Una

Mente
Cristiana

— NICOLÁS LAMMÉ —

EDITORIAL CLIR
GUADALUPE, COSTA RICA

DEDICO ESTE LIBRO A LOS PASTORES BRUCE HOLLISTER Y ALAN

STRANGE, POR CUYO MINISTERIO FIEL Y AMOR PARA CON JESUCRISTO,
MIS OJOS FUERON ABIERTOS A LA GLORIA DE CRISTO EN EL EVANGELIO.
LA ETERNIDAD NO ME PARECE SUFICICENTE TIEMPO PARA EXPRESAR A
DIOS LA GRATITUD QUE TENGO POR USTEDES.
“Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis EL PROPÓSITO DE ESTE LIBRO
muchos padres; pues en Cristo yo os engendré por medio
del evangelio.”—1 Corintios 4:15
¿POR QUÉ ESTE LIBRO?

DESDE EL MOMENTO QUE NOSOTROS NACIMOS, RESPIRAMOS y abrimos

los ojos en este mundo, comenzamos a aprender y a interpretar nuestro
entorno. Aprendimos que la comida era para comer, que los padres
CONTENIDO deben ser obedecidos, que dormimos de noche y realizamos nuestras
actividades de día, y un sinfín de otras cosas que damos por sentado
El propósito de este libro todos los días. No tan solo vivimos la vida, sino que también la
interpretamos. Desde nuestro nacimiento, nuestros padres, el mundo,
¿Qué es una cosmovisión? la cultura, la iglesia y otros factores en nuestra vida nos han ayudado a
1. Un choque de cosmovisiones formar esa interpretación. Pero, ¿es correcta la interpretación que
tenemos de esta vida o no? ¿Cómo podemos saber? Este libro ha sido
2. La cosmovisión calvinista escrito bajo la convicción de que hay un Dios personal que creó al
mundo y le dio sentido, e hizo al hombre a su imagen para que lo
3. Dios
pudiera conocer y glorificar. No ofrezco aquí una defensa como tal de
4. En busca de la objetividad toda la fe cristiana. En realidad, muchas veces no pretendo defender lo
que asevero. No es que no haya una defensa, sino que mi propósito no
5. El hombre es estrictamente apologético (es decir, en defensa de la fe), sino que
quiero plantear de la forma más consistente posible qué es una
6. El mundo
cosmovisión cristiana, es decir, cómo debemos como cristianos
7. El calvinismo confesional entender esta vida y vivirla.
Cuando yo era estudiante en la universidad, estaba en una clase de
8. El evangelio antropología y la profesora estaba hablando de la deriva continental.
Yo sugerí inocentemente que era posible que se debiera a la
Guía de estudio
inundación de Noé. Ella se rió y me dijo: Muchacho, aquí estamos
Bibliografía hablando de hechos, no de mitos. Me sentí apenado porque no supe
qué responderle. Desearía con todo mi corazón que los cristianos
supieran responderles a sus profesores, compañeros de trabajo, amigos
y al mundo en general cuando se opongan a nuestra manera de creer y
vivir. Pedro dice: ―Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y
estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y
reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay
en vosotros‖ (1 Pe. 3:15). Porque Dios hizo al mundo, existe un
acuerdo entre la teoría y la práctica, y la fe cristiana da la única
respuesta que le ofrece al mundo una vida consistente con la realidad.
Espero y es mi oración que este libro abra los ojos del lector a la
majestuosa gloria de nuestro Dios plasmada en toda la realidad, a fin
de que le glorifiquemos con la totalidad de nuestras vidas y gocemos
de él para siempre.
¿QUÉ ES UNA COSMOVISIÓN?
INTRODUCCIÓN
IMAGÍNATE QUE UN DÍA, UN GENETISTA ANUNCIA UN GRAN
descubrimiento; que su equipo científico ha descubierto el gen que
influye en la sexualidad. Dan pruebas innegables de que la sexualidad
humana es biológicamente determinada por el código genético. Al día
siguiente, tu mejor amigo te anuncia que él es gay y que lo ha sido
toda la vida, y que con base en este nuevo anuncio científico, está
seguro de que así lo ha hecho Dios. Si es natural, es moral. ¿Cómo
responderías?
Imagínate también que estás en una clase de filosofía en la
universidad y el profesor proclama que el ser humano no tiene un alma
inmortal, que la consciencia humana es el producto de los procesos
biológicos del cerebro. Te lo puede demostrar con base en los más
recientes descubrimientos neurobiológicos. Según él, tú tienes
consciencia tal como tienes un hígado o una mano. Es simplemente
una parte de la evolución de la biología humana. Según él, esta
perspectiva, que se denomina naturalismo biológico, es la respuesta
más lógica al problema mente-cuerpo que nos dejó la filosofía desde
los días de Descartes. ¿Cómo reaccionarías?
En la misma universidad, tu profesora de antropología enseña que
todas las religiones son esencialmente iguales, aspectos de una cultura
y que la verdad es que la religión en sí es un vestigio de la superstición
precientífica. Cuando tú sugieres que la tal vez todos los seres
humanos han tenido alguna religión porque así Dios ha hecho al
hombre, como un ser religioso, ella se ríe y con mucha
condescendencia, apiadándose de ti, te recuerda, ―Mire, muchacho, en
esta clase nos importan los hechos y la ciencia, no la mitología o los
cuentos de hadas‖. ¿Qué dirías?
Finalmente, imagínate que alguien te diga que simplemente no
podemos saber si hay un Dios o no. Eso es algo que se acepta por fe,
pero porque la ciencia no lo puede comprobar, no podemos tener un
conocimiento definitivo de una deidad. Él está más seguro de la
existencia de extraterrestres que de Dios. De todos modos, si existe un
Dios es cierto que nos creó en una forma primitiva y que ha usado el
medio de la evolución para hacernos llegar a ser seres pensantes o
racionales. Según él, es muy probable que haya más formas de vida
aun más desarrolladas que nosotros. Sin duda, las vamos a hallar algún
día. De todos modos, esto es lo que proclaman los grandes científicos
modernos. ¿Cómo argumentarías?
Estos son sólo una muestra de los muchos argumentos modernos
que han sido planteados en contra de la fe cristiana. Aunque hay
muchos cristianos que quisieran ignorar o descartar a la ligera estos
argumentos y cualquier otra cosa que no concuerda con su fe ciega,
sería un error tratar a estos argumentos como si fueran superficiales o
triviales. También sería un error suponer que el cristiano no posee
respuestas sólidas, profundas, razonables y coherentes a todas las
objeciones del incrédulo. Esto es el propósito de este libro: equipar al
creyente con las herramientas necesarias para dar una defensa bíblica,
firme y competente a la incredulidad de nuestro siglo (1 P. 3:15).
Estoy convencido que hoy la iglesia no es capaz de responder a
estos desafíos porque no tiene una visión del mundo formada por la
revelación de Dios en la Biblia. Claro que los cristianos saben mucho
de la Biblia, pero saber una serie de hechos sobre la Biblia o una lista
interminable de historias bíblicas y asimilar el mensaje sistemático y
unificador de la Biblia son dos cosas diferentes. La necesidad de
nuestra época es una cosmovisión (un concepto global y unificador)
cristiana consistente y bíblica. Nuestro problema es que somos
creyentes con una mente pagana. Lo que necesitamos es una mente
cristiana.
 ¿QUÉ ES UNA COSMOVISIÓN?
POR DEBAJO DE CADA ―MANIFESTACIÓN DE LA VIDA YACE un principio
1
escondido‖. De manera preliminar, la cosmovisión puede definirse de
la siguiente manera:
Un sistema de principios fundamentales, conscientes o inconscientes,
que funcionan en conjunto para darle sentido a nuestro mundo y
vida.
Abraham Kuyper, el famoso teólogo y político holandés, identificó
el conflicto de su época como ―una confrontación de principios contra
principios‖2 y hoy día nada ha cambiado. El modernismo actual, el
posmodernismo, el paganismo, el movimiento medioambientalista y el
sinfín de otras ideologías religiosas que asedian por todos lados a la
Iglesia cristiana, se dirigen por ciertos principios básicos que están en
contraposición, y de hecho son totalmente incompatibles, con los
nuestros.
Si esto es cierto, nos precisa identificar la naturaleza de estos
principios. Nuestra cosmovisión consta de los principios de la vida
más básicos, con los cuales se edifica la casa de todas las otras
creencias e ideologías que tenemos.
¿Cómo debemos ocuparnos de identificar estos principios
primordiales? Los identificamos planteando ciertas preguntas
trascendentales, es decir, preguntas que van más allá de toda cultura
en todo tiempo. Son preguntas que se aplican igualmente a
colombianos como a venezolanos como a costarricenses como a
estadounidenses o europeos. Estas preguntas son preguntas humanas
que salen de la consciencia colectiva de toda la raza humana.3 James
1
Abraham Kuyper, Conferencias sobre el calvinismo (San José: Editorial CLIR,
2010), 239.
2
Ibid., 12.
3
A continuación, yo argumento que este fenómeno se debe a por lo menos
dos factores: 1) Dios creó al mundo para su gloria y por tanto toda la
creación tiene una orientación religiosa; y 2) Todos los seres humanos
somos creados a la imagen de Dios y compartimos una misma naturaleza
Herrick, profesor de comunicación de Hope College, Holland, MI,
Estados Unidos, argumenta que la ciencia moderna (y en particular los
autores de la ciencia-ficción) intenta generar una nueva cosmovisión
contestando las siguientes preguntas:
1. ¿De dónde vinimos?;
2. ¿Por qué estamos aquí?;
3. ¿Qué es el significado del todo?; y
4. ¿Hay un Dios?
Según Herrick, estas preguntas indagan ―los orígenes y destino
humanos, la naturaleza de lo divino, la posibilidad de la redención y
aun lo que sucede después de la muerte‖.4
Aunque Herrick nos provee de una buena lista de preguntas
diagnósticas, Kuyper nos ofrece una lista más sucinta y útil de tres
categorías, dentro de las cuales todas las preguntas de Herrick (y otros)
caben. Estas tres categorías son: Dios, el hombre y el mundo.5
Una cosmovisión no es una mera filosofía. Es en el fondo, el
fundamento de toda filosofía. Una cosmovisión no es una religión
tampoco (aunque es religiosa), sino el producto de la religión. Esto lo
reconoció el pastor presbiteriano J. Gresham Machen en su gran libro,
El cristianismo y el liberalismo. Dice que la pérdida de la consciencia
del pecado tiene sus raíces en un proceso espiritual potente que ha
estado activo durante los últimos setenta y cinco años.
humana. Debida a que estas preguntas son de una naturaleza religiosa,
estamos obligados por naturaleza a contestarlas.
4
James A. Herrick, Scientific Mythologies (Downers Grove: InverVarsity
Press, 2008), 23.
5
Kuyper, 22.
 El cambio es nada menos que el cambio del cristianismo por el
paganismo como la visión de la vida [léase: cosmovisión]
dominante. Hace setenta y cinco años, la civilización occidental era
mayormente cristiana, a pesar de sus inconsistencias; hoy es
mayormente pagana.6
Machen vio que el liberalismo de su época no era el cristianismo
bíblico y el punto de partida tenía sus raíces en un ―proceso espiritual
potente‖, es decir, otra ―visión de la vida‖. En otras palabras, el
liberalismo y el cristianismo tienen dos cosmovisiones diferentes no
compatibles y por tanto llegan a ser dos religiones distintas. Cada uno
de estos sistemas va a ofrecer respuestas muy diferentes a las
preguntas anteriores, las cuales tienen consecuencias muy diferentes
para la vida humana.
Principio contra principio
Cuando el cristiano confronta al mundo con la fe bíblica, entra en
una lucha de principios, los cuales se llaman presuposiciones. Una
presuposición es un axioma que uno sostiene religiosamente, es decir,
por fe. Las presuposiciones no pueden cuestionar porque ellas mismas
son el fundamento y la premisa del pensamiento. Son anteriores a todo
pensamiento racional. En otras palabras, son cosas que nosotros
sabemos o creemos a priori, es decir, previo a la experiencia, o más
bien, independiente de ella.7 Las preguntas anteriores representan las
presuposiciones básicas de toda cosmovisión y reflejan un
compromiso de fe con un sistema esencialmente religioso. Con base en
las respuestas que damos (es decir, nuestras presuposiciones) a las
preguntas sobre Dios, el hombre y el mundo, los hombres
interpretamos toda la vida.
6 hacer allí?
J. Gresham Machen, Christianity and Liberalism (Pubit), Nook e-book.
7
Dos tipos de conocimiento se distinguen: conocimiento a priori y a
posteriori. Conocimiento a posteriori depende de la investigación o la
experiencia. Por ejemplo, si decimos que el mundo es un globo suspendido
en el espacio, es algo que aprendimos por medio de una investigación o que
tuvimos que aprender. Un ejemplo de conocimiento a priori favorito de los
filósofos sería, no hay solteros casados.
El telón de fondo: Podemos pensar en las presuposiciones como el
telón de fondo del escenario que llamamos la vida. El telón de fondo
de una cosmovisión es el conjunto de datos o creencias que
acompañan una acción, situación o que pueden influir en su
desarrollo. Este telón de fondo está colocado en el fondo del escenario
de la cosmovisión. Para concretizar este concepto del telón de fondo
(las presuposiciones), piensa en un ejemplo muy prosaico:
Tu amigo Jaime te llama en la mañana y te informa que él va a viajar
a la playa y quiere saber si quieres acompañarlo. Le preguntas que si
va en bus o en carro. Te responde que va en el carro de su padre.
Supongo que entendiste el párrafo anterior. Pero eso es solamente
porque 1) Yo como autor y tú como lector compartimos mucho en
común referente a nuestra experiencia de la vida y 2) interpretaste todo
lo que leíste por tu telón de fondo de tu cosmovisión. Por ejemplo,
1. Cuando leíste ―Jaime te llama‖, no te imaginaste a Jaime
saliendo de su casa al patio pegando un gran grito para captar
tu atención. En cambio, entendiste que Jaime se comunicó
contigo por medio de un aparato que llamamos un teléfono. Tú
sabes qué es un teléfono, para qué sirve y cómo se ve. De
hecho, a lo mejor supusiste que Jaime te había llamado en tu
celular, una suposición que hace quince años no se podía hacer.
2. Cuando Jaime te dijo que iba a viajar a la playa, no entendiste
que Jaime iba a la playa para vender una mercadería en un
chinamo. A lo mejor entendiste que Jaime iba para la playa de
vacaciones o simplemente para meterse al agua. ¿Por qué no
entendiste que Jaime iba a la playa para jugar al ajedrez en un
torneo? ¿Por qué no tendrías que preguntarle: ¿Y qué vas a
3. Cuando Jaime te dijo que iba para la playa, no entendiste que
iba a caminar o ir a caballo, sino en un objeto que tiene un
motor, puertas, cuatro llantas, que tiene cierta forma, al cual
uno sube y viaja adentro, no en el techo. En otras palabras,
sabes qué es un carro y para qué sirve. Entiendes cómo
funciona y cómo se usa.
 4. El hecho de que entendieras que el carro era de su padre indica
que tienes algún concepto de la propiedad privada. También
existe un mundo de otra información que das por sentado,
como por ejemplo que el padre de Jaime compró el carro con
efectivo o con un préstamo, que inscribió el carro en el
registro, etc.
El punto del ejercicio anterior es demostrar el alcance del telón de
fondo. Pero es mucho más complicado de como yo lo he presentado
aquí. Por ejemplo, tal como un telón puede ser de una tela y esa tela
consta de millones de hilos, el telón de fondo es un conjunto de
millones y millones de hilos intercalados e interrelacionados. Si
seguimos el hilo de una presuposición, pronto nos damos cuenta que
choca con otras, y esas con otras, y aquellas otras con otras aún en un
sinfín de relaciones que juntas forman nuestro concepto del mundo en
que vivimos y que en última instancia, todo lo abarca. Para usar el
ejemplo anterior, una persona tiene un concepto de amigos, padres,
playas, carros, viajes, buses, transporte público, el tiempo que tarda
para llegar a un lugar, el tiempo en general como la mañana, la tarde y
la noche, y un sinfín de relaciones inmediatas que estas cosas tienen
con otras cosas en el mundo y las indirectas mediante las relaciones
que esas cosas tienen con otros objetos y conceptos, y así ad infinitum.
Son estos hilos que llegan a formar el telón de fondo de nuestra
cosmovisión, o visión del mundo y la vida.
La verdad es que para entender la más mínima cosa en esta vida,
uno tiene que presuponer un número impresionante de datos y otra
información que simplemente da por sentado. No quiere decir que no
sea importante, sino al contrario, que es tan importante que no sería
posible entender la vida sin ella, sólo que el conjunto de esta
información queda en el fondo de la mente y da estructura
inconsciente a nuestra vida consciente.
Como hemos visto, toda actividad humana tiene presuposiciones o
suposiciones subyacentes. Algunas creencias son más triviales que
otras. Pero aun el ejemplo más trivial presupone una cantidad de
información impresionante. Pero consideren que en este momento
estoy escribiendo este párrafo y mi presuposición es que ustedes, mis
lectores, me van a entender. Ésta, como veremos más tarde, es una
presuposición mucho más profunda que tiene que ver con la naturaleza
del ser humano y su entendimiento. Sean carros o el entendimiento,
todos tenemos un telón de fondo. Por razón de nuestras culturas
comunes, idiomas, edades, época en la que vivimos, etc., nuestros
telones se parecen mucho. Esto es parte de lo que posibilita la
comunicación humana. Pero las diferencias que existen entre nuestros
telones es lo que da pie a nuestras diferencias más fundamentales, las
cuales son ideológicas y religiosas. Estas diferencias suscitan
diferentes sistemas de pensamiento y vida, es decir, diferentes
cosmovisiones.
En resumen
Una cosmovisión, pues, es un sistema, o como Kuyper lo llama,
―un complejo de vida‖.8 Las cosmovisiones intentan sistematizar todo
el conocimiento humano de acuerdo con sus presuposiciones, de
acuerdo con su telón de fondo. Estas presuposiciones forman la base
para interpretar toda la vida de una manera consistente que lo abarca
todo. Es por esta razón que las diferentes cosmovisiones que hay son
incompatibles o mutuamente excluyentes. Cada cosmovisión nos
presenta con una fe correspondiente y una manera distinta de
interpretar al mundo, lo cual tiene implicaciones prácticas para la vida
moral, familiar, cívica, estética, política, científica, etc. No hay
ninguna parte de la vida que la cosmovisión no alcance con su
interpretación de la realidad y con normas correspondientes para la
vida. Puede ser que la gente no se de cuenta de las presuposiciones que
determinan su cosmovisión, y por tanto, sus decisiones, actitudes y
acciones. Actúan según un principio de vida inconsciente. Sin
embargo, sean conscientes o inconscientes, este compromiso de fe no
admite rivales.
