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a buscar quien a sus pechos sacase adelan- de la educación que debe encontrar un
te la progenie. Surge entonces, por necesi- merecido reconocimiento entre todos los
dad o capricho, la figura de la nodriza, que que cultivamos estas especialidades.
hasta ahora ha merecido estudios, sólo en El texto y el catálogo responden a una
la medida que estuvo al pie de las cunas exposición temática que se ofrece, y hemos
reales. podido visitar, en la Fundación Joaquín
Con esta idea introductoria inicia el Díaz, ubicada en el pueblo castellano leo-
autor el texto de presentación que condu- nés de Irueña, y apoyada como centro de
ce al disfrute de las bellas fotografías de cultura tradicional por la Diputación Pro-
nodrizas que forman este excelente catálo- vincial de Valladolid. A todas aquellas per-
go de la exposición que se centra en las sonas e instituciones que han contribuido
amas de cría. a que la exposición y el catálogo hayan
La figura de la nodriza, justificada por sido realidad, nuestro reconocimiento.
razones sociales, como muestra de bienes- La historia de la educación precisa de con-
tar y ostentación entre la aristocracia y la tribuciones de este tipo para ensanchar
emergente burguesía, y por motivos estéti- y enriquecer su perspectiva temática y
cos para las damas de las casas pudientes metodológica.
desde la Ilustración hasta el siglo XX, ha Una última apreciación sobre la parte
sido estudiada en el contexto de la antro- técnica de la obra. Aunque la muestra uti-
pología, aunque en escasa medida. lizada se limite a una época y un sector
También, pero desde otras categorías social concreto (ambas dimensiones son
sociales, la nodriza ha escrito una de las mucho más amplias), la documentación
páginas más oscuras y terribles de la histo- utilizada, gráfica o escrita, y la calidad y
ria de las capas populares, de los orfana- tratamiento de las imágenes, hacen de este
tos, de los colegios de huérfanos, o como catálogo un instrumento excelente de refle-
vía obligada para sostener al resto de la xión y disfrute, por la carga estática que se
familia. Con frecuencia la madre de fami- aprecia y visualiza.
lia humilde se veía obligada a dejar de dar
la teta a su propio hijo para dar el pecho a JOSÉ MARÍA HERNÁNDEZ DÍAZ
otro niño de familia más pudiente, aunque
no fuera aristócrata, por razones dietéticas
o de salud, pero siempre en detrimento de
su propio recién nacido, que con frecuen- GADAMER, H. G.: La educación es educar-
cia moría porque ésa era su condición vital se, Barcelona, Paidós, 2000; GRONDIN,
a favor del padre y otros hermanos. J.: Hans-Georg Gadamer: una biogra-
Por eso esta obra, este catálogo, nos fía, Barcelona, Herder, 2000.
muestra páginas llenas de la tremenda
ambigüedad que representa la lactancia Las dos obras que comentamos, ade-
mercenaria, cargadas de belleza y dulzura, más de aparecer en el mismo año, se com-
tanto como de miseria y tristeza. Nos plementan adquiriendo una especial rele-
habla de niños y amas de cría de la España vancia desde la perspectiva de la historia
de mediados del siglo XIX hasta 1939, entre de la pedagogía. De hecho es lógico que así
las que sobresalen por encima de todas en sea ya que la hermenéutica constituye una
la Corte y en las familias acomodadas las de las líneas de pensamiento con mayor
pasiegas, mujeres nodrizas, fuertes y robus- predicamento actualmente. En realidad a
tas, llegadas desde Cantabria. Cabe recor- partir de i960, con la aparición de Verdad
dar que el fenómeno no es español en y método de Gadamer, se puede hablar de
exclusiva, pues lo encontramos en otras un verdadero giro hermenéutico que se da,
sociedades europeas de la época. de manera paralela, al giro lingüístico ges-
En cualquier caso es una excelente con- tado a comienzos del siglo XX y proclama-
tribución a una historia de la infancia, una do por Rorty en 1969. N o cabe la menor
historia de la educación social y una historia duda que este giro hermenéutico ha sido

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en buena medida una creación personal de caso, Heidegger y Gadamer —cuyo padre,
Hans-Georg Gadamer, filósofo nacido en catedrático de Farmacia y rector de la
1900, bautizado en la confesión protestante Universidad de Marburgo, intentó obligar-
y formado a la sombra de Natorp, Hart- lo a estudiar ciencias naturales— son los
mann, Hônigswald, Bultmann, Husserl y depositarios inmediatos de la herencia de
Heidegger, entre otros. Su extraordinaria Dilthey. Además, ambos se hicieron cargo
longevidad hace de Gadamer uno de los de la preocupación diltheyana por la vida
pocos pensadores en activo que ha asistido histórica de modo que el concepto del
personalmente a la evolución de la filoso- «entender» se desprendió del marco me-
fía a lo largo del siglo XX —siglo herme- todológico de las ciencias del espíritu
néutico en opinión de Grondin—. Por otra —donde ejerció una gran influencia duran-
parte, esta biografía que ahora comenta- te el período de entreguerras (1919-1939)—
mos completa la propia autobiografía de para aplicarse a la comprensión de la exis-
Gadamer (Mis años de aprendizaje, Barce- tencia humana. De ahí que entre los aspec-
lona, Herder, 1996) que recuerda —como tos fundamentales de la filosofía herme-
mínimo en el título de la versión españo- néutica sobresalga la importancia que se
la— las aventuras del Meister de Goethe. concede a la historicidad. Este concepto
Tradicionalmente, el término herme- —que depende de Hegel y Dilthey y que
néutica designaba la doctrina o técnica de ha sido retomado por Gadamer— destaca
la interpretación (del griego hermenéuein, la influencia que ejerce la historia hasta el
que significaba interpretar, explicar, tradu- punto que él mismo escribió en Verdad y
cir). La hermenéutica había tenido un Método una de sus tesis más provocativas:
importante papel en la interpretación «En realidad, la historia no nos pertenece,
de los textos bíblicos (Schleiermacher) a sino que nosotros pertenecemos a ella.
