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Universidad de Oriente

Núcleo de Monagas

Escuela de Ciencias Sociales y Administrativas

RELACIONES HUMANAS

Profesora: Integrantes:

Yma Guerra. Pérez, Lizmar.

Tovar, Jorge

Vásquez, María

Daza, Armando.

Torrealba, Gabriela.

Maturín, Julio del 2017.


El trabajo como fuente de satisfacción

La actividad laboral ha cambiado mucho a lo largo de la historia de la humanidad.


Karl Marx fue uno de los pensadores que estudio esto , realizó un análisis en profundidad de la
realidad de su época , el siglo XIX, caracterizado por un profundo seguimiento del trabajador
asalariado , asociada al nacimiento de la sociedad industrial que siguió al servilismo . Se
trabajaba en las fábricas a cambio de una cantidad ingente de dinero en comparación a los
resultados que obtenía el propietario, algo que Marx calificó con el concepto de plusvalía y fue
la base del sistema capitalista.

Las condiciones en esta época fueron infrahumanas hasta tal punto que los niños,
hombres y mujeres morían de agotamiento .Pero esta situación tuvo su foto de insurgencia en el
momento que alzaron su voz y revindicaron que la situación reinante debía de cambiar y se
organizaron en grupos asamblearios o sindicatos, durante años plantearon su lucha con huelgas
consiguiendo derechos básicos como el contrato laboral , la pensión , la seguridad social .

Fue un cambio importante el trabajador recuperó la dignidad que le correspondía


como ser humano a través de la solidaridad, la cooperación y el apoyo.

La satisfacción en el empleo designa, básicamente, un conjunto de actitudes ante el


trabajo. Podemos describirla como una disposición psicológica del sujeto hacia su trabajo (lo
que piensa de él), y esto supone un grupo de actitudes y sentimientos. De ahí que la satisfacción
o insatisfacción con el trabajo dependa de numerosos factores como el ambiente físico donde
trabaja, el hecho de que el jefe lo llame por su nombre y lo trate bien, el sentido de logro o
realización que le procura el trabajo, la posibilidad de aplicar sus conocimientos, que el empleo
le permita desarrollar nuevos conocimientos y asumir retos, etc.

Hay otros factores que, repercuten en la satisfacción y que no forman parte de la


atmósfera laboral, pero que también influyen en la satisfacción laboral. Por ejemplo, la edad, la
salud, la antigüedad, la estabilidad emocional, condición socio-económica, tiempo libre y
actividades recreativas practicadas, relaciones familiares y otros desahogos, afiliaciones
sociales, etc. Lo mismo sucede con las motivaciones y aspiraciones personales, así como con su
realización.

Las variables en el trabajo determinan la satisfacción laboral. Las evidencias indican


que los principales factores son un trabajo intelectualmente estimulante, recompensas
equitativas, condiciones favorables de trabajo y colegas cooperadores.

Los trabajadores tienden a preferir puestos que les brinden oportunidades de aplicar
sus habilidades y capacidades y ofrezcan una variedad de tareas, libertad y retroalimentación
sobre qué tan bien lo están haciendo, características que hacen que el trabajo posea estímulos
intelectuales. Los puestos que tienen pocos retos provocan fastidio, pero demasiados retos
causan frustración y sentimientos de fracaso. En condiciones moderadas, los empleados
experimentarán placer y satisfacción.
Los empleados quieren sistemas de pagos y políticas de ascensos que les parezcan
justos, claros y congruentes con sus expectativas. Cuando el salario les parece equitativo,
fundado en las exigencias del puesto, las habilidades del individuo y el nivel de los sueldos del
lugar, es muy probable que el resultado sea la satisfacción. Del mismo modo, quienes creen que
las decisiones sobre los ascensos se hacen en forma honesta e imparcial, tienden a sentirse
satisfechos con su trabajo.

Los empleados se preocupan por el ambiente laboral tanto en lo que respecta a su


bienestar personal como en lo que concierne a las facilidades para realizar un buen trabajo.
Prefieren los entornos seguros, cómodos, limpios y con el mínimo de distracciones. Por último,
la gente obtiene del trabajo algo más que sólo dinero o logros tangibles: para la mayoría,
también satisface necesidades de trato personal. Por ende, no es de sorprender que tener
compañeros que brinden amistad y respaldo también aumente la satisfacción laboral.

 Decisión

La decisión es una determinación o resolución que se toma sobre una determinada


cosa. Por lo general la decisión supone un comienzo o poner fin a una situación; es decir,
impone un cambio de estado. El hecho de tomar una decisión es, de tal modo, realizar una
elección en base a conocimientos previos, a sentimientos o sensaciones, a prejuicios o a
maneras de pensar mucho más complejos que lo que se supone a primera vista.

El hombre es el único ser vivo que puede tomar decisiones que, aun no siendo
conscientes, implican una elección de diferentes hechos y aspectos de su vida. Desde que una
persona se despierta y elige qué desayunar, pasando por la vestimenta, el medio de transporte,
el almuerzo y muchísimas otras cosas, el sujeto debe decidir infinidad de veces por día. Por
supuesto, algunas decisiones son más trascendentes que otras por sus repercusiones.

