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GUÍA Comprension Lectora 2 PSU Cuarto Medio PDF
GUÍA Comprension Lectora 2 PSU Cuarto Medio PDF
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INSTRUCCIONES
Este documento contiene varios textos de diversas extensiones. Acerca de ellos se
formulan preguntas de comprensión de lectura, que usted deberá responder de
acuerdo con el contenido de los fragmentos y de su información acerca de esos
contenidos.
“En los años 50, época en que el padre Le Paige recorría el Desierto de Atacama en la
búsqueda de vestigios arqueológicos, se conocía poco el arte rupestre o arte parietal. En
uno de sus viajes por los pueblos y quebradas del interior de Calama, descubrió un conjunto
extraordinario de pinturas antiguas ejecutadas sobre las rocas. Las describió escuetamente
como “el cazador primitivo con sus lanzas”. La calidad plástica de estas figuras pequeñas y
gráciles sorprende hasta hoy, pues sus formas precisas y delicadas poco tienen que envidiar
a las pinturas del paleolítico europeo o aquellas del sur africano, atribuidas a cazadores
Kung Xam, hoy desaparecidos.
En las décadas siguientes, otros arqueólogos incursionaron en la cuenca alta del río Salado
–el principal tributario del río Loa– y dieron a conocer más sitios con pinturas rupestres que
mostraban semejanzas estilísticas con la obra dada a conocer por Le Paige. Elegantes y
plenas de movimientos, mostraban un claro esfuerzo por representar la forma del cuerpo
humano o animal. Por años nos internamos en los estrechos senderos precordilleranos,
reconocimos los lugares y pudimos admirar el genio de esos artistas cuyos nombres no
permanecieron en la memoria. Pero fue sólo recientemente que, gracias al Fondo Nacional
de Ciencia y Tecnología, tuvimos la oportunidad de realizar intensas campañas
arqueológicas tras este arte que parecía dormir sin inquietarse por nosotros. Y así como
vimos aparecer cerca de una decena de lugares que exhibían muchas más pinturas de las
que hasta la fecha se tenía conocimiento”.
TEXTP 2 (pregunta 4)
I
Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.
Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.
Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,
un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica.
Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,
otras soñarán con este amor que no fue para ellas.
Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,
(escritos para conquistarte a ti) despiertan
en otras parejas enamoradas que los lean
los besos que en ti no despertó el poeta.
II
Cuídate, Claudia, cuando estés conmigo,
porque el gesto más leve cualquier palabra, un suspiro
de Claudia, el menor descuido,
tal vez un día lo examinen eruditos,
y este baile de Claudia se recuerde por siglos.
Claudia, ya te lo aviso.
III
De estos cines, Claudia, de estas fiestas,
de estas carreras de caballos,
no quedará nada para la posteridad
sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia
(si acaso)
y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos
y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos
del olvido, y los incluyo también en mis versos
para ridiculizarlos.
IV
Esta será mi venganza:
Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso
y leas estas líneas que el autor escribió para ti
y tú no lo sepas.
A) Solo I
B) Solo II
C) Solo I y II
D) Solo II y III
E) I, II y III
Departamento de Lengua y Literatura 5
TEXTO 3 (preguntas 5)
Un día, por la ciudad de Siddharta pasaron unos samanas, ascetas peregrinos; eran tres
hombres enjutos y apagados, ni viejos ni jóvenes, con hombros ensangrentados y llenos de
polvo, casi desnudos, quemados por el sol, rodeados de soledad, forasteros y enemigos del
mundo, extraños y flacos chacales en un reino de hombres. Tras ellos venía un ardiente
hálito de silenciosa pasión, de servicio destructivo, de despersonalización implacable.
Por la noche, después de la hora de la contemplación, Siddharta declaró a Govinda:
-Mañana de madrugada, amigo, Siddharta irá con los samanas. Será un nuevo samana.
