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CAPITULO I

LA REPUBLICA ARISTOCRATICA
1.CONCEPTO
La república Aristocrática fue un periodo de nuestra historia republicana (1895-1919)
gobernado por una oligarquía cuyo poder económico se fundamentaba en la agro
exportación y el control de extensas áreas de cultivos.
Esta oligarquía agroexportadora estaba supeditada al capital inglés y tenía como brazo
político al partido civil, que controlaba el poder Ejecutivo, Legislativo, judicial y la
educación universitaria.
La denominada “Reconstrucción nacional” en el Perú no fue sino el reacomodo de
nuestra economía y aparato productivo a los intereses monopolices del capital inglés.
Solamente la oligarquía agroexportadora, ligada al partido civil, se “reconstruyo”
económicamente en virtud a su “alianza” con el capital británico, en realidad su relación
con este era de subordinado. El Perú internamente seguía igual, no había cambios en
el aspecto económico y social, se mantenían las relaciones feudales de producción
casi intactas desde ¡os tiempos coloniales.
Esta llamada “Reconstrucción nacional” se inició con la firma del contrato Grace, dando
origen así a una época de pleno dominio inglés: “República Aristocrática”, donde
surgieron nuevas contradicciones sociales que han de impulsar el desarrollo de la
historia peruana en el siglo XX: movimiento obrero y campesino.
2. Gobernantes de la República Aristocrática
 Nicolás de Piérola (1895-1899)
Establece la libra peruana de oro y el Estanco de la sal. Se da gran apoyo a la
fundación de instituciones crediticias y financieras. Se funda la escuela militar
de Chorrillos y se establece el servicio militar obligatorio.
 López de Romana (1899 - 1903)
Se estimuló de inversión norteamericana en minería con la Cerro de Pasco
Minning Company. Se promulgaron los códigos de minería, comercio y aguas.
Se inició la construcción del ferrocarril La oroya - Cerro de Pasco y se rompió
relaciones diplomáticas con Chile.
 Manuel Candamo (1903 - 1904)
Gobierna después de salir elegido por el partido civil. Propone un gran
proyecto de construcción de ferrocarriles. No culminó su periodo presidencial.
 José Pardo y Barreda (1904 - 1908)
Se produce la gran movilización social de obreros con la federación de
panaderos “Estrella del Perú”. Se crean escuelas nocturnas y se construye el
ferrocarril La Oroya - Huancayo. Se construye la cripta de los Héroes.
 Primer Gobierno de Augusto B. Leguía (1908 - 1912)
Enfrentó para llegar al poder a los pierolistas del partido demócrata. Impulso la
colonización de la selva. Se promulgo la primera ley de Accidentes de Trabajo.
Los problemas limítrofes se dieron en todas las fronteras (Bolivia, Ecuador,
Brasil Chile y Colombia).
 Guillermo Billinghurst (1912-1914)
Se consiguió las 8 horas de jomada laboral para los trabajadores del Muelle
del Callao, se reglamentó el derecho a huelga. Ante la ola de huelgas los
civilistas optaron por el golpe militar con Oscar Benavides (1914 -1915).
 Segundo gobierno de José Pardo y Barreda (1915-1919)
Rompió relaciones con Alemania en el marco de la Primera Guerra Mundial.
Se produjo el levantamiento campesino de Rumi Maqui. Se dio el arbitraje
internacional del asunto de la Brea y Pariñas.
Se elevaron las exportaciones. Se estableció a nivel nacional fas ocho horas
de trabajo. Cáceres apoyó el golpe de estado de Leguía.
3. Presidente provisorio. Su renuncia (1881)
Tras las derrotas en San Juan y Miraflores, y la ocupación de Lima por las tropas
chilenas el 17 de enero de 1881, Piérola huyó a la sierra y declaró como capital o
sede de gobierno el lugar donde él se encontrase. Finalmente, se estableció en
Huamanga, donde convocó la Asamblea Nacional de Ayacucho, que se instaló el
28 de julio de 1881, ante la cual renunció a la dictadura. La Asamblea, no
obstante, lo invistió con el título de Presidente Provisorio y dio un Estatuto,
también provisorio, el día 29 de julio. Como ministro general fue nombrado el
marino Aurelio García y García. En octubre, Piérola conformó su gabinete
ministerial, en el que figuraba Cáceres como ministro de Guerra, pero este
gabinete nunca llegó a reunirse. Este gobierno fue paralelo al de Francisco García
Calderón, el gobernante de La Magdalena.
Piérola se propuso continuar la guerra contra Chile y sugirió resucitar la
Confederación Perú-Boliviana para atacar por retaguardia a los chilenos. Incluso,
llegó a viajar a Bolivia para coordinar con el presidente boliviano Narciso Campero
dicho plan. Pero sucesivos pronunciamientos realizados en Arequipa, Cajamarca y
Chosica lo obligaron a renunciar a la presidencia el 28 de diciembre de 1881.
Luego, partió hacia Europa.
4. Actividad política entre 1882 y 1894
Antes de partir a Europa, Piérola organizó en Lima las bases de un partido de
carácter nacional, cuyo fin era unificar las fuerzas políticas del Perú, con las miras
puestas en una futura reconstrucción del país (5 de febrero de 1882). Este llamado
a la unidad política no tuvo eco, principalmente por la oposición del Partido Civil
(que por entonces había adoptado el nombre de Partido Constitucional), que
respaldó a Francisco García Calderón.
Regresó al Perú tras la firma del tratado de Ancón, pero no hizo oposición al
gobierno del general Miguel Iglesias (1883-1886), aduciendo que la nación
necesitaba tranquilidad y no confrontaciones políticas, a fin de favorecer su
reconstrucción, a poco de sufrir una desastrosa guerra. En 1884 fundó el Partido
Demócrata, conocido también como partido pierolista, cuya junta directiva estaba
conformada por Serapio Orbegoso, Federico Panizo, Bernardo Roca y Boloña,
Antonio Bentín, Manuel Pablo Olaechea, Lorenzo Arrieta, Lino Alarco, Manuel
Jesús Obín, Manuel A. Rodulfo y Carlos de Piérola.
Se mantuvo neutral en las elecciones de 1886, las mismas que llevaron ai poder al
general Andrés A. Cáceres. Finalizando este gobierno en 1890, se organizaron
elecciones. Piérola demostró su arraigo popular en una multitudinaria
manifestación realizada en la Alameda de los Descalzos en Lima, donde se
distribuyeron diez mil medallas a los afiliados demócratas. Pero al comprobar que
el gobierno está determinado a imponer a toda costa a su candidato Remigio
Morales Bermúdez, Piérola prefirió abstenerse a participar en los comicios.
La abstención de Piérola no tranquilizó al gobierno. El 10 de mayo de 1890, el
caudillo demócrata fue apresado y sometido a juicio por su actuación durante la
guerra con Chile, y aunque el proceso fue abandonado, permaneció preso por sus
antecedentes levantiscos. El 5 de octubre fugó, y luego de permanecer oculto por
varios meses, se embarcó en el Callao rumbo a Panamá, el14 de abril de 1891,
para después trasladarse, otra vez, a Europa. Dos años después reapareció en
Valparaíso, Chile.
5. La Revolución de 1894-1895
El presidente Morales Bermúdez falleció súbitamente el 1 de abril de 1894, y no
obstante corresponderle constitucionalmente el mandato a Pedro Alejandrino del
Solar en su calidad de primer vicepresidente, lo asumió el segundo vicepresidente,
coronel Justiniano Borgoño, acérrimo cacerista, eliminándose así cualquier escollo
que pudiera interponerse en la vuelta del general Cáceres a la presidencia del
Perú. Transgrediendo la Constitución, el gobierno de Borgoño disolvió el Congreso
y convocó a elecciones con la única candidatura de Cáceres, quien como era de
esperar triunfó e inauguró su segundo gobierno, el 10 de agosto de 1894. Este
gobierno carecía de legitimidad y popularidad, por lo que era inevitable que
surgiera la guerra civil.
En ese entonces, la oposición al gobierno cacerista (o del partido Constitucional) la
representaban dos grupos políticos:
 La Unión Cívica (que era una alianza entre los partidarios de Mariano Nicolás
Valcárcel, disidente del caserísimo, y el Partido Civil); y *
 El Partido Demócrata, de Nicolás de Piérola.
El 30 de marzo de 1894, en vísperas del fallecimiento de Morales Bermúdez, se
firmó un pacto de coalición entre cívicos y demócratas "en defensa de la libertad
electoral y de la libertad de sufragio". Se forma así la Coalición Nacional, que
agrupaba a los dos adversarios más enconados de la historia política peruana: los
civilistas y los demócratas. A continuación, empezaron a surgir espontáneamente
en todas las provincias del Perú partidas de guerrilleros revolucionarios o
montoneros, iniciándose así la rebelión civil contra el segundo gobierno del general
Cáceres.
El movimiento al iniciarse no tenía todavía un jefe ni una dirección, pero entonces
se designó a Guillermo Billínghurst para que fuera a Chile en busca de Nicolás de
Piérola. Éste aceptó encabezar la revolución y se embarcó en Iquique, el 19 de
octubre de 1894; el día 24 desembarcó en Puerto Caballas, cerca de Pisco. De
Pisco pasó a Chincha, donde el 4 de noviembre lanzó un Manifiesto a la Nación,
tomando el título de "Delegado Nacional", y poniéndose de inmediato en campaña
sobre Lima, reuniendo a los montoneros de las zonas próximas.
Desde enero de 1895 Lima vivió en constante incertidumbre, pues se temía de un
momento a otro el ataque de Piérola. Cáceres disponía de 4.000 hombres bien
armados, y los coalicionistas sólo tenían 3.000. En la tarde del 16 de marzo de
1895 Piérola dispuso el ataque a la capital. Su ejército se dividió en tres cuerpos
para atacar simultáneamente la Lima por el Norte, Centro y Sur.
En la madrugada del domingo 17 de marzo empezó el ataque y Piérola, a caballo y
al frente de sus huestes, entró por la Portada de Cocharcas, memorable suceso
histórico que ha sido inmortalizado por el pincel de Juan Lepiani. Las fuerzas de
Cáceres retrocedieron hasta el Palacio de Gobierno, combatiendo con denuedo.
Piérola estableció su Cuartel General en la Plazuela del Teatro Segura, a 4
cuadras de Plaza de Armas. La lucha entre coalicionistas y caceristas fue muy
sangrienta.
Al amanecer del 19 de marzo, más de 1.000 cadáveres yacían insepultos en las
calles y no menos de 2.000 heridos en los hospitales. El fuerte calor veraniego
empezó a descomponer los cadáveres, lo que amenazaba con desatar una
epidemia. Se reunió entonces el cuerpo diplomático y bajo la presidencia del
nuncio apostólico, monseñor José Macchi, se consiguió una tregua de 24 horas
entre los combatientes para sepultar a los muertos y atender a los heridos.
Técnicamente hablando, las fuerzas montoneras de Piérola no habían conseguido
la victoria, pues el ejército de Cáceres permanecía prácticamente intacto; sin
embargo, el ambiente público era a favor de los revolucionarios y así lo
entendieron los caceristas.
Prorrogado el armisticio, se firmó un acuerdo entre Luis Felipe Villarán
(representante de Cáceres) y Enrique Bustamante y Salazar (representante de
Piérola), bajo la mediación del Cuerpo Diplomático, acordándose el
establecimiento de una Junta de Gobierno presidida por el civilista Manuel
Cándame, y con dos representantes de Cáceres y dos de Piérola. La misión de
esta Junta sería convocar a elecciones, mientras que los dos ejércitos se retiraban
de la capital. El general Cáceres, luego de renunciar al gobierno, partió rumbo al
extranjero. La revolución había triunfado.
6. Elecciones de 1895
El 14 de abril de 1895 la Junta de Gobierno convocó a elecciones presidenciales.
La Coalición Nacional, manteniendo la alianza, lanzó como era de esperar la
candidatura de Piérola, quien sin contendor resultó electo con abrumadora
mayoría. Hasta entonces, las elecciones se hacían por el sistema indirecto de los
Colegios Electorales: de los 4.310 electores, 4.150 votaron por Piérola.
7. Presidente Constitucional del Perú (1895-1899)
Nicolás fue ungido como Presidente de la República el 8 de septiembre de 1895,
inaugurando una nueva etapa en la historia republicana del Perú que se conoce
como la Reconstrucción Nacional. Esta gestión fue notable. Convocó a los más
capaces para ocupar funciones en el gobierno, sin tener en cuenta antecedentes
partidarios; respetó escrupulosamente la Constitución; fortaleció las instituciones
públicas e impulsó el desarrollo integral del país.
A continuación, las medidas que tomó este gobierno y otros hechos importantes.
8. Aspecto económico
 Se estimuló el ahorro, se evitaron empréstitos que endeudaran más al país y
se fomentó la formación de cooperativas.
 Se reformó el sistema monetario con la implantación del patrón de oro. Hasta
entonces el Perú tenía como moneda el Sol de Plata, metal cuyo precio
empezó a caer a nivel internacional. Por ley del 29 de diciembre de 1897 se
ordenó la acuñación de la Libra Peruana de Oro, con el mismo ley y peso de
la libra esterlina inglesa.
 Se estableció la primera ley normativa de la ejecución presupuestal.
 Se siguió una política de austeridad en el manejo de los fondos públicos.
 Implantación del estanco de la sal, cuyo producto fue destinado como fondo
para el rescate de Tacna y Arica, en poder de Chile.
 Creación de la Compañía Recaudadora de Impuestos, en reemplazo del
antiguo sistema de recaudación fiscal que no era muy efectivo.
 Reducción de los impuestos a los productos de primera necesidad como el
arroz, la mantequilla y otros, pero se aumentaron los de aquellos
considerados de placer o de vicio, como el alcohol y el tabaco.

