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Atentado de Sarajevo

Atentado de Sarajevo

Ilustración del atentado contra el archiduque Francisco Fernando y su esposa, Sofía

Chotek (Achille Beltrame, La Domenica del Corriere, 12 de julio de 1914).

Lugar Sarajevo, Bosnia y Herzegovina, Imperio


austrohúngaro

43°51′29″N 18°25′44″ECoordenadas:
Coordenadas
43°51′29″N 18°25′44″E (mapa)

Fecha 28 de junio de 1914

Arma(s) FN Modelo 1910

Muertos Francisco Fernando de Austriay su esposa Sofía


Chotek

Perpetrador(es) Gavrilo Princip

Sospechoso(s) Mano Negra

Motivación Ocupación de Bosnia por parte del Imperio


austrohúngaro

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Placa alusiva a la muerte del archiduque Francisco Fernando en el lugar exacto del atentado de 1914.

El atentado de Sarajevo es el término con el que se conoce al asesinato, el 28 de


junio de 1914, del heredero de la corona del Imperio austrohúngaro, el archiduque Francisco
Fernando de Austria, y de su esposa, la duquesa Sofía Chotek, en Sarajevo, capital de
la provincia imperial de Bosnia y Herzegovina. El atentado fue perpetrado por Gavrilo Princip,
miembro del grupo Joven Bosnia, movimiento cuyo objetivo era la emancipación de Bosnia de
Austria-Hungría, que contó con el apoyo de círculos de inteligencia y militares del Reino de
Serbia.
Al mando de los conspiradores militares estaban Dragutin Dimitrijević, jefe del espionaje
serbio; su brazo derecho, el mayor Vojislav Tankosić y el espía Rade Malobabić. Tankosić
armó y entrenó a los ejecutores del atentado y Malobabić les dio acceso a las rutas
clandestinas utilizadas por los agentes serbios para infiltrar espías y armamento en Austria-
Hungría.
Todos los involucrados en el atentado que aún estaban vivos fueron apresados, juzgados,
condenados y castigados. Aquellos que fueron apresados en Bosnia fueron juzgados en
Sarajevo, en octubre de 1914. El resto de conspiradores fueron sometidos a una corte serbia
en el frente de Salónica —entre 1916 y 1917 bajo control francés—. Esto culminó con la
ejecución de los tres principales oficiales involucrados. Gran parte de lo que se conoce sobre
los asesinatos del archiduque y su esposa tuvo origen en la información obtenida en esos
juicios.
La verdadera responsabilidad sobre el atentado es un tema controvertido ya que el ataque
supuso el estallido de la Primera Guerra Mundial un mes después.
Archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio austrohúngaro.

Según el Tratado de Berlín, firmado en 1878, el vilayet de Bosnia fue ocupado y puesto bajo
administración austrohúngara, aunque oficialmente siguiera perteneciendo al Imperio
otomano. Por ese mismo tratado, Austria-Hungría, el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, el
Imperio otomano y Rusia reconocieron a Serbia como un Estado soberano. En un primer
momento, los monarcas serbios aceptaron reinar dentro de los límites establecidos por este
tratado.1
La situación cambió en 1903 con el asesinato de Alejandro I de Serbia por parte de un grupo
de oficiales liderado por Dragutin Dimitrijević en el palacio real. El grupo capturó a Laza
Petrović y le obligó a revelar dónde se escondía el rey Alejandro I y su esposa Draga. Cuando
los monarcas fueron descubiertos, resultaron brutalmente asesinados y sus cuerpos fueron
arrojados por las ventanas del palacio.2 Los hermanos de la reina también fueron asesinados
por orden de Vojislav Tankosić que, junto con Dimitrijević, fue una de las figuras prominentes
en la trama que acabó con el asesinato del archiduque Francisco Fernando.3 Los insurgentes
proclamaron a Pedro I de Serbia, de la Casa Karađorđević, como nuevo rey de Serbia.3
La nueva dinastía, con tintes nacionalistas, se acercó a Rusia y se alejó de Austria-Hungría.4
En la década siguiente, se produjeron diversos conflictos entre Serbia y los estados vecinos,
con el objetivo de restablecer el poder y las fronteras del Imperio serbio del siglo XIV. Entre
estos conflictos se encuentra una disputa aduanera con Austria-Hungría en 1906, conocida
como la «Guerra de los Cerdos»,5 la crisis bosnia, durante la cual Serbia exigió una
compensación a Austria-Hungría por la anexión de Bosnia y Herzegovina6 y, finalmente, las
dos Guerras de los Balcanes de 1912-1913 en las cuales Serbia
conquistó Macedonia y Kósovo, ambas pertenecientes al Imperio otomano.7
Los éxitos militares y la indignación por la anexión austrohúngara en Bosnia incentivaron la
movilización de nacionalistas serbios alrededor de organizaciones «culturales» que se
oponían al gobierno austríaco.89 En los cinco años anteriores a 1914 hubo una serie de
intentos de asesinato contra autoridades austrohúngaras en Croacia y en Bosnia perpetrados,
en su mayor parte, por ciudadanos serbios de Austria-Hungría.10
Gavrilo Princip, el magnicida.

