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Precisa la Sala que le asiste competencia para conocer del presente proceso en
segunda instancia, toda vez que la pretensión mayor por perjuicios e
indemnizaciones se estimó en la suma de $198’053.809, valor que resulta superior
a la suma equivalente a 500 S.M.L.M.V. ($190’750.000), exigida en la Ley 954
promulgada el 28 de abril de 2005 para que un proceso contractual tuviera
vocación de doble instancia.
En el caso concreto, se debe tener como acto de liquidación la Resolución No. 510
de 15 de abril de 2004 mediante la cual, considerando la caducidad administrativa
decretada mediante la Resolución No. 68 de 23 de enero de 2004 y la prestación
efectiva de servicios del mes de enero de 2004, se ordenó la liquidación y pago de
la suma de $4’132.919 con ocasión del servicio prestado, por lo cual, a partir de la
ejecutoria de la Resolución No. 510 se cuenta el término de caducidad de la
acción. Aunque en este proceso no se conoció la fecha de notificación y ejecutoria
del acto administrativo que hizo las veces de liquidación unilateral del contrato,
contenido en la Resolución No. 510 de 15 de abril de 2004, se establece que no
hubo lugar a la caducidad de la acción, toda vez que la demanda se presentó
oportunamente, el 10 de noviembre de 2005, dentro del plazo de dos (2) años a
que se refirió el artículo 136 del C.C.A. contado a partir de la fecha misma del acto
de liquidación y, por ello, le asiste a la Sala competencia para conocer del caso
sub lite. Se hace notar que la anterior apreciación subsiste aún en el evento de
considerar que el término de dos (2) años, para incoar la acción contractual, debió
contarse a partir de la notificación de la Resolución No. 68 de 2004, la cual fue
notificada el 30 de enero de 2004, habiéndose presentado la demanda el 10 de
noviembre de 2005.
Por fuerza de la ley, el acto administrativo que impone la caducidad del contrato
genera unos efectos para el contratista, como sucede con la terminación, la
posibilidad de toma de posesión de la obra, y la no indemnización. Pero, además,
el acto administrativo mediante el cual se decreta la caducidad de un contrato,
conlleva otros importantes efectos jurídicos frente a terceros: constituye el
siniestro, permite exigir al garante el cumplimiento del contrato, produce la
inhabilidad del contratista que conlleva la nulidad de los contratos por él
celebrados con posterioridad, configura la inhabilidad para participar en otros
procedimientos de contratación y la obligatoriedad de la cesión de los contratos
vigentes.
Se anticipa desde ahora, que la Sala se aparta del recorrido argumentativo del
Tribunal a quo, en cuanto concluyó la inexistencia del acto administrativo con base
en la supuesta falta de prueba del contrato al cual se refirió y en las dificultades
del control de legalidad. Como se verá, el acto administrativo contenido en la
Resolución No. 68 de 2003, nació a la vida jurídica al ser expedido formalmente y
materialmente, produjo efectos a partir de su notificación personal al contratista y
de la comunicación a la Cámara de Comercio; cosa diferente es que presentó
falencias en varios de los supuestos legales, por lo cual ameritaba un
pronunciamiento sobre la validez.
El 15 de enero de 2004, tuvo lugar una nueva oferta de contrato, contentiva de los
elementos esenciales (objeto y precio), según la define el artículo 845 del Código
de Comercio, la cual logró aceptación tácita por parte del contratista, ahora
demandante, en los términos del artículo 854 del mismo código. Con el mismo
efecto puede interpretarse que la comunicación de 15 de enero de 2004, implicó
una aceptación de la Empresa Social del Estado a la propuesta inicial, pero en
forma condicionada, por el menor alcance del servicio y su valor, la cual en los
términos de la ley “será considerada como nueva propuesta” de conformidad con
el artículo 855 del Código de Comercio. Desde esa perspectiva, la Sala no
acompaña la apreciación de inexistencia del contrato en el sub lite, toda vez que el
mismo se encontró contenido en un acuerdo contractual de carácter consensual,
lo cual equivale a un contrato que es ley para las partes, probado en este proceso
por la comunicación del 15 de enero de 2004 emanada de la Empresa Social del
Estado y por las múltiples órdenes de servicios de mantenimiento suscritas por los
representantes de ambas partes, con base en lo cual se establece
fehacientemente que el contrato si existió y que los actos administrativos
demandados no se refirieron a un contrato inexistente.
Resulta evidente que la cláusula de caducidad no existió en este caso, por cuanto
no fue pactada entre las partes, además de que no tuvo lugar escrito alguno sobre
un acuerdo en relación con la inclusión de dicha cláusula en el contrato respectivo.
Tampoco apareció referencia alguna a las cláusulas exorbitantes en la
convocatoria de diciembre de 2003. Lo anterior se concluye teniendo en cuenta
que el contrato no fue de aquellos en que la Ley 80 de 1993 establece la
presencia de la cláusulas caducidad aunque no se encuentre pactada y que la
existencia de la cláusula de caducidad sigue la formalidad del acuerdo escrito
impuesta por los artículos 39 y 41 de la Ley 80 de 1993. En este estado del
análisis, resulta evidente que la Empresa Social del Estado careció de
competencia para expedir el acto administrativo mediante el cual impuso la
caducidad del acuerdo contractual celebrado con Taller Electromecánico E.U.
Acerca de la prueba del lucro cesante debe tenerse en cuenta que el perjuicio
derivado de la caducidad ilegalmente impuesta se debe estimar sobre las
utilidades netas que dejó de percibir la contratista, durante los cinco años de
inhabilidad que establece la Ley 80 de 1993. Bien se sabe que los ingresos deben
ser depurados por los costos y gastos en que habría incurrido la contratista para
ejecutar el respectivo contrato, con el propósito de fijar la estimación de la utilidad
neta de la que fue privado el contratista afectado por la caducidad. La utilidad neta
no es equivalente al valor de los ingresos ni de los contratos. En efecto, los
contratos generan ingresos, pero para cumplirlos el contratista debe incurrir en
costos y gastos, de manera que la jurisprudencia ha advertido reiteradamente que
en la tarea de liquidar los perjuicios, se debe tener en cuenta que, si bien el
contratista no pudo acceder a nuevos contratos –por razón del acto ilegal de
caducidad- , tampoco incurrió en los costos y gastos requeridos para la ejecución
de los mismos, por lo cual se concluye que el perjuicio debe estimarse sobre la
utilidad neta.
No se accede la condena por concepto de intereses, toda vez que de acuerdo con
la jurisprudencia unificada de la Sección Tercera del Consejo de Estado, con
anterioridad a la fecha de la sentencia que declara la nulidad del acto
administrativo opera la presunción de legalidad y por ello, en ese lapso no hay
lugar a la exigibilidad de una obligación dineraria sobre el valor de los perjuicios.
NOTA DE RELATORIA: Sobre los intereses moratorios de los perjuicios causados
por nulidad de actos administrativos contractuales, consultar sentencia de 12 de
julio de 2007, Exp. 15024, MP. Danilo Rojas Betancourth
Con el fin de obtener la condena por el daño moral ocasionado por la pérdida de
una utilidad generada en la contratación estatal a la que la demandante no pudo
acceder ante la inhabilitación en que lo colocó el acto administrativo de caducidad
del contrato, ilegalmente impuesto, la demandante debe probar la materialización
del daño moral, es decir la afectación mental, emocional o psicológica que sufrió
real y efectivamente por la pérdida imputable a la actividad del Estado, con base
en hechos fehacientes debidamente demostrados por cualquier medio de prueba
idóneo o con conceptos profesionales acerca del deterioro de la salud mental,
pues se advierte que no hay lugar a presumir el daño moral por el hecho del revés
económico de la empresa contratista o por las consecuencias materiales adversas
que la pérdida patrimonial implica. Por la misma razón, tal como ha sostenido la
jurisprudencia de esta Sala, no es viable generalizar la afectación producida por
una declaración de caducidad del contrato frente a la esfera personal, puesto que
los seres humanos reaccionan en forma muy diferente ante las pérdidas
patrimoniales, como es diversa su capacidad de resiliencia, además de que las
condiciones del entorno inciden en forma muy importante en la imposibilidad de
sobreponerse al impacto emocional, todo lo cual debe ser probado y valorado para
fundar la condena por el daño moral en el escenario contractual, en cada caso
concreto. NOTA DE RELATORIA: Sobre el daño moral por declaratoria de
caducidad del contrato estatal, consultar sentencia de 17 de abril de 2013, Exp.