9. Aspecto comercial e industrial


 Se protegió e incentivó a la industria agrícola y minera, que contó con el
aporte de capitales nacionales y extranjeros. La industria azucarera
evolucionó a su tecnificación, especialmente en los grandes centros
agroindustriales del norte. La exportación del azúcar llegó en 1898 a las
105.731 toneladas, mientras que el consumo interno era de 25.000 toneladas.
La minería tuvo un desarrollo más lento, iniciándose su verdadero despegue a
principios del siglo XX. En 1897 se descubrieron los ricos yacimientos de
Cerro de Pasco. La explotación del petróleo por el Estancamiento Industrial
del Petróleo, de Zorritos, y por la London Pacific Petroleum, de Negritos,
alcanzó un vasto desarrollo.
 Se impulsó el desarrollo de la Amazonia, cuyo auge económico se inició con la
explotación del caucho. Un aventurero peruano, Carlos Fermín Fitzcarrald se
convirtió en el “rey del caucho”.
 Debido al dinamismo de ia economía, surgieron entidades industriales y
comerciales que aceleraron el proceso de reconstrucción. En 1898 se
fundaron la Sociedad Nacional de Minería y la Sociedad Nacional de
industrias.
 Surgieron igualmente nuevas instituciones financieras: el Banco del Perú y
Londres, el Banco Internacional del Perú, el Banco Popular del Perú. Se
formaron Compañías de Seguros, como la Compañía Internacional de
Seguros y la Compañía de Seguros del Rímac.

10. Obras públicas


 Se llevó a cabo un plan de obras públicas sin recurrir a los empréstitos,
gracias a la economía y a la organización fiscal.
 Por ley del 22 de enero de 1896 se creó el Ministerio de Fomento, para
organizar un plan de obras públicas e impulsar el desarrollo industrial. Su
primer Ministro fue el ingeniero Eduardo López de Romana, que después fue
quien sucedió a Piérola en la presidencia.
 Se impulsó la prolongación de caminos y ferrocarriles y la modernización de
ciudades. Un camino, la llamada vía central o camino al Pichis comenzó a ser
abierto para unir la costa con la selva amazónica.

