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EL RESPETO POR LAS LEYES, NORMAS Y LA INSTITUCIONALIDAD EN

LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD JUSTA

La lectura realizada corresponde a un extenso dialogo entre Sócrates y Criton, que se


llevó a cabo entre estos dos personajes en momentos cuando el primero se encontraba
prisionero a espera de la llegada de la pena de muerte y el segundo le propuso fugarse
aduciendo que pensara en sus hijos y que también las personas iban a comentar que los
amigos no lo ayudaron a lo que Sócrates, respondió con una serie de argumentos en los
cuales determinó que lo que la gente del común opinara no debería importar puesto que
lo más importante es la opinión de las personas expertas y de igual forma algunas
personas hablarían bien y otras mal, eso es lo que comúnmente también vivimos en
nuestros días si haces algo para unos es bueno y para otros malo.
Pero vale resaltar el respeto por las leyes y el estado que tuvo Sócrates, para afrontar
una situación tan difícil y creyó que a una injusticia no se le debe responder con otra
injusticia, además él debía respetar tantos preceptos que el mismo habría proclamado y
por ello no pensaba traicionar a su estado, esa fue una forma valiente de respetar la
institucionalidad del estado cosa que hoy los dirigentes o gobernantes le importa poco.

Al leer el texto Platón (2010). Critón. Buenos Aires, AR: Eudeba. Págs.: 125-157,
encontramos un escrito llamativo por la magistral forma en que está redactado un
dialogo entre uno de los más famosos Filósofos de la historia de la humanidad como lo
es Sócrates y su amigo Criton en momentos en que está Sócrates, como presidiario que
espera la pena de muerte, y donde deja notar que “el respeto por las normas y la
institucionalidad de los estados son fundamentales en la construcción de una sociedad
justa”.

Y es que en realidad la sociedad actual debería tomar ejemplo de las posiciones que
asumió Sócrates, como sentenciado a pena de muerte en donde a pesar de poder burlar
la justicia que el mismo había proclamado decidió argumentar muchas cosas en las
cuales precisó había que examinar la propuesta de fuga para no irrespetar las leyes ni la
institucionalidad del estado, situación muy diferente a la que vemos a diario en las
noticias en las cuales se observa a muchos dirigentes políticos atacar a las instituciones
como la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia cuando les abren investigación o dan un
fallo en su contra por su actuar delictivo dentro o fuera del ejercicio de sus funciones
como servidor público, es decir, desconocen el ordenamiento jurídico cuando no les
conviene lo ya establecido en materia de ley. Es así como actúan injustamente
utilizando tantos recursos ilegales como falsos testigos y demás, eso contradice los
conceptos de injusticia que manejó Sócrates, en los cuales se opuso a actuar
injustamente, puesto que muchas veces es necesario no prestar mayor atención a la
opinión de la gente sobre cosas de las que no saben o no conocen muy bien sino mas
bien es más saludable consultar la opinión de expertos de la materia. Por ejemplo en el
texto Criton, De Platón, entre el dialogo de estos dos personajes antes mencionados,
vemos como el primero refuta el argumento de la opinión de las mayorías, respecto a lo
justo, lo noble y lo bueno, dando el siente ejemplo: SÓCRATES. (399 a. C.) —Veamos
ahora el sentido en que se dicen tales cosas. El hombre que practica gimnasia y que se dedica a
ello ¿presta atención a cualquier persona que lo elogia, censura y opina [sobre él], o sólo a
aquél que sea médico o entrenador?

CRITÓN. —Sólo a éstos.

SÓCRATES. —Por consiguiente, ha de temer la censura y complacerse con los elogios de esas
únicas [personas], y no de los de los demás.

CRITÓN. —Es evidente.

SÓCRATES. —De este modo, ha de obrar y practicar gimnasia, así como ha de alimentarse y
beber únicamente según la opinión del asesor y experto, antes que las de todos los demás.
(pag.140)

Entonces, no es la mayoría la que sabe sobre gimnasia, sino solo el entrenador o médico
y que ese daño se lo hará en su cuerpo, y que así mismo es con todas las cosas, (lo justo,
lo noble y lo bueno.)

Todos estos elementos hacen parte del respeto por la normas que en nuestros y
sobretodo en nuestro país están muy quebrantadas lo que ha generado una sociedad
también fragmentada con mucha desigualdad social en la cual impera la corrupción y la
degradación de los valores morales y sociales muchas producto del accionar delictivo de
los propios gobernantes que engendran en las masas el rechazo y la disfuncionalidad,
acompañadas de la promoción de la ignorancia, el clientelismo, la desinformación y la
manipulación. Partiendo de la aproximación teórica de Velásquez, González (2003),
"La institucionalidad se encuentra asociada al conjunto de instancias que facilitan la
interacción de los ciudadanos y sus expresiones asociativas con las instituciones del
Estado a fin de intercambiar información sobre preferencias, prioridades y potenciales
soluciones frente a asuntos de interés ciudadano que son objeto de decisión de política
pública" (pág 89), los escenarios alojados bajo este tipo de participación pueden tener
distintos niveles de interacción, esto es, pueden ser para informar, consultar, concertar,
decidir, efectuar control social, y/o cogestionar la implementación de acciones
específicas.

