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MANUSCRITOS ANTIGÜOS DE LA BIBLIA

I. MANUSCRITOS POR ORDEN CRONOLÓGICO


 Los rollos del mar muerto (Siglo II a.C. al 70 d.C.)
Antes de este descubrimiento, los primeros manuscritos existentes del Antiguo
Testamento estaban en griego, en manuscritos como el Codex Vaticanus y el Codex Sinaiticus.
De los aproximadamente 40 000 fragmentos de 800 a 1000 rollos encontrados en Qumrán, 220
son del A.T. Todos los libros del A.T. están representados, excepto el Libro de Ester; sin embargo,
la mayoría son fragmentarios. En particular, hay dos rollos del Isaías, uno completo y otro
completo en un 75 %; Debido al mal estado de algunos de los rollos, los eruditos no han
identificado todos sus textos.
Los textos identificados se dividen en tres grupos generales:
 Aproximadamente el 40% son copias de textos de las Escrituras hebreas .
 Aproximadamente otro 30% son textos del Período del Segundo Templo que finalmente no
fueron canonizados en la Biblia hebrea, como el Libro de Enoc, el Libro de los Jubileos, el Libro
de Tobit, la Sabiduría de Eclesiástico, Salmos 152-155, etc.
 El resto (aproximadamente el 30%) son manuscritos sectarios de documentos previamente
desconocidos que arrojan luz sobre las reglas y creencias de un grupo particular (secta) o
grupos dentro del gran judaísmo, como la Regla de la Comunidad, el Pergamino de Guerra, el
Comentario de Habacuc y La regla de la bendición.
El Gran Rollo de Isaías (1QIsa a) es uno de los primeros siete manuscritos descubiertos en
Qumrán en 1947. Con una longitud de 7,34 m; es el manuscrito bíblico más largo y mejor
conservado de todos y el único que ha llegado a nosotros prácticamente completo. Consta de 54
columnas que contienen los 66 capítulos de la versión hebrea del libro de Isaías y es uno de los
manuscritos más antiguos encontrados en el desierto de Judea.
Además de 1QIsaa, en Qumrán se han encontrado una veintena de copias del libro de Isaías (una
copia adicional se descubrió unos kilómetros más al sur, en Wadi Muraba`at) así como
seis pesharim o interpretaciones del libro. Isaías es citado frecuentemente en otros manuscritos,
un fenómeno literario-religioso que está presente también en los escritos del Nuevo Testamento.
No es de extrañar que el libro de Isaías parezca gozar de una importancia y autoridad canónica
especiales en el seno de la comunidad qumránica: las creencias mesiánicas de la comunidad
encuentran apoyo y fundamento en las palabras del profeta, conocido por sus profecías del juicio
y consuelo así como por sus visiones del fin de los tiempos y la llegada del reino de Dios.
La investigación moderna considera que el libro bíblico de Isaías está formado por diferentes
composiciones, siendo las principales: El Primer-Isaías o Isaías I (capítulos 1-39 con algunas
excepciones), que contiene el mensaje del propio profeta y data de la época del Primer Templo,
en torno al año 700 antes de la era común, y el Deutero-Isaías o Isaías II (capitulos 40-66), que
conserva las palabras de un profeta cuya identidad es desconocida y que vivió unos 150 años
más tarde, durante el exilio babilónico y el retorno en época persa. Cuando nuestro manuscrito
fue copiado en el segundo tercio del siglo II antes de la era común el libro de Isaías se
consideraba ya una única composición.
 El Pentateuco Samaritano (Siglo V a.C.)
El Pentateuco Samaritano se originó alrededor del siglo V a.C. y se transmitió
independientemente del Texto Masorético, del que difiere en unos 6000 lugares. Provee
algunos detalles adicionales, armonizaciones y teología sectaria.
 El Codex Sinaiticus (c. 350 d.C.)
Contiene la copia completa más antigua del Nuevo Testamento, así como la mayor parte del
Antiguo Testamento griego, conocido como la Septuaginta.
Tal como se conserva en la actualidad, Codex Sinaiticus consta de poco más de 400 hojas
grandes de piel animal preparada, cada una de las cuales mide 380 mm de alto por 345 mm de
ancho. En estas hojas de pergamino está escrito alrededor de la mitad del Antiguo Testamento y
los apócrifos (2 Esdras, Tobit, Judith, 1 & 4 Macabeos, Wisdom y Sirach), todo el Nuevo
Testamento y dos textos cristianos primitivos que no se encuentran en las Biblias modernas (Una
Epístola de un escritor desconocido que dice ser el Apóstol Bernabé, y ‘El Pastor’, escrito por el
escritor romano de principios del siglo II, Hermas). La mayor parte de la primera parte del
manuscrito (que contiene la mayoría de los llamados libros históricos, desde Génesis hasta 1
Crónicas) ahora está desaparecida y se presume perdida.
El número de libros del Nuevo Testamento en el Codex Sinaiticus es el mismo que el de las
Biblias modernas en Occidente, pero el orden es diferente. La Carta a los Hebreos se coloca
después de la Segunda Carta de Pablo a los Tesalonicenses, y los Hechos de los Apóstoles entre
las Epístolas Pastoral y Católica.
 El Códice Alejandrino (V d.C.)
Deriva su nombre de la ciudad de Alejandría (Egipto), donde se cree que fue hecho. Se conserva
en la Biblioteca Británica, Londres, Inglaterra.
Fue escrito en griego, en letra uncial. Contiene la mayor parte del Antiguo Testamento en griego y
casi todo el Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento del manuscrito contiene los libros deuterocanónicos, incluyendo III
Macabeos, IV Macabeos, y el salmo 151 (una copia corta de Salmos), textos considerados por la
crítica textual como “Apócrifos” del Antiguo Testamento. Al mismo tiempo, algunos folios están
perdidos. Como resultado, los libros de Génesis, I Reyes y Salmos tienen saltos. La “Epístola a
Marcelino” atribuida a San Atanasio de Alejandría y el sumario de los Salmos de Eusebio de
Cesarea están insertados antes del Libro de los Salmos.
Una carta conocida como 1 Clemente y la homilía conocida como II Clemente son añadidas al
Nuevo Testamento, y fueron, aparentemente, consideradas por el escriba como canónicas. El
Nuevo Testamento también tiene folios perdidos. Alrededor de 25 folios desde el principio de
Mateo, 2 folios de Juan, y 3 folios de II Corintios están perdidos. Un folio de I Clemente y dos
folios de II Clemente también están perdidos.”
 El Códice Vaticanus (Siglo IV d.C.)
Escrito en griego, en letra uncial, en pergamino fino y delgado, posiblemente de antílope.
Encontrado en la Biblioteca Vaticana, la cual fue fundada en 1448 d. C. y es preservado en la
misma institución.
Es uno de los más antiguos manuscritos conservados de la Biblia, ligeramente anterior al Codex
Sinaiticus, y probablemente copiado, como aquél, durante el siglo IV. Está escrito en griego, en
pergamino, con letras unciales, y se conserva en la Biblioteca Vaticana. Se llama Códice
Vaticano, como es evidente por el lugar en que se conserva, aunque nadie sabe cómo llegara allí.
Contenía originalmente una copia completa de la Biblia de los Setenta y del Nuevo Testamento,
pero las páginas 1519 – 1536 (desde Hebreos 9:14 hasta el Apocalipsis) se perdieron y fueron
reemplazadas por un minúsculo suplemento del siglo XV (No. 1957). Consta de 759 hojas. Faltan
una parte importante del Génesis y algunos Salmos. El estilo de la escritura es sencillo y elegante.
El pergamino es muy fino y delgado; posiblemente se realizara en piel de antílope.
Realizada usando una prensa de impresión y tipos movibles. Una copia completa tiene 1,282
páginas y la mayoría fueron encuadernadas en al menos dos volúmenes.

