adecuada para su principal centro urbano. D ebido a
la complejidad del sistema de control de agua, y a que la mayor parte del
cultivo chinampero de los siglos XV y XVI no podía funcionar sin la
administración directa del Estado, es muy probable que el Estado haya
dictado directivas relativas a la productividad y destino del producto, con
razonable seguridad de que éstas fueran cumplidas. La relativamente baja
población Azteca 111-IV de la rica zona chinampera de
Chalco-Xochimilco puede haber sido una manifestación de la
preocupación del Estado azteca por reservar el grueso de la producción
chinaropera para las necesidades de la comunidad · urbana de
Tenochtitlan. Específicamente, los extremos de crecimiento de población
regional que se observan en otras áreas del Valle de México (Parsons
1971a; Sanders 1965, 1971) pueden haber estado deliberadamente
prohibidos dentro del distrito chinampero, cuya producción excedente e ra
tan esencial para el abastecimiento de alimentos de Tenochtitlan.

Sumario y conclusiones

Las necesidades totales de subsistencia de tenochtitlan al iniciarse el


siglo XVI habrían llegado al equivalente de 30 000-40 000 toneladas de
maíz anuales. Una cantidad adicional de alimentos habría sido requerida
por el Estado azteca para garantizar actividades diferentes a las de mera
subsistencia. Hemos probado que el distrito chinampero de
Chalco-Xochimi.lco abastecía anualmente a Tenochtitlan con 19 840
toneladas de alimentos, como sigue: ( 1) el equivalente a unas 2 535
toneladas de maíz mediante el pago de renta de las propiedades del
Estado; (2) unas 800 toneladas en forma de tributo; y (3) el equivalente a
16 555 toneladas de maíz por medio de la estructura de mercado (Cuadros
4 y 5). De esta manera, nuestro modelo propone que entre la mitad y dos
tercios de los requerimientos totales de subsistencia de Tenochtitlan eran
abastecidos por el área chinampera de Chalco-Xochimilco. Tenochtitlan
296
adquiría la mayor parte del resto de sus alim.entos de los tributos de las
poblaciones sometidas en y alrededor del Valle de México (pero fuera del
distrito chianmpero) y de rentas de las propiedades estatales en la misma
área general. Dentro de nuestro modelo, la institución del mercado
adquiere un papel especialmente importante, ya que representaba el
ingreso de al menos 40% del abastecimiento total de alimentos de
Tenochtitlan.
Enfatizamos que el modelo desarrollado aquí sólo sugiere cómo
podríamos proceder en el futuro. En esta etapa aún no controlamos
suficientes variables como para simular adecuadamente el papel que
desempeñaron las chinampas en el sistema de abastecimiento de
alimentos de Tenochtitlan. Particularmente penoso es el hecho de la
cantidad de propuestas no completamente probadas que hemos tenido
que hacer relativas a los parámetros básicos de productividad, trabajo,
inversiones (inputs), y población.
Nuestras propuestas básicas son (1) que 9 500 hectáreas es una
aproximación razonable a la cantidad de tierra chinampera cultivable en
los tiempos Azteca lll-IV dentro del lecho lacustre de
Chalco-Xochimilco; (2) que las 9 500 hectáreas eran cultivadas simultánea
y continuamente con un alto grado de productividad en los tiempos
Azteca Ill-IV; (3) que 1 hectárea de chinampa puede producir el
equivalente a 3 000 kilogramos de maíz por año; (4) que un trabajador
dedicado de tiempo completo puede cultivar intensamente alrededor de
0.75 hectáreas de tierra chinampera durante un ciclo anual; (5) que
únicamente la gente que residía dentro de la zona chinampera tomaba
parte en el cultivo chinampero; (6) que la mitad de la población de
Culhuacan y una: quinta parte de la población de Chalco dependían del
cultivo chinampero para su subsistencia en los tiempos Azteca ill-JV; (7)
que nuestro cálculo de población, derivado arqueológicamente, para los
pequeños sitios Azteca m -IV diseminados sobre el lecho lacustre de
Chalco-Xochimilco, debería incrementarse en un 15% para aproximarse
más a la realidad; (8) que nuestra estimación original de la población
dependiente de las chinamas que vivía en los centros, a las orillas y en el
lecho lacustre en los tiempos Azteca ill-IV, debería aumentarse en 20%
para tomar en cuenta los lugares hoy ocultos; (9) que debería agregarse el
equivalente a un 20% adicional calculado del grado de producción de las
necesidades de subsistencia, por aquella población dependiente de las
chinampas, que residía en los centros, a las orillas y en el lecho lacustre en
los tiempos Azteca IIl-IV, para tener en consideración las necesidades
297
más allá de la mera subsistencia de estos centros; (10) que la población de
Tenochtitlan en el momento del contacto español, era entre 150 000 y
200 000 personas; (11) que los pequeños sitios Azteca lll-JV diseminados
a lo largo de la wna chinampera representan residencias de jefes ele
familia y que no más del 40% de dicha población habría sido capaz de
desarrollar una labor agrícola completa; (12) que las necesidades
promedio de subsistencia de un individuo, al año, durante los tiempos
Azteca HI-IV eran equivalentes a 200 kilogramos de maíz; (13) que el
Códice Mendoza proporciona un cálculo razonable de los alimentos que
entraban a Tcnochtitlan como tributo en los inicios del siglo XVI y que tal
tributo era diferente a los pagos de renta de las propiedades del Estado
trabaj adas por terrazgueros dependientes; (14) que toda la producción
excedente de la zona chinampera era absorbida por Tenochtitlan, y (15)
que Tenochtitlan era incapaz de producir ninguna porción sign.ificativa de
sus propias necesidades de subsis1encia de sus alrededores.
Creemos que estas son propuestas importantes, dado el estado actual
del conocim.iento acerca de la agricullura chinampera y la dis1ribución de
los asentamientos, población y gobierno correspondien1es a Azteca 111-1 V.
Sin embargo, cualquier cambio significativo en uno o varios de es1os
importantes parámetros demográficos y de productividad, podrían obligar
a realizar revisiones mayores de nuestro modelo. Hasta este punto,
algunas propuestas parecen ser más problemáticas que otras. En
particular, apuntaríamos a las estimaciones de (1) la población de
Tenochtitlan, (2) el área total de chinampas bajo cultivo, (3) el área de
tierra chinampera que un trabajador de tiempo completo podría cultivar
durante un ciclo anual en los siglos XV y XVI, y (4) la cantidad de
alimentos que entraban a Tenochtitlan en forma de tributo, en oposición a
aquéllas de renta o comercio. Las dos es1imacioncs más recien1es de la
población de Tenoch1itlan, difieren considerablemenle: la de Sanders
(1971) de 72 000-82 000 y la de Calnek (1973) de 150 000-200 000. Hemos
probado aquí que la estimación de Calnek parece razonable. Si, por aira
parte, la población de Tenochtitlan se aproxima más al cálculo bajo de
Sanders, enlonces nuestro modelo como está eslructurado ahora, no toma
en cuenta la disponibilidad de cuan1iosos excedenl es de alimentos
potencialmente accesibles.
Aunque una superficie de 9 500 ha puede ser una cifra razonable del
área !atal acumulada dedicada a chinampas cultivadas en el lecho lacustre
de Chalco-Xocbimilco, puede ser erróneo pensar que toda es1a tierra
estuviera en producción al mismo tiempo en un momento dado. Armillas
298
(1971: 658) ha hecho notar la continuada construcción de chinampas en la
era Colonial temprana, las que seguramente también están incluidas en
nuestros cálculos. Cualquier reducción significativa en el área de la tierra
chinampera reducirá el excedente disponible para consumo en
Tenochtitlan y nos obligará a buscar e n otra parte algunas de las fuentes
de subsistencia de ese centro.

En cuanto a los importantes parámetros de las inversiones de trabajo,


sólo tenemos la~ exposiciones de Sanders (1967: 80) acerca de que un
continuo riego manual probablemente limitaría la capacidad de cultivo de
un hombre a 0.50 ha. Esta fue la única base para nuestra suge rencia de
que 0.75 ha podría ser una aproximación razonable de la cantidad de
tierra chinampera que una persona sería capaz de cultivar a un nivel
bastante elevado de productividad dentro de un ciclo anual. Elevar o bajar
significativamente esta estimación, afectaría seriamente la capacidad
excedente de la zona chinampera.
A través de este estudio, siguiendo a Calnek (en prensa), hemos
asumido que el tributo de las poblaciones sometidas y la renta de las
propiedades son dos maneras distintas de T enochtitlan para conseguir
alimentos y que ambas difieren de una tercera: el comercio. Esto parece
lógico para la mente occidental, pero yo no estoy totalmente convencido
que podamos asumir que los administradores aztecas hubieran
conceptualizado estas misma~ disl-inciones de pensamiento acerca del
abastecimiento de alimentos en Tenochtitlan, en particular debido a que
todavía entendemos relativamente poco cómo operaban realmente la
renta, el tributo y el comercio. Este es un punto importante, que requiere
una visión profunda de la economía azteca, que nosotros no poseemos.
Para nuestros propósitos, este aspecto afecta el modelo sólo en cuanto
ello influye en la hipótesis de que el Códice Mendoza aporta una
cuantificación adecuada del tributo en alimentos impuesto por
Tenochtitlan y que en este documento no aparece material alguno del que
se puedan derivar rentas o comercio.
La pequeña cantidad de alimentos que T enochtitlan adquiría
aparentemente como tributo de la zona chinampera de Chalco-
Xochimilco cada año (probablemente alrededor de 800 toneladas), es un
tanto sorprendente en vista de las mucho más substanciales cantidades de
tributos de alimentos que venían de otras partes (menos productivas) del
Valle de Méxicp. Queremos decir con esto que el tributo de alimentos era
un aspecto de relativa poca importancia con respecto a la aportación que

299
hacía en este mismo renglón el distrito chinampero de Tenochtitlao a
Tenochtitlao. Francamente, esto es enigmático. Sin embargo, cantidad tan
baja probablemente indica que, para la zona chinampera por lo menos, el
abastecimiento de alimentos adquiridos por medio de renta o comercio no
fue listado en el Códice Mendoza.
Nuestro modelo impone una grao carga sobre el mercado en la
organización del abastecimiento de alimentos en Tenochtitlao.
Desafortunadamente, nuestra comprensión del mercado azteca como una
institución de redistribución permanece muy deficiente. No sabemos de
avances significativos en el estudio del mercado azteca desde los trabajos
de Katz (1966) y de Sanders (1956). Cualquier aporte adicional a nuestro
conocimiento del abastecimiento de alimentos de Tenochtitlao, requerirá
también de un estudio renovado de su sistema de mercado.