En el ámbito de las empresas, la toma de decisiones suele apelar a metodologías


cuantitativas (con estudios de mercado, estadísticas, etc.) para reducir el margen de error. No es
lo mismo decidir el lanzamiento de un producto por intuición que hacerlo tras llevar a cabo una
encuesta entre 5.000 consumidores.

En un sentido general, la toma de una decisión siempre requiere conocer el problema


y comprenderlo para así poder solucionarlo o, al menos, decidir en consecuencia de la
información procesada.

 Disciplina

La noción de disciplina, puede estar vinculada al comportamiento o a la actitud de


alguien. Se dice que la disciplina es buena cuando la persona respeta las reglas, las leyes o las
normativas dentro de algún ámbito.

En un principio éste vocablo nos enlaza con una relación autoridad-subordinación, en


la que una persona dirige y ordena y otra se somete y obedece.
La disciplina está definida como la manera ordenada y sistemática de hacer las cosas,
siguiendo un conjunto de reglas y normas estrictas que, por lo general, la rigen una actividad o
una organización. Se entiende como la labor que ejerce una persona para enseñar o adquirir
buenos hábitos; abarcando todas aquellas reglas de comportamiento que elabora y las medidas
que ocupa para cerciorar que dichas reglas se cumplan.

Esto último es muy común en un núcleo familiar donde los padres tratan siempre de
disciplinar a sus hijos para hacerlos personas de bien, de carácter y de orden. Lo mismo ocurre
en la escuela, donde se conoce como disciplina escolar, el maestro o profesor tiene el deber
impartir su enseñanza manteniendo el orden y conducta en su clase, y el reglamento de dicha
institución.

La disciplina exige respetar un cierto código de vestimenta, cumplir con un horario y


dirigirse a los superiores jerárquicos de una manera en particular, entre otras obligaciones. Esto
quiere decir que, en una empresa, la disciplina puede incluir usar uniforme, ser puntual,
responsable y no tutear al jefe.

 Empatía

La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando


experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo.

La empatía hace que las personas se ayuden entre sí. Está estrechamente relacionada
con el altruismo - el amor y preocupación por los demás - y la capacidad de ayudar. Cuando un
individuo consigue sentir el dolor o el sufrimiento de los demás poniéndose en su lugar,
despierta el deseo de ayudar y actuar siguiendo los principios morales.

La capacidad de ponerse en el lugar del otro, que se desarrolla a través de la empatía,


ayuda a comprender mejor el comportamiento en determinadas circunstancias y la forma como
el otro toma las decisiones.

La persona empática se caracteriza por tener afinidades e identificarse con otra


persona. Es saber escuchar a los demás, entender sus problemas y emociones. Cuando alguien
dice "hubo una empatía inmediata entre nosotros", quiere decir que hubo una gran conexión,
una identificación inmediata.

La empatía es lo opuesto de antipatía ya que el contacto con la otra persona genera


placer, alegría y satisfacción. La empatía es una actitud positiva que permite establecer
relaciones saludables, generando una mejor convivencia entre los individuos.

 Congruencia

Solemos decir que una persona actúa con congruencia, que es congruente por caso,
cuando obra en orden a los planes que se ha trazado oportunamente y que la llevarán a obtener
el fin propuesto. Esto es lo mismo a decir que esa persona actúa en forma lógica. Es mucho más
común escuchar hablar en términos de actuación lógica que en congruencia, aunque claro, es
correcto si se expresa de esta última manera.

Un texto, un enunciado, una frase y otras formas escritas también pueden volverse
congruentes entre sí si buscan y logran expresar las mismas ideas o sentimientos. Cuando se
pierde esa congruencia a veces las formas de expresión se vuelven desordenadas, inentendibles
y contradictorias ya que no siguen una línea o pensamiento general.

Congruencia, es la coherencia o relación lógica. Se trata de una característica que se


comprende a partir de un vínculo entre dos o más cosas.

Resistencia al cambio

La vida es cambio, de hecho, objetivamente, ningún día es exactamente igual al


anterior. Cambian las circunstancias de la vida. Las personas evolucionan desde el punto de
vista personal ya que gracias a la madurez y a la experiencia propia de la edad, también
cambian sus expectativas y sus prioridades. El paso del tiempo también muestra los cambios a
nivel físico como muestran las arrugas del rostro de un anciano.

El cambio forma parte de la vida, sin embargo, también es muy humana la actitud de
mostrar cierta resistencia al cambio, es decir, de mostrar una actitud poco receptiva hacia la
novedad queriendo permanecer en un punto fijo en la zona de confort porque aporta seguridad.
Precisamente, esta es la causa principal de la resistencia al cambio: el miedo que experimenta la
persona ante la novedad de lo desconocido.

Dicha resistencia al cambio es muy humana pero puede convertirse en patológica


cuando la persona se cierra por completo hacia nuevas oportunidades por ese apego a lo
conocido. Esta actitud conduce al estancamiento.

