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Interrumpir todos los discursos,


todos los esqueletos verbales,
e infiltrar en el corte
la llama que no cesa.

Empezar el discurso del incendio,


un incendio que inflame
estas rastreras chispas malolientes
que saltan porque sí,
al compás de los vientos.

Y entretanto sellar la incontinencia


del verbo del poder y sus secuelas.
La palabra del hombre no es un orden:
la palabra del hombre es el abismo.

El abismo,
que arde como un bosque:
un bosque que al arder se regenera.

Duodécima Poesía Vertical

Roberto Juarroz
1

Sacar la palabra del lugar de la palabra


y ponerla en el sitio de aquello que no habla:
los tiempos agotados,
las esperas sin nombre,
las armonías que nunca se consuman,
las vigencias desdeñadas,
las corrientes en suspenso.

Lograr que la palabra adopte


el licor olvidado
de lo que no es palabra,
sino expectante mutismo
al borde del silencio,
en el contorno de la rosa,
en el atrás sin sueño de los pájaros,
en la sombra casi hueca del hombre.

Y así sumado el mundo,


abrir el espacio novísimo
donde la palabra no sea simplemente
un signo para hablar
sino también para callar,
canal puro del ser,
forma para decir o no decir,
con el sentido a cuestas
como un dios a la espalda.

Quizá el revés de un dios,


quizá su negativo.
O tal vez su modelo.

Editado en Rosario, Julio del 2018.


Aion Ediciones Este reportaje fue publicado en el Semanario
BRECHA de Montevideo el 3 de setiembre de
1993, durante la última visita realizada por
Roberto Juarroz al Uruguay, donde leyó
poemas y realizó dos conferencias sobre
"Creación y Poesía".
Una segunda versión de la entrevista fue
publicada en la Revista de poesía Ultimo Reino
Nºs 24/25 (Buenos Aires, 1998) bajo el título
"Roberto Juarroz por sí mismo".
todo es igual a todo. Yo amo la relatividad, creo que Roberto Juarroz nació en Coronel Dorrego, un
es lo más cercano a definir nuestra situación en el pueblo de la Pampa Húmeda argentina, en 1925, y
universo de las cosas. Pero siento en lo posmoderno murió en Buenos Aires el 31 de marzo de 1995.
una especie de acumulación que lleva a la Desde 1958 fue publicando su obra poética bajo un
confusión, a la falta de visión, a ver un poquito más mismo título: Poesía Vertical. El décimo tercer
limpias las cosas. En arte, lo posmoderno malo me volumen apareció en Francia, en edición bilingüe, en
parece doblemente malo. 1993 y en España un año después. Su poesía
Pero hay que buscar la otra cosa de todas las cosas. completa se editó en dos tomos que abarcan esos
Para saberlo mejor, para vivirlas con todo trece libros. En 1997 apareció la décimo cuarta
esplendor, es necesario darlo vuelta. Uno de los entrega, en forma póstuma.
gestos humanos que más corresponde para mí, es
justamente ese, el de dar vuelta las cosas. Catedrático durante treinta años de la Facultad de
..................... Letras de Buenos Aires, Juarroz se graduó en
Filosofía y Letras en La Sorbonne de París; no en
Algo mira por todas las
vano la difícil aleación entre filosofía y comunicación
ventanas.
Hacia adentro o afuera. es lo que primero puede atraer en su decir poético.
Algo pasa por todas las Dirigió junto al poeta Mario Morales la
puertas. Revista Poesía=Poesía entre 1958 y 1965,
Hacia afuera o adentro.
habiendo publicado varios ensayos entre los que se
No se puede afirmar el ser.
No se puede afirmar el no destacan:Poesía y creación (Diálogos con
ser. Guillermo Boido); Poesía y Realidad; Poesía,
Sólo aquello que mira por literatura y hermenéutica (Conversaciones con
todas las ventanas. Teresita Saguí). Amigo y crítico de un "raro" de la
Sólo aquello que pasa por poesía argentina, el maestro del aforismo, Antonio
todas las puertas. Porchia (autor de un único libro titulado Las voces)
..................... Juarroz agradeció públicamente lo que este poeta le
había dejado como legado.
(Poema inédito o "en barbecho", sin cosechar aún,
como le gustó decir a Juarroz, cuando nos lo leyó,
en exclusiva, para esta nota).

Es en el misterio de lo que ignoramos donde está la Leí mucha poesía, de todos los tiempos y en varias
dimensión de lo infinito, lo que nunca podrá cubrirse lenguas, y poco a poco se fue formando ese hecho
del todo. de vida que es escribir. Hasta que sentí que la
¿Por qué nacemos, por qué morimos? A veces cito poesía era un poco flácida, repetitiva, aún en los
una frase con la cual Martin Heidegger pone fin a su grandes poetas, con zonas en las cuales cedía la
magnífico opúsculo "Qué es metafísica", la tensión interior, ese rango de intensidad que para
conclusión del mismo es una pregunta: "¿Por qué mí tiene siempre el poema. Eso me llevó a concebir
existe algo y no, solamente, nada?". una poesía más ceñida, más estricta o rigurosa, en
donde cada elemento fuera irremplazable. La
El misterio es entonces la zona interminable,
inclinación fue la de recoger de las situaciones
inacotable, que sitúa nuestras principales acciones,
extremas eso que llevamos escondido en nuestro
y ausencias, en ese sentimiento de que hay más
silencio, lo que barajamos y pocas veces decimos.
tierra por descubrir, más realidad aún, y que nunca,
Para eso necesitaba un tipo de lenguaje diferente
será descubierta del todo.
que dejara de lado lo que las palabras tienen de
La pequeña revelación o iluminación que surge en ornamento, de euforia. Buscar formas de síntesis
cada poema, una especie de síntesis primera y poética, que no es síntesis intelectual, en donde
última de las cosas, es una especie de condensación confluyeran emoción, sensibilidad, inteligencia.
de lo que es más intenso en esta singular situación
Una forma de expresión que penetrase en las zonas
en la que estamos, entre el ser y el no ser.
aparentemente prohibidas. Zonas que mucha gente
se veda a sí misma por temor. Albert Beguin en "El
alma romántica y el sueño" dice que no se lee
poesía porque se le tiene miedo. Porque la gran
6. La civilización del desarraigo
poesía desnuda las cosas. Es la búsqueda de lo
Antes de venir a Montevideo, en una audición abierto, no de una realidad cercada, estrecha,
televisiva que realicé en Buenos Aires he dicho que confortable que ya conocemos, sino un territorio
la civilización actual constituye un error. que a veces el hombre ignora de sí mismo y en
Que nos hemos apartado de ciertas raíces donde surgen, a veces, sus más ricos instantes.
fundamentales de la condición humana. Algunas de
esas raíces perdidas tienen que ver con el hiper-
desarrollo tecnológico que aparta al hombre de la
Invitado especialmente por la Academia Uruguaya vida natural, de lo espontáneo, del contacto con las
de Letras estuvo en Montevideo en Agosto de 1993 fuentes de la naturaleza.
para brindar dos conferencias, siendo ésta su última El hombre, lo sepa o no, no puede producir y ser
visita al vecino país. producto de ese desgarramiento, o mejor aún, de
Sus reflexiones sobre la poesía fueron de una ese desarraigo.
coherencia tal que por momentos pareció difícil
Creo que el hombre de este tiempo es un
sacarlo de su discurso. De igual manera el
desarraigado, un exiliado. El exilio, del cual tanto se
encantamiento resultante llevó, en este caso, a
ha hablado y ha constituido una industria para
dejar de lado las preguntas puntuales para dar
mucha gente, el exilio no se da sólo de una tierra a
curso a una síntesis de la conversación mantenida,
otra, de una lengua a otra, cosa que es muy
a la que sólo se le fueron agregando algunos
importante, sino que lo básico en el exilio es la
subtítulos. Así el poeta fue exponiendo con
separación de la criatura humana de su propio
particular lucidez los aspectos más sobresalientes
interior y de sus condiciones naturales. Entonces
de su experiencia con la palabra y el hecho poético.
quedamos sueltos como marionetas, haciendo
muecas en el vacío.
1. El origen: la tensión interior. Brillan tanto y están por todas partes en el mundo
Yo me he sentido atraído en primer lugar por los las vidrieras, los mensajes espectaculares de la
elementos de la naturaleza. Nací en un pueblo al propaganda, cubriendo, tapando, ocultando la
borde del campo. Mi padre era jefe de la estación de realidad que me parece un horror antinatural. Y no
ferrocarril y teníamos enfrente el horizonte abierto. estoy seguro de que estemos en un momento de
En esa pequeña ciudad de Coronel Dorrego me transición. Lo que me hace mantener cierta calma
acostumbré desde muy chico a los silencios. Esas es que la historia humana es tan imprevista que
noches abiertas en donde se veían las estrellas, la pueden surgir factores que en este momento no
luna nítida, los vientos, el agua, el árbol que para vemos y que mejoren la situación. Dentro de lo que
mí es un protagonista de la vida. Comencé mis veo, dentro de las apetencias de una sociedad
lecturas muy temprano. Me atrajeron cada vez más mercantilista, hiper-industrializada y sobre todo
y dediqué buena parte de mi vida a eso. Mientras productiva, el mundo no me parece que va por buen
tanto se fue configurando como lenguaje predilecto, camino.
o elector (tal vez me eligió a mí), la poesía. A mí en lo posmoderno me rechazan algunas cosas,
por ejemplo, lo que encuentro allí de confusión,

