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“APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS DE COCCIÓN Y MÉTODOS DE

CONSERVACIÓN EN LA ÉPOCA PREHISPÁNICA Y COLONIAL EN LA


GASTRONOMÍA PERUANA”

ING. PABLO ENRIQUE MORE ESPINOZA

1
FILIAL PIURA

FACULTAD DE CIENCIA EMPRESARIALES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE TURISMO, HOTELERÍA Y


GASTRONOMÍA

INVESTIGACIÓN MONOGRÁFICA

“APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS DE COCCIÓN Y MÉTODOS DE


CONSERVACIÓN EN LA ÉPOCA PREHISPÁNICA Y COLONIAL EN LA
GASTRONOMÍA PERUANA”

AUTOR: ING. PABLO ENRIQUE MORE ESPINOZA

PIURA-PERÚ

MMXIV

2
A quien me enseño amar la historia,

A mi profesor de mi alma mater

Colegio Nacional San Miguel de Piura

Leónidas López Ubillús.

A mi profesor y suegro,

quien me enseño

el valor de los libros,

y amor a la docencia,

Eladio Solano Timoteo

A las mujeres de mi niñez

Ana, Marcelina y Teresa;

Desde su silencio en la cocina

formaron mi vocación y

pasión por ella.

3
RESUMEN

El trabajo de investigación tiene por objeto de identificar y reconocer las técnicas de


cocción y los métodos de conservación que se aplicaron en la época prehispánica y
colonial.

En la presente investigación se está considerando el concepto de cocción y los


tipos de técnicas de cocción existentes; así como también los diferentes métodos de
conservación en la gastronomía actual, para hacer un análisis de comparación. Se
ha obtenido como resultados que en la época prehispánica se han utilizado las
técnicas de horneado, al vapor, a la parrilla, hervido, asado en piedras, soasado,
tostado y el guisado; en la época colonial se aplicado, el guisado, hervido, a la
parrilla, horneado, fritura y asado. En los métodos de conservación en la época
prehispánica se han empleado la deshidratación o secado al sol, salazón,
liofilización o deshidratación por congelamiento, y fermentado. Se identificó además
que el peruano prehispánico empleó técnicas para evitar la contaminación y
descomposición de los alimentos. En la época colonial se emplearon como métodos
de conservación el confite, conservas, ahumado, salado, deshidratado, refrigerado,
adobo y escabeche .

4
INDICE GENERAL

Página
_____________________________________________________________________

CAPITULO I: INTRODUCCIÓN……………………………………………….. 9

CAPITULO II: REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA…………………………………. 10

2.1 COCCIÓN............................................................................. 10

2.1.1. TIPOS DE TÉCNICAS DE COCCIÓN………………… 10

2.1.1.1. A LA PARRILLA……………………………….. 10

2.1.1.2. AL VAPOR……………………………………… 11

2.1.1.3. ASAR…………………………………………… 12

2.1.1.4. BLANQUEAR…………………………………. 14

2.1.1.5. BRESEADO…………………………………… 14

2.1.1.6. ESCALFAR……………………………............ 15

2.1.1.7. FREÍR…………………………………………. 15

2.1.1.8. GRATINAR…………………………………… 16

2.1.1.9. GUISAR O ESTOFAR………………………. 16

2.1.1.10. HERVIR……………………………….. …… 17

2.1.1.11. HORNEAR…………………………………. 17

2.1.1.12. SALTEAR…………………………………… 18

2.1.1.13 BRASEADO………………………………… 19

5
2.2. MÉTODOS DE CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS…… 20
2.2.1. AHUMAR…………………………………………….. 20

2.2.2. CONGELAR…………………………………………. 21

2.2.3. REFRIGERAR………………………………………. 21

2.2.4. DESHIDRATAR…………………………………….. 22

2.2.5. SALAZÓN……………………………………………. 23

2.2.6. LIOFILIZACIÓN……………………………………… 23

2.2.7. ESCABECHE………………………………………. 24

2.2.8. ADOBO……………………………………………… 24

2.2.9. ENCURTIDO……………………………………….. 25

2.2.10. CONFITADO………………………………………. 25

2.2.11. FERMENTADO ………………………………….. 26

2.3. APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS DE COCCIÓN EN LA


HISTORIA……………………………………………………… 26

2.3.1. ÉPOCA PREHISPÁNICA…………………………. 26

2.3.2. ÉPOCA COLONIAL………………………………. 42

2.4. APLICACIÓN MÉTODOS DE CONSERVACIÓN EN LA


HISTORIA………………………………………………………… 58

2.4.1.ÉPOCA PREHISPÁNICA…………………………… 58

2.4.2. ÉPOCA COLONIAL…………………………………. 66

6
CAPITULO III: CONCLUSIONES…………………………………………… 69

CAPITULO IV: BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………… 72

7
INDICE DE FIGURAS

Página
_________________________________________________________________

FIGURA 1 VALLE DE CARAL……………………………………………… 27

FIGURA 2 MURAL MOCHICA……………………………………………... 32

FIGURA 3 ELABORACIÓN DE LA CHICHA…………………………….. 34

FIGURA 4 PIEDRAS D PACHAMANCA…………………………………. 38

FIGURA 5 PACHAMANCA………………………………………………… 38

FIGURA 6 CARGADOR DE CHICHA……………………………………. 40

FIGURA 7 CARNE SECADO AL SOL…………………………………… 60

FIGURA 8 CHUÑO………………………………………………………… 61

8
CAPITULO I :

INTRODUCCIÓN

El gran desarrollo que esta alcanzando nuestra gastronomía peruana, es debido a


muchos profesionales como gastrónomos, cocineros, historiadores, antropólogos,
sociólogos, periodistas, restauradores etc. dedicados a este rubro, en especial a
aquellos que se dedican a la investigación y se ha logrado una considerable
producción de textos sobre la historia de nuestra gastronomía, es por ello que este
trabajo monográfico tiene como finalidad de contribuir con ese desarrollo.

Aplicación de técnicas de cocción y métodos de conservación en la época


prehispánica y colonial en la gastronomía peruana, tiene como objeto de identificar
y reconocer, cuales fueron esas técnicas y métodos que aplicaron, el peruano
antiguo y colonial; según nuestros historiadores de casa así como los extranjeros
reconocen que el peruano prehispánico desarrollo una gran civilización,
considerando a las diferentes culturas pre incas como a la cultura incaica, que
fueron conocedores de estas técnicas tan bien elaboradas y manejadas al igual
como su sistema de conservación de alimentos. En la época colonial, con el
encuentro de dos mundos, la cocina nativa peruana se enriqueció, ya que se
conocieron nuevas técnicas de cocción y conservación, el color, sabor y creatividad
en la época colonial la ofreció la raza negra a nuestra gastronomía dándole asa el
inicio de una verdadera identidad culinaria.

Espero que esta investigación monográfica sea enriquecedora para todos aquellos
profesionales en la gastronomía, en especial al peruano para ir conociendo nuestra
historia e ir formando cultura e identidad culinaria.

9
CAPÍTULO II REVISIÓN BIBLIOGÁFICA

2.1 COCCIÓN

Cocinar los alimentos consiste en transformarlos mediante calor para


facilitar su masticado, digestibilidad, transformar y realzar su sabor y además,
como consecuencia directa de la aplicación de calor, eliminar riesgos
sanitarios. (9)

Cocer un alimento es exponerlo a una fuente de calor, para modificar o


transformar su estructura. El calor transferido a los alimentos puede prevenir
de diversas fuentes capaces de producir temperatura y por lo tanto
transformar la estructura de dichos alimentos.

La mayoría de los géneros crudos se someten a cocción para que resulten


más digeribles, o para que se facilite su ingestión, las técnicas culinarias,
dependiendo de la naturaleza y características de los alimentos a los que se
aplican se basan en tres sistemas:

 Concentración, mantiene los jugos de los alimentos en


el interior de los mismos, por ejemplo asar o freír una
pieza de carne.
 Expansión, los jugos de los alimentos se intercambian
con el líquido de cocción, por ejemplo, gratinar y glasear.
 Sistema Mixto, en este se combinan los dos anteriores,
por ejemplo una carne braseada, un estofado. (11)

2.1.1. TÉCNICAS DE COCCIÓN

2.1.1.1 A LA PARRILLA

Cocer sobre la fuente de calor (tradicionalmente, sobre


carbón vegetal) al aire libre. Tradicionalmente se asa la parrilla al
aire libre, intentando crear el mínimo humo posible.
10
En muchas ocasiones, las palabras barbacoa y parrilla se
utilizan como sinónimos, aunque existen regiones en las que
asar a la barbacoa es una técnica específica de cocción lenta en
una parrilla cubierta, a menudo con una salsa de base o
marinada. Los alimentos asados a la barbacoa suelen estar muy
ahumados y se pueden asar hasta que la carne se desprende
del hueso, como los braseados. (8)

En la parrilla solo una parte del calor se transmite por


contacto, el soporte que es la parrilla, y el resto por radiación, lo
que permite cocinar piezas gruesas y de mayor tamaño sin que
se tuesten y requemen en el exterior. Permite además el
cocinado de piezas pequeñas con la excepción de mariscos y
moluscos pequeños que se colarían entre las rejillas de la
parrilla, y da un atractivo rayado a las piezas. (9)

Asar a la parrilla era otra forma de cocinar apegada a los


hábitos ancestrales. Por este método los alimentos eran
colocados sobre una parrilla y expuestos directamente al fuego
producido por madera, carbón, ramas o taqya, excremento seco
de camélidos. (15)

2.1.1.2. AL VAPOR

Cocer alimentos dispuestos sobre (no en agua) agua


hirviendo con el vapor que desprende, en un cazo rapado o en
una olla especial. El método es muy sencillo. Se vierte un poco
de agua (a veces aromatizada con hierbas frescas u hortalizas
aromáticas) en el fondo de la olla para cocer al vapor y se
calienta a fuego fuerte hasta que hierve vigorosamente. Los
alimentos se colocan en el compartimiento perforado de la olla.
Se tapan y se dejan cocer al calor del vapor. Es un método
popular para cocer hortalizas y pescado, pues se hacen

11
rápidamente y conservan el color y los nutrientes. Antes de
destapar la olla, deje que el vapor se disipe por completo.

La cocción al vapor resulta ideal para preparar hortalizas, ya que


lo nutrientes no se disuelven en el líquido, como podría suceder
al hervirlas o escalfarlas. Es un tipo de cocción muy suave, por
lo que las hortalizas más delicadas, como las patatas (papas),
quedan intactas y no se deshacen por el efecto de la ebullición
del agua. (8)

Se hace mediante hornos de convección – vapor o en


vaporeras. Es el mejor sistema de cocción para pescados,
mariscos y hortalizas. (9)

2.1.1.3. ASAR

Significa cocinar en un espetón en una hoguera al aire


libre. Hoy en día se suele asar en el horno, aunque intentando
conseguir el mismo efecto que antiguamente. Al asar un
alimento, se pretende cubrirlo con una capa crujiente y dorada,
asegurándose, al mismo tiempo, de que la carne, el pescado o la
hortaliza estén bien hechos por el centro. Ningún líquido. Como
podría ser un caldo, vino o agua, entra en contacto con el
alimento durante el proceso, únicamente aire caliente o grasa
caliente, si se va rociando el asado. Asar en un proceso sencillo
y a la vez complejo: sencillo porque, aparte de introducir el palto
al horno, hay que hacer poca cosa; y el complejo porque si la
temperatura no es la adecuada, es posible que el asado nunca
dore ni se haga adecuadamente.

El asado es el mejor método para cocer piezas tiernas de carne


relativamente grandes (como mínimo para más de una ración) y
aves tiernas. Estas piezas tiernas y relativamente magras se
resecarían durante un largo y lento proceso de cocción en

12
líquido (braseado). Es muy importante saber juzgar cuando está
hecha la carne asada, para evitar precisamente que se seque.
(8)

Consiste en cocinar un género con un mínimo de grasa,


de forma que quede dorado en la parte externa y jugoso en el
interior. Se aplica a géneros tiernos. (9)

Consiste en someter un pedazo de carne, un ave, un


animal de caza o un pescado a un calor más o menos intenso,
ya sea en un asador o en el horno. La corteza que se forma en
la superficie del alimento permite que los jugos y el sabor se
concentren en el interior. No pinche la carne durante la cocción,
ya que se perdería el jugo. Las carnes rojas se deben soasar
bien y después asar a una misma temperatura para que se
cuezan por dentro. Las aves y carnes blancas se asan a una
temperatura un poco más baja para que se cuezan al mismo
tiempo por dentro y por fuera. (12)

Asado es cancana en quechua; en el Tesauro de Requejo


encontramos que asar viene del latín asus, torridus; y asar,
torreo, ad ignem infixas veru carnes versare.(13)

Asar fue una de las técnicas de cocción más populares en


esta parte del continente. Actualmente esta palabra significa
exponer a los alimentos directamente al fuego o cocinar en un
horno o espacio cerrado en el que, mediante la combustión de
algún material, se obtiene una elevada temperatura a fin de
cocer, calentar o dorar. (15)

2.1.1.4. BLANQUEAR

Es un método de cocción en agua hirviendo previo a otro


proceso de cocción posterior. Por ejemplo, las hortalizas de raíz

13
o los tubérculos, como las patatas o los nabos, se pueden
blanquear en agua hirviendo hasta que empiecen a hacerse
antes de saltearlos, asarlos al horno o a la parrilla. (De lo
contrario, las hortalizas que requieren un largo tiempo de
cocción estarían demasiado hechas por fuera antes de que el
calor penetrase en la densa carne del interior). (8)

Se denomina blanquear a mantener sumergido en agua


hirviendo un alimento crudo durante un breve período de tiempo.
La operación tiene como finalidad, según el caso, ablandar,
desalar (lonchas de tocino), hacer que disminuya el volumen,
facilitar el pelado, eliminar la acritud, etc. El agua debe llevar sal
o un chorrito de vinagre. (12)

2.1.1.5. BRESEADO

Consiste en someter a los géneros a un cocinado lento y


prolongado en contacto con otros ingredientes de
condimentación como hortalizas, vino, agua o fondos. Primero
se da un golpe fuerte de calor para que dore exteriormente y no
permita la salida de jugos, y se pone en contacto con la bresa
(hortalizas de condimentación) y se moja generosamente con
vino, agua o fondos. El calor se transmite de forma mixta, por
conducción y por convección. Este método de cocinado se
realiza en el horno, tapando el género para que no se tueste en
exceso, o en recipientes cerrados en los que los vapores que se
generen actúen como fluido de convección. Se aplica
principalmente en carnes duras, se condimentan con la bresa y
los líquidos pasados por el túrmix. (9)

2.1.1.6. ESCALFAR

Cocer un alimento sumergido por completo en un líquido


hirviendo muy lentamente. No debe confundirse con hervir a
14
fuego fuerte, método que reseca y endurece la mayoría de los
alimentos y deshace los filetes de pescado delicado y los
huevos. Se puede escalfar en casi cualquier líquido, aunque
normalmente se usa agua o caldo. (8)

Significa sumergir un alimento en un líquido hirviendo y


mantener una ebullición casi imperceptible durante toda la
cocción. El escalfado es una técnica muy frecuente en cocina y
en repostería, tanto para carnes, despojos, aves, pescados,
salchichas, etc., como para frutas y huevos. (12)

2.1.1.7. FREÍR

Es sumergir un alimento por completo en aceite caliente.


