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COMISIÓN DE MAYORDOMÍA
ASOCIACIÓN BAUTISTA MISIONERA DE MÉXICO





SIETE
LECCIONES
SOBRE
MAYORDOMÍA
BÍBLICA

Por:
Miguel Núñez Hernández, Pastor.
Calle 33 No. 157, Col. Estado de México
Nezahualcoyotl, 57210, Estado de México
México
2005-6
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EL PRIMER MAYORDOMO DEL MUNDO

Lección 1.

BASE BÍBLICA: Génesis 1:26-31; 2:15-22.


Gen 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las
bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Gen 1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y
hembra los creó.
Gen 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las
bestias que se mueven sobre la tierra.
Gen 1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está
sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para
comer.
Gen 1:30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se
arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue
así.
Gen 1:31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.
Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

Gen 2:15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para
que lo labrara y lo guardase.
Gen 2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer;
Gen 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que
de él comieres, ciertamente morirás.
Gen 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda
idónea para él.
Gen 2:19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de
los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que
Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.
Gen 2:20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del
campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.
Gen 2:21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste
dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
Gen 2:22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo
al hombre.

INTRODUCCION:
En la Biblia RV60, la palabra mayordomía aparece en la parábola del mayordomo
infiel, Luc. 16:2-4, solamente tres veces, mientras que la palabra mayordomo es más
frecuente. En el Nuevo Testamento, mayordomía es la traducción de la palabra griega
“oikonomia” de donde procede nuestra palabra economía, y se traduce en varios
pasajes de diferente manera, en Luc. 16:2-4, se traduce por “mayordomía”; en 1 Cor.
9:17, por “comisión”; en Ef.1:10 y 3:2 por dispensación; en Col.1:25 por
“administración”. Literalmente oikonomos significa leyes o reglas de una casa y se
refiere a la correcta administración de los bienes materiales de una casa. Por lo tanto, el
mayordomo es la persona encargada de tal administración. Desde el punto de vista de la
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Biblia,. el mayordomo era un siervo que se encontraba plenamente comprometido con el


amo y que mediante su esmerado servicio buscaba su prosperidad y su exaltación. Por el
desempeño fiel en la mayordomía un siervo se le hacía adquirir una posición de
confianza como lo podemos ver en José ante Potifar y el Faraón y Eliezer el anciano
mayordomo de Abraham.
En el principio, Dios colocó a Adán como el primer mayordomo en el mundo. Le
delegó varias responsabilidades como son: multiplicarse sobre la tierra, ser el señor de
la tierra, labrar la tierra, poner nombre a los animales, y cuidar su relación con Dios. El
bienestar del hombre estaba relacionado con la buena administración de lo que Dios le
había entregado en sus manos.

I.- EL PRIMER HOMBRE COMO MAYORDOMO DE DIOS.


El Salmo 8 nos muestra la posición honorable conferida por Dios al hombre:
“Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra.”
Adán fue puesto en la tierra como la máxima expresión de la sabiduría, poder y amor de
Dios. En la plenitud de sus facultades físicas, mentales, morales, y espirituales, Adán
fue creado por Dios para realizar tareas de gran responsabilidad en la reluciente
creación y disfrutar de ella. La administración fiel de todos los recursos otorgados por
el Señor traería beneficio no solamente a Adán sino a sus descendientes también, así
como la gran satisfacción divina. La naturaleza estaba a sus pies, tenía la autoridad para
sojuzgarla y señorearse de ella, sin embargo, no era el dueño ni el rey era un
mayordomo de alta confianza.
De manera común, cuando se menciona el asunto de la mayordomía se piensa en el
dinero, sin embargo Adán nunca estuvo relacionado con el dinero por el simple hecho
de que no existía en aquel momento. La administración de los bienes cuyo dueño es
Dios, no incluye solamente aquellos que son materiales como siembras y cosechas,
ganado, comercio, etc., sino también aquellas cosas que entran en el orden moral y
espiritual. Adán no fue creado solamente para estar al tanto del Edén y cuidar las
siembras y los animales. Eso estaba bien hacerlo porque era un mandato de Dios y era la
forma de obtener su sostenimiento familiar, todo hijo de Dios debe tomar como
ejemplo a Adán de ser cuidadoso en su trabajo porque es la forma sana y honesta de
obtener el alimento diario, sin embargo, también su mayordomía incluía el cuidado de
su vida espiritual. El Señor le mandó no comer del fruto del árbol de la ciencia del bien
y del mal: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto
podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el
día que de él comieres, ciertamente morirás.” Gén. 2: 16-17. Dios deseaba tener una
relación permanente con el hombre que retribuyera en bendición, gozo y una proyección
para el futuro de su bienestar personal y familiar. Tristemente notamos en Génesis 3 el
pecado del hombre que trajo el derrumbe de su vida interior. Salomón en el libro de
Proverbios nos hace la gran advertencia: Sobre toda cosa guardada, guarda tu
corazón; Porque de él mana la vida. Prov. 4:23 La mayordomía incluye por tanto el
cuidado de la vida interior.
Adán también tenía que administrar correctamente la relación con su esposa. Dios se
había dado cuenta de su soledad y dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré
ayuda idónea para él. Gén. 2:18 La mayordomía bíblica también establece el cuidado
de la familia comenzando con la relación matrimonial. En el capítulo 2 de Génesis
encontramos que la responsabilidad en el orden familiar está centrada en el varón. Dios
ve la necesidad en el hombre de una compañera y se la da, pero, el hombre es el que
debe estar al cuidado de su pareja. Esto no quiere decir que la mujer no tenga ninguna
responsabilidad con el esposo, ella también debe ser cuidadosa en darle a su marido la
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posición honorable que le compete en el orden divino. El apóstol Pedro hace referencia
a Sara como ejemplo de sujeción y obediencia para todas las mujeres cristianas: Porque
así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en
Dios, estando sujetas a sus maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole
señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer
ninguna amenaza. 1 Ped. 3:5-6 Sin embargo, Dios pone en el hombre la
responsabilidad del cuidado de su pareja. Una relación sana en pareja haría en Adán un
hombre motivado para realizar sus tareas diarias sin sentir el peso de la responsabilidad
que implicaba su alta posición ante Dios. El trabajo y los problemas que el hombre tiene
que enfrentar diariamente se aligeran con la ayuda de la esposa y más cuando existe una
armonía plena. Nuevamente, el apóstol Pedro recuerda que: Vosotros, maridos,
igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más
frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones
no tengan estorbo. 1 Ped. 3:7.

II.- LA BASE DE LA MAYORDOMIA BIBLICA.


La mayordomía bíblica tiene su fundamento en la soberanía de Dios. El es el Dueño
Absoluto de la creación. Todas las cosas visibles e invisibles le pertenecen al Señor por
derecho propio. Todo fue creado por Él y para Él, Col. 1:16 nos dice: Porque en él
fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él. El hombre fue capacitado con
el fin de reconocer en Dios Su señorío y por consecuencia ejecutar Su voluntad.
Teológicamente, dos nombres de Dios en el Antiguo Testamento precisan el concepto
de su soberanía, uno de ellos es Jehová y el otro es Adonai cuya traducción en el Nuevo
Testamento griego para ambos términos hebreos es Kurios que para nosotros en español
significa Señor. Cabe mencionar de antemano que en el Nuevo Testamento la palabra
Kurios no se utiliza de manera profana sino en exclusiva relación con Cristo. Por
primera vez, Adonai se utiliza en Gén. 15:2 que dice: Y respondió Abram: Señor
Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es
ese damasceno Eliezer?. En este texto, Adonai se utiliza en relación con Dios, aunque
puede ser usado para personas y hasta para los dioses paganos. En referencia con Dios
éste título se menciona en Jos. 3:11; Sal. 97:5 para expresar que El es el dueño de toda
la tierra, el soberano del mundo, o el Señor de todo el universo; en el Sal 136:3 El es el
Señor de los señores, dando a entender que Dios se encuentra por encima de toda
autoridad humana y en Dt.10:17 proclama majestuosamente la soberanía divina:
Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande,
poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho. Por otra
lado, el nombre inefable Jehová usado constantemente en el Antiguo Testamento
enfatiza plenamente su soberanía sobre cualquier idea o hecho de creer que existe otra
divinidad aparte de Él. “¡Jehová es Dios, Jehová es Dios!” exclamaron los israelitas en
el monte Carmelo ante la respuesta divina a la oración y holocausto de Elías, 1 Rey.
18:39. Por lo tanto, el hombre no es dueño de lo que le rodea o tiene, todo se lo debe a
Dios. Y Dios le confiere al hombre el usar correctamente los recursos creados por Él
para que pueda subsistir y expresar su adoración a Dios con gratitud por los bienes
recibidos. Los frutos de la tierra, la vida de sus animales, los hijos, la esposa y aún su
propia existencia emanan de Dios. La mayordomía del hombre consiste en el
aprovechamiento y cuidado de ellos para la gloria de Dios y el bien de él mismo.
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III.- LA OBEDIENCIA EN LA MAYORDOMÍA.


