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Ana, modelo de Paciencia, Fidelidad y Compromiso

I Samuel 1 y 2

La Biblia, el libro, nunca nos deja de maravillarnos al ver que es el


reflejo de Dios, así como el nuestro. La historia de Samuel, el gran
profeta y juez, comienza con la historia de su madre Ana, una persona
oprimida que recibe libertad. Desde una perspectiva neuro teología,
este escrito trata de exponer los comportamientos o estados
emocionales de esta mujer ante sus circunstancias.

A pesar de que su nombre es mencionado pocas veces, el mismo


no impidió que dejara una huella de gran impacto para las mujeres en
esa época como en el presente.

Periodo de Tristeza

“Y tenía él [Elcana] dos mujeres: el nombre de una


era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos,
mas Ana no los tenía.

Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para


adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los
ejércitos…”. [I S 1:2-3] VRV 1960

Dentro de las costumbres, ritos y festividades del pueblo hebrero


había una peregrinación todos los años a Silo, para adorar y ofrecer
sacrificios de paz a Jehová de los ejércitos. En la misma, el personaje de
Elcana, lo hacia acompañado por sus esposas de Ana y Penina, y los
hijos de esta segunda.
Ahora bien, aunque no había sido sancionado por Dios, se
acostumbraba en aquellos tiempos, tomar una segunda esposa cuando
la primera era estéril. En el Antiguo Testamento una mujer incapaz de
tener hijos había sido objeto de una maldición. Esa infertilidad la
marginaba en una sociedad donde los hijos era un signo de que Dios
estaba presente en la familia.

Como vemos, la presión social siempre ha existido. En ese


tiempo en particular la mujer tenía unas obligaciones que se esperaba
cumpliera en su matrimonio, una de ellas era tener hijos y mientras
más mejor. Esto ya era un estigma para Ana, ya que en esa época los
hijos, especialmente los varones, era la continuidad de los padres y la
garantía de una futuro seguro para la madre. Ya en esta escena se
presentan unos tipos de tensión y celos por parte de las mujeres.

Ana, utilizando su cerebro emocional entendía sus emociones


religiosas y morales que hacia de este peregrinaje un acto necesario
para cumplir con sus ritos, a pesar de lo agonizante de este <ejercicio>
anual.

Estos versículos, aunque aparentemente no expresan nada de


emoción, se esconden unos sentimientos de celos, tristeza y de dolor
que más adelante quedarán expuestos.
Las emociones de Ana en esta situación afectaban sus niveles de
los neurotransmisores bajando así los niveles de serotonina, ya que la
irritaban; los de dopamina porque cambiaba su humor, motivación y
espíritu de iniciativa; y los de adrenalina, dejándola sin deseos de ver
mas allá de lo que estaba viviendo. Esto convertía también los niveles
de noradrenalina en unos bajos provocando depresión, y falta de
concentración porque esa acción de Penina provocaba también un falta
de atención para adorar al Señor, porque le embarga melancolía y
tristeza.

Período de Apreciación y Satisfacción

“Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía


sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y
a todas sus hijas, a cada uno su parte.

Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba


a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener
hijos.” [ I S 1:4-5]

El amor de una pareja es sumamente importante para llevar las


penas, tristeza y alegría juntos. Así como Jacobo y Raquel, Elcana
mostraba el amor que sentía por su esposa preferida, Ana. Él
manifestaba su amor dándole a ella una doble porción de los sacrificios,
tratándola así como si tuviera un hijo, a quien le correspondía la otra
parte.
Periodo de Estrés, Irritabilidad, Tristeza y Vergüenza

“Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola,


porque Jehová no le había concedido tener hijos.

Así hacia cada año; cuando subía a la casa e Jehová,


la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.”
I S 1:6-7 [VRV 1960]

Es muy probable que para Ana, sus niveles de noradrenalina, así


como sus niveles de neurotransmisores estaban bajos, mostrando
vergüenza y un efecto depresivo por no tener hijos. Pienso que Ana en
esos momentos, utilizando su cerebro emocional se sentía derrota,
humillada y de poco valor. Más que ofendida se sentía dolida por el
hecho de no ser madre. La irritabilidad, provocada por Penina, alteraba
sus niveles de serotonina, provocando unos niveles bajo que la llevaba
a la irritabilidad y ansiedad, pero aparentemente no provocaba
agresividad, algo que en estos días es muy probable sí lo reflejaría y a
nivel de medios noticiosos.

Periodo de Ternura y Apreciación

“Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras?


