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TEMA 1.

EL IMPERIO DEL COLLASUYO

SINTESIS RETROSPECTIVA Qullasuyu o Collasuyo en quechua: Qulla suyu, ‘tierra


de los sabios’ aymara: Qullasuyu fue el mayor y más austral de los suyos del Imperio
incaico o Tahuantinsuyo. Junto con el Contisuyo formaban la parte del imperio
denominada Urinsaya. Se subdividía en dos partes a ambos lados del lago Titicaca,
el Urcosuyo al occidente y el Umasuyo al oriente.

Se extendía al sur de Cuzco (Perú), desde los Andes y el altiplano de Bolivia, hasta la
ribera norte del río Maule (Chile), y desde las costas del Pacífico hasta los llanos de
Santiago del Estero (Argentina).

El centro neurálgico del Collasuyo estaba situado en el altiplano andino, en torno al


lago Titicaca, una de las regiones más densamente pobladas de los Andes desde
tiempos del estado Tiahuanaco.

El nombre Qullasuyu proviene de los habitantes aymaraparlantes de una serie de


reinos independientes de la meseta del Titicaca con fuertes lazos culturales, que eran
conocidos por los incas bajo el nombre genérico de qullas (collas) debido a que el Ayllu
qulla (Reino colla), en torno a la orilla norte del Titicaca, era para los incas el más
significativo de estos reinos en la época del inicio de la gran expansión territorial del
Imperio incaico. Qulla en quechua también significa "tierra de sabios".

Los ayllus o señoríos aymaras, son habitantes originarios, que en la actualidad ocupan
gran parte del altiplano boliviano, parte del territorio sur peruano, luego del ocaso del
estado tiahuanacota y anterior a la Colonia española, (que a mediados del siglo XV)
poseían un extenso territorio. Los señoríos aymaras, con fuertes lazos culturales de
hermandad entre ellos, fueron llamados por los incas con el nombre genérico de
"qulla", cuyo significado de la lengua quechua significa "sabio" y "Qullasuyu" viene del
término quechua "Tierra de sabios".

Hacia el año 1450 fueron invadidos por las fuerzas guerreras del inca Pachacútec,
quien conquistó el altiplano después de grandes combates, aunque a pesar de la
conquista incaica, los ayllus aymaras, ante su rebeldía, lograron mantener su cultura,
tradiciones y su lengua aymara. Ellos se resistieron a la imposición de la lengua
quechua del imperio inca.

El Qullasuyu en Bolivia

En la actualidad, el nombre Qullasuyu ha sido usado por determinados movimientos


sociales indígenas originarios y campesinos de tierras altas de Bolivia, donde aglutina a
indígenas aymaras y quechuas del altiplano y valles de ese país. Estos movimientos
sociales tienen una agrupación social política denominada Consejo Nacional de Ayllus
y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ),6 que participa de manera activa en la política
boliviana como una organización independiente y sin afinidad a algún partido político
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EL IMPERIO INCAICO

Introducción
Los Incas fueron los dirigentes del imperio americano más grande. Cerca del fin del
siglo XIV, el imperio comenzó a extenderse de su región inicial en la región de Cuzco
hasta la región sur de las montañas Andinas de América del Sur. Esta terminó
brutalmente con la invasión española dirigida por Francisco Pizarro, en 1532.

En el momento de su rendición, el imperio controlaba una población estimada en 12


millones de habitantes, lo cual representaría hoy Perú, Ecuador y también una gran
parte de Chile, Bolivia y Argentina.

Los Incas llamaban a su territorio Tawantinsuyu, lo que, en quechua, el idioma inca,


significa Las Cuatro Partes. Un territorio de diversos terrenos y climas muy marcados,
que comprendía una larga banda desértica en la costa, entrecortada por ricos valles
irrigados; las altas cumbres y los profundos valles fértiles de los Andes; y las cumbres
montañosas de la selva tropical al Este. La palabra Inca designa al propio dirigente, así
como al pueblo del valle de Cuzco, la capital del imperio. A veces es usado para
designar a todos los pueblos incluidos en el Tawantinsuyu, pero esto no es correcto. La
mayoría de las decenas de reinos pequeños mantenían su identidad, aun cuando
estaban ligados política y económicamente a los Incas. El quechua fue el idioma oficial
y hablado en la mayoría de las comunidades hasta la llegada de los españoles, pero al
menos 20 dialectos locales subsistieron en varias partes del imperio.

En memoria de ellos, los que fueron, probablemente, los primeros socialistas en el


mundo hemos hecho este trabajo de investigación: para recopilar gran parte de la
cultura inca, que ha venido cayendo en el olvido a lo largo de los años por diversas
razones, ajenas al patriotismo y conocimiento que se debería de tener.

ANTECEDENTES

Fue el más grande y antiguo imperio desarrollado en el continente americano. Tuvo


como sede imperial la ciudad del Cusco. Data del año 1.200 dc. La palabra
Tahuantinsuyo proviene de un nombre compuesto por dos vocablos quechuas: Tawa,
que significa cuatro, y Suyo, que quiere decir Estado.

El área territorial del imperio fue vastísima. Ocupó más de 3.000.000 de km, teniendo
más de 5.000 km (3.107 millas) de costa sobre el océano Pacífico, lo que representa,
hoy, el doble del territorio peruano.

Los cuatro suyos o naciones tenían como centro geográfico y político al Cusco, y
estaban repartidos al noroeste por el Chinchaysuyo, que va hasta el río Ancashmayo
en Pasto (Colombia); al noreste se ubicaba el Antisuyo, en los valles subtropicales,
ocupando parte de la selva baja amazónica; al sudoeste el Contisuyo ocupaba parte de
la costa peruana hasta el río Maule (Chile); y al sudeste el Collasuyo, que hoy ocupa
gran parte de territorio boliviano hasta Tucumán (Argentina).

