Por: María Isabel Rueda | 11:41 p.m. | 02 de Octubre del 2010
Para ser francos, me habría parecido más saludable para la
democracia seguir tolerando que Piedad Córdoba dijera e hiciera sus barbaridades como congresista, atenida a los límites que mal que bien le imponía su investidura. Pero el Procurador considera que la comprometen seriamente los computadores de 'Reyes' y me dicen que también, a primera ojeada, los de 'Jojoy'.
En los primeros se confirma la existencia de una persona llamada
Teodora Bolívar, muy valiosa para las Farc, porque se cartean con frecuencia, les da instrucciones, consejos, y tiene gran cercanía con Hugo Chávez. Y si hay colombianos condenados por el intento de "refundar la patria" con el apoyo de los paramilitares, Teodora Bolívar pretendía que hubiera una constituyente en Colombia para que el gobierno de Uribe fuera reemplazado por uno acordado con las Farc, cuya "existencia y resistencia" defiende Teodora a toda costa, por considerar que sin ellas "ya no existiría oposición en Colombia".
Teodora les da instrucciones a las Farc para que no entreguen
pruebas de supervivencia de los secuestrados en video sino en audio, probablemente para que la opinión no se moleste con imágenes de su desgaste físico. Al fin y al cabo, dice Teodora, "Íngrid está flaca pero siempre ha sido flaca, y no se va a morir de eso".
Teodora se manifiesta molesta "con los ricos de Colombia, que se
enriquecen a costa de Venezuela. ¿Pero qué tal que se les voltee la torta y Chávez deje de comprarle a Colombia y se quebraran todos esos tipejos?". Increíble la premonición de Teodora. También les dice a las Farc que hay que "catapultar a Chávez antes del 2 de diciembre, cuando debe ganar sobrado la reforma constitucional". Y por eso "me atrevo a pedirles, con todo respeto, esas pruebas de vida (de los secuestrados), para que mi comandante Chávez se las muestre al mundo". Y luego les dice a las Farc en una de sus comunicaciones que deben soltar a alguien porque Chávez se está cansando y "se les quiere bajar del tren", pero "que no sea Íngrid, porque el resto les importa un carajo".
Después de leer eso, uno concluye que Teodora Bolívar y Piedad
Córdoba no pueden ser la misma persona. No pueden serlo, porque a Piedad, Uribe le encargó una misión humanitaria con los secuestrados, y lo que está haciendo ella es utilizarlos, tanto para ayudar electoralmente a Chávez, como para catapultar los objetivos que las Farc buscan con esos secuestros.
Y aunque es cierto que para demostrar que sí lo son, solo existen
cartas y documentos sacados de los computadores de 'Raúl Reyes' y en cambio ninguno sustraído de algún computador de Piedad en el que ella firme bajo el seudónimo de Teodora, los cotejos de la Policía Judicial le permiten establecer en su fallo al Procurador que realmente es la misma persona.
Tanto Teodora Bolívar como Piedad Córdoba llegan el 16 de
septiembre del 2007, a la poco habitual hora de las cuatro de la madrugada, a Caracas. Las dos, Teodora y Piedad, vuelven a encontrarse el 27 de octubre, a la misma hora, en Venezuela. Teodora y Piedad coinciden al mismo tiempo el 30 de octubre siguiente con 'Simón Trinidad', en Washington. Y el 4 de noviembre, tanto Teodora como Piedad cancelan un viaje a España que tenían programado, ambas invitadas al mismo foro humanitario, porque a las dos las llaman sus deberes humanitarios a Venezuela. Ante estas y otras pruebas semejantes, al abogado de Piedad no le quedan sino dos alternativas. O aceptar que Teodora y Piedad son la misma persona, y atenerse a las consecuencias. O demostrarnos que si Teodora y Piedad tantas veces coincidieron en el mismo sitio, a la misma hora, con la misma gente, no es porque sean la misma persona, sino sencillamente porque son hermanas siamesas.
Puede que anduvieran pegadas. Pero mientras una siamesa quería
aprovecharse políticamente de los secuestrados, la otra solo tenía el interés de liberarlos.
Carta Del Periodista Daniel Mendoza Leal A Daniel Palacios, Director de La UNP, en La Que Explica Por Qué El Funcionario Hace Parte de La Fábrica de Crímenes Que Dirige Álvaro Uribe Vélez PDF