Esta es la manera más rápida de cocinar algunos alimentos y,
por lo tanto, a menudo parece conservar el sabor de la comida
mejor cualquier otra técnica. Si de fríe a la temperatura
adecuada, loa alimentos absorben poco aceite y resultan
sorprendentemente ligeros. (Un ligero rebozado de harina o pan
rallado también ayuda a que los alimentos no absorban tanto
aceite). Pero si el aceite está demasiado caliente, los alimentos
se doran muy pronto y se quedan crudos por dentro. Si el aceite
no está suficientemente caliente, los alimentos están más tiempo
en contacto con el aceite y absorben una mayor cantidad. (8)

Consiste en el cocinado del producto mediante inmersión


en aceite o grasa muy caliente, de manera que se forme una
costra en el exterior y el interior quede jugoso. Se emplea para
piezas pequeñas o troceadas que sean tiernas. Pueden freírse
directamente o con rebosado. (9)

2.1.1.8. GRATINAR

15
Manera de unir o combinar alimentos crudos o cocinados
(generalmente hortalizas o pastas) con un líquido como nata
líquida, leche, salsa besamel o salsa de tomate, en una fuente
plana que se hornea hasta que el líquido cuaja y el palto esta
hecho. El graten se suele espolvorear con queso rallado, pan
rallado para que en la superficie se forme una capa crujiente
sabrosa. Esta preparación se hornea en una fuente especial
ovalada y relativamente plana, para que la cobertura crujiente
sea mayor. (8)

Consiste en hornear una preparación para que se recubra


de una corteza tostada. La operación dura más o menos tiempo
en función de si se trata de una cocción completa o de que se
dore simplemente. Para una cocción lenta, coloque la fuente en
el centro del horno; para que la preparación se tueste,
introdúzcalo debajo del gratinador. La capa de gratinado se
compone de queso o de pan rallado. En ocasiones se usa salsa
blanca o una trabazón con nata. (12)

2.1.1.9. GUISAR O ESTOFAR

Método de brasear sin líquido o con muy poco que se


suele emplear con pescados o carnes delicados, como la
ternera. Los platos estofados retienen la esencia pura de los
alimentos braseados, puesto que se hacen en su propio jugo, y
no en otros líquidos. (8)

Este preparado a base carne (piezas de segunda


categoría) o de aves, verduras e incluso de pescados, combina
dos tipos de cocción. Los alimentos primero se sofríen con
alguna sustancia grasa y después se dejan cocer lentamente en
un fondo aromatizado, tras haberlo espolvoreado con harina, lo
que garantiza que la salsa se ligue. (12)

16
2.1.1.10. HERVIR

Cocer en agua u otro líquido calentado hasta que


borbotea vigorosamente. Hay pocas técnicas que provoquen
tanta confusión como hervir a fuego fuerte, hervir a fuego lento y
escalfar. De hecho, a menudo conviene evitar hervir a fuego
fuerte. La mayoría de los alimentos como son las carnes y
pescados se escalfan. No obstante algunos alimentos conviene
hervir a fuego fuerte como es el arroz y la pasta ya que así se
cuecen de manera más rápida y uniforme. (8)

Hervir es cocinar un producto en un fluido, llevado a


ebullición. Hay que distinguir varios sistemas:

 Convencional.- es cuando el fluido es agua o algún fondo,


caldo corto e incluso leche.
 Desde frío.- se colocan los géneros con el agua en frío y
se lleva a ebullición, manteniéndola a fuego lento hasta
que estén tiernos o haya soltado su jugo.

Se emplea para elaborar fondos, blanquetas, cocción de


despojos blancos que necesitan una cocción prolongada, como
callos, manitas, lengua y cabezas; pescados, en donde se lleva
muy lentamente a ebullición y cuando se llega a ella se retira
dejando enfriar el caldo. También para las patatas peladas
cuando queremos que libren la fécula para espesar el caldo
lentejas. (9)

2.1.1.11. HORNEAR

Cocer en el horno. Los términos de hornear y asar se


suelen usar indistintamente, aunque normalmente implica una
temperatura más elevada (como mínimo al principio) para que la
comida se dore por fuera. (Asar también implica una serie de

17
técnicas secundarias, como desglasar la fuente y preparar un
jugo o una salsa gravy). Los alimentos horneados se suelen
cocer a una temperatura moderada para que el calor penetre
lentamente y el proceso de cocción se lleve a cabo poco a poco.
El horneado es una técnica excelente para los ingredientes con
un alto contenido en agua, como los tomates o los champiñones,
puesto que el calor moderado del horno concentra su sabor al
provocar la lenta evaporación de su humedad natural. (8)

Se emplea para piezas de grande que, por su tamaño,


necesiten un tiempo más largo de cocinado. Se aplica a grandes
piezas de carne, aves es y pescados enteros abiertos o no por la
mitad. Muchas veces se dora la pieza en una placa sobre el
fuego antes de introducirla al horno para que se forme la costra
externa y no se pierdan los jugos. (9)

Cocción por calor directo, bien sea en un horno a gas


eléctrico, e incluso de leña. También se puede usar el espetón o
espiedo. En caso de horno convencional a gas sobre la placa
engrasada (140° - 250° C), y sobre la rejilla (180° - 240° C)
bañando el alimento durante su cocción. El tiempo de cocción
dependerá del tamaño y calidad de la pieza. Se puede asar con
verduras o guarnición aromática. (11)

2.1.1.12. SALTEAR

Consiste en cocinar con un poco, de grasa caliente el


producto principal, junto a ingredientes de condimentación, a
fuego vivo para que se dore rápidamente o se abran, para servir
inmediato o terminar con salsa. Se emplea para pequeñas
piezas enteras o géneros troceados, siempre que sean tiernos y
pastas. (9)

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Cocinar a fuego vivo los alimentos, cortados en pequeños
trozos regulares en sartén o wok, con poca cantidad de materia
grasa. La superficie de los alimentos deberá quedar dorada,
consiguiendo así que sus jugos no se escapen. Temperatura
recomendada 150 – 240° C, para trozos de carne, aves, peces
etc., para verduras calentar la legumbre blanqueada en un poco
de mantequilla 100° - 200° C. (11)

2.1.1.13. BRASEADO

Cocer una pequeña cantidad de líquido (a veces también


se le denomina estofar o guisar). a diferencia de los alimentos
escalfados, que se sumergen por completo en líquido hirviendo a
fuego lento, los platos braseados emplean una cantidad
relativamente pequeña de líquido. Normalmente se brasea la
sustancia para concentrar la sustancia del alimento en el líquido
de cocción; luego se prepara una salsa, se reduce para que
recubra los alimentos o estos los vuelva absorber. (8)

Está técnica de cocción consiste en cocer en un recipiente


cerrado, con poco líquido, durante mucho tiempo y a fuego lento,
carnes de segunda o tercera clase, aves grandes y
determinadas verduras. Para los pescados de carne firme, el
braseado resulta similar al escalfado. La carne braseada es más
sabrosa si se dora antes de añadir el líquido de cocción. No hay
que añadir demasiado líquido, para que la preparación no
empiece a hervir. (12)

2.2. MÉTODOS DE CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS

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La prolongación de la vida útil de los alimentos ha sido una de las obsesiones
más antiguas de la humanidad, cada cultura fue desarrollando sistemas que
alargaran la vida sanitaria de los productos y de hay surgieron los ahumados, las
salazones o los escabeches. Otros métodos han sido el empleo de especias que
más que conservar “disimulaban” el estado del producto y otro los adobos y
marinadas, que además de prolongar ligeramente la vida útil del producto, también
contribuían a ese “disimulo”. (9)

2.2.1. AHUMAR

El ahumado consiste la penetración en el producto de unos agentes


bactericidas presentes en el humo que son el metanal y la creosota, lo
que unido a la deshidratación del producto y la conservación en frío
hacen prácticamente imposible el desarrollo bacteriano. Además en
muchos productos el ahumado se suma a una salazón previa. Una vez
ahumado, los productos deben conservarse en frío entre 0 y 2° C, los
pescados deben envasarse con aceite, o envasarse al vacío, untadas
con algo de aceite. (9)

El proceso de exponer al humo un alimento no sólo lo conserva,


sino que además lo impregna de un sabor característico. Básicamente
se ahúman las carnes y embutidos, como el jamón, el costillar de
cerdo, el bacon, algunas salchichas, la mortadela, el pollo cocido, el
pavo asado o el filete de oca. También se puede ahumar algunos
pescados, como el salmón, la ánguila, el esturión, la caballa y el
arenque. Los productos ahumados siempre son salados; téngalo en
cuenta cuando los sazone. (12)

Esta técnica permite la penetración del humo al interior del


alimento. En general se acompaña de un secado relativo. Si bien es un
procedimiento utilizado para conservar los alimentos, él contribuye
también a realzar el sabor. En el campo se ahúma generalmente sobre
el fogón, al interior de la cocina. Se human la carne de chancho o de

20
res que se cuelgan de un palo o alambre. Se obtiene la carne
acecinada, cecinada o cecina. Para acelerar el proceso del ahumado
se corta la carne en láminas o filetes sin separarlos. Igualmente se cura
al humo el pellejo de chancho, las rellenas y las salchichas. (16)

2.2.2. CONGELAR

En frío negativo, es necesario estar por debajo de -18° C para


detener la multiplicación de microorganismos. Pero, el frío no mata a
estos microorganismos, simplemente las inhibe transitoriamente, estos
pueden volver a multiplicarse en cuanto la temperatura se eleve.

Para una correcta congelación hay que recurrir a distintos sistemas,


células de congelación rápida, abatidores congeladores, túneles de
congelación. En cualquiera de ellos la congelación se hace de forma
muy rápida con lo que el agua de las células del producto se
transforma en pequeños cristales redondeados que, al regenerarse el
producto, no rompen las membranas celulares y por lo tanto no hay
movimiento de agua, ni se modifica la textura de los alimentos. De lo
contrario el agua cristalizaría en granos gruesos de forma irregular que
romperían las paredes de las células y, de esta manera también, los
microorganismos tendrían un buen caldo de cultivo, además de la
pérdida de textura del producto.

La conservación de los alimentos es más larga cuanto más baja sea la


temperatura de conservación. (9)

2.2.3. REFRIGERAR

Los productos que se conservan por frío son productos


perecederos, por lo tanto con vida. La conservación por frío se basa en
que, la vida biológica del producto se desarrolla de una manera más
lenta, en estado latente, impidiendo o ralentizando el proceso de
envejecimiento de este, y por lo tanto ampliando la vida del producto.

21
Además, el frío nos permite almacenar géneros, e incluso con las frutas
podemos obtener el grado de madurez que consideremos óptimo
simplemente jugando con más o menos frío para adelantar o retrasar
su madurez.

El frío tiene un efecto conservador que ralentiza la actividad y la


proliferación de microorganismos, pero es por debajo de los 3° C
cuando estos dejan de producir sus toxinas (responsables de las toxi –
infecciones alimentarias).

Para la conservación por frio positivo, las cámaras deberán tener un


cierto grado de humedad que impida la deshidratación de los productos
a conservar. Además, conviene que los productos refrigerados estén
cubiertos o protegidos para evitar la posible deshidratación y, posibles
contaminaciones por contacto. (9)

2.2.4. DESHIDRATAR

La desecación consiste en la hacer perder agua al producto, de


esta manera se hace muy difícil el desarrollo de microorganismo, ya
que estos necesitan cierto grado de humedad para sobrevivir.

Características:

 Eliminación del contenido de agua de los alimentos, pudiendo


llegar hasta el 98%.
 Reducción del peso y el volumen.
 Conservación e intensificación del aroma natural.
 Recuperación de las propiedades, olor, sabor y color, tras la
rehidratación. En aquellos productos destinados a consumir
desecados (pasas, orejones, higos, especias, etc.):
intensificación del sabor, aroma y color; facilidad de
almacenamiento y conservación (especias). (9)

22
El secado es una técnica de conservación por medio de la
deshidratación de los alimentos al aire, al sol o en el horno.
Ciertos productos necesitan ser hidratados previasmente antes
de ser utilizados. Este procedimiento se emplea con frecuencia
en el campo. (16)

2.2.5. SALAZÓN

Consiste en la penetración de sal dentro del producto, la sal


absorbe la humedad y provoca una deshidratación parcial impidiendo el
posible desarrollo de bacterias y microorganismos. En salazones de
carne elabora una salmuera nitrificada, en ella los nitrificantes hacen
que la hemoglobina de la carne no se oxide, dándole ese color rosado,
de otro modo se tornaría gris.

