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Nuevos Movimientos Religiosos y Ciencias Sociales, vol. I.
A. Frigerio, compilador. Buenos Aires: CEAL. 1993. Pags. 46-80.
1 El presente trabajo se realiza dentro del marco del proyecto "Nuevos Movimientos Religiosos en el Cono
Sur", emprendimiento conjunto con el Dr. Reginaldo Prandi de la Universidad de Sao Paulo, que se vio
beneficiado con un subsidio de la Fundación Antorchas a la Cooperación Académica con el Brasil. Deseo
agradecer a la Dra. María Julía Carozzi por su lectura crítica y sugerencias realizadas a versiones anteriores
de este trabajo.
2
Richardson 1983, Richardson 1991, Beckford 1985, Robbins 1988). Este lavado de
cerebro, a partir del cual los miembros no podrían dejar el grupo religioso, permitiría la
explotación económica de los miembros; causaría la división de familias; y permitiría la
existencia de liderazgos autoritarios (Beckford 1985: 94).
b) El "Movimiento Anti-Cultos"
La irrupción de nuevos movimientos religiosos tuvo como contrapartida, en
numerosas sociedades, la formación y consolidación de grupos de interés (con mayor o
menor grado de articulación en los diferentes países) cuyo principal accionar o motivo de
existencia era el de combatirlos 4. En los Estados Unidos, el país donde estos grupos anti-
cultos han sido mejor estudiados (Shupe y Bromley 1980, 1985a, 1985b; Shupe, Bromley
y Oliver 1984), podemos distinguir dos tipos de agrupaciones: aquellas formadas
mayoritariamente por familiares de quienes se han unido a los nuevos movimientos
religiosos y por algunos ex-miembros de los mismos (como la "American Family
Foundation", la "Citizens Freedom Foundation" o "Love our Children") y las
agrupaciones emanadas de, o pertenecientes a, las iglesias evangélicas fundamentalistas.
Ambos tipos de agrupaciones forman una coalición laxa que en la bibliografía
contemporánea de sociología de la religión recibe la denominación de "movimiento anti-
culto" (Anti-Cult Movement ). Los diversos grupos que lo constituyen se apoyan
mutuamente, comparten información e intentan recabar el apoyo de políticos y de los
medios para lograr leyes que les permitan controlar el accionar de los nuevos grupos
religiosos y apartar a sus familiares de los cultos (Bromley, Shupe y Busching 1981). Si el
accionar de los grupos evangélicos se limitó prácticamente a advertir a sus propios fieles
de los peligros espirituales de la nueva religiosidad, las agrupaciones de familiares
lograron imponer su versión acerca del problema social de los cultos 5, principalmente
monopolizando la interpretación acerca del mismo en los medios (Richardson 1983, Van
Driel y Richardson 1988) y obteniendo el apoyo de políticos locales.
4 Para la breve reseña sobre el "movimiento anti-cultos" que sigue a continuación, me he basado
principalmente en Bromley, Shupe y Busching 1981 y Bromley 1988b. Para un análisis más profundo sobre
el fenómeno ver Shupe y Bromley 1985. Beckford 1981, 1983a, 1983b y 1985 detalla las peculiaridades del
movimiento anti-cultos en Inglaterra, Alemania y Francia, y Zaidman-Dvir y Sharot 1992 lo hacen para
Israel.
5 Para un análisis reciente de la dinámica de la construcción de los problemas sociales ver Best (1990).
Afirma este autor: "los problemas sociales están socialmente construidos; la gente efectúa reclamos (claims
) argumentando que ciertas condiciones constituyen problemas sociales, y otros responden a estos reclamos.
Es este proceso de reclamación (claims-making ) que transforma a las condiciones (que anteriormente
habían pasado desapercibidas o eran consideradas como parte de la naturaleza de las cosas) en objetos de
preocupación -o sea problemas sociales" (Best 1990:11).
4
6 Los términos utilizados más frecuentemente son "lavado de cerebro", "reforma del pensamiento" y
"persuasión coercitiva". Según Richardson 1991: 56, "estos términos son utilizados indistintamente, pero
tienen distintos orígenes y significados. "Lavado de cerebro" (brainwashing ) viene del libro del periodista
Edward Hunter (1956) Brainwashing: From Pavlov to Power que describía los esfuerzos de los comunistas
chinos para resocializar a conciudadanos. "Reforma del pensamiento" (thought reform) proviene del trabajo
de Robert Lifton (1961) Thought Reform and the Psychology of Totalism: a study of brainwashing in
China, quien también estudió la resocialización comunista en China, utilizando una perspectiva
sicoanalítica. "Persuasión Coercitiva" (coercive persuasion ) era el nombre de un libro de Edgar Schein et.
al. (1961) que examinaba el proceso de resocialización de prisioneros americanos en Corea desde una
perspectiva de psicología social."
