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Danzar-Una Manera de Vivir
Danzar-Una Manera de Vivir
Este trabajo apunta a ubicar nuestra actividad dentro del campo de la danza, a
estimular el deseo y las posibilidades de bailar ya que estamos convencidos
que la danza le pertenece a todos y que solo podemos hacerla propia,
bailando. Acarreamos siglos de desprecio por el cuerpo, de división entre
actividad corporal y actividad psíquica, de represión de nuestras emociones y
sentimientos que hasta nos hemos olvidado de bailar y nos “apoyamos” en que
otros bailen para nosotros.
“El hombre al nacer es flexible y tierno; pero en la muerte está rígido y duro y
las plantas, cuando jóvenes, son sinuosas y húmedas pero de viejas son
frágiles y secas. Así flexibilidad y terneza son signos de vida, en tanto que
rigidez y dureza son signos de muerte." (Lao Tsé)
Los hombres han bailado desde siempre en sus distintas culturas y etapas de
la vida, por múltiples razones y de diversas maneras. Establecer el origen de la
danza es remontarse a los orígenes mismos de la vida humana. La danza
surge del trabajo; la repetición rítmica de un movimiento para aumentar la
eficacia y multiplicar las fuerzas; surge de la imitación de la naturaleza para
captarla, comprenderla, dominarla; surge de la necesidad colectiva de unión,
participación y fortalecimiento; surge del deseo de amor, de la fe, de la angustia
ante la muerte, la emoción, la alegría y el dolor.
Bailar es un salto, una patada, una corrida y una contorsión, otro salto y una
detención. Bailar es un puente, una medialuna, un giro y una inclinación. Bailar
es un apretón, un saludo, un equilibrio, un tropezón. Es organizar los
movimientos, repetirlos rítmicamente, intensificarlos, potenciarlos en
secuencias significativas acordes al sentir propio y de la propia comunidad a la
cual se pertenece. Así es como la danza refleja y transforma los ritmos
biológicos y los de la naturaleza en ritmos significativos ya que humaniza la
naturaleza y al hacerla conciente la hace propia y la transforma.
¡Qué rica esta actividad de la cual tanto se ha escrito pero más rica aún ya que
tantos son los hombres que han bailado y bailan siendo que pertenece a todos
y todos somos capaces de experimentarla y desarrollarla!
Otras formas de danza como las populares, de la calle, de salón, del aula, no
exigen un entrenamiento profesional para poder disfrutar de la experiencia de
bailar. El tener un cuerpo, ya nos da la posibilidad de hacerlo y pensamos que
todo el mundo es bailarín cuando baila, sin dejar de lado que con el estudio, la
práctica y el entrenamiento, todos pueden enriquecer y multiplicar sus
capacidades físicas, cualidades de movimiento, su sensibilidad y su capacidad
de crear aunque sean solo algunos los que dediquen gran parte de su vida a
potenciar al máximo sus posibilidades.
Al dividirse los roles entre “los que bailan” y los espectadores que “miran a
otros bailar para ellos”, existe el peligro de que los bailarines profesionales
sustituyan la experiencia personal. Nosotros pensamos que ambos tipos de
participación en la danza tienen un enorme valor, no se contradicen y deben
enriquecerse mutuamente.
Hay danzas de todos los pueblos, danzan hombres de todas las razas. Algunas
danzas son solo para mujeres, otras sólo para hombres, otras son mixtas.
Danzan los niños, los jóvenes, los adultos y también los ancianos. Pueden
bailar solos ó en parejas, en tríos y en grupos, con música y en silencio, con
vestimentas, máscaras, su traje de calle ó desnudos.
“No puedo dejar de reconocer que elegí el nombre Expresión Corporal como
una especie de ángel protector al iniciar mi labor aquí, en la Argentina, en una
época en que la palabra danza implicaba más o menos una de estas tres
posibilidades: o danza clásica, o danza moderna, o danza folklórica y
nativa.”(Patricia Stokoe)
La Expresión Corporal no quiere dejar de lado los valiosos aportes del ballet,
de las danzas folklóricas o étnicas, de la danza clásica, moderna ó
contemporánea, sino que integra elementos de estas otras danzas a la
capacidad creadora de cada individuo. Esta concepción de la danza responde
a la realidad de nuestro actual momento histórico en que se fomenta cada vez
más la individualidad ó equipo creador con lo que cada uno tiene de suyo y
particular para aportar. Se identifica con las búsquedas y objetivos de la
Educación por el Arte, que pretende formar personas íntegras, que bailen, que
canten, pinten pero también piensen, investiguen y participen activamente en
múltiples aspectos de la vida, que desarrollen sus cualidades y tengan la
capacidad de elegir.
¿Es valioso que más y más personas bailen e inventen sus danzas propias
aunque tal vez no se acerquen a la perfección de los grandes bailarines y
coreógrafos?
Aún hoy nos conmueve pensar en los alcances de la disciplina, pero nos
preguntamos cuanto ha recorrido cada uno de sus docentes. Una vez más,
reflexionamos sobre lo que hemos transitado y sentimos que queda mucho
camino por recorrer. Para nosotras es abrirnos, una vez más, a un nuevo
análisis del texto buscando no estereotipar nuestras propias palabras ni limitar
el alcance de nuestras prácticas. ¡Tengamos presente su real dimensión!