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Libro Complementario

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Amor Tierno: Elcana y Ana


Lección 8

Para el 25 de Agosto del 2007

La Biblia nos da una visión muy cercana de la vida doméstica de una pareja piadosa que vivía hacia
fines del período de los jueces, El ambiente es la Fiesta de los Tabernáculos, una celebración gozosa de
libertad y gratitud. Pero encontramos que la esposa, Ana, llora y no puede comer porque no tiene hijos.
Elcana, su esposo, la ama tiernamente y hace todo lo que puede para consolada.

De paso, Samuel mismo no podría haber sido el autor del libro que lleva su nombre y nos cuenta la
historia, porque gran parte de la historia cubierta en el libro ocurrió después de su muerte. No obstante, el
libro no recibió el nombre de David ni de Saúl, los dos primeros reyes de Israel, sino de Samuel, que ungió
a ambos. Cualquier lista de las personas más importantes de la historia de Israel debe incluir a Samuel. En
él se combinaron los papeles de gobernante, profeta y también sacerdote.

A menudo los niños son identificados por quienes fueron sus padres. Pero a veces, los padres son
conocidos por quienes llegaron a ser sus hijos. Elcana y Ana no hicieron nada extraordinario, excepto criar
a Samuel. Su hijo pareció dado por Dios, porque Ana fue estéril por mucho tiempo, pero ellos no fueron los
primeros ni los últimos en recibir a un hijo después de un largo período de ansiedad. Otros, al suplicarle a
Dios un hijo, también hicieron grandes promesas y las cumplieron. La mayoría de ellos han quedado sin
registrar. Pero el notable niño Samuel hizo que la memoria de Elcana y Ana se conservara.
De las parejas analizadas en este libro, la mayoría de los esposos eran patriarcas, profetas o
gobernantes. Nosotros mismos no podemos llegar a ser personas así. Pero todos podemos ser como Elcana
y Ana. Nuestros hijos pueden no llegar a ser tan famosos como Samuel, pero si podemos mostrar la misma
dedicación como la de Elcana y Ana, tal vez podamos obtener algo extraordinario de lo que es ordinario.

Elcana no fue el único hombre común que llegó a ser conocido por la fama de Samuel. Los nombres de
Joram, su padre; de Elihu, su abuelo; Tohu, el padre de su abuelo, y Zuf, el abuelo de su abuelo, también
están registrados. De Zuf no sabemos prácticamente nada, excepto que debe haber sido una persona
suficientemente importante para que sus descendientes fueran llamados zufitas (1 Sam. 1:1,2).

En 1 Samuel1:1, Zuf es llamado un efraimita en la genealogía de Samuel,. Pero otra genealogía, en 1


Crónicas 6:33 al 38 registra a Zuf y sus descendientes en la línea de Coré, hijo de Leví. Tal vez la etiqueta
de "efraimita" para Zuf indica el área donde vivía, más bien que el nombre de su tribu. Varias ciudades en
la zona montañosa de Efraín fueron asignadas a los levitas, incluyendo a Siquem, la ciudad de refugio (Tos.
21:20, 21). También, a veces, todo el reino del norte de Israel era llamado Efraín (Ose. 4:17; 5:3, 5, 9,
11,13), así como todo el reino del sur fue llamado Judá.

El problema de Ana

Elcana tenía dos esposas, Ana y Penina. Ana significa "llena de gracia", y Penina significa "la fértil".
Aunque sus padres no tenían manera de conocer el futuro, los nombres que escogieron resultaron
especialmente apropiados.

La poligamia entre los israelitas, aunque era frecuente entre los reyes, era practicada por las personas
comunes por quienes su primera esposa no había producido herederos. El problema de Ana no es solo que
no tenía hijos, sino que Penina tenía varios.

Elcana llevaba cada año a su familia al tabernáculo que estaba en Silo. Todos los varones debían hacer
el viaje tres veces por año: para la Fiesta de los Panes sin Levadura, la Fiesta de Pentecostés, y la Fiesta de
los Tabernáculos. La más alegre de las tres era la Fiesta de los Tabernáculos. Durante el festival, los
israelitas vivían en cabañas que les recordaban el viaje a través del desierto. El festival era una especie de
congreso campestre, e igual de divertido. La fiesta también era un agradecimiento, y venía después de las
cosechas del otoño. Las celebraciones del otoño, en cualquier cultura, son especialmente festivas.

Pero a pesar de la festividad, o tal vez por causa de ella, Ana permanecía triste, especialmente porque
Penina elegía esas ocasiones para burlarse de su esterilidad. La Biblia dice que esto pasaba año tras año.
Penina provocaba a Ana hasta que ella lloraba y rehusaba comer (1 Sam. 1:6, 7).

