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SALIM LEONARDO MORANCHEL CONTRERAS

Presunto culpable.
Este documental es desarrollado por dos abogados quienes llevan 8 años en tema
de estadísticas, por lo que llegan a descubrir que los jueces no participan en los
juicios y que cualquier funcionario menos el juez puede presidir una audiencia, e
incluso premian policías y diversas autoridades del sistema penal por detener y
acusar personas (que en su mayoría llegan a ser inocentes). Al darse cuenta de
esta terrible situación deciden por encontrar la respuesta a la
siguiente interrogante: ¿Qué sucede con la justicia de México?
Este documental lo que hace es revelar el rostro macabro de la justicia mexicana.
Un documental que todos debemos ver, porque un día podemos ser víctimas de
quienes, supuestamente, están ahí para defendernos de los criminales.
El documental retrata la miserable realidad. Antonio, acusado sin una sola prueba,
recibe la condena a 20 años de cárcel por un homicidio que no cometió. El primer
defensor, un abogado de oficio, incumple con su deber y no presenta batalla. La
familia del presunto culpable encuentra un par de jóvenes abogados que hacen
suya la causa de Antonio. Poco a poco se van descubriendo entuertos y
trapisondas.
Resulta que el defensor de oficio carece de cédula profesional para litigar. Ahí
nomás para comenzar. Gracias a ello, se “repone” el juicio. La verdad es que no
tengo idea de si ese es el término técnico: “reponer”, pero precisamente esto es
parte del quid del documental. La impartición de justicia se ha vuelto tan técnica,
tan esotérica, que sólo unos pocos iniciados tienen acceso a ella. El “Derecho”
(me choca ponerle mayúsculas) se aleja más y más de las personas, hasta el
punto de que unos señores detrás de unos escritorios pueden decidir sobre
nuestra vida sin que nosotros podamos comprender los motivos por los que nos
condenan o nos absuelven.

Los jóvenes se van a Estados Unidos a un posgrado, pero consiguen que un


penalista se haga cargo del asunto y, desde lejos, siguen el tema. El defensor
descubre más y más irregularidades. Los retratos hablados no constan en el
expediente y, por ello, no hay manera de constatar si hay parecido entre ellos y el
presunto culpable.

La prueba de pólvora, esa que demuestra si uno disparó recientemente un arma,


es negativa. Simplemente, nadie puede probar alguna relación entre el acusado y
la víctima. Tres testigos aseguran que el presunto culpable se hallaba en otra
parte de la ciudad cuando el delito. Sólo un testigo apoya al ministerio público,
pero este testigo ni siquiera vio el disparo. Y, en el colmo de los colmos, el testigo
se echa para atrás en el careo, frente a la cámaras.

¿El resultado? el juez vuelve a declarar culpable al pobre Antonio añadiéndole


unos días más, quizá por andar de rezongón, para que aprenda “a no llevarse”.
Tal y como lo consignan las imágenes el juez actúa discrecionalmente,
arbitrariamente. Y de los investigadores, mejor ni hablar. Dan miedo.
SALIM LEONARDO MORANCHEL CONTRERAS

Tempestad.

Tempestad ofrece la oportunidad de revalorar y admirar a la mujer por cualidades


mucho más profundas y trascendentes. Miriam y Adela han atravesado las
inclemencias del país sin torcerse. En los momentos más duros, corroboraron que
el amor es la única arma que tienen para enfrentar al diablo. La tempestad no las
hincó, las creció. En un país en el que la causa de muchos horrores, sino es que
de todos, se originan en una crisis de amor, del reconocimiento más esencial, de
la falta de claridad en las prioridades vitales que compartimos los habitantes de
este territorio, rescatar con la suavidad y la inteligencia de Huezo relatos de lucha,
perseverancia y valentía de este tipo, abren una luz en la caverna que todavía no
acabamos de asimilar que habitamos.
Miriam es recluida en una cárcel controlada por el crimen organizado mientras que
Adela busca a su hija desaparecida. Ambos testimonios configuran una realidad
donde la violencia ha tomado el control de nuestras vidas, nuestros deseos y
sueños. “Tempestad” explora la travesía emocional de dos mujeres y el significado
del miedo y los estragos de la impunidad. Dos voces que nos adentran en su ser
más profundo, donde habitan la pérdida y el dolor, pero también el amor, la
dignidad y la resistencia.
Tempestad es un documental mexicano dirigido por Tatiana Huezo que aborda el
tema del crimen organizado y la justicia en México a través de la historia de dos
mujeres, Miriam y Adela, la primera injustamente acusada de tráfico de personas y
condenada a una prisión dominada por un cártel del narcotráfico, mientras que la
segunda lleva diez años buscando a su hija desaparecida.
Este documental narra las historias de Miriam Carvajal y Adela Alvarado. Miriam,
empleada del aeropuerto de Cancún, Quintana Roo, es acusada injustamente de
tráfico de personas y condenada a una cárcel del norte de México dominada por
un cártel del narcotráfico. Adela, payasa de un circo, busca desde hace una
década a Mónica, su hija desaparecida.
Tempestad muestra el viaje simultáneo de ambas mujeres. La primera se traslada
del norte al sur del país para reencontrarse con su hijo tras purgar su condena,
mientras que la segunda realiza "un viaje emocional donde las carreteras, con sus
retenes policiacos, sirven como recordatorio de la crisis de violencia y seguridad
de México." Las imágenes de ambos testimonios retratan un país en donde la
violencia ha tomado el control. "Frente a eso, la claridad de dos mujeres, que
como un pequeño y revelador acto de resistencia, se niegan a conformarse con
esta realidad.
SALIM LEONARDO MORANCHEL CONTRERAS

