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FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

INFORME
LEGAL

“ANÁLISIS CRÍTICO RESPECTO AL SÉPTIMO PLENO CASATORIO CIVIL”

AUTORA:

PEREZ TUEROS SHULLEY ESMERALDA

ASESOR:

AYLLON VALDIVIA, CESAR ARTURO

CHEPÈN-PERÚ

2021
INDICE

I. INTRODUCCIÓN.....................................................................................................2

II. ARGUMENTACIÓN JURÍDICA..........................................................................3

III. ANALISIS CRÍTICO.............................................................................................5

IV. CONCLUSIONES..................................................................................................7

V. BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................9
I. INTRODUCCIÓN

El presente informe aborda el desarrollo a nivel doctrinario, en torno a la consecuencia


y relevancia jurídica de la tercería de propiedad, en específico se refiere a la existencia
de una pugna de derechos de diferente naturaleza entre un embargo inscrito (crédito) y
la propiedad no inscrita, problema planteado en el VII Pleno Casatorio Civil que
constituye un precedente judicial en el que se emiten reglas vinculantes que relacionan
directamente a los órganos jurisdiccionales del país; en este contexto tenemos como
punto de referencia el artículo 2022 segundo párrafo del Código Civil, en el cual se
presenta el problema antes indicado y cuya interpretación variada generaba
pronunciamientos antagónicos a nivel de la Corte Suprema; lo que se pretendía con el
VII Pleno Casatorio Civil era unificar criterios sobre la correcta interpretación del
artículo pre citado acabando con la incertidumbre jurídica además de otorgar
predictibilidad en posteriores resoluciones; es así que la pretensión de esta tesis es
analizar las distintas ejecutorias discordantes que dieron pie a la emisión de un Pleno
Casatorio, asimismo hacer una análisis de los fundamentos de la corte junto a la
ponencia de los amicus curiae estableciendo finalmente si las reglas vinculantes
emitidas en el VII Pleno Casatorio Civil se ajustan a nuestro contexto sociocultural
actual respetando reglas internacionales; encontramos de este modo que la
CorteInteramericana de Derechos Humanos en el Caso Tibi vs Ecuador en referencia a
la pugna de derechos entre un tercerista cuyo derecho de propiedad no se inscribió y un
embargo inscrito que representa al derecho de crédito resolvió este conflicto de
derechos de distinta naturaleza estableciendo en el fundamento 219 que: “este registro
es necesario para el solo efecto de la oponibilidad ante el reclamo de un tercero que
pretende tener algún derecho sobre el bien”.
II. ARGUMENTACIÓN JURÍDICA

Se ha sostenido que la cuestión de fondo en los procesos de tercería de propiedad no es


la probanza del derecho no inscrito que alega el demandante, sino fundamentalmente si
ese derecho, de haberlo, es o no oponible al acreedor ejecutante que ha inscrito un
embargo a su favor, es decir una cuestión de derecho sustantivo, antes que de derecho
procesal. Se ha afirmado, en este sentido también, que el problema de derecho
sustantivo involucrado en la tercería excluyente de dominio sobre bienes inscritos, bien
puede ser resumido en la siguiente pregunta que refleja un conflicto de derechos: “¿Qué
debe prevalecer en caso de conflicto, el embargo inscrito o la propiedad no inscrita?”
[ CITATION DrV15 \l 10250 ]

La falta de uniformidad de criterios en las diferentes instancias judiciales ha sido


destacada por la doctrina también. Así, ya en la década pasada se decía que “es una
vieja discusión la que hoy nos ocupa. Existen posiciones contrarias a nivel de la Corte
Suprema, pues una de las Salas le da preferencia al embargo inscrito, mientras que la
otra lo hace, en línea con la ejecutoria comentada, a la propiedad no inscrita, situación
que, por cierto, bien amerita la convocatoria a un Pleno Casatorio”.De igual manera, se
ha sostenido que la resolución de la cuestión de fondo de la tercería de propiedad es “un
problema arduamente debatido, donde la doctrina y las decisiones de nuestra Corte
Suprema no se muestran uniformes, debido a la oscuridad del texto de la última parte
del artículo 2022 del Código Civil”. En sentido análogo, se ha afirmado que “desde la
vigencia del Código Civil de 1984 la solución jurisprudencial fue durante muchos años
uniforme, y se basó siempre en el artículo 2022, 2º párrafo del Código Civil. De esta
manera se entendió que el título de propiedad anterior, aún no inscrito, permitía levantar
los embargos inscritos. Puede decirse que la jurisprudencia en este sentido es
mayoritaria. No obstante, hace pocos años se empezó a cuestionar esta interpretación
por cuanto se dijo que la primacía debía tenerla el registro, en vista de que el título de
propiedad no inscrito es insuficiente para oponerse a un embargo inscrito”. [CITATION
Lui16 \l 10250 ]
La defensa que se ha hecho, en nuestro medio, en favor de la idea que considera que el
crédito carece de tutela extracontractual, ha sido materia de crítica. Para empezar, no
parece un argumento (suficiente y) convincente el hecho de que antes la tutela aquiliana
no haya sido reconocida a nivel jurisprudencial en nuestro país. En todo caso, sirva esta
ocasión para reconocer esta figura y actualizar nuestras tendencias jurisprudenciales, de
acuerdo con los avances de la doctrina más actual.

