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Atentado de Sarajevo
Atentado de Sarajevo
Atentado de Sarajevo
43°51′29″N 18°25′44″ECoordenadas:
Coordenadas
43°51′29″N 18°25′44″E (mapa)
Según el Tratado de Berlín, firmado en 1878, el vilayet de Bosnia fue ocupado y puesto bajo
administración austrohúngara, aunque oficialmente siguiera perteneciendo al Imperio
otomano. Por ese mismo tratado, Austria-Hungría, el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, el
Imperio otomano y Rusia reconocieron a Serbia como un Estado soberano. En un primer
momento, los monarcas serbios aceptaron reinar dentro de los límites establecidos por este
tratado.1
La situación cambió en 1903 con el asesinato de Alejandro I de Serbia por parte de un grupo
de oficiales liderado por Dragutin Dimitrijević en el palacio real. El grupo capturó a Laza
Petrović y le obligó a revelar dónde se escondía el rey Alejandro I y su esposa Draga. Cuando
los monarcas fueron descubiertos, resultaron brutalmente asesinados y sus cuerpos fueron
arrojados por las ventanas del palacio.2 Los hermanos de la reina también fueron asesinados
por orden de Vojislav Tankosić que, junto con Dimitrijević, fue una de las figuras prominentes
en la trama que acabó con el asesinato del archiduque Francisco Fernando.3 Los insurgentes
proclamaron a Pedro I de Serbia, de la Casa Karađorđević, como nuevo rey de Serbia.3
La nueva dinastía, con tintes nacionalistas, se acercó a Rusia y se alejó de Austria-Hungría.4
En la década siguiente, se produjeron diversos conflictos entre Serbia y los estados vecinos,
con el objetivo de restablecer el poder y las fronteras del Imperio serbio del siglo XIV. Entre
estos conflictos se encuentra una disputa aduanera con Austria-Hungría en 1906, conocida
como la «Guerra de los Cerdos»,5 la crisis bosnia, durante la cual Serbia exigió una
compensación a Austria-Hungría por la anexión de Bosnia y Herzegovina6 y, finalmente, las
dos Guerras de los Balcanes de 1912-1913 en las cuales Serbia
conquistó Macedonia y Kósovo, ambas pertenecientes al Imperio otomano.7
Los éxitos militares y la indignación por la anexión austrohúngara en Bosnia incentivaron la
movilización de nacionalistas serbios alrededor de organizaciones «culturales» que se
oponían al gobierno austríaco.89 En los cinco años anteriores a 1914 hubo una serie de
intentos de asesinato contra autoridades austrohúngaras en Croacia y en Bosnia perpetrados,
en su mayor parte, por ciudadanos serbios de Austria-Hungría.10
Gavrilo Princip, el magnicida.
El 15 de junio de 1910, Bogdan Žerajić intentó matar al general Marijan Verešanin, quien
gobernaba Bosnia y Herzegovina con mano de hierro. Žerajić era un serbio ortodoxo de 22
años natural de Nevesinje (Herzegovina) que hacía frecuentes viajes a Belgrado.11 El atentado
llevó al general a reprimir con dureza el último levantamiento campesino bosnio en el segundo
semestre de 1910.12 Los cinco tiros disparados por Žerajić contra el gobernador, así como el
tiro fatal que el joven se pegó en la cabeza, sirvieron de inspiración para los futuros terroristas
serbios, incluido Gavrilo Princip y su cómplice, Nedeljko Čabrinović. Princip declaró sobre
Žerajić: «Fue mi primer modelo. Cuando tenía 17 años, pasé noches enteras ante su tumba,
reflexionando sobre nuestra condición miserable y pensando en él. Fue entonces cuando me
decidí a, más tarde o más temprano, cometer un atentado.»13
En 1913, el emperador Francisco José I de Austria le encargó a su sobrino y heredero, el
archiduque Francisco Fernando, que asistiera a las maniobras militares que se desarrollarían
en Bosnia en junio de 1914.14 Tras la inspección, el archiduque planeaba visitar Sarajevo con
su esposa, donde inauguraría las nuevas instalaciones del museo público.15 Según su hijo