11. Aspecto militar


 Se contrató los servicios de una misión militar francesa, para modernizar al
ejército. Estuvo presidida por el general Pablo Clemente integrada por los
coroneles Eduardo Dogny y Claudio Perrot. Fue el comienzo del fin del viejo
militarismo.
 Se creó la Escuela Militar de Chorrillos, el 24 de abril de 1898, cuyo fin era
hacer de la milicia una carrera técnica.
 Se estableció el servicio militar obligatorio a partir del 27 de septiembre de
1898.
 Se promulgó el primer Código de Justicia Militar, el 20 de diciembre de 1898,
el cual, reemplazó a las ordenanzas militares españolas entonces vigentes.

12. Desarrollo urbano de Lima y Callao


 Continuó el plan iniciado por José Balta de expandir la ciudad de Lima, luego
de que fueran derruidas las murallas coloniales. Se construyó el Paseo Colón
y se trazó la Avenida Brasil en dirección a la Magdalena. Se inició la Avenida
de la Colmena, llamada después Avenida Nicolás de Piérola, en dirección al
Callao.
 Se levantaron nuevos edificios, como el de la Casa de Correos.
 Se crearon algunas sociedades para la atención de la ciudad, como la
Compañía del Ferrocarril Urbano, la Compañía de Gas Acetileno, la de Fuerza
Eléctrica, la de Agua Potable (esta última solo para Miraflores).
 Como complemento del progreso urbano de la capital llegó también el
progreso técnico: el primer fonógrafo (1896); el primer cinematógrafo (1897),
cuya función inaugural fue dada con la presencia de Piérola; los rayos
Roentgen (1896); los primeros automóviles (1898) y se aumentaron las líneas
telefónicas.
 En el Callao se inauguró, costeado por suscripción popular, el monumento al
héroe Miguel Grau, inaugurado el 21 de noviembre de 1897.

13. Aspecto laboral


 Debido al auge económico y productivo, se crearon puestos de trabajo para
los varones y para las mujeres en correos, telégrafos, teléfonos, fábricas. Lo
de crear puestos de trabajo para mujeres fue un suceso revolucionario para la
época. Como faltaba mano de obra, en 1899 se inició la inmigración japonesa.
 En 1896 ocurrieron huelgas de los trabajadores de la fábrica de tejidos de
Vitarte, de los tipógrafos de Lima que reclamaban el salario de 1869, y luego
la de los pasteleros, en demanda los primeros de reducción de las horas de
trabajo que sobrepasaban las ocho horas, y todos por mejores condiciones de
trabajo, así como de salarios.

14. Reforma del sistema electoral


 Se reformó el anticuado sistema eleccionario de los Colegios Electorales y del
voto indirecto que había existido durante a lo largo del siglo XIX. En reemplazo
de ese sistema se estableció la existencia de una Junta Electoral Nacional,
formada por representantes del Congreso, del Gobierno y del Poder Judicial
que dirigiría y controlaría las elecciones, y estableció el voto directo y público
de todos los ciudadanos que supieran leer y escribir.

15. Aspecto internacional


 La cuestión de las provincias peruanas de Tacna y Arica bajo ocupación
chilena demandó la atención de Piérola. Ya había vencido el plazo de diez
años fijados para la realización del plebiscito que decidiría el destino final de
dichas provincias y Chile no daba señales de querer cumplir lo pactado. Al
principio no prosperaron las negociaciones peruanas, pero en 1898 el
gobierno chileno, ante el conflicto que sostenía con Argentina por la
Patagonia, se avino a realizar el plebiscito, firmándose el Protocolo
Billinghurst-La Torre, que establecía el procedimiento normativo a seguir en tal
consulta. Era notorio que la intención de Chile era evitarse un frente en el
norte en el hipotético caso de una guerra con Argentina, por lo que no extrañó
que tras resolver su litigio con Argentina volvió a dilatar la realización del
plebiscito, acentuando su nefasta política de "chilenización" en Tacna y Arica,
donde promovió la migración de chilenos a esas zonas y el hostigamiento a la
población residente.
 De otro lado, el gobierno peruano se hizo popular en Latinoamérica. Por
ejemplo, cuando se incendió totalmente Guayaquil, en octubre de 1896, envió
el crucero Lima con la correspondiente ayuda para casos de desastres, tales
como alimentos, ropa y medicinas. En el mismo año apoyó a Cuba en su
lucha por la independencia, enviando soldados, pertrechos y otros elementos
de guerra.
16. Política interna
 Piérola no tuvo una verdadera oposición. El país gozó de las más amplias
libertades sin producirse desbordes populares. El Partido Civil que formaba
parte de la Coalición Nacional colaboró en su gobierno y varios civilistas
fueron sus ministros. La Unión Cívica también colaboró con el gobierno. El
Partido Constitucional de Cáceres, apartado de la vida pública después del
triunfo de la revolución, se mantuvo en la abstención. No se produjeron
movimientos revolucionarios a excepción del ocurrido en Loreto, de carácter
federal, encabezado por Mariano José Madueño, que fracasó sin mayores
incidentes.
 El único que hizo oposición a Piérola fue el notable literato e intelectual
Manuel González Prada y su pequeño partido recién formado, la Unión
Nacional. Prada estuvo algunos años en Europa, pero de regreso a! Perú en
1898, emprendió una campaña de violentos discursos y reuniones públicas en
las que atacaba al gobierno, y en especial, a la persona de Piérola.
Particularmente, le reprochaba no haber realizado reformas en los temas
agrario, obrero e indígena.

