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Resumen Aparato Critico Griego PDF
Resumen Aparato Critico Griego PDF
10.
Los manuscritos del
Nuevo Testamento y la Crítica Textual1
≡ A esto hay que agregar las numerosas “versiones” (es decir, traducciones
a otros idiomas que proceden del estrato primitivo de la transmisión
textual).
Las más antiguas son las versiones al latín (“Vetus latina”, de mediados
2
del siglo II) y al siríaco (“Vetus siríaca”, probablemente de comienzos
del s. III; “Peshitta”, versión litúrgica siríaca, de fines del siglo IV a
comienzos del siglo V).
También se tienen por importantes las versiones “gótica” (de mediados
del siglo IV por un obispo de los Godos llamado Wulfila), copta;
etiópica, armenia; georgiana, etc.
1 Cf. DUPONT-ROC, R. – MERCIER, Ph., Los manuscritos de la Biblia y la crítica textual, Navarra (Verbo
Divino, Cb 102 2000). Cf. http://www.codicesypapiros.com
2 El siríaco era un dialecto arameo oriental de la antigua Asiria, el territorio que circundaba a Edesa. En
esa lengua está escrito, por ejemplo, el “Diatessaron” de Taciano, de fines del siglo II.
3 Cf. DUPONT-ROC, R. – MERCIER, Ph., “Vocabulario básico”, en: Id., Los manuscritos de la Biblia y la
crítica textual, 7. Ordenando y sintetizando la información: Se llama “testigos” a todas las copias
anteriores a la imprenta que permiten establecer un texto. Para la Biblia se distinguen tres tipos de
testigos: (1) Los “manuscritos”; (2) Las “citas” de los escritores antiguos; (3) Las “versiones”, antiguas
traducciones a otras lenguas.
Sinaítico
a o S 01
Es de la primera mitad del siglo IV y fue compuesto en Egipto o en Cesarea de
Palestina, sobre la base de un manuscrito egipcio.
4 Las “hojas” de “pergamino” se preparaban con cuero de animales (ovejas, cabras, antílopes)
especialmente curtidos para tal fin; la técnica de preparación alcanzó la perfección en la ciudad de
Pérgamo hacia el año II a.C., de allí el nombre. El uso del pergamino entre los cristianos tuvo sus inicios
en la primera mitad del siglo IV. Los pergaminos cristianos tienen forma de “códice”, no de “rollo”
(“meguillah” en hebreo, “volumen” en latín; es la forma más antigua de “libro”; se formaba pegando las
“hojas” por sus extremos –o cosiéndolas, si eran hojas de pergamino– de tal manera que se formaban
“tiras”, que llegaba a tener entre unos 6 a 10 metros de largo por 22 a 27 centímetros de ancho). Los
“códices” se fabricaban doblando las hojas (de papiro o de pergamino) al medio y confeccionando con
ellas un “libro cuadrado”. Si el texto era demasiado largo, sólo se plegaban 4 hojas por vez, y de este
modo se obtenía un “cuaderno” de 4 hojas dobles (quaternio). Juntando después estos “cuadernos” se
obtenía un “libro”, de la extensión que uno quisiera. Los “códices” aventajan a los “rollos” no sólo por la
facilidad de su manejo sino porque además permitían escribir por ambas caras en cada una de las páginas.
Cabe hacer notar que todos los manuscritos del Nuevo Testamento que tenemos hasta ahora, sean papiros
o pergaminos, son códices u hojas de códices (cf. DUPONT-ROC, R. – MERCIER, Ph., “El material y las
condiciones de la escritura”, en: Id., Los manuscritos de la Biblia y la crítica textual, 11-12).
5 J. J. WETTSTEIN clasificó los manuscritos en tres categorías: “unciales”, “minúsculos” y “leccionarios”.
A los “unciales” los designó con una letra mayúscula (primero empleó las letras del alfabeto latino, luego
las del griego –salvo para denominar al primero, el Sinaítico, qu empleó la “alef” hebrea–), según el orden
cronológico de los códices: A: Alejandrino; B: Vaticano; C: Rescripto de Efraim: D: Códice de Beza, etc.
6 Cf. Kurt & Barbara ALAND, “Descriptive List of Uncials”, en: Id, The Text of the New Testament,
Michigan (W. B. Eerdmans Publishing Co. 1989), 107s. cf. DUPONT-ROC, R. – MERCIER, Ph., “Los
grandes testigos del texto del Nuevo Testamento”, en: Id., Los manuscritos de la Biblia y la crítica
textual, 49-51.