mayor, el duque Maximiliano, la duquesa Sofía acompañó a su marido porque temía por su
seguridad.16
Francisco José I había consentido el matrimonio de Francisco Fernando con la condición de
que sus descendientes nunca pudieran acceder al trono. Sofía era una condesa checa y se le
trataba como a cualquier ciudadana en la corte austriaca.17 La pareja cumplía catorce años
de matrimonio el 28 de junio. Como el historiador A. J. P. Taylor escribió:
[Sofía] nunca podría tener la misma posición [que Francisco Fernando] (...), jamás podría tener su
grandeza, ni siquiera sentarse a su lado en cualquier ocasión pública. Había una brecha... su esposa
podría disfrutar del reconocimiento de su posición cuando él estuviera ejerciendo su función militar. Por
eso, él decidió, en 1914, inspeccionar el ejército en Bosnia. En su capital, Sarajevo, el archiduque y su
esposa podrían sentarse lado a lado en un coche abierto. Por amor, el archiduque perdió la vida. 18
Preliminares[editar]
Plan de acción[editar]
Danilo Ilić, un serbobosnio que había sido profesor y empleado de banca, vivió entre 1913 y
1914 con su madre, que dirigía una pequeña pensión en Sarajevo. Mientras tanto, en secreto,
Ilić dirigía la Mano Negra, una facción terrorista de irredentistas serbios en la ciudad. A finales
de 1913 estaba en el puesto de escucha serbio en Užice, donde se citó con el oficial al
mando, el capitán C. A. Popović (miembro de la Mano Negra). Popović lo envió
a Belgrado para discutir el asunto con el jefe de la inteligencia militar serbia, el
coronel Dragutin Dimitrijević, más conocido con el nombre en clave «Apis».23 Aquel año, el
coronel y otros conspiradores militares (que habían participado activamente en el golpe de
mayo de 1903) empezaron a hacerse con el control de lo que quedaba de la Mano Negra.24
No hay relatos sobre lo que pasó entre Ilić y Apis, pero justo después de su encuentro, el
brazo derecho del coronel y cofrade en la Mano Negra, el mayor Vojislav Tankosić, que estaba
al mando de los entrenamientos de la guerrilla, convocó una reunión con los irredentistas
serbios en Toulouse.25 Entre los que fueron convocados a la reunión estaba Muhamed
Mehmedbašić, carpintero de profesión e hijo de un empobrecido noble musulmán de
Herzegovina26 y miembro de la Mano Negra que había sido tomado a su cargo en la
organización por Vladimir Gacinović, director provincial para Bosnia y Herzegovina, y por Ilić.
Mehmedbašić afirmaba estar «ansioso por realizar un acto de terrorismo para reavivar el
espíritu revolucionario de Bosnia».27 Aunque la reunión de Toulouse, en enero de 1914,
pusiera sobre la mesa el nombre de diversas personalidades austrohúngaras (incluido el
propio Francisco Fernando) como posible blanco de los atentados, los participantes se
decidieron por enviar a Mehmedbašić a Sarajevo para matar al gobernador de Bosnia, Oskar
Potiorek.27 En el recorrido entre Francia y Bosnia-Herzegovina, el tren en el que viajaba
Mehmedbašić fue inspeccionado por policías, que buscaban a un ladrón. Por miedo a ser
inspeccionado, Mehmedbašić tiró sus armas (una daga y una botella de veneno) por la
ventana y, al llegar a Sarajevo, salió en busca de otras armas para ejecutar el plan.27
El Espíritu de 1914 es el nombre que en escritos históricos de Europa se ha dado al "júbilo
popular" ocurrido en varios países europeos al estallar la Primera Guerra Mundial en agosto
de 1914 conforme cada país emitía su declaración de guerra, resultando una situación de
euforia generalizada donde se mezclaba el patrioterismo y la xenofobia, junto con un
sentimiento de "unidad nacional" casi completa frente a la amenaza de una gran guerra
exterior que, supuestamente, sería "breve y sencilla".