17. Elecciones de 1899


En 1899, finalizando el mandato de Piérola, se convocaron a elecciones. Piérola
no otorgó apoyo oficial a ningún candidato; su partido, el Demócrata, se dividió en
dos bandos: uno de ellos que iba en alianza con los civilistas, lanzó la candidatura
del ingeniero Eduardo López de Romaña; el otro bando, la de los demócratas
“oficiales”, designó a Guillermo Billinghurst En las elecciones se aplicó por primera
vez en la historia peruana el voto directo, saliendo triunfador López de Romaña.
18. Últimos años
Nicolás de Piérola no volvió a ejercer cargo público tras salir de la presidencia el 8
de septiembre de 1899, permaneciendo retirado de las actividades políticas,
aunque no totalmente. Asumió la dirección de una empresa de construcciones,
conocida como La Colmena, hasta 1909. Sin embargo, continuó inspirando los
grandes lineamientos de la política de su partido, el Demócrata.
En 1900 encabezó una lista que postuló a la Alcaldía de Lima, pero
inesperadamente fue derrotado por una lista independiente, liderada por Federico
Elguera.
En 1904, nuevamente postuló a la Presidencia de la República, a la cabeza del
Partido Demócrata, pero luego de dar una serie de vibrantes discursos, se retiró
poco antes de realizarse las elecciones, aduciendo falta de garantías, lo que
originó que su contrincante, José Pardo y Barreda, candidato de la alianza entre
civilistas y constitucionalistas, resultara ganador. Desde entonces, Piérola se
abstuvo de postular a la presidencia.
El 29 de mayo de 1909, durante el primer gobierno de Augusto B. Leguía Salcedo,
un grupo de ciudadanos simpatizantes del Partido Demócrata o periodista,
lograron entrar a tumulto a Palacio de Gobierno. Encontraron a Leguía en su
despacho. Los revoltosos le pidieron su renuncia. Encabezaban la turba Carlos de
Piérola y los hermanos Isaías y Amadeo de Piérola (el hermano y los hijos de
Nicolás, respectivamente). Leguía se negó a renunciar. Entonces, los amotinados
secuestraron al Presidente de la República y lo llevaron hasta la Plaza de la
Inquisición y, al pie del monumento a Bolívar, lo conminaron a renunciar por
segunda vez. Leguía volvió a negar su renuncia. Intervino la fuerza pública, que
logró rescatar al presidente luego de un tiroteo que mató a más de cien
manifestantes. A pesar de no haber tenido participación en esta revuelta, Nicolás
de Piérola tuvo que esconderse ante la persecución desatada por el gobierno.
Cuando en las elecciones de 1912 emergió en última hora la candidatura popular
de Guillermo Billinghurst y el gobierno de Leguía parecía favorecer a su candidato
Ántero Aspíllaga, Piérola propuso infructuosamente la convocatoria de nuevas
elecciones, en lo que fue su último mensaje al país, el 14 de julio de 1912. Poco
después tuvo un diálogo con el ya presidente Billinghurst, cuando éste amenazó al
congreso con disolverlo si no legislaba en favor de los obreros: «Señor Billinghurst
¿Cómo piensa gobernar bien el país si antes no gobierna bien sus nervios?»,
dícese que le dijo.
Falleció en Lima, a las 9 y 26 minutos de la noche del 23 de junio de 1913, en su
casa de la calle del Milagro. Sus funerales constituyeron todo un acontecimiento
que convocó a una multitud de personas. En las paredes de las calles partidarios
enfervorizados escribieron: “Piérola ha muerto. ¡Viva Piérola!”.
19. Gobernantes de la República Aristocrática
Al finalizar su mandato en 1899, Nicolás de Piérola convocó a elecciones
presidenciales, en las cuales salió elegido el ingeniero Eduardo López de Romaña,
representante de una alianza entre el partido civil (civilismo) y el partido demócrata
(pierolismo). López de Romaña, que era independiente, pronto se sostuvo en los
civilistas; los demócratas pasaron entonces a la oposición. El predominio del
civilismo se habría de prolongar a lo largo del periodo de la República
Aristocrática.
20. Gobierno de Eduardo López de Romaña (1899-1903)
 Promulga el código de aguas, el código de minería y el código de comercio. •
Se desarrolló la agricultura, la minería y la industria.
 Se inician las exploraciones a la selva
 Se establecen los primeros grupos sindicalistas en Lima.
 Se rompen relaciones diplomáticas con Chile por la hostilización a peruanos
en Arica y Tacna (1901).
 Se instala la compañía estadounidense Cerro de Pasco Mining Company
(luego llamada Cerro de Pasco Copper Corporation), para explotar las minas
de la sierra central.
 Se firma el Tratado Osma-Villazón con Bolivia.
 Se impulsa el desarrollo agrícola, para lo cual fundó la Escuela Nacional de
Agricultura.

21. Gobierno de Manuel Candamo Iriarte (1903-1904)


 Líder del Partido Civil y acaudalado hombre de negocios, fue elegido con una
abrumadora mayoría, debido en parte a la negativa del Partido Demócrata a
presentar candidato a la presidencia.
 Se Inicia una enérgica política ferrocarrilera, presentando al Senado un
proyecto para el estudio y construcción de ferrocarriles en distintos lugares
de ¡a República.
 Se inaugura el primer ferrocarril eléctrico transurbano (1904) cuya ruta era
Lima - balneario de Chorrillos.
 Falleció a los 8 meses de asumir su mandato, siendo reemplazado por el
vicepresidente Serapio Calderón, quien convocó a elecciones.

22. Primer gobierno de José Pardo y Barreda (1904-1908)


 En las elecciones de 1904, José Pardo, joven líder del Partido Civil (aliado
con el Partido Constitucional o cacerista), se enfrentó con el viejo caudillo
Nicolás de Piérola (de la alianza demócrata-liberal), pero poco ante de los
comicios, Piérola renunció a su candidatura, aduciendo falta de garantías.
Fue así como Pardo se hizo fácilmente del triunfo.
 Se crea la caja de depósitos y consignaciones, actualmente el "Banco de la
Nación".
 Se hace una radical reforma de la educación pública. Decretó la educación
primaria gratuita y obligatoria, a cargo del gobierno central (hasta entonces
estaba en manos de los municipios).
 Se da un gran fomento a la educación con la creación de instituciones como
la Escuela Normal de Varones y Escuela de Artes y Oficios.
 Se manda elaborar el reglamento y legislación del trabajo a cargo de José
Matías Manzanilla.
 Se empieza la construcción de algunos ferrocarriles, como la línea de
Sicuani a Cuzco y la de La Oroya a Huancayo.
 Se permite el ingreso de las mujeres a la universidad.
 Se preocupa por la defensa nacional, repotenciando la marina de guerra con
la adquisición de dos cruceros: Almirante Grau y Coronel Bolognesi.
 Su ministro más destacado fue Augusto B. Leguía (Hacienda).

23. Primer gobierno de Augusto B. Leguía (1908-1912)


 Augusto Leguía fue el candidato oficialista a la presidencia en 1908 (es decir,
representante del Partido Civil) y no contó con rivales de peso, pues Piérola,
una vez más, se abstuvo de presentar su candidatura. Fue así que Leguía se
hizo fácilmente del triunfo.
 Un grupo de pierolistas intentó hacer firmar su renuncia al presidente
(Sublevación del 29 de mayo de 1909).
 El partido civil se divide entre los leales a Pardo y los seguidores de Leguía. s
Se agudizan los problemas limítrofes con los países vecinos, resaltando el
enfrentamiento con Colombia y la tensión con Ecuador.
 Con Chile se produce un incidente diplomático, llamado el “incidente de la
corona”, mientras que dicho país continua su desalmada política de
chilenización en Tacna y Arica.
 Se firma con Solivia el Tratado Polo-Bustamante y con Brasil el Tratado
Velarde Río Branco, finiquitándose así, definitivamente, las fronteras con
ambos países.
 Se da impulso a la producción azucarera y algodonera. s Se concede apoyo a
los colonos para que exploten el caucho en la Amazonia.
 Se aprueba la ley N° 1378 sobre accidentes de trabajo, una de las 10 leyes
del proyecto Manzanilla.
 Creación del Conservatorio Nacional de Música.

24. Gobierno de Guillermo Billinghurst (1912-1914)


 Ex alcalde de Lima, fue conocido como Pan Grande. Tuvo el apoyo de las
clases populares, causando un gran arrastre social. Derrotó al candidato
oficialista Antero Aspíllaga.
 Establece las 8 horas de trabajo para los obreros del muelle del Callao.
 Intentó controlar el congreso, por So cual sufrió una fuerte oposición del
civilismo, lo que ocasionó su derrocamiento.
 Intento disolver el congreso que estaba controlado por la oligarquía civilista,
hecho que acelero su caída a través de un "Golpe de Estado".

25. Gobierno de Óscar R, Benavides (1914-1915)


 Llegó al poder mediante un golpe de estado militar. Encabezó una Junta de
Gobierno y luego fue nombrado Presidente Provisorio por el Congreso.
 Desarrolló un breve gobierno con el cual le devuelve el poder a la oligarquía.
 Estalla la rebelión campesina en Puno, liderada por Rumi Maqui a causa de la
explotación y el latifundismo.
 Se inicia la primera guerra mundial, que tendría graves efectos en la
economía.
 Se convoca una convención de partidos políticos para designar una
candidatura de unificación con miras a las elecciones de 1915. Participan los
partidos Civil, Constitucional y Liberal; el Partido Demócrata se abstiene de
participar. El designado como candidato fue José Pardo, ex presidente y líder
del civilismo, que derrota ampliamente al candidato demócrata Carlos de
Piérola.

