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Esta Biblia es la más famosa incunable, y su producción dio comienzo a la impresión masiva de
textos en Occidente. Se cree que fueran producidas alrededor de 180 copias, 45 en pergamino y
135 en papel. Luego de impresas, fueron rubricadas e iluminadas a mano, trabajo realizado por
especialistas, lo que hace que cada copia sea única.”
El Códice Bezae (Siglo VI)
Códice bilingüe con los textos griego y latín de los Evangelios Sinópticos y los Hechos. Teodoro
de Beza lo obtuvo a partir del monasterio de San Ireneo en Lyons, y lo presentó a la Universidad
de Cambridge en 1581.
El Códice Cairensis (896 d.C.)
Copiado por Moisés ben Asher, contiene los Profetas Anteriores y Posteriores; contiene además
la masora y los puntos vocálicos. En su colofón indica que lo terminó aproximadamente en el
año 895 E.C. el renombrado masoreta Moisés ben Aser de Tiberíades. Los cruzados los
tomaron de manos de los judíos karaites de Jerusalén y posteriormente se los devolvieron a los
karaites de El Cairo, Egipto.
El Códice de Petersburgo (916 d.C.)
Contiene los últimos profetas.
El Códice de Alepo (925 d.C.)
Quizás sea el mejor manuscrito del AT, pero le falta la mayor parte del Pentateuco debido a un
incendio ocurrido a fines de la década de 1940. Salomón ben Buya copió el texto (consonantes) y
Aarón ben Asher proveyó las vocales. Este Códice es la base de un nuevo AT hebreo crítico que
está produciendo la Universidad Hebrea en Jerusalén.
El Códice de Leningrado (1008 d.C.)
Era una copia directa del texto de Aarón ben Asher y es la base de la Biblia hebrea actual y de
las traducciones más modernas del AT.
Biblia Peshita (1008 d.C.)
Traducción del hebreo y del griego al idioma siríaco. “Peshitta” significa “simple, común”. Es decir,
el Nuevo Testamento fue traducido del griego al vernáculo de los asirios.
Ciertas evidencias y circunstancias indican que la primera traducción del Nuevo Testamento en
griego a otro idioma fuese la del griego a la “antigua siríaca” a mediados del siglo II, quizás en la
ciudad de Edesa, cuna del idioma siríaco.
Unciales Solo cerca de una quinta parte de los 309 unciales posee secciones extensas del NT.
Ocupan el segundo lugar en importancia después de los papiros. Los unciales importantes
incluyen:
Vaticano (B, 03): El Vaticano (siglo IV) contiene la mayor parte del NT excepto 1–2 Timoteo, Tito,
Filemón, Heb. 9:14–13:25 y Apocalipsis, y es uno de los testigos más importantes del texto
neotestamentario al reflejar un texto muy parecido al del P75.
Alejandrino (A, 02): El Alejandrino (siglo V) contiene la mayor parte del NT excepto Mat. 1–24,
porciones de Juan 6–8 y 2 Cor. 4–12. Es un importante testimonio alejandrino fuera de los
Evangelios (en los Evangelios es bizantino) y uno de los mejores textos de Apocalipsis.
Minúsculos Escrituras en letra cursiva minúscula (siglos IX–XVII), los minúsculos reflejan el texto
bizantino pero preservan algunas lecturas originales. Se han catalogado más de 2800 minúsculos.
Familia 1: Constituido por cuatro manuscritos de los siglos XII a XIV (1, 118, 131, 209), la Familia
1 representa un texto cesareo de los siglos III–IV.
Familia 13: Colección de aproximadamente 12 manuscritos de los siglos XI–XV; tiene afinidades
con el tipo de texto cesareo.
Ms 33: El Ms 33 (siglo IX) contiene todo el NT excepto Apocalipsis. En general alejandrino,
muestra la influencia del bizantino en Hechos y las cartas paulinas.
Ms 81: El Ms 81 (1044 d.C.) contiene Hechos y las epístolas, y en Hechos a menudo concuerda
con el texto alejandrino.
Ms 1739: El Ms 1739 (siglo X) contiene Hechos y las epístolas y aparentemente sigue un
manuscrito del siglo IV, excepto en Hechos donde el escriba se lo atribuye a Orígenes (aprox. 250
a.C.). El Ms 1739 preserva un texto alejandrino relativamente puro.
Leccionarios Los leccionarios son manuscritos minúsculos que distribuyen el texto del NT en
lecturas correspondientes a cada domingo del año litúrgico. Se han catalogado más de 2400
leccionarios. Aunque la mayoría son tardíos, los eruditos están descubriendo que probablemente
preservan una forma de texto que se remonta a una época mucho más temprana a la fecha en
que se copió el manuscrito.