Esta Biblia es la más famosa incunable, y su producción dio comienzo a la impresión masiva de
textos en Occidente. Se cree que fueran producidas alrededor de 180 copias, 45 en pergamino y
135 en papel. Luego de impresas, fueron rubricadas e iluminadas a mano, trabajo realizado por
especialistas, lo que hace que cada copia sea única.”
 El Códice Bezae (Siglo VI)
Códice bilingüe con los textos griego y latín de los Evangelios Sinópticos y los Hechos. Teodoro
de Beza lo obtuvo a partir del monasterio de San Ireneo en Lyons, y lo presentó a la Universidad
de Cambridge en 1581.
 El Códice Cairensis (896 d.C.)
Copiado por Moisés ben Asher, contiene los Profetas Anteriores y Posteriores; contiene además
la masora y los puntos vocálicos. En su colofón indica que lo terminó aproximadamente en el
año 895 E.C. el renombrado masoreta Moisés ben Aser de Tiberíades. Los cruzados los
tomaron de manos de los judíos karaites de Jerusalén y posteriormente se los devolvieron a los
karaites de El Cairo, Egipto.
 El Códice de Petersburgo (916 d.C.)
Contiene los últimos profetas.
 El Códice de Alepo (925 d.C.)
Quizás sea el mejor manuscrito del AT, pero le falta la mayor parte del Pentateuco debido a un
incendio ocurrido a fines de la década de 1940. Salomón ben Buya copió el texto (consonantes) y
Aarón ben Asher proveyó las vocales. Este Códice es la base de un nuevo AT hebreo crítico que
está produciendo la Universidad Hebrea en Jerusalén.
 El Códice de Leningrado (1008 d.C.)
Era una copia directa del texto de Aarón ben Asher y es la base de la Biblia hebrea actual y de
las traducciones más modernas del AT.
 Biblia Peshita (1008 d.C.)
Traducción del hebreo y del griego al idioma siríaco. “Peshitta” significa “simple, común”. Es decir,
el Nuevo Testamento fue traducido del griego al vernáculo de los asirios.
Ciertas evidencias y circunstancias indican que la primera traducción del Nuevo Testamento en
griego a otro idioma fuese la del griego a la “antigua siríaca” a mediados del siglo II, quizás en la
ciudad de Edesa, cuna del idioma siríaco.

