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Legalidad de las medidas limitativas de derechos fundamentales

entenderemos por "limitaciones a los derechos


fundamentales", aquellas restricciones al ejercicio de un determinado
derecho básico, de manera tal que toda pretensión de ejercicio del
atributo respectivo que vulnere los límites impuestos por las mismas,
es por esencia antijurídica y puede derivar para el titular infractor, en
las responsabilidades que para tal efecto, prevea el ordenamiento
jurídico positivo

se encuentran justificadas por el interés social de


hallar la verdad de los hechos para esclarecer el delito
cometido por los sujetos de derechos
(…)Los derechos fundamentales, si bien no deben ser condicionados
en cuanto a su ejercicio, están sujetos a límites, explícitos o no. En
palabras de José Luis Cea, estos derechos se tratan "de atributos que
jamás tienen alcance absoluto, pues si lo poseyeran se convertirían
en prerrogativas típicas de un déspota que obra, con rasgos ilícitos o
abusivos.

Es así que el ejercicio de los derechos fundamentales se encuentra


restringido por determinadas exigencias propias de la vida en
sociedad. Ello no se contrapone a la convicción de entender que el
Ser Humano ha de ser el centro de toda comunidad organizada, sino,
muy por el contrario, se vincula con un reforzamiento de las garantías
de una existencia plena, pacífica y respetuosa por los derechos y la
dignidad humana.

Jaime Guzmán lo explicaba en sus cátedras: "Los derechos humanos


no son absolutos, en el sentido de ilimitados. Desde el momento en
que su titular es un ser contingente y no absoluto, limitado y no
infinito, sus derechos están sujetos —forzosa e inevitablemente— a
ciertos límites (...). Más allá de los límites que impone la moral en
aquellos ámbitos que corresponden exclusivamente al juicio de Dios y
de la propia conciencia, la vida en sociedad exige que el
ordenamiento jurídico también consagre limitaciones al ejercicio de
todos los derechos humanos, en aras del bien común3".

(….)La exigencia de que tales restricciones a los derechos fundamentales se


realicen con respeto al principio de legalidad es también una exigencia que se
deriva del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Entre otros
tratados internacionales en los que el Estado peruano es parte, ese es el
sentido en el que debe entenderse el artículo 30° de la Convención Americana
de Derechos Humanos, según el cual “Las restricciones permitidas, de acuerdo
con esta Convención, al goce y ejercicio de los derechos y libertades
reconocidas en la misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que
se dictaren por razones de interés general y con el propósito para el cual cual
han sido establecidas”.

(..)La legitimidad constitucional de una limitación al ejercicio de los


derechos fundamentales no se satisface con la observancia del
principio de legalidad. Al lado de esta garantía normativa de los
derechos fundamentales, el último párrafo del artículo 200° de la
Constitución ha establecido la necesidad de que tal restricción
satisfaga exigencias de razonabilidad y proporcionalidad.

Por virtud del principio de razonabilidad se exige que la medida restrictiva se


justifique en la necesidad de preservar, proteger o promover un fin
constitucionalmente valioso. Es la protección de fines constitucionalmente relevantes
la que, en efecto, justifica una intervención estatal en el seno de los derechos
fundamentales. Desde esta perspectiva, la restricción de un derecho fundamental
satisface el principio de razonablidad cada vez que esta persiga garantizar un fin
legítimo y, además, de rango constitucional.

Por su parte, el principio de proporcionalidad exige, a su vez, que la medida limitativa


satisfaga los subcriterios de idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido
estricto. El principio de idoneidad comporta que toda injerencia en los derechos
fundamentales debe ser idónea para fomentar un objetivo constitucionalmente
legítimo, es decir, que exista una relación de medio a fin entre la medida limitativa y
el objetivo constitucionalmente legítimo que se persigue alcanzar con aquél

A su vez, en el Fund. Jur. N.º 109 de la STC N.° 0050-2004-


AI/TC, este Tribunal afirmó que el principio de necesidad impone
al legislador adoptar, entre las diversas alternativas existentes para
alcanzar el fin perseguido, aquella que resulte menos gravosa para
el derecho que se limita. Como tal, presupone la existencia de una
diversidad de alternativas, todas aptas para conseguir el mismo
fin, debiendo ser la escogida por el legislador aquella que genera
menos aflicción sobre el derecho fundamental.
Como establece el inciso 2) del artículo 32° de la Convención
Americana de Derechos Humanos, “Los derechos de cada persona
están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de
todos y por las justas exigencias del bien común, en una sociedad
democrática”.
el Control de Identidad Policial, precisamente el Art. 205 del NCPP establece que
la Policía Nacional en el marco de sus funciones, sin necesidad de orden del Fiscal o del
Juez, podrá requerir la identificación de cualquier persona y realizar las comprobaciones
pertinentes en la vía pública o en el lugar donde se hubiere hecho el requerimiento y
cuando considere que resulta necesario para prevenir un delito u obtener información
útil para la averiguación de un hecho punible.

EL CONTROL DE IDENTIDAD POLICIAL


EL CONTROL DE IDENTIDAD POLICIAL
( Articulo 205 y 206 del Código Procesal Penal 2004)

Abog. Marco Antonio Herrera Guzman.

Finalidad Preventiva

La autoridad policial requiere la identificación para prevenir el


delito u obtener información para la investigación de un hecho
punible

Ejecución

La ejecución de esta medida, esta confiada a la Policía sin necesidad


de orden fiscal o del juez y comprende:

1.- El requerimiento de identificación de cualquier persona en el lugar


donde se encuentre, cuando resulte necesaria para:

Prevenir la comisión de un delito.