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Extinción[editar]
El sentimiento de unión nacional y de solidaridad patriótica duró algunos meses entre los
Estados participantes en la Primera Guerra Mundial. Las autoridades políticas descubrían así
que el descontento social y las rivalidades políticas desaparecían ante el llamado bélico teñido
de nacionalismo exacerbado; la oposición a la euforia guerrera era un síntoma de "poco
patriotismo".
El fracaso alemán en la Batalla del Marne, la imposibilidad de tomar París tras un mes de
lucha conforme al Plan Schlieffen, y la dura ofensiva de Rusia contra Prusia Oriental, causaron
que la opinión pública alemana empezara a dudar de sus posibilidades de un triunfo rápido
pues los ejércitos franceses y rusos no se habían "desintegrado" como estaba previsto. Del
mismo modo las masas francesas se enfrentaban a una invasión alemana a gran escala que
no sería reprimida en pocas semanas como decía el estado mayor francés y se preveía una
larga y difícil lucha. En toda Europa la propaganda gubernamental había insistido en que la
guerra duraría unas pocas semanas o meses, y que los soldados volverían a sus
hogares antes de Navidad. Antes de agosto de 1914, los principales líderes políticos europeos
(como el liberal británico David Lloyd George) argumentaban que el comercio internacional no
soportaría una guerra muy larga entre las naciones más industrializadas del planeta, y que la
propia "inercia de la economía mundial" forzaría al bando más débil a pedir prontamente la
paz.
Los jefes militares de Europa habían considerado seriamente la posibilidad de una larga
guerra de desgaste, pues la rápida industrialización europea de fines del siglo XIX y
el crecimiento económico de esos años permitía a muchos países financiar sus operaciones
militares sin recurrir a deuda externa y al mismo tiempo mantener un mínimo de vida
económica activa que impidiera el descontento social. Aun así se prefirió mantener como
propaganda para las masas la creencia en una guerra breve; al advertirse a inicios
de 1915 que el conflicto duraría varios años y no meses, y que impondría sacrificios y
privaciones continuos para la población civil (y no sólo para los soldados, como en las guerras
del pasado) el "Espíritu de 1914" se desvaneció, aunque su recuerdo pervivió.
Plan Schlieffen
«Schlieffen» redirige aquí. Para el artífice del Plan Schlieffen, véase Alfred von Schlieffen.
Mapa del Plan Schlieffen y las contraofensivas francesas previstas en el Plan XVII.
Se denomina Plan Schlieffen al plan propuesto desde principios del siglo XX por el jefe del
Estado Mayor del II Reich alemán, Alfred Graf von Schlieffen, para la invasión y la derrota
de Francia, que fue el empleado en el momento del estallido de la Primera Guerra Mundial.
Consistía en que Alemania sacrificase en el este Prusia Oriental para retirarse al Bajo Vístula,
en beneficio de un poderoso frente ofensivo en la frontera francesa. El Ejército alemán
movilizaría entonces 1 500 000 hombres para el ataque en el oeste, mientras mantendría
500 000 en el este para rechazar el ataque de los rusos, que sumaban 2 700 000 hombres.1
Los franceses y británicos movilizarían cerca de 3 901 000 hombres en las primeras semanas
para rechazar al enemigo.2
El grueso de sus fuerzas atravesaría Bélgica, para emprender luego —desde el norte y con el
máximo de medios en el ala derecha— una ofensiva para cercar al ejército francés, destinada
a la destrucción total de las tropas aliadas. Una vez conseguido este objetivo, deberían
volverse hacia la frontera rusa, cuya movilización militar sería más lenta.