El 15 de junio de 1910, Bogdan Žerajić intentó matar al general Marijan Verešanin, quien
gobernaba Bosnia y Herzegovina con mano de hierro. Žerajić era un serbio ortodoxo de 22
años natural de Nevesinje (Herzegovina) que hacía frecuentes viajes a Belgrado.11 El atentado
llevó al general a reprimir con dureza el último levantamiento campesino bosnio en el segundo
semestre de 1910.12 Los cinco tiros disparados por Žerajić contra el gobernador, así como el
tiro fatal que el joven se pegó en la cabeza, sirvieron de inspiración para los futuros terroristas
serbios, incluido Gavrilo Princip y su cómplice, Nedeljko Čabrinović. Princip declaró sobre
Žerajić: «Fue mi primer modelo. Cuando tenía 17 años, pasé noches enteras ante su tumba,
reflexionando sobre nuestra condición miserable y pensando en él. Fue entonces cuando me
decidí a, más tarde o más temprano, cometer un atentado.»13
En 1913, el emperador Francisco José I de Austria le encargó a su sobrino y heredero, el
archiduque Francisco Fernando, que asistiera a las maniobras militares que se desarrollarían
en Bosnia en junio de 1914.14 Tras la inspección, el archiduque planeaba visitar Sarajevo con
su esposa, donde inauguraría las nuevas instalaciones del museo público.15 Según su hijo
mayor, el duque Maximiliano, la duquesa Sofía acompañó a su marido porque temía por su
seguridad.16
Francisco José I había consentido el matrimonio de Francisco Fernando con la condición de
que sus descendientes nunca pudieran acceder al trono. Sofía era una condesa checa y se le
trataba como a cualquier ciudadana en la corte austriaca.17 La pareja cumplía catorce años
de matrimonio el 28 de junio. Como el historiador A. J. P. Taylor escribió:
[Sofía] nunca podría tener la misma posición [que Francisco Fernando] (...), jamás podría tener su
grandeza, ni siquiera sentarse a su lado en cualquier ocasión pública. Había una brecha... su esposa
podría disfrutar del reconocimiento de su posición cuando él estuviera ejerciendo su función militar. Por
eso, él decidió, en 1914, inspeccionar el ejército en Bosnia. En su capital, Sarajevo, el archiduque y su
esposa podrían sentarse lado a lado en un coche abierto. Por amor, el archiduque perdió la vida. 18

Francisco Fernando era un defensor de los Estados Unidos de la Gran Austria, un


proyecto federalista que reorganizaría Austria-Hungría gracias a la creación de Estados
eslavos semiautónomos reunidos en el imperio bajo una tercera corona.19 Un reino eslavo
podría haber sido un reducto para el irredentismo serbio, visto por el archiduque como una
amenaza.20 Princip declaró más tarde al tribunal que una de sus motivaciones era impedir el
plan de reformas de Francisco Fernando.21 El día del asesinato, el 28 de junio —15 de junio
por el calendario juliano— se conmemoraba la festividad de San Vito, conocida en Serbia
como Vidovdan, y la batalla de Kosovo de 1389 contra los otomanos —en la que el
sultán Murad I fue asesinado en su tienda de campaña por un serbio—.22

