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Andrés Avelino Cáceres

Andrés Avelino Cáceres Dorregaray (Ayacucho, 4 de febrero de 1833 -


Lima, 10 de octubre de 1923), fue un militar y político peruano que luchó
en la guerra del Pacífico y fue Presidente Constitucional del Perú en tres
ocasiones durante el siglo XIX, de 1881 a 1882 como el 34º Presidente del
Perú, luego de 1886 a 1890 como el 36º Presidente del Perú, y nuevamente
de 1894 a 1895 como el 38 ° Presidente del Perú. Es el patrono del Arma
de Infantería del Ejército Peruano.
En el Perú es considerado un héroe nacional, por haber luchado en todas
las batallas importantes de la guerra del Pacífico (San Francisco,
Tarapacá, Tacna, San Juan y Miraflores) y por haber liderado la
resistencia en la sierra central contra la ocupación chilena, la llamada
Campaña de la Breña (1881-1883). Dominaba el quechua, por lo que tuvo
gran influencia sobre la población indígena de su país, a base de la cual
formó un ejército regular, apoyado por guerrillas o montoneras. Fue
conocido por sus soldados como Taita Cáceres, mientras que los
chilenos le apodaron El Brujo de los Andes, debido a que siempre burló
las maniobras envolventes planeadas con mucho celo por los generales
chilenos, y porque actuaba con tanta fluidez que parecía estar presente
en todas partes. En dicha campaña obtuvo el triple triunfo de Pucará,
Marcavalle y Concepción, y aunque fue derrotado en Huamachuco, no se
rindió y continuó organizando la resistencia, hasta que tuvo que aceptar
los hechos consumados tras la firma del tratado de Ancón.
Miguel Grau Seminario
Miguel María Grau Seminario (Piura, Perú, 27 de julio de 1834-Punta Angamos,
Bolivia, 8 de octubre de 1879) fue un marino y militar peruano, almirante de la Marina
de Guerra del Perú. Durante la guerra del Pacífico, comandó el monitor Huáscar y
mantuvo a raya a la escuadra chilena durante cinco meses, sucumbiendo finalmente
de manera heroica en el combate naval de Angamos, enfrentando a fuerzas
superiores. Es considerado por ello como el héroe máximo de la nación peruana. Su
generosidad para con el enemigo en el campo de batalla le valió el apelativo de El
Caballero de los Mares. Ha sido también elegido como El Peruano del Milenio.1

Fue hijo del coronel colombiano (nacionalizado peruano) Juan Manuel Grau Berrío y
de la dama piurana Luisa Seminario del Castillo. Aunque nació en Piura, vivió su
infancia en el puerto de Paita, donde forjó su vocación marina. A los 9 años de edad
se embarcó como aprendiz de grumete en un buque mercante, pero este primer viaje
se frustró al naufragar la nave frente a la isla Gorgona (1843). No obstante, no se
amilanó y se embarcó nuevamente al año siguiente. Durante diez años navegó en 12
distintas naves, recorriendo diferentes puertos de Asia, Estados Unidos y Europa,
completando además una circunnavegación, antes de retornar al Callao en 1853.
Francisco Bolognesi
Hijo del compositor italiano Andrés Bolognesi y de Juana Cervantes, nació en Lima el 4
de noviembre de 1816, según consta en su partida de bautismo. A la edad de ocho
años se trasladó con su familia a Arequipa donde cursó estudios en el Seminario
Conciliar de San Jerónimo. Luego trabajó como tenedor de libros (contador) de una
empresa (1832-1840) e incursionó en el negocio muy rentable de la cascarilla y la coca,
viajando para tal fin a las montañas de Carabaya (Puno). En 1853 ingresó en el ejército,
durante la amenaza de guerra entre el Perú y Bolivia. Se especializó en artillería. Poco
después, se sumó a la revolución liberal de 1854 encabezada por Ramón Castilla contra
el gobierno de José Rufino Echenique. Se mantuvo leal al gobierno de Castilla durante
la guerra civil de 1856-1858 y participó en la toma de Arequipa. Fue ascendido a
coronel y enseguida participó en la campaña de Ecuador (1859-1860), siendo enviado
luego a Europa para adquirir armamento para el ejército y cañones para los fuertes del
Callao. En 1868 asumió como Comandante General de Artillería. Al estallar en 1879 la
guerra de Chile contra el Perú y Bolivia, se hallaba ya retirado del servicio, pero solicitó
su readmisión y fue destinado como Jefe de la 3º División en el Sur, al frente de la cual
se destacó en las batallas de San Francisco y Tarapacá. Al replegarse los restos del
ejército peruano hacia Tacna, se le confió la defensa de la plaza de Arica con 2000
hombres, la misma que fue sitiada por fuerzas chilenas muy superiores en número y
poderío de fuego. Cuando el mando adversario, a través del mayor Juan de la Cruz
Salvo, le solicitó su rendición, se negó dando su célebre respuesta: «Tengo deberes
sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho».

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