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LA COSMOLOGÍA

La cosmología es aquella rama de la Astronomía que se ocupa del estudio de las


leyes generales del origen del mundo y la evolución del universo, es decir, la
cosmología es el estudio a gran escala tanto de la estructura como de la historia
del universo así como del lugar que ocupa la humanidad en él.

LA MAGIA

deriva de un vocablo griego, cuyo significado principal es “hecho contrario a las


leyes naturales”. Éste es un arte cuyo objetivo principal es sorprender a las
personas manipulando la percepción de las cosas, valiéndose de palabras o
movimientos que logran confundir al cerebro humano y da la sensación de actos
sobrenaturales. Las personas que practican este arte se les denomina magos.

Así como la magia suele asociarse a los actos que se realizan para impresionar a
un público, ésta tiene un concepto más amplio y complejo en el que se encuentran
inmersas muchas creencias.

Desde muchos siglos a.C. en el mundo existía la magia y muchos de los magos
que la practicaban se encontraban en Roma, Grecia y en casi todo el mundo
oriental y occidental, estos últimos eran muy conocidos por realizar ritos de
fertilidad, especialmente en China. Aunque la magia y la hechicería estaban
estrechamente ligadas a los pueblos orientales, países como Grecia o Roma
ganaban gran reconocimiento, pues allí sus magos practicaban el arte de
la adivinación, por lo que eran consultados por personas de todo el mundo. Fueron
estos quienes crearon e impulsaron las lecturas del futuro mediante las cartas del
tarot. Esta actividad era muy frecuente en la Era Moderna.

Como todas las prácticas en el mundo, ésta tiene un lado bueno y uno malo y es
que este arte está dividido en magia blanca y magia negra.

La magia blanca tiene como función principal el bienestar de los individuos y


quienes la practican realizan sus hechizos y sortilegios con el fin de
conseguir salud, alejar la maldad y la mala suerte, así como todo lo que pueda
herir a una persona. Ésta fue la magia oficial durante muchas épocas históricas.

Por su parte, la magia negra está compuesta por todos los hechizos que buscan
afectar negativamente el bienestar de un individuo y su suerte, afectando de esta
manera su salud, provocándole accidentes o la pérdida de sus posesiones, entre
otras desgracias.

Igualmente, la magia posee muchas clases que buscan realizar actos


sobrenaturales en la vida de las personas, entre las que se encuentran: las
chactas, los alibamones, la santería, el chamanismo, el vudú, el candomblé (vudú
brasileño), el espiritismo, las wicca, umbanda, , animismo, quimbanda, entre otras
clases que buscan elevar las experiencias del ser humano, ya sea adorando a
Dios o adorando al Diablo.

En tanto, hoy en día y a partir de las últimas décadas, la magia adquirió un


protagonismo impensado y principalmente lo que logró fue quitarse ese mote
de práctica rara, emparentada con la brujería y a la cual la mayoría de la gente le
escapaba por considerar que provoca consecuencias negativas, que les
comentaba recién, siempre la persiguieron y pasó a ser una atracción de
masas porque se la empezó a producir y a pensar con sentido de espectáculo,
convirtiéndose en uno de los entretenimientos más vistos y elegidos, tanto para
ver en un show en vivo como por televisión, además, ¿quién no le pidió a mamá
alguna vez que un mago animase su fiestita de cumple?
Y sin dudas, esto se lo debió en gran medida, no solamente a los efectos
y recursos visuales de gran escala que propone este espectáculo, sino a
la excluyente fascinación que despertaron algunos de los conductores de estos
shows, “los magos”, convirtiéndose casi en celebridades al mejor estilo Madonna o
Brad Pitt.

