La crítica literaria
En 1977, fue publicado por Carey
A. Moore una nueva traducción y
comentario de las adiciones a los
libros de Daniel, Esther y Jeremías,
dentro de la serie The Anchor Bible.
En esta obra se analizan los orígenes
de las adiciones, el efecto de su
inclusión sobre el significado del
texto original, las ideas religiosas que
exponen, su mérito literario, autores,
fechas y lugares de composición,
omisión del canon hebreo, versiones
griegas y otras versiones antiguas.
Moore explica que, en la época
posterior al exilio babilónico,
proliferaron las narrativas y textos
visionarios relacionados con la figura
de Daniel; además de la versión del
libro de Daniel que forma parte del
texto masorético (base de las
modernas biblias judías y
protestantes) y de unos fragmentos de
historias y visiones relacionados con
Daniel que han sido encontrados en
Qumrán, hay una serie de textos que
aparecen en las antiguas versiones
griegas de la biblia hebrea y que
fueron incorporados a las biblias de
las iglesias de Oriente y de la Iglesia
católica: los cánticos de Azarías en el
horno y de los tres jóvenes
(colocados en medio de Dn 3) y las
historias de Susana (Dn 13) y los
sacerdotes de Bel y el dragón (Dn
14). Por otra parte, el texto griego del
libro de Daniel nos ha sido
transmitido en dos versiones: uno
conocido como la versión de la
Septuaginta (LXX) o “antigua
versión griega”, y otra que aparece en
casi todos los manuscritos, la
teodociónica, que toma su nombre de
una de las “nuevas traducciones
judías” que fueron el resultado de un
proceso de revisión y adecuación de
la Septuaginta al texto hebreo en
curso durante los primeros dos siglos
de la era común. En la versión
La crítica feminista
Quince años después de la
publicación de su gran obra sobre las
adiciones a los libros de Estér,
Jeremías y Daniel, C. A. Moore
publicó un artículo en una revista
bíblica norteamericana de
divulgación cuyo título reflejaba una
nueva visión sobre la historia de
Susana: “Susana: Un caso de acoso
sexual en la antigua Babilonia”
(“Susanna: A Case of Sexual
Harassment in Ancient Babylon”) En
este artículo, dirigido a un público
amplio, Moore resumía el consenso
de los especialistas sobre las
cuestiones de composición y las
posibles razones por las que la
historia de Susana fuera excluida del
canon hebreo. Por otra parte, el autor
sacaba a colación un suceso que en
aquel momento tenía revuelta a la
opinión pública norteamericana---el
juicio sobre la acusación de acoso
sexual contra el futuro juez del
Tribunal Supremo Clarence Thomas,
hecha por una colega suya, que fue
interrogada ante millones de
telespectadores. Sobre este caso,
Moore hacía la siguiente reflexión:
A Susana nunca se le dio la
oportunidad de contar cómo había
sido acosada sexualmente por dos
viejos obscenos. Condenada al
silencio y después a muerte, Susana
habría sido ejecutada si no fuera por
la intervención de un joven abogado
que hizo la más famosa interrogación
de la historia. Sin embargo, su
historia ha sido contada durante
siglos. ¿Por qué? Es también una
historia de sexo y poder, con el
elemento añadido de Dios y de la
amenaza de muerte....el destino de
Susana, como mujer y como texto,
merece atención.
En su artículo, Moore hace un
teodociónica, la historia de Susana se
coloca antes de Dn 1, y Bel y el
dragón vienen al final, después de las
visiones apocalípticas de Dn 6 a 12,
mientras que en las versiones
antiguas en griego y latín, Susana
constituye la totalidad de Dn 13 y las
otras dos historias forman el capítulo
14. La colocación de Susana al
principio se debería al hecho de que
se refiere a una actuación de Daniel
cuando todavía era muy joven,
poniendo de manifiesto las cualidades
por las que destacará más tarde en su
carrera de cortesano.
El consenso de los especialistas
actuales, entre ellos Moore, es que la
historia de Susana estuvo presente en
la tradición oral del pueblo judío
antes de ser incorporado al texto
bíblico y que comparte varios temas y
elementos con el folclore y las
tradiciones literarias del mundo
antiguo (por ejemplo, la esposa casta
falsamente acusada de adulterio y el
niño sabio que impide una actuación
injusta por parte de sus mayores).