Sin embargo, desde el punto de vista positivo, esta resistencia al cambio se supera
generalmente en un breve plazo de tiempo cuando el sujeto se adapta poco a poco a una nueva
realidad y asimila los cambios poco a poco. De hecho, los cambios no se asimilan de golpe sino
de un modo gradual y paulatino.

Resistir al cambio es cerrar puertas a la sorpresa que la novedad puede aportar a la


vida de una persona ya que en el destino humano existen elementos que dependen de la
voluntad pero también existen otros factores que no dependen de la voluntad. Son
precisamente, estos cambios ajenos a uno mismo y que en cierto modo son impuestos lo que
pueden producir un mayor grado de resistencia en el sujeto.

Resolución de problemas

La capacidad de resolver problemas es la eficacia y agilidad para dar soluciones a


problemas detectados, emprendiendo las acciones correctoras necesarias con sentido común,
sentido del coste e iniciativa.
Esta cualidad supone tomar acción de manera proactiva, ante las dificultades sin
pérdida de tiempo y atendiendo a las soluciones que marca el sentido común, pensando en las
repercusiones que pueden tener en un plazo más amplio. La resolución de un problema
comienza con la identificación del inconveniente en cuestión. Después de todo, si no se tiene
conocimiento sobre la existencia de la contrariedad o no se la logra determinar con precisión,
no habrá tampoco necesidad de encontrar una solución.

Una vez que el problema se encuentra identificado, se hace necesario buscar


alternativas de solución, valorar las consecuencias positivas y negativas de cada alternativa,
elegir la más conveniente e implantar.

Otras competencias que actúan paralelamente son la creatividad, la búsqueda de


información, toma de decisiones, trabajo en equipo, flexibilidad.

Habilidad para relacionarse o habilidad social

Somos seres sociales por lo que comunicarnos con los demás es algo necesario que
nos permite sobrevivir, crecer, nutrirnos de otros puntos de vista y vivir en armonía. Para ello,
saber relacionarnos y disponer de una serie de habilidades sociales es fundamental porque en la
mayoría de las ocasiones evitaremos malentendidos y conflictos.

Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que nos permiten interactuar y
relacionarnos con los demás de manera efectiva y satisfactoria. Lo bueno es que podemos
aprenderlas e ir desarrollándolas con la práctica, aunque no siempre será sencillo debido al
grado de complejidad que tienen algunas de ellas pero tampoco imposible.

Un aspecto importante a tener en cuenta es que la cultura y las variables


sociodemográficas son imprescindibles para entrenar y evaluar las habilidades sociales, ya que
dependiendo del lugar en el que nos encontremos, los hábitos y formas de relacionarse
cambian. Por eso, no solo es importante tener un buen repertorio de habilidades sociales sino
saber cuándo y dónde ponerlas en práctica. Esto último se conoce como competencia social.Las
habilidades sociales se encuentran presente en nuestra vida diaria, ya sea tanto por la presencia
de éstas como por su ausencia, tanto en ambientes familiares, laborales como entre amigos.
Aprender y desarrollar estas habilidades en uno mismo es fundamental para conseguir unas
relaciones óptimas y satisfactorias con los demás.

Son numerosos los beneficios que obtendremos con su puesta en práctica, como
conseguir que no nos impidan lograr nuestros objetivos, saber expresarnos y tener en cuenta los
intereses, necesidades y sentimientos ajenos, obtener aquello que queremos, comunicarnos
satisfactoriamente con los demás y facilitar una buena autoestima, entre otros.

Se pueden dividir las habilidades sociales en distintos tipos según el criterio de


clasificación que se utilice.
Grupo 1: habilidades sociales básicas

 Escuchar.
 Iniciar una conversación.
 Mantener una conversación.
 Formular una pregunta.
 Dar las gracias.
 Presentarse.
 Presentar a otras personas.

Grupo 2: Habilidades sociales avanzadas

 Pedir ayuda.
 Participar.
 Dar instrucciones.
 Seguir instrucciones.

Grupo 3: Habilidades afectivas

 Conocer los propios sentimientos.


 Expresar los sentimientos.
 Comprender los sentimientos de los demás.
 Enfrentarse con el enfado de otros.
 Expresar afecto.

Grupo 4: Habilidades alternativas a la agresión

 Pedir permiso.
 Quererse.
 Compartir algo.
 Ayudar a los demás.
 Negociar.
 Empezar el autocontrol.

Grupo 5: Habilidades para hacer frente al estrés

 Formular una queja


 Responder a una queja.
 Demostrar deportividad después de un juego.
 Resolver la vergüenza.
 Arreglárselas cuando le dejan a uno de lado.
Grupo 6: Habilidades de planificación

 Tomar decisiones.
 Pensar sobre la causa de un problema.
 Establecer un objetivo.
 Conocer las propias habilidades.
 Recoger información.

En todos estos tipos de habilidades sociales generalmente se definen la asertividad y


empatía como los ejes centrales. Ambas pueden afectar de forma notable las habilidades para
relacionarse socialmente

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