Penina sabía que Elcana amaba más a Ana. Penina tal vez suponía que como era la madre del
primogénito de Elcana, ella llegaría a ser la favorecida. La Ley de Moisés también determinaba que si un
hombre tenía dos esposas, Y no amaba a una de ellas, y si ambas le dieron hijos, él tenía que dar al hijo de
la no amada una doble porción de todo lo que él poseía, si era el primogénito (Deut. 21: 15-17).

Por cuanto Ana seguía siendo su esposa favorita, Penina hacía observaciones sarcásticas acerca de la
incapacidad de Ana de tener hijos, y le hacía la vida miserable .. Pero esta era una táctica equivocada. La
disposición tierna de Ana y el hecho de que no se desquitara, naturalmente atraían a Elcana más hacia ella,
frustrando aún más a Penina.

La ternura de Elcana

Elcana hacía el viaje anual a Silo en parte por la fiesta anual, pero también para dar una ofrenda de
gratitud en cumplimiento de algún voto que había hecho antes (1 Sam. 1:21). Elcana llevaba a casa su
porción del sacrificio! y, dividiendo la carne, le daba una porción a Penina y a cada uno de los hijos de ella.
Pero a Ana le daba una doble porción (1 Sam. 1:4, 5), la misma que hubiera recibido si hubiese tenido
un hijo. Por supuesto, no era lo mismo que tener un hijo, pero el pensamiento de que Elcana era
considerado y atento valía para algo. La Biblia no nos dice que Elcana le daba una doble porción porque no
tenía hijos, o porque él quería pretender que ella tenía uno, sino porque "la amaba" (1 Sam. 1:5).

También "Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿No te soy yo mejor que
diez hijos?" (1 Sam. 1:8). Aunque él lo decía tierna y bondadosamente, el corazón de Ana debe haber
querido gritar: "i Quiero un bebé!" Pero, por supuesto, ella se quedaba en silencio excepto por sus sollozos,
porque ella sabía que él tenía buenas intenciones.

La actitud de Elcana era condescendiente, e iba acompañada de amor genuino hacia Ana.
Evidentemente, ellos gozaban de una relación especial. Elcana creía que él significaba mucho para Ana.
Pero él no entendía que aun teniendo el mejor esposo, el más amante del mundo, podría compensar la falta
de hijos.

Lo llevó a Dios en oración

Como se mencionó antes, los períodos de mayor tristeza de Ana ocurrían en Silo. La doble porción que
Elcana le daba a Ana en esas ocasiones, aumentaba los celos de Penina, quien derramaba su resentimiento
sobre Ana, molestándola hasta hacerla llorar. Afortunadamente, el santuario estaba cerca. Levantándose de
la comida huyó al santuario, donde lloró y derramó su corazón a Dios diciendo: "Jehová de los ejércitos, si
te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que
dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida" (1 Sam. 1:11).

Elí, el sumo sacerdote, estaba sentado junto a la entrada del templo. No podía oír nada, porque ella no
estaba orando en voz alta. Solamente veía moverse los labios de ella.

Pero todos sabían que él no podía ver bien. Nota su ceguera progresiva:

1. El anciano y débil sacerdote solo había oído lo que todos los demás habían visto que hacían sus
malvados hijos (1 Sam. 2:22-24).

2. Cuando Samuel recibió su primera visión, la Biblia dice que los ojos de Elí comenzaban a
oscurecerse que modo que no podía ver (1 Sam. 3:2).

3. Cuando llegó un mensajero con el informe de que el arca había sido capturada por los filisteos, se
registra que Elí tenía los ojos oscurecidos, "de modo que no podía ver" (1 Sam. 4:15).

Por lo poco que podía ver Elí, llegó a creer que Ana estaba ebria.

Pero ella le explicó que era una profunda tristeza, angustia y dolor la que la había llevado a derramar su
petición a Dios. Sin intentar conocer el problema de ella, el bondadoso sacerdote le dijo: "Ve en paz, y el
Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho" (1 Sam. 1: 17). Sus palabras le produjeron un gran
consuelo a Ana. Su corazón se alivió y ella pudo comer (1 Sam. 1:18).

Ana hizo un voto de que si Dios cumplía su deseo y le daba un hijo, ella se lo daría a Dios, y además,
que ella no le cortaría el cabello en toda su vida. La parte importante de su voto es que la dedicación sería
por toda la vida de su hijo. El servicio de un sacerdote duraba veinticinco años, desde la edad de veinticinco
hasta los cincuenta (Núm. 8:23, 24). Un voto de nazareo generalmente era por un tiempo limitado (Núm.
6:5, 13, 18). Pero el hijo de Ana sería dedicado de por vida.
Poco tiempo después de regresar a su hogar en Ramá, Ana quedó embarazada. Cuando nació el
muchacho, ella llamó a su hijo Samuel, que suena como la expresión hebrea de "Dios oyó", Ana explicó la
razón del nombre: "Por cuanto lo pedí a Jehová". Ella había pedido; Dios había escuchado.