II. MANUSCRITOS DEL NT


 Fragmento Rylands de Juan (el más antiguo fragmento del N.T., siglo II).
C. H. Roberts descubrió un fragmento de papiro de 6 X 9 centímetros en una colección de la
Biblioteca John Rylands, de Manchester, Inglaterra. Éste contiene treinta palabras en griego
procedentes del capítulo 18 de Juan (18:31 33, 37 38). Es la más antigua porción de manuscrito
del Nuevo Testamento que se conoce y data de la primera mitad del siglo segundo. Procede de
un códice, no de un rollo. Lo sabemos porque está escrito en ambas caras del papiro, fenómeno
raro en los rollos. Los eruditos conocen el fragmento por el símbolo p52.

 Papiros Bodmer (alrededor de 200 d.C.)


En 1956, 1958 y 1962 se publicó el papiro Bodmer II. Éste incluye los primeros trece capítulos de
Juan en griego, en condición casi perfecta, y fragmentos de los restantes capítulos. Tiene fecha
de alrededor de 200 d.C. y se encuentra en la Biblioteca Bodmer, cerca de Ginebra. En 1961 se
publicó otro documento Bodmer: Lucas 3:18 hasta Juan 15:8. Puede ser que su origen se
remonte al último cuarto del siglo segundo. Otros fragmentos Bodmer incluyen Judas y 2 Pedro en
griego (alrededor de 200 d.C.), y porciones de la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo
Testamentos, en griego y copto.

 Papiros Chester Beatty (siglo III d.C.)


Adquiridos en 1930 por Chester Beatty, fue sir Federico Kenyon quien los anunció al mundo en el
London Times del 17 de noviembre de 1931. Incluyen porciones del Antiguo y del Nuevo
Testamento, y su fecha aproximada es del tercer siglo d.C. (algunos les han asignado fechas en
forma más general, fechas que van del segundo al cuarto siglo). Son once códices de papiro,
siete del Antiguo Testamento, tres del Nuevo y una parte de I Enoc. Las más antiguas copias de
las epístolas paulinas, con algunas lagunas (especialmente las pastorales: I y II Timoteo y Tito) se
hallan en el grupo; también porciones de los cuatro evangelios y Hechos que datan de poco
después de 200 d.C. Una parte del Apocalipsis completa los papiros que se encuentran
actualmente en la biblioteca Chester Beatty, Dublín, a excepción de treinta hojas de las epístolas
paulinas que están en la biblioteca de la Universidad de Michigan, Ann Arbor.