Dado todo lo anterior, estamos listos para ofrecer una definición
más exacta de la cosmovisión:
Una cosmovisión es un conjunto de ciertas presuposiciones de
carácter religioso (sean conscientes o no) que funcionan en conjunto
como un sistema exclusivo, holístico e integral por el cual toda la
realidad se interpreta y se entiende.
La cosmovisión, así definida, constituye ―el punto de referencia
final para el pensar, la voluntad, el actuar, el amar y el odiar del
8
Kuyper, 19.
hombre, para su cultura lo mismo que para su culto‖9 Henry Van Til
resume la inquietud de toda la cultura occidental como la
―preocupación por el significado de la vida, significado a través del
cual el hombre se vuelve consciente de la totalidad de su existencia‖.10
Por lo tanto, nuestra cosmovisión no es un asunto neutral o de poca
importancia. Es de suma importancia porque no tiene que ver
solamente con carros y playas, sino con mi existencia y ser, el de los
demás, con el mundo y esencialmente con Dios. Una cosmovisión es
primordialmente religiosa y expresa el compromiso de fe de nuestros
corazones. La realidad es que son estas cosas que van a afectar lo que
pienso del significado de todo lo demás, incluso carros y playas, sin
mencionar el tiempo, el trabajo, el matrimonio, los hijos, y cualquier
otra faceta que pertenezca a la vida humana.
LA RELIGIÓN Y LA COSMOVISIÓN
En su libro, El concepto calvinista de la cultura, Henry Van Til
dice:
La religión es la ineludible relación de pacto entre Dios como Señor
y el portador de su imagen, el hombre. Esta relación resulta de
aquella otra relación básica entre Creador y criatura, y descansa
sobre la fidelidad de Dios al pacto el cual ordenó para constituir la
relación religiosa. Esta relación se extiende a toda la vida; lo penetra
todo; irradia desde su centro en el corazón hacia toda área de la
periferia de la existencia del hombre. Y la religión es un fenómeno
universal; nunca jamás se ha encontrado un pueblo sin religión.11
9
Henry R. Van Til, The Calvinistic Concept of Culture, trad. Donald Herrera
Terán (Grand Rapids: Baker Academic, 2001), 157. Una versión electrónica
en español se puede encontrar en la página: http://www.contra-
mundum.org/libros.html.
10
Ibíd.
11
Henry Van Til, 37. http://www.contra-
mundum.org/castellano/libros/concepto/CCC03.pdf
El hombre por creación es religioso. La religión es la suma de su
vida y dirige todo su pensamiento y toda su actividad cultural. Es por
esta razón que Van Til argumenta que no debemos plantear la
pregunta: ¿Cuál es el papel de la religión en la cultura?, sino ¿Cuál es
el rol de la cultura en la religión? Es correcto que nosotros apliquemos
la misma distinción a la cosmovisión. La cuestión del rol de la religión
en la cosmovisión no es correcta, sino la cuestión es: ¿Qué es el rol de
la cosmovisión en la religión? La religión no es una parte de la
cosmovisión, sino su sustancia y la cosmovisión es la forma de nuestra
religión. En otras palabras, nuestra religión da forma concreta a
nuestra cosmovisión, que da forma concreta a la práctica de la vida
humana. La religión no es una mera parte de la vida humana, sino que
―es toda la existencia del hombre‖.12 La religión es el fundamento de
la cosmovisión y por tanto el fundamento de la significación.
Las cosmovisiones se tratan del significado de la realidad y este
significado es religioso. Es religiosa porque, como veremos, Dios es
Creador. La distinción primordial es la del Creador y la criatura. El
Dios trino es la Realidad no creada y da existencia y significado a toda
realidad creada. Toda la creación guarda relación con el Dios Creador.
Dios es la base o (primera) causa de toda la existencia creada, y por
tanto, del significado del todo. Esto significa dos cosas: 1) El hombre
está sujeto al gobierno de Dios su Creador; y 2) El significado es
creado y se deriva del Dios que lo creó.13
Tal vez una analogía nos ayude. Imagina que tú eres el inventor del
abrebananos, una maquinita que pela bananos en menos de dos
segundos. Ahora, esa maquina no existía antes de que la crearas: su
identidad y la función que realiza se la das tú como su creador. Ahora
imagina que alguien recibe el abrebananos en su cumpleaños y en vez
de usarlo en bananos, decide que sirve mejor como un tope para
mantener abierta la puerta principal de su casa. En realidad, la
maquinita serviría para ese propósito, pero no es aquel por el cual fue
creada. Ahora imagina que tu hermana quiere usarla para peinar su
cabello. Le diríamos que no sea necia, pues la maquinita para eso no
12
Ibíd.
13
R.J. Rushdoony, The One and the Many (Vallecito: Ross House Books,
2007), 17.
sirve. Su propósito principal se define sólo en relación al que la hizo.
Así es con Dios y su creación.
Lo que quiere decir es que el significado verdadero de la realidad y
la vida se entiende solamente cuando el hombre guarda una relación
correcta con Dios. El hombre siempre guarda relación con Dios. Es
una criatura personal a la imagen de su Creador y Dios ha establecido
un pacto con el hombre, en el cual el hombre o es guardador del pacto
o violador del mismo. La cuestión no es si el hombre guarda relación
con Dios, sino qué tipo de relación guarda: ¿una de comunión y paz o
de rebelión y enemistad? Las consecuencias del estado de nuestra
relación con Dios son tremendas. Porque Dios es la fuente y Creador
de la significación, el rechazo de Dios y rebelión contra su ley es el
rechazo de la significación misma. El paganismo hace de Dios (en
términos filosóficos, el Absoluto) una parte de la creación (o a veces,
hace de la creación una parte de Dios) y por consiguiente relativiza la
verdad. Esto resulta en la pérdida de todo significado. Sin Dios, no hay
significado alguno y sólo queda el poder bruto, y en última instancia la
desesperación. Sin Dios, aun nuestra humanidad se pierde y el hombre
se vuelve un mero animal.
Dios es la primera causa. Esto significa que la creación y su
significado están inseparablemente relacionados con Dios como entes
religiosos. Como Henry Van Til observa,
Ningún hombre puede escapar de esta determinación religiosa de su
vida, puesto que Dios es el hecho ineludible, siempre presente, de la
existencia del hombre. Dios puede ser amado u odiado, adorado o
degradado, pero no puede ser ignorado.14
Dios ha puesto la semilla de la religión (semen religionis) en el
corazón del hombre y su cosmovisión y todas sus implicaciones o
reflejan su sujeción a Dios y comunión con él o su rebelión.
En suma, lo que esto significa es que la cosmovisión pagana (o
incrédula) representa una religión en completa contraposición a la
religión verdadera. No hay hombres neutrales y no hay paz entre la
cosmovisión bíblica y la cosmovisión humanista (es decir, incrédula).
Porque la religión está enraizada en el corazón del hombre, ―es por lo
14
Henry Van Til, 37–38.
tanto totalitaria por naturaleza‖.15 No admite rivales. Esto da origen al
concepto de la antítesis espiritual.
UN CHOQUE DE COSMOVISIONES
DEBIDO A SU NATURALEZA RELIGIOSA, LA COSMOVISIÓN bíblica y todas
las demás cosmovisiones no pueden convivir pacíficamente. Este
choque de cosmovisiones se llama antítesis, es decir, el principio
absolutamente opuesto. En nuestro caso, la cosmovisión bíblica es la
antítesis de todas las demás.
Nuestra tarea como Iglesia es 1) discernir el campo de la batalla
espiritual y 2) derribar ―argumentos y toda altivez que se levanta
contra el conocimiento de Dios, y [llevar] cautivo todo pensamiento a
la obediencia a Cristo‖.1 Tenemos que plantear una pregunta: ¿Quiénes
son nuestros rivales? o ¿cuáles son las otras cosmovisiones básicas que
se oponen a Dios y a la religión verdadera? Este es el campo de
batalla.
James Sire ha identificado siete cosmovisiones diferentes: 1) el
teísmo cristiano; 2) el deísmo; 3) el naturalismo; 4) el nihilismo; 5) el
existencialismo; 6) el monismo oriental panteísta; y 7) la Nueva Era.
En cambio, Kuyper sólo identifica cuatro: el paganismo, el islamismo,
el romanismo y el calvinismo, los cuales denomina los ―grandes
complejos de la vida humana‖.2 Últimamente, el Dr. Peter Jones ha
hecho un esfuerzo por simplificar el campo de batalla, resumiendo
todas las cosmovisiones en dos, lo que él designa el unismo y el
15
Ibíd., 39.
1
2 Corintios 10:5
2
Kuyper, 19.
dosismo.3 Debido a la aparente diversidad de perspectivas, vale
examinarlas con más cuidado.4
¿CUÁNTAS COSMOVISIONES HAY?
James W. Sire
Las divisiones que Sire hace son de verdad útiles, pero la
diversidad de cosmovisiones que él identifica parece ser un poco
artificial. Por ejemplo, el existencialismo y el nihilismo no son
esencialmente diferentes. El existencialismo es nihilista. El filósofo
Nietzsche lo expresa de la siguiente manera:
Yo soy, con mucho, el hombre más terrible que ha existido hasta
hoy, pero esto no excluye que en un futuro sea el más benéfico.
Conozco el placer de aniquilar en un grado que corresponde a mi
fuerza para hacerlo; en los dos casos respondo a mi naturaleza
dionisíaca, que no sabe separar la acción negativa de la afirmativa.
Soy el primer inmoralista: por eso soy el aniquilador por
excelencia.5
El nihilismo es la filosofía del escepticismo extremo que niega que
las cosas existan verdaderamente. Rechaza toda religión y objetividad,
afirmando que la vida no tiene significado alguno, excepto aquel que
le damos como individuos. El existencialismo ha producido un
nihilismo en la práctica. El grupo musical, The Cure, lo expresa mejor
que nadie:
Sigo diciendo que siento
Pero no hay nada que sentir
3
Peter Jones, One or Two, trad. Donald Herrera Terán (San José: Editorial
CLIR, 2012). Ver capítulo uno para su explicación completa.
4
No niego que existan una mayor diversidad de divisiones que estas tres
que hemos identificado aquí, pero estas tres perspectivas son
representativas de las demás y nos servirán para identificar el meollo de la
cuestión.
5
Friedrich Nietzche, Ecce Homo (Madrid: Mestas Ediciones, 2004), 114.
Sólo un tipo raro de la nada
Donde antes era yo … antes era yo.
-The Cure, ―It Used To Be Me‖
Este nihilismo es un producto de las presuposiciones (o principios
básicos) del existencialismo, o el así llamado posmodernismo. Como
ha comentado Roger Lundin sobre el posmodernismo: ―las malas
nuevas son que no hay buenas nuevas, y sorprendentemente, las
buenas nuevas son que nunca ha habido buenas nuevas‖.6 Estas dos
categorías son una sola.
Además, el naturalismo (o materialismo) es indiscutiblemente
monista (igual que el existencialismo y posmodernismo), es decir, que
comprende toda la realidad como si fuera esencialmente una. El
naturalismo es monista porque según los naturalistas, todo es materia.
Vivimos en un universo cerrado y nada puede entrar desde afuera para
influir en él.
Interesantemente, los científicos monistas no difieren en cualidad
de los monistas orientales. Los naturalistas, monistas orientales,
existencialistas y nihilistas son cortados con la misma tijera debido a
su monismo esencial. Los deístas son a efectos prácticos monistas
agnósticos. Si bien admiten la posibilidad de la existencia de un dios,
son prácticamente iguales a los naturalistas o ateos. Sin mucho
esfuerzo podríamos demostrar que fundamentalmente estos grupos
tienen mucho en común. Por tanto, concluimos que las cosmovisiones
que Sire identifica no representan muy bien la realidad del número de
cosmovisiones verdaderas. Es verdad que sus divisiones nos
identifican varios oponentes culturales del cristianismo, pero las
mismas respuestas que daríamos a una, aplicarían a todas de una vez.
Dr. Peter Jones: Uno o Dos
Kuyper y Jones nos ofrecen, con sus esquemas simplificados, la
mejor posibilidad de llegar a un entendimiento claro del paisaje
espiritual de nuestra era. Aunque difieren en su manera de identificar
las consmovisiones dominantes, sus métodos son más sucintos y
6
R. Lundin, “Deconstructive Therapy,” Reformed Journal 36/1 (January
1986) 15.
concretos. Primero, examinamos el concepto de Jones, y luego el de
Kuyper.
El Dr. Peter Jones, en su libro, Uno o Dos, explora su concepto de
cosmovisión en términos de dos cosmovisiones globales, el unismo y
el dosismo. Los términos son bastante sencillos: el unismo es la teoría
de la unidad mientras que el dosismo es la teoría de la dualidad.7 El
unismo es el concepto de que ―todo es uno‖, es decir que todo lo que
existe comparte la misma naturaleza esencial. Todo: seres humanos,
conejitos, árboles, etc., comparte la misma esencia. Como dice Jones,
―En suma, todo es una parte de lo divino‖,8 porque todo sería una u
otra parte de lo Absoluto. Solamente existe una única realidad, una
sola esencia de la cual todo emerge. En cambio, el dosismo enseña que
existen dos realidades primordiales que son fundamentalmente
distintas: Dios (el cual no es creado) y todo lo demás (llámese la
creación, la cual depende de Dios para su existencia). Jones explica:
El dosismo cree que aunque toda la creación comparte una cierta
esencia (todo aparte de Dios es creado), el Creador de la naturaleza,
a saber Dios, es un ser enteramente diferente, cuya voluntad
determina la naturaleza y función de todas las cosas creadas.9
En suma, hay dos realidades distintas: lo creado y el Creador, el
cual es Absoluto en su ser y no comparte su esencia con lo que él ha
creado.
Para esta dualidad de cosmovisiones, Jones se basa en la enseñanza
de Pablo en Romanos 1 (en particular Romanos 1:25) donde Pablo
dice que ―cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y
dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por
los siglos. Amén‖.10 El unismo es la Mentira, la adoración de lo creado
y el dosismo es la verdad de Dios y resulta en la adoración del
verdadero Dios que ha hecho todo lo que existe. Según Jones, todas las
7 11
Jones, 17.
8 12
Ibíd., 17–18.
9 13
Ibíd.
10
Romanos 1:25 (RVR60)
cosmovisiones que existen son incluidas dentro de una de estas dos
categorías (o cosmovisiones primordiales). La tesis central de Jones es
que toda la humanidad se halla dentro de estos dos campos: nosotros o
somos unistas o dosistas.
Jones representa estos dos conceptos como dos cosmovisiones que
lo abarcan todo. Compara a los seres humanos con una colonia de
hormigas en el interior de un crucero. Dice que las hormigas pueden
encontrarse con la provisión de azúcar en la cabina del chef y creerán
que han llegado a la utopía, pero siendo hormigas, no pueden ver todos
los niveles del crucero ni el gran océano en el que están viajando.
Como él dice, ―no conocen ni su puerto de origen ni su destino.11 El
crucero representa la existencia de las hormigas y porque nosotros,
como las hormigas, estamos incrustados en nuestra existencia, no
podemos probar nuestra cosmovisión objetivamente. Por esta razón,
todos funcionamos por fe‖.12 Todos, hasta los no religiosos, hacen
aseveraciones últimas y religiosas sobre el mundo que no pueden
probar objetivamente (léase: científicamente). Estas son sus
presuposiciones primordiales.
¿Esotérico o exotérico?: De acuerdo con la enseñanza de Pablo en
Romanos 1, ―sólo existen dos maneras de encontrar la espiritualidad:
el unismo y el dosismo‖.13 Lo cual significa que toda cosmovisión o es
esotérica o exotérica. El esoterismo significa buscar la última verdad
dentro de uno mismo. El exoterismo significa lo contrario: buscar la
verdad última fuera de nosotros, lo cual nos da un punto objetivo y fijo
como para entender la realidad y darle sentido a nuestro mundo y
vida.14
Por ende, el unismo es una interpretación esotérica de la realidad.
Jones dice que significa que ―todo puede ser explicado con respecto a
todo lo demás. No hay ninguna distinción cualitativa en el universo …
Jones, 86.
Ibíd.
Ibíd., 87.
14
Ibíd.
en este sistema, la realidad es Una‖.15 Podemos ejemplificar este
concepto con un solo círculo (fig. 1) dentro del cuál está todo lo que
hay: los seres humanos, las plantas, las rocas, los planetas, los peces y
aun dios. No hay nada fuera de este círculo.
En cambio, el dosismo es la realidad exotérica. El dosismo
―mantiene que el mundo es creado por un Creador no creado y
radicalmente diferente de sus criaturas. Hay dos formas de existencia:
lo creado y el que lo creó. Los dos, aunque profundamente
relacionados, son cualitativamente distintos‖.16 Podemos imaginar dos
círculos (fig. 2), con una conexión, pero distintos y esencialmente
diferentes.
Por lo tanto, solamente existen dos metanarrativas,17 o narrativas
totalizadoras que organizan y explican nuestros conocimientos y
experiencias de la realidad. Estas narrativas son las historias que
quieren abarcar todos los ―pequeños relatos‖ individuales de nuestro
mundo y son esencialmente trascendentes y universalizadoras.18
Podemos decir que existe una historia global y de gran amplitud fuera
de nuestro universo (el dosismo) o una desde adentro (el unismo).
Estas dos narrativas nos quieren convencer que ―o la creación es
divina o el Creador es divino‖.19 En términos más cotidianos,
podemos identificar al unismo con el paganismo y al dosismo con el
teísmo cristiano bíblico. Si tú protestas la idea de que el unismo es
equivalente al paganismo, tienes que seguir leyendo, porque vas a ver
cómo estos dos son uno.
- El concepto unista del mundo plantea un universo cerrado en el
sentido de que nada que está fuera del univero podría producir algún
efecto adentro de él. Está de modo causual, cerrado. Todo lo que
15
Ibíd., 88.
16
Ibíd.
17
Ibíd., 89
18
http://es.wikipedia.org/wiki/Metanarrativa
19
Jones, 89.
existe es parte de la naturaleza material, o según algunos, parte del
mismo sistema, sea espiritual o material.
- El concepto dosista plantea una visión del mundo en la que hay dos
realidades relacionadas, pero distintas: la creación y el Creador. La
una depende de la otra, pero la otra no depende de nada; es
independiente y autoexistente. La creación recibe su significado del
Creador, el cual no es creado ni comparte su deidad con sus
criaturas. Sin embargo, no es incognoscible, sino que está muy cerca
de su creación, gobernándola por su Palabra y Espíritu y revelándose
por medio de la revelación de su Palabra.
