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DERECHO CONSTITUCIONAL

CECILIA ZHANG
GRUPO 1614

TEMA 1

LA FORMACIÓN DEL ESTADO CONSTITUCIONAL

Constitución: ley fundamental; norma superior dentro del ordenamiento jurídico; Pacto social que se
decide democráticamente.

Cuando hablamos de Democracia, hablamos de Estado de Derecho, que se caracteriza por:

• El Imperio de la Ley (Superioridad democrática: La Constitución tiene que emanar de la voluntad


popular)
• La división de poderes
• Los derechos fundamentales o las garantías para que los derechos fundamentales se cumplan.

Desde los años 30 hasta el 1975, España vivía en un sistema dictatorial (Dictadura de Franco –
levantamiento militar frente a la República). Donde no había división de poderes, no había Constitución,
había leyes fundamentales pero no eran fruto de la voluntad popular, y no había reconocimiento ni
garantías de los derechos fundamentales.

Con la Ley Orgánica del Estado (ley de 1967) se produjo la máxima apertura, ya que se instauró los
principios del movimiento nacional y se permitió el derecho de asociación, pero jurando lealtad a Franco y
los principios del movimiento nacional.

Durante los primeros años de la dictadura, nace las últimas leyes fundamentales del franquismo (hay 7),
que se caracteriza por una democracia indirecta en la que se votaba a través de unas elecciones que no
eran democráticas y donde había un sindicato único (las elecciones no son libres) y además estaban
prohibidos los partidos políticos, ya que consideraban que los partidos políticos disgregaban a la sociedad.
Existía un partido único, el Movimiento Nacional. Con las leyes fundamentales del franquismo se permitían
crear asociaciones, pero sus componentes debían jurar lealtad al Movimiento Nacional y a Franco.

En los últimos años del franquismo, hubo muchas movilizaciones, manifestaciones (en algunos territorios
como en el País Vasco y Cataluña para pedir autonomía o la independencia), movilizaciones nacionalistas
en las que se reivindicaban libertad, amnistía y estatuto de autonomía. Hubo represión, detenciones,
había grupos extremistas (ETA, grupos radicales a favor del régimen...); los jóvenes y parte de los
demócratas creía en la democracia, en cambio la gente mayor tenía miedo.

En cuanto a los movimientos ideológicos, estaban:

– Los franquistas o inmovilistas, que querían que todo siguiera igual


– Los reformistas, que querían llegar a un sistema democrático a través de reformas paulatinas
pero sin que hubiera una confrontación, sin que hubiera una ruptura entre un sistema y el otro.
– Los rupturistas, que querían acabar radicalmente con el franquismo e instaurar la democracia.

En el momento que asesinan a Carrero Blanco, Franco nombra como nuevo presidente de Gobierno a
Arias Navarro.
Arias Navarro, antes de que muera Franco intenta una cierta apertura y da un discurso denominado “El
espíritu del 12 de febrero” en el que se decía que iba a proponer que hubiese libertad de asociación y que
dejará de ser delito en el código penal. A su vez, en las leyes franquistas había una ley llamada la ley de
sucesión que preveía que una vez que faltase Franco, el sucesor fuera el Príncipe Juan Carlos, pero en esta
ley se establecía una monarquía absoluta

El 20 de noviembre de 1975 muere Franco y queda como el Presidente de Gobierno Arias Navarro. El
príncipe Juan Carlos es coronado rey, en su primer discurso como rey habla de la necesidad de concordia
entre todos los españoles, de llegar a un sistema democrático, mientras que Arias Navarro sigue fiel al
franquismo.

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Arias Navarro, una vez muerto Franco, es decir, cuando comienza la transición política, dura como
presidente del Gobierno siete meses. En julio del 76 Arias Navarro dimite y se convierte en el nuevo
presidente Adolfo Suárez.
Por tanto, dentro de la transición encontramos dos gobiernos, el primero el de Arias Navarro y el segundo el
de Adolfo Suárez.
Cuando dimite Arias Navarro, según las leyes fundamentales del franquismo el procedimiento a seguir
para nombrar un nuevo presidente de Gobierno era que el rey propusiera a una terna tres nombres y que
se eligiera a uno de estos tres como presidente. El rey propone una terna en las que están Muñoz Silva,
López Galvo y Adolfo Suárez (el que llevaba el partido único: el movimiento nacional). Suárez finalmente
fue elegido Presidente por las Cortes franquistas.
Suárez forma el Gobierno y en su primer discurso habla de llegar a la Democracia. El instrumento jurídico
más importante en la transición fue la Ley para la Reforma Política. Era una ley en la que él proponía que la
soberanía residía en el pueblo, división de poderes, reconocimiento de derechos, tener una corte con dos
cámaras (Congreso y Senado), que el congreso se decidiría por sufragio universal y por un sistema
electoral proporcional, y que la circunscripción sería la provincia. Era una ley que tenía solo 5 artículos, 3
disposiciones transitorias y una disposición final. En esta ley no había exposición de motivos ni cláusulas
derogatorias.

La Ley para la Reforma Política se podía considerar como la octava ley fundamental. Para que se apruebe,
lo tenía que presentar primero al Consejo Nacional de Movimiento, que tenía que estudiar el texto y
hacer propuestas de modificación (que no eran vinculantes). Pasado por el Consejo Nacional de
Movimiento, tenía que pasar a las Cortes franquistas y las Cortes lo tenían que aprobar.
La Ley para la Reforma Política se presenta el 18 de noviembre de 1976, y las Cortes superan los 2/3 que
eran necesarios para su aprobación con 497 votos emitidos.
Aprobada la ley de la reforma política por las Cortes, se tenía que aprobar el referéndum. Los movilistas
“No”, los reformistas “Sí”, y los rupturistas se abstención.
El referéndum, que se celebró el 15 de diciembre, la participación fue del 77,4% del censo electoral, y salió
Sí con un 94,2%. Se aprueba pues la ley de reforma política.
Suárez lo que va a hacer es gobernar casi a golpe de decreto ley: disuelve el Movimiento Nacional,
establece el derecho de huelga, acaba con el sindicato vertical y establece libertad sindical, ratifica los
Tratados Internacionales sobre derechos humanos de derechos fundamentales, da amnistía política, que
supone que muchos políticos que estaban en la cárcel puedan salir, y empieza las negociaciones para
legalizar los partidos políticos.
Antes de convocar las elecciones generales, ocurre dos hechos importantes: el primero es que Don Juan
de Borbón abdica en su hijo, tiene la legitimidad de sucesión y la legitimidad dinástica; y la otra cosa
importante era el Partido Comunista, ya que era un problema porque pensaban que si se legalizaban el
partido, darían un golpe de Estado.
Suárez en Semana Santa (en un sábado santo del 1977) legaliza el partido comunista cuando las
elecciones ya han sido convocadas.
Carrillo (presidente del partido comunista) estaba en la línea del comunismo europeo, especialmente en
Italia, y habla del Eurocomunismo. Decía que si ganaban, respetarían las reglas del sistema democrático.
Por otro lado, Fraga creó Alianza popular para presentarse a las elecciones, “los herederos del
franquismo”. Con esto Fraga aglutina a muchos sectores dentro del franquismo.

El 15 de junio de 1977 se convocan elecciones. Estas elecciones son constituyentes su cometido básico era
elaborar la constitución. Resultado de las elecciones: Ganan UCD con Suárez

- Moderados: UCD y Alianza Popular 165+16


- Progresistas: PSOE y Partido Comunista 118+20

Estos cuatro partidos, junto a Minoría Catalana son los protagonistas en la elaboración de la Constitución.
Desde la celebración de las elecciones, hasta la aprobación de la Constitución pasan 16 meses. La
elaboración de la Constitución se basó en dos pilares: el consenso y el secreto de deliberaciones.

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Para elaborar la Constitución, lo que se hace es nombrar a una Ponencia, para que elaboren un borrador y
a partir de este borrador ir votando los artículos.
Esta Ponencia estaba compuesta por: 3 diputados de UCD, 1 del Partido Socialista, 1 por Alianza Popular, 1
por el Partido Comunista y 1 por Minoría Catalana. (Los padres de la Constitución). El País Vasco es el
único lugar en el que no se aprueba la Constitución (PNV).
Una vez elaborada la Constitución se tendría que aprobar por el Congreso y el Senado, después
someterse a referéndum del pueblo español.

Los tres grandes temas eran:

 Si Monarquía o República: Partido Comunista y Partido Socialista que abogaban por la República.
La posición que tomó el Rey Juan Carlos - sociedad democrática. El rey es quien hace dimitir a
Arias Navarro y nombra a Suárez para conseguir que se llegue a una transición reformista con
unas reformas desde dentro del sistema para llegar a un sistema democrático. Esta actuación del
rey hizo pensar, incluso a aquellos partidos que abogaban por la República, que en aquel
momento se podía pactar una monarquía.
El problema era decidir qué tipo de Monarquía. La Monarquía puede ser absoluta: el rey tiene
todo el poder en sus manos; Monarquía Constitucional: el monarca guarda para sí ciertos
poderes que compagina con el poder ejecutivo o con el Parlamento; Monarquía Parlamentaria: el
rey reina, pero no gobierna. El rey sería simplemente una figura simbólica. Finalmente se instaura
la Monarquía Parlamentaria en la que el rey debe estar informado de lo que pasa, pero no tiene
capacidad para decidir. Las funciones del rey son sancionar y promulgar leyes y tiene el alto
mando de las fuerzas armadas, pero también es un poder simbólico. Para que los actos del rey
tengan valor jurídico, sean eficaces, sean válidos, se necesita que estén avalados de alguna
manera por el poder político real que serían en la mayoría de casos, el Presidente del Gobierno o
Ministros y si no lo refrenda un ministro o el Presidente del Gobierno, el acto del rey no es válido.
El rey no podía actuar por libre. El rey está obligado a sancionar las leyes y a promulgarlas (acto
debido). Este alto mando de las fuerzas armadas es un poder simbólico porque quién tiene el
poder sobre las fuerzas armadas es el Gobierno. El rey no tiene responsabilidad política. Si una
ley no está sancionada por el rey, tiene un defecto formal, así que tiene que hacerlo.

 La relación iglesia – Estado: En el franquismo, el Estado era confesional de confesionalidad


católica apostólica y romana, de tal manera que la única religión oficial era ésta y todas las demás
estaban prohibidas. Aquí se quería establecer qué relaciones había entre iglesia y Estado.
Finalmente se llegó al pacto de establecer un Estado aconfesional en el que el Estado no tiene
oficialmente una confesión, pero sí tiene relaciones estatales con las distintas confesiones
religiosas. Llegar a este pacto no fue fácil, ya que la Iglesia en nuestro país tenía mucho poder y
no lo querían perder. La Iglesia tenía por un lado, el poder del púlpito, el poder de poder dar
discursos en la Iglesia, el poder de controlar la enseñanza. Actuaban como poder fáctico
(actuaban desde fuera presionando).
El artículo 16: se garantiza la libertad religiosa; se garantiza la libertad de culto; que nadie será
obligado a declarar sobre su ideología, sobre sus creencias (libertad religiosa) y se establece que
ninguna confesión tendrá carácter estatal (aconfesionalidad del Estado). Pero se añade por la
presión de la Iglesia, que los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la
Sociedad Española (en aquel momento la Sociedad era mayoritariamente católica) y mantendrán
las consiguientes relaciones de cooperación.
El artículo 17: se reconoce la libertad de enseñanza y en el apartado tercero consiguen que se
establezca que los poderes públicos garantizan el Derecho que asiste a los padres para que sus
hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Es
decir, los padres deciden si sus hijos deben recibir formación religiosa o no. Y también, en otro
apartado del mismo artículo, se establece que los colegios deberían tener un ideario público
para que los padres conozcan para saber si quieren llevar a sus hijos a aquel colegio o no. (Este
tema no quedó bien cerrado)

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 La distribución territorial del poder. Si el poder seguiría siendo un poder centralizado en un


estado unitario o iba a ser un sistema descentralizado. Dentro de la Constitución se establecían
límites.

Alianza Popular quería seguir con un modelo centralizado, en el que no existiera ningún tipo de
descentralización política, como mucho una cierta descentralización administrativa pero solo un
poco. Los Nacionalistas del País Vasco y Cataluña, que querían tener autonomía política, querían
un Estado con descentralización, y que esta descentralización fuese política, que tuvieran
Parlamento propio.

Suárez lo que hizo fue entrevistarse con el presidente en el exilio de Cataluña Josep Tarradelles.
Tarradelles había sido Ministro de la Segunda República en Cataluña, se fue al exilio y se quedó
como presidente en el exilio. Volvió, tuvo una entrevista con Suárez, la entrevista fue muy mal,
pero finalmente Suárez accedió y se crearon lo que se llamó las Preautonomías en Cataluña y
País Vasco, antes de que se redactase y se aprobase la Constitución.
Se crearon pues, dos preautonomías para dejar claro que sí iba a haber una cierta
descentralización, al menos para Cataluña y País Vasco. Lo que pasa en esta negociación es que
aunque hubiera preautonomías concertadas, el 29 de septiembre de 1977 se restableció la
Generalitat Provisional de Cataluña, y el 4 de enero de 1978, la preautonomía del País Vasco.
El art. 2 llega a parecer contradictorio “la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de
la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles y garantiza el derecho a la
autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad de todas ellas”. La
financiación de las autonomías, se deja para que se resuelva en la futura ley orgánica. Pero no
solamente la financiación, sino que dentro de lo que es la descentralización, nuestra Constitución
establece algunos puntos generales pero no nos dice ni cuántas autonomías va a haber, ni qué
competencias tendrá, sino que va basar la descentralización en un principio llamado Principio
Dispositivo (Art. 148), que quiere decir que los distintos territorios podrán solicitar acceder a la
autonomía y en función del procedimiento que eligieran, esta Constitución nos da varios
procedimientos para el acceso a la autonomía. En función del procedimiento por el que se
alcanza la autonomía, se podrán tener más o menos competencias. Las competencias permiten
saber quién puede actuar, si el Estado Central o la Comunidad Autónoma. Lo que hace la
Constitución es establecer 2 listas competenciales (ART 148 Y 149 – competencias del Estado)
La Constitución reconoce que las Comunidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia) desde
el primer momento podrán tener el grado máximo de competencias que permite la Constitución.
Aquellas Comunidades que hayan accedido a la autonomía por esta vía tan compleja, tendrán
Gobierno propio y Parlamento propio, es decir, descentralización política. Y de las demás no se
dice nada.

Éstos son los tres temas que quedaron así, dos abiertos que han seguido generando problemas. Había
más de tres mil enmiendas que se fueron negociando. Estos planes alargaron la Constitución hasta que
llegó un momento en el que dos personas se reunieron durante varios días (Pactos del Mantel) que
fueron Abril Martorell, por parte de UCD y Alfonso Guerra, del Partido Socialista.
Finalmente se aprueba el texto constitucional en el Congreso, pasa al Senado (se tiene que aprobar en el
Senado y se introduce enmiendas). El texto, como se han introducido enmiendas, pasa a una Comisión
mixta (Congreso y Senado) y el texto Constitucional se aprueba por las dos cámaras el 31 de octubre de
1978 (se aprueba por las Cortes).
El 31 de octubre se aprueba y se convoca un referéndum que se va a celebrar el 6 de diciembre (día de la
Constitución).
En el País Vasco hubo muchísima abstención (nunca habían dicho Sí a la Constitución).
Una vez aprobado el texto del referéndum se publica en el BOE, entrando en vigor inmediatamente.

Podemos decir que a través de la reforma se ha llegado a una ruptura con el sistema anterior. Se disuelven
las cámaras porque son cortes constituyentes que tenían como misión elaborar el texto constitucional. El
proceso constituyente finaliza con la aprobación de la Constitución.

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TEMA 2

CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ESTADO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL

El 1 de marzo de 1979 se convocan elecciones generales y gana Adolfo Suárez con UCD pero sin alcanzar la
mayoría absoluta. Dos meses después se celebran las elecciones municipales y vuelve a ganar UCD pero
otra vez sin mayoría absoluta.
Unos decían que la transición empieza con la muerte de Franco y termina con la aprobación de la
Constitución. Y otros decían que la transición empieza con la muerte de Franco pero termina con el Golpe
de Estado del 23F.

Características de la Constitución según la clasificación tradicional:

– Es una Constitución democrática porque es un pacto social que nace de la voluntad popular.
– Es una Constitución escrita.
– Es una Constitución extensa. Tiene 169 artículos, 4 disposiciones adicionales, 9 disposiciones
transitorias, 1 disposición derogatoria, 1 disposición final y un preámbulo. (Detallan los derechos)
Art. 10: Nos habla de la interpretación.
– Es una Constitución garantista, a través de las garantías se clasifican los derechos. Daban más
garantías a los derechos individuales que a los derechos sociales. El Derecho tiene límites, y el
máximo de garantías que puede tener es la posibilidad de poder ser alegado en el Tribunal
Constitucional.
– Es una Constitución ambigua, ya que era fruto del consenso. Por tanto, la ambigüedad supone un
mayor margen de libertad.
– Es también una Constitución que denominamos rígida (se refiere a la dificultad para ser
reformada). Al ser un pacto social, es normal que sea rígida.

Esta Constitución no tiene cláusulas de intangibilidad (Norma constitucional que establece la


prohibición de reformar determinados preceptos de la Constitución). Establece dos
procedimientos de reforma:

 Procedimiento simple. Se consigue rápidamente porque no se necesita referéndum,


basta un pacto entre los grandes partidos.

 Procedimiento agravado. Es el que le da este grado de rigidez tan importante. Si se


quisiera cambiar algo de la Constitución se debe hacer a través de este procedimiento
agravado. Además de obtener una mayoría cualificada (mayoría de por lo menos 2/3 de
diputados).

Si el Congreso y el Senado están de acuerdo en cambiar la Constitución, se disuelven las cámaras,


se convocan elecciones generales y los nuevos representantes elegidos deben volver a
pronunciarse sobre esta reforma y tramitarla, aprobarla de nuevo a la mayoría cualificada y si
sale otra vez Sí, emitir un referéndum. Por tanto, es un procedimiento muy complejo.
Si se quiere cambiar algún artículo relacionado con el Título preliminar, los derechos personales y
la Corona se debe seguir el procedimiento agravado; y si se quiere hacer otras reformas, por la
vía simple.
Esta rigidez sirve para que la Constitución tenga una cierta estabilidad, para que no se pueda
reformar fácilmente. Y además hace que los partidos políticos tengan que buscar distintas
interpretaciones para que no tengan que ir a una reforma.

– Es una Constitución directamente aplicable. Y esta aplicación directa de la Constitución exige que
los Tribunales tengan en cuenta la Constitución.

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La Constitución es la norma Suprema. Y esta supremacía la garantiza esta rigidez y el Tribunal


Constitucional.
El TC tiene que garantizar la aplicación de la Constitución y el control de las leyes, para que estas
leyes no contradigan la Constitución, ya que están por debajo de la Constitución. Por tanto el
máximo intérprete es el Tribunal Constitucional. Es el que da contenido al redactado de la
Constitución y es el que nos da la verdad oficial. El Tribunal Constitucional es el que puede cambiar
la línea de la Constitución, pero lo tiene que justificar.
Si el Tribunal Constitucional puede interpretar, no hay reforma; y si el Tribunal Constitucional no
puede interpretar, hay reforma.

Influencias del texto constitucional:

o Las Constituciones europeas


o La monarquía parlamentaria recibe influencias de las monarquías nórdicas.
o Respeto a los derechos fundamentales, reciben influencias de varias constituciones, sobre todo
de la italiana, aunque también recibe influencias de la Constitución Portuguesa. Los nuevos
derechos los copiamos de la Constitución portuguesa, y si quisiéramos introducir un nuevo
derecho, deberíamos acudir a una reforma agravada.
o En cuanto a las influencias respeto a la descentralización destacan la Constitución Italiana y la
Constitución española de la Segunda República.
o En cuanto al Tribunal Constitucional y las relaciones entre Parlamento-Gobierno, reciben una
gran influencia de la Constitución alemana. Respeto a la moción de censura constructiva es una
copia exacta de un artículo de la Constitución alemana para dar una mayor estabilidad. Para que
triunfe una moción de censura (lo tiene que presentar la oposición) tiene que haber mayoría
absoluta. Además, el artículo 9.2 también es un artículo copiado textualmente de la Constitución
Italiana.

Nuestra Constitución en el preámbulo solo tiene la parte explicativa. Explica qué es lo que se pretende
alcanzar con la Constitución pero no hace mención del pasado.

La Constitución del 78 tiene una disposición final que dice que esta Constitución entra en vigor el mismo
día de la publicación. También se establece que no sólo se publicará en castellano, sino que también
estará publicado en las otras lenguas de España.
Hay una serie de disposiciones adicionales que se refieren sobre todo al acceso a la autonomía a los
distintos territorios. Estas disposiciones ya no tienen mucho sentido porque todos los territorios están
convertidos en autonomías.
Además de una disposición final, también tiene una disposición derogatoria. Derogación: cambio de
criterio temporal - antes de la derogación, estas leyes eran válidas. La Constitución va a derogar las leyes
fundamentales del franquismo y la ley de la reforma política (también conocida como la octava ley
fundamental) de forma expresa. A partir de la Constitución nace el sistema democrático. Pero eso no
significa que se anularán todas las normas anteriores, ya que éstas seguían en vigor a no ser que
estuvieran en contra de la Constitución. Los Constituyentes pusieron esta cláusula para evitar dudas en los
aplicadores de Derecho.

Jerarquía normativa Según Kelsen en forma de pirámide.

CONSTITUCIÓN (norma superior)

LEYES (que deben manar del Parlamento)

REGLAMENTOS (normas que manan de la Administración o Gobierno)

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Las leyes en ningún caso pueden contradecir la Constitución. Y los reglamentos no pueden contradecir ni
a las leyes ni a la Constitución.

Sabiendo cuál es la jerarquía se establece una serie de reglas para la aplicación de las normas:

– Si hay contradicción entre una norma superior y una norma inferior, siempre gana la norma
superior.
– Si la contradicción se da entre dos normas del mismo rango, por ejemplo entre dos leyes, se
aplica el criterio temporal, es decir, gana la posterior en el tiempo (la más nueva). Por tanto, la
nueva ley deroga la anterior.
– En relación a una norma superior y una norma inferior, si tenemos una ley anterior a la
Constitución se deroga. Y si tenemos una ley posterior a la Constitución es nula, nunca fue válida.
Por tanto, si la norma ya estaba, la norma superior la deroga, y si la norma es posterior a la
norma superior, es nula, nunca fue válida.

Por tanto, si no tuviéramos cláusula derogatoria, todo derecho anterior a la Constitución que estuviera en
contradicción con la Constitución no puede ser válido porque la Constitución lo deroga.

En el Título preliminar de nuestra Constitución se establecen los valores y principios que se quieren
alcanzar. Se considera que es más importante que los derechos en sí. Si se quiere reformar el Título
preliminar debemos ir a una reforma agravada.
En el primer artículo del título preliminar se establece la fórmula propia de la ruptura con el sistema
anterior cuando nos dice “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que
propugna como valores superiores la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político”.

¿Qué es el Estado?
El Estado es una figura que nace en el estado moderno, en el Renacimiento y se consolida en los siglos
XVI y XVII. En la Edad Media se consolida el Estado como un estado centralizado, y como tal, tiene poder
sobre una población que está en un territorio.
El que va a acuñar este término Estado va a ser Maquiavelo - Estado Absoluto.
Odino nos habla de la soberanía. Según el Padre Bartolomé de las Casas, el poder del Estado es soberano
pero el límite está en el poder de los otros Estados.
Además de Maquiavelo y Odino, encontramos a Hobbes, que trata de legitimar el poder absoluto.
Los tres elementos que configuran el Estado son el Poder, la Población y el Territorio. El más importante es
el poder, que se ejerce sobre una población que está asentado en un territorio determinado. El Territorio
es el que va a estar dentro de las fronteras de un Estado y cada vez se va ampliando más, hacia espacios
aéreos, marítimos e incluso en el subsuelo. El Territorio se va ampliando cuando se puede controlar.

TEMA 3

EL ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO

Todo estado tiene derecho, pero no todo estado es estado de derecho.

El liberalismo

Se va a dar la división de poderes ya dijimos prioridad al legislativo, va a ser el más importante de los tres
(legislativo, ejecutivo y judicial), hasta el punto que se habla de la soberanía de la ley o de la soberanía del
parlamento. El parlamento es el poder donde van a estar representada la población y ellos son los que
interpretan esta voluntad general a través de las leyes. Lo que ocurre es que en esta primera fase en el
liberalismo, este parlamento no va estar propuesto por cualquier ciudadano que salga elegido sino que se
establecen límites. Para legitimar esos límites se va a hablar de soberanía nacional. Se entiende que la

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nación es un todo. La burguesía lo que quiere es tener el poder político, para ello establece una serie de
límites para la participación en base a esta soberanía nacional, establece que solamente tendrán derechos
políticos aquellos que tengan propiedades que son ellos, la burguesía, los demás son como ciudadanos
pasivos que no tienen derecho a voto, no pueden participar en los asuntos de estado, se establece con
ello el llamado sufragio censitario, establece que solo pueden votar y ser elegidos en las elecciones
aquellos que sean propietarios, se establece la división en función de la constitución tributaria de cada
uno de los ciudadanos. Se establece también la llamada democracia representativa. Antes la
representación era parecida a la representación de derecho privado (hay representante y un
representado) y en derecho privado (hay un representado que da el poder al representante para que
actúe por él, quien decide es el representado, el representado le da instrucciones). Se daba unas
instrucciones a los representantes y estos solamente podían actuar según estas instrucciones, no podían
negociar más allá del mandato que les habían dado, o sea que se actuaba a través de lo que se llama
mandato imperativo. El representado daba las instrucciones y es como si le delegara el poder pero seguía
siendo su poder, de tal forma que si el representante se extralimitaba y negociaba más allá de las
instrucciones que le habían dado, el representante podría revocar el mandato (Como si fuera derecho
privado). Esta fórmula de mandato imperativo se va a cambiar en el estado liberal para establecer este
mandato representativo que implica que se da un mandato a los representantes elegidos pero estos
representantes una vez han sido elegidos son libres para interpretar la voluntad general y además no se
les puede revocar este mandato, se les da la confianza por un tiempo determinado. Se va a prohibir el
mandato imperativo. Este mandato representativo que nace en el liberalismo se va mantener hasta hoy
en día, estando prohibido por nuestra propia Constitución el mandato imperativo. No se les puede obligar
a dimitir. Jurídicamente no se les puede obligar a dimitir, salvo que ellos lo hagan moralmente, porque
ellos ya son representantes hasta la nueva legislatura.
(El Tribunal Constitucional puede inhabilitar a un presidente, pero no cae el Gobierno).
Por tanto, los representantes de nuestro sistema de democracia representativa, lo son de todos y no
pueden actuar por mandato imperativo. (En los partidos políticos si suele haber un cierto mandato
imperativo, pero si no se denuncia no se sabe).
Por tanto tendremos, un imperio de la ley con soberanía nacional, soberanía parlamentaria, no habrá un
reconocimiento real de la soberanía popular, sino que en base a esta soberanía nacional se va a justificar
el sufragio censitario, no tendremos por tanto un principio democrático (todos los ciudadanos tienen
individualmente un voto) efectivo. Habrá pues derechos individuales, pero no aun derechos políticos para
todos, solo para una minoría, que serán los propietarios, la burguesía.

Con el proletariado, empieza a ponerse en evidencia la crisis del estado liberal que van a poner en
posición sobre todo los totalitarismos (fascismo, comunismo) y que finalmente va a llevar a que la
sociedad democrática con restauración del estado social de derecho ya en el siglo XX después de la II
Guerra Mundial, se van a conquistar los derechos políticos, sociales y económicos que se van a plasmar en
las declaraciones de derechos. En cuanto a derechos políticos el fundamental va a ser la conquista del
sufragio universal masculino, (posteriormente femenino).
Lo que se pretende es que haya una mejora de sustitución de la vivienda, empieza la sociedad de
consumo, pero hay muchas de las desigualdades existentes que no desaparecen. Para que estos derechos
sociales y económicos sean efectivos, se necesita que el estado intervenga por lo que pasaremos del
estado abstencionista al estado intervencionista, va haber una crítica al parlamentarismo, cuando ya se
consigue el sufragio universal, ya todos pueden tener la posibilidad de ser representantes y de votar,
empieza una crítica al parlamentarismo, por tanto el que más poder va a tener es el poder ejecutivo.

¿El tema es, queremos mantener los cuatro pilares fundamentales del estado social o no? Derecho a la
sanidad; derecho a la educación; derecho al paro; y derecho a la jubilación (remunerada).
En este momento, el estado social de derecho está en crisis, no hay una nueva fórmula de estado de
derecho, porque cuando hablamos de estado democrático de derecho, que es una nueva fórmula de
estado de derecho en nuestra Constitución, se dice que España se constituye en un estado social y
democrático de derecho. (Sistema en el que los ciudadanos tuvieran más participación de decisión de los
que tienen ahora, un sistema más democrático)
Principio democrático: soberanía popular (Rousseau)

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FORMAS DE ESTADO Y FORMAS DE GOBIERNO

Tres elementos del estado: poder, población y territorio.


De las formas de estado ya nos hablaban Aristóteles, Platón, Montesquieu, en el estado moderno
Maquiavelo distinguió dos formas de estado:

 Monarquía: poder lo ejerce un solo gobernante


 República: gobiernan los ciudadanos de una ciudad (gobierno del pueblo)

A partir del s.XIX las monarquías van a ver debilitado su poder, van a perder el poder absoluto y poco a
poco van a ir convirtiéndose en instituciones simbólicas.
En cuanto a las formas de Gobierno, se establecen según quien ejerza el Gobierno del estado. Y aquí la
clasificación sería entre:

 Estados presidencialistas: Hay una separación estricta de poderes; el Presidente es elegido


directamente por el pueblo y es el titular del poder ejecutivo; también se elige
democráticamente al Congreso, al Parlamento, hay dos elecciones, una para elegir al presidente
y otra para elegir directamente al poder legislativo; en principio, entre ellos se pretende una
separación total, los dos tienen legitimidad democrática directa (han sido elegidos directamente
por los representantes); esto genera que el presidente no puede disolver el Congreso y convocar
elecciones anticipadas y el parlamento no puede presentar mociones de censura al presidente,
porque son dos poderes separados; sin embargo esta separación que se pretende no es una
separación absoluta, porque el presidente puede de alguna forma condicionar la labor del
parlamento a través del poder decreto, si el presidente no está de acuerdo con una ley puede
ejercer este derecho al veto, veto que se podría solventar si en el parlamento se aprobase luego
la ley por la mayoría de 3/5. Por otro lado hay ciertos nombramientos de altos cargos que
decide el presidente pero que requieren de una aprobación por parte del Senado y además las
distintas políticas que quiera ejercer el presidente pueden quedar de alguna forma
condicionadas con la aprobación de los presupuestos por parte del Parlamento, si el Parlamento
no aprueba créditos necesarios para llevar adelante una política determinada que quiera el
presidente, ésta no se podrá ejecutar. Hay una separación de poderes pero no absoluta.
(prácticamente nunca se ha dado)

 Estados parlamentarios: es aquella forma de gobierno en la que el presidente del gobierno no es


elegido directamente por los ciudadanos sino tan solo de forma indirecta, el presidente es
extraído del Parlamento, por tanto de la mayoría parlamentaria y requiere para poder ser
presidente del gobierno la confianza del parlamento, y como es el parlamento el que le va a dar
la confianza para gobernar, en el sistema parlamentario el presidente responde ante el
parlamento, de tal forma que el parlamento por su parte tiene la posibilidad de censurar al
gobierno cuando considera que ya no le genera confianza y que a su vez el presidente del
gobierno tiene la posibilidad de convocar elecciones anticipadas, disolver al parlamento
anticipadamente. En el sistema parlamentario el ejecutivo normalmente es dual porque hay por
un lado un jefe del estado que puede ser un monarca o un presidente de la república y después
hay un presidente del gobierno porque sale de la mayoría parlamentaria. Si decimos que el
presidente del gobierno en el sistema parlamentario sale de la mayoría parlamentaria quiere
decir que esta mayoría parlamentaria apoya al presidente, normalmente quien le apoya, no le
criticará. Si hay críticas por parte de la mayoría respecto al gobierno es porque esta mayoría se
ha dividido, se ha roto. Quien va a controlar en el sistema parlamentario la labor del gobierno es
la oposición.

O sea que en el sistema parlamentario hay una relación muy estrecha por la confianza del
congreso para gobernar, se debe dar cuenta de la labor del gobierno al parlamento y quien
controla en sí es la oposición. Hasta tal punto es así, que ya a partir de la II Guerra Mundial hacia
aquí, en muchos países también se institucionalizan los sistemas parlamentarios, y el líder de la
oposición tiene un estatus como tal, o sea que se le da un estatus dentro del parlamento para

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que pueda actuar en las labores de control, porque al final el sistema democrático se basa,
sobre todo, en estado de derecho. Se controla el poder para que el poder no abuse. Quienes
elaboran estas fórmulas de control normalmente van a ser los parlamentarios, porque ellos son
los que dictarán las leyes.

DEMOCRACIA DIRECTA, DEMOCRACIA REPRESENTATIVA, DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

Democracia directa, democracia representativa: principio democrático, al principio de soberanía, como


poder del estado.

Democracia participativa: aquella en la que se acredita mayores canales de participación para los
ciudadanos.

Democracia directa: la soberanía reside en el pueblo, el pueblo participa en los temas públicos de manera
directa, sin intermediarios (representantes - partidos políticos)

Rousseau abogaba abiertamente por la democracia directa.


Para que fuera una democracia directa (casi nunca se ha instaurado), implicaría que en cualquier decisión
que se deba tomar tendríamos que participar todos a través de algún tipo de procedimiento (Ej: el
referéndum), pero si por cada decisión que se tuviera que tomar tuviéramos que hacer un referéndum,
estaríamos todo el día votando, por ello se considera que la democracia directa es ineficaz y por ello se
opta por la democracia representativa.

Democracia representativa: es aquella por la que a través de derecho de sufragio, elegimos a los
representantes y estos representantes tendrán todo el poder para interpretar nuestra voluntad durante el
tiempo que dure la legislatura. Ellos ya van a ser libres para interpretar el mandato de los ciudadanos y
van a representar no solo a sus votantes sino a toda la sociedad. Nuestra Constitución aboga
abiertamente por la democracia representativa.
Cuando hablamos de los valores superiores del ordenamiento, Rousseau nos habla como valor superior el
pluralismo político.

Nuestra Constitución reconoce dos instituciones de democracia directa que son compatibles con la
democracia representativa. Tendremos democracia representativa para casi todo con algunas
posibilidades de democracia directa pero estableciendo límites. Estas instituciones de democracia directa
(hablamos de participación política) serán:

 El referéndum: establece dos referéndum

 Referéndum normativo: que se establece obligatoriamente para la elaboración de la


Constitución o en caso de que hubiese una reforma constitucional (procedimiento
agravado) o para aprobar la modificación de algunos estatutos de autonomía. Pero no
tenemos establecido en nuestra Constitución el referéndum legal para leyes, las leyes se
aprueban por el parlamento, nosotros no participamos.

 Referéndum consultivo (art 92 C.E): La Constitución le da la iniciativa al presidente del


gobierno para que consulte a la población si está de acuerdo cuando se quiera tomar
alguna decisión política de especial importancia. No es vinculante. Un referéndum
consultivo hasta cierto punto está en contradicción con el principio de soberanía
popular.

Convocatoria del referéndum consultivo: (art. 92 C.E)


Rey obligatoriamente: cuando lo solicite el presidente del gobierno y esté autorizado
por las cortes, cuando las cortes lo autoricen el Rey ya convoca y después se publica en
el BOE para que todos sepamos para que día se convoca, el día, etc.

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(Nosotros tenemos una ley que regula los referéndums, que lo único que puede hacer
es desarrollar el apartado 3 del art. 92 C.E)

 La iniciativa legislativa popular:

Norma inferior a la ley - reglamentos, son las normas de la administración, cuando hablamos de
leyes hablamos de aquellas normas que están tramitadas y aprobadas por un parlamento
(autonómico o parlamento nacional (cortes generales)); si una norma no es aprobada por el
parlamento ya sean las cortes o las asambleas, puede ser que la norma sea válida y eficaz pero
no la podemos llamar ley, la tendremos que llamar de otra forma (reglamento, decreto ley,
estatuto, lo que queramos) pero cuando hablamos de leyes son las normas aprobadas por las
cortes o por los parlamentos. Para que una ley sea eficaz tendrá que en primer lugar interpretarse
la constitución y mirar cual es el problema que se quiere resolver. El derecho normalmente está
para resolver conflictos.

Cuando hablamos de las leyes debemos ver si son eficaces, si han sido tramitadas debidamente o
no, si formalmente son válidas. Para saber si una ley es formalmente válida, deberemos analizar
cuál es el procedimiento legislativo (hay varios), y esta norma, para terminar siendo una ley
válida deberá cumplir con estos requisitos formales, este procedimiento. Este procedimiento está
compuesto por una serie de requisitos imprescindibles para que la ley sea válida, estos requisitos
empiezan con la llamada iniciativa legislativa y terminan con la publicación en el BOE.

En el artículo 87 se regula la iniciativa legislativa, que nos dice que ésta la tendrán el gobierno, el
congreso, el senado, las asambleas de las CC.AA. Todos estos tendrán iniciativa legislativa, podrán
proponer que se empiece a discutir y a elaborar una ley. Y en el apartado tercero, que establece
esta posibilidad de iniciativa legislativa popular, nos dice que una ley orgánica regulará las formas
de ejercicio y los requisitos para que los ciudadanos puedan presentar una iniciativa legislativa,
una proposición de ley. La propia Constitución ya establece límites, nos dice que se exigirán
como mínimo 500.000 firmas que avalen la iniciativa y además, establece la prohibición de que la
iniciativa legislativa popular pueda verse sobre determinadas materias y nos dice “no puede
prosperar la iniciativa legislativa popular cuando lo que se pretenda sea presentar una
proposición de ley sobre materias propias de ley orgánica, ni sobre materias tributarias, ni sobre
normas de carácter internacional, ni tampoco referentes al derecho de gracia (la posibilidad del
indulto)”

Materias propias de ley orgánica (art. 81.1): reguladas por una ley que requiere la aprobación
por mayoría absoluta del Congreso (leyes ordinarias por mayoría simple). Nos dice que son leyes
orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales, al desarrollo de las libertades
públicas, las que aprueben los estatutos de autonomía, el régimen electoral general y las demás
previstas en la Constitución (aquellas que regulan por ejemplo al tribunal constitucional, consejo
general del poder judicial...).

