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ISSN 0717-9987

Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada


en foco 57

Desigual pero fluido: El patrón chileno de


movilidad en perspectiva comparada
Florencia Torche*
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

Introducción
Movilidad y desigualdad son dos temas establecidos en las ciencias
sociales. Aunque íntimamente relacionados, estos dos aspectos de la distribu-
ción de recursos sociales son conceptualmente diferentes(1). La desigualdad
describe la distribución de recursos en un momento determinado del tiempo,
mientras que la movilidad mide movimientos individuales en dicha distribu-
ción a través del tiempo(2). Expresado en medidas estadísticas estándar, la
desigualdad se refiere a la varianza,
en tanto que la movilidad a la correla- Las perspectivas teóricas que vincu-
ción intertemporal(3). De este modo, lan movilidad y desigualdad tienden a
aunque conectados, no hay una aso- enfocarse en las motivaciones y re-
ciación necesaria entre desigualdad y cursos que determinan decisiones in-
movilidad. Más aún, algunos analistas dividuales, pudiéndose distinguir dos
plantean que un aumento en la movili- perspectivas. La de los “recursos”,
dad puede contrarrestar incrementos que indica que el aumento de la des-
de la desigualdad, asumiendo tácita- igualdad reducirá la movilidad (al be-
mente que estos fenómenos se mue- neficiar a aquellos que poseen más
ven en direcciones opuestas(4). recursos en la competencia por el as-
Las perspectivas teóricas que censo social) y la de los “incentivos”
vinculan movilidad y desigualdad que, en contraste con la primera,
tienden a enfocarse en las motivacio- plantea que la mayor desigualdad au-
nes y recursos que determinan deci- menta el ‘premio’ de la competencia
siones individuales, pudiéndose dis- por ascenso social y, de este modo,
tinguir dos perspectivas. La de los induciría mayor movilidad social.
“recursos”, que indica que el aumen-
to de la desigualdad reducirá la movilidad (al beneficiar a aquellos que
poseen más recursos en la competencia por el ascenso social) y la de los
“incentivos” que, en contraste con la primera, plantea que la mayor des-
igualdad aumenta el ‘premio’ de la competencia por ascenso social y, de
este modo, induciría mayor movilidad social.
A fin de cuentas, la pregunta sobre el vínculo entre movilidad y des-
igualdad es empírica y, a la fecha, esta evidencia es pobre y poco conclu-
(1) Hout, 2004.
(2) Marshall, Swift, y Roberts, 1997.
(3) Gottschalk y Danzinger, 1997.
(4) Friedman, 1962.

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

yente. Una limitación que, en parte, se debe a que la movilidad se ha


estudiado en un número pequeño de países, la mayoría de ellos industriali-
zados, los cuales comparten bajos niveles de desigualdad. En este sentido,
la contribución de este artículo está en que introduce el caso chileno al
proyecto comparativo de movilidad, explorando el vínculo entre desigual-
dad y movilidad.
Chile es un país de ingreso medio que ha experimentado una signifi-
cativa transformación política y económica en las últimas décadas. A me-
diados del siglo 20, su estrategia de desarrollo se basaba en la industrializa-
ción sustitutiva de importaciones. Su economía estaba cerrada al comercio
internacional y el Estado desempeñaba un rol económico y productivo cen-
tral. Crecientes demandas sociales asociadas con el desigual desarrollo,
acompañada de una masiva migración urbana, ayudaron a dos gobiernos
progresistas a llegar al poder en la década de los 60 y comienzos del 70.
Estos gobiernos condujeron significativas reformas redistributivas, inclu-
yendo la nacionalización de empresas y una reforma educacional y agraria.
Este camino reformista, sin embargo, fue violentamente cortado por el gol-
pe militar de 1973. Al mando del general Pinochet, las Fuerzas Armadas
tomaron y mantuvieron el poder hasta 1990.
Instalado en el poder, el gobierno militar llevó a cabo una profunda y
vertiginosa transformación económica, que incluyó un ajuste macroeconó-
mico, privatización de empresas y del sistema de bienestar, además de la
liberalización de precios y mercados. En consecuencia, Chile se transformó
de una economía cerrada, con alta injerencia estatal, a una de las economías
más abiertas y libremercadistas del mundo.
Luego de una profunda recesión a principios de los 80, Chile experi-
mentó un significativo crecimiento económico, además del restablecimiento
de su democracia. El período de ‘redemocratización y crecimiento’, vivido
durante la década de los 90, permitió un considerable mejoramiento en la
calidad de vida de su población, con un aumento de los salarios reales y
una significativa reducción de la pobreza.
El lado oscuro de este proceso, sin embargo, se encuentra en la persisten-
te desigualdad. Históricamente alta, esta creció durante el gobierno militar y
Chile es hoy el décimo país más desigual del mundo. Su patrón de desigualdad
se caracteriza por la “concentración en la elite”, donde el sector de más altos