Preliminares[editar]
Plan de acción[editar]
Danilo Ilić, un serbobosnio que había sido profesor y empleado de banca, vivió entre 1913 y
1914 con su madre, que dirigía una pequeña pensión en Sarajevo. Mientras tanto, en secreto,
Ilić dirigía la Mano Negra, una facción terrorista de irredentistas serbios en la ciudad. A finales
de 1913 estaba en el puesto de escucha serbio en Užice, donde se citó con el oficial al
mando, el capitán C. A. Popović (miembro de la Mano Negra). Popović lo envió
a Belgrado para discutir el asunto con el jefe de la inteligencia militar serbia, el
coronel Dragutin Dimitrijević, más conocido con el nombre en clave «Apis».23 Aquel año, el
coronel y otros conspiradores militares (que habían participado activamente en el golpe de
mayo de 1903) empezaron a hacerse con el control de lo que quedaba de la Mano Negra.24
No hay relatos sobre lo que pasó entre Ilić y Apis, pero justo después de su encuentro, el
brazo derecho del coronel y cofrade en la Mano Negra, el mayor Vojislav Tankosić, que estaba
al mando de los entrenamientos de la guerrilla, convocó una reunión con los irredentistas
serbios en Toulouse.25 Entre los que fueron convocados a la reunión estaba Muhamed
Mehmedbašić, carpintero de profesión e hijo de un empobrecido noble musulmán de
Herzegovina26 y miembro de la Mano Negra que había sido tomado a su cargo en la
organización por Vladimir Gacinović, director provincial para Bosnia y Herzegovina, y por Ilić.
Mehmedbašić afirmaba estar «ansioso por realizar un acto de terrorismo para reavivar el
espíritu revolucionario de Bosnia».27 Aunque la reunión de Toulouse, en enero de 1914,
pusiera sobre la mesa el nombre de diversas personalidades austrohúngaras (incluido el
propio Francisco Fernando) como posible blanco de los atentados, los participantes se
decidieron por enviar a Mehmedbašić a Sarajevo para matar al gobernador de Bosnia, Oskar
Potiorek.27 En el recorrido entre Francia y Bosnia-Herzegovina, el tren en el que viajaba
Mehmedbašić fue inspeccionado por policías, que buscaban a un ladrón. Por miedo a ser
inspeccionado, Mehmedbašić tiró sus armas (una daga y una botella de veneno) por la
ventana y, al llegar a Sarajevo, salió en busca de otras armas para ejecutar el plan.27
El Espíritu de 1914 es el nombre que en escritos históricos de Europa se ha dado al "júbilo
popular" ocurrido en varios países europeos al estallar la Primera Guerra Mundial en agosto
de 1914 conforme cada país emitía su declaración de guerra, resultando una situación de
euforia generalizada donde se mezclaba el patrioterismo y la xenofobia, junto con un
sentimiento de "unidad nacional" casi completa frente a la amenaza de una gran guerra
exterior que, supuestamente, sería "breve y sencilla".

Índice
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 1Respuesta al estallido de la guerra


 2Extinción
 3Referencias
 4Véase también

Respuesta al estallido de la guerra[editar]