2.Verticalidad: el rebote de la caída. puertas de la percepción la realidad se tornaría


Fue en la búsqueda de esa poesía que tuve la infinita. Pero hay una cosa que me parece
impresión que en el devenir del tiempo, en la importante en todo este planteo y es que el poeta y
transitoriedad, se producían cortes, como los lectores durante bastante tiempo estuvieron
excepciones, y que en esos cortes es donde brotaba acostumbrados a que lo principal fuera la efusión.
el poema. El poema actúa como un tiempo de otra Yo tengo la sensación de que se ha desconfiado de
dimensión, un tiempo vertical. También Gastón la presencia de la inteligencia y de la razón en el
Bachelard dice que el tiempo de la poesía es poema y pienso que es un error. Pienso que
vertical. Por eso para mí el poema ha sido cada vez también lo intelectual juega con intensidad en la
más una presencia, pone delante algo que antes no escritura. El poema no es un delirio más o menos
estaba. configurado de búsquedas caprichosas, sino que
mucho de lo que entendemos como pensamiento es
Y eso es lo que le da su razón de ser. Así el tiempo
uno de los factores principales que hacen a la
de la poesía como corte del tiempo lineal,
conjunción de lo que el hombre lleva dentro y es lo
cronológico, me llevó a concebir un juego
que lo hace diferente.
metafóricamente geométrico.
Me atrajo una visión, y es que de todos los
movimientos del hombre hay uno hacia el cual 5. Ser y no ser: he allí el misterio
inevitablemente vamos, que se repite a lo largo de Hay quienes entienden que la suprema condición de
la vida hasta que se da en forma definitiva: la caída. "ser", eso que nunca sabemos bien del todo en qué
El caer abarca desde la hoja del árbol hasta todo lo consiste, involucra a la comprensión, o a la
que existe en el universo. La caída es algo así como explicación de lo que ocurre. La poesía lo que hace
el centro de nuestras vidas y de nosotros mismos. es lo inverso, es reforzar lo incomprensible. Por eso
Sin embargo sentí que paradójicamente se producía me gusta mencionar la anécdota del Koan que el
también el movimiento inverso. Como si en el fondo poeta Basho le plantea a sus discípulos. El poeta de
de la caída hubiera un rebote, y es allí donde se los haikus dice: "He estado explicando Zen toda mi
encuentra el ascenso. Esto se fue hilando con otros vida y todavía no sé en qué consiste".
pensamientos. Dice Heráclito "el camino que baja es Esto significa que para él lo importante no era
el mismo camino que sube". Así como el atrapar ese concepto, sino vivir la realidad del Zen.
movimiento hacia abajo es una respuesta a tener un Y eso es lo que importa plantar, como una nueva
peso concreto sobre la tierra, se daba un planta o árbol en el poema.
La recuperación del instante, la captación del movimiento inverso, una especie de ley de gravedad
mismo, el viejo sueño de los grandes creadores que invertida.
a veces uno tiene la pequeña y humilde sospecha de La etapa de la subida se da en la poesía misma, en
que consigue recuperar. En esa tarea de entrar en el hecho de poder configurarla, con palabras y
lo indecible, hay alguien que está cerca de la tarea silencios, con esa música que nos permite decir
poética, es el místico. En su rara y singular algunas cosas fundamentales sobre la realidad y
experiencia interior y de comunicación con el sobre uno mismo. El ascenso que a veces se
universo de las cosas, el místico a veces se prodiga en el amor, en el gesto generoso de una
pregunta si vale la pena seguir hablando, o si el persona a otra. De ahí la elección de un título
silencio es mejor. Pero es posible observar que son general que no era una decisión tomada
pocos los místicos que no retornan en algún orgánicamente cuando publiqué en el año 1958 el
momento a la tierra de todos, para dejar dicho, primer libro, pero que luego se afirmó como una
aunque sea algunos balbuceos de lo que han creído posibilidad que definía muchas de las cosas que yo
ver y vivir. Y cuando vuelven casi siempre eligen la buscaba. Y cada libro se llamó igual, con un ordinal
poesía para decirse. Porque la poesía es justamente delante.
la vía para expresar lo inefable. En el poema pueden
En toda obra hay altibajos. Hay momentos de
quedar algunos pedazos, fragmentos que nos
ascenso y de caída y eso es lo único que puede
transmiten a veces mensajes inesperados. Esto
reflejar la poesía, porque la vida es así. A un
también se empalma con lo que decía Rimbaud,
segmento de caída sucede otro de plenitud.
para quien el poeta no es profeta, en el sentido de
alguien que anticipa las cosas, sino que cultiva la A veces he soñado un ideal y es que la vida humana
visión verbal y eso lo lleva un poco más allá, vivida a fondo, con fuerza, con decisión podría
acostumbra a que la mirada se vuelva "visión". Aquí convertirse en un traslado de un punto de
es donde entra a jugar un papel fundamental la intensidad a otro punto de intensidad. Saint
imaginación, que descubre resortes insospechados Exupery, el escritor y aviador francés, que estuvo
en todas las cosas. aquí por la instalación de la Aeropostal, tiene una
expresión que a uno le deja meditando, dice: "la
Pero razón e imaginación no agotan todavía el
vida del espíritu es intermitente". Eso nos lleva a
repertorio de los recursos que mueven y hacen el
otro problema. Si el hombre no puede vivir en la
poema. Así como hablé del cuerpo podría hablar de
tensión permanente, porque sus condiciones son la
los sentidos, en aquello que decía el poeta inglés
fragilidad y muchas veces el fracaso ¿qué se hace
William Blake acerca de que si accediéramos a las