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

ingresos recibe una proporción sustancial del ingreso total, mientras que las
diferencias entre los sectores pobres y medios son menos marcadas (incluso
menores en relación a algunos países desarrollados). Aunque por definición
desigualdad y concentración del ingre-
so están relacionadas, el caso chileno Chile es hoy el décimo país más des-
es extremo si se lo compara con países igual del mundo. Su patrón de des-
industrializados e incluso con otros igualdad se caracteriza por la “concen-
países latinoamericanos. tración en la elite”, donde el sector de
Estas características transfor- más altos ingresos recibe una propor-
man a Chile en un caso especial. Si ción sustancial del ingreso total, mien-
hay una relación entre movilidad y tras que las diferencias entre los sec-
desigualdad, la tasa chilena de movi- tores pobres y medios son menos
lidad debería ser significativamente marcadas (incluso menores en rela-
diferente a la de los países desarro- ción a algunos países desarrollados).
llados, dado que Chile experimenta
una mayor desigualdad. Para explorar esta hipótesis, este documento estu-
dia el patrón de movilidad intergeneracional en Chile usando métodos log
lineales para la tabla de movilidad. A diferencia de otros análisis que identi-
fican la posición en la estructura social de padres e hijos a través del
ingreso, en este caso se distinguen estratos socioeconómicos basados en la
posición de padres e hijos en la estructura productiva. Posteriormente, se
compara estos resultados con el nivel de movilidad en otros países (Francia,
Inglaterra, Escocia, Irlanda, Suecia, Estados Unidos e Israel), todas nacio-
nes que tienen niveles de desigualdad mucho menores que Chile.
Avanzando algunos de los resultados, el análisis obtenido presenta
una interesante contradicción. Por una parte, el régimen de movilidad chile-
no está significativamente determinado por la distancia jerárquica entre
estratos socioeconómicos lo que, a su vez, es una función del nivel de
desigualdad en el país. Este resultado es consistente con la relación negati-
va entre movilidad y desigualdad planteada por la “perspectiva de recur-
sos”. Por otra parte, la comparación internacional indica que la movilidad
en Chile es sorprendentemente alta, a pesar de la alta desigualdad económi-
ca. Este hallazgo parece contradecir la relación negativa entre movilidad y
desigualdad y sugiere, como lo plantea la “perspectiva de incentivos” que
la desigualdad podría motivar una mayor movilidad.

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

Resolver esta aparente contradicción requiere trasladar el foco analíti-


co desde el nivel hacia el patrón de la movilidad y la desigualdad. Cuando
se considera el patrón de estos fenómenos distributivos, la contradicción
desaparece y Chile emerge como un país en que el patrón de movilidad
reproduce el patrón de desigualdad.
El presente trabajo se divide en seis secciones. Luego de esta intro-
ducción, la sección 2 presenta evidencia empírica y teórica sobre la asocia-
ción entre movilidad y desigualdad. La sección 3, en tanto, describe el
patrón chileno de desigualdad. La sección 4, por su parte, introduce los
datos y metodología utilizada. La sección 5 presenta el análisis comparati-
vo de movilidad entre Chile y otros países; y la sección 6, finalmente,
concluye y discute implicancias de los resultados.

Asociación entre desigualdad y movilidad a nivel teórico y


empírico
Aunque la desigualdad y la movilidad “van intuitivamente juntas”(5)
estas corresponden a diferentes dimensiones de la distribución de recursos
sociales. La primera es la dimensión transversal, que determina la posición
individual en una jerarquía social. La segunda, en tanto, responde a la
dimensión intergeneracional, especí-
Mientras la desigualdad describe la ficamente el acceso diferencial a di-
distribución de recursos en un mo- chas posiciones, determinado por la
mento del tiempo, la movilidad grafi- posición de origen(6).
ca la “igualdad de oportunidades”, Al nivel conceptual, las dife-
esto es, la probabilidad de que al- rencias entre estos dos fenómenos
guien –con un origen social particu- son claras. Mientras la desigualdad
lar– obtenga una posición alta ver- describe la distribución de recursos
sus baja, independiente de la en un momento del tiempo, la movi-
distancia socioeconómica entre es- lidad grafica la “igualdad de oportu-
tas posiciones. nidades”, esto es, la probabilidad de
que alguien –con un origen social
particular– obtenga una posición alta versus baja, independiente de la dis-
tancia socioeconómica entre estas posiciones. Por esta razón, ‘los indivi-
(5) Hout, 2004: 969.
(6) Marshall y Swift 1999: 243; Marshall et al., 1997: 13.

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

duos son anónimos en términos de desigualdad pero no en términos de


movilidad’(7). De hecho, el análisis de la movilidad asume la dependencia
intergeneracional en la reproducción de la estructura social, y estudia el
grado y la morfología de dicha dependencia.
Esta distinción conceptual tiene importantes implicaciones prácticas.
Como lo plantea Friedman (1962: 171), “un determinado grado de desigual-
dad económica bajo condiciones de alta movilidad y cambio es menos
razón de preocupación que el mismo grado de desigualdad en un sistema
rígido, en el que la posición de familias particulares en la distribución del
ingreso no varía significativamente a través del tiempo”.
La cuestión central es si estos dos fenómenos distributivos son
independientes. Dos perspectivas teóricas responden esta pregunta foca-
lizándose en los mecanismos de nivel micro que supuestamente vinculan
estos fenómenos estructurales: las decisiones de actores individuales. La
“perspectiva de incentivos” plantea que la motivación para lograr movi-
lidad es proporcional al nivel de desigualdad social. Si la desigualdad es
cercana a cero, el incentivo para moverse en la escala social será nulo.
Asimismo, gran desigualdad aumenta tanto la motivación para avanzar
entre aquellos que se ubican inicialmente en posiciones bajas como los
incentivos para resistir dicha movilidad entre aquellos que ocupan posi-
ciones altas (8).
La “perspectiva de recursos”, por su parte, indica que la movilidad
depende en forma crítica de los recursos, no de incentivos. A mayor movi-
lidad, mayor será la distancia en términos de capital humano, financiero,
cultural y social entre distintos orígenes sociales. En una sociedad muy
desigual, los incentivos de la movilidad son altos para todos, pero los
recursos necesarios para actualizarlos están tan desigualmente distribui-
dos que la competencia beneficiará necesariamente a aquellos con oríge-
nes sociales aventajados(9). El resultado de alta desigualdad será entonces
la rígida reproducción de la estructura social, por tanto, baja movilidad
social.

(7) Behrman, 1999: 72.


(8) Hout, 2004: 970; ver también Tallin, 2004.
(9) Para la elaboración temprana de este argumento ver Goldthorpe, 2000: 254, Stephens, 1979: 54, y
Tawney, 1965).