Algunos intérpretes han querido ver
reflejado en Susana el tema principal
del libro de Daniel: el conflicto entre
la religión de los judíos y el
paganismo de sus gobernantes
extranjeros. Ha sido comparada
también con otros dos libros con
protagonistas femeninas, Judit y
Ester, cuya gran preocupación es la
supervivencia del pueblo judío en un
ambiente hostil.
En su importante estudio sobre la
narrativa judía de la época
helenística, The Jewish Novel in the
Ancient World, L. M. Wills señala
que entre los años 200 y 100 a.C.,
diversos autores judíos escribieron
narraciones entretenidas, con
escenificaciones idealizadas,
desenlaces felices y personajes
femeninos importantes, y que estas
recorrido de la evolución textual y
artística de la historia de Susana, y al
final resume el “abuso” del que ha
sido víctima este personaje bíblico de
esta manera:
¡Pobre Susana! Fue abusada en la
narrativa por dos jueces corruptos,
por no decir pecaminosos. Fue
abusada por su marido y su familia
cuando no le defendieron. Fue
abusada por la comunidad que
alegremente la condenó a muerte sin
ni siquiera preguntarle su versión de
los acontecimientos o interrogar a sus
acusadores. Tampoco le defendió
Daniel hasta que Dios le inspiró a
hacerlo. Cuando su historia se coloca
al principio del Libro de Daniel,
como en la versión teodociónica, se
abusa incluso más de ella porque
tiene el efecto de enfocar la historia
hacia Daniel en vez de hacia
Susana....Finalmente, su fascinante
historia fue excluida por los sabios
del canon de la biblia hebrea.
Sin embargo, continúa Moore, en
el ámbito del arte plástica los
creadores se han centrado mucho más
en la figura de Susana que en Daniel:
de treinta y tres cuadros pintados por
los grandes artistas post-
renacentistas, sólo uno trata de la
escena del juicio, mientras que el
resto se centran en la escena del baño
y el acoso de los ancianos, entre ellos
uno pintado por Artemisia
Gentileschi (atribuido durante
muchos años a su padre, Orazio),
artista que en su primera adolescencia
había sido violada por su profesor de
arte y un amigo de éste.
En un estudio publicado al año
siguiente sobre los cuadros de Susana
pintados por Rembrandt, Mieke Bal
(investigadora de la Universidad de
Amsterdam) señaló que la historia de
Susana había sido utilizado por
obras probablemente fueron
consideradas por sus lectores como
“ficciones”, no en el sentido
peyorativo de falsificar la historia,
sino de crear mundos inventados,
pero parecidos al nuestro. Wills opina
que los investigadores, que sólo rara
vez han estudiado más de una o dos
de estas narrativas simultáneamente,
no han tenido en cuenta su
característica común más
importante---su popularidad---y
afirma que “es muy posible, e incluso
probable, que las novelas judías
fueran leídas por más judíos que
ningún otro tipo de literatura,
exceptuando tal vez los textos
bíblicos.” Refiriéndose a una de las
características que más atañen al
presente trabajo, Wills señala que en
la literatura clásica griega y judía,
aunque la presencia de personajes
femeninos fuertes no debe ser
interpretada como un indicio del
auténtico papel, o status, social de la
mujer, es indudable que en la época
helenística “en Grecia y Roma, y
también entre los judíos, las mujeres
realmente empezaron a relacionarse
más con los hombres en el ámbito
social y económico, aunque algo
menos en el ámbito político. Una
mayor presencia de las mujeres,
desde las escuelas filosóficas a los
negocios y las obras públicas, está
documentado.” En el ámbito literario,
“las mujeres retratadas en las novelas
judías no sólo hacen acto de
presencia en el drama de la vida sino
que toman posesión totalmente de
él....son el medio a través del cual se
expresan ciertas obsesiones del autor
y de los lectores.”