7 Los trabajos relevados son: Singer 1979, Clark et. al. 1981, Patrick y Dulack 1976, Conway y Siegelman
1979, Stoner y Parke 1977, Delgado 1980, Enroth 1977.
5
8 Silleta (1992) resume de la siguiente forma las condiciones enunciadas por Singer, una de las principales
exponentes del modelo del "lavado de cerebro", para lograr un "programa de modificación del
pensamiento". Todas estas condiciones se deben dar en forma simultánea: " 1) Obtener un control notorio
sobre el tiempo y el contenido del pensamiento del individuo, controlando aspectos importantes de sus
entornos sociales y físicos. 2) Crear un sentido de total impotencia en la persona. 3) Manipular un sistema
de recompensas y castigos con el fin de promover el aprendizaje de una ideología o sistema de creencias
creado por los líderes. 4) Disponer un sistema de recompensas, castigos y experiencias, de forma que
inhiban las creencias, comportamientos y valores de la persona que ha sido reclutada. 5) Este proceso se
basa en un sistema de lógica cerrada y una estructura autoritaria, no hay retroalimentación ni inhibiciones en
el sistema. Todos están equivocados, el sistema siempre tiene razón, se niega a ser modificado a no ser por
una orden ejecutiva. 6) La última condición para llevar a cabo un programa de modificación del
pensamiento es que debe haber una condición no informada específica que exista en la persona siendo
influenciada. Con esta condición no informada, el programa se mueve paso a paso llevando a cabo un
cambio de comportamiento y creencia." (Silleta 1992: 40-41).
6
9 El concepto "desprogramación" fue creado por Ted Patrick, quien realiza la primera en 1973. Aunque sin
una formación sicoterapéutica formal, Patrick deviene en el iniciador de una profesión singular, y entrena a
varios discípulos que seguirán con su tarea luego de que los procesos judiciales acumulados en su contra le
impidan continuar. Ver Bromley (1988b) para una reseña del desarrollo de la desprogramación y un análisis
de sus resultados en 397 casos. Patrick relata su propia experiencia en Patrick y Dulack (1976).
10 Robbins (1985) reseña detalladamente los argumentos legales (a favor y en contra de la
desprogramación) aparecidos en revistas de derecho.
7
11 Grupos como la Iglesia de la Unificación, por ejemplo, se ven obligados a cambiar su estructura
organizativa (en realidad, ésta siempre se adecuó a las variantes demandas producidas por el entorno, ver
Barker 1985) para disminuir su tensión con la sociedad mayor, pero también para adaptarse a los nuevos
requisitos de sus miembros, que van envejeciendo, se casan y tienen hijos. Se redefinen las posibilidades de
relacionarse con la Iglesia, multiplicándose la cantidad de tipos de miembros, con diferentes grados de
compromiso (Barker 1985, 1988). Se desvanece así la tajante dicotomía miembros comunitarios - mundo
externo, causante de la controversia.
12 Ver Richardson (1991) y Post (1989) para un detallado estudio de caso. Richardson brinda un minucioso
análisis de los argumentos de las partes en cuestión.
13 Para una reseña más detallada acerca de los estudios recientes sobre conversión ver Carozzi (1992b).
8
14 Richardson (1980b) analiza las diferencias entre el Templo del Pueblo y otros nuevos grupos religiosos
que se popularizan en la época. Para nuevas perspectivas sobre el fenómeno, ver Hall (1987), Chidester
(1988) y Robbins (1989). Dentro del poco material disponible sobre el tema en español, hay que destacar el
trabajo de Lindholm (1992) sobre carisma, que le dedica un capítulo.
