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4 Para dar sagacidad a los simples, Y a los jóvenes inteligencia y cordura.

- Reflexión:
La sabiduría de Dios, su Palabra, las Sagradas Escrituras dan sagacidad.
La sagacidad es de naturaleza intuitiva, adivina, prevé y supone más o menos astucia y, a veces,
malicia. La perspiciacia es hija del talento sutil, que penetra hasta lo más difícil y confuso.
El Espíritu Santo de Dios es quien nos capacita y da la sagacidad y esa sagacidad es Divina,
porque proviene directamente de Dios. Ha revisado los dones espirituales que Dios le dio.
Es usted una persona simple, sencilla, humilde; entonces, para usted es la sagacidad.
A los jóvenes da inteligencia. La inteligencia (del latín intellegentĭa) es la capacidad de entender,
asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas. El diccionario de la Real
Academia Española de la lengua define la inteligencia, entre otras acepciones como la "capacidad
para entender o comprender" y como la "capacidad para resolver problemas".1 La inteligencia
parece estar ligada a otras funciones mentales como la percepción, o capacidad de recibir
información, y la memoria, o capacidad de almacenarla.
Los jóvenes necesitan mucha inteligencia para tomar buenas decisiones, ya que los adultos la
compensamos con la experiencia.
También el joven que conoce de la sabiduría de Dios recibe la cordura.

Una mejor definición de la gracia es proporcionada


por Dallas Willard. “Gracia es Dios actuando en
nuestras vidas para hacer lo que no podemos hacer
por nosotros mismos.”¡La gracia es para hoy! La
gracia es conocer a Jesús en una manera interactiva
hoy (2 Pedro 3:8). ¡La gracia es el poder para vivir
bien hoy! (Vea Efesios 3, La oración de Pablo como
uno de los muchos ejemplos en la Biblia de la gracia
y el poder que se unen entre sí.)
Concepto de cordura

La cordura es una característica humana perteneciente a aquellas personas que actúan en


forma racional, lógica, con buen juicio, prudentemente. Son coherentes en sus acciones y en
la toma de decisiones. Es lo opuesto a la locura, a la enajenación mental o insania, que
padecen aquellos cuyas decisiones, opiniones y acciones se muestran desatinadas,
impensadas, arrebatadas y peligrosas.
El estado de cordura implica poseer equilibrio psíquico que es más que una cualidad real,
una aspiración, ya lo dice el refrán “de niños y de locos todos tenemos un poco”. Sin
embargo es innegable que hay personas más cuerdas que otras. No significa que quien
posee cordura no pueda desarrollar una fructífera imaginación, necesaria si se desea
realizar producciones artísticas o literarias, pero debe saber diferenciar estrictamente la
realidad de la fantasía, como vulgarmente se dice “tener los pies sobre la tierra”. Sin
embargo, un exceso de cordura, pasando todo por el tamiz de la razón, sin permitirse
pequeñas “locuras” cotidianas, o no dejar volar la imaginación, puede no ser demasiado
saludable, y convertir la vida en un largo, monótono y aburrido camino.
Si bien depende de condiciones innatas, heredadas, tener mayor o menor cordura, ciertas
enfermedades mentales sobrevivientes pueden alterar la salud mental quitando la cordura
a quien hasta entonces la poseía, y otro tanto sucede con la ingesta de drogas o por exceso
de consumo de bebidas alcohólicas
◄ 1 Corintios 6:19 ►
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis
de Dios, y que no sois vuestros?

