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Es increíble que el libro que supone la mediocridad superlativa de los estudios sobre la vida

de Julia de Burgos sea precisamente el gestionado por el Municipio de Carolina en el marco del
Centenario de la poeta. Y que ello haya estado en manos de una reconocida escritora, profesora
universitaria y promotora del quehacer literario como lo es Mayra Santos-Febres añade sorpresa
a este desatino. Titulado Yo misma fui mi ruta: La maravillosa vida de Julia de Burgos, es
presentado por el alcalde de Carolina en su página inicial como una “biografía seria y bien
documentada”, aunque apenas contiene once fuentes bibliográficas, limitación que Santos-Febres
intenta zanjar de disputa al aclarar que es un “libro escrito sin pretensiones académicas” (2). Pero
ello no la excusa de las opiniones libérrimas, errores crasos y falsedades en toda ley que esta
supuesta biografía contiene. El texto no identifica el proceder exacto de los datos de la
bibliografía que suministra, de manera que es imposible achacar sus despistes a esas pocas
fuentes utilizadas. No apuraremos, sin embargo, el juicio de un libro que por su disparatada
concepción no merece mayor atención en este estudio, sino que, por el contrario, apuntaremos
cada uno de los datos falaces suministrados por Santos-Febres y los enfrentaremos a los datos
empíricos que los descartan. Esto nos brinda la oportunidad de presentar un ejemplo de crítica
doxográfica, ético-moral e ideológica, y de atribuirlas, no al resultado de la aplicación de teorías
literarias diversas, sino a la ausencia de cualquier método de estudio solvente y a su extrema
laxitud.
1. Reconocimiento de parte de Gabriela Mistral a Julia de Burgos como poeta (18).
Falsedad. Una frase que unifica el juicio de Neruda en Cuba sobre la poesía de Julia, en
1942, con la asistencia de Gabriela Mistral a la ceremonia de graduación del año en que
se gradúa Julia, y que hace creer al lector que se produce un contacto personal en la que
la poeta chilena reconoce los méritos de la poesía de una Julia que aún no ha publicado
sus versos.
2. En el barrio Santa Cruz, “la niña crecía a orillas del Río Grande de Loíza”, y el lugar es
descrito como “en los montes de la cordillera central, en el mismo espinazo del país”
(25). El Río Grande de Loíza no pasa por el barrio Santa Cruz, pero sí sus tributarios. Y
el lugar se localiza al norte de Puerto Rico, por lo que indicar que esto sea el centro del
país es incorrecto.
3. Pentacromía como poema feminista (27). La teoría de la literatura que aquí abordamos
descarta esta interpretación con una coherente con la intertextualidad manifiesta en los
personajes ficticios que Julia presenta en el poema y su enorme carga idealista.
4. Alude a la “quebrada limones” y no menciona “pozo hondo” (33). Ello desvirtúa el
análisis de los riachuelos en el poema Río Grande de Loíza como referencia biográfica.
5. Mudanza de la familia de Julia a Río Piedras (39). No menciona una mudanza previa a
Río Grande, de 1920 a 1925, lo que desvirtúa el análisis de “buscar nuevos surcos” en el
poema Río Grande de Loíza como referencia biográfica.
6. Julia de Burgos es una espiritista consumada. Esa es la conclusión de esta larga
exposición: “Julia descubre en el pueblo de Río Piedras el Centro Espiritista al que
comienza a visitar junto a Consuelo, y termina por afiliarse y afirmarse en la creencia de
otras formas de vida que conviven con nosotros”. Y luego: “El Centro espiritista es
fundamental en el desarrollo de su discurso poético y en la formación de las inquietudes y
curiosidades metafísicas de Julia” (47). Santos-Febres no presenta ninguna poesía que
revele ese desarrollo espiritista en Julia, por lo que se trata de puro descriptivismo, una
materia desvinculada de la forma. Como material autorial, el tema de la religión en Julia
está explicitado en Cartas a Consuelo, en la carta del 31 de mayo de 1947, al criticar a su
cuñado Francisco Linares: “Iba para una velada espiritista, para que los espíritus le
aconsejaran lo que tenía que hacer con ella. Tú sabes que yo no creo ni en Dios. Tú sabes
que yo soy completamente materialista” (207). Y en la carta del 9 de abril de 1940: “La
mayor parte de esos negros son de Islas Vírgenes, y Bermuda, Martinica, etc., cocolos,
que llaman. Viven en sus ritos salvajes, haciendo “brujerías” y quemando inciensos,
prendiendo velas, etc. Todo esto lo he visto con mis propios ojos, pues he tenido que
meterme en las casas, sentarme con ellos y oír y ver su manera de vida” (27). De lo que
se deduce que sustentar que Julia de Burgos era espiritista es otra de las muchas
falsedades escritas en este libro.
7. Presenta a Julia como “joven de 14 años que pronto se convertiría en la voz poética más
importante del Caribe y de Puerto Rico” (54). Ello no sucede.