comienzos del siglo xix y, más tarde, como Mucho antes de que nos comprendamos a
doctrina del método específico de la filo- nosotros mismos por medio de la rememo-
logía. Por extensión a comienzos del siglo rización, nos entendemos dentro de la
XX la hermenéutica fue considerada la dis- familia, la sociedad y el Estado en los que
ciplina predilecta de las ciencias del espíri- vivimos... La autodeterminación del indi-
tu que frente al apogeo del método experi- viduo no es más que un centelleo fugaz en
mental precisaban urgentemente de una el circuito cerrado de la corriente de la
legitimación y justificación epistemológica. vida histórica», palabras que recuerdan las
Hay que recordar que el positivismo bus- relaciones entre el espíritu objetivo y el
caba —al igual que el neopositivismo del espíritu subjetivo de la tradición hegeliana.
Círculo de Viena— una ciencia unificada Quizás por ello no sea fútil apuntar
lo cual llevó a que Dilthey defendiese la algunos episodios que conciernen a sus
especificidad de las ciencias del espíritu al años de formación. En 1912 se producía la
recordar que mientras las ciencias natura- catástrofe del Titanic cuyo naufragio tenía
les dan explicaciones causales, las ciencias —además de la tragedia humana— algo
del espíritu aspiran a interpretar y com- que ver con el desmoronamiento de la
prender el acontecer humano. Tal como ciencia y del progreso técnico. El drama de
reconoce Grondin el año 1900 —fecha que la Primera Guerra Mundial —Gadamer
coincide con la muerte de Nietzsche— fue sólo prestó servicios auxiliares por causa
un buen momento para la hermenéutica. de una delicada salud que paradójicamente
Husserl publicaba sus Investigaciones lógi- no le ha impedido rebasar los cien años
cas que anunciaban un nuevo acceso a los de vida— produjo un ambiente de crisis
fenómenos que daría lugar a la «fenome- —tematizado por Husserl y Jaspers— que
nología», siempre deseosa por volver a las afectó no sólo a Alemania sino a toda la
cosas mismas. También en 1900 Freud cultura occidental. Durante sus años esco-
publicaba La interpretación de los sueños, lares Gadamer asistió al instituto del Espí-
obra que al decir de Ricoeur posee un mani- ritu Santo de Breslau, completando su for-
fiesto interés hermenéutico. En cualquier mación universitaria en Filosofía y en

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Filología clásica. Esta vocación humanísti- La adopción el concepto «hermenéuti-


ca provocó la contrariedad de su padre ca» por Heidegger (véase el parágrafo 32
que, fiel a su espíritu científico, desconfia- de Ser y Tiempo) generalizaba la significa-
ba de los estudios humanísticos. En medio ción que posee la interpretación para la
del pesimismo que siguió a la derrota de vida humana. La comprensión se sitúa
1918, Gadamer se introdujo en el círculo en el centro de la existencia del Dasein y
poético de Stefan George en un momento es presentada como un «existenciario», es
histórico en el que la voz de los poetas decir, como un elemento de la constitución
(Hôlderlin, principalmente) despertaba las ontológica del Dasein humano. De ahí que
«almas» juveniles de una generación que la existencia implique una dimensión her-
deseaba combatir la desesperación de una menéutica porque todo acceso al mundo
atmósfera de catástrofe dominada por la supone una autocomprensión de la misma
literatura de Spengler (El ocaso de Occi- existencia. Ahora bien, Heidegger reconoció
dente) y Theodor Lessing que en su obra en 1973 que la «filosofía hermenéutica» es
Europa y Asia invocaba la cultura oriental. cosa de Gadamer. No por azar, Habermas,
Daba la impresión que lo que se había en su Laudatio para Gadamer de 1979,
hundido era el éxito de la ciencia moderna saludó la hermenéutica gadamericana como
y la civilización basada en ella, es decir, la «urbanización de la provincia heidegge-
una modernidad que al desplegar la cien- riana». Grondin añade que es cierto que
cia como mera técnica había conducido la Gadamer realizase tal urbanización, puesto
juventud europea hasta las trincheras de que volvió a trasladar los motivos del pen-
la guerra: los soldados ya no tenían ningu- samiento al diálogo de la polis. De ahí su
na importancia porque todo dependía de interés por Platón aunque, en su condición
la eficacia mortífera de la artillería. de asistente de Heidegger, Gadamer asistió
Por aquella misma época, justamente a la introducción de Santo Tomás en Mar-
en 1917, Franz Rosenzweig había localiza- burgo en cuya Universidad se había for-
do aquel texto fragmentario de Schelling, mado y en la que —a través del platonis-
Hegel y Hôlderlin conocido como El mas mo del idealismo neokantiano— existía
antiguo programa de sistema del idealismo una cierta enemiga hacia Aristóteles que
alemán (1796) donde, además de reivindi- mereció la atención heideggeriana que,
car la fuerza de las razones poéticas, se cri- invitado por Natorp, se trasladó a Marbur-
ticaba el proyecto ilustrado con su razón go en el semestre de invierno 1923-1924
mecánica, cosa que ha de ser destacada si como profesor extraordinario. Además, la
tenemos en cuenta que la crítica a la Ilus- figura de Platón era exaltada en los años
tración será un elemento nuclear de la filo- veinte —época que políticamente coincide
sofía hermenéutica que manifiesta un cier- con la República de Weimar— como edu-
to escepticismo ante las pretensiones cador y fundador del estado, aspecto que
absolutas de la ciencia. De alguna manera, influyó también en Gadamer que publicó
se participaba de una doble visión del pro- dos trabajos platónicos: Platón y los poetas
yecto ilustrado atribuyendo las causas de (x934) y El estado de la educación en Pla-
la mecanización a la Ilustración francesa e tón (1942).