Alejandrino
A 02
Fue copiado hacia fines del siglo V en Egipto.
Se supone que procede de Alejandría (Egipto), aunque hay muchas hipótesis
que lo vinculan a Constantinopla. Desde 1098 fue propiedad del patriarca de
Alejandría. Hacia 1628 fue llevado a Londres. El códice se halla actualmente y
desde 1751en la “British Library”.
Contiene, en 773 hojas, la Biblia griega completa (aunque con grandes
lagunas), más las dos cartas de Clemente. Del Nuevo Testamento faltan Mt 1-
25,6; Jn 5,50-52 y 2Co 4,13-12,7.
Está escrito a dos columnas por página y consta de cuatro tomos.
En los evangelios el códice representa la etapa más antigua del hoy llamado
texto “bizantino” (antiguamente denominado “koiné”); en cuanto a las demás
partes del Nuevo Testamento, es uno de los mejores testimonios del texto hoy
llamado “alejandrino”. (antiguamente denominado “neutral”).
Es el mejor testigo del Apocalipsis.
Vaticano
B 03
Se escribió a mediados del siglo IV en Egipto.
7 El “Sinaítico” y el “Vatican”o (B) son los dos manuscritos completos más antiguos del Nuevo
Testamento.
8 Tobías es el único manuscrito griego que presenta la forma larga y más próxima al original de la obra.
Contiene 1 y 4 Macabeos pero nunca contuvo 2 y 3 Mac.
Rescripto de Efrén
C 04
10
Es un “palimsesto” .
Habría sido copiado hacia el siglo V ¿en Egipto? y, originariamente, contenía la
Biblia Griega. Pero en el siglo XII fue raspado, y se escribieron encima los
textos ascéticos y sermones del padre de la iglesia siria Efrén (siglo IV).
Utilizando procedimientos químicos y a base de un paciente y minucioso
11
trabajo, se consiguió descifrar el texto que está debajo . Actualmente se
encuentra en la Biblioteca Nacional de París.
Contenía toda la Biblia, pero del Antiguo Testamento se conservan pocas partes
(64 hojas). Del Nuevo Testamento, 165 hojas, con fragmentos de casi todos los
textos. Escrito a una columna por hoja.
Bezae Cantabrigensis
Dea 05
Es el códice bilingüe más antiguo que ha llegado hasta nosotros.
Habría sido copiado en el siglo V ó VI, quizá en el norte de África, y fue
corregido por el propio escriba original, además de muchos otros.
En Lyon desde el siglo IX, fue comprado en 1562 por Teodoro Beza, sucesor
de Calvino, quién lo donó en 1581 a la Universidad de Cambridge. Desde
entonces se ha editado varias veces.
De unas 406 hojas, es uno de los textos más interesantes del Nuevo Testamento
(no reproduce el Antiguo Testamento). El codex D contiene el texto de los
9 El la parte veterotestamentaria (LXX) sólo le falta Gen 1-46,8; algunos vss. de 2 Sam 2 y unos 30
salmos. Nunca contuvo 1 y 2 Macabeos. En algunos libros del AT este códice constituye una clase por sí
mismo y es el mejor testigo de la forma primitiva de los LXX.
10 Un “palimsesto” o “rescripto” es un pergamino cuya escritura anterior fue lavada o raspada (ya/w =
raer) para ser escrito de nuevo. Los pergaminos eran muy costosos, por lo que se acostumbraba borrar
códices considerados no indispensables con una esponja con raspador o piedra pómez, y disponerlos para
“volver a escribir” sobre ellos.
11 Mediante este procedimiento el material solía resultar muy dañado. Por eso se recurrió luego a un
método fotográfico. Al iluminar el pergamino con rayos ultravioleta, el cuero se hacía fluorescente
mientras que la escritura raspada permanecía casi oscura si es que habían empleado para escribir –como
era usual– tintas “ferrogálicas” cuyas partículas de hierro que hubieran penetrado hasta el interior del
pergamino impedían o disminuían la iluminación.
12
cuatro evangelios (en el orden Mt, Jn, Lc, Mc), de los Hechos y de las cartas
católicas, con numerosas lagunas. Después de Marcos, y por razones aún no
aclaradas satisfactoriamente hasta ahora, aparece una hoja con un texto de 3 Jn
11-15.