26. Segundo gobierno de José Pardo y Barreda (1915-1919)


 A este periodo se le denomina Renacimiento Civilista.
 El estallido y desarrollo de la primera guerra mundial repercutió en la
economía peruana porque provocó el aumento de las exportaciones hasta en
300%, en beneficio de los agro-exportadores y empresas mineras.
 Hubo escasez de alimentos, ya que muchos agricultores preferían cultivar
algodón para la exportación y no alimentos, generando desabastecimiento y el
aumento de los precios de dichos productos.
 Los obreros luchaban en el Perú solo por reivindicaciones económicas.
 EI 15 de enero de 1919 se dio un decreto que establecía las 8 horas de
trabajo, para frenar así la lucha obrera. A pesar de estas conquistas obreras,
Pardo y sus fuerzas represivas siguieron reprimiendo el movimiento obrero.
 Los servicios públicos (agua, luz, desagüe, teléfono) y la banca nacional
experimentaron un crecimiento expansivo sin precedentes. Una prueba es que
Lima era entonces la única capital latinoamericana cuyos servicios eran
íntegramente nacionales.
En lo referente a las relaciones con los países vecinos, se rompen las relaciones
consulares con Chile, en protesta por los excesos cometidos por este país al
llevar a cabo la política de chilenización sobre Tacna y Arica.

CAPITULO II
LOS CACERISTAS DE LA SOCIEDAD Y EL ESTADO
CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA
2. EL CONTEXTO: LOS PARTIDOS DE LA REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA
Fueron varias las agrupaciones políticas de inicios del siglo XX, como la Civil, la
Demócrata, la Liberal y la Constitucional. Según diversos estudios, estas reunían una
serie de clientelas locales que, en el ámbito nacional, seguía a destacadas familias o a
líderes prominentes. Las cabezas de esos bandos competían por el poder para
favorecer con cargos estatales a sus adeptos, quienes de tal manera podían defender
sus intereses locales frente a grupos rivales. Por eso, la política de esos años ha sido
considerada «una amalgama de lealtades familiares intereses económicos» y la lucha
política, una competencia por obtener, como «favores» del Estado, porciones de poder.
Este clientelismo, que remite al sistema político conocido con el nombre de patronazgo,
se basa en las relaciones personales desiguales entre los líderes (patrones) y sus
seguidores (clientes). En ellas, los primeros dan a los segundos protección y demás
favores, y estos les brindan a aquellos diversas formas de respaldo. Esas clientelas, en
las últimas décadas del siglo XIX, empezaron a estar organizadas enpartidos. Estos,
ligados a los clubes electorales asociaciones nacidas anteriormente para luchar por los
votos durante el sufragio permitían acceder al Poder Ejecutivo y al Legislativo, a los
cuales se llegaba mediante elecciones. En este sentido, los partidos actuaban Como
«maquinarias electorales”, es decir, eran instrumentos con gran actividad en tiempos
de sufragio parecen haberse dedicado, particularmente en un primer momento, a
coordinar la acción de los clubes electorales, y uno de sus objetivos era hacer ganar a
sus candidatos. Relacionada a esta función estaba, además, la de conformar alianzas
con miras a llegar al poder, para luego distribuirlo a su grupo. Una característica de la
época bajo estudio fue que casi todos sus gobiernos surgieron de las urnas. Sin
embargo, es difícil precisar ciertos resultados electorales eran el auténtico reflejo de la
voluntad popular. Términos como República Aristocrática, Estado oligárquico y
República de notables, asignados a ese periodo que coincide con la llamada edad de
oro del proyecto oligárquico en la historia latinoamericana sugieren que la contienda
formal por el poder era elitista y poco representativa de la voluntad de las grandes
mayorías. En general, se puede afirmar que ganar una elección no dependía del acto
de sufragio en sí, y que la política giraba más en torno a pactos entre partidos que a
una competencia real en las urnas. En cambio, tenía mayor importancia controlar los
cuerpos encargados del escrutinio de los votos, como las asambleas de mayores
contribuyentes formadas en cada provincia y la Junta Electoral Nacional. Esta última,
por ejemplo, fundamental para ganar elecciones durante sus años de existencia (1896-
1912), coordinaba la organización de los procesos de votación desde Lima y pronto
cayó en manos de los gobiernos de turno, que incluso la disolvieron cuando les fue
adversa (1899 y 1911).
En ese contexto, partidos como el Civil y el Constitucional tuvieron una estructura
desarrollada. El segundo, por ejemplo, contaba con una organización que intentaba
extenderse a todo el país. La dirección estaba a cargo de una Junta Central Directiva,
con sede en Lima, y de una coordinadora de una serie de juntas departamentales,
provinciales y distritales. Estas, a diferencia de aquella central, en más constante
actividad, parece que cobraban vida en tiempos de elecciones presidenciales cada
cuatro años o parlamentarias. Sin embargo, debido precisamente a que el Poder
Legislativo se renovaba por tercios cada dos años y que, en general, los trabajos
electorales se efectuaban con anticipación desde varios meses antes, la actividad de
esos cuerpos locales tampoco era esporádica.
De otro lado, los partidos de esa época no fueron exclusivamente maquinarias
electorales. Ellos también intentaron trascender la acción puramente ligada a los actos
de sufragio. Por ejemplo, varios de ellos solían presentar a la sociedad sus principios y
programas de gobierno, y buscaban actuar luego de la contienda electoral,
coordinando la toma de decisiones de sus miembros que habían llegado al Poder
Legislativo. En realidad, las agrupaciones políticas combinaban esas diversas facetas,
aunque no necesariamente de modo equilibrado.
EL PARTIDO CONSTITUCIONAL
Nacimiento y principios. Etapas en su trayectoria durante la República
Aristocrática
El Partido Constitucional se creó al terminar la guerra con Chile. Miembros del
temporalmente desorganizado civilismo y simpatizantes de Cáceres, quien tenía
el prestigio de haber liderado la resistencia contra el ejército invasor, formaron el
partido para elevar a ese caudillo a la presidencia de la República en 1886. En el
poder hasta1895, cuando fue derrocada tras una guerra civil, la agrupación llegó
a representar en ese periodo diversos intereses. Entre estos, en el ámbito
socioeconómico, parecen haber destacado los de sectores de hacendados
serranos,17 a los cuales estaba vinculado el propio Cáceres. Sin embargo, esos
intereses se ocultaron tras fines más amplios, como el de «proteger la
Constitución». Es decir, uno de los objetivos iniciales del partido había sido
defender la aplicación plena de la Carta Magna de 1860, desconocida por Nicolás
de Piérola al ejercer la dictadura (diciembre de 1879 a noviembre de 1881)18 y,
luego, no puesta en vigencia en su totalidad por el régimen de Miguel Iglesias
(1884-1885). Este objetivo había sido proclamado por el estatuto de la nueva
agrupación, aprobado en Arequipa en 1884, cuyo artículo primero decía:
El Partido Constitucional tiene por objeto sostener y desarrollar en la política de la
República los principios democráticos adoptando los consigna-dos en la
Constitución de 1860 y leyes complementarias; pues considera el afianzamiento
de esas instituciones condición indispensable de orden y de progreso.
No obstante, esa defensa puede ser considerada también un pretexto para la
lucha por el poder en esos años. Así, se ha afirmado que los contenidos de los
estatutos con que Piérola reemplazó la Constitución no distaban mucho de los de
esta.
Posteriormente, durante la República Aristocrática, el partido cacerista parece no
haber tenido mayores aspiraciones doctrinarias, a diferencia de otros, como el
Demócrata, de Nicolás de Piérola y el Liberal, de Augusto Durand, que publicaron
programas y declaraciones de principios. Los constitucionales, en cambio,
aliados desde1902 del gobernante civilismo, aparentemente hicieron propios los
programas y planteamientos de esa agrupación y esta, a inicios de siglo, se
había declarado contraria a los políticos doctrinarios. El propio jefe de ella, José
Pardo y Barreda, en su discurso-programa de1904, había señalado que su
partido alejaba de su gestión «las disensiones doctrinales que separan a los
hombres», y que quienes iban a hacer la grandeza del Perú eran «los políticos
trabajadores» y no aquellos «doctrinarios».
En general, parece ser que entre las principales agrupaciones políticas de esa
época las diferencias de principios tuvieron poco peso.

