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TEMA 1:
ANTROPOLOGÍA Y EVOLUCIÓN HUMANA
1. ¿Por qué estudiar la evolución humana?
La antropología social no se ha atrevido aún a estudiar la evolución humana tras
los problemas de ideas biologicistas y evolucionistas, pero Goicoechea defiende que
su papel es esencial para aportar la dimensión sociocultural de los procesos
evolutivos (ejemplos: comunicación, organización social, relaciones de poder,
crianza, cognición, etc.). “Nuestra humanidad no es un punto de llegada biológico
al que se le añadiría lo cultural. Las cosas son mucho más complejas, más
interesantes.” (p. 27).
1. Interdisciplinariedad de los estudios evolutivos
La intención de hacer un estudio biopsicosociocultural de la evolución humana
supone la colaboración de la antropología con otras disciplinas, que a su vez
ayudarán a la antropología a actualizarse continuamente.
1. Antropología social y ciencias de la evolución humana
Desde la crisis causada por los problemas del determinismo biologicistas, la
antropología social se ha separado radicalmente de la biología. Sin embargo es
posible (y necesaria) una colaboración entre ambas sin caer en esos errores. “La
antropología social puede rechazar determinadas teorías biologicistas y
evolucionistas, pero no puede ni debe ignorar ni los fenómenos y procesos
biológicos, cognitivos y evolutivos en la constitución de lo humano” (p. 31). Lo
biológico/orgánico y lo sociocultural son procesos mutuamente imbricados.
A su vez, la biología debería también interesarse por las aportaciones de
una antropología biocultural.
Hace un mini resumen de las teorías evolucionistas en la antropología:
origen en el esquema etnocéntrico del progreso direccional hacia la civilización
ilustrado en el que los “primitivos” eran pueblos que habían avanzado menos y que
representaban nuestro propio pasado, asumiendo la superioridad de la raza blanca.
Comte, Tylor y sobre todo Morgan idearon un esquema evolutivo dividido en fases. La
escuela histórico-cultural alemana añadió que el progreso no era tanto inherente a
las propias sociedades sino propulsado por el contacto entre ellas. Etc. Estos
esquemas trataban de explicar el desarrollo cultural separándolo de la evolución
biológica, que ya estaría completa antes de que apareciera la cultura. Así que la
antropología etnográfica nunca se preocupó por la evolución, porque el humano
biológico era algo ya dado, ni siquiera el desarrollo de las capacidades humanas
cognitivas, simbólicas, etc.
Cosas que no sé en qué enunciado van pero que parecen importantes
Reconoce la importancia de la autocrítica pero no cree adecuado descartar el
término cultura; basta con revisarlo. El estudio de la evolución por parte de la
antropología debe hacerse manejando un concepto de cultura crítico, desreificado,
dinámico. Propone la siguiente definición de cultura: “proceso no lineal de
creación y reorganización, descripción y redescripción colectiva de las condiciones
de existencia de los seres humanos”. Prefiere hablar de “sociocultural”, como un
adjetivo, un proceso. “Es el dinamismo lo que cuenta” (p. 28). En cuanto al
estudio, la metodología, siempre recordar que les investigadores también son parte
de la producción de los datos.
- TEMA 2: PENSANDO Y REPRESENTANDO EVOLUCIÓN -
TEMA 3
UNA EPISTEMOLOGÍA DINÁMICA, SISTEMÁTICA Y COMPLEJA PARA LA EVOLUCIÓN
1. Herencia epigenética
El genoma es sensible a las variaciones medioambientales. El ser humano es el que
construye su entorno a niveles antropogénicos máximos (sin comparación con otras
especies). Estos efectos en el entorno pueden ser pasados a las siguientes
generaciones. La progenie de una persona con determinados estados epigenéticos
puede tener los mismos, al estar éstos incorporados en los gametos: herencia
epigenética. Los casos de herencia epigenética ponen de relieve, por primera vez,
que las consecuencias biológicas de nuestras prácticas pueden traspasar la
inmediatez de su soporte orgánico en una cohorte, transmitiéndose a las
generaciones futuras, poniendo de manifiesto la indisociabilidad de los biológico y
lo cultural. Este tipo de heredabilidad se da independientemente de la conservación
o no de aquellas condiciones medioambientales que originaron en su momento los
entornos psicobioquímicos y socioculturales y políticos que propiciaron una
responsividad epigenética en la primera generación. No es lineal, pero tampoco
arbitraria, es estocástica. Cuando se trata de cambios muy a largo plazo, que
implican muchas generaciones, se involucra el ADN.
La experiencia de nuestros antepasados y las respuestas orgánicas y fisiológicas a
determinados entornos (influidos a su vez por factores socioculturales y políticos)
tienen que ver con nuestra predisponibilidad a ciertas enfermedades, aún sin ser
expuestos a las condiciones que originaron los cambios en nuestros antepasados. Lo
mismo ocurre con la exposición a ciertas sustancias tóxicas y fármacos o al estrés
postraumático.
Efectos maternos/paternos antes, durante o después del parto pueden implicar
transformaciones epigenéticas con resultados diversos para el feto, a través de la
transmisión por vía hormonal (tb durante la lactancia). Nuevos campos de estudio:
epidemología epigenética.
