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Para la doctrina alemana de principios del siglo XX precisó una distinción que
mantiene plena vigencia hasta el día de hoy: separó el principio dispositivo
material y el principio dispositivo procesal, como explica Liebman, bajo el
estimulo de las reformas legislativas y una mirada más analítica a los
ordenamiento procesales, hizo entrada la tendencia a distinguir el derecho
exclusivo de las partes, por un lado el derecho exclusivo de las partes de
proponer el proceso y pedir la tutela jurisdiccional por los propios
interesados, en otra regla de la iniciativa de las partes en la instrucción de
la causa.3
1
Véase: Morón, Manuel, Derecho Procesal Civil. Cuestiones Fundamentales (Madrid, Marcial Pons), 1993, p. 84.
2
afirma Devis, Hernando, La iniciativa probatoria del juez en el proceso contemporáneo, en Revista Iberoamericana de
Derecho Procesal, 4 (1967), p. 637, aquel concepto riguroso de derecho privado se reflejó intensamente en las
nociones de acción y jurisdicción en materia civil y comercial, por ende, el juez debía ser totalmente pasivo,
carente de iniciativa de impulso frente a la actividad de los litigantes y, al mismo tiempo, no debía gozar de
ningún tipo de herramienta para investigar la verdad.
3
Cfr., Liebman, Tulio Enrico, Fundamento del principio dispositivo, en Revista di Diritto Processuale, 4 (1960), pp. 551-
552.
materiales en el proceso, se debe encontrar la diferencia cuando se hable
del fundamento del principio dispositivo.
Hugo Alsina expresa que el sistema dispositivo confiere a las partes el dominio del
procedimiento y que sus reglas fundamentales son las siguientes: “… el juez no puede iniciar de
oficio el proceso (nemo iure sine actore); no puede tener en cuenta hechos ni medios de prueba
que no han sido aportados por las partes (principio de presentación: quod non est in actis non
est in mundo); debe tener por ciertos los hechos en que aquellas estuviesen de acuerdo (ubi
partis sunt concordes nihil ab judicien); la sentencia debe ser conforme a lo alegado y probado
(secundum allegata et probata); y el juez no puede condenar a más ni a otra cosa que la pedida
en la demanda (ne eat ultra petita partiun)”.4
Reglas que en su parte fundamental se mantienen cuando varios procesalistas analizan este
principio, al cual Alsina lo denomina sistema.
Tal es el caso de Enrique Véscovi, quien al abordar sobre este principio lo hace a través de los
subprincipios que a su criterio lo caracteriza y concreta en los siguientes:
- El proceso debe comenzar por iniciativa de parte y por tanto el juez no puede hacerlo de
oficio.
- El objeto del proceso lo fijan las partes, y es dentro de esos límites como el juez debe
decidir.
- Las pruebas que se actúen son aquellas que las partes soliciten y el juez o tribunal deberá
fallar de conformidad con lo alegado y probado por las partes; por tanto la sentencia debe
fijarse dentro de los límites de las pretensiones deducidas por el actor y aquello que
reconoce o controvierte el demandado.
- Los recursos, en especial el de apelación sólo pueden ser interpuestos por las partes que
han sido agraviadas y el tribunal superior no tendrá más facultades de revisión que
aquellas que han sido objeto del recurso.
- Las partes, pueden, además, disponer no sólo de los actos procesales,
sino del propio proceso, el actor desistiendo de su pretensión o
pretensiones y el demandado allanándose a ella o ellas.
- Así mismo, el impulso procesal se realiza por medio de las partes y no de
oficio. 5
4
ALSINA, Hugo, Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial, Ob. Cit., p. 101 y
102.
5
VESCOVI, Enrique, Teoría General del Proceso, Ob. Cit., p. 45 y 46.