Índice
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1Desarrollo
2Consecuencias
3Referencias
4Enlaces externos
Desarrollo[editar]
Schlieffen no tardó en encontrar problemas. El ejército alemán debería extenderse hacia el
norte con una potente ala derecha pero sin debilitar el centro y la izquierda, pues allí se
esperaba el ataque francés principal. Para ello le faltaban divisiones y hombres. No podía
esperar que el ejército regular (el que se mantiene en épocas de paz) pudiera asumir tan largo
frente. Pero se le ocurrió una solución innovadora: usar los reservistas. Los reservistas eran
considerados soldados mediocres y únicamente aptos para labores de ocupación y
retaguardia, no para la lucha, pero Schlieffen decidió sumarlos al frente. Así pudo mantener
una ala derecha potente y el centro y la izquierda lo suficientemente fuertes como para
detener el ataque francés.
El plan, basado según el propio Schlieffen en la táctica seguida por Aníbal en la batalla de
Cannas, nunca se llevó a cabo. Schlieffen falleció en 1913, y el plan de batalla fue modificado
posteriormente por su sucesor en el Estado Mayor, Helmuth Johan von Moltke, sobrino del
famoso militar prusiano Helmuth von Moltke. Principalmente, rechazó la idea de oponer la
totalidad de las fuerzas armadas alemanas en el ataque contra Francia, reservando una parte
de los ejércitos para la defensa de la ofensiva rusa. Este cambio, que ha sido tema de debate
para todos los especialistas en historia militar desde entonces, se considera el mayor error de
Moltke. La invasión de Francia, tal y como se llevó a cabo finalmente, fracasó al encontrar más
oposición de la esperada en la batalla del Marne (1914), que salvaguardó París y forzó a los
alemanes a fortificarse en el río Aisne, donde daría comienzo una mortífera guerra de
trincheras que caracterizaría los combates sucesivos en el Frente Occidental. La invasión de
Bélgica le valió además a Alemania una declaración de guerra por parte del Imperio británico,
garante de la independencia belga desde el nacimiento de esta en 1830. El
propio káiser Guillermo II solicitó a Moltke que abortara o modificara el plan en el último
momento, con el fin de no ganarse otro gran enemigo en la contienda, pero este se limitó a
replicar que el plan «Una vez asentado, no puede cambiarse».
Consecuencias[editar]
Irónicamente, Alemania conseguiría sus mejores resultados durante la contienda en el frente
ruso, donde destrozó al ejército del zar en la batalla de Tannenberg, contribuyendo de forma
decisiva al triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, exactamente lo contrario de lo
planeado por Schlieffen.
Batalla de Lorena
Batalla de Lorena
Beligerantes
Comandantes
Fuerzas en combate
Ejércitos I y II VI Ejército alemán
VII Ejército alemán
total: 345.000 hombres
Bajas
Desconocidas Desconocidas
v
d
e
Batallas de las Fronteras
21-23 de agosto, 1914
Mulhouse
Lorena
Las Ardenas
Charleroi
Mons
La batalla de Lorena (agosto de 1914) tuvo lugar al iniciarse las hostilidades por parte del
ejército alemán en el frente occidental durante la Primera Guerra Mundial. El
ejército francés no pudo hacer frente al avance alemán, que pretendía cumplir con los
objetivos marcados en el Plan Schlieffen. Para contrarrestar el avance alemán, el ejército
francés siguió el Plan XVII, que preveía una ofensiva francesa a través de Lorena y Alsacia,
para penetrar en la propia Alemania.