20618, MP. Mauricio Fajardo Gómez
CONSEJO DE ESTADO
SECCION TERCERA
SUBSECCION A
I. A N T E C E D E N T E S
1. La demanda.
1
De acuerdo con la certificación aportada por la demandada, a través de la Ordenanza 15 de 1995,
el Hospital San Juan de Dios de Armenia fue transformado en Empresa Social del Estado de Nivel
Departamental, de conformidad con la Ley 100 de 1993.
mensuales, para un valor total de $8’265.838 a la Empresa Taller Electromecánico
E.U. correspondientes a enero y febrero de 2004.
2. Los hechos.
2.1. El señor Roberto Vargas Villamizar prestó servicios a la Empresa Social del
Estado Hospital Universitario Departamental del Quindío San Juan de Dios,
durante 22 años, desde 17 de abril de 1978 hasta el 12 de marzo de 2000, como
empleado en mantenimiento de equipos hospitalarios, razón por la cual una vez
retirado de la modalidad mencionada, decidió formar su propia empresa, Taller
Electromecánico Empresa Unipersonal, para prestar servicios a las entidades
estatales, debido a su amplia experiencia en el campo citado.
2.4. El señor Roberto Vargas Villamizar, obrando como representante legal del
Taller Electromecánico Empresa Unipersonal, presentó propuesta para la
contratación citada en el punto anterior, el 18 de diciembre de 2003, por valor de
$36’000.000, estimado según presupuesto.
2.9. Mediante oficio de febrero 2 de 2004, la Empresa Social del Estado reportó
la antedicha resolución contentiva de la caducidad, a la Cámara de Comercio de la
localidad, para los efectos correspondientes.
3- Concepto de violación
La parte demandante invocó la violación del artículo 29 de la Constitución Política,
de las normas del Código Contencioso Administrativo acerca del debido proceso,
de los artículos 18, 32, 50, 51 y 77 de la Ley 80 de 1993, por falta de notificación
en debida forma del acto de adjudicación y por haber adoptado la caducidad antes
de concluir la formalización del contrato.
Destacó que se violó la Ley 80 de 1993 toda vez que la caducidad le fue
injustamente impuesta y con relación a incumplimientos en los que no incurrió.
Particularmente detalló que se violó la normatividad citada, en la consideración del
incumplimiento acerca de las plantas eléctricas, toda vez que venían fallando
desde 2003 por el mal estado de las mismas, de manera que se requería su
reparación a cargo del hospital, de acuerdo con los reportes que en su
oportunidad le presentó.
3. Actuación procesal.
Se detuvo en los supuestos legales para que una entidad estatal pueda decretar la
caducidad del contrato, los cuales no se configuraron en este caso, toda vez que
el plenario careció de prueba acerca de los “hechos constitutivos de
incumplimiento de las obligaciones a cargo de la contratista”, evaluó en extenso
cada uno de los hechos relacionados en la resolución de caducidad y lo acreditado
con base en las pruebas, en orden a demostrar que no hubo falta alguna a los
derechos y deberes que le correspondían como contratista.
El Tribunal a quo profirió sentencia del 30 de julio del 2009, en la cual decidió
negar las pretensiones de la demanda. Concluyó que el contrato entre las partes
era inexistente, que a falta del mismo no resultó posible realizar un control de
legalidad sobre la Resolución No. 68 de 2004 mediante la cual se declaró la
caducidad y que el pago la Resolución No. 510 de 2004 tuvo efectos
compensatorios, por lo cual denegó la condena solicitada.
3
Folio 276, cuaderno 1.
“La situación descrita permite concluir que el contrato es inexistente, es decir,
entre los sujetos procesales no existía un vínculo contractual, por cuanto luego de
la adjudicación, las partes no procedieron al perfeccionamiento del contrato como
lo dispone el artículo 41 de la Ley 80 de 1993 (…).
(…)
(…)
Debe precisar la Sala, que para llevar a cabo el análisis de legalidad de un acto
administrativo que declara la caducidad contractual, es requisito ‘sine qua non’
aportar al proceso judicial, la prueba del contrato que ha sido objeto de
terminación por la vía de esa cláusula exorbitante, por cuanto si la caducidad
obedece al incumplimiento que afecta de manera grave la ejecución del contrato
es necesario verificar en el contrato, ‘verbi gracia’ cuáles eran las obligaciones a
cargo del contratista.
(…)
(…)
(…)
Fundamentos fácticos:
Agregó que la acción de enriquecimiento sin causa tampoco tenía cabida en este
litigio, por cuanto el servicio prestado se reconoció y pagó.
Fundamentos de derecho:
II. C O N S I D E R A C I O N E S
En el análisis del caso concreto, punto 8), la Sala se detendrá en los siguientes
aspectos: 8.1) existencia del contrato; 8.2) inexistencia de la cláusula de
caducidad; 8.3) violación del debido proceso; 8.4) análisis de los incumplimientos.
tipificación de la falsa motivación del acto que declaró la caducidad; 8.5) carga de
la prueba de los hechos determinantes de la caducidad; 8.6) límite temporal de la
competencia para decretar la caducidad del contrato; 8.7) análisis de los cargos
contra la Resolución No. 510 de 2004; 8.8) determinación del daño y liquidación
de los perjuicios ocasionados por la decisión de caducidad del contrato; 8.9)
denegación de la pretensión de intereses; 8.10) falta de prueba del daño moral
causado por la caducidad del contrato.
1.1. Precisa la Sala que le asiste competencia para conocer del presente
proceso en segunda instancia, toda vez que la pretensión mayor por perjuicios e
indemnizaciones se estimó en la suma de $198’053.809 5, valor que resulta
superior a la suma equivalente a 500 S.M.L.M.V. ($190’750.000) 6, exigida en la
Ley 954 promulgada el 28 de abril de 2005 7 para que un proceso contractual
tuviera vocación de doble instancia.
9
“Artículos 2º. De la definición de entidades, servidores y servicios públicos. Para los solos efectos de esta
ley:
Según este artículo, son contratos estatales aquellos celebrados por las entidades descritas en el artículo 2º de la Ley 80 de
1993, el cual dispone:
“a) La Nación, las regiones, los departamentos, las provincias, el distrito capital y los distritos especiales, las
áreas metropolitanas, las asociaciones de municipios, los territorios indígenas y los municipios; los
establecimientos públicos, las empresas industriales y comerciales del Estado, las sociedades de economía
mixta en las que el Estado tenga participación superior al cincuenta por ciento (50%), así como las entidades
descentralizadas indirectas y las demás personas jurídicas en las que exista dicha participación pública
mayoritaria, cualquiera sea la denominación que ellas adopten, en todos los órdenes y niveles. (…).” (La
subraya no es del texto).
“d) En los [contratos estatales] que requieran de liquidación y ésta sea efectuada
unilateralmente por la administración, a más tardar dentro de los dos (2) años,
contados desde la ejecutoria del acto que la apruebe. Si la administración no lo
liquidare durante los dos (2) meses siguientes al vencimiento del plazo convenido
por las partes o, en su defecto del establecido por la ley, el interesado podrá
acudir a la jurisdicción para obtener la liquidación en sede judicial a más tardar
dentro de los dos (2) años siguientes al incumplimiento de la obligación de
liquidar;” (Se resalta).