22 3

El gesto de la mano Periódicamente,


cuando intenta escribir es necesario pasar lista a las cosas,
crea a veces el pensar, comprobar otra vez su presencia.
crea la imagen Hay que saber
que después mueve la mano. si todavía están allí los árboles,
si los pájaros y las flores
Un gesto también crea el amor, continúan su torneo inverosímil,
que después crea otros gestos si las claridades escondidas
y algo más que hay debajo. siguen suministrando la raíz de la luz,
si los vecinos del hombre
El autónomo idioma de los gestos se acuerdan aún del hombre,
parece un calculado azar si dios ha cedido
para despertar las latentes esperas su espacio a un reemplazante,
que habitan en el fondo de todo. si tu nombre es tu nombre
o es ya el mío,
También el árbol es un lenguaje de gestos si el hombre completó su aprendizaje
donde se unen el azar y la complicidad del árbol de verse desde afuera.
para que caiga una hoja.
Y al pasar lista
es preciso evitar un engaño:
ninguna cosa puede nombrar a otra.
Nada debe reemplazar a lo ausente.
en los momentos de ausencia de la intensidad?. Es puede encerrarse en ninguna definición, ni
decir en la ausencia del poema. En los movimientos tendencia. Un poema como una entidad propia y
que el místico llamaría etapas de la aridez .¿Qué es diferente. Es obtener el poema en donde tengamos
lo que hacemos?. Lo que hacemos es leer otra la sensación de que la creación se ha configurado
poesía, es escuchar otra música, lo que hacemos es para darnos la impresión de que se toca algo
estar a la sombra de un árbol, como si ese árbol distinto. "Siempre lo nuevo", decía Charles
fuera el bosque en un pensamiento oriental. Baudelaire. Arrojarse a lo desconocido para
encontrar lo nuevo. Creo que es ahí donde
encontramos el sentido de lo que llamamos
creación. La poesía no es meramente un producto,
3. Alquimia e integridad no es una fabricación, es una creación o una oración
Creo que esta metamorfosis que es la expresión laica. Porque se juega lo que el hombre es y arranca
humana no está hecha sólo de espíritu, ni de lo que no sabíamos que estaba y que sin embargo
materia, ni sólo de sentidos. Creo que es el poeta demuestra que estaba.
catastrófico que se separe el poder mental del El poeta y el poema se encuentran rodeados por lo
hombre, de la inteligencia, o de la imaginación. desconocido. Quien se da cuenta de eso y persigue
Todo lo que constituya un elemento divisor, hacer de lo desconocido algo que se pone delante
partidor, es negativo para concebir al ser humano. de la mirada, hace poesía. Y como en todas las
Uno de los fines de la poesía es volver a reunir todo grandes cosas de la vida, el amor, la muerte, el
lo que el hombre es y hablar desde todo lo que lo dolor, no hay definiciones unívocas, lo que hay es
constituye. Alguien señaló que Miguel Hernández, el simplemente el hecho concreto y real, inexplicable,
poeta español, había conseguido un lenguaje casi y casi imposible de darle forma.
corporal, que había integrado en la poesía hasta el
propio físico. En esa conversión casi química, en esa
alquimia del verbo, como decía Arthur Rimbaud, el 4. El místico, el visionario, el pensador: la
hombre debe acceder de una manera o de otra, a experiencia poética.
que la integridad de su ser, se juegue en la Siempre es un instante, un instante de plenitud, lo
integridad del poema. que nos señala o nos sitúa con los ojos abiertos en
¿Cómo hacer para integrar el poema, desnudo, la realidad más suelta, más ilimitada.
infiliable, y un poco inubicable? El poema que no

4 21

Todo viene de lejos. A veces parece


Y sigue estando lejos. que estamos en el centro de la fiesta.
Sin embargo
¿Pero lejos de qué? en el centro de la fiesta no hay nadie.
De algo que está lejos. En el centro de la fiesta está el vacío.

Mi mano me hace señas Pero en el centro del vacío hay otra fiesta.
desde otro universo.
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La página en blanco Ciertas luces apagadas


es un oído que aguarda. iluminan más
La escritura es la voz que las luces encendidas.
que puede combinarse con el blanco
o crudamente abolirlo Hay lugares donde no es preciso
para arribar así al oído. que algo esté encendido para que alumbre.
Pero además hay cosas
En algunos momentos que se aclaran mejor con las luces apagadas,
la mano presiente la densidad que la espera como algunos estratos oblicuos del hombre
y su trazo en el blanco o algunos rincones que se instalan subrepticiamente
descubre la presión necesaria en los espacios más abiertos.
para llegar hasta la música de abajo.
Y hay también una intemperie de la luz,
Cuando esto no ocurre, una zona despojada y ecuánime
es preciso anular la escritura, donde ya no hay diferencia
extinguirla entre las luces encendidas
como se apaga una lámpara que humea, y las luces apagadas.
recomponer el blanco de la página
y preservar al oído que aguarda.

18 7

Podría quizá olvidar algo que he escrito El poema convoca al humo


y volver a escribirlo de la misma manera. para encender la lámpara.

Podría olvidar la vida que he vivido Los fuegos apagados


y volver a vivirla de la misma manera. son el mejor combustible
para los nuevos fuegos.
Podría olvidar la muerte que moriré mañana
y volver a morirla de la misma manera. La llama sólo se enciende
con su pasado.
Pero siempre hay un grano de polvo de la luz
que rompe el engranaje de las repeticiones:
podría olvidar algo que he amado
pero no volver a amarlo de la misma manera.
6 19

Hay fragmentos de palabras El hombre se ha vuelto del revés.


adentro de todas las cosas, Convendría por eso
como restos de una antigua siembra. que usara el sombrero al revés,
los guantes, la camisa
Para poder hallarlos y sobre todo el corazón al revés.
es preciso recuperar el balbuceo
del comienzo o el fin. Y también convendría
Y desde el olvido de los nombres que diera vuelta las palabras,
aprender otra vez a deletrear las palabras, las miradas que se desflecan en el viento,
pero desde atrás de las letras. la historia de sus pálidos días,
las puertas del silencio,
Quizá descubramos entonces el símil de pensar con que se yergue
que no es necesario completar esos fragmentos, y la inconducta terca de su muerte.
porque cada uno es una palabra entera,
una palabra de un lenguaje olvidado. Y cuando esté todo al revés
volver a darlo vuelta del revés,
Y hasta es posible que encontremos en cada cosa para ver si allí encuentra su figura,
un texto completo, la figura de hombre que jamás encontró.
un reservado y protegido texto
que no es preciso leer para entender. Porque el revés del revés no es el derecho,
esa mísera imagen que tampoco nos sirve.

8 17

La parábola que es nuestro alrededor


Dibujaba ventanas en todas partes. nos contamina la visión
En los muros demasiado altos, y la inflama con un fugaz desfile
en los muros demasiado bajos, que contradice a las estrellas.
en las paredes obtusas, en los rincones,
en el aire y hasta en los techos. El mito de llevar un dios adentro
nos desangra la visión
Dibujaba ventanas como si dibujara pájaros. y la corrompe con la íntima tutela
En el piso, en las noches, de un ojo anclado en su propio estrabismo.
en las miradas palpablemente sordas,
en los alrededores de la muerte, Aplastada entre afuera y adentro,
en las tumbas, los árboles. la visión debiera ser autónoma,
independiente del hombre y de los dioses,
Dibujaba ventanas hasta en las puertas. del ojo y de las cosas.
Pero nunca dibujó una puerta.
No quería entrar ni salir. La visión debe ser visión y no mirada,
Sabía que no se puede. luz sensible, punción, llama sin leño,
Solamente quería ver: ver. creación de un ojo, no su vástago.
Y después, sólo después, abrir el mundo.
Dibujaba ventanas.
En todas partes.
16 9

Cuando carezco de luz, Más tarde o más temprano


la luz me parece imposible. hay que poner la mano sobre el fuego.

Cuando quedo afuera del poema, Tal vez pueda la mano


el poema me parece imposible. aprender antes a ser llama
o quizá persuadir a la llama
Cuando dejo de mirarte, para que tome la forma de una mano.
tú me pareces imposible.
Y si fallaran ambas cosas,
Cuando pierda la vida, tal vez puedan la mano y la llama
la vida me parecerá imposible. resolverse en los átomos ya libres
de una distinta claridad.
Y si pudiera no pensar,
pensar me parecería imposible. O quizá simplemente
calentar un poco más el universo.
Desde afuera de una cosa,
esa cosa es imposible.