Además en estos límites se establece que hay que presentar un escrito que sería una proposición
de ley (proyecto de ley, cuando la iniciativa procede del gobierno), (proyecto y proposición).
Todos los límites son respecto de la iniciativa, (¿cómo funcionaría?), tendría que haber una
comisión promotora que redacta el texto articulado de la proposición y lo presenta a la mesa del
congreso, la mesa del congreso la analiza para decidir si lo admite o no, hay unas causas pesadas
de inadmisión que serian que faltase algún requisito formal, que podría ser subsanable (podrían
darle un plazo para subsanar), o bien que versase sobre alguna de estas materias que tiene
prohibida la iniciativa legislativa popular o bien que ya se estuviera tramitando en las cortes una
ley sobre la misma materia; la mesa de congreso podría decir que no la admite por alguna de
estas causas. Se comunica a la comisión promotora en caso de inadmisión y la comisión
promotora podría acudir al tribunal constitucional presentando el recurso de amparo porque le
han lesionado el derecho a participar, estamos hablando de un derecho fundamental, si el

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tribunal constitucional en su sentencia entiende que no se dan ninguna de las causas de


inadmisión deberá tramitarse en el congreso y después en el senado, si considera que si hay
alguna causa de inadmisión se acaba. En caso de que el tribunal diga que no hay ninguna causa
de inadmisión o bien que la propia mesa acepte la tramitación, en este caso una vez admitida a
trámite, cuando ya se va a empezar a discutir el texto de la norma es cuando se le comunica a la
comisión promotora y la comisión promotora tiene 6 meses para recoger las firmas que según la
constitución son un mínimo de 500.000 firmas acreditas con DNI, etc.; una vez tenga los pliegos
con las 500.000 firmas dentro de estos 6 meses que en su caso se podrían prorrogar 3 meses
más, estos pliegos de firmas se deben presentar a la junta electoral, que comprobará que las
firmas sean auténticas, que no haya fraude en las firmas. Una vez analizadas entonces se
destruyen estos pliegos para que no quede constancia de quien ha firmado y entonces empieza
la tramitación.

Una proposición de ley debe ir acompañada de una exposición de motivos y de un documento


donde se explique porque se considera necesaria una ley sobre aquella materia (que no la hay) y
los ciudadanos consideran que es imprescindible que se regule. Pero aquí termina la
participación popular, porque a partir de este momento empieza la tramitación como si fuera
una ley normal en las cortes. Los representantes pueden presentar enmiendas, y si se aprueban,
pueden cambiar el sentido de la iniciativa. Por tanto, lo que se apruebe a lo mejor no tendrá
nada que ver en cuanto al contenido con lo que se representó en la iniciativa legislativa. (Se
ponen muchísimos límites como una forma de evitar que así se practique la iniciativa legislativa).
Posteriormente, la comisión promotora si podrá solicitar una especie de indemnización por los
gastos causados para poder presentar esta iniciativa, porque no podemos olvidar que estamos
ante un derecho fundamental.

En cuanto a democracia representativa:

Para poder actuar los ciudadanos a través de este mandato representativo, debemos poder participar. La
constitución nos habla de distintas formas de participación. En el artículo 9.2 se habla de cuatro formas de
participación – corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la
igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos
que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política,
económica, cultural y social.
Se estable esta participación política para elegir representantes del estado que serían representantes de
las cortes (congreso y senado), de las asambleas legislativas de las CC.AA o representantes de los
municipios (alcaldes y concejales). El sujeto del derecho de participación siempre son los ciudadanos,
como personas físicas, pero no tienen este derecho de participación política ni los partidos políticos ni los
sindicatos (personas jurídicas).

En cuanto a las elecciones municipales además de los ciudadanos españoles, los extranjeros podrían
participar si hay reciprocidad con el país del que procedan o si se tratan de ciudadanos de la unión
europea; en virtud del Tratado de Maastricht que establecía la ciudadanía europea tuvimos la primera
reforma constitucional que modificó el artículo 13 de nuestra constitución estableciendo que los
extranjeros ciudadanos europeos siempre, tendrían la posibilidad de votar y de ser elegidos en las
elecciones municipales.

En cuanto al derecho de participación en sí, tiene una vertiente positiva y una negativa. Como es un
derecho, nosotros lo podemos ejercer o no, o podemos participar o no. El único derecho que no tiene
vertiente negativa reconocida es el derecho a la vida, el resto de derechos siempre tienen las dos
vertientes. Este derecho de participación está en el artículo 23: acceso a cargos públicos. Dentro del
derecho de participación política encontramos otro derecho más concreto que es el derecho de sufragio.
Tiene dos vertientes:

 Sufragio activo: posibilidad de votar

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En un primer momento el Tribunal Supremo calificó el derecho de sufragio como un derecho y


un deber. Sin embargo nuestro sistema no establece este deber como deber jurídico, podemos
tener un deber moral de participar, porque realmente la relación del sufragio en nuestro sistema
está establecido como derecho y nosotros podemos por tanto, votar o no votar y no tendremos
ninguna sanción si nos abstenemos.

Para ejercer el derecho de sufragio activo se establecen una serie de requisitos que son: la
mayoría de edad (18 años), mayoría de edad política (casarse) que en ocasiones no coincide con
la civil, deben estar inscritos en el censo electoral para controlar el ejercicio a voto, para que una
persona no pueda votar más de una vez; si uno no está en el censo electoral no puede votar,
además se debe tener la nacionalidad, nacionalidad que se exige y es fruto de la soberanía y se
debe tener plena capacidad de ejercicios de derechos políticos, es decir, que no estemos
incapacitados.

¿Cuáles serían las causas que nos harían perder este derecho de participación en el sufragio?
Nunca puede ser una pérdida absoluta (suspensión temporal) solamente carecerán de este
derecho de sufragio aquellos que por sentencia firme (que no quepa recurso) estén condenados
a una pena de inhabilitación, que les prohíba ejercer el derecho de sufragio. Solamente será
mientras dure la condena. Las causas serían por sentencia judicial firme, en caso de condena,
explícitamente llevando aparejado la suspensión de sufragio, cuando un juez establezca en
sentencia una declaración de incapacidad y también en aquellos casos de internos de centros
psiquiátricos con sentencia judicial expresa mientras dure el internamiento. En todos estos casos
se debe hacer una anotación en el registro civil; estamos hablando de la suspensión del derecho
fundamental. Este derecho a voto según la Constitución va a ser personal, secreto, libre e igual
(teóricamente).

 Sufragio pasivo: posibilidad de presentarnos a unas elecciones, es decir, que los demás nos voten.

Se establece una serie de requisitos parecidos al sufragio activo; se requiere también la mayoría
de edad, la nacionalidad o residencia, tener pleno uso del ejercicio de los derechos políticos y
además la inelegibilidad; este requisito se regula tanto en la Constitución como en la ley electoral
junto a la incompatibilidad.
La inelegibilidad: es la imposibilidad de presentarse como candidato, no puede ejercer el derecho
de sufragio pasivo. Cuando hablamos de sufragio pasivo, la condición sería no estar en una de las
causas de inelegibilidad, las cuales están reguladas algunas en la Constitución y después en la ley
electoral que lo que hace es, respetando la Constitución, manteniendo las causas de
inelegibilidad de la Constitución es ampliarlas.
La incompatibilidad es posterior, en el caso de que una persona ya se haya presentado, haya
salido elegida y ya siendo representante esté a su vez ejerciendo otro cargo que es incompatible
con las labores de representantes porque le podría condicionar en este caso; el representante
que ya lo es, debe decidir entre seguir como representante renunciando a lo demás o viceversa.

Ejemplo: quien no podrá ser candidato a representante: los fiscales magistrados en activo, los
miembros del consejo general del poder judicial, los militares en activo, los miembros de los
cuerpos y fuerzas de seguridad (policía) en activo siempre, los miembros de las juntas
electorales, los jueces. Si son los que deben resolver si hay conflictos en las elecciones es lógico
que no puedan ser candidatos a la vez. Además de estas causas, la ley orgánica las amplia a la
familia real, los altos cargos del banco de España, el director de la oficina del censo electoral, los
altos cargos de radiotelevisión; lo amplía a otros altos cargos de la administración que en caso de
que saliesen elegidos, el ejercicio de representación con el cargo que ostentan sería
incompatible, entonces antes de llegar a esta situación, lo que dice es que son inelegibles, por
tanto, no pueden ser candidatos.

En nuestro sistema, los que sí podrían ser, serían los miembros del Gobierno (ministros y a su vez

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representantes)
Se establece también (nos dice la Constitución) este acceso a los cargos en el artículo 23 que dice que “los
ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de
representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal”. Aquí lo que se hace
es, en algunas leyes, establecer una serie de requisitos añadidos para poder ejercer un cargo público (ej:
en el caso de los representantes, de diputados y senadores, se establece que los elegidos son
simplemente (por ejemplo en el Congreso), diputados electos, pero para ser diputados de pleno derecho
deben cumplir una serie de requisitos que son: llevar las credenciales para acreditar que es él que ha
salido elegido y no otro, presentar la declaración de cuáles son sus bienes, y también hay un requisito
formal pero que ha dado muchísimos problemas en su día en nuestro país que es que, para tomar
posesión de un cargo público en el caso del que estamos hablando ahora, se debe hacer juramento o
promesa de fidelidad a la Constitución, pero en un momento determinado, en el Parlamento entre los
diputados había representantes de Herri Batasuna, que por aquel entonces era legal. Quienes se negaban
a cumplir estos requisitos formales quedaban como diputados electos, pero en un momento determinado
sus votos eran decisivos para poder investir a un candidato. Cuando van a realizar el juramento o
promesa, lo que hacen es añadir “por imperativo legal”. El presidente del Congreso, en aquel momento
entiende que el juramento o promesa no es válido porque han añadido esa coletilla. Ellos lo que hacen es
acudir al Tribunal Constitucional, entendiendo que se le está negando el derecho a acceder al cargo
público, y el Tribunal Constitucional le da la razón porque realmente hay una ley donde se establece que
el juramento o promesa es un requisito formal que se debe permitir. No había ningún tipo de
inconstitucionalidad.

LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Asociaciones que tienen unas características determinadas. Al tenerlas se les debe aplicar una parte de
derechos federales y asociación, pero también el derecho esencial.

La asociación es un conjunto de personas que se unen con un programa común y que para alcanzar los
fines que se proponen se dotan de una estructura que queda configurada en unas normas llamadas
estatutos internos.
Hay distintos tipos de asociaciones: privadas y públicas, con ánimo de lucro (mercantiles, etc.) y sin ánimo
de lucro (culturales, de vecinos, consumidores, etc.). Todas ellas les atañe el régimen general de
asociación.

El derecho de asociación es un derecho fundamental y está regulado en el art 22. Los derechos
fundamentales en general, salvo el derecho a la vida, todos los demás tienen una pendiente positiva y una
negativa. En el derecho de asociación: pendiente positiva: toda persona puede crear una asociación junto
a otras personas, y el derecho a solicitar pertenecer a una asociación que esté ya creada. Vertiente
negativa: derecho a no pertenecer a ninguna asociación y a no crear ninguna asociación. Ambas
pendientes no nos pueden obligar ideológicamente a explicar porque queremos o no formar parte de la
asociación (por ejemplo). Las asociaciones, para que se conviertan en asociaciones de derecho, deben
inscribirse en el registro de asociaciones, en el ministerio del interior, a efectos de publicidad y para tener
personalidad jurídica para actuar. Esto permite que exista un control por parte del poder. En cuanto al
derecho en sí, nosotros podemos asociarnos o no, crear una asociación con un grupo de personas,
finalidad de la asociación, que actividades se van a realizar y si queremos a efectos de publicidad,
debemos inscribir la asociación. La autonomía de la voluntad está en la autonomía de la asociación para
aceptar o no a un nuevo socio. Para ello se debe tener en cuenta los estatutos de la asociación y que el
hecho de que no se le permita entrar no sea por discriminación, ya que el art 14 propugna la igualdad
formal, el principio de no discriminación y establece una serie de aspectos que no se podrán amparar
para impedir a una persona que forme parte de una asociación, (nacimiento, raza, religión, opinión…). Sin
embargo, algunas asociaciones, que por tener unos fines determinados, puede ser que no nos dejen ser
parte de los mismos, porque no tenemos nada que ver con ellos. El registro donde se deben registrar las
asociaciones está en la administración. El ministerio es quien tiene el control de las asociaciones ya
escritas, pero no es quién para decir si una asociación se puede inscribir o no. Por tanto para la inscripción
se deberá presentar ante la administración, toda la documentación requerida, y la administración, lo que

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puede hacer en primer lugar es un control reglado (que la documentación esté bien, que el nombre esté
libre, que no esté cogido). Para inscribir hay 20-21 días, si no se dice nada, se inscribe porque el silencio
debe interpretarse siempre favorable a la libertad, pero si la administración considera que hay algún
problema, se pasa al ministerio fiscal para que investigue. Las asociaciones están reguladas en el art. 22; 1.
Se reconoce el derecho de asociación; 2. Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados
como delito son ilegales. 5. Se prohíben las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar. Por tanto
tenemos varios límites. Las secretas son aquellas que ocultan sus verdaderos fines. En cuanto a las
paramilitares, nos referimos a aquellas que procuran la violencia. Estos límites impiden que la asociación
pueda seguir funcionando como tal, pero como he dicho al principio, esto no lo puede decidir la
administración en ningún caso, sino que en su caso, para saber si una asociación está en alguno de estos
supuestos, quien debe decidir es la autoridad judicial, los jueces. En el apartado 4 de este artículo 22, se
establece “las asociaciones sólo podrán ser disueltas o suspendidas en sus actividades en virtud de
resolución judicial motivada”; solo un juez es competente para suspender o disolver una asociación. Las
asociaciones que no tienen ánimo de lucro se rigen en general por este artículo, pero puede haber
especificidades y dentro de las asociaciones en general estarían los partidos políticos.

Los partidos políticos: aquella asociación que tiene como finalidad alcanzar el poder político. Actividades
que va a llevar para alcanzar el poder: captación de votos, convencer a la opinión pública, etc. Si es un
partido político que se inscribe como tal y resulta que después no se quiere presentarse a las elecciones,
pierde el sentido (un partido abstencionista). Están regulados en nuestra constitución por primera vez en
la del 78 - democracia representativa y para ello necesitaba unos instrumentos de participación de estos
dos partidos, de tal manera que lo que va a hacer es intentar reforzar tanto la creación como las
actividades de los partidos políticos para que se consoliden (Art. 1). No era posible una democracia sin
pluralismo político. Se regulan en el art. 6: “los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren
a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la
participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la
Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”; Instrumentos
fundamentales - para que haya votos, lo fundamental son los partidos; son libres pero con unos límites:
deben respetar la constitución y la ley (respeto formal); deben respetar los procedimientos, ahora bien
puede ser que en sus estatutos contemplen la voluntad de cambiar la Constitución en su programa, y esto
no sería ir en contra de la constitución.

Los partidos, para poder actuar deben registrarse en un registro específico. No se deja que la
administración controle, solo podría hacer la autoridad judicial, se debe llevar toda la documentación. Se
presenta en el ministerio, y si se cumplen los requisitos formales debe seguir, y si no, se devuelve para que
se subsane. No puede inscribirse con un nombre que ya existe, pero cuando el nombre que pongamos
acompaña un concepto ideológico entonces si puede coincidir. El nombre no es tan estricto como en las
asociaciones. Se debe poner los símbolos del partido que no sean de todos (Ej: la bandera española no
podrían). En el caso de que la administración prevea que puede haber algún tipo de ilicitud, lo que debe
hacer es pasarlo al ministerio fiscal y de ahí al juez, que es el único que puede decidir la no inscripción.
Una vez en funcionamiento, cabría la posibilidad de un control represivo a posteriori.

La ley de partidos del 78, era preconstitucional: se definía que eran los partidos, las asociaciones, etc., pero
lo único que se decía era que quien podía ilegalizar un partido era la autoridad judicial. En el 2002 se
cambia la ley de partidos, y tiene una finalidad exclusiva, que es ilegalizar “Herri Batasuna”, porque en la
ley de partidos se establece una serie de causas que van a permitir ilegalizar un partido al juez. Si no llega
a haber este cambio, también se podría haber hecho, porque así lo consta en la constitución art.22.
(Quien puede instar la ilegalización de un partido político es el gobierno o el ministerio fiscal o el congreso
y el senado a través del gobierno.) Con esta ley se ilegalizo a Herri Batasuna. En el caso de que se declare
la ilegalización de un partido, se debe notificar a los miembros del partido afectado, al registro para que
conste y se deberá hacer también una liquidación patrimonial. Quien puede poner en marcha un
procedimiento de ilegalización (el poder judicial, los jueces) es el gobierno o el ministerio fiscal. El
Congreso y Senado también lo pueden hacer pero solicitándolo al gobierno. Si se lo solicitan está obligado
a tramitarlo. En determinados supuestos, quien va a decidir es una sala especial que se crea en el
Tribunal Supremo.

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La financiación no está regulada en la ley de partidos sino que tenemos una ley de financiación de partidos
específica. Es una ley del 2007. El Parlamento (Congreso y Senado) tendría que regular la financiación de
los partidos de los que ellos forman parte. Las regulaciones siempre han sido bastante estrictas, pero
ningún partido las ha cumplido. Con lo cual la mayoría de partidos tenían financiación ilegal o financiación
irregular. El hecho de que se regule la financiación privada tiene un sentido, que es evitar que los partidos
reciban financiación finalista (Grupo de presión). La ley de financiación de partidos establece una serie de
límites y restricciones para evitar de alguna forma esta financiación finalista. La financiación puede ser
pública o privada, en cuanto a la pública, hay subvenciones del estado para gastos electorales,
subvenciones anuales a cada partido para gastos de funcionamiento y subvenciones extraordinarias para
campañas (p. ej. para un referéndum), para que de esta manera todos puedan participar con igualdad.
Respecto a la subvención de gastos electorales, se da una parte de financiación según el número de
escaños que haya obtenido cada partido en el congreso de los diputados y otra partida por el número de
votos. De tal manera que si un partido político se presenta pero no obtiene representación se arruina, por
eso es vital para ellos tener un diputado dentro. Además de esta subvención pública, están las
subvenciones privadas: las cuotas de los afiliados, los créditos de los bancos, actividades propias del
partido, las donaciones, herencias. En cuanto a las donaciones no se permiten que sean anónimas, y si se
trata de una sola persona física o una persona jurídica no pueden hacer donaciones de más de 100.000
euros.

Los partidos están obligados a llevar libros de contabilidad para que puedan controlarse tanto la parte
pública como privada, resoluciones de financiación. Y ese control lo tiene que llevar a cabo el Tribunal de
Cuentas, que es quien debe controlar el sector público y los partidos políticos.

TEMA 4

EL ESTADO DE DERECHO

El Estado de Derecho es aquel que tiene unas características que son:

 El Imperio de la ley (la supremacía constitucional),


 La división de poderes (separación del poder legislativo, ejecutivo y judicial para que exista un
control entre ellos),
 El reconocimiento de los derechos fundamentales (el ámbito de libertad de los ciudadanos) frente
al orden público (intervención del poder público para garantizar los derechos de prestación),
 El sometimiento de la administración a la ley (el Gobierno debe estar sometido a la ley). Principio
básico del Estado de Derecho: principio de legalidad. Este principio de legalidad nos indica que
todos estamos sometidos a la ley. En primer lugar a la Constitución y después al resto del
ordenamiento jurídico. Principio que sirve para los poderes públicos y para los ciudadanos. En el
apartado primero del art. 9 se establece que “Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos
a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”. Este artículo está en el título preliminar y
recoge y constitucionaliza los principios propios del Estado de Derecho. En el apartado segundo
se recoge la garantía de los derechos, hasta el punto de que los poderes públicos deben
“promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que
se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y
facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.
Es un principio propio del Estado Social de Derecho y nosotros lo copiamos de la Constitución
Italiana.

Nosotros tenemos por un lado el principio de igualdad ante la ley (todos somos iguales ante la
ley) recogido en el art. 14: “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social”. Por ejemplo, las llamadas acciones positivas, que lo
que intentan es evitar discriminaciones. Para ello, en el apartado segundo del artículo 9, se
podría dar prioridad a unas personas frente a otras. Tienen prioridad las personas que tienen

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algún tipo de discapacidad y para aquellos colectivos que tradicionalmente han sido
discriminados, también se pueden establecer acciones positivas para evitar estas desigualdades
o para hacer que aquellos que no partan de una situación de igualdad, con estas leyes darles
beneficios y así poder llegar a una igualdad real. Llega un momento que existen quejas por las
acciones positivas, ya que al final también llevan a una discriminación. Finalmente se decidió que
estas acciones positivas eran válidas para aquellos puestos donde existiera una discriminación de
la que uno no podía salir voluntariamente. De esta manera las acciones positivas están
justificadas.

En el apartado tercero del artículo 9 se busca que la igualdad sea formal real y efectiva. “La
Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las
normas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de
derechos individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la
arbitrariedad de los poderes públicos”. (En el Estado de Derecho las normas deben estar
publicadas en el BOE. Los poderes públicos no pueden actuar arbitrariamente, sino sometidos al
principio de legalidad)

¿Qué quiere decir retroactividad o irretroactividad? Lo normal es que las normas se apliquen a
partir de su entrada en vigor. Cuando hablamos que una norma es retroactiva quiere decir que
esta norma se puede aplicar a situaciones pasadas, a situaciones anteriores a la publicación de la
ley. La Constitución garantiza la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables.
Por tanto, en los casos en que una ley no sea favorable, no se podría aplicar al pasado porque
nos perjudicaría. Por tanto, lo que garantiza es que cuando hay una disposición hacia el pasado,
si nos perjudica no se puede aplicar. Los que están a favor de la irretroactividad lo justifica
diciendo que lo bueno sería que ninguna norma se pudiera aplicar al pasado, lo justifican en el
principio de seguridad jurídica. A nosotros nos da seguridad jurídica el saber que no puede
crearse una norma hoy que nos pueda ser aplicada a actuaciones que nosotros hayamos hecho
antes de la norma. Sin embargo, los que están a favor de la retroactividad lo justifican en la
justicia como valor superior, no en el poder judicial. Lo que es justo es justo. Y nos dicen que en
ocasiones, para poder acabar con situaciones injustas del pasado es bueno que la norma sea
retroactiva.

El código penal añade también que nadie puede ser castigado por acciones u omisiones que en
el momento de producirse no constituyan delito o falta. El tribunal Constitucional interpreta este
principio de retroactividad garantizado por la Constitución haciendo una interpretación en
sentido contrario. Nos dice que en caso de que no sea favorable, no se aplicará, pero si es
favorable, se nos tendrá que aplicar la norma al pasado. Es decir, el Tribunal Constitucional hace
una interpretación y si nos es favorable, se nos tendrá que aplicar la norma con carácter
retroactivo. Y si no lo es, no. El aplicador de Derecho tiene que aplicar la norma más beneficiosa.
Este principio del Estado de Derecho nos dice que las normas son retroactivas cuando nos diga la
ley. Por tanto, este principio, en el Estado de derecho, las normas pueden ser retroactivas cuando
la propia ley lo diga. Y cuando se traten de normas sancionadoras o normas administrativas, no
se nos pueden aplicar al pasado si nos perjudica, y sí se nos debe aplicar al pasado si nos
beneficia.

Principio de la publicidad de las normas


La propia ley nos va a decir en qué momento va a entrar en vigor, y esta fecha de la publicación
va a establecer también el plazo de los recursos. Cuando se aprueba una ley y se considera que
puede ser inconstitucional, si lo que se quiere hacer es interponer un recurso (los particulares no
podemos), hay un plazo de 3 meses para interponer el recurso ante el Tribunal Constitucional.
Estos tres meses son a partir de la publicación. Por tanto, si se interpone el recurso después de
estos tres meses, el Tribunal Constitucional lo puede rechazar. Es muy importante conocer la
fecha de publicación. La publicación también va a determinar el texto de la norma, ya que nos va
a permitir conocer el texto de la norma. Y aquí es importante saber que si en las CCAA que hay
una lengua propia distinta al castellano, la norma es aprobada por el Parlamento de la

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Comunidad Autónoma, se ha tramitado en la lengua propia y se publica en el Boletín Oficial de la


propia comunidad, y después el Boletín Oficial del Estado se equivoca en su traducción, la que
vale es el texto del Boletín de la propia comunidad. Y si hay un error, es del BOE porque la ha
traducido.

Para saber si un Estado es un Estado de Derecho debemos comprobar los requisitos o las
garantías de derechos. Si no se dan estos supuestos, no es un Estado de Derecho aunque haya
una Constitución.

La Constitución del 78 va a regular qué es lo que pueden hacer los poderes públicos y qué es lo que no
pueden hacer en estas situaciones de excepción para conseguir volver a la situación de normalidad.
Cuando se dan estas situaciones, se puede dar mayores poderes (poderes excepcionales) al ejecutivo, o se
pueden limitar algunos derechos fundamentales, pero no prohibirlos ya que son inalienables. Ni siquiera
podemos renunciarlos.
Estas situaciones que forman este derecho excepcional, deben ser medidas que se tomen de manera
provisional con la única finalidad de lograr la normalidad. Deben ser las mínimas imprescindibles (estamos
hablando de suspensión de Derecho) para llegar a la normalidad. Interpretar desde el punto más
favorable de la libertad: que esta suspensión debe ser con interpretación restrictiva.

Nuestra Constitución regula tres supuestos que se pueden decretar para situaciones excepcionales. Cada
uno de ellos sería independiente de los otros. Estas situaciones las podemos decretar en los llamados
Estados de alarma, de excepción y estado de sitio:

o El más leve sería el Estado de alarma. Se podía decretar en aquellas situaciones en que existan
catástrofes naturales, calamidades o desgracias públicas de gran envergadura, desabastecimiento
de productos básicos, paralización de servicios públicos… pero normalmente ocasionados por
catástrofes; se trata de una situación urgente por lo tanto la iniciativa la tiene el Gobierno. El
Gobierno establece si se va a aplicar en todo el territorio nacional o parte. La duración será como
máximo 15 días. Se decreta, pero el Gobierno debe comunicarlo al Congreso de los Diputados.
En estos casos, quedan vinculados sobre este Decreto de alarma todas esas personas que
puedan ser llamadas para ayudar en la situación de este tipo (autoridades, funcionarios
públicos…). Si en el plazo de 15 días no se ha vuelto a la normalidad, el Gobierno puede solicitar
una prórroga. La prórroga sería 15 días más como máximo, pero aquí lo va a establecer el
Gobierno y el Congreso. La prórroga la debe declarar el Congreso. Si se soluciona antes de los 15
días, se volvería a la normalidad. De las 3 posibilidades de las situaciones excepcionales, en
España solo se ha declarado una vez el Estado de alarma (2010) ante una huelga de
controladores aéreos. En el Estado de alarma no se puede suspender derechos fundamentales.

o El Estado de excepción: situaciones en las que exista una grave alteración en el ejercicio de los
derechos fundamentales o cuando se pongan en riesgo el funcionamiento de las instituciones
democráticas. En este caso, el Gobierno debe remitir al Congreso de los diputados, una solicitud
de autorización para poder decretarlo. En el decreto se deberá constar la duración del mismo,
que será un máximo de 30 días, si se pretende decretar para todo el territorio nacional o no, y
sobretodo dejar muy claro cuáles son los derechos que se pretenden suspender dentro de lo que
permite la Constitución.
¿Cuáles serían los derechos que se deben suspender? Están recogidos en el artículo 55. En el
apartado primero nos dice que se pueden suspender los artículos 17 y 18. Es decir, el derecho a
la detención, el derecho a la libre circulación… En estos casos hablamos de suspensión territorial.
En una situación excepcional, la policía podría actuar directamente sin autorización del juez, y
después informárselo al juez. Por tanto, la policía no tiene libertad absoluta, sino que depende
del juez. Los poderes públicos siguen respondiendo de sus actos aunque tengan unos poderes
excepcionales. En el caso del Estado de excepción, si transcurridos 30 días no se ha solucionado
el problema, no se ha vuelto a la normalidad, se puede pedir una prórroga (30 días más).

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o El Estado de Sitio (la más grave): aquellos casos en los que existiese una insurrección o un acto
de fuerza contra la soberanía nacional o contra la independencia del Estado, contra la integridad
territorial o contra el ordenamiento constitucional. En el Estado de sitio solo se puede prorrogar
30 días al Congreso de los diputados, y en estos casos se puede suspender los mismos derechos
que en el Estado de excepción (art. 55.1) y uno más, que es el artículo 17.3, que no se puede
suspender en el Estado de excepción pero sí en el de sitio y que se refiere al derecho a ser
informado inmediatamente de los derechos o las razones de detención, el derecho a no declarar,
el derecho a la asistencia de entrada… Y este derecho a la asistencia de entrada hay autores que
entienden que podía ser suspendido tanto en una detención policial como ante el juez. En estos
casos, se pueden suspender estos derechos, pero estos derechos serían tan sólo en la detención
policial (artículo 17).

Se va a nombrar a una autoridad militar que va a coordinar, ejercer y a publicitar las medidas que
se van a tomar, pero no tiene poder de decidir, depende del Gobierno. Sería como una situación
de guerra pero no estaríamos en una. El Estado de sitio solo se aplicaría si fuera la única solución.

En los tres estados excepcionales se establecen una serie de garantías para que el poder no abuse. En
primer lugar el Gobierno no puede disolver el Congreso de los diputados, no se pueden disolver las
cámaras. Si se fuese a dictar un Estado excepcional, y estuvieran ya disueltas las cámaras, en este caso,
quien debería actuar sería la diputación permanente (mini cámara donde está el presidente de la cámara
y algunos diputados, que actúan como si estuviera en un Parlamento en funciones hasta que tomen
posesión los nuevos diputados). En el último apartado del artículo 116 se regulan los estados
excepcionales. En la declaración de estas situaciones, no se modifica el principio de responsabilidad del
Gobierno y de sus agentes. Lo que se pretende es que los 3 poderes sigan funcionando. El Parlamento
controla el Gobierno, el Gobierno responde a las actuaciones que haya hecho estas situaciones
excepcionales, y el poder judicial sigue funcionando.

Además de esa suspensión territorial, cabe también la posibilidad de suspensión personal, que está
pensada para aquellas personas que estén relacionadas con elementos o bandas terroristas. Está regulada
en el artículo 55.2. La Constitución establece que hay derechos que pueden ser suspendidos para
personas determinadas. Además, en el apartado final nos dice que “La utilización injustificada o abusiva
de las facultades reconocidas en dicha ley orgánica producirá responsabilidad penal, como violación de los
derechos y libertades reconocidos por las leyes”. Estaba pensado para bandas terroristas como ETA.
Tuvimos varias leyes antiterroristas, una de 1980 y otra de 1984, con las que se permitió que la detención
policial de estas personas pueda alargarse a 72 horas. Pero el Tribunal Constitucional lo declaró
inconstitucional. Desde hace unos años, esta regulación la encontramos en el código penal.

TEMA 5

EL ESTADO SOCIAL DE DERECHO

El Estado social de Derecho se diferencia porque el ejecutivo se convierte en el poder más importante. Se
va a establecer derechos económicos, sociales y culturales. Que se van a garantizar para que la aplicación
sea efectiva. Y como muchos de estos derechos son prestacionales (por ejemplo la enseñanza pública
para todos), obligan la intervención por parte de los poderes públicos. A diferencia de las características
del Estado liberal, el Estado Social se consolida después de la Segunda Guerra Mundial. La diferencia es
que el Estado deja de ser un estado abstencionista para pasar a ser un Estado intervencionista. Adquiere
mucha importancia el Parlamento y el poder ejecutivo porque se van a reconocer y garantizar tanto los
derechos individuales como los derechos económicos, sociales y culturales. Se establecen declaraciones
de derechos y garantías, y en estas garantías se pretende conseguir el Estado de Bienestar (llamado
también Estado Social de Derecho), porque el poder público tiene la obligación, a través de los impuestos,
de hacer una redistribución económica buscando una mayor igualdad para todos.

En el Estado Social de Derecho van a cambiar los principios económicos. En el Estado Social de Derecho se

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ve que la ley de la oferta y demanda no equilibra la sociedad y se establecen otra serie de principios que
permiten a los poderes públicos intervenir en la economía. El Estado Social lo que hace es mantener el
capitalismo pero con límites. Por tanto, nuestra Constitución establece marcos. Estos marcos estarían por
un lado en la regulación y constitucionalización de la libertad de empresa, en el marco de la economía de
mercado (art.38). Y por otro, en el art. 131 se regula la posibilidad de que los poderes públicos
intervengan en la planificación de la actividad económica por razones de interés general. Por tanto,
tenemos libertad de empresa y planificación general, y dentro cabrían las distintas políticas económicas
que cada mayoría en las elecciones quisieran aplicar. Y lo que estén fuera del marco sería inconstitucional
(p. ej: el monopolio).

Hoy en día se garantiza el derecho de la propiedad privada y el derecho a la herencia en el art.33, pero se
establecen límites. En el art 33.2 se habla de la función social y en el apartado tercero se establece que
nadie puede ser privado de sus bienes si es propietario, pero añade si no por causa justificada de utilidad
pública o interés social. Es decir, cuando se considera que hay un interés público o social, se podría limitar
este derecho. Se permite la expropiación. Cuando se habla de expropiación tiene que ser una
expropiación que se justifique el interés general y se le debe dar una al precio del mercado (precio oficial)
a aquel que se le ha hecho la expropiación. Económicamente hay un principio de unidad, que quiere decir
que tiene que existir unidad económica en el país. Los poderes públicos deben garantizar esa unidad
económica y esa competencia del estado para garantizar la igualdad de todos los españoles.

TEMA 6

ORGANIZACIÓN TERRITORIAL DEL ESTADO: EL ESTADO AUTONÓMICO

Los principios del título preliminar, los principios establecidos en el art.2, son el principio de unidad, el de
autonomía y el de solidaridad. El desarrollo de este artículo está en el título octavo, que establece unos
principios generales de la ordenación territorial del Estado y después regula la administración local y las
CCAA. Es decir, establece el principio de unidad, pero después descentralización a todos los niveles y
también autonomía local. En un primer momento la Constitución no dice si todos los territorios van a
acceder a las autonomías o no, ya que como depende de la voluntad de los territorios no se sabe.
Tampoco quedaba claro si todos tendrían autonomía política o no. La autonomía política es aquella
posibilidad de las CCAA de crear su propio derecho de dictar leyes. Y esto solamente lo podrán hacer si
tienen un Parlamento (Asamblea legislativa). La Constitución sólo establece la posibilidad de tener
asamblea legislativa. Las históricas sí van a tener descentralización política.

El artículo 151 de la Constitución, establece este procedimiento tan complejo de acceso a la autonomía,
pero que permitía tener el máximo de competencias desde el primer momento de aprobar la autonomía.
En el art. 152 se establece que los estatutos aprobados por el procedimiento del artículo anterior, por
tanto, aquellas comunidades que hubieran accedido a la autonomía por esta vía más compleja, en los
casos de haber accedido a la autonomía, la organización institucional autonómica se basará en una
asamblea legislativa elegida por sufragio universal.

Cuando hay veces que el problema es irresoluble, lo que se hace son acuerdos políticos para pacificar la
situación. Algunas comunidades fueron por la llamada vía lenta (art. 143) pero estos territorios no decían
nada, porque nunca habían tenido un sentimiento nacionalista. Como había distintas formas de gobierno
(unos con autonomías, otros sin autonomías y otros en proceso con las autonomías), lo que se hizo fue
nombrar una comisión de expertos para ver cómo se podría solucionar la gobernabilidad del país. Esta
comisión de expertos estableció una serie de principios (un pacto) que aunque no estaba en la
Constitución, se estableció que se iba a cumplir. Se puso una fecha límite que era el 83 para que todos los
territorios pudieran acceder a la autonomía. Y todos los que no habían conseguido aún la autonomía,
debían ir por la vía lenta (art. 143).

El artículo 2 de la Constitución establece 3 principios: el principio de la unidad, el principio de la


autonomía y el principio de la soberanía.

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Principio de unidad: el Estado se centra en que tenemos una única Constitución (una única soberanía). El
poder judicial no va a estar descentralizado, sino que va a haber unidad jurisdiccional. Lo único que
podrían tener las CCAA sería poder legislativo y poder ejecutivo, no poder jurisdiccional propio. A
diferencia de los sistemas federales, que sí pueden tener sistema jurisdiccional. Única Constitución, único
Tribunal Constitucional, que aunque sea un tribunal y su labor sea dictar sentencias, no forma parte del
poder judicial. Por tanto, en la cúspide del poder judicial está el Tribunal Supremo, y al margen del poder
judicial está el Tribunal Constitucional. Debemos hablar de la igualdad entre todas las Comunidades
Autónomas sin que puedan existir privilegios de unos respecto a otros. No puede haber discriminación
entre las CCAA, sino igualdad de derechos y deberes entre todos los ciudadanos independientemente de
la Comunidad Autónoma de donde se encuentren. Cuando hablamos de igualdad hablamos de igualdad
en derechos fundamentales, pero no homogeneidad.

Derecho a la autonomía de nacionalidades y regiones. Este derecho a la autonomía no quiere decir


soberanía. Aquí, autonomía es relacional porque debe relacionarse con la Constitución. Esta autonomía
emana de la propia Constitución pero no la puede contradecir. Estatuto de Autonomía es la norma
institucional básica de cada Comunidad Autónoma, es una norma que forma parte del ordenamiento
jurídico del Estado y está por debajo de la Constitución. El Estatuto puede contener una regulación que la
Constitución le permita. Tenemos un ordenamiento jurídico en cada CCAA, en el que habrá una norma
superior (Estatuto de Autonomía). Y dentro del Estado habrá distintas normas que deben estar conformes
a la Constitución. El Estatuto es una norma especial y la denominamos ley orgánica, y como tal, después
de un procedimiento especial para su aprobación en la propia comunidad, debe ser aprobada por las
Cortes. Estamos hablando de una ley que emana de la Constitución. No es una ley independiente.

Los Estatutos de Autonomía están regulados en el artículo 147, donde se establece que es la norma
institucional básica de cada Comunidad Autónoma. Y se establece unos mínimos que deberá contener el
Estatuto de Autonomía, que son el nombre de la Comunidad Autónoma, el ámbito territorial, la sede de
sus instituciones y las competencias que asuma esta Comunidad Autónoma. Decimos que son leyes
orgánicas especiales porque tienen un procedimiento de elaboración diferente a las leyes orgánicas del
Estado. Para las leyes orgánicas especiales, las Cortes por sí solas no pueden modificar el Estatuto de
Autonomía. Es decir, aunque digamos que es una ley orgánica del Estado, por sí sola no puede modificar
un Estatuto. De aquí que hablemos de leyes especiales, que tienen una reserva competencial. En cuanto a
los procedimientos, la Constitución establece dos tipos de procedimientos para el acceso a la autonomía:
principio dispositivo o principio de voluntariedad de los territorios.

