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Francisco Bolognesi Cervantes (Lima, 4 de noviembre de 1816 - Arica, 7 de junio de 1880) fue

un militar peruano conocido por su participación en la Guerra del Pacífico. Con el grado de
coronel, defendió a la plaza de Arica enfrentando a las fuerzas chilenas muy superiores en
número y poderío; y tras hacer la promesa de pelear «hasta quemar el último cartucho», murió
durante la batalla final. Fue declarado Patrono del Ejército del Perú el 2 de enero de 1951
(Orden General del Ejército de 1959) y elevado al grado de Gran Mariscal del Perú por Ley N.º
25 128 del 30 de noviembre de 1989. Actualmente, es considerado Héroe Nacional del Perú.

Biografía

Hijo del compositor italiano Andrés Bolognesi y de la arequipeña Juana Cervantes, nació en
Lima el 4 de noviembre de 1816, según consta en su partida de bautismo. A la edad de ocho
años se trasladó con su familia a Arequipa donde cursó estudios en el Colegio Nacional de la
Independencia Americana1 y posteriormente fue trasladado, por pedido de su madre, al
Seminario Conciliar de San Jerónimo. Luego trabajó como tenedor de libros (contador) de una
empresa (1832-1840) e incursionó en el negocio muy rentable de la cascarilla y la coca,
viajando para tal fin a las montañas de Carabaya (Puno). En 1853 ingresó en el ejército, durante
la amenaza de guerra entre el Perú y Bolivia. Se especializó en artillería. Poco después, se sumó
a la Revolución Liberal de 1854 encabezada por Ramón Castilla contra el gobierno de José
Rufino Echenique. Se mantuvo leal al gobierno de Castilla durante la guerra civil de 1856-1858
y participó en la toma de Arequipa. Fue ascendido a coronel y enseguida participó en la
campaña de Ecuador (1859-1860), siendo enviado luego a Europa para adquirir armamento
para el ejército y cañones para los fuertes del Callao. En 1868 asumió como comandante
general de Artillería. Al estallar en 1879 la guerra de Chile contra el Perú y Bolivia, se hallaba ya
retirado del servicio, pero solicitó su readmisión y fue destinado como jefe de la 3.ª División en
el Sur, al frente de la cual se destacó en las batallas de San Francisco y Tarapacá. Al replegarse
los restos del ejército peruano hacia Tacna, se le confió la defensa de la plaza de Arica con 2000
hombres, la misma que fue sitiada por fuerzas chilenas muy superiores en número y poderío
de fuego. Cuando el mando adversario, a través del mayor Juan de la Cruz Salvo, le solicitó su
rendición, se negó dando su célebre respuesta:

«Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho».1

Sus oficiales y subordinados le acompañaron resueltamente en su decisión. El 7 de junio de


1880 se libró la batalla final, donde, en sangrienta lucha cuerpo a cuerpo, cumplió su promesa
y murió: una bala le impactó al corazón en tanto que un culatazo le destrozó el cráneo.

Nacimiento y primeros años

Francisco Bolognesi Cervantes nació en la calle Afligidos (hoy jirón Caylloma N.º 125) de Lima,
entonces capital del Virreinato del Perú, el 4 de noviembre de 1816, según consta en su partida
de bautismo conservada en la Parroquia de San Sebastián. Su padre fue el italiano Andrés
Bolognesi (o Boloñesi), destacado violonchelista y director de orquesta, oriundo de Génova,
que llegó al Perú en 1807, estableciéndose primero en Lima y finalmente en Arequipa. Su
madre fue arequipeña, llamada Juana Cervantes Pacheco. Tuvo seis hermanos, entre ellos dos
mujeres, Margarita y Manuela, que se casaron con extranjeros y se alejaron del país; y un
varón, Mariano Bolognesi, que llegó a ser también coronel de artillería y combatiente en la
Guerra del Pacífico.2