Una expresión singular de este "Espíritu de 1914" ocurrió en el Imperio Alemán tras la
movilización del ejército contra Rusia y la posterior declaración de guerra contra Francia el 3
de agosto de 1914. El día 4 de agosto se discutió en el Reichstag (parlamento alemán) el
otorgamiento de créditos de guerra como método especial para el amplio y rápido
financiamiento de las fuerzas armadas. Todos los partidos políticos representados en el
Reichstag, conservadores, católicos, y liberales votaron a favor de estas medidas, incluyendo
a los diputados del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), quienes apoyaron la unión
nacional frente a la guerra, a pesar que su postura oficial previa era considerar a toda guerra
como manifestación imperialista contraria a los intereses de los trabajadores.
La unidad de todos los grupos políticos alemanes (y de la población en general) parecía
indestructible en esos momentos, y en la posteridad quedó la imagen de una "nación unida"
por el fervor patriótico contra la "amenaza eslava" encarnada por el Imperio Ruso y el
"enemigo hereditario" personificado en Francia (remontando inclusive este antagonismo a
las Guerras napoleónicas. Este entusiasmo por la guerra entre las masas germanas parecía
haber dejado atrás las amargas pugnas políticas del pasado, y notable fue la expresión
popular atribuida en esas fechas al káiser Guillermo II: "Yo no veo partidos políticos, sólo veo
alemanes".
El júbilo popular en Alemania fue compartido por grupos sociales como los judíos,
los socialistas, y los católicos, quienes vieron en la movilización de guerra una oportunidad
para acreditar de manera "indudable" su patriotismo aportando reclutas de entre sus filas y
con ello superar la desconfianza que hacia ellos sentía la aristocracia prusiana.
Similar situación se vivió en Francia, donde los sindicatos obreros apoyaron decididamente el
esfuerzo de guerra, viendo en el conflicto una oportunidad de superar las luchas políticas
internas de su país. Los créditos de guerra en Francia fueron apoyados también por todos los
elementos políticos, de derecha e izquierda, y así la Tercera República Francesa financió el
desarrollo del conflicto contando prácticamente con ninguna oposición pues al igual que en
Alemania, el Partido Socialista Francés apoyó el esfuerzo bélico. La alianza con Rusia y
el revanchismo francés contra Alemania (latente desde el fin de la Guerra Franco Prusiana por
la pérdida de Alsacia y Lorena) influyeron decisivamente para que las masas francesas
mostraran sincero júbilo ante la oportunidad de obtener la ansiada "revancha nacional" contra
los alemanes postergada desde 1871. Asimismo, Francia vivía tras la Crisis de Agadir una
época de resurgimiento nacionalista donde el patriotismo se equipara al antigermanismo, la
cual se manifestó abiertamente tras la entrada en guerra contra el Imperio Alemán.
Rusia vivió situaciones parecidas, donde la declaración de guerra causó euforia en las masas
y donde las manifestaciones patrióticas de las primeras semanas de la guerra hicieron olvidar
las diferencias políticas. Inclusive San Petersburgo y Moscú estaban sumidas en una huelga
general desde fines de julio por parte de obreros socialistas, pero la noticia de la declaración
de guerra presentada por Alemania el 1 de agosto hizo que esta huelga se disolviera con
suma rapidez, mientras manifestaciones patrióticas unían a obreros y aristócratas en las
principales ciudades rusas, confiando también en que la superioridad numérica (aunque no
tecnológica) del Ejército Imperial Ruso aseguraba un triunfo rápido sobre alemanes y
austrohúngaros.
Una consecuencia de este ambiente de ultranacionalismo fue que la capital del Imperio
ruso cambiase su nombre a "Petrogrado" (en ruso "Petrograd" o literalmente "Ciudad de
Pedro", en evidente homenaje al zar Pedro I el Grande), abandonando el nombre de "San
Petersburgo" ("Sankt Petersburg" en ruso) debido a su visible origen germano, mientras que
los aristócratas de la influyente minoría de alemanes del Báltico debían destacar en esfuerzos
probélicos para que su lealtad no fuera puesta en duda pese a estar integrados hacía dos
siglos en la nobleza rusa.
Reino Unido entró en la guerra el día 4 de agosto al ser informado el gobierno británico que
tropas alemanas habían invadido a la neutral Bélgica en la mañana de ese mismo día. El
hecho que se violase la soberanía de un Estado neutral y de reducida fuerza constituyó una
justificación idónea para que el Parlamento británico y la opinión pública aceptaran entrar en
guerra contra Alemania y el Imperio austrohúngaro, siendo que la propaganda británica resaltó
el "carácter moral" de la entrada en la lucha para defender "al pequeño y débil" en referencia a
Bélgica. Entre las masas británicas la nueva situación bélica causó también
una euforia ultranacionalista que se extendió a todas las capas de la población, siendo
particularmente sorprendente para las autoridades militares el enorme número de voluntarios
para el ejército (pequeño en número en comparación a otras potencias), más aún al saber que
éstos provenían mayormente de proletariado antes desdeñado como fuente de reclutas, pues
la oficialidad británica confiaba más en la "docilidad y sacrificio" atribuidos a los campesinos
de su país.
Una interesante consecuencia de ello fue que, por consejo de los gabinetes de Herbert Henry
Asquith y luego de David Lloyd George, el rey Jorge V aceptó modificar el nombre de
la dinastía reinante en documentos oficiales: así desde julio de 1917 la denominación "nativa"
de "Casa de Windsor" reemplazó al verdadero apellido de la familia real británica (el "Sajonia-
Coburgo-Gotha") debido al notorio origen alemán de este último.
Finalmente, en el Imperio austrohúngaro la guerra fue recibida jubilosamente por las
autoridades imperiales, no solamente porque permitía destruir las ambiciones
de Serbia sobre Bosnia (y, tal vez, hasta anexar Serbia), sino porque el conflicto permitiría
superar las diferencias entre los diez grupos étnicos que vivían en el Imperio, fusionándolos en
una misma causa nacional. La corte imperial de Viena esperaba
que austriacos, húngaros, polacos, checos, croatas, eslovacos, rumanos, italianos, eslovenos,
rutenos, y bosnios, se cohesionaran en una sola causa y actuasen como "una sola
nación" superando diferencias pasadas. Los políticos austrohúngaros tomaban a la guerra
como medio de fortalecer al Estado multinacional a la vez que se podía engrandecer con la
destrucción definitiva del Reino de Serbia, al punto de calificar el conflicto como "un regalo
de Marte".
El júbilo popular también se manifestó, pero debido a la enorme cantidad de voluntarios
(particularmente en los barrios obreros de Viena, Budapest, y Praga) el Ejército
austrohúngaro no estaba preparado para recibirlos en sus filas y proporcionarles vestuario y
armas sino hasta varias semanas después. Aquí también diversos grupos minoritarios (como
los grupos étnicos más reducidos en número) vieron en el conflicto una ocasión de demostrar
su lealtad a la monarquía de los Habsburgo y así obtener un mejor trato de parte de estos.