La regeneración de los productos salmuerizados suelen tener otro


proceso posterior: oreo, curado, cocción, ahumado, etc. Tras ese
proceso pueden consumirse tal cual, jamones serranos, jamones o
paletas de york, chuletas de Sajonia, huevas de pescado; otros, como
el lomo adobado, requieren cocinado; y otros, como el bacalao,
desalado y cocinado. (9)

El salado es una técnica de conservación de los alimentos en sal


o en agua salada. Una de las preparaciones que más se consume,
sobre todo en la sierra, es la caballa salada.

Otro ejemplo de esta técnica es el pescado salpreso que se puede


conservar en sal solamente durante dos o tres días y que por lo tanto
se utiliza exclusivamente en las regiones próximas al mar. (16)

2.2.6. LIOFILIZACIÓN

Consiste en una deshidratación a temperaturas por debajo de


cero grados, se congela el producto u se somete a unas cámaras de
vacío hasta la eliminación del agua convertida en hielo, quedando
23
solamente el extracto seco. Se aplica principalmente al café y a carnes.
(9)

2.2.7. ESCABECHE

Es un método de conservación típicamente español, ideado para


conservar las piezas procedentes de la caza y de la pesca del río.
Consiste en introducir el género en un preparado cocinado a base de
vinagre, aceite, sal y especias. Este preparado es lo que denominamos
“escabeche”. La proporción más adecuada consiste en dos partes de
aceite, una de vinagre y una de vino blanco, sal, azúcar, laurel, unos
granos de pimienta y unos dientes de ajo. Este preparado debe cocer y
añadirse sobre el producto a escabechar. Los escabeches pueden
llevar también pimentón, cebolla, zanahoria etc.

Los escabeches pueden conservarse en la cámara durante varios


meses. Incluso aquellos de fabricación industrial son además
esterilizados en latas en las que se presentan y, por lo tanto, su
conservación es aún mayor. (9)

2.2.8. ADOBOS

Consiste en introducir el producto troceado, en una preparación


con elementos que, además de aromatizar, mejoran su conservación.
Estos elementos son el vinagre, la sal o el aceite.

El adobo siempre debe complementarse con la conservación en frío,


los adobos solo prolongan un poco la vida sanitaria de los productos,
no debe utilizarse para una conservación a largo plazo. (9)

Es una mezcla preparada con vino, vinagre, zumo de limón,


especias y hierbas aromáticas. El objetivo de esta mezcla es
proporcionar un sabor concreto al alimento que se deja reposar en él,
durante cierto tiempo: carne, animales de caza, pescado, verduras o
incluso frutas.
24
También permite ablandar estos alimentos y conservarlos durante
algún tiempo. El adobo puede ser crudo o previamente cocido, según el
caso. También se utiliza posteriormente para rociar una preparación
durante su cocción. (12)

2.2.9. ENCURTIDO o MACERACIÓN

Consiste en la inmersión de un género en vinagre normalmente


aromatizado con especias, de esta forma el producto queda aislado en
un ambiente que impide el desarrollo de microorganismos. (9)

Este procedimiento pone en contacto dos o más ingredientes


durante un cierto tiempo. Se puede utilizar para la conservación o para
mejorar el gusto de un alimento, como es el caso de la marinada,
maceración corta de uno o varios ingredientes en un líquido
condimentado. En la región se usa generalmente esta última técnica
que recibe el nombre de encurtido. (16).

2.2.10. CONFITADO

Consiste en el cocinado del producto con su propia grasa o una


grasa añadida, y su posterior mantenimiento, perfectamente cubierto
con la grasa, de esta forma el producto queda aislado del exterior por
una grasa que impide la entrada de microorganismos, y aquellos que
estaban en el producto han sido destruidos por el calor. (9)

Tradicionalmente un confit se prepara cociendo a fuego lento


porciones de pato, oca o cerdo en la propia grasa que van liberando
poco a poco. Estas carnes se conservan después cubiertas con la
grasa en tarros. Antes de la invención de la refrigeración, este método
se utilizaba para conservar la carne, pues al estar completamente
cubierta de grasa se impedía el desarrollo de bacterias. Hoy en día los
confits se preparan por la simple razón de que son deliciosos y, de

25
hecho, tienen un contenido bajo de grasas, pues ya han liberado la
mayor parte. (8)

2.2.11. FERMENTACIÓN

La fermentación es uno de los procesos fundamentales de la


transformación de la materia orgánica por medio de fermentos o enzimas. La
fermentación láctica es uno de los tipos principales…Las bebidas alcohólicas
son también resultado de la fermentación. La chicha de maíz se obtiene a
partir del grano germinado y el aguardiente del jugo de la caña de azúcar.
(16).

2.3. APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS DE COCCIÓN EN LA HISTORIA

2.3.1.- TÉCNICAS DE COCCIÓN EN LA ÉPOCA PREHISPÁNICA

El territorio actual del Perú se fue poblando hace doce mil años,
pero solo a partir de los cinco mil años, con la formación de la civilización,
aparece un modo de vida organizado en asentamientos urbanos
conducidos por sus autoridades. A esta etapa de desarrollo no llegan al
mismo tiempo todos los que habitan en las diversas áreas, regiones y
zonas del país. Mientras la mayor parte del territorio estaba ocupada por
aldeas, conducidas por los parientes más viejos o los individuos más
destacados, dedicados todos a las actividades de subsistencia – ya sea el
pastoreo, la pesca y la agricultura -, en el área norcentral, en cambio, se
había formado la civilización y sus habitantes vivían en asentamientos
urbanos bajo el gobierno de sus autoridades, desenvolviéndose en varias
especialidades ocupacionales. (1)

En Caral no se manufacturaron vasijas. Sus habitantes cocían


los alimentos mediante calentamiento de piedras, ya sea poniendo estas
junto con los ingredientes en el interior de mates – como todavía se hace
26
en el pueblo de Cajatambo, en la tradicional “sopa de piedras” – o
depositándolas en pozos excavados en la tierra, en la modalidad
conservada de “pachamanca”. Como testimonio de estas prácticas
quedan en Caral abundantes piedras quemadas de diferentes tamaños.
Sus platos, tazas, boles y botellas fueron manufacturados en mates y sus
cucharas en madera.

Los Habitantes del valle de supe consumieron proteína marina en


combinación con los vegetales que cultivaban. Entre los pescados, la
anchoveta (Engraulis ringens) representa el 90% de la muestra (Béarez y
Miranda 2000); así como los choros (Choroytilus chorus) y machas
destacan entre los moluscos. También aparecen algas marinas. En la
actualidad se ha perdido la costumbre de consumir estos moluscos y
algas en la proporción que se hacía hace cinco mil años…la macha, en
cambio, todavía se consume seca y se expende en varias partes del país.
Estos moluscos, las algas y la anchoveta fueron las principales fuentes de
proteína animal. (1)

Fig. 1 Valle de Caral (propia)

Sobre la base de los productos arqueológicos identificados y la


información etnográfica recuperada, podemos mencionar las siguientes
preparaciones:

27
 “Pachamanca”. Comida integrada por diversas clases de carnes,
papa, camote y habas, ingredientes cocidos con piedras
previamente calentadas en un hoyo, que es cerrado con hojas.
 “Locro”. Guiso de zapallo con frejol o granos de maíz blando y
trozos de pescado. En ocasiones el pescado consistía en
anchoveta y sardina seca. Este plato era consumido con camote
asado. Refieren los pobladores actuales que en las época de los
hacendados les daban esta comida todos los días y ellos se
sentían sanos y fuertes.
 “Charquicán”. Preparado a base de pallares y anchoveta seca; en
la actualidad ya no están en la culinaria de los pobladores de Supe
porque no tienen acceso a la anchoveta como antaño.
Refieren que en el pasado este pescado era puesto a secar en
grandes cantidades en las lomas aledañas a las playas de puerto
como Carquín, cerca de Huacho; allí se le daba vueltas en bandas
como si se tratará de un campo arado, y posteriormente, era
llevado en costalillos a los diversos pueblos del interior del país
para su venta a precios módicos. (1)

Tenemos alrededor de seis u ocho tipos diferentes de zapallos (Cucurbita


sp.), alimento que era muy estimado en la cocina para preparar chupes,
laguas, guisos, espesos y locros, pero también por sus posibilidades
utilitarias. Si se le saca la comida y se le deja secar un poco obtenemos
los mates, “potos” o “potitos” como los llaman en Catacaos. Los mates
eran de diferentes tamaños y se usaban como vajilla.

Hallamos semillas de la caigua (ciclantera pedata) y por lo menos cinco o


seis tipos de ají (Capsicum sp.): el amarillo muy parecido al actual, el ají
limo, el rocoto, el colorado – hoy llamado ají panca – y uno muy pequeño;
todos se presentan en semillas o como producto seco o deshidratado.

En los basurales hay presencia de diversidad de conchas, aunque la


especie dominante es Mesodesma donacium, que hoy conocemos con el
28
nombre de machas. ¿Por qué la macha? Por qué es feraz, se reproduce
muy rápido y se cría en la misma arena, de manera que resulta fácil
recogerla, secarla y transportarla. Se usa en guisos, sopas y muchas
otras preparaciones. (1)

Uno de los sitios más interesantes y remotos relacionados con


este tema es Quebrada de los Burros, en Tacna (Lavallée et al. 1999). Se
trata de una especie de campamento en la costa, corresponde al
precerámico temprano a medio (aproximadamente 8000 – 4500 a.C.),
localizado entre los ríos Caplina y Sama, a pocos kilómetros de la actual
frontera con Chile. En la capa más antigua se han descubierto fogones,
en su mayoría superficiales y algunos de poca profundidad que fueron
usados para cocinar. Los fechados rediocarbónicos y de estos hornos
proceden del nivel N3, lo que significa que pueden fechar entre 6,454 y
6,095 a.C. es posible que al menos uno sea del 7,287 a.C.

Se ha logrado observar que los fogones de ésta época estaban


protegidos del viento pues se hicieron adrede al lado de un pequeño
promontorio de piedras. Su superposición indica que fueron hechos en los
mismos sitios, de modo que el fuego estaba encendido en los mismos
lugares. En estos hornos precerámicos se asaron grandes cantidades de
caracoles pata de burro (Concholepas concholepas), en menos cantidad
caracoles de otro tipo (Tegula), así como lapas (Fissurella) y choros
(Choromytilus). También fueron asadas machas (Mesodesma donacium)
y choritos (Perumytilus purpuratus)…

El combustible para cocinar, de acuerdo con Lavallée y su equipo, pudo


haberse encontrado en huesos fragmentados, musgo, hierbas secas,
gramíneas y eventualmente excrementos de camélidos. En cuanto a los
fogones hubo tres tipos, a saber: fogón abierto simple, fogón bordeado de
piedras y fogón excavado y recubierto de piedras. Mientras que los dos

29
primeros se hicieron principalmente entre 8000 y 6000 a.C., el tercero se
construyó posteriormente (Lavallée et. Al. 1985:280 – 281). Los hornos
abiertos de esta primera época sugieren dos tipos de cocción: asado y
tipo grill o rostizado. No se puede determinar si la carne de vicuña o de
guanaco era colocada directamente sobre las brasas; es decir, si era
rostizada o suspendida sobre las llamas (asada)… (17)

De manera separada, se calentaba piedras hasta ponerlas al


máximo de temperatura posible, antes de calcinarlas, para sumergirlas en
el agua del recipiente animal, la cual hervía, pudiendo haber servido como
base de cocción para clados o estofados. Piedras termofracturadas que
han resultado de este procedimiento se han hallado en Huaca Prieta, sitio
de la Costa Norte.. en este caso, los autores interpretan que las piedras
calientes al máximo habrían hervido agua no en bolsas o recipientes de
origen animal, sino más bien en calabazas… De modo que debe de haber
sido la forma de hervir agua por antonomasia aproximadamente entre
10000 y 2500 a.C., antes de la aparición de la cerámica.

¿Desde cuándo se conoció y empleó la técnica de la pachamanca? En el


abrigo de Telarmanchay, Lavallée y su equipo han encontrado algunas
evidencias que podrían interpretarse como restos de este tipo de cocción
que está documentada desde el nivel VI, lo que implica que puede tener
al menos 8000 años de antigüedad en el Perú. El fogón era ligeramente
excavado en la tierra, se colocaban placan de piedra para revestir las
paredes internas y luego se cubría todo con tierra. Como resultado de
ello, se fracturaban las piedras debido al calor interno que se generaba en
el horno, lo cual produjo un tipo de fractura que se conoce como
termofractura que, evidentemente se ha hallado en Telarmanchay. (17)

Como se viene observando, dos de las formas más frecuentes


de preparación de los alimentos en los andes, según la mayoría de
cronistas, son el estofado y el hervido. Cobo, por ejemplo, es quien más
se refiere a la preparación del maíz hervido y luego servido en guisos.
30
Cutright (2009:224), por su parte, nos recuerda que Cobo decía que el
maíz se preparaba un plato que se llamaba motepatasca, hirviéndolo en
su mazorca y acompañado con ají y otras plantas.