¿por qué no comes? ¿y por que esta afligido tu
corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?”
[VRV I S 1:7]

Para Ana esta situación lamentable produce un periodo de dolor


que solamente terminará cuando Dios le dé un hijo. Sin embargo, se ve
como su esposo, Elcana, la amaba y expresaba con estas palabras que la
valoraba aún sin tener hijos, su amor hacia ella era más que suficiente.

Aunque Ana sabia cuánto su esposo la amaba, sus emociones que


comprenden su espíritu humano de vergüenza y culpa, tal vez no
dejaba que recibiera el amor completo y sincero de su esposo. Estas
emociones sobrepasan el comportamiento espontáneo de su sistema
límbico.

Emociones de Tristeza, Desesperación e Inseguridad

“Y se levantó Ana después de que hubo comido y


bebido en Silo; y mientras el sacerdote Eli estaba
sentado en una silla junto a un pilar del templo de
Jehová,

Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró


abundantemente.” [VRV I S 1:9-10]

En estos versículos, Ana no pudo controlar sus emociones. Su


sistema límbico a través de su lóbulo frontal manejó esta situación al no
contener sus trastornos, dejando mostrar sus lágrimas, así como un
estado de amargura.

Momento de concentración y enfoque

“E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te


dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te
acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, y te
acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino
que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicare a
Jehová todos los días de su vida, y no pasara navaja
sobre su cabeza.” [VRV I S 1:11]

El acto de un voto implica una seria toma de decisión. Es posible


que en este verso Ana este formando nuevas memorias, utilizando el
hipocampo, ya que le está implorando al Señor que no se olvide de ella y
de su petición, pero esta vez mostrando una seguridad de que cuando
llegue su hijo no será de ella, sino que se lo dedicaría a él todos los días
de su vida. Aquí sus altos niveles de acetilcolina potencian su memoria.
Sus altos niveles de dopamina le inicia un espíritu de iniciativa. Tal es
así que toma el primer paso y no como en el caso de Abraham y Sara
donde el Señor es el que le indica a ellos que les dará un hijo.

Ana utilizando su cerebro intelecto prepara una plan fríamente


calculado—si si el Señor le concede un hijo—ella se lo entregará sin
reservas alguna. Ella ha dejado sus emociones de negativismo,
ansiedad, angustia y desesperación, entre otras, para rendirse
confiadamente en las manos de Dios. Aquí su cerebro intelectual va por
encima del emocional, hablando de todo corazón. También vemos como
ella permitió que su lóbulo frontal, en conjunto con su corteza cerebral
echara fuera todo lo negativo para dejar entrar la esperanza.

Momento de silencio audible

“Mientras ella oraba largamente delante de Jehová,


Eli estaba observando la boca de ella.
Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente e
movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por
ebria.” [I S1:12-13]

Pura concentración, sus niveles altos de acetilcolina provoca en


ella un enfoque en su comunión íntima con Dios que echó a un lado todo
lo que estaba a su alrededor. Para llegar a este plano sus niveles de
noradrenalina estaba bien altos, además de tener una capacidad de
concentración y memorización, porque se acordará de este momento y
de lo que así expresó.

Momento de apertura total al Señor

“Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy


una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino
ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de
Jehová.

No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque


por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he
hablado hasta ahora.” [I S 1:15-16]

Una persona atribulada muestra un estado de ánimo de un bajo


nivel de neurotransmisores. Esta sierva se presenta humildemente con
un corazón abierto, dispuesta a esperar en el tiempo de Dios para que se
cumpla su petición. Aquí aclara cualquier duda que pueda tener Elí.
Utilizando su cerebro intelectual utiliza las palabras necesarias para
comunicarle al profeta lo que le esta pasando.
Momentos de Liberación, Espera y Paz

“Eli respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te


otorgue la petición que le has hecho.

Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos.


Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo
mas triste.” [I S 1:17-18]

Hay algo maravilloso cuando uno abre su corazón a Dios. Después


de varios años de dolor e insatisfacción con un simple acto de entrega,
Ana queda liberada de su pasado y presente. Ella está decidida a no
resignarse, sino a esperar pacientemente en el Dios, una emoción
muchas veces difícil de ejecutar. Vemos un cambio de emociones donde
su sistema límbico a través de su lóbulo frontal expresa paz. Ha resuelto
formar nuevas memorias, con la ayuda de su hipocampo, creando una
nueva actitud ante es situación que le ha estado amargando su vida.