Extinción[editar]
El sentimiento de unión nacional y de solidaridad patriótica duró algunos meses entre los
Estados participantes en la Primera Guerra Mundial. Las autoridades políticas descubrían así
que el descontento social y las rivalidades políticas desaparecían ante el llamado bélico teñido
de nacionalismo exacerbado; la oposición a la euforia guerrera era un síntoma de "poco
patriotismo".
El fracaso alemán en la Batalla del Marne, la imposibilidad de tomar París tras un mes de
lucha conforme al Plan Schlieffen, y la dura ofensiva de Rusia contra Prusia Oriental, causaron
que la opinión pública alemana empezara a dudar de sus posibilidades de un triunfo rápido
pues los ejércitos franceses y rusos no se habían "desintegrado" como estaba previsto. Del
mismo modo las masas francesas se enfrentaban a una invasión alemana a gran escala que
no sería reprimida en pocas semanas como decía el estado mayor francés y se preveía una
larga y difícil lucha. En toda Europa la propaganda gubernamental había insistido en que la
guerra duraría unas pocas semanas o meses, y que los soldados volverían a sus
hogares antes de Navidad. Antes de agosto de 1914, los principales líderes políticos europeos
(como el liberal británico David Lloyd George) argumentaban que el comercio internacional no
soportaría una guerra muy larga entre las naciones más industrializadas del planeta, y que la
propia "inercia de la economía mundial" forzaría al bando más débil a pedir prontamente la
paz.
Los jefes militares de Europa habían considerado seriamente la posibilidad de una larga
guerra de desgaste, pues la rápida industrialización europea de fines del siglo XIX y
el crecimiento económico de esos años permitía a muchos países financiar sus operaciones
militares sin recurrir a deuda externa y al mismo tiempo mantener un mínimo de vida
económica activa que impidiera el descontento social. Aun así se prefirió mantener como
propaganda para las masas la creencia en una guerra breve; al advertirse a inicios
de 1915 que el conflicto duraría varios años y no meses, y que impondría sacrificios y
privaciones continuos para la población civil (y no sólo para los soldados, como en las guerras
del pasado) el "Espíritu de 1914" se desvaneció, aunque su recuerdo pervivió.

Plan Schlieffen
«Schlieffen» redirige aquí. Para el artífice del Plan Schlieffen, véase Alfred von Schlieffen.

Mapa del Plan Schlieffen y las contraofensivas francesas previstas en el Plan XVII.