Por vía rápida accedieron las 3 comunidades históricas y Andalucía (Art. 151); y por la vía lenta, el resto de
las CCAA (Art. 143). Todo esto generó algunos problemas para poder gobernar y para evitarlo, se
estableció una comisión para la autonomía, que estaba presidida por expertos para ver cómo se
articulaba este paso a la autonomía, ya que se había apostado a que todas las CCAA debían acceder a la
autonomía. Hicieron pactos que acabaron en el 83 y se obligó a todas las CCAA que todavía no habían
accedido a la autonomía, a conseguirla con la vía lenta (art. 143).

En cuanto a las vías de acceso había varias: Una para Navarra, que decidió que no iba a formar parte del
País vasco y no iba acceder a la autonomía por la vía lenta (art. 143) ni por la vía rápida (art. 151), ya que
tenían un régimen foral. También por un régimen especial fueron Ceuta y Melilla, ya que no eran CCAA
sino ciudades autónomas.
Hay dos grandes procedimientos: el del artículo 151. Desde el primer momento, este Estatuto puede
tener el máximo de autonomías que la Constitución permite. Esta vía se le llamo la vía especial o vía
agravada o rápida. Y después está la vía lenta, que era la que estaba pensada para el resto de las CCAA que
era el procedimiento regulado en el artículo 143. Este era más fácil de conseguir, pero no se podría tener
todas las competencias que permite la Constitución desde el primer momento. Y transcurridos 5 años y
reformando el Estatuto de Autonomía podían obtener el máximo de competencias. La mayoría de las
CCAA fueron por esta vía.

Lo más importante es la organización territorial del poder. La organización territorial del poder, en nuestro
caso, pasa de un Estado muy centralizado (como era el franquismo) a un Estado descentralizado. Las CCAA

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que habían accedido por la vía del 151, para éstas, además de tener el máximo de competencias, el
artículo 152 establecía que iban a tener no solamente Gobierno propio, sino que también iban a tener
asamblea legislativa (descentralización política). De las demás, la Constitución no decía nada. Se
estableció que todas las CCAA tuvieran descentralización política, es decir, que todas tuvieran asamblea
legislativa. Pero lo más importante de la descentralización es cómo se va a repartir el poder. Y esto se
establece a través del reparto de competencia. Normalmente, en los Estados federales se hacen
establecer un listado de competencias claras que van a ser de la federación, y el resto no se hará una lista,
pero serán de los Estados federales. En los sistemas regionales suelen ocurrir lo contrario. Hay una lista
tasada, y estas competencias claras son de las regiones y el resto (que siempre son más) son del Estado.
En nuestro caso, como todo se hacía descansar en este principio dispositivo, se establecían dos listas
competenciales: una regulada en el artículo 148 y otra regulada en el artículo 149. El listado del artículo
149 son exclusivas del Estado, y el listado del artículo 148 serían competencias que las CCAA pueden (si
quieren) asumir. En el momento en que se hacen estos pactos autonómicos, se establece en el 83, que
todos los territorios que quedan, deben ir por la vía del 143, y se establece también como obligatorio,
asumir todas las competencias del artículo 148. Por tanto, había una cierta homogeneidad en cuanto a
competencias. Hoy en día todas ellas tienen el máximo competencial que les permite la Constitución. Hoy
en día, cuando hablamos de distribución competencial nos debemos fijar sólo exclusivamente en el
artículo 149.

Cuando hay conflictos entre la CCAA y el Estado, cuando tanto la CCAA y el Estado entienden que los dos
son competentes en la misma materia, quien va a resolverlo es el Tribunal Constitucional, que siempre
deberá utilizar como parámetro para resolverlo la Constitución. En el caso de los conflictos de
competencias, no les basta la Constitución sino que deberá acudir también a los Estatutos de Autonomía.
Estos Estatutos de Autonomía servirán de parámetro al Tribunal Constitucional. Bloque de la
constitucionalidad, que es un conjunto de normas que no son Constitución, pero que en ocasiones sirven
de parámetro para resolver como si fuera una Constitución. (EE.AA)

En cuanto al reparto competencial, las competencias pueden ser exclusivas, compartidas o concurrentes.

 Las exclusivas son aquellas en las que sobre una materia tienen todas las competencias
(facultades legislativas y ejecutivas). Es el único que puede actuar sobre aquella materia. Lo que
ocurre es que en nuestro caso, como nuestra Constitución no establecía el mapa autonómico, se
establecía que el derecho del Estado siempre será supletorio de las CCAA. Lo que ocurre es que
con el transcurso del tiempo, cuando todas las CCAA tengan la exclusividad sobre la materia, el
Estado ya no puede intervenir.

 Competencias compartidas: Sobre una materia pueda actuar los dos: el Estado y la Comunidad
Autónoma que tenga la competencia. Es decir, en las compartidas caben dos posibilidades: 1)
Sobre una materia, la función legislativa la tenga el Estado y la función ejecutiva, la Comunidad
Autónoma, o 2) que se compartan la materia y la función. En estos casos, lo normal es que el
Estado tenga reservadas las bases y las CCAA, la legislación que desarrolla estas bases del Estado.
Aquí normalmente la ejecución sería de la Comunidad Autónoma. En estos casos, el Estado se
reserva una regulación básica sobre la materia y las CCAA (si tienen asumida la competencia)
pueden legislar leyes que desarrollen las bases del Estado. Esto quiere decir que cada CCAA
desarrolla las bases como quieran. Pero en el desarrollo de las bases del Estado, se establece que
la legislación autonómica no puede contradecir ni a la Constitución ni a las bases del Estado. Por
otro lado, como existe garantía de autonomía, si la CCAA tiene asumida la competencia, quiere
decir que el Estado no puede regular todo sobre la materia, tiene que dejar un margen para que
lo regule la autonomía.

El Tribunal Constitucional entiende que por razones de seguridad jurídica, es conveniente que el
Estado, cuando dicte las bases sobre una determinada materia, lo haga por ley y además,
señalando que aquello son las bases. ¿Por qué por ley y no por reglamento? Porque la
tramitación de la ley es en las Cortes, y es más lenta y da más juridicidad, de tal forma que las
CCAA pueden ir viendo cómo se regulan las bases. Porque si hoy tenemos unas bases sobre tal

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materia, pero el Estado cambia las bases, las CCAA deberán acatar las normas de las bases del
Estado porque no las pueden contradecir. Por tanto, lo que se busca aquí es una mayor
transparencia. Además así no hay contradicción en la jerarquía normativa. Hay jerarquía dentro
del ordenamiento del estado y jerarquía dentro del ordenamiento de la CCAA, pero las relaciones
entre normas del estado y normas de las CCAA se basan en el reparto competencial.

 Competencias concurrentes: aquellos en los que la Comunidad Autónoma y el Estado tienen las
mismas competencias idénticas sobre la misma materia. (Nosotros tenemos exclusivas y
compartidas). En el artículo 149, además de todo el listado de competencias que pueden ser
exclusivas o no, al final del apartado tercero, se establece lo que llamamos cláusula residual (de
cierre): aquellas competencias que no estén atribuidas expresamente al Estado por la
Constitución, es decir, cualquier otra competencia que no esté en el listado del artículo 149 y se
pueda atribuir al Estado, pueden corresponder a las CCAA, siempre y cuando las incluya en sus
estatutos. Y después añade que las competencias sobre las materias que no se hayan asumido
por los Estatutos de Autonomía serán del Estado. Además, en esta cláusula residual se regulan
otros 2 principios: el principio de prevalencia y el principio de supletoriedad.

 El principio de prevalencia no se ha aplicado nunca porque está pensado para la


posibilidad de que existiera en algún momento competencias concurrentes. Nos dice
que las competencias del Estado prevalecerán, en caso de conflicto, sobre las de las
CCAA. De la lectura de esta cláusula, lo que nos está diciendo es que si es competencia
exclusiva de la Comunidad Autónoma es de la Comunidad Autónoma, pero si no es una
competencia exclusiva y hay conflicto, prevalece siempre la norma del Estado.
 El principio de supletoriedad está regulado de la siguiente forma: el derecho estatal será
en todo caso supletorio del derecho de las Comunidades Autónomas. Ha sido
interpretado por el Tribunal Constitucional diciendo que este principio no tiene sentido
y que en aquellos casos en los que la competencia es exclusiva de las CCAA, el Estado ya
no podría actuar. Ni siquiera como derecho supletorio.

Cuando hay conflictos de competencias y el Tribunal Constitucional lo tiene que resolver, dependerá de la
voluntad de cada CCAA. El Tribunal Constitucional no le basta con aplicar la Constitución sino que deberá
tener en cuenta el Estatuto de Autonomía (norma fundamental básica de las CCAA). Los Estatutos de
Autonomía forman lo que llamamos el Bloque de Constitucionalidad, que sirve de parámetro al Tribunal
Constitucional para resolver problemas de nuestra Constitución. Hay también otras posibilidades de
atribución de competencias. Lo normal es que las competencias las tengan las CCAA porque así lo recogen
sus Estatutos. Como los Estatutos son leyes orgánicas, están sometidas a la Constitución. Por tanto, deben
ser leyes conformes a la Constitución. El Estatuto podrá recoger aquellas competencias que permite el
artículo 149. Sin embargo, además de la distribución estatutaria de competencias, hay otras posibilidades
de reparto competencial, que están regulados en el artículo 150.

Artículo 150: Este artículo tiene tres apartados: los dos primeros regulan la posibilidad de que las Cortes
Generales, mediante ley atribuyen competencias que en principio son del Estado a una o varias o todas
las CCAA. Y además se regula la atribución extraestatutaria de competencias (al margen del Estatuto de
Autonomía). Es decir, el Tribunal Constituyente puede dar más competencias a las CCAA de las que tienen
en sus Estatutos de Autonomía. Aquí no participa la voluntad de la CCAA. Por tanto, estamos ante una ley
que es voluntad de las Cortes. Quien deroga las leyes son las Cortes. Las Cortes las dicta, las Cortes las
puede modificar.
En el apartado primero del 150, se regula que las Cortes, en materia de competencia estatal pueden
atribuir a las CCAA las facultades para dictar normas legislativas para sí misma dentro de un marco o unos
principios que va a dictar el Estado. En este caso, esta atribución se hará a través de una ley ordinaria en
las Cortes, que será una ley marco o ley de principios, que las CCAA podrán desarrollar legislativamente.
No pueden atribuir la titularidad de la competencia, ya que sigue siendo del Estado. El Estado dicta una
ley de principios o marco en la que va a establecer unas directrices que van a ser homogéneas, directrices
que desarrollarán por ley las CCAA que tengan atribuidas estas competencias. En este caso, esta ley
deberá contener la posibilidad que se reservan las Cortes de controlar esta legislación de las CCAA.

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En el apartado segundo del artículo 150 se establece la posibilidad de que el Estado pueda transferir o
delegar facultades en materia de titularidad estatal, siempre que sean las básicas del Estado y sean
susceptibles de transferirlas. En este caso, las Cortes deberían dar la ley de transferencia de la delegación
y será ley orgánica. Esta ley deberá ser aprobada por mayoría absoluta en el Congreso de los diputados. Se
establece que la ley de transferencia debe establecer los medios financieros que va a transferir a la CCAA
para que ésta pueda desarrollar la competencia que se le atribuye. También en este caso, la ley puede
contener facultades de control. Además de los Tribunales, podría haber una reserva por parte de las
Cortes para poder controlar el desarrollo de las CCAA.
Problema: Si en el primer apartado se establecía una atribución de competencias para que las CCAA
dictasen normas legislativas, en el segundo apartado, se refería a una potestad reglamentaria. En el
primer caso, la atribución se establece a través de una ley ordinaria que se aprueba por mayoría simple, y
en el apartado segundo, se establece que será por ley orgánica. Si la ley orgánica es una ley reforzada, no
tiene sentido que la ley se estableciera por un proceso ordinario. Por tanto, lo que se entiende de este
apartado segundo es que cuando se atribuye a través de la delegación de las leyes esta posibilidad, lo que
se establece es que la CCAA podrá tener cualquier facultad sobre esa materia. No sólo son facultades
reglamentarias, sino también legislativas. Por tanto, en los dos casos se pueden dar leyes.
A través de estas leyes de transferencia o delegación se intentó dar por bueno los Estatutos de Autonomía
que habían incumplido la Constitución (de la Comunidad Valenciana y de Canarias). Estas CCAA, habiendo
accedido a la Autonomía por la vía del artículo 143, solamente podían (los primeros 5 años), tener como
máximo competencial las competencias del artículo 148. Sin embargo, acogieron el máximo competencial
del artículo 149. En estos supuestos se buscaron soluciones políticas y no jurídicas. Si hubieran sido
jurídicas, las Cortes no habrían aprobado los estatutos de la Comunidad de Valencia ni de Canarias, sino
que hubieran tenido que presentar un recurso al Tribunal Constitucional. Sin embargo, no se recurrió al
TC, sino que las Cortes atribuyeron a estas dos Comunidades, una ley de transferencia. Por tanto, desde el
primer momento podían tener el máximo competencial pero no por vía estatutaria.

En el tercer apartado del artículo 150 se regula la posibilidad inversa. La posibilidad que tiene el Estado
para establecer leyes que contengan principios de armonización (= leyes de armonización). Cuando el
Estado considere que es difícil llevar adelante una legislación que sirva para todos los ciudadanos, puede
armonizar, es decir, puede restringir las competencias de las CCAA, incluso aunque sean competencias
sobre materias exclusivas de las CCAA. Se debe justificar en el interés general, y debe servir cuando no es
posible homogeneizar la diversidad competencial de las CCAA. En este caso se establece un
procedimiento especial para este tipo de leyes, y es que deben ser aprobadas por la mayoría absoluta de
cada una de las Cámaras (Congreso y Senado) sobre la necesidad de armonizar. Aunque el Congreso y el
Senado tienen que aprobarlo, estas leyes no son leyes orgánicas. Las leyes orgánicas tienen otro
procedimiento distinto. Es una aprobación final por mayoría absoluta del Congreso. En cambio, estas leyes
son previas a la tramitación.
Solamente se ha utilizado una vez, y fue en los primeros años de la Constitución, cuando aún no estaban
todavía todas las CCAA constituidas. Llegó un momento que se tuvo que considerar que era necesario
homogeneizar las distintas competencias de las CCAA. Hubo un pacto entre las dos grandes fuerzas
políticas del momento (UCD y PSOE), y se dictó una ley de armonización. Esta ley se denominó LOAPA. Fue
recurrida de inconstitucionalidad, porque algunos decían que era una ley orgánica y otros no, y el Tribunal
Constitucional tuvo que declarar varios artículos inconstitucionales.

Estas tres leyes del art. 150 forman parte del bloque de constitucionalidad, porque si hay un conflicto de
competencias, y el Tribunal lo debe resolver, deberá mirar no sólo la Constitución y el Estatuto de
Autonomía, sino también el artículo 150.
Lo más importante de la descentralización es saber quién tiene la competencia sobre cada materia.

El principio de solidaridad

Este principio está regulado en el art. 2 y está unido al principio de unidad. En el artículo 138 se garantiza
este principio de solidaridad, y para ello el Estado deberá velar por el establecimiento de un equilibrio
económico adecuado y justo entre las distintas partes del territorio, teniendo mención especial para las
islas y añadiendo que las diferencias entre los Estatutos no pueden implicar en ningún caso privilegios

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económicos o sociales.
En cuanto a la solidaridad, en el artículo 156 se establece que las CCAA gozarán de autonomía financiera,
pero sólo será para el desarrollo de sus competencias. Y en el artículo 158.2 se establece que con el fin de
poder corregir los desequilibrios económicos interterritoriales, se constituya un fondo de compensación
interterritorial destinados a gastos de inversión, cuyos recursos serán distribuidos por las Cortes
Generales entre las CCAA o las distintas provincias. Se reparten a aquellas Comunidades más pobres para
conseguir un equilibrio económico entre los distintos territorios. A este fondo de compensación
interterritorial siempre aportan las mismas CCAA (Madrid, Cataluña, Baleares), y los recursos van sobre
todo a Extremadura y Andalucía. Este principio de solidaridad ha hecho que en muchas ocasiones se diga
que los impuestos son personales y no territoriales. Este principio se refiere sobre todo a aspectos
económicos.

Instituciones de las CCAA

Todas las CCAA tienen Gobierno y Parlamento propio (descentralización política). Lo que no tienen es
Tribunal de Justicia propio. Hay un principio de unidad jurisdiccional que hace que no haya
descentralización jurisdiccional, sino que por encima está el Tribunal Supremo.
La organización de los Parlamentos y la organización del Gobierno de las CCAA son muy parecidas a la
organización del Estado. En los Parlamentos Autonómicos se establece el principio de proporcionalidad
(sistema electoral proporcional) y se establece una iniciativa legislativa muy parecida a la iniciativa
legislativa de las leyes del Estado. Varios son los que pueden iniciar la legislación. Y también hay la
posibilidad de una iniciativa legislativa popular en las CCAA. Pueden dictar leyes ordinarias pero no leyes
orgánicas. Las leyes orgánicas están reservadas sólo al Estado. En los reglamentos de cada uno de los
Parlamentos se establece un procedimiento legislativo de forma bastante parecida al procedimiento
legislativo común de las Cortes, con la diferencia de que las leyes del Estado son sancionadas y
comunicadas por el rey, y en las CCAA, la promulgación y la publicación la firma el Presidente de la CCAA
en nombre del rey. Por tanto, en las leyes de la CCAA no hay sanción real. En cambio, en las leyes del
Estado sí. La publicación de estas leyes de las CCAA se hará en el Boletín Oficial de la propia CCAA y en el
Boletín Oficial del Estado (BOE). Pero la entrada en vigor de estas leyes es a partir de la fecha de
publicación en el Boletín Oficial de la propia CCAA. Como son leyes, estarán sometidas al control del
Tribunal Constitucional, con una diferencia, y es que cuando el Estado impugna una ley de una CCAA, esta
ley, en el momento que se acepta el recurso, queda suspendido. No se puede aplicar hasta que se
resuelva, o al menos se debe dejar transcurrir 5 meses hasta que el Tribunal Constitucional decida si se
debe suspender o no. Sin embargo, si lo que se impugna es una ley del Estado, esta ley no se suspende,
sino que se sigue aplicando hasta que el Tribunal Constitucional lo resuelva.
Las CCAA que accedieron por la vía rápida (las históricas y Andalucía), el Presidente tiene la competencia
para disolver la Asamblea anticipadamente y convocar elecciones anticipadas. Sin embargo, en las otras
CCAA deben dejar cumplir los 4 años, y las elecciones se hacen junto a las municipales.

Intervención del Estado

En cuanto a la posibilidad que tiene el Estado para intervenir, tenemos en primer lugar, la posibilidad del
Estado de impugnar leyes de las CCAA ante el Tribunal Constitucional. También está la posibilidad de
dictar un marco o unas directrices que las CCAA deben cumplir y el control de las Cortes frente a esta
atribución extraestatutaria de competencias (art. 150). Existe también otro tipo de control como el
económico por parte del Tribunal de Cuentas del Estado; y el control que puede existir a través de los
conflictos de competencias. El Estado puede ir directamente ante el Tribunal Constitucional. Sin embargo,
la CCAA tiene que plantear un requerimiento al Estado, esperar a que conteste, y si transcurrido un plazo
todavía no se resuelve, acudir al Tribunal Constitucional.
El control más importante del Estado respecto a la CCAA está regulado en el artículo 155 para aquellos
casos en el que alguna CCAA incumpliese los requerimientos que el Estado hubiera hecho al Presidente de
la Comunidad, y si la CCAA actúa de manera contraria a los intereses generales, se les podrá obligar a ésta
a que la cumpla (si lo aprueba la mayoría absoluta del Senado). En estos casos, el Gobierno puede dar
instrucciones concretas para que se actúe de una forma que se cumpla. La idea de esta intervención está
pensado también para aquellas situaciones en las que el Estado tenga que responder por ejemplo ante

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Europa, sin tener en cuenta si la competencia la tiene el Estado o las CCAA. También está pensado para la
subsidiariedad europea.

TEMA 7

LA CORONA

La monarquía está regulada en el título segundo después de los derechos fundamentales.

Legitimidad de la monarquía

La legitimidad de nuestra monarquía, es una legitimidad no sólo franquista, sino que también es una
legitimidad dinástica o hereditaria (Juan de Borbón renuncia a favor de su hijo Juan Carlos) y a su vez
legitimidad democrática (porque está regulado en la Constitución y aprobado por los dos).

Dentro de lo que es el título preliminar, en el artículo 1.3, que se establece que la forma política del Estado
español es la monarquía parlamentaria. Monarquía en la que el rey reina pero no gobierna. No tiene
colaboración con ninguno de los poderes del Estado. El rey es el jefe del Estado, y tiene una serie de
funciones llamados actos debidos, que son funciones que él está obligado a realizar porque juró lealtad y
hacer guardar la Constitución. Por tanto, estas funciones que le atribuye el artículo 62, son funciones a las
que el rey no se puede negar. Si se negase a cumplir un acto debido (cosa bastante improbable), lo único
que cabría sería ir a una reforma constitucional (cambio de monarquía a república, cambio de la
estructura de la monarquía, etc.), porque como el rey no tiene responsabilidad política, tampoco se lo
podemos quitar.

Al rey se le define en el artículo 56 como símbolo de unidad y permanencia del Estado, que asume la más
alta representación, en las relaciones internacionales, etc. Pero, lo que se está diciendo es que va a ser un
poder modelador. Es el símbolo de la unidad, pero con un poder modelador. Debe tener toda la
información y lo que hace es intentar mediar, pero no tiene poder político real. En el mismo artículo 56,
también se establece que la persona del rey es inviolable y no está sujeto a responsabilidad (no tiene
responsabilidad política). Y se añade que sus actos deben estar siempre refrendados, de tal manera que
los actos del rey que no lo estén no son válidos. Y por otro lado, los responsables del acto del rey son las
personas que lo refrendan.
En el artículo 64 se establece quienes son las personas que deben refrendar los actos del rey: el
Presidente del Gobierno, los ministros y, en algunos casos, el Presidente del Congreso de los diputados. Es
lógico que sea así, porque si nos vamos al artículo 97, veremos que establece que la política, tanto el
interior como el exterior, la dirige el Gobierno. Si la política interior y exterior la dirige el Gobierno, es
lógico que quienes refrenden los actos del rey, sea el Presidente del Gobierno o los Ministros. Solamente
hay un caso en el que quien deberá refrendar es el Presidente del Congreso, que es el del momento de la
investidura. Cuando después de unas elecciones, el rey debe proponer al Congreso de los diputados un
candidato a Presidente de Gobierno para que sea investido, el rey tampoco tiene poder político para
decidir si va a proponer a este candidato o a otro. Porque quien va a ser el responsable de este acto es el
Presidente del Congreso.
Este refrendo puede ser expreso, cuando el Presidente del Gobierno o el ministro competente, en una
declaración o acto del rey están al lado del rey; o tácito, que es cuando si no dice nada y está a su lado y
no lo niega, es que lo está consintiendo y por tanto, lo refrenda.

El art. 99 dice que transcurridos las elecciones generales, lo primero que se debe hacer es que los
parlamentarios elegidos tomen posesión y elegir al presidente del Congreso. Es decir, antes de formar
Gobierno, necesariamente se debe nombrar primero al Presidente de la Cámara. Porque este Presidente
será quien tendrá que refrendar esta actuación del rey. Según el artículo 99, el rey deberá reunirse con las
distintas formaciones políticas y propondrá a un candidato a Presidente del Gobierno, y lo propone al
Congreso de los diputados. Porque el Congreso es la cámara que deberá otorgar la confianza a un
candidato para ser Presidente del Gobierno. A este otorgar confianza a un candidato se le llama

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investidura. En esta proposición de candidato, deberá tener la aceptación del Presidente de la Cámara.
Por tanto, quién refrenda este acto de proposición de candidato es el Presidente del Congreso. Al final
esto sería un acto formal, ya que este acto depende del refrendo del Presidente del Congreso.
El presidente de la cámara se vota por mayoría y normalmente es un parlamentario del grupo mayoritario
de después de las elecciones generales. Y el rey lo que hará normalmente es presentar al candidato que
tenga más opciones de ser investido. Porque si no fuera así, el Presidente de la Cámara no lo propondría.

Todos los actos del rey deben estar refrendados, pero la Constitución establece una excepción, que está
regulada en el artículo 65.2, en la que se dice que el rey nombra y releva libremente a los miembros
civiles y militares de su casa (Casa Real). Aquí, se establece que el rey los puede nombrar y separar
libremente. Pero no prohíbe que haya un refrendo.
Para llevar la contabilidad y todos los distintos actos de la Casa Real, se nombra al Jefe de la Casa Real, que
será el responsable de lo que ocurra allí. El responsable del nombramiento sería el Presidente del
Gobierno. Aunque el rey también lo puede hacer libremente.
El rey también puede distribuir libremente la cantidad que recibe de los presupuestos generales del
Estado para el sostenimiento de su familia y de su casa. En los presupuestos generales del Estado hay una
partida que se reserva al gasto de la Casa Real, y aquí el rey puede decidir libremente en qué lo va a gastar
y en qué no. Sí se discute en la Casa Real si los regalos que se hacen al monarca son regalos personales o
son patrimonio nacional.

Funciones del rey

En cuanto a las funciones del rey, éstas vienen atribuidas en los artículos 62 y 63, y son funciones que el
rey está obligado a cumplir (actos debidos). Desde el momento en que el rey jura guardar la Constitución,
está sometido a la Constitución.
El hecho de que sea simplemente una magistratura simbólica que representa la unidad de España, etc.,
etc. pero que tiene un poder de influencia pero no un poder real, ha hecho que el rey no tenga que
posicionarse a favor de uno y en contra de otros, y ha generado simpatías por todos lados.
Como Jefe del Estado, ostenta la más alta representación en las relaciones internacionales. Pero es una
representación simbólica. Las funciones del rey son recibir y acreditar a los embajadores que quieren el
Gobierno. Es decir, recibe los diplomáticos que previamente ha aceptado el Gobierno (acto formal).
En cuanto a los tratados, si son Tratados que requieren el consentimiento estatal, el rey presta
formalmente esta aceptación, pero se requiere una previa autorización de las Cortes Generales. Por tanto,
aquí lo que hace el rey es formalizar la voluntad de las Cortes. En ocasiones, cuando no se trata de
Tratados importantes, esta autorización para la celebración del Tratado requiere una ley orgánica. Por
tanto, sería una ley voluntad de las Cortes, y aprobación por mayoría absoluta del Congreso.

En cuanto a las funciones reguladas específicamente en la Constitución (artículo 62), nos dice en primer
lugar que le corresponde al rey sancionar y promulgar las leyes. La sanción y la promulgación tienen una
naturaleza distinta. La sanción tiene una naturaleza política, y la promulgación una naturaleza
administrativa (acto administrativo).
La sanción es hoy en día, una reliquia histórica, ya que no aporta nada nuevo a la ley. En su día tuvo
importancia en un momento de monarquía constitucional, cuando el rey participaba en la función
legislativa junto a las Cortes. Si estaba de acuerdo la sancionaba, y si no estaba de acuerdo, la devolvía a
las Cortes para que lo modificaran hasta que estuviera de acuerdo para sancionarla. Hoy en día el rey no
participa en el poder legislativo. Por tanto, la ley aprobada en las Cortes es una ley que el rey debe
sancionar le guste o no (acto debido).
En cuanto a la promulgación, al igual que la sanción, no tiene ningún contenido político. Se dice que el rey
debe promulgar y ordenar la publicación de la ley en un plazo de 15 días. Esta promulgación se refiere a
controlar que la ley que se ha aprobado en las Cortes, es la ley que se va a comunicar en el BOE.

Al rey le corresponde también convocar y disolver a las Cortes Generales y convocar las elecciones
generales. Pero de nuevo estamos ante un acto formal, ya que este acto le corresponde al Gobierno. El
rey no decide el momento en que se va a disolver las Cámaras. Es un acto del Gobierno. Propone el
candidato a Presidente del Gobierno; le corresponde también nombrar y separar los miembros del

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Gobierno (pero a propuesta del ministro); ser informado de los asuntos del Estado; seguir sesiones del
Consejo de ministros… El rey puede solicitar el presidir alguna sesión del Consejo de ministros, pero esto
no quiere decir que ejerza de Presidente del Gobierno. El rey, en su labor de mediador, coordinador, de
símbolo de unidad; tiene derecho a estar informado. Pero no va más allá de la influencia que puede
ejercer. Todo esto son actos formales.
El rey también puede ejercer el derecho de gracia, que son los indultos, y éstos no pueden ser generales,
sino que deben ser individuales. Quien decide sobre los indultos es el Gobierno, por tanto, el rey no va a
indultar el derecho de gracia a quien quiera, sino a quienes decide el Gobierno. Le corresponde también,
por último, el mando supremo de las fuerzas armadas. No obstante, la dirección política y la
administración militar corresponden también al Gobierno. Los actos que realice como alto mando de las
fuerzas armadas deben estar refrendados.

Sucesión a la corona

En cuanto a la sucesión a la corona, están regulados en los artículos 56 y los siguientes. Hay 2
temas/problemas importantes:
1. Si no hubiera ningún sucesor posible dentro de lo que es la línea sucesoria hereditaria, en este
caso quienes decidirían serían las Cortes. Pero este sería el caso en que no hubiese ninguna
posibilidad de encontrar un sucesor. Se podría nombrar una regencia y las Cortes decidirían
quien sería el sucesor según, dice la Constitución, los intereses de nuestro país. Esto es muy
difícil que se dé.

2. El otro problema es que la reforma de la corona exige una reforma agravada (art. 168). Y hay una
discriminación que existe en esta regulación sucesoria en la que tiene prioridad siempre el varón
sobre la mujer (artículo discriminatorio). Este artículo se ha tratado de inconstitucional, porque
está en contra del artículo 14, que dice que no puede existir discriminación por razón de sexo. Si
es cierto que hay una contradicción, pero no nos puede llevar a decir que este artículo es
inconstitucional. No pueden haber artículos que estén en la Constitución que sean
inconstitucionales. Desde el momento que se aprobó así la Constitución y se refrendó así, es que
dábamos por buena esta discriminación. Por tanto, si queremos cambiarlo, tendríamos que ir a
una reforma constitucional.

TEMA 8

LAS CORTES GENERALES

El tema de las Cortes Generales está regulado en el título tercero de la Constitución. Y se regula después
de la monarquía. El título es “de las Cortes Generales”. Y después, en el capítulo primero de las Cámaras,
no habla sólo de poder legislativo porque las Cámaras, si bien tienen poder legislativo, no es el único
poder que tienen. Tienen también otro poder muy importante que es el del control.

Tenemos 2 cámaras: Congreso y Senado. Tanto las Cortes en su conjunto, como el Congreso y el Senado
por separado, son órganos constitucionales. La mayoría de las actuaciones las ejercen por Cámaras
separadas, por el Congreso o por el Senado. Aunque hay alguna actuación conjunta, pero la mayoría de
actuaciones son separadas.

Tenemos un Congreso y un Senado (bicameralismo) que viene establecido en la ley de la reforma política.
En un primer momento, el hecho de existir 2 cámaras mostraba una sociedad que no era igualitaria. Se
establecía una Cámara alta y una Cámara baja. Cámara baja es donde estaba representado el pueblo, y en
la Cámara alta, la nobleza, y más tarde la burguesía. La Cámara alta normalmente tenía el escaño de
forma perpetua, y se consideraba que era una cámara más neutral que relajaba el debate político de la
Cámara baja. Es decir, era un freno al principio democrático. Normalmente la Cámara alta era una Cámara
de segunda lectura. Lo que hacía era controlar las leyes que salían de la Cámara baja, y a través de

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enmiendas o a través de presiones, conseguir las leyes que ellos querían. Con la conquista del sufragio
universal, el bicameralismo entra en crisis. Los grandes partidos de masas no están de acuerdo en que
exista esta Cámara alta, y o bien desaparece y se quedan Parlamentos unicamerales, o si se mantienen las
dos Cámaras, es porque existe en aquel país descentralización. Por tanto, esta Cámara alta se transforma
en una Cámara de representación territorial. Los Estados federales tienen bicameralismo: una Cámara
donde está la representación política, y otra donde está la representación territorial.

En España se establecen 2 Cámaras (bicameralismo). Hay un gran debate respecto al Senado (¿Qué tipo
de Cámara debe ser?). Y finalmente, se establece que el Senado será una Cámara de representación
territorial, pero ni por composición, ni por funciones es una verdadera Cámara de representación territorial.
Nuestro Senado es realmente una Cámara de segunda lectura.

Respecto al bicameralismo, hay muchas críticas y también partidarios al bicameralismo. Los que los
critican entienden que el procedimiento legislativo es muy lento. Y los que están a favor, lo están porque o
bien hay descentralización y el Senado podría ser una verdadera Cámara de representación territorial, o
porque consideran que con ello se permite conseguir mayores acuerdos (hay más tiempo para negociar
esta tramitación de la ley en el Senado); se consigue también una mejor técnica legislativa, es decir, se
puede redactar mejor cada uno de los artículos; y a la vez se dice que sirve de Cámara de reflexión ante
las luchas partidistas que pueden haber en el Congreso.

Este bicameralismo que nosotros tenemos es un bicameralismo imperfecto porque no tienen el mismo
poder el Congreso que el Senado. En este bicameralismo imperfecto tiene prioridad casi siempre el
Congreso. Cuando se inicia el procedimiento legislativo, las iniciativas legislativas, tanto si son proyectos
de ley (los que presentan el Gobierno), como si son proposiciones de ley (los que presentan los demás), se
presentan en el Congreso. Por tanto, quien primero analiza si se va a tramitar una ley o no, si esta ley hay
que calificarla de orgánica ordinaria, etc., queda en manos del Congreso. En esta misma tramitación de la
ley, cuando el texto está aprobado en el Congreso, pasa al Senado. Si el Senado introduce enmiendas y se
aprueban, no es que la ley no se pueda tramitar, es que la ley vuelve al Congreso, y el Congreso decide o
no aprobarlos. Por tanto, la última palabra la tiene el Congreso en la elaboración de las leyes.

Respecto a los decretos leyes, éstos son normas dictadas por el Gobierno que tienen rango de ley, pero
que después deben estar planificados o deben ser derogados por el Congreso. El Senado no interviene. En
la investidura del Presidente del Gobierno solamente participa el Congreso. Por tanto, la única Cámara
que otorga la confianza a un candidato para que se convierta en Presidente del Gobierno es el Congreso.
El Senado tampoco interviene. Como el único que da confianza es el Congreso, el único que puede
quitarle esta confianza al Gobierno a través de una moción de censura es el Congreso. Sin embargo, el
Presidente del Gobierno sí puede disolver las Cámaras.
Cuando el Presidente del Gobierno quiere convocar un referéndum consultivo, necesita la autorización del
Congreso. El Senado no tiene nada que decir. Y, en los Estados excepcionales, solamente interviene
también el Congreso. El Senado no interviene. Por tanto, en la mayoría de funciones tiene prioridad el
Congreso frente al Senado. Después hay otras funciones que tiene las dos Cámaras, pero hay muchas en
que tiene prioridad el Congreso. Y por eso decimos que tenemos un bicameralismo imperfecto a favor del
Congreso. Hay una función que la tiene en exclusiva el Senado, que sería la aplicación del artículo 155
para suspender la autonomía. Si el Presidente del Gobierno requiere a una CCAA que actúe pero no lo
hace, puede pedir al Senado encubrimiento obligatorio, y el Senado lo tiene que aprobar con mayoría
absoluta. Aquí sí que participa sólo el Senado, pero es la única función que tiene el Senado en exclusiva,
porque las demás, incluso si afectan a las CCAA, tiene prioridad el Congreso.

Composición

En cuanto a la composición, en el art. 68 se regula el Congreso, y en el 69, el Senado. En el 68 se dice que


el Congreso se compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 diputados. Se establece después, que
serán 350. Y añade que éstos serán elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto en los
términos que establece el Parlamento. Además, nuestra Constitución no solamente regula esta
composición, sino que, en cuanto al Congreso y al Senado, se establece una serie de requisitos que

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después la ley no puede cambiar, y si lo queremos cambiar, debemos modificar la Constitución. Establece
por ejemplo, que la circunscripción electoral será la provincia, y Ceuta y Melilla también estarán
representados por un diputado; y después establece que cada circunscripción tendrá un número fijo de
diputados (2). Es decir, toda circunscripción tendrá dos diputados seguros, y el resto será en función del
número de población de cada circunscripción. Las elecciones en el Congreso, según la Constitución,
tendrán que hacerse con criterios de representación proporcional. Nos dice además que la legislatura
tendrá cuatro años, y el mandato de los diputados termina cuatro años después de la elección o en el
caso de elección anticipado en el caso que se disuelvan las Cámaras. Y después ya nos habla de quiénes
pueden ser los electores o elegidos, etc.
Aquí, referente al voto igual, se plantea un problema, y es respecto a las circunscripciones y el número fijo
de diputados. Si no se estableciese un número fijo y fuese sólo por criterios de población de cada
circunscripción, no ocurriría lo mismo. A lo mejor, si fueran sólo por criterios de población, sólo tendría
uno, pero sin embargo, todos tienen dos mínimos. Esto hace que los votos no sean iguales porque no es
lo mismo elegir un representante en Teruel que elegir uno en Madrid.

Sistema electoral

En cuanto al sistema electoral, nos va a decir cómo va a convertirse los votos en escaños. Hay distintos
sistemas proporcionales, pero se estableció de los posibles el sistema electoral d'Hort. Este sistema
funciona de la siguiente manera: en primer lugar lo que se hace es ver cuántos escaños están ya
previamente distribuidos. De los 350, si se reparten 2 a cada provincia más dos para Ceuta y Melilla, nos
queda por repartir 249. Y éstos, los tenemos que distribuir en función del número de habitantes. Cuando
ya se ha visto el censo electoral de cada circunscripción, y se ha atribuido a cada una de las
circunscripciones qué número de diputados se pueden elegir; en el sistema d'´Hort, lo que se va a hacer
es dividir el número total de votos de cada partido por cada uno de los números de escaños. Es decir,
primero se divide por uno, después de divide por dos, después se divide por tres...
Imaginemos que se presentan 4 partidos y hay 3 escaños a repartir:

1 2 3
PARTIDO A 168.000 168.000/2= 84.000 168.000/3=56.000
PARTIDO B 104.000 104.000/2=52.000 34.666
PARTIDO C 72.000 72.000/2=36.000 24.000
PARTIDO D 64.000 64.000/2=32.000 21.333

¿Quiénes tendrán representación? Pues los que tienen el cociente más grande.

Por tanto, lo que hace el sistema d'Hort es darnos la fórmula para saber cómo tenemos que atribuir los
votos para que se convierta en escaños.