El primer hombre, Adán, fue creado a imagen y semejanza de Dios, Gén. 1:26. Esto
implica que fue creado con amplia libertad de decisión. No era un ser mecanizado
dirigido por la estricta voluntad divina. El tenía la facultad de hacer o no hacer,
participar o no participar en los planes de Dios. Al ser colocado en jardín del Edén era
para que administrara los bienes de Dios. En Gen.2:5, dice que no había hombre que
labrase la tierra y Dios le dio trabajo a Adán (Gen. 2:15), que consistía en labrar la
tierra, guardarla y ponerle nombre a los animales. Adán podía haber rechazado la oferta
de Dios, podía haber salido para otro lugar a conseguir empleo. Uno de los grandes
problemas que aquejan a la gente en todos los países del mundo es conseguir empleo.
Dios puso a Adán en el mejor lugar de la tierra, no como un esclavo sin identidad y sin
digna remuneración, sino como su personal de confianza. Adán era señor de la tierra en
representación de Dios Todopoderoso, como regente, como virrey. Y podemos ver que
Adán aceptó la oferta de Dios. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el
huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase... Jehová Dios formó, pues, de
la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para
que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales
vivientes, ese es su nombre. Gen. 2:15, 19. Existe un detalle especial en el vers. 19,
que dice: “...y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar...” esta frase
implica que Dios estaba de acuerdo con Adán de poner su propia iniciativa y juicio
sobre cómo llamar a los animales. Dios no le dio a Adán etiquetas con los nombres de
los animales y que fuera uno por uno colocando en la frente de ellos estas etiquetas. No,
el hombre tenía libertad para administrar su labor de la mejor manera y vemos que Dios
aprobó lo que hizo Adán: “...y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es
su nombre.” Porque Adán fue obediente al propósito de Dios. Esta es la cualidad
necesaria para cualquier mayordomo. Debe ser obediente a lo que su amo le mande. En
la Biblia, vemos que José, el hijo de Jacob y Eliezer el anciano mayordomo de Abraham
llegaron a ser hombres notables porque eran obedientes. La mayordomía bíblica
requiere hombres y mujeres obedientes al llamado y la labor encomendada por Dios. El
apóstol Pedro dice: Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros,
como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. 1 Ped. 4:10. Los
buenos administradores son obedientes al Señor. Aquí tenemos que poner un alto y
preguntarnos como hijos de Dios, ¿soy acaso un mayordomo obediente al Señor? ¿estoy
cuidando de mi trabajo, mi familia y mi vida personal para la gloria de Dios?

IV. CONCLUSION.
Adán al igual que cada hijo de Dios ha sido creado para administrar los bienes de Dios,
estos bienes no solamente son dinero, sino familia, vida personal, tiempo, etc, Él es el
único Señor de todo y es un privilegio poder participar en la administración de Sus
recursos. Hacerlo con obediencia traerá grandes beneficios para toda la familia y el
honor de ser reconocidos por parte de Dios.
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LAS PRIMERAS OFRENDAS


Lección 2.

BASE BÍBLICA: Génesis 4: 1-5.


Gen 4:1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por
voluntad de Jehová he adquirido varón.
Gen 4:2 Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue
labrador de la tierra.
Gen 4:3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una
ofrenda a Jehová.
Gen 4:4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de
ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;
Gen 4:5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran
manera, y decayó su semblante.

INTRODUCCIÓN.
En este relato encontramos a dos hombres ofreciendo su adoración a Dios por medio de
ofrendas. Desde tiempos muy antiguos, los hombres tenían la costumbre de ofrendar a
Dios como lo notamos en este pasaje bíblico. Caín y Abel vivieron muchos siglos antes
del Diluvio.
“Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová” (v.3). La palabra hebrea minjah
se traduce como “ofrenda, don, tributo, sacrificio, presente, oblación” y se utiliza unas
200 veces en todos los períodos que comprenden el Antiguo Testamento. Traer una
ofrenda era una forma de corresponder a Dios con gratitud por las constantes
bendiciones recibidas.
En el relato bíblico de Caín y Abel se notan tempranamente, por una parte, las actitudes
egocentristas y por otra, las actitudes espirituales en la adoración a Dios. Caín muestra
la naturaleza de un hombre sin el temor de Dios y una fuerte manifestación de
ingratitud, llegando a ser el representante del hombre natural que no comprende las
cosas del Señor y que ni siquiera le interesan; mientras que, Abel es el ejemplo del
hombre que vive bajo la soberanía de Dios y que se somete voluntariamente a El con
corazón agradecido ofreciendo una adoración sincera y espiritual.
Es notable este pasaje, que nos muestra a Caín y Abel como mayordomos en una época
tan primitiva con sus diferentes oficios y que tenían el deber de corresponder a Dios por
el fruto de sus labores.

I.- EL TIEMPO DE ACERCARSE A DIOS.


Caín y Abel tenían un conocimiento claro de acercarse a Dios en cierto tiempo para
rendirle adoración. Tal conocimiento es posible que proviniera de Adán, su padre y
sacerdote familiar, quien había trasmitido la enseñanza a sus hijos. Es de ejemplo, la
actitud de Caín y Abel que aún no eran jefes de familia, sino solteros y que estaban
rindiendo culto a Dios, y aunque no lo dice el texto bíblico debió ser efectuado ante la
presencia de Adán o estando ellos solos. Lo cierto es que estos dos jóvenes tenían un
trabajo que realizar. Caín era labrador y Abel era pastor de ovejas. Es bueno que
recordemos esta enseñanza bíblica y que los padres recuerden que el trabajo constituye
un mandato de Dios que beneficia a la familia y glorifica a Dios. El comentarista Mateo
Henry dice con relación a los hijos jóvenes: “Dadles una Biblia y un oficio y Dios sea
con ellos”. Ahora notemos lo siguiente: “Y aconteció que andando el tiempo…” (v.3),
esto quiere decir que había llegado el tiempo que estos jóvenes tenían que venir ante la
presencia de Dios para traerle los frutos de su trabajo. El campo estaba dando sus
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primeros frutos, las ovejas también se habían llenado de crías, Dios era el Dador
generoso que había hecho crecer plantas y animales. Los frutos de ambos eran producto
de la generosidad de Dios. Digno era por tanto de ser alabado. “…Caín trajo del fruto de
la tierra una ofrenda a Jehová…Y Abel trajo también de los primogénitos de sus
ovejas…” (v.3-4), cada uno vino para ofrecer su ofrenda a Dios. En esto no se ve
forzamiento de sus padres, ni siquiera de Dios, vinieron por su propia voluntad ante
Dios. El apóstol Pablo recuerda que: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como
para el Señor y no para los hombres;” Col.3:23. ¿De qué manera está usted ofrenda a
Dios? ¿Lo hace presionado por la gente o lo hace de corazón sincero? ¿Cuándo trae su
ofrenda a Dios? ¿O se le olvida que tiene que honrar a Dios con sus bienes? ¿O utiliza la
ofrenda bajo el pretexto de suplir necesidades familiares? Sin embargo, a pesar que Caín
y Abel trajeron su propia ofrenda ante el Señor, existió una gran diferencia; no en la
ofrenda misma sino en la actitud que ellos mostraron al presentarla delante de Dios.

II.- UNA OFRENDA QUE FUE RECHAZADA POR DIOS.


1. La ofrenda de Caín fue rechazada porque era en la voluntad humana. Dios
conoce cada uno de los corazones de los hombres, Apoc. 2:23, dice:”…yo soy
el que escudriña la mente y el corazón”; para Él nada hay oculto Heb. 4:13,
también dice: Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia;
antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a
quien tenemos que dar cuenta”; cada persona es como libro abierto ante los
ojos del Señor. El conocía de antemano la actitud de Caín cuando llegó ante Su
presencia para ofrecer su oblación: “ofrenda de vegetales”. No había nada de
malo en lo que estaba ofreciendo. Lo malo estaba en el interior de su ser. El
apóstol Juan nos recuerda que: “…Caín era del maligno…” 1 Juan 3:12. Su
actitud estaba dirigida por un corazón no acorde a la voluntad del Señor. Su
corazón era maligno, lleno de contrariedad, celos, envidia, e indiferencia. El
corazón de Caín no era un corazón espiritual, lleno de amor y gratitud ante su
Creador.
2. La ofrenda de Caín fue rechazada porque era “una ofrenda”. Por lo anterior,
Caín ofreció “una ofrenda”, algo sin importancia, con una actitud indiferente y
sin esmero alguno. Caín pensó al igual que los hombres en la actualidad: ¿por
qué darle a Dios ofrendas? ¿por qué darle mi dinero o mi tiempo a Dios si yo
estoy más necesitado que Él? La palabra limosna antiguamente significaba
“obras de caridad” para la gente, a fin de ayudar y aminorar su situación
económica apremiante, en la actualidad tiene el sentido de dar algo con
desprecio e indiferencia sin la menor atención al dolor del prójimo. En muchos
casos se da limosna para aquietar la conciencia y quitarse a la gente de encima.
Caín estaba dando una limosna a Dios en el más bajo sentido de la expresión.
¡Con qué irreverencia y osadía estaba actuando ante la presencia bondadosa de
Dios! Alguien escribió el siguiente pensamiento: “Dar bien por bien es humano,
dar bien por mal es divino, pero, dar mal por bien es diabólico”. Siglos más
tarde, el profeta Malaquías reprochó duramente a su pueblo de seguir el mismo
camino que Caín: Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es
malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo?
Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto?,
dice Jehová de los ejércitos. Mal. 1:8 La forma mecánica o rutinaria de
acercarse a Dios a para ofrecerle ofrendas nunca le será de Su agrado. Caín no
negó su ofrenda, no estaba en contra de celebrar su ritual a Dios. Pero su actitud
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indiferente hizo que Dios no mirara con agrado su ofrenda ni al él mismo, Gen.
4:5.

III.- UNA OFRENDA QUE FUE ACEPTADA POR DIOS.