Miembros e intereses del Partido Constitucional)


El contexto: características de la militancia civilista y demócrata
Por su composición social, los partidos de la República Aristocrática tenían
identidades particulares. Por ejemplo, se puede examinar el caso del más
poderoso, el Civil. Este, en esa época, era distinto al fundado por Manuel
Pardo en la década de 1870, cuando habría tenido un carácter menos
elitista, al estar impregnado de «utopías políticas democratizadoras»,
perdidas luego de la derrota militar ante Chile. En cambio, en el periodo
bajo estudio, el civilismo ha sido considerado como expresión de la alianza
entre agroexportadores costeños, latifundistas serranos, y profesionales
de la capital y de provincias. Su militancia parece haber estado
cohesionada por el hecho de conformar un partido prestigioso por su
antigüedad y por reunir a lo mejor de la sociedad, es decir, a la elite
económica grandes fortunas e intelectual el «civilismo universitario”,
constituido por afiliados con destacados cargos en la universidad—.Ya los
contemporáneos a ese partido indicaban que este se hallaba compuesto
por «la gente selecta y rica del país», por «los más ricos y muchos de los
que se consideraban los más ilustrados».49 Incluso en el ámbito de las
provincias se reproducía esa percepción. En efecto, en una localidad
serrana, un observador señalaba que algunos hacen-dados «por darse
ínfulas de grandes señores feudales son civilistas».50Es cierto que hubo
gente de sectores medios, generalmente abogados, en la dirigencia del
partido; sin embargo, en esta predominaron y terminaron simbolizando al
civilismo— adineradas familias como los Pardo, Prado, Aspíllaga y Miró
Quesada, con base de poder en la costa. La mayoría de ellas, además,
pertenecía a la llamada neo plutocracia las nuevas fortunas—, aunque sus
integrantes poseían algunos valores y estilo de vida que hicieron que sus
contemporáneos los consideraran como «aristócratas».
En contraste con el caso del Partido Civil, se puede presentar el del
Demócrata. Testimonios sugieren que en él estuvieron congregados
descendientes de la antigua nobleza colonial. Asimismo, esa agrupación
contó entre sus simpatizantes, por lo menos en la capital, a sectores
urbano-populares, atraídos por el carismático caudillo Nicolás de Piérola.
Ejemplo del contraste entre el pierolismo y el civilismo fue la campaña
electoral presidencial de 1904 en Lima. En esa ocasión, mientras el
primero tuvo una manifestación multitudinaria, el segundo —ya aliado del
caserísimo— organizó una ordenada marcha de señores de chistera y
levita. De este modo, se habría pretendido oponer una supuesta «calidad»
a la «cantidad», lo que para un intelectual de familia pierolista como Víctor
Andrés Belaunde era «un alarde de carácter económico».
b) Algunos grupos sociales en el Partido Constitucional
-Los militares:
La agrupación cacerista era identificada por sus con-temporáneos como
conformada predominantemente por miembros de las fuerzas armadas,
sobre todo del ejército. Esta composición se explica por el origen del
partido: el campo de batalla. En ese sentido, no deja de ser sugerente que
esas eran fuerzas armadas que cargaban con dos experiencias de derrota
la guerra contra Chile y la guerra civil de 1894-1895 y, en consecuencia,
su actuación política podía implicar tanto un deseo de legitimación como
de fortalecimiento institucional.
Para la época de su fundación y primeros años de existencia la etapa de
fusión del civilismo y el caserísimo, el partido ha sido considerado «la más
depurada expresión orgánica de los intereses corporativos de los
terratenientes serranos en la historia del Perú». Sin embargo, cuando los
civilistas reorganizaron su propio partido, lo que quedó del Constitucional
fue un tanto distinto. Así, a inicios del siglo XX, lo más notorio de su
composición y de sus intereses remitía al elemento militar, aunque ello no
excluye que, en sus filas, sobre todo en la sierra, hubiera familias de
hacendados, a las cuales podían pertenecer algunos hombres de armas.
Durante el periodo que se estudia, personajes de las fuerzas arma-das
destacaban en la dirigencia constitucional. Por ejemplo, resaltaban los
generales César Canevaro, Juan Norberto Eléspuru y Pedro E. Muñiz.
Ellos, hacia fines de la década de 1910, habían ocupado puestos
destacados en la directiva del partido (Canevaro, Eléspuru y Muñiz) y
pasado por importantes cargos públicos como ministros (Eléspuru, Muñiz),
vicepresidente de la República (Canevaro) y parlamentarios (Canevaro,
Eléspuru, Muñiz). Esta presencia militar y de excombatientes de la década
de 1880 también se reiteraba en provincias. Por ejemplo, en 1911, en
Arequipa la presidencia de la junta departamental la tenía el coronel
Manuel Gómez de la Torre y en Ayacucho, el coronel Pedro José Ruiz y,
poco después, el general Gabriel Velarde Álvarez, todos ellos
combatientes en la mencionada década. Sin embargo, no todos los
miembros de las fuerzas armadas simpatizaban con la agrupación
constitucional y, entre ellos, hubo distintos bandos. Además, se vivía una
etapa de profesionalización del ejército con la misión francesa traída en
1896, proceso que, en sus inicios, también buscó eliminar el carácter
cacerista adquirido por el ejército en la posguerra del Pacífico. Igual-
mente, conviene precisar que el partido trató de matizar su imagen
castrense. Así, los vicepresidentes de la República colocados por la
agrupación durante su alianza con el civilismo entre 1902 y 1912fueron
figuras civiles, como los abogados Serapio Calderón y José Salvador
Cavero, y los médicos Lino Alarco y Belisario Sosa. Es muy probable que
ello se debiera al ambiente antimilitarista imperante luego de la guerra civil
de 1895.
La cercana relación entre el partido y los intereses de las fuerzas armadas
se evidenció cuando caceristas miembros de ellas accedieron al Poder
Ejecutivo al ocupar ministerios y al Legislativo. En el primer caso, por
ejemplo, el prolongado desempeño como ministro de Guerra y Marina del
general Muñiz (1903-1907, 1910) permitió, entre otras cosas, una
importante mejora en la administración del ejército. En el segundo caso,
se puede mencionar la labor de un diputado constitucional, el general
ayacuchano Gabriel Velarde Álvarez, de actuación destacada cuando se
debatieron las leyes del retiro y servicio militar y el proyecto de reforma del
Código de justicia militar.
La labor de parlamentarios constitucionales entre 1914 y 1915ofrece más
ejemplos de este tipo. En aquellos años, el gobierno del general Óscar R.
Benavides envió al Congreso un proyecto de ley sobre obligaciones y derechos
entre los jefes de los institutos arma-dos y el Estado. Este fue aprobado y
promulgado en marzo de 1915, luego de que los senadores constitucionales, los
mencionados generales Canevaro, Eléspuru y Muñiz, consiguieran que su
cámara hiciera una adición. Esta consistía en considerar en actividad, para
algunos efectos y fuera de los límites de edad establecidos, a los generales de
división y brigada, contralmirantes, militares y marinos con más de treinta años
de servicio, y a «los combatientes de 1866 y de las jornadas culminantes de la
guerra con Chile».
La relación entre caserísimo e intereses castrenses también se evidencia en el