EL DOSISMO Y LA ANTÍTESIS
Aunque el espacio no me permite entrar en un análisis profundo
del concepto de Jones sobre la cosmovisión, él no está solo en su
análisis de la realidad. Tiene un pedigrí histórico muy extenso. Por
ejemplo, San Agustín de Hipona (354–430 d.C.) escribió su obra
maestra, La ciudad de Dios (De Civitate Dei, circa 413–426 d.C.),
después de la caída de Roma en el año 410 como una respuesta a la
acusación por parte de los paganos de que fueron los cristianos los que
ocasionaron la caída de Roma porque abolieron los cultos a los dioses
paganos, dejando a Roma sin su protección divina y vulnerable a los
ataques de los visigodos. En su libro, Agustín habla de dos ciudades, la
Ciudad de Dios y la Ciudad Terrenal, o la del diablo. Estas ciudades
son ciudades metafóricas: dos fuerzas espirituales en contraposición
absoluta. Agustín ve el origen de estas dos ciudades en la caída de la
primera pareja. Él escribe:
… y cómo ningún individuo del linaje humano muriera si los dos
primeros, creados por Dios, el uno de la nada y el otro del primero,
no lo merecieran por su desobediencia; los cuales cometieron un
pecado tan enorme, que con él se empeoró la humana naturaleza,
trascendiendo hasta sus más remotos descendientes la dura pena del
pecado y la necesidad irreparable de la muerte, la cual, con su
despótico dominio, de tal suerte se apoderó de los corazones
humanos, que el justo y con digno rigor de la pena llevara a todos
como despeñados a la muerte segunda, sin fin ni término, si de ella
no libertara a algunos la inmerecida gracia de Dios. De donde ha
resultado que, no obstante el haber tantas y tan dilatadas gentes y
naciones esparcidas por todo el orbe, con diferentes leyes y
 costumbres, con diversidad de idiomas, armas y trajes, con todo no
haya habido más que dos clases de sociedades, a quienes, conforme
a nuestras santas Escrituras, con justa causa podemos llamar dos
ciudades: la una, de los hombres que desean vivir según la carne, y
la otra, de los que desean vivir según el espíritu, cada una en su paz
respectiva, y que cuando consiguen lo que apetecen viven en
peculiar paz.20
Estas dos ciudades están en conflicto mortal, cada una buscando su
propio principio de vida y felicidad. Cuando dice ―cada una en su paz
respectiva‖ significa que la una no puede tener paz con la otra, porque
se basan en dos principios cualitativamente diferentes.
En su libro, La catequesis a principiantes, habla de dos ciudades,
Babilonia y Jerusalén. Jerusalén es la ciudad y la comunión de los
santos y Babilonia es la ciudad y comunión de los impíos. Estas dos
ciudades habitan el mismo mundo y van juntas en la historia hasta el
final del mundo cuando serán separadas en el juicio final.21 La primera
ciudad se adora a sí misma, pero la Ciudad de Dios, Jerusalén, adora a
Dios y se desprecia a sí misma:
De la calidad de las dos ciudades, terrena y celestial. Así que dos
amores fundaron dos ciudades; es, a saber, la terrena, el amor mismo,
hasta llegar a menospreciar a Dios, y la celestial, el amor a Dios,
hasta llegar al desprecio de sí misma. La primera puso su gloria en sí
misma, y la segunda, en el Señor; porque la una busca el honor y
gloria de los hombres, y la otra, estima por suma gloria a Dios,
testigo de su consciencia; aquélla, estribando en su vanagloria,
ensalza su cabeza, y la otra dice a su Dios: ―Vos sois mi gloria y el
que ensalzáis mi cabeza.22
En esto se escucha el eco del apóstol Pablo cuando dice que
―cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de
20
Agustín de Hipona, La ciudad de Dios (México: Porrúa, 1966), libro xxiv,
capítulo 1.
21
Philip Schaff, The Nicene and Post-Nicene Fathers Vol. III (Oak Harbor:
Logos Research Systems, 1997), 305–06.
22
Agustín, libro xxiv, capítulo 28.
hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles‖.23 También
se escucha a Peter Jones cuando habla del unismo que deifica a la
creación y el dosismo que adora a Dios, manteniendo su lugar como
criatura.
Uno y Dos, Babilonia y Jerusalén, la Ciudad de Dios y la Ciudad
Terrenal, todas son maneras de expresar la profunda verdad de la
antítesis. La realidad de la verdad de Dios como Creador y Redentor
se contrapone de manera absoluta al pecado y rebelión del hombre que
detiene con injusticia esta verdad (Rom. 1:18). No hay neutralidad. No
hay punto medio. O adoramos y damos culto al Creador con humildad
y agradecimiento o en nuestra arrogancia y pecado, nos oponemos a la
verdad de Dios y pretendemos crear nuestra propia utopía sin Él, sin
Su Ley, lo cual en última instancia resulta en un mundo sin sentido y
tiránico. Al abandonar al dosismo, inevitablemente llegamos al
unismo, la Babilonia de antaño, la Ciudad Terrenal, la cual en todas
sus formas se opone al Dios Creador y su Realidad.
DEBAJO DE TODO ÁRBOL FRONDOSO
El profeta Isaías dijo del pueblo de Israel que se enfervorizaba
―con los ídolos debajo de todo árbol frondoso‖ (Isa. 57:4). Por doquier
había ídolos en Israel. Todos los tenían y los adoraban como si fueran
dioses de verdad. La verdad es que nuestra época avanzada,
tecnológica y científica no es menos idólatra que esa época más
primitiva en la que vivían los lectores originales del profeta. Nuestra
idolatría, nuestro paganismo, sí ha cambiado, ha evolucionado y hoy
día en su manifestación exterior se ve disfrazado de progreso y
desarrollo científico. Pero, es el mismo paganismo e idolatría que
existían en Israel tantos miles de años atrás. Como veremos, esto es así
porque el meollo del paganismo, del unismo, es lo mismo en toda era,
sea cual sea el disfraz que le pongamos.
No obstante, lo que nosotros llamamos idolatría, los paganos lo
llaman religión. Cualquiera que sea su manifestación, debe ser
legítima siempre y cuando promueva la paz y el bienestar de otros. De
hecho, el unismo pareciera ser la expresión religiosa más común.
23
Romanos 1:23
¿Cómo puede ser el caso que el dosismo sea la verdad cuando la
mayoría del mundo mantiene alguna manifestación del unismo?
Una vez yo estaba en una librería enorme en los Estados Unidos,
leyendo una novela norteamericana. Había una muchacha a la par mía
y me interrumpió para preguntarme sobre el libro que hasta el
momento leía en perfecta paz ininterrumpida. Le respondí el título y la
trama y porque el libro versaba sobre temas como el pecado, el perdón,
el juicio y la restauración, me preguntó si yo era religioso. Le respondí
que sí era cristiano. De repente me respondió: Bueno, yo soy atea. De
ahí que entráramos en un diálogo de una hora y media. Mientras
tomábamos un café y discutíamos las aseveraciones del cristianismo,
ella me dijo desafiante: Bueno, Nicolás, si tu Dios es verdadero y
único como dices, ¿por qué no creen en él más personas? Hasta ese
momento yo le había intentado convencer que la raíz de que la
incredulidad era el odio a Dios. Ella protestaba ardientemente que sin
duda ella no odiaría a Dios, esto es, si él existiera. Me dijo que no tenía
por qué odiarlo. Pero cuando me hizo esta pregunta, abrí mi Biblia y le
pregunté si me permitiría leerle un pequeño texto de la Biblia. Me dijo
que sí, y yo leí Juan 3:16–21:
El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de
Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran
malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no
viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que
practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus
obras son hechas en Dios. (Juan 3:18–21)
Antes de que pudiera explicarle el texto, el cual trata un asunto del
corazón, que algunos aman a Dios, pero los que lo rechazan lo hacen
porque aman las tinieblas, porque sus obras son malas, ella se
enfureció y me comenzó a gritar, preguntando si yo pensaba que ella
iría al infierno porque no creía en mi dios siendo ella una buena
persona que hacía mucho por los pobres y que tenía una vida recta,
mejor que muchos cristianos, etc. Yo, con mucha pena ajena, la callé
lo más diplomáticamente posible. Pero cuando se tranquilizó, me dijo:
Perdón. No es contigo. Le respondí: Yo sé que no es conmigo. Es
porque odias a Dios. Me sorprende que te enojes tanto con un Dios
que no existe. Ella se quedó callada.
Si ella me hubiera dicho que Zeus me iba a matar y mandar
volando para el río Estigia, no perdería ni un minuto de sueño ni me
perturbaría. ¿Por qué? Porque Zeus no existe ni me puede hacer daño
alguno. No temo ni odio lo que no existe. Sin embargo, los que
aseveran con toda su energía que Dios no existe, manifiestan un odio
irracional si tienen razón. Pero, no tienen razón y este odio a Dios está
profundamente arraigado en sus corazones. Este odio va de la mano
con el unismo y es el impulso de su rechazo del Dios Creador y la
edificación del imperio del paganismo. Nadie rechaza a Dios por falta
de evidencia o conocimiento. En cambio, el rechazo a Dios es siempre
un asunto del corazón. Es siempre por razones morales, y no
intelectuales. El unismo pagano es la manifestación del amor a las
tinieblas y la rebelión del hombre contra el Creador. Los hombres no
quieren prestar adoración al Creador porque quieren adorarse a sí
mismos. Cuando yo soy Dios, no hay lugar para otro. Pero esto sólo
tiene sentido a la luz de una historia antigua.
- La Mentira plantea la idea de que nuestro universo es un sistema
cerrado, que todo lo abarca. Nada puede entrar desde afuera en el
universo para influir en él porque no hay nada que exista fuera de
este sistema. Si existiera un dios o una deidad, tendría que ser parte
del sistema. La Mentira elimina toda distinsión esencial y niega que
exista otra realidad que la que nosotros experimentamos en este
universo.
- El gran cambio es el cambio de la Verdad de Dios por la Mentira
pagana. Este cambio no es inocente y conlleva consecuencias para
toda la vida humana. El cambio de la Verdad por la Mentira es el del
Creador por la criatura, y resulta siempre en un cambio religioso en
el que la criatura honra y da culto a sí misma en lugar de Dios.
NO MORIRÉIS …
El conflicto entre el dosismo y el unismo es el conflicto entre la
adoración a Dios y la adoración a la creación. El problema es que
todos los hombres son unistas hasta que Dios los convierte a él, porque
por naturaleza y nacimiento todos los hombres son pecadores y el
corazón del pecado es la adoración propia.
En Romanos 1:16ss, Pablo habla del unismo y el dosismo, pero los
llama la Mentira y la Verdad. Examinemos las partes esenciales de
este texto. Primero veremos el texto de cerca y luego abordaremos la
visión global que Pablo nos plantea (ver fig. 4 para una representación
gráfica de lo que Pablo enseña aquí).
Así que la adoración está enraizada en el conocimiento verdadero
de Dios, porque la adoración es una orientación del corazón hacia su
Creador. Veamos que en este texto hay dos intercambios primordiales:
1) la Verdad por la Mentira; 2) la criatura por el Creador. Encajonada
entre el primer gran cambio y el segundo hallamos la adoración
(honraron y dieron culto). Esta adoración está en el centro del corazón
del hombre.
Pablo utiliza tres verbos activos: cambiar, honrar y dar culto. No
son un solo verbo activo (cambiar) y dos gerundios (honrando y dando
culto) como está en la Reina Valera (1960), sino que se debe leer de la
siguiente manera: ―los cuales cambiaron la verdad de Dios por la
mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador
(compare con la versión BLA). Primero, los hombres cambian ―la
Verdad de Dios‖ por ―la Mentira‖, no ―una mentira‖, sino la Mentira
(ver la fig. 3). Esto es importante porque lo que quiere decir es que en
el centro de la adoración y servicio religioso, de Dios o del paganismo,
existe un paradigma fundamental que todo lo abarca y todo lo dirige en
cuanto a la orientación religiosa del ser humano. Este paradigma es o
la Verdad o la Mentira. Aquel que tiene en el centro de su corazón la
Verdad adorará y servirá al Creador, en cambio aquel que tiene en el
centro la Mentira adorará y servirá a la criatura y al final de cuentas se
adorará a sí mismo como si fuese Dios.
¿Qué es la Mentira y qué es la Verdad? Para identificar estos dos
conceptos (paradigmas que todo lo abarcan) y por qué resultan o en la
adoración a la criatura o en la adoración a Dios, tenemos que dar un
paso más hacia atrás, hacia el comienzo de todo.
Génesis 3: Adán, la serpiente y la Antítesis
El origen de la Mentira es la tentación de nuestros primeros padres.
La Biblia enseña que después de que Dios creó al mundo y todo lo que
hay en él, ―creó al ser humano, varón y hembra, con almas racionales e
inmortales, dotados de conocimiento, justicia y verdadera santidad,
según su propia imagen‖.24 La confesión de fe de Westminster también
afirma que ―ellos tenían la ley de Dios escrita en sus corazones y el
poder para cumplirla, y sin embargo, con la posibilidad de
transgredirla, siendo dejados a la libertad de su propia voluntad, la cual
estaba sujeta a cambio‖.25 Al colocarlos en el huerto que Dios mismo
había plantado, él les dio un mandamiento (aunque no fue el primero
que les había dado, ver Gén. 1:28–30; 2:15): ―De todo árbol del huerto
podrás comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás‖ (Gén.
2:16–17). Dios les había dado todo el huerto, menos este árbol, y
además se dio a sí mismo a ellos y todos los días caminaban con Dios
y disfrutaban una intimidad con él de perfecta comunión y verdadero
conocimiento y amor. Nunca se les ocurrió la idea de desobedecer a
Dios, pues no conocían el mal, hasta el día en que la serpiente les
propuso tal opción.
La batalla por el alma de la raza humana se dio en las mentes de
Adán y Eva. Dios les había dado su palabra, pero un día la serpiente
llegó y puso en duda todo lo que Dios había dicho, ―¿Conque Dios os
ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?‖ (3:1). Con una
interrogativa sutil, tergiversando la Palabra original de Dios, la astuta
serpiente comienza a atraer a la primera pareja. Aun Eva no puede
reproducir exactamente lo que Dios ha dicho, ―Del fruto de los árboles
del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio
del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no
muráis‖ (3:2–3). Pero Dios nunca dijo que no lo tocaran, solo que de
él no debían comer. Y en medio de tanta confusión, la serpiente, quien
según Jesús, era homicida desde el principio y el padre de mentira (Jn.
8:44), les cuenta la mentira: ―No moriréis; sino que sabe Dios que el
día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal‖ (3:4–5).
La mentira original, de acuerdo a lo que dice Peter Jones, ―niega la
verdad de la Palabra de Dios y la existencia de un Creador
trascendente, cuya Palabra hizo existir el mundo. Satanás, el intérlope,
24
La confesión de fe de Westminster (CfW) IV.2, en Los estándares de
Westminster (San José: Editorial CLIR, 2010), 17.
25
Ibíd.
hace que Dios parezca ser el intérlope en vez del Creador soberano, el
responsable de toda la belleza y complejidad de la creación‖.26 La
mentira original fue: no moriréis, porque seréis como Dios. La
Septuaginta (LXX), la versión que usaban Jesús y los apóstoles, dice:
… y dijo la serpiente a la mujer: No morirán de fijo, pues Dios hubo
sabido que en el día que de él comieren, sus ojos serán abiertos y
serán como dioses, conociendo el bien y el mal (traducción del autor
de la LXX).
Fíjense en algunos detalles en este texto: 1) La serpiente sugiere
fuertemente que Dios ya sabía cuando dio el mandamiento que el fruto
realmente les era de gran provecho y que todo este tiempo les privaba
de su destino y les impedía su potencialidad. Dios les había agravado
desde el puro principio, pues les había negado algo bueno; 2) la LXX
no traduce el hebreo, elojim, como Dios (ver RV1960), sino ―como
dioses‖, en el plural. Si aceptamos que esta es la versión que Pablo
tenía en cuenta cuando escribió la epístola de los Romanos, podemos
ver como las palabras de la serpiente en la LXX socavan aun más la
idea del Creador y Dios único, pues ellos también serían, no como el
Dios único, sino como dioses. La serpiente completamente borra y
quita toda distinción entre el Creador y su criatura racional. Ahora está
a su alcance, no el ser como Dios, sino el ser como dioses ellos
mismos.
Resulta que habiendo escuchado esta mentira, la promesa de la
vida eterna y la deidad, y habiendo oído que al comer del fruto, sus
ojos serían abiertos, la Biblia dice: ―Y la mujer vio que el árbol era
bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable
para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto y comió; y dio también a
su marido, el cual comió así como ella‖ (3:6). Fíjate en la repetición de
―los ojos‖. Ella ―vio‖ que el árbol era agradable a los ―ojos‖ y que era
26
Jones, 95.
LXX Septuaginta
LXX Septuaginta
LXX Septuaginta
codiciable para alcanzar la ―sabiduría‖, concepto que se asocia en la
escritura con los ojos, o digamos, con el entendimiento y razón
humanos. Podríamos sustituir los ―ojos‖ por ―la razón‖ o ―el
entendimiento‖ o ―el parecer‖ de la primera pareja. Y para que nadie
diga que Adán no tenía el mismo concepto, dice que dio a su esposo,
―el cual estaba con ella‖ y comió. ¿En qué sentido estaba con ella? A
lo mejor, tanto en persona a la par suya como en un mismo sentir en el
acto.
La primera pareja cambió la Palabra de Dios por la de la serpiente;
cambiaron la autoridad de Dios por la suya propia; cambiaron la gloria
de Dios por la semejanza del hombre corruptible, es decir la gloria de
Dios y su voluntad por la gloria humana, pretendiendo llegar a ser un
dios con soberanía sobre su propio mundo. Fue esta gloria de deidad lo
que la primera pareja buscaba, pues por eso Pablo dice que cambiaron
la gloria de Dios en semejanza de hombre (Rom. 1:21). Esto hicieron
ellos cuando cambiaron la adoración y obediencia al único y verdadero
Dios, el Creador, por la adoración de dos nuevos dioses dentro de sí,
determinando ahora para sí lo que era bueno y malo. Usurparon el
lugar de Dios y ellos mismos comenzaron a definir y dar sentido a su
propia realidad, lo cual resultó en la caída de la raza humana en
pecado. Debido a este pecado, la raza humana se alejó de Dios, igual
que sus primeros padres, y comenzaron a adorar y servir a la criatura
en lugar del Creador, el cual es bendito por los siglos. Amen.
LA COLISIÓN DE DOS MUNDOS
Lo anterior es el significado de la caída y el origen del unismo.
Una vez que el hombre hubo rechazado la distinción entre el Creador y
la criatura, todas las demás distinciones también tuvieron que
desaparecer, porque esta distinción es primordial y la base de todas las
demás. Cuando hayamos rechazado la realidad de Dios, la única que
nos queda es la creacional, o ésta que estamos viviendo. El universo se
vuelve un lugar cerrado en el cual nada puede entrar desde fuera para
influir en él, porque no hay nada que esté fuera. La posibilidad de Dios
es negada. Si hubiera una deidad, tiene que ser parte del sistema, no
afuera y distinta de él. El hombre tiene que volverse su propio dios, el
soberano, el que determina el bien y el mal y la interpretación de todo.