SOBRENATURAL
El término sobrenatural hace referencia a todo lo que está más allá de lo conocido
como natural. Lo sobrenatural no respeta las leyes de la naturaleza, porque se
encuentra por fuera de las mismas. Y suele abarcar todo aquello que no se
considera observable o conocido. Todo aquello que se considera o califica como
sobrenatural no tiene explicación científica. Ya que cualquier hecho o fenómeno
sobrenatural no puede ser analizado de manera empírica. La ciencia se basa en
una metodología naturalista que solo considera los fenómenos de la realidad.
Como lo sobrenatural se descarta a nivel científico, es muy común que se lo
relacione a lo oculto y/o paranormal. En las sociedades que se caracterizan por
ser laicas, se toman hechos como: la hechicería, la adivinación, los milagros y
parecidos como hechos sobrenaturales. Lo sobrenatural es un hecho que no tiene
explicación científica En general, lo que hace que los hechos sobrenaturales no
puedan estudiarse científicamente son sus características. Lo sobrenatural se
caracteriza por ser raro o peculiar, además de no poder controlarse e incluso
porque no se repite. Dadas esas condiciones, los hechos sobrenaturales son
imposibles de reproducir para un análisis científico. Lo sobrenatural abarca hechos
que son reales, pero no tienen explicación científica. Cuando se habla de algo
sobrenatural se suele utilizar la palabra mencionando fenómenos de este tipo. Así
los fenómenos sobrenaturales son aquellos que se caracterizan por sobrepasar lo
científicamente conocido. Existen personas que confirman la existencia de lo
sobrenatural, estos creyentes consideran que los fenómenos sobrenaturales son
tan reales como los naturales. Los que no creen en ellos y se oponen firmemente
a su existencia, se basan en argumentos racionales. Ellos opinan que los hechos
sobrenaturales tienen siempre una explicación científica. Características de los
fenómenos sobrenaturales Los fenómenos sobrenaturales pueden clasificarse de
tres formas: Fenómenos subterfugios. Estos se caracterizan por sus intenciones
de esconder la verdad. Un ejemplo de ello sería la magia exhibicionista. Luego
están los fenómenos que en otros tiempos se consideraban sobrenaturales y
contaban con una explicación no racional. Hoy en día algunos tienen una
explicación científica y natural. Como por ejemplo las auroras boreales. Y por
último están los fenómenos que no han sido estudiados ni explicados por la
ciencia. Estos pueden ser tanto reales como irreales. A falta de explicación
científica generan diversas teorías sin que se llegue a un consenso definitivo sobre
el tema. Los fenómenos sobrenaturales más conocidos son los milagros y la
magia, en primer lugar. También se considera sobrenatural temas como la
reencarnación, las posesiones demoníacas, las profecías, seres fantásticos como
vampiros o fantasmas. Diferencia entre sobrenatural y paranormal Se suele tomar
estas dos palabras como una especie de sinónimos. O que lo paranormal está
subordinado a lo sobrenatural. Pero en general los que creen en esta clase de
fenómenos consideran que ambas palabras no significan lo mismo. De esta
manera, exponen que los fenómenos paranormales no se salen de lo natural. Al
contrario, no se los puede separar de la naturaleza aunque poseen rasgos
extraños. Y dado a que pertenecen al mundo natural se los puede estudiar y
analizar con las corrientes científicas existentes.

DEFINICIÓN DE TAROT

El tarot es una técnica de adivinación en la que se utiliza un baraje de cartas


(normalmente 78 cartas), con las que se analizan los hechos pasados o presentes
o incluso aquellos hechos que supuestamente sucederán en un futuro. En otras
palabras, el tarot es un conjunto de conocimientos que pretenden solucionar
problemas a las personas que realizan sus consultas al experto en tarot.
La mecánica del tarot y el significado de los naipes

Las personas que creen en la autenticidad de este saber exponen al tarorista


algún problema o inquietud (por ejemplo, de tipo amoroso, laboral o familiar) y el
tarotista consulta las cartas para dar una respuesta sobre la cuestión planteada.
La mecánica habitual del tarot es normalmente la siguiente:
1) planteamiento de un problema,
2) el tarotista baraja las cartas y extrae un número determinado de ellas,

3) las cartas extraídas son distribuidas en un orden específico y en cada una


aparecen unos símbolos o dibujos

4) el tarotista interpreta las cartas seleccionadas y da una respuesta al problema


que inicialmente le han planteado.

En cuanto al significado simbólico de los naipes, algunas de ellas representan a


los líderes espirituales de la sociedad, otras a los poderes de la naturaleza y otras
a ideas como la muerte, el matrimonio o la infelicidad. Las 78 cartas del tarot están
divididas en dos grupos (22 cartas son los arcanos mayores y los 56 restantes son
los arcanos menores y representan los cuatro palos tradicionales).
El origen de la palabra tarot y del tarot como cartomancia

No hay un acuerdo definitivo sobre el origen de la palabra tarot (para unos viene
del término hebreo tora y otros estudiosos sostienen que proviene de una diosa
egipcia).

En relación al origen histórico de esta técnica de adivinación, todos los indicios


sugieren que este conocimiento surgió entre el siglo XlV y XV y el primer tarot del
que se tiene noticia es el Tarot Visconti Sforza, que fue elaborado por
una familia de la nobleza italiana, la cual mantuvo escondidas una serie de barajas
del tarot porque en aquella época los juegos de cartas estaban prohibidos por la
iglesia.