Todas las tierras pertenecían al Sol, al Inca y al Estado. Estas eran distribuidas de tal
forma que cada habitante tenía una parcela de tierra fecunda que trabajar. Los varones
recibían al nacer un topo o tupu (2.700 m; 0,27 Ha, 0,67 acres), mientras que las
mujeres
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medio topo. No podían venderlas ni heredarlas, ya que no eran otorgadas en


propiedad, sino que pertenecían al Estado; por ello, cuando una persona moría sus
tierras eran destinadas a un nuevo habitante.
ORÍGENES

Una sensación sobrecogedora invade siempre al visitante cuando llega al Cusco. Ello
se debe no solo a su paisaje maravilloso, que conjuga un cielo increíblemente azul con
nubes blanquísimas y cerros imponentes, sino sobre todo a su historia. A través de sus
intrincadas callejuelas o en su imponente plaza de armas es imposible no escuchar
todo lo que esta ciudad nos quiere decir. Pocos lugares en el Perú han tenido una vida
más intensa. Esta fue la capital sagrada de los Incas y El Dorado de los
conquistadores, centro del barroco sudamericano y escenario de la Gran Rebelión en
contra del conquistador. No en vano es el tesoro más preciado del Perú.

EL PERÍODO PREINCAICO

Prácticamente todos los asentamientos incas y preíncas del Cusco están situados
entre los 3.000 y 3.200 msnm. A diferencia de la mayoría de los sitios arqueológicos
que pertenecieron al Formativo (1500 a.C. - 0), el valle del Cusco no registra
influencias de la cultura norteña Chavín. Entre los sitios más antiguos del Cusco se
encuentra Marcavalle (1000 a.C. a 700 a.C.). A esta le sucedió Chanapata, cultura que
se remonta al 700 a.C. La cultura Chanapata se extendió por todo el valle del Cusco y
sus pobladores alcanzaron un mayor grado de civilización, pues desarrollaron la
agricultura y crianza de animales domésticos.

Los Huari

Hacia el año 750 d.C. aparecieron en el valle los Huari, y con ellos llegó una cultura
más desarrollada. En el complejo diseño de sus centros urbanos se advierte la
existencia de una sociedad con jerarquías, una religión establecida, planificación,
redes de intercambio y el control de una gran población que puede ser movilizada para
ejecutar obras de envergadura. Los huari poseen la fama de ser los grandes
urbanistas del antiguo Perú. Uno de los mejores ejemplos de la influencia huari en el
valle del Cusco es Piquillacta, que en quechua significa "ciudad pulguienta". Como
sostienen muchos arqueólogos, la importancia de Piquillacta, además de la perfección
del trazo y del sistema de organización que presupone, radica sobre todo en que fue
tomada como patrón urbano por los incas.

Creación del Imperio Inca o Tahuantinsuyo

Pocos lugares en el Perú tienen un aura mágica semejante a la del Cusco incaico. Aun
hoy, al recorrer sus calles y divisar esas piedras misteriosamente unidas, sentimos la
necesidad de guardar una actitud reverente. Es imposible no percibir el carácter
sagrado que tuvo esta ciudad en tiempos de los incas.
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Según las leyendas y las crónicas, los incas fueron trece: Manco Cápac, Sinchi Roca,
Lloque Yupanqui, Mayta Cápac, Cápac Yupanqui, Inca Roca, Yáhuar Huaca,
Huiracocha, Pachacútec, Túpac Yupanqui, Huayna Cápac, Huáscar y Atahualpa.
Aparecieron dominando el valle hacia el año 1200 dc y constituyeron el Imperio Inca o
Tahuantinsuyo en menos de un siglo. Los españoles describieron a los incas como
"Hijos del Sol". Para los habitantes del Imperio Inca o Tahuantinsuyo se trataba de
seres divinos que tenían la capacidad de sacralizar todo aquello que los rodeaba.

Cuesta imaginar que los incas hayan logrado organizar el Imperio Inca o
Tahuantinsuyo en menos de un siglo. Según cuentan las crónicas, el gran organizador
del estado imperial incaico fue el inca Pachacútec, quien decidió expandir sus
territorios venciendo a los Chancas. Algunos dudan de que aquel pueblo haya existido
y sostienen que el nombre Chanca podría simbolizar más bien a grupos étnicos
fronterizos. Lo cierto es que las conquistas comenzaron a partir del año 1430 dc y el
Imperio Inca o Tahuantinsuyo se extendió hasta los límites más arriba mencionados.

LA FORMACIÓN SOCIAL INCA

La sociedad Inca se caracterizaba por marcadas jerarquías, que colocaban en la


cabeza el poder absoluto del Inca; seguido por la nobleza, también llamada orejones,
título que les fue adjudicado por los españoles, dada la deformación de sus lóbulos,
originada por llevar pesados ornamentos que los diferenciaban de los demás.

Siguiendo la escala social del imperio, estaban los runas o mitimaes, considerados
como gente vulgar, es decir, eran el común de los habitantes del imperio, quienes
también tenían tareas obligatorias en las mitas. Finalmente, estaban los yanaconas o
yanakunas, que eran los sirvientes de la casa.

Sabemos que el pueblo inca fue estrictamente conquistador. Sus conquistados


resultaron unificados no solo bajo una autoridad, sino en una cultura, que dio un cuerpo
religioso y conceptual cuya expresión fue la introducción de ritos y costumbres propias
del imperio Inca. Para ello, utilizaron diversos mecanismos para conciliar la disparidad
cultural. El primero fue la implantación del Runa Simi o quechua como el idioma oficial
a lo largo del territorio.

Como segundo paso, establecieron una organización social basada en principios


morales de obediencia y modelación de la convivencia. Estos tres principios, que
resumían cómo debía vivir un habitante del imperio, fueron las leyes básicas del
Imperio Inca o Tahuantinsuyo Ama Súa (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas
mentiroso) y Ama Kella (no seas perezoso).

Nadie puede discutir la espectacular organización inca, no solo por el manejo del
inmenso territorio, sino además por el éxito de la conducta paternalista de la nobleza
inca. Pese a que la autoridad en el imperio era unipersonal, es decir, comparable a
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una monarquía europea de aquellas épocas, la población del imperio nunca pasó
hambrunas ni privaciones.