1. La ofrenda de Abel fue aceptada porque era en la voluntad de Dios. ¡Qué
contraste con Abel y su ofrenda! Gramaticalmente y en un principio, la palabra
hebrea minjah significaba ofrenda sin sangre u oblación, propiamente se refiere
a ofrenda de vegetales; mientras que la palabra zebah, (Gen. 46:1), se traduce
como sacrificio que era con derramamiento de sangre. Posteriormente, en el
Antiguo Testamento, la palabra ofrenda se refería a ambos casos. Abel tenía un
corazón en armonía con la voluntad de Dios, amaba a Dios y era humilde. La
carta a los Hebreos nos hace mención, también, de la fe de Abel, Heb. 11:4.
Abel era un hombre de fe, de tal manera, que su ofrenda no era una acción que
brotara de un hecho casual y emocional, sino, de un clamor por redención,
puesto, que estaba consciente de su posición de hombre afectado por la caída de
sus padres en el pecado. Con fe, está expresando su necesidad de Dios como
pecador que era y al poner al animal inocente en el sacrificio expresa su
profunda necesidad de perdón y comunión con Dios. El Señor Jesús, le llama: el
justo, Mat. 22:35, porque sus acciones estaban íntimamente relacionadas con un
proceder recto y temeroso de Dios influenciado por la ley del Señor impresa en
su corazón. Y es por eso que la ofrenda que pone delante de los ojos de Dios, no
es una ofrenda cualquiera, es una ofrenda que está dirigida por una actitud
humilde, sensible a la voz de Dios, con un espíritu de adoración genuino.
2. La ofrenda de Abel fue aceptada porque era de lo mejor. La percepción
espiritual que tenía Abel de Dios y lo relacionado con Él, le motiva a poner
delante de Su presencia un sacrificio digno. “Y Abel trajo también de los
primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas.” Gen. 4:4 ¿Por qué le
damos a alguien algún presente que “es de lo mejor”? Porque amamos a tal
persona, reconocemos sus grandes cualidades, en agradecimiento por un favor
grande que nos ha hecho, etc. ¡Cuántas cosas grandes nos ha hecho el Señor!
Aún no siendo indignos de Su misericordia, constantemente extiende Su mano
bondadosa para cada uno de nosotros. Jesús dijo: vuestro Padre que está en los
cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre
justos e injustos. Mat. 5:45 La ofrenda de Abel era el reflejo de un corazón
agradecido con Dios. Como pastor que era, muchas veces se había sorprendido
al ver el milagro de la vida en el nacimiento de sus animales. No comprendía la
grandeza de aquel proceso grandioso. Pero, en su interior, reconocía que todo
esto provenía de Dios. Y podía decir al igual que David: “¿Qué pagaré a
Jehová Por todos sus beneficios para conmigo? Sal. 116:12 Por tanto, Dios
merece que antes de cualquier cosa le entreguemos lo mejor que tenemos de
nuestra vida. Abel, buscó el animal más gordo entre su rebaño, el de mejores
cualidades, y lo presentó delante del Señor, porque El lo merecía.

IV.- CONCLUSIÓN.
La ofrenda es parte de nuestra adoración a Dios que surge de un reconocimiento de Su
grandeza y bondad. Todas las cosas proceden de Él y es correcto que correspondamos
con gratitud a Sus beneficios. Pero, podemos caer en el error de ser insensibles,
rutinarios en la manera de presentarla y llegar hasta ser como Caín o podemos tomar el
ejemplo de Abel de traerle al Señor de lo mejor de nuestra labor, con la plena certeza de
que es Dios mismo quien nos ha prodigado de tantos favores.
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OFRENDAS PARA LA CASA DE DIOS ·


Lección 3.

BASE BÍBLICA: Éxodo 35:4, 5, 20-29


Ex. 35:4 Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto
es lo que Jehová ha mandado:
Ex. 35:5 Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la
traerá a Jehová; oro, plata, bronce,
Ex. 35:20 Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de delante de Moisés.
Ex. 35:21 Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su
espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y
para toda su obra, y para las sagradas vestiduras.
Ex. 35:22 Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y
trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos
presentaban ofrenda de oro a Jehová.
Ex. 35:23 Todo hombre que tenía azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,
pieles de carneros teñidas de rojo, o pieles de tejones, lo traía.
Ex. 35:24 Todo el que ofrecía ofrenda de plata o de bronce traía a Jehová la ofrenda; y
todo el que tenía madera de acacia la traía para toda la obra del servicio.
Ex. 35:25 Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus manos, y traían
lo que habían hilado: azul, púrpura, carmesí o lino fino.
Ex. 35:26 Y todas las mujeres cuyo corazón las impulsó en sabiduría hilaron pelo de
cabra.
Ex. 35:27 Los príncipes trajeron piedras de ónice, y las piedras de los engastes para el
efod y el pectoral,
Ex. 35:28 y las especias aromáticas, y el aceite para el alumbrado, y para el aceite de
la unción, y para el incienso aromático.
Ex. 35:29 De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron
corazón voluntario para traer para toda la obra, que Jehová había mandado por medio
de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová.

INTRODUCCIÓN
Los cristianos han recibido grandes y maravillosos regalos de Dios. Tienen los regalos
de la salvación, el compañerismo con Cristo, Su fortaleza, el privilegio de ser un
colaborador con El y la enseñanza, el consuelo y la dirección del Espíritu Santo. Jesús
dijo: ". . . de gracia recibisteis, dad de gracia" (Mateo 10:8). Puesto que hemos recibido
tanto de Dios, debemos estar dispuestos a ser fieles mayordomos de esas bendiciones.
Podemos aprender por el ejemplo de los israelitas que hay un verdadero gozo en dar.

I.- UNA CASA PARA DIOS


Cuando los israelitas acamparon en las riberas del Mar Rojo, después de su liberación
del cautiverio, cantaron: "Jehová es mi fortaleza y mi cántico, / Y ha sido mi salvación. /
Este es mi Dios, y lo alabaré; / Dios de mi padre, y lo enalteceré" (Éxodo 15:2). Los
israelitas prometieron construir a Dios una casa en la cual El pudiera habitar en medio
de ellos.
Después de que Moisés regresó de haber hablado con Dios en el monte Sinaí, reunió al
pueblo y le contó algunas de las maravillosas noticias. Dios quería habitar en medio de
Su pueblo. La oportunidad de cumplir su promesa de construir una casa para Dios se les
presentó.
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Los israelitas estaban en constante movimiento, viajando a través del desierto hacia
Canaán. Dios quería viajar al lado de Su pueblo. ¿Qué tipo de casa les dijo El que le
construyeran? ¡El quería una tienda de campaña! Una bonita y costosa tienda de
campaña que ellos podrían poner y quitar y volver a poner dondequiera que ellos
acamparan. La tienda de campaña se llamaría el Tabernáculo.
Dios ordenó a Moisés que construyera el Tabernáculo justamente en el centro del
campamento israelita. Dios quería estar en el centro de la vida y la adoración de Su
pueblo. Dios dijo: "Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos" (Éxodo
25:8).

II.- DADORES DISPUESTOS


"Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que
Jehová ha mandado: Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de
corazón la traerá a Jehová; oro. plata, bronce, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de
cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, aceite
para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, y
piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral" (Éxodo 35:4-9).
Moisés hizo saber al pueblo que sólo los que deseaban dar deberían traer sus ofrendas
para el Tabernáculo. Eso era el mandato de Dios. Dios no quería sus ofrendas a menos
que las dieran por amor a El.
"Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio
voluntad, con ofrenda a Jehová para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su
obra, y para las sagradas vestiduras" (Éxodo 35:21).
Dios quiere que traigamos nuestras ofrendas por amor a El. Esta es la adoración. El no
quiere nuestras ofrendas si damos de mala gana o porque nos sentimos obligados. Pablo
enseñó esto: "Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por
necesidad, porque Dios ama al dador alegre" (II Corintios 9:7).

III.- OFRENDAS GENEROSAS


Los israelitas dieron lo mejor de todo lo que tenían para construir la casa del Señor.
Dios había dicho a Moisés cuáles materiales eran necesarios, y Moisés informó al
pueblo.
Las personas que tenían piedras preciosas las trajeron. Algunos trajeron sus brazaletes
de oro, anillos, aretes y otros adornos. Los que tenían ropa muy bonita y pieles finas de
animales las trajeron. Otros dieron plata, bronce y también madera fina. Todos tenían
algo que dar.
Todo el pueblo tenía una parte en la construcción del Tabernáculo, pues el Tabernáculo
fue hecho de las ofrendas. Muchas personas dieron de su tiempo y trabajo. Hicieron
preciosas cortinas de lino fino. Las mujeres hilaron el pelo de cabra en fuerte tela. Las
pieles de los animales fueron curtidas y teñidas de bonitos colores. Trabajadores
diestramente trabajaron el oro, la plata y el bronce; otros cortaron y engastaron piedras
preciosas y joyas. Algunos labraron (esculpieron) la madera; otros trabajaron como
grabadores, bordadores, tejedores y carpinteros. El pueblo dio su tiempo y trabajo como
ofrendas para Dios.
Con gran regocijo el pueblo dio para la casa del Señor. En realidad, el pueblo trajo tanto
material que Moisés finalmente tuvo que decirles que no trajeran nada más. "Entonces
Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga
más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían
material abundante para hacer toda la obra, y sobraba" (Éxodo 36:6, 7).
11

¡Qué maravilloso! Se calcula que ellos dieron más de un millón de dólares en oro y
plata solamente. Esto fue posible porque cada uno dio según su capacidad. Esto es todo
lo que Dios espera de nosotros: dar según nuestra capacidad. El apóstol Pablo enseñó
esto en el Nuevo Testamento: "Porque si primero hay la voluntad dispuesta, será acepta
según lo que uno tiene, no según lo que no tiene" (II Corintios 8:12).
Dios sabe lo que nosotros tenemos, y El mira, no tanto lo que damos, sino lo que
guardamos para nosotros mismos. La obra de Dios necesita dinero. Sus iglesias
necesitan dinero. ¡Pero no es suficiente con que demos dinero! Debemos darnos primero
a nosotros mismos. Pablo escribió acerca de esto en II Corintios 8:5. El dijo acerca de
algunos de los cristianos primitivos: "Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos
se dieron primeramente al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios".

IV.- LA OFRENDA DEL CACIQUE INDIO


Hace algunos años, un misionero hablaba a un grupo de indígenas. El les hablaba de
Jesucristo. Mientras hablaba el misionero, un cacique indio ya anciano se adelantó y
puso su hacha a los pies del misionero y le dijo:
—Cacique indio dar hacha a Jesucristo.
El misionero continuó hablando del amor de Dios en Cristo Jesús. El indígena caminó
hacia adelante otra vez y puso su cobija a los pies del misionero.
—Cacique dar su cobija a Jesús— dijo el indio y volvió a sentarse.
El misionero habló más de cómo Dios había dado el regalo más apreciado del cielo
cuando envió a Su Hijo, Cristo Jesús, al mundo para rescatar a la humanidad perdida.
El indígena desapareció de la reunión pero pronto regresó, trayendo su caballo. El indio
dijo:
—Cacique dar caballo a Jesús.
Se sentó otra vez. El cacique viejo había dado a Jesús todas las cosas que poseía, pero
no había paz en su corazón.
Entonces el misionero habló de la muerte de Cristo en la cruz. El indio anciano empezó
a llorar. Arrodillado ante el misionero, el indio dijo con los labios temblorosos:
—Cacique dar a sí mismo a Jesús.
Entonces una paz gloriosa y la felicidad inundaron su alma.
¿Te has dado a ti mismo al Señor Jesús como lo hizo el cacique?
Cuando te rindes completamente al Señor, entonces será fácil que le des tus diezmos y
ofrendas.