Contiene sobre la página izquierda el texto griego y sobre la derecha el texto
latino. Pero el texto en latín no es una traducción del griego paralelo: parece
pertenecer a la versión antigua que precedió a la Vulgata. Pero lo más
interesante es que, según los especialistas, el texto latino influyó en el griego:
un buen número de variantes especiales del texto griego son retrotraducciones
del latín.
13
El códice D es el testimonio más importante del llamado texto “occidental” .
Claromontano
Dp 06
Habría sido copiado hacia el siglo VI en la Italia meridional, y, al igual que el
codex Bezae, es un texto bilingüe que presenta paralelamente el texto griego y
el latino.
Es posible que el Claromontano haya llegado al noroeste de Francia hacia la
segunda mitad del siglo VIII y entre los años 1565 y 1582 pasó a ser propiedad
de Teodoro Beza, quien afirma que lo encontró en la abadía de Clermont, cerca
de Beauvais (de donde recibió el nombre de “Claromontano”). Después lo
heredó Luis XIV, y finalmente el monarca lo entregó a la Bibliothèque Royal,
que es la actual Bibliteca Nacional.
Sólo contiene 13 epístolas paulinas. Después de una laguna de tres hojas en
blanco, aparece, copiada por el mismo copista pero tomada de otro modelo
distinto, la carta a los Hebreos.
En el siglo VI alguien insertó en las hojas que habían quedado en blanco un
14
catálogo en latín de los textos bíblicos, el llamado “canon claromontanus “.
Por lo menos nueve manos distintas hicieron correcciones tanto en el texto
latino como en el texto griego. A pesar de las semejanzas en cuanto a la
disposición con el códice de Beza, y aunque ambos son testigos del texto
15
llamado occidental , el Claromontano no guarda relación con él. Fue escrito
aproximadamente un siglo después, y presenta una escritura completamente
distinta.
12 En texto de los Evangelios presenta una gran cantidad de adiciones (y también algunas omisiones
características) y en los Hechos de los Apóstoles se desvía tanto del texto transmitido normalmente, que se
ha creído que se basaba en alguna nueva edición realizada por el autor mismo de Hechos; es, además, una
décima parte más amplio que el resto de las copias de Hechos. Es una cuestión discutida si hay que
considerar este texto como una degeneración secundaria del primitivo o si, por lo menos, en algunas
variantes, hay que ver en él la fuente de muchas y valiosas lecturas antiguas. El hecho es que tanto la
versión siríaca de los evangelios, así como muchas citas de los padres de la Iglesia de los primeros siglos,
muestran un estrecho parentesco con el texto del codex Bezae.
13 Así llamado porque esta forma textual está atestiguada principalmente en la zona occidental del
Mediterráneo, en los padres latinos antiguos, y subyace a las antiguas versiones latinas.
14 Si bien el texto está en latín, se lo considera derivado de un modelo griego. Este catálogo contiene los
4 evangelios, 13 cartas de Pablo (sin Hebreos), las 7 cartas católicas, Apocalipsis, Hechos, la carta de
Bernabé, el Pastor de Hermas, los Hechos de Pablo y el Apocalipsis de Pedro.
15 Sin embargo, en las epístolas del Nuevo Testamento, las variantes occidentales no son tan
aparatosamente diferentes de los demás manuscritos como en los evangelios y en los Hechos.
Todos los papiros (del Nuevo Testamento) hallados hasta ahora proceden de
Egipto, país con un clima seco propicio para preservarlos de la destrucción.
FRAGMENTARIOS
16 Es del siglo V y está en Washington. Fue comprado en 1906 por Ch. Freer a un mercader árabe.
Contiene los evangelios en el orden Mt, Jn, Lc, Mc. Después de Mc 16,14 se encuentra una extraña
adición –llamada a veces “logion Freer”– citada en una nota de la “Biblia de jerusalén”.
17 Del siglo IX, conservado en Tiflis (Georgia). Sus notas marginales mencionan varias veces la localidad
de “Koridethi”.
18 De los siglos VII-IX, conservado en el Monte Athos. Contiene todo el Nuevo Testamento, salvo el
Apocalipsis.
19 Cf. Kurt & Barbara ALAND, “Descriptive List of Papyri”, en: Id., The Text of the New Testament, 96-
102.