Desde el huerto, el unismo y el dosismo entraron en conflicto
perpetuo. Esto se puede ver en la respueta de Dios a la serpiente. Él le
dice:
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la
simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el
calcañar. (Gen. 3:15)
Esta declaración de guerra (entre la Mentira y la Verdad) es
también una de victoria. Este texto ha sido llamado el proto
euangelion, o el primer evangelio. La serpiente inició la guerra, pero
Dios en el puro principio declaró la victoria, y el dosismo tiene que ser
victorioso porque es la Verdad. Es la Realidad. Hay tres conceptos que
guardan relación con esta lucha. El primero es el efecto de la caída en
la humanidad, en su voluntad y en su intelecto. Este tema lo
abordaremos en el capítulo seis. El otro es el daño que esta lucha ha
ocasionado en la creación, el cual tocaremos en el capítulo siete.
Finalmente, tenemos que desarrollar la solución que Dios da a la caída,
al unismo, al pecado, en el Evangelio de su Hijo, Jesucristo. Este tema
más importante lo veremos en el capítulo nueve.
En resumen, este concepto del dosismo definirá todo nuestro
análisis de la cosmovisión de aquí en adelante así como también
nuestra apologética (es decir, la aplicación de nuestra cosmovisión) a
favor de la religión bíblica. Hasta ahora hemos hablado en términos
muy generales de una ―cosmovisión bíblica‖. Pero este concepto es
demasiado general y para poco sirve. Lo que precisa es una expresión
más concreta e histórica de la religión bíblica. Esto nos lo ofrece el
calvinismo confesional.
LA COSMOVISIÓN CALVINISTA
CÓMO EL CALVINISMO DIO AL SER HUMANO LA LIBERTAD
Toda cosmovisión no bíblica se caracteriza por la idolatría y
rebelión contra Dios, su realidad, su Palabra y su soberanía sobre todo
aspecto de la vida humana. Este principio primordial se desarrolla en
toda la vida: el arte, la política, la familia, el trabajo y hasta la Iglesia.
Es menester una visión de la vida que lo abarque todo si el creyente va
a someter la vida entera y todo aspecto de su cultura al soberano Dios
de la Biblia. El creyente tiene que ocuparse de los asuntos primordiales
y más extensivos y esto es precisamente de lo que se trata el término
alemán, Weltanschauung. Este término es la raíz de nuestra palabra
cosmovisión. Weltanschauung, en alemán, significa una visión del
mundo y la vida. Significa el conjunto de principios de una cultura en
la que se ha formado e influye en toda la vida. El cristiano (toda la
iglesia cristiana) se halla metido en una gran lucha por el alma. Es una
batalla religiosa cultural que no puede vencerse sin un concepto de
vida global y abarcador. Kuyper dice en su introducción a las
Conferencias Stone que dio en la Universidad de Princeton:1
No hay duda, entonces, de que el cristianismo es amenazado por
grandes y serios peligros. Dos sistemas de vida están luchando uno
contra el otro en un combate mortal. El modernismo está obligado a
construir un mundo de sí mismo con los datos del hombre natural y a
construir al hombre mismo con los datos de la naturaleza; empero,
por otro lado, todos aquellos que en reverencia doblan la rodilla ante
Cristo y le adoran como el Hijo del Dios viviente y como Dios
mismo, están constreñidos a salvar la «herencia cristiana».2
Kuyper creía que esta fue la lucha principal en la que Europa y los
Estados Unidos estuvieron inmersos. Yo creo que es la misma lucha
que hoy día estamos peleando. En su día, el enemigo mortal de la
Iglesia era el modernismo. Hoy enfrentamos al mismo enemigo, con el
mismo principio de vida en rebelión contra Dios. Pero, hoy en día no
se habla de ―modernismo‖, sino del ―posmodernismo‖ o más bien, del
―paganismo‖. Kuyper argumentó que la única respuesta a estos
desafíos se halla en lo que él llamó el calvinismo. A menos que
volvamos al calvinismo, no habrá una esperanza verdadera de tener
éxito en la batalla cultural.
Pero el concepto del calvinismo tiene en la actualidad varios
problemas. Por ejemplo, cuando el nombre ―calvinista‖ se escucha
hoy, acarrea para sí el oprobio tanto de teólogos como de laicos. Estos
mismos que calumnian este gran mover histórico, no se dan cuenta de
1
Kuyper dio estas conferencias en la Universidad de Princeton en 1898,
habiendo sido invitado por el teólogo y profesor, B.B. Warfield.
2
Kuyper, 11.
que la fuerza histórica que nos dio la cultura occidental y todas las
libertades y beneficios que de ella gozamos, fue el calvinsimo mismo.
No obstante, lo que podemos ver en la historia es que en tanto que el
nombre del ―calvinismo‖ ha caído en desgracia, en gran medida por las
teologías menos fieles a la Biblia (a saber, el arminianismo y todas sus
formas, el liberalismo y todas sus manifestaciones modernas), también
se ha perdido su principio impulsor que plasmó su forma de vida en el
alma de Occidente.
Por ejemplo, hoy en día, es una creencia común que la libertad de
consciencia del individuo es sagrada. ¿Qué poder debe tener algún
gobierno para obligar a la consciencia del individuo a hacer algo
inmoral? Todo nuestro sistema democrática, el concepto de una
república, no nació de las viejas culturas de Grecia y Roma, sino de la
Reforma protestante. Los ignorantes dicen que nuestra democracia
moderna tiene sus raíces en la de Grecia y sus Ciudades-estado. Sólo
tenemos que hacer un contraste histórico de dos hombres para ver que
este principio de la libertad de la consciencia humana es un concepto
protestante que en última instancia llega a ser un dogma cultural y
religiosamente codificado por el calvinismo. ¿Quiénes son estos
hombres? Son Sócrates y Lutero.
Lutero y Sócrates
No sabemos nada de Sócrates (469–399 a.C.) que no haya
registrado su más famoso pupilo, Platón. En su obra, La apología de
Sócrates, Platón describe el famoso juicio de su maestro. Según la
apología, Sócrates comenzó su carrera como filósofo después de una
visita al oráculo de Delfos con su amigo de infancia, Querefón.
Cuando llegaron al oráculo, fue Querefón quien le preguntó si había en
el mundo un hombre más sabio que Sócrates. La respuesta del oráculo
les sorprendió, pues dijo que ninguno. Al principio Sócrates no lo
pudo creer, porque para él, no tenía sabiduría, ―ni pequeña, ni
grande‖.3 De ahí que Sócrates fuera a comprobar lo dicho del oráculo.
Fue y entrevistó a sabios. Después a los políticos y últimamente a los
artífices. De lo que podía ver, no había ninguno que no presumiera de
entender todo y por tanto mostraban su profunda necedad. Finalmente
3
Platón, Apología de Sócrates, Critón, Banquete (Madrid: Mestas Ediciones,
2006), 27.
concluye que Apolo se había servido de su nombre para decir:
―Mortales, el más sabio de vosotros es aquel que, a ejemplo de
Sócrates, reconoce que nada es su sabiduría‖.4
Fue por causa de sus enseñanzas que Sócrates fue falsamente
acusado por Melito y otros. Él fue acusado de ―corromper a los
jóvenes, de no reconocer a los dioses del Estado y de introducir nuevas
deidades‖.5 Además, le acusaron de un tipo de sofismo, es decir, ―de
hacer de una mala una buena causa y de enseñar a otros cosas
semejantes‖. Los sofistas eran expertos en retórica y para ellos no
importaba la verdad, sino el éxito del argumento. Enseñaban a la gente
a argumentar a pesar de la veracidad de lo que defendían. Y lo que es
peor es que cobraban mucho dinero por sus servicios. Esto se veía
como una especie de estafa.
A pesar de dar una defensa elocuente, al final, Sócrates fue
condenado y sentenciado a la pena de muerte. Pero en Atenas, cuando
una persona era condenada a morir, la ley le permitía escapar de la
muerte condenándose a sí mismo a una de tres penas: prisión perpetua,
multa o destierro.6 Pero para Sócrates eso habría sido admitir su culpa,
lo cual no quiso hacer. En cambio, dijo que él merecía una recompensa
y los que le condenaban en contra de la justicia serían los que sufrirían
el castigo que la verdad les impondría. Pero estando en la cárcel, su
amigo Critón vino a convencerle de que huyera antes de su muerte,
argumentándole que era más valioso vivir que morir. Pero Sócrates no
podía huir ni retractarse, porque según él: ―Los principios que profesé
toda mi vida no me es dado abandonarlos hoy porque mi situación
haya cambiado‖.7
Cuando Critón intentó convencerlo de que era condenado
injustamente, la respuesta de Sócrates fue que lo importante no era el
vivir, sino el vivir bien. Esto significa que lo que uno hace debe ser de
acuerdo a la justicia y para Sócrates, salir de la cárcel contra la
4
Ibíd., Apología de Sócrates, 30.
5
Ibíd., 32.
6
Ibíd., 54.
7
Ibíd., Critón, 72.
voluntad de los atenienses que le habían condenado, hubiera sido una
injusticia más grave que la que cometieron ellos al condenarlo, pues
sería devolver mal por mal o vengarse de un mal con otro. No
queriendo salir de la cárcel, Sócrates murió cuando bebió una bebida
con una mezcla de cicuta.
¿Por qué hubiera sido una injusticia que Sócrates escapara de la
cárcel contra la voluntad de los atenienses, aunque los atenienses
habían cometido una injusticia? Sócrates nos ayuda a entender el
concepto que existía de la relación entre el ciudadano y el estado:
¡Cómo Sócrates! —replicarían las Leyes—… Di: ¿qué quejas tienes
contra nosotras y contra la República, que así intentas derrocarnos?
En primero lugar, ¿no somos nosotras las que te dimos vida? ¿No
somos nosotras las que hemos regido la unión de tu padre y tu madre
como también tu nacimiento?8 Di: ¿tienes que quejarte de aquellas de
nosotras que regulan los matrimonios; las encuentras mal?… ¿O te
quejarás de aquellas otras que atañen a la crianza del hijo y a la
educación que recibiste?… Entonces, pues que a nosotras nos debes
tu nacimiento, tu crianza y tu educación, ¿negarás que eres hijo
nuestro, y aun esclavo, tú y tus mayores?9
El concepto de la vida y del estado que tenía es que todo se le debe
a la Patria, de tal manera que a la patria se le debe ―más respeto,
sumisión y consideraciones que a un padre‖.10 A la patria y a sus leyes
les debía la existencia misma y aunque no estaba de acuerdo con la
condenación democráticamente impuesta, tuvo que someterse al
cumplimiento de las leyes.
Fue por esto que platón odiaba la democracia y la llamaba una
oclocracia que es el gobierno de las masas, algo que Platón
menospreciaba. No es muy evidente lo que Sócrates creía sobre la
democracia ateniense, excepto que fue su convicción que tenía que
someterse a la palabra del pueblo. En este concepto, todo se le debía a
8
Ibíd., Critón, 80: “En Atenas había una ley que ordenaba casarse a todo
ciudadano”.
9
Ibíd., 80–81.
10
Ibíd., 81.
la Ciudad, se le tenía que rendir toda obediencia, pues la voz del
pueblo es la voz de Dios.
Esta no es la forma de democracia que el Occidente heredó. Más
bien, la forma de democracia que fue heredada en Occidente tiene sus
raíces en la Biblia y en la Reforma Protestante. Ahora dirigimos
nuestra atención a Martín Lutero.
Todos los años el 31 de octubre, se celebra el día de la Reforma
Protestante. Fue en ese día, la víspera de todos los santos, y el mismo
día que Federico el Sabio ofrecía sus indulgencias, en el año 1517 que
Martín Lutero, protestando por la venta de las indulgencias, clavó en la
puerta de la iglesia del palacio de Wittenburg, según el costumbre de
la época, noventa y cinco tesis en contra del poder y eficacia de las
indulgencias. Las tesis de Lutero pueden ser divididas en tres partes: 1)
una protesta de los gastos propuestos con los fondos recaudados por la
venta de indulgencias, 2) una negación del poder del Papa sobre el
purgatorio y 3) una consideración del bienestar del pecador.11 Lutero
se opuso a la opulencia de la construcción de la Basílica de San Pedro
para albergar los huesos del venerado Apóstol. Lutero dijo:
Los ingresos de toda la cristiandad están siendo chupados por esta
basílica insaciable. Los alemanes se ríen de llamarla el tesoro común
de la cristiandad. Dentro de poco, todas las iglesias, palacios, muros
y puentes de Roma se edificarán con nuestro dinero. En primer lugar,
debemos edificar templos vivientes, no iglesias locales, y sólo por
último la de San Pedro, la cual no nos es necesaria. Nosotros los
alemanes no podemos asistir a la basílica de San Pedro. Mejor es que
nunca fuera construida que nuestras iglesias parroquiales fuesen
despojadas. Sería mejor que el Papa comisionara un solo pastor
bueno a una sola iglesia que conferir indulgencias a todas. ¿Por qué
el Papa no edifica la basílica de San Pedro con su propio dinero? Es
más rico que Creso. Sería mejor que él vendiera la basílica San Pedro
y diera el dinero a los pobres, los cuales están siendo estafados por
estos pregoneros de indulgencias. Si el Papa conociera las
exacciones de los predicadores de indulgencias, preferiría que la
11
Ronald H. Bainton, Here I Stand: A Life of Martin Luther (Nashville:
Abingdon Press, 1978), 60–1.
 basílica de San Pedro se redujese a cenizas antes que construirla con
la piel, la carne y los huesos de sus ovejas.12
Si sólo hubiera atacado la basílica de San Pedro y las penas del
purgatorio, Lutero no hubiera encontrado tanta resistencia. Empero,
también atacó la eficacia del Papa de remitir por medio de las
indulgencias los pecados. Lutero dijo que las indulgencias ―intrigan en
el perjuicio de la caridad y la verdad‖ (95 tesis, #74) y que ―Es un
disparate pensar que las indulgencias del Papa sean tan eficaces como
para que puedan absolver, para hablar de algo imposible, a un hombre
que haya violado a la madre de Dios‖ (95 tesis, #75). También difamó
al Papa y su autoridad diciendo, ―Decimos por el contrario, que las
indulgencias papales no pueden borrar el más leve de los pecados
veniales, concerniente a la culpa‖ y ―Que se vayan, pues todos
aquellos profetas que dicen al pueblo de Cristo: ―Paz, paz‖; y no hay
paz. Benditos todos aquellos profetas que dicen al pueblo: ―Cruz,
cruz‖ y no hay cruz‖ (95 tesis, #76, 92–93). Él termina sus tesis con
esta palabra final:
Es menester exhortar a los cristianos que se esfuercen por seguir a
Cristo, su cabeza, a través de penas, muertes e infierno. Y a confiar
en que entrarán al cielo a través de muchas tribulaciones, antes que
por la ilusoria seguridad de paz. (95 tesis, #94–95)
Lutero envió una copia de sus tesis a Alberto de Maguncia y
Alberto se las envió al Papa León. Se dice que cuando el Papa leyó las
tesis de Lutero comentó, ―Lutero es un alemán borracho. Cambiará de
opinión cuando esté sobrio‖. Cuando Lutero se enteró que estaba bajo
la interdicción papal, se atrevió a predicar esa misma semana en contra
de ella. Durante todo el próximo año, Lutero dio una defensa de la
doctrina agustiniana de la incapacidad humana (aun después del
bautismo), desarrolló sus ataques en contra del papado y los abusos de
Roma, se hizo cada vez más radical en su rechazo de las indulgencias
y la penitencia, debatió con el Cardinal Cayetano y con Johann Eck.
Pero en 1520, le llegó la bula papal Exurge Domine. La bula le dio
sesenta días para retractarse. El Papa acusó a Lutero, en una carta a
12
Ibíd., 61.
Federico el Sabio, de ―[pervertir] a la fe, [seducir] a los sencillos, y
[zafar] los lazos de obediencia, continencia y humildad‖.13
Desde su publicación el 15 de junio de 1520, la bula tardó tres
meses en llegar a Lutero. Entretanto, la bula fue publicada en Roma y
los libros de Lutero fueron quemados en la Piazza Navona.14 El 10 de
octubre del mismo año, le llegó la bula y Lutero comentó en una carta:
Esta bula condena a Cristo mismo. Me cita, no a una audiencia, sino
a una retractación … La fe y la Iglesia están en juego. Me regocijo
en sufrir por una causa tan noble. No soy digno de una prueba tan
santa. Ahora me siento mucho mejor al saber que el Papa es el
Anticristo.15
Finalmente, Lutero respondió a la bula en un escrito titulado,
Contra la execrable bula del Anticristo. Vale la pena citar a Lutero en
extenso. Él escribió lo siguiente:
He oído que la bula en mi contra se ha publicado por toda la tierra
antes de llegarme a mí, porque siendo ella una hija de las tinieblas
temió la luz de mi cara. Por esta razón y porque condena
manifiestamente a artículos cristianos que yo tenía mis dudas que
fuera en verdad de Roma o que fuera la progenie de aquel hombre de
mentiras, disimulación, errores y herejía, aquel monstruo Johann
Eck.… Entretanto voy a actuar como si León no fuera el responsable,
no para que honre yo el nombre de Roma, sino porque no me
considero a mí mismo como digno de sufrir cosas tan altas por la
verdad de Dios. Pues ¿quién hay delante de Dios que estuviese más
feliz que Lutero si fuera condenado desde un lugar tan grande y
elevado por tal verdad tan manifiesta? Pero la causa busca a un
mártir más digno. Yo, con mis pecados, me merezco otras cosas. Sin
embargo, quienquiera que haya escrito esta bula, él mismo es el
Anticristo. Yo protesto delante de Dios, nuestro Señor Jesucristo, sus
sagrados ángeles y todo el mundo que con todo mi corazón yo
disiento de la damnación de esta bula, que yo la maldigo y la execro
13
Ibíd., 115.
14
Ibíd., 121.
15
Ibíd., 124.
como un sacrilegio y una blasfemia contra Jesucristo, el Hijo de Dios
y nuestro Señor.
… Pedro dijo que hay que dar una defensa por la fe que se tiene,
pero esta bula me condena en propias palabras sin una sola prueba de
las Escrituras, mientras que yo respaldo todas mis aseveraciones con
la Biblia. Yo te pregunto, Anticristo ignorante, ¿pretendes tú con tus
palabras desnudas prevalecer contra la armadura de las Escrituras?