Su bautismo se realizó cuatro días después de su nacimiento, siendo su padrino Pedro Zárate
Navia y Bolaños, marqués de Montemira, caballero de la Gran Cruz y mariscal de campo de los
Reales Ejércitos.3

El nacimiento de Bolognesi en Lima, con fecha en 1816, está probado por su partida de
bautismo, que se conserva en el archivo arzobispal, y que fue publicada por primera vez en la
revista Actualidades, número 67, año II, de 7 de junio de 1904.n 1 Posteriormente surgió la
tesis de su nacimiento en Arequipa en 1822, uno de cuyos defensores es el historiador Artemio
Peraltilla Díaz,4n 2 pero que carece de sustento al no haberse hallado en dicha ciudad la
partida de bautismo que pruebe ese hecho. Es más, existe otro documento probatorio del
nacimiento limeño del héroe: la solicitud presentada por su madre Juana Cervantes al rector
del Seminario Conciliar de San Jerónimo, el 16 de febrero de 1830, donde pide una rebaja de la
pensión mensual a favor de su hijo Francisco, diciendo explícitamente que el aludido tiene 13
años de edad y que su partida de bautismo se halla en Lima.5

Se presume que el niño Bolognesi asistió, al lado de su padre, a la ceremonia de proclamación


de la independencia del Perú realizada en la Plaza de Armas por el general José de San Martín
el 28 de julio de 1821, pues vivía a poca distancia;6 lo que sí se sabe a ciencia cierta es que su
padre fue uno de los firmantes del Acta de la Declaración de la Independencia del Perú.7

Educación y primeras actividades

Bolognesi comenzó sus estudios escolares en Lima, pero a los ocho años de edad se trasladó
con toda su familia a Arequipa, ingresando al Seminario Conciliar de San Jerónimo en 1825,8
donde sobresalió en el curso de matemáticas, lo que posteriormente habría de servirle cuando
se especializó en el arma de artillería.9

A raíz de la muerte de su padre, dejó el seminario y pasó a trabajar como ayudante en la


compañía comercial de los señores Lebris y Violler, demostrando gran dedicación y logrando
escalar puestos rápidamente (1832-1840). A los 19 años de edad ya era tenedor de libros
(contador).10

En 1840 consiguió capitales y emprendió un negocio propio, relacionado con la explotación de


coca y cascarilla, en la región montañosa de Carabaya, situada en el departamento de Puno.11
Para tal efecto se unió en sociedad con los señores cuzqueños Peña, Nadal y Garmendia y se
internó en esa zona abrupta y boscosa, donde trabó contacto con tribus indígenas.12

Carrera militar
El coronel Francisco Bolognesi. Grabado del siglo xix.

El 22 de julio de 1844, le tocó presenciar la Batalla de Carmen Alto, librada en una localidad
vecina a Arequipa, acción en que las fuerzas constitucionalistas del general Ramón Castilla
derrotaron a las del gobierno de facto del general Manuel Ignacio de Vivanco. Se cuenta que
tuvo la osadía de cruzar, montado a caballo, la distancia que separaba a ambos contendientes,
salvándose de morir por una descarga cerrada, que lo tumbó de su cabalgadura. Se dice que
Castilla le ofreció un puesto en su ejército, pero Bolognesi optó por permanecer en la vida civil,
arguyendo asuntos familiares y de negocios.13

Sin embargo, en 1853, al estallar la tensión entre Perú y Bolivia, se alistó y fue seleccionado
como segundo al mando de un regimiento de caballería, con el grado de teniente coronel. Si
bien no estalló entonces la guerra con Bolivia, Bolognesi eligió permanecer en el ejército, y con
el mismo grado de teniente coronel, pasó a ser 2.º jefe del Batallón Libres de Arequipa,
participando en la revolución contra el entonces presidente Echenique, cuyo líder era el
general Ramón Castilla. Durante el desarrollo de la campaña, fue nombrado Comisario General
del Ejército Libertador (como se autodenominó el ejército rebelde). Recorrió la sierra peruana
acompañando a Castilla y fue testigo de la firma de los históricos decretos de la abolición del
tributo indígena y de la esclavitud. Después del triunfo de la revolución en la batalla de La
Palma, librada el 5 de enero de 1855, sirvió al presidente Castilla como ayudante de campo.14
15

Como militar, Bolognesi se especializó en el campo de la artillería, volcando para tal fin sus
conocimientos en matemáticas.