Y desde afuera de todo,


todo es imposible.

Pero hay una excepción:


desde adentro de mí,
yo también soy imposible.

14 11

Callar algunos poemas, Invertir los signos de la fiesta,


no traducirlos del silencio, como lo haría un monje loco
no vestir sus figuras, que sólo puede orar con la cruz al revés
no llegar ni siquiera a formarlas: o poniéndose a sí mismo
dejar que se concentren como pájaros inmóviles. con la cabeza hacia abajo.
en la rama enterrada.
Que la fiesta comience
Solo así brotarán otros poemas. con la muerte en la punta de los dedos
Solo así la sangre se abre paso. y el abismo enredándose en las piernas,
Solo así la visión que nos enciende con la luna convertida en esponja
se multiplicará como los panes. para absorber el cielo
y la luz en escoba
Los poemas acallados para barrer la tierra.
nos prueban que el milagro es siempre joven. Que el sueño se transforme en sustancia,
Y al final, cuando todo enmudezca, la vejez en victoria
tal vez esos poemas y tu ausencia portátil en presencia.
hagan surgir también otro poema. Y sembrar al voleo la identidad de los rincones
como si se encendiera la primera luz
con el pabilo de la noche.

Hay que invertir los signos de la fiesta,


romper la malla estrafalaria
del juego que nos ciñe
y saltar hacia otro juego más abierto.

Hay que hallar más mirada en los ojos


o fuera de los ojos
y descubrir por fin la fiesta prometida.
para Antonio Ramos Rosa
10 15

¿Cuántas formas de visión Buscar una cosa


se han abierto en nosotros? es siempre encontrar otra.
Sabíamos que una sola no basta Así, para hallar algo,
y casi sin sentirlo hay que buscar lo que no es.
hemos ido incorporando nuevas ópticas,
insólitas retinas, Buscar al pájaro para encontrar a la rosa,
a esa ruda ecuación buscar al amor para hallar el exilio,
de ver, ser y pasar. buscar la nada para descubrir un hombre,
ir hacia atrás para ir hacia adelante.
Y ahora ni siquiera sabemos
con qué ojos vemos lo que vemos. La clave del camino,
Ni sabemos tampoco más que en sus bifurcaciones,
si aún somos nosotros los que vemos. su sospechoso comienzo
o su dudoso final,
está en el cáustico humor
de su doble sentido.

Siempre se llega,
pero a otra parte.

Todo pasa.
Pero a la inversa.

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El error que comete una cosa Hay un momento


al caer de tus manos, en que uno se libera de su biografía
la absurda equivocación de una hoja y abandona entonces esa sombra agobiante,
al no caer sobre la tierra, esa simulación que es el pasado.
la confusión de un aroma
que emigra de una flor Ya no hay que servir más
y se va a perfumar un pensamiento, la angosta fórmula de uno mismo,
no deben atribuirse ni seguir ensayando sus conquistas,
a sus modales inexpertos ni plañir en las bifurcaciones.
sino al defecto fundamental que el azar distribuye
como una noche quebrada Abandonar la propia biografía
por el apocalipsis encubierto de los días. y no reconocer los propios datos,
es aliviar la carga para el viaje.
Esta concreta conspiración del desacierto
indica que la historia aún no ha empezado Y es como colgar en la pared un marco vacío
y el hombre sólo registra en sus anales para que ningún paisaje se agote al fijarse.
inciertos simulacros de antihistoria.

Tan sólo una imaginación regenerada


que trace los movimientos del regreso,
del perfume a la flor,
de las hojas al árbol,
de una cosa a tu mano,
del azar al azar,
de la noche a la noche,
puede iniciar la historia verdadera.

El mundo está repleto


de anodinos fantasmas.
Hay que hallar los fantasmas esenciales.
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Roce del tiempo con el tiempo, Mi mano acaricia tu sueño.


roce de una mirada con su objeto Y para mejor acariciarlo
o con otra mirada, se convierte ella también en sueño.
roces de los cuerpos que vagan
como extrapolaciones del vacío, Pero entonces tu sueño
roce de un pensamiento con otro se convierte en una mano,
o con su propia sombra. para poder corresponder a esa caricia.

Los roces constituyen la vida ¿El amor será siempre


y quizá la calientan levemente el cruce de una mano que va
ante el invierno sin roces de la muerte. y otra mano que vuelve?
La unión y el encuentro
son blancos demasiado netos ¿O será solamente
y el frío los abate el paso de dos sueños que se cruzan?
como a troncos fácilmente localizables.

Vivir parece sólo un roce con el ser.


Pero tal vez sea posible
detenerse en un roce,
como una canción en una rama,
para saludar al sol o a los pájaros.

39 25

Hay un sordo llamado en todas partes.


A veces aflora Las caras de derrota del domingo a la tarde,
como un compás que no está en la partitura, las caras donde se ahogó la fiesta
como un pétalo excedente, como un islote simulado
un soplo que se desvincula del aire, que se hunde en la verdad del mar.
un nombre ajeno que nos nombra
o una inflexión que nos convoca Las caras del domingo a la tarde
desde adentro de nuestro propio sueño. recopilan los fracasos del hombre,
desmantelan sus ¿éxitos de estopa
Si vamos hacia él, desaparece. y predicen escaleras que descienden.
Si no vamos,
sentimos cómo aumenta el vacío. El bochorno de los próximos días
Cada día notamos con mayor insistencia volverá a repetir el simulacro
que subyace a todas las palabras. como un tinglado recurrente,
a menos que aparezca de pronto
Pero la clave no es ir a buscarlo, la fiesta no prevista,
ni vagar como ciegos detrás de sus indicios, la fiesta que no está en los calendarios
ni tampoco tratar de responderle. ni en los fáusticos proyectos del hombre.
Este es el único llamado El domingo que irrumpe en la mitad de la semana,
que no reclama una respuesta: sin caras de derrota.
pide tan sólo otro llamado.
Además, hay otra alternativa:
Tal vez sea éste el sentido de todo: durante la semana
un encuentro de llamados. podría el hombre inventarse otra cara,
tal vez la suya propia.
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Todos hablan También hemos traicionado al agua.


de lo que han encontrado en el camino.
Algunos también hablan La lluvia no se reparte para eso,
de lo que no han encontrado. el río no corre para eso,
Y unos pocos se refieren el charco no se detiene para eso,
a lo que no es posible encontrar. el mar no es presencia para eso.

Pero hay quienes hablan de un encuentro Otra vez hemos perdido el mensaje,
que surge como una emboscada entre las manos, las vocales abiertas
como una golondrina que nunca formó parte del lenguaje del agua,
de ninguna bandada, su inaudita transparencia palpable.
como un gesto secreto que recoge
la compasión que falta en los encuentros. Ni siquiera supimos
beber la transparencia.
Todo encuentro se crea Beber algo es aprenderlo.
como agua ante la sed.
El resto es un espejismo Y aprender la transparencia es el comienzo
que ni siquiera alcanza de aprender lo invisible.
para desconcertar al desierto.