III. ANALISIS CRÍTICO

Considero que se debe hacer prevalecer el derecho de propiedad no inscrito pero


adquirido con fecha anterior al embargo. En mi entender no es aceptable que por deudas
ajenas se condene a un propietario (con o sin derecho inscrito) a pagarlas con sus
bienes. La discusión no solo alberga una polémica de índole dogmático (la clásica
distinción de derechos reales y personales, en nuestra opinión muy vigente aún) por el
contrario, encierra mucho más que ello.

En algún momento e incluso aún hoy, con argumentos que finalmente redundan en lo
mismo, se pretendía hacer valer la seguridad jurídica que ofrece el registro público para
hacer prevalecer la anotación de medida cautelar de embargo haciéndose referencia a
los principios de fe pública registral (artículo 2014 del Código Civil – CC), de prioridad
(artículo 2016 del CC) y recientemente, al principio de legitimación (artículo 2013 del
CC) e incluso, al principio de publicidad material recogido en el artículo 2012 del CC.

El error de sustentar directa o indirectamente la prevalencia del embargo en los


mencionados principios parte de la creencia equívoca de que todo supuesto de conflicto
entre derechos que involucre al registro público debe solucionarse con base a hacer
prevalecer indiscriminadamente al que inscribió su derecho, sin atender la verdadera
naturaleza de los derechos enfrentados.

Qué duda cabe que nuestro actual sistema de transferencia de propiedad consensual
genera innumerables (y hoy más que nunca mediáticos) conflictos, no obstante, estoy
convencida que el propio sistema normativo ha establecido respuestas a estos problemas
que naturalmente aparecen en una sociedad que se alinea al consensualismo como modo
de adquirir la propiedad.

Así, por ejemplo, cuando nuestra legislación protege al tercero que – de buena fe –
adquiere con desconocimiento de la inexactitud del registro, zanja la litis entre dos
eventuales derechos de propiedad (artículo 2014 del CC). O cuando se pronuncia a
favor de conceder oponibilidad a un garantía real (léase hipoteca) que se inscribió en
primer lugar, incluso frente al derecho de propiedad que alcanzo el registro con
posterioridad (artículo 2022 del CC – primer párrafo). En buena cuenta, y lo reitero, el
problema nuestro no son las normas (que existen) sino su interpretación y aplicación a
cada caso concreto, labor que corresponde a todos los operadores jurídicos (pero sobre
todo, a los Magistrados).

No es mi intención repetir los argumentos correctamente afirmados por los amicus curae
en favor de la posición que concede prevalencia a la propiedad no inscrita, pero
adquirida con documento de fecha cierta anterior, frente a la inscripción del embargo.
Quisiera sumar, bajo un análisis diferente, un argumento más.

Es por todos sabido que este conflicto “sustantivo” termina encontrando respuesta en los
causes del proceso de tercería excluyente de propiedad regulado por el artículo 533 del
Código Procesal Civil (CPC). A la letra el artículo establece que “La tercería se
entiende con el demandante y el demandado, y sólo puede fundarse en la propiedad de
los bienes afectados judicialmente por medida cautelar o para la ejecución; o en el
derecho preferente a ser pagado con el precio de tales bienes”.

De otro lado, el artículo 100 de la misma norma procesal establece de forma más
categórica que “puede intervenir en un proceso quien pretende se le reconozca su
derecho en oposición a los litigantes, como consecuencia de alguna medida cautelar
ejecutada sobre un bien de su propiedad o sobre el cual tuviera un mejor derecho que el
titular de la medida cautelar”

Y finalmente, el artículo 624 del CPC precisa que “cuando se acredite fehacientemente
que el bien afectado con la medida pertenece a persona distinta del demandado, el Juez
ordenará su desafectación inmediata, incluso si la medida no se hubiera formalizado”.