Frejoles, quinua y carne fresca(o seca en forma de charqui) eran comidos


en guisos como el locro, que contenía ají, chuño, papas y otros vegetales.
También hacían un guiso similar a base de pescado seco, el cual se
comía con mucha frecuencia. Los estofados eran sazonados con ají, sal y
otras hierbas…

El tostado según Cutright (2009: 227), es otro método de cocción seca


sobre una superficie caliente, que da como resultado un producto
crocante, siempre de acuerdo a este autor, Cobo anotaba que se tostaba
maíz en cacerolas de arcilla con agujeros, muy similar al pan de las
sociedades occidentales. Era lo más común que se tomaba para las
jornadas, pero en especial la harina de maíz…

La preparación de la chicha conlleva al menos tres fases: germinación,


hervido y la mezcla para fermentarla. En la costa norte, la particularidad
es la producción de jora (maíz germinado) que no es más que dejar
reventar el grano por varios días. Este grano luego es hervido de uno a
dos días y el líquido resultante es enfriado y colado, agregándose azúcar.
Luego de cuatro a seis días se puede consumir.(17)

El life es un término genérico para denominar al pescado


pequeño, de lagunas y ríos, sobre todo de acequias de agua dulce. Hasta
hace 40 años en las acequias y drenajes de los pantanos de Villa se
encontraban gran cantidad de pececitos de colores, que son los que se
usaba como alimento. Todavía hoy en el norte existen esos peces en las
acequias de las zonas rurales y en Trujillo o en ciudades más pequeñas,
en los pueblos, se anuncia como un potaje el life, sobre todo asociado con
el desayuno. La forma más común prepararlo hoy es frito en olla de barro
31
con poco aceite, pues sueltan gran cantidad de grasa; es entonces un
alimento no solamente rico en proteínas sino energético.

Su comida estaba basada principalmente en hierbas, cocidas y crudas,


así como en algas cocidas con ají, que eran conocidas como yuyo.
Se comían las hojas tiernas de papa, achita, cañihua, quinua y maíz.
Además se usaban como ingredientes en los chupes y en el guisado
llamado canchiyuyo. Otras hojas o frutos recibieron tratamiento especial,
como la hoja del zapallo, a la que aplicaban ceniza. También se
acostumbraba consumir algas marinas y de río, deshidratadas
(cochayuyo) como saborizantes. (2)

Fig. 2 Mural Mochica (10)

Hay que tener en cuenta, que después de la conquista, muchas


otras clases de frutas silvestres se extinguieron al ser desplazadas por
las frutas traídas por los españoles.
El pallar también fue – y sigue siendo- de consumo general. De igual
manera el frijol y el tarwi, que fue consumida, tanto hervida como tostada.
Con cierta amplitud. También se aprovechaba la semilla de algarrobo.

32
Los peces se consumían crudos, asados, soasados, tostados, en
barbacoa o en locro.(2)

El kanchiyuyu consistía en el guisado preparado con las hojas


del chocho o tarwi y el llutush, que es la vianda preparada con las hojas
del ullucu.

Las principales menestras cultivadas en el Perú, fueron la cazza o parca


(Canavalia ensiforme). Se le encontró en Huaca Prieta como señala J.
Bird. Esta especie forma parte de casi todos los relictos arqueológicos del
norte al medio del sur del país. En el siglo XVIII, se consumía tostado.

El nativo supo transformar los almidones en dextrina. Por ello tostó los
granos, los molió y llevó a una prolongada decocción en recipientes que
jamás contenían grasa o sal. Con este proceso se preparaban los api o la
mazamorra dulcetes que sirven de complemento alimenticio durante el
largo proceso de ablactación.

Conocieron los caldos dulces e incluso la miel, que la obtuvieron de la


ebullición de la caña de maíz, así como por lixiviación de la fructuosa
contenida en la cutícula de la semilla del molle (Schinus molle).

El consumo de la chicha tuvo tres objetivos; el primero era evitar las


enfermedades transportadas por las enfermedades, pues el proceso de
cocción y fermentación destruía por el calor y la acción de los fermentos,
las levaduras, parásitos y bacterias que existían en el agua. Coadyuva a
esta actividad germicida el medio ácido de la chicha. El segundo rol que
cumplió la chicha fue el aportar casi una tercera parte de las calorías
requeridas por el individuo. La chicha aporto también de 55% al 100% de
los nutrientes requerido por el cuerpo humano. El tercer rol, fue el permitir
una mejor asimilación de los nutrientes consumidos en las colaciones.
Esta función la veremos en detalle al tratar sobre la ingesta de alimentos.
(3)

33
Fig. 3 Elaboración de chicha ( 10 )

Aquellos que conocen el Perú profundo saben que por ejemplo


en la mesa se dispone de una papa que será consumida simplemente
hervida, otra que servirá para preparar el chupe, distinta usada para el
rocro, o para ser soasada, etc. Las comidas se condimentan con una gran
variedad de hierbas saborizantes y olorosas, y se utiliza un espectro
amplio de alternativas en la cocción y preparación de las viandas.

 El Caui, consiste en reducir los oxalatos contenidos en tubérculos


como la coca, a la vez que transformar los almidones que contiene
en azúcares por la exposición de los tubérculos al sol.
 Kusana, sirke, es la cocción de los alimentos en las cenizas de
cocción.
 Kaska, consiste en soasar carnes, etc. Por el calor del fogón.
 Kalapurka, es el guisado obtenido con piedras incandescentes.

34
 Huatiyani, es la cocción en un hoyo que ha sido abrasado por el
fuego. La cocción propiamente dicha se llamó payana y huaycuni;
el simple hervido es el timpuni o wallaqueña.
 Kamka, corresponde al torrado de cereales,que cuando lo son muy
ligeramente se les denomina harui. El putukkchi es el tostado de
los granos aún tiernos.
 Chupi, corresponde a las viandas preparadas en un medio líquido.
 Lawa o sakue, son las cremas más o menos espesas.
 Uchu o waika, se llaman así cuando presomina el sabor picante.
 Rocro, son los potajes poco acuosos
 Puti o quispiño, viandas que son preparadas al vapor.
 Chamca, hucacchata, mazamorras dulcetes.
 Machka, cereales o menestras tostadas y molidas.
 Tshancu, cereales que emplean grasas y otros ingredientes como
chicha, sangre etc.
 Champu o pischu´ga, masas con muy poca agua, que han sufrido
un ligero proceso de fermentación.
 Huminta, bollicos procedentes del maíz tierno o maduro, que son
envueltos en hojas y hervidos.
 Hampi, designa a un gran numero de formas de preparar los
fiambres para los viajes.
 Ttanta o pan, este es duro, concentrado y de gran poder nutritivo.

Los datos etnográficos publicados se refieren, en particular, al valle de


Moche. Así Gillin (1947:26) registra la recolección de caracoles terrestres
en la época de invierno, y dice que estos moluscos se comen
sancochados.

El valor del agua en la transformación de los alimentos también se ve


realzada en la noción Aymara de huayku que también tiene la acepción
de teñirque era una actividad que se hacía con este líquido elemento.
Igualmente cuando nos traduce hakhhuata, al cual la adjunta como
35
sinónimo phankutha, la versión que nos da es “cocer carne en la olla” en
efecto, el arte culinario andino reposa básicamente en el hervor de los
alimentos. De ahí que exista una amplia gama de ollas y que se simpatice
por la comida recocida. Una persona andina nunca acepta, por ejemplo
que se le sirva la carne término medio. Le produce una profunda
repugnancia. En la época prehispánica la carne cruda era reservada solo
a contextos iniciáticos donde la nota característica era la inversión del
orden. Lo cocido y lo teñido bajo la mediación del líquido elemento se
inscribe frontalmente en el plano de la cultura. Además, la cocción
prolongada, que se supone la mediación del agua, ha sido y es una
necesidad vital en una cultura que desarrolló una gran técnica de
almacenaje partiendo de la deshidratación de productos como la carne, la
papa, etc. Y que dejaba secar a productos como el maíz, la quinua y
otros. (3)

Asimismo existieron términos diferentes según el tipo de


transformación a que fueron sometidos los productos. Las papas cocidas,
por ejemplo fueron llamadas ccati; a las asadas al rescoldo, sirque; a las
asadas en hornillo con terrones que abrasan, si recogidas durante la
cosecha, huakha, y si durante la siembra, hapu. De manera semejante, al
maíz tostado se le denomino hampi; al cocido, motti; al cocido y secado
en el sol, chuchuca; al medio cocido, callmu, a las papas, membrillos y
otros frutos medio cocidos, caullu; al cordero asado con piedras
callechuakha, hapu o hanu.

Las formas de cocción fueron pues numerosas. Unas veces los productos
fueron expuestos directamente a piedras calientes, otras al agua hervida
en un brasero y otras al agua hervida con piedras calientes. A esta forma
se le denomino parisitha la cual fue descrita por Bertonio en los siguientes
términos: “cozer algo con piedras calientes que echan después en agua
fría donde están las comidas que quieren comer de esta manera las
cuales asi cocidas se llaman calapurca”. Aparte de ser esta cita indicativa

36
de una forma de cocción muy peculiar en la sociedad andina, constituye
una extraordinaria evidencia queda cuenta de los orígenes de uno de los
platos criollo más difundidos en el Perú actual. Este plato es la carapulca
cuyo ingrediente principal es el chuño el cual es guisado con carne. (3)

No existía el trigo y el pan no era la comida principal, sino las


sopas de tubérculos que eran de una gran diversidad: las había de papa
fresca y papa deshidratada –el famoso chuño-, de olluco y oca, de yuca,
de camote, y de raíces como la arracacha, la achira, la maca, la mashua y
su uso masivo cubría más del 50% de la dieta inca.

Las sopas más consistentes, casi sólidas, eran llamadas rocros; las que
eran un poco más aguadas, destinadas sobre todo a lactantes y
enfermos, se llamaban lawas; y las sopas de tubérculos eran conocidas
como chupis. Pero no se vaya a creer que estas sopas eran insípidas,
pues llevaban muchas yerbas aromáticas y saborizantes como la muña, el
paico, el chincho, el huacatay, que hasta ahora perfuman la cocina
andina. Y por supuesto ají o uchú, que fue el único saborizante conocido
por los nativos.

Las piedras que fueron usadas por los arquitectos nativos con tanto
virtuosismo, fueron también empleadas como instrumental de cocina. Por
ejemplo se practicaba el soasado “a la piedra”, que consistía en introducir
una piedra plana muy caliente en la olla ya llena con los ingredientes.
Como la piedra podía calentarse a más de 300°, el agua subia de
temperatura rápidamente y la cocción era instantánea como en una olla a
vapor. El recipiente podía no ser de barro, sino un mate de calabaza que
no habría soportado el fuego directo, pero sí el indirecto de la piedra
caliente: de allí que se suponga que este arcaico método viene de la
época pre – cerámica, cuando todavía no existían las ollas.

Otra forma de cocción que usaban los nativos es la pachamanca, que


significa en quechua “olla cavada en la tierra”, y proviene de dos

37
vocablos: pacha = tierra, y manca = olla. Para ello se cava un hoyo en la
tierra, en cuyo fondo se enciende un fuego de leña y se recubre de
piedras planas. Una vez calientes las piedras se retiran y en el hueco se
hace un lecho de hojas verdes y aromáticas, se deposita encima de ellas
las carnes envueltas en hojas verdes, las papas, los choclo y los camotes.
Entre ellas se disponen las piedras calentadas al rojo blanco, y todo se
cubre con otra capa de hojas, para que no escape el vapor, y por último
con tierra. Así las viandas se cuecen en el interior de la tierra, en sus
propios jugos, y tienen un sabor incomparable. La huatia era un
procedimiento culinario similar, en el cual en lugar de piedras se usaba
terrones secos. (4)

Fig. 4 Piedras para pachamanca (19) Fig. 5 Pachamanca (20)

Otro de los sistemas típicos de cocción era la barbacoa, por la


que se cocinaban las carnes con humo de madera caliente que
perfumaba la vianda. También se practicaba el soasado, y el asado al
rescoldo de cenizas calientes al que se arrimaba el maíz, la papa y otros
tubérculos, como hasta ahora se estila en los pueblos de la sierra. No se
usaba el braseado, ni el asado propiamente dicho, y no se conocían
38
frituras ni saltados porque en el imperio incaico no se cocinaba con aceite
y sólo mínimamente con grasa animal. (4)

El chuño generalmente se consume en forma de harina molida.


La morraya se consume rehidratando los tubérculos, asándolos,
tostandolos, cocinándolos o moliéndolos en morteros de piedra con lo que
se obtiene una harina muy blanca y muy fina. (5)

La lawa es una especie de sopa hecha con harinas crudas,


ligeramente calentadas, o preparada con maíz, papa, quinua, pallares u
otros ingredientes similares que son hervidos, después calentados
nuevamente. El uso de este tipo de preparación es muy antiguo. En la
actualidad, es muy frecuente en las zonas rurales de la sierra. Es una
sopa espesa, similar al atole mexicano.

Hay algunas variantes. La lawa preparada con granos tostados y con la


adición de grasa, se llama “shakue” y es muy popular en la zona del lago
Titicaca. Cuando la lawa se prepara con ingredientes hervidos y triturados
y se hierve por largo rato aumentando su densidad, se llama “chaque”.

Hay una serie de potajes o de guisos preparados a base de ají o rocoto,


que reciben el nombre quechua de Uchu o Waika, y que en la comida
criolla se llaman comúnmente ajiacos o picantes. El lokro (originalmente
Rokro) era inicialmente un potaje a base de chuño, legumbres, charqui y
papas o zapallo. Ahora, casi siempre, es a base de zapallo.