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Todo viene hacia nosotros:


Hemos llegado a una ciudad sagrada. no vamos hacia nada.
Preferimos ignorar su nombre: ¿Hacia dónde podríamos ir?
Así le podemos dar todos los nombres. Toda marcha es una simulación,
No encontramos a quién preguntar un anodino juego
por qué estamos solos en la ciudad sagrada. o una costumbre inútil.
No conocemos qué cultos se practican en ella.
Sólo vemos que aquí forman un solo filamento Todo viene hacia nosotros.
el hilo que une toda la música del mundo Desde la tierra callada,
y el hilo que une todo el silencio. desde el cielo que vemos
o desde el cielo que no vemos,
No sabemos si la ciudad nos recibe o nos despide, desde los huesos que nos sostienen
si es un alto o un final del camino. o desde la sangre que nos envuelve,
Nadie nos ha dicho por qué no es un bosque o un desde el tiempo que manoteamos
desierto. o las matas de azar que nos rozan.
No figura en ninguna guía, en ningún mapa.
Las geografías han callado su ubicación o no la han Todo viene hacia nosotros.
visto. La forma con que nacimos,
Pero en el centro de la ciudad sagrada hay una el pensamiento y las sombras,
plaza la astilla de cada palabra,
donde se abre todo el amor callado los silencios que articulamos,
que hay adentro del mundo. el sueño que despoja a la noche
Y sólo eso comprendemos ahora: o la noche que despoja al sueño,
lo sagrado la apelación desconocida y sin destino
es todo el amor callado. que nos trae cada amor.

Todo viene hacia nosotros,


salvo tal vez esa figura muda
que armamos con un matiz de cada cosa
y que quizá se yerga al desplomarnos
para marchar por cuenta propia,
para venir con todo lo que viene,
aunque no venga ya hacia nosotros.
ese menos que sin embargo suena, 27
nos reanima en el límite.

Necesitamos a veces
descender a la nada, La niebla sin niebla del atardecer
al casi nada de la nada, convoca a otras nieblas heréticas
allí donde la nada repartidas por el mundo,
es una música infinitesimal, especialmente aquéllas que se agazapan
lo único que se oye como sospechosas diluciones de la luz
cuando todo lo demás enmudece, en ciertas franjas equívocas
cuando el oído queda parecidas al pensamiento
completamente solo. y en ciertas desventuradas historias
acometidas por los dioses
como si fueran acrobáticos
personajes de circo.

La secta de esas nieblas heréticas


corrige en las anfractuosidades del mundo
la torpeza infinita
del hombre y de los dioses.

Quizá de alguna de esas nieblas


surja alguna vez una imagen más clara
o un misterio más puro,
ya que hasta los misterios se han vuelto
complacientes.

Puede ser que en las nieblas sin niebla


se concentre una discreta forma
de homeopática curación de la luz.

36 29

También hay espacios hechos de nada, El soplo de luz, el temblor concentrado


ámbitos imprescindibles para descansar un que brota de ciertos encuentros
momento, contradice a veces su propia brevedad
ya que de todas las cosas y se extiende como una alquimia lenta
hay que descansar un momento. por todo el resto de la vida.

Y hay además ciudades hechas de nada, Poseer así para siempre


hombres, caminos, árboles, algo que nunca se tuvo
palabras hechas de nada, y nunca se tendrá,
libros, muertes, amores, cambia la condición del hombre,
mundos hechos de nada. modifica sus límites.

Si el corazón se combina con ellos Unas veces las manos se tocan


tal vez comience a oír una música y otras ni siquiera se tocan.
también hecha de nada, Los ojos si se tocan
la única que puede abrir lo cerrado, o algo que está atrás de los ojos.
la única que no necesita interrumpirse.
Pero poseer así, tocar así,
Por otra parte, abrevia un rincón de eternidad
cuando todo sea nada, y lo hace caber en la celda que habitamos.
sólo perdurará esa música,
nada más que esa música. Tal vez esté allí la sabiduría del amor,
rescatada de los incendios que lo devastan.
28 37

El mundo se ha cerrado, Días de espesor condenado,


el hombre se ha enquistado con estrías de luna abandonada por el sol.
sobre su propio ojo. O menos: sin estrías.
La vida humana es una cápsula Tabla rasa de la luz y la sombra,
con un preciso instrumental limbo penitencial
que permite imitar la realidad. que ignora dónde estuvo la culpa
y dónde el paraíso.
Hay que volver a abrir las cosas,
abrir la habitación del hombre, Pero algo suena de pronto,
abrir las imágenes como si fueran frutos, menos quizá que un sonido,
abrir el taller sofocado de la piedra menos que el eco de un llamado
y la reseca piel de la palabra, en una puerta que no existe,
el continente bloqueado del sueño, menos que la sombra de la campanilla
el traje a medida del amor, en el espacio atónito de una catedral,
los párpados bajos del paisaje, menos que el latido de un reloj
la cámara pringosa del exilio, sumergido en el fondo del pasado,
la invalidez ritual de la locura. menos que el roce de los nombres perdidos
en la impenetrable maraña de lo no nombrado,
Y saltar hacia afuera o adentro, menos que el pensamiento de una melodía
ya que al fin es lo mismo. que jamás se ejecutó
Los dos extremos se abren: y tal vez nunca se compuso,
el medio es lo cerrado. menos que una vibración estrangulada
en el hueco de una palabra muerta,
¿O habrá también un salto menos que un sueño detenido
inmóvil en el medio, en el umbral más quieto de la noche,
un salto que lo abra menos aún que la forma más remota de un mundo
como una estrella que comienza? después de su extinción.

Y entonces,
Allí donde ni siquiera la idea de la luz
podría abrir la partitura tapiada del tiempo,
ese menos que menos,

30 35

Los hombres van quedando al costado del camino, Tu aliento te corrige.


convertidos en muñecos. Tu aliento me corrige
No importa si antes fueron y también corrige al mundo,
marionetas u hombres. como un duende sonámbulo
La figura es ahora la misma. que empaña el cristal de la ventana
Y sus miradas están fijas y traza allí los símbolos que enlazan
como aplastadas cintas de papel. la vida con la vida.

No los ha apartado el camino. Desde el fondo de las formas más antiguas,


Tampoco nosotros los hemos apartado: las formas anteriores al aliento,
apartarse parece ser el triste destino del hombre. surge a veces una metástasis de formas
Y también convertirse en muñeco. como para borrar aquellos símbolos,
Se verá, si se observa con cuidado, pero tan sólo los rodean
que desde el comienzo la rigidez es progresiva. con los trazos protectores del origen.

Pero hay algunas veces Y esos trazos entonces los abrazan


en que un hombre sigue por el camino, como si pretendieran protegerlos
como si hubiera un final. de las infaustas intemperies
Los muñecos lo observan azorados. o quizá del momento incorregible
El camino parece entonces erguirse y abrigarlo. en que tu aliento ya no empañe
Y los ojos de ese hombre dibujan de nuevo el ya neutro cristal de la ventana.
el quebrado itinerario de la luz.
34 31

Algunas veces nos sentimos por fin La casa del hombre,


asentados en la tierra. la casa para quien no puede tener casa.
Ella parece entonces nuestra casa.
Y por un momento olvidamos El patio de la casa del hombre,
nuestros pintorescos atuendos el patio donde la lluvia se siembra como el trigo.
de seres destinados al exilio.
El árbol de la casa del hombre,
Quizá por esas pocas horas de arraigo el árbol que guarda la identidad del tiempo.
sabemos que las cosas
podrían haber sido de otro modo: La luz de la casa del hombre,
tener un lugar, la luz que se descalza en la noche.
habitar nuestra casa,
aunque periódicamente nos expulsara el infinito. La puerta de la casa del hombre,
la puerta que no quisiera ya ser puerta.
Pero lo mismo en el arraigo o el exilio
seguimos sin conocer nuestra función, El techo de la casa del hombre,
quizá porque ignoramos el techo que se bifurca en alas para seguir sus
la función de la tierra. huellas.

La ventana de la casa del hombre,


la ventana que dibuja su rostro para poder cuidarlo.

El aire de la casa del hombre,


el aire que lo respira mientras él lo respira.

La figura de la casa del hombre,


la figura que copia su figura.

Las ruinas de la casa del hombre,


las únicas ruinas que no son una derrota.