Elcana apoyó el voto de Ana

Cuando Ana prometió dedicar a su hijo como nazareo y dado al servicio de Dios, ella ]0 hizo sin
consultar a su esposo. Samuel también era hijo de él, y él tenía algo que decir en cuanto al futuro del
muchacho. Unos pocos meses más tarde, cuando llegó el tiempo de hacer el viaje anual otra vez a Silo, Ana
le informó a Elcana que ella pasaría por alto e] peregrinaje ese año y esperaría hasta que pudiera llevar a
Samuel y dejado en forma permanente en el tabernáculo (1 Sam. 1:21,22).

Las mujeres que hacían votos, a veces afrontaban la oposición de guardados. Así Moisés presentó reglas
detalladas que gobernaban los votos. Un padre podía anular los votos hechos por su hija soltera. Un hombre
recién casado podía anular el voto hecho por su esposa antes de casarse, y un esposo podía anular los votos
hechos por su esposa. Pero el hombre debía anular e] voto la primera vez que oyera de él (Núm. 30:3-15).

Si el esposo no anulaba inmediatamente el voto de una mujer cuando lo oía por primera vez, pero
esperaba hasta más tarde, la esposa todavía podía ser liberada del voto, pero la culpa del voto quebrantado
descansaría sobre el esposo (Núm. 30:15).

La Biblia no nos dice cuándo anunció Ana su voto a Elcana, pero cuando ella le informó de su deseo de
quedarse en casa hasta que el muchacho fuera destetado, él no hizo ninguna objeción. Él respondió: "Haz lo
que bien te parezca". Ana sin duda debe haberse sentido feliz por el apoyo de su esposo.

Cumplir el voto

Ana no podía dejar a Samuel en el tabernáculo hasta que estuviera destetado. Un pasaje de los apócrifos
indica que esto podía demorar hasta tres años. Eso le daría a ella algún tiempo para gozar de su niño, y
darle la educación básica.

Cuando Samuel estuvo listo para ser llevado al tabernáculo, Ana tomó un becerro de tres años, [2] un
efa de flor de harina, y un cuero de vino como ofrenda de gratitud. [3] Un ternero de tres años era algo muy
valioso. Normalmente, un animal de un año era sacrificado. La ofrenda de granos también era llevada ante
Dios (Lev. 2), parte de la cual era sacrificada y parte era dada a los sacerdotes para que la usaran.

Ana esperaba que Elí, con un poco de sugerencias, recordara el incidente que había ocurrido varios años
antes. En ese tiempo Elí le había dicho, sin conocer su pedido: "El Dios de Israel te otorgue la petición que
le has hecho". Ana le recordó: "Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí".

Puede haber un sutil juego de palabras con respecto a pedí. Las palabras hebreas para petición y pedir
derivan de la misma raíz que aparece siete veces en este capítulo. En el versículo final de 1 Samuel 1
aparece la palabra "dedico" o "entrego" a Dios. La palabra es realmente una forma de participio pasivo de
pedir. Literalmente, Samuel sería "pedido para" para el servicio de Dios. Es interesante, que las palabras
"pedido para" es Saúl.

La oración de Ana

Entonces Ana ofreció una hermosa oración que ella puede haber compuesto. Si hubiera sido compuesta
por otra persona, se aplicaba muy bien a la situación de ella. Algunos la llaman el Magnificat del Antiguo
Testamento. Podemos comparar porciones de su oración de alabanza con el Magnificat de María en el
Nuevo Testamento.
ANA (1 SAMUEL 2) MARÍA (LUCAS 1)
Alabanza inicial Alabanza inicial
"Mi corazón se regocija en Jehová" [2:1 ] "Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se
regocija en Dios mi Salvador" [1 :46, 47]
Razón de la alabanza Razón de la alabanza
"Mi poder se exalta en Jehová; mi boca se "Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues
ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas
en tu salvación" [2:1 ] las generaciones" [1 :48]
Descripción de Dios Descripción de Dios
"No hay santo como Jehová; porque no hay "Porque me ha hecho grandes cosas el
ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios Poderoso; santo es su nombre" [1 :49]
nuestro" [2:2]
Antítesis Antítesis
"Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y "Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a
los débiles se ciñe ron de poder. Los saciados se los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y
alquilaron por pan, y los hambrientos dejaron de a los ricos envió vacíos" [1 :52, 53]
tener hambre" [2:4, 5]

Los que alegan que Ana está recitando un canto previamente compuesto, señalan algunas partes que no
encuadran exactamente en su situación. El versículo 5 dice: "Hasta la estéril ha dado a luz siete", mientras
que Ana engendró solo a tres otros varones y a dos hijas (1 Sam. 2:21). Además, el canto se refiere a un
"rey", mientras que el primogénito de Ana, Samuel, ungió al primer rey mucho más tarde. Así, ¡en el
tiempo del canto de Ana no podía haber rey sobre Israel!

