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Hermafroditismo, ambos sexos en una misma

persona
Producto de anomalías genéticas y hormonales, procedentes del embrión o de la madre, el hermafrodita es aquél ser
que combina características morfológicas de ambos sexos. La incertidumbre de ser mujer u hombre propicia depresión,

baja autoestima e ideas suicidas, pues la sociedad aún les guarda distancia.

Bisexualidad, atracción hacia ambos sexos


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El hermafrodita en la mitología

En la mitología griega, el hijo de Hermes (dios de los efebos, jóvenes admirados por su hermosura) y Afrodita (diosa del
amor) fue llamado Hermafrodito, en él se conjugaron los ideales sexuales masculino y femenino. Su belleza era tal, que
un día en que se bañaba en una fuente en Halicarnaso fue visto por la ninfa protectora de la misma, quien se enamoró
en el acto y se abrazó a él suplicando a los dioses que la fundiesen con su amado. Su plegaria fue escuchada,
quedando ambos fusionados en un ser de gran belleza con el que se identifica hasta nuestros días a personas con
ambos órganos genitales.

La historia no ha sido benévola con personas con ambos sexos. En las antiguas Grecia y Roma eran asesinados al
descubrirse esta característica al nacer; durante la Edad Media y el Renacimiento la condición de bisexual fue
reconocida en los códigos civiles y canónicos: los padres podían elegir el sexo de los hijos hermafroditas para educarlo
así y al llegar a la pubertad podía asumir una conducta sexual acorde a su elección o podía acusársele de estar en
contra de lo que marca la naturaleza (sodomía).

En nuestros días, si bien el hecho de ser homosexual y/o bisexual resulta un estigma incluso en culturas y sociedades
de primer mundo, los hermafroditas son peor vistos por considerarlos un error de la naturaleza, sin saber en realidad a
qué se debe su condición.

¿Qué es ser hermafrodita?

Se llama hermafroditismo verdadero a la condición en la que se presenta tejido gonadal masculino y femenino
(normalmente pene y clítoris, ambos atrofiados). Aunque suelen tener aspecto externo andrógino (sus rasgos
corporales son ambiguos) o más de mujer que de hombre, muy pocos son criados como chicas debido a que la
presencia de un pequeño órgano viril suele conducir a la familia a creer que son chicos y a educarlos como tales, lo que
puede llevar a problemas de identidad sexual posteriores.

Existen otros dos tipos de hermafroditismo:

Seudohermafroditismo masculino. También conocido como hermafroditas varones o seudohermafroditas con


testículos y órganos sexuales femeninos, donde el sexo cromosómico (determinado por los cromosomas
sexuales: XX en la mujer y XY en el varón) es masculino, pero físicamente su apariencia es totalmente femenina;
en lugar de ovarios tienen testículos y su vagina es corta con terminación en forma de saco.
Seudohermafroditismo femenino. Se trata de hermafroditas mujeres o seudohermafroditas con ovarios y
órganos sexuales masculinos. El sexo cromosómico y los órganos internos son femeninos, pero la apariencia es
masculina; poseen clítoris de tamaño mayor y vulva más grande de lo normal.
¿Por qué ocurre el hermafroditismo?

La intersexualidad se genera en el embarazo, en el caso de un feto femenino ocurre porque las glándulas suprarrenales de
la mamá fabrican hormonas masculinas en exceso, lo que provoca alteración de los genitales externos que varía desde
aumento en tamaño del clítoris hasta el desarrollo de pene y testículos. También puede deberse a que durante el mismo
periodo la madre manifiesta un tumor en los ovarios que produzca testosterona (hormona sexual masculina) que afecte al
bebé.

En cambio, para un bebé varón se debe a que sus tejidos no produjeron testosterona aproximadamente en la semana 6 u 8
después de la concepción. Si este desarrollo normal no se llevó a cabo o se padeció insensibilidad a la testosterona,
entonces su desarrollo físico sexual tendrá alteraciones de los genitales con una mezcla de características masculinas y
femeninas.

La insensibilidad a la hormona más notoria es una condición conocida como síndrome de feminización testicular, en la
que un bebé tiene el cromosoma masculino (X), pero sus tejidos son completamente insensibles a la testosterona, pudiendo
manifestarse en dos formas:

Completa. Se presenta en 1 de cada 20 mil nacimientos e impide el desarrollo del pene y otros órganos
masculinos. En cambio, existe apariencia completamente femenina, aunque carente de ovarios y útero, mientras
que en la pubertad hay características sexuales secundarias como crecimiento de mamas; pero no hay
menstruación ni fertilidad.
Incompleta. Aquí el grado de ambigüedad sexual puede variar o pueden presentarse hipospadias (presencia de
un orificio por donde sale la orina en un lugar que no es la punta del pene), ginecomastia (desarrollo de mamas en
los hombres) y/o criptorquidia (testículos que no descienden a la bolsa escrotal que los protege).