CONCLUSIÓN
¿Cuál tipo de dador eres tú? ¿Te gusta compartir lo que tienes con tu iglesia y con los
hermanos necesitados? ¿Das ofrendas generosas? ¿O te da pena soltar tu dinero? Fíjate
en lo que dice la Biblia: "Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará
escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno
dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al
dador alegre" (II Corintios 9:6, 7).
Si no eres un "dador alegre", puede ser que no te has rendido completamente al Señor.
Recuerda al cacique y sigue su ejemplo.

· Lecciones Bíblicas para Escuela Dominical y Estudios Bíblicos, Tomo II, Núm. 1,
página 43.
12

SEAMOS AGRADECIDOS
Lección 4.

BASE BÍBLICA: Jer 33:11; Sal. 100:1-5; Col. 3:15; 1 Tim. 4: 4-5.

Jer. 33:11…ha de oírse aún voz de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de
desposada, voz de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es
bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan ofrendas de
acción de gracias a la casa de Jehová. Porque volveré a traer los cautivos de la tierra
como al principio, ha dicho Jehová.
Sal. 100:1 Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
Sal. 100:2 Servid a Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo.
Sal. 100:3 Reconoced que Jehová es Dios;
El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Sal. 100:4 Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.
Sal. 100:5 Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia,
Y su verdad por todas las generaciones.
Col 3:15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis
llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
1 Tim. 4:4 Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma
con acción de gracias;
1 Tim. 4:5 porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.

INTRODUCCIÓN:
Alguien ha dicho que la gratitud es la memoria del alma. Recordar con una actitud de
agradecimiento los favores recibidos de alguien, permite con el tiempo conservar la
amistad y la buena relación personal. ¡Cuánto más en vista de que hemos recibido
infinitos favores de parte de Dios! Todo lo que tenemos le pertenece al Señor y Él nos
lo comparte para nuestro beneficio, por tanto, es justo y santo, corresponder con
acciones de gracias lo que nos viene por la misericordia de Dios. Lamentablemente
muchas personas son de corazón duro para expresar su gratitud al Señor; ellas piensan
que con su esfuerzo y conocimiento obtienen los recursos para su subsistencia. Sin
embargo, los hijos de Dios debemos manifestar lo contrario, expresando cada día con
alegría de corazón nuestro sincero agradecimiento a Dios. Es necesario por tanto, que
como mayordomos de Dios le estemos agradecidos por habernos escogidos para tan
gran privilegio y para tan ricas bendiciones de las que ahora participamos.

I.- AGRADECIDOS POR SER LIBERTADOS DE LA ESCLAVITUD.


Los primeros veinticinco capítulos del libro de Jeremías muestran en su totalidad un
fuerte mensaje contra el pecado de Judá. Las advertencias de Dios para evitar que su
pueblo cayera en la idolatría y la rebeldía habían fracasado por la dureza de su corazón.
La Palabra de Dios declara contra ellos así: Mas ellos hacían escarnio de los
mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas,
hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio. 2 Crón.
36:16. El juicio de Dios se manifestó y Judá fue llevado al cautiverio en Babilonia. El
templo fue destruido, los utensilios sagrados llevados a un templo pagano, los muros de
13

la ciudad santa derribados y el pueblo encadenado llevado a tierra extraña. A pesar de la


condición tan desoladora, Jeremías abre su boca para anunciar el fin de la esclavitud y
el regreso a la tierra sus padres con la autoridad de Dios. Setenta años de disciplina
divina tendrían que llegar a su fin, y el pueblo de Señor regresaría. Tal cumplimiento
tuvo lugar en los días del reinado de Ciro, el persa; 2 Crón.36: 22-23. Jeremías anuncia
que cuando llegara aquel anhelado día habría gozo, alegría y ofrendas de acción de
gracias. He aquí que yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré
abundancia de paz y de verdad. Y haré volver los cautivos de Judá y los cautivos
de Israel, y los restableceré como al principio. Jer. 33: 6-7. No puede haber otra
cosa mejor que estarle agradecidos a Dios porque es misericordioso. El nos ha librado
de la terrible esclavitud del pecado. Tomando como ejemplo lo que Dios hizo con su
pueblo podemos expresar nuestro agradecimiento de que en Cristo hemos sido
libertados del pecado para una vida nueva. Cuántos de nosotros estuvimos presa del
alcoholismo, el tabaquismo, la inmoralidad, el orgullo, de una boca llena de
obscenidades, etc., ahora en Cristo, ha venido una nueva esperanza, un cambio
maravilloso de vida, un futuro glorioso, porque nos amó como nadie lo ha hecho y pagó
el precio de nuestro rescate de la esclavitud por medio de Cristo. Porque habéis sido
comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro
espíritu, los cuales son de Dios. 1 Cor. 6:20 El apóstol Pablo escribe a los creyentes
de Corinto: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, la cosas viejas
pasaron, he aquí, todas son hechas nuevas, 2 Cor. 5:17. Hemos sido colocados en
una posición grandiosa por la obra de Cristo en la cruz, la posición de hijos de Dios,
Juan 1:12. Así que debemos expresar nuestra gratitud en servicio constante a nuestro
gran Dios y Señor. Además, tenemos preciosas grandísimas promesas, 2 Ped. 1:4; la
guía y la consolación constante de la presencia del Espíritu Santo para todo nuestro
caminar en el mundo, Jn. 14: 16-17; y la herencia incorruptible, inmarcesible e
incontaminada que está reservada en los cielos para cada uno de nosotros, 1 Ped. 1:4,
que son algunos ejemplos de la gracia inigualable del Señor. Por tanto, lejos esté de
nosotros ser unos malagradecidos porque siendo esclavos ahora somos libres, para la
gloria de Dios.

II.- AGRADECIDOS PORQUE SOMOS SU PUEBLO.


El Salmo 100 es uno de los Salmos más conocidos en la Biblia. Es un Salmo que en su
título dice Salmo de Alabanza, sin embargo, en la versión hebrea dice “mizmor
lethodah” que significa “salmo de confesión o salmo para la ofrenda de confesión” y en
el se enseñan varios temas sublimes: 1) Jehová es Dios, (v. 3); 2) El es nuestro Creador,
(v. 3); 3) Somos pertenecía suya, (v. 3); 4) Dios es bueno, (v. 5); 5) Su misericordia es
para siempre, (v. 5); 6) Su verdad es eterna, (v. 5). Es una invitación a expresar la
alabanza jubilosa al Señor, no sólo a los judíos sino a todos los gentiles también, por los
beneficios que hemos recibido de la mano generosa de Él y una recomendación a la cual
debemos estar atentos: Servid con alegría. Como, mayordomos de Dios es nuestro
privilegio y deber estar gozosos por el honor tan grande a que se nos ha hecho
participantes dentro de Su reino. Los que hemos sido redimidos por la obra de Cristo
nunca deberíamos tener un sentimiento o actitud negativa o mezquina para servirle, sino
una entrega fiel y gozosa porque estamos sirviendo al Señor: Jehová es Dios y porque
además Él es nuestro Creador. “¿Puedes soportar que te sirva un criado que va
lamentándose abatido al hacer sus tareas? ¿No prefieres no tener siervo alguno, a uno
que evidentemente halla el servirte penoso y molesto?” George Bowen Con cuánto más
razón deberíamos evitar un servicio malhumorado, quisquilloso o caprichoso, sabiendo
que estamos ante el Rey de gloria. Con sumisión reverente y con un corazón lleno de
14

santa alegría debemos acercarnos a El para estar listos para realizar tan sublimes tareas
que nos demanda, ya que, los ángeles desean tener lo que nosotros tenemos. El mismo
Eliezer, el anciano y fiel mayordomo de Abraham, no tenía parte en la herencia del
padre de la fe, sino Isaac, el verdadero hijo de la promesa, pero, nosotros, pueblo suyo
somos y ovejas de su prado, aún siendo mayordomos tenemos rica herencia en Cristo,
pues, somos hijos que sirven: Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que
juntamente con él seamos glorificados. Rom. 8:17.

III.- AGRADECIDOS POR EL ALIMENTO DIARIO.


En el contexto de 1 Tim. 4: 4-5, el apóstol Pablo hace referencia a los postreros días en
los cuales reinará la apostasía y la proliferación de las falsas enseñanzas y en el vers. 3
hace referencia a dos enseñanzas contrarias a la verdad expresada por el Espíritu Santo:
“prohibirán casarse, y abstenerse de alimentos que Dios creó…” Por muchos años ha
estado vigente, en mucha gente, la creencia de no comer carne durante ciertos días del
año para refrenar los instintos de su propia naturaleza humana y su propio cuerpo. Pero,
la mentira es confrontada con la Palabra de Dios. Claramente la Biblia dice: Porque
todo lo que Dios creó es bueno y nada es de desecharse, si se toma con acción de
gracias. 1 Tim. 4:4 Aquí se expone que: 1) Lo que Dios nos da para comer es bueno y
no debemos desechar; 2) La comida debe ser precedida por una oración de acción de
gracias. Cabe reflexionar, si cuando nuestras comidas son públicas hacemos oración
ante la gente como testimonio y gratitud a nuestro Dios, o ¿hacemos lo que muchos
creyentes que “oran en silencio”? Quizá, algunos por la prisa de sus actividades
cotidianas se les olvida dar gracias a Dios y aún más, quizá habrá más de un hijo de
Dios que después de su oración comience a murmurar porque no le gusta la comida que
le preparó su esposa. Que Dios nos ayude a no ser ingratos con Él. Cada creyente en
Cristo debe ser agradecido por la provisión diaria que viene del Señor. David expresó lo
siguiente: Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su
descendencia que mendigue pan. Salmo 37:25. Si los amos del mundo dan de comer a
sus siervos para que le ofrezcan un mejor servicio, cuánto más, nuestro Dios que no
solamente como Amo y Soberano que es, sino como Padre bondadoso proveerá la
necesaria la alimentación de sus hijos. Por tal, razón, en acción de gracias debemos
gustar los alimentos que Dios nos da. No caigamos en la murmuración de los israelitas
en el desierto que decían: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra
de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan
hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a
toda esta multitud. Ex. 16: 3 “Si recibimos la comida con acción de gracias, no
deberíamos de quejarnos en cuanto a ella. Después de todo, aunque no sea excelente, ya
es demasiado buena para unos pobres pecadores como nosotros”, H. A. Ironside.