En el caso concreto, se debe tener como acto de liquidación la Resolución No. 510
de 15 de abril de 2004 mediante la cual, considerando la caducidad administrativa
decretada mediante la Resolución No. 68 de 23 de enero de 2004 y la prestación
efectiva de servicios del mes de enero de 2004, se ordenó la liquidación y pago de
la suma de $4’132.919 con ocasión del servicio prestado, por lo cual, a partir de la
ejecutoria de la Resolución No. 510 se cuenta el término de caducidad de la
acción.
10
Artículo 64 C.C.A. Carácter ejecutivo y ejecutorio de los actos administrativos. “Salvo
norma expresa en contrario, los actos que queden en firme al concluir el procedimiento
administrativo serán suficientes, por sí mismos, para que la administración pueda ejecutar de
inmediato los actos necesarios para su cumplimiento. La firmeza de tales actos es indispensable
para la ejecución contra la voluntad de los interesados".
Articulo 66 C.C.A. Pérdida de fuerza ejecutoria, "Salvo norma expresa en contrario, los actos
administrativos serán obligatorios mientras no hayan sido anulados o suspendidos por la
jurisdicción en lo contencioso administrativo (....) ".
contrato inexistente, la acción contra tales actos debe desatarse en el ámbito del
contrato que fue aludido en su contenido.
(…)
SUBESTACIONES ELECTRICAS
Su funcionamiento es normal requiere de un estudio para conocer el estado actual
de los transformadores que deben entrar en proceso de mantenimiento en sus
partes internas, externas y succionador conmutable de 3200 KVA, para tratar de
optimizar su trabajo y su ciclo de vida útil.
PLANTAS ELÉCTRICAS
Se presentó una solicitud para reparación de tres (3) plantas eléctricas que posee
el Hospital ya que su funcionamiento es anormal y ha presentado varias fallas
como son elementos vitales que se requieren para su óptimo funcionamiento.
Estas dos (2) plantas vienen presentando fallas desde la segunda semana de
enero cuando se presentó una falla en el sistema eléctrico que ocasionó varios
daños a los equipos del Hospital.”
11
Folio 159, cuaderno 1.
PLANTA CUMMMIS DIESEL, se encuentra fuera de servicio, se debe realizar una
adecuada revisión con el (sic) para dar soporte en caso de emergencia a calderas
y unidad de cuidados intensivos; el objetivo es adecuada para redistribuir la
sobrecarga de los equipos que tiene la planta perkinson, en estos momentos,
requiere del sistema eléctrico automático de 12 voltios, filtros de aceite, revisión y
posible reparación de arranque y alternador, revisión de generador, reparación de
radiador dependiendo como se halla (sic) procedido después de su sacada de
servicio puede ser puesta en marcha o repararla.
2.3. Comunicación dirigida al gerente del hospital, suscrita por William Fernando
Forero – Taller Electromecánico, con nota de recibo del 25 de febrero de 2003, en
la cual relacionó las fallas de la planta eléctrica Perkinson, de la planta Diessel
Nacional y de la planta General Motor de 350 KVA. 13 En esta comunicación se lee:
“En una revisión correctiva y preventiva [que se] realiza en los primeros días de
febrero a las plantas eléctricas del Hospital San Juan de Dios de Armenia se
detectaron las siguientes fallas:
(…)
12
Folios 135 a 137, cuaderno 1.
13
Folio 143, cuaderno 1.
14
Folio 158, cuaderno 1.
15
Folio 140, cuaderno 1.
2.6. Cuadro contentivo del “programa de mantenimiento año 2003”, el cual se
relacionaron las actividades en dos columnas: Taller Electromecánico - muebles y
enseres y, Electrónica Médica –equipo biomédico. Este cuadro aparece con firma
en la columna correspondiente a Electrónica Médica.
16
Folio 144 y 145, cuaderno 1.
17
Folio 146, cuaderno 1.
18
Folio 149, cuaderno 1.
19
Folios 150 y 151, cuaderno 1.
20
Folio 160, cuaderno 1.
21
Folio 161, cuaderno 1.
E.U. y las actividades recomendadas22.
2.26. Resolución No. 510 del 15 de abril de 2004, expedida por el gerente de la
Empresa Social del Estado Hospital Departamental Universitario del Quindío San
Juan de Dios, con su firma y la del jefe de la división de recursos físicos y el
asesor jurídico, mediante la cual se dispuso:
De otra parte señala el artículo 22 de la citada Ley 80, que las entidades estatales
deben enviar a la Cámara de Comercio la información concerniente a los
contratos ejecutados (…) y sanciones que en relación con ellos se hubieren
impuesto. Así mismo, establece la Circular Única, expedida por la
Superintendencia de Industria y Comercio, que las Cámaras de Comercio deben
continuar certificando en el nuevo registro de proponentes, la información que con
34
Folios 117 y 118, cuaderno 1.
35
Folio 169, cuaderno 1.
anterioridad a la cancelación de la inscripción del proponente hubiere sido
suministrada por la entidad estatal.”
Mediante resolución No. 510 del 15 de abril de 2004, se autorizó el pago por valor
de $4.132.919 por concepto de servicios prestados de mantenimiento de muebles
enseres y equipos de baja tecnología por el mes de enero de 2004.”
2.35.1. Testimonio del señor Luis Fernando Hernández Sánchez, quien dijo haber
sido jefe de mantenimiento del hospital hasta el año 2000 y declaró conocer al
señor Roberto Vargas Villamizar como técnico electromecánico del hospital y la
idoneidad de su trabajo43.
2.35.2. Testimonio del señor William Fernando Forero Vargas, quien dijo haber
trabajado para el señor Roberto Vargas entre 2002 y 2003 y haber redactado la
propuesta del contrato para enero y febrero de 2004, por la suma de $36’000.000.
Se refirió a que no hubo claridad en las razones por las cuales no se les adjudicó
por ese valor. En relación con los motivos invocados en la declaración de la
caducidad manifestó los siguiente antecedentes:
41
Folio 120 y 121, cuaderno 1.
42
Folio 122, cuaderno 1.
43
Folios 131 y 132, cuaderno 2.
firmada.”44
2.35.3. Testimonio del señor Luis Fernando Parra Hernández, ingeniero civil, quien
manifestó que participó con el Taller Electromecánico en la elaboración de la
propuesta, explicó que en ese contrato había varios ítems “mantenimiento de
equipos médicos biomédicos de alta y baja tecnología, mantenimiento de redes
internas pero no recuerdo más ítems (…)”. Preguntado acerca de las entidades del
Estado con las que no pudo contratar Taller Electromecánico, el testigo indicó a “la
Seccional Salud del Quindío, donde él venía prestando el servicio.” 45
“sigue con su taller (…) opera en muy malas condiciones porque su crédito está
prácticamente borrado con todo el mundo, porque quedó muy mal a raíz de la
cancelación de ese contrato. (….) El estado de él es el más malo que uno puede
ver en una persona que lo ha perdido todo, porque ya no se atreve a ir a pedir un
crédito porque en este momento ha quedado mal con muchas personas (….) me
he enterado de que no sólo se le ha causado angustia y depresión que le impidan
continuar sosteniendo el mismo grupo de trabajo laboral que tenía para la fecha
desde enero de 2004 al momento”46
“A mediados del año 2003 nos llevaba mucho trabajo y muy cumplido con los
pagos, ya empezando el 2004 y a medidos (sic) del 2004 hubo que suspender los
trabajos con el señor ROBERTO debido a que no era capaz de cumplir
cumplidamente ni pagaba a tiempo. (…) él en este momento está en el taller sólo,
antes mantenía muchos trabajadores, la verdad es que lo veo es como sin
trabajo.”48
2.35.6. Testimonio del señor Faunier Antonio Moya Marín quien dijo ser
comerciante, dueño de la Ferretería La 19 y declaró: “yo el taller lo veo igual en
instalaciones, no con el mismo trabajo que tenía antes con menos personal.”49
2.35.7. La señora Gloria Patricia López Vallejo, jefe de recursos físicos del hospital
44
Folio 133 a 135, cuaderno 2.