inglesa que contrastaba con la Ilustración En cualquier caso, Gadamer ha apre-
alemana que, gracias a sus dosis románti- ciado de la filosofía platónica el arte del
cas, exaltaba la poesía y la imaginación. diálogo y, por esta vía, la idea de una ética
Tanto es así que estas razones simbólicas y dialógica porque el diálogo constituye
estéticas fueron rescatadas por Dilthey, —desde la perspectiva hermenéutica— la
Cassirer y, a fin de cuentas, por el mismo clave del platonismo. Desde aquí Gada-
Gadamer que nunca ha negado que su crí- mer justifica la condena de Platón a los
tica a la Ilustración hunda sus raíces en poetas a partir de un argumento kierke-
el romanticismo alemán para el cual el gaardiano: la educación sofística sigue una
mundo de la Ilustración no es la única comprensión puramente estética alejada
forma de ilustración. del auténtico diálogo filosófico. De ahí que

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el instinto hermenéutico de Gadamer le promocionar universitariamente y alcanzar


impulsase a comprender a Aristóteles una cátedra—, en otoño de 1935, a un cam-
como una respuesta a Platón a quien dedi- pamento de rehabilitación política (había
có su tesis de habilitación presentada en sido acusado de falta de espíritu comuni-
1929 bajo la dirección de Heidegger. En tario) para docentes. A partir de este
realidad, el contacto con Heidegger se momento, Gadamer inicia un largo pere-
remonta al semestre del verano de 1923 grinaje por distintas universidades alemanas
(abril-junio) cuando Gadamer —después (Marburgo, Kiel, Leipzig, Frankfurt, Hei-
de doctorarse en 1922 y casarse por vez pri- delberg) que, después de su jubilación,
mera en abril de 1923— decide trasladarse prolongó en los Estados Unidos. Poco a
a Friburgo donde, además de asistir a los poco fue centrando su interés en las cien-
cinco cursos que imparte el maestro, cono- cias del espíritu, sobre cuya temática
ce a Husserl. Durante la crisis económica impartió un gran número de cursos en
de aquel tiempo producida por la inflación torno a las cuestiones relativas a Arte e his-
galopante de una Alemania subyugada por toria que habían de servir de base para la
las reparaciones de guerra, el matrimonio redacción de Verdad y método, obra apa-
Gadamer pasa en 1923 cuatro semanas en la recida en plena madurez y que venía a
cabana de Heidegger. Por aquel entonces rellenar un vacío importante: la carencia en
el maestro pretendía dar un estilo inma- su bibliografía de una obra de referencia
nentemente filosófico a su pensamiento para todos. En 1938 llega a la Universidad
que se orientaba hacia la pregunta del ser. de Leipzig donde a pesar del momento
Nos encontramos arrojados en la corriente histórico que se vivía, se respiraba todavía
de la existencia, donde nos falta todo sos- un ambiente liberal poco influido por la
tén absoluto, de modo que lo único segu- injerencia política. Tampoco podemos olvi-
ro es la muerte. Ahora bien, el «ser-en-el- dar que en Leipzig se había desarrollado
mundo» del ser humano se caracteriza por una importante tradición pedagógica bajo
un estar abierto que está encaminado a la
el amparo de las ciencias del espíritu repre-
comprensión aunque nunca entendemos
sentadas por Eduard Spranger y Theodor
del todo las cosas. Por consiguiente, «enten-
Litt. Dado que Litt había dimitido volun-
der» es un intermitente estar despierto en
tariamente por desacuerdo con las autori-
medio de la oscuridad generándose así una
dades nazis, Gadamer asumió a finales de
«hermenéutica de la facticidad»: ser signifi-
ca abrirse en el desocultamiento (aletheia), 1938 la dirección del Instituto Filosófico y
en la presencia (ousia); ser en el tiempo. Pedagógico de Leipzig pasando a formar
parte de la tradición de las ciencias del
N o hay duda que Gadamer ha sido
espíritu. A partir de este momento, Gada-
—a pesar de conferir a su filosofía una
mer profundiza en la filosofía como fun-
orientación propia— el discípulo por exce-
damento de todas las ciencias del espíritu
lencia de Heidegger, si bien la concepción
de modo que en 1940 imparte, en el semes-
dialógica y ética —de inspiración platóni-
tre de verano, un curso sobre los princi-
ca— puede considerarse ya como una
corrección hermenéutica a la filosofía hei- pios de las ciencias del espíritu que se
deggeriana que se comprometió política- encuentran más cerca de la experiencia
mente —al aceptar Heidegger en 1933 el del arte que de la científica. Las ciencias del
rectorado de la Universidad de Friburgo— espíritu transmiten una verdad que no es
con el régimen nacionalsocialista. En ver- accesible siguiendo los métodos de la cien-