Se denomina Plan Schlieffen al plan propuesto desde principios del siglo XX por el jefe del
Estado Mayor del II Reich alemán, Alfred Graf von Schlieffen, para la invasión y la derrota
de Francia, que fue el empleado en el momento del estallido de la Primera Guerra Mundial.
Consistía en que Alemania sacrificase en el este Prusia Oriental para retirarse al Bajo Vístula,
en beneficio de un poderoso frente ofensivo en la frontera francesa. El Ejército alemán
movilizaría entonces 1 500 000 hombres para el ataque en el oeste, mientras mantendría
500 000 en el este para rechazar el ataque de los rusos, que sumaban 2 700 000 hombres.1
Los franceses y británicos movilizarían cerca de 3 901 000 hombres en las primeras semanas
para rechazar al enemigo.2
El grueso de sus fuerzas atravesaría Bélgica, para emprender luego —desde el norte y con el
máximo de medios en el ala derecha— una ofensiva para cercar al ejército francés, destinada
a la destrucción total de las tropas aliadas. Una vez conseguido este objetivo, deberían
volverse hacia la frontera rusa, cuya movilización militar sería más lenta.

Índice
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 1Desarrollo
 2Consecuencias
 3Referencias
 4Enlaces externos

Desarrollo[editar]
Schlieffen no tardó en encontrar problemas. El ejército alemán debería extenderse hacia el
norte con una potente ala derecha pero sin debilitar el centro y la izquierda, pues allí se
esperaba el ataque francés principal. Para ello le faltaban divisiones y hombres. No podía
esperar que el ejército regular (el que se mantiene en épocas de paz) pudiera asumir tan largo
frente. Pero se le ocurrió una solución innovadora: usar los reservistas. Los reservistas eran
considerados soldados mediocres y únicamente aptos para labores de ocupación y
retaguardia, no para la lucha, pero Schlieffen decidió sumarlos al frente. Así pudo mantener
una ala derecha potente y el centro y la izquierda lo suficientemente fuertes como para
detener el ataque francés.
El plan, basado según el propio Schlieffen en la táctica seguida por Aníbal en la batalla de
Cannas, nunca se llevó a cabo. Schlieffen falleció en 1913, y el plan de batalla fue modificado
posteriormente por su sucesor en el Estado Mayor, Helmuth Johan von Moltke, sobrino del
famoso militar prusiano Helmuth von Moltke. Principalmente, rechazó la idea de oponer la
totalidad de las fuerzas armadas alemanas en el ataque contra Francia, reservando una parte
de los ejércitos para la defensa de la ofensiva rusa. Este cambio, que ha sido tema de debate
para todos los especialistas en historia militar desde entonces, se considera el mayor error de
Moltke. La invasión de Francia, tal y como se llevó a cabo finalmente, fracasó al encontrar más
oposición de la esperada en la batalla del Marne (1914), que salvaguardó París y forzó a los
alemanes a fortificarse en el río Aisne, donde daría comienzo una mortífera guerra de
trincheras que caracterizaría los combates sucesivos en el Frente Occidental. La invasión de
Bélgica le valió además a Alemania una declaración de guerra por parte del Imperio británico,
garante de la independencia belga desde el nacimiento de esta en 1830. El
propio káiser Guillermo II solicitó a Moltke que abortara o modificara el plan en el último
momento, con el fin de no ganarse otro gran enemigo en la contienda, pero este se limitó a
replicar que el plan «Una vez asentado, no puede cambiarse».

Consecuencias[editar]
Irónicamente, Alemania conseguiría sus mejores resultados durante la contienda en el frente
ruso, donde destrozó al ejército del zar en la batalla de Tannenberg, contribuyendo de forma
decisiva al triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, exactamente lo contrario de lo
planeado por Schlieffen.