U obtener información útil para la averiguación de un hecho


punible.

2.- El registro de las vestimentas, equipajes o vehículos de una


persona, cuando exista fundado motivo de que está vinculada a
la comisión de un hecho delictuoso
Procedimiento
1.- conducir a la dependencia policial mas cercana a la persona que
no exhiba su documento de identidad, según la gravedad del hecho
investigado o del ámbito de operación policial practicada, para
exclusivo fines de identificación.
2.- En la dependencia se le podrá tomar las huellas digitales del
intervenido y constatar si registra algunas requisitorias.
3.- Este procedimiento durará desde el momento de la intervención
policial y no podrá exceder de cuatro horas, luego de ello se deberá
permitir que la persona se retire a su domicilio.

Controles en las vías públicas

Se realizan en lugares o establecimientos públicos, con el objeto de


proceder a:
a) La identificación de las personas que transiten o se encuentren en
ellos.
b) el registro de los vehículos.
c) El control superficial de los efectos personales.
CON EL FIN DE DESCUBRIR O UBICAR A LOS PARTÍCIPES DE
UN DELITO DE GRAVE ALARMA SOCIAL Y PARA LA
INCAUTACIÓN DE INSTRUMENTOS, DANDO CUENTA AL
MINISTERIO PÚBLICO.

Derechos del intervenido

En todos los casos descritos el intervenido tiene derecho a:


1.- Exigir al policía le proporcione su identidad.
2.- Conocer la dependencia a la que esta asignado.

El intervenido no puede ser ingresado a celdas o calabozos.

El intervenido tiene derecho a comunicarse con sus familiares o


su abogado.

Debe llevarse un registro por parte de la policía.

Debe brindarse las facilidades al intervenido para que proporcione


su D.N.I.

3.- Si en el acto de la intervención se constata que su documentación


está en orden, se le devolverá el documento y autorizará su
alejamiento del lugar.
Siempre que sea necesario para los fines del juicio o de servicios de
identificación se puede tomar fotografías del imputado, sin perjuicio
de las huellas digitales, incluso contra su voluntad. En este caso
se requerirá la expresa orden del Ministerio Público,
levantándose un acta de la misma.

LA VIDEOVIGILANCIA.

El artículo 207 del CPP, dispone que en el contexto de la investigación por los
delitos violentos, graves o contra organizaciones criminales, el fiscal, por
propia iniciativa o a pedido de la policía, y sin conocimiento del afectado,
puede ordenar que se hagan registros fotográficos o fílmicos con la finalidad
de observación o para la investigación del lugar de residencia del investigado.
Sin embargo, en aras de garantizar el derecho a la intimidad, amparado por el
principio de reserva judicial, de rango constitucional, se requerirá
autorización judicial cuando estos medios técnicos de investigación se
realicen en el interior de inmuebles o lugares cerrados. Una advertencia se
desprende de la norma citada: si los resultados de esta vigilancia van a ser
utilizados como prueba en el juicio, rige el procedimiento de control previsto
para la intervención de comunicaciones, esto es, una vez ejecutada la medida
de intervención y realizadas las investigaciones inmediatas en relación al
resultado de aquella, se pondrá en conocimiento del afectado todo lo
actuado, quien puede instar el reexamen judicial dentro del plazo de tres días
de notificado , el que estará dirigido a verificar sus resultados y que el
afectado haga valer sus derechos y, en su caso, impugnar las decisiones
dictadas en ese acto.

La medida de la videovigilancia también se puede llevar a cabo, si, por la


naturaleza y ámbito de la investigación, se ven irremediablemente afectadas
a terceras personas.

El plazo de duración de esta medida, es de no mayor de quince días,


prorrogables por un plazo igual si las circunstancias así lo exigieren, así lo
establece el artículo 237 del Código Procesal Penal

(….)Parece, pues, que también en el ámbito de la evolución de los medios de


prueba procesalmente admisibles, y no sólo en el sistema del castigo, hemos
pasado de la fase que caracterizaba Foucault como “control del cuerpo” (la
tortura), a la fase de “control del alma” (la captación de la palabra, la
imagen o el sonido, como elementos más característicos del núcleo estricto
de la intimidad y, por tanto, de la parte espiritual de la personalidad)
[3]. Probablemente ello no es más que, como el mismo Foucault enseña, el
síntoma inevitable de la evolución de los sistemas sancionatorios, en función
de la trasformación de las relaciones de poder del cuerpo social entero hacia
formas cada vez más sutiles y perfeccionadas de control social. Pero
obviamente a diferencia de lo que sucede con la tortura, el empleo de los
medios audiovisuales en la averiguación y, en su caso, prueba de un delito no
produce el mismo rechazo o repulsión moral, entre otras cosas porque no
siempre lesiona un derecho fundamental y su utilización puede y debe ser
admitida, siempre, claro está, que ello sea compatible con los derechos
fundamentales del ciudadano que garantiza la Constitución y los pactos
internacionales de Derecho civiles y se lleve a cabo con determinados
procedimientos y garantías