En cuanto al Senado, se establece que los senadores serán elegidos a través de un sistema mayoritario. Y
se establece que la circunscripción será la provincia y que cada provincia tendrá un número fijo de cuatro
senadores por circunscripción, pero en la elección, se limita el número de votos y aunque van a salir
cuatro senadores, cada uno de nosotros sólo debemos votar a tres. Y aquí, a diferencia del Congreso,
donde las listas son cerradas y bloqueadas; aquí no. Aquí hay un listado de nombres, al lado nos pone si
son independientes o pertenecen a algún partido, y nosotros elegimos tres. Al final saldrán los que
tengan más votos. Se guarda un número de senadores que serán los territoriales. Y se establece en la
Constitución que las CCAA podrán designar por sus Asambleas legislativas, un senador (uno seguro para
cada CCAA) y otro más por cada millón de habitantes. La Constitución no se limita a decir que serán las
Asambleas quienes deciden la asignación de estos senadores, sino que también dice que lo deberán
hacer por criterios proporcionales.

Tenemos pues, dos sistemas distintos. Hasta hoy, cuando ha ganado un partido en el Congreso, ha
ganado también en el Senado. Pero podría darse el caso que no fuese así.

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Elecciones

Para realizar las elecciones, para que éstas sean un proceso transparente e igualitario, lo que se hace es
crear una administración electoral compuesta por mesas y juntas electorales, que va a servir para evitar
que haya irregularidades en este sistema de votaciones. Las mesas se formarán simplemente para el acto
de la votación, y estarán en cada uno de los distritos. Y las juntas habrán juntas autonómicas, juntas
provinciales y una junta central. La única junta que permanece durante los 4 años de legislatura es la junta
electoral central. Las demás se nombran en cada elección, pero una vez transcurridas las elecciones, se
disuelven.
La junta electoral central está integrada por 13 miembros que deben estar designados entre catedráticos
de derecho y magistrados del Tribunal Supremo. Debe constituirse dentro de los 90 días siguientes a la
constitución del Congreso de los diputados. Y la anterior permanece hasta que toma posesión la nueva
junta electoral. Los vocales de esta junta electoral central son inamovibles durante el periodo de 4 años, a
no ser que fueran condenados por delitos o faltas. Dentro de la junta electoral, en las reuniones que
tengan para resolver los conflictos que se produzcan, también puede participar, además de los 13
miembros, el director de la oficina del censo electoral, pero éste puede participar pero no tiene voz.
Lo que debe hacer la junta electoral central es resolver las preguntas, quejas, recursos que se les planteen
y las quejas o recursos que lleguen de las juntas inferiores (las juntas provinciales o las juntas
autonómicas). Puede ejercer la autoridad disciplinaria frente todos aquellos que participen en el proceso
electoral. Debe también corregir y sancionar las infracciones que se produzcan. Y unificar los criterios de
interpretación que tenga cada una de las juntas provinciales o autonómicas.
Las circunscripciones están divididas en secciones. Y estas secciones pueden tener una mesa o varias. Las
mesas electorales estarán compuestas por 1 Presidente y 2 vocales, que son designados por sorteo
(sondeo público realizado por el ayuntamiento) entre aquellas personas mayores de edad, menores de 65
años y sepan leer y escribir. No se puede renunciar fácilmente a ser miembro de la junta electoral.
Solamente cuando se produzca algún tipo de incompatibilidad. Por ejemplo: No pueden ser miembros de
la mesa los miembros de las juntas electorales, o los candidatos que se presenten a las elecciones.

Procedimiento electoral

En cuanto al procedimiento electoral, en primer lugar está la presentación de candidatos y candidaturas.


Lo pueden presentar los partidos que estén inscritos en el registro de partidos, y las coaliciones de
partidos, siempre que comuniquen a la junta electoral que van a presentarse como coalición. También
cabe, según la ley orgánica de la junta electoral, la presentación de candidaturas independientes. En este
caso se exige que vaya avalados por un número determinado de firmas. En cada circunscripción puede ser
distinta. Por ejemplo, para las elecciones al Parlamento Europeo, se exige un mínimo de 15.000 firmas.
Cuando presentan las candidaturas, éstas deberán tener el número de candidatos que se va a elegir en
cada circunscripción, más tres suplentes. Ningún partido puede presentar más de una lista en la misma
circunscripción, ni ningún candidato puede presentarse en varias listas. Además, una vez que se presenta
se debe constar no solo los candidatos, sino también la denominación de la candidatura con las siglas. Y
esta denominación no puede ser coincidente con la de otra candidatura. Se debe presentar el logotipo de
cada uno de los partidos, pero no pueden contener ni la bandera de España, ni alusiones a la Corona, ni al
escudo de España. Aunque sí puede haber menciones a las ideologías.

Campaña electoral

En cuanto a la campaña electoral, la definimos como el conjunto de actividades lícitas que están
destinados a conseguir votos. Se permite que los poderes públicos realicen una campaña institucional,
pero no puede brindar el voto, sino que simplemente debe dar información para incitar a la participación.
En nuestro caso, el derecho de sufragio no es obligatorio, no tenemos obligación de ir a votar. Pero sí cabe
que haya una campaña institucional para animar al voto.
En cuanto a las encuestas y sondeos electorales, son válidos, aunque la junta electoral lo puede controlar.
Las encuestas pueden inclinar el voto de una parte al otro. Se establece en la ley electoral que durante los
5 días anteriores a las elecciones, ya no se pueden publicar ningún tipo de encuesta ni de sondeo.

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Se considera campaña electoral todos aquellos que están dentro del partido que presentan candidaturas.
Pero no están realizando campaña electoral aquellas personas, instituciones, etc. que simplemente
aconsejan a quien votar. La campaña electoral termina a las 00:00 horas del día anterior a la votación. Y se
le llama día de reflexión.

Recursos

En cuanto a los recursos, todos los recursos que se pueden plantear respecto a la campaña electoral o a
las elecciones (representación de candidatos, etc.), son recursos especiales, en el sentido de que los plazos
son muy cortos, tanto para presentar el recurso como para resolverlo. Normalmente son 2 o 3 días para
presentarlos, y 2 o 3 días para resolverlo. Y como todos ellos afectan al derecho de sufragio ya sea activo o
pasivo, todos estos recursos electorales pueden acabar en el Tribunal Constitucional.

Respecto a los recursos electorales, se pueden presentar:


1) Frente al censo electoral. El censo electoral es fundamental, porque si no tenemos censo no se
puede votar. El censo electoral se debe publicar dentro de los 5 días posteriores a la convocatoria
de elecciones. Y desde su publicación tenemos 8 días para recurrir, tanto porque no estemos y
deberíamos estar; como porque estemos y no deberíamos estar.

2) Contra la reclamación de candidatos. Lo plantean normalmente aquellos candidatos que querían


ser candidatos pero no han sido incluidos en las listas. Los plazos también son muy cortos porque
debe de estar resuelto antes de realizar las elecciones y antes de que se configuren las listas
definitivamente.

3) Contra la proclamación de electos. Este recurso ya sería posterior a las elecciones. Sería
presentado por aquellos que pensando que han sido elegidos, no los han proclamado como
electos porque consideran que ha habido una irregularidad en las votaciones, en el recuento de
votos, en el escrutinio, etc.

Todos los recursos pueden acabar en el Tribunal Constitucional presentando un recurso de amparo. Se
puede al resolver el recurso que se presente, declarar la nulidad de todas las elecciones, o solamente de
una circunscripción o incluso de solamente una mesa. En este caso se debería repetir las elecciones en los
lugares donde se hubieran producido una irregularidad.

Delitos electorales

En cuanto a los delitos electorales, se establece que se debe aplicar la pena en grado máximo. Si por
ejemplo en la campaña se hubieran procedido insultos que llegasen a ser injurias, calumnias, etc., se
establece que las penas son de grado máximo.
Tanto los partidos como la coalición y los electores, deben nombrar a unos administradores electorales
que serán los responsables de la contabilidad destinada a la campaña electoral. Se debe comunicar a la
junta electoral central quién es el administrador de cada partido, y si se abre una cuenta de efecto o no.

Contabilidad

Los partidos políticos reciben subvenciones por presentarse a las elecciones. Estas subvenciones si son
estatales, lo que se hace es adelantar antes de las elecciones en un 30%. De lo que se considera lo que
van a ser los gastos, un 30% se adelanta teniendo en cuenta la representación que cada partido obtuvo en
las anteriores elecciones. Los partidos, además de las subvenciones estatales, pueden tener también
aportaciones de particulares, en este caso debe constar quién hace la aportación y hay unos límites en
cuanto a las cantidades y esto permite controlar si son instituciones privadas o públicas, para evitar
aportaciones finalistas.
Toda esta contabilidad debe aportarse a la junta electoral, que lo va a elevar al Tribunal de Cuentas, que
será finalmente quien va a controlar las cuentas de los partidos políticos.

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El Estatuto Jurídico de los Parlamentarios

Cuando hablamos de Cortes Generales, nos referimos a Congreso y Senado. Las Cortes tienen autonomía
en 4 aspectos:
- Autonomía normativa: ellos son los que elaboran el propio reglamento de cada una de las
Cámaras, que será la norma fundamental dentro del derecho parlamentario porque es la norma
que va a contener todos los procedimientos y todas las posibilidades de actuación de las
Cámaras. Y no puede contener cosas distintas a lo que es el derecho parlamentario.

- Autonomía presupuestaria: Si bien cuando hablamos de presupuestos generales del Estado el


monopolio lo tiene el Gobierno, las Cortes deciden cuál es el presupuesto que ellos quieren, y
esta partida va incluida en los Presupuestos Generales del Estado. Por tanto, los presupuestos
generales del Estado los elabora el Gobierno, pero los aprueban las Cortes. Pero lo que hacen es
aprobar el propio presupuesto para el funcionamiento de las Cámaras.

- Autonomía interna de la Cámara y la interpretación del reglamento que corresponde al presidente


de cada una de las Cámaras. Tienen autonomía en las labores gubernativas internas de las
Cámaras y la interpretación del reglamento que corresponde al Presidente de cada una de las
Cámaras.

- Autonomía administrativa: en todo lo que afecta al personal que trabaja en las Cámaras sin ser
parlamentario.

En cuanto al Estatuto Jurídico de los parlamentarios, normalmente, se refieren sólo a las llamadas
prerrogativas parlamentarias. Pero esto es cuando hablamos del estatuto jurídico de los parlamentarios en
sentido restringido. Si lo hacemos en sentido amplio, el estatuto jurídico de los parlamentarios afectaría
también a lo que llamamos la adquisición, suspensión y pérdida de la condición de parlamentario, y
también englobaría los derechos y deberes de los parlamentarios.
En el artículo 66 de la Constitución, en el apartado tercero, nos dice que las Cortes son inviolables. Esta
inviolabilidad es distinta a la inviolabilidad de los parlamentarios. La inviolabilidad de las Cortes se refiere
sobre todo a una inviolabilidad referida al espacio. Nadie puede entrar en las Cortes (Congreso y Senado)
si no se autoriza que entren. Y para reforzar esta inviolabilidad, se establece que no se podrán presentar
peticiones individuales o colectivas, ni realizar manifestaciones ante la sede del Congreso y del Senado,
cuando estén realizando su trabajo. Por tanto hacerlo podría constituir delito de rebelión o contra las
instituciones del Estado.

Las prerrogativas

En cuanto a las prerrogativas en sí, ya no de las Cortes como sede donde se reúnen los parlamentarios,
sino prerrogativas de los parlamentarios, éstas son inviolabilidad, inmunidad y fuero especial. Las
prerrogativas están reguladas en el artículo 71 de la Constitución.

Inviolabilidad

La inviolabilidad se refiere a que los parlamentarios tienen un plus respecto a la libertad de expresión. Por
tanto, no se les podría juzgar por las discusiones que realicen en el ejercicio de sus funciones, siempre
que estas funciones estén atribuidas legalmente a las Cámaras. Con la inviolabilidad se pretende reforzar
la independencia de los parlamentarios y la plena libertad en la configuración de la voluntad de la
Cámara. En este máximo de libertad puede realizar las expresiones que consideren oportunas sin que por
ello se les pueda juzgar.
La inviolabilidad ampara a los parlamentarios, incluso después de haber sido parlamentario. Les ampara
siempre, incluso después del mandato, por todo aquello que hubieran dicho y hecho mientras era
parlamentario. Sin embargo, hay límites. Este límite es que esta mayor libertad de expresión debe estar
encaminada a la formación de la voluntad de la Cámara. Por eso se dice que ampara todos los actos

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parlamentarios en sí.
Esta inviolabilidad es de índole penal. Impide de alguna forma que por sus expresiones se les pueda
imponer una sanción penal.

Inmunidad

En cuanto a la inmunidad, es una prerrogativa de carácter procesal porque impide que un parlamentario
pueda ser procesado, inculpado o incluso detenido si no es por la previa autorización de la Cámara a la
que pertenece. Solamente cabría una excepción, y sería que sí se les puede detener en caso de fragante
delito.
Cuando un juez recibe una denuncia o una querella, y en ésta se acusa a un parlamentario, lo primero que
tiene que hacer es ver si hay indicio de criminalidad. Y si la hay, lo que tiene que hacer es elevar el tema al
Tribunal Supremo, y éste deberá redactar un escrito que se denomina Suplicatorio. Y este suplicatorio se
presenta ante el Presidente de la Cámara a la que pertenece el parlamentario, “suplicándole” que le deje
procesar al parlamentario.
El Presidente, una vez recibido el suplicatorio, convoca a la Comisión de suplicatorios, le presenta el escrito
de suplicatorio, y esta Comisión, lo que tiene que hacer es reunirse dando audiencia al parlamentario
afectado y, después de la reunión, emitir un dictamen que va a pasar al pleno de la Cámara. El pleno de la
Cámara, en la primera sesión que tengan, debe pronunciarse sobre si se levanta (dejar que se procese el
parlamentario) o no el suplicatorio. Desde que se recibe el suplicatorio hay 30 días para decidir, y los 8
siguientes, el Presidente de la Cámara lo debe notificar al Tribunal. Aquí, quien decide si se levanta o no es
suplicatorio es el pleno. El parlamentario no puede decidir, ni con la inmunidad, ni con la inviolabilidad, ni
con el fuero especial, que renuncia a estas prerrogativas. Porque son prerrogativas pensadas para
conseguir el funcionamiento de las Cámaras. Cuando se imputa a un parlamentario lo deben decidir las
Cámaras. Y la Cámara solo puede decidir no por motivos penales, sino en función de intereses políticos.
El Tribunal, lo único que hace cuando no se aprueba el suplicatorio, es valorar si está bien motivado. Si
considera que no está suficientemente motivado, lo único que podría hacer es devolverlo a la Cámara
para que lo vuelvan a motivar. El TC no puede obligar a la Cámara a cambiar la decisión de levantar o no el
suplicatorio porque es una competencia de la Cámara.
Cuando el parlamentario deja de ser parlamentario, en este momento sí se le puede juzgar. Porque les
ampara solamente mientras es parlamentario. ¿Y si cuando se disuelven las Cámaras, este parlamentario
forma parte de la diputación permanente? Cuando se disuelven las Cámaras, tenemos una diputación
permanente, que es una especie de mini cámara, y que sigue funcionando hasta la constitución de la
nueva y que ejerce las resoluciones ordinarias para que no nos quedemos sin poder legislativo. Esta
diputación permanente está formada por el presidente de cada una de las Cámaras y un número de
diputados proporcional a la representación que tuvo cada partido. Si un diputado va a la diputación
permanente y después vuelve a salir elegido, no deja de ser parlamentario.
Al parlamentario no solamente le ampara durante todo el mandato, sino que le ampara desde el
momento que es proclamado diputado o senador electo. Y no solamente le ampara por los hechos que
haya podido realizar durante el tiempo del mandato, sino también por las actividades que hubiera podido
realizar antes de ser parlamentario.

Fuero especial

Está regulado en el apartado tercero del artículo 71 que nos dice que las causas contra diputados y
senadores serán competentes de la sala de lo penal (la Sala Segunda) del Tribunal Supremo. Por tanto,
aforado quiere decir que los parlamentarios no pueden ser juzgados. En caso de que se levantase el
suplicatorio, quien les va a juzgar es el Tribunal Supremo directamente. No los puede juzgar ningún juez
inferior.

Además de las prerrogativas, en sentido amplio, el Estatuto jurídico de los parlamentarios incluye también
la adquisición, suspensión y pérdida de la condición de parlamentario, y los derechos y deberes de los
parlamentarios.

Adquisición de la condición de parlamentario

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En cuanto a la adquisición de la condición de parlamentario, se consigue cuando el candidato es


declarado parlamentario electo. Y tiene desde ese momento, los derechos y prerrogativas de los
parlamentarios. No obstante, en la adquisición de la condición de parlamentario, establecen que esta
condición de parlamentario electo puede quedar en suspenso si no se cumplen los 3 requisitos que se
establecen para pasar a ser parlamentario de pleno derecho:
1) Llevar las credenciales a la Secretaría de la Cámara, para saber si ha salido elegido;

2) Presentar una declaración de bienes, para controlar por un lado, los bienes que tiene el
parlamentario, y también para saber si hay algún tipo de incompatibilidades;

3) Dentro de las 3 sesiones plenarias que se celebren, jurar o prometer acatamiento a la


Constitución.

Cumplidos estos 3 requisitos, el parlamentario deja de ser electo y se convierte en parlamentario de


pleno derecho durante todo el mandato. Si durante los tres primeros plenos no ha prometido o acatado la
Constitución, no ha presentado credenciales ni declaraciones, sigue siendo diputado electo, pero queda
en suspenso sus derechos y prerrogativas hasta que cumplan los requisitos.

Suspensión de la condición de parlamentario

En cuanto a la suspensión de la condición de parlamentario, es una suspensión temporal que puede darse
por sanciones disciplinarias internas y podían suspender a los parlamentarios durante uno o varios días.
También porque estuviera en marcha un auto de procesamiento.
Y si es una sentencia firme condenatoria, se les inhabilita por 1 año.

Pérdida de la condición de parlamentario

En cuanto a la pérdida de la condición de parlamentario, puede ser por fallecimiento, por renuncia
personal presentada a la mesa de la Cámara, por incapacidad declarada por sentencia judicial firme, o bien
se pierde porque se acaba el mandato. También, en la ley se menciona que se podría perder la condición
de parlamentario si hubiese una sentencia judicial firme en que declarase la nulidad de la elección. Aquí no
es que la pierda, es que nunca ha sido parlamentario, porque lo que se ha anulado es la elección por la
que el parlamentario ha salido. Pero hay una excepción, y es la de aquellos parlamentarios que van a
formar parte de la llamada diputación permanente, que estarían en proporción al número de escaños que
cada grupo hubiese obtenido más el presidente

En cuanto a la pérdida de condición de parlamentario, el problema que se plantea es respecto a los


senadores autonómicos. Ya dijimos que una parte de senadores son elegidos por los ciudadanos, pero
después hay un grupo de senadores que son los territoriales que son aquellos que están designados por
la asamblea legislativa de cada una de las CCAA. En este caso, se exige en la Constitución, que estos
senadores se elijan teniendo en cuenta proporcionalmente la composición de la Asamblea legislativa de la
propia Comunidad. Y además, en la Constitución se establece que en la composición del Senado, esta
designación será según establezcan los Estatutos de Autonomía, pero según el apartado quinto del
artículo 69, en todo caso tiene que guardar la adecuada representación proporcional (siempre tiene que
guardar esta proporción). El problema que aparece aquí es el siguiente: hemos dicho antes que si se
disuelven las Cámaras, excepto los parlamentarios que forman parte de la diputación permanente, los
otros diputados dejan de serlo si ya no hay Cámaras. Sin embargo, en el caso de los autonómicos, cada
Estatuto de Autonomía puede decidir cómo se van a elegir dentro de la Asamblea legislativa con la
condición de que guarden siempre esta proporcionalidad con el resultado de las elecciones. Lo que ocurre
aquí es que las Asambleas legislativas de las CCAA tienen un mandato de 4 años, que no pueden coincidir
con el mandato de las Cortes. Aquí hay algunos Estatutos de Autonomía (Cataluña y País Vasco) que
establecen que los senadores autonómicos se nombrarán por la Asamblea legislativa de la propia CCAA y
tendrán un mandato de 4 años que coincidirá con el mandato de la Asamblea legislativa, es decir, con las
elecciones de la Asamblea legislativa. Por tanto, para poder guardar esta proporción, una vez renovada la

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Asamblea legislativa, eligen a los senadores autonómicos. Sin embargo, en el Estatuto gallego, se hace
depender el mandato de estos senadores autonómicos de los 4 años del Senado. Es decir, el mandato de
los 4 años de los parlamentarios coincide con el mandato del Senado.

En cuanto a problemas que puedan aparecer, como se tiene que convocar esta representación
proporcional con sus 4 años, en el caso del estatuto de Galicia el problema que aparece es que si los
senadores tienen el mandato de 4 años y coinciden con el mandato de las Cortes Generales, si a la mitad,
pongamos, de la legislatura hay elecciones en Galicia, estos senadores podrán seguir siendo senadores
pero sin guardar la proporción con la Asamblea legislativa de la propia Comunidad. Es decir, si a la mitad
de la legislatura de las Cortes hay elecciones, como los senadores tienen un mandato que depende de las
Cortes, estos senadores que se habían nombrado siguen siendo senadores porque el mandato de ellos
depende del Senado, pero sin embargo, si en estas elecciones en Galicia cambia la composición, nos
encontramos con que estos senadores, hasta que acaba la legislatura de las Cortes y se vuelven a
nombrar, estarían un tiempo que a lo mejor no guardaban esta proporción con la composición de la
Asamblea de la propia Comunidad. Y si esto es así, chocaría perfectamente con el apartado quinto del
artículo 69, de que en todo caso debe guardar esa proporción. Si esto es así, parece pues, que el Estatuto
gallego, en este punto, sería inconstitucional. Sin embargo, se impugnó de inconstitucionalidad en el
momento en que se elaboró, pero el TC lo dio por bueno y consideró que con una interpretación amplia,
se podía entender que era constitucional, y aunque guardaba mejor proporción con el Estatuto jurídico
estatal, sin embargo, la dejó seguir adelante denegando la inconstitucionalidad.

Estos senadores, a lo mejor durante un tiempo no van en proporción, pero no hay problema en cuanto al
mandato del senado de los 4 años, porque como coincide con el de las Cortes, cuando se disuelve el
Senado, dejan de ser senadores. ¿Qué ocurre con los senadores del País Vasco y Cataluña? Estos
senadores designados sí guardan en todo momento la proporcionalidad con la Asamblea legislativa,
porque cuando se renueva la Asamblea legislativa, los nombra. Sin embargo, ¿qué ocurre con ellos
cuando se disuelven las Cortes? Porque cuando se disuelven las Cortes, ellos a lo mejor todavía no han
cumplido los 4 años desde que han sido nombrados. Normalmente se entiende que quedarían en
suspenso hasta la nueva composición del Senado después de las elecciones generales, y en este momento
podrían, volverían a ser senadores. En este momento, estos senadores que habían quedado en suspenso
porque no había Senado, vuelven a ser senadores hasta que haya elecciones en su comunidad. Y el tema
es: ¿Mientras está suspendido porque no hay Senado, tiene las prerrogativas o no? No está claro, pero en
principio se considera que no. Porque están en una situación de espera hasta que se vuelva a constituir la
Cámara, pero ellos sí que siguen siendo senadores, pero como no se ha dado el caso, no sabemos cuál es
la interpretación que se daría si ocurriese. Pero en principio, es un tema que se puede plantear.

Estatuto jurídico de los parlamentarios (Derechos y deberes de los parlamentarios)


En cuanto a derechos y deberes de los parlamentarios, que también forman parte del Estatuto Jurídico de
los mismos, tienen derecho a asistir a todas las sesiones del pleno y de las comisiones de las que forman
parte con voz y con voto. También pueden, si lo solicitan, asistir a otras comisiones de las que no forman
parte, pero en este caso, no tienen voto. Tienen derecho también a recabar toda la información (datos,
documentos, informes) de las distintas administraciones y las administraciones están obligadas a darle
esta información. También tienen derecho a percibir una asignación económica, es decir, cobrar un
sueldo. El hecho de que los parlamentarios cobren esta asignación económica, fue una conquista
parlamentaria que se logró con el sufragio universal, con el Estado de derecho, para que de esta forma no
sólo la burguesía pueda formar parte del Parlamento. También a ser indemnizados en aquellos casos
ocasionados por el ejercicio de sus funciones. Problema: Abuso por parte de quien ha utilizado el dinero
público para sus cosas (vacaciones privadas), y falta de control del parlamento, porque en el Parlamento
se debe controlar la ejecución del presupuesto. Este sueldo que cobran se dice que es irrenunciable y que
están sometidos a la Seguridad Social, etc., etc. Cuando decimos que es irrenunciable, las Cortes no
pueden dejar de pagarle. Es irrenunciable por parte del pagador. Además, están obligados a respetar la
cortesía parlamentaria y las normas del órgano interno de la Cámara a la que pertenezcan, ya que si no lo
hacen, podían tener algún tipo de sanción disciplinaria. Hoy en día nuestro Parlamento está enfocado a la
opinión pública. Por tanto, cuando los parlamentarios suben al estrado y hacen su discurso lo hacen para
convencernos a nosotros.

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Dentro de lo que es el Estatuto de los Parlamentarios, además de estos derechos y obligaciones, que
estaría tributar a Hacienda, el derecho de poder ir a los plenos y a las comisiones y votar, está también el
régimen de las incompatibilidades (que también forma parte del mismo) que están reguladas junto a las
causas de inelegibilidad, porque como muchas de las causas coinciden, se regulan juntas, aunque no
tienen nada que ver. La inelegibilidad es la posibilidad que tiene una persona de ser parlamentario. En
determinados supuestos no se pueden ejercer. Por ejemplo, jueces y fiscales en activo. Las causas de
inelegibilidad están reguladas en la Constitución y en la ley orgánica del régimen electoral. Y también se
regula en esta misma ley orgánica del régimen electoral, las incompatibilidades, que debería estar
regulado en el reglamento de las Cámaras. Porque estamos hablando de las posibles incompatibilidades
que pueda tener aquella persona que es elegida diputado o senador, y que pueden ser una
incompatibilidad sobrevenida. Es decir, que una vez elegido como diputado o senador, tiene una
incompatibilidad. En estos casos, el Parlamentario tiene 8 días para decidir si sigue como parlamentario
renunciando al puesto que causa la incompatibilidad o renunciar al escaño. Si no dice nada, se entiende
que renuncia al escaño.
Por ejemplo: juez. Si es un juez que se ha presentado a las elecciones, es porque previamente ha pedido
su baja temporal como juez. Aquí no hay una incompatibilidad sobrevenida. Pero hay otras que sí. Podrían
ser por ejemplo, un cargo dentro del banco de España. Porque se podrían considerar que podrían actuar
presionando o impidiendo la libertad de parlamentario.
Finalmente, lo único que se va a hacer con todo el tema del estatuto jurídico es que cuando el
Parlamentario deja de ser parlamentario, sí se va a controlar esta declaración de bienes que hizo al inicio.
En el tema de incompatibilidades, lo que sí hay que tener en cuenta es que es incompatible ser diputado y
senador al mismo tiempo, sin embargo, sí es posible que un parlamentario autonómico sea senador. Por
tanto, en las Asambleas legislativas de las CCAA se establecerá si los destinados como senadores son
parlamentarios autonómicos, es decir, diputado de la Asamblea, o no. Podrían serlo, y aquí no hay
incompatibilidad.
Respecto a las causas de incompatibilidad, están reguladas en el artículo 70.

Organización interna y funcionamiento de las Cámaras. Los Grupos Parlamentarios

Está regulada en los reglamentos de cada una de las Cámaras, reglamentos que aprueban las propias
Cámaras (artículo 72). También en este artículo se establece cómo va a ser la organización interna,
estableciendo que habrá 1 presidente de cada Cámara (presidente del Congreso y presidente del Senado)
y una mesa de cada Cámara. Constituido el Congreso y el Senado, una vez ya se sabe quiénes van a ser
miembros del mismo, éstos toman posesión y lo primero que se hace es elegir al Presidente, sobre todo
en el caso del Congreso, porque mientras no tengamos presidente del Congreso, no puede darse la
investidura a un posible candidato a Presidente del Gobierno para que sea Presidente. Como se elige por
mayoría, el Presidente del Congreso normalmente es un parlamentario del grupo mayoritario. Pero una
vez elegido Presidente, debe actuar como Presidente de todos los parlamentarios, porque es quien va a
ostentar la máxima representación de la Cámara. Tendrá funciones de gobierno, para interpretar el
reglamento de la Cámara, funciones disciplinarias y también de llevar adelante los debates.
En cuanto a la mesa, la mesa del Congreso está formada por el Presidente, por 4 vicepresidentes y 4
secretarios. Y la del Senado está formada por el Presidente, por 2 vicepresidentes y 4 secretarios. Para
elegir a los miembros de la mesa, la fórmula que se utiliza es la de la mayoría, pero se votan los
vicepresidentes de manera que cada uno de los parlamentarios puede votar sólo un nombre. Por ejemplo,
en el Congreso son 4 vicepresidentes, pero sin embargo, cada parlamentario sólo puede votar a uno. Esto
se hace para que la mesa tenga una composición plural. La mesa del Congreso lleva una labor importante
junto al Presidente que es la de organización del funcionamiento de la Cámara, controlar el presupuesto y
controlar su ejecución. Muchas de las funciones la mesa las realiza junto a la llamada Junta de Portavoces.
La Junta de Portavoces está formada por el Presidente de la Cámara y cada uno de los portavoces de los
grupos parlamentarios. Ayuda a la Organización Interna y a la elaboración del orden del día (calendario).
En estas Juntas de Portavoces, se actúa con voto ponderado, cuando votan, es como si votasen todo su
grupo parlamentario. Esto está bien porque es muy funcional porque agiliza los trámites, pero
encontramos una incongruencia, y es que en el artículo 79.3 se dice claramente que el voto de los
senadores y los diputados es personal y es indelegable.
Las actuaciones son o en pleno, que es cuando están todos los parlamentarios reunidos, en comisión o

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también se puede actuar en ponencia (es como una comisión pero más pequeña). Las comisiones pueden
ser permanentes. Las comisiones permanentes normalmente son las legislativas y están divididas en
función de áreas de trabajo. Y después hay otras que son comisiones que se constituyen solamente para
una finalidad concreta como podrían ser las comisiones de investigación. Cuando hay algún tema que se
considera que se tiene que investigar en el Parlamento, si se aprueba, se forma una comisión de
investigación. Y cuando acaba la investigación, se hace un informe, se somete al pleno y la comisión
desaparece. Por tanto, éstas son temporales, no permanentes.
En cuanto a los grupos parlamentarios, se consideran la pieza clave dentro de la organización
parlamentaria. Casi no se menciona en la Constitución, solamente hace una referencia cuando habla de
las diputaciones permanentes, pero casi no se habla de ellos, aunque son la pieza fundamental. Pero sí se
menciona mucho en los reglamentos del Congreso y el Senado.
En cuanto a la constitución de los grupos, hay un plazo, una vez constituidos las Cámaras, una vez elegido
el Presidente de la Cámara; hay un plazo de 5 días, en que los distintos parlamentarios deben constituir los
grupos parlamentarios. Para ello, presentan a la mesa de la Cámara quiénes van a formar parte de cada
grupo con los nombres de cada uno de los diputados y senadores y su firma, ver también cómo se va a
llamar el grupo y quién va a ser el portavoz. Se establece que una vez comunicado al Presidente, éste, lo
que hace es publicarlo en el Boletín Oficial de las Cortes. Normalmente, los grupos se constituyen por
aquellos parlamentarios que han ido juntos a las elecciones. Éstos forman parte del mismo grupo. Se
establece, para poder formar un grupo parlamentario, un mínimo. En el Congreso de los diputados el
mínimo es de 15 escaños (parlamentarios), o bien disponer de 5 escaños pero haber alcanzado el 15% de
los votos de las circunscripciones en las que se hayan presentado, o el 5% de los votos de todas las
elecciones. Aquellos parlamentarios que no obtengan este mínimo, pueden o solicitar a algún otro grupo
que les dejen formar parte del mismo, o si no, deberían ir al grupo mixto. Porque el funcionamiento
interno de tanto el Congreso como el Senado, no se concibe con parlamentarios individuales, todos ellos
deben formar parte del mismo grupo parlamentario. Una vez publicados los grupos parlamentarios en el
Boletín Oficial de las Cortes, ya están constituidos, y para cualquier variación (p. ej. Expulsión de un
parlamentario de su grupo parlamentario), dentro del mismo periodo de sesiones, debe acudir al grupo
mixto, y hasta que no se vuelva a renovar las elecciones parlamentarias, no puede solicitar entrar en otro
grupo. La disolución de los grupos parlamentarios se dará, o bien porque se disuelven las Cámaras, o bien
porque haya uno o varios parlamentarios que abandonen el grupo, pasen al mixto y después pidan entrar
en otro; y el grupo se quede con menos de 15 o con menos de 5. En este caso, como no tendrían el
mínimo, se deberían ir todos al grupo mixto. Por tanto, si no hay el mínimo imprescindible, se disuelve el
grupo.
En los reglamentos de los grupos parlamentarios se deja gran autonomía para los grupos parlamentarios
para que establezcan la regulación que consideren oportunas para el funcionamiento interno del grupo.

Funciones de las Cortes

Reguladas en el art. 66.2, que establece que van a ejercer la potestad legislativa del Estado, que aprueban
los presupuestos, que controlan la acción del Gobierno, y tienen las demás competencias que le atribuya la
Constitución. En estas demás competencias que le atribuye la Constitución, están sobre todo el elegir o
designar a personas que van a formar parte de las instituciones del Estado. Por ejemplo: magistrado del
Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial, Tribunal de Cuentas, defensor del Pueblo…

En el artículo 66.2, la Constitución nos habla de tres funciones:

 Función legislativa y dentro de la función legislativa estaría la presupuestaria. Los presupuestos los
elabora el Gobierno y las Cortes aprueban la ley de presupuestos. La ley presupuestaria es una
ley especial, pero al ser una ley está dentro de la aprobación legislativa.

En cuanto a la función legislativa: Las Cortes son los encargados de tramitar y aprobar las normas
jurídicas que llamamos leyes. (En cuanto a las leyes, las elaboran las Cortes si son leyes del
Estado; o las elaboran las Asambleas legislativas de las CCAA si son leyes autonómicas). Para ello,
se debe seguir un procedimiento legislativo que está regulado en algunos principios de la
Constitución, pero el desarrollo del procedimiento legislativo está regulado en los reglamentos

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de las Cámaras. Hablamos de procedimientos legislativos porque en función del tipo de leyes que
sean, el procedimiento será uno u otro. Pero cuando hablamos de leyes normales, la mayoría, las
leyes simples, las leyes que no son orgánicas, éstas siguen un procedimiento denominado común
y después estudiamos este procedimiento común. En este procedimiento hay varias fases: 1) la
fase de iniciativa legislativa: hay varios actores que pueden iniciar la tramitación de una ley, entre
ellos estaban el Gobierno, Congreso, Senado, Asambleas legislativas de las CCAA y la iniciativa
legislativa popular. Una vez que se presenta esta iniciativa a la mesa del Congreso, la mesa
estudia la iniciativa para saber si se cumplen todos los requisitos formales, en caso de que falten
requisitos formales se devuelven para que se subsanen; y lo que va a hacer la mesa es la
calificación. Es decir, ver según la materia que trata y calificar el procedimiento que se va a
seguir; Debe ser un texto articulado, pero en caso de que esta iniciativa, aunque la Constitución
dice que esta iniciativa debe ir acompañada de una exposición de motivos y de los antecedentes
necesarios; si un proyecto de ley no tuviese exposición de motivos, o no estuviera acompañada
de los antecedentes necesarios, esto no es motivo de inconstitucionalidad formal, porque el
resultado sería el mismo. El TC entiende que si no se han presentado los antecedentes
necesarios es porque no los necesitaban. En cuanto al Congreso y al Senado, la iniciativa (aquí
será proposición de ley) la puede presentar un grupo parlamentario o, en el caso del Congreso,
15 diputados individualmente, y en el caso del Senado, 25 senadores.
En cuanto a las Asambleas legislativas de las CCAA, pueden hacerlo de 2 formas, y así se
establece en el apartado segundo del art.87. Pueden hacerlo indirectamente solicitando al
Gobierno que presente un proyecto de ley por ellas; o presentando directamente a la mesa del
Congreso, y en este caso, pueden presentarse 3 representantes de la CCAA para que explique en
el Congreso por qué quieren que se elabore la ley. Pero simplemente, éstos parlamentarios lo
que harían es ir allí y explicar.
Por último, la iniciativa legislativa popular. Solamente pueden presentar proposiciones sobre
determinadas materias (las materias excluidas están en el apartado tercero del art.87) y por otro
lado se exige un mínimo de 500.000 firmas.
2) la fase de la toma en consideración; 3) la fase decisoria; 4) la sanción; 5) la promulgación y 6) la
publicación. Estos son los actos que deben realizarse en el procedimiento legislativo para que la
ley esté perfeccionada.

Cuando hablamos de procedimiento legislativo, hablamos del conjunto de actos que sirven para
elaborar la ley. La sanción no aporta nada pero tienen que estar sancionadas. La fase más
importante es la decisoria, porque es donde se va a concretar el contenido de la norma. En
cuanto a la iniciativa legislativa, está regulado en el art. 87, que nos dice que esta iniciativa
corresponde al Gobierno, al Congreso y al Senado, de acuerdo con la Constitución y los
reglamentos de las Cámaras. También pueden corresponder a las Asambleas legislativas de las
CCAA. Y la regulación de esta iniciativa se encuentra en ocasiones en el propio Estatuto, con los
límites de la Constitución. Y por último, la iniciativa legislativa popular. En cuanto al Gobierno, la
iniciativa debe ser acordada en Consejo de ministros y debe acompañarse de una exposición de
motivos y de los antecedentes necesarios para que el Parlamento pueda pronunciarse. Se debe
presentar un texto articulado y va a la mesa del Congreso. Cuando la iniciativa la presenta el
Gobierno, se denomina proyecto de ley: se pasa al pleno, se publica en el Boletín Oficial de la
Cámara para que todos los parlamentarios tengan conocimiento, y se abre un plazo de
enmienda. Y cuando la iniciativa la presenta cualquiera de los demás (Congreso, Senado,
Asamblea, etc.) se llama proposición de ley: la mesa realiza lo que llamamos la toma en
consideración y lo pasa al pleno para que se pronuncie. Aquí, lo que hay que hacer es analizar si
de aprobarse esta proposición de ley, esto conllevaría un aumento de gasto o reducción de
presupuesto. Para ello debe pasar esta iniciativa al Gobierno para que el Gobierno se pronuncie
si se puede tramitar o no. Esto está establecido en el art. 134.6, que dice que “toda proposición o
enmienda que suponga aumento de los créditos o disminución de los ingresos presupuestarios,
requerirá la conformidad del Gobierno para su tramitación”. Por tanto, aquí tenemos que como
el Gobierno es el que elabora los presupuestos generales del Estado, es el que debe tener
conocimiento de que si aprobando una nueva ley, esto supondría algún tipo de modificación. Es
decir, el Gobierno es el que da el visto bueno para saber si se puede tramitar o no.