Este equilibrio social actualmente es conceptuado por los estudiosos extranjeros


básicamente desde dos enfoques: a partir de un entendimiento de clases o castas
sociales a la usanza del medioevo europeo, se lo entiende como un sistema
esclavizador o como social-imperialista estudiado a partir de los runas, es decir, desde
el entendimiento de las estructuras sociales que impusieron. Por lo mencionado, el
Imperio Inca o Tahuantinsuyo merece un título especial entre las sociedades de mayor
desarrollo, considerando tanto sus actividades productivas y artísticas, como su
planificación social y política, además de su concepción religiosa que propugnaba un
equilibrio pleno entre las actividades del ser humano y la naturaleza o el medio
ambiente. Y, finalmente, por su sapiencia en incorporar a su cultura y conocimientos
todo aquello que era sobresaliente en sus conquistados.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Fue la región andina, debido a la presencia de la cordillera de los Andes, se caracteriza


por la diversidad de su ecología: costas desérticas, parajes tropicales, altiplanos secos
y fríos que a simple vista parecen uno de los ambientes menos propicios para la vida
del hombre. Sin embargo, los hombres que la habitaron han demostrado a lo largo de
muchos siglos, ser capaces no sólo de sobrevivir en tales circunstancias, sino también
de dominar el medio geográfico y de crear una serie de civilizaciones florecientes. La
más famosa de ellas fue el imperio incaico, que ocupó un vasto territorio de América
del Sur, que comprende los actuales o partes de los territorios de las Repúblicas de
Perú, Ecuador, occidente de Bolivia, norte de Argentina, norte de Chile y el extremo
suroccidental de Colombia en la frontera.

Los cronistas afirmaron que el imperio incaico estuvo dividido en cuatro distritos
conocidos como suyos (del quechua suyu): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y
Contisuyo. El centro de esta división era el propio Cuzco. Se ha atribuido al inca
Pachacútec la creación de este sistema de organización del territorio; sin embargo,
sabemos que se trataba de una práctica que antecedió al gobierno de este gran
reformador. Antes de consolidarse el dominio incaico en el Cuzco, el espacio en torno
de esta ciudad estuvo también dividido en cuatro partes. Las divisiones entonces
correspondían a los territorios de los señoríos del área. Cuando Manco Cápac y sus
clanes se establecieron en la zona, crearon los cuatro suyus incaicos a partir de esta
división.

Un tema que aún es motivo de discusión entre los investigadores es aquel de la


extensión y los límites de cada suyu. Como hemos visto, la expansión incaica se inició
con Pachacútec, quién conquistó los curacazgos del área cercana al Cuzco: los soras,
lucanas y tambos. Otros líderes militares como su hermano Cápac Yupanqui, y
posteriormente Túpac Yupanqui y Amaru Túpac, continuaron las conquistas, mientras
Pachacútec permanecía en el Cuzco. Por ejemplo, Cápac Yupanqui habría reconocido
y visitado en la costa los valles de Chincha y Pisco, mientras que en la sierra central
llegaría hasta Jauja. Túpac Inca continuó la conquista del Chinchaysuyu hasta la región
de los cañaris (Tumibamba); mientras que Amaru Túpac y otros líderes militares
conquistaron el Collasuyu hasta Chincha y el Contisuyo hasta Arequipa. Sin embargo,
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aún no sabemos si la franja costera entre Ica y Tarapacá fue conquistada en esta
época o después, luego de que Túpac Yupanqui asumiera el mando supremo del
Estado incaico. Por otro lado durante los tiempos de Túpac Yupanqui la frontera norte
se estableció cerca de Quito; mientras que la frontera sur se fijó en el río Maule, 260
km al sur de Santiago de Chile. Durante el gobierno de Huayna Cápac se conquistaron
nuevas regiones en el Ecuador y el sur de Colombia (Pasto). Estos son en general los
límites conocidos del imperio. El punto menos preciso es el relativo a la región
amazónica, donde es difícil precisar los alcances que tuvieron las incursiones incas.
LOS INCAS EN BOLIVIA

En el territorio de Bolivia, luego de que en torno al 1100 a.C. Tiwanaku desapareció, se


produjo una lucha entre los diferentes grupos que habitaban la región: aimaras, collas,
lupacas y pacajes. Los aimaras establecen un dominio que abarca Arequipa y Puno en
el Perú, La Paz y Oruro, que perduró hasta que, en 1438, el Inca Pachacútec derrotó al
último soberano colla, Chunqui Cápac, incorporando el altiplano boliviano al imperio
incaico, como parte de la provincia del Collasuyo, e imponiendo el quechua como
lengua oficial, aunque el aimara se continuó hablando regularmente. Además, el
imperio incaico adoptó los estilos arquitectónicos tiwanakotas y otros conocimientos.
Posteriormente el Inca Huayna Cápac mandó levantar fortalezas en la frontera oriental
para detener el avance de los chiriguanos.

Según una leyenda, los fundadores del imperio incaico, Manco Cápac y Mama Ocllo
nacieron de la espuma del lago Titicaca en la Isla del Sol), entre Perú y Bolivia.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA

El imperio de los Incas fue desde el punto de vista político, una monarquía absolutista y
teocrática. El poder estaba centralizado en el Inca a quien se le consideraba de origen
divino. El derecho de gobernar se tenía por herencia. De esta manera el esquema de la
organización política fue así.

El gran elemento de unificación fue la lengua, todos los pueblos conquistados tenían
que aprender y practicar el quechua o Runa Simi porque era la lengua oficial del
Tahuantinsuyo, Para ello los incas enviaban a profesores que enseñaban y vigilaban la
práctica del quechua.

Otro elemento de unificación fue la religión. Obligatoriamente todos los pueblos rendían
culto al dios Sol, sin que por ello dejaran de adorar a sus propios dioses.

EL INCA

Era el soberano del Tahuantinsuyo que reunía en su persona tanto el poder político
como el religioso era llamado Sapainca. Su poder no tenía restricciones, sus órdenes
se cumplían con la mayor celeridad sin que nadie las objetara, pese a este
absolutismo la mayoría de los Incas gobernaron en beneficio popular aplicando los
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principios de reciprocidad y redistribución características de la sociedad incaica. El inca


residía en Cusco en una palacio construido especialmente para ser habitado por él, ya
que el cusco era la cuna de los incas se convirtió en capital incaica y desde allí
gobernó ayudado por los muchos funcionarios incaicos que viajaban de norte a sur del
imperio enviándole información al inca para una buena administración ,esta
administración fue eficiente gracias a los mensajeros andinos "Los chasquis" era unos
verdaderos maratonistas eran educados desde niños para ser los mejores atletas del
imperio y así ayudar a su administración

Aunque según estudios recientes de María Rostworowski existía una dualidad en el


mundo andino. Ya que el imperio incaico se encontraba en un mundo nuevo, y no
podía ser regido por normas Europas como quisieron hacerlo los cronistas españoles.
La dualidad andina se entiende como la imagen de alguien reflejada en un espejo, la
oposición, la parte contraria, pero a la vez complementaria del individuo (que en
principio es varón o masculino). A partir de ella es que surgen la tripartición y
cuatripartición en el aspecto político, religioso y geográfico.