Entre las medidas restrictivas de derechos


enumeradas en el título III de la sección II del Libro II
del NCPP tenemos: El Control de Identidad
policial, la videovigilancia, las pesquisas, las
retenciones, el registro personal, la intervención
corporal, la prueba de alcoholemia, el
allanamiento, la exhibición forzosa e
incautación, la exhibición e incautación de
actuaciones y documentos no privados, el
control de comunicaciones y documentos
privados, intercepción e incautación postal, el
control de las comunicaciones y
telecomunicaciones, el levantamiento del
secreto bancario y de la reserva tributaria y
finalmente la clausura o vigilancia de locales e
inmovilizaciones[1].
Control de Identidad Policial. La policía puede
pedir, dentro del marco de sus funciones, la
identificación de cualquier persona; tal
identificación sólo procederá cuando resulte
necesario para prevenir un delito, obtener
información útil en caso de grave alarma social y en
el ámbito de una operación policial, la cual debe
llevarse a cabo bajo los criterios de razonabilidad y
proporcionalidad. En caso que el intervenido no
tuviera sus documentos, se le debe permitir hacer
una llamada a sus familiares o trasladarse al lugar
donde se encuentra el documento de identidad de
ser posible; en este caso la detención no debe
exceder de cuatro horas y luego se le dejara
retirarse del lugar. Este supuesto no está bajo la
protección del articulo 2° numeral 24° literal "F" de
la Constitución ya que es una breve medida
coercitiva que afecta la libertad ambulatoria con
una perspectiva temporal limitada no necesita de
flagrancia para que la policía por sí o por orden del
fiscal la lleve a cabo previo mandato escrito y
motivado del juez; en este caso existe una
situación intermedia en la que se da una restricción
de la libertad distinta a la detención en sentido
estricto[2]. Por lo que el articulo 205° inciso 4° del
NCPP, no es inconstitucional porque esta amparado
en el articulo 2° numeral 24° literal “b” de la
Constitución: "No se permite forma alguna de
restricción de la libertad personal, salvo en los
casos previstos por la ley…"
La Videovigilancia. El NCPP, no prescribe cómo debe ser el pedido
de la policía sobre videovigilancia, ni si este debe ser verbal o
escrita. Sin embargo el reglamento de aplicación prescribe que debe
ser debidamente motivada. El fiscal puede a iniciativa propia o a
pedido de la policía y sin conocimiento del afectado disponer la
realización de actos de videovigilancia (art. 207° del NCPP)
delimitando claramente el lugar, tiempo, espacio y modo en que se
realizará, así como sobre que sujeto recaerá la medida y a cargo de
quien estará.
El fiscal requerirá la autorización judicial cuando la
videovigilancia se realice en el interior de inmuebles
o lugares cerrados, debido a que la situación
amerita mayor protección de los derechos
fundamentales en conflicto. Culminada las
investigaciones, inmediatamente se pondrá en
conocimiento del vigilado lo actuado, siempre que
el objeto de la investigación lo permita, asegurando
la tutela jurisdiccional efectiva, debemos tener
presente que el Estado, a través de sus
instituciones, debe velar por la protección de la
sociedad y por lo tanto de cada individuo que la
conforma.
Las Pesquisas. Son búsquedas o indagaciones que realiza la policía
cuando existan motivos razonables para creer que con tal actuar se
encontraran rastros del delito o a personas prófugas, incluyendo al
imputado (art. 208° inciso 1° del NCPP), tiene por objeto comprobar
el estado de las personas, lugares, cosas, los rastros y otros efectos
materiales que fueran de utilidad para la investigación (art. 208°
inciso 2° del NCPP). Las pesquisas son realizadas por la policía a
propia iniciativa o a solicitud del fiscal, esta medida restrictiva de
derechos la tenemos regulada en el artículo 208 del NCPP, entre las
cuales tenemos las retenciones y el registro de personas.
Las Retenciones. Siendo que conforme a la nueva corriente actual,
en la cual se señala que no existen derechos absolutos, por
consiguiente la libertad puede ser restringida y no solo cuando se
encuentre un individuo en flagrancia o bajo mandato judicial, sino
también cuando resulte indispensable para el esclarecimiento de un
delito (aun no siendo el imputado del hecho), el límite temporal que
tiene la policía para realizar su pesquisa con la persona retenida es
de cuatro horas, luego de la cual debe solicitar orden judicial para su
ampliación, esta medida restrictiva de derechos la tenemos regulada
en el artículo 209° del NCPP.
El Registro de Personas. Es un tipo de pesquisa que se practica
sobre el individuo y los objetos que éste porta, cuando existan
fundadas razones para considerar que en él o en su ámbito personal
ocultaba bienes relacionados con el delito. Antes de introducirse en la
intimidad y el pudor ajenos, el agente policial debe invitar a la
persona a que exhiba y entregue los objetos requeridos, si los
objetos son entregados no se procede a realizar el registro personal,
el registro se realiza respetando la dignidad y dentro de los limites
posibles el pudor de la persona, esta medida se regula en el artículo
210° del NCPP, con el cual se busca en lo posible respetar los
derechos de las personas y, cuando resulte indispensable
introducirse en ellos, que haya una autolimitación, y que se trate que
el menoscabo de los derechos fundamentales sea el menor posible.
La Intervención Corporal. A diferencia del
registro personal, pesquisa en el cuerpo de la
persona mediante la palpitación de su cuerpo o la
revisión en los objetos de su ámbito personal; la
intervención corporal es mucho más profunda ya
que se practica en el cuerpo mismo de la persona
del imputado. Esta medida restrictiva regulada en
el artículo 211° y 212° del NCPP, se circunscribe al
acto concreto para diferenciarla del registro
corporal a aquellos actos que implican no una
búsqueda de objetos en la superficie corporal o en
las cavidades u orificios corporales naturales (como
registros anales o vaginales), sino extracciones de
fluidos del cuerpo humano, tales como análisis de
sangre o de orina o ecográficos, o cualquier otro
tipo de actuación sanitaria, para examinar el cuerpo
mismo del imputado.[3]
La Prueba de Alcoholemia. Vienen a ser los exámenes que se
realiza a los sujetos, en el marco de la prevención e investigación del