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Las enmiendas pueden ser a la totalidad o pueden ser enmiendas parciales. Las enmiendas a la
totalidad quieren decir que se está en desacuerdo con todo el texto que se ha presentado, y lo
que pretende es que el texto se retire. En este caso, cuando se presenta la enmienda, se
presenta un texto alternativo; se debe votar para saber si se va a tramitar el texto que ha
presentado el Gobierno o el texto alternativo. Normalmente, las enmiendas a la totalidad no
triunfan. Cuando se presenta una proposición de ley, en la proposición de ley sí que cabría la
aprobación de una enmienda a la totalidad. Pero cuando es un proyecto de ley, realmente tiene
poca posibilidad de triunfar. En el caso de que la proposición de ley se aprobase, en este caso lo
que se haría sería retirar la iniciativa y empezar a tramitar a partir de la enmienda a la totalidad
aprobada. Después, este texto pasa a Comisión (comisiones permanentes y comisiones que no lo
eran) En las legislativas la mayoría eran permanentes y se establecía en función de la materia. Se
pasa por tanto, el texto a la comisión correspondiente a la materia de que se trate, y la comisión,
lo que hace es recoger las enmiendas, estudiarlas y pasarlo a una Ponencia. La Ponencia, lo que
va a hacer es de nuevo, examinar las enmiendas y organizarlas, porque a lo mejor hay varias
enmiendas sobre el mismo tema, etc., y emite un dictamen. Vuelve a pasar a la Comisión, se
vota, y finalmente pasa al pleno. En el pleno aun cabe en ocasiones, presentar algún tipo de
enmiendas si se autoriza; se vota y se establece en esta fase decisoria ya, cuáles son las
enmiendas aprobadas y las que no. La fase decisoria empieza cuando se abre el periodo de
enmiendas. Finalmente, en el pleno se vota. Si estamos hablando de una ley ordinaria, se
requiere la mayoría simple. Una vez aprobado el texto en el Congreso, pasa al Senado. Y en el
Senado sigue la misma tramitación igual que en el Congreso. En caso de que se aprobase una
enmienda a la totalidad en el Senado, el texto pasa al Congreso, que es el que decide si acepta la
enmienda a la totalidad del Senado o no. Y en el Senado, siguen el procedimiento Comisión,
Ponencia, Comisión y Pleno. Si se han aprobado algunas enmiendas parciales en el Senado, este
texto debe volver al Congreso, y el Congreso vota sobre las enmiendas presentadas. Por tanto, el
texto final será el que quiera el Congreso. Todo esto lleva bastante tiempo, aunque cabe la
posibilidad, cuando hay una cierta urgencia, se tramiten por el procedimiento de urgencia, y
entonces en el Senado se establece que el plazo no puede pasar de unos meses, les acortan los
plazos. Este sería el procedimiento común.
Las leyes orgánicas la diferencia es que el texto final debe ir al Congreso, y en el Congreso debe
ser aprobado por mayoría absoluta. Mayoría absoluta que para las leyes orgánicas serán
necesaria para la elaboración de la ley y para el Estatuto de la ley orgánica.
Hay otros procedimientos como las leyes de armonización, que eran las leyes que necesitaban
que se aprobasen por mayoría absoluta en el Congreso y Senado sobre la necesidad de
armonizar. En este caso, primero tendría que pasar el texto, la iniciativa tiene que pasar por el
Congreso y Senado para que con mayoría absoluta dijeran que puede seguir adelante y después
se tramitaba como una ley orgánica. Por tanto, la diferencia es que antes de empezar la
tramitación, se debe aprobar la necesidad de armonizar por mayoría absoluta.
Se distinguen algunas leyes por la votación final que se exigen. Y otros procedimientos en que la
diferencia es en la tramitación.
La ley orgánica no puede ser una ley de Comisión porque requiere un requisito establecido en la
Constitución, que es que haya finalmente una aprobación por mayoría absoluta del Congreso y
Senado. Es decir, debe ser una aprobación por el pleno. Cuando hay mayorías cualificadas tiene
que actuar el pleno.
La función legislativa de las Cámaras sería la aprobación y tramitación de las leyes.

 Función presupuestaria: Se trata de una ley de presupuestos. El monopolio de la iniciativa lo tiene


el Gobierno. Aquí no cabe una proposición de ley de presupuestos, porque el único que lo puede
presentar es el Gobierno. Y son las leyes especiales en las que sólo se pueden regular ingresos y
gastos (presupuestos) y no otras cosas. Son leyes anuales, cada año se deben renovar estos
presupuestos, y se deben presentar 3 meses antes de que se acabe el año (en septiembre). En
caso de no aprobarse los presupuestos que presente un Gobierno, esto significaría políticamente
una censura de este Gobierno, pero sin embargo, jurídicamente el Gobierno no tiene obligación
de dimitir aunque no se aprueben los presupuestos. Por tanto, lo que se haría entonces sería
alargar los presupuestos anteriores hasta conseguir que se aprobasen los otros presupuestos. En

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principio, una vez publicados los presupuestos no se pueden modificar. Para cambiarlo, se
debería cambiar la ley. En los presupuestos siempre hay una ley de acompañamiento.
 Función de control al Gobierno. Es una función muy importante en un sistema democrático. (Hoy
más importante que la función legislativa). La otra función del Parlamento, de las Cortes. En los
sistemas parlamentarios, la relación entre Gobierno y Parlamento es una relación de confianza.
El Presidente del Gobierno, para ser investido, necesita tener la confianza del Parlamento, en
nuestro caso la confianza del Congreso de los Diputados. El Senado no participa. De tal manera
que el Congreso le da la confianza al Gobierno; el Gobierno debe responder ante el Congreso; y
al Parlamento le corresponde controlar la labor del Gobierno para ver si sigue teniendo la
confianza que han depositado en él. Estas funciones de control, tienen más interés en llevarlas a
cabo la oposición. Pero cuando hablamos de control y de instrumentos de control, en ocasiones
estos instrumentos se utilizan también por el grupo parlamentario mayoritario que apoya al
Gobierno, para resaltar las buenas decisiones políticas del Gobierno.

Control político

Control del Parlamento al Gobierno. (Distinto al control jurídico - los jueces. El juez está obligado a
resolver a través de procedimientos previamente establecidos, porque lo que realiza es un control
jurídico. No se puede negar).
El control político es un control de oportunidad, normalmente estos controles se ponen en marcha
cuando los políticos quieren, cuando consideran que es más oportuno o cuando consideran que les
conviene más. Es lo que pueden y deben hacer en el momento que consideren que es más conveniente.
Este control puede ser realizado por el Parlamento o puede ser realizado por instituciones externas al
Parlamento, aunque se trate también de funciones de control. En cuanto a instituciones externas al
Parlamento tendríamos dos, que son el defensor del pueblo y el Tribunal de Cuentas. Son dos
instituciones de control que también controlan al Gobierno y que deben presentar informes al
Parlamento. Estos informes que llegan al Parlamento sirven a los parlamentarios para controlar al
Gobierno. Pero se hace desde fuera del Parlamento.
Cuando hablamos de control desde dentro del Parlamento, aquí se establecen distintos instrumentos de
control, la mayoría de ellos no llevan aparejadas una sanción. Por tanto, son controles de cara a la opinión
pública. Lo importante de estos controles es que se entere el personal. Sin embargo, el control jurídico
puede llevar aparejada una sanción. En el control político normalmente no, aunque hay 2 instrumentos de
control político que pueden llevar aparejada una sanción, pero no por ello dejan de ser control político,
que serían la cuestión de confianza y la moción de censura. Tanto uno como otro pueden llevar a obligar
al Presidente de Gobierno a dimitir, pero a pesar de que pueden tener este resultado, no por ello se
considera control jurídico. Es político porque se interpone cuando consideran oportuno. No hay
obligación de presentar una moción de censura. Se presenta cuando se quiere.

INSTRUMENTOS DE CONTROL

Las preguntas: deben versar sobre cuestiones puntuales, que se refieren a temas muy concretos, y se
pueden presentar por los Parlamentarios individualmente. Estas preguntas se presentan por escrito a la
mesa del Congreso o a la del Senado. Estas preguntas deben ser aceptadas por la mesa o bien por la Junta
de Portavoces. Pueden presentarse también oral pero tienen preferencia las escritas. Si se presentan
muchas preguntas, debe presentarse una semana antes de que vaya a tener lugar la sesión de control
(normalmente los miércoles), para que a la mesa le dé tiempo a examinarla. La decisión de la mesa es
válida porque lo que tienen interés en las preguntas es que sean temas de mucha actualidad. La mesa
decide cuántas preguntas van a ir a la sesión. Y en caso de que se hubieran presentado más preguntas de
las que se pueden admitir para la sesión de control, si el parlamentario que ha presentado preguntas que
no se han aceptado (porque no caben todas) las quisiera volver a presentar, como estamos hablando de
actualidad y en unas semanas esta actualidad puede cambiar, el parlamentario la puede volver a
presentar pero como si fuera una nueva pregunta. La mesa puede decidir que algunas de las preguntas
no las admite, pero no porque no les gustan, sino cuando consideran por ejemplo que se tratan de un
tema de interés personal del parlamentario. También cuando consideren que se trata simplemente de

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una cuestión jurídica. Se trata sobre temas políticos. También se pueden desechar preguntas porque
puede haber insultos a los parlamentarios o a cualquier persona, etc. Estas preguntas en la sesión
pertinente se leen y el Presidente contesta. La pregunta que se lee y la contestación se las traen hechas
de casa. La primera contestación se lleva preparada. Por eso, lo más importante está en la réplica, donde
se sabe si es un buen parlamentario o no. El hecho de que los parlamentarios se presenten de manera
individual, hacen que tengan prioridad aquellas preguntas presentadas por parlamentarios que las
presentan por primera vez. De tal manera que los grupos parlamentarios que tengan mayor número de
parlamentarios tienen prioridad en presentar las preguntas. En el tema de las preguntas, si hubiese algún
tema sobrevenido de especial importancia, se podría permitir que se presentase alguna pregunta sin esa
antelación de una semana, sino solo 1 día.
Todos los instrumentos de control no tienen esta sanción. Por tanto, se hace la pregunta, y el Gobierno o
el Presidente o el Ministro contestan si quieren o no, aunque el Gobierno sabe que le conviene contestar.
Por tanto, cuando decimos instrumentos de control, normalmente son para criticar, pero también son
para ensalzar.

Las interpelaciones: se presentan para saber sobre problemas de política general dentro de un ministerio,
sobre decisiones de mayor importancia, que normalmente generan un debate en el pleno. Se presenta
una interpelación, y esto genera que el interpelado intervenga para explicar lo que se pregunta en la
interpelación, y después puedan participar los distintos portavoces, o al menos un representante de cada
grupo parlamentario. Los miembros del Gobierno, pueden intervenir tantas veces como lo consideren. Y
normalmente estas interpelaciones llevan a una votación final en el pleno para que la Cámara tome una
posición al respecto, que puede ser favorable al Gobierno o no. Pero esto no obliga al Gobierno a cambiar,
porque aquí no hay capacidad de sanción. La interpelación también debe presentarse a la mesa. Y las
interpelaciones se pueden presentar o bien por diputados o senadores personalmente, o por grupos
parlamentarios. Así como las preguntas se pueden sustanciar en la comisión, las interpelaciones deben
discutirse en el pleno, porque se deben votar finalmente.

Las mociones: son parecidas a las interpelaciones. Se presentan por los diputados o los grupos
parlamentarios, normalmente es solicitando al Gobierno para que apoyen determinadas políticas. Hay un
debate y una votación en la que la Cámara toma posición sobre el tema, aunque, como siempre en estos
instrumentos de control, sin efectos vinculantes. Por tanto, la interpelación y las proposiciones no de ley
son parecidas.

Las comisiones de investigación: son comisiones que se crean específicamente para investigar algún tema.
Normalmente temas que puedan suponer posibles irregularidades, actuaciones ilegales e incluso
delictivas, pero que lo que se pretende con la comisión de investigación es realizar una investigación
política para exigir responsabilidad política. Por tanto, estas comisiones tienen un objeto concreto, que es
investigar el tema. Una vez que ya se haya investigado y haya hecho un dictamen final, esta comisión se
disuelve. Pueden crearse estas comisiones porque lo solicite el propio Gobierno, o bien el Congreso, la
mesa del Congreso podría ser, o 2 grupos parlamentarios o bien 1/5 de diputados. Cuando se solicita la
creación de una Comisión, la mesa lo analiza y se somete al pleno. El pleno lo vota, y si sale sí, se crea las
comisiones de investigación con una serie de parlamentarios en proporción a la representatividad que
tenga cada grupo. Estas comisiones de investigación tienen la capacidad para llamar a declarar a quien
quiera y si les llaman no se pueden negar, están obligados a colaborar. Finalmente se realiza una votación
y dictan un informe con las conclusiones a las que se ha llegado. El grupo parlamentario siempre vota que
sí, porque no les conviene votar que no. Como es un control de cara a la opinión pública, se pueden llevar
a cabo a través de enmiendas. La resolución final no lo sabemos. Es más, como es un control político, y no
hay esa capacidad de sanción, si esta comisión observase que hubiese habido actividades delictivas, lo
que tiene que hacer es pasarlo al ministerio fiscal. Aquí, los parlamentarios lo único que pueden hacer es
un informe para saber cómo acaba el tema. Por tanto, lo más importante de estos instrumentos de control
es cómo se ponen en marcha.
Además de las Comisiones de investigación, también debemos decir que este control, como es un control
de cara a la opinión público. Otra labor de control sería la convalidación o no de los decretos leyes por
parte de los parlamentarios, de los congresistas.

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Además de estos instrumentos de control, hay dos que son los más importantes porque éstos sí que
tendrían una posible capacidad de sanción. Esta capacidad de sanción sería la posibilidad de obligar al
Presidente del Gobierno a dimitir:

CUESTIÓN DE CONFIANZA

Es un elemento de control singular porque la iniciativa la tiene el Presidente del Gobierno. Es decir, aquí
se va a someter a control el Presidente del Gobierno cuando lo considere oportuno. Cuando sepa que le
van a decir que sí con la misma mayoría o más de la que tuvo cuando hubo la votación de investidura,
cuando fue elegido Presidente. Está regulado en el artículo 112, y nos dice que el Presidente del Gobierno,
previa deliberación con el Consejo de ministros, cuando quiera, puede plantear ante el Congreso de
diputados, una cuestión de confianza sobre el programa político que presentó en las elecciones o sobre
una decisión política general. Lo debe presentar por escrito acreditando que ha dado cuenta al Consejo de
ministros, que ha deliberado, razonando y explicando qué es lo que se somete a confianza, y la mesa del
Congreso (porque aquí sólo interviene el Congreso) mira si están los requisitos formales, y si están, lo
tramitan. Una vez tramitado, la mesa convoca al pleno del Congreso. Solo hay una excepción en la que no
se puede presentar una cuestión de confianza, y es mientras está en marcha una moción de censura. Como
digo, se pasan al pleno, se abre un debate y el primero en hablar va a ser el Presidente del Gobierno
explicando por qué lo presenta y cuáles son los motivos que le han llevado a someterse de nuevo a
confianza. Los representantes de los grupos parlamentarios pueden participar, intervenir y el Presidente
les puede contestar. Y transcurridas 24 horas después del debate, se tiene que proceder a votación. Se
procede a votación, y en esta votación, deben darle la confianza la mayoría simple de los diputados. ¿Por
qué se exige la mayoría simple? Porque se considera que si para ser investido para candidato a presidente
la primera votación se requiere la mayoría absoluta, pero si no se obtiene, pasados los 48 horas se
necesita la mayoría simple, si la mayoría simple le puede otorgar la confianza, aquí, para renovar esta
confianza vamos a pedir también sólo la mayoría simple. En caso de que se perdiese la votación, de que no
obtuviera la mayoría simple, el Presidente debe presentar su dimisión al rey. Pero como estamos en lo que
se llama parlamentarismo racionalizado, en caso de que el Presidente del Gobierno sea sometido a una
cuestión de confianza no obtuviese la misma, debe dimitir pero no por ello se convocan elecciones, sino
que se procede a la aplicación del art. 99, que es en el que se establece el procedimiento para la
investidura, de tal manera que el rey deberá reunirse con los grupos políticos que hayan tenido
representación parlamentaria y proponer a un candidato a Presidente de Gobierno. Pero con el mismo
Congreso. No se disuelven las Cámaras. No hay elecciones. Simplemente se propone a otro candidato.
Esto en el caso de que no lo consiga. Si se consigue, que es lo normal, porque se supone que antes de
presentarse a Presidente tiene la información suficiente para saber si le van a otorgar la confianza o no. En
el caso de que salga que sí, sigue el tiempo que le quede de legislatura. Pero sigue reforzado, porque
normalmente lo que se somete es o una decisión importante que no estaba en el programa o una
variación importante en el programa. Pero como digo, es voluntario. Por tanto, si el Presidente, en un
momento determinado, cambia la política que tenía establecido en el programa electoral no está obligado
a presentar una cuestión de confianza, porque estamos ante un control de oportunidad, lo hace si quiere.

MOCIÓN DE CENSURA

Le llamamos moción de censura constructiva, copiada de la Constitución alemana. En la que también en


base a este parlamentarismo racionalizado que busca la estabilidad, en caso de que se consiga censurar al
Gobierno, en caso de que se obligue al Presidente del Gobierno a dimitir, a ello tampoco va aparejado la
disolución de las Cámaras ni la convocatoria de elecciones. Por tanto, tanto en la moción de censura como
en la cuestión de confianza, que son dos fórmulas extraordinarias de control, cabe la posibilidad de hacer
dimitir al Gobierno, pero en ninguno de los dos casos va a haber disolución de las Cámaras ni convocatoria
de elecciones.
Se exige que se presenten como mínimo una décima parte de los diputados. En cuanto a la tramitación,
debe presentar a la mesa del Congreso un escrito explicando por qué presentan la moción de censura. La
puede presentar por cualquier motivo. Por tanto, motivos para presentar una moción de censura siempre
los hay (si se quieren presentar). Y llamamos constructiva a la moción porque junto al escrito en el que se

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explique los motivos, debe añadirse siempre el nombre de un candidato alternativo, y además debe ir
firmado y aceptado por el candidato alternativo. Si la mesa ve que se cumplen los requisitos formales, se lo
comunica al Presidente del Gobierno, y convoca al pleno. En la sesión del pleno, el primero que va a
intervenir es el candidato alternativo diciendo qué es lo que va a hacer en caso de que le den la confianza
a él y se la quiten al Presidente del Gobierno. Podríamos decir que es como una sesión de investidura,
pero del candidato. Por una parte lo que hace es criticar al Presidente que se está censurando y por otra
parte decir qué es lo que él haría. Le va a contestar el Presidente del Gobierno censurado. Pueden
intervenir los representantes de los grupos. Y antes de proceder a la votación, se debe dejar transcurrir 5
días para la negociación. Durante los 2 primeros días de estos 5, se pueden presentar mociones de
censura alternativas. Transcurridos los 5 días, se vuelve a reunir el pleno y se procede a la votación.
Votación que es pública, en la que los diputados deben votar si censuran o no al Presidente. Para que el
Presidente quede censurado, y por tanto, deba dimitir, se requiere la mayoría absoluta. Si se obtiene la
mayoría absoluta a favor de la moción de censura, los efectos serían que el Presidente censurado debe
dimitir, y el candidato alternativo queda inmediatamente investido. Es decir, una sola votación serviría
para censurar al Presidente e investir al candidato. Por tanto, no hay elecciones. Normalmente las
mociones de censura las presenta la oposición. Pero el hecho de que tenga que presentar con un
candidato alternativo hace que cuando se tiene que censurar, si tienen que hacer un pacto para poder
censurarlo, sería muy complicado elegir al candidato alternativo. La moción de censura, como
instrumento de control, sirve para poner de manifiesto que el Gobierno lo está haciendo muy mal. Las
mociones de censura, se presentan en ocasiones sabiendo que van a perder simplemente para escenificar
de alguna forma delante de los ciudadanos que no se está de acuerdo con la política que se está llevando
a cabo con el Gobierno y por eso se le quiere censurar, y aprovechar este debate para visualizar, y en las
siguientes elecciones conseguir un cambio. Cuando está en marcha una moción de censura, el Presidente
del Gobierno lo que no puede hacer es presentar una cuestión ni tampoco disolver las Cámaras. Porque si
no sería burlar la moción de censura. Si se la presentan, tienen que someterse.

Estos serían los instrumentos de control en el Parlamento. En los dos últimos sólo participa el Congreso. El
Senado no interviene.

23/11/2015

Dos instituciones externas, para ayudar al parlamento para ayudar al gobierno: el defensor del pueblo y el
tribunal de cuentas.

EL DEFENSOR DEL PUEBLO

Esta institución surge en los países escandinavos (Suecia). Se regula por primera vez en la Constitución
sueca de 1809, se extiende al resto de los países escandinavos, Noruega y Finlandia y a lo largo de los
años a otros países como Francia o Inglaterra. Nosotros en la Constitución del 78 por primera vez pero la
extensión de esta figura va a ser paulatina, en los años 90 exportamos esta figura a la mayoría de los
países latino americanos muchos de ellos lo que hacen es copiar la ley española del Defensor del Pueblo,
con las características propias de cada país. Esta figura es de denuncia.

Está regulado en el art. 54 “una ley orgánica regulará la institución del Defensor del Pueblo, como alto
comisionado de las Cortes Generales, designado por éstas para la defensa de los derechos comprendidos
en este Título, a cuyo efecto podrá supervisar la actividad de la Admon, dando cuenta a las Cortes
Generales”. Para ser defensor solamente hay que cumplir dos requisitos, la nacionalidad, español y estar
en pleno uso de los derechos civiles y políticos.
La propuesta en un primer momento era las Cortes, después en concreto de la Comisión mixta (Congreso
y Senado); de relaciones con el defensor del pueblo, proponen uno o varios nombres y tiene que ser
elegido por una mayoría de 3/5 de cada cámara (300 del Congreso y 300 del Senado) y el mandato es de 5
años, debe actuar de manera independiente. Estará anotado por dos adjuntos que también deben cumplir
los mismos requisitos y aunque el nombre lo propone el defensor, deben ser aprobados por 3/5 de
Congreso y Senado. Si en la primera votación no saliese elegido en la segunda votación en el senado
necesitaría mayoría absoluta. Si bien es cierto que quien propone a los adjuntos es el defensor, a lo largo

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de estos años no podemos obviar que el defensor siempre sale próximo a la mayoría del Congreso y los
adjuntos se reparten, uno (en los años del bipartidismo) del partido de la oposición adjunto primero,
adjunto segundo del partido mayoritario o podía ser de alguno de los pequeños. Si se establecen que son
inamovibles salvo por causas de cese y que tienen las mismas incompatibilidades que los parlamentarios.
Actúan los 365 días del año, deben actuar siempre, por lo tanto no pueden compaginar la labor de
defensor del pueblo o de adjunto con otro tipo de trabajo. En esta institución hay algo que es distinto a las
demás instituciones y es que transcurrido los 5 años que dura el mandato si las Cortes no se ponen de
acuerdo en nombrar a un nuevo defensor, el defensor no queda en funciones, a diferencia de por ejemplo
el Consejo General del Poder Judicial, El TC, que sigue en funciones hasta que se nombra a otro, en este
caso no, transcurrido los 5 años el defensor debe cesar y quien ocupa su lugar en funciones hasta que se
nombra el siguiente es el adjunto primero (La oposición). En cuanto a las causas de cese serían:
fallecimiento, renuncia voluntaria, por expiración del mandato (transcurren los 5 años), por incapacidad
sobrevenida, por notoria negligencia en el cumplimiento de sus obligaciones o bien porque haya sido
condenado por sentencia firme, excepto en caso de muerte, renuncia o expiración del mandato los
demás, lo deben aprobar las Cámaras por mayoría de 3/5.
Sus competencias son: tiene competencia en todo el territorio del Estado y esta competencia es para
controlar a la administración (administración del Estado, autonómicas y local), de todas las
administraciones, de cualquier departamento, ministerio, todas las labores que se desempeñan en la
administración. Viene a ser lo que en otra época era derecho de petición (prácticamente no se utiliza):
requiere la intermediación de un parlamentario, aquí sin embargo no hace falta, es el particular el que
puede acudir al defensor del pueblo sin necesidad de que le intermedie un parlamentario, es más rápido y
eficaz, es gratuito. Para poder acudir a presentar una queja el plazo es desde que se tiene noticia de la
posible vulneración de un derecho fundamental hasta un año. Lo pueden presentar personas físicas o
jurídicas y no hay límites, lo pueden presentar españoles o extranjeros, menos o mayores de edad,
cualquier persona puede acudir a él. Cuando presentan una queja deben contestar con acuse de recibo
diciendo que se ha recibido la queja y si se va a tramitar, si se trata de una vulneración de un derecho de
otro particular que no sea una administración, en este caso el defensor no va a entrar, es la defensa de los
derechos frente a la administración y si el caso ya está en los Tribunales el defensor tampoco va a entrar
porque lo van a resolver los Tribunales, o en caso de que el defensor considere que la actuación de la
administración es delictiva, en este caso, como no lo puede resolver lo debe pasar al ministerio fiscal. Lo
que se va a resolver el defensor son irregularidades o ilegalidades sin que proceda delito. El ministerio fiscal
cuando ya hay indicios de delito. La mayoría de CC.AA por no decir todas, han instaurado defensores del
pueblo autonómicos, cada uno con su nombre, que tienen un ámbito de control en la misma C.A., aquí si
podríamos decir que es una superposición de instituciones porque el ciudadano puede decidir si ir al
defensor de la C.A o al defensor del pueblo dentro del Estado. Si ya está actuando uno, no actúa el otro,
se superpondrían las labores de control.
En caso de que la queja no sea competencia del defensor, en la contestación hay que decirle al particular
lo que debe hacer, cuales son las vías o porque no se acepta la tramitación y en caso de que lo acepten se
dice que se va a tramitar. Se puede presentar en cualquier momento incluso en fines de semana, porque
hay casos que son urgentes. El defensor del pueblo no tiene capacidad de sanción, es una institución que
lo que puede hacer es sugerir nuevas formas de actuación a la administración, puede dirigir
recomendaciones, puede supervisar toda la actividad de la admon, con facultades de investigación o
inspección. Pueden actuar de oficio o a instancia de parte.
El defensor del pueblo está obligado a presentar anualmente un informe a las Cortes donde consten todas
las irregularidades cometidas por la admon en general, es un informe de denuncia que va a las Cortes y
que las Cortes van a utilizar para controlar. (Un tema importante fue sobre la violencia de género). El
defensor además tiene la posibilidad de presentar recursos de inconstitucionalidad. Aquí hay una cierta
incongruencia, porque si es el Alto Comisado de las Cortes es absurdo que pueda interponer recursos
contra las leyes de la mayoría de las Cortes. Si tiene la posibilidad aunque ha existido un cierto
autocontrol en cuanto a la fechoría, para interponer recursos inconstitucionales solo sobre aquellas leyes
que atentasen contra derechos fundamentales pero en algunas ocasiones a interpuesto recursos sobre
otros temas. Y también pueden interponer recursos de amparo que son aquellos que se interponen ante
el defensor del pueblo cuando se considera que un poder público ha lesionado algún derecho de los
particulares. Sección 1 capítulo 2 del título 1 (del 15 al 29). Es un recurso que se puede presentar ante el
TC para la defensa de los derechos fundamentales y además solos de los derechos amparables en el TC

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(del 15 al 29) derechos personales. Solo en el caso de que los Tribunales ordinarios no te hayan satisfecho
tu derecho es cuando puedes ir al amparo constitucional. El amparo se puede presentar por los
particulares pero también por el defensor del pueblo o por el ministerio fiscal. El defensor del pueblo
puede hacerlo a instancia de parte o en oficio pero en cuanto lo hace lo hace porque quiere. (La vía
ordinaria, sentencia firme)

TRIBUNAL DE CUENTAS

Está regulado por el art. 136: “1. El Tribunal de Cuentas es el supremo órgano fiscalizador de las cuentas y
de la gestión económica del Estado, así como del sector público (cuentas públicas del Estado, de las CC.AA
y Administración Local – tiene competencia en todo el Estado). Dependerá directamente de las Cortes
Generales y ejercerá sus funciones por delegación de ellas en el examen y comprobación de la Cuenta
General del Estado. 2. Las cuentas del Estado y del sector público estatal se rendirán al Tribunal de Cuentas
y serán censuradas por éste”. Tiene también el control de las cuentas de los partidos políticos, los partidos
políticos están obligados a presentar la contabilidad al Tribunal de Cuentas. Este Tribunal está formado por
12 consejeros, 6 nombrados por el Congreso y 6 por el Senado por mayoría de 3/5, entre magistrados,
economistas, juristas… El mandato es de 9 años y aunque actúan por delegación de las Cortes, deben
hacerlo con carácter independiente (no imperativo), son inamovibles y tienen las mismas
incompatibilidades que los jueces. El Tribunal de Cuentas en los primeros años era incapaz de obligar a los
partidos políticos a presentar la contabilidad con lo cual hubo un retraso de años en el control de los
partidos. Son incompatibles con cualquier otra función, su labor es exclusiva la de consejeros y al igual
que el defensor están obligados a presentar un informe anual a las Cortes en el que se haga constar todo
tipo de irregularidades en estas funciones económicas y financieras del sector público. Todos estos
informes que llegan a las Cortes se pueden utilizar para un mejor control al Gobierno.

EL GOBIERNO

Está regulado después de las Cortes en el Título IV “del gobierno y de la administración”.


Art. 98. “1. El Gobierno se compone del Presidente, de los Vicepresidentes, en su caso (no sería
obligatorio), de los Ministros y de los demás miembros que establezca la ley”.
Los funcionarios de la admon no forman parte del Gobierno. “3. Los miembros del Gobierno no podrán
ejercer otras funciones representativas que las propias del mandato parlamentario, ni cualquier otra
función pública que no derive de su cargo, ni actividad profesional o mercantil alguna”. “4. La ley regulará
el estatuto e incompatibilidades de los miembros del Gobierno”. Lo único que sería compatible con ser
ministro o presidente del Gobierno es el parlamentario, pero no es imprescindible que sean parlamentarios.
Pueden actuar unipersonalmente “2. El Presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de
los demás miembros del mismo, sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de éstos en su
gestión”.
La actividad conjunta es colegiada, la del Gobierno en sí, la del Consejo de Ministros, presidido por el
Presidente del Gobierno o por Vicepresidentes si no está o en su caso por el Rey siempre que le invite el
Presidente a presidir el Consejo de Ministros y el Rey no tendría capacidad de decisión porque el Rey no
forma parte del Gobierno. En cuanto a las funciones que tiene el Gobierno: están inscritas en el art. 97 “El
Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Ejerce
la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y las leyes”. Cualquier
dirección política la tiene el Gobierno. En cuanto al nombramiento del Presidente, la investidura, está
regulada en el art. 99. Donde se establece que procedimiento de investidura teniendo claro que estamos
en un sistema parlamentario en el que el Gobierno sale de la mayoría parlamentaria, nosotros votamos
representantes y la mayoría de estos representantes en el Congreso de los Diputados y de ahí saldrá el
Gobierno. El procedimiento establecido en el art.99, es que después de las elecciones, el Rey deberá
consultar con los distintos grupos políticos que tengan representación parlamentaria en el Congreso (en la
investidura solo participa el Congreso no el Senado) y el Rey después de esta reunión propondrá un
candidato a Presidente del Gobierno. El presidente del Congreso tiene que refrendar este acto del Rey.
Propuesto el nombre del candidato se convoca un pleno en el que el candidato debe exponer su
programa político, los distintos grupos pueden intervenir y finalmente va a haber una votación que será

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publica por llamamiento desde el escaño. En la primera votación se requiere mayoría absoluta sino se
obtiene se tiene que dejar transcurrir 48 horas para poder negociar y en la siguiente basta con mayoría
simple. Si le dan la investidura, se hace saber al Rey, que es quien le va a nombrar como Presidente de
Gobierno. Esta votación se llama también contrato de legislatura, porque se supone que en este apoyo
que se le dé, esa confianza, es para que aplique el programa que ha propuesto. (Contrato entre el
Congreso y este Presidente envestido). El presidente no tiene obligación de decir a quién va a nombrar
como ministro, si quiere puede decirlo, la confianza es una confianza para el Presidente. La organización
del Gobierno es competencia suya. Si no tiene la mayoría absoluta ni la simple transcurrida las 48 horas el
Rey debe volverse a reunir con los grupos políticos para proponer a otro candidato. Este segundo
candidato tendría que hacer lo mismo, es como si volviera a empezar el procedimiento del art. 99. Así
hasta dos meses, si transcurrido estos dos meses ningún candidato consigue la confianza del Congreso, se
disuelven las Cámaras y se convocan de nuevo elecciones. En cuanto al estatuto jurídico de los miembros
del Gobierno ya hemos dicho que tienen muchísimas incompatibilidades, no pueden dedicarse a otra cosa
y tienen también fuero especial, en caso de ser juzgados lo serían por la sala segunda del TS. En cuanto a
la responsabilidad penal de los miembros del Gobierno tenemos que hacer una diferenciación, por un
lado si hubiesen cometido algún delito ordinario y otro distinto que sería en caso de que se les imputase
un delito contra la seguridad del Estado, porque en este caso quien tendría que imputar son las Cortes, en
concreto el Congreso con mayoría de 3/5. Si el Congreso presenta una denuncia contra el Presidente o
alguno de los Ministros por un delito contra la seguridad del Estado es que en el fondo le están quitando
la confianza. Tendríamos una inmunidad negativa. Tenemos también que el Gobierno en su dirección
política, tiene la potestad ejecutiva y a su vez tiene potestad normadora, puede dictar reglamentos para
desarrollar las leyes, tiene en sus manos gran parte de la iniciativa legislativa y además tiene poder
normador, puede dictar lo que llamamos decretos leyes y decretos legislativos que son normas que dicta
el Gobierno en determinadas situaciones y que son normas que tienen mismo rango que las leyes de
Cortes, por tanto pueden derogar leyes de Cortes. El Gobierno tiene también funciones arbitrales, el
presidente en concreto tiene la posibilidad de disolver anticipadamente las Cámaras y convocar las
elecciones en la fecha que más le convengan. También de plantear referéndums consultivos (iniciativa del
Presidente del Gobierno), tiene la capacidad para presentar las iniciativas de Presupuestos Generales del
Estado, es exclusiva del Gobierno y en caso de que existiese la voluntad de realizar por motivos de interés
general una planificación económica esta planificación también seria competencia exclusiva del Gobierno.
Tiene la posibilidad de iniciar cualquier estado excepcional si lo considera. Le corresponde también la
capacidad para nombrar a personas de otras instituciones que en el caso del Gobierno serían 2: por un
lado la competencia para nombrar al Fiscal General del Estado y por otro lado nombra a dos magistrados del
TC. (La fiscalía es una institución jerárquica)

En principio, el mandato de un ministro no es un mandato del Parlamento en sí, sino que es un mandato
que el Presidente quiere. El Presidente puede nombrar y cesar a quien quiera. En cuanto al cese general
del Gobierno, puede ser voluntario u obligatorio. Voluntario es que el Presidente del Gobierno dimita. En
este caso, la dimisión del Presidente del Gobierno lleva al cese de todo el Gobierno. Y después hay una
serie de causas que obligan al Presidente del Gobierno a cesar que son: fallecimiento (en general decimos
que no es voluntario); si se hubiese cumplido ya los 4 años del mandato, en este caso, el Presidente está
obligado a convocar elecciones; porque tuviese una incapacidad sobrevenida; o porque era condenado
por delito de traición o contra la seguridad del Estado; o bien en los supuestos en que hubiera perdido la
cuestión de confianza, es decir, hubiera presentado una cuestión de confianza y la hubiera perdido; o que
se le haya presentado una moción de censura y hubiera ganado la moción de quien lo ha presentado. En
todos estos casos, sería un cese del Gobierno obligatorio. Como digo, en el caso de que fuera una
cuestión de confianza o una moción de censura, en estos casos se retira la confianza sólo al Presidente,
porque el Congreso sólo puede retirar la confianza al Presidente porque previamente se lo da. Sin
embargo, los efectos son los mismos, ya que el cese del Presidente implica el cese de todo el Gobierno.
Cuando se convocan elecciones, el Gobierno queda como un Gobierno en funciones. El Gobierno en
funciones ejerce las mismas funciones que decía anteriormente pero con algunos límites, que sería que
no pueden presentar los presupuestos generales del Estado, tampoco pueden plantear referéndum,
tampoco pueden presentar una cuestión de confianza, ni tampoco podría llevar adelante algún tipo de
política innovadora, por ejemplo, poner en marcha una ley que cambiase todas las estructuras. Por tanto,
se establece una serie de límites que están tan desdibujados que no sabemos muy bien hasta donde llega.