¿Aprendiste esto en Colonia o Lovaina? Si todo lo que necesita es
decir, ―Yo niego, yo disiento‖, ¿cuál necio, cuál asno, cuál topo, cuál
madero no pudiera condenar igual? ¿No se ruboriza tu frente falaz
que con tu fatuo humo tú resistes el rayo de la Palabra divina?… Soy
capaz de distinguir entre el papel absurdo y la omnipotente Palabra
de Dios.
… Sea la bula de Eck o del Papa, es la suma de toda impiedad,
blasfemia, ignorancia, impudencia, hipocresía, mentira—en una sola
palabra—es Satanás y su Anticristo.
¿Dónde están ahora, o excelentísimo Carlos el Emperador, reyes y
príncipes cristianos? Fueron bautizados en el nombre de Cristo, y
¿pueden ustedes sufrir estas voces Tártaras del Anticristo? ¿Dónde
están, obispos? ¿Dónde, doctores? ¿Dónde estás tú que confiesas a
Cristo? ¡Ay de todos que en estos tiempos viven! La ira de Dios
viene sobre los papistas, los enemigos de la cruz de Cristo, y todos
los hombres los deben resistir. Tú, pues, León X, ustedes los
cardinales y los demás que están en Roma, les digo en la cara: ―Si
esta bula se ha emitido a nombre suyo, luego yo me apoderaré del
poder que me ha sido dado en el bautismo, por el cual yo me hice un
hijo de Dios y coheredero con Cristo, establecido sobre la roca
contra la cual los portones del Hades no prevalecerán. Yo les hago
un llamado a que retracten su blasfemia diabólica e impiedad audaz,
y si no, todos mantendremos que tu silla está poseída y oprimida por
Satanás, la silla maldita del Anticristo, en el nombre de Jesucristo, el
cual tú persigues. Todavía no estoy persuadido que la bula sea del
Papa, sino por aquel apóstol de la impiedad, Johann Eck.
Lutero termina su tratado con estas palabras:
Si hay alguien que ha despreciado mis advertencias fraternales, yo
estoy libre de su sangre en el juicio final. Es mejor que yo muera mil
veces que retracte yo una sola sílaba de los artículos condenados. Y
como me excomulgaron por el sacrilegio de la herejía, así yo los
excomulgo en el nombre de la sagrada verdad de Dios. Cristo
juzgará cuál excomulgación se mantendrá en pie. Amén.16
Dos semanas después que publicó este tratado, Lutero publicó su
tratado, La libertad del cristiano (o La libertad cristiana), en el que
afirma que ―el cristiano es libre señor de todas las cosas y no está
sujeto a nadie‖ y que ―el cristiano es servidor de todas las cosas y está
supeditado a todos‖.17 En un lugar, asevera:
Esto aclara por qué la fe es tan potente y asimismo cómo existen
buenas obras que puedan igualarse a ella. Ninguna obra buena se
atiene a la Palabra divina como la fe, ni hay obra buena alguna capaz
de morar en el alma, sino que únicamente la Palabra divina y la fe
reinan en el alma. Tal como es la palabra, así se vuelve el alma, a
semejanza del hierro que al unirse al fuego se vuelve rojo blanco
como el fuego mismo. Vemos así que al cristiano le basta con su fe,
sin que precise obra alguna para ser justo, de donde se deduce que si
no ha menester de obra alguna, queda ciertamente desligado de todo
mandamiento o ley, y si está desligado de todo esto será, por
consiguiente, libre. En esto consiste la libertad cristiana: en la fe
única que no nos convierte en ociosos o malhechores, sino antes bien
en hombres que no necesitan obra alguna para obtener la
justificación y salvación. Luego trataremos este punto con
amplitud.18
Porque la bula exigió una retractación, finalmente, Lutero aceptó y
decidió retractar varias de sus aseveraciones. Dijo:
Me equivoqué, yo lo confieso, cuando yo dije que las indulgencias
eran ―los píos que defraudaban a los fieles‖. Retracto y digo, ―Las
indulgencias son los fraudes e impostores más impíos de los
pontífices más viles, por las cuales engañan a las almas y destruyen
los bienes de los fieles.
y
16
Ibíd., 124–126.
17
Martín Lutero, La libertad cristiana (disponible en línea):
www.fiet.com.ar/articulo/la_libertad_cristiana.pdf
18
Ibíd.
 Me equivoqué. Yo me retracto de la aseveración de que ciertos
artículos de Juan Hus son evangélicos. Ahora digo que ―No algunos,
sino todos los artículos de Juan Hus que fueron condenados por el
Anticristo y sus apóstoles en la sinagoga de Satanás‖. Y en la cara, O
santísimo Vicario de Cristo, yo digo libremente que todos los
artículos condenados de Juan Hus son evangélicos y cristianos, y los
tuyos son francamente impíos y diabólicos.19
El día que los sesenta días caducaron, Lutero quemó la bula papal
en público. Más tarde, dijo:
Ya que han quemado mis libros, yo quemé los suyos. El Derecho
Canónico fue incluido porque hace del Papa un dios en la tierra.
Hasta la fecha sólo he vacilado con este asunto del Papa. Todos mis
artículos condenados por el Anticristo son cristianos. Rara vez el
Papa ha vencido a alguien con la Escritura y con la razón.20
Al año siguiente, Lutero apeló la bula ante el Emperador y se
presentó ante él en la Dieta de Worms. El 16 de abril de 1521, Lutero
apareció ante el Emperador Carlos V, el cual reinaba sobre un imperio
más extenso que cualquier otro emperador, salvo Carlomagno. Y
delante de él, se quedó en pie un monje sencillo, hijo de un minero. El
contraste fue severo. El uno con nobleza y poder; el otro despreciado y
vulnerable. Sin embargo, Lutero entendía que tanto él como el
Emperador tendrían que dar cuentas al mismo Dios.
Cuando comenzó la audiencia, Lutero fue examinado por un oficial
del arzobispo de Trier, quien le confrontó con un montón de libros y le
preguntó que si le pertenecían. Lutero respondió: Todos los libros son
míos, y he redactado más. Cuando el oficial le preguntó, ―Tú los
defiendes todos o tal vez quiera retractar una parte? Lutero le contestó:
Esto concierne a Dios y su Palabra. Influye en la salvación de las
almas. De esto Cristo dijo: A cualquiera que me niegue delante de
los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en
los cielos. Decir muy poco o demasiado sería peligroso. Le ruego,
concédame tiempo para meditarlo.
19
Bainton, 127–128.
20
Ibíd., 128.
El Emperador le dio hasta la mañana. En la mañana después de
algún debate, Eck (no el mismo que promulgaba la bula) insistió: Yo te
pido, Martín Lutero, responde francamente y sin vacilar, ¿repudias o
no tus libros y los errores que ellos contienen? Lutero respondió con
uno de los diálogos más famosos en la historia del mundo:
A menos que se me convenza por el testimonio de la Escritura o por
razones evidentes—puesto que no creo en el Papa ni en los concilios
solos, ya que está claro que se han equivocado con frecuencia y se
han contradicho entre ellos mismos—estoy encadenado por los
textos bíblicos que he citado y mi consciencia es una cautiva de la
palabra de Dios. No puedo ni quiero retractarme en nada, porque ni
es seguro ni honesto actuar contra la propia consciencia. Que Dios
me ayude. Amén.
La primera edición impresa de esta alocución añade las palabras,
―Aquí estoy. No puedo hacer otra cosa‖. El Emperador decidió
proceder en su contra como ―hereje declarado‖, pero honró el
salvoconducto que le había prometido.
Aquí nos corresponde contrastar a estos dos hombres que pusieron
en riesgo sus vidas por lo que creían, Sócrates y Lutero. El uno se vio
sujeto y vulnerable ante la voluntad de las masas; el otro se vio
perseguido por la tiranía de Roma y los gobiernos semiseculares. Sin
embargo, uno entregó su vida y sujetó sus principios voluntariamente a
la voluntad del pueblo y las leyes del estado. El otro, se opuso al
estado y a las autoridades, arriesgando la vida por causa de la verdad.
¿Cuál fue la diferencia marcada entre estos dos hombres? Para
Sócrates, el Estado era dios; para Lutero, sólo el Dios vivo y verdadero
de la Biblia era Dios sobre todo ser.
La cosmovisión de Sócrates permitía la soberanía del Estado sobre
la consciencia humana. Al Estado se le debía toda obediencia, aun
cuando el Estado estaba en lo incorrecto y cometiese injusticias. Fue el
Estado que le dio su vida, crianza y educación, a saber, toda su
existencia. Al mismo, se le debía su vida. El Estado estaba por encima
de todos y la voz del pueblo era la voz de Dios. Como ya se ha
observado, Platón despreciaba la democracia (o timocracia) ateniense.
Él propuso una teoría de gobierno aristocrático alternativo en el que
gobernaría un Filósofo-Rey, alguien criado por el Estado y dotado de
todos los dones e inteligencias necesarias para regir al pueblo por su
bienestar, siendo sobre ellos por su iluminación y dones superiores.
Alejandro Magno, en la historia del mundo, llegó a ser este gran
filósofo-rey, y resultó ser uno de los conquistadores y reyes más
brutales, despóticos y sangrientos del viejo mundo.
En cambio, Lutero también se encontró cara a cara con el filósofo-
rey de la cristiandad, el Papa de Roma. La Iglesia era todo y se había
apoderado de un poder político y espiritual incuestionable y terrible.
Lutero entendía los peligros. Pero no vio en la iglesia la fuente de la
vida, la crianza o la educación. No fue ni el Estado, ni la Iglesia quien
tenía todo poder o quien estaba por encima de todos, sino Dios por su
Palabra. Fue la Biblia y sus doctrinas que permitieron que un monje
pobre y sencillo se opusiera a los hombres más poderosos del mundo y
ganara. En la Dieta de Worms, tuvo la oportunidad de salvarse el
pellejo. En cambio, se sentó sobre la roca de la Palabra de Dios y
promulgó una de las doctrinas más influyentes en toda la historia
moderna: No puedo ni quiero retractarme en nada, porque ni es
seguro ni honesto actuar contra la propia consciencia. Que Dios me
ayude. Aquí estoy. No puedo hacer otra cosa. Amén.
Su consciencia no estaba encadenada a los hombres o sus leyes,
sino a la ley objetiva de Dios, a la cual todo hombre se tiene que
someter. El Papa no estaba sobre la consciencia del monje. El
Emperador no tenía poder alguno para obligar la consciencia de un
creyente, porque tanto el Papa como el Emperador y Lutero tenían que
dar cuentas al mismo Juez Eterno, el Dios Hacedor de cada hombre.
Sus puestos y su poder no les daban potestad de obligar a la
consciencia en contra de la Palabra de Dios. Hay un solo Señor de la
consciencia humana, que es Dios, hablando en y por su Palabra.
La imagen de Dios en Lutero fue la misma que estaba en el
Emperador y en el Papa. Ningún hombre debía tener potestad sobre su
prójimo en asuntos de la consciencia. Roma temía que esta doctrina de
Lutero derrocara la autoridad de la Iglesia. Y no se puede negar que al
comienzo tuvo, en varios sectores, una mala influencia. No obstante,
esta doctrina dio a luz el mundo moderno. Este es un don que
recibimos de la Biblia mediante la Reforma Protestante, no de las
podridas ruinas de la democracia ateniense, las cuales sujetaron a la
consciencia a la tiranía de la mayoría.
De Lutero al calvinismo
No obstante los logros de Lutero, él no codificó este principio de la
libertad de consciencia de tal manera que cambiara el mundo.
Tampoco pudo el luteranismo librar a la iglesia de manera definitiva
del estado. Indiscutiblemente, fue Calvino y sus herederos quienes
dieron forma concreta a esta doctrina en la vida cotidiana, religiosa,
política, artística y científica del hombre. Sólo dos ejemplos bastarán.
En Ginebra, Juan Calvino y Guillermo Farel se negaron a
administrar la Santa Cena a los ciudadanos feudales en 1538. No
querían acarrear el juicio de Dios a sí mismos, porque aquellos
ciudadanos estaban metidos en una disputa sobre fiestas anuales que la
ciudad-estado suiza de Berne quería adoptar en Ginebra. El Concilio
de la Ciudad los desterró por insubordinación el 18 de abril, 1538. La
disputa giraba en torno a la potestad del magistrado de determinar
quienes podían participar de la Santa Cena. El meollo de la disputa fue
la cuestión de si los ministros podían seguir las directrices de sus
propias consciencias y autoridad, o si la iglesia sería sometida al
estado bajo otra jerarquía política-religiosa. No estaba en juego nada
menos que la independencia de la iglesia para obedecer a la Palabra de
Dios sobre la palabra del hombre.
Al final, el Concilio pidió que estos pastores volvieran a Ginebra.
Cuando Calvino volvió a Ginebra, exigió que se estableciera un cuerpo
gobernante colegial de pastores y ancianos de la iglesia. Optó por una
autoridad descentralizada e insistió en que la iglesia quedara libre de
las interposiciones y el entremetimiento del gobierno político. Una
iglesia libre de la influencia externa civil y jerárquica fue un legado
que Calvino dejó al mundo y algo que ejerció influencia en el
desarrollo de las naciones futuras y sus instituciones.
El republicanismo, sobre el cual una gran mayoría de las
democracias modernas están basadas, fue el producto natural de la
separación de la iglesia del poder del estado y de la doctrina de Lutero
de la libertad de la consciencia y precedió la teoría de la separación de
los poderes de Montesquieu por dos siglos. David Hall observa:
La base lógica principal para esta autoridad dispersa fue una simple
idea, pero bíblica: hasta el mejor de los líderes podía pensar egoísta y
ciegamente, así que necesitaban una forma de corrección mutua y
rendimiento de cuentas. Este tipo de pensamiento, ya incorporado a
la esfera eclesiástica de Ginebra (escrito en las Ordenanzas
Eclesiásticas de 1541) y derivado esencialmente de fuentes Bíblicas,
anticipó muchos casos posteriores de federalismo político. La
estructura del presbiterio ginebrino empezó a influenciar la política
 cívica ginebrina; a cambio, eso también promovió la separación de
poderes y proveyó protección de la oligarquía.
La historia nos muestra cómo la propagación del protestantismo
calvinista iba de la mano con el afloramiento de la democracia
republicana y la mayor libertad de los pueblos.21
Pero aunque Calvino, por su forma de implementar su teología y
las doctrinas de la Reforma Protestante, cambió la cultura occidental
durante los siguientes quinientos años, fue otro grupo de calvinistas,
los herederos de Calvino, el que codificó la doctrina de la libertad de la
consciencia, con todas sus importantísimas implicaciones culturales y
religiosas. Ese grupo fue el de los presbiterianos de Escocia e
Inglaterra del siglo XVI.
Como resultado de la guerra civil en Inglaterra entre el parlamento
protestante y los papistas, surgió la Asamblea de Westminster. Entre
otras cosas, esta asamblea produjo una confesión de fe y dos
catecismos para las iglesias de Inglaterra y las de Escocia. Es en la
Confesión de fe de Westminster donde hallamos la expresión más
madura y poderosa del concepto protestante calvinista de la libertad de
la consciencia. En el capítulo 20, De la libertad cristiana y la libertad
de consciencia, la Asamblea confesó en XX.2:
XX.2 Dios es el único Señor de la consciencia, por tanto, en asuntos
de fe y adoración, la ha dejado libre de doctrinas y mandamientos
humanos, que sean contrarios a su Palabra o añadidos a ella. De
manera que creer u obedecer de consciencia tales doctrinas o
mandamientos, es traicionar la verdadera libertad de consciencia; y
el requerimiento de una fe implícita y de una obediencia absoluta y
ciega, es destruir la libertad de consciencia y también la razón.
Para los presbiterianos calvinistas, sólo Cristo era Rey y Cabeza de
su iglesia. Ningún hombre tenía potestad ilimitada sobre su prójimo.
Hasta el mismo rey era solamente otro miembro ordinario de la iglesia.
Fue el pastor Andrew Melville quien famosamente reprendió al rey
21
Vea para más ejemplos de la influencia de Calvino en el desarrollo del
mundo: David W. Hall, Diez formas en que la cultura moderna es diferente
por causa de Juan Calvino. Reforma Siglo 21, vol. 1. no. 2, octubre (San José:
Editorial CLIR, 2009), 84–110.
Santiago VI en 1596 en el Palacio de Falkland, informando al monarca
que la iglesia era el reino de Cristo, añadiendo, ―cuyo súbdito el rey
Santiago el Sexto es, de cuyo reino no es un rey, ni un lord, ni una
cabeza, sino solo un miembro‖.22 En la iglesia, ningún hombre estaba
por encima de su prójimo, porque todos los hombres fueron creados a
la imagen de Dios y Cristo reinaba sobre todos como Rey y Cabeza y
Soberano en la Iglesia que es su Cuerpo glorioso. Por extensión, estos
conceptos pasaron a la vida civil. Los presidentes y los líderes
democráticos derivan su poder de la voluntad de los gobernados. No
tienen un poder intrínseco en virtud del cual gobiernan. Y el pueblo, en
su mayoría, aunque elige a sus mandatarios, no tiene tampoco un
poder esencial, sino un poder derivado. En virtud de la libertad de la
consciencia, la imagen de Dios, y el libre albedrío con los cuales Dios
les dotó, y siendo sus criaturas, tienen todos los hombres una
responsabilidad de ejercer su libertad responsablemente para la gloria
de Dios y el bienestar de su prójimo. Todos rendiremos cuentas a Dios,
tanto el rey como el súbdito, porque todos somos súbditos de Dios.
Estas ideas eran revolucionarias y en algún momento
revolucionarían la historia del mundo cuando peregrinos presbiterianos
salieran del viejo mundo hacia el nuevo buscando la libertad religiosa.
En todo caso, estas ideas llegaron por medio de la Biblia y la
aplicación particular que el calvinismo hizo de ella en la práctica de la
vida humana. Podría dar muchos ejemplos más, y daré muchos en
capítulos subsecuentes, pero por el momento, basta reconocer que sin
la influencia del protestantismo calvinista, los hombres no habrían roto
las cadenas de la tiranía, ni de la iglesia ni del estado.
¿QUÉ ES EL CALVINISMO Y POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?
En tanto que hemos perdido el calvinismo, el Occidente ha perdido
su alma y las poderosas fuerzas del paganismo del viejo mundo han
ido derribando las estructuras sociales y espirituales que el calvinismo,
a partir de la Reforma Protestante, estableció. La Iglesia en su lucha
contra estas fuerzas modernas ha perdido mucho terreno en el campo
cultural y se ve cada vez más arrinconada, sin voz ni voto en lo
22
David Fergusson, Church, States and Civil Society (Cambirdge: Cambridge
University Press, 2004), 171.
cultural. Los esfuerzos modernos por recuperar el alma del Occidente
con su concepto de la libertad humana, la santidad de la vida, el lugar
primordial del matrimonio y la familia nuclear, están fallando y
seguirán fallando hasta que la Iglesia recupere el principio
fundamental y el impulso poderoso que nos legó esta herencia
teológica y filosófica. Este principio sólo se encuentra en el calvinismo
y su sistema de vida que lo abarca todo (es decir, en su cosmovisión).