discurso patriótico del Partido Constitucional. Por ejemplo, este solía proclamar
que, dado su origen ligado a la lucha por la integridad del territorio patrio, su
preocupación central era que la defensa nacional no fuese descuidada por el
Estado. Esta idea se percibe, por ejemplo, en el informe escrito a Cáceres, en
agosto de1916, por el abogado Hildebrando Fuentes, diputado constitucional y
antiguo secretario del mariscal durante la campaña de la Breña, en el cual este
describe su participación como representante del partido en la Comisión Principal
de Presupuesto. En él, Fuentes dice haber firmado el dictamen de dicha comisión
luego de asegurarse de que se consignara en el pliego respectivo de gastos «una
partida respetable para la defensa nacional», puesto que ese era el fin de su
grupo político sobre cualquier otro propósito. Esta «partida respetable para la
defensa nacional» significaba, evidentemente, que una cantidad importante del
presupuesto iba a ser canalizada hacia las fuerzas armadas.
-Los sacerdotes:
En las filas constitucionales también destacó la presencia de sacerdotes. Esta,
sobre todo en la década de 1910, se vincula con el interés de la Iglesia por
ocupar escaños en el parlamento y frenar la legislación laica que se estaba
implementando. Esta militancia fue notoria en el interior del país, donde juntas
locales caceristas llegaron a ser presididas por miembros del clero. Uno de ellos,
por ejemplo, el bachiller Juan Elviro Quintana, fue elegido presidente dela junta
provincial del partido en Huancayo (Junín) en 1916. Él, diputado por esa localidad
entre 1886 y 1889, había postulado en1914, sin éxito, pero con el apoyo electoral
del cuerpo eclesiástico de las provincias de Huancayo, Jauja y Yauli, del
departamento de Junín, a una senaduría en propiedad por ese departamento.
Un caso parecido ocurrió en la provincia de Tayacaja (Huancavelica)en 1916.
Allí, el rector, cura y vicario de esa circunscripción, Martín García, constitucional y
antiguo colaborador de Cáceres en la campaña de la Breña, recibió de este el
encargo de reorganizar el partido en la zona, «influyendo para que se forme allí la
junta provincial y se constituyan las distritales». El caudillo solicitó, además, al
sacerdote que apoyara la candidatura del correligionario José M. Rodríguez. Este
postulaba a una diputación por Tayacaja, tras la muerte de su anterior
representante, el también cacerista Pedro Emilio Dancuart.
Igualmente, en el departamento de Ayacucho hubo sacerdotes con cargos
dirigentes en algunas localidades. Tal fue el caso del párroco doctor Mariano N.
Rojas, quien, en 1915, fue designado presidente de la junta provincial de
Cangallo. Asimismo, en la capital de ese departamento, un destacado sacerdote
cacerista era el doctor Francisco A. Escárcena, director de la Beneficencia de
Ayacucho, capellán dela iglesia de Santo Domingo y del propio Cáceres. En
1905, ese religioso había contribuido en la elección del abogado constitucional
doctor Mariano Velarde Álvarez como diputado propietario por la provincia de
Huamanga. Años más tarde en 1909 y 1910, y entre 1912 y 1914 el doctor
Escárcena fue senador suplente por Ayacucho. En 1915, se inscribió como
delegado constitucional en la convención de partidos organizada en Lima. A fines
de ese mismo año fue director del bisemanario La Vanguardia, órgano de la
agrupación cacerista.
Por otra parte, en el Cuzco, en 1916, el elemento religioso parece haber sido más
importante aún en la composición del partido: de los 44 miembros de la junta
directiva departamental había 24 sacerdotes frente a 15 militares. En este caso
particular debe tenerse en cuenta que a mediados de la década de 1910 se había
organizado en ese departamento un Partido Católico. Este era un tipo de
agrupación política ligada a la Iglesia y fundada por esos años en otras
localidades del interior del país que tenía como fin oponerse a la legislación laica,
en especial a la ley de tolerancia de cultos, debatida y aprobada por entonces. El
alto número de sacerdotes en la dirigencia constitucional del Cuzco
probablemente revela que la agrupación católica de ese departamento no impidió
a sus miembros estar afiliados a otro partido. Quizá, incluso, propició una fusión
de caceristas y miembros del clero local.
En Ayacucho, hacia la misma fecha, no ocurría la misma presencia sacerdotal
entre los constitucionales, dado que, desde fines de 1915, su obispo organizaba
en el departamento, «para combatir a los liberales», al Partido Católico. Este,
también denominado por los contemporáneos indistintamente «Partido
Conservador» y «Partido Clerical”, estableció que los sacerdotes de la diócesis
debían obligatoriamente formar parte de él y separarse de las agrupaciones a las
que hasta el momento pertenecían. Por eso, quienes estaban afiliados a los
constitucionales, como el mencionado doctor Escárcena, fueron obliga-dos a
abandonarlos. Pese a esa significativa presencia clerical entre los caceristas, es
difícil afirmar que el partido reflejara una alianza entre el clero y los militares. En
efecto, el tener sacerdotes como miembros no parece haber sido exclusivo de
esa agrupación. Por ejemplo, el doctor José C. Falconí, canónigo del coro de
Ayacucho, vicario general de la diócesis (1905) y senador propietario por esa
localidad (1899-1914), fue presidente del Partido Civil en el departamento.
Asimismo, una agrupación política con grandes cercanías a la Iglesia fue la
demócrata, cuyo líder, Piérola, era conocido por sus posturas clericales.
De modo similar a los militares que, por medio del partido, defendieron los
intereses de su institución, los sacerdotes constitucionales protegieron a la
Iglesia. Por eso, en 1914, los mencionados párrocos de algunas provincias de
Junín habían respaldado la candidatura a una senaduría del bachiller Quintana.
Ellos recordaban sus partidarios del clero, anteriormente en el Parlamento, había
defendido los derechos de la Iglesia «en momentos en que se debatía en la
Cámara de Diputados el proyecto sobre cementerios laicos». En el mismo
sentido, el obispado de Huánuco recomendaba esa candidatura al cuerpo
eclesiástico del departamento de Junín: era necesario proteger «los intereses de
la Iglesia, tan seriamente amenazados de un tiempo a esta parte».
Se percibe, así, que el Partido Constitucional intentó respaldar objetivos del clero.
Sin embargo, como no eran sacerdotes quienes dominaban la dirigencia central
de la agrupación, ella estuvo lejos de defender, de modo orgánico, a la Iglesia.
Esto se evidenció al aprobarse la reforma constitucional que permitía la tolerancia
de cultos en 1915. Si bien una de las personas que lideró las protestas públicas
ante el Parlamento contra esa reforma estaba ligada al caserísimo se trataba de
la escritora Zoila Aurora Cáceres, hija del mariscal y presidenta de la Unión
Católica de Damas, entre los diputados constitucionales hubo diversas posturas.
Así, cuando en octubre del año indicado se aprobó esa modificación legislativa,
entre los constitucionales de la Cámara de Diputados algunos estuvieron a favor
de ella como el general Augusto Erón Bedoya y el doctor Arturo Osores y otros,
en contra como Víctor Criado y Tejada.