Comentario de Matthew Henry


6:12-20 Algunos entre los corintios parecen haber estado a punto de decir, todo me es lícito para
mí. Este peligroso engreimiento St. Paul se opone. Hay una libertad con que Cristo nos hizo libres,
en el que debemos estar firmes. Pero seguro que un cristiano nunca se pondría en el poder de
cualquier apetito corporal. El cuerpo es para el Señor; es ser un instrumento de justicia para la
santidad, por lo tanto, nunca debe hacerse en un instrumento de pecado. Es un honor para el
cuerpo, que Jesucristo fue resucitado de entre los muertos; y será un honor para nuestro cuerpo,
que van a ser planteadas. La esperanza de una resurrección a la gloria, evitar que los cristianos
deshonrar sus cuerpos por los deseos carnales. Y si el alma se une a Cristo por la fe, el hombre
entero se convierta en un miembro de su cuerpo espiritual. Otros vicios pueden ser vencidos en la
lucha; que aquí se mostraron contrarios, sólo por el vuelo. Y grandes multitudes se cortan por este
vicio en sus diversas formas y consecuencias. Sus efectos no solo caen directamente sobre el
cuerpo, pero a menudo en la mente. Nuestros cuerpos han sido redimidos de la condenación
merecida y la esclavitud sin esperanza por el sacrificio expiatorio de Cristo. Hemos de ser limpio,
como recipientes equipados para su uso de nuestro Maestro. Estar unidos a Cristo como un
espíritu, y se compró con un precio de valor indecible, el creyente debe considerarse a sí mismo
como totalmente del Señor, por los lazos más fuertes. Podemos hacer que sea nuestro negocio, a
más tardar el día y la hora de nuestras vidas, para glorificar a Dios con nuestros cuerpos y con
nuestros espíritus que son suyos.

El hombre completo es el templo; el alma es el santuario más profundo;la comprensión y


el corazón, el lugar santo; y el cuerpo, el porche y el exterior del edificio. La castidad es el
guardián del templo para evitar que ingrese cualquier cosa impura que pueda provocar
que el Dios que mora en el interior la abandone como se contaminó . Nadie más que Dios
puede reclamar un templo; aquí el Espíritu Santo tiene asignado uno; por lo tanto, el
Espíritu Santo es Dios.
“Solamente di la palabra, y mi criado sanará…”
¿Quién es el que desata la Palabra? ¿Quién es el que
le ordena a las cosas que no son como si fuesen?
¿Quién decreta? ¿Quién declara? ¿Quién ordena?
¿Dios o el hombre? Si Cristo es el que lo hace todo en
tu vida, Él es tu Señor, pero si tú mismo pretendes
otorgarte la respuesta, ya te has desprendido de Cristo
creyendo en cosas extrañas.

“Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión,


rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está postrado
en casa, paralítico, gravemente atormentado. Y Jesús
le dijo: Yo iré y le sanaré. Respondió el centurión y
dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo;
solamente di la palabra, y mi criado sanará. Porque
también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo
mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro:
Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oírlo
Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De
cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
Y os digo que vendrán muchos del oriente y del
occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob
en el reino de los cielos; mas los hijos del reino serán
echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes. Entonces Jesús dijo al centurión: Ve,
y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado
en aquella misma hora.” (Mateo 8:5-13) (Jeremias
33:3)
Los textos de la controversia

Para algunos el evangelio tiene una autorización


incondicional en cuanto al pedir toda clase de cosas y
ponen como justificación la obra que ha hecho
Jesucristo a favor de los hombres y las palabras que
aparecen en: Mateo 18:19, Mateo 21:21, Marcos 11:23
y Juan 15:7. Los textos son:

Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren


de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que
PIDIEREN, les será HECHO POR MI PADRE que está
en los cielos. (Mateo 18:19)

Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si


tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la
higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y
échate en el mar, será hecho. (Mateo 21:21) (Marcos
11:23)
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en
vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será
hecho. (Juan 15:7)

En primer lugar, hablando sobre Mateo 18:19, si usted


aísla dicho texto, pareciera que es una licencia o
garantía de pedir u ordenar todo lo que se nos antoje
como seres humanos, incluyendo nuestros caprichos y
Dios obedecerá como un "genio de la botella" viéndose
obligado a responder de inmediato los designios del
corazón del hombre. Sin embargo, la realidad es muy
distante a esto. Dios es un Dios santo, por lo que
ninguna intención contaminada logrará respuesta
alguna de su parte. Esto significa que los hombres que
piden cosas por competencia, avaricia, falta de
propósito, vanidades, necedades, materialismo,
búsqueda de deleites temporeros, y cosas semejantes
a estas que por más adornadas que se presenten
surgen del pecado, no piense que recbirá cosa alguna
de parte de Dios. En cambio, el contesto de Mateo
18:19 es uno que está ligado al reino de Dios, su
justicia y su propósito.

¿Cuál es el propósito de Dios y su reino?