 Códice Vaticano (siglo IV d.C.)


Otro conocido documento es el Códice Vaticano, copia del siglo IV. Descubierto en la Biblioteca
Vaticana y llevado a París durante un tiempo por Napoleón, actualmente está en la Biblioteca
Vaticana en Roma, y contiene el Antiguo Testamento griego (es el más antiguo y mejor de los
manuscritos de la Septuaginta), y el Nuevo Testamento hasta Hebreos 9:14 (todos los materiales
después de esta porción se han perdido). Este y el Sinaítico son códices hermanos,
probablemente de origen egipcio. Constituyen el mejor texto griego de que se dispone.

 Códice Beza (siglo IV o V d.C.)


El Códice Béze es una copia del IV o V siglo y contiene textos incompletos de los cuatro
evangelios y los Hechos, además de unos pocos versículos de I Juan. Las páginas de la izquierda
tienen un texto griego y las de la derecha el texto en latín. Lleva el nombre del reformador Béze,
quien lo obsequió a la Universidad de Cambridge en 1581. Lo había adquirido del monasterio de
San Ireneo en Lyon, en 1562. Contiene 406 hojas, pero sin duda originalmente contenía por lo
menos cien más.

 Códice Washingtoniano I (siglo IV o V d.C.)


El Códice Washingtoniano I es un importante manuscrito que data del cuarto o quinto siglo.
Charles L. Freer lo compró a un vendedor de El Cairo, Egipto, en 1906. El documento, que
contiene los evangelios en griego en el orden de Mateo, Juan, Lucas, Marcos (igual que el Códice
Béze), está en el Museo de Arte Freer, el cual está relacionado con el Instituto Smithsoniano de
Washington, D.C

 Códice Alejandrino (siglo V d.C.)


El Códice Alejandrino es un manuscrito, del siglo v del Antiguo y Nuevo Testamento en griego,
además de dos libros extrabíblicos: las Epístolas de Clemente. Se cree que haya sido obra de
Thelka el Mártir. El libro fue obsequiado al rey Carlos I en 1627 por Cirilo Lucar, patriarca griego
de Alejandría; de allí su nombre. Se halla en el Museo Británico, Londres, y fue uno de los
primeros obsequios con que se fundó el museo.

 Códice de san Efrén (siglo V d.C.)


Un códice incompleto del Antiguo y Nuevo Testamento en Códice de griego, el de san Efrén, se
conoce como palimpsesto. El término "palimpsesto", se deriva de dos palabras griegas: palin, que
significa "de nuevo", y psestos, que significa "borrado" o "raspado"; de modo que un manuscrito
palimpsesto es uno cuya escritura anterior se ha raspado para que el pergamino pudiera usarse
"de nuevo". En 1950, en el monasterio de Santa Catalina del monte Sinaí, se descubrió un
extraordinario palimpsesto, que había sido usado cinco veces y por tanto se le conoce como
"palimpsesto quíntuple". En el caso del palimpsesto de san Efrén, el texto bíblico había sido
borrado, pero con relativo éxito se emplearon sustancias químicas para restaurar la primera
escritura. (Actualmente la fotografía con rayos ultravioleta hace innecesario el empleo de
sustancias químicas en los palimpsestos.) Un tratado de san Efrén estaba escrito encima de la
escritura bíblica. De ahí el nombre del códice. Incluye 64 páginas del Antiguo Testamento y 145
del Nuevo, procedentes de de un original de 238.<="" h2="" p="">

Textos del Nuevo Testamento 


Los más de 6000 manuscritos de todo o parte del NT griego están escritos en papiro, pergamino o
papel. Las categorías incluyen papiros, unciales (escritura similar a las letras mayúsculas),
minúsculos (escritura cursiva minúscula) y leccionarios (textos en cursiva designados para lectura
durante la adoración). El texto se transmitió en varios tipos. La mayoría de los eruditos cree que el
alejandrino es el más antiguo y cercano al original, seguido por el occidental, el cesáreo y el
bizantino o koiné que es la forma más tardía.