Esto también dice Kuyper:
Tan cierto como toda planta tiene una raíz, tan cierto es también que
debajo de cada manifestación de la vida yace un principio escondido.
Estos principios están interconectados, y tienen su raíz común en un
principio fundamental; y de este último se desarrolla lógica y
sistemáticamente el complejo total de las ideas y concepciones
gobernantes que forman nuestra vida y cosmovisión. Con tal
cosmovisión coherente, descansando firmemente en su principio y
autoconsistente en su espléndida estructura, el modernismo ahora
confronta al cristianismo; y en contra de este peligro mortal,
nosotros, los cristianos, no podemos defender exitosamente nuestro
santuario, sino presentando, en oposición a todo esto, una
cosmovisión propia, fundada firmemente sobre la base de nuestro
propio principio, producido con la misma claridad y brillo de una
igualmente consistencia lógica.23
La esperanza de nuestro futuro, el futuro de la Iglesia, de nuestras
familias y de nuestros países radica en el alma y corazón del
calvinismo. Esta es la única manifestación del cristianismo capacitada
para entrar en guerra mortal con las fuerzas diabólicas de otros
sistemas de vida (cosmovisiones) con visiones claras y que abarcan el
mundo. Es la única cosmovisión cristiana que nos dará la victoria,
puesto que el calvinismo no tan sólo se ha manifestado como una
potente filosofía de la vida, sino también ha demostrado
históricamente que sabe realizar su gran visión para la humanidad, lo
cual ni el luteranismo ni el arminianismo han podido hacer. Fue el
calvinismo que le restauró al hombre su dignidad, que le concedió al
vulgo la libertad política, que fomentó grandes movimientos de
educación pública y que sujetó al estado y al rey a su lugar por debajo
de Cristo, como siervos de Dios y del pueblo y no al revés.
23
Kuyper, 239.
Kuyper tiene mucho cuidado por definir el calvinismo no como un
movimiento puramente sectario, confesional o denominacional, sino
en un sentido científico. Esto significa que él desarrolla sus
implicaciones no sólo para la Iglesia, sino también para toda esfera de
la vida humana y por lo tanto representa el calvinismo como un
sistema total de vida. En sus conferencias, elabora su significado para
la religión, la política, la ciencia y el arte y al final explica cómo
deberá manifestarse en el futuro del mundo. Está involucrado en una
lucha mortal por el dominio cultural y para el alma del mundo contra
los otros grandes sistemas de vida que han influido en la historia
humana: el paganismo, el romanismo y el islamismo (y en la
actualidad, el modernismo y su hijo, el posmodernismo).
El calvinismo como un sistema de vida
El calvinismo no es, como un sistema de vida, una mera teología o
una simple filosofía. En cambio, es un complejo holístico que logró
influir en toda esfera de la vida humana a fin de ser capaz de generar
un mundo enteramente diferente dentro de nuestro mundo colectivo.24
Como hemos visto, la precondición de cualquier cosmovisión es su
capacidad de plantear respuestas convincentes con respecto a ciertas
preguntas primordiales. Estos conceptos son principios de actuación
que rigen la formulación de una vida íntegra; son la base de un
―sistema de principios que lo abarcan todo‖ y nos abastece de un
sistema de vida unificador.25 Kuyper identifica tres relaciones
fundamentales de la vida humana en las cuales cada cosmovisión
localiza su principio madre o punto de partida fundamental.
1. Nuestra relación con Dios;
2. Nuestra relación con el hombre; y
3. Nuestra relación con el mundo.26
24
Ibíd., 19.
25
Ibíd, 22.
26
Ibíd.
 Mientras que varios teólogos han identificado una multitud de
preguntas primordiales que definen la cosmovisión,27 el genio de
Kuyper es el que lo ha reducido a lo más básico: Dios, el hombre y el
mundo.
Toda pregunta metafísica, epistemológica y ética pertenece a una
de estas tres categorías y las tres están indivisiblemente relacionadas.
Una cosmovisión tiene que proveer una respuesta convincente,
consistente y única a estas tres relaciones. En la primera relación, es
decir, nuestra relación con Dios, Kuyper localiza el gran punto de
partida de nuestra cosmovisión, el cual es el principio madre del
calvinismo que lo separa por siempre de todo otro sistema de
pensamiento y vida.
DIOS
1
EL CONCEPTO DE DIOS ES EL CONCEPTO PRIMORDIAL DE toda
cosmovisión, y el principio madre por el cual las demás
presuposiciones toman forma. El concepto de Dios es la raíz de la que
brotan las ramas de la cosmovisión.2 Esta cuestión de Dios, de lo
infinito, y de su relación con todo lo demás (lo finito) es la cuestión
perenne en la filosofía cuyo desarrollo se puede trazar desde Platón
hasta el día de hoy. Kuyper reconoce su importancia:
Este punto, por supuesto, yace en la antítesis entre todo lo que es
finito en nuestra existencia humana y lo infinito que yace más allá de
ella.
27
Por ejemplo, James W. Sire identifica siete y George Barna cree que hay
ocho (Lee Duigon, Solo 1 de cada 11 Cristianos tiene una Cosmovisión
Bíblica: http://www.contra-
mundum.org/castellano/duigon/1_11Worldview.pdf).
1 3
A veces la filosofía hace referencia al Absoluto.
2 4
Kuyper, 23.
El calvinismo desarrolló un concepto único de Dios y su relación a
la creación. Este concepto que se desarrolló dentro de un contexto
profundamente teológico, fiel y consistentemente interpretando las
Escrituras desde un punto de partida singular: la soberanía del Dios
Creador, el cual es Espíritu, eterno e inmutable y de un ser (naturaleza)
totalmente distinto a toda Su creación.
Toda otra parte de la vida humana brota de su concepto de Dios.
Cualquier movimiento que no brote de esta fuente más profunda no
puede ser sino superficial, parcial y transitorio. Solamente aquellos
movimientos que tienen por su principio madre el concepto de lo
divino (a lo absoluto) ―son capaces de abarcar la vida en su totalidad y
poseer la permanencia requerida‖.3 Es solamente porque el calvinismo
posee un concepto definido de la relación entre lo infinito y lo finito
que pudo ―producir una forma de vida para la totalidad de la vida
humana‖.4 En nuestra apologética contra ideologías o cosmovisiones
rivales, tenemos que comenzar en la raíz. Para recuperar una vida
espiritual bíblica e íntegra para nuestra generación, familias, iglesias y
sociedades, es menester recuperar la visión calvinista de Dios y su
imparable aplicación personal para toda la vida.
TRES GRANDES PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Calvino no es el único portavoz de la fe reformada ni del
calvinismo, pero a lo mejor es el teólogo más influyente. El vio que el
conocimiento que debemos tener de Dios y el conocimiento que
tenemos de nosotros mismos están muy unidos y enlazados de modo
que el hombre no puede conocerse a sí mismo de verdad si
primeramente no llega a conocer a Dios. Resulta que el hombre
tampoco puede tener conocimiento verdadero de su mundo si primero
no conoce a su Creador. Calvino dice que ―es cosa evidente que el
hombre nunca jamás llega al conocimiento de sí mismo, si primero no
contempla el rostro de Dios y, después de haberlo contemplado,
Ibíd.
Ibíd., 24.
desciende a considerarse a sí mismo‖.5 Por eso, para el hombre hacer
un sistema de vida, consistente con la realidad, para la totalidad de la
vida humana, primero tiene que preguntarse: ¿Qué es Dios?
Calvino comienza su visión de la religión verdadera con dos
conceptos primordiales de Dios, los cuales han llegado a definir o a
formar al calvinismo hasta el día de hoy. Estos dos conceptos también
son los dos conceptos más fundamentales para toda la cosmovisión
calvinista. Sin ellos, el sistema colapsa. Estos principios son: Dios
como Creador y la soberanía de Dios. Un concepto adicional que
también se relaciona fuertemente con estos dos es la independencia de
Dios, el cual abarcamos al final del capítulo.
Dios como Creador
La relación entre lo finito y lo infinito ocupa un lugar central en la
historia de la filosofía y las religiones mundiales. El paganismo ha
producido el panteísmo, el cual tiene varias formas de expresión. En el
panteísmo puro no hay una distinción ontológica6 entre Dios y la
creación. El uno iguala al otro; son una misma cosa. Otro movimiento
parecido es el panenteísmo (pan + en + teísmo = todo está en Dios)
que afirma que Dios y el mundo son ontológicamente diferentes, es
decir, que Dios trasciende al universo, sin embargo, el universo está
―en‖ Dios ontológica y eternamente.7 Esto hace que Dios y el universo
no puedan sino coexistir, o que Dios tenga que haber creado al mundo
por necesaria consecuencia.
Hay otros movimientos que han identificado a Dios como un ser
trascendente, como por ejemplo, el islamismo, que postula un Dios tan
trascendente que su inminencia es rechazada.8 Dios a todos los efectos
5
Juan Calvino. Institución de la religión cristiana, vol. 1 (Barcelona: FELiRé,
1994), I.ii.1.
6
La palabra ontológica se deriva de ontología, la parte de una metafísica
que trata el ser.
7
John W. Cooper, Panentheism: The Other God of the Philosophers (Grand
Rapids: Baker Academic, 2006), 18.
8
El concepto de la trascendencia es que algo trascendente va más allá de
otras cosas; es decir, no está limitado por otras cosas, sino que lo penetra o
es un ser lejano y más allá del alcance de sus criaturas. La criatura no
tiene una relación personal con este Dios.9 La iglesia católica romana
tiene un concepto de Dios como un ser trascendente e inminente, pero
no es un Dios personal e inmediatamente accesible a la creación, sino
un Dios lejano que es accesible sólo por medio de la mediación de la
iglesia. Dios tiene una relación con su criatura sólo por medio de la
mediación mística de la ecclesia docens, es decir, la iglesia por medio
de su magisterium. Entre Dios y el hombre está la iglesia.
Los movimientos más influyentes en la modernidad como el
deísmo, el ateísmo o el existencialismo, en sus varias manifestaciones,
todos evidencian un concepto radicalmente opuesto al del calvinismo.
El deísmo no conoce un Dios personal ni involucrado. Es un Dios
―creador‖ que después de haber creado, no se involucra más en su
creación. Tal vez no le interesa. No podemos conocer a este Dios. Lo
mejor que podemos esperar es conocer a Dios por medio de la
naturaleza. Esta senda nos da inevitablemente marcha atrás al
paganismo. El ateísmo es esencialmente materialista, y sin duda, es
una filosofía monista, igual que el panteísmo. Con el ateísmo, una vez
más nos encontramos en el seno del paganismo antiguo con la nueva
cara moderna del laboratorio y el telescopio.
El existencialismo, el progenitor del posmodernismo actual, ha
revivido una cierta espiritualidad a un nivel global. Mientras que
algunos de sus más grandes defensores eran ateos o al menos
agnósticos, sus iteraciones modernas dejan abierta la posibilidad de
una deidad de una forma u otra. El posmodernismo ha mostrado que el
modernismo racionalista, con su ateísmo ciego, es una filosofía
arrogante y necia porque pretende explicar al universo en términos
puramente materialistas. Aseveran que por esta razón, el materialismo
es una filosofía reduccionista que no puede describir a la realidad de
una manera íntegra y aceptable.
El modernismo que Kuyper observó durante su vida no está
muerto. La verdad es que a pesar de los ataques en su contra, ha hecho
una valiente resistencia. Todavía existe hoy, por ejemplo, en la
lo supera. Algo que es inminente está cerca o pronto a pasar. En la teología,
la inminencia de Dios refiere su cercanía e involucramiento en su creación.
9
Ver Kuyper, 24.
mayoría de los laboratorios de las universidades más prestigiosas.
Ningún ingeniero civil puede permitirse el lujo de ser un relativista
posmoderno cuando diseña un puente. Tengo un amigo que estudia
para neurocirujano. Se espera que cuando él opere algún día un
paciente, no le diga, ―Bueno, para ti, el cerebelo está detrás en la parte
inferior del cerebro, pero para mí, está al otro lado‖. Las consecuencias
de su relativismo serían devastadoras. Nadie quiere que los relativistas
hagan puentes o cirugía consistentemente con su filosofía.
Pero en lo que respecta a la cultura en general y sus actitudes hacia
Dios y la vida humana, lo que era el modernismo de Kuyper ha llegado
a ser el posmodernismo de Albeto Camus y Jacques Derrida. Con el
posmodernismo, aun la espiritualidad ha visto un avivamiento en
nuestros días. Sin embargo, no es la espiritualidad del calvinismo, sino
del paganismo. Hoy día, el budismo, con su concepto ateo y monista
de Dios, ha ganado popularidad por medio de las grandes películas de
Hollywood y libros corrientes sobre espiritualidad por autores como
Osho.
En suma, todos estos movimientos nos llevan en principio a alguna
forma de paganismo. Sólo el islamismo y el romanismo preservan para
la humanidad un Dios ontológicamente distinto de su creación. El
problema es que su dios es tan impersonal que o el hombre no lo puede
conocer o que sólo lo puede conocer por medio de la mediación de
terceros. En cualquier caso, este concepto de Dios o hace que Dios sea
irrelevante o crea campo fértil para el misticismo.
Sólo el calvinismo trae un concepto poderoso, transformador y
libertador de Dios a la vida humana. Primero, plantea una distinción
radical y definida entre el Creador y la criatura. Este es el concepto
primordial de la religión calvinista. Calvino plantea un concepto de
Dios derivado de Su revelación personal en las Escrituras. El
posmodernismo plantea una espiritualidad vaga y ambigua. No
importa cual sea tu religión, tu fe o tu dios. Cualquier espiritualidad es
suficiente. Pero como Calvino observa, la religión verdadera debe
conformarse a la voluntad de Dios y a su verdad, porque ―Dios
siempre permanece en su ser del mismo modo, y que no es un
fantasma que se transfigura según el deseo y capricho de cada cual‖.10
10
Calvino, Institución, vol. 1, I.iv.3.
No existe la religión verdadera si ―no va acompañada de la verdad‖.11
Así el calvinismo está arraigado en la verdad objetiva de Dios en su
Palabra. Y la verdad primordial es que Dios es el Creador del universo
y el que define la realidad como tal mediante su Palabra.
La soberanía de Dios
El segundo concepto importante es la soberanía de Dios. Dios no
es como el relojero de los deístas: un Creador todopoderoso que crea al
mundo y después se aleja de él, dejando que se gobierne a sí mismo
por medio de leyes naturales impersonales. El Dios del calvinismo es
un Dios soberano que está involucrado de una manera activa y
providencial en toda su creación. El catecismo menor de Westminster
lo plantea sencillamente en su respuesta a la pregunta: ¿Cuáles son las
obras de providencia de Dios?: ―Las obras de providencia de Dios son
su muy santa, sabia y poderosa preservación y gobierno de todas sus
criaturas y todas las acciones de éstas‖ (CMW, P.11).
Henry Van Til observa que el principio primordial del sistema de
pensamiento calvinista es la soberanía directa y absoluta de Dios sobre
todas las cosas. Este principio no existe sin el concepto de Dios como
Creador. Si Dios no es el Creador, el mundo se gobierna por el azar o
por la fuerza bruta de los hombres. Pero dado que Dios creó al mundo,
lo gobierna también por el mismo poder con el cual lo hizo existir. Así
observa Van Til: ―Por soberanía el calvinista entiende el absoluto
derecho de Dios en gobernar al mundo y hacer lo que le plazca puesto
que Él es el Creador‖.12
Esta doctrina de la soberanía de Dios saca el destino del mundo de
las garras del azar y lo coloca en las manos de un Dios personal que se
ha revelado al hombre en su Palabra y que ama a su creación. También
hace que el mundo no se mueva según un principio frío e impersonal,
sino según el beneplácito de aquel por quien y para quien son todas las
cosas. Toda la creación pertenece a Dios y no hay ningún rincón en
ella que no le pertenezca. Es soberano sobre todo y todo lo declara
11
Ibíd.
CMW Catecismo menor de Westminster
12
Ibíd., I.v.1.
suyo. ―Primero,‖ asevera Kuyper, ―permanece la confesión de la
Soberanía absoluta del Dios Trino; porque de él y por él y para él son
todas las cosas‖.13 Todo está sujeto a su voluntad y gobierno soberano
a fin de que no hay ninguna esfera de la vida que no esté bajo su
autoridad. Esto hace que la religión no sea más antropocéntrica; es
decir, el mundo no existe para el hombre. La religión es por Dios y
para Dios y su gloria. Todo el mundo existe para él y se mueve según
su decreto eterno y su gobierno más santo y poderoso. Este concepto
llevó a una ética y un concepto de vida que incluye toda actividad
humana.
Soberana voluntad y soberano poder
La soberanía de Dios se puede separar en dos partes. Podemos
pensar en su soberana voluntad y su soberano poder. La voluntad de
Dios es su deseo, placer o agrado. La voluntad de Dios es su libre
poder de escogencia (Dan. 4:35; 6:18), el cual ejerce a favor de su
gloria y su creación, de una manera personal. Su poder es aquella
capacidad de Dios por la cual ejecuta su voluntad. Es su poder
omnipotente para efectuar sin fallar todo lo que él desea, tanto en la
creación como en la redención.
¿Hasta dónde se extiende la voluntad de Dios? Según la Escritura,
la voluntad de Dios se extiende a toda la vida, incluso:
1. Todo se deriva de la voluntad de Dios (toda la creación y su
preservación): Apocalipsis 4:11, ―Señor, digno eres de recibir
la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las
cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas‖.
2. Los gobiernos humanos se establecen por su voluntad:
Proverbios 21:1, ―Como los repartimientos de las aguas, así
está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que
quiere lo inclina‖ (ver también Daniel 4:35).
3. Cristo sufrió según la voluntad de Dios: Lucas 22:42, ―diciendo:
Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi
voluntad, sino la tuya.‖ y Hechos 4:27–28, ―Porque
13
Van Til, 51. http://www.contra-
mundum.org/castellano/libros/concepto/CCC04.pdf
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo
Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los
gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu
consejo habían antes determinado que sucediera‖.
4. La elección y reprobación se determinan según la voluntad de
Dios: Romanos 9:15ss, ―Pues a Moisés dice: Tendré
misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré
del que yo me compadezca …‖
5. La regeneración de los hijos de Dios: Santiago 1:18, ―Él, de su
voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que
seamos primicias de sus criaturas‖.
6. La santificación: Filipenses 2:13, ―porque Dios es el que en
vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena
voluntad‖.
7. Los sufrimientos de los creyentes son determinados por su
voluntad: 1 Pedro 3:17, ―Porque mejor es que padezcáis
haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que
haciendo el mal‖.