-Los obreros y artesanos:


La participación política de sectores populares urbanos en la República
Aristocrática frecuentemente ha sido estudiada a partir de temas como el
anarquismo y el sindicalismo, y las huelgas y protestas que convulsionaron la
década de 1910. Sin embargo, también hubo entre aquellos grupos los que
actuaron dentro de los marcos ofrecidos por los partidos de la época. En el
Constitucional, estos sectores figuraban de dos modos.
Por un lado, los caceristas poseían relaciones con cuerpos de obreros y
artesanos, algo más alejados de la filiación partidaria. Eso ocurría con
asociaciones como la Organización Peruana del Trabajo, o la Confederación de
Artesanos «Unión Universal». Ellas, de carácter mutualista y sujetas al
paternalismo de algunos gobiernos, al acercarse las elecciones parlamentarias,
enviaban circulares a las directivas delos distintos partidos con el fin de solicitar
apoyo para sus candidatos.
85Por otro lado, de una manera más próxima al partido, los menciona-dos
sectores aparecían en listas de afiliados de distintas localidades. También los
grupos populares estuvieron relacionados con el partido mediante los «clubes
electorales», de funcionamiento ligado a la lucha por conseguir votos en el
proceso electoral en sí. En general, estos sectores sociales no solían conformar
la dirigencia partidaria y su presencia aparece a raíz de manifestaciones públicas.
Ello ocurrió, por ejemplo, en una provincia como Huamanga (Ayacucho). Por lo
tanto, esos grupos populares urbanos probablemente estuvieron ligados a
relaciones clientelares. Además, ellos no fueron un elemento característico de los
constitucionales y figuraron en los otros partidos de la época. Por ejemplo, de
igual modo que el Constitucional, el Civil contaba en Huamanga con «obreros
civilistas». En ese sentido, parece ser que el Partido Demócrata, con una prédica
paternalista de lucha contra quienes tenían el poder económico, tuvo los más
grandes vínculos con esos grupos, al menos en Lima.
c) Las ganancias del militante:
llegar al Parlamento y ocupar cargos públicos Durante la República Aristocrática,
uno de los cargos más importantes que el Partido Constitucional podía
conseguirles a sus miembros era el de parlamentario. Quien llegaba a serlo,
además de contar con evidente poder sobre la localidad que representaba,
recibía dinero por su labor. Debido a estas ventajas, por esa época no eran raras
las críticas al hecho de que ser parlamentario fuera «un negocio». De ello se
culpaba al primer gobierno de José Pardo (1904-1908), que había dado la
«corruptora ley» del pago mensual, y a su segundo mandato (1915-1919), que
«redondeó el negocio» duplicándole a los congresistas «la renta sustraída al
Estado».
Al Congreso se llegaba mediante sufragio. Sin embargo, por las características
del sistema electoral de esa época, el voto de la mayoría no necesariamente
decidía qué candidato iba a ganar. En los procesos electorales intervenía abierta
e ilegalmente el Poder Ejecutivo, que, sobre todo en la primera década del siglo
XX época del unificado Partido Civil gobernante y de la Junta Electoral Nacional,
podía asegurar triunfos mediante varios medios. Estos iban desde el control de
los organismos de sufragio hasta la colocación de autoridades políticas locales
en especial, prefectos, subprefectos y gobernadores favorables a la elección de
candidatos recomendados. Conseguir estos últimos cargos era precisamente otra
de las ganancias que podían obtener los constitucionales.
Esos puestos, enfatizaban los mismos solicitantes, significaban tanto beneficios
privados varias veces los pedían al atravesar por dificultades económicas como
grupales para reorganizar el partido y hacer triunfar a sus candidatos. Las
abundantes cartas enviadas desde el departamento de Ayacucho por los
constitucionales locales a Cáceres muestran la demanda de esos cargos y de
una variada gama de favores, que podían ser conseguidos gracias a las
vinculaciones dela dirigencia partidaria en especial del caudillo con círculos de
poder en Lima. A continuación, se verán algunos casos, de los varios
examinados en esa correspondencia.
i) José Octavio Valdivia.
El doctor Valdivia, hijo de un antiguo cacerista y vicepresidente del partido
en el departamento durante la dé-cada de 1910, debió, al parecer, haber
estado especialmente interesado por llegar al Parlamento. Él solicitó al
fundador de la agrupación auspiciar su candidatura en las diversas
ocasiones que postuló a un escaño en el Legislativo, pero también pidió
otros favores. Por ejemplo, en 1911, luego de perder las elecciones en las
que competía por una diputación, escribió al caudillo para lograr su
reposición en los cargos de profesor en el Colegio Nacional de San
Ramón y en el de Nuestra Señora de las Mercedes, los que había dejado
al entrar en la contienda electoral. Tiempo después, en julio de 1914,
faltando poco menos de un año para unas nuevas elecciones
parlamentarias en las que iba a postular a una senaduría, envió una carta
a Cáceres. Allí le solicitaba que influyera ante el gobierno para que se le
nombrara prefecto. Ello le permitiría iniciar los trabajos electorales con
ese cargo, que dejaría al momento de lanzar oficialmente su candidatura,
en diciembre. Pero, consciente de lo difícil que podía ser conseguir tal
puesto, le dijo al caudillo que, de lo contrario, se le nombrara director del
Colegio de San Ramón, porque ese cargo también era útil «para
robustecer nuestro partido».
Posteriormente, cuando en 1915 su candidatura fue derrotada, escribió de
nuevo a Cáceres. En la misiva le señalaba que, como había «hecho sus
gastos para nada», esperaba que influyera en el gobierno para obtener
una prefectura, fuera en Ica, Huancavelica o Apurímac, porque no veía
otra colocación «compatible» con su «posición social y actuación
política». En busca de ese cargo, también escribió al general Pedro E.
Muñiz, en aquel tiempo candidato a la presidencia de la República por el
partido. Dos años más tarde, en las elecciones de renovación del tercio
parlamentario, cuando la agrupación constitucional se había convertido en
opositora del gobierno, Valdivia pidió a Cáceres un favor que dependía de
los círculos políticos opositores de la capital: el nombramiento como
corresponsal de algún diario antigobiernista de Lima, como El Tiempo o El
Perú. El doctor Valdivia solicitaba, igualmente, favores para miembros de
su familia. En 1911, le pidió al caudillo que recomendara ante el gobierno
a su hermano Delfín, que estaba en la capital, para que se le diera trabajo
en algún ministerio. Asimismo, cuando a fines de octubre de ese año
quedaron vacantes los cargos de juez y agente fiscal de Huanta y la
judicatura de La Mar (Ayacucho) y la Corte iba a elevar ternas de
candidatos, José Octavio se colocó en una de ellas y puso a su hermano
Héctor en la otra. Por este motivo, quiso que el fundador del partido
comprometiera al presidente Leguía para que uno de esos cargos fuera
para él o para su hermano.
ii) Juan Pablo Villanueva.
Además del caso de Valdivia, resulta ilustrativo el de Villanueva. Él era un
abogado miembro del partido que, en 1911, desempeñaba el cargo de
secretario de la Corte Superior de Ayacucho. Había conocido a Cáceres
entre 1882 y 1885 en las estadías que este tuvo en la ciudad de
Huamanga durante la campaña de la Breña y en la guerra civil contra
Miguel Iglesias, y, desde esos años, se hicieron amigos. Por aquella
época, Juan Pablo publicaba los periódicos El Porvenir y El Condorcunca,
dedicados primero a respaldar la resistencia de la Breña y luego el
movimiento contra Iglesias. A mediados de 1911, Villanueva fue
nombrado agente fis-cal en la provincia de Andahuaylas (Apurímac). Sin
embargo, poco después, una resolución del supremo gobierno declaró
nulo ese nombramiento. Inmediatamente, el antiguo constitucional envió
un memorial al gobierno para que reconsiderase la resolución. Debido a
aquel problema, Villanueva solicitó a Cáceres, en repetidas ocasiones,
que hiciera valer «sus influencias y sus buenos oficios» ante Leguía y el
ministro de Justicia «para el pronto y favorable despacho de la solicitud a
que se contrae el memorial».

iii) Manuel N. Zúñiga.


Teniente de infantería en el segundo gobierno de Cáceres (1894-1895).
Décadas más tarde, hacia 1916, Zúñiga era presidente de la junta distrital
del partido en el Cercado de Ayacucho. Con problemas económicos, en
septiembre de 1915, el antiguo cacerista le había pedido a su caudillo que
intercediera para que el gobierno le diera algún cargo, como el de
subprefecto. Dos meses después, Cáceres le envió una carta donde le
decía haber hecho gestiones a su favor en el ministerio de Gobierno.
Zúñiga le respondió que, si no se le conseguía el puesto solicitado, podría
facilitársele un empleo en el muelle del Callao, en la Compañía Salinera;
en su defecto, en la Compañía Recaudadora como jefe provincial en
Ayacucho; o, en último caso, en alguna comisaría de cuartel o rural. Al
año siguiente, aún no había obtenido ninguno de aquellos empleos.
Propuso entonces a Cáceres que le consiguiera la subprefectura de La
Mar y afirmó que «de esta manera trabajaría a favor de los candidatos de
nuestra causa política».

BIBLIOGRAFIA:

- Sánchez L. (2018). Historia y Geografía. Exploramos el origen de la


República Aristocrática en el Perú. Universidad Nacional De Cajamarca
Facultad De Educación Escuela Profesional De Perfeccionamiento
Docente EPD Programa De Complementación Académica Y
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http://190.116.36.86/bitstream/handle/20.500.14074/3229/
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- MILLONES I. (1998). LIMA - Los caceristas de la República
Aristocrática: Composición Social, Intereses Y Principios del Partido
Constitucional (1895-1919). Pontificia Universidad Católica del Perú.
Tesis de licenciatura.
https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/historica/article/view/4/8

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