CONCLUSION
La mayordomía cristiana no se realiza con una actitud fría en el servicio a Dios sino con
una cálida gratitud. Porque no somos obreros sin ninguna relación con el que nos llama
a su servicio, sino, aquellos que son más que mayordomos: 1) libertados de la esclavitud
del pecado; 2) el pueblo que le pertenece a Dios; 3) hijos alimentados por la bondad de
Dios; por tanto, con cuánta gratitud debemos servir a nuestro Señor y someternos
amablemente para realizar cada una de las tareas dadas por Él.
15

LA MAYORDOMÍA Y LA VIDA ABUNDANTE ·

Lección 5.

BASE BIBLICA: Romanos 12:6-18


Rom. 12:6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada,
si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
Rom. 12:7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
Rom. 12:8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que
preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
Rom. 12:9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.
Rom. 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra,
prefiriéndoos los unos a los otros.
Rom. 12:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu,
sirviendo al Señor;
Rom. 12:12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la
oración;
Rom. 12:13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la
hospitalidad.
Rom. 12:14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
Rom. 12:15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.
Rom. 12:16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes.
No seáis sabios en vuestra propia opinión.
Rom. 12:17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los
hombres.
Rom. 12:18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres.

INTRODUCCIÓN:

Por medio de la mayordomía, Dios dispuso que Su pueblo creciera espiritualmente. Al


hablar de mayordomía se piensa equivocadamente sólo en dinero. Los hermanos
respiran a fondo y dicen: "Aquí viene otra lección acerca del diezmo". Pero la
mayordomía abarca todas las áreas de la vida espiritual.

Todo aquel que no sea un fiel mayordomo, no alcanzará la abundancia en el Espíritu.


"El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es
injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles,
¿quién os confiará lo verdadero?" (Lucas 16:10,11). Permita que la mayordomía de su
vida incluya el dinero y los talentos también. La mayordomía es uno de los caminos
que nos llevan a la madurez espiritual.

I. LA NATURALEZA

En tiempos muy antiguos, el señor de una casa escogía al más apto de sus servidores y
lo colocaba como su mayordomo o administrador. José fue el mayordomo en la casa de
Potifar (Génesis 39:4-6). El puesto de mayordomo es de mucha honra y
responsabilidad. El hombre es un mayordomo de Dios. En Génesis 1:3 leemos que Dios
puso al hombre sobre todo lo creado por El. La mayor parte de los predicadores, al
hablar de la mayordomía, hablan sólo del dinero, dejando a un lado la administración de
16

nuestra vida en general. Si no somos buenos administradores de nuestra vida entera,


estamos fracasando como cristianos. ". . . se requiere de los administradores, que cada
uno sea hallado fiel" (I Corintios 4:2).

II. LAS BASES

Hay tres puntos que la Biblia recalca acerca de la mayordomía. (1) Todos los hombres y
las cosas pertenecen a Dios, debido a que El lo creó todo. "De Jehová es la tierra y su
plenitud; / El mundo, y los que en él habitan. / Porque él la fundó sobre los mares, / Y la
afirmó sobre los ríos" (Salmo 24:1, 2). (2) El hombre es el administrador de las riquezas
de Dios. ". . . Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree. . ." (Génesis 1:26). (3) El hombre deberá dar cuenta a Dios de la calidad de su
mayordomía. ". . . cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí" (Romanos 14:12).
(Lea Lucas 16:2.)

Materialmente hablando, todo lo que usted tiene proviene de Dios, y no es para que
usted lo administre a su gusto. Es para suplir sus necesidades, y también para dar honra
y gloria a Dios.

Dios nos ha dado dones y talentos para ponerlos al servicio de la humanidad y con ellos
dar gloria a Dios. Romanos 12:6 dice: "Ü€ manera que, teniendo diferentes dones,
según la gracia que nos es dada. . ." La palabra "don" viene del griego "carisma" que
equivale a "dones de gracia". Somos responsables delante de Dios y tendremos que dar
cuenta ante Dios de lo que hagamos con esos dones. (Recuerde la parábola de los
talentos.)

III. LAS ÁREAS DE SERVICIO

Cada creyente tiene al menos un don espiritual. "Pero a cada uno le es dada
manifestación del Espíritu para provecho" (I Corintios 12:7). Ningún creyente tiene
todos los dones; y si alguno tiene más dones que nosotros, no debemos envidiarlo. Así
como el cuerpo necesita de los ojos, la nariz, la boca, etc., para funcionar normalmente,
así también la vida espiritual de la iglesia ha sido provista con dones espirituales para su
buen funcionamiento. Dios ha puesto a hermanos capacitados en la iglesia para llevar a
cabo el trabajo para lo cual ha sido establecida. Cuando un creyente no pone sus dones
al servicio de la iglesia, está fallando ante el Señor de la misma. Negarle al Señor
nuestro servicio es peor que negarle nuestros diezmos.

En Romanos 12:6-8 se mencionan siete dones espirituales: (1) profecía, la predicación


inspirada; (2) servicio, el deseo de servir a otros; (3) enseñanza, la habilidad de enseñar
a otros; (4) exhortación, la capacidad de alentar a otros; (5) repartición, el querer dar
para el servicio del Señor; (6) presidir, sabia administración de los asuntos de la iglesia;
(7) misericordia, amar y ayudar a los necesitados.

Todos los dones son impartidos por el Espíritu Santo con el propósito de que sean
puestos todos al servicio de la iglesia del Señor. Si esto hacemos, creceremos en la vida
espiritual
17

IV. LA PRÁCTICA

¿Con qué espíritu debe ser puesto en práctica todo don de Dios? No debe ser con un
espíritu de orgullo o de confianza en nosotros mismos. Romanos 12:9-18 nos da la
explicación de esto. Aun un don espiritual puede ser usado equivocadamente si nuestra
actitud mental y espiritual no es correcta.

A. Ejercite su don espiritual en amor (Romanos 12:9,10). Hágalo con sencillez y


afecto en el nombre de Jesús.

B. Use su don espiritual con fervor (Romanos 12:11). No se deje dominar por el
desánimo ni el desaliento. Esfuércese en la gracia que hay en Cristo Jesús.

C. Ejercite su don espiritual con perseverancia, alegría y oración (Romanos 12:12).


La esperanza le llenará de gozo siempre que usted sea un hombre de oración. Así se
mantendrá firme en todas las circunstancias.

D. Use su don espiritual con liberalidad (Romanos 12:13). Nunca considere el don
como de su propiedad. Este ha sido dado por Dios para el servicio suyo al través de sus
semejantes.

E. Ejercite su don espiritual libre del egoísmo (Romanos 12:14). No use sus dones
para su propio provecho. Úselo para el beneficio de todos, aun de aquellos que le son
desagradables.

F. Practique su don espiritual sin excepción de situaciones e circunstancias


(Romanos 12:15). Ría con el que ríe, y llore con el que llora.

G. Ejercite su don espiritual con un espíritu de unidad y armonía (Romanos 12:16).


La armonía es esencial entre los hermanos para el ejercicio de los dones espirituales.

H. Use su don espiritual con humildad (Romanos 12:16). La ambición mala y el


espíritu de orgullo no caben en el reino de Dios. No se nos dieron los dones espirituales
para sobresalir nosotros, sino pan que sirvamos a otros.

Tomando en cuenta los puntos anteriores, examine su vida y vea que clase de
administrador de los dones de Dios es usted. Siendo un buen administrador de los dones
de Dios, usted crecerá y madurará en la vida espiritual.

CONCLUSIÓN:

El Señor no quiere que permanezcamos en un estado eterno de infantilismo; El quiere


que crezcamos. Esto solí podrá ser posible si ponemos nuestros dones al servicio de
nuestro; semejantes. Si esto hacemos todos los miembros de la iglesia, entones
creceremos y maduraremos espiritualmente como congregación cristiana. Seamos fieles
y activos administradores de los done: espirituales de Dios. La recompensa será una
fuerza poderosa en 1a vida cristiana espiritual.

· Lecciones Bíblicas para Escuelas Dominicales y Estudios Bíblicos, Tomo II, Núm. 4.
18

EL DIEZMO Y LA MAYORDOMIA CRISTIANA

Lección 6.

BASE BIBLICA: Gen. 14:20; Lev. 27:30; Dt. 14:28; Mt. 23:23; Luc. 18:9-14.
Gen 14:20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le
dio Abram los diezmos de todo.
Lev 27:30 Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los
árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová.
Dt. 14:28 Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año,
y lo guardarás en tus ciudades.
Mat 23:23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta
y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la
misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.
Luc 18:9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los
otros, dijo también esta parábola:
Luc 18:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
Luc 18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te
doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni
aun como este publicano;
Luc 18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Luc 18:13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo,
sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Luc 18:14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque
cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

INTRODUCCIÓN:

Muchos creyentes tienen la idea de que el diezmo fue instituído por Dios en la Ley y
dado al pueblo de Israel por medio de Moisés, por lo tanto, nada tiene que ver con el
creyente que se encuentra “bajo la gracia”.
Sin embargo, un estudio sencillo y sincero nos mostrará todo lo contrario. Y que el
diezmo es el punto de partida para una mayordomía bíblica que trae bendición y
edificación no sólo a la vida del hijo de Dios sino a todo el pueblo del Señor. Por esta
razón, el diezmar tiene que tomar su lugar correspondiente porque es la voluntad de
Dios practicarlo en la manera adecuada. ¿Que es el Diezmo? La definición bíblica del
diezmo es "la décima parte de las ganancias de una persona": "cada año, sin falta,
apartarás la décima parte de todo lo que produzcan tus campos" (Deuteronomio
14:22). Los diezmos incluyen todas las ganancias, no importa la fuente de donde
provengan, tales como granos, frutas, ganados y rebaños (Levitico 27:30, 32).