Reconocimientos

Estoy agradecido con Pedro Armillas y con William Sanders por su


información acerca de la zona chinampera. Nuestra investigación
arqueológica se llevó a cabo con la ayuda experta de J. Appell, M. Baylis,
E. Brumfiel, A. Carr, T. D'Altroy, R . E kstein, J . Elías, M. Esplín, B.
Jaffee, K. Mauer, W. Mindell, M. Parsons, E. Prahl, Y. Schreuder, A.
Wenke, R. Wenke, K Wilcox, D.F. Wilson, DJ. Wilson y D. Wolf. H e
recibido críticas constructivas de Mary Parsons y Elizabeth Brumfiel. Las
deficiencias de este artículo, en parte, pueden ser el resultado de no haber
seguido algunos de sus consejos.

300
LA TECNOLOGIA INDIGENA DE CONSTRUCCION DE
CHINAMPAS EN LA CUENCA DE MEXICO

Teresa Rojas Rabiela


..
La construcción de suelos artificiales para agricultura y poblamiento,
representa uno de los logros más singulares de la civilización indígena
mesoamericana. En este artículo abordaré el tratamiento de la tecnología
de construcción de chinampas (parcelas de cultivo) y de suelo para
habitación en las zonas lacustres y pantanosas, especialmente en el sur de
la cuenca de México. La información histórica que existe sobre el origen y
construcción de estas parcelas agrícolas y sobre su aspecto es realmente
abundante y rica. La discusión en torno al problema de si flotaron o no,
muy debatido ~n la literatura histórica sobre el tema y que podría parecer
anecdótico abordar, es en realidad un complemento necesario en el
tratamiento del tema ya que una buena parte de los datos se presenta y
adquiere sentido en ese contexto. Como se verá, las fuentes utilizadas son

• Este artículo apareció en la revista Clvlllwc16n: Connguro.clones de la diversidad, No. 2


's/f, pp. 13-47. CADAL. Producida con el apoyo del Dcpto. de Antropologta de la División
de Ciencias Sociales y Humanidades de la UAM-1 y de la Fundación Ford,

•• La autora agradece al profesor Pedro Armillas y a R. C. West el prés1amo de sus


respectivas notas inéditas sobre las chinampas, y al maestro Cayctano Reyes por facilitarle
un documento del ramo Ayuntamientos que le fue de gran utilidad, El agradecimiento es
extensivo a los maestros Eduardo Matos y Jesús Ruvalcaba por las lecturas realizadas a este
artículo antes de su publicación,
tanto históricas (primarias y secundarias) como arqueológicas y
etnográficas.

La ciénaga y sus transformaciones

Se puede considerar que la ciénega del sur de la cuenca de México


empezó a transformarse cuando los habitantes nativos iniciaron la
selección de ciertas plantas y animales para usarlos en su al.imentación y
abrigo (véase Niederberger 1976). Sin embargo, la transformación más
notable de esta región no ocurrió cuando fue totalmente desecada entre
los siglos XIX y XX, sino cuando sus moradores iniciaron y multiplicaron
la construcción de cbinarnpas y la apertura de canales de drenaje y
navegación. En probable que la agricultura en este tipo de p_arcelas
empezara muy temprano en la cuenca en las comunidades ubicadas en las
orillas lacustres,1 pero la ex¡,ansión máxima del sistema ocurrió basta el
horizonte tardío (1350-1521).2

Con estas parcelas "hechas a mano" como gráficamente las describe un


documento colonial, se creó un nuevo ecosistema en el pantano, que
dependió vitalmente del original y cuyas posibilidades de existencia y
continuidad se supeditaron a él. De la ciénaga los agricultores obtenían
los elementos fundamentales para su construcción y manejo: la vegetación
acuática (la "cinta").3 el lodo, el agua limpia y la humedad necesarias,
además de otros elementos vegetales, animales y minerales para
alimentación, artesanías, etcétera. La construcción de cbinampas modificó
también el ecosistema natural (la ciénaga), al produéir, como efecto
secundario, "cierta estabilización de las áreas de estanque natural
ocupadas por lagunas permanentes, reduciendo la amplitud de la
fluctuación normal en la distribución de tierra y agua." (Armillas, 1974:4).
Los estudios realizados por Pedro Armillas en la región lacustre del
sur (Chalco-Xochimilco-Mexicalzingo), muestran que las chinampas
hechas en el período de expansión de los siglos XIV-XVI, con sus zanjas,
apandes o canales chinamperos, formaban conjuntos de extraordinaria
regularidad, agrupados en bloques rectangulares delimitados por una red
de canales mayores "de servicio" (los acalotes) que, aunque a desigual
distancia unos de otros, estaban alineados paralelamente y corrían de
orilla a orilla del vaso, con una orientación regular de sur-suroeste a
norte-noreste.4 Según el citado autor (1971:660), esta especie de sistema
modular difícilmente pudo haber sido el resultado de arreglos comunales
o individuales stno que más parece indicar una coordinación a un nivel

302
poütico mayor. Considera asurusmo que la expansión del sistema de
chinampas puede relacionarse con un incremento demográfico sustancial,
así como que su alta productividad agrícola aumentó las bases de
subsistencia de las poblaciones locales y proporcionó al menos una parte
importante de las bases para la expansión imperialista azteca. En efecto,
este sistema agrícola intensivo ha sido proveedor de alimentos básicos
muy variados de los grandes centros de población de la cuenca de México,
en especial de la ciudad de México, así como sus canales y áreas de
ciénaga y lagunas lo han sido de productos vegetales y animales silvestres
(Wolf, 1967:79; Gibson 1967:329-330; Alzate 1831, 11:297-298; Rojas 1983).
El área de pantano transformada con chinampas en este período era
de unas doce mil hectáreas, excluyendo islas e incluyendo canales y
posibles lagunetas que ocupaban unas tres mil hectáreas. Si se cuenta
únicamente la tierra cultivable, la extensión era de aproximadamente unos
noventa kilómetros cuadrados (Armillas, 1971:660). Los canales mayores
de servicio usados para drenar la región servían como importantes vías de
navegación. Sanders (1976:135) calcula, en base a datos de campo actuales
respecto a rendimientos y consumo de maíz (en San Gregorio Atlapulco),
que el sistema pudo sostener una población de 171 mil a 200 mil personas,
con un consumo anual de 160 kilogra.mos per cápita.
A partir de la conquista, las obras hidráulicas del estado colonial
español encaminadas a proteger a la ciudad de México (iniciadas en el
siglo XVII) especialmente la apertura de un drenaje artificial,5 y más
tarde del estado nacional para dotarla de agua potable (a partir de 1905
en que se empezó la construcción de] acueducto Xocbimilco-México ),6 así
como las obras de desecación parcial realizadas por los hacendados en los
vasos lacustres desde muy temprano en la época colonial y hasta
principios del siglo XX, cuando menos, provocaron cambios profundos en
la estabilidad de la ciénaga y finalmente trastornos y cambios irreversibles
en la cbinampería. La desecación lograda al drenar, desviar y agotar las
fuentes de alimentación de agua de la región, pusieron fin a la continuidad
del medio lacustre y, como consecuencia, a la de las chinampas.
Durante el siglo XVJI, coincidiendo aproximadamente con el punto
más bajo del descenso demográfico indígena, tuvo lugar el proceso de
abandono extensivo y a gran escala de las chinampas "originales• (aquellas
del sistema modular de los siglos XJV-XVJ). Según los historiadores de la
llamada 'escuela de Berkeley', la población de estas regiones llegó a su
3-03
nivel mfnimn después de la devastadora epidemia de 1576-1581.7 La
reconstrucción posterior de las áreas agrícolas en la ciénaga, paulatina y
siempre parcial, que tuvo lugar durante los siglos XVIII y XIX, se
relaciona tanto con la recuperación demográfica que culminó
aproximadamente en la década de 1900 como con cambios en la tenencia
de la tierra. H ubo ocupaciones legales y usurpaciones ilegales de áreas de
la ciénaga en los siglos XIX y XX, resultado de leyes y reglamentos
expedidos por los gobiernos federales, en especial durante el porfiriato;
así como restituciones y dotaciones de tierras producto de la reforma
agraria de la revolución (iniciadas en 1918).8

En varios pueblos de la región de Xochimilco y en algunos de la de


Cbalco, una generación de lugareños que nació con el siglo XX, observó
la última fase de la existencia de la ciénaga y construyó las últimas
chinampas (del tipo que usó la "cinta" como materia básica). En otros
pueblos sus habitantes asistieron al deterioro definitivo y a su extinción
durante los primeros años de la misma centuria. En los lugares en los que
la agricultura en chinampas ha continuado hasta ahora, la tecnología
tradicional (plantas, herramientas y métodos agrícolas), se adaptó a las
cambiantes condiciones del ambiente, transformándose hasta constituir,
hoy en día, una tecnología relativamente diferente de la que se practicó
mientras existió la ciénaga. Otros pueblos de la cuenca de México vieron
el fin de sus chinampas en los siglos anteriores, algunos desde el siglo
XVI.9