Entonces es justo preguntarse ¿qué tan real es la democracia en Colombia, si aun con
tantos escándalos de corrupción siguen en el poder los mismos corruptos?, sumándose a
esto la concepción errónea que siembran los mismos políticos que quien piense
diferente y se oponga a ellos ya es un ser peligroso para la sociedad y para las
instituciones del estado, cuando en realidad los peligros son ellos mismos que le
mienten al país y debilitan la institucionalidad. Según Lederach (2010) "La perspectiva
mencionada, es solo una expresión de una tesis ampliamente difundida según la cual la
construcción de condiciones participación está estrechamente asociada al conjunto de
creencias, valores, modos de comportamiento, reglas y normas que definen la manera
como las personas y grupos sociales interactúan" (pág. 17), y que dicho conjunto de
elementos serán afines al propósito de la paz, cuanto más contribuyan al logro de
acuerdos sociales incluyentes, la gestión, prevención y trámite de conflictividades, el
rechazo a la violencia, el respeto por las diferencias, la aceptación y cumplimiento de
unas reglas de juego compartidas para la convivencia pacífica, y el despliegue de
esfuerzos para asegurar unos mínimos de condiciones de vida que permitan el
surgimiento de opciones de desarrollo para los ciudadanos. Según Sócrates. (399 a. C.)
—Pero también examinemos si queda ahora en pie este otro o no: que lo que vale no es
el vivir, sino el vivir bien. (pág. 143) entonces el vivir con justicia y honestidad, y que
en base a esto hay que analizar su situación, es decir, que hace depender su decisión de
lo justo o lo injusto que sea el escapar, de la pena de muerte impuesta por los atenienses.

Según la revista Semana Milton D. (3/14/2015 10:00:00 PM) en una de sus noticias
titulada “¿Dónde está la autoridad en Colombia? Nos muestra la crisis que vive nuestro
país colombiano con el siguiente argumento “Estatuas de sal. En eso pareciera que se
están convirtiendo los instrumentos contemplados en la Constitución y en la ley para el
ejercicio de la autoridad en Colombia. Porque hay normas en el papel, gobernantes
con poder, funcionarios con decretos, policías con bolillo y jueces con atribuciones,
pero en la vida cotidiana poco se sienten y la autoridad parece adormecida.
Ya no se trata de la célebre frase que tuvo origen en tiempos coloniales según la cual
“la ley se obedece pero no se cumple”. El fenómeno es más grave y profundo, y mucho
más tangible. A finales de la semana pasada un grupo de taxistas bloquearon la
autopista Norte en Bogotá, sin que nadie pudiera hacer nada. Pasajeros desesperados
por los incumplimientos o los retrasos se han tomado varios aviones sin que nadie
reaccionara, en lo que en otro país sería considerado un delito grave debido a las
estrictas regulaciones aeronáuticas. En un día cualquiera se puede ver en televisión un
alto funcionario o un ‘hijo de papi’ –o un delincuente– que se considera por encima de
la ley, o un linchamiento en el sur de Bogotá o en el mercado de Bazurto en Cartagena,
o una joven de clase alta que insulta a un policía, o miles de personas que se cuelan a
diario en TransMilenio, o peligrosos delincuentes que no pasan más de 24 horas en la
cárcel. Estos hechos ocurren todos los días, y no pasa nada.” Este tipo de noticias nos
referencia que en Colombia la gran mayoría ya no creemos en la instituciones ni en la
justicia que imparten nuestros jueces, y que nuestros políticos buscan el bien común y
no el bien colectivo. Por lo tanto el gobierno debe de buscar la armonía socioeconómica
y política, procurando que la generación y producción de riqueza y bienestar sea
equitativa para todos sus ciudadanos y no buscar un solo interés particular. Según Kant
(1789) “una buena voluntad es una concepción más amplia que una voluntad que actúa
por deber. Una voluntad que actúa por deber es distinguible como una voluntad que
supera los obstáculos con el fin de cumplir la ley moral.”(P.26-27) entonces el deber
que tiene una voluntad buena o aceptable es para Kant, y para nosotros, la acción por
respeto a la ley moral.

Vemos así en conclusión como el país sufre las consecuencias del irrespeto a la
normatividad y muy lejos de lo que Sócrates, pensaba y defendía aunque significara
que defender sus posiciones seria lo que lo llevara a muerte y puso al estado y su
integridad por sobre de su misma existencia, quedando claro que debía aplicar lo que
predicaba, cosa que hoy no sucede. Para Sócrates, las leyes han de ser obedecidas
porque las leyes son inherentemente valiosas.

BIBLIOGRAFIA
Milton D. (3/14/2015 10:00:00 PM) ¿Dónde está la autoridad en Colombia? Revista
Semana. Recuperado de: https://www.semana.com/nacion/articulo/donde-esta-la-
autoridad-en-colombia/420951-3

Kant, Fundamental Principles of the Metaphysic of Morals, trans Abbott,1879, 55


Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89tica_kantiana

Platón (2010). Critón. Buenos Aires, AR: Eudeba. Leer Págs.: 125-157. Recuperado de
http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2077/lib/unadsp/reader.action?ppg=7&docID=1046
7151&tm=1487110709842

Lederach, J. P. (2010). Transformación de conflictos: Manual de uso. Barcelona:


ICARIA/ICIP. Recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/1630/163030447006.pdf

Velásquez, F., & González, E. (2003). ¿Qué ha pasado con la participación ciudadana
en Colombia? Bogotá D.C.: Fundación Corona. Recuperado de:
http://www.dhl.hegoa.ehu.es/ficheros/0000/0120/participacion_ciudadana_en_colombia
.pdf

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