Govinda palideció al oír tales palabras y al leer en la cara inmóvil de su amigo aquella
decisión imposible de desviar, como la flecha disparada por el arco. De pronto, y con la
primera mirada, Govinda se dio cuenta: esto es sólo el principio; ahora Siddharta iniciará su
camino, ahora empieza a despertar su destino. Y con el suyo, también el mío. Y se tornó
lívido como la piel seca de un plátano.
habitación miró hacia el interior y vio a Siddharta en el mismo sitio, con los brazos cruzados.
Pálido, con su clara túnica reluciente. El padre regresó a su lecho con el corazón intranquilo.
Después de una hora sin conseguir conciliar el sueño, se levantó otra vez, paseó de un lado
a otro, salió de la casa y observó que la luna había salido. A través de la ventana de la alcoba
contempló el interior; y allí se encontraba Siddharta sin haberse movido, con los brazos
cruzados, con la luz de la luna reflejándose en sus desnudas piernas. Con el corazón
abrumado, regresó a su cama.
Y volvió después de una hora, de dos horas; miró a través de la pequeña ventana y vio a
Siddharta a la luz de la luna, de las estrellas, en la oscuridad. Y lo repitió a cada hora, en
silencio; miraba hacia la alcoba y veía que Siddharta no se movía. Su corazón se llenó de ira,
se colmó de intranquilidad, se saturó de miedo, se nutrió de pena.
Y en la última hora de la noche, antes de que empezara el día, regresó; entró en el cuarto y
observó al joven, que le pareció más alto, como un extraño.
- Siddharta - invocó-. ¿Qué esperas?
-Tú ya sabes.
-¿Te quedarás siempre así y aguardarás hasta que se haga de día, hasta el mediodía, hasta
la noche?
-Me quedaré así y esperaré.
-Te cansarás, Siddharta.
-Me cansaré.
-Te dormirás, Siddharta.
-No me dormiré.
-Te morirás, Siddharta.
-Me moriré.
-¿Y prefieres morir antes que obedecer a tu padre?
-Siddharta siempre ha obedecido a su padre.
-Así pues, ¿deseas abandonar tu idea?
-Siddharta hará lo que su padre le diga.
La primera luz del día entró en la habitación. El brahmán vio que las rodillas de Siddharta
temblaban. Sin embargo, en el rostro de su hijo no vio ninguna duda, sus ojos miraban hacia
muy lejos. Entonces el padre se dio cuenta de que Siddharta ya desde ahora no se hallaba
a su lado, en su tierra. Ahora ya le había abandonado.
El padre tocó el hombro de Siddharta.
-Irás al bosque -dijo-, y serás un samana. Si encuentras la bienaventuranza en el bosque,
regresa y enséñamela. Si hallas el desengaño, vuelve y de nuevo sacrificaremos juntos ante
los dioses. Ahora ve, besa a tu madre y dile adónde vas. Ya es mi hora de ir al río, a efectuar
la primera ablución.
Retiró la mano del hombro de su hijo y salió. Siddharta vaciló en el momento en que
intentó andar. Dominó sus miembros, se inclinó ante su padre y se dirigió hacia su madre
para obrar tal como le había pedido el progenitor.
Fuente: Hermann Hesse, Siddharta (fragmento)
Departamento de Lengua y Literatura 7
A) Solo I
B) Solo II
C) Solo III
D) Solo I y II
E) Solo II y III
Departamento de Lengua y Literatura 8
“Entrevistador: Hay una generación amplia que está apostando a desarrollar discursos
políticos desde el rap y eso era algo que no se hacía tanto en Chile, ¿no?
Subverso: Claro. Siempre ha estado el contenido, pero lo que yo creo es que van de la
mano. A medida que van creciendo los procesos y las organizaciones sociales, también el
rap. Si uno observa el nivel de formación de los estudiantes que han salido de las luchas
estudiantiles también es distinto a lo que había 10 años atrás, entonces no es una cosa
aislada lo que le pasa al hip hop. Tiene todo que ver con lo que está pasando en el país”.