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Las Necesidades Del Alimentista
Las Necesidades Del Alimentista
I. INTRODUCCIÓN
El derecho que tiene una persona a exigir alimentos de otra, con la cual
generalmente se encuentra ligada por el parentesco o por el vínculo matrimonial,
tiene un sólido fundamento en la equidad, en el Derecho Natural. De ahí que el
legislador al establecerlo en la ley no hace sino reconocer un derecho más fuerte
que ella misma, y darle mayor importancia y relieve (2).
El Código Civil español tiene una disposición parecida al del artículo 92 del
Código de los Niños y Adolescentes, pues en la ley modificatoria del 13 de mayo
de 1981 ha incluido los gastos de embarazo y parto. Comentando esta
disposición, DIEZ PICAZO y GULLÓN han referido que la expresa mención de
estos conceptos no era necesaria. Podían sin dificultad entenderse incluidos en la
“asistencia médica”. Lo que probablemente ha querido señalar el legislador es que
estos gastos se deben en el caso de que las madres sean solteras (7).
Entonces habrá que observar lo que la ley determina como las condiciones
para fijar la pensión de alimentos, así en el artículo 481 del Código Civil, se indica
que: “Los alimentos se regulan por el juez en proporción a las necesidades de
quien los pide y a las posibilidades del que debe darlos, atendiendo además a las
circunstancias personales de ambos, especialmente a las obligaciones a que se
halle sujeto el deudor”.
En opinión de CORNEJO CHÁVEZ, por regla general, este requisito del estado
de necesidad del solicitante debe ser probado por el alimentista, aunque debe
tenerse en cuenta que existen dos excepciones, a saber, la de los hijos menores
que piden alimentos a sus padres, y, en alguna medida, la de los hermanos
menores. (19) En tales, se presume el estado de necesidad de dichas personas
porque se trata de personas que siempre van a necesitar los alimentos para vivir y
desarrollarse.
Para ello se consideran las posibilidades con que cuenta el deudor alimentario
así como las circunstancias que lo rodean, como por ejemplo, otras obligaciones
del hogar que el deudor tenga para con su familia. En suma, para que se
establezca una pensión de alimentos a su cargo, es preciso que haya exceso de
las rentas del obligado sobre los gastos necesarios a su cargo.
Empero, cuando se trata de los hijos o el cónyuge, se considera que por pocos
que sean los ingresos de una persona, siempre estará obligada a compartirlos con
su familia inmediata, ya que lo mínimo que se puede exigir a quien tiene la
obligación de cumplir con los alimentos es que se esfuerce por satisfacerlos. El
deudor alimentario no puede disculparse argumentando que no tiene ingresos,
cuando tampoco hace lo necesario para conseguirlos. (21)
Cuando son varios los obligados a dar una pensión de alimentos, se aplica el
prorrateo, esto se resolvió en el caso citado anteriormente del expediente Nº 1296-
94 y que fue resuelto por la Corte Superior de Justicia de Arequipa en la sentencia
de vista del 26 de octubre de 1994 pues, una vez que se determinó que los
hermanos José Luis y Fortunata Luque Apaza, así como Martín Laureo, Catalina y
María Feliciana Luque Quispe tenían acreditado el entroncamiento familiar con su
padre (el demandante), se estableció la obligación de cumplir con brindar una
pensión de alimentos de los 5 hijos a favor de su padre; y en cuanto a la
determinación de la pensión de alimentos la Sala Superior aplicó la norma del
prorrateo, contenida en el artículo 477 del Código Civil, del modo siguiente:
Por tanto, la Corte Superior falló confirmando la sentencia apelada que declaró
fundada la demanda y dispuso que los hijos demandados José Luis y Fortunata
Luque Apaza, así como Martín Laureo, Catalina y María Feliciana Luque Quispe
cumplan con asistir a su padre Francisco Luque Calcín con una pensión mensual y
adelantada de doscientos cincuenta nuevos soles, a razón de cincuenta nuevos
soles por cada uno de los nombrados.
“Cuarto.- Que son condiciones para ejercer el derecho a pedir los alimentos
la existencia de un estado de necesidad de quien los pide, la posibilidad
económica de quien debe prestarlos y la existencia de una norma legal que
establezca dicha obligación. Quinto.- Que atendiendo al carácter irrenunciable e
imprescriptible del derecho alimentario si el juez constata la existencia de las tres
condiciones antes mencionadas debe establecer la obligación alimentaria a cargo
del emplazado con prescindencia de la existencia de cualquier convenio
preexistente, en especial tratándose de menores en atención a lo dispuesto en los
artículos cuatrocientos setenticuatro inciso dos, cuatrocientos setenticinco inciso
tres, cuatrocientos setentisiete, cuatrocientos ochentiuno y cuatrocientos
ochentisiete del Código Civil y a los artículos ochentidós inciso b, ciento dos, y
ciento cuatro del Código de los Niños y del Adolescente.”(el subrayado es nuestro)
6. A modo de conclusión
NOTAS:
(6) DIEZ PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Op. Cit., Vol. IV. p. 50.
(7) DIEZ PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Op. cit. Vol. IV. p. 53.
(9) Nuestro Código Civil prescribe en el art. 288 que, “Los cónyuges se
deben recíprocamente fidelidad y asistencia”.
(10) En efecto, el art. 474 del Código Civil señala que, se deben alimentos
recíprocamente:
(13) DIEZ PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Op. Cit., Vol. IV. p. 51.
(15) DIEZ PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio. Op. Cit., Vol. IV. p. 49.
Finalmente, el voto singular sustenta como fundamento central los límites de las
funciones casatorias, las mismas que no pueden entrar a evaluar los hechos
acreditados en las instancias inferiores, además que sin mayor explicación califica
el art. 481 del Código Civil como una norma de contenido procesal. Nosotros,
preferimos quedarnos con la sentencia casatoria por las razones anotadas, que si
bien tiene deficiencias, no elude emitir un pronunciamiento sobre el fondo del
asunto.