Está en la página 1de 2

Para valorar correctamente las distintas estructuras que forman la articulación de la rodilla se

realizarán una serie de maniobras exploratorias mínimas que se detallan a continuación:

• Maniobra del choque, rebote o peloteo rotuliano: Importante para descartar la presencia de
derrame articular. Consiste en colocar una mano encima del tendón cuadriccipital,
presionando y con la otra se comprime la rótula. Si existe un derrame articular la rótula se
“hunde” como consecuencia de la presión. Siempre comenzaremos la exploración de la rodilla
por esta maniobra, pues si existe un derrame articular el resto de la exploración se ve
dificultada por la presencia de líquido intraarticular.

• Maniobra del valgo forzado (Foto 6): Muy útil para descartar lesiones del ligamento lateral
interno. El explorador se coloca a los pies del paciente, que estará en decúbito supino y con la
rodilla en extensión completa. El explorador situará una mano en la cara externa de la rodilla y
otra en la cara interna del tobillo, ejerce fuerza en sentidos opuestos, observando si existe un
bostezo en la cara interna de la rodilla.

• Maniobra del varo forzado (Foto 7): Válida para descartar lesiones del ligamento lateral
externo. Con el paciente y explorador en la misma posición, éste coloca una mano en la cara
interna de la rodilla y la otra en la cara externa del tobillo y se ejerce fuerza en sentidos
opuestos para valorar la cara externa de la rodilla. Esta maniobra y la anterior se deben
realizar también con la rodilla del paciente en flexión de 30º pues así relajamos la cápsula
articular, que es capaz de estabilizar la rodilla cuando está en extensión completa.

• Maniobras del cajón, anterior y posterior: Se utilizan para valorar las lesiones de los
ligamentos cruzados, anterior y posterior. El paciente se encuentra en decúbito supino y con la
rodilla en flexión de 90º; el explorador se sienta sobre el pie del paciente y coloca sus dos
manos abrazando la rodilla y con el primer dedo de las dos manos, a ambos lados del tendón
rotuliano. Desde esta posición ejerce tracción de la porción superior de la pierna del paciente
observando si existe desplazamiento de la meseta tibial sobre los cóndilos femorales, tanto
anterior como posterior.

• Maniobra del cepillo o de Rabot: Con la rodilla del paciente en extensión completa el
explorador coloca la palma de la mano presionando sobre la rótula y la desplaza lateral y
medialmente. Si aparece dolor hay que sospechar lesiones del cartílago como puede suceder
en la gonartrosis o en la condromalacia rotuliana.

• Maniobra de Steinman I: Junto a las siguientes maniobras se utiliza para valorar la integridad
de los meniscos. El paciente estará en decúbito supino, con la cadera y la rodilla en flexión de
90º. El explorador palpa con una mano las interlíneas articulares fémoro-tibial y con la otra
realiza rotación interna y externa del tobillo.

• Maniobra de Steinman II: Es igual a la anterior pero además se realiza una flexión máxima
de la cadera y una extensión de la rodilla. Si hay lesión meniscal se observa cómo el dolor se
desplaza por la interlínea articular fémoro-tibial hacia delante.

• Maniobra de Mc Murray (Fotos 8 y 9): Con el paciente en decúbito supino, cadera en


abducción y rodilla en flexión de 90º y rotación externa se realiza una extensión de la rodilla
que equivale a llevar el talón del pie desde la rodilla hacia el pie contralaterales.
Posteriormente se realiza con adducción de cadera y flexión de 90º y rotación interna de
rodilla para valorar el menisco externo.

También podría gustarte