Papiros Solo 4 de 115 papiros provienen de rollos; el resto es de códices. Ninguno cubre el NT


completo. Los papiros preservan un texto muy antiguo y preciso ya que muchos datan de los
siglos II y III. Algunos manuscritos importantes en papiros incluyen:
P52: El fragmento más antiguo del NT griego (110–125 d.C.); contiene Juan 18:31-33,37-38.
Puesto que Juan escribió su evangelio entre el 90–95 d.C., es probable que el P52 refleje el texto
original de Juan.
P45, P46, P47: Papiro Chester Beatty (conseguido en 1930–1931). Constituido por 30 hojas
(principios del siglo III), el P45 contiene secciones de los Evangelios y Hechos. El P46, aprox. 200
d.C., de 86 hojas, incluye las cartas paulinas y Hebreos (colocado después de Romanos). El P47
(mediados del siglo III) posee 10 hojas, Apoc. 9:10–17:2.
P66, P72, P74, P75: Papiro M. Martin Bodmer, publicado entre 1956 y 1962. El P66, aprox. 200
d.C., contiene la mayor parte de Juan. El P72, aprox. 250 d.C., incluye 1–2 Pedro y Judas. El P74,
aprox. 750 d.C., contiene porciones de Hechos, Santiago, 1–2 Pedro, 1–3 Juan y Judas. Con
fecha de alrededor del 200 d.C., el P75 posee grandes porciones de Juan 1–15 y Lucas 3–24.
Esta es la copia más antigua de Lucas y una de las primeras de Juan.

Unciales Solo cerca de una quinta parte de los 309 unciales posee secciones extensas del NT.
Ocupan el segundo lugar en importancia después de los papiros. Los unciales importantes
incluyen:
Vaticano (B, 03): El Vaticano (siglo IV) contiene la mayor parte del NT excepto 1–2 Timoteo, Tito,
Filemón, Heb. 9:14–13:25 y Apocalipsis, y es uno de los testigos más importantes del texto
neotestamentario al reflejar un texto muy parecido al del P75.
Alejandrino (A, 02): El Alejandrino (siglo V) contiene la mayor parte del NT excepto Mat. 1–24,
porciones de Juan 6–8 y 2 Cor. 4–12. Es un importante testimonio alejandrino fuera de los
Evangelios (en los Evangelios es bizantino) y uno de los mejores textos de Apocalipsis.
Minúsculos Escrituras en letra cursiva minúscula (siglos IX–XVII), los minúsculos reflejan el texto
bizantino pero preservan algunas lecturas originales. Se han catalogado más de 2800 minúsculos.
Familia 1: Constituido por cuatro manuscritos de los siglos XII a XIV (1, 118, 131, 209), la Familia
1 representa un texto cesareo de los siglos III–IV.
Familia 13: Colección de aproximadamente 12 manuscritos de los siglos XI–XV; tiene afinidades
con el tipo de texto cesareo.
Ms 33: El Ms 33 (siglo IX) contiene todo el NT excepto Apocalipsis. En general alejandrino,
muestra la influencia del bizantino en Hechos y las cartas paulinas.
Ms 81: El Ms 81 (1044 d.C.) contiene Hechos y las epístolas, y en Hechos a menudo concuerda
con el texto alejandrino.
Ms 1739: El Ms 1739 (siglo X) contiene Hechos y las epístolas y aparentemente sigue un
manuscrito del siglo IV, excepto en Hechos donde el escriba se lo atribuye a Orígenes (aprox. 250
a.C.). El Ms 1739 preserva un texto alejandrino relativamente puro.
Leccionarios Los leccionarios son manuscritos minúsculos que distribuyen el texto del NT en
lecturas correspondientes a cada domingo del año litúrgico. Se han catalogado más de 2400
leccionarios. Aunque la mayoría son tardíos, los eruditos están descubriendo que probablemente
preservan una forma de texto que se remonta a una época mucho más temprana a la fecha en
que se copió el manuscrito.