Batalla de Lorena
Batalla de Lorena

Frente Occidental de la Primera Guerra Mundial


Caballería pesada francesa en el camino a la batalla,París, agosto
de 1914

Fecha 14 al 25 de agosto de 1914

Lugar Lorena, Francia

Coordenadas 49°N 6°ECoordenadas:


49°N 6°E (mapa)

Beligerantes

Francia Imperio alemán

Comandantes

Auguste Dubail Konrad Krafft von


Noel de Castelnau Dellmensingen
Ferdinand Foch Ruperto de Baviera
Josias von Heeringen

Fuerzas en combate
Ejércitos I y II VI Ejército alemán
VII Ejército alemán
total: 345.000 hombres

Bajas
Desconocidas Desconocidas

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[ocultar]

 v

 d

 e
Batallas de las Fronteras
21-23 de agosto, 1914

 Mulhouse

 Lorena

 Las Ardenas

 Charleroi

 Mons

La batalla de Lorena (agosto de 1914) tuvo lugar al iniciarse las hostilidades por parte del
ejército alemán en el frente occidental durante la Primera Guerra Mundial. El
ejército francés no pudo hacer frente al avance alemán, que pretendía cumplir con los
objetivos marcados en el Plan Schlieffen. Para contrarrestar el avance alemán, el ejército
francés siguió el Plan XVII, que preveía una ofensiva francesa a través de Lorena y Alsacia,
para penetrar en la propia Alemania.

Ofensiva francesa[editar]
La ofensiva principal de Francia en el oeste, conocida como la batalla de Lorena, fue lanzada
el 14 de agosto, aunque los franceses ya habían entrado en Mulhouse (día 8) abandonándola
después.1 El objetivo del I Ejército del general Auguste Dubail era avanzar hacia Saarburg,
mientras que el II Ejército del general Edouard de Castelnau se dirigió hacia Morhange. El día
17, el XX Cuerpo de Ejército (General Foch) tomó Château-Salins, cerca de Morhange,
mientras que Saarburg fue ocupada el 18. Sin embargo, después de cuatro días de retirada
con el fin de atraer a los ejércitos franceses a territorio alemán, el VI y VII Ejércitos alemanes
bajo el mando combinado del príncipe Ruperto de Baviera lanzaron un contraataque; Ruperto
estaba a cargo de las fuerzas alemanas destinadas a batirse contra las fuerzas francesas en
el centro hasta que pudieran ser rodeadas por el ala derecha de las fuerzas alemanas. El día
20 la retaguardia alemana, equipada con ametralladoras y artillería dirigida por la aviación,1
infligió fuertes bajas en la infantería francesa, todavía con su uniforme de principios del siglo
XIX de casaca azul y pantalones rojos.

Contraofensiva alemana[editar]
El príncipe Ruperto, insatisfecho con el papel defensivo que se le asignó, solicitó a sus
superiores que le permitieran realizar una contraofensiva. El 20 de agosto, comenzó la
ofensiva y el general Noel de Castelnau ordenó a su ejército retirarse de Morhange (batalla de
Morhange). Al ver esto, el general Auguste Dubail ordenó a sus tropas abandonar Sarrebourg
(batalla de Sarrebourg); los franceses perdieron 150 cañones, cayendo 20.000 prisioneros en
manos alemanas.1 Los alemanes no se detuvieron en la frontera, sino que marcharon para
tratar de tomar Nancy. El XX Cuerpo de Ejército de Ferdinand Foch logró defender con éxito
Nancy, parando la ofensiva alemana. En el sur, Mulhouse fue reconquistado por los franceses,
pero se volvieron a retirar cuando se abandonó el Plan XVII.
La batalla se estancó en un punto muerto hasta el 24 de agosto, cuando una pequeña
ofensiva alemana se puso en marcha (batalla de la Mortagne). Los franceses habían sido
alertados previamente por aviones de exploración y las ganancias alemanas se limitaron a un
pequeño saliente. Al día siguiente, incluso ese saliente se perdió cuando los franceses
contraatacaron. La lucha continuó hasta finales de mes, momento en el que se construyeron
trincheras y se produjo un estancamiento definitivo.

Hace cien años Europa se precipitaba sin freno hacia los campos de batalla,
en lo que se conocería como La Gran Guerra.

A comienzos de agosto ya están movilizados los ejércitos de Austria-Hungría,


Rusia y Alemania.

Las tropas alemanas han invadido Bélgica, que les ha negado libre tránsito en su
camino a Francia. Esto hace a Gran Bretaña desistir de toda neutralidad.
En BBC Mundo recordamos -hasta ésta, nuestra última entrega-, los hechos ocurridos la
semana previa a los primeros combates de la Primera Guerra Mundial.