Toma de Arequipa del 5 de marzo de 1858, donde el entonces teniente coronel Francisco
Bolognesi resultó herido en un muslo.

En 1856, manteniéndose fiel al gobierno, comandó a la artillería durante la guerra civil, que
tuvo su punto de partida en el estallido de la revolución del general Manuel Ignacio de Vivanco
en Arequipa. Participó en el sitio y asalto de dicha ciudad del 5 de marzo de 1858 y resultó
herido de dos balazos en el muslo derecho, en el combate librado en el fuerte Santa Rosa. Fue
entonces ascendido a coronel efectivo de artillería (10 de marzo de 1858).11 Como dato
anecdótico, en la toma de Arequipa participó también, en las fuerzas del gobierno, el entonces
teniente Andrés A. Cáceres, el futuro Brujo de los Andes, otro de los grandes héroes peruanos
de la Guerra del Pacífico de 1879-1883.

En 1859, Bolognesi asistió a la campaña del Ecuador, embarcándose con el Escuadrón Volante
de Artillería en la fragata Amazonas.16 En dicha campaña no hubo ninguna acción de armas.
Luego, el gobierno lo envió a Europa para que se perfeccionara en el arma de artillería, y a la
vez le encargó la compra de cañones y fusiles con ánima rayada, para el uso del ejército
peruano. Regresó al Perú en febrero de 1862, trayendo en total 54 cañones, armamento que
fue saludado con regocijo por la población y fue probado con éxito en las playas de Conchán.
Aunque no faltaron quienes, a través de la prensa, criticaron las adquisiciones. Bolognesi
respondió en defensa del cuerpo de Artillería a través de un artículo que se publicó en el diario
El Comercio, el 7 de abril de 1862.11

Se cuenta que, en medio de la algarabía causada por la adquisición de esos cañones, alguien
dijo que, con tal armamento, ya nadie se atrevería a hacer una revolución a Castilla. Bolognesi
le respondió: «Prefiero reventarlos yo mismo, antes de que sirvan para matarse entre
peruanos.»17

Fue nombrado comandante general de Artillería, en marzo de 1862, mando en el que se


mantendría hasta su retiro en 1871. Viajó nuevamente a Europa en 1864, esta vez con la
misión de adquirir los poderosos cañones Blakely, los mismos que envió al Perú, mientras que
continuaba en el viejo continente negociando la adquisición de fusiles Comblain. Aquellos
Blakely serían usados durante el combate del Callao del 2 de mayo de 1866, contra la flota
española del Pacífico, aunque Bolognesi no alcanzó a pelear en dicho combate, por hallarse en
ese momento en Guayaquil, en pleno viaje de retorno.18

El 4 de marzo de 1868 fue nombrado primer jefe del Regimiento de Artillería de la plaza del
Callao. Ejerció al mismo tiempo el cargo de gobernador civil del Callao. Se retiró del servicio el
30 de octubre de 1871.11

Guerra del Pacífico

Fotografía tomada posiblemente momentos antes de la batalla de Arica. Representa a


Bolognesi con su cuerpo de oficiales. Figuran, entre otros, el teniente coronel Ramón Zavala
Suárez, al extremo izquierdo, y el teniente coronel Roque Sáenz Peña, al extremo derecho. Sin
embargo, es más probable que esta fotografía sea de una representación teatral montada a
fines del siglo XIX y que se inspirara en el cuadro de Juan Lepiani titulado La respuesta.