El proceso de cambio ecológico ocurrido en las áreas lacustres del sur


y en la cuenca en general, aunque de enorme magnitud, no fue muy
radical, quizá por lento y gradual, sino hasta su deterioro total en este
siglo XX. La antigua cuenca lacustre fue desecándose paulatinamente en
función no sólo de las obras hidráulicas generales emprendidas por los
estados, que afectaron a todo el conjunto, sino de los accidentes y
condiciones locales: pérdida temprana de un manantial, apertura de un
canal de drenaje, apropiación de sus tierras por hacendados, etcétera.
Actualmente, las formas de explotación agropecuaria en los terrenos
desecados de Chalco y Xochimilco, tienen poco ya que ver con las
antiguas. En las zonas sin canales predomina la agricultura de humedad,
con una sola cosecha de maíz al año (o bie de remolacha); la ganadería y
el cultivo de alfalfa (con riego por aspersión). Otras zonas están tan
ensalitradas que sólo crece en ellas la planta del romerito, solitaria y sin

304
cultivo y, eventualmente, se usan para sembrar un poco de maíz. En las
chinampas existentes, conservadas en mejores o peores condiciones hasta
el presente y según cuenten con sus canales y conserven su tradicional
forma alargada y angosta, se cultivan cuando menos dos ciclos agrícolas
(escalonados o en sucesión).1 º
La construcción de chinampas, suelo urbano y diques

El reto de construir suelo artificial para habitación y para uso agrícola


en el medio lacustre de la cuenca de México, fue resuelto de varios modos
por los chinamperos de los diferentes tiempos. Las fuentes coloniales de
los siglos XVI y XVII documentan tres métodos o formas principales que
se emplearon, con ligeras variantes, en la construcción de chinampas, en
la fundación y ampliación de poblaciones lacustres (como
Tenochtitlan-Tlatelolco y posiblemente otras como Tlahuac, Xochimilco,
Mexicaltzingo, Mizquic, etcétera) y en la cimentación de toda clase de
edificios y construcción de obras de control hidráulico como
calzadas-dique y albarradas.
El primer método lo describe una fuente del siglo XVI como
específicamente apropiado para la construcción de suelo para
poblamiento en las zonas lacustres y pantanosas. Su autor es Vargas
Machuca cuya obra fue publicada en 1599: "Dentro de esta laguna vive
gran cantidad de indios de esta manera, que hacen sus estacadas y las
hinchen de tierra, hasta que sube del húmedo del agua. buen pedazo y
encima forman y hacen sus casas." (1892, 11:142).

Otras crónicas indican que las estacadas ( de morillos de madera) ,se


rellenaban con céspedes y hay evidencias arqueológicas que muestran que
también se usó piedra y tezontle. 11 Algunos autores actuales llaman
chinampas a estas estacadas con rell.eno, pero aquí reservaré este nombre
para las parcelas agrícolas tal como lo usa la mayoría de las fuentes
antiguas.

Un principio similar al descrito por Vargas Machuca se empleó en la


cimentación de edificios tanto en tiempos prehispánicos como coloniales:
estacadas rtapias") de troncos con relleno de materiales diversos (tierra,
céspedes, piedra, tezontle). El mismo lo vemos utilizado en la edificación
de obras hidráulicas como fueron las calzadas-dique y los albarradones o
albarradas, acerca de los que hay numerosas descripciones históricas y
estudios modernos (Palerm, 1973, Rojas, 1974 y 1981). Entre las antiguas
305
se tienen por ejemplo las dos siguientes:

( ...) todos juntos come1123ron la obra de la Albarrada Vieja, que cieno fue hecho
mui heroico, y de corazones valerosos intentarla, porque iba metida, casi tres
quanos de legua, el agua dentro, y en pane mui hona, y tenia de ancho mas ele
quatro brazas, y de largo mas de tres Leguas. Estacaronla toda mui espesamente,
las cuales Estacas (que eran mui gruesas) ... , siendo las Piedras con que se hizo
todo, de guijas mui grandes, y pesadas ... (Torquemada 1969, 1:157-158).

Tenía entonces esta Ciudad (de México), solas tres entradas, que fueron tres
Calzadas, que para este fin se hicieron ... fueron hechas a mano, de Tierra, y
Ccsoedes, y mui cuajadas de Piedra ... (Torquemada, 1969, 1:292).

La albarrada San Lázaro que rodeaba a la ciudad de México pbr el


oriente y que se reconstruyó en 1555-1556 siguiendo el mismo patrón
tecnológico de las prehispánicas, se estacó por ambos lados, se le puso
"piedra seca" en las partes hacia la laguna de Tetzcoco y se rellenó con
céspedes y tierra (Archivo General de Indias, Patronato 181-1-30).
El primero de los métodos de construcción de chinampas (suelo
agrícola) según fuentes de la misma época temprana colonial, consistió en
el amontonamiento de céspedes y lodo. Se distingue del anterior porque
no se mencionan las estacadas de morillos como elemento constructivo
inicial. El plantío de estacas vivas de árboles de ahuejote (Salix
bomplandiana o S. acumilata) era la operación final del proceso una vez
formado el suelo y tenía como objeto afianzar las orillas de las parcelas
con las raíces de estos árboles típicos de ellas.
De acuerdo con la mayoría de los textos de los cronistas antiguos, los
pasos más importantes para formarlas fueron el corte, acarreo y
amontonamiento de céspedes desde la ciénaga o de la tierra firme de las
orillas, así como el agregar tierra y lodo. Entre ellos citaré dos fragmentos,
uno del mismo Vargas Machuca (1599) y otro de Antonio de Ciudad Real,
el cronista del Padre Alonso Ponce (1585).

También hacen sus labranzas de maizales y otras semillas, trayendo en canoas de la


tierra firme céspedes conados, y echándolos en el agua a medio estado y uno,
forman un camellón que sube sobre el agua media vara, y será de ancho tres y
cuatro varas, y entre camellón y camellón, que de estos hacen mucho en una
labrarua, andan los indios en sus canoas, desyerbando y beneficiando, cosa jamás
vista en el mundo. (Varps Machuca, 1892, 11:142).
Llámanse estas milpas chlnapas, y bácenlas dentro del agua, juntando y
amontonando céspedes de tierra y lodo de la mesma laguna y haciendo unas como
suenes muy angootas... (Ciudad Real 1976, 1:107-108).

306
El único históriador colonial que recogió la versión de que césped y
lodo se colocaban sobre un cimiento, en este caso un cimiento natural
constituido por el "pajonal" previamente quemado, fue fray Agustín de
Vetancurt (c. 1698), quien apuntó: "sobre estos pues cespedes que se
pueden mudar á otros lugares despues de quemado el pajonal hechan del
cieno de la misma laguna, y en él siembran lo que les parece, y se da con
abundancia" (1971:33).12
Tylor, antropólogo inglés que escribió una obra sobre México durante
el siglo XIX, describió la construcción de las parcelas lacustres de un
modo que recuerda el de Vetancurt. Luego de su visita a las del canal de
Mexicaltzingo en 1856, anotó que "se construyen con fan~o amontonado
sobre un cimiento de carrizos y ramas" (Tylor, 1861:62-63). 3
Los ejemplos etnográficos sobre construcción de islas artificiales para
el cultivo en otras partes del mundo pueden ayudar a aclararnos ciertos
aspectos oscuros del caso de la cuenca de México, sobre todo en cuanto a
si hubo o no un cimiento vegetal natural sobre el cual sobreponer las
capas de lodo, tierra y céspedes. En. Nueva Guinea oriental se encuentran
terrenos de cultivo casi idénticos a los de México, verdadera construcción
de suelo y no sólo de drenaje de ¡pantanos. Una magnífica descripción
hecha por la antropóloga M. L. Serpenti (1965: 25-27) nos proporciona
material para comparación, procedente de los habitantes de la isla
Frederick-Hendrik, hoy llamada Kimam.
Los islotes en esa parte del mu:ndo se construyen en las ciénagas de
poca profundidad durante la temporada seca del año, seleccionando los
sitios más bajos posibles para que el trabajo de construcción sea menos
arduo, así como las zonas donde crezca más densamente una planta
leñosa de hojas anchas. El proceso se inicia al recortar esta vegetación
hasta un poco arriba del nivel del agua, en una extensión de unos dos o
tres metros de ancho. Esta vegetación que está arraigada naturalmente en
el fondo de la ciénaga, es el cimienlo de la isleta en construcción y sobre
ella se coloca una capa gruesa de lodo sacado del fondo; con ello también
se ahondan los canales que mantendrán húmedo el terreno. Para mejorar
la composición demasiado arcillosa del suelo y aumentar sus nutrimentos
se acarrean gruesas capas de vegetación herbácea flotante (a la que la
autora del estudio llama floating islets, isletas flotantes, que nos recuerdan
a los "bandoleros" o trozos de "cinta" móviles que hubo en Chateo y
Xochimiko) que luego, ya en la isla, se cortan en pedazos más chicos y se
307
colocan en toda su superficie. Se cubre con otra capa gruesa de lodo, otra
de vegetación y así sucesivamente hasta alcanzar un mínimo de 75
centímetros sobre el nivel del agua, suficientes para poder sembrar en ella
ese mismo año. En los años siguientes se eleva más para conservar la
fertilidad pero la mayor o menor altura depende de los diferentes
requerimientos de humedad de los cultivos (Serpenti, 1965:25-27). Un
problema que existe allá pero no se presentó en México fue el del
desmoronamiento de las orillas en la temporada de secas, porque aquí se
solucionó con el plantío de ahuejotes.