delito, para determinar la cantidad de alcohol presente en la sangre
de los mismos, la prueba comienza con la comprobación de tasas de
aire respirado, salvo que el estado de ebriedad sea evidente, esta
medida restrictiva de derechos la tenemos regulada en el artículo
213° del NCPP, la misma que esta principalmente pensada para el
delito de conducción en estado de ebriedad y su derivación
preterintencional en las formas de lesiones y homicidios culposos.
El Allanamiento. Resulta procedente cuando resultan motivos
fundados para considerar que en un domicilio, casa habitación, casa
de negocio, en sus dependencias cerradas, o en recinto habitado
temporalmente y en cualquier otro lugar cerrado, se ocultan el
imputado o un prófugo, o se hallan bienes delictivos u objetos
relevantes para la investigación, además de los casos de flagrancia o
inminente peligro de la comisión de un delito, el fiscal debe solicitar
al juez el allanamiento, precisando la ubicación del lugar a
registrarse, la finalidad de la diligencia y el tiempo de duración. Se
debe entregar la copia de autorización al imputado y todo lo actuado
debe constar en acta; esta medida restrictiva se encuentra regulada
en los artículos 214° al 216° del NCPP.
La Exhibición Forzosa e Incautación. La ley establece que se
requiere que se requiere la autorización judicial, para que se obligue
a una persona a exhibir o entregar bienes o cosas relacionados con el
delito (ya sea por que constituyen el cuerpo del delito o son
necesarias para la investigación). La autorización judicial deberá
tener todos los datos necesarios, así como el nombre del fiscal
autorizado, la designación del bien a exhibir o incautar con el apoyo
policial, debiendo registrarse con exactitud los bienes o cosas; la
policía puede tomar estas medidas sin autorización ni orden judicial
en caso de delito flagrante o peligro inminente de su perpetración,
dando cuenta inmediatamente al fiscal, quien solicitara la
confirmación al juez de investigación preparatoria, tal y conforme se
regula en el artículo 218° del NCPP.
La Exhibición e Incautación de actuaciones y documentos no
privados. El NCPP, también se ocupa de la exhibición e incautación
de las actuaciones y documentos que no tienen la calidad de privado,
incluyendo aquellos que se clasifiquen como secreto de Estado, en
este último caso se debe probar tal condición. El juez, en
coordinación con el ejecutivo, solicitara la confirmación de la
condición de los objetos como secretos de Estado. De ser así,
decidirá la clausura de la investigación por estas circunstancias, tal y
conforme se encuentra regulado en el artículo 224° del NCPP.
Control de Comunicaciones y Documentos Privados. Esta
medida restrictiva de derechos, procede en los casos donde la
medida adoptada se relaciona con la búsqueda de pruebas y en la
cual se restringe los derechos fundamentales a la inviolabilidad de las
comunicaciones y de los documentos privados regulados en el
articulo 2° inciso 10° de la CPE., estas medidas de control afectan los
derechos de las personas a la inviolabilidad de sus comunicaciones y
de sus documentos privados se debe ser cauteloso al llevarlas a
cabo, si se obtienen fuentes de pruebas inobservado las garantías
respectivas estaríamos ante una prueba prohibida.
Intercepción e Incautación Postal. El NCPP, regula esta medida
restrictiva de derechos en sus artículos 226° - 228°; donde se
establece la oportunidad de que se puedan interceptar, incautar, y
abrir documentación que se dirija al imputado de manera directa o
indirecta, siempre que sea indispensable para el debido
esclarecimiento de los hechos que se investigan, pudiendo ser objeto
de interceptación toda forma de comunicación contenida en soporte
material, los pliegos, valores, telegramas u otros objetos de
correspondencia, dirigidos al imputado o remitidos por él, asimismo
pueden ser objeto de interceptación los correos electrónicos. Se
requiere el pedido formal del fiscal al Juez de Investigación
preparatoria.
Control de las Comunicaciones y Telecomunicaciones. El NCPP,
regula esta medida restrictiva de derechos en sus artículos 230°,
232° y 234°; donde se señalan los requisitos de las medidas de
intervención y grabación de comunicaciones telefónicas u otras
análogas como son: a) existencia de suficientes elementos de
convicción de la comisión de un delito con pena superior a cuatro
años de pena privativa de la libertad; b) absoluta necesidad de la
pesquisa; c) solicitud fiscal; y d) orden judicial, la cual debe
identificar al afectado, que puede ser el imputado o un tercero que
reciba o transmita comunicaciones objeto de la investigación, no
pueden exceder de treinta días, salvo prorroga o plazo sucesivo,
previo requerimiento fiscal y autorización judicial.
Levantamiento del Secreto Bancario y de la Reserva
Tributaria. El NCPP, regula esta medida restrictiva de derechos en
su artículo 237°; donde autoriza la incorporación de documentos,
títulos valores, sumas depositadas y cualquier otro bien, o el bloqueo
e inmovilización de las cuentas; y autoriza la pesquisa o registro de
una entidad del sistema bancario o financiero. El juez es quien
autoriza disponer el levantamiento de la reserva tributaria y el que lo
requiere a la administración tributaria, cuando resulte necesario y
sea pertinente para el esclarecimiento del caso investigado.
Clausura o Vigilancia de Locales e Inmovilizaciones. El NCPP,
regula esta medida restrictiva de derechos en su artículo 241°;
donde se señala que el fiscal podrá ordenar la clausura o vigilancia
de locales o la inmovilización de bienes muebles, cuando sea
necesario para continuar con la investigación; después de realizada
la diligencia, antes de las veinticuatro horas, el fiscal debe solicitar al
juez la resolución confirmatoria y para tal efecto adjuntara copia del
acta.
Finalmente podemos decir que estas medidas
restrictivas de derechos reguladas en el NCPP,
buscan hallar la verdad de los hechos investigados
para esclarecer el delito cometido por los sujetos de
derechos integrantes de la sociedad, teniendo
siempre presente el cuidado y respeto de los derechos
fundamentales de la persona humana.
Derecho a la defensa
LIMA
LUIS GROVER
GONZÁLEZ GALLARDO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 24 días del mes de setiembre de 2008, la Sala