Momento de Fidelidad de Dios

“Y levantándose de mañana, adoraron delante de


Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y
Elcana se llego a Ana su mujer, y Jehová se acordó de
ella.

Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de


haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por
nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a
Jehová.” [I S 1:19-20]

Personalmente, este texto me llena de alegría al saber que Dios


jamás se olvida de sus hijos. A través de mi lóbulo frontal reacciono
ante de la experiencia de Ana al tomar su ejemplo para acordarme que
Dios siempre está dispuesta a actuar en nuestro favor para que se
cumpla sus propósitos.

Momento de recordación y gratitud

“Después que lo hubo destetado, lo llevo consigo, con


tres becerro, un efa de harina, y una vasija de vino, y
lo trajo a la casa de Jehová en Silo; y el niño era
pequeño.

Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí.

Y ella dijo: ¡Oh señor mío! Vive tu alma, señor mío, yo


soy aquella mujer que estuvo aquí junto a ti orando a
Jehová.

“Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí.

Yo, pues, lo dedico también a Jehová; todos los días


que viva será de Jehová. Y adoró allí a Jehová.”
[I S 1:24-28]

¡Qué papel importante juega la memoria! Aquí vemos la otra cara


de la misma mujer. En un momento desesperada y triste y ahora, una
mujer estable, feliz subiendo los niveles de dopamina y adrenalina. El
lóbulo temporal, así como la amígdala de Ana le almacenó en su
memoria el voto que le hizo a Dios, trayéndole no tan solo el fruto de esa
petición, sino también un corazón agradecido.
Momentos de cántico y alabanzas

Oración de Ana [I S 2:1-10]

He deseado resumir esta oración que consiste de 10 versículos de


la siguiente forma:
Vemos a una Ana totalmente distinta a la que comenzó este
caminar con un corazón atribulado. A través de sus experiencias
personales con Dios, entregándole todo su ser logra ver la luz al final del
túnel. Sus emociones expresados de distintas maneras logra un
progreso que solamente Dios puede hacer, a través de nuestra relación
con él.

A través de los cánticos y alabanzas se le da la oportunidad para


que Dios transforme primero nuestra manera de pensar para luego
llevar a cabo sus propósitos. Ahora Ana tiene un corazón agradecido,
liviano –porque dejó su carga a Dios—y desde ese instante comenzó un
nuevo resurgir de pensamientos y acciones que poco edificaba a unos de
fe y alegría. Ahora Ana puede decir que en su ser corre <leche y miel>,
ríos de agua viva, dejando atrás su pasado de amargura y triste. Donde
también reconoce que fuera de Dios no hay nada. Aquí todos sus niveles
están en un <high>.

Momentos para recordar que en la vina del Señor hay sorpresas

“Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres


hijos y dos hijas. Y el joven Samuel crecía.” [I 2:21]
Es muy probable que Ana al tener a su hijo se sintió, como
decimos completa porque cumplió su obligación como esposa y madre.
Sin embargo, Dios conocía el corazón sincero de Ana y quiso bendecirla
aun meas al preparar su matriz a recibir otros hijos.

Debemos siempre tener claro que gracias a esos mecanismos que


provee nuestro cerebro siempre hay algo que sobrepasa nuestras
expectativas. Entiendo que Dios desea que nuestras vidas sean llenas de
expectativas cuando se refiere a él, dando nuevos espacios a nuestros
hipocampos para que pueda continuar creando nuevas memorias y
conceptos. Al formar esas nuevas memorias la amígdala las almacena
para recibir otras frescas y llenas de luz.

Conclusión

Esta historia familiar termina como en un libro de cuentos donde


todos están felices, por lo menos Elcana y Ana.

Aunque su nombre significa gracia, su vida no siempre se sintió


así. La vida de Ana fue aumentando como una cuenta de ahorro que
empieza con cero y con constancia, perseverancia y fidelidad alcanzó
una vida sin limites. Una vida de oración y adoración siempre trae éxito
cambiando así nuestro estado de ánimo a través de alto niveles de
neurotransmisores. Cuando nuestras experiencias se pulen a unas
constructivas nuestro lóbulo frontal produce un cambio de personalidad
favorable y de crecimiento. Nuestro lóbulo temporal permite el
aprendizaje ante cada situación de forma organizada para permitir que
el Espíritu Santo nos traiga esas memorias así como nuevas.

Este trabajo se logró gracias a las notas de clase del Dr. Héctor D.
Colon Santiago, así como a la ayuda de comentarios bíblicos.

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