dad que la situación ambiental dificultó la cia experimental. La verdad de las ciencias
actividad intelectual durante aquellos años del espíritu es, en esencia, histórica con lo
en los que Gadamer —ya profesor de Uni- cual a partir de 1939 se dedicó al estudio de
versidad— publicó muy pocas cosas. Gron- Hegel, quien reconoció que la historicidad
din escribe que mientras Heidegger toma- no es una dimensión simplemente extrín-
ba en serio a los nazis, Gadamer no siguió seca al saber filosófico sino que forma parte
su ejemplo aunque concurrió —a fin de del mismo de modo esencial: el espíritu sólo

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es lo que es y lo que ha llegado a ser. Con conservador. De ahí que su estancia fuese
esta idea se anuncia ya un tema central de breve y deprimente (1947-1950). Además,
Verdad y método: la crítica a la pretensión era el tiempo en que su matrimonio se iba
de verdad absoluta en nombre de una his- deteriorando aunque su segunda esposa
toricidad que se agudizó con Hegel, Dil- —una ex alumna con quien contrajo
they y Heidegger. matrimonio en 1950— iba a influir decidi-
La actitud que tomó Gadamer respec- damente en su vida. Sus discípulos le pedían
to a la marcha de los acontecimientos una obra sustancial que sintetizase y reu-
políticos —sin oponerse frontalmente al niese su filosofía hermenéutica. Muchos
régimen de Hitler procuró mantener su eran, pues, los que decían: «Gadamer
propia independencia intelectual— fue debe escribir un libro». Para ello fue nece-
determinante para que fuese nombrado sario su traslado a Heidelberg en 1949
rector de la Universidad de Leipzig el 21 donde iba a suceder a Jaspers con quien,
de enero de 1946. Una vez más Gadamer desgraciadamente, no mantenía unas rela-
se vio obligado a ejercer sus dotes diplo- ciones cordiales. En plena concordancia
máticas, habida cuenta que la ciudad había con el espíritu puritano de los años cin-
quedado bajo el control de las tropas cuenta, que fueron los años de intensa
rusas y las nuevas autoridades exigían de reconstrucción en Alemania, Gadamer se
la Universidad una orientación social vin- retiró de la actividad pública dedicándose
culada a la filosofía marxista. A pesar de a elaborar aquel libro que su nueva esposa
las dificultades, Gadamer sacó adelante la y discípulos reclamaban y que había de
Universidad y las clases se reanudaron sin exponer la concepción de conjunto que
mayores problemas. Pero la situación ante desde hacía tiempo tenía en mente. Gada-
la creciente politización de la Universidad mer se basó en su curso sobre Arte e his-
se complicaba hasta el punto que gracias toria que impartía desde hacía años, a
a su intercesión ante los rusos muchos de menudo bajo el título de Introducción a
sus amigos y colegas pudieron irse a la las ciencias del espíritu. Parece lógico que
zona occidental, cosa que finalmente él recurriera al nombre de «Hermenéutica»
mismo haría a finales de 1947 cuando se como título del trabajo aunque la tradi-
trasladó —no sin pasar algunos días rete- ción excesivamente metodológica de la her-
nido en la comisaría siendo confiscadas menéutica diltheyana hizo que se decanta-
sus pertenencias personales por la poli- se por el de Verdad y método, título que
cía— a Frankfurt, ciudad que albergaba la recuerda a Goethe (Poesía y verdad) quien
sede del Gobierno militar estadounidense
desde su filosofía de la naturaleza había
y que aspiraba a ser la capital de la nueva
combatido la física newtoniana. La versión
República Federal que, finalmente, se ins-
definitiva del libro —después del estímulo
taló en la tranquila ciudad universitaria de
que representó la invitación en noviembre
Bonn.
de 1957 a la cátedra cardenal Mercier de
Si bien la Universidad de Frankfurt era
de fundación moderna (1914), se había Lovaina— se redactó en el semestre de
caracterizado en su corta vida por una invierno de 1958-1959. Lo que importaba a
orientación progresista. Especial significa- Gadamer era una verdad emblemática
ción tenía el Instituto de Investigaciones detrás de la cual el método sólo puede ir
Sociales que antes de la guerra había diri- cojeando: la verdad se da antes que el
gido Max Horkheimer pero que fue clau- método. Tal actitud venía a expresar que,
surado en 1933. Los miembros del Instituto de acuerdo con la hermenéutica, la verdad
—en su mayoría judíos— emigraron al existe, que no se puede vivir sin ella, y que
extranjero. Con la vuelta de Horkheimer a la fe en el método —tal como desarrolló
Frankfurt en febrero de 1950 el Instituto la ciencia moderna— amenaza con conver-
recuperó sus actividades que había pasado tirse en un nuevo objeto de idolatría.