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

Debido a que recursos e incentivos operan en direcciones opuestas, el


efecto de la desigualdad en la movilidad puede entenderse como un cálculo
aditivo. Si el impacto de los recursos sobrepasa el de los incentivos, se
espera una asociación negativa entre movilidad y desigualdad. Si, por el
contrario, los incentivos son más poderosos que los recursos, la asociación
debería ser positiva. A continuación, se plantea que el estudio de recursos e
incentivos que afectan la movilidad a nivel micro debe ser precedido de un
estudio de la desigualdad y movili-
Debido a que recursos e incentivos dad a nivel macro. Este estudio debe
operan en direcciones opuestas, el considerar el patrón de desigualdad y
efecto de la desigualdad en la movili- movilidad, y no solo el nivel de estos
dad puede entenderse como un cálcu- dos fenómenos.
lo aditivo. Si el impacto de los recur-
sos sobrepasa el de los incentivos, se a) Evidencia empírica
espera una asociación negativa entre La evidencia sobre la asocia-
movilidad y desigualdad. Si, por el ción entre desigualdad y movilidad
contrario, los incentivos son más po- es escasa. Aunque existe información
derosos que los recursos, la asocia- de calidad sobre desigualdad para la
ción debería ser positiva. mayoría de los países(10), la informa-
ción sobre movilidad está disponible
para un número reducido de naciones, la mayoría de ellas industrializadas.
La fuente más importante de datos comparables de movilidad existente a la
fecha es el Análisis Comparativo de la Movilidad Social en Países Indus-
trializados (CASMIN, por su sigla en inglés), el cual incluye 15 nacio-
nes(11). Este proyecto descubrió que la movilidad varía entre países –y a
través del tiempo– debido a diferencias en la estructura social, aun cuando
la asociación entre origen y destino social neto de cambios estructurales es
extremadamente homogénea a través de los distintos países.
Un análisis comparativo más reciente de tendencias de movilidad
entre 1970 y 1990 efectuado en 11 países industrializados, sin embargo, no
encuentra evidencia sobre una relación entre desigualdad y movilidad(12).
(10) Entre otros, Deininger y Squire 1996.
(11) Las naciones originalmente incluidas son: Inglaterra, Francia, Alemania (ex República Federal),
Hungría, Irlanda, Irlanda del norte, Polonia, Escocia. Suecia, ex Checoslovaquia, Italia, Holanda, Esta-
dos Unidos, Australia y Japón.
(12) Breen y Luijkx, 2004: 396.

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

Este resultado reproduce un trabajo más temprano que tampoco encuentra


asociación(13).
En resumen, la evidencia sobre una potencial asociación entre movili-
dad y desigualdad basada en comparaciones internacionales no es conclu-
yente, no solo por los resultados di-
vergentes, sino también debido al pe- Chile presenta un caso ventajoso
queño número de países analizados, y para examinar la asociación entre
a la potencial colinealidad entre des- movilidad y desigualdad. Dada la ex-
igualdad y otros factores explicati- trema desigualdad en el país, si la
vos. En este contexto, Chile presenta desigual distribución de recursos o
un caso ventajoso para examinar la incentivos tiene algún impacto en las
asociación entre movilidad y des- oportunidades de movilidad, su nivel
igualdad. Dada la extrema desigual- de movilidad debería ser significati-
dad en el país, si la desigual distribu- vamente diferente al de las naciones
ción de recursos o incentivos tiene industrializadas.
algún impacto en las oportunidades
de movilidad, su nivel de movilidad debería ser significativamente diferen-
te al de las naciones industrializadas.

El patrón chileno de desigualdad en perspectiva comparada


Desde fines de los 80, Chile experimentó una significativa expansión
económica, con un crecimiento del PIB per cápita de más de 6% anual
durante 15 años, una tasa inédita para este país, solo comparable con el
‘milagro asiático(14). Gracias a este rápido crecimiento, Chile se transformó
en un ‘país de ingreso medio’. En el año 2000 su ingreso per cápita era
aproximadamente US$ 5.000, mucho más pequeño que los US$ 31.910 de
Estados Unidos, pero el más alto de Latinoamérica(15). Como resultado de
este rápido crecimiento, la población chilena alcanzó niveles de consumo
impensables hace dos décadas, y la pobreza cayó desde 45% a 21%, entre
1985 y 2000(16).
El lado oscuro de esta exitosa historia es la enorme desigualdad. Ba-
sada en una estructura agraria semifeudal, herencia institucional del perío-
(13) Grusky y Hauser, 1984.
(14) World Bank, 1993.
(15) World Bank, 2003ª.
(16) Mideplan, 2000; Raczynski, 2000.

7
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

do colonial, y en la lenta expansión de la educación(17), la desigualdad ha


permanecido persistentemente alta durante el siglo 20. En los 90 el coefi-
ciente Gini era 0.58, en comparación con un promedio de 0.34 en los países
industrializados, e incluso alto para el promedio latinoamericano de
0.49(18). Como lo indica la Figura 1, la desigualdad en Chile es el doble que
la de la mayoría de los países industrializados, y 1.5 veces la de Estados
Unidos, el país más desigual del mundo industrializado.

Figura 1
Distribución del ingreso (índice de Gini).
Chile y países desarrollados seleccionados, 2000

Japón

Fuente: World Bank 2001.

(17) Engerman y Sokoloff, 1997; World Bank, 2003b.


(18) Deininger y Squire, 1996; Marcel y Solimano, 1994.