I.- EL DIEZMO, UNA PRACTICA ANTIGUA.

Existen más de cuarenta referencias sobre el diezmo en el Antiguo Testamento. Estas


referencias indican que la gente de esta época ya practicaba el diezmo, primeramente
como parte de su adoración y en segundo lugar como práctica instituída divinamente.
En Gén. 14:20, encontramos a Abram dando sus diezmos a Melquisedec, rey de Salem
y sacerdote del Dios Altísimo. Abram había ido a rescatar a su sobrino Lot que había
caído en las manos de Quedorlaomer, rey de Elam y los reyes que le acompañaban
19

(Gén. 14: 9, 14-17). Habiendo vencido a aquellos reyes, recobró todos los bienes tanto
de Lot como de la gente que estaba con Lot. Fue entonces, que en el camino de regreso
le salieron al encuentro de Abram, los reyes de Sodoma y de Salem. El rey de Salem,
llamado Melquisedec, bendijo a Abram y le dio pan y vino. Fue aquí cuando Abram le
entregó lo diezmos. El texto no explica claramente si Abram dio los diezmo como
gratitud de la victoria obtenida o por alguna razón específica. Simplemente, no lo dice.
Sólo dice que le dio los diezmos a Melquisedec. El escritor Pablo Hoff reconoce tres
razones que posiblemente motivaron a Abram a dar el diezmo: 1) Como manifestación
de adoración y sometimiento a Dios el Creador y Dueño de todo…2) Como
manifestación de gratitud, pues Dios había entrega a sus enemigos en manos de
Abram…3) Como manifestación del creyente que sirve al Dios del cielo, de que
reconoce y sostiene a su representante en la tierra.1 Mas adelante, el rey de Sodoma
ofrece bienes a Abram, y éste las rechaza, Gén. 14: 21-23. Porque la seguridad y riqueza
de Abram están en Dios, quien es el Dueño y Creador de todo. En Hebreos 11,
encontramos los grandes hombres de fe: Abel. Noé, Abram, Isaac, Jacob, etc. Vivieron
y lucharon durante toda su vida por medio de la fe. Era esta fe la que animaba a Abram
a creer en las promesas de Dios para su linaje. Abram entregó sus diezmos como un
acto de fe en Dios para el porvenir. La fe nos motiva a dar los diezmos para el
sostenimiento del culto a Dios. La fe que vacila hace que los diezmos no sean dados.
Este pasaje es básico, porque la Ley aún no había sido instituída. Esto iba a requerir un
poco mas de cuatrociento años para ser promulgada y encontramos a un hombre de fe, a
Abram ofreciendo sus diezmos a Dios por medio de sus sacerdote, Melquisedec, mucho
antes de la Ley.

II.-JESÚS Y LOS DIEZMOS.

En el Nuevo Testamento encontramos solamente nueve referencias con relación al


diezmo. En la carta a los Hebreos 7:2-9, encontramos seis referencias; en Lucas 11:42;
18:12; y en Mat. 23:23.
En Lucas 18:9-14, en la parábola del fariseo y el publicano; el Señor Jesús hace notar
que el fariseo diezmaba de todo, sin embargo, al regresar a casa este hombre que estaba
orando en el templo, llegó sin ser justificado. La oración de este fariseo cayó en un
profundo vació, sin ser tomada en cuenta por Dios, a pesar de ser un diezmero. El gran
problema de este hombre es que era auto-suficiente. Confiaba más en sí mismo que en
la misericordia de Dios. Su actitud en el templo era una demostración palpable que Dios
no era el centro de su corazón sino su propia persona. Jesús no está reprochando el que
sea un diezmador, o una persona que ayuna dos veces a la semana. Lo que Jesús está
mostrando por medio de esta parábola es que nadie será justificado ante Dios si
permanece con su propio orgullo y su propio sentido de justicia personal. Alguien
escribió que el fariseo daba sus diezmos más no su corazón a Dios.
En Mateo 23:23, tenemos otro pasaje que habla sobre el asunto del diezmo. El Señor
Jesús no está hablando aquí en forma figurada, sino clara y directamente sobre la actitud
de los fariseos de querer mostrarse ante los hombres como los más espirituales. Los
fariseos eran hombres muy comprometidos con la ley. Se habían hecho el voto de
guardarla hasta morir. A los ojos de los hombres eran muy celosos y hasta eran
considerados como irreprensibles. Sin embargo, el Señor veía claramente lo que había
dentro de ellos mismos. Jesús condena su hipocresía no el dar el diezmo. Jesús dice que
estaba bien que diezmaran, pero, eso no era categórico si su corazón no estaba acorde a

1
Hoff, Pablo, El Pentateuco, Edit. Vida, 1978, Florida, U.S.A., pág. 56.
20

la voluntad de Dios. Jesús les dijo. “Esto es necesario era necesario hacer, sin dejar de
hacer lo otro”. ¿Qué estaban pasando por alto, los fariseos?. Estaban evadiendo
abiertamente: la misericordia, la justicia y la fe. La misericordia es el amor que se
demuestra a aquel que se encuentra en una condición lamentable y los fariseos habían
olvida tan importante principio espiritual. La misericordia es la base de la segunda
milla. Es la virtud de alguien que está interasado en el dolor, en el sufrimiento de los
demás que en sus propios derechos personales. La justicia es el actuar acorde a la
verdad. “Es someterse al juicio de Dios y conducir la vida de acuerdo a Su voluntad” –
escribe Joao Falcao Sobrinho.2 La fe es la percepción espiritual de lo invisible y de lo
imposible en base a las promesas y el carácter de Dios. Es la plena confianza que se
experimenta al saber que la vida se encuentra depositada en la mano de Dios. Cuando
colocamos nuestros diezmos en el alfolí sabiendo que la Obra de Dios requiere fuertes
sumas para alcanzar a los perdidos es la fe. Los diezmos sin fe constituyen un obstáculo
para la gracia y el poder de Dios. Jesús aprobó el diezmo bajo el fundamento de un
corazón que vive en la misericordia, la justicia y la fe en el Señor.

III.- LO QUE NO DEBE SER EL DIEZMO.

1. El diezmo no debe ser el medio de presionar a la congregación del Señor


para solucionar los problemas que implica la Obra de Dios. La generosidad
es el motivo por el cual la Obra de Dios se suple en sus necesidades ante el
mundo. La presión puede generar resentimiento entre los creyentes y el
debilitamiento de la Iglesia. Es mejor que el pastor, los diáconos o los líderes de
la Iglesia animen a los creyentes a llegar a ser genersosos como lo es Dios con
su pueblo. El consejo del Señor Jesús es: “…de gracia recibisteis, dad de
gracia.” Mateo 10:8 Los hijos de Dios que han aprendido este hecho no
permitirán que la Obra del Señor se vean en situaciones deprimentes.
2. El diezmo no es un medio de transacción ante Dios para obtener sus
bendiciones. El creyente que piensa y da su diezmo por el mero hecho de que
Dios forzosamente le corresponderá está siendo guiado por su carne y una
actitud egocéntrica. Si bien es cierto que la promesa de Malaquías 3:10 está
vigente para el pueblo de Dios, ésta se cumple cuando Dios es el centro de
nuestra adoración.
3. El diezmo no es para obtener privilegios y lugares de renombre en la Iglesia
del Señor. Cada creyente responsable y consciente de su posición delante de
Dios ofrecerá su diezmo con corazón sincero en plena certidumbre de fe, Heb.
10:22 y no con la finalidad de obtener prestigio en la Iglesia. Hacerlo es
manifestar el mismo espíritu de vanagloria que tuvieron Ananías y Safira, Hch.
5:1-11.

IV.- LO QUE DEBE SER EL DIEZMO.

1. El diezmo es el punto de partida para una mayordomía cristiana fiel. El hijo


de Dios que da su diezmo con constancia y como un acto de adoración y gratitud
es muy posible que será usado ampliamente en el servicio al Señor bajo la
dirección del Espíritu Santo. ¿Cómo podrá alguien ser útil al Señor si no logra
gobernar su propia billetera? Mat 25:23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y

2
Falcao Sobrinho, Joao, Teología de la Mayordomía Cristiana, Casa Bautista de Publicaciones, 1987,
U:S:A
21

fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu
señor.
2. El diezmo es la muestra de amor a Jesús. “Si me amáis, guardad mis
mandamientos” Juan 14:15 Por medio del ofrecimiento del diezmo al Señor nos
estamos sometiendo a su soberanía. El nos pide dar el diezmo, nosotros lo
ofrecemos en plena adoración. Demostramos serle obedientes y la obediencia es
un principio de bendición para nuestras vidas.
3. El diezmo es un termómetro de vida espiritual en el creyente y en la Iglesia.
En la Biblia podemos observar claramente que los avivamientos en el pueblo del
Señor llegaron cuando la liberalidad en los diezmos se manifestó, 2 Cron. 31:5-
6; Neh. 13:12; por el contrario, la apostasía y la derrota espiritual llegaron
cuando fueron olvidados los diezmos, Mal. 3:7-8. Cuando los diezmos son
negados por creyentes indolentes no es el presupuesto el que corre el mayor
riesgo sino la fe, la misericordia y la justicia.