de la «teoría crítica» a la «crítica a la ideo- Con Verdad y método Gadamer pre-
logía», situación que afectó a Gadamer que tendía fundamentar la epistemología de las
fue considerado un intelectual de talante ciencias del espíritu. Según la tesis básica
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del libro, siempre llegamos demasiado motivo crítico a las ciencias del espíritu
tarde cuando tratamos de comprender y meramente comprensivas. La hermenéutica
someter a un método aquello que realmen- únicamente pretendía entender el mundo;
te entendemos. Una experiencia hermenéu- en la crítica a la ideología —siguiendo la
tica no es algo abstracto sino algo que nos herencia de la Escuela de Frankfurt— se
afecta y abre nuevas perspectivas. La des- trataba de transformarlo. Naturalmente el
confianza de Gadamer no se dirige nunca debate Gadamer-Habermas —al socaire del
contra la ciencia sino contra una exaltación movimiento estudiantil de 1968— provocó
metodológica que sólo puede dar cuenta y una extensa literatura que situaba la polé-
razón de una parte de nuestra experiencia mica a manera de una antinomia irreconci-
vital. Hay algo de tacto, de gusto, de for- liable: la comprensión hermenéutica era
mación cultural en el modo de conocer de considerada conservadora mientras que el
las ciencias del espíritu que no sólo son cuestionamiento de la crítica a la ideología
métodos fríos como pretendía la ciencia se tenía por progresista. Con el paso del
cartesiana. N o existe una conciencia que tiempo —aunque el enfrentamiento subsis-
no esté situada en un contexto histórico. te todavía hoy— parece que las cosas se
La conciencia de la influencia y recepción han tranquilizado ya que incluso en el caso
históricas son las auténticas condiciones de de Habermas la teoría crítica ha dado paso
posibilidad de la comprensión: sólo enten- a una teoría de la acción comunicativa que
demos en la medida que buscamos y no busca tanto la emancipación como la
encontramos palabras para expresar preca- reconstrucción. Desde esta perspectiva,
riamente nuestra comprensión a través del Grondin apostilla que la utopía emancipa-
diálogo, o lo que es lo mismo, por medio dora ha sido reemplazada por una ética del
de una disciplina del preguntar y del inda- discurso que se orienta también hacia el
gar que sea condición de posibilidad de la modelo hermenéutico del entendimiento
verdad. Por ello Gadamer contrapuso a con lo cual la crítica a la ideología se ha
la dialéctica totalizadora de Hegel la dialó- teñido de connotaciones hermenéuticas.
gica de la pregunta y respuesta de Platón En los últimos treinta años —los que
que pretende rehabilitar la tradición huma- siguen a su jubilación en Heidelberg en
nista. Mientras que Heidegger sólo quería 1968— Gadamer ha vivido una juventud
esperar un comienzo radicalmente nuevo tardía que lo ha llevado a visitar diversas
de la historia del ser para superar el olvido universidades norteamericanas y europeas
del ser propio de la era tecnológica, Gada- (italianas principalmente). Ello ha permiti-
mer apelaba a los valores humanistas del do practicar su filosofía dialógica porque
diálogo, de la razón práctica y de la facul- el secreto de su hermenéutica reside en
tad del juicio humano. aceptar que el otro puede tener razón: la
Pero tal actitud puso a Gadamer en el filosofía comienza y se realiza en la conce-
centro de las críticas que se lanzaban desde sión socrática de la propia insipiencia.
quienes —siguiendo a Habermas— defen- Insistimos que en Estados Unidos la filo-
dían la emancipación, o lo que es lo sofía hermenéutica ha cosechado —ante la
mismo, una filosofía con voluntad de una sorpresa de Gadamer— muchos seguido-
radical transformación social. Verdad y res, siendo que la hermenéutica constituye
método partía de la división clásica entre un contrapunto a la fascinación de un
ciencias naturales y ciencias del espíritu mundo altamente industrializado. Gada-
(filología, historia y teología). Ahora se mer descubrió en Estados Unidos que el
agregaban las ciencias sociales. Habermas ethos de la ciencia y de la técnica no lo era
quería ver en ellas también un paso ade- todo, sino que allí seguían vivas otras soli-
lante respecto del estadio «conservador» de daridades, entre ellas la herencia puritana
Gadamer porque las ciencias sociales no del comunitarismo social. Así pues, la her-
sólo persiguen desarrollar una tradición menéutica se presenta como una alternati-
cultural sino reivindicar una capacidad va a la filosofía de la ciencia y a la filoso-
terapéutica, con lo cual se agregaba un fía analítica. De ahí la insistencia del padre
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Joseph Flanagan para que Gadamer acce- Bildung germánica que nace con el roman-
diera a impartir cursos en el Boston Colle- ticismo que se presenta como una crítica
ge de los jesuítas muy receptivos a una al proyecto ilustrado anglo-franees. Así,
filosofía no analítica. Poco a poco y a raíz paideia, cultura y Bildung, constituyen los
de la teoría científica historicista de Kuhn hitos de un proceso formativo, de una tra-
y de la filosofía del segundo Wittgenstein, dición cultural que quiere cultivar el uso
la filosofía analítica norteamericana va de la palabra, porque justamente en la
tomando connotaciones hermenéuticas. palabra se encuentra el secreto de la trans-
No podemos silenciar que el mismo Juan misión de la cultura humana.