Papiro Chester-Beatty I
45
P : Fue publicado en 1933 y es del s. III.
Contiene 30 hojas (de un original de aproximadamente 220 hojas), con grandes
fragmentos de los Evangelios (en el orden Mt, Jn, Lc, Mc) y Hechos: Mt 20;
21;25; 26; Jn 10-11; Lc 6-7; 9-14; Mc 4-9; 11-12; Hch 4-17, de los cuales sólo
los de Mc, Lc y Hch se han conservado bastante bien.
20
El P45 fue escrito por un copista erudito y esmerado .
A pesar de su mal estado de conservación, por ser el manuscrito más antiguo de
los evangelios de que se disponía hasta el momento de su descubrimiento, tuvo
gran importancia para la investigación.
Papiro Chester-Beatty II
P46: Parte se conserva en la colección BEATTY (10 + 46 hojas) y parte en la
Universidad de Michigan (30 hojas).
Consta de 86 hojas, muy bien conservadas, de un códice de 104 hojas, de
comienzos del siglo III, que contenía las epístolas paulinas, incluida Hebreos,
pero probablemente no las pastorales.
Al comienzo faltan 7 páginas que contenían Rom 1-5,17, y al final, ciertas
partes de 1 Tes 5,28s y 2 Tes. El texto está estrechamente emparentado con el
tipo “alejandrino o neutral”, salvo en Romanos, donde presenta numerosas
lecturas “occidentales”. Es más de 100 años más antiguo que los otros
testimonios de los textos conocidos hasta el momento de este tipo (B ó S).
46
El P contiene una serie de peculiaridades que son de gran importancia para la
historia primitiva de la colección de epístolas paulinas:
o Hebreos aparece inmediatamente después de Romanos, es decir, que
estaba considerada sin discusión como paulina, y había pasado, dada su
amplitud, al segundo lugar de la colección.
o Las Pastorales faltan por completo (no se puede pensar que estaban en
las hojas perdidas al final), o sea que es probable que no fueran aún parte
integrante del corpus.
20 Este hallazgo es de gran interés para la crítica textual de los Ev y de Hch, porque su texto no coincide
plenamente con el tipo “alejandrino” que predominaba en Egipto. El papiro adquirió luego especial
importancia para la investigación del llamado texto “cesariense” puesto que representaría una etapa
temprana de esta forma textual.
o No trae la doxología final de Romanos (Rom 16, 25-27) después del cap.
16 sino después del 15, lo cual contribuye a sostener la hipótesis de
quienes piensan que el cap. 16 no pertenecía originalmente a Romanos (y
tal vez fuera una carta independiente de Pablo a otra comunidad,
¿Éfeso?).
Papiros “Bodmer”
Cuatro papiros adquiridos entre los años 1955-1957 por Martin BODMER,
en Coligny, cerca de Ginebra.
Papiro Bodmer II
P66: Fue escrito aproximadamente hacia el año 200.y fue publicado entre
1956 y 1958, y revisado en 1962.
Se trata del testimonio antiguo más importante del Evangelio de Juan.
Se han conservado 75 páginas y algunos otros fragmentos del codex con el
texto de Juan 1,1-6,11 y 6,35-14,26, y además, algunos pequeños trozos de Jn
14-21. También tiene 39 fragmentos que no han podido identificarse.
El manuscrito, desde el punto de vista de la caligrafía está bellamente escrito,
pero procede de un copista muy descuidado, a quien se le han deslizado un
número extraordinario de faltas de toda índole. Es curioso que el copista
corrigiera varias veces el texto occidental al margen y entre líneas de tal forma
que coincidiera con el alejandrino, lo cual constituye una prueba de que tanto
este último texto como uno mixto eran conocidos en Alejandría por aquella
época.
Recién a fines del siglo II d.C. empieza a haber huellas más firmes para intentar
rastrear el proceso de transmisión del texto escrito del Nuevo Testamento. Pero
tan sólo se puede indicar que estos escritos son conocidos un poco por todas
partes, que se han comenzado a traducir (al menos, al latín) y que, por lo que es
posible inferir, parece que hay que postular una sorprendente diversidad
23
textual, que hablaría de un texto inestable ya en su origen.
21 Cf. DUPONT-ROC, R. – MERCIER, Ph., “La crítica moderna y las «familias textuales»“, en: Id., Los
manuscritos de la Biblia y la crítica textual, 55-58; cf. Ibid., 5-6: “del mito de origen al pluralismo
textual”.