8. Sufrimiento como estudiante en la University High School, en Río Piedras por su
“extracción mulata” (57). Santos Febres no se atreve a establecer el color de piel de Julia.
9. Análisis de carta de intención de Julia, la cual redacta como requisito para ser admitida a
la Universidad de Puerto Rico (59). Santos-Febres ocupa en ello 12 páginas del libro sin
aportar ningún conocimiento nuevo en torno a Julia, o lo que excuse tal grado de
atención.
10. Referencia a Julia como “pobre y mulata”, estableciendo además que esta realidad de
Julia la expresa en su poema Ay, ay, ay de la grifa negra (73). Lugar común de la crítica
ético-moral, con que se intenta vincular una Julia víctima como criterio para sustentar la
validez de su obra, y declara el color de piel de Julia como negra usando como prueba
pericial un poema, es decir literatura. De acuerdo a las coordenadas teóricas que en esta
tesis aplicamos, la literatura no establece verdades y advierte un componente de ficción
como característica primordial.
11. Presentación de un diálogo imaginario entre Julia de Burgos y Pedro Albizu Campos
(92). La aportación biográfica de este episodio ficticio es nulo respecto a una obra cuya
hechura biográfica debía sustentarse en hechos.
12. La crítica de Pereda a Muñoz Marín por el “giro reformista” que “le estaba impartiendo
al independentismo” sugiere a una Julia que comparte esta idea (93). Cartas a Consuelo
refuta que Julia sienta aversión por Luis Muñoz Marín. Sobre las elecciones de 1940
escribe: “M.M. ganó cuatro distritos y mayoría en el Senado. Me alegro mucho por ese
triunfo, pues es lo mejor que tenemos” (82). Y en otra carta: “Quiero seguir a Muñoz
Marín” (104).
13. Julia acostumbraba “a vestirse con pantalones” (102). Al parecer esta aseveración parte
de una foto grupal en la que aparece Julia y Luis Lloréns Torres. En la foto aparece Julia
con pantalones de montar. No se conoce otra foto en la que Julia aparezca vistiendo
pantalones. La foto en cuestión se publica, entre otros lugares, en Julia de Burgos: poeta
maldita, página 101.
14. Cita errónea del poema A Julia de Burgos, en el que en vez de decir “la modista”, dice “el
modista” (103), para articular una interpretación feminista de este poema, que aquí
descartamos, y una falta de respeto a la poeta, al cambiar el texto del poema.
15. Manuel Rafael Suárez es “asesinado por las fuerzas del Estado en 1932” (118). Rafael
Suárez no fue asesinado, sino que su muerte se produjo a causa del ajetreo entre los
nacionalistas y la policía durante la entrada al Capitolio y del derrumbe de una baranda
del edificio en reparaciones. Se entiende que el nacionalismo utilice esta muerte con fines
propagandísticos, pero se espera de un estudio biográfico una mirada objetiva.
16. Julia conoce a Juan Isidro Jimenes Grullón en febrero de 1939. Y que Julia “dejó en
manos de Juan Isidro un ejemplar de Poema en veinte surcos (123-124). Esta fecha es
derrotada por la entrevista de Chiqui Vicioso a Juan Isidro Jimenes Grullón publicada en
su libro “Julia de Burgos en Santo Domingo”, en el sentido de que se conocen a
mediados de 1938. Peor aún, en el colofón de la primera edición de Poema en 20 surcos,
se establece como fecha de publicación el 28 de diciembre de 1938, y en esa edición
incluye palabras laudatorias del propio Juan Isidro, por lo que es absurdo la fecha que
Santos-Febres brinda en su libro. La misma sobrina de Julia, María Consuelo Sáez
Burgos, ha declarado en entrevistas que Julia y Juan Isidro se conocieron en 1939, lo que
nos lleva a considerar que la validez de las palabras en torno a Julia provenientes de su
familia no están exentas de errores, omisiones y falsedades. Habría que considerar qué
papel jugó Juan Isidro en la publicación de nada menos que dos poemarios en menos de
un año de parte de una “pobre y mulata” poeta. El contacto con Juan Isidro antes de la
publicación de su primer poemario insta también a considerar un análisis de los poemas a
fin de verificar si en algunos de ellos, como Mi símbolo de rosas, es inspirado en el
romance ya comenzado, interpretación que en esta tesis zanjamos absolutamente.
17. Declara que el primer poemario de Julia de Burgos fue Canción de la verdad sencilla
(127). Este es el segundo poemario. Aunque entendemos que fue un error de edición, ello
subraya el carácter chapucero de este libro, plagado de errores por todas partes.
18. Cita el trabajo de Julia en el Censo, en Nueva York, durante los días del 2 al 16 de abril
de 1940 (138). No cuenta nada de las palabras de Julia en cuanto a que los negros la
echaron de sus casas, precisamente por ser blanca, asunto descrito en detalle en Cartas a
Consuelo (27).