El propósito de Dios y su reino lo es la salvación de los


hombres por medio de Jesucristo. Por ende, toda
petición de los hombres en relación con su salvador
tienen que estar ligadas a ese mismo propósito. Es por
esto que cuando un hombre utiliza los textos de Mateo
18:19, Mateo 21:21, Marcos 11:23 y Juan 15:7 para
enfocarse en cosas vanas como hacerse rico en esta
tierra, vivir en placeres, pedir cosas sublimes, procurar
colocarse en un nivel social acomodado respecto a su
prójimo, pedidos cuya intención es ostentar
propiedades y cosas semejantes a estas, que no
pasan de ser intereses lucrativos o contaminados, se
está saliendo del propósito y significado de la Palabra
de Dios.

Tomemos como ejemplo, Mateo 21:21

Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si


tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto de la
higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y
échate en el mar, será hecho. (Mateo 21:21)

Para algunos este texto significa que el hombre tiene


el poder en su lengua y en su mente de cambiar y
conseguir su propio mundo con el mero hecho de la
confesión positiva, en cambio, lo que Dios quiere
mostrarnos en su Palabra es que si confiamos en Dios,
no existe cosa imposible que él no pueda hacer por su
pueblo. Y esto, volviendo a la esencia original de lo
que es el evangelio, un camino de salvación para los
hombres y no una justificación para que los hombres
creen sus propios mundos egoístas por medio de
técnicas de auto creación por medio de la palabra
hablada.

El propósito de Dios es la salvación del hombre y


dentro de esa salvación Dios tiene cuidado de todo lo
que el hombre necesita. Dios conoce y ve, sabe lo que
nos hace falta. No nos da lo que nuestros caprichos
quieren, pero nos da lo que necesitamos. Nos da más
de lo que pedimos o entendemos, por lo que nuestra
mente, tampoco es la creadora de lo que Dios nos da.

Sobre el texto:

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en


vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será
hecho. (Juan 15:7)

De forma clara, ese pedido y su respuesta está


condicionado a “permanecer en Dios y en su Palabra”
es decir, en la santidad y propósito de lo que Dios es y
quiere. Nada que ver con caprichos humanos.

En el mundo podremos encontrar toda clase de


distorsión de la fe. Traspasando los límites de la
santidad de Dios y de sus propósitos para ir en pos de
avaricia o ideales contaminados. Sin embargo,
tenemos en la Palabra de Dios, si somos sinceros, una
luz que nos llevará a puerto seguro. Dios tiene
sanidad, tiene liberación, tiene prosperidad, tiene
propósito, tiene cuidado de su pueblo, tiene sabiduría,
tiene luz, tiene todo lo que el hombre necesita. Sin
duda alguna, dará toda cosa buena conforme a sus
riquezas en gloria. Siempre recordemos que nuestra
herencia es sin contaminación e incorruptible, por lo
que deslíguese de las cosas vanas de este mundo.

Un texto determinante y que arroja luz sobre los otros


textos:
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que SI
PEDIMOS ALGUNA COSA CONFORME A SU
VOLUNTAD, ÉL NOS OYE.” (I Juan 5:14)

¿Cuál es la voluntad de Dios?

La voluntad de Dios es vuestra santificación (I


Tesalonicenses 4:3)

Por ende, todo lo que el hombre pide TIENE que ir de


acuerdo a la justicia, santidad y propósitos santos de
Dios y alejándose de todo motivo oculto o
contaminado.
En Santiago capítulo 4 y verso 3 podemos ver algunas
razones por las cuales una oración puede ser
denegada por Dios:

“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en


vuestros deleites.” (Santiago 4:3)

Esto deja claro que Dios NO CONTESTA TODAS LAS


ORACIONES SINO AQUELLAS QUE VAN ACORDE
A LA JUSTICIA, SANTIDAD Y PROPOSITOS
ETERNOS DE SU REINO

Éxo. 3:14 “Yo Soy” = Jehová, el Dios que


siempre “existía”. El nombre “Jehová” tiene
raíz en el concepto de haber, ser, o existir.
Cuando Moisés preguntó quién es el Dios
con quien hablaba, Dios respondió con
Yahveh/Jehová. La idea de su nombre es
“Yo soy el que siempre está existiendo.”
Es el Dios que existe afuera del tiempo,
arriba del tiempo, y que no tuvo principio
de días, ni tendrá fin. Esta calidad es
exclusivamente reservada para Dios.

Aclaramos que Dios no se causó a sí


mismo, ni se creó a sí mismo. Si fuera así,
Dios será una criatura, y no el Creador.
Entonces Dios siempre ha existido, y no es
creado.

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