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

No solo el nivel, sino que también el patrón de desigualdad es signifi-


cativamente diferente en Chile respecto del mundo industrializado. Este se
caracteriza por la enorme ‘concentración en la elite’, ya que el decil más
rico recibe el 42.3% del total del ingreso nacional(19). Aunque por defini-
ción la desigualdad se relaciona con la movilidad, el caso chileno es extre-
mo si se lo compara con el mundo industrializado e incluso con Latinoamé-
rica. La comparación del ingreso de cada decil con el ingreso del decil
siguiente (más pobre) ilustra este punto. La razón entre el decil más rico y
el siguiente es dos veces más grande en Chile que en Estados Unidos e
Inglaterra, y una de las más grandes en Latinoamérica, lo que indica una
alta concentración en la cúspide. En contraste, la razón entre el segundo
decil más pobre y el más pobre en Chile corresponde a la mitad de estos
dos países, situación que demuestra que la desigualdad en Chile es mucho
menor en el extremo inferior de la distribución(20).
De hecho, como lo indica la Figura 2, Chile es el cuarto país más
desigual de la región más desigual del mundo. Sin embargo, si se excluye
el decil más rico, la desigualdad chi-
lena se reduce dramáticamente y Chile es el cuarto país más desigual
este país se transforma en el más de la región más desigual del mun-
igualitario de Latinoamérica, supe- do. Sin embargo, si se excluye el de-
rando incluso a Estados Unidos(21). cil más rico, la desigualdad chilena
Lo anterior permite concluir que se reduce dramáticamente y este
Chile es desigual, porque su elite país se transforma en el más iguali-
concentra una proporción extrema- tario de Latinoamérica, superando
damente alta del ingreso nacional. incluso a Estados Unidos.
Esto contrasta con lo que sucede en
las clases medias y bajas, en las cuales la distribución de recursos es
mucho más uniforme.

(19) Mideplan, 2001.


(20) Szekely y Hilgert, 1999.
(21) Inter-American Development Bank, 1999.

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

Figura 2
Desigualdad total excluyendo el decil más rico (índice de Gini).
Chile, países latinoamericanos y EE.UU., 1998

más

Brasil

Fuente: Inter-American Development Bank 1999.

En la sección que sigue se analiza el vínculo que existe entre este


particular patrón de desigualdad y la movilidad intergeneracional en Chile.

Datos y su recolección
El presente estudio se basa en la Encuesta Chilena de Movilidad So-
cial 2001 (ECM), implementada por el Departamento de Estudios Socioló-
gicos de la Universidad Católica de Chile. Esta encuesta recoge una mues-
tra representativa a nivel nacional de aproximadamente 3.000 hombres jefes
de hogar entre 24 y 69 años de edad.
El trabajo de campo consistió en la realización de entrevistas cara a
cara en el hogar del encuestado, a cargo de personal especializado. La
encuesta excluyó a hombres no jefes de hogar, quienes representan el 17%
de la población masculina de edad relevante(22). El tamaño pequeño de este

(22) Mideplan, 2001.

10
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

grupo y su distribución ocupacional, similar a la de los jefes de hogar,


sugiere que su inclusión no alteraría los resultados de este estudio.

La estructura de estratificación socioeconómica chilena


Con el fin de describir la estructura social chilena, este estudio utiliza
una perspectiva de estratos socioeconómicos. Estos se basan en la partici-
pación actual o reciente del jefe de hogar en el mercado laboral. Específica-
mente, emplea el esquema de siete estratos diseñado por el proyecto CAS-
MIN. Ampliamente utilizada en comparaciones internacionales, esta
clasificación describe los fundamentos de la estratificación en sociedades
industriales a partir de ‘relaciones de empleo(23).
El esquema parte de la distinción básica entre empleados e indepen-
dientes, a la que se añade diferencias sectoriales (manual/ no manual, y
agrícola/ no agrícola) y consideraciones en términos de calificaciones pro-
fesionales.
Los siete estratos que se distinguen son los siguientes: profesionales
(estrato 1), empleados de rutina no manual (estrato 2), trabajadores inde-
pendientes (estrato 3), supervisores manuales y trabajadores manuales cua-
lificados (estrato 4), trabajadores manuales no cualificados (estrato 5), pro-
pietarios agrícolas (estrato 6) y trabajadores agrícolas (estrato 7).
Como muestra la Figura 3, existe un claro ranking socioeconómico
entre estratos, indicado a través de los años de educación promedio e ingre-
so promedio del hogar de los miembros de cada estrato. En este sentido, los
estratos socioeconómicos representan una división jerárquica de la socie-
dad, similar al ranking de ingreso. La principal ventaja de esta clasificación
de estratos es que incluye factores que determinan estratificación social
más allá del ingreso, como el sector de la economía (no manual, manual,
agrícola) y la propiedad (independientes, empleados). Su principal desven-
taja es que los estratos socioeconómicos pueden incluir significativa varia-
ción interna en cuanto a sus niveles de ingreso, ocultando parte de la movi-
lidad que se produce al interior de cada estrato. De este modo, un análisis
de la movilidad se beneficiaría de la combinación y comparación de formas
alternativas de operacionalizar la estructura social, entre ellos, estratos so-
cioeconómicos e ingresos.
(23) Erikson y Goldthorpe, 1992: 35-47; Goldthorpe y Heath, 1992.

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

Figura 3
Promedio de educación e ingresos por estrato socioeconómico,
Chile 2001

Agrícolas Agrícolas

Educación

Fuente: Encuesta de Movilidad Social en Chile 2001.


Educación medida como años de estudio completados, ingresos medidos como total de entradas del
hogar.

a) Metodología de análisis
Este documento presenta el análisis de los flujos de movilidad por
medio de una tabla de clasificación cruzada. Las filas contienen el origen
de los encuestados –el estrato socioeconómico del padre cuando el en-
cuestado tenía 14 años–, en tanto que las columnas, su destino o estrato
actual. Los flujos de movilidad de la tabla pueden separarse en dos com-
ponentes. El primero de ellos, el estructural, identifica los cambios en la
estructura social a través de generaciones. Por ejemplo, las transformacio-
nes económicas, tecnológicas y demográficas pueden provocar que el por-
centaje de personas en estratos agrícolas de una sociedad disminuya desde
un 40% –en la generación de origen– a un 10% en la generación de
destino. O, del mismo modo, que el porcentaje de profesionales aumente
desde un 10%, en la generación de origen, a un 25% en la generación
actual. Estas transformaciones estructurales ‘fuerzan’ procesos de movili-
dad: algunas personas con origen en la agricultura deben moverse a posi-
ciones urbanas, debido a la reducción de su sector, en tanto que los estra-