Pablo II —que fue profesor de Fenomeno- Delante del peligro que representa un
logía en Polonia— ha visto en Gadamer a mundo tecnológico que reduce la educa-
un referente de la filosofía contemporánea. ción a una simple estrategia que busca el
Cuando el Papa se encontró con Gadamer éxito y no la verdad (tal como formuló
en las conversaciones de Castelgandolfo, lo Lyotard el año 1979 en La condición post-
saludó efusivamente, cosa que no ha de moderná), la hermenéutica nos ofrece la
extrañar si tenemos en cuenta que la filo- posibilidad de repensar la Bildung a mane-
sofía de Gadamer —alarmado por las posi- ra de un juego abierto de interpretaciones.
bles consecuencias de un mundo científi- Probablemente esta idea de juego —que es
co-técnico— ofrece todo un horizonte de una pieza clave de la hermenéutica gada-
esperanzadoras posibilidades. En última meriana— encuentra un antecedente en
instancia, la hermenéutica afirma que el aquel impulso del juego que Schiller pro-
otro puede tener razón con lo que nuestra puso en sus Cartas sobre la educación esté-
voluntad de dominio debe detenerse ante tica del hombre (1795) para armonizar el
el otro. impulso material y el impulso formal. El
A la vista de lo dicho no ha de extra- juego (Spiel) es una idea capital en la filo-
ñar que Gadamer se haya ocupado recien- sofía de Gadamer, según se expone en Ver-
temente de una breve conferencia —pro- dad y método. El juego desarrolla la capa-
nunciada el 19 de mayo de 1999 en cidad de escuchar pensando que el otro
el Dietrich Bonhoeffer Gymnasium de puede tener razón, lo cual confiere a las
Eppelheim— que responde al sugestivo ciencias del espíritu una dimensión dialógi-
título, de regusto hermenéutico, La educa- ca, reflexiva y crítica. No en balde, Gada-
ción es educarse donde resuena su concep- mer explicaba en 1996 que por «hermenéu-
ción dialógica que —como hemos indica- tica entiendo la capacidad de escuchar
do más arriba— puede considerarse como a otra persona pensando que podría tener
una corrección a la filosofía existencial de razón».
Heidegger. El giro hermenéutico invita, Consecuencia de este proceso es la
pues, una reflexión sobre el estatuto epis- fusión de horizontes —horizontes del
temológico de las ciencias humanas y, por texto y horizontes del intérprete— que
tanto, de la pedagogía desde una perspec- genera el acto de la interpretación en una
tiva que quiere rehabilitar el espíritu, es comprensión que es autocomprensión. En
decir, el mundo de las ideas. No por casua- consecuencia, la educación implica una
lidad tanto Jaeger como Gadamer fueron dimensión autoformativa porque en últi-
influidos por el platonismo y, sobre todo, mo término —y de acuerdo con la herme-
por la paideia platónica que defiende una néutica de Gadamer— la verdad es siempre
dialéctica —o mejor dicho, una dialógica— subjetiva, lo cual no significa necesaria-
de la pregunta y de la respuesta. Como mente que sea relativista y escéptica. Lo
todas las disciplinas —ha indicado Gada- que sucede es que la verdad hermenéutica
mer— las ciencias humanas dependen de comporta el criterio de apertura y correc-
una continuidad histórica que comienza ción que da sentido al proceso personal de
con la paideia griega y que se mantiene por formación. Se explica así la importancia del
la cultura latina —aquella cultura animi, diálogo, porque sólo se puede aprender a
según definición de Cicerón— y por la través de la conversación. Comprender es
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dialogar con el otro, comprender no es aparecen las expresiones de la vida espiri-


dominar al otro, sino dejarlo ser, dejarlo tual o mental del hombre.
hablar hasta el punto que se llega a apren- La comprensión invita al descubri-
der de aquellos que aprenden de uno. miento de lo singular y único a fin de
Queda claro que para la pedagogía her- alcanzar el significado de las acciones
menéutica la formación tiene algo de per- humanas. El hombre puede captar el signi-
sonal e individual, o lo que es lo mismo, ficado de las cosas porque vive en un
de autoformación, actitud que se canaliza mundo espiritual que ofrece la posibilidad
a través de un proceso de autointerpreta- de la autorreflexión. El significado de la
ción que siempre permanece abierto a nue- conducta humana se escapa muchas veces
vas comprensiones. Tanto es así que revi- a las pretensiones reductivas de la ciencia
vir las experiencias —las propias pero experimental, de manera que la perspectiva
también las de los otros— constituye una de la vida interior requiere una penetración
pieza clave para la propia educación por- imaginativa en el sí del mundo individual.
que no hay pensamiento sin lenguaje. Por En última instancia, el método de la com-
ello se puede decir que la verdad se da prensión (Verstehen) es una alternativa al
empalabrada, pues la palabra hace pre- cientismo (es decir, a la ontología de las
sente el sentido de las cosas para aquel cosas denunciada por Heidegger) e, igual-
que interpreta. El lenguaje es un medio mente, a la consideración puramente esta-
para comprender el mundo y, a la vez, para dística de lo humano. En este sentido, la
expresar aquello que hemos comprendido pedagogía hermenéutica pretende situar de
del mundo, lo cual confirma el carácter lin- nuevo las cosas —clarificándolas en una
güístico de cualquier experiencia herme- línea que recuerda la filosofía de Husserl—
néutica. En Gadamer sólo hay compren- en el mundo concreto de la existencia
sión en la palabra porque la palabra es humana.