Versiones del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento  


Debido a la antigüedad que poseen, algunas versiones (traducciones) antiguas son importantes
para establecer el texto original de la Biblia. Las versiones importantes incluyen:
La Septuaginta (LXX) Primera traducción del hebreo al griego (aprox. 280–100 a.C.), la LXX es el
testimonio no hebreo más importante del AT. Algunos libros como Génesis y Salmos son
traducciones literales. Otros, como Isaías, son más libres. La Septuaginta generalmente
representa el texto masorético, pero existen diferencias que a veces son significativas (en
Jeremías y Ezequiel). Algunos libros preservan un texto más exacto que el masorético,
especialmente Samuel y Reyes.
Los Targums Según la tradición, los targums, traducciones arameas del AT, comenzaban con
Esdras (Neh. 8:8), y entre los Rollos del Mar Muerto hay porciones de Job y Levítico. Los targums
son importantes porque proveen una interpretación tradicional que se daba en la sinagoga como
así también porque dan testimonio del texto hebreo. Algunos son bastante literales y otros son
perifrásticos.
La Peshitta Traducción siríaca (un dialecto del arameo) del AT y el NT (siglos V–VI d.C.), la
Peshitta generalmente sigue al texto masorético en el caso del AT. En el NT sigue varios tipos de
texto. El NT contiene 22 libros solamente, y excluye2 Pedro, 2–3 Juan, Judas y Apocalipsis.
La Vulgata La Vulgata Latina (383–405 d.C.) fue obra de Jerónimo, el primer lingüista de la iglesia
en su época. Constituyó la Biblia de la Iglesia Occidental durante más de 1000 años. Jerónimo
tradujo el AT masorético al latín y aún existen más de 8000 manuscritos latinos. Utilizó
manuscritos en latín y varios en griego. Sus manuscritos griegos parecen haber sido una mezcla
de diversos tipos de texto. Ver Crítica textual; Textus receptus.

Los copistas.
Que se sepa, en la actualidad no existe ningún manuscrito original o autógrafo de la Biblia. Sin
embargo, la Biblia se ha conservado de forma exacta y confiable debido a que los copistas
bíblicos en general aceptaron las Escrituras como inspiradas por Dios y procuraron realizar a la
perfección su ardua labor de producir copias manuscritas de la Palabra de Dios.

Los hombres que copiaron las Escrituras Hebreas en los días del ministerio terrestre de Jesucristo
y durante los siglos precedentes recibían el nombre de “escribas” (heb. soh·ferím). Esdras fue uno
de los primeros; en las Escrituras se dice que era un “copista hábil”. ( Esdras 7:6) «este Esdras
subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había
dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre
Esdras». Posteriormente, algunos copistas hicieron ciertas alteraciones deliberadas en el texto
hebreo, pero sus sucesores, los masoretas, las detectaron y las registraron en la masora o notas
marginales del texto hebreo masorético que prepararon.
Los copistas de las Escrituras Griegas Cristianas se esforzaron de igual modo por reproducir
fielmente el texto de las Escrituras.
¿Qué seguridad hay de que la Biblia no ha sufrido cambios?
A pesar del cuidado que tuvieron los copistas de los manuscritos bíblicos, se introdujeron en el
texto varios errores. En su mayoría son insignificantes y no afectan en nada la integridad general
de la Biblia. Ha sido posible detectarlos y corregirlos gracias a una cuidadosa comparación crítica
de los muchos manuscritos y versiones antiguas existentes.

¿El más antiguo de todos los manuscritos?


El "Papiro 52", de Rylands.
Data de la primera mitad del siglo II de la Era Cristiana
El manuscrito más antiguo del Nuevo Testamento es el Papiro 52. Se trata de un cantito de papiro
del tamaño, más o menos, de una tarjeta de presentación.
Contiene unas pocas palabras de Juan 18:31-33 y 18:37-38. Escritas en griego uncial, o sea, toda
letra en mayúscula.
Se preserva en la Biblioteca John Rylands, en Manchester, Inglaterra.
La existencia de este fragmento presupone la existencia del papiro completo, o sea, por lo menos
todo el evangelio de Juan.
Este fragmento de papiro, aparentemente insignificante, fue adquirido en un mercado egipcio en
1920. La transcripción y traducción original se hizo en 1934.
El fragmento fue escrito entre los años de 100 a 150 d. C.

El Papiro 66 contiene el evangelio de Juan. Data del siglo III. 