22 “Textualista”. La “crítica textual” es la ciencia que tiene como finalidad el intento de establecer el
texto, que ha llegado a través de una larga tradición en formas diversas, lo más próximo posible a su
presunta forma original.
23 Cf. DUPONT-ROC, R. – MERCIER, Ph., “La transmisión en los dos primeros siglos”, en: Id., Los
manuscritos de la Biblia y la crítica textual, 53-54. Para explicar esta inestabilidad señalan: la oralidad, el
paso de lo oral a lo escrito, el paso del arameo al griego, las varias ediciones que sufren los textos, las
adaptaciones, la libertad textual. Testigos de esto son también, aunque cada uno a su manera, Marción y
Taciano.
El sistema de WESCOTT-HORT27
24 Cf. DUPONT-ROC, R. – MERCIER, Ph., “El objetivo del textualista”, en: Id., Los manuscritos de la
Biblia y la crítica textual, 6; cf. Ibid., 58: “¿Quién nos dice que nuestros textos no han nacido pluriformes,
fruto de la diversidad y del conflicto de interpretaciones en las comunidades locales? Los papiros más
antiguos atestiguan perfectamente esa riqueza. Por tanto, tenemos que ser sensibles al mismo tiempo al
argumento de la tradición, pero sin «canonizarla», y permanecer atentos a las riquezas de los aparatos
críticos: éstos nos ofrecen un reflejo de la vida de las Iglesias”.
25 En la crítica textual de los clásicos de la literatura universal, la elaboración de una “genealogía” entre
los diversos manuscritos constituye la base más importante del procedimiento. Tan pronto como se ven
con claridad las relaciones de dependencia de los diversos manuscritos se pueden descartar fácilmente las
variantes que no aparecieron hasta más tarde.
26 Sólo es posible reconocer la dependencia de los textos en casos aislados, para un número limitado de
manuscritos, y, a veces, solo para variantes individuales o grupos de lecturas. Las diversas líneas de la
tradición se han entrecruzado y entremezclado tanto en tiempos antiguos que la genealogía (stemma) se
complicaría hasta llegar al absurdo.
27 Cf. WIKENHAUSER-SCHMID, “El texto del NT”, en: Id., Introducción al Nuevo Testamento, Barcelona
(1978), 262-290. H. ZIMMERMANN, “La historia del texto y su investigación”, en: Id., Los métodos
histórico-críticos en el Nuevo Testamento, Madrid (BAC 1969), 22s.
28 B. F. WESCOTT - F. J. HORT, The NT in the original Greek, Cambridge (1881 18962). Esta edición
crítica del Nuevo Testamento preparada tras más de 30 años de trabajo en común inició una nueva época
en la investigación del texto del Nuevo Testamento. El tomo 1 contenía el texto griego y señalaba al
margen las “alternative readings”; iba provisto al final de un breve aparato crítico que aludía a pasajes
escogidos. El tomo 2 –preparado por HORT– contenía los principios fundamentales en que se había
basado la crítica, y un detallado comentario a un gran número de lecturas desechadas pero que, no
obstante, eran interesantes. Las designaciones que WESCOTT y HORT emplearon para caracterizar los
Testigos principales:
No se disponen para este tipo de testigos que hayan conservado
el texto en su pureza. Habría restos de este tipo en , A y Ca
entre otros.
El texto “occidental”
Según WESCOTT-HORT, se trataría de una forma muy antigua, pero que no
representaría el “original” sino un texto creado por copistas del s. II, que se
habrían tomado muchas libertades, interpolando elementos, armonizando,
parafraseando y a veces, corrigiendo cosas y suprimiendo detalles chocantes.
WESCOTT y HORT lo tenían por un texto aún “salvaje”, sin revisar, y con
muchas lecturas poco dignas de crédito, sobre todo en Hechos.
Los testimonios de este texto proceden de un tipo usado muy pronto, hacia la
mitad del siglo II d. C, principalmente en la zona occidental del Mediterráneo.
Testigos principales:
El códice de Beza o Cantabrigiensis (De a o 05)
El Claromontano (Dp 06)
Además:
La Vetus Latina
Las antiguas versiones siríacas
Las citas de los autores latinos del siglo II y III: Marción,
Justino; Ireneo; Tertuliano, Hipólito, Cipriano.
subgrupos se utilizan todavía hoy al menos para una aproximación preliminar a cualquier manuscrito o
grupo de ellos. La investigación posterior, sin embargo, ha cuestionado la validez del texto “neutral” y ha
añadido el texto “cesariense” como una posible familia adicional.