Cuando la Guerra del Pacífico comenzó en 1879, Bolognesi, de 62 años de edad, se reincorporó
al Ejército peruano, siendo nombrado jefe de la 3.º. División destinada a operar en la campaña
terrestre del Sur.

Participó activamente en las acciones contra las fuerzas chilenas, incluyendo las batallas de San
Francisco y Tarapacá; en esta última, librada el 27 de noviembre de 1879, participó a pesar de
encontrarse muy enfermo de fiebre, soportando las diez horas que duró la lucha. En esta
ocasión se recuerda que dijo al final de la batalla: «Las balas chilenas apenas llegan a las suelas
de mi bota», aludiendo irónicamente a un disparo que le había arrancado un tacón de sus
granaderas.19
La defensa de Arica

El 3 de abril de 1880, Francisco Bolognesi asumió el mando del puerto peruano de Arica,20
sitiado por las fuerzas chilenas al mando del general Manuel Baquedano.

Bolognesi disponía apenas de poco más o menos de 1500 hombres, mal pertrechados y con
escasas municiones; sin embargo, aceptó la misión y demostrando una actividad y un
entusiasmo extraordinarios, procedió a levantar fortificaciones en Arica. Ordenó la
construcción de tres baterías o fuertes en la playa, que eran el "San José", el "Santa Rosa" y el
"Dos de Mayo", y en el Morro, por el lado Este, otros dos fuertes, llamados "Ciudadela" y el
"Este", para defenderlo de un posible ataque por ese lado. Estas construcciones se realizaron a
base de sacos llenos de arena. Entre los fuertes de la playa y los del Morro ordenó levantar una
muralla, también con sacos de arena. Además, formó partidas de caballería para que vigilaran
por el norte y por el sur; mejoró la alimentación de la tropa; y ordenó el tendido de una triple
red de minas (dinamita camuflada), las cuales debían activarse eléctricamente. Este último
trabajo estuvo a cargo del ingeniero Teodoro Elmore, iniciando su ejecución el 2 de junio de
1880; sin embargo, debido a la falta de recursos y tiempo, no llegarían a funcionar
idóneamente. Y desafortunadamente, Elmore fue capturado por los chilenos días antes de la
batalla.21

Al llegar a Arica la noticia de la derrota del ejército aliado peruano-boliviano en la batalla de


Tacna (librada el 26 de mayo), Bolognesi convocó a una junta de sus jefes, a la que asistieron 27
de ellos. El acuerdo unánime que se tomó fue el de morir antes que rendirse y de agilizar los
trabajos de fortificación de la plaza. Hubo solo una voz discordante, la del coronel Agustín
Belaunde, comandante del batallón Cazadores de Piérola, el cual se mostró a favor de la
capitulación. Se dice que poco después, Belaunde fugó hacia Tacna, escapando de un arresto
que se le impuso como medida disciplinaria.22

Cuadro de Juan Lepiani titulado La respuesta (1894), que representa al coronel Bolognesi, junto
a su estado mayor, respondiendo negativamente a la oferta de rendición del parlamentario
chileno Juan de la Cruz Salvo.

Bolognesi y los defensores de Arica guardaban la esperanza de la llegada de refuerzos. En


efecto, una división al mando del coronel Segundo Leiva, de unos 3000 hombres, había salido
de Arequipa poco antes de la batalla de Tacna, pero se retrasó y llegó a participar en dicha
acción. Bolognesi envió dos telegramas a Arequipa, fechados el 3 y el 5 de junio,
respectivamente, donde se denota su esperanza concentrada en la siguiente frase, que se ha
hecho proverbial: «Apure Leiva». Sin embargo, la ayuda nunca llegaría.23