10
o aún declinado, un número cada vez mayor de estudiosos han cambiado su atención de la
conversión y el reclutamiento a las formas en que los individuos se retiran de estos
grupos. Ahora parece obvio que entender cómo y por qué los individuos dejan los
movimientos es tan importante como entender por qué se afilian. En estos trabajos
aparecen varios de los mismos problemas y debates que caracterizan a los estudios sobre
conversión" (Wright 1988:143).
a) La defección de nuevos grupos religiosos
A medida que se realizan estudios cuantitativos acerca de la permanencia de adeptos
en los nuevos movimientos religiosos, se hace más evidente que la participación en los
mismos es mayormente transitoria.
Por ser probablemente el movimiento más polémico y combatido por el movimiento
anti-cultos, llegando a ser considerado el "culto arquetípico" (Bromley 1988b) la Iglesia
de la Unificación de Moon fue, a su vez, uno de los más estudiados por sociólogos de la
religión (Beckford 1985, Barker 1985, Galanter 1980, Solomon 1981, Bromley y Shupe
1980b, Lofland 1977) 15. Si los medios de comunicación mostraban imágenes de miles de
jóvenes convertidos por este grupo, la realidad mostraba que, también miles de ellos
salían silenciosamente, por la puerta trasera (Robbins 1991).
Los primeros estudios realizados sobre los Moonies estiman que "el movimiento
pierde un 55 % de sus miembros durante el primer año" (Judah 1978: 208). Solomon
(1981: 280), en base a una muestra de 100 ex-Moonies, afirma que el promedio de estadía
en el movimiento era "poco más de un año". Beckford, estudiando el movimiento en
Inglaterra, afirma que aproximadamente el 75 % de los adeptos dejaba el movimiento
dentro del año de su ingreso (Beckford 1985: 151).
Las afamadas conferencias y retiros espirituales a las que concurrían posibles futuros
adeptos, si bien podían constituir entornos manipulativos (Taylor 1983), ciertamente no
eran irresistibles . En el estudio más completo realizado sobre los Moonies (y sobre
cualquier nuevo movimiento religioso), Barker realiza un seguimiento de todos los
individuos que asistieron al primer retiro (de una serie de tres) durante 1979 en Londres.
De un total de 1017 inscriptos durante todo ese año, el 70% abandona luego de terminado
el primer retiro, de dos días de duración. Sólo un 30% decide asistir al segundo retiro (7
días) y un 18% del total original participa del tercer retiro (21 días). Un 13% de la
muestra total decide ingresar. Luego de 2 años, permanecen dentro de la Iglesia de la
Unificación sólo un 5% de los 1017 inscriptos a los retiros de 1979 (Barker 1985: 146).
15 De hecho, una de las primeras etnografías de nuevos movimientos religiosos (y aún considerada como
uno de los mejores estudios realizados) analizó los primeros pasos de los pioneros de este grupo, cuando
nada hacía prever su posterior desarrollo (ver Lofland 1966 y 1977a)
11
16 Afirma Barker: "Los datos (presentados hasta ahora) más el hecho de que los miembros full-time dentro
de los Estados Unidos nunca parecen haber superado los pocos miles, descalifican a las denuncias del tipo
"nadie es inmune". Si a la luz de estos datos consideramos el papel de los retiros como contextos sociales
que "lavan cerebros", manipulan o coercionan a jóvenes a unirse a los Moonies, vemos claramente que no
son tan eficientes como se sugiere. Parecerían ser inefectivos por lo menos un 90% de las veces. Debe
enfatizarse este "por lo menos" ya que existe un déficit importante antes que los individuos se avengan a
asistir a los retiros.... Si empezamos nuestros cálculos desde aquellos que visitan centros Moonies (que
luego serán invitados a retiros), podemos estimar que no más de un 0.5 % de los individuos continuará
asociado al movimiento dos años después" (Barker 1985: 147).
17 Como la Umbanda no es un movimiento religioso comunitario, centralizado, sino compuesto por
múltiples locales de culto independientes, el abandonar un templo no significa necesariamente abandonar la
práctica de la religión. Es muy común que un médium descontento con la práctica en una casa de culto pase
a otra o, en ocasiones, que abra su propio templo (para un análisis del proceso de defección en la Umbanda
ver Frigerio 1989). Algo similar parece suceder con los evangélicos/pentecostales locales (ver la nota "Por
qué los creyentes cambian de iglesias?" en el periódico Cristiano Interdenominacional El Puente, mayo
1992)
18 La Umbanda fue introducida a la Argentina a fines de los años 60. Los templos de los cuales extraje la
muestra tenían por lo menos 5 años de existencia.