La sombra de la casa del hombre,

60 42

Las palabras se desfondan, Hay ángulos que no pueden cerrarse


salvo en el hueco inasible del poema, y que ninguna línea convertirá en figura.
en su loca profecía de presente. Ellos resumen el destino.
Tampoco el destino puede cerrarse.
Sólo el silencio permite el reconocimiento.
Pero el silencio ya no existe. El amor conoce esos ángulos
Sólo existen las ruletas enajenadas y con frecuencia acude a ellos.
que no aciertan ya ningún número También el pensamiento y la palabra.
y distraen de la cifra de la muerte. También los párrafos del viento.

A veces, sin embargo, el silencio renace Pero no hay instrumento que pueda medirlos,
como un espacio que reemplaza al vuelo, ni hay geometría que los abarque.
entre ciertas palabras que se olvidan del oído, Ellos responden a otro orden del espacio:
ciertos dolores que parecen amores, la geometría de lo abierto.
ciertas caídas que ascienden no sé dónde.
Y quizá también respondan a un llamado,
Entonces el silencio rescata a las palabras pero no sabemos de dónde.
o las palabras abandonan sus traiciones
y generan nuevamente el silencio,
como el único terreno disponible
donde pueden germinar casi en la nada
las semillas que creímos imposibles.

Y si hubiese una cosecha,


aceptaríamos también que esa cosecha
la recogieran otros.
la sombra que se consuela con su sombra. 33

El amor de la casa del hombre,


el amor que la llena y la vacía.
Vaivén de la ternura,
para Manuel Mejía Vallejo y Dora Luz que llega o se retira
como el sueño en un niño,
32 manejando distancias
que se acortan o alargan
sin cambiar de medida.

No podemos detener los dibujos que se forman en El encuentro y la separación


el aire. usan el mismo espacio,
No podemos detener los dibujos que se descuelgan que despierta a veces hacia un lado
de la noche. y a veces hacia el otro,
No podemos detener los dibujos que nos incendian como un hombre en su lecho,
el pensamiento. compartido o a solas.

No sabemos quién traza esos dibujos. La ternura disuelve


No sabemos por qué esos dibujos adornan esa línea ilusoria
estos vagos suburbios de la nada. que divide las aguas
Ni siquiera sabemos si nuestros ojos sirven de la separación y del encuentro.
para ver esos dibujos.
Cerca y lejos no existen.
Pero el hecho que más nos sorprende Los crea la ternura
es que todas las cosas resulten incompletas, como el mar crea la playa
ya que ninguna existe o se sostiene con el borde inasible
sin la complementación de estos dibujos. de sus sabias mareas.

No es raro entonces que estos dibujos nos parezcan


más perfectos que el aire,
más habitados que la noche,
más reales que el pensamiento.

43 59

La casa del sueño Un gesto amenazante nos rodea.


no posee puertas ni ventanas, Quizá menos que un gesto:
no tiene rincones fijos, una amedrentadora expectativa
se alumbra con una medialuz anónima que parece dudar
y carece de propietario. entre acusarnos con su dedo incriminante
o agredirnos desde su zócalo invisible.
La casa del sueño
no copia sus imágenes. Pareciera algún dios desplazado,
No hay pinturas en sus paredes. el falaz substituto de un dios
Sus figuras y reflejos se entrecruzan o el rencor de su reemplazo,
como si su sustancia fuera el tiempo, enquistado en el aire
pero un tiempo visible y sin medidas. para hacernos respirar penosamente
lóbregas inminencias.
Nosotros no habitamos en la casa del sueño:
ella mora en nosotros, O tal vez sea tan sólo
como si los papeles se hubieran invertido. el consternado círculo
Nadie podrá habitarla nunca, con que las propias cosas nos circundan,
salvo quizá nuestra ausencia. la compunción, no la amenaza,
con que todo contempla nuestro paso,
O tal vez otra ausencia, nuestra fugacidad inexplicable.
una ausencia más ausente todavía.
Quizá fuera preferible
una orla de hielo,
la desatenta espalda de las cosas,
el circulo de nada
donde yacen los dioses.

Un silencio por fin deshabitado.


Ni piedad ni amenaza:
la honda seguridad
del silencio sin nadie.
58 44

La muerte no tiene forma. El recuerdo no es suficiente.


La vida dona sus formas a la muerte. El recuerdo siempre es incompleto,
No sabemos si ésta a veces las adopta la degradación de una presencia,
porque las formas no regresan. una existencia inválida,
un ciervo con los miembros amputados,
Si la muerte fuese una rosa oscura el desvalido trozo
y el hombre tuviera ojos para verla, de una mirada escindida en muchas partes.
sabríamos qué sucede con las formas.
No sirve la esperanza extravagante
Pero entonces ya no sería necesario de vivir para ser un recuerdo,
conocer el destino de las formas: ni adelgazar la ya magra biografía
bastaría con aspirar profundamente para que pueda entrar en pocas líneas.
el oscuro perfume de esa rosa.
Tal vez resulte más completo,
más entero, más fiel,
el olvido absoluto.
¿Pero hay algún olvido
que no encierre un recuerdo?
¿Hay olvido absoluto?
¿No es acaso el olvido
un recuerdo enquistado?

¿O es tan sólo el recuerdo


un enquistado olvido?

56 46

Todos los templos están deshabitados. Entre los bloques de espera


Todos los templos están deshabitados flotantes en el río
porque no están vacíos. que pasa por debajo de todo,
Sólo un templo totalmente vacío inyectar unas palabras de luz,
puede habitar el espacio de un templo. unas palabras de sombra
y algunas vetas de silencios unánimes
Por eso mi poema para los cuales no difieren
basca ser un templo vacío. la sombra y la luz.
Sólo allí podría habitar
un tallo del ser. Y aguardar después que se levante
como un rostro sin rictus
Y tan sólo en el ser la flor de la espera,
puede erguirse la rosa. de la espera de todo,
Aquí sólo logra la espera de nada,
demorarse un instante. la espera de la espera.

Entonces estará menos vacío


el espacio que abandonó la esperanza.
El gesto abierto de la espera
es la forma más pura de la fe.
45 57

¿De dónde vienen estas imágenes? Hondonada del tiempo,


¿Y adónde van estas imágenes? no sabemos dentro de qué sueño
Nosotros no somos terreno apropiado soñado por la totalidad.
para que aquí se aposenten.
Y en esa onírica hondonada
Las imágenes parecen buscar un lugar este laberinto de reflejos
donde poder detenerse y estos ojos abiertos inexplicablemente,
y nosotros somos arenas movedizas, estas palabras que se funden
nada más que un lugar de pasaje. como velas minúsculas,
estos amores que se caen,
Pero entonces estos trabajos y estas furias,
¿por qué vuelven las imágenes? estas pisadas en la noche.

También nosotros quisiéramos detenernos ¿Por qué esta hondonada del tiempo
y volvemos siempre al lugar no es una cresta de las cosas
donde eso no es posible. o la cima del sueño único
donde un ojo también único
Tal vez no somos más que otras imágenes es ojo abierto para siempre?
que como todas las imágenes
sólo pueden volver a las imágenes,
aunque no puedan detenerse.

47 55

Educar a las semillas de la nada Rostros que van,


y colgarlas como cuentas transparentes rostros que vuelven.
de las ramas más calladas de un árbol.
Algunas serán llevadas por los pájaros, Hay una sola diferencia:
otras se pegarán al viento la lluvia, en el camino,
y algunas se hundirán en las miradas moja más a los que vuelven.
o en las palabras sueltas
que a veces se arremolinan en el aire.

Y a través de esas limpias mediaciones


caerán detrás de la sequía,
torcerán el invierno,
se alzarán sobre la torre rota
y hasta quizá germinen sin notarse
entre los mustios epitafios.

Porque nos hace falta esta cosecha.


Todas las demás se consumen,
se pudren como la sombra del agua,
como panes de polvo.

Sólo resta la cosecha de la nada,


pero antes hay que efectuar la siembra.
Las semillas están en todas partes:
es preciso enseñarles a brotar.

