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Las células están íntimamente relacionadas entre sí por las uniones intercelulares, estructuras
simétricas formadas entre dos células adyacentes, las cuales ayudan a la integración de los
tejidos y potenciar su estabilidad.
La microscopia óptica reveló zonas llamadas barras terminales, en la que las células epiteliales
se encuentran en contacto y a la vez unidas entre sí. En alguna época se pensó que las barras
terminales estaban compuestas de una sustancia amorfa de cemento intercelular. Los cortes
horizontales a través de las barras terminales mostraron que se continuaban en toda la
circunferencia de cada célula, lo que indicaba que estas células estaban unidas a toda célula
adyacente. La microscopia electrónica mostró que las barras terminales están compuestas en
verdad de complejos de unión celular intricados. Estos complejos que mantienen unidas
células epiteliales pueden clasificarse en tres tipos descritos a continuación:
UNIONES OCLUSIVAS
Las uniones de anclaje se disponen debajo de las uniones oclusivas, por lo general en las
proximidades de la superficie apical del epitelio. Se han identificado tres clases de uniones de
anclaje:
De forma similar a las uniones oclusivas, la zonula adherente presenta una morfología
de cinturón al circundar a la célula pero con la diferencia que las células adyacentes
están separadas por un espacio intercelular relativamente amplio. El espacio
intercelular de 15 a 20 nm entre
las hojuelas de las dos
membranas celulares
adyacentes lo ocupan las
moléculas extracelulares de
caderinas. Estas proteínas
integrales dependientes de
calcio de la membrana celular
son proteínas de unión
transmembranales. Su
superficie intracitoplasmatica se
une al haz de filamentos de
actina que discurre paralelo a lo
largo de la superficie citoplasmática de la membrana celular.
Los filamentos de actina a su vez están unidos entre si y a la membrana de la célula
mediante catenina, vinculina y actinina alfa. Las caderinas se unen con las cateninas
intracelularmente. La región extracelular de las caderinas de una célula forma enlaces
con la célula contigua e interviene así en la formación de la zónula adherente.
3. Hemidesmosomas
Los hemidesmosomas son estructuras asimétricas que anclan el dominio basal de una
célula epitelial con la lámina basal adyacente.
La organización de los hemidesmosomas difiere respecto a la de la macula adherente
o la zonula adherente. El hemidesmosoma se compone de:
Una placa citoplasmática interna asociada a filamentos intermedios (conocidos
también como queratinas o tonofilamentos).
Una placa de membrana externa que une el hemidesmosoma a la lámina basal
por medio de filamentos de anclaje (formados por laminina 5) e integrinas.
Las uniones comunicantes son simétricas y están formadas por unas proteínas integrales de
membrana denominadas conexinas.
Las uniones comunicantes están reguladas de tal manera que pueden abrirse o cerrarse con
rapidez. Aunque no se comprende del todo el mecanismo de abertura y cierre, se ha
demostrado por medios experimentales que una disminución de pH citosolico o un incremento
de las concentraciones de Ca2+ en el citosol cierran los canales; por el contrario, un pH
elevado o una concentración baja de Ca2+ la abren. Además las uniones comunicantes tienen
diferentes propiedades con diversas permeabilidades de canal de distintas células.
La mutación de los genes que codifican conexinas produce diversas enfermedades entre ellas:
La mutación del gen conexina 26 cuyo nivel de expresión es elevado a nivel de células
la cóclea, causa hipoacusia.
La mutación del gen conexina 32 se observan en la neuropatía desmielinizante de
Charcot-Marie-Tooth ligada la cromosoma X, la cual cursa con una degeneración
progresiva de los nervios periféricos y se distingue por la debilidad y la atrofia
musculares distales.
La mutación del gen conexina 50 se asocia a cataratas congénitas que originan
ceguera.
Las células óseas (osteoblastos/osteocitos) se conectan entre si a través de uniones
comunicantes y expresan las conexinas 43 y 45. La deleción del gen 43 condiciona
anomalías esqueléticas y retraso en la mineralización ósea.
POTENCIAL DE MEMBRANA
DE REPOSO
Se debe a que la membrana celular se comporta como una barrera semipermeable selectiva,
es decir, permite el tránsito a través de ella de determinadas moléculas e impide el de otras.
Este paso de sustancias es libre, no supone aporte energético adicional para que se pueda
llevar a cabo.
En las células eléctricamente excitables como las neuronas, el potencial de reposo es aquel
que se registra por la distribución asimétrica de los iones (principalmente sodio y potasio)
cuando la célula está en reposo fisiológico, es decir, no está excitada. Este potencial es
generalmente negativo, y puede calcularse conociendo la concentración de los distintos iones
dentro y fuera de la célula.
DE ACCION
Los potenciales de acción son cambios del potencial de membrana que se propagan a lo largo
de la superficie de células excitables. Se conocen mejor en las células nerviosas y musculares,
pero también ocurren en otras células, entre ellas las células huevo asociadas con la
fecundación. A diferencia de otros cambios del potencial de membrana, los potenciales de
acción se caracterizan por ser de “todo o nada”; tienen un umbral para excitación y una
duración estereotipada. Inmediatamente después de un potencial de acción, la célula excitable
tiene un periodo refractario durante el cual es más difícil o imposible desencadenar un
segundo potencial de acción.
Fases
1. Despolarización
2. Repolarización
En esta fase, la diferencia de potencial vuelve a ser negativa. Mientras los canales de sodio se
abren durante la despolarización e invaden la célula, también se abren los canales de potasio
regulados por voltaje de forma mucho más lenta. Entonces el potasio se encarga de volver a la
carga negativa. Este sale de la membrana para que la célula recupere su estado natural de
reposo en el que no se abre ningún canal. Cuando una célula acaba de ser despolarizada tarda
un tiempo en repolarizarse, a este tiempo se llama periodo refractario.
3. Hiperpolarización
Como ya se mencionaba los canales de sodio son muy lentos y se requiere un incremento en el
valor del potencial de membrana en la célula. Es decir, hiperpolarizar. El potencial de
membrana se puede volver más negativo.
Por lo tanto, hay una mayor diferencia en la distribución de las cargas eléctricas entre el
interior y el exterior celular. Finalmente la neurona se vuelve inactiva convirtiéndose en una
célula en reposo. De esta manera llega a la última fase en donde cada ion vuelve a su lugar
original. Por lo tanto el potasio vuelve dentro de la membrana y el sodio afuera.
Referencias
Leslie P. Gartner, James Hiatt. Texto Atlas de Histología. 3° edición. Mc Graw Hill
Interamericana; 2008.
Abraham L. Kierseznbaum, Laura Tres. Histología y biología celular. 4° edición. Nueva York:
Elsevier; 2016.