Cuando la Lawa es algo más espesa, en algunos lugares del Perú, y


especialmente en la selva, se le denomina “api”. Y cuando el api es aún
más espeso, prácticamente sólido, ya recibe el nombre español de
mazamorra (mat – mora, masa – mora), una adaptación de la cocina
árabe. (5)

En cuanto a la cocina, esta se basaba en la utilización de sus


ingredientes más importantes (papa, maíz y quinua) en preparaciones

39
frugales en condimentos y especias, y con técnicas simples como el
hervido o la brasa. Con el maíz hacían la humint´a, que hoy conocemos
como humita o tamal; el sankhu, que era un pan usado en rituales; el
tant´a o pan común; la cancha o maíz tostado; y la chicha, bebida
fermentada que hasta hoy es insustituible en nuestros guisos. (6)

Fig. 6 Cargador de chicha (22 )

De los platos que aún conservan su nombre original podemos


mencionar al locro, en cuya preparación no era el zapallo protagonista,
sino más bien las papas, las lawas o cremas hechas con las diversas
harinas que obtenían del maíz y papas que molían en morteros de piedra;
también la carapulcra, guiso hecho con papas secas; la pachamanca, que
sigue cocinándose bajo tierra; y el charqui, carne seca con la cual aún
obtenemos u sabor inconfundible en algunos guisos como el olluquito. (6)

Las grandes masa de población corriente, los hatun runas, se


solían alimentar con plantas y vegetales, por lo general hervidas o
transformadas en chupes. Preparaban además algún guisado de hojas de
maíz, papa o quinua, conocido como conchiyuyo. Como saborizantes
para sus preparaciones empleaban las hierbas y plantas aromáticas como
el achiote, el mancay, el huacatay y el rocoto. Asimismo, para beber

40
preparaban grandes cantidades de chicha, una bebida a base de maíz
que ingerían veces al día, en vista de que no tomaban agua. (6)

Era el condimento especial por excelencia en el mundo


andino, el complemento obligatorio de los potajes. Incluso sus hojas
fueron aprovechadas para sazonar locros y preparar ensaladas. En la
época inca, dominaban, la cocina los guisos, hoy conocidos con el
nombre de ajiacos, como el hollque, elaborado con carne desmenuzada y
embadurnada de ají. Los incas utilizaron, entre otras especies, el
arnaucho y el rocoto, además de las variedades denominadas ají
montaña, ají coralillo, ají chinchiucho, y otras que crecían en las montañas
de Madre de Dios y recibían los nombres de miotiucho, pluana ucho y
gatlo ucho. (7)

“Existieron términos diferentes según el tipo de transformación


a que fueron sometidos los productos.. las papas cocidas, por ejemplo
fueron llamadas ccati; a las asadas al rescoldo sirque; a las asadas en
hornillos en terrones que abrazan, si eran recogidas durante la cosecha,
huakkay, y si durante la siembra Hapu. De manera semejante, al maíz
tostado se le denomino hampi; al cocido motti; al cocido y secado en el
sol, chuchuca: al medio día cocido, caullu; al cordero asado con piedras,
callechuakka, Hapu o hanu. El término Hapu, al igual que huakke, sirvió
también para referirse a las papas, corderos, cuyes, pájaros” (OSSIO;
1993; 102-103).

Juan Ossio, nos habla además de la dedicación de las damas y el esmero


por la cocina, al mismo tiempo nos hace mención de la prodigiosa gama
de ollas para preparar los diferentes alimentos y el punto de cocción que
debían alcanzar para el agrado de los invitados. También nos hace
recordar, que la costumbre por el alimento cocido se arrastra hasta hoy en
el mundo andino, porque le produce repugnancia. Esto se explica en la
información arqueológica, que nos dice que la carne cruda era reservada
para contextos iniciáticos. (14)
41
Hervir, estofar y todas sus variantes fueron las técnicas culinarias más
importantes que se practicaron en el tiempo de los incas. Para ello, así
como para tostar y fermentar, se utilizaban diferentes recipientes de
cerámica.

Los incas aprovecharon técnicas culinarias muy antiguas, tales como


cocinar los alimentos con piedras calientes, ya sea al contacto con ellas o
sumergiéndolas en los líquidos. Lo mismo sucedió con la técnica de asar,
que tenía muchas variantes; se asaba a la parrilla, al rescoldo del fuego,
entre las cenizas, dentro de las cañas u hojas, directamente entre las
brasas, en hornos de piedra o utilizando terrones o adobes, arena o tierra
caliente. Estaba muy difundido el uso de batanes y morteros para moler
todo aquello –crudo o cocido- que se deseaba triturar o coinvertir en salsa
o en harina. (15)

2.3.2.- TÉCNICAS DE COCCIÓN EN LA ÉPOCA COLONIAL

Las raíces de la cocina medieval española son romanas. Los


romanos dejaron asimismo en la cocina medieval española un
inmoderado, excesivo gusto por las especias y los aromas, especialmente
en este caso, que perduró en las cocinas de los invasores godos y entre
la posterior nobleza feudal carolingia. (3)

Los aproximadamente ocho mil españoles que realizaron la


conquista del Imperio de los Incas (1532 – 1544) no llegaron solos. Con
ellos vinieron hombres de varias partes del mundo. Dos o tres mil negros
de África y de España (allí los había desde el siglo XIV) y varios
centenares de moros y moriscas de ambos sexos. Además gentes de
varios lugares de Europa, centenares de griegos marcadamente. También
llegaron, en diversos escalones, indios centroamericanos: Guatemalas,
Nicaraguas, cunas de Panamá en un número global que fue superior de
los seis mil. (3)
42
Nos interesan estas moriscas y moras porque fueron ellas las
que dejaron un sello especial en la cultura peruana criolla, costeña
señaladamente, para siempre.

En las artes culinarias (gran cantidad de viandas con natural adaptación


local). (3)

Y ese arroz llegó presumiblemente al Perú con las moriscas.


Hasta el nombre es árabe en su origen: urz.

Precisaremos que el arroz siguió desplazando, para siempre, a la sémola


y al trigo frangollado, base de vario platos moros; el cuzcuz
especialmente. Aún hoy nuestro criollísimo estofado es el guiso de
acompañamiento de cierto cuzcuz morisco, en el cual apenas sí hemos
remplazado la sémola con el arroz, seco y graneado.

Y en el fondo de las ollas de leña, a fuego lento se iba gestando nuestro


concolón entre esas moriscas (que alternaban con esclavas negras en la
cocina). Allí medio frito y medio tostado, surgió esa variante gloriosa del
arroz peruano, cumbre del calentado del día siguiente en la mesa de los
pobres. O, sin distingos, en todas las mesas tras la jarana malanochera.
(3)

Su mejor descriptor es, naturalmente Benvenutto, quien corrige


a Juan de Arona y a don Ricardo Palma y deja bien sentado que hubo dos
sangos; uno que era guiso, y que se preparaba con Ñajú, y otro que era
dulce y llevaba abundancia de pasas.

Se encuentra el sango en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Colombia, a


más del Perú. Pero difieren en cuanto a los elementos que emplea y la
manera de prepararlo. Pero el más común es el dulce, y lo más corriente
es hacerlo con azúcar morena o chancaca.

Jorge Lira refiriéndose al guiso, dice que el nombre deriva de la voz


quechua sámkhu; pero dudamos del aserto porque explica que su
43
preparación se hace con harina de trigo y cebada, elementos estos que
no existieron en el Perú prehispánico. (3)

Las mujeres que imprimieron un sello especial a la cocina, y


sobre todo a la repostería virreinal, fueron las esclavas blancas moras.

Otros cambios importantes en las recetas moras y otras transformadas


por la moras en el Perú fueron los “pinchos morunos” como se les dice en
España, es decir los trozos de carne de corazón de buey ensartados en
palitos y puestos a dorar a la parrilla. Al hacerlos más grandes,
acompañados con abundante ají, tomaron el nombre de anticuchos. (1)

Cobo, en su crónica ya citada, dice refiriéndose a su consumo


en el país que el arroz “cómase por guisado y vianda, y no por pan,
cociéndose en leche o con el graso de la olla y en otras maneras”.

En el caso de Perú, Bolivia, Chile y Argentina los locros son guisos y su


consistencia es espesa.

La referencia más temprana del ajiaco data en 1646, cuya elaboración


incluía más productos de los que se usan actualmente: zapallitos, papas
verdes. Papas secas, caiguas, choclos, yucas, tomates, ajís, cebollas,
manteca, aceite.

En cuanto al pepián se dice que la versión virreinal se hacía con arroz y


la republicana con choclo desde mediados del siglo XVII. El nombre
deriva de “pepas” e incluso en algunas recetas se indica que las monjas
compran pepitas, pero no se indica de qué. (1)

Las laguas son unas sopas cremosas típicamente serranas, muy


populares actualmente en la región sur del país y en Bolivia, cuyas
referencias se encuentran muchas veces en los registros de los
monasterios coloniales limeños. Hay laguas que incorporan los yuyos y
pescado entre sus elementos. El yuyo se enviaba desde la época
prehispánica a la sierra y sirvió para contrarrestar la falta de Yodo. (1)
44
Un aspecto importante de la comida virreinal es el mestizaje que
se produce desde muy temprano y que se enriquece con el pasar del
tiempo. Ya a mediados del siglo XVIII (1761), en una lista de comidas
preparadas a lo largo de una semana en el monasterio de la Santísima
Trinidad se aprecia la mezcla de los productos locales y los importados:

 Domingo: Frijoles con dulce, frijoles (local), dulce (importado),


chupe de queso, chupe (local), queso (importado).
 Lunes: Pallares (local).
 Martes: Arroz (importado).
 Miércoles: Frijoles (local).
 Jueves: Quinua (local).
 Viernes: Locro (mestizos desde el siglo XVII).
 Sábado: Garbanzos (importado) (1)

El consumo de manteca de cerdo era grande en todos los


monasterios como lo era en la ciudad por la escasez de aceite de oliva.
Bernabé Cobo, en su crónica Historia del Nuevo Mundo de 1653, comenta
sobre el tema: “Es grande la cantidad de puercos que se consumen
respecto del excesivo gusto que hay de manteca en esa, por costumbre
antigua la penuria del aceite y sirve en lugar de él en los manjares
cuaresmales”.

Se observa que el consumo de esta ave (gallina) estaba asociado a la


salud. Por lo general una determinada compra de gallinas tiene que ver
con una religiosa enferma o que ha sido sangrada. Para que recuperaran
las fuerzas se les daba caldo de gallina, ya que era considerado
reconstituyente. (1)

Con la llegada de los españoles, el ají se incorporó a algunas


preparaciones coloniales y surgieron nuevos platillos mestizos. A una
sencilla salsa como el chupi, que se elaboraba con sal y ají, y que se
servía luego de los ayunos rituales incas, se añadieron papa, queso,

45
huevo, verduras, carnes o pescados, y así nacieron los chupes, que hasta
hoy se conocen en todo el país.(7)

También se incorporó ají (y papa) a la olla podrida, una suerte


de sancochado y guiso hervido. Y algo parecido sucedió con el ceviche,
cuyos orígenes pueden rastrearse en la cocina prehispánica, cuando se
sazonaban pescados tiernos con ají. En la colonia, se incorporaron
insumos particulares del Viejo Mundo como la cebolla y el limón. Nació
así el cebiche como lo conocemos hoy. (7)

Naturalmente, el consumo de carnes, pescados y aves estaba


muy difundido en la España medieval. Las carnes preferidas eran la
ovina y la caprina, seguidas en las zonas cristianas, de la porcina, ya que
en las áreas dominadas por el islam el consumo de esta carne estaba
prohibido. La carne de vacuno era muy cara, por lo que su consumo
estaba restringido a las clases más poderosas. Los animales de trabajo
eran aprovechados por su leche, con las que se hacían quesos. De igual
forma los huevos de las aves formaban parte importante de la dieta.
También se consumía una gran cantidad de pescado de mar y de rio,
fresco y seco. En gran parte esto se debía a las estrictas restricciones
religiosas impuestas por la iglesia católica. (2)

El uso de legumbres secas –en especial las habas estaba muy


extendido en España, y aunque empleaban mucho el ajo y la cebolla, el
consumo de verduras era muy moderado.(2)

La dieta diaria se basaba, fundamentalmente, en pan y vino, y


en ciertas zonas, en aceite de oliva y aceituna. La mayor parte de
guisados eran sopas hechas con legumbres, algún trozo de tocino y
engordadas con pan. Lo cocido y lo guisado tenía preponderancia sobre
lo asado. Esto se debía al importante papel que jugaban los cereales y
harinas en la alimentación popular.(2)

46
Así como los españoles asimilaron productos y técnicas de cocción
peruanas, los pobladores del Tahuantinsuyo hicieron lo propio con los
alimentos y la gastronomía españoles. De manera silenciosa fue
surgiendo una cocina mestiza, con elementos de ambas culturas. El
charqui, tal como era preparado por los indígenas, no fue del agrado de
los españoles, quienes lo consideraban carne cruda. Por tal razón, lo
tostaban por ambos lados y luego lo sumergían en agua fría, logrando de
este modo una consistencia suave y a la vez crocante. Para acompañar el
charqui –sea de carne o de pescado-, los peruanos recurrían a la cancha
o al mote. Los españoles asimilaron esta guarnición a sus propias carnes,
en especial a la de cerdo, que consumían en forma de chicharrón o
fritangas. (2)

Uno de los platos más tradicionales del Perú prehispánico –la


pachamanca- fue enriquecido con carnes de res, cerdo, cabrito y gallina,
ya la huatia se le agregaron habas y queso. Asimismo a los locros, ajiacos
y chupes se les introdujo ajo, cebolla, comino, pimienta, leche, huevos,
col, queso y carnes de res, cerdo y gallina. (2)

Al pitu – harina maíz tostado muy popular entre los viajeros del Perú
precolombino- se le agregaron canela o clavo de olor y el azúcar,
haciéndolo mucho más sabroso y exquisito.

Los indígenas, que habían ignorado el uso de la leche, la mantequilla y el


queso, tomaron gran gusto por estos productos y los consumieron
abundantemente.

El chichi -un pescadillo muy abundante en los ríos de la costa y que era
consumido crudo o con ají por los indígenas- adquirió mucha popularidad
entre españoles y criollos, quienes preferían tostarlo y luego molerlo con
ají para convertirlo en una especie de salsa que cubría a otros pescados y
otras carnes.