El 5 de junio de 1880, el mayor Juan de la Cruz Salvo fue enviado por el mando chileno, como
parlamentario para intimar a Bolognesi la rendición de Arica. Salvo hizo énfasis en que la
enorme diferencia numérica de soldados, armamento y logística entre ambas fuerzas,
resultaría en un inútil derramamiento de sangre. Bolognesi le respondió: «Tengo deberes
sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho», y repitió su respuesta
en presencia de sus oficiales y con el completo respaldo de estos. Los oficiales que
acompañaron al Bolognesi en la «sala de la respuesta» eran, según la lista establecida por el
historiador Gerardo Vargas, los siguientes: el capitán de navío Juan Guillermo More; los
coroneles José Joaquín Inclán, Justo Arias y Aragüez, Marcelino Varela, Alfonso Ugarte y
Mariano E. Bustamante; los tenientes coroneles Manuel J. La Torre, Ramón Zavala, Benigno
Cornejo, Francisco Chocano, Juan Pablo Ayllón y Roque Sáenz Peña; y el capitán de fragata José
Sánchez Lagomarsino (comandante del monitor Manco Cápac). Otra versión incluye a los
tenientes coroneles Ricardo O'Donovan y Francisco Cornejo.24

El 6 de junio hubo un último intento del mando chileno de intimar a la rendición a Bolognesi,
enviando en calidad de parlamentario al ingeniero Elmore. Pero el mando peruano se negó a
recibirlo como tal, pues siendo Elmore un prisionero peruano, contrariaba las prescripciones
militares del caso. Antes de regresar al campamento chileno, Elmore aprovechó la oportunidad
para describir a sus compatriotas la situación del lado chileno y les previno que el ataque
enemigo vendría por el sector Este, como efectivamente ocurriría.25

La batalla de Arica

El último cartucho. Óleo del pintor peruano Juan Lepiani, que representa el último instante de
vida del coronel Bolognesi, quien, revólver en mano, cumplió su promesa de pelear «hasta
quemar el último cartucho». A su lado yace muerto el capitán de navío Juan Guillermo More.

Tras varios días de sitio y bombardeo, y debido a las numerosas bajas recibidas en el intento de
doblegar a las defensas peruanas de Arica por vía marítima, el mando chileno acordó
finalmente un ataque masivo terrestre. El encargado de dirigir la operación fue el coronel
Pedro Lagos. Previamente, se realizó un masivo bombardeo sobre Arica.

En la madrugada de 7 de junio de 1880, los chilenos desataran el asalto de Arica por el sector
Este, donde se hallaban los fuertes Ciudadela y Este. Se inició así la batalla de Arica. La primera
acometida chilena la recibió el fuerte Ciudadela, donde dieron férrea resistencia los batallones
Granaderos de Tacna y Artesanos de Arica. Allí murió luchando bravamente el anciano coronel
Justo Arias y Aragüez y destacó el cabo Alfredo Maldonado, que voló a costa de su vida el
polvorín, lo que mató a diez soldados chilenos y a otros más peruanos. Ello originó la feroz
represión de los chilenos, que lanzaron la consigna de no hacer prisioneros.

Caída la Ciudadela, el fuerte Este concentró la arremetida Chilena; su jefe, el coronel Marcelino
Varela, resultó herido y fue reemplazado por el comandante Francisco Chocano. En la defensa
de este fuerte cayeron José Joaquín Inclán (comandante general de la VII División), Ricardo
O'Donovan (jefe del Estado Mayor de la VII División) y Francisco Cornejo (segundo jefe del
batallón Cazadores de Piérola).
Caídos los fuertes Ciudadela y Este, Bolognesi ordenó a los batallones Iquique y Tarapacá (que
se hallaban en el sector Norte) que se replegaran hacia el Morro; estos batallones estaban al
mando del coronel Alfonso Ugarte. En esta maniobra cayeron el teniente coronel Ramón Zavala
(jefe del batallón Tarapacá) y Benigno Cornejo (segundo de Zavala), así como el coronel
Mariano Bustamante (jefe de Estado Mayor de la VIII División). Bolognesi intentó también
activar las minas que harían volar el Morro, pero estas no funcionaron.26

El uniforme de combate que usó Bolognesi durante la Batalla de Arica.