En el aspecto político, la dualidad se percibe en el concepto de diarquía. Ello se


distingue por ejemplo en el mito fundacional de los hermanos hallar (mitad varones y
mitad mujeres) y son dos los hermanos que llegan al Cusco – Ayar Auca y Ayar Manco
con las dos esposas que lleva Manco – Mama Huaco como arquetipo de mujer libre y
guerrera y Mama Ocllo, la mujer hogareña. Se manifiesta también en la división del
Cusco en Hanan y Hurin (según los cronistas el Cusco estaba dividido por ceques o
líneas rituales en cuatro grandes parcialidades. Respecto al gobierno, se sabe que eran
dos los incas que dirigían el Cusco: el Sapa Inca o jefe hanan y El Willac Umu Inca o
jefe del hurin.

3. EL AUQUI

Es el título que poseía el príncipe heredero en el Imperio Incaico o Tahuantinsuyo. De


manera genérica, se denominaban auquis a todos los hijos varones del Inca; sin
embargo, el título específico recaía en uno solo de ellos, cuya elección se basaba en
criterios distintos a los del mundo oriental (se tomaba más en cuenta su capacidad,
antes que su calidad de primogénito o de hijo legítimo). Por extensión, se denominan
auquis a los espíritus que rodean al Apu o supremo protector de una comunidad, todos
los cuales habitan en las montañas, de acuerdo a la mitología inca.

Atribuciones

Era hijo del Inca y de la Coya (esposa principal), aunque no siempre el hijo mayor, sino
el que demostraba más capacidad, tanto en las funciones de gobierno como en el arte
de la guerra. La elección podía recaer también en uno de los hijos del Inca tenido en
alguna de sus esposas secundarias, para lo cual se realizaba una ceremonia de
legitimación, durante la cual la Coya sentaba en su regazo al príncipe y le acomodaba
los cabellos, convirtiéndolo así en su hijo adoptivo.
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Como príncipe heredero, ocupaba el primer lugar de una Panaca y en algunos casos
participó en el co-reinado del Tahuantinsuyo junto a su padre. Como símbolo de recibir
esta función de corregente, se le ceñía una borla amarilla. Ello servía no solo para
entrenarlo en las cuestiones de Estado, sino también para consolidar sus derechos de
ser reconocido como Inca a la muerte de su padre, ya que se ponía en evidencia sus
virtudes y defectos. Es el caso del inca Viracocha y de su hijo Urco, y el del inca
Pachacútec con sus hijos Amaru y Túpac Yupanqui. Urco, por ejemplo, demostró
cobardía al huir de la invasión chanca y fue desplazado por su hermano Pachacútec;
Amaru no llegó a reinar por su debilidad de carácter, dejando la posta a su hermano
menor Túpac Yupanqui.

Túpac Yupanqui fue precisamente el primer Auqui que ejerció de corregente y asumió
como Inca tras la muerte de su padre (época imperial)

Los hermanos del Auqui que no llegaban a ser incas, se les llamaba Pihui Churi.
Solo tras concluir las exequias del difunto Inca, el Auqui recién podía ceñir la
mascapaicha roja, insignia del poder imperial, convirtiéndose así en el nuevo Inca.

EL CURACA

El curaca era el jefe político y administrativo del ayllu. Después de la invasión del Perú
por parte de Francisco Pizarro y sus compañeros, los hispanohablantes le empezaron
a conocerle con la voz taína de cacique, que denota autoridad. «Curaca» deriva de la
voz quechua kuraq (el de mayor edad/ hijo primogénito) que significa el primero o el
mayor entre todos los de su colectividad natalicia.

Originariamente debió ser el más anciano, sabio y gobernaba de manera paternalista;


pero como su autoridad la podía heredar a un hijo que denotaba especial capacidad, es
obvio que el criterio de la edad no fue siempre seguido. Los incas, a su vez, nombraron
curacas para reemplazar a los que hubiesen demostrado resistencia tenaz contra su
dominación. Entre sus funciones se hallaban:

Reparto de topos o lotes de tierras agrícolas.

Protección de los pobres o huacchas.

Labores de mantenimiento de la red hidráulica (limpieza y reparación de canales de


riego).

Resguardo de los linderos de la comunidad.

Organización de la minka o trabajo comunal.

Redistribución de los excedentes almacenados en pirguas o collcas.

Debido a su autoridad, tenían derecho a poseer tierras y ganado de carácter privado, y


acceso a pastos de la comunidad. Disponía del trabajo de mitayos, cuyo servicio lo
canalizaba en su propio beneficio. El curaca, por lo tanto, podía exigir prestaciones
personales, pero no se apropiaba de bienes en especie, salvo de los
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mercaderes. Asimismo, vivía en una casa amplia con servidumbre de ambos sexos.
Tenía varias esposas, provenientes de su mismo ayllu o de pueblos vecinos, y a veces
incluso, cedidas como favor especial, por el propio Sapa Inca.

El curaca, sin embargo, no actuaba solo, compartía su poder con un yanapaque o


segunda persona, como lo conocieron los españoles. Éste generalmente era un
pariente cercano, o usualmente su hermano, quien lo reemplazaba cuando se
enfermaba, envejecía, estaba incapacitado físicamente o se ausentaba. El símbolo
supremo de su autoridad era la tiana (quechua: tiyana, 'asiento') o dúho, un asiento de
madera, piedra o metal, de apenas 20 cm de altura aproximadamente, objeto del cual
tomaban posesión el día de su asunción al mando.

CONCLUSION:

La sociedad Inca, fue y rígida. Existieron grandes diferencias entre las clases sociales,
siendo estas diferencias respetadas por todos los habitantes del Imperio. Las clases
jerarquizadas formaban una pirámide donde el Inca, con todo el poder, se encontraba
en la cúspide, mientras que el pueblo, que era la gran mayoría, constituía su base
social.

El Inca o Sapa Inca era el supremo emperador del Tahuantinsuyo; los cronistas
cuentan que también era llamado Intipchurin, es decir "hijo del Sol". La capac cuna o
lista oficial de gobernantes incas está conformada por 13 soberanos, desde la
fundación del Cusco (1250) hasta la captura de Atahualpa (1532).