Cf. http://www.lupaprotestante.com/blogs/textoseideas/?p=220.
29 “Textus Receptus” o el “texto recibido por todos”, que procedía de una labor editorial del
renacimiento, originada en ERASMO (1516) y en la POLÍGLOTA COMPLUTENSE (1520) y que, pasando por
las famosas ediciones parisinas de STEPHANUS (sobre todo, la “editio regia” de 1550), desembocó en las
ediciones de los hermanos ELZEVIER en Lieja primero (1624) y en Amsterdam después (1633). Durante
cerca de dos siglos fue el Nuevo Testamento griego del occidente cristiano.
El texto “alejandrino”
Según WESCOTT-HORT, habría sido una forma creada hacia el año 300 por
manos eruditas y hábiles que habrían introducido en el texto ciertas mejoras
gramaticales y estilísticas a fin de acomodarlo mejor a las obras clásicas.
Se trataría claramente de un texto editado, con muestras de un trabajo filológico
considerable pero que habría sido precedido por un texto anterior, íntimamente
conexo con él (ese texto anterior, según WESCOTT-HORT sería el que aparece
en los papiros de fecha temprana y en las citas de Clemente y Orígenes).
El criterio primario para determinar esta familia fue la recurrencia de sus
lecturas particulares en los escritores eclesiásticos de Alejandría, desde
Clemente y Orígenes hasta Cirilo.
Testigos principales:
El rescripto de Efrén (C o 04)
El «Codex Regius» (L o 019, del siglo VIII)
Además:
El minúsculo 33
Las versiones coptas
El texto “neutral”
Antes de estas recensiones y por encima de ellas se encontraría, según el
sistema WESCOTT-HORT, el texto “neutral” (también denominado “presiríaco”),
es decir, el texto que, según estos importantes científicos, no habría sufrido
modificaciones intencionadas.
WESCOTT y HORT entendieron que esta forma de texto se hallaba representada
primordialmente por el manuscrito “Vaticano” (B) para los evangelios, Hechos
y las cartas católicas (no de manera tan pura en las cartas paulinas), y en
segunda línea, también en el manuscrito “Sinaítico”.
De acuerdo a esta clasificación y valoración de los testimonios textuales, la
edición crítica de WESCOTT-HORT se basó principalmente en los manuscritos
Vaticano y Sinaítico30.
La edición crítica de WESCOTT Y HORT alcanzó una enorme aceptación (aunque fue muy
discutida, sobre todo en Inglaterra, por los partidarios del ampliamente extendido “Textus
Receptus”).
30 Sólo raras veces se desviaron de estos códices. Cuando lo hicieron, se trataba de los que ellos llamaron
“western non interpolations”, es decir, de los pasajes en los que, según ellos, los representantes de la
forma “occidental” habrían conservado la lectura primitiva.
31 H. von SODEN, Die Schriften des NT in ihrer ältesten erreichbaren Textgestalt hergestellt auf Grund
ihrer Textgeschichte, Parte 1: Berlin (1902-1907), Parte 2: Göttingen (1913). En el 1900 O. R. GREGORY
publicaba su primer volumen de “crítica textual” del Nuevo Testamento donde reclasificaba los códices
empleando un nuevo sistema (el hoy llamado “sistema Gregory”).
Este texto se habría ido alterando más y más con el tiempo, pero en su
forma más antigua sería independiente de las otras dos recensiones.
Teniendo en cuenta que el texto habría sido corrompido en el siglo II (el de las
cartas paulinas, por MARCIÓN, y el de los evangelios y Hechos por TACIANO),
si se descubren y se eliminan tales corrupciones, se podría llegar, según VON
SODEN, hasta el texto original.
El monumental trabajo de VON SODEN encontró poco menos que una repulsa
universal, y casi todas sus tesis (sobre todo con relación a una presunta
recensión “I”) fueron duramente cuestionadas en su tiempo.
32 Se llama “recensión” al trabajo producido, especialmente a partir del siglo IV d.C., por algunos
eruditos –Hesiquio en Alejandría, Luciano en Antioquia, citados por Jerónimo– con vistas a eliminar una
diversidad textual demasiado grande, imponiendo el texto que creían mejor. Cf. DUPONT-ROC, R. –
MERCIER, Ph., “Las primeras recensiones”, en: Id., Los manuscritos de la Biblia y la crítica textual, 55.