Pero estas no son dificultades serias. La mención de "siete" hijos en su canto no necesita referirse al
número de sus propios hijos. Hijos adicionales podían ser futuros al canto, y siete se percibía como el
número ideal. Además, el "rey" podría haber sido un líder local, o podría tener un significado profético ya
que el canto también se refiere al "ungido", literalmente, al Mesías.

Las partes del canto que se aplican personalmente a Ana eran el regocijo que siente hacia Dios por
haberla librado: de sus enemigos (2:1), de la persecución de una persona arrogante que hablaba grandezas
(2:3), y porque la estéril ya no era más estéril (2:5).

El canto también contiene una referencia a Penina en la línea que dice: "la que tenía muchos hijos
languidece" (2:5). Además, "los impíos perecen en tinieblas" (2:9), refiriéndose a todos los que habían
declarado la esterilidad de Ana como evidencia de su maldad. Pero ahora que había tenido un hijo, Ana
sentía que Dios la había vindicado, y ella era entusiasta en su gratitud.

Peregrinaciones anuales

Cuando Samuel fue entregado al tabernáculo, el registro dice que ella "lo llevó consigo" (1 Sam. 1:24).
Aunque no se lo menciona, Elcana debe haber estado presente con Ana porque 1 Samuel2:11 dice que
Elcana se fue a casa en Ramá, pero que el muchacho "ministraba a Jehová". Aunque a Ana no se la
menciona esta vez, deben haber ido juntos a casa.

Ana y Elcana hacían su peregrinaje anual a Silo y usaban la oportunidad de visitar a Samuel y llevarle
una vestidura (1 Sam. 2:19). A Penina no se la menciona más.
La inocencia del joven muchacho Samuel al crecer, es exaltada en la historia por contraste con la
maldad de los hijos de Elí, Ofni y Finees. El autor de Samuel contrasta los caracteres en párrafos alternados
en el resto del capítulo 2:

Los hijos de Elí tratan los sacrificios con El desarrollo modelo de Samuel (2:26)
desprecio (2:12-17)
El joven Samuel ministra delante de Dios. Profecía contra la casa de Elí (2:27-36)
Los padres lo visitan (2:18-21)
Elí fracasa en controlar a sus hijos (2:22-25)

Ofni y Finees tuvieron un padre que estaba prácticamente ciego y era incapaz de controlados. Samuel
tuvo padres piadosos que lo visitaban regularmente. El papel de la paternidad en el desarrollo del carácter
es obvio en este pasaje.

Durante estas visitas anuales al santuario, Elí, el agente de la bendición de Dios sobre Ana, recitaba su
bendición cada año, diciendo:

"Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová" (1 Sam. 2:20). Dios bendijo a Ana
con otros tres hijos y dos hijas para reemplazar al hijo que ella dio a Dios.

***

El desarrollo de Samuel como se lo describe en 1 Samue12:26 es notablemente similar al desarrollo de


Jesús como se describe en Lucas 2:52. Samuel creció en estatura yen el favor de Dios y de los hombres.
Lucas registra: "y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”. Así
como Jesús se desarrolló, vemos que Samuel creció física, social y moralmente.

Elcana y Ana no son mencionados más. Pero la mujer serena, tierna, cuyo dolor sanó Dios, y el esposo
que la amaba tan tiernamente, hicieron bien su obra.

1. Solo la grasa y la parte no comestible de los sacrificios eran quemadas. En el caso de las ofrendas
por el pecado, el sacerdote comía la carne. La mayor parte de la ofrenda de gratitud era devuelta al
adorador, que la compartía con su familia. Ver Levítico 7:16-19.

2. Pareciera haber una contradicción entre 1 Sam 1:24 donde dice que llevó "tres becerros", y el
versículo 25, donde dice que "matando el becerro". La versión de los LXX, en griego, dice: "Un becerro en
su tercer año". Pero tal vez usaron los tres becerros para una ofrenda expiatoria y una ofrenda de paz. (Ver
el Comentario bíblico adventista, t. 2, p. 457.)

3. Una cantidad definida de harina y de vino como ofrenda acompañaban el sacrificio de becerros,
carneros Y corderos (Núm. 28:11-15).

Compilador: Dr. Pedro Martínez

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