Hay que educar a las semillas de la nada


para que puedan germinar como las otras.
54 48

Siempre estamos en el comienzo, Todas las historias me parecen conocidas,


pero casi siempre cegamos el comienzo todas las intrigas, todos los argumentos.
con la superchería de ser alguna cosa No lo he vivido todo,
o el simulacro carnavalesco de crecer. ni siquiera lo he visto.
No guardo en mis alforjas
Y solamente el comienzo nos consuela el resumen en píldoras
del árido abandono que es la vida. de todo cuanto existe.
El comienzo de un signo, de una rosa,
de un color, de tus manos, Pero todos los rostros me resultan conocidos,
El comienzo de dios. todas las voces, todos los paisajes.
No me he cruzado con todos los hombres,
Sí. La vida no es más que un comienzo. ni siquiera los he oído o leído.
También dormir, tropezar, No conservo en mis ojos
desandar un camino, el arduo laberinto
detenerse en un rostro, de todos los reflejos.
pensar,
encender una lámpara. Sin embargo, en el fondo
Y por cierto apagarla. hay algo que alguna vez he pensado
o vivido o amado alguna vez,
Hasta dios no es más que un comienzo. casi un relámpago de nada,
que sin yo darme cuenta
enhebró un filamento
de todo cuanto existe
y me ha dejado adentro
la sensación extraña
de haber pensado todo,
de haber amado todo,
de haber tocado todo,
hasta lo que no existe.

Y también en el fondo
o más allá del fondo

52 49

La servidumbre de la noche, Las mareas del lenguaje


la servidumbre de tener que abandonar el no tienen siempre el mismo ritmo.
pensamiento, Sus bajantes se producen sin horario fijo
no es un cambio de piel: y nos dejan a veces abandonados en la playa
es la serpiente que muda el cuerpo entero. desoladamente húmeda,
con el sordo temor de una retirada
El sueño es inmoral. sin seguro retorno.
La noche también es inmoral.
Como la muerte es inmoral. Y aunque estemos relativamente acostumbrados
Como la nada es inmoral. a los descensos aleatorios
del nivel de las cosas,
La función por ahora ha cesado. que a menudo nos dejan semivivos
Los títeres vuelven a sus rincones neutros. en cualquier inocente encrucijada,
Mañana volverá a repetirse las retiradas del lenguaje
el repertorio unívoco: no nos permiten habituarnos
la obra de mil escenas a esa insólita situación
y ningún argumento. de náufragos sin naufragio.

Cuando vuelven a subir las aguas,


cuando el lenguaje regresa a habitarnos,
sentimos de pronto
que en la definitiva bajante de la vida
quizá la mayor pena
será la pérdida para siempre del lenguaje.
no dejo de escuchar una música 53
a la que se parecen
todas las otras músicas,
no dejo de escuchar un silencio
que pasa como un duende Saqué una mano fuera del sueño
por todos los silencios. para apoyar algo que tenía en ella,
Y desde allí se oye claramente pero no encontré ningún apoyo.
las ondas detenidas,
las fósiles mareas Aquello que cabía en mi mano
del silencio futuro, cayó entonces al suelo
del silencio final. y ya no pude recogerlo.

Volví a introducir mi mano en el sueño:


estaba rodeada de apoyos,
pero sin nada que apoyar.

Más difícil aún que apoyar algo


es sin dada apoyar nada.

50 51

La luz es un resorte Unas puertas tan perfectas


que empuja hacia la sombra. que no parecen levantadas
La sombra es un resorte para pasar por ellas.
que empuja hacia la luz.
Unas puertas tan perfectas
¿Y si ambos resortes se juntaran como para quedarse
para empujar hacia otra parte, para siempre en una puerta.
más allá de la sombra,
más allá de la luz? Y desde allí
ver pasar todas las cosas,
sin entrar ni salir.
80 61

Balbuceo del comienzo. Estar.


Balbuceo del final. Y nada más.
Hasta que se forme un pozo abajo.
Desde nacer muriendo
hasta morir viviendo todavía. No estar.
Y nada más.
Y unas pocas palabras Hasta que se forme un pozo arriba.
extraídas del páramo
como flores ajenas al lugar, Después,
abriéndose hacia aquel origen entre ambos pozos,
pero orientando su perfume se detendrá un instante el viento.
hacia aquel acabamiento.

Toda palabra es balbuceo.


Toda flor es balbuceo.

Y todo entre los paréntesis


de unas rocas partidas
y lagartos que huyen.

Nadie puede decirlo.


Nadie dijo mejor
cómo no se puede decir.

(al morir Samuel Beckett)

78 63

Otro poema interrumpe el poema que escribo, Partículas en suspensión.


reclama su lugar. Partículas de polvo en un rayo de luz,
Ninguno admite postergaciones. en una filtración de pensamiento
Son dos hojas urgentes que desvela a la noche,
brotando superpuestas en una epifanía de gestos
en el mismo punto de una rama. que desmadejan al amor.

Llega entonces un pájaro Partículas en suspensión.


y se posa en la rama. Sólo la levedad demora la caída:
También él es un reclamo, no llegar a ser un cuerpo,
el tercero en la aguja del instante. no convertirse en discurso,
Pero de pronto el pájaro canta no cerrar el abrazo.
y en su canto no hay antes ni después,
cabe más tiempo que en el tiempo, ¿Habrá partículas tan finas,
dos hojas, dos poemas simultáneos, tan leves, tan discretas,
dos llamados, que duren siempre en suspensión?
quizá todos los llamados a la vez,
sin que ninguno se borre,
sin que ninguno desplace a los otros.

La superposición de dos poemas y un pájaro


ha venido a enseñarme
el concierto de todo sobre un punto.

Un orden por encima del orden.


62 79

Desde adentro del sueño No puedo levantar la palabra nueva


algo abre mi mano que yace entre los matorrales
para que encuentre a la tuya como una moneda caída.
afuera del sueño.
No puedo tomar esa moneda
Pero desde afuera del sueño y entregarla al pordiosero que hay en mí
algo abre mi mano o al que marcha a mi lado.
para que encuentre a la tuya
adentro del sueño. No puedo adquirir con ella otras palabras
o por lo menos sus moldes de silencio
¿No habrá algo en mi sueño para acuñar mañana sus efigies.
que abra mi mano
para que encuentre a la tuya En vano he aprendido a inclinarme.
adentro de tu sueño? La moneda que busco
sólo puede encontrarse cambiándose por ella
Como hay algo aquí afuera y quedando en su sitio entre los matorrales.
que abre mi mano
para que encuentre a la tuya La palabra que busco no está en la zarza ardiente,
simplemente aquí afuera. que habla y después se extingue,
sino en la zarza apagada
Los encuentros directos que no cesa de hablar.
y los encuentros indirectos
buscan quizá otro encuentro:
el encuentro que suprima el lugar.

64 77

Desperté demasiado temprano El misterio no tiene dos extremos:


y comencé a pensar en lo eterno, tiene uno.
pero no en la gran eternidad de los rezos El único extremo del misterio está en el centro
sino en las pequeñas eternidades olvidadas. de nuestro propio corazón.

La parte que no fluye del río, Sin embargo,


aquello de la ciudad que siempre calla, no dejaremos nunca de buscar el otro extremo,
el lugar que no duerme en tu cuerpo dormido, el extremo que no existe.
aquello que no despierta en mi cuerpo despierto.

Sentí entonces que las pequeñas eternidades


son preferibles a la gran eternidad.

Y no pude volver a dormirme.


76 65

Es mejor no hacer la cuenta.