Manuel Orozco y Berra (1864:164) describió la formación de


chinampas en el vaso de Chalco-Xochimilco en la forma siguiente que
corresponde a la que venimos tratando: "Sobre la cinta flotante colocan
otra capa de la misma, hasta la altura bastante para que quede fuera de la
superficie de las aguas, y encima le ponen el limo que debe servir para el
cultivo".
El tercer método de formación de suelo artificial y segundo de
chinampas, lo describió con detalle el científico mexicano José Antonio de
Alzate y Ramírez en 1791, quien lo observó probablemente en la zona de
Iztacalco-Mexicaltzingo. Consistía en excavar zanjas que formaban y al
mismo tiempo delimitaban la chinampa, en amontonar sobre su superficie
el loto extraído y finalmente formar un terraplén con tierra acarreada "de
lejos•. Observador acucioso, Alzate declaró: "refiero lo que veo, no lo que
pudieron ver otros" (1831, 11:383-384 y 397-398). Llama la atención que no
hablara del método de formación con céspedes, quizá porque ya no los
había para esta época en la zona.14 De las condiciones de los terrenos,
escribió: ".. .los sitios en que siembran los indios son unos pantanos ó
terrenos inundados con aguas permanentes, ó que apenas tienen un
debilísimo movimiento; en estos sitios es en donde los indios forman sus
huertos ó chinampas.• (Alzate, 1831, II:383-384).
De .la construcción de esas chinampas y del sentido de su forma
alargada y angosta característica observó:

...porque si las dispusiesen anchas, a más del trabajo en regarlas, les seria muy
costoso conducir tierra de leja; para igualarlas o terraplenarlas: todo esto evitan
usando de esta práctica, que he presenciado desde la primera operación.
Según el plano que se propone el indio, atendida la magnitud de una chinampa,
fonna cuatro zanjas: da;, por-ejemplo, de Oriente á Poniente, que wn las dilatadas;
y otras de Norte á Sur, que son las pequcftas: la tierra fanga;a de las cuatro
acequias la coloca en el espacio cin:11nscrip10 por las cuatro acequias. En virtud de

308
esta operación, ya aquel cuadrilongo queda mas elevado como una vara respecto á
la agua; y una tierra antes influctífera, por estar cubierta de agua, ó muy embebida
de ella, queda en proporción de producir con usura.
Terraplenan con atención la chinampa para que sea horizontal, y que el riego se
estienda por toda ella: despues de esta disposición le echan una capa de lodo ó
cieno, que estraen del fondo de la acequia real, o de los sitios en que la agua se halla
represada, y que tiene de profundidad d06 ó tres varas. A este cieno le revuelven
lenteja de agua, á que ellos llaman c:tillacastle, y otras platas acuatiles: abandonan
algun06 dias la chinampa para que las plantas se pudran, y esta mezcla de cieno y
plantas se conoce entre el06 por ~ada, y siembran en ella ... (1831, ll:383-384).

Este tercer método es en realidad más de drenaje de zonas pantanosas


de poca profundidad que de creación artificial de suelo. Fue observado en
la zona de Xochimilco (Xochimilco, San Gregorio, San Luis, etcétera) en
forma simultánea al anterior (el primero de chinampas) en 1816. El
registro consta en un informe rendido por una comisión encabezada por el
escribano del real desagüe sobre el estado que guardaban las chinampas
de Xochimilco y sus barrios durante una inundación que azotaba a la
región ya por cuatro años a causa del cierre de la compuerta de
Mexicaltzingo, que impedía la salida del agua de los vasos de Chalco y
Xochimilco hacia México. Así resumió el escribano lo que vieron: "Fue el
resultado verse inundadas lo menos tercia de agua las innumerables
chinampas... que hay en la circunferencia toda de Xochimilco y sus
barrios, las cuales unas eran flotantes hechas a mano sobre césped, y otras
sobre la tierra firme de la orilla del agua... " (Archivo General de la Nación,
Desagüe, vol. 43, exp. 5, 14 fs.; año 1816).

Este documento, además de confirmar el lógico argumento de que si


las chinampas hubieran flotado no se hubieran inundado, o aquel de Wolf
de que eran °lla~adas a menudo jardines 'flotantes', debido,
probablemente, al hecho de que no flotan" (1967:78-79), es importante
porque señala con claridad lo que en el lenguaje de esa época se
reconocía como chinampas flotantes y lo que llamábase chinampas de
tie"a firme. Las unas hechas con césped, flotantes y arlificiales ("hechas a
mano") y las otras de ribera, construidas a base de zanjas a semejanza de
las descritas por Alzate.15
Si bien ambos métodos resultaron en parcelas de cultivo denominadas
chinampas, su origen fue diferente y el empleo de uno u otro método
dependió de las condiciones específicas del medio lacustre de cada zona y
época. A nivel de hipótesis considero que el mayor avance de la
desecación en lztacalco-Mezicaltzingo hacia finales del siglo XVIII y
309
principios del XIX, por ejemplo, produjo que las.nuevas chinampas se
hicieran o las antiguas se reacondicionaran abriendo zanjas en el pantano,
al disminuir la profundidad de los vasos lacustres.16 En contraste, a las
ciénagas de Xochimilco y Chalco, continuaron construyéndose con capas
de césped o cinta flotante hasta 1940 en algunas partes.

La siguiente descripción corresponde a lo que considero como una


variante de primer método de construcción de chinampas o, más bien, uno
de reconstrucción. Se conoce gracias a los registros detallados recogidos
por el agrónomo porfiriano Miguel Santamaría en 1911, de boca de los
ancianos de Xochimilco e Iacalco-Iztapalapa. Se parece mucho a los
relatos que algunos viejos campesinos de la región nos hicieron hace unos
cuantos años. La primera operación era la de la búsqueda de un
"cimiento" en la ciénaga, una faja de tierra firme que se encontraba a poca
profundidad de la superficie del agua; los "terremotes" de los que hablan
aún los lugareños. Así describió Santamaría (1912:11-13) los pasos que se
seguían:

...esta operación es muy fácil, y consiste en sondear el fondo del can.a l con un remo
hasta encontrar un punto en que el fondo esté a poca profundidad, en seguida y con
el mismo remo hacen la limitación del "cimiento•, senalando el perímetro con
estacas largas o carrizos. Sobre. este ' cimiento• van extendiendo capas de tierra y
césped alternadas convenientemente hasta lograr que salgan a flor de agua ... Para
cortar el césped lo-cortan con palas o coas ...
Una vez que la chinampa en formación ha llegado á tener una altura de 20 a 25
centímetros sobre el nivel del agua, proceden a plantar estacas de sauce o •hucjotc•
(Salix) en las orillas. Las estacas se plantan á una distancia de 4 á S metros.
Ya que los sauces han prendido, queda la chinampa lista para ser cultivada.
A los cuatro anos de formada la chinampa ya la descomposición orgánica es casi
completa, 'ya se hizo tierra•, según la frase de los indígenas.

La descripción anterior, por excepción, se encuentra ilustrada con un


par de dibujos que representan en corte transversal el cimiento y la
chinampa lista para cultivarse. Es fácil percatarse de que los tales
cimientos no eran otra cosa que los restos sumergidos y erosionados de
viejas chinampas, como tantas que afloraron al desecarse completamente
· las zonas lacustres (véanse por ejemplo las que aparecen en Armillas
1971). Es decir, parece más bien un método de reconstrucción usado por
los campesin9.s de aquellas partes en las cuales las chinampas originales o
primitivas17 habían sido abandonadas y ganadas por la ciénaga en alguna
época pasada. T ambién, y hablando en el terreno de lo hipotético, puede
estarnos ilustrando la forma en que los primeros chinamperos construían
310
sus chinampas en el pantano, buscando las partes altas, los cimientos
naturales del lecho lacustre, huyendo de las aguas profundas como lo
apuntó Armillas (1971).

Los ancianos chinamperos de los pueblos que aún conservan con


cierto vigor la tradición agrícola (Xochimilco, San Gregorio Atlapulco,
San Luis Tlaxialtemalco, Tulyehualco y Mizquic), nos relataron la forma
en que hicieron sus parcelas durante los años de las postrimerías del siglo
pasado y hasta los años cuarenta del actual (en San Luis hasta 1945, en
Mizquic hasta 1925, en el norte de Xochimilco y el este de Tezompa
todavía por 1947, según West y Armillas 1950: 171 y 175).
Las chinampas se "levantaron" o "cimentaron" con césped, encimando
pedazos de éste en los "terremotes". Primero se buscaba un cimiento,
luego se "destapaba" el perímetro, es decir, se quitaba la capa de cinta
vegetal y se colocaba en pedazos en el borde de la futura chinampas. Para
mejor destapar se "tiraba" un hilo para marcar el corte y se "rayaba" y
cortaba con una coa filosa de mango largo (uictli en Mizquic) o con
achicole o pala. La siguiente etapa; según algunos informantes (otros no la
mencionaron), era la de "zanjear" para hacer sus apantles o canales. Para
poder trabajar en esto "echaban presa" en la zanja, con un bordito de lodo
para poder excavar en seco por secciones. Lodo y tierra extraídos se
echaban en el borde para más tarde extenderlos. Se dice que un peón
podría "zanjear" una "tarea" al día (10 metros de largo, uno de ancho y uno
y medio de profundidad); otras personas me dijeron que la tarea anterior
les parecía muy exagerada, que en realidad era de cinco metros de largo
por uno de profundidad.