Por tanto, el Constituyente de 1998, al haber adoptado el sistema oral como
sistema procesal en el Ecuador lo hizo sobre la base de principios procesales entre
ellos, el dispositivo, cuyos subprincipios desarrollados en la doctrina son
aplicables en la mayor parte de materias como civil, laboral y otras; y que, en
materia penal por su propia naturaleza y la forma cómo se conceptualiza la
acción, el proceso y el rol del juez o tribunal, se adopta lo que en el ámbito penal
y según el Dr. Walter Guerrero Vivanco se denomina “sistema acusatorio oral
público moderno de corte anglosajón”.6
Para entender mas lo que enfoca el estudio del principio dispositivo los
determinaremos tanto en las doctrinas tradicional, contemporánea, clásica y
moderna en cuanto a la aplicación de este principio; como nos menciona el autor
Adrian Simons Pino, esta idea del proceso civil es reflejo de un pensamiento
conservador ya superado, que entiende al mismo como un objeto privado que
únicamente corresponde a las partes en conflicto, en donde el juez es un árbitro
que se guía por la aportación libre de los litigantes, además de esta obtica los
mismos jueces deben admitir a tramite todas las demanda sin que puedan
practicar ningún control previo de las mismas, solo ejercen poderes
jurisdiccionales.7
El profesor peruano Juan Monroy Gálvez, señala que “lo más importante en el
proceso no es que los particulares resolvieran su conflicto sino que, a través
de él, el derecho objetivo –creado por el propio Estado– se tornará eficaz y
respetado, y asimismo, a través de la exigencia judicial del cumplimiento
del derecho objetivo, se logrará la paz social en justicia”. El proceso civil
deja de importar únicamente a los justiciables, para pasar a considerarse
una actividad pública. A pesar de que el proceso inicia únicamente por
6
GUERRERO Vivanco, Walter, Los Sistemas Procesales Penales, PUDELECO EDITORES S.A.,
Ecuador, 2001, p. 8.
7
Adrian Simons Pino,”Poderes Jurisdiccionales: el dilema entre juez activo y el juez autoritario” en XXVI Congreso
Colombiano de Derecho Procesal, Bogotá, Universidad Libre, 2005,p.822
voluntad de las partes, se lo hace a través del ejercicio del derecho de
acción, que es un derecho subjetivo y público. Entonces, si bien no queda
duda de que dentro del proceso civil se discuten, en esencia, intereses de
índole privada, no puede afirmarse o concluirse ineludiblemente, que el
proceso sea también un objeto privado.
Se propone entonces una nueva concepción del principio dispositivo, donde el
juez deja de ser un observador pasivo, limitado e impasible frente a la lucha
procesal entre las partes. Se le confieren facultades oficiosas ante la falta
de iniciativa de los justiciables para evitar que éstos manipulen el proceso,
logrando efectivizar así principios como la igualdad, buena fe y lealtad
procesal, economía y celeridad.
Es claro que el Principio Dispositivo tiene por objeto dar cuenta del fundamento
y ámbito de aplicación que tiene y debe reconocerse al principio dispositivo
en el marco del Proyecto de Código Procesal Civil, con la finalidad de
determinar cuál es su grado de influencia en la distribución de roles o tareas
procesales. Junto a lo anterior, este pretende hacerse cargo de una serie
de problemas netamente procesales derivados de la consagración de este
principio mediante reglas expresas, analizando su relación con la aportación
de prueba ex officio, con la introducción de los elementos de hecho, y con
la aplicación judicial del Derecho.
PALABRAS CLAVES
Laxamente.- Relajadamente
Cabe destacar que la aplicación del principio dkispositivo propone una nueva
concepción donde el juez deja de ser observador pasivo, limtado e
impasible frente a la lucha procesal entre las partes ya que se le confiere
facultades oficiosas ante la falta de iniciativa de los justiciales y para
evitar que estos manipulen el proceso, logar de una forma efectiva que se
apliquen los principio de igualdad, buena fe y lealtad procesal, economía y
celeridad.
*(1) Alsina.” Derecho Procesal”. Tomo 1, pagina 451. 2º edición. Editorial Ediar.
1.- Cuales son los subprincipios que habla Enrique Véscovi, que lo caracteriza
cuales son.
5.- Señale sobre que articulo del Codigo organico de la función judicial y la
constitución versa el principio dispositivo.