comunicación en su forma más pura: com- Gadamer insiste en que la educación es
prendemos un mundo empalabrado; esto educarse, que la formación es formarse,
es, únicamente comprendemos un pensa- porque cada época, pero sobre todo cada
miento empalabrado. persona (culta y formada), desde horizon-
El lenguaje constituye la condición y tes nuevos y diferentes, comprenderán sen-
el límite del pensamiento, de manera que tidos nuevos y distintos en un proceso
la posibilidad de apertura humana depen- infinito. Ahora bien, para alcanzarlo nada
de de la potencia del lenguaje que es el que mejor que permanecer en casa, en el pro-
nos permite salir a la búsqueda del sentido pio hogar, donde se produce el milagro de
de un saber transmitido por la lengua bajo la comunicación humana entre padres e
diversas formas (poesía, filosofía, historia, hijos. Así pues, la familia tiene un papel
religión, derecho). Al fin y al cabo, es la más importante que la escuela porque
donde ha fracasado difícilmente el maestro
vivencia de nuestra propia experiencia
podrá tener éxito. De lo que se trata es que
(Erlebnis) la que permite una comprensión
el hombre acceda, que construya su propia
(Verstehen) que aparece como una instan-
casa en el mundo a través del lenguaje,
cia (arte, técnica, habilidad), que permite
porque —además de la comprensión y de
descubrir nuevos horizontes para ampliar
la interpretación— la naturaleza del pensa-
el sentido de nuestra situación y actuación.
miento es lingüística, esto es, nuestro pen-
Por medio de esta comprensión, la peda- samiento se encuentra inmerso en el len-
gogía hermenéutica busca captar los aspec- guaje. La formación humana tiene lugar en
tos únicos, individuales y sociales, de la el plano del lenguaje y no en el nivel de la
existencia personal, porque el movimiento perspectiva científico-técnica. Todo se basa
del método del Verstehen se extiende desde en el ejercicio humano de la palabra
las expresiones externas de la vida —el (logos): el arte de la conversación, de la
mundo de las objetivaciones espirituales— escritura y de la lectura, de la comprensión
hasta la experiencia interna vivida donde y de la interpretación.
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RECENSIONES
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La originalidad de Gadamer no consiste con toda nitidez: si alguien reconoce su


sólo en sostener la primacía de la compren- propio proceso de formación también
sión sino en destacar la «lingüisticidad» puede entender, a través del diálogo, a los
esencial de toda comprensión. Comprender demás. Después de tantas guerras y luchas
es un acto lingüístico —un acontecimiento —recordemos que Gadamer tiene memo-
en y desde el lenguaje— y, a la vez, es el ria histórica de las dos guerras mundia-
acto lingüístico por excelencia. Aquí se les— insiste en la validez de la formación
encuentra el núcleo del pensamiento de general en una línea que recuerda los plan-
Gadamer: la comprensión es lenguaje y, a teamientos de Spranger y Kerschensteiner,
su vez, el lenguaje es comprensión. En quienes sin negar valor alguno a la peda-
consecuencia, comprender es aprehender gogía del trabajo, reivindicaban su inclusión
un sentido, es decir, algo de naturaleza lin- en un panorama culturalista más general.
güística que nos permite captar el sentido De hecho, Gadamer coincide con los que
histórico o personal de una determinada defienden una cultura integral y global, en
realidad. Por ello nos encontramos ante la línea de la Bildung clásica que no mar-
una objetividad que no se puede concebir gina las ciencias respecto de las letras, pero
bajo los principios y métodos del pensa- que insiste en la necesidad de acercarse
miento positivista, con lo que para Gada- al estudio de las matemáticas desde una
mer lo esencial de las ciencias del espíritu perspectiva humanista. Para Gadamer los
no es la objetividad sino la relación que se mejores matemáticos son siempre huma-
establece con el objeto en cuestión. Aquí nistas, cosa lógica si consideramos que el
no hay voluntad de dominar, de cosificar lenguaje hablado ofrece más posibilidades
el objeto, sino de establecer —a través del semánticas que el reduccionismo axiomáti-
lenguaje— una relación que es condición co del lenguaje geométrico. El mundo que
de posibilidad de interpretación y, por entiende el científico positivista es un sis-
consiguiente, de búsqueda de sentido. tema complicado de idealidades matemáti-
Según este planteamiento, la importan- cas que disponen de una fuerza explicativa
cia del lenguaje resulta capital. Extraña que que justifican la inteligibilidad de los fenó-
en medio de un mundo que utiliza el inglés menos empíricos, pero que en ocasiones
como lengua franca, Gadamer se muestre acaban por ocultar y enmascarar el mundo
esperanzado en el que la lengua materna de la vida (Lebenswelt). Recordemos aquí
sobrevivirá en el futuro. Tal confianza no la posición de Cassirer que, al resaltar la
deja de ser paradójica si tenemos en cuen- dimensión simbólica del hombre, manifes-
ta que él mismo no pudo hablar el silesio taba que la ciencia significa abstracción y
porque las capas altas de la sociedad ger- la abstracción representa siempre un empo-
mana tenían a bien no hablar en el dialec- brecimiento de la realidad por más que
to de la Silesia. A su entender, el niño entra desde Descartes la pedagogía moderna se
en el mundo a través de la palabra, del len- haya preocupado de transmitir un conoci-
guaje que se aprende en la familia. No obs- miento claro y distinto de la realidad con
tante, Gadamer apuesta —tal como corres- el correspondiente predominio del saber
ponde a quien ha defendido la tradición de matemático en el curriculum escolar que
las ciencias del espíritu— a favor del responde —en último término— a la enci-
aprendizaje del latín (según la tradición clopedia del saber positivista (Comte) que
neohumanista del Gymnasium) porque remarcaba la hegemonía de las matemáti-
para lenguas extranjeras se necesita la gra- cas. Vistas así las cosas, resulta lógico que
mática latina. De modo que aprender len- Gadamer se muestre contrario a la introduc-
guas clásicas y modernas es primordial ción prematura de las especializaciones por-
porque la educación constituye un proce- que, en su opinión, la cultura participa de
so natural que cada uno acepta cordial- una vocación inequívocamente humanista.