Acudían en seguida en una chalupa al pantano a cortar con la misma


coa tiras muy largas de cinta que enganchaban con un "garabato", una
especie de gancho, que se llevaba amarrado a la chalupa hasta el sitio en
construcción. La tira era de una vara de ancho y de 30 a 80 varas de largo.
Se colocaba en la orilla y se hacían trozos chicos con ella en forma de
cuadros o rectángulos (los céspedes) y se colocaban empalmados en su
superficie. A esta última operación le llamaban "ixhualanear". Por último,
se sembraban estacas de ahuejotes en los bordes para detenerlos y evitar
que se cuartearan; o, como dijo un anciano, para que la tierra "no
temblara•. La siembra se podía iniciar en seguida en esa superficie
haciendo agujeros en el césped coa un picador, un palo con punta en
forma de trompo.
311
Las tiras de césped se usaron también para "alzar" las chinampas bajas
o para aumentar su tamaño. Se iba a la ciénaga a cortar "pantano" o cinta
que se colocaba en pedazos sobre la parcela para levantarla; cuando ya no
hubo este material se alzaron con tierra que se tomaba de otras parcelas.
Considero que un antiguo método de cultivo consiste en la renovación
períodica de la capa de suelo de la plataforma de siembra con capas de
vegetación acuática (varió entre césped, lirio, chilacastle, altacuetzon,
etcétera), lodo rico en materia orgánica en descomposición (en los
almácigos y como fertilizante en la siembra) y agualodo (en la irrigación),
forma parte del mismo complejo tecnológico tratado hasta aquí. Esta
renovación periódica se hacía en distintos momentos del cicfo de
producción agrícola y no formaba parte de la construcción propiamente
dicha.

Los autores y las chinampas flotantes


Se podría esperar que desde que West y Armillas escribieron su
conocido artículo y uno de los más difundidos de entre los elaborados
hasta ahora sobre la "poesía y realidad de los jardines flotantes". publicado
en 1950, el espejismo y fascinación de las chinampas flotantes y portátiles
habría quedado disipado. En un trabajo menos conocido en México
publicado en 1939, Willey y García Prada fueron mucho más radicales al
respecto, si bien menos convincentes porque no analizaron el problema a
partir de información de campo y de fuentes históricas de primera mano
(como los autores citados). Pero, pese a haber transcurrido ya más de
trein!a años, la fantasía de lo flotante está viva aún y centa con adeptos. A
ella se ha agregado una nueva y curiosa ilusión que hace que chinampas y
trajineras se confundan.
La siguiente definición, que dieran West y Armillas (1950:166) es el
prototipo entre los que piensan que las chinampas no flotaron. Es la más
sencilla y completa de las que se han escrito:
Normalmente los 'ja·rdines flotantes· fueron y son en realidad islotes construidos
artificialmente en ciénagas y largos de poco fondo por acumulación de espesos
mantos o enfajinados de plantas acuát icas y todo extraído del fondo de la misma
ciénaga, no flotan, a no ser por corto tiempo después de su construcción y aún
entonces,estando mantenidas firmes en su lugar por las estacas de sauce.

Los autores que han descrito o se hao referido a las chinampas desde
el siglo XVI han sido muchos, desusadamente numerosos si se comparan
con los que se han ocupado de otros sistemas agrícolas i_ndígenas

312
mexicanos. Pero como ya se vio, sólo algunos entregan descripciones de
cómo se construían las parcelas o de su aspecto y características en su
tiempo. La mayoría han elaborado modelos hipotéticos para tiempos
antiguos (prehispánicos), ente los cuales pueden distinguirse dos
concepciones. La primera supone que en el lago o en el pantano se
construía o tejía una especie de lecho, que Humboldt llama "balsa",
Orozco y Berra "paralelepípedo", Tylor ''balsa" y León-Portilla "especie de
armazón".18 La segunda considera que se hacía con el enfajinado vegetal
flotante (céspedes de cinta), pero que una vez hechas "quedaban firmes".
Según Humbold (1966:134-135), las balsas estaban formadas con
materiales ligeros entrelazados unos con otros, cañas (que llama totora),
juncos, raíces y ramas de arbusto silvestre que luego los indios cubrían con
mantillo negro (lodo). Para Orozco y Berra (1866:159-160) los
paralelepípedos se integraban de carrizos, varas y raíces de plantas
acuáticas entretejidas, que al mismo tiempo presentaban "una estructura
sólida y ligera"; los chinamperos "tapaban los intersticios con ramas
livianas y llenaban la cavidad con el limo del fondo del vaso". Según Tylor
(1861:62-63) la balsa era de carrizo y matorrales y sobre ella se
amontonaba fango de las orillas de los lagos. Para León. Portilla
(1974:173), el armazón era de varas y carrizos y sobre él se echaban la
tierra y el cieno del lago.
Las chiampas, según estos autores, flotaron en su etapa inicial hasta
que se fueron asentando por acción del peso, o bien a medida que los
lagos bajaban de nivel y con ello las parcelas tocaron fondo. Humboldt las
20 1
describió hacia 1822,19 Orozco y Berra hacia 1864 y Tylor por 1856.2
Se ha afirmado que esta idea de las chinampas flotantes y la forma de
construirlas arranca de Clavijero, pero no está suficientemente
fundamentado.22 Si a alguien se le puede imputar la paternidad de las
ideas de lo flotante y Jo portátil es al padre Joseph de Acosta y no a
Clavijero. Este último consultó la obra de Acosta (publicada en 1598 y
reimpresa en 1591) y repitió en forma casi idéntica lo que éste escribió
sobre el asunto.23 Lo que sí es cierto es que Clavijero exageró estas
características hasta un punto que no lo había hecho Acosta. La versión
de Clavijero sin duda fue la que más se conoció en Europa dado que su
obra se leyó ampliamente desde s111 primera edición en italiano aparecida
en 1780-1781. Muchos de los viajeros que visitaron México conocían su
obra, la que tuvo mucha influencia sobre lo que éstos escribieron.
313
'

Figura 23. Repres,nlación indígena de una albarrada (dique) en el Códice de 1576 o


Códice Auvin

314
315
El episodio que dio origen a los comentarios de Acosta, y
posteriormente a toda la tradición t(?jida alrededor de las chinampas
flotantes y movibles, repetida una y otra vez por los autores de todos los
tiempos, fue recogido por casi todas las fuentes importantes que se
conservan del primer siglo colonial. Se trata del pasaje de la tributación
extraordinaria impuesta a los mexica por los tepaneca de Azcapotzalco
cuando aún eran sujetos suyos. Además de sabinos y sauces crecidos,
tendrían que tributar, como cosa imposible, una chinampa, camellón o
sementera hecha en el agua, que se moviera "como balsa" y que contuviera
animales y cultivos en sazón. Los pasajes de Acosta y Clavijero son los
siguientes. Del primero:

Los que no han visto las sementeras que se hacen en la laguna de México, en medio
de la misma agua, tendrán por patraña lo que aquí se cuenta, o cuando mucho
creerán que era encantamiento del demonio, a quien esta gente adoraba. Más en
realidad es cosa muy hacedera, y se ha hecho muchas veces hacer sementera
movediza en el agua, porque sobre juncia y cspadana se echa tierra en tal forma,
que no la deshaga el agua, y allí se siembra y cultiva, y crece y madura, y se lleva de
una pane a otra. (Acosta 1962:334).

De Clavijero (1979:75):

El que no haya visto los bellísimos jardines que hasta el tiempo presente se cultivan
en medio del agua, y la facilidad con que los transponan a donde quieren, calificará
de patrana este suceso; pero los que las han visto como yo, y cuantos hemos
navegado aquel lago, que es una de las más dulces recreaciones del mundo, no
tendrán motivo pa.ra desconfiar de la verdad de la historia.

Armillas (1971:653), luego de analizar este problema concluyó que esta


leyenda pudo surgir por errores de observación al confundir a las
chinampas, necesariamente fijas, con los almácigos movibles que
posiblemente existieron hechos sobre la cinta y cuyas plantitas serían
luego sembradas en el terreno definitivo. Esta idea está fundamentada en
el siguiente pasaje del fraile Hernando de Ojea (1897:3), que escribió
entre 1580 y 1615:

En esta laguna usan los indios una cosa muy notable, que son unos buenos
movibles de 20 y 30 pies de largo y del ancho que quieren, fundados en el agua
sobre céspedes, juncos y espadal\as: en los quales siembran los almácigos de sus
legumbres ... para tra~plantar en otras panes; y asi lo llevan asidos con coroeles de
unas panes a otras por la laguna.

Sin duda es posible que hayan existido almácigos hechos sobre el


césped flotante, esa especie de colchón compuesto de vegetación y lodo
pero _¡:onsidero que lo que ayudó o pudo causar la confusión de la idea del
316
césped flotante con la chinampa propiamente dicha hecha de céspedes
flotantes. Ni uno solo de los escritores que las estudiaron y visitaron en el
siglo XVIII o XIX afirman la existencia de las chinampas flotantes, si bien
todós estaban convencidos de su existencia pasada. Hay que recordar
también la forma de expresarse de aquel documento de 1816 antes citado,
que distingue las "chinampas flotantes hechas a mano sobre césped" de
las de la tierra firme, ambas inundadas por entonces.

Antes que West y Armillas, otros escritores habían polemizado en torno


al problema de lo flotante, de su construcción sobre balsas como base; es
el caso del autor anónimo de un artículo que sobre la fundación de
México apareció en 1889 en el periódico El siglo XIX ( en Montes de Oca,
1926:423-424).
En él se encuentra no sólo una de las mejores argumentaciones contra
la versión de las chinampas flotantes sino también su propia versión sobre
su construcción original.