Segunda del Tribunal Constitucional, integrada por los
magistrados Mesía Ramírez, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la
siguiente sentencia

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por


don Luis Grover González Gallardo contra la resolución expedida por la
Tercera Sala Especializada en lo Penal para Procesos con Reos Libres de la
Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 270, su fecha 23 de noviembre de
2007, que declara improcedente la demanda de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 26 de abril de 2007 el recurrente interpone demanda de hábeas corpus


y la dirige contra el titular del Vigésimo Séptimo Juzgado Penal de Lima,
don Luis Alberto Solís Vásquez, alegando la vulneración del principio de legalidad, así
como de sus derechos a un juez imparcial y al debido proceso, configurándose asimismo
una amenaza contra su derecho a la libertad individual.

Refiere que con fecha 19 de agosto de 2005 el juzgado emplazado


dictó auto de apertura de instrucción en su contra, iniciándole proceso penal
por la presunta comisión del delito de falsificación de documentos
(Exp. N° 305-2005); que tal resolución no establece de forma clara e
inequívoca si los documentos cuya presunta falsificación se le atribuye tienen
naturaleza pública o privada, lo que en definitiva le genera indefensión; y que
si bien dicha situación fue aclarada posteriormente mediante resolución de 17
de octubre de 2006 (señalándose que los documentos investigados tienen
naturaleza privada), ello corrobora que el auto de apertura de instrucción
cuestionado ha sido expedido en contravención de las garantías que
conforman el debido proceso. Manifiesta también que ha rendido su
declaración instructiva sin contar con la presencia de abogado defensor, a
pesar de que el juzgado demandado se encontraba en obligación de
proporcionarle un abogado de oficio, de conformidad con lo estipulado en el
artículo 121 del Código de Procedimientos Penales, además de que no se
encontraba presente el representante del Ministerio Público durante la
realización de dicha diligencia. Refiere asimismo que mediante escrito de
fecha 19 de abril de 2007 solicitó que se deje sin efecto la diligencia de lectura
de sentencia a realizarse con fecha 26 de abril de 2007 mediante resolución de
fecha 9 de abril de 2007, toda vez que aún se encuentra pendiente de
pronunciamiento la impugnación interpuesta contra la resolución de fecha 12
de septiembre de 2006 (mediante la cual se declara infundada la excepción de
naturaleza de acción promovida por el demandante con fecha 19 de diciembre
de 2005) por la Primera Sala Penal para Procesos con Reos Libres de la Corte
Superior de Justicia de Lima (Exp. N° 1270-2006); siendo declarada
infundada la referida solicitud de fecha 19 de abril de 2007. Señala también
que se configura una amenaza contra su libertad individual, debido a que el
órgano jurisdiccional emplazado volverá a citarlo nuevamente de grado o
fuerza con la intención de imponerle una pena privativa de libertad.
Realizada la investigación sumaria, el recurrente se ratificó en todos
los extremos de su demanda. A su turno, el juez emplazado señaló que el
proceso penal seguido contra el demandante se ha tramitado conforme a
ley, en estricta observancia del debido proceso y la tutela judicial, en el
tiempo en el que se desempeñó como titular del Vigésimo Séptimo Juzgado
Penal de Lima; agregando además que la pretensión del recurrente viene
siendo cuestionada en la vía judicial ordinaria, por lo que debe ser
declarada improcedente en aplicación del artículo 4 del Código Procesal
Constitucional, debido a que aún no tiene la calidad de firme. Por otro lado,
mediante resolución de fecha 14 de mayo de 2007, el juez constitucional
incluyó en el presente hábeas corpus al señor Gustavo Alberto
Real Macedo, actual titular del juzgado emplazado, quien solicitó que se
declare infundada la demanda aduciendo que: a) el auto de apertura de
instrucción impuesto al recurrente fue aclarado mediante resolución de
fecha 17 de octubre de 2006, señalándose de manera expresa que los
documentos presuntamente falsificados son de carácter privado; b) el
recurrente de manera expresa señaló al momento rendir su declaración
instructiva que no consideraba necesario contar con la presencia de un
abogado, además de que sí se encontraba presente en dicha diligencia el
representante del Ministerio Público, señorWilber Aguilar Vega; c) si bien
el recurrente ha solicitado la nulidad de la diligencia de lectura de
sentencia, al no haber sido resuelta la impugnación presentada contra la
resolución del órgano jurisdiccional que declara infundada la excepción de
naturaleza de acción deducida; sin embargo, la referida resolución ha sido
concedida en un solo efecto, por lo que no se ha paralizado el trámite del
expediente principal, en consonancia con lo dispuesto por el artículo 90
inciso 1 del Código de Procedimientos Penales. Agrega asimismo que dado
que el recurrente ha incumplido con inasistir a la diligencia de lectura de
sentencia de fecha 26 de abril de 2007, ha sido declarado reo contumaz.