19. Sobre el Servicio Militar Obligatorio, Santos-Febres presenta a una Julia preocupada
porque sus hermanos vayan a combatir en la guerra (149). Cartas a Consuelo prueba que
Julia vio este asunto como una oportunidad de trabajo para su hermana, y declara su
entusiasmo por el progreso económico que tendrá el país ante las construcciones de las
bases militares. Incluso le pide a su hermana que investigue los requisitos para ella
enlistarse (65, 75, 88, 96, 107). Este es un asunto absolutamente “silenciado” por los
críticos ideólogos de Julia de Burgos, pero tiene lógica si se entiende la dialéctica de
filosofías enfrentada entre el Partido Nacionalista, que llama a la no colaboración con el
“Imperio”, y el marxismo de Julia, que también comparte Pueblos Hispanos y Juan
Antonio Corretjer, cuya postura es a favor de la defensa de América. La primera causa de
“El porqué de Pueblos Hispanos”, que se publica en todas las ediciones, reza que:
“Porque la victoria necesita: 1… la unificación de todas las colonias hispanas en Estados
Unidos para la derrota del Nazi-fascismo, en unidad con todas las fuerzas democráticas”.
Y en Cartas a Consuelo, carta del 7 de diciembre de 1941, en atención a ataque de Pearl
Harbor: Julia escribe: “América ha sido atacada y precisa defenderla, hasta la última
pulgada” (140).
20. Julia se matricula en la Universidad Espiritual de Artes Dramáticas y no en la
Universidad de La Habana, que era su deseo (151-153). Esta es una falsedad absoluta.
Julia estudia en la Universidad de La Habana. La Universidad que menciona Santos-
Febres forma parte de actividades dentro de la Universidad de La Habana. Así lo
establece en Cartas a Consuelo: “Estoy metida en actividades culturales en la
Universidad. Entré en la Universidad de Espiritual de Artes dramáticas. Además laboro
en seminarios públicos” (139). Increíblemente, en el propio libro de Santos-Febres
aparecen fotografías que documentan la matrícula de Julia en la Universidad de La
Habana, lo que ya nos deja en una situación de declarar inconcebible la magnitud del
daño que se le ha hecho a la figura de Julia de Burgos ante la publicación de esta
desastrosa biografía.
21. Ante la separación de Julia y de Juan Isidro, Santos-Febres escribe que Julia “parte de La
Habana ese mismo 28 de julio”. Una página después Julia llega a Nueva York “en pleno
mes de junio” (156-159). El disparate es aquí manifiesto.
22. Sobre Pueblos Hispanos, “En el 1944 la revista que la acogió entonces abandona las
prensas y la obliga a despedirse de su trabajo como colaboradora del semanario (163). La
verdad es que Julia renuncia a Pueblos Hispanos. En Cartas a Consuelo dice que resistió
“el intento de esclavizar de parte de una mujer sin alma”, refiriéndose a Consuelo Lee
Tapia (181).
23. Mayra Santos-Febres no se resiste a terminar la “biografía” de Julia sin mencionar la
historia metafísica que hemos leído tantas veces como parte del repertorio mitológico de
María Consuelo Sáez Burgos. “Se alega que cuando fueron a exhumar los restos para
trasladarlos a su nueva morada, la fosa fúnebre estaba llena de las aguas provientes del
Río Grande de Loíza” (error del original) (188). Nótese la locura de esta afirmación. Este
tema mágico, adivinatorio, espiritual, metafísico, que ya Santos-Febres había comenzado
al declarar a Julia como espiritista, se unifica con la tan mencionada profecía de Julia
respecto a su muerte, en 1953, en los poemas Dadme mi número y Poema para mi
muerte, que se publican póstumamente. Ante este misticismo de estudiosos de la
Academia y de profesores universitarios nos preguntamos: ¿dónde queda la razón, dónde
queda la “completamente materialista” Julia de Burgos?
Finalizamos con una declaración contundente: este es un libro que no debió haberse
publicado. Es un timo al comprador, que no obtiene lo que el libro promete. Los directivos
que se ocupan de la gestión cultural del Municipio de Carolina deben sacar de circulación
este texto ante la confusión que puede causar a los lectores de la obra literaria de Julia los
errores, las falsedades y las omisiones allí presentadas, además del ridículo que supone para
el pueblo natal de Julia de Burgos que una publicación que debió suponer un “Homenaje” sea
precisamente lo contrario: una burla a su vida, un deprecio a su obra. Si su autora, Mayra
Santos-Febres, no estaba preparada para esa encomienda, la honestidad de ayer hubiera
bastado para evitar los sinsabores de hoy.

Edwin Cuperes Vélez.


(Autor de la tesis: Poema en 20 surcos: enfrentamiento dialéctico a la crítica doxográfica,
ético-moral e ideológica desde los presupuestos del Materialismo Filosófico como teoría de
la literatura).

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