Los copistas.
Que se sepa, en la actualidad no existe ningún manuscrito original o autógrafo de la Biblia. Sin
embargo, la Biblia se ha conservado de forma exacta y confiable debido a que los copistas
bíblicos en general aceptaron las Escrituras como inspiradas por Dios y procuraron realizar a la
perfección su ardua labor de producir copias manuscritas de la Palabra de Dios.
Los hombres que copiaron las Escrituras Hebreas en los días del ministerio terrestre de Jesucristo
y durante los siglos precedentes recibían el nombre de “escribas” (heb. soh·ferím). Esdras fue uno
de los primeros; en las Escrituras se dice que era un “copista hábil”. ( Esdras 7:6) «este Esdras
subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había
dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre
Esdras». Posteriormente, algunos copistas hicieron ciertas alteraciones deliberadas en el texto
hebreo, pero sus sucesores, los masoretas, las detectaron y las registraron en la masora o notas
marginales del texto hebreo masorético que prepararon.
Los copistas de las Escrituras Griegas Cristianas se esforzaron de igual modo por reproducir
fielmente el texto de las Escrituras.
¿Qué seguridad hay de que la Biblia no ha sufrido cambios?
A pesar del cuidado que tuvieron los copistas de los manuscritos bíblicos, se introdujeron en el
texto varios errores. En su mayoría son insignificantes y no afectan en nada la integridad general
de la Biblia. Ha sido posible detectarlos y corregirlos gracias a una cuidadosa comparación crítica
de los muchos manuscritos y versiones antiguas existentes.
Notas
1. La numeracion de los versiculos se encuentra por primera vez en la Biblia hebrea de Bomberg
(1547), que indica en el margen cada quinto v. mediante las letras del alfabeto heb. empleadas
numericamente. Arias Montano publico en Amberes, en 1571, una Biblia hebrea con traduccion
interlineal latina. En esta edicion introdujo la division del texto hebreo en capitulos. En el margen
introdujo la numeracion de los versiculos con cifras arabigas.
2. Ningún documento previo a la aparición de la imprenta se copió de manera tan cuidadosa como
se hizo con el AT. Los manuscritos se escribieron sobre diversos materiales. Los papiros, hechos
de un junco que abundaba en Egipto, se utilizaron desde las épocas más antiguas. Los
pergaminos se hacían de cuero de ovejas, cabras y otros animales. El papel, una invención china,
(105 d.C.) se comenzó a utilizar en Egipto alrededor del 700 d.C. y en Europa alrededor del 1000
d.C. Los manuscritos del AT estuvieron en rollos hasta el 600 d.C. De allí en más se hizo popular
el códice, una forma primitiva de libro.
3. El testigo más importante del texto antiguo-testamentario se denomina texto masorético. Los
escribas, llamados masoretas, estuvieron activos entre el 500 y el 1000 d.C. No fueron
innovadores sino preservadores cuidadosos del texto de consonantes, las vocales y los acentos
del texto hebreo. La familia más conocida era de la ben Asher, especialmente Moisés y su hijo
Aarón, el masoreta más importante.
4. En la actualidad hay unos 6.000 manuscritos de todas las Escrituras Hebreas o de parte de
ellas en diferentes bibliotecas. La gran mayoría de ellos contienen el texto masorético y son del
siglo X E.C. o posteriores. Los masoretas (de la segunda mitad del I milenio E.C.) trataron de
transmitir el texto hebreo fielmente y no hicieron cambios en él. No obstante, para conservar la
pronunciación tradicional del texto consonántico sin vocales, concibieron un sistema de puntos
vocálicos y de acentos. Además, en la masora o notas marginales dirigieron la atención a las
anomalías del texto y anotaron las correcciones que consideraron necesarias. Este texto
masorético es el que aparece en las Biblias hebreas impresas de hoy día.
Cuando los manuscritos de las Escrituras Hebreas que se usaban en las sinagogas judías se
deterioraban, eran reemplazados por copias verificadas, y los viejos manuscritos se depositaban
en la geniza (un almacén o depósito de la sinagoga). Finalmente, una vez que la geniza estaba
llena, se sacaban los manuscritos y se enterraban con ceremonia. De este modo se llegaron a
perder muchos manuscritos antiguos. Sin embargo, el contenido de la geniza de la sinagoga de la
antigua ciudad de El Cairo se conservó, probablemente porque la tapiaron y quedó olvidada
durante siglos. Después de la reconstrucción de la sinagoga en el año 1890 E.C., se
reexaminaron los manuscritos de su geniza y se trasladaron de allí a diferentes bibliotecas
manuscritos de las Escrituras Hebreas bastante completos y diversos fragmentos (se dice que
algunos son del siglo VI E.C.).