Con la excepción del pequeño Papiro 52 de Rylands, este es el testimonio más antiguo, hasta la
fecha, para el evangelio del apóstol Juan.
Este manuscrito pertenece a los Papiros Bodmer, hallados en el año 1952, cerca de Dishna,
Egipto. Estos fueron contrabandeados a Suiza, donde Martín Bodmer (1899-1971) los compró.
Se conservan en la Biblioteca Bodmeriana, en Cologny, cerca de Geneva.
Entre los Papiros Bodmer figuran los Libros V y VI de la Iliada de Homero, y tres comedias de
Menander.
El Papiro 75, un códice parcial, contiene la mayor parte de Lucas y Juan. Incluso, la copia más
antigua de la oración El Padre nuestro.
La Biblioteca Bodmeriana se lo vendió al Sr. Frank Hanna III por una "suma sustancial", y este se
lo obsequió a la Biblioteca del Vaticano en el año 2007. Fue transportado desde Suiza hasta el
Vaticano en un vehículo blindado acompañado por guardias con ametralladoras.
El Papiro 72 es la copia más antigua de Judas descubierta hasta la fecha.

 Ambos lados de un papiro que contiene Santiago 2:26 - 3:9.


Hallado en Oxyrhynchus, Egipto. Data de tarde en el siglo III.
3, a la derecha, superior.
Fragmentos de una hoja de un códice en papiro en los que aparecen partes de Hechos 18:27 -
19:6 y 19:12-16.
Datan del siglo III, o el IV.
Comprados en Cairo, Egipto, en el año 1924.

La Biblia en Latín, por Jerónimo de Estridón. Data del año 405 d. C.


"Vulgata", de "vulgata editio", o sea, edición para el pueblo. Jerónimo tradujo todo el Antiguo
Testamento directamente del hebreo, pero no se sabe a ciencia cierta si tradujera el Nuevo
Testamento directamente del griego y arameo o si revisara antiguas versiones latinas. 
“La Vulgata es una traducción de la Biblia al latín vulgar, realizada a principios del siglo V  por San
Jerónimo, por encargo del papa Dámaso I en 382. La versión toma su nombre de la
frase vulgata editio(edición para el pueblo) y se escribió en un latín corriente, en contraposición
con el latín clásico de Cicerón, que San Jerónimo dominaba. El objetivo de la Vulgata era ser más
fácil de entender y más exacta que sus predecesoras.
La Biblialatina utilizada antes de la Vulgata, la Vetus Latina, no fue traducida por una
única persona o institución y ni siquiera se editó de forma uniforme. La calidad y el estilo de los
libros individuales variaba. Las traducciones del Antiguo Testamento provenían casi todas de la
Septuaginta griega.
San Jerónimo tradujo por primera vez directamente del hebreo al latín todo el Antiguo
Testamento.
En cuanto al libro de los Salmos, hay tres versiones de Jerónimo, el salterio Romanum de 384,
que revisó la Vetus latina ajustándola a la Septuaginta; el Tallicanum de 391, que usa como
fuente la Hexapla de Orígenes; y el Hebraicum traducido completamente del hebreo en 405.
Jerónimo usó manuscritos arameos en la traducción del libro de Tobit y Judith, en tanto se limitó a
recoger las versiones existentes de los otros deuterocanónicos o apócrifos, que colocó en una
sección aparte. No se sabe con seguridad si tradujera todo el Nuevo Testamento o simplemente
revisara las antiguas traducciones latinas, cotejándolas con los manuscritos griegos.
Conservación
Un número de manuscritos tempranos que atestiguan la Vulgata sobreviven hoy. Fechando al
siglo VIII, el códice Amiatinus es el manuscrito completo más antiguo. El códice Fuldensis, que
data aproximadamente del 545, es anterior aunque los evangelios son una versión corregida del
Diatessaron.
En la Edad Media, la Vulgata sucumbió a los cambios inevitables forjados por el error humano, en
el copiado incontable del texto en los monasterios a través de Europa. Desde sus días más
tempranos, las lecturas del Vetus Latina fueron introducidas. Las notas marginales fueron
interpoladas erróneamente en el texto. Ninguna copia era igual a la otra.
Cerca del año 550, Casiodoro hizo la primera tentativa de restauración de la Vulgata a su pureza
original. Alcuino de York supervisó esfuerzos para copiar una Vulgata restaurada, que él presentó
a Carlomagno en 801. Tentativas similares fueron repetidas por Teodulfo, Obispo
de Orleans (787? - 821); Lanfranc, Arzobispo de Canterbury (1070-1089); Esteban Harding, el
abad de Citeaux (1109-1134); y del diácono Nicolás Maniacoria (sobre el principio del siglo XIII).
Aunque el advenimiento de la imprenta redujo mucho el potencial del error humano y aumentó la
consistencia y la uniformidad del texto, las ediciones más tempranas de la Vulgata reprodujeron
simplemente los manuscritos que estaban disponibles fácilmente para los editores.
De los centenares de ediciones, la más notable es la de Mazarin, publicada por Johann
Gutenberg en 1445, famosa por su belleza y antigüedad.
En 1504, la primera Vulgata con variantes de lectura fue publicada en París. Uno de los textos de
la Biblia Políglota Complutense fue una edición de la Vulgata, hecha con los manuscritos antiguos
y corregida para convenir con el griego. 
Erasmo publicó una edición corregida y cotejada con el griego y el hebreo en 1516. En 1528,
Robertus Stephanus. La edición crítica de Juan Hentenius de Lovaina siguió en 1547.
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Notas
1. La numeracion de los versiculos se encuentra por primera vez en la Biblia hebrea de Bomberg
(1547), que indica en el margen cada quinto v. mediante las letras del alfabeto heb. empleadas
numericamente. Arias Montano publico en Amberes, en 1571, una Biblia hebrea con traduccion
interlineal latina. En esta edicion introdujo la division del texto hebreo en capitulos. En el margen
introdujo la numeracion de los versiculos con cifras arabigas.