45
Folio 135 y 136. Cuaderno 2.
46
Folios 137 y 138, cuaderno 2.
47
Folio 139, cuaderno 2.
48
Folio 139, cuaderno 2.
49
Folio 140, cuaderno 2
para la época de los hechos, no se presentó a rendir el testimonio decretado para
el 17 de julio de 2007. Esta prueba testimonial fue la única solicitada por la parte
demandada.
2. El objeto debe ser la prestación de los servicios de salud, como servicio público
a cargo del Estado o como parte del servicio público de seguridad social.
(…)
50
Ley 100 de 1993, “Artículo 194.- Naturaleza. La prestación de servicios de salud en forma directa por la
nación o por las entidades territoriales, se hará principalmente a través de las Empresas Sociales del Estado,
que constituyen una categoría especial de entidad pública descentralizada, con personería jurídica,
patrimonio propio y autonomía administrativa, creadas por la ley o por las asambleas o concejos, según el
caso, sometidas al régimen jurídico previsto en este capítulo.”
51
La aplicación de los principios de contratación del derecho privado a las empresas sociales del
estado, encuentra un antecedente en la Ley 10 de 1990, así: “Artículo 24º.- Contratación o
asociación para la prestación de servicios de salud. Previa autorización del Ministerio de Salud,
cuya competencia podrá ser delegada en las direcciones seccionales, o locales, todas las
entidades públicas que tengan la responsabilidad de prestar servicios de salud, podrán contratar
con personas privadas especializadas en servicios de salud, inscritas en el registro especial
que, para el efecto se organizará, en desarrollo de las facultades de que trata el artículo 1 de
esta Ley, la prestación del servicio público de salud, siempre y cuando, se respeten los
principios consagrados en el artículo 3. Estos contratos, no requerirán requisito distinto a los
exigidos para la contratación entre particulares.” (La negrilla no es del texto).
Igualmente se tiene presente que de acuerdo con el artículo 49 de la Constitución
Política52 y el ya citado artículo 195 de la Ley 100 de 1993, en relación con el caso
particular de los contratos de las empresas sociales del estado, se debe tener en
cuenta que la salud es un servicio público y que el objeto social de la “ESE” como
empresa estatal contratante lo constituye “la prestación de los servicios de salud,
como servicio público a cargo del Estado o como parte del servicio público de
seguridad social”.53
52
Artículo 49. C.P. Modificado por el Acto Legislativo No 02 de 2009.”La atención de la salud y el
saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo del Estado. Se garantiza a todas las
personas el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud.
Corresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud a los
habitantes y de saneamiento ambiental conforme a los principios de eficiencia, universalidad y
solidaridad. También, establecer las políticas para la prestación de servicios de salud por entidades
privadas, y ejercer su vigilancia y control. Así mismo, establecer las competencias de la Nación, las
entidades territoriales y los particulares, y determinar los aportes a su cargo en los términos y
condiciones señalados en la ley.
Los servicios de salud se organizarán en forma descentralizada, por niveles de atención y con
participación de la comunidad.
La ley señalará los términos en los cuales la atención básica para todos los habitantes será
gratuita y obligatoria.
Toda persona tiene el deber de procurar el cuidado integral de su salud y la de su comunidad.”
53
En sentencia C-655 de 2000, la Corte Constitucional definió la exequibilidad de la norma de creación legal
de las Empresas Sociales del Estado consagrada en el artículo 195 de la Ley 100 de 1993, y se pronunció, así:
“En los términos del artículo 49 de la Constitución Política, la atención de la salud y el saneamiento
ambiental son servicios públicos a cargo del Estado; al cual corresponde organizarlos, dirigirlos y
reglamentarlos conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad. Igualmente es deber del
Estado establecer las políticas para la prestación de servicios de salud por entidades privadas y ejercer su
vigilancia y control. Debe también el Estado señalar las competencias de la Nación, las entidades
territoriales y los particulares y determinar los aportes a su cargo en los términos y condiciones señalados en
la ley”.
54
Ley 489 de 1998. Artículo 83º.- Empresas sociales del Estado. Las empresas sociales del
Estado, creadas por la Nación o por las entidades territoriales para la prestación en forma directa
de servicios de salud, se sujetan al régimen previsto en la Ley 100 de 1993, la Ley 344 de 1996 y
en la presente Ley en los aspectos no regulados por dichas leyes y a las normas que las
complementen, sustituyan o adicionen.”
55
Ley 1150 de 2007, Artículo 13. Principios generales de la actividad contractual para entidades
no sometidas al Estatuto General de Contratación de la Administración Pública. Las entidades
estatales que por disposición legal cuenten con un régimen contractual excepcional al del Estatuto
General de Contratación de la Administración Pública, aplicarán en desarrollo de su actividad
contractual, acorde con su régimen legal especial, los principios de la función administrativa y de la
gestión fiscal de que tratan los artículos 209 y 267 de la Constitución Política, respectivamente
según sea el caso y estarán sometidas al régimen de inhabilidades e incompatibilidades previsto
legalmente para la contratación estatal.”
En igual sentido, la actuación administrativa de la Empresa Social del Estado debe
ajustase a los principios que rigen esa actividad, inicialmente expuestos en el
Código Contencioso Administrativo56 y posteriormente en la Ley 1437 de 201157.
56
“Artículo 28 C.C.A. .Cuando de la actuación administrativa iniciada de oficio se desprenda que
hay particulares que pueden resultar afectados en forma directa, a éstos se les comunicará la
existencia de la actuación y el objeto de la misma.
Artículo 35 C.C.A. .Habiéndose dado oportunidad a los interesados para expresar sus opiniones,
y con base en las pruebas e informes disponibles, se tomará la decisión que será motivada al
menos en forma sumaria si afecta a particulares.
En la decisión se resolverán todas las cuestiones planteadas, tanto inicialmente como durante el trámite.
Cuando el peticionario no fuere titular del interés necesario para obtener lo solicitado o pedido, las
autoridades negarán la petición y notificarán esta decisión a quienes aparezcan como titulares del derecho
invocado, para que puedan hacerse parte durante la vía gubernativa, si la hay.
57
Ley 1437 de 2011, artículo 3°. Principios. “Todas las autoridades deberán interpretar y aplicar
las disposiciones que regulan las actuaciones y procedimientos administrativos a la luz de los
principios consagrados en la Constitución Política, en la Parte Primera de este Código y en las
leyes especiales.
Las actuaciones administrativas se desarrollarán, especialmente, con arreglo a los principios del debido
proceso, igualdad, imparcialidad, buena fe, moralidad, participación, responsabilidad, transparencia,
publicidad, coordinación, eficacia, economía y celeridad.
1. En virtud del principio del debido proceso, las actuaciones administrativas se adelantarán de conformidad
con las normas de procedimiento y competencia establecidas en la Constitución y la ley, con plena garantía
de los derechos de representación, defensa y contradicción.