A decir del etnohistoriador Waldemar Espinoza, la palabra Inca proviene del puquina
"Enca" que significa principio generador de vida o modelo original de todas las cosas.
"Sapan" es palabra quechua que significa grande. Entonces el Sapa Inca se traduce
como "el gran principio vital" de todo lo existente en el mundo. El cronista Huamán
Poma de Ayala señala que también se le llamaba Capac Apu Inca, que significa
"poderoso señor que origina las cosas".

En efecto, el Sapa Inca era objeto de culto, pues oficiaba de intermediario entre el
Hanan Pacha -el mundo de los dioses- y el Kay Pacha –el mundo de los hombres. Los
cronistas coinciden en mencionar que conversaba y negociaba favores con los huacas
o dioses del cosmos andino. De igual forma, se sabe que participaba en las principales
fiestas y ritos religiosas del Cusco como el Inti Raymi en junio y el Cápac Raymi, en
diciembre.

Los primeros cinco gobernantes vivieron en el Inticancha o templo del Sol, pero desde
Inca Roca en adelante cada Sapa Inca se mandó construir hermosos palacios de
piedras finamente talladas. Gozaba del boato, banquetes e incomparable poder. Usaba
ropas muy finas bordadas de tokapus por expertas acllas, conocidas como "las
doncellas del Sol". Sus principales símbolos de autoridad eran la mascaypacha o borla
imperial y el sunturpaucar o cetro emplumado. Se sentaba en un ushno o trono de oro,
llevaba el cabello muy corto, usaba las tulumpis que eran discos de oro colgados en
cada oreja.

Solo hablaba con nobles o personas de alto rango político y social. Y los que accedían
a él debían acercarse descalzos y con una carga en la espalda, sin mirarlo de frente
jamás.
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Al trasladarse era llevado en andas de oro cargado solo por expertos de las etnias
soras, lucanas y parinacochas del actual departamento de Ayacucho.

El Sapa Inca podía tener varias esposas. Pero solo una ostentaba el rango de coya, la
mujer principal. Podía elegir de coya a una de sus hermanas, pero algunos como
Sinchi Roca y Pachacútec contrajeron matrimonio con hijas de reinos cercanos del
Cusco por motivos de alianza política permanente. También se casaban con mujeres
de las panacas o ayllus reales y con princesas de otras etnias, estableciendo
relaciones de parentesco y reciprocidad con todos los reinos y señoríos anexados al
Imperio.

Especialmente en la etapa imperial, el Sapa Inca ejercía un gobierno muy centralista y,


según muchos cronistas, de carácter absoluto. Los suyuyuc, tocricuts y tucuy ricocs
dependían directamente de sus designios. Además era el centro ordenador de las
reciprocidades y director supremo de la redistribución en el mundo andino. Sobretodo
controlaba la repartición de los bienes de más alto valor y prestigio: acllas o doncellas,
yanaconas o siervos, ropa de lana de vicuña, maíz, coca y adornos de mullu (conchas
del Ecuador).

CONQUISTA Y COLONIAJE

ANTECEDENTES HISTORICOS

Los antecedentes históricos son una parte importante para presentar lo que fueron las
rebeliones indígenas dentro de un marco de cambios en las estructuras sociales y
económicas con respecto al Incanato.. El Imperio Inca habia comenzado 60 a 70 años
antes de la llegada de los españoles. Tenían una organización que sobrepasaba muchas
veces la imaginación de algunos historiadores y estudiosos. El Imperio privilegiaba su
sistema religioso, siendo la base de su cultura y sociedad. Muchos elementos que la
conformaban existían en función de sus creencias y mitos.
Al momento de la llegada de los españoles, el Tiahuantinsuyu vivía una guerra civil por
el poder entre los hermanos Atahualpa y Huáscar, ambos hijos del Inka Huayna Capac,
siendo vencedor el primero Pizarro al llegar al Peru fue visto por los partidarios de
Huascar como un libertador, obteniendo de estos una gran masa de indios subyugados
que deseaban soltarse de la dominación inca (Wachtel, 29). Pronto esta idea ha de
disiparse cuando vieron la enorme codicia que traían los españoles.
Luego del encuentro que sostuvo Pizarro con el Inka Atahualpa en Cajamarca, este fué
apresado para así poder cobrar un rescate que correspondía "a un cuarto lleno de oro y
otros dos de plata en el plazo de un bimestre" (Op.cit,33).Cuando consiguió el botín,
rompió el pacto y ordenó la ejecución de Atahualpa por el delito de "preparar un ataque
general en contra de los españoles"(op.cit, 33). Así el ultimo Inka murió siendo
reemplazado por el príncipe Manco Capac, también hijo de Huayna Capac. Pronto se
dió cuenta de que su poder como Inca no era respetado por los españoles que a la vez
"se burlaban de su autoridad y hasta llegaron a vejarlo" (Valcarcel, 36). Por lo que
formó un ejército y se rebeló contra los españoles sitiando la ciudad de Cuzco durante
18 meses.
Luego se retiró a la provincia de Vilcabamba hasta el año 1572 en que murió a manos de
españoles refugiados.
Como se ve el Peru comenzaba a sufrir una desintegracion general de su cultura como
resultado del choque aculturativo de la invasion española, a traves de la implantacion de
estructuras sociales que se yuxtapusieron en reemplazo de las antiguas redes sociales que
poseia el Imperio Inka. Comenzo por una serie de cambios en los sistemas economicos,
como la eliminacion de la redistribucion estatal que caracterizaba el mundo inka, la
implantacion de la moneda, sirviendo como pago de tributo (muchas veces excesivo); a
la vez se exige el comienzo del trabajo explotador en las minas de plata y de oro
(Potosi). Se incluye en gran medida tambien los movimientos de migracion entre las
poblaciones que comienzaron a abandonar innumerables territorios (como es el caso de
los mitimaes, para volver a sus pueblos natales), dejandolos como tierra de nadie que la
Corona confisco (Wachtel, 317), para para luego venderlos a los mismos españoles. La
implantacion de encomiendasfue tambien uno de los elementos que produjo daño en las
poblaciones indigenas ya que a traves de la percepcion de un tributo "podian desvirtuar
este sistema y despojar a los indios" (Op.cit, 157).
El proceso de evangelizacion fue otro antecedente que conducia al desestructuramiento
de la cultura y sociedad india, porque cuando murio el Inca tambien el orden del
universo cosmogonico desaparecio, ocurrió lo que Wachtel llamo "la muerte de los
dioses"(Op,cit, 37). Esta ademas el intento de los misioneros de convertir a los andinos,
porconsiderar que la religion de los indios es una "obra del demonio"(Op,cit, 209).
Primero parten por destruir sus huacas, lo que conlleva a practicar sus cultos en forma
escondida, mostrando una faceta a los sacerdotes catolicos de sumision y conversion.
Un elemento que influyo en la desconfianza de los indios a la Iglesia fue que esta era "la
mayor asociada en la explotacion colonial" (Ribeiro, 1985: 149). Tambien indica que
los sacerdotes aprovechaban su influencia para cobrar tributosa los indios para la
construccion de sus templos; y se implantaba la Inquisicion como metodo para prevenir
los cultos idolatricos ya que sobre todos pendia "la amenaza de un juicio por herejia"
(Op,cit, 149).