12
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

tos profesionales en expansión tendrán que reclutar a algunos individuos


de origen no profesional.
El segundo componente de los procesos de movilidad es la asociación
neta de cambios estructurales entre origen y destino, lo que representa el
nivel de igualdad de oportunidades de una sociedad. Debido a ello, este es
el fenómeno que interesa para el análisis de la movilidad. Para distinguir el
componente estructural y de asociación de la movilidad se utilizan métodos
log lineales que miden asociación origen-destino a través de las ‘razones de
odds’(24) que no son afectadas por los movimientos marginales de la tabla
de movilidad(25). En el caso de Chile, se utilizan dos modelos de log linea-
les. El modelo de Fila-Columna II (RCII)(26) que se usa para describir su
patrón de movilidad –a la vez de asociarlo con el patrón de desigualdad– y
el modelo de ‘diferencia uniforme’ (UNIDIFF)(27), con el fin de comparar
su nivel de movilidad respecto de otros países.
En el modelo RCII las clases de origen y destino se escalan de modo
que la asociación entre ellas pueda ser expresada con un solo parámetro.
Este parámetro corresponde a una variable latente continua, que se mani-
fiesta en la posición relativa de las clases entre sí. Empíricamente deriva-
dos de los datos, el valor del parámetro se puede interpretar como ‘distan-
cias’ y producen un ranking óptimo de las clases en términos de la
movilidad entre ellas (ver anexo 1). Adicionalmente, se incluyen paráme-
tros ‘de herencia’ en la diagonal principal de la tabla que capturan la
tendencia a inmovilidad (herencia social). La bondad de ajuste del mode-
lo RCII es rechazada bajo criterios de bondad de ajuste estándar(28), el
elevado número de casos, unido a un bajo BIC (29) indica que este es
altamente preferido al modelo saturado(30). Más importante aún, en el
caso de Chile, el modelo RCII explica el 95% de la asociación bajo hipó-

(24) La fórmula clásica de probabilidades de odds es la razón entre éxito’ y ‘fracaso’, donde ‘éxito’ es
probabilidad de que un evento ocurra (p) y fracaso es la probabilidad de que el evento no ocurra (1 - P),
donde p + (1-p) = 1.
(25) Hout, 1983.
(26) Goodman, 1979; ver también Hout, 1983, y Wong, 1992,
(27) Erikson y Goldthorpe, 1992; Xie, 1992.
(28) El modelo presenta una estadística de desviación (Deviance) de 36.5, grados de libertad = 18, p =. 006,
BIC = -107.58.
(29) Coeficiente de Información Bayesiano. Estadística de ajuste que permite comparar modelos, porque
es insensible al número de casos.
(30) Raftery, 1995.

13
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

tesis de independencia, dando cuenta de la mayor parte de la asociación


relevante de la tabla.
El buen funcionamiento de este modelo indica que una escala unidi-
mensional de los estratos sociales captura adecuadamente su distancia en
términos de movilidad. La pregunta lógica que sigue aquí es: ¿Qué repre-
senta esta escala? ¿El ranking jerárquico de las clases en términos de su
educación e ingresos? Si se encuentra una alta correspondencia entre la
distancia de las clases y la movilidad en términos socioeconómicos, este
resultado indica que la distribución intrageneracional de recursos –expresa-
da en el ranking de estatus– determi-
Particularmente notable resulta la na el proceso intergeneracional de
distancia que separa al estrato profe- movilidad. En otras palabras, este re-
sional superior del resto de la estruc- sultado sería consistente con la
tura social, y la relativa ‘cercanía’ en “perspectiva de recursos”, que indica
cuanto a patrones de movilidad y a que la desigualdad de acceso a los
posiciones de estatus socioeconómi- recursos, por medio de las clases, re-
co en los sectores medios de la tabla gula las oportunidades de movilidad
(estratos independientes, manual a través de generaciones.
cualificado y supervisores, manual Para examinar esta posibilidad
no cualificado e incluso trabajadores se comparan los valores de las clases
de rutina no manual y propietarios obtenidos del modelo RCII con aque-
agrícolas). llos derivados del ranking de los es-
tratos en términos de su educación e
ingresos (cuyo promedio simple define el estatus socioeconómico de cada
uno). La figura 4 presenta la comparación entre los puntajes estandarizados
de ambos valores. La correspondencia es impresionante: las distancias de
movilidad entre clases cercanamente reproducen la distancia en términos de
estatus socioeconómico. Particularmente notable resulta la distancia que
separa al estrato profesional superior del resto de la estructura social, y la
relativa ‘cercanía’ en cuanto a patrones de movilidad y a posiciones de
estatus socioeconómico en los sectores medios de la tabla (estratos inde-
pendientes, manual cualificado y supervisores, manual no cualificado e in-
cluso trabajadores de rutina no manual y propietarios agrícolas). Esta alta
fluidez en el medio, que cruza barreras sectoriales importantes en otros
países, contrasta con la gran distancia de las clases en los extremos de la

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

estructura jerárquica chilena, particularmente la que se observa en la clase


profesional. Este alto isomorfismo entre ranking de estatus socioeconómico
y oportunidades de movilidad, al menos en Chile, determina el proceso de
movilidad intergeneracional debido, en gran parte, a la desigualdad intrage-
neracional en la distribución de recursos sociales.

Figura 4
Distancias de movilidad obtenidas del modelo RCII y ranking socioeco-
nómico de estratos, Chile 2001

Agrícolas Agrícolas

Ranking socioeconómico

Nota: Ranking socioeconómico es promedio simple de educación e ingresos de cada clase (ver figura 3).

En suma, el modelo RCII identifica las características centrales del régi-


men chileno de movilidad: significativas barreras a la movilidad de ‘distancia
larga’ –particularmente entre la elite profesional y el resto de la estructura social–
se combinan con sustancial fluidez en los sectores medios y medios-bajos.