En el Morro se concentraron 400 defensores peruanos al mando de Bolognesi, Manuel J. La


Torre, Alfonso Ugarte, Roque Sáenz Peña y Juan Guillermo More. Los chilenos asaltaron el
Morro avanzando desde Cerro Gordo. En medio de la feroz pelea cuerpo a cuerpo que se
desarrolló en la cima del Morro, el coronel Bolognesi cayó herido de bala, pero aun así empuñó
su revólver para seguir luchando, instante en el que murió por efecto de un culatazo en la
cabeza (otra versión habla de un balazo) y sus restos fueron defendidos por sus soldados hasta
el exterminio de estos. Al lado de Bolognesi sucumbió el capitán de navío Juan Guillermo More,
jefe de las baterías del Morro, que se batió hasta el último instante de su vida con un revólver y
una espada en cada mano, justo como había jurado tras perder al blindado Independencia.

Otra escena considerada heroica lo dio el sargento mayor Armando Blondel, tercer jefe del
Artesanos de Tacna, quien junto con cuatro soldados defendió el pabellón peruano, hasta caer
bajo las balas enemigas. Luego, el coronel Alfonso Ugarte, según una versión transmitida por el
historiador Clements Markham, tomó el pabellón y montado a caballo se lanzó desde lo alto
del Morro hacia el precipicio. En el sector Norte, el teniente coronel Juan Pablo Ayllón, hizo
volar las Baterías San José, Dos de Mayo y Santa Rosa, para que no cayeran en poder del
enemigo. Por su parte, el comandante Lagomarsino hundió a su buque, el monitor Manco
Cápac.27

Murieron en Arica unos 900 defensores peruanos, es decir, casi los dos tercios de las fuerzas
totales; el resto fue tomado prisionero. Tan elevado número de víctimas peruanas se debió a
que muchos heridos y prisioneros fueron fusilados por los chilenos. Hubo también saqueos,
incendios y ataques a los consulados, entre otros desmanes desatados por las tropas
vencedoras. Todos estos excesos se dieron, a decir de los mismos chilenos, en represalia por la
explosión de algunas minas durante la batalla, que les causaron algunas bajas.28

Sarcófago de Bolognesi en la Cripta de los Héroes de la Guerra del Pacífico en el cementerio


Presbítero Maestro.

Los restos de Bolognesi fueron trasladados al Perú en julio de 1880, a bordo del transporte
Limeña, junto con los restos de otros dos caídos en Arica: Juan Guillermo More y Ramón
Zavala. Fueron inhumados en 1908 en la Cripta de los Héroes del Cementerio Presbítero
Maestro.

Descendencia

Casado con la arequipeña María Josefa de la Fuente y Rivero, tuvo cuatro hijos: Francisco
Bolognesi de la Fuente, abogado (1839-1878); Rosa Bolognesi de la Fuente (1841-1881); María
Trinidad Bolognesi de la Fuente (1843-?); y Margarita Bolognesi de la Fuente (1845-1908).29

De un segundo compromiso (no formalizado), con Manuela Medrano Silva, tuvo otros cuatro
hijos: Federico Pablo Bolognesi Medrano (1856-1917); Enrique Bolognesi Medrano (1860-
1881); Augusto Bolognesi Medrano (1864-1881) y César Bolognesi Medrano (1866-1874); este
último falleció siendo aún niño. Federico, Augusto y Enrique lucharon en la Guerra del Pacífico;
los dos últimos fueron gravemente heridos en las batallas de San Juan y Miraflores,
respectivamente, y fallecieron días después (enero de 1881).30

El linaje directo del héroe de Arica continuó con su hijo Federico Pablo, quien se casó con su
prima Ana Bolognesi Coloma, de la que tuvo ocho hijos, tres varones y cinco mujeres. Contrajo
segundas nupcias con Clotilde Cañote, unión de la que nacieron trece hijos. Dos de los varones
de su primer matrimonio murieron muy niños, sobreviviendo Federico Roberto Bolognesi y
Bolognesi (1892-1956), empresario y político, que llegó a ser segundo Vicepresidente del Perú,
durante el gobierno constitucional del general Manuel Odría (1950-1956).31