47
Las humitas se hicieron mucho más sabrosas: a las dulces se le
agregaron mantequilla, huevos, anís, canela y clavo de olor, y alas
saladas, culantro, queso fresco y carne de cerdo o de ave.

Los pallares se preparaban de la misma manera que las habas y se


comían, con sus vainas tiernas, en aceite, vinagre, tanto guisado como
cocido.

En vista de la escasez de trigo propio de los inicios de la colonia, la harina


de maíz fue muy utilizada para hacer pan, bizcochos, rosquitas y
mazamorras con miel de caña, a la que los exquisitos le agregaban
azúcar y huevos.

La chicha, bebida por excelencia en el Perú antiguo, también fue


asimilada y adaptada a su gusto por los españoles, al punto que hasta la
actualidad consumimos la chicha dulce o morada, hecha con maíz de este
color. El maíz morado también se usó para preparar mazamorras, postre
muy apreciado durante la colonia.

El maní para hacer turrones y confituras y de igual manera, el yacón se


consumía con pimienta y naranja. Con el chuño se hacían bizcochuelos y
riquísimos buñuelos y poleadas, una especie de mazamorra blanda y
suelta, recomendada para los enfermos. (2)

El zapallo era muy socorrido por todas las clases sociales y se comía
asado, con aceite y vinagre. Las semillas se utilizaban solas, confitadas o
en mazapanes, como un sucedáneo de las almendras españolas.

Entre las frutas, los plátanos eran de uso muy extendido. Se comían
crudos, guisados y en forma de conserva, al igual que los higos, los
duraznos, los melocotones, las manzanas y los membrillos. (2)

En las casas modestas de ciudades y pueblos, el puchero era el plato


preferido, mientras que en el campo se servía el chupe. En las casas
acomodadas, la situación era completamente distinta, ya que cada cual
48
comía lo que en ese momento le provocaba. Por tal motivo, el almuerzo
constaba de dos servicios: por lo general, uno incluía siete platos y el otro
seis.

Entre ambos se servía un intermedio compuesto de manjares ligeros.


Comúnmente, se servían en el primer servicio carapulcra, cecina con
yucas, pepián, sopa de mondongo, lagua y frijoles con carne. El
intermedio era una especie de piqueo para que los comensales se
sirvieran a su gusto. Estaba compuesto por camote, choclos y yucas
sancochadas. El segundo servicio se componía de sango, patasca, chupe
de queso y relleno con camote. Al final venían los dulces, generalmente
frijol colado y mazamorra.

Como ya hemos mencionado, la comida se servía entre cuatro y cinco de


la tarde, antes de que anocheciera, pero si se trataba de una tarde de
toros, se comía –como algo muy especial- después de la seis. Por lo
general, la mesa llevaba puchero, olla española, sancochado y chupe,
aunque es importante señalar que mucha gente prefería pescado fresco,
antes que carne, para la cena. (2)

Era tradición en el Perú virreinal que los dulces fueran elaborados por los
diferentes conventos de monjas que existían en las ciudades principales.
Entre los más apreciados estaban el manjarblanco, las almendras y
avellanas cubiertas de azúcar, los pétalos de rosa cuajados en almíbar ,
los mazapanes, los bizcochos molidos y amasados con almendras, canela
y clavo de olor, el alfajor, el sango, e ranfañote, las cocadas, los
caramelos, las mazamorras y una gran variedad de helados. (2)

Pero en general la cocina española y la cocina india siguieron


vías paralelas, ignorándose la una a la otra y dándose la espalda con
descaro, aunque ambas se hicieran en la misma mansión, como era el
caso de los encomenderos que comían a la española en sus comedores,
y cuyo personal de servicio yantaba en la cocinas, comida de indios. En

49
los poblados indígenas se seguía comiendo igual; las mismas sopas
aromáticas, las mismas pachamancas bajo tierra, la misma chicha,
ignorando completamente las frituras traídas por loe españoles, las
gallinas rostizadas, las empanadas. Y, simétricamente, en la cocina
española se seguía ignorando las técnicas de desecación de la papa y el
maíz, los beneficios energéticos de la maca y los higiénicos de la
chicha…

Es que la comida española, tan fuertemente sazonada, era el polo


opuesto de la cocina nativa, más bien naturista, con un escaso o nulo
empleo de condimentos. Seguramente por eso no hubo un acercamiento
abierto y franco entre estas dos distintas concepciones culinarias, sino
más bien oblicuo, porque este encuentro se fue dando muy
paulatinamente, el grado de las necesidades, casualidades y curiosidades
de los cocineros. Y es que los hábitos alimentarios son de lo más
arraigado que tiene una cultura, pues establecen la identidad de un
pueblo al igual que sus recetas, perdurando inmutables siglos y
milenios… (4)

Para cambiar una receta ya instituida se obedece


fundamentalmente al principio universal de sustitución de ingredientes,
que se aplica en todas las cocinas y que constituye un elemento de
dinámica y de cambio, junto con el principio que llamaremos de aplicación
de técnicas. El primero consiste en sustituir un ingrediente por otro similar
- por ejemplo trigo por maíz, frejoles por habas, cecina por chalona - …

El segundo principio consiste en aplicar una técnica conocida a un


material desconocido, como por ejemplo la del relleno con picadillo, que
se usaba para rellenar aves de corral y que, aplicada a las papas, los
tomates o las caiguas produce un resultado completamente novedoso.
Como agregarle un aderezo típico, a base de aceite, ajos y cebollas a una
sopa serrana que nunca tuvo esos ingredientes.

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Un tercer principio sería el del empleo de sazonadores, para aplicarlos a
un plato que no los llevaba, como por ejemplo el acto de agregar
pimienta, comino, clavo y canela a la ancestral carapulcra o ají con
huacatay al hispánico sancochado. (4)

El olluquito con charqui, no necesita mayores comentarios, pues


se trata de un plato cuyos principales ingredientes son prehispánicos: el
olluco es un tubérculo serrano, el charqui es una cecina de carne de llama
y el ají que lo acompaña es también nativo; solo el aderezo es netamente
hispánico. La pachamanca y la huatia, como ya lo dijimos, son formas de
cocción bajo tierra de viandas envueltas en hojas de plátano o maíz, que
no han cambiado esencialmente en muchos siglos sino la composición de
las carnes: antes eran llama y alpaca, y ahora son carnero, cabrito y pollo,
acompañados con salsas diversas de origen occidental… en el norte hay
plato muy semejante cocido bajo tierra, que se conoce con el nombre
nativo de copús…

Los diversos ajiacos, guisos que suelen llevar papas, ollucos, cayguas,
ají y hierbas aromáticas, se han enriquecido con una legumbre traída por
los españoles, la sabrosa haba, que se popularizo grandemente en la
sierra, seguramente porque es menos dura de cocer que los frejoles en
aquellas alturas donde el agua hierve a 80°C; es por esta razón que
frejoles y pallares se han quedado confinados en la costa, los ajiacos
también llevan queso fresco que no conocían los nativos.

Cuando la oveja se difundió mucho en la sierra, los indígenas la


incorporaron a sus sopas, como lo hacían a veces con la carne de llama o
alpaca, produciéndose una poderosa sopa de cabeza de carnero, o pecan
caldo , o una fantástica patasca, ritual sopa de maíz que se prepara en
toda la sierra, con variantes regionales, que no solo lleva el muy
occidental trigo, sino también cabeza de carnero y su mondongo. Y desde

51
luego un aderezo de ají colorado con ajo y cebolla, más sus ramas de
perfumado paico, culantro y orégano.

Algún genio anónimo agrego a un chupe de camarones, sopa puramente


nativa, con su papa más y su ají, la leche y los huevos que estaban
prohibidos en la cocina incaica y, aunque contravino las prohibiciones
alimentarias del imperio, redondeo la suculencia de este plato; para
coronarlo le agrego su punta de orégano frotado y su ají tostado…

De la misma manera el rocro indígena, que era guiso de zapallo y papas,


se convierte en locro colonial, uno de los más populares platos de aquel
entonces, por un similar tratamiento, pues se le agrega leche, huevos y
queso, y con un toque de paico – que los mexicanos le llaman epazote-
queda propiamente sublime.

La ocopa no fue un invento de los frailes del convento de ocopa, como lo


hemos leído en algún lado, sino que deriva de la ucupa, pasta de ají, sal,
maní molido y camarón seco que los indios usaban como sazonador y
solían llevar en sus viajes. Lo aplicaban a unas papas amarillas cocidas y
ya estaban almorzados, muy sabrosamente, en días del incario. A esta
pasta también le agregaron leche y queso fresco, y salió la fabulosa
ocopa a la arequipeña, con su huacatay más y sus colas de camarón
fresco del rio majes de Arequipa.

La ucupa es también predecesora de esa formidable salsa que se aplica


al cuy serrano para producir el cuy en salsa de maní, y de ella nos viene
también el inchic api, sopa de gallina con maní muy típica de la
Amazonía, como su nombre lo indica, pues inchic es el nombre quechua
del maní, y api indica una especie de sopa.

El tamal es el nombre caribe de un plato de la América Central, traído por


las cocineras negras y centroamericanas que vinieron con los españoles,
que consiste en una pasta de maíz rellena con presas de gallina o cerdo,
cocidas al vapor y envuelta en una hoja de plátano o de achira…en la
52
sierra el tamal nunca ha pegado ya que existe allí algo similar la humita,
que no lleva relleno y va envuelta en hojas de choclo.

En la costa norte, que es donde hubo el mayor consumo de pescado y


mariscos secos en épocas prehispánicas, existe todavía el famoso
chiringuito, plato a base de pez guitarra seco y deshilachado, con su limón
más y su ají. La raya seca también sirve al efecto, acompañada de una
salsa de cebolla con ají. (4)

Los frejoles con tocino en todas sus múltiples variantes. Pero


como en el Perú hay muchas clases de frejoles – los canarios, los bayos,
los caballeros, la castilla- surgieron muchas otras frejoladas a base de
carne de chancho y embutidos…

Tocante al maíz, este grano sirvió de sustituto al trigo en la elaboración


del indispensable pan, dando origen a toda una serie de productos de
repostería como el pan de maíz, las fachendas o las natillas. En cuanto al
pastel de choclo o el pepián de choclo parecen haber sido de creación
tardía.

Al muy típico sancochado le agregaron papas, yucas y choclo, que es


como se come ahora; al estofado le incorporaron papa amarilla; al adobo
de chancho que ya llevaba un montón de especies, lo maceraron en ají
colorado y chicha de jora; al escabeche le agregaron ají amarillo, que por
ahí pasó a llamarse ají escabeche; a la patita de chancho le agregaron
maní tostado y molido, y ají; acompañaron sus asados con papas doradas
y camotes asoleados; entomataron sus pescados.

Las cocineras moras…llamadas también “esclavas blancas” eran damas


de la aristocracia musulmana que muchas veces se casaron con sus
amos, o fueron manumitidas en razón de su clase y de sus méritos. Se
ocupaban de las tareas domésticas y en particular de la cocina, a la que
aportaban todo su saber, aplicando técnicas árabes a los nuevos

53
ingredientes americanos, adaptando sabores desconocidos a nuestro
paladar.

Casi todos los rellenos en que nuestra cocina es pródiga proceden de sus
hábiles manos, y toman como base el mismo picadillo mediterráneo,
hecho con carne de res, ajo cebolla, pasas, aceitunas y huevo duro que
se aplica con ligeras variantes a las más diversas cosas, desde las
empanadas hasta la caygua rellena, pasando desde luego por la papa
rellena, rocoto relleno, el tomate relleno, el ají verde relleno, el arroz
tapado, platos clásicos de la cocina peruana. El seco de cabrito que lleva
un montón de culantro, procede directamente de la cocina magrebí,
donde hay platos muy similares al nuestro, con harto culantro, tal el Tajín
marroquí. Las albóndigas, llamadas Kefta en todo medio oriente, son
también un aporte arábigo a nuestra cocina, como todos los que tienen
nombres de resonancias moras: alfajores, alfeñiques, alfandoques,
mazamorra, etc.

Se les suele atribuir algún famoso plato de misteriosas resonancias


negras, como el tacu tacu, como lo reconoce un especialista en el tema
de la negritud peruana, el doctor Fernando Romero. El tacu tacu no es
otra cosa que las sobras del frejol y el arroz de la víspera, mezclados y
luego fritos como un “calenta´u”, con su salsa criolla más, y su toque de
aceite de oliva.

Como los esclavos hacían gran uso de vísceras, se les ha atribuido a los
negros las comidas que llevan como base estos ingredientes, -como por
ejemplo el choncholí, que es a base de tripas, la sangrecita, el chirimpico
norteño, de vísceras de cabrito-, aunque esta costumbre no es privativa
de los negros, sino de todos los pobres de la colonia que daban gran uso
a la vísceras.

Pero lo que sí es seguro que los negros destacaron en los postres: arroz
zambito, que es un arroz con leche que lleva chancaca no puede ser más

54
explícito; el frejol colado, que no es otro que el terranova; el camotillo, una
pasta de camote sancochado con azúcar, clavo y canela; el sanguito de
harina de maíz con pasas, el turrón Doña Pepa, - que lleva el nombre de
una legendaria repostera negra, doña Josefa Marmaguillo-, los picarones,
que son buñuelos de harina de camote y de zapallo, con su miel de
chancaca más, su pisco y su canela… (4)

Muy influenciada por la cocina árabe, la española trajo no solo


confituras y dulces de frutas, sino también mazapanes de pasta de
almendras, cremas con queso y leche, merengues y todo tipo de pasteles
hechos con harina de trigo y levadura. De nada nos salvamos, ni siquiera
de los llamados dulces al sartén, que se fríen en abundante aceite, como
por ejemplo guargüeros y buñuelos, que tuvieron su versión más criolla en
los jacarandosos picarones…

Es conveniente distinguir entre los dulces de convento y los dulces de


olla. Los primeros eran elaborados con los más finos ingredientes
importados y requerían de muchos procedimientos sofisticados:
horneado, batido, amasado, fermentado, relleno y una infraestructura
culinaria de mucha mayor envergadura que la ordinaria… Los dulces de
ollas requerían de productos baratos y nacionales y se podía preparar en
una sola olla. (4)

Era tan importante la comida en la amodorrada sociedad colonial, que se


vivía al ritmo de los pregones que marcaban el paso de las horas y
anunciaban la aparición de algún proveedor de alimentos que llegaba
hasta las puertas mismas de las casas, montado en su burrito o pie
nomás señor..