Ofensiva francesa[editar]
La ofensiva principal de Francia en el oeste, conocida como la batalla de Lorena, fue lanzada
el 14 de agosto, aunque los franceses ya habían entrado en Mulhouse (día 8) abandonándola
después.1 El objetivo del I Ejército del general Auguste Dubail era avanzar hacia Saarburg,
mientras que el II Ejército del general Edouard de Castelnau se dirigió hacia Morhange. El día
17, el XX Cuerpo de Ejército (General Foch) tomó Château-Salins, cerca de Morhange,
mientras que Saarburg fue ocupada el 18. Sin embargo, después de cuatro días de retirada
con el fin de atraer a los ejércitos franceses a territorio alemán, el VI y VII Ejércitos alemanes
bajo el mando combinado del príncipe Ruperto de Baviera lanzaron un contraataque; Ruperto
estaba a cargo de las fuerzas alemanas destinadas a batirse contra las fuerzas francesas en
el centro hasta que pudieran ser rodeadas por el ala derecha de las fuerzas alemanas. El día
20 la retaguardia alemana, equipada con ametralladoras y artillería dirigida por la aviación,1
infligió fuertes bajas en la infantería francesa, todavía con su uniforme de principios del siglo
XIX de casaca azul y pantalones rojos.
Contraofensiva alemana[editar]
El príncipe Ruperto, insatisfecho con el papel defensivo que se le asignó, solicitó a sus
superiores que le permitieran realizar una contraofensiva. El 20 de agosto, comenzó la
ofensiva y el general Noel de Castelnau ordenó a su ejército retirarse de Morhange (batalla de
Morhange). Al ver esto, el general Auguste Dubail ordenó a sus tropas abandonar Sarrebourg
(batalla de Sarrebourg); los franceses perdieron 150 cañones, cayendo 20.000 prisioneros en
manos alemanas.1 Los alemanes no se detuvieron en la frontera, sino que marcharon para
tratar de tomar Nancy. El XX Cuerpo de Ejército de Ferdinand Foch logró defender con éxito
Nancy, parando la ofensiva alemana. En el sur, Mulhouse fue reconquistado por los franceses,
pero se volvieron a retirar cuando se abandonó el Plan XVII.
La batalla se estancó en un punto muerto hasta el 24 de agosto, cuando una pequeña
ofensiva alemana se puso en marcha (batalla de la Mortagne). Los franceses habían sido
alertados previamente por aviones de exploración y las ganancias alemanas se limitaron a un
pequeño saliente. Al día siguiente, incluso ese saliente se perdió cuando los franceses
contraatacaron. La lucha continuó hasta finales de mes, momento en el que se construyeron
trincheras y se produjo un estancamiento definitivo.
Hace cien años Europa se precipitaba sin freno hacia los campos de batalla,
en lo que se conocería como La Gran Guerra.
Las tropas alemanas han invadido Bélgica, que les ha negado libre tránsito en su
camino a Francia. Esto hace a Gran Bretaña desistir de toda neutralidad.
En BBC Mundo recordamos -hasta ésta, nuestra última entrega-, los hechos ocurridos la
semana previa a los primeros combates de la Primera Guerra Mundial.
Los formularios están hechos desde hace años, con solo el nombre del enemigo
en blanco. Los funcionarios se pasan el día llenando el casillero con la palabra
"Alemania".
Poco después de las 19:00, el embajador británico en Berlín, Sir Edward Goschen,
se dirige a ver al canciller alemán con el ultimátum, pero ya es tarde. Las tropas
alemanas han ingresado a Bélgica.
El canciller alemán lo recibe con una arenga que dura unos 20 minutos, en la que
responsabiliza a Gran Bretaña por los terribles eventos que pueden ocurrir en el
futuro.
"Yo protesto con vehemencia. Es una cuestión de honor para Gran Bretaña
mantener su compromiso solemne de defender la neutralidad belga".
A medida que el plazo del ultimátum se acerca, las masas se reúnen en Downing
Street, sede del gobierno.
"El Imperio está a las puertas de la mayor guerra en la historia mundial. Si eres un
joven patriota responde al llamado. Inglaterra y su imperio resurgirán más fuerte y
unidos que nunca".
La prensa de Alemania publica atrocidades cometidas por los belgas contra los
soldados alemanes y noticias de espías rusos que estarían desplegados por todos
lados.
Pero el primer combate entre tropas y belgas tendrá lugar en pocas horas.