Casado con María Loret de Mola Escobar, Federico Bolognesi y Bolognesi tuvo una sola hija,
que heredó su fortuna: Ana María Bolognesi Loret de Mola, que se casó con el ingeniero
químico de origen francés, José Ramón Raguz Zener. Tras perder sus propiedades a raíz de la
reforma agraria, la señora Ana María Bolognesi se trasladó a Europa con sus hijas Ana Mamie
(n. 1961) y Selina Raguz Bolognesi (n. 1963). Después de varias décadas de ausencia, todas
ellas regresaron al Perú y residen actualmente en Lima.32

Homenajes

Plaza Bolognesi de Lima.

Una vista actual del monumento al héroe en la Plaza de su nombre, en Lima.

La Casa Bolognesi en la ciudad de Arica.


Monumento en Plaza Perú, ciudad de Buenos Aires.

El 5 de noviembre de 1905 se inauguró en la ciudad de Lima el monumento en su homenaje,


en la llamada desde entonces Plaza Bolognesi, situada en las intersecciones de las avenidas
Magdalena (hoy Brasil), Breña (hoy Arica), Alfonso Ugarte y el Paseo Colón. Gobernaba
entonces en el Perú el presidente José Pardo y Barreda, en su primer gobierno. A la ceremonia
asistió uno de los sobrevivientes de la defensa de Arica, el argentino Roque Sáenz Peña, con
rango de general del ejército peruano, quien para el desfile militar recibió el mando de la línea.
Delante de la estatua de su antiguo jefe, la emoción le impidió leer su discurso, y se limitó a
decir: «¡Presente, mi coronel!»

El discurso de Sáenz Peña contenía este párrafo:

"¡Pelearemos hasta quemar el último cartucho! Provocación o reto a muerte, soberbia frase de
varón, condigno juramento de soldado, que no concibe la vida sin el honor, ni el corazón sin el
altruismo, ni la palabra sin el hecho que la confirma y la ilumina para grabarla en el bronce o en
el poema, como la graba y la consagra la inspiración nacional. Y el juramento se cumplió por el
jefe, y por el último de sus soldados, porque el bicolor peruano no fue arriado por la mano del
vencido, sino despedazado por el plomo del vencedor".33

La escultura original de la Plaza Bolognesi, obra del escultor catalán Agustín Querol,
representaba al héroe aferrándose a una bandera y con la cabeza en alto, en el preciso
momento en que muere en la batalla. En los años 1950, por decisión del gobierno del general
Manuel Odría, fue reemplazada por otra estatua, obra del escultor peruano Artemio Ocaña. En
esta nueva representación, se ve al héroe en actitud triunfante y levantando la bandera del
Perú. Como explicación a este cambio, se adujo que la efigie de Bolognesi debía mostrar una
expresión más digna de un héroe. Cada 7 de junio se celebra en esta Plaza el Día de la Bandera,
con la presencia de las altas autoridades del gobierno.

Por decreto supremo del 2 de enero de 1951 (Gobierno de Manuel A. Odría) fue declarado
Patrono del Ejército del Perú y se instituyó el 4 de noviembre, día de su nacimiento, como Día
del Soldado.34 Fue elevado al grado de Gran Mariscal del Perú por Ley N.º 25128 del 30 de
noviembre de 1989.