El nivel de movilidad social en Chile y su comparación internacional


Para explorar con detalle el nivel de movilidad existente en Chile,
esta sección compara la asociación entre origen y destino social entre este
país y otras siete naciones industrializadas: Inglaterra, Francia, Suecia, Ir-

15
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

landa, Escocia, Estados Unidos e Israel. Entre ellos, y como parte del grupo
de países CASMIN, Escocia e Irlanda son los más rígidos(31) y Suecia y
EE.UU. están entre los más fluidos del grupo, en tanto que Israel es el país
más fluido del cual existe estudios empíricos. Significativamente más flui-
do que todos los países CASMIN(32).
Para evaluar la variación internacional en fluidez social, se estima un
conjunto de modelos para la tabla de tres dimensiones que clasifica estrato de
origen, estrato de destino y país (Tabla 1). El modelo de independencia con-
dicional, que asume asociación nula entre origen y destino (columna 1), se
presenta como un referente para evaluar otros modelos. Como es esperado, el
ajuste del modelo de independencia es muy pobre, lo que indica que en los
países analizados existe una significativa asociación entre origen y destino.

Tabla 1
Estadísticas de ajuste, modelos de movilidad social en ocho países

Modelo 1. Independencia 2. Fluidez 3. UNIDIFF


condicional social común
L2 16971.7 987.2 639.7
Grados de libertad 288.0 252.0 245.0
BIC 13823.0 -1767.8 -2038.8
Asociación explicada 0.0% 94.2% 96.2%
φ Israel .25
φ Chile .26
φ USA .30
φ Suecia .31
φ Inglaterra .39
φ Francia .41
φ Irlanda .42
φ Escocia .43
Nota: φ = desviación específica de cada país del patrón de movilidad común. Mientras más alto el valor,
más rígido es el país.

(31) Erikson y Goldthorpe, 1992, capítulo 11.


(32) Goldthorpe et al., 1997; Yaish, 2000. Datos de Inglaterra, Francia, Suecia, Estados Unidos, Irlanda
y Escocia fueron obtenidos de la base de datos CASMIN. Datos de Israel fueron obtenidos de la
Encuesta de Movilidad Social realizada en ese país en 1991. Las muestras se reducen a hombres entre 25
y 64 años en los países CASMIN y a ciudadanos judíos hombres de la misma edad en Israel.

16
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

El segundo modelo a estimar es el de ‘fluidez común’, que postula que


la asociación entre origen y destino es la misma a través de los distintos
países. Como lo indica la columna 2 de la Tabla 1, este modelo mejora
significativamente el ajuste comparado con el modelo de independencia con-
dicional(33). Aunque el modelo no se ajusta bien a los datos bajo criterios
estadísticos estándar, da cuenta de un revelador 96% de la asociación bajo
independencia. Este porcentaje indica que la enorme mayoría de la asocia-
ción entre origen y destino social de la tabla es capturada por ese modelo. En
otras palabras, el modelo da precisa cuenta del patrón de movilidad.
El paso siguiente aborda la pregunta sobre variación internacional. Para
testar la hipótesis de que el nivel de asociación entre origen y destino (i.e. el
nivel de fluidez social) es distinto a través de los países, se utiliza el modelo
de diferencia uniforme (UNIDIFF)(34). Este modelo estima un nivel de movi-
lidad común para todos los países comparados y luego añade un parámetro
para cada país (k) que indica cuánto
se aleja dicho país del nivel común La comparación de parámetros a tra-
(expresado en el parámetro φk). Valo- vés de países produce un resultado
res más altos del parámetro φk identi- sorprendente: Chile es más fluido que
fican una mayor asociación entre ori- cualquiera de los países industrializa-
gen y destino el país k, es decir, dos CASMIN y tiene un nivel de flui-
menor fluidez social o menor movili- dez que se sitúa entre Estados Unidos
dad (ver anexo 2). y la altamente móvil sociedad israelita.
Como lo indica la columna 3 en
la Tabla 1, el ajuste del modelo mejora significativamente cuando se permi-
te que la asociación varíe a través de países. Los parámetros φks indican el
nivel de asociación específica para cada país(35).
La comparación de parámetros a través de países produce un resulta-
do sorprendente: Chile es más fluido que cualquiera de los países industria-
lizados CASMIN y tiene un nivel de fluidez que se sitúa entre Estados
Unidos y la altamente móvil sociedad israelita. Encontrar alta fluidez en un
país en desarrollo no es completamente inédito. De hecho, Park (2004)
demostró que la movilidad en Corea es mayor que en Francia, Inglaterra e
(33) L2 = 987.2 grados de libertad = 252 BIC = -1767.8.
(34) Erikson y Goldthorpe, 1992, Xie, 1992.
(35) Siguiendo la formulación de Xie (1992), la escala de los parámetros fk se normaliza de modo que
∑øk2 = 1.

17
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

incluso la igualitaria sociedad sueca. Sin embargo, el nivel de desigualdad


en Corea es comparable a las sociedades industrializadas occidentales(36).
Lo que es realmente sorprendente, y contradice la “perspectiva de recur-
sos”, es encontrar alta fluidez en un país con una de las distribuciones de
ingreso más desiguales del mundo(37).