Estas florffcras isletas (las c.hinampas) no fueron, como generalmente se cree,


débiles embarcaciones fonnadas con juncos y carrizos, a modo de balsas, sobre las
cuales se extendiera en seguida una capa de humus o tierra vegetal; no, la materia
prima se las proporcionó la naturaleza ya dispuesta; era una especie de enfajinado,
vegetación peculiar de los lagos meridionales, cuyas raíces entretejidas e
inseparables, fonnaban como un colchón de varios pies de espesor, que podfa•flotar
sobre el agua, sin contacto alguno con el fondo; el agua desaparecía bajo aquella
superficie, y la vista podía espaciarse sobre inmensas praderas, a las cuales se
internaron los indios, sin que el sucio llegara a moverse bajo sus pies; en vista de la
resistencia del terreno, procedieron a cortar, valiéndose de grandes coas, diversas
porciones de enfajinado, dándoles el tamafio que reclamaban sus necesidades;
generalmente verificaban esos cortes junto a los ■calotes, que eran los canales que
se cruzaban a trallé$ de la vegetación del lago, desde donde pudieran rcmolcar1as·a1
sitio más adecuado; cuando deseaban fijar las chinampas, las conducían al lugar que
les agradaba, y, para darles estabilidad, iban Juego sembrando en su contorno
estacas de árboles que enraizaban muy pronto, y los jaroines, aunque flotantes,
quedaban finnes; de esta suerte fonnaban veroaderas calles de chinampas, dejando
entre ellas verdaderos canales que tanto seM'an para limitar las propiedades, como
para la irrigación de aquellos admirables huertos; la experiencia vino a enscfiarles
que superponiendo varias capas de enfajinado y recubriéndolas con el lodo del
rondo, que era el mantillo producido por la descomposición de los vegetales
lacustres, aumentaba su fertilidad, sin que por eso disminuyese su duración, pues
reconociendo un origen acuático todos aquellos elementos, no sólo sobrenadaban
las chinampas, sino que se conservaban indefinidamente.

317
Formas y dimensiones de las cbinampas
El problema con el que los campesinos se enfrentaron en el pasado en
relación con el cultivo de estas parcelas fue el de la humedad excesiva del
suelo y no el de la falta de agua, como fue sucediendo a medida que la
desecación se fue imponiendo. En una expresiva descripción hecha por
Torquemada a principios del siglo XVII se encuentra la base para
sustentar al menos una parte de esta afirmación: "... todos son camellones,
que ellos llaman Chinarnpas, que son surcos hechos sobre las aguas,
cercados de zanjas, no han menester riesgos, y quando son menos las
aguas de el cielo, son más sus panes; porque la demasiada-agua los ahoga
y enferma.• (Torquemada 1969, 11:483).

Varias de las técnicas agrícolas y de las especies de plantas utilizadas


se relacionan con estas condiciones de humedad sobrada, por ejemplo el
cultivo sobre céspedes, el uso de variedades adaptadas, etcétera (véase
Rojas 1983).

Varias de las técnicas agrícolas y de las especies de plantas utilizadas


se relacionan cea-estas condiciones de humedad sobrada, por ejemplo el
cultivo sobre céspedes, el uso de variedades adaptadas, etcétera (véase
Rojas 1983).

El origen y composición básicamente orgánico del suelo mismo, así


como la forma característica de las chinarnpas, largas y angostas, y la
cercanía de su suelo al agua de los canales o zanjas, se señalan como los
elementos principales que integraban los húmedos islotes artificiales y su
complejo de técnicas y cultivos. Su estrechez ha sido uno de sus rasgos
característicos y prácticamente universales a través del tiempo (Sanders
1957:76). El diseño facilitaba la infiltración natural del agua de las zanjas y
canales adyacentes hasta el centro de la parcela, las operaciones de riego
artificial hechas manualmente, el acarreo de las cosechas, plántulas y otros
materiales necesarios en canoas.
Las dimensiones de las antiguas parcelas de Xochimilco, Chalco y
Mexicaltzingo, es decir, las coloniales y precoloniales, parecen haber sido
menores a las de los siglos XIX y XX. Las primeras fluctuaban entre
menos de dos metros y algunas de cuatro. Los datos del siglo XIX y
principios del XX señalan entre tres y nueve metros (los informes
generales), o bien 12 y 14 metros en documentos privados de dos
chinampas de San Luis fechados en 1896 y 1911, respectivamente. Sus
dimensiones en los dos últimos siglos se volvieron más irregulares también
318
y, aunque en general mantuvieron el principio de la forma rectangular,
parecen haber sido más anchas que las coloniales.
Según Alzate (1791) las dimensiones variaban de acuerdo con la
posibilidad económica del constructor. Las de los más pobres medían dos
varas por 20 ó 30 de largo y las de aquellos "que tienen una ligera
comodidad", cuatro por 40 y más varas (1831, ll:383-384). Estas
observaciones de Alzate fueron hechas sobre todo en la zona de Iztacalco-
Mexicaltingo. Para Santamaría el tamaño de las que observó en el Distrito
Federal en 1911, dependía "en gran parte de la extensión de los
'cimientos'" (1912:13), o sea, de las antiguas sobre las que las nuevas se
hacían en su tiempo. En general eran pequeñas y medían tres metros por
cinco y su superficie media podía considerarse de 90 metros cuadrados.
Sólo en Iztapalapa encontró unas pocas de mayores dimensiones, de seis
por 900 metros, que seguramente son las que aún se conocen actualmente
en esta zona como "largas" y que se hicieron en la superficie de un antiguo
potrero comprado por la comunidad y repartido a sus habitantes para
formar chinampas de iguales propoITciones.
Más de 45 años después, West y Armillas registraron las dimensiones
de las de Iztapalapa, señalando que eran de 4.50 a seis metros por seis a
12 metros (Notas inéditas de West y Armillas, 1947).
El tamaño promedio de las de San Gregorio en 1953 fluctuaba entre
seis y diez metros de ancho por 100 ó 200 de largo, con una superficie
media calculada en 1 000 metros cu.adrados (Sanders 1957:76).
Las dos chinampas antiguas ya citadas situadas en el pueblo de San
Luis medían 12 y 14 metros de ancho por 71 y 63 de longitud (documentos
de compra venta, en posesión de sus actuales dueños con fechas de 1896 y
1911).
Las chinampas existentes en las ciudades, especialmente las de
Tenochtitlan, han sido estudiadas por Calnek (1974), pero este autor no se
refiere a este problema específico sino más bien al de la proporción del
espacio ocupado por ellas en la zona urbana.
En resumen, las variaciones en el tamaño de las parcelas particulares
en los distintos períodos, tienen que ver con las reconstrucciones y
construcciones ocurridas localmente, relacionadas con las condiciones de
la tenencia y la organización económica y social de la producción, además
de las condiciones ambientales cambiantes. En el siglo XX, por ejemplo,
319
los pueblos chinamperos que tuvieron condiciones ambientales adecuados
(en este caso, que sus tierras no habían sido drenadas), emprendieron una
nueva etapa en la reclamación agrícola de ciertas zonas pantanosas a las
que no habían tenido acceso legal en los años anteriores, ni quizá tampoco
el peso demográfico suficiente para ser capaces de construirlas ni de
explotarlas. Allí formaron paulatinamente nuevas chinampas, siguiendo
aproximadamente las orientaciones y dimensiones de las antiguas que les
sirvieron de cimientos, pero ya sin un plan coordinado que las dispusiera
con determinado tamaño y orientación por lo que ni unas ni otras
resultaron del todo regulares.

Estas chinampas se construyeron espontáneamente y en forma


individual, con ayuda de amigos y parientes, la "canilla", en pueblos como
San Luis, San Gregorio, Xochimilco y Mizquic, entre otros. Se sumaron a
los núcleos que se explotaban desde antiguo y que en general se situaban
más cerca de las poblaciones. En San Luis Tlaxialtemalco, por ejemplo, a
un núcleo de chinampas ubicadas a uno y otro lado del canal principal que
parecen haberse conservado siempre (como las de los documentos de
compra venta de 1896 y 1991 ya citados) se suman una serie de nuevas
construidas desde aproximadamente 1911 hasta 1940, en las posesiones
tomadas por los habitantes en la ciénaga a partir de un permiso de
colonización dado por las autoridades de la prefectura política de
Xochimilco por 1911. Como las porciones de ciénaga que cada familia
tomó y amojonó fueron irregulares en forma y desiguales en tamaño, las
parcelas que cada quien hizo en ese lapso no fueron tampoco regulares.
Procesos similares ocurrieron al parecer en otras poblaciones del
Distrito Federal en la misma época, y es probable que la experiencia haya
sido la usual cuando grupos familiares u otros emprendían empresas
espontáneas de reclamación del pantano. En Mizquic se construían aún
hacia 1925 (West y Armillas, 1950:175; véase nota 9).

Quizá fueron este tipo de empresas las que produjeron esa impresión
de desarreglo que consignó el funcionario que visitó la zona de lxtacalco y
sus pueblos en 1826 (Archivo General de la Nación, Ayuntamientos, vol.
10, f. 237v-274v), El caso de la sección de chinampas "largas• de
lztapalapa, ilustra el de una empresa organizada y concertada que bajo la
dirección de la comunidad demarcó el número, tamaño y orientación de
las parcelas por construir.