LA CONQUISTA

A principio del siglo XVI, cuando solo las islas del caribe pertenecían a España, se
organizaron desde allí las expediciones de conquista. Fueron iniciativa de personas
particulares financiadas por comerciantes y banqueros. Los conquistadores debían
obtener la autorización de los reyes para reclutar un ejército y conquistar un territorio
determinado.
Los reyes legitimaban jurídicamente y reglamentaban la conquista y explotación de los
territorios y de los pueblos.
Pero a fines del siglo XV la Corona de Castilla aprueba el proyecto colombino de
navegación del Océano Atlántico hacia el Occidente como parte de la expansión en que
se encontraba empeñada España y que incluía la búsqueda de oro y especies y de una
ruta hacia las Indias Orientales. Las primeras tierras descubiertas fueron las de las
Antillas y confundidas por Colón con tierras asiáticas. A pesar de esta confusión
geográfica que se mantuvo hasta la primera década del siglo XVI, las Antillas fueron
integradas como parte de los territorios que constituían el área de explotación europea
de fines del siglo XV.
El sometimiento de la población aborigen de la región del caribe se inicio en 1493 y se
prolongo hasta 1520. Marcó los países que comprenden las antillas mayores y las costas
del ismo de Panamá.
La primera fundación en las Antillas fue la ciudad de Santo Domingo, que se convirtió
en el núcleo de la primitiva ocupación española de América organizándose como
factoría comercial bajo la administración colombina. Conflictos originados por la lucha
de intereses privados y estatales promovieron el reemplazo de Colón y la
transformación de la factoría en colonia bajo la administración posterior. La experiencia
de colonización en Santo Domingo, del mismo modo que la realizada anteriormente por
España a mediados del siglo XV en las Canarias, resultó el primer ensayo de conquista
y colonización española en América. Allí surgieron los puntos de partida de la
administración colonial (cabildos, audiencias) que más tarde serían trasladadas al
continente.

OBJETIVOS DE LA CONQUISTA
Las conquistas y el colonialismo permitieron desarrollar al imperialismo La Segunda
Internacional (III): La Socialdemocracia frente a la Guerra 25 JUL 2013 | El movimiento
obrero a través de su historia se ha organizado internacionalmente para enfrentar a los
capitalistas y luchar por una sociedad libre de explotación y opresión poniendo en pie
cuatro Internacionales. En esta sección de La Verdad Obrera presentamos una serie de
artículos sobre esta historia, con sus debates, sus luchas y sus lecciones. Esta sexta
entrega trata sobre los distintos momentos que van desde la revolución de 1905 hasta el
estallido de la Primera Guerra Mundial y cuáles fueron los principales debates que
atravesaron a la Segunda Internacional. | 0 comentarios
En esta entrega veremos cómo la expansión del capitalismo imperialista provocó el
reparto del mundo entre los grandes monopolios y potencias capitalistas y tuvo como
consecuencia una nueva relación entre naciones opresoras y oprimidas. Entre estas
últimas están las colonias, países que no tienen independencia política ni económica, o
las semicolonias, Estados que son formalmente independientes, pero que están
subordinados política y militarmente a las potencias y sufren la dominación económica
por su dependencia del capital financiero extranjero.
La burguesía imperialista y sus agentes dividen a la clase obrera
Luego de la derrota de la revolución de 1905, comienza un período de reflujo político,
no sólo en Rusia sino en toda Europa. En Inglaterra, el Partido Laborista volvió a tener
una estrecha colaboración con el Partido Liberal, un partido burgués; en Francia, los
sindicalistas pasaron a tener posiciones reformistas; en Alemania el ala centro de la
socialdemocracia giró hacia la derecha y el ala de derecha levantó cabeza.
En los países imperialistas se venían ganando posiciones, dando una idea de desarrollo
continuo del capitalismo. Los salarios mejoraron, se conquistaron leyes de protección
laboral y la miseria disminuía aunque no desaparecía. A su vez, los partidos socialistas
aumentaban los votos en cada elección y ganaban bancas en los parlamentos. Sin
embargo, lejos de un desarrollo pacífico, las contradicciones aumentaban en vez de
atenuarse: era el umbral de una era de guerras imperialistas, guerras civiles y
revoluciones sociales.
Como vimos en la nota anterior, el capitalismo en esta etapa está caracterizado por su
carácter parasitario. Lenin explica, que la exportación de capitales da cuantiosas
ganancias, que permite a las burguesías de los países imperialistas corromper a los
dirigentes obreros y a la capa superior de la “aristocracia obrera”, de maneras directas e
indirectas, dividiendo al proletariado. Esta era una capa de obreros aburguesados, por su
manera de vivir y por su mentalidad, que comenzó a ser el apoyo principal de la
Internacional; verdaderos agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero,
portadores del reformismo y del nacionalismo. Un sector importante de dirigentes de los
partidos obreros y de los sindicatos de los países imperialistas comenzó a representar,
solamente, los intereses de esta capa privilegiada; convirtiéndose en una burocracia
dentro de estas organizaciones. Estas son las raíces materiales que explican por qué
ganó tanto peso el revisionismo en la teoría y el reformismo en la práctica,
produciéndose un quiebre con el legado del marxismo en gran parte de los integrantes
de la Internacional. Estos dirigentes, que tenían una vida tranquila y pacífica,
conciliaron con las burguesías de sus países, se volvieron socios menores del
imperialismo de sus naciones, y fueron cada vez más indiferentes a lo que sucediera con
los trabajadores de las colonias. Por ejemplo, los sindicalistas, que eran la tendencia de
derecha de la Internacional, como los dirigidos por Eduard David, en Alemania,
permanecieron pasivos frente a la esclavitud en las colonias, o a lo sumo argumentaban
que, “como las colonias eran inevitables en el capitalismo”, tan sólo se debía luchar por
mejorar las condiciones de vida de los pueblos en dichos países.
Intervención parlamentaria y la acción directa en la estrategia revolucionaria Esas eran
las presiones materiales que sufrían los partidos de la Internacional. La tendencia de
centro- la corriente que oscilaba entre posiciones revolucionarias y posiciones
reformistas- en este momento se inclinaba hacia la derecha: Kautsky y Bebel, sus
principales dirigentes, quienes habían acompañado al ala izquierda en las conclusiones
de 1905 y en la idea de que ese era el futuro de la revolución europea, terminaron
fortaleciendo una estrategia reformista, que consistía en presionar a los gobiernos
capitalistas para obtener
concesiones, y la lucha para destruir el orden existente quedaba sólo para los discursos.
En tanto el ala izquierda, encabezada por Luxemburgo, Liebknecht, Lenin y Trotsky,
enfrentaba a estas tendencias desde una estrategia revolucionaria.