El Decimosexto Juzgado Penal de Lima, con fecha 23 de mayo de 2007, declaró


improcedente la demanda por considerar que: a) el delito por el cual se le ha iniciado
instrucción al recurrente ha sido aclarado, por lo que se encuentra informado de los
cargos que se le imputan; b) el demandante decidió no contar con abogado defensor al
momento de rendir su declaración instructiva, lo cual constituye un derecho de
conformidad con lo dispuesto por el artículo 121 del Código de Procedimientos Penales;
además de que sí se encontraba presente el representante del Ministerio Público al
momento de realizarse dicha diligencia; c) las incidencias que puedan configurarse
durante el desarrollo del proceso principal no interrumpen el trámite de éste, de lo que
se colige que el señalamiento de fecha para la diligencia de lectura de sentencia, así
como la posterior declaración como reo contumaz del demandante, han sido emitidas
dentro de un proceso regular, por lo que no se acredita vulneración alguna de su libertad
individual

La recurrida confirmó la apelada por los mismos fundamentos.


FUNDAMENTOS

Delimitación del petitorio

1. El demandante alega que en la tramitación del proceso penal N° 305-2005 seguido


ante el juzgado emplazado se ha vulnerado el principio de legalidad penal, así como
sus derechos a un juez imparcial y al debido proceso, configurándose asimismo una
amenaza contra su derecho a la libertad individual, toda vez que: a) el auto de
apertura de instrucción de fecha 19 de agosto de 2005 ha sido expedido sin que se
precise si el documento cuya presunta falsificación se le imputa tiene naturaleza
pública o privada; b) ha rendido su declaración instructiva sin contar con abogado
defensor, además de que no se encontraba presente el representante del Ministerio
Público en dicha diligencia, y; c) se ha establecido diligencia de lectura de sentencia
a pesar de que aún se encuentra pendiente de pronunciamiento la impugnación que
interpuso contra la resolución de fecha 12 de septiembre de 2006 (mediante la cual
se declara infundada la excepción de naturaleza de acción promovida por el
demandante con fecha 19 de diciembre de 2005).

Derecho de defensa: la defensa técnica y la declaración instructiva

2. La Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 8.º, inciso d),


establece que:

Artículo 8.- Garantías Judiciales


(...)
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras
no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene
derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
(...)
d. derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor
de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor.

3. Asimismo, nuestra Norma Fundamental en su artículo 139 inciso 14 señala que:

Artículo 139.- Son principios y derechos de la función jurisdiccional:


(...)
14. El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso.
Toda persona será informada inmediatamente y por escrito de la causa o las razones de su
detención. Tiene derecho a comunicarse personalmente con un defensor de su elección y
a ser asesorada por éste desde que es citada o detenida por cualquier autoridad.

4. A partir de las normas glosadas, este Tribunal Constitucional considera que el


principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso
constituye una de las condiciones indispensables para que un proceso judicial sea
realizado con arreglo al debido proceso.
5. Asimismo, el ejercicio del derecho de defensa, de especial relevancia en el proceso
penal, tiene una doble dimensión: una material, referida al derecho del imputado de
ejercer su propia defensa desde el mismo instante en que toma conocimiento de que
se le atribuye la comisión de determinado hecho delictivo; y otra formal, que supone
el derecho a una defensa técnica, esto es, al asesoramiento y patrocinio de un
abogado defensor durante todo el tiempo que dure el proceso. Ambas dimensiones
del derecho de defensa forman parte del contenido constitucionalmente protegido
del derecho en referencia. En ambos casos se garantiza el derecho a no ser postrado
a un estado de indefensión (STC. Exp. N° 6260-2005-HC/TC, caso Margi Clavo
Peralta, FJ fundamento).

6. En el presente caso el recurrente aduce que ha rendido su declaración instructiva sin


contar con la presencia de abogado defensor. Por su parte los jueces emplazados
señalan que el propio demandante decidió de manera voluntaria no contar con
abogado defensor, situación que se encuentra prevista y amparada en el artículo 121
del Código de Procedimientos Penales. En tal sentido, este Tribunal procederá a
analizar el hecho de que si para rendir la declaración instructiva es posible
prescindir de abogado defensor, esto es, del derecho de defensa técnica.

7. La declaración instructiva, tal como ya lo ha señalado este Tribunal, pone a


conocimiento del imputado la existencia de un proceso penal seguido en su contra y
participa de una doble condición: ser medio de investigación y medio de defensa.
Como medio de investigación la ley procesal impone su actuación, al juez o al
fiscal, para indagar en relación con los cargos formulados en su contra, en tanto que,
como medio de defensa, permite al procesado –conocedor de los
actos imputados– formular sus descargos con el objeto de desvirtuarlos, a la par que
designar abogado defensor (Cfr. STC. Exp. N° 3062-2006-HC/TC,
caso Jyomar Faustino Tolentino, fundamento 7)

8. Por otro lado, el mencionado artículo 121 del Código de Procedimientos Penales
señala lo siguiente:

Antes de tomar la declaración instructiva, el juez instructor hará presente al inculpado


que tiene derecho a que lo asista un defensor y que si no lo designa será nombrado de
oficio. Si el inculpado conviene en esto último, el juez instructor hará la designación
de abogado o, a falta de éste, de persona honorable. Pero si el inculpado no acepta
tener defensor se dejará constancia en autos de su negativa, cuya diligencia
deberá suscribir. Si no sabe leer y escribir, o es menor de edad, el juez le nombrará
defensor indefectiblemente (el resaltado es nuestro).