Espacios en blanco.
El debe y el haber se han mezclado
como guijarros de colores cambiantes, En el poema,
la desprolijidad de los asientos en la vida,
invalida el registro, quizá también en la muerte.
abundan las hojas arrancadas
y además nadie conoce Pesan más que los otros.
el inventario general.
¿Pesará más el color blanco
Por otra parte, que los otros colores?
en un curioso movimiento,
los signos tercamente se dan vuelta, ¿O los espacios en blanco
el más y el menos se permutan tampoco están en blanco?
como rótulos flotantes,
el rojo y el negro se truecan sin decoro
y ni siquiera hay un pulso suficientemente firme
como para trazar la línea
que permita hacer la suma o la resta.

Es mejor no hacer la cuenta.


Sería nada más que otro reflejo.
El saldo del hombre es imposible.

También es imposible
el saldo del todo,
el saldo del ser.

Faltan en ambos casos


las cifras fidedignas,
la raya, el resultado
y aun la mano que pudiera escribirlo.

74 67

Aprender a descender escalón por escalón Voy con mis ruinas a cuestas
y detenerse en cada uno, como un caracol con su concha quebrada,
para mirar desde cada uno el horizonte, cuidando los reflejos y las vetas
no el siguiente escalón. que aún brillan en sus restos.

Sólo así no rodaremos: Tal vez pueda con ellos


cada horizonte nos sostendrá hasta el siguiente. hilar otras imágenes
y dejar que las lleve
Y al bajar al último escalón, el viento de las últimas palabras,
aunque ya no necesitemos horizontes, las palabras que saben conversar con las ruinas,
el último suavizará el descenso, desdeñar los brillos distraídos
la bajada de quien prefirió otear los horizontes y aspirar la fragancia de los restos.
antes que vigilar cada paso hacia abajo
por temor a caer. Después vendrá la noche
a cubrir lo que quede,
Sólo las miradas más largas pero quizá una noche con memoria
pueden abarcar lo más próximo. o con savias de imágenes quebradas,
cuyo temblor suplante al tiempo
y su túnica estéril, ya caída
como un flojo disfraz
en medio de la noche.
66 75

Las frondas de los árboles, Hay llamados que me llaman por ti


como una masa de imaginación, cuando tú no me llamas.
rectifican el cielo, Llamados tuyos de ayer
rectifican el ojo que ve el cielo, que quedaron flotando en el agua del tiempo,
rectifican la tierra bajo el cielo. llamados tuyos de mañana
que mañana tal vez yo no pueda escuchar,
También las otras frondas de la vida llamados tuyos que invento sin notarlo
corrigen el cielo y la tierra: cuando la soledad se vuelve arisca
las frondas del pensamiento, o llamados tuyos
las frondas del dolor, que no vienen de ti ni de mí,
las frondas de amar. como si hubiera entre ambos una autónoma zona
que actúa por su cuenta,
Cuando llegue el invierno una zona que hemos creado casi sin querer
y las frondas se desmantelen para que diga tu nombre
como multitudes o ejércitos gastados, y quizá también el mío
esa eterna corrección que es el cambio sin necesidad de nosotros.
deberá restringirse a autocorrección.
De cualquier modo,
A menos que la ausencia de las frondas, estoy rodeado por tus llamados sin ti,
las de afuera y las de adentro, como una isla por el mar
o tal vez su errante memoria solitaria, o una torre por el viento que pasa.
sin nadie que recuerde,
se transmute en las frondas de la ausencia. ¿Seguirán tus llamados llamándome
cuando ambos no estemos?

La boca vacía no necesita a nadie


para poder seguir nombrando.

68 73

El número uno me consuela de los demás números. Estar presente ante todo lo que existe.
Un ser humano me consuela de los otros seres Y también ante su sombra.
humanos.
Una vida me consuela de todas las vidas, Estar presente ante todo lo que no existe.
posibles e imposibles. Y también ante su sombra.

Haber visto una vez la luz Estar presente.


es como si la hubiera visto siempre. No pedir nada.
Haber visto una sola vez la luz No seguir separando las ovejas.
me consuela de no volver a verla nunca.
Y decir una palabra
Un amor me consuela de todos los amores que también esté presente.
que tuve y que no tuve. Y su sombra.
Una mano me consuela de todas las manos
y hasta un perro me consuela de todos los perros.

Pero tengo un temor:


que mañana llegue a consolarme
más el cero que el uno.
72 69

Quizá equivocamos la puerta Un reflejo en la pared me desarma,


o estaban los carteles cambiados como un pájaro fatigado de sus alas
y en lugar de haber ingresado a la vida o una flor que descansa de sus pétalos.
nos hallamos ahora en la muerte.
Reflejo sobre otra pared,
O tal vez el orden fuera inverso: el hombre también descansa a veces
el primer estadio era la muerte de los clavos desvelados
y el segundo la vida. de su propio corazón.

Pues comenzamos a morir desde el primer día, Debe haber todavía otra pared
aquello que llamamos vivir sobre la cual coincidan los reflejos,
no se parece mucho a la vida una pared que también repose de si misma.
y nadie puede completar una suma
en medio de las cosas que caen. Todo reflejo es un descanso de la luz.

Habría que volver a revisar las puertas,


también las de salida.
Y mejorar nuestra alfabetización:
aprender a leer el otro lado de lo escrito.

Tal vez así no erremos la puerta


otra vez al salir
y hasta podamos comenzar sin confundirnos,
no importa lo que sea.

para Luis Aldegheri

81

Un monigote al borde del abismo.


Para que caiga es suficiente
el toque de un dedo,
el azar de una ráfaga perdida,
el roce distraído de un pájaro.

Sin embargo, como hebra finísima,


una mirada sostiene al espantajo,
una mirada que no puede ser suya,
que lo mira desde afuera.

Ninguna figura puede mantenerse


si una mirada no la sostiene,
sobre todo si está al borde del vacío.

¿No habrá tal vez una mirada


que sostiene por ahora al monigote
desde adentro del abismo?
70 La visita concluye.
Ahora miramos más las flores,
tratamos de escuchar al silencio,
callamos más que antes,
La visita ha sido excesivamente breve. velamos las palabras
Hace pocos momentos delante del umbral.
se nos abrió la puerta.
Nuestra procedencia En vano hemos tratado
no era del todo clara de oír algo de afuera.
y no estábamos preparados
para esta visita.
Creímos, sin embargo,
que seria por más tiempo. 71
Tal vez nos confundieron
las señales del arribo.

Descubrimos después Exceso de escritura.


otra puerta cerrada.
Comprendimos muy pronto En todo hay algo escrito,
que era la puerta de salida. que sólo desciframos a medias.
Nos sorprendió que existieran dos puertas Todo es un palimpsesto
y no una solamente que sólo en parte se borra
para entrar y salir. y luego multiplica sus capas de escritura.
Hasta el silencio está escrito.
Poco más comprendimos.
Dimos algunos pasos, Nosotros no podemos
dijimos pocas cosas, borrar ni una letra.
hallamos otros rostros, Y tampoco podemos
a algunos los amamos. dejar de escribir encima.
Y no siempre había luz.
Aunque en algún momento Pero queda otra alianza posible:
creímos que la luz escribir hacia adentro.
estaba para siempre. Allí, en comparación,
lo escrito es mucho menos.
La puerta de salida
ha comenzado a abrirse.

82

Una flecha atraviesa el universo.


No importa quien la haya lanzado.
Traspasa igualmente lo fluido y lo sólido
lo visible y lo invisible.
Tratar de calcular adónde va
sería como imaginar que hay un muro en la nada.

Flecha desde lo anónimo a lo anónimo,


desde un abismo que no es un origen
hacia otro abismo que no es un destino,
movimiento que no parece un movimiento
sino un éxtasis que se renueva a cada instante.

Yo la encuentro en tu mano
o tú en mi pensamiento.
Puedo verla entrando en una nube,
cortando en dos un pájaro,
saliendo de las flores y las lluvias,
hendiendo una ceguera,
traspasando a los muertos.

Tal vez su ejemplar anonimato


nos convoca a nuestro propio anonimato,
para poder también librarnos
de nuestro comienzo y nuestro fin.

para Laura

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