Lo que vincula a todas las disciplinas que forman parte del programa de las
ciencias cognitivas es un interés por conocer los mecanismo de la mente humana y
sus diversas relaciones empíricas y teorías con otros procesos. El modelo dominante
dentro de él es el modelo cognitivista, cuyos fundamentos son los siguientes:
1. una concepción modular de la mente que la concibe compuesta de módulos
especializados que particionan el mundo a conocer en dominios específicos y cuyo
origen es evolutivo genético.
2. una prioridad de la mente y la cognición sobre otros procesos mentales como la
intención, la motivación, los deseos o las emociones y la apuesta por un
conocimiento des-encarnado, libre de toda connotación corporal.
3. una identificación de la cognición como computación de información y
manipulación de representaciones entendidas como algoritmos codificados a ser de-
codiciados a partir de una serie de reglas.
4. una filosofía racionalista del conocimiento y un realismo objetivista del mundo,
en donde el agente epistémico está guiado por criterios de racionalidad
instrumental y su acción es entendida como conducta observables independiente del
propio sujeto.
5. una infravaloración del componente sociocultural en la construcción del
conocimiento y, en todo caso, una supeditación de aquél a las leyes biológicas del
pensamiento.
La antropología tiene dificultades para ser incluida en el programa de las ciencias
cognitivas porque no suele tener en cuenta lo mental y porque se ha construido de
espaldas a las ciencias naturales. La antropología simbólica relegó lo mental al
individuo, escasamente relevante para el análisis sociocultural. Poco a poco esto
se va superando.
Goicoechea critica:
1. la concepción modular.
Lo módulos encapsulan la información que nos llega por los sentidos, dotándola de
estructura, formateándola en dominios, parcelas de conocimiento específico. Para
humanos y algunos primates, tenemos una inteligencia clases naturales, una
inteligencia social, una inteligencia simbólica, una inteligencia lingüística, etc.
Son dominios objetivados como naturales, autónomos a las experiencias de los
individuos, porque forman parte del “sentido común” naturalmente enraizado,
universal a la especie. Goicoechea discrepa: el sentido común viene dado por una
experiencia vivida y desarrollada de los formatos en que nuestras precondiciones
biopsicosociales toman existencia a lo largo de nuestra ontogenia socializada. Y
entiende que debe reconocerse en la inteligencia la experiencia inscrita (memoria)
para dar significado a lo perceptosentido. La psicología Evolucionista es un
desarrollo de las teorías de la modularidad de la mente, y dice que nuestra mente
es el resultado evolutivo seleccionado a partir de nuestras necesidades durante el
Pleistoceno. Crítica: es neodarwinista, etnocéntrica y reduccionista, es imposible
demostrar empíricamente sus afirmaciones, no utilizan datos científicos, explican
hechos mediante sus causas en vez de explicar éstas, desprecian el papel de los
sistemas subcorticales emocionales y motivacionales, tratan al cerebro como si
fuera independiente del resto del cuerpo, como si lo que ocurre en éste no pudiera
afectarle. Otro argumento para su crítica es que pensar en módulos como divisiones
de la mente universales a todos los humanos es asumir la universalidad de una
noción de Naturaleza como un dominio ontológico con los mismos límites discretos y
significados para todos. Goicoechea insiste en la diversidad sociocultural e
histórica de las relaciones entre los procesos sistémicos abiertos por los que los
humanos construyen y reconstruyen sus modos de existencia. La teoría modulat
también asume que tenemos categorías innatas que clasifican a las personas en
razas. No! Es socialización. Los niños se socializan en las preferencias y
prejuicios que existen en su sociedad, en donde el papel de la estructura
socioeconómica en la creación de las imágenes de quiénes y cómo se nos aparecen los
Otros es fundamental. Las actitudes hacia minorías étnicas son transmitidas y
aprendidas inconscientemente a partir de gestos, miradas, lenguaje, etc. En fin,
son teorías sin fundamentación etnográfica o histórica y que no tienen en cuenta el
contexto sociocultural y político. Ni tienen en cuenta todo lo que ocurre en la
mente de los niños antes de que empiecen a hablar. Nadie puede negar que haya
cierta especificidad cognitiva, pero esto no implica estar de acuerdo con
aproximaciones innatistas. Una “evidencia” para la teoría modular podría ser la
lateralización del cerebro, pero ésta no es tan cerrada: ambos hemisferios
cerebrales contribuyen al procesamiento del lenguaje interaccionando mediante el
cuerpo calloso. La visión dicotómica del cerebro ya no se sostiene. La actividad
cognitiva suele ser resultado de la conectividad neuronal de distintas áreas
cerebrales. Además, regiones del cerebro demuestran un elevado grado de
polimodalidad, y la reorganización neural continúa durante toda la vida.
2. el paradigma computacional/cibernético
este modelo entiende la información como una serie de algoritmos codicicados y
traducidos por medio de una serie de reglas almacenadas en la memoria. Pero el
cerebro no es como un ordenador: los rodenadores pueden realizar ciertas
actividades mentales humanas de tipo computacional, pero no poeden interpretar ni
atribuir significados a los símbolos con los que opera. A veces se dice que nuestro
cerebro es un hardware, y tampoco: el cerebro es un órgano autopoiético en
constante reconfiguración.