¿Cómo se detecta el hermafroditismo?

El diagnóstico oportuno de hermafroditismo es vital para la futura salud mental de la persona. Por ello es fundamental
realizar un examen físico del área genital desde el momento del parto para detectar trastornos del desarrollo sexual en el
bebé como un clítoris muy grande, pero muy pequeño para ser un pene, así como una vulva desarrollada que parezca un
saco escrotal, aunque con marcada división al centro que hace difícil reconocerlo como tal.

Incluso es posible en casos inusuales se presenten genitales con testículo y ovario, uno al lado de otro, o ambos testículos y
ovarios. También es posible que haya 1 ó 2 ovotestis (órganos que presentan tejidos de ambos sexos) o una ovotestis y
un ovario o testículo en lados opuestos. En el caso de las ovotestis, estos se determinan después de una biopsia u
observar el tejido en el microscopio.

Posteriormente se realiza un cariotipo o estudio de los cromosomas, así como análisis completo de orina y sangre para
conocer los niveles hormonales (por ejemplo, de testosterona). No es raro que se solicite ultrasonido pélvico, método que
utiliza ondas sonoras para detectar en un monitor la presencia o condición de los órganos sexuales o reproductores internos.

Cabe destacar que en gran número de casos no se determina tener ambos sexos al momento del nacimiento y es hasta la
pubertad en donde se hacen notorios. En esta etapa inicia la definición de la identidad de género y la atracción por el sexo
opuesto o el mismo cuando se trata de homosexualidad, lo que puede aumentar las posibilidades de desarrollar conflictos
emocionales.

Bebés con ambos sexos, ¿cómo afrontarlo?

Los padres de un bebé hermafrodita deben tener en cuenta que la salud mental del pequeño depende de cómo afrontan la
situación. Para ello tienen a su alcance gran cantidad de información sobre la intersexualidad. Asimismo pueden buscar
ayuda psicológica por parte de un profesional si tienen sentimientos de culpabilidad, vergüenza o incomodidad.

Conociendo a fondo las circunstancias de tener ambos genitales podrán determinar las acciones a seguir. Algunas de las
opciones por las que pueden optar son:

En el caso de seudohermafroditismo femenino suele asignarse el rol de mujer, ya que existen las posibilidades
de ser fértil.
Para el hermafroditismo verdadero la asignación del género dependerá del grado de desarrollo alcanzado por los
genitales internos: cuando las gónadas están poco virilizadas y se presenta una vagina reconstruible, se asigna el
sexo femenino; pero cuando hay un testículo en el escroto, será mejor educarlo como varón.
En los casos dudosos se recomienda una laparoscopia, cirugía que consiste en introducir al abdomen pequeña
cámara de video que permite apreciar a detalle órganos sexuales.
Cuando se trata de seudohermafroditismo masculino, la asignación del sexo es más compleja que en los casos
anteriores: se recomienda adaptarse a aquel sexo que sea más fácil de reconstruir y presente menores
complicaciones a largo plazo; en algunos casos será necesaria la extirpación de genitales internos que no
alcanzaron a desarrollarse, pues hay riesgo de que en el futuro se transformen en cáncer.

Si bien la cirugía correctiva se utiliza para reconstruir los genitales externos del paciente, cabe mencionar que es más fácil
corregir los femeninos que los masculinos; sin embargo, el potencial para la procreación dependerá de la causa subyacente
para la apariencia anormal de los genitales.

Es común que se indiquen tratamientos hormonales complementarios a distintas edades o de forma continuada para
garantizar el adecuado desarrollo del intervenido; no obstante, pensar en medicamentos virilizantes es riesgoso, ya que la
mayoría de las veces no se alcanza la masculinización deseada.

La asignación del sexo adecuado es de vital la importancia para las personas hermafroditas o intersexuales, pues de ello
dependerá la educación que reciba y la forma en la que será tratada por su entorno social.

Pueden sobrevenir numerosos problemas en su futura vida familiar, social y de pareja por un error médico y/o de los padres,
como atribuir el sexo femenino a un niño debido a la existencia de un pene anormal o asignarse el sexo masculino a niñas
con una conformación sexual interna absolutamente femenina. De igual forma, hay que tener en claro que la definición del
sexo de una persona no tiene injerencia directa y determinante en lo que será su preferencia sexual.

SyM
Última actualización: 01-2017

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