12
cosmovisión del grupo; luego una de desafiliación del grupo religioso; seguida por una
de transición cognitiva en la cual el individuo se halla "flotando", ya que todavía no ha
logrado desechar su identidad religiosa ni se ha construído una nueva. La última etapa es
la de reorganización cognitiva , durante la cual el individuo logra asumir una nueva
identidad, usualmente mediante la constitución de nuevos lazos afectivos fuera del
movimiento y/o la adopción de una nueva cosmovisión (frecuentemente religiosa).
Wright (1987), estudiando la defección de tres grupos comunitarios, elabora sobre un
esquema similar al de Skonovd, y propone que son cuatro los factores que inciden
especialmente en la etapa de crisis: una disminución en el aislamiento respecto del mundo
exterior, el desarrollo de un fuerte lazo afectivo con otro individuo, la duda sobre la
capacidad de lograr el cambio social ambicionado y desilusión con respecto al
comportamiento del líder (o líderes) del grupo religioso.
Parece haber consenso entre los diversos autores de que el proceso de defección, al
implicar un corte de lazos afectivos fuertes, así como una reestructuración de la identidad
personal y de la cosmovisión individual, trae aparejado un intenso conflicto emocional,
que es más acentuado en el caso de dejar grupos comunitarios. Especialmente conflictivos
durante este proceso son los momentos inmediatamente anteriores a dejar el movimiento,
y sobre todo los primeros meses luego de la desafiliación, durante los cuales el individuo
se ha alejado de la estructura afectiva y cognitiva del grupo religioso y no ha rearmado
una nueva (Rothbaum 1988, Skonovd 1983, Wright 1987). La conmoción emocional que
sigue a este proceso ha sido asemejada a la del divorcio (Wright 1987).
Más temprano o más tarde, sin embargo, el individuo logra reconstituir su vida
adhiriendo a otras estructuras de plausibilidad que proveen de una nueva identidad y
nuevas relaciones sociales. Frecuentemente, esto se logra a través de la entrada en un
nuevo grupo religioso (ya más tradicional 19) en el caso de los defectores voluntarios, y en
el caso de los defectores involuntarios, desprogramados, a través de la militancia activa
en el movimiento anti-cultos, que parece proveer de nuevas motivaciones y una nueva red
social 20 .
Las etapas (y los conflictos) que se pueden distinguir durante el proceso de defección
de nuevos grupos religiosos son comparables a las que atraviesan quienes dejan
"instituciones totales" dentro de grupos establecidos (monjas católicas, por ejemplo, ver
Ebaugh 1988a) y también pueden asimilarse al proceso general de dejar un rol central
para la propia identidad (Ebaugh 1988b) 21.
4. Discusión
sentir control sobre otros y por lo tanto sobre ellos mismos. " (Barker 1988: 177). Para un ejemplo
concreto, ver Appel (1983: 138-144 y 147-148).
21 Ebaugh (1988b) analiza el proceso general de "tranformarse en un ex", o sea, de dejar roles centrales
para la propia identidad. A través del análisis de las experiencias comunes de quienes dejan distintos tipos
de roles: religiosos, sexuales, ocupacionales, familiares y estigmatizados (alcohólicos, convictos), propone
un patrón general conformado por cuatro etapas: 1) primeras dudas, 2) buscando alternativas, 3) el
momento de decisión, y 4) creando el rol de "ex".
15
22 Para sustanciar su argumento, Richardson reseña, en su ya clásico artículo, varios de los estudios
recientes de conversión, comenzando por los primeros de Lofland y Stark (1965), Hines (1970) y Gerlach y
Hines (1970), hasta los más recientes de Straus (1976), Balch y Taylor (1977), Lofland (1977), Bromley y
Shupe (1979), Downton (1980), Snow y Philips (1980), Lofland y Skonovd (1981) y Long y Hadden
(1983).
23 Una excepción serían los trabajos del sociólogo Richard Ofshe (1976, 1980) y de Taylor (1983).
16
24 Una visión similar se desprende de Rosenberg (1978: 23), quien afirma que el problema básico en el
caso de los nuevos grupos religiosos es "dada la poca voluntad, como veo, de la mayoría de los miembros
de cultos en buscar ayuda siquiátrica, aún cuando la necesiten, es qué métodos legales se pueden utilizar
para conseguir su hospitalización?"
17
25 Maher y Langone (1985) polemizan con Kilbourne, pero sus críticas son efectivamente contestadas por
éste en un nuevo artículo (Kilbourne 1986).