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Tiene más importancia en sus decisiones, más competencias el Presidente que el Gobierno en su
conjunto, pero hay algunas competencias que las tienen que hacer el Gobierno en su conjunto. No lo
puede hacer sólo el Presidente. Quien lleva la dirección política en todos los ámbitos es el Gobierno, o
bien sólo el Presidente o bien el Gobierno en su conjunto. Y los que pueden cesar a los ministros es el
Presidente.
La Constitución dice muy poco respecto al Gobierno.
25/11/2015

TEMA 10

EL PODER JUDICIAL

Está regulado en el título sexto de la Constitución, y lo titula como “Poder Judicial” para que quede claro
que hay tres poderes y para que se vea que es un poder del Estado. Puede existir la confusión de que si
esta administración depende del Gobierno o no. Para evitar este tipo de malentendidos, el poder
constituyente entendió que era más importante llamarle como “Poder Judicial”.
Existiendo el ministro de Justicia y sabiendo que la administración es parte del poder ejecutivo, ¿La
administración de justicia, es decir, el poder judicial depende del poder ejecutivo? Claramente, lo que
quiere dejar claro el constituyente es que no. Son tres poderes separados. Por eso le llamamos poder
judicial. Poder judicial que no es ni de administración de justicia, aunque utilizamos indistintamente los
nombres, ni tampoco es potestad jurisdiccional. La potestad jurisdiccional es la que ejercen los jueces y
magistrados, juzgando y hacer cumplir lo juzgado.
Para estudiar el poder judicial lo hacemos a través de unos principios que lo informan, principios que
están regulados en el art. 117, que son los principios de independencia, inamovilidad, responsabilidad y
principio de legalidad. Éstos son los principios que se anuncian para definir el poder judicial, pero
podemos decir que dentro de los principios deberíamos distinguir entre los que son principios procesales,
que serían moralidad, la gratuidad de la justicia; y los principios que llamamos jurídico-políticos, que
serían los que hemos mencionado que están en el art. 117 más el principio democrático.
Principio democrático
En cuanto al principio democrático, el art. 117 nos dice que la justicia emana del pueblo, y que se
administra en nombre del rey por jueces y magistrados. Aquí, decir que la justicia emana del pueblo sería
una especie de repetición. Y cuando habla de justicia, se refiere al valor de justicia. La justicia puede ser
distinta en cada momento en una sociedad determinada. Es decir, en nuestro caso, lo que entendemos
hoy por Justicia, no es lo mismo como entendían por Justicia en los años 80. Por tanto, el concepto de
Justicia es un concepto ambiguo que lo vamos completando con el paso del tiempo. Y además, lo que es
justo o injusto es algo que podemos valorarlo según el sentir mayoritario que hay en la sociedad, pero a lo
mejor, este sentir mayoritario no coincide exactamente con el que cada uno tiene. Por ejemplo, ¿es justo
el desahucio? Pues depende. Qué es justo o injusto en cada momento depende de quién lo interprete en
cada época. Sin embargo, cuando hablamos de este principio democrático frente a la Justicia, hay quien
entiende que el poder judicial es el menos democrático porque nosotros no podemos elegir a los jueces.
No hay elecciones para saber quién va a ser juez y quién no. En este sentido se dice que el principio
democrático no se cumple en el Poder Judicial. Sin embargo, este principio democrático con respecto al
poder judicial no lo debemos interpretar tanto como si elegimos o no, porque lo que se pretende es que
elijamos a través de lo que llamamos la meritocracia, meritocracia que también podemos poner en duda.
Con esta meritocracia lo que se intenta es valorar si la persona sabe derecho, si está preparada para poder
ejercer la actividad jurisdiccional, pero además, aunque no podamos elegir nosotros a los jueces y
magistrados, sí hay una serie de indicadores que nos pueden decir (que entran en la adjudicatura) si
funcionaria de alguna forma el principio democrático. En primer lugar, el juez nunca puede actuar en
causa propia. No puede tener ningún interés en el caso. Si tiene algún interés personal en el caso, debe
renunciar. Casi nunca los jueces actúan de oficio, sino a instancia de partes. Es decir, el que pone en
marcha el caso no es el propio juez porque tiene interés sino que son las partes. El juez, además, no
puede decir este caso no me gusta, no lo voy a resolver; sino que está obligado a resolverlo le guste o no.
No solamente es que no pueden tener ningún interés en el caso, sino que si en un juicio estuviera como
abogado, como procurados, como fiscal algún familiar directo suyo, tampoco puede actuar. No puede ser
que uno esté de juez y su hijo esté de fiscal. Además, en el proceso se desarrolla siempre

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contradictoriamente. Es decir, si hay una demanda hay una réplica, una contestación... Es decir, las dos
partes van actuando constantemente. Además, el juez está vinculado sólo por la ley. En el art. 117
claramente se dice que está sometido sólo al Imperio de la Ley. Es decir, el juez solamente debe aplicar la
ley que considere adecuada al caso, y no puede decir que como no está de acuerdo con esta ley, no lo
aplica. Esto no lo puede hacer. Ahora bien, el juez no es que no tenga ni un poder, el juez interpreta. En
esta interpretación está obligado a aplicar la ley. Pero aunque él considere que una persona es culpable, si
no hay pruebas, se le tiene que absolver. En este sentido, decimos que este proceso en el que participan
las partes, que él no puede tener ningún interés en el caso y que está obligado a aplicar la ley, aunque el
juez lo sea por meritocracia, sí que en la forma de actuar hay una gran participación. Quizá hay más
participación en los procesos judiciales que en la decisión de cómo se va a tramitar la ley. Si somos parte
de un juicio sí que tenemos posibilidades de intervenir. Y no solamente posibilidades de intervenir
nosotros mismos, sino que estamos obligados a ir como letrado. Si no designamos letrado para que haya
igualdad de partes, se nos va a asignar uno de oficio. Por tanto, hay una gran participación y además, en
igualdad de armas. Igualdad de armas quiere decir que si una persona no tiene medios, no por ello se va a
quedar en inferioridad, sino que va a tener un abogado de oficio, porque el abogado es el que sabe en
qué momento se tiene que presentar los escritos, en qué momento se puede presentar la prueba… el
abogado te va a aconsejar en defensa de tus intereses sabiendo cómo es el proceso. Por tanto, podemos
decir que este proceso es un proceso de gran participación. No solamente hay esta participación en los
procesos, sino que además, hay dos instituciones: la institución del jurado y la acción popular.
En cuanto a la acción popular, en nuestro sistema, no tiene el monopolio para acusar el ministerio fiscal.
Es decir, la acción penal se ejerce normalmente por el ministerio fiscal pero también puede hacer los
ciudadanos. Está regulado en el artículo 125 y está pensado para los procesos penales. Para poder ejercer
la acción popular no hace falta demostrar que se tenga un interés personal o particular, sino que
simplemente puede ser por tener un interés general. Además, ejercer la acción popular es gratuito y se
puede hacer para determinados delitos penales, y también cuando se quiere inculpar a un juez. El TC
también permite las personas jurídicas, asociaciones, partidos políticos.
La otra institución es la institución del jurado, que también está regulada en el art. 125. Esta institución no
se instaura hasta los años 90. De los distintos modelos de jurados que puede haber se escogió el del
jurado. Tiene dos fases: La primera fase actúa el juez de instrucción, y en la segunda fase participa el
jurado. Para empezar esta segunda fase, lo que se hace es ver qué jurados salen por sorteo. Estos jurados
no tienen que saber derecho. A partir de eso, se hace una selección que será quienes van a juzgar. El juez
penal es quien decide los que se van a quedar, que serán 9 más dos suplentes. Esto es un derecho y un
deber, por tanto, no hay excusa por no participar. Una vez seleccionado el jurado, estas personas forman
parte en el juicio como si fueran los jueces. El juicio es oral y público. Hay también un magistrado, pero lo
único que hace antes de empezar es decir qué es lo que tienen que valorar. Los elegidos para formar el
jurado miran todo el juicio, y el ministerio fiscal también. Una vez celebrado, se reúnen y tienen que llegar
a un veredicto, éstos se lo dan al magistrado y el magistrado redacta la sentencia siguiendo lo que le ha
dicho el jurado. Si el magistrado piensa que es inocente y el jurado dice que es culpable, da igual, la
sentencia es condenatoria.
Art. 117: la justicia emana del mismo y se administra en nombre del rey por jueces y magistrados
integrantes del poder judicial. Esto quiere decir que los únicos integrantes del poder judicial son jueces y
magistrados, aunque en el mismo título se regule el ministerio fiscal. La policía judicial solo colabora con
el poder judicial pero no son parte del poder judicial.

La independencia judicial: vertiente individual y colectiva. El Consejo General del Poder Judicial.

En cuanto a los principios del 117, cuando hablamos de independencia de los jueces se refiere a:
 Independencia respecto al ejecutivo y legislativo
 Independencia respecto a la sociedad (no pueden dejarse influir por los medios de
comunicación)

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 Independencia de los demás jueces: La única forma que hay de corregir una decisión del juez es
hacerlo por otro juez a través de un recurso previamente establecido. No hay jerarquía en el
poder judicial.

En cuanto a la independencia tiene también independencia respecto a las partes, y si en algún momento
se encuentren inquietados, deben pedir amparo al Consejo General del Poder Judicial para que les
garantice independencia y puedan trabajar sin presiones.

En cuanto a la inamovilidad, la inamovilidad de los jueces es una garantía de la independencia, ya que


saben que una vez que obtienen la plaza serán jueces para siempre, y hace que no sean suspendidos,
jubilados, a no ser que exista previamente una causa que esté regulada en la Ley Orgánica del Poder
Judicial. Además está el sometimiento a la ley. Están sometidos únicamente al imperio de la ley, siendo
esto el principio de la legalidad, pero debemos entender el imperio de la ley como supremacía
constitucional, ya que están sometidos a la ley y a la Constitución. La Ley Orgánica del Poder Judicial, en el
art. 5, deja claro que los jueces están sometidos a la ley como todos los poderes del estado (art. 9.1 CE). El
art. 5 dice que los jueces son independientes, pero están obligados aplicar la ley y la Constitución. Este
artículo nos deja claro que los jueces están obligados aplicar la ley, pero también la Constitución, y que lo
deben hacer según la jurisprudencia del TC, pero como lo tienen que hacer según la interpretación,
cuando el juez duda si una ley es constitucional o no, tiene que ir al TC. Por ello el art. 163 habilita al juez
para presentar las cuestiones de inconstitucionalidad.

En la judicatura hay una serie de incompatibilidades y prohibiciones, para que los jueces actúen de forma
independiente. Incompatibilidades que se refieren a los jueces y magistrados y lo amplia a los fiscales,
siempre que estén en activo. Se encuentran en el art. 127:
 No desempeñar otros cargos públicos
 No pertenecer a partidos políticos ni sindicatos
 Revisión de la Ley Orgánica del Poder Judicial para que regule el régimen de incompatibilidades
 Impide que el juez pueda dedicarse otra cosa distinta de la actividad jurisdiccional a no
ser que le nombren miembro del Consejo General del Poder Judicial. Aquí sí seguirá
siendo juez compaginando el cargo en el CGPJ. Está permitido la docencia, hacer
conferencias y escribir artículos. A veces se acepta la administración del patrimonio.
 No pueden participar en actos públicos que no estén relacionados con la justicia.
 No pueden ir a manifestaciones.
 Pueden participar en asociaciones profesionales.

30/11/2015

Principio de responsabilidad

El momento que hablamos de poder judicial, todo poder genera responsabilidad. En el caso del poder
judicial tiene responsabilidad de tres tipos:

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- Responsabilidad disciplinaria. Puede imponer sanciones a aquellos juzgados o jueces o


magistrados que no actúen debidamente o que tengan retrasos injustificados. Responsabilidad
disciplinaria que les puede imponer el Consejo General del Poder Judicial, porque el Consejo es
el que tiene entre sus competencias, la de inspección. El juez que quiera una comisión de
servicios para irse a otro tribunal durante un tiempo, ya sabe que si tiene problemas de retrasos
injustificados, no se lo dará.

- Responsabilidad civil. Puede acarrearles en su caso, tener que hacer frente a daños y prejuicios.
Por ejemplo: una persona que está en prisión y tiene que salir, pero no sale. Otra persona está en
prisión preventiva y se cumple el plazo, tiene que dejarla en libertad sin hacer el juicio. En estos
casos, esta responsabilidad podría llevar aparejada el pago de unos daños y prejuicios a la
persona afectada. Aunque no hay sólo una responsabilidad del juez, sino que también hay una
responsabilidad del Estado por errores judiciales.

- Responsabilidad penal. Se trata de aquellos casos en que un juez cometa un delito en el ejercicio
de su cargo, que resuelva injustamente a sabiendas. Sabiendo que es injusto, a pesar de ello,
resuelve de determinada forma. Por tanto, en estos casos, cometería un delito y sería
responsable de ello.

Los jueces tienen inmunidad pero no tienen fuero especial. Lo único es que en los supuestos de que
hubieran cometido estos tipos de delitos, o que se les denunciase exigiendo de ellos, responsabilidad
penal, como no tienen fuero especial, no les va a juzgar el Tribunal Supremo. Pero sí hay la diferencia
respecto a los ciudadanos de a pie, y es que en el caso de los jueces, se celebra previamente un antejuicio
para determinar si hay realmente indicios de criminalidad o simplemente se trata de una venganza. En
caso de que se considere que sí hay indicios de criminalidad, que hay indicios de que ha cometido un
delito, entonces se les juzga normalmente.

Principio de unidad jurisdiccional

Hay un solo poder judicial. No se descentraliza porque hay un único poder judicial que depende del
Estado. Y el órgano supremo dentro de este poder judicial es el Tribunal Supremo, que tiene competencia
en todo el territorio. No tenemos pues, poder judicial de las CCAA, aunque tienen su Tribunal Superior de
Justicia en cada Comunidad, siguen siendo órganos del Estado porque hay un único poder judicial. Cuando
hay discrepancias entre unos juzgados y otros en temas similares, a través de los recursos se llegarían a
los Tribunales Superiores o incluso se podría llegar al Tribunal Supremo el recurso de casación para que
unificase doctrina, unificase jurisprudencia. Cuando hablamos de unidad, hablamos de unidad
jurisdiccional en todo el Estado. Y esta unidad significa también que no puede haber jurisdicciones
especiales. Durante el franquismo existía el Tribunal de Orden Público, que era el que se encargaba de
condenar a los disidentes. Se considera en democracia que no pueden existir tribunales distintos, que hay
un único orden jurisdiccional, aunque ello no evita que puedan existir tribunales en función de la materia
que tengan alguna peculiaridad, como por ejemplo, los tribunales militares, que tienen una jerarquía
disciplinaria dentro de lo que es la organización militar, que deben actuar en aquellos casos que sean y se
produzcan dentro del ámbito castrense, pero que finalmente, si existiesen discrepancias o recursos,
acabarían en el Tribunal Supremo, que tiene una de las salas que es de lo militar, pero que está dentro del
Tribunal Supremo. En el ámbito penal, deberían aplicar el código penal militar que sería para situaciones
dentro del ámbito castrense, o bien en situaciones de guerra, o estados de sitio, sabiendo que hay
responsabilidad por parte de los poderes públicos o por parte del Gobierno (los ministros de defensa y el
Presidente). Pero con esta excepción, que es una excepción a medias porque al final acaba en el Tribunal
Supremo, no hay tribunales excepcionales.

Organización del Poder Judicial

En cuanto a la organización del poder judicial, los distintos juzgados y tribunales están diferenciados en
función de la materia que deben resolver, y estarían de menor a mayor:

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1) Los juzgados de paz y los de primera instancia e instrucción. Primera instancia civil, instrucción
penal, contencioso-administrativo y social (laboral). Esto por especialidad. Y dentro de las
especialidades, estarían también separado:
- Los juzgados menores,
- Los de vigilancia penitenciaria,
- y los de más reciente creación, que serían los de contra la violencia de género.
Todos estos que hemos mencionado son unipersonales, que quiere decir que hay un juez.
Resuelve un juez.

2) Por encima estarían las audiencias provinciales (hay una en cada provincia). Ya no resuelve un
juez unipersonal, sino que están compuestos por salas o secciones, y participan a la vez tres
jueces. Por tanto, los recursos de primera instancia, instrucción etc, los recursos de los
unipersonales irían a la audiencia provincial, pero después hay algunos casos, por ejemplo el
penal, según la pena que se les pudiese imponer, el juicio se celebra en primera vista, en la
propia audiencia. Con lo cual, en estos casos el recurso iría al Superior. Es decir, las audiencias
provinciales resuelven aquellos casos en que ellos ven el juicio directamente y todos los recursos
que provengan de los jueces de penal, de civil, de contencioso o de lo social.

3) Por encima de las audiencias, están los Tribunales Superiores de Justicia de las CCAA, (Tribunal
Superior de Justicia de Madrid, Tribunal Superior de Justicia de Andalucía…) Cada CCAA tiene su
Tribunal Superior de Justicia, que resuelven en las distintas materias, los casos que se produzcan
dentro de cada Comunidad.

4) Por encima de los TSJs, estaría la Audiencia Nacional, que es un tribunal distinto al que existen en
otros países del entorno. La Audiencia Nacional, que la sede está en Madrid, resuelve temas de
penal, de contencioso, de social, en aquellos supuestos en los que, por ejemplo, en el caso de
penal, sea un delito que se haya cometido en distintas CCAA o que esté en el ámbito
internacional. Es decir, cuando tiene una amplitud mayor de lo que es una provincia o una
Comunidad, en este caso, quien resuelve es la Audiencia Nacional. Pero cuando se crea la
Audiencia Nacional, no es tanto para estos supuestos, sino sobre todo para resolver los temas de
terrorismo. Está pensada para que los Tribunales de Justicia del País Vasco, para evitar presiones,
no tuvieran que resolver los supuestos de terrorismo que puedan acaecer sobre todo dentro del
propio País Vasco. También terrorismo y bandas organizadas, ya sean terroristas, ya sean tráfico
de droga, ya sea de falsificación de moneda, etc.

5) Y por último, el Tribunal Supremo, que es el superior dentro del Poder Judicial, está compuesto
por varias salas. Estarán la sala de lo civil, la sala de lo penal (la sala segunda), contencioso, social
y militar. En la regulación del Tribunal Supremo, que está en el art. 123 de la Constitución, nos
dice que tiene jurisdicción en toda España, que es el órgano jurisdiccional superior en todos los
órdenes, salvo lo dispuesto en materia de garantías constitucionales. Porque en materia de
garantías constitucionales está el TC, y el Tribunal Supremo debe interpretar las normas según la
interpretación que haga el TC de la Constitución. Este salvo lo dispuesto en las garantías ha
generado bastantes conflictos en nuestro país entre el TS y el TC.

La organización no es jerárquica, sino que tan sólo pueden revocar decisiones de otros jueces a través de los
recursos. Son independientes, por tanto, cada juez es libre para interpretar la ley y aplicarla al caso
concreto. Solamente si hay discrepancias, lo que se debe hacer es plantear un recurso, y este recurso, la
instancia superior sí que podría revocar la sentencia inferior, pero esa es la única forma que tienen entre
ellos de anular decisiones de los demás. No puede haber directrices, no puede haber ningún tipo de
obligación de actuar según diga el órgano superior. Y además, a ningún juez le gusta que un superior le
revoque una sentencia, pero sí tienen libertad para hacerlo. Pero, la única manera sería a través de los
recursos.

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Las sentencias deben estar siempre motivadas y basarse en derecho. Y en esta motivación por qué toman
una decisión y no otra, decisión basada en derecho, es donde la mayoría de jueces, lo que hacen es
apoyarse, para tomar una decisión, en la jurisprudencia del TS, o en su caso, en la jurisprudencia del TC.
Pero no están obligados. Si no hay recursos no los pueden revocar. La motivación es importante. Pero para
poder recurrir necesita saber previamente por qué no le ha dado la razón. Se supone que si le dan la
razón no va a recurrir. Y para poder argumentar el recurso necesita saber previamente por qué no le han
dado la razón, para poderlo rebatir en el escrito del recurso, y que lo revise el Superior. Por eso, dentro del
Estado de derecho es tan importante que las sentencias estén motivadas.

Consejo General del Poder Judicial

Está regulado en el artículo 122.2, y lo define como el órgano de Gobierno de los jueces. Y después, lo que
hace es remitir a la ley orgánica la regulación del Estatuto, el régimen de incompatibilidad, etc. todo lo
que atañe al Consejo General del Poder Judicial… Esta ley orgánica será la Ley orgánica del Poder Judicial.

La composición, está regulada en el apartado tercero de este 122, y nos dice que está integrado por el
Presidente del Tribunal Supremo, que a su vez será el Presidente del Consejo General del Poder Judicial, y
por 20 Consejeros. Por tanto, en total son 21, 20 Consejeros más el Presidente. Los consejeros serán
nombrados por el Rey (siempre es formal); que el mandato será de 5 años para que no coincidan con las
legislaturas, y además, la ley orgánica establece que no podrán ser reelegidos al menos inmediatamente
para garantizar su independencia. De estos 20 miembros, según la Constitución, 8 serán elegidos por
Congreso y Senado (4 y 4), por mayoría de 3/5 entre abogados y juristas de reconocida competencia, y
con más de 15 años de ejercicio en la profesión. Es decir, 8 serán juristas y los 12 restantes, serán elegidos
entre jueces y magistrados de cualquier categoría judicial. En este caso, la Constitución no nos dice cómo
se van a elegir ni por quién. Cuando se crea el Consejo General del Poder Judicial, que se constitucionaliza
pensando en que para que exista una verdadera separación de poderes, el poder judicial tiene que tener
un Gobierno independiente de lo que es el poder ejecutivo. Por eso se crea esta figura del Consejo
General del Poder Judicial.

Cuando en el 1980 se crea el primer Consejo General del Poder Judicial, hay 8 juristas elegidos por
Congreso y Senado, y los 12 restantes entre jueces y magistrados de cualquier categoría judicial, se
interpreta no sólo que sea de entre los jueces y magistrados, sino por los jueces y magistrados. Y en la
primera composición del Consejo, son los propios jueces los que eligen, a través de sus asociaciones, a
estos 12 Consejeros. Sin embargo, en 1985, se cambia la ley orgánica del poder judicial, y se propone que
todos, los jueces y magistrados también, se elijan por Congreso y Senado de entre todas las categorías
judiciales no por los propios jueces. Quien hace esta propuesta es un parlamentario del País Vasco, lo
apoya el Partido Socialista y se reforma la ley orgánica. Esta ley orgánica fue recurrida de
inconstitucionalidad por el PP, que estaba en contra porque consideraba que si todos los Consejeros se
elegían por Congreso y Senado, se iba a politizar el Consejo, y que para evitarlo, lo mejor era que se
eligiesen por los propios jueces. El TC, en sus sentencias sobre este recurso, lo que dijo era que las dos
fórmulas son constitucionales por una razón, porque la Constitución lo único que dice es: según la ley
orgánica. Será constitucional siempre que se haga como establezca la ley orgánica. Por tanto,
constitucional sí era. Aunque se toma la libertad, que el TC no tiene por qué hacerlo, de decir que era
mejor el sistema anterior, el que eligieran los mismos jueces a su representante. Desde aquel momento
queda en que todos los consejeros del Consejo General del Poder Judicial se eligen por Congreso y Senado,
mitad y mitad, por mayoría de 3/5. Se han establecido algunas modificaciones, y si bien la decisión final la
tiene el Congreso y el Senado, en lo que se refieren a los magistrados, los magistrados que quieran ser
propuestos para formar parte del Consejo General del Poder Judicial, lo que deben hacer es presentar su
candidatura, candidatura que se exige que esté avalada, o bien por una asociación profesional, o bien por
25 avales, es decir, 25 jueces en activo que firmen como avales de la candidatura, que firmen que están
de acuerdo que fuera el consejero elegido. Y de todos los propuestos, Congreso y Senado eligen.

Un mes antes de que venza el plazo de los 5 años, hay la posibilidad de presentar candidaturas durante
este mes, aquí se renueva todo el Consejo General de una vez. Anteriormente, todos los Consejeros del
Poder Judicial eran incompatibles con cualquier otra actividad, pero en la última reforma, se estableció

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que habría una Comisión Permanente formada por unos pocos de ellos, que éstos sí que son
incompatibles porque tienen que actuar durante todo el tiempo, y los demás, solamente van a reuniones,
de tal manera que sí pueden seguir ejerciendo la actividad que venían desarrollando. Esto sí ha servido
para tener menos gastos respecto al Consejo General del Poder Judicial. Pero por otro lado, también
podríamos poner en cuestión si realmente actuarán de manera independiente. Los jueces se suponen que
sí, porque lo único que tendrán que hacer es ir al juzgado a poner sentencias, excepto los momentos en
que tengan que ir a reuniones en el Consejo pleno, o a las comisiones que formen parte. Pero los que son
juristas, por ejemplo, sí compatibilizan seguir en el bufete de abogados y ser consejeros.

Una vez nombrado el Consejo, los 20 Consejeros eligen al Presidente que a su vez será el Presidente del
Tribunal Supremo. Normalmente es un magistrado del TS o de la Audiencia Nacional. También eligen a un
vicepresidente. Y tanto el Presidente como el vicepresidente lo deben elegir por mayoría de 3/5 dentro del
propio Consejo, según la Constitución, el órgano de Gobierno del Poder Judicial. Es órgano del Gobierno
pero no tiene autogobierno, porque el Poder Judicial está compuesto exclusivamente por jueces y
magistrados. Sin embargo, en el Consejo General del Poder Judicial, además de jueces y magistrados, hay
juristas. Por tanto, no sería autogobierno, sino Gobierno del Poder Judicial. El Consejo General del Poder
Judicial no ejercerá labores jurisdiccionales. No pondrán sentencias.

Las funciones o competencias del Consejo: elegir al presidente y al vicepresidente; establecer el


anteproyecto de presupuestos para el propio Consejo y dictar reglamentos para la organización interna.
Estos reglamentos que dicten internamente deben ser aprobados por mayoría de 3/5 dentro del propio
Consejo. Tienen además, las labores de inspección de juzgados y tribunales. Establecen la dirección del
procedimiento de selección de los jueces. También la organización de la escuela judicial. Y también la
provisión de destinos. Algunas de estas competencias las comparten con los órganos del Gobierno de los
Tribunales de Justicia o del TS. En esta provisión de destinos, no solamente se trata de saber cuáles serán
los ascensos o cuando hay una plaza vacante, cómo será el concurso y qué juez será quien lo ocupará.
Normalmente, cuando se trata de plazas vacantes, por ejemplo en una Audiencia, que lo solicitan los
Tribunales unipersonales, normalmente es por antigüedad dentro de la carrera, pero también deciden
quiénes serán los Presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia, de las Audiencias Provinciales, y
quiénes serán los magistrados del TS. Estos ascensos dependen de ellos, ellos deciden en función del
expediente de cada uno de los jueces, o en función de lo que quieran. No solamente pueden entrar en la
adjudicatura por oposición sino también por méritos. Todas estas formas de selección de jueces, la realiza
el CGPJ. Además, deben realizar informes en todos los anteproyectos de leyes que tengan que ver con las
demarcaciones judiciales o con juzgados y tribunales. También informes en lo que se refiere al régimen
penitenciario. Estos informes que realiza en Consejo, son preceptivos, es decir, ellos están obligados a
hacerlo; pero no son vinculantes para las Cortes. También deben pronunciarse cuando se vaya a designar
a un nuevo fiscal General del Estado. No influye pero sí se hace pública. Finalmente corresponde al
Consejo el designar 2 de los magistrados del TC. Y anualmente deben presentar un informe a las Cortes
Generales. Informe a las Cortes que pueden servir también de control.

TEMA 11

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

El Tribunal Constitucional está regulado en el título noveno de la Constitución definiéndolo como el


intérprete supremo de la Constitución.
Si queremos garantizar que la Constitución es la norma suprema, lo que debemos tener es un control que
impida que se puedan aplicar aquellas leyes que sean contrarias a la Constitución. Este sistema de control
de constitucionalidad nace en Estados Unidos de América.
En EEUU, para poder garantizar que la Constitución es el supremo derecho de la Tierra, se permite que los
jueces, que están sometidos a la ley pero también a la Constitución, cuando tengan un caso concreto que
estén resolviendo y tengan que aplicar una ley que consideren que es inconstitucional, la dejan de aplicar.
Aquí estaríamos ante un control de constitucionalidad de las leyes difuso, es decir, todos los jueces deben
dejar de aplicar la norma inconstitucional, ya que si lo aplicasen, atentarían contra la Constitución. Por

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tanto, quien ejerce el control es el Tribunal Supremo.

Europa

En Europa, en los primeros años se critica este sistema porque se dice que es antidemocrático y que lo
único que hace es judicializar la política. En Europa, el Estado de Derecho se basaba en la soberanía
parlamentaria de forma que la Constitución es la norma suprema, pero esta supremacía es sólo formal
porque se refiere al desarrollo legislativo. Se dice que la soberanía está en el Parlamento. Si el Parlamento
es el poder supremo, no quieren que un juez tenga el poder de revocar una ley, ya que si fuera así, el
Parlamento ya no sería el poder supremo.
La recepción de este control de constitucionalidad empezará a tomar forma después de la Segunda
Guerra Mundial, y se considera en los años posteriores, que se necesita garantizar los derechos y
libertades y el texto constitucional. Buscan una fórmula para garantizar esta supremacía de la Constitución
pero sin que resida en manos de los jueces.
Kelsen crea un modelo de control de constitucionalidad europeo que coincidirá en algunas cosas con el
modelo estadounidense. Como no quieren que este poder de controlar las leyes lo tengan los jueces, lo
que va a hacer Kelsen es idear un Tribunal ad hoc para el control de constitucionalidad, un Tribunal
especial que no va a tener esa posibilidad de control difuso de las leyes, sino que tendrá un poder
concentrado en un solo órgano que será el Tribunal Constitucional.
Kelsen en un primer momento va a hablar de la existencia del Tribunal Constitucional pero sus labores son
de legislador negativo, porque tiene en sus manos expulsar del ordenamiento jurídico las leyes contrarias
a la Constitución. El Parlamento las hace (legislador positivo), y el Tribunal Constitucional las puede
expulsar si están en contra de la Constitución (legislador negativo).
Los Tribunales Constitucionales, cuando llevan a cabo el control de constitucionalidad de una ley, no están
resolviendo un caso concreto (a diferencia de EEUU) sino que tiene una función abstracta. Se le va a
preguntar a este Tribunal sobre los artículos de una ley y él compara estos artículos de la ley con los
artículos de la Constitución, y nos dirá si la ley es o no constitucional. El TC es el único que puede llevar a
cabo el control de constitucionalidad de las leyes, por eso decimos que tiene el monopolio.
Con el paso de los años, el Tribunal Constitucional no solamente tiene la posibilidad de llevar a cabo el
control de constitucionalidad de las leyes, sino que va adquiriendo cada vez más competencias. Tiene
también la posibilidad de controlar los conflictos de competencias y la competencia para resolver los
problemas que surjan cuando los poderes públicos presionen un derecho fundamental de los ciudadanos.
En este caso, el TC lo resolverá a través de un recurso de amparo. Además de estas competencias, en la
Constitución dice también: todas aquellas que se les pueda atribuir por la Constitución o por su ley
orgánica, y también tiene competencia para resolver problemas que puedan darse a través de tratados
internacionales (tienen rango de ley pero cabe un recurso previo). Tiene la posibilidad también de
resolver conflictos entre los órganos del Estado y los que puedan darse en la autonomía local.

Naturaleza del Tribunal Constitucional

En cuanto a la naturaleza del TC, hay autores que consideran que es política, y otros dicen que es
jurisdiccional. También hay autores que dicen que es una naturaleza mixta (jurisdiccional y política). El
Tribunal Constitucional lo que va a hacer es tratar de resolver problemas políticos con criterios jurídicos,
por eso se dice que el Tribunal Constitucional garantiza los derechos de las minorías. En su actuación
sigue unos procedimientos parecidos a los jurisdiccionales. El Tribunal, al igual que los jueces, no actúa de
oficio, sino que requiere de la interposición de un recurso (una demanda). Actúa también basado en la
congruencia (lenguaje de los tribunales) de forma que debe contestar todo aquello que se le pregunta. En
este sentido podemos decir que esta congruencia también es jurisdiccional. Sigue un procedimiento
previamente establecido: el Tribunal, para poder aceptar o no un recurso, no lo puede hacer porque no
quiera, sino basado en algunas causas de inadmisión en el caso de que no lo admitan. Si no, no lo puede
admitir. También, al igual que los jueces, debe resolver en base a derecho, es decir, usando criterios
jurídicos. Lo que ocurre es que en el caso del TC, éste debe utilizar como parámetro la Constitución, y en
algunas ocasiones, el llamado bloque de la constitucionalidad para resolver. Y además, sus decisiones
normalmente toman la forma de sentencia o de auto (al igual que las resoluciones judiciales). Por tanto,
en cuanto al funcionamiento debemos decir que la naturaleza es jurisdiccional, aunque resuelve

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problemas políticos con criterios jurídicos. Es decir, resuelve controversias políticas, y ahí, el Tribunal
Constitucional tiene una naturaleza que podemos denominar política. En ocasiones, el Tribunal
Constitucional debe valorar los efectos de sus sentencias. Por ejemplo: el caso del control de las leyes. Si
el Tribunal Constitucional considera que los efectos desde la aprobación de la ley podrían ser perniciosos
políticamente, podría modular los efectos de sus sentencias y en ocasiones decir que los efectos los va a
tener sólo a partir de la publicación de la sentencia.
Por tanto, el Tribunal tiene una naturaleza jurisdiccional en cuanto a la manera que tiene de resolver y una
naturaleza política porque es un órgano del Estado y porque debe valorar los efectos de sus sentencias.

Composición

Está regulada en el artículo 159, que nos dice que el Tribunal está formado por 12 magistrados que
deberán ser nombrados por el rey (nombramientos formales) entre españoles juristas, y nos detalla qué
juristas pueden ser (magistrados, funcionarios públicos, profesores de universidad, abogados…), que
deberán ser de reconocido prestigio y con más de 15 años de ejercicio. Son nombrados por un periodo de
9 años, para que no coincida con los 4 años de legislatura, y para que no se rompa la línea de
jurisprudencia que se da en el Tribunal.
Los magistrados se nombran por Congreso y Senado, Consejo General del poder judicial y por el
Gobierno. 4 por el Congreso, 4 por el Senado, 2 por el Consejo General del poder judicial y 2 a propuesta
del Gobierno. Pero no se eligen todos de una vez, sino que las renovaciones son parciales. Cada 3 años se
renuevan 4. En el caso del Congreso y el Senado, se requiere una mayoría reforzada, que es una mayoría
de 3/5 de la Cámara. A través de una reforma de la ley orgánica del Tribunal Constitucional, se estableció
que en el caso del Senado, dado que es una cámara de representación territorial, debía elegir entre los
candidatos propuestos por los Parlamentos de cada CCAA. Esta mayoría de 3/5 estaba pensada para que
tuvieran que negociar los nombres de los candidatos, al menos entre el partido mayoritario y el
mayoritario de la oposición para lograr estos 3/5. Lo que ocurre es que prácticamente desde el inicio, en
vez de buscar personas de consenso que estuvieran bien vistas por al menos los dos grandes partidos que
tuvieran representación parlamentaria, lo que se hizo fueron cuotas. En todos los años que hemos tenido
bipartidismo, lo que se hacía era un pacto, de tal forma que si tú no votas los míos, yo no voto los tuyos.
En el caso del Consejo General del poder judicial, normalmente lo que se hace es proponer a 2 que son
magistrados o fiscales, y en el caso del Gobierno, el Gobierno propone a 2 y se quedan estos 2.

Estatuto jurídico de los magistrados

Es muy parecido al de los jueces del poder judicial, en el sentido de que tienen incompatibilidad
prácticamente con todo. Es decir, tienen que estar dedicados al Tribunal Constitucional en exclusiva.
Diferencia: Si bien los jueces y magistrados del poder judicial no pueden formar parte de los partidos
políticos ni de sindicatos, aunque sí en asociaciones de la magistratura; en el caso del Tribunal
Constitucional, la incompatibilidad está en que no pueden ostentar cargos de representación o cargos
importantes dentro del partido o del sindicato. Es decir, los magistrados del TC pueden formar parte de un
partido político, pero como militantes de base, no pueden tener cargos dentro del partido o sindicato. A
pesar de que pueden militar, se establece en su aprobación que deben ser independientes. Porque los
magistrados del TC, como intérpretes máximos de la Constitución, están sometidos a la propia
Constitución y a su ley orgánica. Por tanto, aunque sean los intérpretes supremos de la Constitución, no
significa que estén por encima de la Constitución.
En ocasiones, cuando se nombran 4 nuevos en el Tribunal Constitucional, los que queden en el Tribunal
son los que deben velar que las personas que nombramos como magistrados cumplan con los requisitos.
También son inamovibles. Es decir, durante los nueve años no se les puede cesar, a no ser que surja alguna
causa de incapacidad, o en la deslealtad en el ejercicio del cargo y no pueden ser reelegidos
inmediatamente, para evitar que actúen simplemente pensando en la reelección. Solamente podían ser
reelegidos aquellos que no han estado más de 3 años (ej. Muerte de un magistrado, y el que lo supla sólo
le quedan 2 años para las elecciones).

Los magistrados van a tener una prerrogativa que tienen también los parlamentarios: la inviolabilidad. Es
decir, tienen la libertad de expresión que tenemos todos, pero una libertad de expresión reforzada. En el

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sentido de que no se les puede perseguir por sus opiniones, debates sobre las leyes que van a dictar, o
por sus votaciones. En el caso de que algún magistrado del TC presuntamente cometiera un delito, les va
a juzgar el Tribunal Supremo. A esto le llamamos fuero especial.

Entre estos 12 magistrados se va a elegir a un presidente y a un vicepresidente por votación interna entre
los 12 magistrados. Si hay problemas porque hay empate, tiene prioridad el que ha estado más tiempo en
el Tribunal. Este presidente y vicepresidente presidirán cada uno de ellos las salas. El TC normalmente
funciona en pleno (los 12 magistrados juntos) pero también pueden funcionar por salas. Las salas están
formadas por 12 magistrados cada una, y están presididas por el presidente y otra por el vicepresidente. Y
la duración de este mandato de presidente y vicepresidente es de 3 años. El presidente tiene no
solamente funciones de representación de todo el TC, sino que además, tiene también la función del voto
de calidad. Si durante las votaciones hubiera un empate, el voto donde estuviera el presidente sería el
decisorio.
Además, el TC no está vinculado por su propia jurisprudencia, la puede cambiar. También elabora sus
propios reglamentos internos. Y dentro de lo que es el Tribunal Constitucional, que pueden actuar en
plenos, en salas y también en secciones, los magistrados están ayudados por letrados, que pueden ser de
adscripción general (están en todo el Tribunal) o pueden ser adscritos a un magistrado. Si bien, al
principio hubo oposiciones a letrado, posteriormente las oposiciones se anulan y los magistrados
nombran a juristas de su confianza. El letrado es el que hace las propuestas al magistrado, y el magistrado
es el que redacta la sentencia en base a lo que le ha dado el letrado. Normalmente los letrados están 3
años, aunque pueden estar más tiempo.

Competencias

Están reguladas en el artículo 161 de la Constitución. Nos dice en primer lugar que el TC tiene
competencia en todo el Estado. Estas competencias son el control de constitucionalidad de la ley, el
recurso de amparo, la resolución de los conflictos de competencias y añade la Constitución que tendrá
competencia sobre todo lo que le atribuya la propia Constitución y las leyes orgánicas.
En cuanto al control de constitucionalidad de la ley, puede plantearse por actores políticos o por jueces. Si
es por actores políticos, estaremos ante el recurso de inconstitucionalidad, y si el planteamiento es por
jueces, estaremos ante la llamada cuestión de inconstitucionalidad. Pero en los dos casos, el TC lo debe
resolver de manera abstracta. En el caso de actores políticos es normal. Pero en el caso de los jueces, el
art. 163 de la Constitución establece que cuando un juez esté resolviendo un caso concreto y tenga dudas
de la constitucionalidad de una ley aplicable al caso que está resolviendo, plantea la duda al Tribunal
Constitucional, y hasta que el TC lo resuelve, el juez no puede resolver tampoco, porque el TC le dirá si
puede aplicar la ley o no. Por tanto, aquí, para el juez ordinario que plantea la cuestión sí que hay un caso
concreto. Pero para el TC no. El Tribunal lo que debe hacer es valorar de forma abstracta simplemente la
ley impugnada con la Constitución, y decir si es constitucional o no.