8. Toda la vida y nuestro destino se determinan por su voluntad:
Santiago 4:15, ―En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor
quiere, viviremos y haremos esto o aquello‖ (ver también
Hechos 18:21 y Romanos 15:32).
El soberano poder de Dios es su capacidad de efectuar o realizar
todo lo que él desea. La Biblia dice:
1. Deuteronomio 7:21ss: ―… No desmayes delante de ellos, porque
Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible …‖
(ver también Is. 1:24).
2. Jeremías 32:18: ―… que haces misericordia a millares, y castigas
la maldad de los padres en sus hijos después de ellos; Dios
grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre …‖
3. Salmo 115: ―… Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que
quiso ha hecho …‖
 4. Ver también: Job 9:4; 36:5; Sal. 24:8; Mt. 11:25; 28:18; 2 Cor.
6:18; 1 Tim. 6:15; Ap. 1:8; 22:5
Su voluntad y su poder son soberanos porque son supremos e
ilimitados en el sentido de que nada de esta creación los limita. Su
voluntad es solamente limitada por su propia naturaleza. Cuando yo
estaba en el colegio, mi profesor de geometría nos propuso un enigma
sobre la naturaleza de Dios, con el fin de poner en duda lo que
aprendíamos en nuestras iglesias. Dijo:
Si Dios es todopoderoso, puede hacer toda su santa voluntad.
¿Puede hacer una roca tan grande que no la puede levantar?
Sin duda, la idea es que si Dios fuera todopoderoso, sería
perfectamente capaz de crear una roca que no pudiera levantar. Pero, si
es todopoderoso, la debe poder levantar. Y si no la puede crear o no la
puede levantar, por lo tanto, Dios no puede ser todopoderoso.
Este tipo de enigma es espurio porque manifiesta una ignorancia
profunda de lo que la Iglesia cristiana ha creído acerca de Dios. El
poder y la voluntad de Dios son limitados por su naturaleza. Dios no
puede hacer una roca que no se pueda levantar, y tampoco desea
hacerlo, porque es algo en contra de su naturaleza. Su voluntad y su
poder son limitados por él mismo, no por ninguna cosa creada.
La independencia de Dios
Dios existe por sí mismo. Su vida y existencia son libres, distintas
e independientes de todo lo demás. En todo su ser y sus obras él no
depende de nada afuera de él. Ningún ser humano (y ninguna otra
criatura) puede decir eso. Piensa en ti mismo. Tú naciste y tu
existencia dependía de tus padres, los factores que influían en su
relación, matrimonio, etc. En realidad, tu existencia depende de
factores que se extienden muy al pasado. ¿Qué tal si tu tatarabuelo
hubiese muerto en la infancia y no hubiese conocido a tu tatarabuela?
Ni tú ni tu bisabuelo, ni tus abuelos ni tus padres habrían existido.
Dependemos de una cadena de eventos y factores fuera de nuestras
manos. También dependemos del agua, la comida, el aire, la medicina,
la educación y muchas otras cosas para sostener nuestra vida. Nuestras
personalidades son influenciadas por otras personas y nuestras
experiencias. Somos por naturaleza criaturas dependientes. En cambio,
Dios no depende de nada ni de nadie. El hecho de que Dios es
independiente en su ser, atributos, personalidad, obras, decretos,
voluntad, etc. tiene tres implicaciones importantes para nuestro
conocimiento de él: 1) Dios no es creado; 2) Dios es Señor; y 3) No
tiene necesidad de nada afuera de sí mismo.
Implicaciones de su independencia: Dios no tiene principio ni fin. No
hubo tiempo en el que Dios llegó a existir. Nadie lo formó, ni le dio
vida. Dios es autoexistente. Existe en y por sí mismo, sin la necesidad
de la ayuda de ninguna de sus criaturas. Esto significa que a pesar de
nuestra existencia, Dios en toda su gloria existe y vive y permanece
igual. Pablo dice en Hechos 17:24–25,
El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo
Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos
humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase
de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
El libro de Génesis simplemente presupone la eternidad de Dios y
su necesaria existencia cuando dice: En el principio creó Dios … Esta
realidad de la existencia de Dios forma parte del telón de fondo de
todo el relato bíblico. Si es Creador y no creado, como hemos visto
anteriormente, es el Señor soberano sobre su creación y en sí mismo es
autosuficiente. Él es la primera causa de todo lo que hay. Todo
depende de él, pero él no depende de nada. El efecto que este atributo
debe tener en nosotros es la comprensión de nuestra pequeñez e
impotencia natural. Como veremos más a fondo en el capítulo seis,
todos los hombres tienen plasmados en su ser por naturaleza el
conocimiento de Dios, a saber, su eterno poder y deidad (Rom. 1:20).
Esto también dice el Predicador cuando afirma que Dios ―ha puesto
eternidad en el corazón‖ del hombre (Ecl. 3:11). El hombre mide su
existencia en contraste con la de Dios. Es así que el hombre
comprende de verdad su propia mortalidad y dependencia de su
Creador. Este hecho debe crear en nosotros una humildad profunda al
contemplar la eternidad e independencia de Dios.
OTROS ATRIBUTOS DE DIOS
Estos no son los únicos atributos importantes para nuestro
concepto de Dios. También existen otros atributos, los cuales los
teólogos han llamado atributos incomunicables, es decir, que
reconocemos que siendo Dios un ser totalmente distinto de su creación
que no comparte la naturaleza de su creación, tiene ciertos atributos
que son propios de la deidad. Estos son la esencia de la naturaleza de
Dios. Él no las comparte con ninguna criatura ni ningún otro elemento
en toda la creación, ni tampoco puede.
Estos atributos incluyen su inmutabilidad, es decir, Dios es un ser
que no cambia. Es el mismo ayer, hoy y para siempre (Heb. 13:8). La
infinidad de Dios se refiere a su eternidad con respecto al tiempo y su
inmensidad respecto al espacio. Dios es eterno y no habita ni se limita
por el tiempo, como nosotros. El tiempo es una creación de Dios,
creada en el principio con el mundo. Dios tampoco se limita por el
espacio. Es inmenso, es decir, que no tiene dimensiones ni
limitaciones corporales. Dios está en todas partes, no como una gran
cobija que se extiende sobre el universo, sino que Dios está en todas
partes, en la totalidad de su ser y al mismo tiempo.
Finalmente, Dios es simple y unido, es decir que Dios es espíritu y
no está formado de partes, como nosotros. Tampoco está formado de
varios atributos, como amor o justicia. Dios no posee amor, sino que
es amor. Dios no posee justicia, sino que es justo. En otras palabras,
Dios es sus atributos, no está compuesto de ellos. Él es unido, uno solo
y no divisible. Las limitaciones del espacio no nos permiten entrar en
un análisis de estos atributos a fin de aplicarlos a nuestra cosmovisión.
Son importantes y merecen más estudio y meditación. Me veo
obligado a dejártelo a ti, mi lector, como tarea.
UNA PERSONA REVELADA
Sin duda, todo lo que hemos dicho aquí acerca de Dios representa
un concepto único de Dios. Pero es una pregunta legítima, ¿Cómo
podemos saber que estas cosas son verdaderas? La visión unista dice
que Dios es nada más que una fuerza impersonal, lo cual hace
imposible que lo conozcamos, porque él no podría ser conocido sino
como otro fenómeno de la naturaleza. En ese caso, no sería Dios, sino
alguna fuerza natural superior, sea cual sea la descripción que le
diéramos. Pero Dios puede ser conocido, porque en primer lugar Dios
es un ser personal. Los seres personales se pueden conocer, pero no de
la misma manera que conocemos o estudiamos un objeto en la
naturaleza, como una roca o la luz que emana de las estrellas.
Estudiamos estas cosas, pero no tienen una vida interior. En cambio,
todo ser personal sí tiene una vida interior. Puesto que Dios es un ser
personal, con personalidad, pensamientos, deseos, y sentimientos,
estas cosas pueden ser transmitidas y conocidas por otros seres
personales. Pero, ¿cómo podemos conocerlo? Conocemos a Dios de la
misma manera fundamental en la que conocemos a otros seres
humanos, a saber, mediante una revelación personal.
Toma por ejemplo el caso de un amigo tuyo, pongámosle el
nombre de Pedro. Tú puedes estudiar a Pedro, examinar su cuerpo,
tomar sus medidas, sus huellas, y apuntar los otros datos personales,
tales como el color de su pelo, sus ojos, su fecha de nacimiento, su
estatura, etc., pero no obstante, aún así no puedes decir que conoces a
Pedro. Sabes mucha información objetiva de él, pero no le conoces
porque es un ser subjetivo y personal. Puedes escanear la actividad
cerebral, pero así no podrás conocer sus pensamientos. Tampoco
tendrías ninguna idea de la cualidad de su existencia, a saber, cómo se
siente ser él. Pero no es imposible conocer estas cosas, si Pedro mismo
te las da a conocer. Esto lo hace por medio de una revelación personal
de sí mismo. Pedro se te revela a ti por medio del don del lenguaje.
Hablándote, te comunica información íntima de su ser, de su vida
interior, de su experiencia de existencia. Solamente por medio de esa
revelación puedes decir que le conoces.
Siendo Dios un ser personal, él mismo tiene que revelarse a
nosotros para que le conozcamos, o no puede ser conocido de verdad.
Pero el caso de tu amigo Pedro es solamente una analogía con Dios,
porque Pedro es un ser humano, visible, tangible y parte de esta
creación, o en otras palabras, una parte de este sistema creacional.
Como hemos notado, Dios es un ser invisible, espiritual, no creado y
no es parte de este sistema creacional, mas bien, existe fuera de él y
tiene una existencia independiente y absolutamente diferente del orden
creacional. ¿Cómo podemos nosotros conocer algo que no forma parte
de este orden creacional? Conocemos por medio de los cinco sentidos,
los cuales son diseñados para conocer la creación. ¿Qué capacidad
tenemos por naturaleza de acceder a algo que no pertenezca a la
creación? La respuesta es obvia. No tenemos ninguna capacidad
natural de hacerlo. Si vamos a conocer a Dios, tiene que ser mediante
un medio creacional. Pero dado que Dios no es creacional, sino que
trasciende la creación, es lógico suponer que no puede ser conocido
mediante nuestros cinco sentidos. Por eso, Dios nos es por naturaleza,
incognoscible. Si esto es cierto, ¿Cómo puedo estar seguro de que yo
puedo saber qué clase de ser es Dios? Respondemos que Dios es
incognoscible, pero a la vez cognoscible mediante su propia revelación
de sí mismo a nosotros.
Dios es un ser ontológicamente distinto de toda la realidad creada.
Esto queda claro. Pero esto significa que el ser humano es incapaz, por
naturaleza, de entender, explicar o concebir a Dios tal como es. Porque
Dios es espíritu e infinito y nosotros somos seres creados físicos y
finitos, sería imposible conocer a Dios, porque no somos capaces de
trascender lo creado, como ya hemos visto. Pero Dios ha trascendido
nuestras limitaciones hablándonos de una manera que corresponde con
nuestras capacidades creacionales. Esto ha hecho en su Palabra y en su
Hijo, Jesucristo. Sin embargo, aunque podemos conocerlo por estos
medios, debido a nuestras limitaciones creacionales (tanto físicas
como espirituales), no podemos conocerlo a fondo o perfectamente. Lo
mismo que nuestro amigo Pedro no nos va a revelar todo lo que piensa
y siente, y no tenemos ningún medio para acceder a ese conocimiento,
Dios sólo se revela a nosotros en la medida que él quiera, conforme
con su propia voluntad soberana. Pero Dios sí se ha revelado a su
criaturas racionales, a saber, a nosotros, de tres formas: en la creación,
en su Palabra y en su Hijo, Jesucristo.
Primero, Dios ha plasmado las señales de su gloria y poder divino
en todas las obras de sus manos de modo que los hombres, según
Calvino, no pueden abrir sus ojos sin verse forzados a verlo.14 Dios ha
hecho posible que nosotros le conociéramos. Dios es el Creador sin ser
parte de su creación y sin que la creación sea una parte de él. Pero sí se
revela por medio de sus obras. También se revela por su Palabra a fin
de que podamos conocerle, no perfectamente, pero suficientemente
para la salvación. Esta revelación escrita es de primera importancia,
pero no la vamos a ver en detalle hasta el próximo capítulo.
En resumen, este concepto de un Dios Creador personal que se
revela en y por medio de su creación a sus criaturas racionales, por las
obras de sus manos y su Palabra, distingue al calvinismo de todas las
demás cosmovisiones y religiones en el mundo. Para el calvinismo
durante y después de la Reforma Protestante, fue la recuperación de la
primacía de las Escrituras lo que le dio tanta potencia como una fuerza
mundial e histórica, porque ellas ubicaron al calvinismo en una
14
Kuyper, 58.
cosmovisión en armonía con la realidad de la existencia del ser
humano en el mundo. Para ver la suma importancia de la Biblia como
la revelación personal de Dios a nosotros los seres humanos, ahora
prestemos atención.
EN BUSCA DE LA OBJETIVIDAD
LA CUESTIÓN DE LA ESCRITURA (O DE LA REVELACIÓN) tiene que ver
con la cuestión de la significación, la autoridad y el conocimiento. La
doctrina calvinista de la Escritura es también el fruto lógico de la
doctrina de Dios.
Primero, tenemos que reconocer unas verdades:
1. Todos los hombres buscan el significado de la vida y de toda
actividad humana. No hay meros hechos,1 como nos recuerda
Van Til, sino solo hechos interpretados. Esta interpretación que
damos a la vida y a nuestras actividades sociales y culturales es
el significado de la vida humana. ¿Cómo se determina este
significado?
2. Todos reconocen que para asignarle a algo o a alguien un
significado y una identidad, debe poseer autoridad para
hacerlo. ¿Qué es la fuente de autoridad para que interpretemos
la vida? ¿Qué es la fuente de la verdad?
3. Ningún hombre es capaz de escapar a la subjetividad de su ser.
La vida interior del hombre es por naturaleza subjetiva, o en
lenguaje técnico, tiene una ontología de primera persona. En
1
Un mero hecho es un hecho en la realidad que simplemente es. En cierto
sentido, sí podemos hablar de meros hechos. Por ejemplo, la roca que está
en la calle fuera de mi casa simplemente existe a pesar de mi conciencia de
ella o de mis creencias sobre ella. Pero lo que Van Til quiere decir es que no
hay hechos sin interpretación humana. Nosotros siempre interpretamos los
datos sensoriales que nuestra mente percibe. Y los interpretamos conforme
con nuestra cosmovisión.
 otras palabras, vemos las cosas desde nuestra perspectiva. ¿Es
posible evitar el relativismo o el escepticismo?
Es importante contrastar la importancia de la Revelación de Dios y
su necesidad para la vida humana con las teorías rivales. La respuesta
cristiana no es la única y en la actualidad se va perdiendo prestigio en
la cultura. La Biblia, en particular, se ha visto cada vez más atacada,
ignorada y arrinconada. Cuando estaba en mi último año de colegio,
mi profesor de literatura nos dijo que en años pasados, enseñaba la
Biblia como el libro fundamental para entender la literatura occidental,
y como un ejemplo de literatura clásica. Él no era creyente, que yo
sepa, pero sí entendía el valor de la Biblia como un poder cultural. No
obstante, nos dijo que ese año había modificado su plan anual y
sustituido la Biblia con la Odisea de Homero. Tuvo que hacer esto
porque una madre se había quejado. La ironía es que en una clase de
literatura occidental clásica, no se nos permitió examinar el libro que
dio a luz a la cultura occidental.2 El mismo libro que formó la cultura
en la vivimos es hoy en día abandonado, rechazado y prohibido. Este
es el camino hacia el suicidio cultural.
¿Por qué es tan importante la Biblia para nuestra cosmovisión? A
fin de contestar esta pregunta, vamos a dar un paseo por la historia.
Comenzamos con el nacimiento del modernismo.
DE DESCARTES A LA DEMENCIA
La historia del modernismo es que arrebató el significado de la
realidad de las páginas de las Escrituras (como Revelación
independiente de Dios) y la colocó en la mente o la razón humana.
Esto representa un punto de partida radical en la historia del mundo.
Para examinar su significado, consideramos dos representantes del
modernismo: René Descartes y John Locke.
René Descartes
2
Para un estudio a nivel popular sobre la influencia de la Biblia en la cultura
occidental, véase Vishal Mangalwadi, El libro que dio forma al mundo: Cómo
la Biblia creó el alma de la civilización occidental (Nashville: Grupo Nelson,
2010).
René Descartes nació en el año 1596 y murió en 1650. Durante sus
54 años de vida, plasmó su sello por siempre en la vida del
pensamiento de la raza humana. Descartes desarrolló su concepto de la
mente humana durante toda su vida. Descartes creía que había
solamente dos sustancias: la materia y el alma. Su doctrina se llama el
dualismo cartesiano y postula que solamente existen dos sustancias:
una sustancia extensa (res extensa) y una sustancia pensante (res
cogitans). La sustancia pensante es el alma, es indestructible y
sobrevive la muerte del cuerpo. Tu cuerpo es materia y no es pensante.
Tu cuerpo no tiene en sí conciencia, sino que es más parecido a una
máquina como tu carro o tu reproductor de música. Tú eres idéntico
con tu alma y sólo habitas un cuerpo. La mente, para Descartes, es una
sustancia incorpórea, sin extensión en el espacio. No tiene geometría,
peso, o ubicación exacta. Es inmaterial. El cuerpo, en cambio, es
material y por lo tanto, no puede ser identificado con la mente.
Para Descartes, cada uno de nosotros es una mente y todos
nosotros conocemos el contenido de nuestra propia mente. Yo tengo
una mente, una conciencia. De esto estoy seguro. Pero, ¿cómo puedo
estar seguro de que tú tienes una mente como la mía? La manera más
común de resolver este problema es por analogía con otras mentes. Yo
tengo una mente y yo me comporto de una cierta forma. Aunque no
tengo acceso a tu mente, puedo observar tu conducta. Y de tu
conducta, porque se parece a la mía, yo infiero que tú también tienes
una mente. Esto se llama el argumento de analogía. Mientras que yo
creo que estos conceptos de Descartes son terriblemente equivocados,
dan un contexto importante para su concepto de ideas.
Descartes también creía que existen dos tipos de ideas, las ideas
innatas y las derivadas. El conocimiento de las innatas no depende de
la experiencia, sino nacemos con estas ideas plasmadas en nuestra
mente, la cual es creada por Dios y en su forma más pura,
independiente del cuerpo y de la observación. Ideas innatas son ideas
como la existencia de Dios, la estructura de la realidad, nuestro libre
albedrío que intrínsecamente busca el bien o la estructura del
lenguaje.3 Las ideas derivadas son aquellas ideas que aprendemos por
3
Esta filosofía se llama nativismo y ha sido influyente en la filosofía del
lenguaje. Algunos filósofos como Noam Chomsky han dicho que poseemos
habilidades o capacidades heredadas que permiten que uno adquiera otras
medio de la experiencia. Estas nuevas ideas aprendidas dependen de la
experiencia y un complejo de ideas innatas que nos capacitan a crecer
en nuestras habilidades.