(…)
9. En virtud del principio de publicidad, las autoridades darán a conocer al público y a los interesados, en
forma sistemática y permanente, sin que medie petición alguna, sus actos, contratos y resoluciones,
mediante las comunicaciones, notificaciones y publicaciones que ordene la ley, (…)”
En cualquier caso, lo cierto es que siempre que esté de por medio la contratación
estatal, con independencia de la normativa de prevalente aplicación al contrato,
los servidores públicos responsables deben observar los principios de la Función
Administrativa que establecen los artículos 209 y 210 de la Constitución Política 58,
por lo tanto, el funcionario público no está en libertad de conceder y definir
libremente el contrato, aunque se aplique el derecho privado, pues debe
desarrollar en su actuar, precontractual y contractual, los principios que la
Constitución Política le impone. Esta la razón por la cual el funcionario público
tiene el deber de obrar con igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad,
imparcialidad y publicidad, en todas las etapas de la realización del contrato
estatal, tanto antes de su celebración, en el momento de definir las necesidades y
condiciones de la contratación y de elegir su contratista, así como en la ejecución
y liquidación del contrato y éstos principios –se reitera- se deben aplicar y respetar
aun cuando el contrato se rija por el derecho privado.” 59
Teniendo en cuenta que el caso la Empresa Social del Estado (E.S.E), la Ley 100
de 1993 no dispuso regulación especial sobre la utilización de las clausulas
excepcionales, se establece que el ejercicio de la cláusula de caducidad se rige
por el régimen general de contratación estatal, esto es el deber del pacto escrito y
en su actuación se predica el imperativo de seguir el procedimiento administrativo
general de toda actuación en orden a expedir un acto administrativo: Todo ello en
atención a la función administrativa que despliega la entidad contratante en la
imposición de la caducidad del contrato y por razón del contenido material que ella
supone.
Así las cosas, para la expedición del acto administrativo mediante el cual se
declara la caducidad del contrato por parte de la Empresa Social del Estado, es
58
Constitución Política de Colombia, artículo 209. “La función administrativa está al servicio de los intereses
generales y se desarrolla con fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía,
celeridad, imparcialidad y publicidad, mediante la descentralización, la delegación y la desconcentración de
funciones.
Las autoridades administrativas deben coordinar sus actuaciones para el adecuado cumplimiento de los fines
del Estado. La administración pública, en todos sus órdenes, tendrá un control interno que se ejercerá en los
términos que señale la ley.”
Artículo 210. “Las entidades del orden nacional descentralizadas por servicios sólo pueden ser creadas por
ley o por autorización de ésta, con fundamento en los principios que orientan la actividad administrativa.
Los particulares pueden cumplir funciones administrativas en las condiciones que señale la ley.”
59
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección A, Consejero
Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, sentencia de 27 de febrero de 2013, expediente No. 25.590, radicación
No.25000232600020000 1561 01, actor: Martha Cecilia Reyes Pardo, demandado: Hospital Kennedy E.S.E.
hoy Hospital del Sur E.S.E.
mandatorio obrar con arreglo a las normas que consagran la cláusula y establecen
los límites de su ejercicio, contenidas para la época de los hechos en este
proceso, en la Ley 80 de 1993 y el Código Contencioso Administrativo.
60
Artículo 39. De la forma del contrato estatal “Los contratos que celebren las entidades
estatales constarán por escrito y no requerirán ser elevados a escritura pública, con excepción de
aquellos que impliquen mutación del dominio o imposición de gravámenes y servidumbres sobre
bienes inmuebles y, en general, aquellos que conforme a las normas legales vigentes deban
cumplir con dicha formalidad.
Las entidades estatales establecerán las medidas que demande la preservación, inmutabilidad y seguridad
de los originales de los contratos estatales.”
Artículo 41. Del perfeccionamiento del contrato. “Los contratos del Estado se perfeccionan cuando se logre
acuerdo sobre el objeto y la contraprestación y éste se eleve a escrito.”
61
La Empresa Social del Estado está sometida a regulaciones y lineamientos para este tipo de
entidades, por razón de la actividad en el sector salud. (Vgr. La Resolución No. 5185 de 2013
Ministerio de Salud y Protección Social que determinó los lineamientos para desarrollar estatutos
de contratación, los cuales obviamente se deben desarrollar de acuerdo con la ley y sin posibilidad
de apartarse de ella, por virtud de la reserva de la ley en materia de la contratación estatal,
establecida en el artículo 150 C.P.)
Se precisa que la Empresa Social del Estado se encuentra sometida a la Ley 80
de 1993 en todo lo que se refiere a la cláusula de caducidad que decide utilizar, es
decir que se debe ajustar íntegramente a la ley, por ejemplo, en el contenido de la
cláusula, en las causales bajo las cuales se establece el ejercicio de la misma, en
el procedimiento de la actuación administrativa correspondiente y en los supuestos
de legalidad del respectivo acto administrativo.
62
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección A,
Consejero Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, sentencia de 27 de febrero de 2013, expediente No.
25.590, radicación No.25000232600020000 1561 01, actor: Martha Cecilia Reyes Pardo,
demandado: Hospital Kennedy E.S.E. hoy Hospital del Sur E.S.E.
63
Artículo 973 del Código de Comercio.
“El incumplimiento de una de las partes relativo a alguna de las prestaciones, conferirá derecho a
la otra de dar por terminado el contrato, cuando ese incumplimiento le haya ocasionado
perjuicios graves o tenga cierta importancia, capaz por si solo de mermar la confianza de esa parte
en la exactitud de la otra para hacer los suministros sucesivos.” (La negrilla no es del texto).
64
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, sentencia del 30 de agosto de 2011,
Magistrado Ponente William Namén Vargas.
obligaciones que se desprenden de la situación de incumplimiento, sin necesidad
de acudir a un Juez65.
5.2. Por fuerza de la ley, el acto administrativo que impone la caducidad del
contrato genera unos efectos para el contratista, como sucede con la terminación,
la posibilidad de toma de posesión de la obra, y la no indemnización. Pero,
65
“Por supuesto que la resolución privada, no queda exenta de la revisión judicial, en el sentido de
que será el juez quien decida la legalidad de la desvinculación, pero la demanda no será formulada
por la parte cumplidora, sino por la incumplida. Es decir que la carga del inicio de la acción judicial
se invierte y el juez (…) tendrá un control ‘ex post’ de legalidad y de justeza, es decir después de
la disolución unilateral por una de las partes.”
Rengifo García, Ernesto, Las Facultades Unilaterales en la Contratación Moderan, Legis editores
S.A., Bogotá 2014, primera edición, Página 110
además, el acto administrativo mediante el cual se decreta la caducidad de un
contrato, conlleva otros importantes efectos jurídicos frente a terceros: constituye
el siniestro, permite exigir al garante el cumplimiento del contrato 66, produce la
inhabilidad del contratista que conlleva la nulidad de los contratos por él
celebrados con posterioridad67, configura la inhabilidad para participar en otros
procedimientos de contratación68 y la obligatoriedad de la cesión de los contratos
vigentes69.
66
Ley 80 de 1993, Artículo 18.- (…)
Si se declara la caducidad no habrá lugar a indemnización para el contratista, quien se hará acreedor a las
sanciones e inhabilidades previstas en esta ley.
67
Artículo 44º.- De las Causales de Nulidad Absoluta. Los contratos del Estado son
absolutamente nulos en los casos previstos en el derecho común y además cuando:
68
Artículo 8º.- De las Inhabilidades e Incompatibilidades para Contratar:
1o. Son inhábiles para participar en licitaciones y para celebrar contratos con las entidades estatales:
(…)
Las inhabilidades a que se refieren los literales c), d), e i) se extenderán por un término de cinco (5) años
contados a partir de la fecha de ejecutoria del acto que declaró la caducidad (…).
69
Artículo 9º.- De las Inhabilidades e Incompatibilidades Sobrevinientes. Si llegare a
sobrevenir inhabilidad o incompatibilidad en el contratista, éste cederá el contrato previa
autorización escrita de la entidad contratante o, si ello no fuere posible, renunciará a su ejecución.
Cuando la inhabilidad o incompatibilidad sobrevenga en un proponente dentro de una licitación, se
entenderá que renuncia a la participación en el proceso de selección y a los derechos surgidos del mismo.