9. De la norma citada es posible afirmar que, en efecto, el Código de Procedimientos


Penales prevé la posibilidad de que el inculpado rinda su declaración instructiva sin
contar con un abogado defensor, únicamente con la condición de que sea mayor de
edad y que sepa leer y escribir. Asimismo dicha situación debe constar en el acta que
sobre dicha diligencia se realice, la misma que tiene que ser suscrita por el propio
inculpado para tener validez.
10. Al respecto cabe señalar que, si bien este Tribunal determinó que es posible bajo
ciertos requisitos que las dimensiones material y formal del derecho de defensa
puedan ser ejercidas por un procesado que tenga a su vez la condición de abogado
(Cfr. STC. Exp. N° 1323-2002-HC/TC); también señaló que no es posible
reconocer el ejercicio del derecho de defensa por sí mismo (sin asistencia letrada) a
un procesado que no ostenta la calidad de abogado, ya que de lo contrario implicaría
someterlo a un estado de indefensión por ausencia de una asistencia letrada, versada
en el conocimiento del Derecho y de la técnica de los procedimientos legales,
situación que, además, quebranta el principio de igualdad de armas o igualdad
procesal de las partes (Cfr. STC. Exp. N.os 2028-2004-HC/TC; 6260-2005-HC/TC;
1919-2006-HC/TC).

11. En esa línea de razonamiento, este Tribunal considera que la misma situación de
indefensión se genera en el caso de que sea el propio imputado quien decida no
contar con abogado defensor al momento de rendir su declaración instructiva. Y es
que la presencia del abogado defensor en la situación mencionada busca que “(...)
se vean satisfechas cumplidamente “las reglas del juego” de la dialéctica procesal
y de la igualdad de las partes, paliando la inferioridad en que pueda encontrarse el
imputado por falta de conocimientos técnicos, de experiencia forense, de serenidad,
o por imposibilidad física de actuar, funcionando al mismo tiempo como
controlador del regular desenvolvimiento del proceso en interés del
imputado” (GIMENO SENDRA, Vicente y DOIG DÍAZ, Yolanda: “El Derecho de
Defensa”. Pág. 288. En: CUBAS VILLANUEVA, Víctor (Coordinador): El Nuevo
Proceso Penal. Estudios Fundamentales. Palestra Editores. Lima, 2005)

12. Cabe señalar asimismo que el Nuevo Código Procesal Penal de 2004, en su artículo
IX del Título Preliminar, establece que: “Toda persona tiene derecho inviolable e
irrestricto a que se le informe de sus derechos, a que se le comunique de inmediato y
detalladamente la imputación formula en su contra y a ser asistida por un Abogado
Defensor de su elección o, en su caso por un abogado de oficio, desde que es citada
o detenida por la autoridad”. A partir de dicha redacción se advierte que se supera la
redacción estipulada en el ya mencionado artículo 121 del Código de
Procedimientos Penales, ya que se prohíbe la posibilidad de que la persona pueda
prescindir de abogado defensor desde que es citada o detenida, adoptando una
perspectiva más amplia del derecho de defensa que es compartida por este Tribunal.
13. Del estudio de autos se advierte que, en efecto, el recurrente rindió su declaración
instructiva sin contar con la asistencia técnica de abogado defensor (tal como se
advierte de la copia certificada del acta de la diligencia de declaración instructiva a
fojas 131). Sin embargo, también se aprecia que dicha diligencia se realizó con
fecha 12 de diciembre de 2005, y que recién fue cuestionada por el demandante
mediante escrito de fecha 8 de noviembre de 2006 (a fojas 137). En tal sentido si
bien el artículo 25 inciso 12, del Código Procesal Constitucional reconoce como
derecho pasible de protección mediante el hábeas corpus el derecho a ser asistido
por abogado, en el presente caso a la fecha de interposición de la demanda el acto de
declaración instructiva ya había cesado, por lo que este extremo de la demanda debe
ser declarado improcedente en virtud de lo dispuesto por el artículo 5 inciso 5 del
Código Procesal Constitucional, que establece que: “No proceden los procesos
constitucionales cuando: (...) 5. A la fecha de presentación de la demanda ha
cesado la amenaza o violación de un derecho constitucional o se ha convertido en
irreparable”.

Improcedencia de la pretensión referida a cuestionar la resolución que establece la


diligencia de lectura de sentencia

14. En lo que concierne al extremo de la demanda en el que cuestiona la resolución de


fecha 9 de abril de 2007 que establece la fecha de la diligencia de lectura de
sentencia, así como el hecho de que el órgano jurisdiccional va a citar de grado a
fuerza al recurrente con la intención de imponerle pena privativa de libertad, debe
señalarse que, tal como lo ha manifestado este Tribunal en reiterada jurisprudencia,
la citación para la diligencia de lectura de sentencia no configura una amenaza a la
libertad individual del recurrente, toda vez que éste está obligado –en su condición
de procesado- a acudir al local del Juzgado cuantas veces sea requerido para los
fines que deriven del propio proceso. Asimismo, la determinación de su inocencia o
culpabilidad no es una materia que sea de competencia de la justicia constitucional,
y mucho menos puede pretenderse que en esta sede se emita un pronunciamiento
exculpatorio antes que el proceso penal ordinario culmine (Cfr. STC. Exp. N° 1100-
2006-PHC/TC caso Vásquez Sánchez; Exp. N°2585-2006-PHC/TC, caso Ramírez
Correa; Exp. N° 3048-2006-PHC/TC, caso Montoya Portocarrero; Exp. N°10030-
2006-PHC/TC, caso Carbajal Obregón; Exp. N° 0095-2007-PHC/TC, caso Vela
Paredes; Exp. N° 1125-2007-PHC/TC, caso Huasupoma Arredondo; Exp. N° 4676-
2007-PHC/TC, caso Ballón de Chu y otro). En consecuencia, este extremo de la
pretensión debe ser rechazado.