2. Ningún documento previo a la aparición de la imprenta se copió de manera tan cuidadosa como
se hizo con el AT. Los manuscritos se escribieron sobre diversos materiales. Los papiros, hechos
de un junco que abundaba en Egipto, se utilizaron desde las épocas más antiguas. Los
pergaminos se hacían de cuero de ovejas, cabras y otros animales. El papel, una invención china,
(105 d.C.) se comenzó a utilizar en Egipto alrededor del 700 d.C. y en Europa alrededor del 1000
d.C. Los manuscritos del AT estuvieron en rollos hasta el 600 d.C. De allí en más se hizo popular
el códice, una forma primitiva de libro.

3. El testigo más importante del texto antiguo-testamentario se denomina texto masorético. Los
escribas, llamados masoretas, estuvieron activos entre el 500 y el 1000 d.C. No fueron
innovadores sino preservadores cuidadosos del texto de consonantes, las vocales y los acentos
del texto hebreo. La familia más conocida era de la ben Asher, especialmente Moisés y su hijo
Aarón, el masoreta más importante.
4. En la actualidad hay unos 6.000 manuscritos de todas las Escrituras Hebreas o de parte de
ellas en diferentes bibliotecas. La gran mayoría de ellos contienen el texto masorético y son del
siglo X E.C. o posteriores. Los masoretas (de la segunda mitad del I milenio E.C.) trataron de
transmitir el texto hebreo fielmente y no hicieron cambios en él. No obstante, para conservar la
pronunciación tradicional del texto consonántico sin vocales, concibieron un sistema de puntos
vocálicos y de acentos. Además, en la masora o notas marginales dirigieron la atención a las
anomalías del texto y anotaron las correcciones que consideraron necesarias. Este texto
masorético es el que aparece en las Biblias hebreas impresas de hoy día.
Cuando los manuscritos de las Escrituras Hebreas que se usaban en las sinagogas judías se
deterioraban, eran reemplazados por copias verificadas, y los viejos manuscritos se depositaban
en la geniza (un almacén o depósito de la sinagoga). Finalmente, una vez que la geniza estaba
llena, se sacaban los manuscritos y se enterraban con ceremonia. De este modo se llegaron a
perder muchos manuscritos antiguos. Sin embargo, el contenido de la geniza de la sinagoga de la
antigua ciudad de El Cairo se conservó, probablemente porque la tapiaron y quedó olvidada
durante siglos. Después de la reconstrucción de la sinagoga en el año 1890 E.C., se
reexaminaron los manuscritos de su geniza y se trasladaron de allí a diferentes bibliotecas
manuscritos de las Escrituras Hebreas bastante completos y diversos fragmentos (se dice que
algunos son del siglo VI E.C.).

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