CONCLUSION:

La Biblia enseña que los diezmos son una práctica mucho antes de la promulgación de
la Ley y que los verdaderos creyentes eran diezmadores. El Señor Jesús aprobó el dar
los diezmos con un sentido espiritual y habrá bendición para el pueblo de Dios. Se
pueden cometer serios errores en el diezmo y para esto debemos considerar la
enseñanaza de la Palabra de Dios y recibir con humildad su enseñanza.
22

LAS RIQUEZAS QUE DEBEMOS ADMINISTRAR


Lección 7.

BASE BIBLICA: Mat. 25:14-30.

Mat 25:14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a
sus siervos y les entregó sus bienes.
Mat 25:15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a
su capacidad; y luego se fue lejos.
Mat 25:16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros
cinco talentos
Mat 25:17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.
Mat 25:18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero
de su señor.
Mat 25:19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló
cuentas con ellos.
Mat 25:20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos,
diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco
talentos sobre ellos.
Mat 25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Mat 25:22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos
talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos.
Mat 25:23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Mat 25:24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te
conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no
esparciste;
Mat 25:25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo
que es tuyo.
Mat 25:26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego
donde no sembré, y que recojo donde no esparcí.
Mat 25:27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo,
hubiera recibido lo que es mío con los intereses.
Mat 25:28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
Mat 25:29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo
que tiene le será quitado.
Mat 25:30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes.

INTRODUCCIÓN:
Dios ha dado grandes dones y talentos a sus hijos los cuales deben ser administrados de
la manera correcta para su mejor provecho. Tales dones y talentos incluyen la vida
espiritual, los dones espirituales, el cuerpo, el tiempo, la familia, el trabajo, la Iglesia, la
Biblia, la oración, la voz, el dinero, etc. La mayordomía cristiana incluye a todas las
cosas de las que hemos sido partícipes. Hay quienes piensan que solamente el dinero y
las riquezas son parte de la mayordomía haciendo a un lado los demás dones y talentos
dados por Dios y los relegan al olvido o no los usan de la manera adecuada perdiendo la
bendición de glorificar a Dios. Hay hermanos que tienen una hermosa voz y que pueden
23

usarla para cantar, hacer narraciones, enseñar, pero por temor o algún otro factor no la
usan; otros tienen la facilidad de tocar un instrumento musical, pero prefieren darle su
talento al mundo en lugar de Dios y pierden la bendición de ser útiles en la Obra del
Señor. Estimado, hermano, pon tus facultades y tus dones espirituales en servicio a Dios
y la satisfacción y el gozo de hacer algo por el Saeñor será grande.

I.- DEFINIENDO LOS DONES Y LOS TALENTOS.


Dentro del pensamiento cristiano se ha hecho una diferenciación entre los dones y los
talentos. Normalmente se dice que los dones se refieren a las facultades espiritules que
recibimos cuando el Espíritu Santo llega a morar en nuestro corazón. Y que los talentos
se refieren a las facultades naturales que traemos por herencia de nuestros padres.
Aunque se trata de una manera sencilla de clasificar las facultades que Dios nos da,
debemos de considerar de que todo proviene de El, por su soberanía. Las facultades
sean espirituales o humanas provienen como un acto de gracia de Dios, son regalos que
debemos de apreciar. La palabra don en la traducción del Nuevo Testamento en español
viene de dos palabras griegas “dórea” y “carisma” que significan también: regalo,
dádiva o presente. En Rom. 6:23 leemos: “…mas la dádiva (carisma) de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. La vida eterna es un don de Dios o un regalo.
En 2 Cor. 9:15, Pablo exclama: ¡Gracias a Dios por su don (dórea) inefable!. Dios es
el más grande Dador y nos ha dado el más grande regalo: propio Hijo. En Hch. 2: 38
dice: “…y recibiréis el don (dórea) del Espíritu Santo”. Aquí Pedro se refiere a que el
mismo Espíritu Santo es el regalo de Dios cuando hay arrepentimiento de los pecados.
En Rom. 1:11, Pablo teniendo el ferviente deseo de visitar a los hermanos en Roma y
edificar sus vida menciona lo siguiente: “Porque deseo veros, para comunicaros
algún don (carisma) espiritual, a fin de que seáis confirmados…” Así podemos
observar que los dones son manifestaciones de la gracia de Dios para nuestro bien y el
de nuestros hermanos. Sin embargo, tomando en cuenta la parábola de los talentos en
Mateo 25: 14-30, el Señor Jesús refiere que cada uno de los hombres se les dan talentos
en correlación a sus propias facultades personales para administrarlos y traer honor a su
amo. Mientras que los dones espirituales son facultades que provienen directamente del
Espíritu Santo, repartidos a cada uno en base a Su propia soberanía y para un
desempeño en cuerpo de Cristo, en 1 Cor.12:11 dice: “Pero todas estas cosas las hace
uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”.

II.- DONDE COMENZAR CON LA MAYORDOMIA


La mayordomía en la vida de un creyente en Cristo debe comenzar con su propio ser: su
cuerpo, su vida devocional, su tiempo, su trabajo, su familia, etc. En esta lección
veremos solamente cuatro cosas importantes para administrar:
1. El hijo de Dios debe administrar sabiamente su cuerpo. La razón es porque
el cuerpo es del Señor y es templo del Espíritu Santo, en 1 Cor. 6: 19-20, Pablo
nos hace notar que: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro
cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Los malos hábitos van
destruyendo el cuerpo y al final de la vida los males brotan causando
lamentables dolores. El hijo de Dios debe evitar aquellas cosas que le destruirán.
2. El hijo de Dios debe administrar sabiamente su tiempo. Salomón escribe en
el libro de Eclesiastés que todo tiene su tiempo. El labrador observa
cuidadosamente los tiempos para efectuar su siembra y poder obtener los
preciados frutos para el sustento de su familia. Pablo expresa también: “…el
24

tiempo es corto…” 1 Cor. 7: 29. En la carta a los Efesios, el apóstol Pablo hace
la siguienten exhoratación: “…aprovechando bien el tiempo, porque los dias son
malos”. Ef. 5:16. Todo creyente debe ser sabio en aprovechar su tiempo de vida,
debido a que éste pasa prontamente. El tiempo es irreversible. Una vez más
Pablo aconseja a Timoteo: “…ocúpate en la lectura, la exhortación y en la
enseñanza”. 1 Tim. 4:13 El hijo de Dios no debe descuidar su tiempo devocional
con el Señor, la lectura diaria y la oración si desea prosperar en su vida espiritual
y ser usado poderosamente en el Señor.
3. El hijo de Dios debe administrar sabiamente su familia. Tanto los hijos,
como los padres llegan a constituir un valioso don de Dios para nuestras vidas.
La Biblia exhorta a los hijos a honrar a los padres, Ex. 20:12; a los padres, la
Palabra de Dios les exhorta a disciplinarlos en el Señor, Ef. 6:4. Los padres que
conocen al Señor son una bendición para los hijos, pues ellos van a ser
encaminados en la senda de la vida eterna; los padres reciben a sus hijos como
una herencia del Señor, Sal. 127:3. Pero también, los esposos deben administrar
su relación conyugal unos a otro. El esposo debe cuidar la relación con la esposa
y a la inversa. El apóstol Pedro nos dice: Vosotros, maridos, igualmente,
vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil,
y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones
no tengan estorbo. 1 Ped. 3:7.
4. El hijo de Dios debe administrar sabiamente su vida espiritual. En la vida
secular existen muchas actividades, muchas de ellas son importante, pero el hijo
de Dios debe ser sabio en no cambiar un plato de lentejas por la bendicionmes
del Señor, es decir, debe poner atención en crecer en la gracia de Dios por medio
de su contacto diario con Dios y el servicio a Él. El hijo de Dios debe tener
tiempo para congregarse con los hermanos y escuchar la Palabra de Dios en el
culto, Heb. 10:25; asistir a las reuniones de oración y participar el la Obra del
Señor de mejor manera posible. El descuido de la vida espiritual con el tiempo
crea enfriamiento y una oportunidad para que el diablo destruya su vida. Pablo
le dice a Timoteo: “Ejercítate para la piedad”, 1 Tim. 4:7; y el apóstol Pedro
exhorta lo siguiente: “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo”, 2 Ped. 3:18. Se dice que la vida
cristiana se cultiva mediante cuatro cosas vitales: 1) leyendo la Biblia; 2) orando
diariamente; 3) congregándose con la Iglesia, y 4) testificando de Cristo a los
perdidos. Haciendo estas cuatro cosas básicas el creyente crece en su vida
espiritual.

III.- DONDE PROSEGUIR CON LA MAYORDOMÍA.


En el Nuevo Testamento encontramos cinco pasajes que nos mencionan que como
creyentes en Cristo hemos sido enriquecidos con algún don espiritual dado por el
Espíritu Santo. Los pasajes bíblicos son: 1) Rom. 12:6; 2) 1 Cor. 7:7; 3) 1 Cor. 12: 4-
7,28-31 ; 4) Ef. 4:7-11; 5) 1 Ped. 4:10-11.
Los pasajes anteriores hacen referencia a habilidades espirituales que provienen por la
soberanía y la gracia de Dios Espíritu Santo con la finalidad de relacionarnos con
nuestros hermanos en la fe y serles de edificación. Formamos parte del cuerpo de Cristo
y estamos en compañerismo cristiano con ellos por la eternidad. El lugar donde
podemos hacer funcionar los dones en la Iglesia con nuestros hermanos en la fe. El
apóstol Pablo escribe: “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que
está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener,
sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a
25