Recurso

Está regulado en la ley orgánica del Tribunal Constitucional. En la Constitución no se dice si el recurso
debe ser a posteriori (una vez que la ley es aprobada) o preventivo (antes de que la ley fuese aprobada).
En la actualidad, los recursos tan sólo pueden interponerse a posteriori. Siempre son leyes o normas con
rango de ley. Si fuese un reglamento, sí que lo puede dejar de aplicar el Tribunal ordinario. Pero si es una
ley, no la puede dejar de aplicar y lo debe resolver el Tribunal Constitucional.
Cuando se trate más de un recurso pensado para interponer a actos políticos, se establece un plazo de 3
meses desde la publicación de la ley para evitar que se utilice como instrumento político. En principio sí
cabría la posibilidad de que la ley fuese impugnada por los jueces, porque los jueces, como se supone que
no tienen interés político, no tienen plazo establecido. Los jueces pueden plantear la cuestión de
inconstitucionalidad cuando esté resolviendo un caso, y considere que la norma aplicable al caso es
inconstitucional. En la actualidad siempre habrá un control a posteriori represivo con una excepción, que
es la de los Tratados Internacionales. Aquí sí cabe un recurso preventivo. Esto está pensado para que si el
Estado quiere firmar un tratado con otros Estados y este tratado fuese inconstitucional, como no lo
podríamos aplicar internamente porque atentaría contra la Constitución, solamente quedaría por

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reformar la Constitución, o no aplicar el Tratado. Para evitar esto, solo se les permite el recurso previo.
Esto está regulado en el artículo 95.2, cuando dice que el Gobierno o cualquiera de las Cámaras (Congreso
y Senado) pueden requerir al Tribunal Constitucional para ver si hay una contradicción entre el tratado
que han firmado y la Constitución. Aquí, lo que dice el Tribunal siempre es vinculante. Pero el Tribunal, lo
que va a decir si es constitucional o no. La voluntad de firmar el Tratado es del Estado. Si el tratado ya está
aprobado, y no se hubiera hecho este requerimiento previo, también se puede controlar. Aquí estaríamos
ante un tratado que tiene rango de ley, y por tanto, sería un recurso normal.

En la Constitución se estableció la posibilidad del control previo de inconstitucionalidad. Es decir, la


posibilidad de interponer recursos de inconstitucionalidad, frente a estatutos de autonomía o frente a
leyes orgánicas antes de su aprobación. Con este recurso previo, se preguntaba al TC si la ley era
constitucional o no, y hasta que el Tribunal no lo resolviera, no se seguía aplicando la ley. En el año 85
hubo una reforma de la ley del TC y se suprimió esta posibilidad de recurso previo por varias razones. En
primer lugar porque en ocasiones se utilizaba para evitar que se siguiese tramitando una ley. Es decir, se
utilizaba como instrumento político de paralización del Parlamento. Y por otro lado, el Tribunal
Constitucional, al pronunciarse en estos recursos, en ocasiones lo que hacía era usurpar funciones que no
les correspondían, usurpar la voluntad del legislador. Esto ha generado otros cuantos problemas: por un
lado, nos encontramos que, como solamente cabe imponer un recurso frente una ley aprobada, nos
encontramos con que cuando un Estatuto de Autonomía (p.ej. de Cataluña) está aprobado en Cataluña
por las Cortes Generales, el Tribunal Constitucional puede resolver diciendo que es inconstitucional una
vez que se ha aprobado el estatuto. Y por otro lado, al no existir el recurso previo, nos encontramos
también, en el caso de que se reforme la Constitución, sería imposible que el Tribunal Constitucional se
pronunciase.

Legitimidad

En cuanto a la legitimidad del recurso, están legitimados en primer lugar el Presidente del Gobierno, el
defensor del pueblo, 50 diputados, 50 senadores, o bien los Gobiernos o las Asambleas de las CCAA. Los
ciudadanos no pueden recurrir a las leyes de inconstitucionalidad. Directamente podemos ir al defensor
del pueblo, pero éste puede decidir si interponer el recurso o no.
El Presidente del Gobierno puede interponer recursos de inconstitucionalidad o porque está en un
Gobierno de coalición o porque va a interponer un recurso frente a leyes o normas con rango de ley en las
CCAA. Pero si se trata de una ley del Parlamento o de las Cortes, difícilmente va a interponer un recurso el
Presidente del Gobierno. Porque éste, en un sistema parlamentario como el nuestro, sale de la mayoría
parlamentaria, y si el contenido de la ley requiere esta mayoría parlamentaria no cabe sólo el Presidente
del Gobierno. Es decir, no pueden interponer recursos de inconstitucionalidad porque son leyes votadas
por la mayoría. Por tanto, normalmente ningún presidente va a impugnar leyes que son las suyas.
En cuanto al defensor del pueblo, también hay una cierta contradicción. Porque el defensor del pueblo,
que es una institución pensada para la defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos, está
definido como un alto comisionado de las Cortes Generales, que además son quienes los nombran. De tal
manera que si él es un alto comisionado de las Cortes es un poco contradictorio que impugnen una ley de
las Cortes. Pero sí que tiene sentido que esté legitimado para representar recursos de amparo que afecten
a los derechos fundamentales, ya que tiene como misión esencial, la defensa de los derechos.
En cuanto a los 50 diputados y 50 senadores, no hace falta que sean de un mismo partido político ni de un
mismo grupo parlamentario. Ahora bien, no se establecen límites, en el sentido de que si un diputado o
un senador hubieran votado a favor de una ley, esto no le va a impedir que después plantee un recurso. Es
decir, puede votar a favor de la ley y después ser uno de los 50 que plantean el recurso de
inconstitucionalidad. Para plantear el recurso se tiene que ser diputado o senador, pero incluso en
aquellos supuestos en los que se hubiera disuelto las cámaras, es decir, aun habiendo perdido la
condición de parlamentario, se podría plantear.

En cuanto a los Gobiernos y las Asambleas de las CCAA, se establecen límites de tal manera que las CCAA
solamente pueden interponer recursos frente a las leyes del Estado que afecten al propio ámbito de
competencias de la Comunidad. Cuando se va a interponer un problema competencial, pero el soporte es
una ley, el Tribunal Constitucional entendió que en estos casos no se solventaría a través del conflicto de

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competencias, sino a través del recurso de inconstitucionalidad. Aquí se plantea varios problemas: en el
caso de que una CCAA considere que la ley de otra CCAA invade sus competencias, la CCAA afectada no
puede plantear un recurso. Tiene que esperar hasta que haya un acto de aplicación. Lo mismo ocurre en
aquellos casos en que la oposición, dentro de la Asamblea de la CCAA, considere que una ley aprobada
por la mayoría de la Comunidad esté en contra del estatuto de autonomía. En este caso, la oposición
dentro de la propia Asamblea no puede interponer recursos porque es una ley de una CCAA. Se intentó
limitar la legitimación por parte de las CCAA, para evitar que las Comunidades abusaran interponiendo
recursos que no tuvieran realmente un interés directo de su propia Comunidad. Esto quiere decir que las
CCAA tienen que velar por el interés general.

En cuanto al plazo, dijimos que eran 3 meses desde la publicación de la ley. Por tanto, tienen que ser leyes
que estén en vigor. Si hay una ley en la que se ha planteado un recurso de inconstitucionalidad, y antes de
que el Tribunal Constitucional dicte sentencia, el propio legislador deroga la ley; el Tribunal ya no tiene
que pronunciarse, ya que se considera que ha decaído el objeto. Porque el Tribunal no está para resolver
problemas históricos, sino tan sólo de normas que estén en vigor. Pasados los tres meses de la
publicación, no se admite ya el recurso de inconstitucionalidad. Por tanto, tiene que ser un control
represivo frente a leyes ya aprobadas.

Se vuelve a introducir el recurso previo de inconstitucionalidad, pero sólo para reformas de Estatutos de
Autonomía, de manera que se puede plantear el recurso previo una vez que esté aprobado por el
Parlamento de la CCAA y por las Cortes Generales. Antes de que se pase al referéndum, se podía plantear
imponer el recurso de inconstitucionalidad. Aquí se tendría que esperar que el TC se manifestase, y si el
TC entiende que es constitucional, se pasa otra vez a un referéndum. Si se declarase que es
inconstitucional, se debería volver a las Cortes para que se suprimieran los artículos declarados
inconstitucionales o una vez aprobados por las Cortes. En cuanto al plazo, son tres meses a partir de la
publicación o una vez aprobados por las Cortes.

El lugar donde interponer el recurso es en la sede propio del Tribunal Constitucional, o bien en un juzgado
de guardia, pero no se podía plantear a través de Correos. Los recursos deben plantearse frente a leyes ya
publicadas. No se permite el llamado recurso por omisión.

El objeto del recurso

Se pueden incurrir de inconstitucionalidad sólo las leyes y las normas que tengan fuerza de ley (normas
que sin ser leyes están justo por debajo de la Constitución). Para saber cuáles son, podemos ir a la ley
orgánica del Tribunal Constitucional y en el artículo 27.2. Según este apartado, son susceptibles de
declaración de inconstitucionalidad: Los Estatutos de Autonomía y las demás Leyes orgánicas; las demás
Leyes, disposiciones normativas y actos del Estado con fuerza de Ley; Los Tratados internacionales; los
Reglamentos de las Cámaras y de las Cortes Generales; las Leyes, actos y disposiciones normativas con
fuerza de Ley de las Comunidades Autónomas; y los Reglamentos de las Asambleas legislativas de las
Comunidades Autónomas. No cabe sin embargo un recurso de inconstitucionalidad en un reglamento. El
reglamento es una norma que si va en contra de la ley o en contra de la Constitución, los jueces pueden
derogar la ley sin tener que acudir al Tribunal Constitucional.

La tramitación

Debe presentarse una demanda escrita en la que se debe identificar expresamente la ley que se está
recurriendo, y qué artículos de la ley se consideran inconstitucionales; contra qué artículos de la
Constitución atentan; quiénes son los titulares que presentan el recurso; y además se debe explicar de
forma congruente, los motivos por los que se considera que la norma es inconstitucional. No podría
interponerse un recurso absolutamente general, sino que tiene que ser completo y racional. Además, en
el momento en que se interpone, el TC lo estudia para saber si lo va a admitir o no. En el caso de recurso
de inconstitucionalidad, los motivos de inadmisión son tan sólo de carácter formal. Y los efectos de esta
admisión del recurso de inconstitucionalidad son que se admite, que se publica la admisión del recurso, y
que se da cuenta a los sujetos legitimados pasivamente.

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El efecto de esta admisión en el recurso de inconstitucionalidad, no es la suspensión de la norma. La ley o


la norma con rango de ley impugnada se van a seguir aplicando hasta que el Tribunal lo resuelva porque
se considera que siendo una ley de Parlamento, lo normal es que el Parlamento no haya actuado
inconstitucionalmente queriendo. Pero hay una excepción, y es el caso que el que interpone un recurso
de inconstitucionalidad es el Presidente del Gobierno frente a disposiciones de las CCAA. En este caso, la
impugnación produce la suspensión inmediata de la norma impugnada. Y el Tribunal Constitucional tiene
un plazo de 5 meses para dictar sentencia, y si en 5 meses no ha dictado sentencia, se abre un incidente
para resolver si se mantiene la suspensión de la norma o no. Como cuando el Gobierno interpone este
recurso no explica por qué solicita que se suspenda la aplicación de la norma impugnada, las CCAA
pueden alegar, y en estas alegaciones pueden solicitar al TC que se pronuncie que sí se pueden aceptar la
ley. Pero es muy difícil contrarrestar los argumentos, ya que no se especifican.
Una vez presentadas las alegaciones (si hay), el Tribunal tiene ya un plazo para dictar sentencia. Cuando el
Tribunal Constitucional admite un recurso, se produce también una congelación de la petición
(congelación de la demanda), es decir, no se puede ampliar una vez aceptado el recurso, los motivos de
inconstitucionalidad. El TC resuelve y termina en forma de sentencia, en la que se va a estimar la
inconstitucionalidad o la no inconstitucionalidad. Si la estiman, supone la nulidad de estos preceptos
inconstitucionales, y quedan fuera del ordenamiento jurídico. Ya no se pueden aplicar, no son válidos. Si
declaran la constitucionalidad, estos artículos impugnados se siguen aplicando. Esto es lo normal, pero a
veces las sentencias del TC pueden no ser tan claras, es decir, en ocasiones pueden ser sentencias
interpretativas. El TC cuando resuelve un recurso de inconstitucionalidad, lo que hace es una defensa
objetiva de la Constitución. Ahora bien, el Tribunal cuando interpreta, dado que las leyes y las normas con
rango de ley son normas que proceden de los representantes, se supone en principio que son
constitucionales. Entonces hay un criterio de interpretación que es el de conservación de la norma. Este
principio de conservación de la norma obliga de alguna forma al TC a buscar todos los sentidos posibles
que tenga la ley para ver si hay alguno conforme a la Constitución. Y si esto es así, no se debe declarar la
inconstitucionalidad de la ley, sino que es constitucional en ese sentido.

En ocasiones, cuando el Tribunal dicta sentencias interpretativas, es fácil que se exceda de sus
competencias. Y en ocasiones, en vez de dictar sentencias interpretativas, el Tribunal ha dictado
sentencias que van más allá de lo que son las sentencias interpretativas y lo que hace es ocupar de alguna
manera el lugar del legislador. Y esto el Tribunal no lo puede hacer. Cabrían también lo que llamamos
sentencias manipulativas. Lo que hace el Tribunal Constitucional es declarar inconstitucional sólo una
palabra. El artículo es constitucional, pero una palabra de este artículo no lo es. Por tanto, se le quita la
palabra para que sea constitucional, pero sin embargo, hay casos que si se le quita la palabra, cambia el
sentido del artículo. En otras ocasiones, lo que ha hecho ha sido por ejemplo añadir alguna palabra a la
ley para entender que era la única manera de salvar la constitucionalidad.

Crítica: el Tribunal Constitucional es un legislador negativo, no un legislador positivo. Por tanto, no puede
crear leyes. Puede interpretar con un mismo texto distintas interpretaciones, pero lo que no puede hacer es
añadir o quitar palabras de una ley.

Las sentencias del TC, en general, tienen efectos frente a todos (“ergo omnes”). Las sentencias se publican
en el Boletín Oficial del Estado junto a los votos particulares (si los hubiese); y se establece que va a tener
valor de cosa juzgada, que quiere decir que no se puede volver a juzgar dentro de lo que es la constitución
ordinaria. Cuando una sentencia es firme, esta sentencia tiene efecto de cosa juzgada y dentro de esta
sentencia, la cosa juzgada tiene 2 sentidos: Formal: no se puede en la misma guía procedimental imponer
un recurso igual; y Material: quiere decir que en el mismo supuesto, ya no se puede volver a juzgar. Ahora
bien, en el caso del TC, estos efectos de cosa juzgada son unos efectos distintos que la de la jurisdicción
ordinaria, porque sólo se refiere al ámbito formal. Pero respecto a la cosa juzgada material, si ya no se
pudiera volver a interponer ningún recurso, estaríamos diciendo que la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional sería pétrea. Esto no puede ser porque si no se pudiera volver a pronunciar, ya no haría
falta decir que el Tribunal está regulado por su propia jurisprudencia.

El Tribunal debe pronunciarse basándose en Derecho, y normalmente a través de sentencias. Y éstas deben
ser congruentes con la demanda. Pero además, el Tribunal Constitucional tiene mayor libertad dentro de

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esta congruencia. Debe ser congruente a lo que se le pregunta, pero si se impugna un artículo de una ley, y
el TC quiere declarar de inconstitucional ese artículo y ve que hay una conexión con otros artículos,
pueden declarar todos ellos inconstitucionales. Aquí no se vulneraría la congruencia. Tampoco lo haría si
el Tribunal entiende que un artículo es inconstitucional, pero no porque va en contra del artículo que se
ha impugnado, sino por otro artículo. Por tanto, el Tribunal debe contestar a todo lo que le preguntan la
demanda, pero también puede encontrar más artículos de la Constitución vulnerados, o puede extender
(si ve que hay conexión) a otros ámbitos de la ley.

Cuestión de constitucionalidad

La cuestión está regulada en el artículo 163. Y nos dice que cuando un juez (un órgano judicial) considere
en algún proceso, que una norma con rango de ley aplicable al caso y de cuya validez dependa de esto,
sea contrario a la Constitución, planteará la cuestión de constitucionalidad ante el Tribunal Constitucional.
El único que puede decidir si la ley es constitucional o no, es el Tribunal Constitucional. En estos casos,
¿Quién están legitimados? Todos los órganos judiciales. En este caso, no hay plazo para recurrir. Pero el
procedimiento es distinto. Primero porque los legitimados son sólo jueces; y en segundo lugar porque el
procedimiento que debe llevar a cabo el juez es distinto que el del recurso. El juez, lo que tiene que hacer
es, una vez terminado el procedimiento y dentro del plazo que el juez tiene para dictar sentencia, debe
plantear si presenta la cuestión o no. Lo que debe hacer es dar audiencia a las partes del proceso que está
resolviendo, para que éstos aleguen si están de acuerdo en plantear la cuestión o no. El juez les tiene que
convocar formalmente y presentar un escrito diciendo cuál es la norma que quiere impugnar; por qué es
fundamental para resolver el caso; y por qué considera que es inconstitucional. Y entonces, las partes
pueden alegar dando más argumentos de inconstitucionalidad o no (juicio de relevancia). Podría darse el
caso también de que el juez no se lo hubiera planteado, pero las partes lo solicitaran. Pero como el único
legitimado es el juez, éste es quién decide si plantearla o no. Si el juez decide que no lo va a plantear,
porque dice que no existe la inconstitucionalidad, las partes no pueden recurrir a esta decisión. Lo único
que podrían hacer es esperar a que el juez dicte sentencia y plantear un recurso. Y al plantear un recurso,
volver a solicitar a la instancia superior que planteen la cuestión de inconstitucionalidad. Pero es la
instancia superior quien decide si la plantea o no.
Una vez que se plantee, el TC deberá mirar si se cumplen los requisitos. Deben figurar claramente los
argumentos que el juez hace valer para presentar el recurso. Y estos argumentos deben ser claros y
racionales. Si no se da audiencia a las partes, sería un motivo de inadmisión. Por tanto, aquí sí que habría
una serie de motivos de inadmisión. En el caso de la cuestión si cabe una inadmisión si el recurso es
infundado. Una vez se admite, al igual que el recurso, se da traslado a las partes para que presenten las
delegaciones que consideren oportunas, y el juez debe resolver en un plazo relativamente corto.

Control de Constitucionalidad

Este control de constitucionalidad podía ser por dos vías: a través del recurso de inconstitucionalidad y la
cuestión de inconstitucionalidad. Tanto los recursos como las cuestiones tienen un objeto que es leyes o
normas con rango de ley. Además, el TC tiene otras competencias, competencias que vienen establecidas
en la Constitución: los conflictos de competencia y el recurso de amparo, y los demás que digan la Ley
Orgánica del Tribunal Constitucional. En estos demás que dice la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional,
se han añadido otras competencias como serían los conflictos con la administración local y los conflictos
entre los órganos del Estado (conflictos entre Gobierno, Congreso, Senado o Consejo General del Poder
Judicial). Conflictos entre órganos constitucionales ha habido muy pocos hasta ahora.

Conflictos de competencia

Normalmente todos los Estados descentralizados, ya sean Estados federales o que tengan algún tipo de
descentralización como el nuestro o los regionales, la solución de los conflictos que se puedan dar entre el
Estado y los distintos Estados federales, o entre los Estados y las CCAA, o entre el Estado y las regiones; se
resuelven por el Tribunal Constitucional. Por tanto, es una competencia propia de los estados
descentralizados. En nuestro caso, estos conflictos de competencias pueden ser de dos clases:

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- Conflictos positivos. Las dos instancias (p.ej. CCAA y Estado), consideran que la competencia es
propia, y que el otro invade la competencia.

- Conflictos negativos. Ninguna de las instancias se consideran competentes sobre la materia.

Estos conflictos se pueden dar entre el Estado y una o varias CCAA, o entre 2 CCAA entre sí.
Normalmente, cuando se plantea un conflicto de competencias, casi siempre es positivo y entre el Estado
y una o varias CCAA. Como tener competencias es tener poder, lógicamente conflictos negativos casi no
hay. Los conflictos son positivos, los dos quieren tener la competencia.

En cuanto al objeto de los conflictos, el objeto tiene que ser una resolución o acto con carácter de
reglamento, porque si fuera una ley, según el TC, la guía de interposición tiene que ser el recurso de
inconstitucionalidad. Es decir, cuando sea una ley, recurso de inconstitucionalidad aunque lo que esté en
juego sea una competencia. Sólo queda para los conflictos de competencias las normas inferiores o los
actos de aplicación. Es decir, serían reglamentos o actos de aplicación.
El conflicto no puede ser preventivo. Tiene que ser ya cuando se haya dado la actuación. Desde la
actuación o la publicación de la resolución, hay un mes para interponerlo. Pero aquí hay una diferencia en
el procedimiento según quien considere que le han invadido una competencia. Si el Estado considera que
una o varias CCAA están dictando resoluciones o actuando en base a una competencia que el Estado
considera que es propia, es decir, que es del Estado, en este caso, el Estado tiene dos opciones: puede ir
directamente al TC planteando el conflicto de competencias, o puede, antes de ir al Tribunal, interponer
un requerimiento previo. Sin embargo, si se trata de una CCAA la que considera que es el Estado quien
está invadiendo una competencia suya, la CCAA no tiene esta opción. La CCAA obligatoriamente tiene que
seguir las 2 fases. Tiene que presentar primero un requerimiento previo al Estado, y sólo en el caso de que
el Estado no conteste o no solucione el problema, puede ir al TC. Es decir, para la CCAA es obligatorio
presentar el requerimiento previo al Estado antes de poder ir al TC, pero para el Estado es potestativo.
Puede presentar requerimiento o ir directamente al Tribunal Constitucional. El requerimiento se considera
que es un intento de acuerdo amistoso previo antes de acudir al Tribunal. Por tanto, lo normal es que el
Estado vaya directamente al TC. Para las CCAA, esta obligación de presentar el requerimiento es condición
sine qua non para que les admita el conflicto de competencias. Y no solamente es imprescindible que
presenten el requerimiento, sino que además, en este requerimiento al Estado, tienen que explicar por
qué consideran que les han invadido la competencia, donde está la competencia que consideran propia y
el Estado les está invadiendo (si en el Estatuto o en cualquier ley de transferencia o delegación que
puedan atribuir competencias), cuáles son los motivos, y solicitar al Estado que derogue o anule la
disposición porque hay una invasión de competencias. Este escrito del requerimiento va a condicionar el
recurso del conflicto de competencias que van a presentar al Tribunal Constitucional. Además, cuando es
el Estado el que interpone un conflicto de competencias, la resolución de la CCAA normalmente queda
automáticamente en suspenso, pero cuando es la Comunidad la que interpone el conflicto al Estado, lo
decide el Tribunal Constitucional. En algunas ocasiones, se establece en la Constitución, que cuando el
Estado lo interpone frente a una CCAA, esta suspensión automática durará 5 meses hasta que el Tribunal
se pronuncie si sigue la suspensión o no. Según la Constitución, dentro del plazo de los 5 meses, el
Tribunal deberá decidir si se mantiene la suspensión de la norma de la CCAA o levanta la suspensión y se
puede aplicar mientras se resuelva (art. 161.2).

El TC, una vez planteado el conflicto de competencias, deberá valorar si se cumplen todos los requisitos
formales, si hay algún requisito subsanable subsanarlo, y si no, lo que debe hacer es dictar sentencia, y en
esta sentencia, deberá dictar 2 partes. Una primera en la que dirá quién es el titular de la competencia, es
decir, si el titular es el Estado o la CCAA, y en segundo lugar, si la disposición o resolución o acto debe
quedar anulado o no. Si quien ha actuado no era competente, se anulará la disposición o resolución; y si
era competente, no. Para poder resolver, el TC deberá tener en cuenta no sólo el art. 149 de la
Constitución, sino también el llamado bloque de constitucionalidad. Es decir, los Estatutos de Autonomía,
porque cada CCAA en base al principio dispositivo pueden tener unas competencias distintas a otra
Comunidad, y también las leyes de transferencia que hayan podido dictarse por parte del Estado para que
una Comunidad tenga más competencias que las que pone en el Estatuto.

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Normalmente, los procedimientos de los conflictos de competencia se resuelven a través de sentencia,


pero en algunas ocasiones, podría haber previamente antes de dictar sentencia un acuerdo llamado
allanamiento, que podría acabar de otra forma que no sea sentencia. También, si hubiese distintos
conflictos planteados que tuvieran el mismo objeto o un objeto parecido, por ejemplo, el Estado dicta una
norma y hay 3 CCAA que se consideran afectadas y cada una de ellas plantea previamente el
requerimiento, y después el conflicto, el Tribunal Constitucional lo que puede hacer es una acumulación
de procesos, y en una sola sentencia, resolver los casos. Tanto en los conflictos positivos como negativos,
las partes legitimadas son los Gobiernos, porque estamos hablando de resoluciones y no normas con
carácter reglamentario. Por eso, en caso de conflictos negativos, hablamos de Gobiernos y administrados,
no decimos ciudadanos sino administrados, porque estamos hablando de distintas administraciones.

Recursos de amparo

El recurso de amparo es el que se puede interponer cuando se considera que un poder público ha
lesionado un derecho fundamental. Solamente son amparables los de la sección primera del capítulo
segundo del título primero (del artículo 15 al 29). Para presentar recursos de amparo, se debe haber
agotado la vía previa, tiene que existir previamente una sentencia judicial firme, que ya no quepa un
recurso más. Y además, se debe haber invocado, en los procedimientos judiciales ordinarios, que se
considera que hay una lesión del derecho por parte del poder público. Este amparo judicial tiene carácter
preferente y sumario. Es decir, se acortan los plazos y pasa por delante de los demás temas porque afecta
a derechos fundamentales que es más importante. Cuando se trata de actos internos del poder legislativo
se puede acudir directamente al TC. Pero en los demás casos se debe agotar la vía judicial previa. Además
de las personas físicas, el TC, lo amplió a personas jurídicas y los supuestos en que la vulneración del
derecho fuera parte de otro particular. El TC hizo una interpretación muy extensiva de los recursos de
amparo. Esta interpretación hizo que en los primeros años de Constitución, el recurso de amparo se
convierte casi en una tercera instancia, cuando esto no puede ser así, porque el TC no forma parte del
poder judicial y por tanto, no puede ser la última instancia. Ante el bloqueo que tenía el TC saturado de
recursos de amparo, lo que hizo en el 2007 fue reformar la ley Orgánica del TC, para limitar los recursos de
amparo, de tal manera que si antes se admitían todos los recursos de amparo, ahora el TC tiene la opción de
admitir o no admitir los recursos de amparo. Por tanto, cuando se presenta un recurso de amparo, y el
Tribunal considera que ya se ha pronunciado en situaciones semejantes, y no quiere volver a reinterpretar
el derecho porque lo va a hacer de la misma forma, lo que puede hacer es inadmitir el recurso de amparo.
Si el Tribunal considera que el recurso no está bien fundamentado, también puede inadmitir. Esto ha
limitado mucho los recursos de amparo que se admitían y esto ha hecho que haya mejorado mucho en
los retrasos que tenía.

En las sentencias de amparo, el TC lo que tendrá que hacer es determinar si ha existido o no una lesión
del derecho, y proponer el restablecimiento del mismo. Si la lesión del derecho es por un acto de la
administración, el TC lo que hace es anular el acto; si se trata de una lesión por parte del poder judicial, lo
que hace el TC es revocar o anular la sentencia y retrotraer las actuaciones para que los Tribunales se
vuelvan a pronunciar.
En cuanto a las sentencias, todas las sentencias del TC tienen efectos frente a todos. Las sentencias
vinculan a los poderes públicos y a los ciudadanos. Y también tiene efecto de cosa juzgada. No se pueden
recurrir las sentencias del TC, aunque en lo que se refiere a la cosa juzgada material, sí cabe, en supuestos
similares, volver a interponer, porque podría ser que el Tribunal quisiera modificar la jurisprudencia.

2/12/2015
TEMA 12

EL ORDENAMIENTO JURÍDICO ESPAÑOL: PERSPECTIVA GENERAL.

Delimitaciones conceptuales: Fuentes del Derecho, Ordenamiento jurídico y normas jurídicas

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“Fuentes del Derecho” se emplea a veces para referirse a las denominadas fuentes del conocimiento, que
son los conjuntos documentales donde se recogen las normas y demás elementos que integran el
ordenamiento jurídico: la doctrina, los repertorios de sentencias... Otras veces, para describir el origen
último del Derecho, esto es, el sujeto o entidad al que se atribuye la creación del Derecho, como el Pueblo
o el Estado. Para referirse al origen próximo e inmediato del derecho, como el Parlamento, el Gobierno,
los tribunales o cualquier órgano del que emanan disposiciones jurídicas u otras manifestaciones del
derecho. Sin embargo, en un sentido más técnico jurídico que los anteriores, el término “fuentes del
Derecho” hace referencia a las distintas manifestaciones del Derecho en un ordenamiento dado, el origen
de las normas.
El derecho no es preventivo, es a posteriori.

Cuando hablamos de fuentes de derecho dentro del ámbito jurídico, nos referimos a aquello en lo que el
ordenamiento confiere la virtualidad de crear una norma jurídica, es decir, el ordenamiento jurídico nos
va a decir quién puede crear una norma y el procedimiento que deberá seguir para crearla. Según quien
cree la norma y el procedimiento que siga, esta norma va a recibir un nombre u otro. Aquellas normas
que siguen el procedimiento legislativo establecido y que se dictan por el Parlamento, reciben el nombre
de leyes, pero quien hace esto es el ordenamiento jurídico.

La regulación de las fuentes de derecho se encontraba en el Código Civil. Tal evolución histórica se debe,
en gran medida, a que en el siglo XIX, la Constitución era solo una norma de carácter formal y no tenía
eficacia directa. En esta época, el Derecho por antonomasia era el Derecho privado, esto es, las normas
que regulaban las relaciones entre particulares. Fue el Código Civil, la ley básica del Derecho privado. Por
tanto, el resultado de esta evolución es que toda esta regulación general de las fuentes, cuya ubicación
más natural sería hoy probablemente una ley específica, ha seguido ubicada, por tradición, en el Código
Civil. Sin embargo, la juridificación de la Constitución acaecida en el siglo XX ha hecho a ésta
progresivamente más determinante en materia de fuentes, ya que en ella, se prevén los aspectos
esenciales de la producción de las normas emanadas de los órganos del Estado, así como principios y
reglas sobre el ordenamiento jurídico que afectan de manera esencial a la regulación de las fuentes.

ESTRUCTURA Y CARACTERES

En la actualidad también se regulan las fuentes en el Código Civil, pero esto no impide que las fuentes se
regulen a su vez por la Constitución, Constitución que no ha derogado al Código Civil en este aspecto
porque no hay contradicción. Las fuentes del derecho son y eran: la ley, la costumbre y los principios
generales del Derecho. El orden de prioridad entre ellas es el señalado: primero se aplica la ley, que aquí
hay que entender como equivalente a norma escrita, luego la costumbre y, finalmente, los principios
generales del Derecho. El derecho en general, es derecho escrito.
Hoy en día en el Código Civil se sigue hablando de la ley, costumbre y principios generales del derecho, y
como fuente indirecta, estaría la jurisprudencia de los tribunales. La Constitución, es la que regula las
fuentes del derecho porque nos dice quién puede crear derecho y cómo lo debe hacer. Nos habla también
de otra fuente más, que es la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, que no va a ser subsidiaria sino
directa. El Código Civil no hace referencia a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional porque el Código
Civil es una regulación anterior.

La Constitución regula cuáles van a ser los valores superiores del ordenamiento: justicia, libertad, igualdad
y pluralismo, y también regula una serie de principios: principio de igualdad material, principio de
irretroactividad de las normas sancionadoras no favorables, legalidad, publicidad, prohibición de la
arbitrariedad de los poderes públicos... Todos estos principios, junto a la dignidad de la persona, serán los
valores del principio que el intérprete del derecho deberá utilizar cuando no sepa que aplicar o falte una
norma para el caso concreto. La Constitución es fuente de derecho, por lo que la Constitución es la norma
suprema del ordenamiento y como tal regula quién puede regular el resto de las normas que van a formar
parte del ordenamiento jurídico, pero ella misma tiene eficacia directa. Tenemos una Constitución que se
aplica directamente y que regula los derechos fundamentales. Y aunque no tenemos una ley que
desarrolla la Constitución, el juez debe aplicar directamente estos derechos.

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Para que la Constitución pueda garantizar su supremacía, tenemos por un lado la posibilidad del control
de constitucionalidad de las normas para conseguir que ninguna de ellas contradiga a la Constitución. Este
control puede llevarse a cabo o bien por los aplicadores del derecho en general (los jueces) o bien por el
TC. Cuando se trata de normas anteriores a la Constitución, o se trata de normas inferiores a la ley, si se
considera que estas normas son contrarias al texto constitucional, los jueces pueden dejar de aplicarlas
directamente. Cuando la norma que se considera que puede ser contraria a la Constitución, es una ley o
una norma con rango de ley, los jueces no pueden dejar de aplicarla, sino que deben acudir al TC. Por
tanto, el TC va a tener el control de constitucionalidad de la ley y las normas con rango de ley de las
normas posteriores a la Constitución. La Constitución tiene una cláusula derogatoria que establece que
quedan derogadas todas las normas del franquismo y todas las normas que contradigan a la Constitución.
En los primeros años, después de entrar en vigor la Constitución, había jueces que ante la duda de que si
el derecho anterior era o no conforme a la Constitución, ellos debían interpretarlo. Y ante la duda de que
si se debía aplicar de una forma o de otra, lo que hicieron algunas fue prestar cuestiones de
inconstitucionalidad, pensando que de esta forma el TC, si se pronunciaba, como las sentencias del TC
tienen eficacia frente a todos, diría si está derogada o no. Pero el TC no puede pronunciarse sobre la
derogación, porque no se puede aplicar una norma derogada. No obstante, en estos supuestos de derecho
anterior, el TC aceptó estas cuestiones y se pronunció en los casos en que consideraba que eran
supuestos impugnados contrarios a la CE, por lo que dictó unas sentencias en las que declara la
inconstitucionalidad sobrevenida por la entrada en vigor a la Constitución. La norma es nula y está
derogada.

LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS ENTRE NORMAS EN NUESTRO ORDENAMIENTO: VALIDEZ Y EFICACIA;


JERARQUÍA Y COMPETENCIA

Las fuentes de derecho, lo que hacen sobretodo es decirnos cuáles eran las reglas de aplicación. Para ello,
se establecen distintos sistemas: por un lado estaría la jerarquía normativa, que es un principio
constitucionalizado del art 9.3, pero en nuestro sistema tener exclusivamente la jerarquía normativa no
nos sirve, por lo que se establece junto a esto, el sistema de distribución de competencias. El sistema de
jerarquía tiene carácter vertical y se establece cuáles son las normas inferiores en función de quién dicte
la norma. Y el procedimiento seguido a la norma, se le va a dar un nombre jurídico que será el de ley,
reglamento, tratado... Según el nombre que reciba cada norma, este nombre va atribuir a la norma un
rango, y este rango normativo nos va a decir en qué posición se encuentra cada tipo de norma. Así
tenemos la pirámide normativa de Kelsen, en la que en el vértice superior está la Constitución, por debajo
están las leyes y las normas con rango de ley, y por debajo, los reglamentos. La Constitución atribuye
también carácter de fuente a la jurisprudencia del TC, y debe ir unida a la ley que interpreta, por lo que el
rango es rango de ley, y por tanto, estaría debajo de la Constitución. La jurisprudencia crea derecho.

En este principio de jerarquía normativa se establece una serie de reglas para saber qué debemos aplicar:

– Si hay contradicción entre una norma superior y una norma inferior, siempre gana la norma
superior.
– Si la contradicción se da entre dos normas del mismo rango, por ejemplo entre dos leyes, se
aplica el criterio temporal, es decir, gana la posterior en el tiempo (la más nueva). Por tanto, la
nueva ley deroga la anterior.
– En relación a una norma superior y una norma inferior, si tenemos una ley anterior a la
Constitución se deroga. Y si tenemos una ley posterior a la Constitución es nula, nunca fue válida.
Por tanto, si la norma ya estaba, la norma superior la deroga, y si la norma es posterior a la
norma superior, es nula, nunca fue válida.

La jerarquía nos da unos instrumentos para establecer la validez. A este sistema de jerarquía normativa se
le contrapone otro sistema que es el de distribución de competencias, pero los dos sistemas son
compatibles.

El sistema de distribución de competencias es un sistema horizontal, en el que lo que importa es la

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materia que regula, el contenido de la norma, lo que nos importa es saber quién es el titular de la
competencia, si es del Estado Central o de la CCAA, porque es el único que puede actuar. En esta
distribución de competencias, si existe una norma posterior que sea una ley, frente a una anterior, es un
reglamento. Si una es del Estado y otra de CCAA nos da igual, sólo nos importa quién lo ha regulado y si el
que lo ha regulado podía hacerlo o no. Si dicta la CCAA una ley, pero no tiene competencia para hacerlo,
aunque no contradiga a la Constitución, no sería válida por invasión de competencias. Cuando hablamos
de relación entre ordenamiento jurídico del Estado y de CCAA, hablamos de distribución de competencias.