Wills hace un breve resumen de la
historia de Susana y de sus variantes
textuales, resaltando la armonización
de motivos folclóricos comunes, así
como la creación de tensión narrativa
y el hábil uso del juego de palabras
muchos artistas como una excusa
para pintar a una mujer atractiva, lo
cual parecía sugerir si no la
provocación, al menos la complicidad
de Susana con su victimización
sexual. En otro artículo titulado “The
Accused: Susanna and her Readers,”
en el que sirven de punto de partida
las teorías de Bal sobre “la ideología
de la mirada”, Jennifer A. Glancy
contrastaba las dos posibles
interpretaciones de la historia Susana
como la de una seducción o de una
violación:
“Los ancianos se contaban el uno
al otro que habían sido seducidos por
la belleza de Susana; ¿Es posible que
los lectores hayan sido igualmente
“seducidos” por las convenciones
narrativas del texto? La violación
ocurre cuando una persona fuerza a
otra a tener relaciones sexuales. La
seducción tiene lugar cuando una
persona convence a otra a tener
relaciones sexuales. Cuando los
ancianos le dicen a Susana que, o
bien se somete a ellos sexualmente o
se enfrentará con el cargo capital de
adulterio, la amenaza muy real de
fuerza define su acción como un
intento de violación, no un intento de
seducción. Sin embargo, la literatura
erudita habitualmente describe las
acciones de los ancianos como un
intento de seducción. Por ejemplo, las
notas de la Versión Anotada de
Oxford de la Versión Estándar
Revisada (ahora la Nueva Versión
Estándar Revisada) se refiere al
incidente simplemente como un
‘intento de seducción’.”
Para esta autora, los mecanismos
de la representación del género hacen
inevitable que se identifique al
personaje de Susana casi
exclusivamente como objeto:
“La visión de Susana nunca influye
en la resolución dramática de la en la narración; al lector nunca se le
historia, todos ellos elementos que invita a compartir la perspectiva de
sirven para reflejar la autoridad y el Susana (aunque, como he sugerido,
carisma del joven Daniel. La muchas mujeres inevitablemente
comparación de la antigua versión imaginarán lo que supondría
griega y la teodociónica pone de encontrarse en su situación). Más
manifiesto que la segunda refleja un preocupante aún es el hecho de que
intento de relacionar a la primera con Susana nunca cuenta su versión de
el resto del corpus daniélico, los acontecimientos. Habla, pero no
haciendo hincapié al mismo tiempo cuenta su historia: ni a su marido, ni a
en el aspecto erótico de la historia, un sus padres, sus hijos, sus esclavos, ni
elemento típico de las novelas griegas al tribunal. El tribunal condena a los
de la época. Sin embargo, Wills ancianos por perjurio....pero nunca
señala una diferencia interesante oyen lo que realmente ocurrió. De
entre los dos textos (griego antiguo y esta manera, el narrador minimiza el
teodociónico) de Susana: en el papel subjetivo de Susana....Susana
primero, Susana es desnudada es el símbolo de la integridad de la
completamente durante el juicio, casa de Joaquín, el objeto del deseo
mientras que en el segundo es de los ancianos, y un vehículo para el
despojada únicamente de su velo. ascenso de Daniel, pero no emerge
Según Wills, en una novela griega, como un sujeto en toda regla.”
nunca se habría desnudado totalmente
a la heroína, ya que esto pondría en
entredicho su castidad. En cambio el
texto griego antiguo responde más
exactamente a la práctica legal judía,
reflejada in Mishnah Sotah 1, basado
a su vez en Num 5:11ss., según el
cual las partes del cuerpo de una
mujer condenada por adulterio deben
ser expuestas en el orden en que
fueron descubiertos durante el acto
sexual. En conclusión, Wills afirma
que la historia de Susana,
especialmente en su versión
teodociónica, aporta una serie de
motivos literarios que tendrían como
resultado una percepción más
novelística del conjunto de Daniel
por parte del lector.

El número y la calidad de los estudios realizados sobre la historia de Susana

durante las últimas décadas son fruto de la aplicación de nuevas técnicas
analíticas y del interés por la cuestión de la imagen de la mujer en la literatura y
el arte. Cabe esperar que la valoración de este antiguo cuento judío se extienda
más allá de los límites del mundo académico y que vuelva a ser leído, no como
un curioso vestigio de la antigüedad hebrea, sino como un “texto de terror” que,
no obstante, conlleva un mensaje de vindicación y esperanza.