cada uno”. Rom. 12:3 El tener un don y servir a Dios por medio de el no nos da el
derecho de ponernos por encima de nuestros hermanos.
1. En Rom. 12:6, se nos enseña que los dones deben ser usados en base a que somos
un cuerpo. Cada uno es miembro de este cuerpo espiritual que es la Iglesia. Y en el
cuerpo existen diferentes miembros cada uno con su propia función. Así cada
creyente tiene un don y como miembro del cuerpo de Cristo debe ponerlo a
funcionar para el bien del cuerpo de Cristo.
2. En 1 Cor. 7:7, Pablo hace notar el asunto del celibato. En vista del trabajo
misionero urgente y peligroso en ese momento, Pablo hace referencia a que no todos
tienen el mismo don refiriendose al don de celibato o don de incontinencia para
servir al Señor en la extensión del evangelio en lugares tan peligrosos. Sin embargo,
cada uno tiene su propio don por la gracia de Dios, sea célibe o sea casado. Cada
uno debe quedarse como está para servir en el plan de Dios para su vida. En este
pasaje Pablo concluye: “Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios
llamó a cada uno, así haga;…” 1 Cor. 7:17.
3. En 1 Cor. 12:4-7, 28-31, el énfasis en este pasaje es que cada creyente debe estar
consciente de que tiene uno don espiritual. Hay creyentes que dicen que no saben
cómo servir al Señor. Pero, cada uno ha sido capacitado por el Señor por medio de
Santo Espíritu para ser útil a otros.
4. En Ef. 4:7-11, en el enfoque aquí es el perfeccionamiento de los creyentes hasta
que cada uno llegue a la meta, la de llegar a ser “un varón perfecto, a la medida
de la estatura dde la plenitud de Cristo…”. Y esta perfección va encaminada a
que cada uno llegue a prestar su contribución en el cuerpo de Cristo y no ser
llevados “por todo viento de doctrina…”.
5. En 1 Ped. 4:10-11, la administración está en vista de darle la gloria a Dios. Los
dones no son nuestros únicamente y para nuestro beneficio personal sino para darle
el honor a Dios. El fin supremo en el servicio al Señor es darle la gloria sólo a Él.

CONLUSIÓN:
Cada creyente ha sido enriquecido de muchas maneras. La administración cuidadosa de
cada una de estas riquezas espirituales traerá bendición y crecimiento en la vida de los
hermanos y de nuestra familia. Pero, por sobre todas las cosas la mayordomía fiel de
cada una de estas cosas es para glorificar al Señor.
26

BOSQUEJOS SOBRE MAYORDOMÍA


Tomados del Libro: El Desafío de la Mayordomía y las Misiones.
Autor: N. Aldo Broda
Edit. Casa Bautista de Publicaciones, 1987, U. S. A.

EL PODER MULTIPLICADOR DE DIOS


Bosquejo 1

Base Bíblica: Mateo 14:13-21; Marcos 6:30-44; Lucas 9:10-17; Juan 6:1-14.

Introducción:
Breve comentario sobre lo acontecido. Narrar detalles del pueblo siguiendo a Jesús. No
había provisiones, el día se iba terminando.

1.- Jesús se preocupa por el ser humano.


Lo ve en su situación y busca remediar sus necesidades.
Las necesidades siempre son mayores a las posibilidades.
Como humanos somos incapaces.
Necesitamos depender de Dios.

2.- Una pequeña porción.


Demasiado poco para tanta necesidad.
Nos desanima el desafío.
Cedemos frente a las necesidades.

3.- Dios aparece mostrando su poder.


Jesús obra el milagro.
Poder multiplicador de Dios.
Confirma: “Sin mí nada podéis hacer”.

Use ilustración: Alguna que muestre el poder multiplicador de Dios.

Conclusión:
Desafío a confiar en el poder de Dios.
Animarnos a realizar grandes cosas en Su nombre.
Nosotros no podemos pero Dios si puede.

JESÚS Y LAS FINANZAS


Bosquejo 2

Base Bíblica: Mateo 6:1-4; Mateo 23:23; Marcos 12:41-44; Lucas 18:9-14; Mateo
5:23-24.

Introducción:
Jesús observó la forma de cómo el pueblo cumplía con las finanzas. Algunos
acontecimientos se realizaron en el templo, otros en lugares céntricos de la ciudad.
27

1.- Las limosnas, Mateo 6:1-4


Era costumbre atender las necesidades de los pobres, Jesús no censura esta actitud
recomendable aún en nuestros días.
Critica la ostentación y la vanagloria.
Aplausos del pueblo y no de Dios.
Jesús recomienda una forma que respeta al ser humano y trata de no humillarlo.
Cuidado: Que no sepa tu derecha lo que hace tu izquierda es sólo para limosnas.

2.- El diezmo, Mateo 23:23.


Jesús no censura el cumplimiento del diezmo, sino la falta de disciplina y orden en
la vida del diezmador.
Si hubiera que anular el diezmo, esta hubiera sido una buena oportunidad, sin
embargo Jesús lo aprueba.

3.- Las ofrendas, Marcos 12:41-44; Lucas 18:9-14; Mateo 5:23-24.


Son fruto de nuestro sustento y no de nuestras sobras.
Necesitamos dar en los cultos adecuado lugar para la ofrenda.
La ofrenda nos advierte que debemos estar en paz con nuestros hermanos.

Conclusión:
Hagamos de nuestras ofrendas un acto de adoración a Dios y dedicación al Señor.
Vivamos una vida en orden para que nuestras ofrendas sean aceptadas por Dios.

LOS TALENTOS DEL CREYENTE


Bosquejo 3

Base Bíblica: Mateo 25:14-30

Introducción:
Dios, por medio de Jesucristo, nos presentó el plan de salvación. Jesús comisionó a los
salvados para proclamar el mensaje y dar testimonio de la verdad. Es plan de Dios y por
lo tanto es perfecto. Nosotros, los responsables de la Gran Comisión, debemos estar
convencidos de que por ser el plan de Dios y estando nosotros incluidos en él, somos
suficientes para todo. Pero para ello, Dios requiere de nuestros dones y talentos para
que cumplamos con la extensión del evangelio.

1.- Dios reparte con sabiduría.


Al distribuir los talentos lo hizo en forma distinta para cada uno. Es justicia de Dios.
Dios no está gratificando, está dando responsabilidades. A cada uno según sus
capacidades. Nunca nos dará mayor peso que el que podamos llevar.

2.- Debemos desarrollar los talentos.


Dios exige el ciento por ciento. Menos no es correcto.
Dios al darnos mas talentos multiplica las responsabilidades.

3.- El que no desarrolla los talentos pierde lo confiado por Dios.


Los talentos no son para guardarlos sino para desarrollarlos.
El que no los desarrolla pierde el gozo en el servicio del Señor.
28

Conclusión:
¿Cuáles son tus talentos? ¿Qué estás haciendo con ellos? ¡Dios los reclama!
Si los desarrollas, Dios te bendecirá. Si no los haces, Dios te menospreciará.
Toma el desafío de entregar tus dones, talentos y bienes al Señor.

DERRIBANDO BARRERAS HUMANAS


Bosquejo 4

Base Bíblica: Juan 4:1-42

Introducción:
Los hombres han creado siempre barreras de separación. A veces son por asuntos
religiosos, de raza, condición social, sexo, lengua, etc. Jesús observó, estos detalles en
muchas ocasiones y se dispuso a derribarlos. En este relato derriba varias barreras, la de
la religión, la de la raza y la del sexo para mostrar que su evangelio no tiene
limitaciones humanas.

1.- La barrera de la religión.


Los judíos no se hablaban con los samaritanos. Asuntos de orden religioso les
separaban. Preferirían caminar más, antes que pasar frente a sus poblaciones. Sin
embargo, Jesús se detiene. Rompe la barrera de la religiosidad y comunica el mensaje a
una mujer samaritana.

2.- La barrera de la raza.


Quien no fuera judío circuncidado o alguien que aceptara la religión judía sin
circuncidarse, no tenía derecho a reunirse en el templo o en la sinagoga, ni a conversar
con Dios. Jesús se detiene a hablar con un habitante de “otro pueblo”. El evangelio no
tendrá “elegidos” o predilectos sino hombres y mujeres salvados. Ni la religiosidad ni la
raza pueden privar al hombre de conocer a Cristo.

3.- La barrera del sexo.


Jesús se detiene para hablar con una persona, era samaritana, mujer y “pecadora”.
Prácticamente, una barrera difícil de derribar. Jesús muestra que su evangelio no tiene
límites. Jesús derriba tres barreras que se consideraban imbatibles. La mujer samaritana
arrepentida trasmite el mensaje poderoso del evangelio.

Conclusión:
Nada puede detener el mensaje del Señor. Nosotros, los portadores, no debemos
detenernos por nada. Jesús murió por el pecador y para llegar a él, no existe barrera que
pueda detener el mensaje.
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¡PODEMOS HACERLO!
Bosquejo 5

Base Bíblica: Mat. 28:18-20.

Introducción:
Como creyentes, debemos estar convencidos de que somos capaces de cumplir el
encargo de la Gran Comisión. Gracias a Dios, tenemos capacidades, dones, tiempo, y
dinero para hacerlo. Sólo necesitamos descubrir cómo.

1.- Dios requiere mis dones.


Cristo, al dar a los discípulos la Gran Comisión, lo hacía confiando en contar con los
dones de cada uno. El había prometido la asistencia del Espíritu Santo a los suyos. El
les había mostrado cómo usar los talentos. Sólo hacía falta confiar en la provisión del
Señor.

2.- Dios requiere mis capacidades.


El cumplimiento de la Gran Comisión exige también esfuerzo físico. Debemos
cuidar nuestro cuerpo para que siempre esté en perfecta condición para el trabajo.

3.- Dios requiere mi tiempo.


Se dice que el tiempo es oro. Por eso, debemos cuidar bien las horas y procurar no
desperdiciarlas. Dios requiere nuestro tiempo para apoyar Su obra. Nuestro tiempo debe
estar al servicio del Señor. Será la mejor manera de utilizarlo.

4.- Dios requiere mi dinero.


Dios es dueño de todo, inclusive del dinero. Lo que nosotros poseemos es de Él,
nosotros sólo somos sus administradores. A veces, queremos separar las cosas. Estamos
dispuestos a dar el tiempo, los dones, los talentos, pero, somos reacios para dar el
dinero. No se debe, como hijos de Dios, hacer tal separación.

Conclusión:
Dios reclama todo lo que soy y lo que tengo. No sólo una parte. Si queremos tener éxito
en la Gran Comisión, debemos darnos por entero. Sólo así Dios nos bendecirá.

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