Partidarios y detractores

Los partidarios del tarot sostienen que este conocimiento es una herramienta útil
para auto conocernos y para afrontar los retos de la vida diaria. Los entendidos en
esta técnica de adivinación afirman que las cartas no determinan totalmente el
futuro, sino que expresan los deseos ocultos del consultante.
En cambio, los detractores consideran que los tarotistas son estafadores que
juegan con la sensibilidad de los demás y se aprovechan de sus miedos internos.
SUPERSTICIÓN
La palabra superstición se origina en el vocablo latino “superstitionis”,
la partícula “super” deriva del verbo “stare” que significa continuar existiendo o
perviviendo, y “tion” que alude al efecto.
Puede definirse la superstición como una creencia no científica, basada en
prejuicios mágicos, mitos o tradiciones populares, que tiene como efecto que se
acepten explicaciones fantasiosas o mágicas para explicar ciertos hechos (tuvo
mala suerte porque rompió un espejo, y esto lo acompañará durante siete años) o
se adopten actitudes (cruzar los dedos, persignarse, tirar las cartas, para adivinar
el futuro, curar “el mal de ojo” o “el empacho” con palabras) o se eviten otras (no
pasar debajo de una escalera, no abrir un paraguas en una habitación, no casarse
ni viajar en un martes 13) aprendidas mecánicamente, para evitar que ciertos
acontecimientos ocurran, sin estar probada la relación causa-efecto entre ellas.

Las supersticiones no están destinadas a servir un fin superior, y esto es lo que


esencialmente las distingue de las religiones, que si bien contemplan la práctica
de rituales lo hacen en vistas a alcanzar una comunidad con la divinidad, aunque
nacieron muy vinculadas a prácticas religiosas paganas.

La superstición es típica de las sociedades atrasadas culturalmente, ya que son


contrarias al pensamiento racional, aunque muchas comunidades avanzadas
siguen practicando ciertos rituales por costumbre, y porque en ciertos aspectos de
la vida aún queda mucho por descubrir, y esto justifica que muchos expresen “que
las hay, las hay” y sigan, por si acaso, aceptando algunas supersticiones, aunque
lo tomen de manera jocosa.

CONDUCTAS SUPERSTICIOSAS
La superstición para los antiguos romanos significaba trasgresión de los hijos por
abandonar la religión de los padres, dirigiendo sus atenciones hacia otros ritos, a
adorar deidades – dioses – extranjeras no reconocidas por el Estado.
Estrechamente vinculada a creencias religiosas, la superstición se consideraba
extraña a cualquier culto o rito contrario a la razón.

El período de oscurantismo vio crecer al máximo la superstición en la sociedad,


que representó un elemento fundamental de aquella época, en la que cada quien,
y cada cual iba madurando su propio criterio de creencia y, se tiene entendido,
que entró en el sistema de vida de los pueblos del mundo dejando huellas en cada
emigración, de fe, religión, doctrinas, cultos o ritos.

La conducta supersticiosa humana es un tipo de aprendizaje no planeado, que se


realiza por medio del refuerzo accidental, y la misma ocurre cuando, por ejemplo,
si llevamos puesta una joya particular o tenemos una pata de conejo cuando
somos tocados por la buena suerte, podemos llegar a creer que estos factores
fortuitos produjeron el reforzamiento positivo. Incluso, podríamos desarrollar
elaboradas explicaciones cognoscitivas que rodearon a los reforzamientos
ocurridos de manera accidental o esporádica.

Siempre que hacemos algo que es seguido muy de cerca por un hecho fortuito
que consideramos dichoso, tendemos a repetir la acción, aunque, lógicamente, la
buena suerte tenida no haya sido producto directamente de lo que hicimos
previamente.

Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de forma irracional en el


hombre, pueden estar basadas en la fe, o relacionadas con el pensamiento
mágico. El practicante cree que el futuro, o que ciertas acciones voluntarias o
involuntarias pueden ser influidos por alguna de sus creencias o tienen una
significación trascendental en su vida.

Una superstición es el resultado de la forma prejuiciosa de juzgar la información


que tiene nuestro cerebro. Un prejuicio cognitivo, o «sesgo cognitivo», es una
distorsión cognitiva en el modo en el que los humanos percibimos la realidad.
Algunos de estos procesos han sido verificados empíricamente en el campo de la
psicología, otros están siendo considerados como categorías generales de
prejuicios. La superstición no coincide con la ciencia ni aplica el método científico;
las seudo-ciencias pueden considerarse supersticiones.

Se incluyen entre las supersticiones el curanderismo, la magia, la adivinación y


sus distintas disciplinas: astrología, quiromancia, cartomancia o tarot, geomancia o
feng-shui, espiritismo, etc. Así se puede hablar de superstición de la ciencia
cuando se apela irracionalmente a ésta para defender una posición.

Cuando se escuchan predicciones negativas se generan más conductas


supersticiosas que cuando son positivas.

La «suerte», entendida como una fuerza que pueda afectar el destino, no existe.
El cristiano sabe que depende de la Providencia divina y que es responsable por
su libre albedrío.

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