ZIMMERMANN ha cuestionado seriamente el concepto de “recensión” (cf. H. ZIMMERMANN, Los métodos
histórico-críticos en el Nuevo Testamento, 26).
El texto “Alejandrino”
[“Neutral” + “Alejandrino” de WH ; “H” o “Recensión de Hesiquio” de VON SODEN]
Aunque hoy día sigue considerándose al texto (mal) llamado “neutral” como el
tipo relativamente más fiel –esto es, más cerca del “original” que cualquier otra
forma textual– y en cuanto tal, se ha transformado en el texto “standard” del
Comité Internacional actual, sin embargo no afirma su presunta fidelidad de
34
manera tan apodíctica y exclusiva como lo hicieron WESCOTT y HORT . De
hecho varias lecturas permiten mostrar que se trataría de una forma que no está
completamente libre de correcciones.
Testigos principales
B ) apoyado por el P75
Además
C; L; Y (044 o “Athous Lavrensis”, s. VIII-IX)
D (037 “Sangallensis”, s. IX); 33; 1241.
Los padres alejandrinos CLEMENTE, ORIGENES, DIONISIO Y
CIRILO. Las principales TRADUCCIONES COPTAS.
33 Cf. DUPONT-ROC, R. – MERCIER, Ph., “La crítica moderna y las «familias textuales»“, en: Id., Los
manuscritos de la Biblia y la crítica textual, 57-58; H. ZIMMERMANN,”La investigación de la historia del
texto neotestamentario a partir de 1900”, en: Id., Los métodos histórico-críticos en el Nuevo Testamento,
27. G. STRECKER – U. SCHNELLE, “Historia de la crítica textual”, en Id., Introducción a la exégesis del
Nuevo Testamento, Salamanca (Sígueme 1997), 38-39.
34 W. BOUSSET fue el primero en intentar demostrar que también el texto neutral es resultado de una
recensión, pero que fue obra de un filólogo, que hizo su labor con gran prudencia y maestría y que no
quiso obtener un texto pulido, libre de fallos lingüísticos, con dicción clara, sino que pretendió restaurar el
texto antiguo. BOUSSET quiso relacionar esta recensión con el nombre del obispo HESIQUIO de Alejandría.
Si bien esta identificación se ha mostrado insostenible, el problema de si esta tradición textual representa
o no una recensión es discutible. Muy importante en este debate ha sido el descubrimiento de algunos
papiros, en especial, el P75, que representa el mismo tipo que el códice B. Cf. WIKENHAUSER-SCHMID, “El
texto alejandrino (o «neutral»; H de VON SODEN y MERK; h de Nestle)”, en: Id., Introducción al Nuevo
Testamento, Barcelona (Herder 1978), 270-273.
Características
Texto pronunciadamente más corto y no tan pulido.
Texto más extendido, está en el origen del “Textus Receptus”. Los manuscritos
más recientes en mayúscula y la gran masa de los minúsculos ofrecen un texto
que muestra un notable carácter de unidad. Hasta ahora no se halla
representado por ningún papiro.
En general, fue considerado como un texto degenerado y de poco valor.
Actualmente se tiende a pensar que este texto ha conservado variantes
35
antiguas .
Testigo principal:
A (sólo para los evangelios)
Además
Ee (07 “Basilensis”)
Fe (09 “Boreelianus”)
Ge (011 “Seidelianus”)
Características:
Corrección en las durezas del lenguaje y pulimento del estilo;
esfuerzo por lograr un buen griego. Breves interpolaciones para
facilitar la inteligencia del texto. Una moderada armonización
de lugares paralelos de los evangelios. Adiciones de carácter
explicativo. Sustitución de palabras anticuadas por otras más
corrientes. Elimina cosas que pueden ser chocantes desde el
36
punto de vista “dogmático” .
El texto occidental
[Así WH; ¿”I” de von Soden?]
Testigo principal:
D
Además:
Fp (010 “Augiensis”, s. IX)
Gp (012 “Boernerianus”; s. IX)
Vetus Latina; escritores latinos antiguos.
Características:
Sorprendentes adiciones y omisiones, especialmente en Lucas y
Hechos. Preferencia por la paráfrasis. Libertades en la
narración. Armonizaciones.