En sentencia de 27 de noviembre de 2013 (expediente 25,742) 70, esta Subsección
se ocupó de estudiar los antecedentes y la construcción jurídica de la prerrogativa
de la “autotutela declarativa” que subyace en el concepto del acto administrativo,
la cual se cita a continuación como un importante referente de las consideraciones
expuestas:
En la Ley 1437 de 2011 son los artículos 89 y 91 los que consagran previsiones similares a las
contenidas en los dos preceptos legales que se acaba de referir, mientras que el artículo 88 de la
misma Codificación, de forma novedosa respecto de lo previsto en el anterior C.C.A., define la
presunción de legalidad de los actos administrativos, todo ello de la forma que se transcribe a
continuación:
Artículo 88. Presunción de legalidad del acto administrativo. Los actos administrativos se presumen
legales mientras no hayan sido anulados por la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo.
Cuando fueren suspendidos, no podrán ejecutarse hasta tanto se resuelva definitivamente sobre su
legalidad o se levante dicha medida cautelar.
Artículo 89. Carácter ejecutorio de los actos expedidos por las autoridades. Salvo disposición legal
en contrario, los actos en firme serán suficientes para que las autoridades, por sí mismas, puedan
ejecutarlos de inmediato. En consecuencia, su ejecución material procederá sin mediación de otra
autoridad. Para tal efecto podrá requerirse, si fuere necesario, el apoyo o la colaboración de la
Policía Nacional.
Artículo 91. Pérdida de ejecutoriedad del acto administrativo. Salvo norma expresa en contrario, los
actos administrativos en firme serán obligatorios mientras no hayan sido anulados por la
Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo".
sabido, el ejercicio del derecho de acción por el particular no implica la suspensión
de la obligación de cumplimiento de la resolución atacada que sólo
excepcionalmente puede ser suspendida por el juez como medida cautelar , toda
vez que la misma, una vez ejecutoriada, despliega todos sus efectos sin que se
requiera de una decisión judicial previa que la avale, al contrario de lo que ocurre
en las relaciones jurídicas de Derecho privado en las que rige el principio de la
heterotutela y, por tanto, la afectación de situaciones jurídicas ajenas contra la
voluntad del compelido precisa de una intervención judicial antecedente.”
5.4. Finalmente, se puede citar como nota diferenciadora de los actos en cuestión,
la categoría del “poder –deber” en la cual se encuentra inmersa la cláusula de
caducidad del contrato estatal, toda vez que conlleva una función administrativa
establecida en protección del interés general, que en tal sentido debe ser
decretada frente a los eventos de ley y no puede ser objeto de negociación o
pacto entre las partes respecto de las causales y de su ocurrencia.
“(…)Más tarde esa tesis fue modificada por otra que en la actualidad subsiste,
según la cual el acto administrativo nace a la vida jurídica en el momento
mismo en que la Administración adopta una decisión encaminada a crear,
modificar o extinguir una situación jurídica,(…).
73
La Corte Constitucional advirtió una limitante a la jurisdicción arbitral exclusivamente en materia
de las controversias relacionadas con los actos administrativos expedidos en ejercicio de las
facultades exorbitantes, en la oportunidad en que dispuso la constitucionalidad condicionada de los
artículos 70 y 71 de la Ley 80 de 1993, con apoyo en las consideraciones expuestas en la
sentencia C– 1436 de 2000.
74
“Conforme a lo expuesto, para la Corporación es evidente que en la medida que no existe un contrato, el
acto administrativo por el cual se declara la caducidad carece de efectos jurídicos, es inexistente, lo que
impide entonces realizar un análisis de legalidad que conlleve a la declaratoria de nulidad y en consecuencia
acceder la súplica del accionante.”
Para determinar la validez del acto administrativo resulta indispensable realizar
el examen de sus elementos esenciales en torno a la competencia del
órgano y de la autoridad administrativa que lo profiere; los motivos de su
expedición; la finalidad perseguida con la decisión administrativa; el
contenido mismo del acto y los procedimientos, trámites, formalidades o
actuaciones cumplidas para proferirlo, de tal suerte que si alguno de estos
elementos no se ajusta a las prescripciones legales, es decir, vulnera el
ordenamiento jurídico, el acto estará afectado de nulidad y podrá ser
impugnado mediante las acciones previstas por la ley, aún desde el mismo
momento de su expedición y antes de ser publicado o notificado, (…).Pero
además, es claro que la decisión de la Administración o acto administrativo está
llamado a producir efectos jurídicos, lo cual se obtiene con la publicación o
notificación, en debida forma, requisito que le otorga fuerza vinculante frente
a los administrados, es decir, lo torna obligatorio y faculta a la Administración para
ejecutarlo, por manera que la ausencia de este procedimiento impide a la
Administración oponerlo frente a terceros, sin que tal omisión, afecte la validez del
acto.”75 (La negrilla no es del texto).
Se anticipa desde ahora, que la Sala se aparta del recorrido argumentativo del
Tribunal a quo, en cuanto concluyó la inexistencia del acto administrativo con base
en la supuesta falta de prueba del contrato al cual se refirió y en las dificultades
del control de legalidad.
75
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Consejero Ponente:
Mauricio Fajardo Gomez, sentencia de 4 de agosto de 2007, radicación: 70001-23-31-000-1996-
03070-01(16016), actor: Alfredo Tascón Aguirre y otro, demandado: Ministerio de Minas y Energía,
referencia: contractual, apelación sentencia
“En efecto, dado que el debido proceso para imponer la sanción de caducidad no
se encontraba reglamentado mediante un procedimiento específico –como lo está
ahora en la Ley 1474 de 2011- la Administración Pública estaba sometida a las
formalidades reguladas de manera general en el artículo 35 del Código
Contencioso Administrativo –y a las demás normas existentes acerca de los
principios generales de los procedimientos administrativos y de las actuaciones
administrativas, contenidas en el Libro Primero del mismo Código Contencioso
Administrativo- de donde se tiene que la Corporación contratante debía brindar
oportunidad real al interesado para que pudiera expresar sus explicaciones u
opiniones, aportar pruebas, cuestionar o contradecir las que se pretendían hacer
valer en su contra, de tal manera que sólo después de haber garantizado de
manera efectiva sus derechos de audiencia y de defensa, la entidad estatal
contratante pudiera proceder entonces a tomar válidamente una decisión
motivada y sustentada en las pruebas e informes disponibles.
(…)
Por otra parte, vale la pena observar que en la regulación de los recursos -que en
la legislación anterior se denominaba vía gubernativa-, establecida en el Código
Contencioso Administrativo apareció claramente establecido que ‘los recursos de
reposición y queja no son obligatorios 76’, de manera que resulta indiscutible que la
entidad estatal debió dar la oportunidad de defensa al contratista antes de expedir
el acto contentivo de la correspondiente decisión de caducidad, toda vez que la
formulación del recurso de reposición contra dicho acto administrativo constituía
un derecho del contratista cuyo ejercicio no era obligatorio”. 77
Se precisa sobre ello que no se puede pasar por alto el debido proceso, por razón
de la pretendida existencia real del incumplimiento, toda vez que la potestad
sancionatoria implícita en la decisión de imponer la caducidad del contrato y los
efectos que la ley atribuye a este acto administrativo, van más allá del
incumplimiento en el seno contractual, afectan no solo la continuidad del contrato
en cuestión, sino también, la habilitación del contratista para realizar nuevos
contratos con el Estado,
“El Tribunal a quo pasó por alto el cargo presentado por el demandante en cuanto
a la violación del debido proceso y se apoyó en que se encontraba plenamente
acreditado el incumplimiento de la distribuidora en el pago de sus obligaciones
tributarias, razón que consideró más que suficiente para proceder a la declaratoria
de caducidad del contrato.