Desfilaban todo el día, desde la lechera a las 6 de la mañana con su


pregón, hasta el que vendía al anochecer unas galletitas duras y
crocantes, con sabor a canela, llamadas “revolución caliente”. No faltaba
claro está la chichera, la tamalera, el bizcochero, la anticuchera, la

55
ranfañotera, chancaquera, la manicera, la frejolera, la picantera, el frutero,
la humitera, la mazamorrera, la picaronera, la verdulera, la salchichera, la
alfajorera, la champucera, el galletero, el empanadero, la
ponderacionera.(4)

Surgió así, de la transculturación agrícola y alimenticia, un arte


culinario mestizo que en forma progresiva fue estableciendo su propia
identidad de cocina peruana… el romance de dos de los platos más
peruanos: el chupe y los anticuchos. (5)

El ají en quechua, se llama “uchu”. Cuando el “chupe” era preparado con


una especie de “uchu” muy caustico que se traía de la selva amazónica,
es decir del ANTI (Antisuyo), recibía el nombre de “Anticuchu”. A esto los
españoles le agregaron el concepto del “shishkabob” introducido en
España por los árabes; y la salsa le dio el nombre al nuevo plato de
“brochettes”, tan apetitoso al salir de toros; “Anticuchu” (5)

Pero la gastronomía virreinal, no sólo se alimenta de los


elementos del viejo mundo, sino del producto traído por la migración
negra para enriquecer la comida peruana. Aquí hay una variante
importante, en relación al producto europeo. Este último se caracteriza
por traernos el alimento que ingería el conquistador y que después lo fue
de los españoles o la clase gobernante del virreinato. Lo que hizo que
inicialmente fuera el privilegio de los sectores pudientes de la nueva
sociedad peruana. En cambio el producto afro o la dieta del inmigrante
negro tuvo la característica propia del sector social que incursiona en
nuestro mundo, proveniente de los sectores más bajos de la escala social
del pueblo africano, considerando la modalidad de esclavitud que poco a
poco invade la vida socioeconómica y cultural del virreinato.

Entonces el aporte afro estuvo relacionado con la comida que trajeron


básicamente relacionada con las carnes y especialmente sus
menudencias, porque los otros productos fueron adecuados a lo que

56
trajeron los europeos o encontraron en el Perú. El corazón de res y de
otros mamíferos, el mondongo y demás menudencias, los dulces en base
a frejoles, camotes, cereales y distintas harinas, los condimentos
mezclados con sabores diferentes, al inicio se constituye en la dieta del
poblador negro, que poco a poco se mezcla con la comida nativa
peruana, produciéndose un primer mestizaje de la gastronomía de los
sectores medios y bajos de la sociedad virreinal. (14)

A partir de la festividad del Señor de los Milagros cuya procesión era


seguida de vivanderas que preparaban los corazones dando origen al
emblemático potaje de los anticuchos; los mondonguitos de toda sazón y
variedad; los dulces y turrones, que perennizan la nueva marca peruana;
los turrones del Señor de los Milagros, hacen que hasta final de la colonia
y la reciente república la festividad y los nuevos platos que enriquecen la
gastronomía peruana en base a parrillas, anticuchos, menudencias,
choclos, pasen a formar parte de la nueva comida peruana. (14)

2.4.- APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS DE CONSERVACIÓN EN LA HISTORIA

2.4.1.- MÉTODOS DE CONSERVACIÓN EN LA ÉPOCA PREHISPÁNICA

Los pescados eran procesados para su conservación mediante


la deshidratación y el uso de sal y arena salobre como conservantes. La
anchoveta se consumía con maíz tostado.
La carne recogida en los chaccos era convertida en charqui. (2)
La fruta fue un alimento indispensable en la dieta cotidiana. Las frutas
silvestres se llamaban sacha y su uso era común cuando procedían de
terrenos de la comunidad, y cuando era de las autoridades el uso era
restringido a ellos. La lúcuma era una de las frutas más fáciles de
deshidratar, por lo tanto fue de gran consumo, lo mismo que la
guanábana, el caimito, la palta, la papaya, la ciruela, el pepino, la fresa y
el tumbo (2)
57
El salitre, caliche o zuca allpa, fue utilizada para la
deshidratación y conservación de la anchoveta.

La sal y arenas salobres del litoral, se emplearon en la conservación de


los pescados en el litoral, durante su deshidratación al sol y viento. Se
refiere que aquellos salados en la caleta de San Miguel (Chincha), eran
mejores que los efectuados en Galicia e Irlanda.

La cal se empleó para evitar el agusanamiento de los tubérculos.

El ahumado fue común aplicarlo a la deshidratación de carnes en


barbacoa en la Amazonía.

Entre los tóxicos, la casana una planta de la Amazonía sumamente tóxica,


cuyos contactos con un alimento lo convierte en veneno activo. Los
nativos en sus viajes por el bosque, suelen preparar la fariña u otros
alimentos, los que son recubiertos por una capa de masa, á esta se rocía
exteriormente con la decocción de casana. Estos bollos pueden quedar
en el monte por largos meses, sin que los animales los consuman o el
moho los ataque. Cuando se desea consumir el alimento almacenado se
pela la envoltura de protección.

En San Juan del Oro (Puno), hallamos que se usaba la decocción de las
hojas de un arbusto llamado amarakay, en cuyos caldos se sumergen por
breves minutos las semillas de maíz, menestras, etc., las que con esta
inmersión no serían atacadas por insectos, gusanos o roedores.

La arena: fue entremezclada con cereales, menestras, etc. Cubriéndose


luego con otras capas de arena para impedir que los granos alimenticios
fueran atacados por roedores, insectos, etc. Hasta nuestros días se utiliza
esta práctica.

Las Arcillas: en la Amazonía para evitar la escasez de alimentos, hacen


huecos en la arcilla donde entierran yucas (Manihot sp.) y sachapapa
(Dioscorea sp.), los que son tapadas, al iniciarse las inundaciones
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periódicas. Estos depósito, y serán cubiertos por las aguas, y al
producirse la vaciante de los ríos se desenterraran los alimentos para ser
consumidos.

Los pescados fueron procesados para su conservación. En la costa se


utilizó preferentemente la deshidratación y se empleó como preservativos
la sal y arenas salobres. Se acostumbró además, enterrar los pescados
en manto de sales incluso en capas de bentonita que actuarían como
absorbentes de la humedad. El caliche, se utilizó preferentemente para la
conservación de las anchovetas, las que eran consumidas posteriormente
tostadas y acompañadas del maíz torrado.
Las hortalizas carentes de principios amargos o alcaloides termolábiles,
eran secadas mediante el procedimiento del masani o naque, es decir,
por exposición a la radiación solar, con lo que se concentraban sus
nutrientes.
Otra forma de deshidratación consistió en el kassachiy, o sea, la
exposición de las verduras a baja temperatura durante las noches frías
con lo que el agua contenida en los tejidos se congelaría, rompiéndolos y
haciendo posible la fácil evaporación de la humedad al recibir la
insolación siguiente.
Las verduras que contenían principios amargos, alcaloides, etc. Solubles
eran hervidos dos o tres veces.
La práctica de consumir las hojas, yemas cogollos, etc. De plantas
cultivadas y silvestres alargó el período de consumo de verduras frescas,
seguido luego por el de las deshidratadas.

El soasado y deshidratación, práctica muy utilizada para preservar carnes,


pescados y cereales y tubérculos. El calor sirvió para bloquear la actividad
enzimática, seguido por la deshidratación favorecido por el viento.

Hervido y deshidratación, procedimiento especialmente utilizado para la


conservación de las hortalizas. En menor intensidad con cereales,
menestras, tubérculos y potajes.
59
Congelación y lixiviación, con la congelación se expulso el agua de los
alimentos y con el lavado se retiraron los principios amargos o alcaloides
que contenían. (3)

Fig. 7 Carne secado al sol (Propia)

Se conservaba el excedente alimentario deshidratando los


alimentos por acción de los rayos solares en el clima seco de la sierra:
papas, legumbres pescados carnes de llama y alpaca eran así
desecados, pudiendo conservarse largo tiempo sin perder sus cualidades
alimenticias. La carne de llama y alpaca preservada de esta manera se
llamaba charqui, nombre que mantiene hasta nuestros días. En algunos
casos, se trataba de manera similar la papa congelada por las heladas –
para producir el chuño y la moralla, por ejemplo –y en otros se hervía
previamente el tubérculo, como en el caso de la papa seca. Esto permitía
a los incas contar con grandes reservas de alimentos desecados,
acopiados en los grandes silos de los tambos que podían proveer a la
población civil en épocas de carestía o de catástrofes naturales, y eran el
fundamento de las relaciones de poder y reciprocidad de los incas con
los pueblos dominados por ellos.

Las mamaconas eran mujeres que trabajaban par la logística del ejercito
del inca, preparando la chicha y el rancho, abasteciéndose en los tambos,
que eran grandes silos a la vera de los caminos del imperio, donde se
guardaban granos y carnes secas: el maíz, la papa seca, el chuño, la
60
quinua, la jora –o sea maíz germinado- para preparar la chicha, los
pescados secos, la carne de llama y alpaca, el combustible y las vasijas
de cerámica donde preparar comidas y bebidas. (4)

La morraya es un preparado similar al chuño; pero una vez que


se ha deshidratado la papa, se le remoja nuevamente en agua, se le
rehidrata y se le cambia con frecuencia el agua con objeto de hacer
desaparecer el amargor que algunas variedades de papa tienen. Obtenido
este resultado, se vuelve a deshidratar.

La preparación del chuño y de la morraya hace de la papa, además de un


producto vigente que puede almacenarse por muchos años, un alimento
de fácil transporte. Desde el punto de vista tecnológico, es un éxito
paleoperuario de muchos siglos que precedió largamente los actuales
sistemas de congelamiento y deshidratación de alimentos. La papa tiene
un 80% de agua y el resto de carbohidratos. El chuño y la morraya tienen
solamente 10% de agua.

Fig. 8 Chuño (21)

La acción de estas radicales ondulaciones de la temperatura


ambiental, congelación y calentamiento alternados, produce un
fraccionamiento de los granos de almidón dando por resultado una
excelente digestibilidad.
61
El mismo procedimiento de congelación – deshidratación se realiza en
nuestra serranía con otros tubérculos. De la oca se obtiene la caya o
cahui, del olluco se prepara el llingli.

Otro sistema es la deshidratación (secado) al sol después de un largo


hervido. Se hierve el maíz maduro en su mazorca y después se seca al
sol el hervor lo esteriliza y evita su corrupción con hongos o larvas; y su
larga exposición al sol lo deshidrata evitando así cambios ulteriores. Este
preparado se llama “chochoca”. Para consumirlo, se rehidrata y se
combina en un potaje. Este mismo procedimiento se lleva a cabo con
diversos tubérculos o legumbres.

 Cuando es de tubérculos diversos, se llama “cocopa”…de olluco,


de oca…etc.
 Cuando es de tarwi se llama “kirku”. Y cuando es de papa, se llama
“tamus” o simplemente “papa seca” un producto muy común en
nuestros mercados. (5)

Con las papas inventaron un secado al sol sobre hielo, con lo


cual garantizaron su abastecimiento durante todo el tiempo que no fuese
época de cosecha. Pocas veces se comían carnes, reservándolas para
fiestas, y se alimentaban sabiamente, adelantándose a tiempos actuales,
con algas y hierbas que condimentaban con ají.

El termino chuño proviene de la voz quechua „ch‟uñu‟, y significa


literalmente “papa helada o secada al sol”. Según se sabe, durante el
Tahuantinsuyo la mayor parte de las papas cosechadas en las tierras del
inca eran transformadas en este alimento. Su consumo fue común tanto
para las élites gobernantes como para las grandes masas de pobladores,
aunque la familia real prefería una variedad blanca llamada moraya. (6)

Para elaborar el chuño, las papas son primero expuestas a la intemperie.


Ello se hace con la finalidad de congelarlas. Luego heladas, son
sumergidas en lagunas o cochas. Cuando se han saturado de agua, se
62
las extiende sobre una explanada y se les pisa para desprender sus
cáscaras. Concluido este procedimiento, sigue un nuevo período de
exposición a la intemperie. Cerca de dos semanas después, las papas se
han secado completamente, y el chuño está listo para ser almacenado o
consumido, en cuyo caso suele ser antes pulverizado.

La necesidad de conservar los alimentos no solo determinó la


implementación de depósitos. Los incas también se vieron obligados a
tratar los alimentos con la finalidad de evitar su descomposición. Un
recurso común para lograrlo consistió en deshidratación.