La excepción del caso chileno y su redefinición del vínculo entre


movilidad y desigualdad
Los resultados de este trabajo indican que las dinámicas de movilidad
en Chile están definidas por fuertes efectos jerárquicos, en combinación con
barreras sectoriales débiles. De hecho, el modelo RCII demuestra que basta
una escala unidimensional de las clases sociales para capturar la distancia de
movilidad entre ellas, y que esta esca-
Los resultados de este trabajo indi- la es un reflejo cercano de las distan-
can que las dinámicas de movilidad cias de clases en términos de estatus
en Chile están definidas por fuertes socioeconómico. En otras palabras, en
efectos jerárquicos, en combinación gran medida, las oportunidades de
con barreras sectoriales débiles. De movilidad intergeneracional reflejan
hecho, el modelo RCII demuestra la distancia entre estratos en términos
que basta una escala unidimensional de recursos sociales. Este resultado es
de las clases sociales para capturar completamente consistente con la
la distancia de movilidad entre ellas, “perspectiva de recursos”, que indica
y que esta escala es un reflejo cer- que las oportunidades de movilidad
cano de las distancias de clases en están determinadas por el acceso dife-
términos de estatus socioeconómico. rencial a recursos sociales. La compa-
ración internacional parece contrade-
cir, sin embargo, la asociación potencial entre desigualdad y movilidad. La
comparación con siete países industrializados indica que Chile es altamente
fluido, incluso comparado naciones mucho más igualitarias.
Estos resultados describen a Chile como un caso excepcional en que
la alta desigualdad parece no deprimir las oportunidades de movilidad.
Sin embargo, si el foco se traslada desde el nivel al patrón de la desigual-
(36) Deininger y Squire, 1996.
(37) Nótese que este modelo es un test global de la asociación en la tabla, que no permite hacer un
desarrollo sobre las fuentes de fluidez en cada país. Para hacerlo, se requerirían test parciales en los
cuales se modelen grupos específicos de celdas (Wong, 1990).

18
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

dad, dicho excepcionalismo desaparece. Si la atención se centra en el


patrón de la desigualdad chilena, se obtiene que Chile es desigual, porque
la elite concentra una alta proporción del ingreso nacional. Una alta con-
centración en el decil más rico, sin embargo, se acompaña de una mucho
menor desigualdad en el resto de la estructura social, incluso menor que
la de Estados Unidos.
El patrón de la movilidad, por su parte, cercanamente refleja el tipo
de desigualdad que caracteriza a Chile. Barreras jerárquicas significativas,
especialmente entre el estrato superior y el resto de la estructura social, se
combinan con barreras sectoriales débiles entre clases que no se diferencian
significativamente en términos de estatus socioeconómico. En otras pala-
bras, el caso chileno puede verse como la combinación de dos regímenes de
desigualdad y movilidad distintos. Alta concentración de recursos económi-
cos en la elite determina fuertes barreras a la movilidad entre la elite y los
sectores bajos, y una distribución de los recursos más igualitaria entre las
clases medias y bajas resulta en una mayor fluidez entre ellas. La distinción
entre estos dos componentes de la movilidad chilena sugiere que desigual-
dad y movilidad están relacionadas, pero esta conexión solo puede ser cap-
turada cuando se consideran las características específicas de estos dos
fenómenos distributivos.

Conclusiones
El análisis planteado tiene múltiples implicaciones para el estudio
comparativo de la movilidad. La conclusión inmediata es que el importante
vínculo que existe entre movilidad y desigualdad debe estudiarse en térmi-
nos del patrón de estos fenómenos, el cual puede ser oscurecido por com-
pleto si, tal como se ha hecho estudios previos, solo se considera el nivel
agregado de la movilidad y desigualdad.
El análisis chileno también sugiere que la comprensión de la varia-
ción de la movilidad a través de los países se beneficiaría si se consideraran
dos elementos. Primero, la inclusión de países en desarrollo, lo que añadiría
una importante variación en términos de factores estructurales e institucio-
nales que afectan la movilidad. Segundo, la combinación de una cuidadosa
comparación de las barreras específicas de la movilidad a través de países,
con una ponderación de ellas según la distancia jerárquica entre cada una.

19
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

Si preocupa e importa la movilidad social es porque no es lo mismo


ser un trabajador manual no cualificado que un profesional, ya que ambas
categorías dan un distinto acceso a recursos y oportunidades de bienestar.
Si fuera lo mismo y la diferencia entre estas posiciones sociales no fuera
jerárquica sino que únicamente sectorial, la necesidad de movilidad no
sería un requisito para la igualdad de oportunidades.
Por ello, es importante distinguir entre barreras ‘decisivas’ y ‘no deci-
sivas’. Si la barrera se localiza entre dos clases que tienen una posición
similar en la jerarquía de estatus socioeconómico, esta es menos decisiva
para la igualdad de oportunidades, en el sentido que aquellos que la cruzan
no verán sus oportunidades de bienestar significativamente alteradas. Con-
secuentemente, en este caso el cruce de esa barrera debiera tener poco peso
en el cálculo de la movilidad. Si, en contraste, la barrera se localiza entre
clases distantes en la jerarquía social, cruzarla es decisivo en términos de
oportunidades de bienestar, y dicha barrera deberá tener un peso mucho
mayor en el estudio de la movilidad. En este sentido, Chile es un caso
paradigmático de un alto grado de movilidad ‘no decisiva’, pero con menor
movilidad ‘decisiva’.
Al nivel teórico, el análisis chileno enfatiza las limitaciones de pers-
pectivas que vinculan desigualdad y movilidad focalizándose solamente en
los mecanismos micro, como los recursos e incentivos individuales. Los
resultados sugieren que dichas teorías deben ser precedidas por una com-
prensión macro del patrón, así como de la topografía de la desigualdad y
movilidad en cada país, de modo de determinar precisamente la distancia
entre clases, en términos de los recursos asociados a cada una de ellas.
Un cambio del foco desde el nivel hacia el patrón de la movilidad y
desigualdad puede iluminar también otros casos. Por ejemplo, el de Estados
Unidos, el cual ha sorprendido a los investigadores debido a su alta fluidez,
a pesar de ser el país más desigual del mundo industrializado(38). En un
intento por explicar este resultado, algunos investigadores han usado la
perspectiva de incentivos, planteando que la desigualdad promueve los es-
fuerzos individuales para ‘triunfar’ y, de este modo, aumenta la movilidad
social. Una explicación alternativa, sin embargo, considera el patrón de la
movilidad y desigualdad americanas. A pesar de la reciente preocupación
(38) Erikson y Goldthorpe, 1992: 381.

