Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Anécdotas
Anécdotas
¡YO VOY A SER PINTORA! Hoy os traigo una anécdota de estas que "cazo" cuando los
niños pasan hablando a mi lado. El caso es que una niña y un niño de la clase estaban
en el rincón del arte dibujando libremente, y de repente dice la niña: "¡Yo de mayor voy
a ser pintora!", y salta el niño justo después "¡Y YO PINTORO!"
Derivados de la Leche
Anécdota: Para volver del Silk Market y cómo íbamos un grupillo de 6 decidimos coger
un taxi de estos piratillas que te llevan en una furgoneta con los cristales tintados al
estilo Jack Bauer de 24. El caso es que durante el camino la mujer del conductor nos
empieza a sacar calcetines y gallumbos de una bolsa de basura diciendo que los
vendía muy baratos así que ni cortos ni perezosos y como somos muy consumistas allá
que cargamos con un arsenal de ropa interior. Acto seguido nos fuimos a cenar al Hard
Rock Pekín. Cuando llega la cuenta, pagamos y nos marchamos y detrás nuestro, una
de las camareras persiguiéndonos, gritando en chino cosas que no lográbamos
descifrar, parecía la niña del exorcista. El caso es que la furgoneta pirata nos había
endiñado billetes falsos y nosotros, pardillos todavía en la moneda del país no nos
habíamos dado cuenta y se lo dimos a la camarera para pagar la cena. Consecuencia:
Nos tuvimos que tragar una moneda que para mí la usaban para jugar al monopoli en
algún país extraño porque fuimos a cambiarla y no quisieron….
Fecha: Agosto 2008
Anécdota: En uno de mis múltiples puntazos que me dan decidí apuntarme a una
excursión en bicicleta por las Salinas de Maras en el Valle Sagrado (Perú). Para
poneros en antecedentes: el deporte y yo no nos llevamos bien, digamos que mi
actividad deportiva se limita a ir al gimnasio como máximo un mes y medio al año y a
jugar al Wii Sports en casa, así que imaginaros!!!!
En la primera cuesta ya estaba que no podía con mi alma y para postre el camino
estaba todo empedrado y peligroso así que ni corta ni perezosa agarré la bicicleta a
cuestas y en la primera carretera que vi paré a una furgonetilla que iba atestada de
gente y animalitos, endiñé la bici en la baca y me quedé esperando en el pueblo
tumbada a la bartola hasta que el resto de la expedición aparecieron hechos polvo, eso
sí, no me libré de las agujetas ya que al día siguiente tenía los brazos que no los podía
ni mover!