26 Kilbourne y Richardson (1984) efectúan una exhaustiva reseña acerca de las semejanzas estructurales y
funcionales entre la sicoterapia y los nuevos movimientos religiosos, lo que podría en parte explicar la
animadversión de ciertos terapeutas ante estos grupos ya que ambos son competidores en el mercado
terapéutico. Para un analisis clásico de las semejanzas entre la sicoterapia médica y diversas formas de
terapia religiosa, ver Frank (1974). Anthony et. al. (1977) analizan las semejanzas entre la sicoterapia
médica y grupos religiosos de procedencia oriental, así como las cambiantes relaciones de sus miembros
con ambas prácticas.
19
considerada por varios estudiosos como un arma social para descalificar nuevas ideas,
políticas en el primer período, y religiosas durante el segundo (Richardson y Kilbourne
1983, Hargrove 1983). Comentando su función ideológica, afirman Robbins, Anthony y
McCarthy (1983: 322-323): "Por alguna razón siempre son solamente los comunistas y
las minorías religiosas quienes usan técnicas para controlar las mentes ".
Los modelos clásicos del lavado de cerebro han sido cuestionados tanto en sus
presupuestos teóricos como en su metodología, ya que se basaban en muestras pequeñas y
enfatizaban exclusivamente relatos autobiográficos (Richardson y Kilbourne 1983: 36) 28.
Biderman (1962) afirma, asismismo, que estos análisis deben entenderse dentro del clima
anti-comunista de la guerra fría predominante en los años 50. En esa época el rechazo
hacia estas ideas era tal que se consideraba que quien las aceptara era un loco, o un
perverso o ambos.
Según Richardson y Kilbourne (1983), Richardson (1983) y Bromley (1983), ante una
nueva amenaza a importantes instituciones de la sociedad americana (la familia, grupos
religiosos instituidos, la sicoterapia oficial), se utiliza una versión actualizada del modelo
para estigmatizar y patologizar a la pertenencia a los grupos religiosos. Para estos
estudiosos, la utilización del modelo de "lavado de cerebro" (en sus variantes clásicas y
modernas) tuvo, a través de los años, la función de descalificar a creencias que se
consideraban amenazadoras para la sociedad americana 29.
La metáfora del lavado de cerebro tiene varias ventajas: 1) es omnicomprensiva,
sencilla para entender, y por resonar con los prejuicios sociales tiene rápida aceptación
entre el gran público; 2) permite al individuo desentenderse de la responsabilidad de una
parte de su biografía en que asumió una identidad y un comportamiento estigmatizado; 3)
exculpa a la familia y otras instituciones por no haberle brindado al individuo el ambiente
afectivo que encuentra en el grupo religioso; 4) sobre todo permite eludir la discusión de
carencias en otras instituciones sociales que hacen que los individuos deban satisfacer sus
necesidades en los nuevos grupos religiosos; y 5) legitima la persecución de grupos
28 Lifton sólo estudió 40 individuos en total, presentando información detallada de sólo 11 estudios de
caso. El trabajo de Schein se limitó al estudio de 15 ciudadanos americanos luego de su prisión en China
(Richardson y Kilbourne 1983: 36).
29 Shupe, Spielmann y Stigall (1977) sugieren que la metáfora del lavado de cerebros y de la
desprogramación son una versión moderna de la "posesión demoníaca" y el "exorcismo" respectivamente.
Bauer (1957) realiza una analogía similar con los modelos clásicos de reforma del pensamiento comunista.
Que éstas no son analogías superficiales queda demostrado en la descripción que realiza Ted Patrick, el más
famoso de los desprogramadores, de su obra: "Es como ver a alguien cambiar de hombre lobo a persona...."
(Appel 1983: 142).
21
Referencias Bibliográficas
30 Afirma Robbins: "la utilidad del concepto del lavado de cerebro como un arma proviene, en parte, de
que implica que la preocupación social se debe no al contenido de las doctrinas, sino a la forma en la cual
estas creencias se adquieren (esto es, a través del lavado de cerebro)...... los desprogramadores y los
activistas de grupos anti-cultos proclaman que el problema en juego no es la libertad religiosa, sino la
libertad de pensamiento, esto es, libertad que se ve amenazada por el control que los cultos supuestamente
tienen sobre las mentes de sus adeptos. " (Robbins 1983)
22
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