mente procurando entenderse con los No hay duda que Gadamer se inscribe
demás. El trasfondo hermenéutico se dibuja en la tradición de la Bildung neohumanista

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RECENSIONES

al recalcar la prioridad del estudio de las sobre todo en los Estados del Sur —los más
lenguas y del diálogo en el proceso de for- «europeizados» y «occidentalizados»—, los
mación. De esta manera, la formación seminarios y la publicista, en la que desta-
encuentra en la convivencia, a través de las can sobre todo nombres de mujer1.
asociaciones cívicas, un cauce natural para La presente colectánea, al cuidado en
desarrollar la dimensión humana, a fin de esta ocasión de las investigadoras Diana
que la racionalidad dialógica y experiencial Gonçalves y Cecilia Cortez, que obedece a
se imponga sobre el anonimato tecnológi- los trabajos de discusión de fuentes y pers-
co. Las máquinas tienen una capacidad pectivas de estudio para la historia contem-
informativa pero no comunicativa. En una poránea de la educación en Brasil, reflexio-
educación masificada difícilmente el profe- na sobre las transformaciones que la historia
sorado pueda reconocer a sus alumnos de de la educación y el oficio de historiador
manera personalizada. Gadamer sabe que han tenido en las últimas décadas en Brasil,
además de reflejar nueve contribuciones
la ética del rendimiento lo domina todo
de análisis de la escolarización brasileña entre
desde la época de la Primera Guerra Mun-
los dos siglos (xix-xx). A partir de perspec-
dial. Fue entonces cuando comenzó a leer tivas diversas se interroga nuevamente el
novelas rusas, escandinavas y holandesas, pasado, «retirando de la sombra la memoria
todo aquello que era fácil de traducir e que una historiografía hegemónica había
interpretar para un joven alemán interesa- ocultado», para mostrar mejor la constitu-
do en el aprendizaje de lenguas extranje- ción de la forma cultural y educativa escolar
ras. Da la impresión que esta formación y la afirmación de la legitimidad escolar en
—basada en la lectura y en la reflexión, en una sociedad en proceso de modernización.
la interpretación de unos textos que sirven De modo parecido a esta presentación
para encontrar sentido a la experiencia per- editorial y como fruto de los trabajos del
sonal— puede ser hoy muy conveniente. mismo Seminario de Fuentes para la histo-
Cuando los medios de comunicación ria de la educación brasileña, podemos
dominan por doquier y la especialización también aludir al volumen organizado por
científica crece sin parar, Gadamer reclama L. M. de Faría Filho, Educaçao, modernidade
una pedagogía basada en la lectura y en el e civilizaçâo (Belo Horizonte, Auténtica,
diálogo, cosa lógica si tenemos en cuenta 1998) en donde, mediante varias aportacio-
que según la pedagogía hermenéutica nes monográficas, se analiza la constitu-
—heredera de las ciencias del espíritu— la ción y el entendimiento del discurso peda-
verdad se da empalabrada. gógico en la sociedad imperial, con la
problematización y utilización revisada de
CONRAD VILANOU fuentes de la historia educativa.
A N T Ó N COSTA RICO

GONÇALVES VIDAL, D. y CORTEZ C. DE


SOUSA, M. C. (orgs.): A memoria e a
GONZALBO AIZPURU, P.: Educación y colo-
sombra. A escola brasileira entre o
nización en la Nueva España, 1521-1821,
Imperio e a República, Belo Horizonte
México, Universidad Pedagógica Nacio-
(Brasil), Auténtica, 1999, 158 pp.
nal, 2001, 271 pp.
La historiografía educativa brasileña del La amplia y sólida investigación de la
presente moldeada desde las referencias teó- doctora Pilar Gonzalbo Aizpuru se enriquece
ricas de la historia cultural vive un momen-
to de notable desarrollo, de lo que son
manifestación la Asociaçâo Brasileira de 1
Claudia Ma Costa, Cynthia Pereira, Ana
Historia da Educaçao, sus encuentros, los Casasanta, Denice Catani, Fátima de Souza, Zaia
congresos luso-brasileiros, las investigacio- Brândao, Marta Chagas, Mirian Warde, Elena Tei-
nes y programas de doctorado realizados xeira, Cecilia Cortez... y Luciano M. Faría Filho.

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