En este contexto la discusión sobre la huelga general se convirtió en una lucha de


estrategias en el partido más grande de la Internacional. En 1910 se desarrolló, en
Alemania, un movimiento por la obtención del sufragio universal, habrá asambleas de
decenas de miles de trabajadores. Las manifestaciones eran de masas, como en Berlín
que llegan a movilizar a 200 mil personas. Pero la socialdemocracia estaba incómoda,
ya que su “objetivo” prioritario eran las elecciones de 1912. Por eso la orientación
oficial del partido fue aplacar el movimiento. Lo que parecía una discusión de una
nueva táctica, se transformó en un debate general sobre la estrategia de la nueva época
que comenzaba, entre una perspectiva evolutiva y electoralista, y una estrategia
revolucionaria basada en la lucha de clases.
Rosa Luxemburgo planteaba adoptar la huelga general para conseguir la
democratización del sistema electoral. Kautsky, su principal oponente, le contraponía la
necesidad del proletariado de apostar a desgastar a la burguesía para ir obteniendo las
demandas, y no correr el riesgo que implicaba la huelga de masas. La estrategia de
“desgaste” de Kautsky se explicaba en las sucesivas campañas electorales que según él
debían dar al partido una mayoría en el parlamento. Rosa lo enfrentó contundentemente:
“Como el camarada Kautsky opone la huelga de masas así concebida [con una
contraposición artificial] con nuestra vieja y probada táctica del parlamentarismo, en
realidad lo único que hace es recomendar por ahora y para la situación actual nada más
que parlamentarismo […] En los hechos, el camarada Kautsky –este es el pilar
fundamental de la estrategia de desgaste- nos remite con insistencia a las próximas
elecciones para el Reichstag (Parlamento)”.
Para Rosa, la Rusia que había desarrollado, en 1905, la huelga general y los soviets
como el organismo más democrático, mostraban el camino. Si se tenía en cuenta el
carácter de la huelga de masas combativa en ese país, y el rol del proletariado, no se
podía entonces separar el elemento económico del político, contra los esquemas teóricos
que los diferenciaban.
La revolución había mostrado que la huelga general política unificaba en la acción a las
masas y se superaba los límites corporativos de los sindicatos. La huelga general, si bien
no resolvía el problema de quién tenía el poder, para lo cual era necesaria la
insurrección, era una poderosa herramienta de lucha del proletariado. La discusión sobre
la huelga general y el papel de la acción directa en la estrategia del proletariado, no se
limitará a Alemania sino que será una de las discusiones fundamentales que van a
atravesar al conjunto de la Internacional, a la hora de definir los medios que estaría
llamado a utilizar el proletariado para detener la guerra interimperialista que las
burguesías estaban preparando.

La Guerra Mundial y la debacle de la Segunda Internacional


Como Lenin lo había planteado, el capitalismo en su etapa imperialista se encontraba en
su fase de decadencia. El mundo estaba dividido entre unas pocas potencias
imperialistas que competían de forma cada vez más violenta, aumentando la tendencia
hacia una gran guerra interimperialista. En julio de 1914 comienza la Primera Guerra
Mundial.
La discusión sobre la guerra, y cuál debía ser la actitud de los revolucionarios frente a
ella, había atravesado los distintos Congresos desde la fundación de la Segunda
Internacional. Luxemburgo había planteado que los socialistas debían luchar contra el
militarismo y el colonialismo, se opuso a los presupuestos militares y organizó
movilizaciones contra la
guerra. El Congreso de Amsterdam en 1904 estuvo atravesado por el debate con los
revisionistas, quienes veían la posibilidad de un camino pacífico hacia el socialismo
mediante reformas. La revolución de 1905, desencadenada por la guerra ruso-japonesa,
había planteado la relación entre guerra y revolución en la nueva época. En el Congreso
de Stuttgart de 1907, la discusión de la guerra y el colonialismo fue central, por las
crecientes tensiones entre los países imperialistas. El ala izquierda de la Internacional
encabezada por Lenin, Luxemburgo, entre otros, se impuso. Como resolución se
afirmaba que, si la guerra amenaza con estallar, era un deber de la clase obrera de esos
países y de sus representantes en los parlamentos, con la ayuda de la dirección
Internacional, hacer todos los esfuerzos por impedirla. Y en el caso de que la guerra
estallase, tenían el derecho de interponerse para detenerla utilizando la crisis económica
y política, creada por la guerra, movilizando amplios sectores populares y así precipitar
la caída de la dominación capitalista. Pero no quedaban claros cuáles sería los métodos
de lucha para precipitar esa caída. Esta discusión, será central en el Congreso de
Copenhague en 1910, rondará alrededor de la eficacia o no de la huelga general, aunque
tampoco aquí se llegó a una definición porque no se alcanzó un acuerdo entre las
distintas alas de la Internacional. En 1912 la dirección de la Internacional organizó actos
contra la guerra y convocó a un congreso extraordinario, en Basilea, con el objetivo de
hacer una demostración de fuerza y solidaridad internacional, donde por primera vez se
denunció el carácter imperialista que tendría la guerra.
En julio de 1914 la guerra estalló; frente a esto, la socialdemocracia alemana sacó un
manifiesto exigiendo al gobierno no entrar y organizó mitines en los que participaron
millones de obreros. Pero la decadencia del capitalismo y las tensiones entre las grandes
potencias se agudizaban de tal forma que la única forma de frenarla era con un llamado a
la huelga general, cosa que no hicieron. No se llevó adelante el segundo mandato de la
resolución de Stuttgart: “utilizar con todas sus fuerzas la crisis económica y política
causada por la guerra, para sublevar a las masas y precipitar así la caída del dominio
capitalista”. Ésta era la prueba máxima y aquí la Internacional se rompió, echando por
tierra todas las proclamas de los años previos.
Mientras la mayoría de los dirigentes garantizaban que no se desarrollase la lucha de
clases al interior de sus países, es decir le hacían un favor a la burguesía, para que
pudiera ir a la guerra sin preocuparse por los asuntos internos; Lenin, en cambio,
planteó que había que transformar la guerra imperialista en guerra civil. A esta política
se la llamó “derrotismo revolucionario”, y consistía en que, la clase obrera no debía
detener la lucha revolucionaria contra el gobierno de su país, frente a la posibilidad de
que éste fuese derrotado en la guerra. Para él la revolución en tiempos de guerra era la
guerra civil.
El 4 de agosto de 1914 marcó el derrumbe de la Segunda Internacional, los 111
parlamentarios del Partido Socialdemócrata Alemán, aprobaron los créditos que el
gobierno pedía para ir a la guerra, lo mismo hacían del otro lado de la frontera los
socialistas franceses, llevando a los trabajadores a una carnicería; renunciaron a la lucha
de clases en nombre de la “defensa de la patria atacada”. Así rompieron la solidaridad
internacional del proletariado, se rindieron ante sus burguesías y traicionaron la causa
del socialismo. De esta forma la Segunda Internacional llegaba a su bancarrota.
Pero Lenin, Trotsky, Liebknecht, Rosa Luxemburgo y el ala izquierda de la
Internacional, se opusieron a la guerra, y luego organizaron las Conferencias de
Zimmerwald y Kienthal, que sentaran las base para una nueva Internacional, como
veremos en la próxima entrega.