15. A mayor abundamiento, este Tribunal en reiterada jurisprudencia se ha pronunciado


en el sentido de que el análisis de una resolución judicial en sede constitucional
requiere, además del cumplimiento de los requisitos de procedibilidad, que se
expongan los argumentos jurídico-constitucionales por lo que, a
juicio del demandante, se debería declarar su nulidad (Cfr. STC. Exp. N° 10197-
2006-PHC/TC; Exp. N° 1099-2007-PHC/TC; Exp. N° 3666-2007-PHC/TC).
16. Tal como se advierte del estudio de la demanda, el recurrente cuestiona la resolución
de fecha 9 de abril de 2007 (que obra a fojas 153), mediante la cual el juzgado
emplazado estableció la fecha para la diligencia de lectura de sentencia en el
mencionado proceso penal N° 305-2005, toda vez que aún se encuentra pendiente de
pronunciamiento el recurso de apelación presentado contra la resolución de fecha 12
de septiembre de 2006, que declara infundada la excepción de naturaleza de acción
deducida (a fojas 154). Sin embargo, también se aprecia que el recurrente en el
presente hábeas corpus y respecto de los hechos mencionados, alega como
fundamento jurídico la violación contra la libertad personal, debido a que, a criterio
del recurrente, el juez demandado “(...) volverá dentro de poco a citarme de grado
o fuerza a fin de imponerme una pena privativa de libertad (...)”.

17. Al respecto es preciso recalcar que el demandante no señala cuáles serían los
derechos constitucionales afectados por la expedición de la resolución de fecha 9 de
abril de 2007, por lo que, de acuerdo con los fundamentos precedentes, este extremo
de la demanda debe ser declarado improcedente en virtud de lo dispuesto por el
artículo 5 inciso 1 del Código Procesal Constitucional, que establece que: “No
proceden los procesos constitucionales cuando: 1. Los hechos y el petitorio de la
demanda no están referidos de manera directa al contenido constitucionalmente
protegido del derecho invocado”.

Falta de precisión en la naturaleza de los documentos presuntamente falsificados

18. En lo que respecta al extremo de la demanda referido a la falta de precisión del tipo
penal por el cual se le ha dictado al actor auto de apertura de instrucción, cabe
señalar que si bien la calificación del tipo penal es atribución del juez penal, la tutela
jurisdiccional efectiva se concreta a través de las garantías que, dentro de
un íter procesal diseñado en la ley, están previstas en la Constitución Política. O,
dicho de otro modo, el órgano jurisdiccional, cuando imparte justicia, está obligado
a observar los principios, derechos y garantías que la Norma Suprema establece
como límites del ejercicio de la función asignada.
19. Por ello es que resulta pertinente puntualizar que la determinación específica de la
imputación en el auto apertorio de instrucción comporta no solo la determinación
específica del hecho atribuido, sino también la determinación específica del tipo
penal aplicable a ese hecho. Y ello es así ya que todo imputado debe conocer no solo
de manera expresa, cierta e inequívoca los cargos que se le formulan, sino también,
en igual sentido, la calificación jurídica de éstos.

20. Asimismo conviene precisar que este Tribunal en varias oportunidades ha emitido
pronunciamientos estimatorios respecto al cuestionamiento del auto apertorio de
instrucción en los cuales no se había señalado de manera específica la modalidad
delictiva (STC N° 3390-2005-PHC, caso Toledo Manrique; STC N° 9727-2005-
PHC, caso Ramírez Miranda; STC N° 9544-2006-PHC, caso Peñaranda Castañeda;
STC N° 9811-2006-PHC, caso Horqque Ferro; STC N° 0214-2007-PHC,
caso Huaco Velásquez; STC N° 1132-2007-PHC, caso Berckemeyer Prado); sin
embargo, ello no obliga a que este Colegiado en todos los casos tenga que
pronunciarse en el mismo sentido, pues es evidente que pueden presentarse diversos
casos en los que una circunstancia de esta naturaleza per se no
resultavulneratoria de derechos fundamentales. Tal sería el caso en que, pese a no
haberse señalado de manera específica la modalidad delictiva en la que habría
incurrido el imputado, de la lectura del contenido del auto apertorio de instrucción
sí se desprenda la naturaleza jurídica (pública o privada) del documento cuya
falsificación se atribuye; naturalmente esta circunstancia debe ser evaluada en cada
caso concreto, atendiendo a lo dispuesto por los artículos 235 y 236 del Código
Procesal Civil (aplicable supletoriamente en virtud a lo preceptuado por el artículo
IX del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional).

21. En el presente caso, tal como se ha señalado en la demanda, mediante resolución de


fecha 17 de octubre de 2006 (que obra a fojas 136 de autos) el juzgado emplazado
aclaró el auto de apertura de instrucción de fecha 19 de agosto de 2005 en el
extremo referido al tipo penal por el cual estaba siendo procesado el recurrente,
precisando que los documentos que presuntamente habría falsificado tienen
naturaleza privada. Por consiguiente, toda vez que la presunta afectación alegada
por el recurrente (consistente en la falta de determinación respecto de la naturaleza
de los documentos cuya adulteración se le atribuye) ha cesado con la expedición de
la referida resolución de fecha 17 de octubre de 2006, esto es, antes de la
interposición de la demanda, este extremo también debe ser declarado improcedente
en virtud del mencionado artículo 5 inciso 5 del Código Procesal Constitucional.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

Declarar IMPROCEDENTE la demanda de hábeas corpus.

Publíquese y notifíquese.
SS.

MESÍA RAMÍREZ
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

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