La controversia de Valladolid.
La controversia de Valladolid fue un célebre debate que tuvo lugar en 1550 y 1551
en el Colegio de San Gregorio de Valladolid, dentro de la llamada polémica de los
naturales (indígenas americanos o indios), y que enfrentó dos formas antagónicas
de concebir la conquista de América. Se confrontaron las tesis de los defensores
de los indios representadas por Bartolomé de las Casas, y las de Juan Ginés de
Sepúlveda, que defendía el derecho y la conveniencia del dominio de los
españoles sobre los indígenas, a quienes además concibe como naturalmente
inferiores.
Las tesis lascasianas estaban muy influenciadas por la Escuela de Salamanca.
Varios en esa Junta (Soto y Cano) eran discípulos de Francisco de Vitoria, muerto
cuatro años antes, en 1546. El debate de Valladolid sirvió para actualizar las
Leyes de Indias y crear la figura del “protector de indios”.
En 1550 un legado papal es enviado a Valladolid con una misión precisa:
determinar si los indígenas son seres humanos completos y verdaderos, criaturas
de Dios, descendientes de Adán, o si, por el contrario, como se venía afirmando,
son seres de una categoría distinta, inferior, o incluso súbditos del Imperio del
Diablo. En su toma de decisión le asesoran dos consejeros de pareceres
opuestos:
Ginés de Sepúlveda, filósofo, teólogo y jurista, que propugna la evangelización
radical y la supresión de los valores indígenas y que por entonces acababa de
publicar en Roma su Tratado de las justas causas de la guerra contra los indios.
En el lado contrario, el obispo dominico Bartolomé de Las Casas, defensor de la
causa india, de la evangelización pacífica, y contrario a la esclavitud.Uno y otro
saben que la confrontación será decisiva y que los siglos venideros no la
olvidarán.
Uno y otro tendrán que decirlo todo, incluso lo que nunca se dice.Se hace
necesario, pues, que el debate se realice en un encuentro casi secreto.
Carrière, a través de un formidable ejercicio dialéctico, nos hará asistir a esta
confrontación de ideas e intereses que va a tener lugar en el Convento de San
Gregorio de Valladolid.
Las conclusiones de la famosa Controversia no fueron oficialmente publicadas
pero los protagonistas de aquellas consideraciones, los indígenas de las nuevas
tierras, continúan siendo hoy día la cara más amarga de Guatemala, Chiapas,
Perú...
Esta Controversia en pleno siglo XVI, avivada por el ancestral temor ante lo
desconocido, por el desencuentro de pueblos y culturas, estuvo presidida por la
"legitimidad" de las conquistas y el derecho a explotar bienes, recursos y
personas.
SALIM LEONARDO MORANCHEL CONTRERAS

Vigilar y castigar.
Según Foucault, desde la Edad Media el suplicio era un riguroso modelo de
demostración penal, cuyo objetivo era el de manifestar la verdad que se había
obtenido gracias al resto del proceso penal, y que hacía del culpable el pregonero
de su propia condena al llevar el castigo físicamente sobre su propio cuerpo
(paseo por las calles, cartel, lectura de la sentencia en los cruces...). Además, el
suplicio también consistía en un ritual político, ya que en el derecho de la Edad
Antigua el crimen suponía sobre todo un ataque al soberano, que era aquel del
que emanaba la ley. Por tanto, la pena no solo debía reparar el daño que se había
cometido, sino que suponía también una venganza a la ofensa que se había
hecho al rey.
Sin embargo, entre los siglos XVII y XIX comienzan a desaparecer los suplicios,
debido básicamente a dos procesos:
La desaparición del espectáculo punitivo. Los días de ejecución y de suplicio eran
momentos propicios para que se cometieran desórdenes entre el público. Además,
con frecuencia el condenado llegaba a convertirse en objeto de admiración. A
partir del siglo XIX, el castigo pasa a ser la parte más oculta del proceso penal.
El relajamiento de la acción sobre el cuerpo del delincuente. Aunque las nuevas
penas (trabajos forzados, prisión...) también son “físicas”, el cuerpo se toma en
ellas como un medio para privar al delincuente de la libertad. El objeto de la
operación punitiva deja de ser fundamentalmente el cuerpo y pasa a ser el alma.
Deja de juzgarse simplemente un hecho delictivo para pasar a juzgarse toda una
serie de pasiones, instintos, anomalías, inadaptaciones, etc. con las que se califica
a los individuos, los “delincuentes”, «no ya sobre lo que han hecho, sino sobre lo
que son, serán y pueden ser». Esto, además, supondrá la aparición de toda una
serie de expertos (psiquiatras, educadores, funcionarios...) alrededor del castigo.
SALIM LEONARDO MORANCHEL CONTRERAS