Karl Liebknecht 1871-1919


Dirigente del Partido Socialdemócrata Alemán, fue el único diputado en oponerse a la
guerra, preso de 1916 a 1918 por su actividad antibélica. Fundador junto a Rosa
Luxemburgo de la Liga Espartaco. Ambos asesinados, por orden del gobierno
socialdemócrata, por dirigir la insurrección de enero de 1919.Así lo recordaba Trotsky:
“El nombre de Karl Liebknecht se dio a conocer en todo el mundo en los primeros días
de la gran guerra europea. Desde la primeras semanas de esta guerra, cuando el
militarismo alemán festejaba sus primeras victorias, sus primeras orgías sangrientas,
(…) cuando la socialdemocracia alemana se arrodillaba ante el militarismo y el
imperialismo alemán que parecían poder someter todo el mundo (…) en medio de estos
días sombríos y trágicos una sola voz se levantó en Alemania para protestar y maldecir:
la de Karl Liebknecht. En realidad Liebknecht no se encontraba solo: Rosa
Luxemburgo, mujer con gran coraje, luchaba a su lado”.

CAUSAS DE LA CONQUISTA
La propagación del cristianismo constituía una obligación para la Corona española
impuesta por el Papa Alejandro VI en la bula de donación Inter caetera del 3 de mayo
de 1493. La preocupación misional de la Corona aparece frecuentemente, en especial
durante el siglo inicial de la dominación española. Pero no se trataba tan sólo de cumplir
formalmente con una obligación contraída, pues la religiosidad era una parte integral de
la vida española. La invasión y ocupación de la península por los árabes había
significado una incitación de tal magnitud que, apenas expulsados los invasores, la
creencia desbordó en fanatismo religioso y en deseos de propagar la religión, sin cuya
existencia era inconcebible la vida humana. Aunque reducido, debe señalarse que este
móvil alcanzó gran importancia en el proceso de conquista y destrucción de las culturas
paganas americanas.
El deseo de aventura constituía una singular característica del español, formado a lo
largo de varios siglos de lucha contra el invasor. La guerra, la búsqueda de lo
desconocido, la defensa del honor, conformaban la personalidad de los hijos de Castilla,
sumergidos aún en un medievalismo tardío, que prefirieron dejar la actividad productiva
a los moros y judíos que todavía quedaban en las ciudades peninsulares. El
individualismo castellano vivió por entonces uno de los momentos más fascinantes al
encontrarse con un mundo desconocido que le ofrecía, por sobre todo, la fantasía y la
leyenda, que si a veces se diluía en un espejismo desesperante, encontraba siempre
nuevos motivos para renovar un optimismo que nunca se perdía.

El ansia de riquezas o, más propiamente dicho, el objetivo económico, fue también


otro de los factores que, por sí solo o unido a otros móviles, enroló a muchos castellanos
en una empresa en la que esperaban compensar con creces los peligros que afrontaban.

El mejoramiento o la obtención de un rango social fue el motivo que determinó el


viaje a Indias de quienes o se encontraban disminuidos social y económicamente en
razón del mayorazgo o pertenecían a clases inferiores. Los títulos, preeminencias y
cargos más adelantados en la administración atrajeron a muchos, que entrevieron así la
posibilidad de obtener lo que en la península le negaban los rígidos estamentos clasistas.

El interés científico fue también factor estimulante en este proceso. El


descubrimiento de un continente no sólo exigía el desarrollo de los medios para
comunicarse con mayor
facilidad y seguridad, sino que alentó el desarrollo de los estudios tendientes al
conocimiento de las nuevas tierras (geografía, ciencias naturales, etc.).

Los fines políticos y fiscales perseguidos por la Corona estuvieron también


presentes en este proceso. Desde el punto de vista político, la formación de un gran
imperio constituyó la ambiciosa meta de los monarcas españoles, alcanzada en el siglo
XVI. En cuanto al objetivo fiscal, cabe señalar que también se miraba a América como
una enorme fuente de ingresos fiscales, mediante las regalías y gravámenes
establecidos, con los que debía hacerse frente, una vez liquidados los gastos de la
administración colonial, a los cuantiosos gastos que había demandado la guerra contra
los árabes, aún impagos, y las nuevas y frecuentes exigencias derivadas de las guerras
que los Habsburgos o sus rivales promovían en Europa.

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