Martes, 4 de agosto de 1914


A las 11:00 el gabinete británico se reúne en Londres. Los debates son cosas del
pasado. Todos acuerdan enviar un ultimátum a Alemania para que respete la
neutralidad de Bélgica.
Cronología de los hechos que desencadenaron la guerra
 28/6 - El archiduque Francisco Fernando, heredero al trono Austro-Húngaro, en Bosnia es
asesinado.
 29/6 - Austria-Hungría culpa a Serbia por el asesinato del archiduque.
 5/7 - Alemania ofrece apoyo a su aliada Austria-Hungría ante un eventual ataque contra
Serbia y una posible reacción de Rusia, tradicional aliada de los serbios.
 19/7 - Austria-Hungría redacta un ultimátum contra Serbia. Si los serbios aceptan, estarán
entregando su soberanía como nación al Imperio Austro-Húngaro. Si no, habrá guerra.
 21/7 - Rusia le advierte a los embajadores de Austria y Alemania en Moscú que sus acciones
pueden tener serias consecuencias en Europa.
 23/7 - Ignorando a Rusia, Viena lanza su ultimátum contra Serbia.
 25/7 - Serbia acepta algunas condiciones del ultimátum pero rechaza otras. Esto significa
guerra.
 28/7 - Austria-Hungría le declara la guerra a Serbia.
 30/7 - Rusia moviliza a su ejército.
 1/8 - Alemania dirige sus tropas hacia Francia.
 2/8 - Alemania le pide libre paso para sus tropas a Bélgica pero el gobierno belga se niega.
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Todos saben lo que eso significa: Gran Bretaña ya es parte del conflicto bélico.

El plazo es la medianoche alemana, las 23:00 en Gran Bretaña.

En el Ministerio de Relaciones Exteriores, los telegramas están listos para ser


enviados a las embajadas británicas en todo el mundo con la información de que
el país está en guerra.

Los formularios están hechos desde hace años, con solo el nombre del enemigo
en blanco. Los funcionarios se pasan el día llenando el casillero con la palabra
"Alemania".
Poco después de las 19:00, el embajador británico en Berlín, Sir Edward Goschen,
se dirige a ver al canciller alemán con el ultimátum, pero ya es tarde. Las tropas
alemanas han ingresado a Bélgica.

El canciller alemán lo recibe con una arenga que dura unos 20 minutos, en la que
responsabiliza a Gran Bretaña por los terribles eventos que pueden ocurrir en el
futuro.

"Yo protesto con vehemencia. Es una cuestión de honor para Gran Bretaña
mantener su compromiso solemne de defender la neutralidad belga".

El canciller alemán les responde si Gran Bretaña ha pensado en el precio que ha


de pagar por mantener ese compromiso.

Goschen abandona el encuentro en lágrimas y redacta su informe para Londres.


Pero el telegrafista alemán, por error o intencionadamente, nunca envía su
mensaje.

Derechos de autor de la imagenGETTYImage


captionEl avance alemán sobre Bélgica provocó una ola de desplazados.

En Londres siguen sin saber que el ultimátum a Alemania no tiene sentido.

A medida que el plazo del ultimátum se acerca, las masas se reúnen en Downing
Street, sede del gobierno.

Cuando el reloj suena a la hora señalada, todos permanecen en silencio. El país


está en guerra.
Liege, primer escenario de combate
Los diarios británicos en sus redacciones preparan desde la noche el llamado para
reclutar voluntarios.

"El Imperio está a las puertas de la mayor guerra en la historia mundial. Si eres un
joven patriota responde al llamado. Inglaterra y su imperio resurgirán más fuerte y
unidos que nunca".

Los diarios alemanes preparan a esas horas otra clase de historias.

La prensa de Alemania publica atrocidades cometidas por los belgas contra los
soldados alemanes y noticias de espías rusos que estarían desplegados por todos
lados.

Pero el primer combate entre tropas y belgas tendrá lugar en pocas horas.

La fortificada ciudad de Lieja será el primer escenario de combates en el frente


occidental.

Derechos de autor de la imagenGETTYImage captionBélgica será el primer escenario serio de los


combates de la Primera Guerra.
Este material es una adaptación del programa "Day By Day" de la BBC, escrito por la
profesora Margaret MacMillan y producido especialmente para la BBC por la compañía
"Somethin' Else".

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