Una teoría de los grupos y las organizaciones.

Dentro del texto se dice que hay dificultades al momento de tratar de tener
finalidad en la organización, aunque cabe destacar, una de las finalidades de las
organizaciones es proteger los intereses de sus miembros, pero a su vez, algunas
de las organizaciones pueden llegar a no favorecer los intereses de sus miembros,
mientras que otras pueden llegar a sentir la tentación de servir solo a los fines que
los lideres persiguen.

Las organizaciones o asociaciones existen para proteger los intereses de sus


miembros, por ende esta “actividad” no es nueva ni exclusiva de la economía. De
acuerdo a lo que se menciona el Estado era el principal fomentador de los
intereses comunes de sus ciudadanos.

A los intereses que se aspira en los diversos tipos de organizaciones favorezcan


en su mayoría serán los intereses comunes, ejemplo de ello es el de los
ciudadanos los cuales confían en un buen gobierno. Se menciona que no tiene
objeto de tener una organización cuando la acción individual no organizada puede
servir a los intereses de la persona igual o mejor que la organización.

La acción individual no organizada no será capaz de favorecer el interés común o


simplemente no podrá favorecerlo adecuadamente, mientras que las
organizaciones pueden desempeñar una función cuando hay intereses comunes o
de grupo, aunque en múltiples ocasiones sirven a intereses los cuales también
pueden llegar a ser personales e individuales, siendo su función característica y
primordial el fomento a los interés comunes de grupos de personas. Dentro del
texto, el autor menciona a Harold Laski quien recalcó que las organizaciones
existen para lograr las finalidades y favorecer los intereses que un grupo de
personas que tienen en común.

Las asociaciones políticas fueron creadas y sostenidas por las “ventas generales”
que traen consigo. La combinación de intereses individuales e intereses comunes
en una organización sugiere una analogía con un mercado competitivo, siendo
utilizado en primer plano el modelo consistente en la oferta y la demanda; los
SALIM LEONARDO MORANCHEL CONTRERAS

ajustes serán efectuados por las empresas que ya se encuentran en la industria y


no por los nuevos participantes, esto se podría relacionar con la maximización de
utilidades y por ende, las personas racionales apoyara ciertamente a una
organización grande.

Los sindicatos serán organizaciones a través de las cuales los trabajadores


lucharan para obtener las mismas cosas que obtienen mediante sus esfuerzos
individuales en el mercado, cabe destacar que en las organizaciones se hará
participe con frecuencia un elemento emocional o ideológico. El Estado Nacional
servirá para poner a prueba la objeción.

Los servicios más fundamentales que una nación-Estado debería de proporcionar


deberían de estar siendo considerados como el precio más alto en un mercado
competitivo, es decir, deben estar al alcance de todos, si lo están de alguno. Un
Estado es una organización encargada de proporcionar bienes públicos a sus
miembros los cuales serán los ciudadanos, pero también pueden llegar a
proporcionar bienes no colectivos.

Los grupos y asociaciones privados funcionan con base a principios muy


diferentes de los que gobiernan las relaciones entre empresas en el mercado o
entre los contribuyentes y el Estado. Mientras mayor sea el grupo de participantes
disponibles para compartir los beneficios y los costos, mejor será.

La provisión de bienes colectivos en las situaciones ajenas al mercado aumenta


automáticamente cuando el grupo crece, a esa clase de bien público es llamada
“bien colectivo inclusivo”. En los grupos pequeños se puede salir adelante sin
convenio u organización alguna, mientras que en un grupo grande ningún bien
colectivo puede ser obtenido sin algún convenio, coordinación u organización. En
el grupo intermedio u oligopolizado, en donde dos o más miembros debían actuar
simultáneamente para que se pudiese obtener un bien colectivo en el cual debe
haber como mínimo un coordinación u organización tácita; mientras más grande
sea un grupo mas acuerdo y organización necesitara. Los costos de las
organizaciones estarán en función ascendente del número de miembros del grupo.

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