320
A las variaciones generales de las dimensiones y formas, atribuibles a
las razones históricas ya apuntadas, hay que sumar otras posibles causas
como la de la consolidación de varias chinampas individuales por el cierre
de sus zanjas laterales por azolve o desecación que produjo algunas con
formas irregulare similares a letras U y T (West y Armillas, 1950: 166-167),
nuevas unidades que en algunos lugares llaman hoy "corral de chinampas"
(San Luis). Este proceso de consolidación se dio en todas las zonas como
efecto principalmente de la desecación, desde Xaltocan hasta Xochimilco,
más tarde más temprano. La acción de las dragas que hoy desazolvan
mecánicamente los canales en las pocas partes que los conservan, ha
acelerado este proceso, al utilizar las chinampas adyacentes como vasos
receptores del lodo que se extrae. También ha contribuido, si bien en
menor escala, la costumbre de los dueños de las chinampas de extenderse
sobre canales y zanjas semisecas para aumentar sus superficies de cultivo
por medio de estacadas y rellenos.
Si bien la estrechez de los islotes y su vecindad con el agua de los
canales los mantenían suficientemente húmedos para, como dijo Alzate,
"producir con usura", ello dependió también de su altura respecto al nivel
del agua de los mismos. Debía evitarse la humedad excesiva pero
procurarse que alcanzara el nivel de las raíces de las plantas. Las
chinampas muy altas a causa de su u:so prolongado se volvían inapropiadas
para el cultivo, tornando además muy arduas las tareas de riego,
transporte, elaboración de almácigos, etcétera. Muchísimas de las
chinampas actuales de Xochimilco por ejemplo, están tan altas como
"montes", al decir de los lugareños.
El rango de variación de la altura de las parcelas no fue muy amplio; si
bien los datos son escasos. El cronista del viaje del padre Ponce habla de
"una vara y menos• en 1585, para Xochimilco (Ciudad Real 1976, 1:108);
Alzate dice "como una vara" (1831, 11:384) y Humboldt un metro
(1966:135). Santamaría señala que tenían de 20 a 25 centímetros (1912:12).
Algunas fotografías y antiguos grabados muestran algo similar, chinampas
bastante bajas (véase Santamaría il.912. Schiling 1938, Linné 1948, por
ejemplo). El mantener un nivel de agua adecuado fue uno de los
requerimientos técnicos más delicados del manejo de este tipo de parcelas
y el que afectó más la práctica agrícola a partir de la desecación. En la
época prehispánica eicistía un sistema de obras hidráulicas muy complejo
en el Valle de Méicico que servía para controlar los niveles de sus distintos
vasos. Este sistema tuvo como principal objetivo mantener las condiciones
adecuadas para la práctica de esta refinada y compleja agricultura así
321
como expeditas las vías acuáticas de navegación por las cuales se
transportaban los productos y las personas de un punto a otro del valle.
De acuerdo con Palerm (1973), este sistema de control hidráulico,
constituido por un conjunto de calzadas-dique, albarradas y canales, se
construyó primero paulatinamente y, a partir de la hegemonía mexica, se
amplió y coordinó como un solo sistema.

Las zanjas, apandes o canales chinamperos que delimitan las parcelas


lacustres proporcionan humedad y al mismo tiempo son vías de acceso.
Han tenido cuando menos la anchura suficiente para permitir el paso de
una canoa del tipo chalupa. Respecto a las paredes de las chinampas,
Alzate (1831, II:388) apuntó que no eran verticales y que su superficie se
utilizaba para sembrar. Todavía hoy se observan estos taludes plantados
con espinacas y otros cultivos en algunas chinampas en producción. Los
taludes contribuyen al control de los deslaves.

El ahuejote, ese sauce que asociamos con el paisaje chinampero casi


sin pensarlo, ha sido un elemento esencial tanto en su construcción como
en el control de la erosión de los bordes de las parcelas. El plantío de
estacas de ahuejote contribuía a consolidar el terreno de la nueva
chinampa al desanollarse el árbol y entrelazar sus rafees. Las estacas se
colocaban, según Santamaría, a cuatro y cinco metros de distancia
(1912:12). No eran, como algunos lo han representado gráficamente,
estacas y ahuejotes, sino estacas de ahuejotes. La abundancia de estos
árboles era tal que dada a los poblados chinamperos y a sus alrededores
aspecto de bosques, lo que fascinó a los muchos visitantes que los
recorrieron, especialmente los cercanos al canal de Mexicaltzingo o de la
Viga. Ahora, los ahuejotes son la última señal que indica que alguna vez
hubo chinampas y humedad en esas partes hoy resecas, antiguas
chinam perías.

322
NOTAS

1
Armillas (1971:657) sitúa el periodo culminante de la expansión chinampera
entre 1400 y 1600 (correspondiente a las rases Azteca III y IV, y al periodo
colonial temprano), cuando la tendencia del período anterior se invirtió, como
posible resultado de la bajada del nivel del agua de la zona lacustre que hizo
que, salvo algunas secciones mals ¡proíundas, ésta íuera un pantano de sólo uno
o dos metros de profundidad.

2
Sanders (1976:135-136) opina que quizá ocurrió en el llamado horizonte
temprano (1300 a 800 a.C.).

3
Gran parte de los cuerpos de agua y ciénagas de 10$ vasos lacus1res de Chalco y
Xochimiloo cs1aban cubiertos de un entretejido na1ural de vegetación acuática
que tenía un grosor de entre cincuenta ccn1ímctros y cuatro metros. Estaba
compuesto de una gran diversidad de plantas ílotantes y sumergidas: tules,
algas, ninías, helech0$, lamnácea:s, etcétera. Téllez Pizarro ( 1900:90) adara el
uso que 10$ indios de la región hacían de los diíerentes términ0$ que
designaban a esta capa de vegetación. Coinciden en lo esencial con los
seftalados en documentos coloniales y los empleados por los chinamperoo
actuales: •... los indígenas les llaman en general ciénaga al conjunto,
bandoleros a las porciones de ciénaga que cambian de lugar; úsp,d a
fracciones que generalmente tienen 25 por SO centímetroo, con espesor
desigual, y sirven para construir lx>rdos y presas; y por último, llaman cinta a la
materia de que están formados."

• Las variaciones azimud van de 18° a 26° del norte astronómico, excepto al norte
de Xochimilco en donde la variac-ión va de 12º a 18°, y al oeste de Xico, con 14º
(Armillas, 1971:661).

5 Las obras del desagüe de la cuenca de México se iniciaron en 1607. siguiendo el


proyecto de Enrico Martínez, por Nochistongo y Huehuetoca, poco después de
la terce ra inundación colonial de la ciudad de México de ese afto. Empresa 'de
larga duración que buscó y logró a la larg¡i un cambio definitivo de las
condiciones hidrológicas de la cuenca cerrada.

6
Véase Marroquín y Rivera (1914) y Cossío (1935).

1
C. Gibson (1967:140) en su exhaustivo estudio sobre los aztecas durante la
época colonial afirma que "...la cifra mals cercana a la verdadera que podemos
calcular', para la población del Valle de México en tiempos de la conquista es
cuatro o cinco veces mayor que la de 1570, es decir, alrededor de un millón y
medio. Los indios de la provincia de Xochimilco afirmaban en 1563 que la
población había disminuido de 30 mil a seis o siete mil. La epidemia de
1576-1581 significó una pérdida probable de más de la c1>arta parte. El mismo
· autor seg1>idamente afirma que •a fines del siglo XVI y principios del XVII, era
común hablar de una disminución tocal, desde la conquista, del 90 por ciento o
más".

323
8
Véase Primer Cong,,so Agrario del Distrito Fweral (1921) y Chapa (1957).
9
Los primer06 que perdieron sus chinampas, presumiblemente en el transcurso
del primer siglo colonial, fueron Xaltocan (en el none de la cuenca), México y
los poblados de sus alrededores, principalmente los del occidente como por
ejemplo Popotla. Las de Coyoacán y- Tialpan existían aún a finales del siglo
XVIII ( en los barrios de Los Reyes Tetlamaco y Niño Jesús y en el de
Hueipulco, respectivamente) (Archivos panoquiales). En el sur, Xico, Oialco y
Ayotzingo ya no las tenían en el siglo XIX. En 1911, las de Santa A.nita "tienden
a desaparecer debido a que la cantidad que reciben no es suficiente para
mantener el -sucio en el grado de humedad que requiere el cultivo de las
legumbres" (Santamaría 1912:7). Las de Mcxicaltzingo e l?tacalco eran pocas y
los tres pueblos las tenían sólo del lado derecho del canal. ltztapalapa contaba
con agua en sus canales pero tenía sales nocivas que impedían su utiliz.ación en
la agricultura; se sunían de agua de los numerosos pozos anesianos perforados
en ellas (Santamaría 1912:22).

En 1950 (171) West y Annillas afinnaban que "hay todavía nueve pueblos
chinampcros •Xochimilco, Nativitas, Acalpixca, Atlapulco, Tiaxiahcmalco,
Tulyehualco, Tiahuac, Tetelco, Tezompa y Miz.quic( ...) desde 1948 a la fecha se
han secado los canales de Tiahuac y en los de Miz.quic está bajando el agua de
modo alannantc( ... ) Las chinampas al sureste de Tiahuac y cerca de lztayopan
han quedado secas, pero se han construido algunas nuevas al none de
Xochimilco y al este de Tezompa durante los últimos veinte años". En 1953
Sanders observó que gran pane del antiguo vaso lacustre aún conservaba la
fonna del área chinampera pero muchos canales estaban ya secos y el
feniliz.ante vegetal escaseaba; San Gregorio era la única comunidad con agua
abundante debido a que contaba con algunos pequeños manantiales en la orilla
de la antigua playa lacustre, suficientes para alimentar 400 hectáreas de
chinampas. Tiahuac estaba casi sin agua, lo mismo que Mizquic, Xochimilco y
San Luis (Sanders, 1957:73-74). Los de Tetelco y Tezompa vieron el fin de las
suyas cuando se secaron sus manantiales en 1948-1950 y los pueblos vecinos les
cerraron la entrada de agua que los sunía por los canales. Con ello Mizquic
dejó de recibir el agua necesaria y sus chinampas empez.aron a decaer hasta que
en 1959, y luego de preguntarles a "los viejitos•, los campesinos localizaron y
excavaron un manantial. Es el mismo que aún hoy los dota. Además, en 1968
emprendieron la conducción del agua de un pozo desde las montañas cercanas
a través de un acueducto (Ochoa 1972, 1:68-69; datos de campo T. R.). Los
pueblos de Xochimilco no tuvieron tanta suene. En 1950 comenzó la lucha por
el agua. Al escasear, Xochimilco construyó un dique para impedir que la de sus
manantiales pasara a los canales de San Gregorio y San Luis. El resultado fue
que éstos casi se secaron hacia 1960, por lo que excavaron algunos manantiales
en San Gregorio. En 1961 y luego de muchas peticiones al Oepanamento del
distrito Federal los tres últimos pueblos mencionados comcnz.aron a recibir
aguas negras tratadas. Pero éstas nunca han sido suficientes, constantes ni de la
calidad adecuada. También Tiahuac recibe aguas negras a través de otro
acueducto subtérráneo. -Las comunidades que actualmente cultivan chinampas
son: Xochimilco, San Gregorio Atlapulco, San Luis Tiaxialtcmalco, San Andrés
Mizquic y San Pedro Tiahuac. En este último, así como en Tulyehualco e

324
lztapalapa sólo hay actividad agiícola en muy pequeña escala.