Independientemente del cuestionamiento procesal por la reiteración en abordar el


mismo tema puntual (que podría generar confusión), puede advertirse que tres (3)
artículos del CPC se están refiriendo a un mecanismo de similar estructura para que el
propietario (naturalmente sin derecho inscrito en un caso como el comentado) pueda
pedir que se levante la medida judicial (cautelar o para la ejecución, ejemplo, un
embargo inscrito) por afectar su derecho real de propiedad.

¿No es meridiano acaso que también para la norma adjetiva se busca la prevalencia del
derecho de propietario afectado con una medida cautelar por deuda ajena? En mi
opinión es más que claro – redundante incluso- que nuestro ordenamiento busca
defender un hecho insoslayable: no es posible afectar con un embargo y obtener una
cobranza, con un bien que no es de propiedad del deudor.

Temo que de resultar amparándose el embargo, estos artículos del CPC y la referencia
al proceso de tercería excluyente de propiedad resulten inútiles e inoperantes. Como
quiera que fuera, está ahora en manos de la Corte Suprema de Justicia la respuesta
definitiva a este dilema que en nuestra opinión, hace mucho merecía una Pleno
Casatorio.

En conclusión, considero que el Sétimo Pleno Casatorio implica un retroceso, debido


que, al pretender favorecer el derecho de propiedad, se ha tornado un amparo de
inseguridad legal.
IV. CONCLUSIONES

 Discrepo la interpretación tomada por el Séptimo Pleno Casatorio, tanto porque


la referida calidad erga omnes se refiere a un supuesto abstracto, como porque
no hay ni legislativa ni conceptualmente razón alguna que permita sostener que
uno de los derechos mencionados es superior al otro por su mayor grado de
cuidado, no pudiéndose confundir el derecho subjetivo (real o de crédito) con la
imposición de deberes a cargo de otros. Esto es, que la protección sea general o
relativa no origina una preferencia del derecho, más aún si el carácter relativo
del derecho de crédito no significa que un tercero pueda lesionarlo y que no haya
forma de tutela del afectado. Hay, además, otro punto que me lleva a rechazar el
referido planteamiento: no veo ninguna razón por la que se deba concluir que
porque no se alude a la inscripción registral en la segunda parte del artículo 2022
del código civil, no pueda, después, utilizarse ésta.
 Cuando el embargo se encuentre inscrito, no tiene por qué perjudicarse al
diligente que se vale de los principios de publicidad y legitimación registrales
para cautelar su acreencia, esto es, la parte que es acuciosa en el cobro de su
crédito y se asiste de los datos que le proporcionan los Registros Públicos no
puede ser preterida para favorecer al negligente titular de un derecho real que no
supo cautelarlo; ni mucho menos pueden desdeñarse las inscripciones registrales
que han sido establecidas precisamente para asegurar el tráfico económico,
invocando una presunta prioridad de un derecho real que no se encuentra
protegido por la publicidad que los registros le otorgan. En suma el derecho real,
oculto o clandestino, no puede ser opuesto al legitimado registral aunque su
derecho sea uno obligacional.

 El artículo 2022 del código civil genera problemas interpretativos, que la tercería
de propiedad ha promovido maniobras fraudulentas, que el estado de la cuestión
no es pacífico, que existen resoluciones judiciales que amparan una u otra
pretensión ha sido precisado en esta sentencia plenaria, que recoge tanto los
debates académicos como las resoluciones discordantes y las propias
expresiones de los amigos de la curia. Esta polémica hacía indispensable la
realización de un Pleno Casatorio en el que pudiera optarse por la solución más
saludable posible, lejos de cualquier unilateralismo conceptual o verticalismo
doctrinario existente.

 Convengo, por tanto, con la sentencia emitida por este Pleno Casatorio; tomo
una posición a favor de los fundamentos por las que se recusa las unilaterales
tesis a favor de la tercería de propiedad y aprecio que, un paso adelante, la
sentencia recomiende actuar prueba que excluya la posibilidad de fraude y, otro
paso más, señale que “futuros trabajos de reforma legislativa” deberán tener en
cuenta que otras normas del código civil responden a este tipo de conflictos a
favor del título inscrito.
V. BIBLIOGRAFÍA

 Aubert, L. G. (2016). : PRIMERA REGLA VINCULANTE ESTABLECIDA EN


LA EJECUTORIA. Obtenido de
http://repositorio.uandina.edu.pe/bitstream/UAC/480/1/RESUMEN.pdf

 Postigo, D. V. (2015). SÉPTIMO PLENO CASATORIO CIVIL. Lima: Poder


Judicial. Fondo Editorial.

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