20
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

sobre ‘los ricos volviéndose más ricos’(39), el patrón de desigualdad estado-


unidense es exactamente el opuesto a Chile. Estados Unidos es desigual,
porque el extremo inferior de la estructura social recibe una porción extre-
madamente baja de los recursos totales(40). Consistentemente, un examen de
los patrones de movilidad en Estados Unidos refleja barreras significativas
a la movilidad ascendente desde las clases más bajas, junto a una mayor
fluidez en el resto de la estructura social, lo que resulta en un nivel agrega-
do de alta fluidez(41).
La combinación de un cuidadoso análisis de las distancias jerárquicas
entre clases sociales –para evaluar cuán ‘decisivo’ es el movimiento entre
ellas–, con un detallado examen de barreras específicas de la movilidad,
permitirá tener un significativo avan-
ce en el estudio comparativo de la La combinación de un cuidadoso
asociación entre arreglos económicos análisis de las distancias jerárquicas
e institucionales en distintos países, entre clases sociales –para evaluar
además de las oportunidades de me- cuán ‘decisivo’ es el movimiento en-
joramiento de las condiciones de vida tre ellas–, con un detallado examen
de sus ciudadanos. de barreras específicas de la movili-
Situándonos en la dimensión de dad, permitirá tener un significativo
políticas, este análisis sugiere que cual- avance en el estudio comparativo de
quier intervención que busque facilitar la asociación entre arreglos econó-
la fluidez social debe considerar el par- micos e institucionales en distintos
ticular patrón de la movilidad de Chile. países, además de las oportunida-
Si la barrera más importante es la que des de mejoramiento de las condi-
separa a la elite del resto de la socie- ciones de vida de sus ciudadanos.
dad, iniciativas que hagan más iguali-
tario el acceso a la educación terciaria –el principal activo que permite acceso a
posiciones de elite en Chile– cobra especial importancia.
En este sentido, la experiencia del Sudeste Asiático es ilustrativa: El
milagro asiático es, en gran medida, un resultado de la intervención del
Estado centrado en expandir la educación primaria y secundaria de alta
calidad e igualitaria para toda la población. Este esfuerzo redundó en una
(39) Mishel et al., 2005; Wolf, 1995.
(40) Alesina y Glaeser, 2004: 47; Atkinson, 1996, Tabla 2; Smeeding y Rainwater, 2002.
(41) Para un análisis temprano de movilidad de clases ver Gottschalk y Danziger, 1998, Tablas 2 y 3,
con evidencia sobre movilidad de ingresos y Featherman y Hauser, 1978, Tabla 4.12.

21
Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

expansión ‘natural’ del nivel terciario impulsada por la propia demanda,


que puede ser apoyada con créditos a familias de bajos recursos. Junto con
promover el acceso a altos ingresos que se desprenden de la educación
terciaria, esta política tiene un efecto igualador general: al aumentar la
oferta de personas con alta cualificación, el ‘premio’ que ellas ganan dismi-
nuye, lo que reduce la brecha entre los ingresos de la elite con educación y
el resto de la población. En otras palabras, la expansión igualitaria de la
educación abriría avenidas de movilidad y, al mismo tiempo, reduciría la
enorme distancia que existe entre la elite y el resto de la sociedad que
caracteriza a nuestro país.

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

Anexo 1

La forma multiplicativa de este modelo es la siguiente:

Fij = τ τiO τjD exp(φ µi νj),

donde i representa la clase de origen, j representa la clase de destino,


Fij es la frecuencia esperada de la celda (i,j) en la tabla, τ es la media
generalizada, τiO captura los efectos marginales de las clases de origen, τjD
expresa los efectos marginales de las clases de destino, φ es un parámetro
global de asociación, µi es el valor que escala la clase de origen i, y νj es el
valor que escala la clase j de destino, sujeto a las siguientes ajustes de
normalización: ∑µi = ∑νj = 0 (normalización de la posición de cada clase)
y ∑µi2 = ∑νj2 = 1 (normalización de la escala).

Anexo 2

La formulación multiplicativa de este modelo es la siguiente:

Fijk = τ τiO τjD τkC τikOC τjkDC exp(ψijφk),

donde i identifica clase de origen, j identifica clase de destino, k


identifica país, Fijk es la frecuencia esperada en la celda (i,j,k), los paráme-
tros τ están sujetos a la normalización ANOVA en la cual su producto es 1
en todas las dimensiones adecuadas, τ representa la media generalizada, τiO
identifica el efecto marginal de la clase de origen, τjD identifica el efecto
marginal de la clase de destino, τkC refleja el efecto marginal de país, ψij
describe la asociación origen-destino para todos los países, y los coeficien-
tes φks describen la desviación de cada país con respecto a dicho nivel de
asociación para todos los países. El nivel de asociación en el país k es ahora
un producto de dos componentes: la asociación origen-destino común a
todos los países, y el parámetro específico para cada país φk.

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Desigual pero fluido: El patrón chileno de movilidad en perspectiva comparada

Autora

Florencia Torche
Socióloga. Profesora del Instituto de Sociología de la Universidad Católi-
ca y de CUNY y directora de investigación del Centro de Estudios para la
Riqueza y la Desigualdad, Columbia University.

© 2005 Expansiva

La serie en foco recoge las investigaciones de


Expansiva que tienen por objeto promover un
debate amplio sobre los temas fundamentales de
la sociedad actual.
Este documento, cuya presente edición fue
editada por Cony Kerber y contó con la
colaboración de Uca Pérez, es parte de un
proyecto de la Corporación que funcionó con el
objetivo de analizar propuestas sobre movilidad
social en Chile. Esto, bajo la premisa de que el
estudio y discusión sobre este tema es clave para
futuras decisiones de política en esta área.
Esta iniciativa fue coordinada por Heidi Berner.
Estos documentos, así como el quehacer de
Expansiva, se encuentran en www.expansiva.cl
Se autoriza su reproducción total o parcial
siempre que su fuente sea citada.

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