8. El caso concreto
El Tribunal a quo pasó por alto el régimen especial de contratación previsto para la
Empresa Social del Estado (E.S.E.) en el artículo 195 de la Ley 100 de 1993 y
dejó de apreciar los documentos escritos y demás pruebas en el proceso que
llevan a la conclusión inexorable de que existió un acuerdo entre las partes en
virtud del cual la empresa ahora demandante prestó servicios de mantenimiento a
la Empresa Social del Estado a cambio de un precio definido. No existió para
estos efectos ninguna diferencia entre “acuerdo contractual” y el contrato, toda vez
que bajo la égida del derecho privado que lo gobernó, el contrato nació a la vida
jurídica cuando se perfeccionó el acuerdo de voluntades sobre sus requisitos
78
Consejo de Estado, Sala de Lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera – Subsección A, Consejero
Ponente: Mauricio Fajardo Gómez, Sentencia de 30 de abril de 2014, radicación: 500012331000200000467
01, Expediente: 33337, actor: María del Carmen Isaza de Pinzón, Demandado: Departamento del Meta -
Empresa Licorera del Meta, referencia: contractual – apelación sentencia.
esenciales, con independencia de que no se hubiera formalizado el escrito
correspondiente.
79
Folio 17, cuaderno 2.
Favor presentar certificado de existencia y representación legal de la Cámara de
Comercio actualizado a la mayor brevedad posible y fotocopia de la cédula de
ciudadanía del representante legal, con el fin de elaborar el contrato.” 80
Además, según se establece con base en el Acta No. 21 de 2003, la oferta del
demandante en esa convocatoria no fue la mejor calificada y el contrato de
mantenimiento general no fue adjudicado a ningún proponente, en lugar de lo cual
se decidió contratar por separado los diferentes servicios con diversos
contratistas.
80
Folio 35, Cuaderno 1.
81
Artículo 845 C.Co. Oferta, elementos esenciales.. “La oferta o propuesta, esto es, el proyecto
de negocio jurídico que una persona formule a otra, deberá contener los elementos esenciales del
negocio y ser comunicada al destinatario. Se entenderá que la propuesta ha sido comunicada
cuando se utilice cualquier medio adecuado para hacerla conocer del destinatario.”
82
Artículo 854 C.Co. .Aceptación tacita en la propuesta.”La aceptación tácita, manifestada por
un hecho inequívoco de ejecución del contrato propuesto, producirá los mismos efectos que la
expresa, siempre que el proponente tenga conocimiento de tal hecho dentro de los términos
indicados en los artículos 850 a 853, según el caso.”
83
Artículo 855. Aceptación Condicional. “La aceptación condicional o extemporánea será
considerada como nueva propuesta.”
Ahora bien, resulta evidente que la cláusula de caducidad no existió en este caso,
por cuanto no fue pactada entre las partes, además de que no tuvo lugar escrito
alguno sobre un acuerdo en relación con la inclusión de dicha cláusula en el
contrato respectivo. Tampoco apareció referencia alguna a las cláusulas
exorbitantes en la convocatoria de diciembre de 2003.
En este estado del análisis, resulta evidente que la Empresa Social del Estado
careció de competencia para expedir el acto administrativo mediante el cual
impuso la caducidad del acuerdo contractual celebrado con Taller Electromecánico
E.U.
Sin embargo, la Sala pasará a estudiar, también, los cargos presentados por la
demandante desde la óptica de la violación al debido proceso y la inexistencia del
incumplimiento, que fueron materia de análisis por la parte demandante.
La Sala aprecia que el dicho del testigo guarda consistencia con el informe sin
fecha del estado de los equipos – al parecer enero de 2003- firmado por ambas
partes del contrato en el que se advierte el estado de las plantas eléctrica 85. Se
tiene documentado en el plenario, con la correspondencia cruzada entre enero y
abril de 2003, el incidente acerca de las tarjetas de una planta eléctricas que no
estaban bajo responsabilidad de Taller Electromecánico Empresa Unipersonal, por
cuanto emitió salvedad al momento de recibir los equipos, al considerar que la
entrega de las tarjetas era responsabilidad atinente al servicio del contratista del
año 2002.
Igualmente, el dicho del testigo en relación con la restricción del alcance del
servicio contratado, es coherente con la existencia de otro contratista encargado
de las redes eléctricas según da cuenta el requerimiento No. 01633 de marzo 25
de 2003, suscrito por la jefe de división de recursos físicos del hospital, dirigida al
señor Mario Hernán Gil L., “Mantenimiento Hospitalario y Empresarial”, con copia
a Taller Electromecánico, en la cual le solicitó al primer contratista la reparación de
las instalaciones eléctricas “que hacen contacto con los gabinetes que portan los
elementos contra incendios” y reportó las fallas correspondientes86.
La demandante indicó que el hecho no se probó, que si existió se dio por parte de
las otras entidades que utilizaban el insumo y que en todo caso se le descontó el
valor correspondiente de los pagos del contrato anterior.
Ello resulta consistente con la prueba del “razonero” de fecha enero 6 de 2004,
que contiene la solicitud de la jefe de la dirección de recursos físicos dirigida a
“Cartera”, correspondiente al cobro de $10.767 pesos por metro cúbico de aire
“consumidos en trabajos ajenos al hospital” con copia a “Tesorería, contrato
RF/08/2003.
(…)
SUBESTACIONES ELÉCTRICAS
88
Folio 133 a 135, cuaderno 2.
89
Folios 123 a 134, cuaderno 1.
Finalmente, en relación con la carga de la debida motivación del acto
administrativo, mediante el cual se impuso la caducidad, se recuerda que corre a
cargo del funcionario que expide el acto administrativo, la motivación certera y ella
no se considera cumplida con afirmaciones generales y atemporales, respecto de
las cuales se afirme sin sustento alguno la gravedad de un incumplimiento.
90
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia del 20 de noviembre
de 2008, Exp. 50422-23-31-000-1369-01 (17.031) Consejera Ponente Ruth Stella Correa Palacio, reiterado en
sentencia de la Subsección B. de 10 de marzo de 2011, Consejera ponente: Stella Conto Díaz Del Castillo,
radicación número: 25000-23-26-000-1991-07182-01(16856), actor: Sociedad Aljor S.A., demandado:
Instituto Colombiano Agropecuario ICA, entre otras.
En el mismo sentido observó la Subsección C:
La Resolución No. 510 de 2004 solo fue impugnada por aparecer como una
consecuencia de la caducidad ilegalmente decretada.
Por otra parte, se acreditó que el contrato estaba previsto por el plazo de dos
meses y que se terminó anticipadamente, al término del primer mes, por virtud de
la conducta antijurídica de la entidad demandada que consistió en la caducidad
ilegalmente impuesta.
El acto administrativo de caducidad del contrato produjo sus efectos a partir del 30
de enero de 2004, faltando por ejecutar el servicio de un mes por valor de $4
´132.919.
Acerca de la prueba del lucro cesante debe tenerse en cuenta que el perjuicio
derivado de la caducidad ilegalmente impuesta se debe estimar sobre las
utilidades netas que dejó de percibir la contratista, durante los cinco años de
inhabilidad que establece la Ley 80 de 1993.
Bien se sabe que los ingresos deben ser depurados por los costos y gastos en
que habría incurrido la contratista para ejecutar el respectivo contrato, con el
propósito de fijar la estimación de la utilidad neta de la que fue privado el
contratista afectado por la caducidad.
93
Folio 15, cuaderno 2
94
Folios 142 a 145, cuaderno2-
95
Folio 14, cuaderno 2.
renta del año gravable 2003, por valor de $101’901.000. Sin embargo, esta cifra
no puede tomarse aisladamente para determinar el daño, por falta de relación de
causalidad, toda vez que incluye ingresos brutos de la operación comercial del
demandante por todo concepto, independiente del origen, es decir que pudo incluir
ingresos atados a otro tipo de activos o contratos, distintos de la actividad
contractual con el sector público, que se impactó con el acto administrativo de
caducidad.
Por ello, la Sala tomará como prueba de los ingresos las certificaciones
provenientes de entidades del sector público, en las cuales se identificó el valor
del respectivo contrato, de acuerdo con la relación antes expuesta y con relación a
los costos y gastos, utilizará como base la declaración de renta para el año de
2003, en la cual aparece el rubro de gastos operacionales por la suma de
$95’550.000, para estimar una utilidad neta de $6’351.000, que representa el
6.23% de los ingresos.