El maíz, la carne y los productos marinos se dejaban reposando bajo el


sol durante muchos días, al cabo de los cuales perdían agua y se
secaban. Otro método similar consistía en dejar que las nevadas de las
tierras altas congelaran determinados productos. Este era un primer paso
para preparar chuño, el derivado de la papa que hoy todos conocemos.
Asimismo, los incas solían emplear la muña, una flor aromática que servía
como medio de protección contra los parásitos. En cuanto a la
preparación de sus alimentos, aun cuando comúnmente se piensa que
los principales conocimientos culinarios fueron importados por los
españoles, los incas practicaron una considerable variedad de técnicas de
cocción. Se sabe, por ejemplo, que una de las más antiguas consistió en
la utilización de piedras calientes. En algunos casos, se colocaban carnes
y vegetales sobre ellas; en otros, se usaban para cubrir vasijas o grandes
hoyos bajo tierra. El tostado fue también un recurso interesante, ya que
permitía mantener alimentos como los frejoles o el maíz en buen estado
de conservación, y se sabe que fue una de las formas más comunes para
preparar el pescado. El locro, quizá uno de los platillos más antiguos de
América, fue también fundamental en la alimentación andina. Bernabé
Cobo (1580 – 1657), religioso y cronista de los primeros años del período
colonial, contaba que los peruanos del incanato, para su preparación,

63
incluían carne, papas y ají, y que realizaban algo muy similar para el caso
del pescado seco. (6)

Naturalmente los animales formaron parte de la dieta del hombre


prehispánico. La carne de llama, por ejemplo, se consumía fresca o
secada al sol, lo que se conoce como charqui. De esta manera podía
conservarse por largos períodos y ser almacenada.

El pescado se comía de diferentes maneras: crudo, soasado o tostado.


También se le salaba para su conservación. (10)

Los incas tenían grandes depósitos en todo el territorio del


Tahuantinsuyo, donde guardaban los alimentos –entre muchas otras
cosas- utilizando diferentes técnicas de conservación; por ejemplo el maíz
se guardaba desgranado en grandes tinajas, con unos pequeños
ceramios que tapaban la boca de estas. Los depósitos de edificaban a
gran altura, como en Huanucopampa, que fue un gran centro
administrativo inca, donde habían más de 5 mil colcas o depósitos. ¿Por
qué escogieron la altura? Porque el frío favorece la conservación de los
alimentos y para mantenerlos lejos de los insectos y también de los
roedores que disminuyen a los 4 mil metros o más. (1)

Los camotes, las ocas enteras y las ocas partidas por la mitad se
asoleaban para incrementar el sabor dulce. Esta práctica todavía es muy
popular en la región andina. En el caso de la mauca, si este tubérculo no
es asoleado durante unos días es correoso, desabrido y difícil de cocinar
(Antúnez de Mayolo 1981: 118) (15)

Las heladas nocturnas de las zonas más altas de los Andes, que
acontecen entre Abril y Julio en el sur del Perú y en Bolivia, fueron
aprovechadas para la elaboración de la luxuta o q‟ achu chu‟ uñu y la
trayacha.

64
Luxuta (pronunciado lojota) significa en aimara “congelado” y q‟ achu chu‟
uñu se traduce como “chuño fresco” en quechua. Bajo estos dos
nombres se conoce esta exquisita manera de procesar la papa.

A veces la trayacha se define como “chuño de mashua ( mashwa)”, pero


no es lo mismo. Además, la trayacha no se prepara para ser almacenada.
Por el contrario se elabora para ser consumida de inmediato en las zonas
más altas de los Andes, durante los meses de junio y julio y en algunos
casos, hasta mediados de Agosto. (15)

Fogones muy cerca de la pared rocosa del abrigo sugieren


también la posibilidad de que se hubiera colgado carne para secarla por
ahumado, técnica muy frecuente no solo en el ámbito de la etnografía
sudamericana, sino en la etnografía peruana (Lavallée et al. 1985:283).
(17)

Hablar de la chicha de jora tenemos que referirnos


obligadamente al insumo principal que es el maíz, pues la historia y
evolución de esta bebida peruana está muy influenciada por los cambios
que experimento este ancestral cultivo…

Que incluso se daba de beber a los niños por las propiedades digestivas
de este maíz suave.(18)

2.4.2.- MÉTODOS DE CONSERVACIÓN EN LA ÉPOCA COLONIAL

Algunas monjas compran cabinzas, pero el pescado de mayor


consumo era el tollo, que en algunos monasterios se comparaban de cien
en cien… sin embargo el tollo fue el pescado preferido de las monjas, que
lo consumían fresco, seco o salado. (1)

Por último, cabe manifestar que las técnicas de conservación de


los alimentos eran muchas y muy variadas. Entre las más difundidas
podemos mencionar la salazón de los pescados, las carnes y algunos
65
vegetales, así como el adobo y el escabeche, las conservas de frutas, el
queso y los encurtidos, tanto de frutas como de hortalizas. (2)

Un charqui que ya no era de auquénido, sino de animales


europeos. Al respecto conviene señalar que las cecinas y los tasajos son
antiquísimos, milenarios. Y eran inclusive la palabra charqui no es
quechua, como se cree - y aquí viene lo esencial - sino que resulta un
muy probable arabismo. Esto, según Joan Corominas, primera autoridad
española en etimologías. Por cierto que la difusión de tal vocablo está
acreditada siglos antes del descubrimiento de América.

No hay, en cambio, mención de la vianda charqui en crónicas sobre


comidas del incario, ni en los primeros tiempos de la conquista española,
con esta denominación. (3)

Como se sabe, el azúcar conserva tan bien los alimentos como


la salmuera, y sin duda por ello se le usó en forma extensiva en al cocina
romano-medieval que los españoles trajeron al Perú, en la que había
muchos platos dulces y dulcetes. (4)

Los españoles solían consumir el pescado salado o desecado,


costumbre que ciertos pueblos del oriente medio habían introducido en
sus territorios. Otra importante influencia culinaria del período llego a la
península ibérica con los árabes. Una de las técnicas de conservación de
pescado que ellos trajeron consigo consistía en adobar piezas de
pescado cocido con la finalidad de retrasar su descomposición. Para ello
empleaban salsas y especies. Generalmente compuesta por agua, aceite,
ajos limón y perejil. (6) T2.

Entre los siglos XVI y XIX, en las fechas católicas tales como
cuaresma o el adviento, aunque también se prohibía comer carne durante
los viernes y sábados de todo el año, días considerados de abstinencia
según una antigua costumbre española.

66
En esta ocasiones, el pescado se consumía fresco o en conserva. El
fresco podía ser de mar o de río, y el empleo de uno u otro tipo dependía,
sobre todo, de la condición social y económico de los consumidores. Las
clases altas, por ejemplo, podían permitirse pagar el pescado traído
desde lejos, que se mantenía vivo en agua o conservado en hielo.

El pueblo prefirió las variedades que se salaban, tales como el arenque, el


bacalao o la sardina. Sin embargo, no fue sino hasta el siglo XVIII que el
pescado se comenzó a valorar gastronómicamente, y ya no como un
reemplazo de la carne. Por aquel entonces, nace una amplia serie de
preparaciones a base de productos marinos, tanto aderezos, adobos y
cocidos, como escabeches, estofados o guisos. (6) T2.

67
CAPÍTULO III: CONCLUSIONES

 El peruano prehispánico y colonial, conoció y aplicó técnicas de cocción y


conservación a sus alimentos que consumía, como hacen referencia la
bibliografía.

 Las técnicas de cocción que se aplicó en la época pre hispánica fueron:


Horneado (pachamanca, huatia y tanta)
Tostado (pescados, granos, machika y putukkachi)
Guiso (locro, charquicán, kanchiyuyo, llutush, kalapurka, Waika, hollque)
Soasado (pescado, papas y kaska)
Asado con piedras (pescado, huatiyani, ccati, huakha y callehuakha);
Al Vapor (putio ó quispiño)
Hervido (chupi, sopa, chicha de jora, papas, huminta, timpuni, moluscos,
calapurca, lawa, api y chochoca) .
A la Parrilla (peces).

 En la época prehispánica no se conocía la fritura, braseado, salteados, ni el


asado propiamente dicho según Hinostroza (4).

 Las técnica de cocción que se emplearon en la época colonial fueron:


Estofado o guisado (locros, frijoles con tocino, cordero, carapulcra, olluquito,
ocopa, seco de cabrito, sangrecita, chirimpico, relleno de cayguas,).
Fritura (fritangas y postres como picarones, guargüeros).
Asado con Piedras (pachamanca, copús y la huatia).
Confite (chicharrón de cerdo; dulces y compotas de frutas como durazno,
membrillo, plátano, higos, etc.).
Parrilla (los pinchos morunos, anticuchos y choncholíes).
Tostado (encontramos a la cancha, sango y el tacu tacu).
Horneado (se desarrolla la panadería, y pastelería como el pan, bizcochos,
turrones, empanadas, mazapanes, rosquitas, etc.).

68
Hervido o sancochado (sopas de mondongo, carnero y caldo de gallina;
laguas con yuyo; chupes con leche, mantequilla y huevos; tamales; humitas;
sancochado o puchero de carne; postres como la mazamorra morada, arroz
con leche, arroz zambito, revolución caliente, camotillo, cocadas, frejol colado
etc.; en este tipo de cocción encontramos a la chicha de jora bebida
fermentada de maíz y la chicha morada).

 Debido al aporte de la cultura española durante la colonia se puede observar


que se tiene un mayor variedad de técnicas de cocción por lo tanto una mayor
variedad de platos fusionados.

 Con la llegada de la caña de azúcar su obtuvo la azúcar, es por eso que en la


época colonial hay un gran desarrollo de la repostería.

 Los métodos de conservación que se empleó en la época prehispánica


fueron:
Deshidratado o secado al sol de peces, frutas, granos, hortalizas y carnes
(charqui) en algunos casos empleó el salitre y el caliche para una mejor
conservación.
Salazón para los peces en su gran mayoría.
Liofilización método que es deshidratación por congelamiento, como es el
caso del chuño, moralla, kassachiy y cocopa.
Ahumado, este método fue empleado por los pobladores de la Amazonía.

 El peruano antiguo utilizó técnicas para evitar la descomposición de los


alimentos con finalidad de un mayor tiempo de duración, como por ejemplo:
Cal para evitar el agusanamiento de los tubérculos.
La decocción de amarakay, a los granos y menestras para evitar los
ataques de los insectos gusanos y roedores.
La arena, para evitar el ataque de insectos y roedores.

69
 Aplicaron la técnica de Lixiviación, para retirar principios amargos y alcaloides
con la finalidad de hacer un alimento comestible.

 El hervido o sancochado fue la técnica de cocción que más se utilizó; así


como la deshidratación como método de conservación en la época
prehispánica.

 El peruano prehispánico en sus preparaciones no conocía el aderezo básico


(aceite, cebolla y ajo), ya que estos insumos llegaron con los españoles, y en
reemplazo de esto utilizó las hierbas aromáticas andinas (chincho, huacatay,
muña, etc.) y el ají. Con la llegada del español, permitió a la cocina del
peruano nativo incorporar el aderezo y que la gran mayoría de los platos
mestizos llevan como parte esencial en su elaboración y que conllevo en
cambio en las costumbres culinarias.

 Las técnicas de conservación que emplearon en la época colonial fueron:

Secado o Deshidratado; como la cecina de cerdo, res, etc.; pescados.


Salazón; esta técnica se empleó mucho a las carnes y pescados como
sardina, bacalao etc.
Conservas; En especial a las frutas aquí se empleaba el confite.
Adobo; se marinaba las carnes con chicha de jora de un día anterior para
luego guisarlo.
Escabechado; Se utilizaba un tipo de marinado al pescado a base de vinagre
que luego se le incorporo ají amarillo durante la colonia.

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CAPÍTULO IV: BIBLIOGRAFÍA

1.- VILLAVICENCIO M. (2007) “Seminario Historia de la Cocina Peruana”.


Editorial Universidad San Martín de Porres. Lima – Perú.

2.- ROCA REY B. (2004) “Enciclopedia Temática del Perú” Tomo XVI.
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3.- OLIVAS W.R (1996) “Cultura Identidad y Cocina en el Perú”. 2° Edición.


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4.- HINOSTROZA R. (2006) “Primicias de Cocina Peruana” Editorial Everest


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5.- CABIESES F. (1997) “Cien Siglos de Pan” 2° Edición. Editorial


Universidad San Martín de Porres. Lima – Perú.

6.- ACURIO G. (2006) “La Cocina Criolla”. Editorial El Comercio. Lima


Perú.

7.- APEGA (2009) “Ajíes Peruanos” Editorial El Comercio. Lima Perú.

8.- PETERSON J. (2007) “La Cocina Esencial”. Editorial h.f.ullmamm. China.

9.- ARMENDÁRIZ S.J (2006) “Técnicas Elementales de Cocina”. Editorial


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10.- PROMPERÚ (2006) “Perú Mucho Gusto” Editorial El Comercio. Lima –


Perú.

11.- COLUMBIA (2008) “Arte de las Técnicas Culinarias”. Separata del


ISTP Columbia. Lima – Perú.

12.- GIRARD S. y F. LONGUEPÉE (2002) “Larousse de la Cocina”. Editorial


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13.- ZAPATA A. S. (2006) “Diccionario de Gastronomía Peruana Tradicional)


Editorial Universidad San Martín de Porres. Lima – Perú.

14.- VELASQUEZ B. O (2012) “Gastronomía e Identidad”. Editorial Diseño y


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15.- OLIVAS W.R (2001) “La Cocina de los Incas”. Editorial Universidad San
Martín de Porres. Lima – Perú.

16.- HOCQUENGHEM A. Y S. MONZON (1995) “La cocina Piurana”. Editorial IEP


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17.- LEON C. E. (2013) “14,000 Años de Alimentación en el Perú”. Editorial
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18.- VALDERRAMA M. Y H.PLENGE (2013) “El Reino del Loche”. Editorial


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19.- http://www.skyscraperlife.com/peru/74032-patrimonio-cultural-inmaterial-en-el-
peru-7.html

20.- http://lapalomacoja.blogspot.com/2009/08/pachamanca.html

21.- http://comunsxx.blogspot.com/2011/07/elaboracion-del-chuno-y-la-tunta.html

22.- http://grila.typepad.com/grila/2004/03/las_fotografas_.html

72

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