37 “El texto occidental es por definición no recensional. Sorprende por su variedad; y los que mantienen
el texto occidental les gusta hablar mas de textos occidentales” (DUPONT-ROC, R. – MERCIER, Ph.,
“Algunos grandes estados del texto”, en: Id., Los manuscritos de la Biblia y la crítica textual, 58).
38 “Actualmente, algunos de los mejores especialistas son muy sensibles a la antigüedad de la tradición
occidental. C. –B. Amphoux, especialmente, insiste en el carácter erudito... de algunos de estos textos,
que después habrían sido simplificados, “popularizados”. Pero el nacimiento de estos textos y sus
relaciones con los ambientes vitales de las primeras comunidades siguen siendo oscuros” “ (DUPONT-ROC,
R. – MERCIER, Ph., “Algunos grandes estados del texto”, en: Id., Los manuscritos de la Biblia y la crítica
textual, 58).
Además, gracias al P45 se pudo demostrar que esta forma textual existía ya en la
primera mitad del siglo III en Alejandría. Tiene muy pocas lecturas especiales.
Guarda relación tanto con el texto “neutral/alejandrino” como con el texto
39
“occidental” .
Testigo principal:
Q
Además:
P45
565 700 Familias 1 y 13.
Las citas de Orígenes y Eusebio.
La versión georgiana.
Características:
De singular importancia para el EvMc
Se nota un cierto empeño por la elegancia.
La “crítica textual” del Nuevo Testamento tiene como objetivo reestablecer con
la mayor exactitud posible, por medio de una investigación metódica de la
tradición textual, el texto más antiguo posible.
39 ¿Se trata de un texto independiente? ¿De un texto occidental reelaborado según el neutral? ¿De un
texto neutral elaborado según el occidental?
40 K. ALAND - B. ALAND, “Selected passages: causes of variants and their evaluation”, en: Id., The text of
the New Testament, Michigan (William B. Eerdmans 1989), 282-ss. Cf. DUPONT-ROC, R. – MERCIER,
Ph., “El trabajo del textualista”, en: Id., Los manuscritos de la Biblia y la crítica textual, 16-26.
Homoioteleuton // Homoioarkton
Ditografía
Haplografía
UNCIAL:
PIOIENMECWYMWN
ALLAEGENHQHMENNHP
VARIANTE:
PIOIENMECWYMWN
ALLAEGENHQHMENHP
Confusión de abreviaturas41
41 Cf. una lista de abreviaturas de “nomina sacra” en H. ZIMMERMANN, Los métodos histórico-crítico en
el Nuevo Testamento, 53.
42 1 Timoteo 3,16 Y sin duda alguna, grande es el Misterio de la piedad: El ha sido manifestado en la
carne, justificado en el Espíritu, visto de los Ángeles, proclamado a los gentiles, creído en el mundo,
levantado a la gloria.
UNCIAL
OCEFANERWQH: “El cual fue manifestado en carne...”
VARIANTE:
“Porque si hemos hecho una misma cosa con él por una muerte
semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección
semejante...”
au)tou=, a)lla\
la\ kaiì th=j a)nasta/sewj e)so/meqa:
VARIANTE: a(/ma
(adv. = “juntamente”, “al mismo tiempo”; “al punto”)
❒ Otras correcciones son debidas a la influencia del estilo literario griego (aticismo).
Principios básicos de la
crítica textual neotestamentaria
Elenco de criterios
técnicos admitidos de manera general43
MÁXIMA
Elija la variante que mejor explica el origen de las otras lecturas.
CRITERIOS EXTERNOS
Es decir, los manuscritos griegos, versiones y escritores que se encuentran en
favor de una determinada variante.
43 Cf. H. ZIMMERMANN, “La crítica textual y sus métodos”, en: Id., Los métodos histórico-crítico en el
Nuevo Testamento, 30s.
SE DEBE TENER EN CUENTA EL INFLUJO DE LOS PARALELOS Y –EN LAS CITAS DEL
ANTIGUO TESTAMENTO– DE LOS LXX
CRITERIOS INTERNOS
No se basa sólo en las variantes sino que es una crítica de valoración: formula
un juicio de valor y hace una opción.
44 Se habla de “conjetura” cuando la forma del texto reconstruida por la crítica no coincide con la
variante de ningún manuscrito existente.