Por otro lado, aportó una certificación referida a un contrato celebrado en el año
2002 por valor de $498.80096, empero esa cifra única no permite construir una
serie acerca del comportamiento histórico de la contratación de la demandante,
como herramienta para proyectar el periodo futuro de 5 años mencionado.
Además se tiene presente que la empresa era de creación reciente (2001).
96
Folio 14, cuaderno 2. Corresponde al único contrato que se probó para el año 2002, incluido en
la certificación de la Gobernación del Quindío.
sanción, de manera que la utilidad neta estimada en 2003 se tomará como base
estable de la liquidación en cada uno de los cinco años, y se le aplicará la
variación anual del IPC (enero a enero), a partir de enero de 2004 y hasta enero
2009, que corresponden al periodo de 5 años en que la demandante se vio
inhabilitada por razón del acto administrativo de caducidad contractual que se
anulará en este proveído.
Daño Emergente
$4’132.919 x 6.23% = $257.480
Lucro cesante
El valor de los perjuicios por la sumatoria del daño emergente y lucro cesante,
correspondiendo el primero a la utilidad que no se pudo causar en el contrato
objeto de la caducidad y el lucro cesante, a la utilidad que se dejó de percibir en el
periodo en que estuvo vigente el efecto de la caducidad, esto en los 5 años
siguientes a la sanción.
97
Variación del IPC anual, enero – enero.
De conformidad con la fórmula de actualización tradicionalmente utilizada por el
Consejo de Estado, el valor de los perjuicios se actualiza de la siguiente manera:
No se accede la condena por concepto de intereses, toda vez que de acuerdo con
la jurisprudencia unificada de la Sección Tercera del Consejo de Estado 99, con
anterioridad a la fecha de la sentencia que declara la nulidad del acto
administrativo opera la presunción de legalidad y por ello, en ese lapso no hay
lugar a la exigibilidad de una obligación dineraria sobre el valor de los perjuicios 100.
8.9. Falta de prueba del daño moral causado por la caducidad del contrato.
98
http://www.dane.gov.co/index.php/indices-de-precios-y-costos/indice-de-precios-al-consumidor
-ipc- . Variación, Índices y Ponderaciones – Series de Empalme.
99
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sala Plena,
Consejero ponente: Danilo Rojas Betancourth, sentencia de 12 de julio de 2012, radicación
número: 85001-23-31-000-1995-00174-01(15024), actor: Nimrod Mir Ltda., demandado: Municipio
de Chámeza - Casanare-. referencia: controversias contractuales, apelación sentencia.
100
“En relación con los intereses moratorios sobre esta cifra, la Sala considera que no hay lugar a
condenar a la entidad territorial por tal concepto. Al respecto es conveniente recordar la tesis
expuesta con anterioridad –párrafo 21.4– acerca de que el acto administrativo a través del cual se
impone una multa o se hace efectiva una cláusula penal pecuniaria está amparado con la
presunción de legalidad, y que por tal motivo solo a partir de la sentencia que lo anula se causan
los intereses moratorios, pues es entonces cuando nace la obligación de pago correspondiente a
cargo de la entidad. En el caso concreto, la Sala encuentra que el acto a través del cual la entidad
territorial declaró la caducidad del contrato, resolución n.° 44 del 21 de julio de 1994 –párrafo 9.3–,
se presume ajustada al ordenamiento jurídico hasta que la presente sentencia que declarará su
nulidad se halle en firme y, en tal virtud, también la inhabilidad con la que legalmente se sancionó
al demandante para contratar con las entidades estatales por espacio de cinco años está
amparada con la presunción de legalidad. Así, solo a partir de la ejecutoria de esta providencia, en
los términos correspondientes del Código Contencioso Administrativo, la entidad se encontrará en
mora del pago de la suma reconocida a título de lucro cesante, puesto que la fuente de esta
obligación dineraria es la sentencia.”
postura y reconoció la posibilidad de reclamar frente al Estado el daño moral
causado por la pérdida de un bien material, frente a lo cual ha sostenido en forma
reiterada que el daño moral por la pérdida patrimonial, en materia contractual,
debe ser demostrado con pruebas fehacientes que acrediten su existencia y
magnitud101
En este sentido, con el fin de obtener la condena por el daño moral ocasionado
por la pérdida de una utilidad generada en la contratación estatal a la que la
demandante no pudo acceder ante la inhabilitación en que lo colocó el acto
administrativo de caducidad del contrato, ilegalmente impuesto, la demandante
debe probar la materialización del daño moral, es decir la afectación mental,
emocional o psicológica que sufrió real y efectivamente por la pérdida imputable a
la actividad del Estado, con base en hechos fehacientes debidamente
demostrados por cualquier medio de prueba idóneo o con conceptos profesionales
acerca del deterioro de la salud mental 102, pues se advierte que no hay lugar a
presumir el daño moral por el hecho del revés económico de la empresa
contratista o por las consecuencias materiales adversas que la pérdida patrimonial
implica.
Por la misma razón, tal como ha sostenido la jurisprudencia de esta Sala 103, no es
viable generalizar la afectación producida por una declaración de caducidad del
contrato frente a la esfera personal, puesto que los seres humanos reaccionan en
forma muy diferente ante las pérdidas patrimoniales, como es diversa su
capacidad de resiliencia, además de que las condiciones del entorno inciden en
forma muy importante en la imposibilidad de sobreponerse al impacto emocional,
todo lo cual debe ser probado y valorado para fundar la condena por el daño moral
en el escenario contractual, en cada caso concreto.
En este punto la Sala se detiene en las pruebas del perjuicio moral solicitado en el
presente proceso. Algunos de los testigos, dos comerciantes 104, observaron que el
señor Roberto Vargas Villamizar se veía deprimido por la dificultad económica que
afrontaba ante la imposibilidad de obtener crédito para nuevos negocios. Estas
afirmaciones resultan insuficientes para apoyar una condena al resarcimiento del
daño moral, pues constituyen apreciaciones generales, que no concretaron
hechos o circunstancias específicas para evidenciar el daño, además de que en
101
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, Consejero
Ponente: Enrique Gil Botero. 23 de Mayo de 2012, Radicación Número: 05001-23-24-000-1993-01039-
01(21269), actor: José Vicente Vallejo Sánchez, demandado: Municipio de Medellin, referencia: acción de
reparación directa.
102
Un parámetro legal reciente del concepto se encuentra en la definición de la Ley de Salud
Mental, No. 1616 de 2013, el cual puede ayudar la tarea de concretar una prueba de la “afectación
espiritual” que anteriormente mencionaba la doctrina acerca del daño moral: “La salud mental se
define como un estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del comportamiento y
la interacción de manera tal que permite a los sujetos individuales y colectivos desplegar sus
recursos emocionales, cognitivos y mentales para transitar por la vida cotidiana, para trabajar, para
establecer relaciones significativas y para contribuir a la comunidad”
103
Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección A, Consejero Ponente Mauricio Fajardo
Gómez, sentencia del 17 de abril de 2013, Gerardo Palacios Osma Vs Corporación La Candelaria,
radicación: 250002326000199704857 01, expediente: 20.618, acción: contractual.
104
Rafael Antonio Patiño y Oscar de Jesús Osorio, pruebas descritas en el punto 2.35.
este proceso la demandante optó por no acudir a un prueba técnica, proveniente
de personas que estuvieran en capacidad de dar un concepto profesional acerca
de la afectación emocional del señor Roberto Vargas Villamizar, la cual habría sido
una herramienta posible para esclarecer la realidad del daño moral alegado.
9. Costas
Habida cuenta que para el momento en que se dicta este fallo, el artículo 55 de la
Ley 446 de 1998 indica que sólo hay lugar a la imposición de costas cuando
alguna de las partes hubiere actuado temerariamente y, en el sub lite, ninguna
actuó de esa forma, en el presente asunto no habrá lugar a imponerlas.
FALLA