El ordenamiento jurídico puede establecer reservas. Por ejemplo, todo lo que se refiere al derecho
parlamentario, se regula en los reglamentos de las cámaras de acuerdo con la Constitución. Y estos
reglamentos no pueden regular nada más que no tengan que ver con el derecho parlamentario. Tenemos
también lo que se llaman las reservas de ley, porque en nuestro sistema no hay reserva de reglamento,
solamente tenemos reservas de ley. Esto quiere decir que la materia reservada la debe obligatoriamente
regular el legislador. En este sistema, en el que el legislador lo puede regular todo, el ámbito del
reglamento será el que quiera el legislador. Los reglamentos suelen desarrollar las leyes, son secundum
legem, es decir, nunca contra ley. Además, la Constitución distingue entre leyes ordinarias y Leyes
Orgánicas. En el art. 81, se regulan las Leyes Orgánicas, estableciendo por un lado, un procedimiento
especial para su aprobación y modificación, que será la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados.
Las Leyes ordinarias solo requieren mayoría simple. La Constitución también establece en el art. 81 una
serie de materias que obligatoriamente deben ser reservadas para las Leyes Orgánicas, por lo que se
establece una reserva de Leyes Orgánicas que nos dice : normas relativas al desarrollo de los derechos
fundamentales, las que aprueben los estatutos de autonomía, las que aprueben el régimen electoral
general y otras previstas en la Constitución, que normalmente se refiere a la regulación de órganos
constitucional, como la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y la Ley Orgánica del Poder Judicial. Todas
estas materias previstas por la Constitución deben estar desarrolladas por las Leyes Orgánicas, y cualquier
modificación de las mismas, se necesitaría la mayoría absoluta del Congreso. Se trata pues, de una ley
reforzada que requiere un mayor consenso parlamentario.

En cuanto a los derechos y libertades, el TC entiende que solo requieren Leyes Orgánicas los derechos de
la sección 1 capitulo 2 titulo 1 (los art 15 al 29). El ejercicio sí podría estar regulado por una Ley ordinaria,
pero el desarrollo tiene que estar en la Ley Orgánica. Esta reserva de Ley Orgánica es el contenido esencial
de los derechos. Y este contenido esencial tiene que estar regulada en la Ley Orgánica. Si cambiamos ese
contenido, cambiamos el sentido del derecho.

En cuanto a los estatutos de autonomía, son leyes orgánicas especiales que requieren esta aprobación por
mayoría absoluta del Congreso. Pero la modificación y aprobación es distinta que una Ley Orgánica
ordinaria, porque son Leyes Orgánicas especiales, ya que una Ley Orgánica sólo del Estado no puede
modificar el Estatuto de autonomía, porque contienen el propio procedimiento de reforma.

En cuanto al régimen electoral, el art. 81 habla de régimen electoral general, que parece que se refiere
solo a las elecciones generales, pero se ha hecho una interpretación extensiva. Se ha determinado que por
Ley Orgánica se regule todo lo referente al régimen electoral y no sólo las generales. El TC ha hecho una
interpretación, entiende que cuando hay reserva de Leyes Orgánicas, la Ley Orgánica debe regular la
materia reservada, pero no puede regular otras cosas. Hace una interpretación como si estuviéramos ante
una reserva material, y no diciendo que el legislador lo puede regular todo. Pero por cuestiones técnicas
organizativas, en muchas ocasiones, en la misma Ley Orgánica se regula la materia orgánica y otras cosas
que llamamos materias conexas. El TC dice que por Ley Orgánica, cuando hay reserva, se debería regular
la reserva y nada más; pero se regulan otras cosas. Dice que se pueden regular otras cosas, pero el
legislador debe indicar qué artículo tiene carácter de orgánica y qué artículo tendrán carácter de ley
ordinaria. Si el legislador no dice nada, nos encontramos que estas materias conexas quedan congeladas,
y decimos que hay una congelación de rango. El rango de la Ley Orgánica y la ley ordinaria es el mismo, los
dos son leyes. La Ley Orgánica, aunque necesite refuerzo para ser aprobada, no es una norma superior a
la ley. Pero como hay reserva material, normalmente no van a intentar derogarse la una a la otra, porque
cada una regulará cosas distintas. Ahora bien, cuando el legislador, en una Ley Orgánica, regula materia
conexas y dice algo, dictará una disposición final diciendo que los artículos x,y,z tendrán carácter orgánico,

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en cambio, el resto no.


9/12/2015

TEMA 16

LAS DISPOSICIONES NORMATIVAS CON FUERZA DE LEY

Están explicitadas en el art. 27 de la ley orgánica del Tribunal Constitucional, que nos dice qué normas serán
susceptibles de control de constitucionalidad.

DECRETOS LEGISLATIVOS

En el artículo 82 se establece la posibilidad de que las Cortes Generales puedan delegar en el Gobierno la
potestad de dictar normas con rango de ley. A esto se le llama delegación legislativa, y a la norma que
dicte el Gobierno, le llamamos legislación delegada. En la delegación legislativa, las Cortes lo que hacen es
entregar su poder legislativo a otro órgano, el Gobierno, para que éste dicte una norma que va a tener el
mismo valor que si fuera una ley. Y si tiene el mismo valor que la ley, quiere decir que al tener el mismo
rango, el producto de la legislación delegada que llamamos decreto legislativo, podría derogar una ley. Son
dos normas del mismo rango, por tanto, la posterior podría derogar a la anterior. Esta posibilidad de
delegación lo tienen la mayoría de las Constituciones europeas. Por ejemplo, en nuestro caso, se aprobó
por delegación legislativa el código civil. La Constitución establece que no podrán ser objeto de
delegación legislativa las materias propias de ley orgánica. Lo que establece el art. 82: en un primer
momento es que se posibilita que las Cortes deleguen en el Gobierno la posibilidad de dictar normas con
rango de ley, y nos dice que será sobre materias determinadas no incluidas en el artículo anterior. Si lo
que regula el decreto legislativo es el art. 82, no pueden vulneran el artículo anterior porque el 81 regula
las leyes orgánicas. Es decir, se excluyen de la posibilidad de delegación las materias propias de leyes
orgánicas. Además, se establecen también otros límites:

1) El legislador no puede hacer una delegación en blanco. No puede decir, delego en el Gobierno que
regule todo lo referente a tal materia, o regula tú lo que quieras.

2) Tiene que tratarse de una delegación expresa, en que claramente las Cortes indiquen que están
delegando al Gobierno para que regula una determinada materia. Tiene que decir expresamente qué
está delegando para que el Gobierno regule, a través de un decreto legislativo, una materia concreta,
especificando exactamente qué materia es, y si de aquella materia me deja que regule todo o cuál es
el poder normativo que le está delegando al Gobierno.

3) Debe indicar el plazo que le da al Gobierno para que realice el decreto legislativo. Dentro de este
tiempo determinado que debe especificar las Cortes, sólo cabe la posibilidad de que el Gobierno
dicte un decreto legislativo. En el momento en que lo ha dictado y se ha publicado en el BOE, ya no
cabe un nuevo decreto legislativo bajo la misma delegación.
Además de estos límites, queda claro que no pueden delegarse las materias de Ley Orgánica; que no cabe
tampoco delegar la elaboración de los presupuestos generales del Estado. Como no puede haber
delegación en la delegación, no cabe que las Cortes dicten una ley de Comisión para hacer una
delegación, porque aquí habría doble delegación. Las leyes normalmente se aprueban en el pleno. En el
pleno del Congreso, se pasa al Senado, y después en el pleno del Congreso y Senado. Cuando hablamos
de las leyes de Comisión, nos estamos refiriendo a aquellas leyes que, porque tengan pocos problemas
para su aprobación, se consideren en las Cortes, que no es necesario que pasen al pleno, y se puede
establecer que la aprobación final se haga en Comisión, sin que tenga que pasar al pleno. Esto es una
delegación que hace el pleno a la Comisión. Si se ha hecho una delegación para que la Comisión lo
apruebe, y finalmente, el pleno considera que quiere intervenir, que es mejor que se haga en pleno, lo
podría hacer.

La delegación puede hacerse, o bien para que el Gobierno realice textos articulados, como si fuera una ley;

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o bien para refundir textos. Habría dos clases de delegación, una delegación para que el Gobierno elabore
un texto articulado, y la delegación para que el Gobierno realice una refundición de textos. En el primer
caso, como aquí el Gobierno tiene más libertad, porque debe dictar un decreto legislativo nuevo, en este
caso, las Cortes deberán dictar una ley de bases. En esta ley de bases, las Cortes deberán establecer los
principios o los criterios que el Gobierno deberá seguir para elaborar este texto articulado, y deberá
establecer también la intensidad de la delegación. Por tanto, lo que hacen es establecer los criterios
generales, para que el Gobierno sepa cómo deben dictar el decreto legislativo. Y el Gobierno no puede
excederse, no puede ir más allá de las bases que le dictan las Cortes. Esta ley de bases no puede autorizar
al Gobierno para que éste modifique la propia ley de bases, porque esto sería igual que hacer una
delegación en blanco; ni tampoco pueden autorizar al Gobierno para que dicten normas de carácter
retroactivo. La otra clase de delegación, que es para la refundición de textos, el Gobierno tiene menos
libertad. Porque aquí de lo que se trata es que el Gobierno dicte una sola norma en un solo decreto
legislativo, la refundición de la regulación que haya sobre una materia, pero que están en textos dispersos.
Tanto en este caso como en el otro, tiene que existir previamente esta ley de delegación, porque hemos
dicho que siempre debe ser ordenada de una manera expresa.
Una vez se ha dictado, ya sea ley de bases o ley de delegación, para que el Gobierno dicte el decreto
legislativo, cabe la posibilidad de revocación.
Si ya existe la ley de delegación, esta revocación puede ser de 2 clases:

- Revocación tácita: se da en el supuesto de que ya existe la ley de delegación, que el Gobierno (en
su conjunto: Consejo de ministros) ya empieza a tramitar el decreto legislativo, y las Cortes
deciden tramitarlo ellas. Lo que podrían hacer es, si se trata de una revocación tácita, es empezar
a tramitar la misma materia en las Cortes. Cuando se hace así, prácticamente les están diciendo
al Gobierno que no hagan nada porque lo está haciendo las Cortes. Pero en este caso, cabría que
el Gobierno impusiera un veto, y dijera que no empecéis a tramitar una ley sobre esta materia
porque ya me la habéis delegado y lo estoy haciendo yo. El Gobierno puede imponer este veto o
simplemente dejar de elaborar el decreto legislativo porque ya lo está haciendo las Cortes. Ahora
bien, si el Gobierno lo que hace es intentar poner un veto diciendo que ya lo está elaborando, la
única forma que tienen las Cortes es ir a una revocación expresa.

- Revocación expresa: esta revocación expresa sería simplemente dictar una nueva ley que
derogasen a la ley de bases o a la ley de delegación. Ya que si se deroga la delegación, el
Gobierno ya no podría actuar.
En cuanto al control de los decretos legislativos le corresponde al TC. Este decreto legislativo debe tener en
cuenta la Constitución y la ley de bases o la ley de delegación. No debe ir en contra de la ley de delegación
ni la ley de bases. Además de este control del TC, se establece la posibilidad de que en la propia ley de
delegación de las Cortes o ley de bases, se establezcan algunos elementos adicionales de control. Pero la
aprobación final del decreto legislativo va a corresponder al Gobierno. Como la mayoría del Gobierno es la
mayoría del Parlamento, no hace falta poner muchos controles adicionales. El decreto legislativo lo
aprueba el Gobierno, el Consejo de ministros. Aunque los decretos legislativos no están sancionados,
están expedidos por el rey y deben estar refrendados por el Presidente del Gobierno. Pero es una
expedición sin sanción. En el momento que entra en vigor, deroga normas anteriores.

En el apartado sexto del art. 82, al hablar del control, se establece que sin prejuicio de la competencia
propia de los tribunales, las leyes de delegación podrán establecer, en cada caso, fórmulas adicionales de
control. Aquí, lo que se dice es, sin prejuicio de la competencia propia de los tribunales, no se está
refiriendo al TC. Aquí habla de los tribunales en plural. Esta incongruencia aparente, pero que ha
generado bastantes problemas, proviene de lo siguiente: Según el art. 97, que habla del Gobierno, dice
que el Gobierno ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria, de acuerdo con la Constitución y
las leyes, pero no le da la potestad legislativa. Es decir, lo que tiene normalmente el Gobierno es la
potestad reglamentaria. Cuando en años anteriores no teníamos TC, se consideraba que cuando el
Gobierno dictaba un decreto legislativo, pero se excedía de la delegación, iba más allá de lo que la
delegación le permitía; este exceso tenía rango de reglamento, porque el Gobierno puede dictar
reglamentos, pero no puede dictar leyes a no ser que las haga según la delegación que le han dado las
Cortes. Por tanto, el Gobierno si sigue la delegación de Cortes, y está dando un decreto legislativo con

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rango de ley; en todo lo que se exceda de esta delegación, en todo lo que vaya más allá de la delegación,
es como si dictara un reglamento, porque ejerce la potestad que él tiene que es la reglamentaria. A esto
se le llama “ultra vires”, que hace referencia al exceso del Gobierno respecto a la delegación que le han
dado las Cortes. Entonces, todo lo que exceda de la delegación, es reglamento.

Como ahora tenemos TC, el problema que aparece es: cuando se tiene que controlar un decreto
legislativo que no es materialmente inconstitucional, pero el Gobierno ha ido más allá de lo que le
permitían las Cortes en la delegación, si seguimos la teoría de Ultra Vires, este exceso sería controlable
por los tribunales. Decíamos que el control de constitucionalidad es sobre las leyes o normas con rango
de ley, pero los reglamentos no los controla el TC. Los reglamentos ilegales se dejan de aplicar
directamente por parte de los tribunales. Es decir, son los Tribunales los que controlan. Entonces, si
aceptamos la doctrina Ultra Vires, el exceso de delegación sería controlable por los tribunales ordinarios,
porque sería reglamento, pero podemos entender también que si el Gobierno se excede de la delegación
que le ha dado las Cortes, aunque materialmente no sea inconstitucional, sí está actuando de forma
inconstitucional, porque está actuando el Gobierno en contra de lo que permite el art. 82, que es el que
regula la delegación legislativa. Ante este problema, el TC, en un primer momento consideraba que si
había exceso ultra vires, correspondía a los tribunales ordinarios, y si había algún problema de
inconstitucionalidad material, le correspondía, respecto al decreto legislativo, al TC. Con lo cual, en el
exceso, el TC llega a la conclusión de que hay dos vías. Como se trata de un decreto legislativo, le
corresponde a él controlar porque es norma con rango de ley, si se impugna todo el decreto legislativo o
los artículos del decreto legislativo, pueden entrar también a valorar si se ha actuado en contra del art. 82,
y sería inconstitucional; o se puede dejar que este control lo lleve los tribunales ordinarios. Por tanto,
cabrían estos dos supuestos. Porque si no, el TC estaría actuando en contra del apartado seis del 82, que
habla de los Tribunales. En un primer momento, el Tribunal rechazó incluso, algún recurso de
inconstitucionalidad, porque lo único que se impugnaba era este exceso, lo único que se impugnaba era
este ultra vires, aunque no había otro tipo de inconstitucionalidad materia. En este caso, tribunales
ordinarios. En la actualidad, acepta también, aunque sólo sean problemas de ultra vires y entra a declarar
si es inconstitucional o no. Por tanto, en la actualidad se aceptan las dos posibilidades, aunque lo normal
es que si sólo hay ultra vires, le corresponde a los tribunales ordinarios.

DECRETOS LEYES

La potestad para dictar este tipo de normas con rango de ley, la tiene el Gobierno porque se la da
directamente la Constitución. Está regulado en el artículo 86, donde se le atribuye la posibilidad de que el
Gobierno dicte una norma con rango de ley, siempre y cuando se dé, lo que llamamos, el supuesto de
hecho habilitante. El supuesto de hecho habilitante es que exista una situación de extraordinaria y urgente
necesidad. Pero cuando hablamos de extraordinaria y urgente necesidad, nos estamos refiriendo a una
situación en la que se considera que es importante que la regulación que se haga de forma rápida, y que
si se dejara que se tramitase por ley, se tardaría demasiado tiempo. Quien interpreta si hay este tipo de
supuestos es el Gobierno. Puede dictar un decreto ley, que es una norma con rango de ley, pero es una
norma provisional. Por ejemplo, una situación de urgente necesidad: caso Rumasa.

Además del presupuesto de hecho habilitante, se establece una serie de límites materiales, ya que no se
pueden dictar por decreto ley; materias que afecten al ordenamiento de las instituciones básicas del
Estado; a los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos del título primero; al régimen de las CCAA
y al derecho electoral general. Aquí sí que se produce, para su aprobación definitiva, la necesidad de que,
además del Gobierno, intervenga también el Congreso. Aquí intervienen sólo el Congreso. Cuando hay
una situación de extrema necesidad y el Gobierno dicta un decreto ley, este decreto ley, como es para
solventar la situación de urgencia, se publican en el BOE y entra en vigor. Al entrar en vigor, podría afectar
a normas anteriores del mismo rango. Pero estamos hablando de una norma provisional. Lo que se
establece en el procedimiento de aprobación es que, una vez que el Consejo de ministros ha elaborado el
decreto ley, se aprueba y se publica en el BOE como norma provisional, hay un plazo de 30 días para que el
Congreso se pronuncie. Y se debe pronunciar convalidando o derogando. Si dice que sí, el decreto ley
dejará de ser provisional para convertirse en un decreto ley convalidado, o podría, el Congreso, estar en
desacuerdo y revocarlo, derogarlo. Y entonces, no se podría seguir aplicando. Pero cuando el Congreso

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interviene, dentro de este plazo de 30 días, para pronunciarse si está de acuerdo o no con el texto de
decreto ley dictado por el Gobierno, no puede introducir enmiendas. Como la mayoría del Congreso,
coincide con el color del Gobierno, normalmente los decretos leyes se convalidan. Además, la
Constitución establece que dentro de este plazo de 30 días, el decreto ley se puede tramitar como si fuera
una ley por el procedimiento de urgencia. Esto va a ocurrir en los supuestos en que se está de acuerdo
con el texto, pero se quiera introducir enmiendas, se puede solicitar que se tramiten como ley, o aprobar
el decreto ley y posteriormente dictar una ley que modificase lo que no gusta del decreto ley.

Quién puede controlar los decretos leyes es el TC, ya que es una norma con rango de ley. Pero aquí, el TC
puede controlar incluso el decreto ley provisional. Es decir, el decreto ley aprobado por el Gobierno,
publicado en el BOE y empieza a aplicarse, incluso antes de ser convalidado o no, puede ser recurrido de
inconstitucionalidad. En este caso, el Tribunal debería pronunciarse sobre el decreto ley provisional.
Podría ser que se impugnase no el decreto provisional, sino el decreto de convalidado, que se convalidara
en el Congreso, y se presentase un recurso ante este decreto ley que ha convalidado el Congreso. O
podría impugnarse, en caso de que se tramitase como ley, la ley posterior, es decir, esta ley final lo que
haría sería derogar la anterior ley. Cabrían las tres posibilidades. Cuando el TC entra a valorar en el control
de constitucionalidad del decreto ley, puede controlar si el texto del decreto ley es materialmente
constitucional o no, es decir, si hay algún artículo del decreto ley que estén en contra de los artículos de la
Constitución, en cuanto a la regulación; podría entrar a valorar también si se ha seguido el procedimiento,
es decir, si realmente puede existir una inconstitucionalidad formal; y podría entrar a valorar también si se
cumple el 86, es decir, si el decreto ley se da en una situación de urgente necesidad y si se respetan los
límites materiales.

El TC lo que sí va a controlar es si ante el presupuesto de hecho habilitante, el Gobierno argumenta para


poder dictar el decreto ley, haya una regulación que sirva para solventar esta urgencia. Si el Gobierno dice
que es una situación muy urgente, pero después en la regulación que se hace no tiene nada que ver para
solventar la urgencia, aquí puede decir que hay inconstitucionalidad. Lo que sí puede controlar el TC es si
realmente la regulación que se hace, podría servir para solventar la urgente necesidad con el contenido
del decreto ley. Pero no, si es una situación urgente o no, porque esto corresponde al Gobierno.
Además, el TC va a entrar a controlar también si el Gobierno se ha extralimitado en cuanto a los límites
materiales que establece la Constitución. Hay materias que no se pueden regular por decreto ley, y en
caso de que se regulase una de estas materias, el decreto ley sería inconstitucional. Y podría también
controlar, en caso de que se impugnara así, la ley posterior, en caso de que las Cortes hubieran decidido
no solamente convalidarlo, sino también tramitarlo como ley. Hay que tener en cuenta que para poder
tramitarlo como ley, previamente hay que convalidar el decreto ley. Si no se tramita como ley, entonces
queda como decreto ley convalidada. Ya es una norma no provisional, sino permanente. La
provisionalidad son sólo estos 30 días como máximo, en el cual el Congreso debe pronunciarse. En estos
30 días, quedaría como en suspensión la norma anterior a la espera de la convalidación, porque es una
norma provisional que no está perfeccionada. En el caso de que se tramite como ley, el TC considera que
estamos hablando, no de normas distintas, sino de una sucesión de normas.

Estas dos son las posibilidades que tiene el Gobierno: decretos leyes y decretos legislativos de dictar normas
como si fueran las Cortes. Es decir, tienen el mismo valor y eficacia que una ley, aunque con límites.

14/12/15
TEMA DE LA REFORMA

La Constitución la elabora el poder constituyente, pero como la Constitución establece ella misma los
procedimientos para reformarla. Esto quiere decir que establece un poder de reforma. Este poder de
reforma es poder que llamamos constituyente constituido. Es decir, la Constitución establece quién y
cómo podrá reformar la Constitución, solo se podrá reformar la Constitución a través de los
procedimientos que ella misma establece, hay 2 procedimientos, uno simple y otro agravado. La iniciativa
es la misma para un procedimiento y para otro. Esta iniciativa viene establecida en el artículo 87, que
regula la iniciativa legislativa. Los mismos que tengan iniciativa legislativa serán los que tengan iniciativa
para reformar la Constitución, con la excepción de la iniciativa legislativa popular. En el art. 9.1 dice que

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estamos todos sometidos a la Constitución (poderes públicos y ciudadanos). Como estamos sometidos a
la Constitución, esto quiere decir que a partir del momento que se aprueba, se publica y entra en vigor,
nosotros ya no somos dueños de reformar la Constitución, aunque sea un principio democrático. Cuando
se pretenda reformar estos principios esenciales, tendrá que hacerse a través del procedimiento de
reforma agravada, que está regulada en el art. 168. Estos serán Título preliminar, título primero, es decir,
derechos fundamentales (derechos personales), y la Corona.
Nuestra Constitución no establece cláusulas de intangibilidad porque en el art. 168 nos dice que se puede
reformar totalmente la Constitución. No hay, por tanto, ningún artículo que no sea modificable.
Podríamos modificar a través del 168, que es el procedimiento agravado, toda la Constitución. Ahora bien,
el procedimiento agravado es tan agravado que hace difícil llevarlo a cabo. El procedimiento agravado
requiere mayoría de 2/3 de cada Cámara, y además, en el momento que hay una iniciativa de reforma
agravada, las Cámaras, por esta mayoría de 2/3 deben pronunciarse en primer lugar, sobre la necesidad
de reforma que se plantea. Si no están de acuerdo, no hay reforma. Si están de acuerdo, disolución de las
Cámaras, elecciones, y las nuevas Cámaras que salgan en estas elecciones, deben volverse a pronunciar
sobre la necesidad de reforma, de esta reforma planteada, y en caso de que esté de acuerdo también por
mayoría de 2/3, empieza el procedimiento de reforma que viene a ser igual que el procedimiento
legislativo: posibilidad de introducir enmiendas, etc y finalmente, el texto reformado debe ser aprobado
por estos 2/3 del Congreso y después 2/3 del Senado. Si en cualquier momento no se llegase a estos 2/3,
no hay reforma. Si se obtiene, una vez aprobado, en este caso como estamos hablando de partes
fundamentales de la Constitución, el referéndum es obligatorio. Si se ha aprobado por las Cámaras, pero
el referéndum sale que no, no hay reforma. En la reforma agravada, el referéndum es obligatorio y
vinculante.

En el caso de la reforma simple (art. 167), es una reforma bastante más sencilla porque requiere una
mayoría de 3/5. Aquí no es necesario que se pronuncien las Cámaras sobre la necesidad de reformas. Se
plantea la iniciativa de reforma y en la toma en consideración, se puede decidir que no se tramita.
Entonces no habría reforma. Esta no tramitación de la iniciativa de reforma debería decidirse en el pleno
de las Cámaras. En caso de que sí se tramite, se seguirá el procedimiento como si fuera el procedimiento
legislativo, pero al final, requiere que se apruebe por las dos Cámaras con estos 3/5. Primero por el
Congreso y después pasa al Senado, el Senado introduce enmiendas si quiere, etc, y al final, 3/5. Si no se
obtiene, si en el Senado no se obtienen los 3/5, se convoca una comisión paritaria Congreso-Senado para
que se llegue a un acuerdo que se pueda plantear en las Cámaras; y en este caso, en el Senado bastaría
mayoría absoluta. Por tanto, la diferencia es importante, porque hace que este procedimiento de reforma
sea bastante más fácil de llevar a cabo. En este caso no hay referéndum obligatorio. No es necesario que
esta reforma pase a referéndum. Sólo pasará si así lo solicita una décima parte de diputados o de
senadores. Por tanto, estamos ante un referéndum que en caso de que se solicite, también es vinculante.
Pero decimos que es un referéndum potestativo.

La reforma sólo se va a llevar a cabo cuando no sea posible la interpretación constitucional que adapte la
Constitución a las nuevas realidades. Por tanto, interpretación constitucional y reforma se excluyen.
Iremos a la reforma cuando no quepa una interpretación posible que adapte el texto. Hay 2 problemas en
la reforma esenciales que son:

1) El tema del control de constitucionalidad de la reforma. No hay ningún procedimiento establecido


para que se pueda controlar la reforma constitucional. Porque como no tenemos el recurso
previo, esto impediría de alguna forma que, aunque ahora se haya adoptado el recurso previo
para las CCAA, para la reforma de estatutos en la última reforma de la ley orgánica del TC; pero
realmente, para la reforma no se establece procedimiento. Por tanto, si en un momento
determinado se reformase la Corona por la vía del 167, en el momento en que se aprobase, ya
sería reforma, vincularía por tanto al TC, y el Tribunal ya no podría controlarlo. Si estableciéramos
un procedimiento para que pudiese plantear el TC el control de constitucionalidad de la reforma,
éste solamente podría entrar a controlar si se han seguido los procedimientos, porque tenemos
un artículo que dice que se permite la reforma total. Si se permite la reforma total, está claro
que, en cuanto al contenido, el Tribunal no puede entrar. Ya que si no, siempre sería
inconstitucional. Es decir, si tuviera que utilizar como parámetro la Constitución antigua que

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estamos reformando, el cambio de la reforma siempre sería inconstitucional. Por tanto, no


estamos hablando de una inconstitucionalidad material (que no se podría dar), sino tan sólo
formal.

2) El otro problema que se plantea es respecto a cómo podríamos modificar los artículos que se
refieren a la reforma. ¿Cómo podríamos modificar el art. 167 y 168? Si nos atenemos a la
literalidad del 168, que nos habla del título preliminar, título primero, corona o toda la
Constitución para ir al procedimiento de la reforma agravada, parece que el título último de la
Constitución referente a la reforma, se podría modificar por el art. 167 (reforma simple). Porque
cuando habla de la reforma agravada, no se refiere al título de reforma. Sin embargo, hay un
principio que establece que un artículo no puede ser válido para modificarse a sí mismo. La
doctrina, lo que establece es que a través del 168, es decir, la reforma agravada, podríamos
modificar el 167; pero el 168 ¿él mismo valdría para automodificarse? Según este principio no
cabría. Pero si el mismo artículo establece que la Constitución se puede reformar en su totalidad,
parece que también podríamos reformar el 168. Es decir, lo que se establece por la doctrina es
que un artículo no puede servir para modificarse a sí misma. Entonces, el 167 no podría servir
para modificarse a él mismo, y mucho menos para el 168, que es la reforma agravada. Si nos
atenemos a la literalidad, el 167 debería servir para modificar los dos, porque en el 168 nos dice
que es la totalidad de la Constitución, título preliminar, primero o Corona. Pero no habla del
último título que establece el procedimiento de reforma. Si entendemos que un artículo no
puede servir para modificarse a sí mismo, lo que dice la doctrina es que el 168 podría servir para
modificar el 167. Es decir, a través de la reforma agravada podríamos modificar la reforma
simple. Pero ¿y el procedimiento del 168 como lo deberíamos hacer? Si podemos modificar toda
la Constitución, no nos queda más que decir que el 168 tendría que ser el que tendríamos que
utilizar si queremos modificar el 168. Entonces, hay quien entiende que el 167 valdría. Hay quien
entiende que de ninguna manera, y que la única forma sería ir a la reforma agravada del 168
para modificar el propio procedimiento de reforma. Por tanto, al final, parece dar a entender
supuestamente, porque no está escrito, que el 168 sería el procedimiento que se debería utilizar
si se quisieran cambiar los procedimientos de la reforma. Esto es lo que entienden la mayoría de
la doctrina.

La reforma podría ser a través de una ponencia constitucional compuesta por parlamentarios que
establecieran en un acuerdo previo hacia dónde tiene que ir la reforma, o podría ser a través de una
comisión de expertos, al margen del Parlamento, que estableciera las líneas jurídicas o más técnicas de
reforma, y que este texto borrador pasase al Parlamento para que se llegase a un acuerdo.

Cuando esta reforma se realiza a través de los procedimientos de reforma, en ocasiones hay prácticas de
hecho que son inconstitucionales que se vienen realizando desde el inicio, pero que nunca se han
impugnado, y por tanto, no han podido ser declaradas inconstitucionales, pero que generan
modificaciones de hecho de la Constitución, y a esto le llamamos mutación constitucional. La mutación
constitucional es una especie de reforma encubierta que no se basa ni en la interpretación del TC ni en
una reforma real, sino que son prácticas inconstitucionales que se vienen utilizando, y que cambian el
sentido de la Constitución o establecen formas de actuar que la Constitución prohíbe, pero que nadie las
impugna. A esto le llamamos mutación. Por ejemplo, cuando decimos que la Constitución establece que
está prohibido el mandato imperativo, pero sin embargo, vemos que los partidos políticos sí utilizan el
mandato imperativo para los representantes. Esto es una mutación constitucional.

Tribunal Constitucional: Control de constitucionalidad

En el control de constitucionalidad hablábamos de que se controlan leyes y normas con rango de ley. Si se
tratan de reglamentos, quienes controlan son los tribunales ordinarios. Los tribunales ordinarios, sin
embargo, no pueden, en un sistema como el nuestro, establecer la inconstitucionalidad de las leyes y
normas con rango de ley, sino que esto lo debe establecer el TC. En estas leyes y normas con rango de ley,
dentro de ellas están también los tratados internacionales. Cuando un tratado internacional está
aprobado y publicado, forma parte del ordenamiento jurídico. En este caso sería igual que las leyes. Se
publica el tratado y hay 3 meses para interponer un recurso de inconstitucionalidad. Como en el caso de

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que se declarase la inconstitucionalidad de un tratado internacional, surgiría enormes problemas por


cuanto es una norma que obliga a nuestro Estado con otros Estados, no lo podríamos aplicar porque es
inconstitucional, pero sin embargo, como ya se ha pactado con otros y se ha firmado, sí tendríamos
responsabilidades al respecto. Para evitar llegar a este punto, se establece en el caso de los tratados, la
posibilidad de recurso previo. Aquí sí que hay recurso previo. Recurso previo frente a tratados. En este
caso se debe esperar a que el tratado esté fijado, esté a punto de firmarse, a punto de que el Estado se
comprometa. No mientras que empiezan a discutir, sino una vez que ya está establecido el contenido del
tratado, pero antes de que el Estado firme el tratado, en muchos casos se requiere para ello una ley
orgánica, otros no; en este momento es cuando se puede, y aquí no hablamos de recurso sino de
requerimiento, se puede requerir al TC para que se pronuncie sobre el tratado internacional que se quiere
firmar, para que diga si es constitucional o no.

El recurso lo pueden plantear los mismos que están legitimados para interponer recursos de
inconstitucionalidad. Lo normal es que el Gobierno no interponga el requerimiento porque se supone, si
está a punto de firmarlo, haya comprobado previamente si es constitucional o no. Normalmente, tampoco
el defensor del pueblo. Normalmente, quien interpondría sería o Congreso o Senado, o Comunidades
Autónomas. En el caso del Congreso, podrían plantear el requerimiento 2 grupos parlamentarios o bien
1/5 de diputados. Y en el caso del Senado, un grupo parlamentario o 25 senadores.

El TC estudia el tratado para ver si es o no compatible con nuestra Constitución, y realiza no una
sentencia, sino una declaración, que es una resolución, en el que indica si es constitucional o no. La
declaración del TC es vinculante. Con vinculante quiere decir que si el TC declara que es inconstitucional,
no se puede firmar el tratado, al menos tal como está el texto fijado. Pero si el Tribunal dice que es
constitucional, esto no vincula al Estado obligándole a firmar, sino que el Estado tiene libertad para firmar.
Lo que no puede hacer el Estado es firmar si es inconstitucional. Por tanto, el TC sólo va decir se es
constitucional o no. Si al Estado le interesa mucho el tratado, tendríamos que ir a una reforma
constitucional para que quepa el Tratado. O renegociar el tratado para que quepa en nuestra
Constitución.

Reglamento

En cuanto al tema del reglamento, los reglamentos son las normas que dictan la administración, es decir,
aquellos órganos del Estado que no ostentan la potestad legislativa. Pero dentro del Consejo del
reglamento, hay una pluralidad de normas, a todas ellas les llamamos reglamentos, que tendrán mayor o
menor importancia en función de quien las dicte, qué órgano las dicte, y según el procedimiento. Esto
quiere decir que dentro de los reglamentos hay jerarquía normativa.
En cuanto a las clases de reglamentos, respecto a lo que nos interesa al tema de fuentes, debemos
clasificar los reglamentos entre reglamentos independientes y reglamentos ejecutivos.

 Los reglamentos ejecutivos serían los que nacen para ejecutar las leyes, o llamados también
normativos, o “secundum legem” (según la ley). No podemos tener reglamentos contra legem.
Porque si hablamos de jerarquía normativa, y la ley es superior al reglamento, si un reglamento
contradice a una ley, este reglamento, si es posterior a la ley es nulo, si es anterior a la ley, está
derogado por la ley. Por tanto, no puede haber reglamentos contra legem. Los reglamentos son
normalmente “secundum legem” porque normalmente desarrollan leyes.

 Los reglamentos independientes son aquellos que no desarrollan una ley. Como el nombre
indica, son independientes de la ley. Y normalmente son los que se dictan sólo para la auto-
organización de la administración. Serían reglamentos internos que no nos afectan a los
ciudadanos, a no ser que seamos parte de la administración (funcionarios). Sino, como digo, aquí
no son ad extra, sino que son internos, sería para organizar un ministerio, para organizar un
ayuntamiento, etc., etc. Pero afectará sólo al personal interno.

Casi siempre son reglamentos que desarrollan leyes. En nuestro sistema, el legislador lo puede todo. Por
tanto, no existen reservas de reglamento. Si existen reservas de ley, pero no reservas de reglamento. No

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es que las materias que se puedan desarrollar por una norma legal estén repartidas unas para desarrollar
por el legislador, y otras para desarrollar por la administración, sino que en nuestro caso, el legislador lo
puede todo. Si el legislador desarrolla una ley de manera muy detallada, le queda menos espacio para el
reglamento; si la ley es general, le queda más espacio para el reglamento. Ahora bien, dicho esto, no nos
puede llevar a confusión. ¿En qué sentido? En el sentido de que el reglamento desarrolla una ley, pero
para dictar un reglamento, no se necesita la autorización legal. Aquí no estamos como en el decreto
legislativo, donde las Cortes delegan al Gobierno para que dicten una norma. No. La potestad
reglamentaria es una potestad que la Constitución atribuye al Gobierno y a la administración en art. 97.
Por tanto, esta potestad reglamentaria la tiene el Gobierno y la administración en virtud de la
Constitución, y no en virtud de una delegación legislativa, o porque el legislador autorice a la
administración para que la elabore. No hace falta autorización. El poder reglamentario es un poder que
tiene el Gobierno y la administración porque así se establece en la Constitución. Pero normalmente, los
reglamentos desarrollan leyes.

Al no haber reservas de reglamento, el reglamento tiene el espacio que le deja la ley, si estamos hablando
de reglamentos que no sean independientes. Cuando existen reservas de ley, esto significa que una
materia determinada obligatoriamente deber ser desarrollada por las Cortes. Pero esto no significa que
toda la materia, todo lo que concierne a la materia, tenga que estar en una ley; sino que puede haber
partes de esta materia que la ley las deje al reglamento. Lo que no podría haber sería una revisión en
blanco al reglamento, porque hay reserva de ley. Por tanto, lo esencial de la materia debe estar regulado
por ley, pero puede haber aspectos de esta materia que el legislador los deje al reglamento. Y esto no
significa que existe inconstitucionalidad, porque la reserva de ley ya está, ya hay una ley que regula la
materia, aunque después haya aspectos que los regula los reglamentos. Aquí podríamos decir que los
reglamentos, si solamente pueden regular lo que les dejan la ley, si la ley regula detalladamente una
materia, esta materia ya nunca se podría regular por reglamento, porque habría una congelación de
rango. Como el reglamento no puede modificar la ley, porque el reglamento es una norma inferior,
cuando una materia la regula una ley, siempre la tendría que regular la ley, porque el reglamento ya no lo
podría regular. Por tanto, habría una congelación de rango. La única manera para evitar la congelación de
rango, para la deslegalización de una materia, es que así lo indique el propio legislador. Es decir, el
legislador puede regular una materia por ley, y posteriormente querer que lo haga el reglamento. Lo que
tiene que hacer entonces, es dictar una ley de deslegalización en la que diga, como si fuera una
derogación aplazada, que diga: cuando el reglamento regule esta materia, todo lo que regule distinto de
la ley queda derogada. Pero quien deroga no es el reglamento, ya que si no, habría un choque del sistema
de fuentes, quien deroga es la ley del legislador. Pero no en el momento en que la ley nace, sino cuando el
reglamento lo regule. Es decir, la ley lo que va a decir es: y a partir de ahora, la regulación de esta materia
se podrá hacer por reglamento. Esta es la ley de deslegalización. Es como si dijéramos que una ley deroga
la anterior, pero no la propia ley que nos la regula, porque si lo regulase la propia ley, no habría
deslegalización, seguiría habiendo una regulación por ley. Entonces, lo que hace el legislador es decir que
esta ley, que puede ser una ley posterior o la misma ley que desarrolle la materia, la modificación se hará
por reglamento. En el momento que aparezca el reglamento, en este momento, la ley queda derogada.
Pero derogada no tanto por el reglamento, sino por la ley de deslegalización.

Respecto al control de los reglamentos, son los tribunales, que pueden dejar de aplicar si consideran que
el reglamento es ilegal, o pueden declarar la nulidad. En el artículo 106 se establece que los tribunales
ordinarios serán quienes controlen la potestad reglamentaria, así como la legalidad de las actuaciones
administrativas. Por tanto, este control ya no va al TC, sino que son los tribunales quienes controlan.
Contencioso-administrativo puede declarar la nulidad de un reglamento, o bien, se puede dejar de aplicar
si consideran que es ilegal.

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