10
Véase Sanders (1957), Ochoa (1972), Venegas (1978), Peña (1978), Rojas
(1983).

11
Los materiales mencionados por algunas de las fuentes que registran la
fundación de Tenochtitlán son, por ejemplo, el Códice Ramlrez (1878:32-33),
céspedes y tapias; F. Alvarado Tezozomoc (Crónica Mexicana, 1944:16),
céspedes de los carrizales y de debajo del agua. Sobre la cimentación de la
ciudad de México (colonial), véase el estudio de Téllez Piz.ano (1900:399).
Armillas excavó una población construida anificialmente en el vaso lacustre al
suroeste de Tialtenco, que estuvo habitada desde varios siglos antes de la era
cristiana hasta el primero de muestra era. La excavación reveló que las
estructurs habitacionales descansaban 'en una fundación de grandes rocas
puestas sobre los fondos pantanosos. Troncos de pino vcnicales (hincados
profundamente en el lecho del lago) perforaron en algunos puntos las orillas de
esta isla anificialº. (1971):657-óSS y 661).

La excavaciones hechas en el sitio del templo mayor de Tenochtitlan dejaron al


descubierto varias de estas estacadas de troncos venicales hincados en lo que
puede suponerse eran los distintos niveles del lecho del lago o del sucio
anificial en las épocas más tardías. Una de ellas es en apariencia prehispánica y
las otras coloniales (E. Matos Moctezuma, comunicación personal). Al parecer,
en estos casos las estacadas son los cimientos de los edificios de esas épocas
más que de las plataformas de suelo propiamente dichas. Recordemos que este
es precisamente el sitio en donde teóricamente estuvo el islote original en el
que se asentaron los tenochca primitivamente. Pero sabremos más acerca de
todo esto cuando se publiquen los informes científicos de estos trabajos.

12
Este pasaje podría no estarse refiriendo a las chinampas, sino a una forma de
siembra directa en el pajonal quemado sin la formación de parcelas
propiamente dichas. El texto no es fácil de interpretar. sobre todo porque es el
único que he encontrado que describa esta quema previa del pajonal. lSe
podría pensar en que lo denso de tulares y carrizales hiciera necesaria en
ocasiones esta operación de quema? iSerían éstos los cimientos naturales de
las primeras chinampas?

t~n ninguna de las fuentes coloniales se documenta el método de las balsas o


armazones tejidas por el hombre sobre las que echaría tierra; técnica que, como
se verá más adelante, es la que sobre todo a panir de Humboldt se convinió en
la más popular y aceptada en l.a reconstrucción histórica de la estructura
original de las chinampas. Obséivcse el óleo que sobre la fundación de
Tenochtitlan se encuentra en el Museo de la ciudad de México.

14
Considero que éste es un método de aparición tardía en esas zonas desecadas
situadas al sur de la ciudad de México1 aunque ar.tiguo en la cuenc.a. También
se practicó en otras panes que se desecaron más tarde pero que pudieron

325
contar con alguna Cuente de aprovisionamiento de agua. Es el caso de varios de
los pueblos que hoy conservan este tipo de pan:elas, como por ejemplo el de
Mizquic, del que dicho Ochoa (1972, 1:62-63): •...en el barrio de San Banolomé
me tocó observar sobie una extensión determinada de terreno antiguamente
chinampero, pero desecado, se excavaron una serie de canales paralelos que
luego con agua se convcninan en apandes y por aspersión se espera devolverán
a la tierra su humcdád y rcnilidad."

15
No he encontrado muchos otros datos históricos sobie esta variedad de
chinampas pero cuento con las descripciones detalladas de las que existieron en
la angosta llanura lacustie cntie Tulychualco y Nativitas a finales del siglo XJX
y principios del XX. Se ha postulado que éste íue el modo de construir las
chinampas en las planicies lacustres de la cuenca, como ya se indicó al principio
de este anículo. Quizá íuc el caso de las de Xaltocan (An:hivo General de la
Nación, T ierras, vol. 1584, exp. 1).

16
Esta misma impresión tuvieron en su tiempo West y Armillas (19S0:176) de las
chinampas de ltztapalapa, de muchas de las de lztacalco y de las del Lcrma. Las
chinampas hechas a base de zanjas en el pantano o a orillas de los vasos
paiecen morfológicamente similaies a las identificadas en la literatura
antropológica como camellones, melgas o campos drenados ( rldged nelds o
ralsed nelds). Autores como Wilken (1969:JS) sugieien el uso del término
'campo drenado' no sólo para este tipo de chinampas, sino para toda aquellas
pan:elas que sin drenaje anificial no podnan cultivarse o, dicho de otro modo,
para aquellas tierras recuperadas de condiciones de inundación perenne o
periódica.

17
Considero como originales a aquellas del periodo de máxima expansión de la
empresa de reclamación lacustre del sur de la cuenca de México, seftalado por
Armillas (1971) cntie el siglo XIV y el XVI.

18
Humboldt (1966:136), por ejemplo, describió las chinampas fijas y las movibles
pero de manera muy insuficiente: 'La mayor pane de estas legumbres se
cultivan sobie las chlnampas, que los europeos llaman jardines flotantes. L<l6
hay de dos suertes: 106 unos son movibles, que el viento los lleva de un lado a
otro, los otros son fijos y pegados a las márgenes. Sólo los primeros merecen el
nombre de jardines flotantes, pero su número se disminuye de día en día:
(1966:134),

19' AI paso que se ha ido apanando el lago de agua dulce del salado. las
chinampas, hasta entonces movibles, se han fijado en un sitio. Así se
encuentran varias de esta clase en todo a lo largo del canal de la Viga .. ."
(Humboldt 1966:134-135).

w •Después que el terreno se puso en seco muchas chinampas se afirmaron sobre


el sucio; se conservan en su estado primitivo en el lago de Chalco y de las
cercanías de México en el pueblo de lztacalco.' (Orozco y Berra 1864:160).

326
21 Según Nullall (1925:460), la obra de Tylor, Anabuac, se publicó en ingll$ en
1861. Tylor escribió: "En tiempos po61eriores cuando los mexicanos ya no
tuvieron a su vecinos, las chinampas no tuvieron mucho uso, y cuando el agua
fue drenada y la ciudad quedó sobre terrenos secos, podría suponerse que este
artificio tan dificil y coloso fue abandonado ... De cualquier manera, ahora ya
han desaparecido, aunque todavía se llama chinampa a las huertas que existen a
lo largo del canal." (1861:62-63; de la traducción de Palerm 1977:24-25).

22 Tal afirman sin vacilación por ejemplo Willey y Garc/a Prada (1939) y Nunall
(1925:462). Otros como Coe (1964:28), lo atribuyen a Acosta.

23 Oavijero incluyó la obra de Acosta enire sus fuentes. Véase su inciso "Noticias
de los escritores de la historia antigua de Mejico", 1979: XXVU.

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Edición a cargo del Departamento de Publicaciones de la
Dirección de Difusión Cultural de la UACh. • Editor:
Erasmo Galicia Rojas. • 1ípograffa: Araceli Ordaz V. y
Maña Guadalupe Basilio M. • Diseilo y formación: José
Garda Guerrero. Se imprimieron 1000 ejemplares en
Impresos JER. Ote.241-A No 28 Col. Agrícola Oriental.
C.P. 08 500. México, O.P.
TERESA ROJAS RABIEIA es e!nohistoriadora, egresada de
la Escuela Nacional de Antropologla e Historia, en donde
presentó une tesis sobre las obras hidráulicas coloniales del
Valle de México. MAa tarde obtuvo su Doctorado en Ciencias
Sociales en la Universidad Iberoamericana, con una tesla
sobre la ag rlcultura lndlgena mesoamericana en el siglo XVI,
Su actividad profesional se ha orientado fundamen•-
lalmente a la Investigación histórica en fuentes de archivo
sobre tecnologla, organización laboral y obras hidriulicas
prehispinic:as, pesca, caza y recoleccl6n lacustres en el Valle
de México; agricultura chlnampera, agricultura lndlgena
prehisp{lnica y colonial, y sismos históricos.
Entre sus trabajos publicados mis importantes pueden
citarse: La agricultura chlnampera (primera edición, 1983)
editado por la Universldad Autónoma Chapingo; La cosecha
del agua: pesca, caza de aves y recoleccI6n de otros pro-
ductos biológicos acuáticos de la Cuenca de México,
editado por el CIESAS; La tecnología agrícola mesoameri-
cana en el siglo XVI, publicado por el INAH; El trabajo de los
Indios de lia ciudad de México: 1521-1600, publicado en el
libro homenaje a Angel Palerm por el Fondo de Cultura
Económica; Lu siembras de ayer: la agricultura lndlgena
de Mesoaméf'lca, publicado por el CIESAS y la SEP, y •La
agricultura en la epoca prehispánica• en el libro La
agricultura en tierras mexicanas. De los orígenes a la
actualldad, publicado por la Editorial Grijalbo y el CNCA.
Como dooente ha dictado seminarios y CUfSOf en la Uni-
versidad Iberoamericana, la Escuela Nacional de Antropologla
e Historia y el Programa de Formación Profesional de
Etnolingüistas (CIESAS-INI- OGEI), En el CIESAS ha dirigido a
diversos grupos de investigación desde su fundación en el
a/lo de 1975 a la fecha.

Es investigadora Nacional desde 1985; recibió el premio


Clavijero en las áreas de Historia y Etnohistoria que otorga el
INAH a la mejor tesis de doe1orado de 1985, asl como el Pre-
mio de Ciencias Sociales de la Academia de la Investigación
Cientlflca en 1987.
Teresa Rojas Rablela es Directora General del Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologfa Social
(CIESAS) , desde febrero de 1990•

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