La casa donde nació Bolognesi, en el jirón Cailloma 125, Lima, fue restaurada por el Gobierno
Revolucionario de la Fuerza Armada y convertido en el Museo de los Combatientes del Morro
de Arica, inaugurándose en 1975. Su restauración interior estuvo a cargo del arquitecto Alfonso
Estremadoyro, que le devolvió su prestancia colonial, mas no así la fachada, de cuya
restauración se encargó el Instituto Nacional de Cultura.35

También en su homenaje una calle en la ciudad de Arica lleva actualmente el nombre de "calle
Bolognesi"; además, es recordado en la "Casa Bolognesi", el inmueble donde respondió el
pedido de rendición, actualmente de propiedad del Estado Peruano y cubierta por las
disposiciones contenidas en el artículo séptimo del Tratado de Lima de 1929.
Su mayor efigie se encuentra en la ciudad de Tacna, una estatua gigante junto al Arco
Parabólico en el Paseo Cívico donde cada domingo se realiza una ceremonia con el juramento
expresado por Bolognesi: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el
último cartucho". Asimismo, en 1929 fue fundado el Coronel Bolognesi Fútbol Club de la
ciudad de Tacna.

En la ciudad de Arequipa, en su homenaje, se inauguró en 1952 el Colegio Militar Francisco


Bolognesi. Su estatua se encuentra en el patio de Honor de dicho colegio, así como en la Plaza
Bolognesi de la ciudad. También una calle principal de la ciudad lleva el nombre de Bolognesi.

Una de las avenidas principales de la ciudad de Chiclayo lleva también su nombre.

Véase también

Alfonso Ugarte

Ejército del Perú

Notas

Este es el texto de la partida de bautismo: "Don Francisco Boloñesi y Cervantes Deo gratia En
la ciudad de los Reyes del Perú, en ocho de noviembre de mil ochocientos diez y seis: Yo, el
Doctor Don Francisco Xavier de Echagüe, Infra-scripto Dignidad de Dean de esta Iglesia
Catedral de Lima, ex Licencia Paroqui en esta Parroquia del Señor de San Sebastián, Exorcisé,
Bauticé, puse Oleo y Chrisma a Francisco, niño Español, de edad de cuatro días, hijo legítimo de
don Andrés Boloñesi natural de la ciudad de Génova y de doña Juana Cervantes natural de
Arequipa. Abuelos paternos Don José Boloñesi y doña Benedicta Campanella. Abuelos
paternos don Jerónimo Servantes y doña María Teresa Pacheco. Fue su padrino el Señor
Marqués de Montemira, Conde de Valdeoselle, Caballero de la Gran Cruz colorada, y Mariscal
de Campo de los Reales Ejércitos; fueron testigos el Presbítero Teniente de Cura Rectores de
esta dicha Parroquia don José Buenaventura Saldaña, don Francisco López Vidaurre y don José
Genaro Pérez, Presbíteros, fecho ut supra. Francisco Xavier de Echagüe".

Esta tesis se basa en la Foja de Servicios Militares del héroe (que se encontraba en poder de su
bisnieta, la Sra. Ana María Bolognesi de Raguz), escrito a fines de octubre de 1871, donde se
indica, entre otros datos personales, que el coronel era natural de Arequipa, y que según la
edad que consigna (49 años), se desprende que su nacimiento debió ocurrir en 1822. Otro
documento supuestamente probatorio de la tesis arequipeña sería una solicitud de
incorporación a la Legión Masónica Virtud y Unión, fechado el 29 de julio de 1860, con datos y
firma de Bolognesi, donde figura su ciudad natal como Arequipa y su edad 38 años. Para
refutar la partida de bautismo hallada en Lima, Artemio Peraltilla Díaz señala que el Francisco
mencionado allí es el hermano mayor del héroe, nacido en noviembre de 1816 y fallecido en
1821, a los 4 años. Sin embargo, ninguna de estas aseveraciones han sido confirmadas, y más
bien, un estudio minucioso ha determinado que los hermanos del héroe fueron seis: Margarita,
Rosa, Manuela, José de las Nieves, Juana Manuela y Mariano Andrés. Tres de ellos murieron a
temprana edad: Manuela (fallecida a poco de nacer, en 1819), José de las Nieves (fallecido en
1823, a los 2 años de edad) y Rosa (nacida en 1818 y fallecida hacia la década de 1830); no
hubo pues, ningún otro Francisco distinto al héroe de Arica.

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