Le importaba bastante la cuestión de qué es verdad. La verdad es
algo que uno tiene que probar por la razón humana. Por ejemplo,
Descartes afirma que puede saber que existe porque piensa.
Famosamente dijo que sabe que existe porque puede dudar, y aunque
puede dudar de todo, no puede dudar de su misma existencia. Su
argumento más famoso es cogito, ergo sum, (pienso, luego soy). La
verdad, según Descartes, es aquello de lo que no podemos dudar como
cierto, es decir, aquello que se sabe sin lugar a dudas. Y lo que no
puedo dudar nunca es la existencia de mi mente. La filosofía de
Descartes se llama el racionalismo porque depende del conocimiento
de la realidad de la razón humana.
John Locke
John Locke nació el año 1632 y desarrolló la filosofía del
empirismo. Él y Descartes se parecen mucho, pero discreparon acerca
de la cuestión de las ideas, que si nacemos con ideas innatas o no.
Locke asevera, al igual que Aristóteles, que nacemos ―páginas en
blanco‖, es decir, sin conocimiento innato alguno. Todas nuestras
ideas sobre el mundo son derivadas, conseguidas por medio de la
experiencia. El subraya el nexo entre la razón y la experiencia, la cual
es la fuente del conocimiento humano. Según Locke, ―No hay nada en
el entendimiento que antes no haya estado en los sentidos, excepto el
entendimiento mismo‖. Las ideas proceden de dos lugares: 1) de
sensaciones (las cuales son nuestro sentido externo, o los cinco
sentidos) y 2) de reflexión (o el sentido interno, la interpretación de los
datos que recibimos por los cinco sentidos). Para Locke, el primer
principio de la verdad es atenerse a la realidad de las cosas, la cual se
conoce por medio de la observación empírica, entendidas por medio de
la razón. Al final, para Locke, ―la facultad del conocer no es la mente
habilidades, tales como el lenguaje. Por ejemplo, ocupamos del lenguaje
para adquirir la alfabetización.
ni los sentidos, sino la consciencia‖4 y el contenido de esta consciencia
son las ideas.
Aunque los dos creían que existe una verdad segura, absoluta y
cognoscible, esa verdad sólo se puede conocer estrictamente por medio
del uso de la razón humana. Con estas filosofías, el conocimiento de la
verdad dio un paso, en la modernidad, hacia adentro. Como observa
Celedonio Ramírez, ―para todas las filosofías modernas es
extremadamente difícil determinar si algo existe fuera de la mente‖.5
Debido a esto, No se tardó mucho en poner en duda la verdad
misma con base en la inestabilidad de la mente humana y la
percepción.
David Hume e Imanuel Kant
La pérdida de la objetividad, metiendo al hombre dentro de sí
mismo en la búsqueda de la verdad, no pudo sino producir un
escepticismo fatal con respecto a la verdad. El filósofo Hume se
conoce como el filósofo del escepticismo. Hume postula que la
consciencia es a la vez ―la realidad cognoscente y la realidad
conocida‖.6 Esto significa que no hay una realidad independiente de la
consciencia. ―Fuera de la realidad, nada puede conocerse, y, por tanto,
nada debe postularse‖.7 Aquel que conoce y lo conocido son una
misma realidad. En este sistema, la consciencia llega a ser autónoma y
absoluta. Lo que se conoce, por lo tanto, no es algo en sí mismo, sino
sólo los diferentes movimientos o estados de la consciencia.
Kant había hecho una distinción entre la ding an sich, la cosa en sí
misma (noumena), y esa misma cosa en la medida en que se presenta
ante nuestra consciencia (phenomena). La cosa en sí misma no es
cognoscible, sino solo en cuanto nos es inmanente en nuestra
consciencia. Por lo tanto, son solo los phenomena que podemos
4
Celedonio Ramírez, El ideal del hombre en el pensamiento occidental (San
José: La Editorial Universidad Estatal a Distancia, 1998), 126.
5
Ibíd.
6
Ibíd., 127.
7
Ibíd.
conocer.8 Hume rechaza esta distinción y reduce todo a la consciencia
como lo que conoce y lo conocido. En esto, Hume niega cualquier
realidad más allá de nosotros mismos. Tal vez se pueda decir que Kant
lo hace también en la práctica, puesto que una realidad más allá de
nosotros (noumena) no se puede conocer y por ende es una realidad
puramente teórica.
El resultado de la filosofía de Hume es que la consciencia no puede
ofrecernos una verdad absoluta, sino solo una representación subjetiva
presente, lo cual significa que no tienen validez científica, pues no
pueden decirnos nada de lo futuro y no tienen universalidad ni
necesidad.9
Con esta filosofía, Hume propone una forma de solipsismo, la idea
de que no puedo estar seguro de otra cosa que de la existencia de mi
propia mente.10 Lo que me rodea es básicamente incognoscible, como
una representación o emanación de mis propios movimientos mentales
o de mi consciencia. Por esa razón, sólo puedo estar seguro de que yo
existo. Lo que esto significa es que nada se puede conocer con
absoluta seguridad. Estamos atrapados en la cárcel de nuestra propia
subjetividad y no podemos conocer con absoluta certeza nada
concerniente al mundo exterior que experimentamos.11 Tampoco
podemos postular con certeza que el futuro será igual que el presente,
porque la realidad de lo que conozco depende de mi consciencia y por
tanto la regularidad de la experiencia se pierde. Con esto, Hume
destruyó la objetividad y todo lo que de ella depende. Con Hume no
hay universalidades—todo es subjetivo.
Ahora la pregunta es: ¿Qué podemos conocer con respecto al
mundo externo? ¿Podemos conocer una verdad más allá de nosotros?
No, o por lo menos, no creo. Este escepticismo últimamente nos lleva
al existencialismo. Dios, como ser absoluto y necesario más allá del
8 Richard Kroner, “Existentialism and Christianity,” Encounter 17, no. 3
Ibíd., 128.
9
Ibíd., 130.
10
Yo digo que Hume fuera solipsista, sino que su escepticismo tiende al
solipsismo.
11
Ibíd., 134.
hombre, necesariamente desaparece. El significado del hombre y de su
mundo se define por el coraje de ser—el hombre define su propio
significado por medio de sus acciones en el mundo. Quiero referirme a
Jean Paul Sartre como representante del existencialismo y del
posmodernismo actual.
Jean Paul Sartre
El existencialismo representa el movimiento par excelance de
cambio de ―la búsqueda de la verdad‖ a ―la búsqueda del significado‖.
Al hombre ya no le interesaba más la verdad como tal, sino el
significado de la vida. Habiendo declarado que Dios estaba muerto, la
verdad objetiva ya no podía ser el fundamento del significado de la
vida, sino el hombre mismo—el individuo con el coraje de ser.
El existencialismo fue primeramente desarrollado por el filósofo
Soren Kierkegaard en el siglo 19.12 Pero Kierkegaard no hizo la
existencia misma el principio de una nueva filosofía. Esta tarea
pertenecía a filósofos como Heidegger, Sartre y Camus. Nos
enfocamos en Jean Paul Sartre porque según la opinión de este autor,
él da expresión más clara al existencialismo y al posmodernismo
actual.
Jean Paul Sartre nació en el año de 1906, hijo de un oficial de
marina.13 Mientras estudiaba en École Normale Supérieure en París,
Sartre se vio cautivado por la filosofía de Henri Bergson y más tarde
por la de Husserl y Heidegger.14 Tenía una relación que duró 51 años
con la feminista célebre Simone de Beauvoir. Un autor describe esta
relación como ―una relación de amor y lealtad profundos‖.15 No
obstante, Sartre nunca quiso casarse con ella y no le era fiel tampoco.
Ella era, en las palabras de Sartre, su ―privilegiada‖ entre muchas. Una
autora feminista fastidiada por esta actitud hacia las mujeres pregunta:
12
(1956): 219–243.
13
Saniel Enoch Stumpf, Socrates to Sartre: A History of Philosophy, 6th ed.
(New York: McGraw-Hill, 1999), 472.
14
Ibíd.
15
Ibíd., 475.
―¿En qué consiste la libertad de las mujeres dentro del harén?‖ Sartre
escribió su obra maestra, Being and Nothingness (El ser y la nada) en
1943 y durante su vida es responsable por más de 30 obras
adicionales.16
El principio madre del existencialismo de Sartre es su postulado
que ―la existencia precede a la esencia‖. La existencia es un fenómeno
subjetivo. La consciencia del hombre es la consciencia del mundo y la
de sí mismo también.17 Esto es un subjetivismo radical. Existimos
antes que nos definamos. No somos nada hasta que nos definamos, y
porque somos ―condenados a libertad‖, no tenemos excusa: no
podemos sino definir nuestra esencia en este mundo. No hay nada
fuera de nosotros que nos pueda definir. El hombre existe antes que
sea. Sartre mismo dice: ―El hombre no es otra cosa que lo que haga de
sí mismo‖.18 El hombre posee un poder soberano para crearse a sí
mismo y este poder es al fin y al cabo una aniquilación del ser, una
lucha continua camino a la autoerradicación y por lo tanto, una
autocreación. No hay ninguna naturaleza humana porque el hombre es
condenado a inventarse continuamente. Sartre dice:
… el ser humano sin ningún apoyo ni socorro, está condenado a cada
momento a inventar al hombre. En un hermoso artículo, Ponge ha
dicho: ―El hombre es el porvenir del hombre‖. Esto es perfectamente
exacto … Si se entiende que—cualquiera que sea el ser humano de
que se trate—hay un porvenir virgen, un porvenir por realizar,
entonces esto es exacto. En tal circunstancia, sin embargo, uno está
desamparado.19
16
Ibíd.
17
http://es.wikipedia.org/wiki/Jean-
Paul_Sartre#.C2.ABLa_existencia_precede_a_la_esencia.C2.BB
18
Jean-Paul Sartre, Existentialism and Human Emotions (New York:
Philosophical Library, 1957), 15.
19
Jean-Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo (San José: Editorial
Guayacán Centroamericana, 1997), 50.
El hombre vive en un mundo sin Dios y sin significado objetivo
externo. Tiene que crearse a sí mismo. No entra en este mundo
preprogramado. Es su tarea definir su ser y crear de la nada lo que
será. El problema es que siempre está metido en esta tarea porque
nunca la realizará totalmente o perfectamente y el único impedimento
de esta tarea es: los demás y la muerte. El hombre es soberano sobre su
existencia y porque Dios no existe, nada existe, es decir, no hay
significado anterior o exterior al hombre hasta que el hombre lo haga.
El hombre, por lo tanto, en su tarea de crearse a sí mismo, tiene la
tarea de ser Dios. Sartre dice:
Y si el hombre posee una comprensión preontológica del ser de Dios,
esta no le es conferida ni por los grandes espectáculos de la
naturaleza ni por el poder de la sociedad, sino porque Dios, valor y
objetivo supremo de la trascendencia, representa el límite
permanente a partir del cual el hombre se hace anunciar lo que él
mismo es. Ser hombre es tender a Ser Dios; o, si se prefiere, el
hombre es fundamentalmente deseo de ser Dios.20
Rousas J. Rushdoony está en lo correcto cuando observa que Sartre
le asigna la tarea al hombre de alcanzar la divinidad y casi le atribuye
una naturaleza, algo que insiste en que el hombre no posee. Para evitar
este problema, Sartre simplemente le atribuye al hombre una ―nada
entre el hombre y su meta‖.21 En otras palabras, el hombre está
continuamente evolucionando, nunca llegando a la meta y
constantemente redefiniéndose de modo que el hombre que ayer fue
culpable de un delito no es el mismo hombre que contemplamos hoy.22
La soberanía del hombre y su divinidad fueron expresados con
mayor claridad en el poema de W.E. Henley, Invictus:
20
Jean-Paul Sartre, El ser y la nada, versión electrónica:
http://www.scribd.com/doc/3194947/JeanPaul-Sartre-EL-SER-Y-LA-Nada,
p.347.
21
Rousas John Rushdoony, The One and the Many (Vallecity: Ross House
Books, 2007), 334.
22
Ibíd., 335.
 Desde la noche que me cubre
Tan negra como el abismo de polo a polo
A los dioses que existiesen agradezco
mi alma invencible
Del zarpazo feroz de la Circunstancia
No he retrocedido ni he clamado
Bajo los garrotazos del azar
sangrante, mas erguido he quedado
De lágrimas e ira más allá
surgen penumbras de horror
y aun de los años la amenaza
Me halla y hallaráme sin temor
No importa que tan estrecho el portón
Ni de castigos mil el libro llenó
Soy el dueño de mi destino
El capitán de mi alma soy yo
Hay innumerables problemas con esta filosofía, pero uno de los
más notables es el problema que tiene con el otro. El problema del
existencialismo es el otro. Si el individuo es soberano, el moldeador de
su universo, el capitán de su alma, ¿qué hay de los demás individuos y
de la sociedad misma? Naturalmente llegan a ser tus rivales, tus
enemigos. En su obra ―A puerta cerrada‖, los protagonistas son
lanzados a una pista sin salida de paradójica convivencia en soledad.
En la obra esto debe entenderse como el infierno. Todos los personajes
son representados como ―muertos vivos‖ y cada uno es juzgado por la
mirada de los demás y no hay nada que ninguno pueda hacer como
para escapar de la mirada de los otros. En la obra el protagonista
Garcín descubre que ―el infierno son los demás‖.
Todas esas miradas que me devoran … (Se vuelve bruscamente.)
¡Cómo! ¿Solo sois dos? Os creía muchas más. (Ríe.) Entonces esto
es el infierno. Nunca lo hubiera creído … Ya os acordaréis: el azufre,
la hoguera, las parrillas … Qué todo tontería eso … ¿Para qué las
parrillas? El infierno son los demás.23
23
Jean-Paul Sartre, A puerta cerrada, versión electrónica:
http://www.scribd.com/doc/37829242/Jean-Paul-Sartre-A-Puerta-Cerrada,
p.34.
Y según la protagonista Inés, ella está muerta, lo cual significa que
―estamos juntos para siempre‖.24 Mi absoluta soberanía es amenazada
por la absoluta soberanía de los demás. No podemos sino luchar contra
los demás por dominio en este mundo o darnos por vencidos y dejar
que los demás nos juzguen y nos definan. John T. Mullen lo explica
bien:
Todo esto sólo significa que el ―mundo‖, inclusive el mundo dentro
de mí mismo, es un campo de batalla, sobre el cual se manifiesta la
lucha continua entre todos los demás y mí. Es una lucha por el
dominio interminable sobre este mundo.25
Esto es el fin del hombre dejado a sí mismo: el nihilismo,26 la
lucha continua contra el prójimo y la falta total de sentido. ¿Qué razón
hay de vivir? Pero, al mismo tiempo, ¿Qué aprovecha quitarse la vida?
El existencialismo nos deja sin razón de vivir y sin razón de morir. La
vida es al fin la nada. Shakspeare entendió esto cuando Macbeth dice:
Mañana, o mañana, o mañana
se cuela, con pequeños pasos, día a día,
hasta la sílaba final del tiempo prescrito.
Y todo nuestro ayer iluminó a los necios
la senda polvorienta que lleva a la muerte. ¡Extínguete, fugaz
candela!
La vida es sólo una sombra errante, un pobre actor
que se pavonea y retuerce una hora sobre la escena
y después calla para siempre. Es una historia
contada por un idiota, llena de ruido y de furia,
que nada significa.27
24
Ibíd., 35.
25
John T. Mullen, “Learning from Sartre,” First Things June/July, no. 44
(1994): 45–48.
26
El nihilismo es la filosofía que sugiere la negación del ser o de uno mismo,
pues la vida carece de todo significación.
27
William Shakespeare, Macbeth, acto 5, escena 5 (Alicante, 2005) versión
electrónica:
 Esto es fin lógico del modernismo y su hijo, el posmodernismo.
Mientras que el modernismo pretendía conocer la verdad
independientemente de Dios, con base en la razón humana, perdió no
tan solo la verdad, sino también la humanidad. La vida humana se
convirtió en una lucha, el hombre contra su prójimo, en la lucha por el
dominio, el uno sobre el otro. El coraje de ser de Sartre es nada más
que la voluntad de poder de Nietzsche.
El poder del calvinismo
El poder del sistema calvinista se halla en su búsqueda de la verdad
fuera del hombre, en algo más allá de su ser y razón. El calvinismo la
encontró en la Escritura, la Palabra de Dios, el Creador y Soberano
sobre la creación. Este hallazgo es lo que le prestó al calvinismo su
potencia como una cosmovisión poderosa. Es lo que le dio al hombre
en las tierras calvinistas su libertad personal y religiosa. Es lo que
libertó al hombre de la mano opresora de los más poderosos que él y
colocó al Estado en una posición de siervo de Dios y del hombre. Este
principio limitó el poder de los poderosos y levantó a los débiles,
colocando a todos los hombres en el mismo nivel delante de Dios. Este
principio también dio pie a la gran revolución industrial que
transformó al mundo. El modernismo y el posmodernismo, aunque
están en conflicto con respecto a su concepto de la verdad, ambos
hunden al hombre dentro de sí mismo a fin de relativizar la verdad y el
significado de la vida. En cambio, el calvinismo halla en la Palabra de
Dios un punto de referencia objetivo fuera de y más allá del hombre,
un punto de referencia que interpreta la vida, da sentido a la realidad y
fija el rumbo para la vida humana y la sociedad. A fin de entender la
importancia de la Escritura para el calvinismo y su cosmovisión,
consideramos una analogía.
LA ANALOGÍA DEL BARCO
El hombre moderno es como un marinero atrapado en el casco de
su barco, sin ventanas y sin compás. El marinero tiene control del
timón del barco y puede dirigirlo a donde quiera. El problema que
http://www.cervantesvirtual.com/buscador/?q=Macbeth&x=0&y=0&f[cg]=
1 Van Til, 163.
tiene es que no puede ver las estrellas para marcar el norte y porque no
tiene compás, tampoco puede guiarse por ese método. Lo único que
tiene es su instinto. Piensa que va bien, pero no sabe de verdad en qué
dirección va. Su único punto de referencia es su impresión subjetiva y
personal. Va al este, pero siente que va al sur. Según él piensa, no
importa adónde va. Es suficiente que él crea que va bien. Si el
marinero llega a su destino es por pura suerte. Pero, la realidad es que
sin duda su barco o sufre naufragio o choca con otro barco en alta mar.
Un marinero metido en su barco sin un punto de referencia objetivo
fuera del barco, sufrirá la destrucción total de su barco y toda la
tripulación.
A fin de navegar el mar y llegar a su destino deseado, el marinero
requiere de algún método por el cual pueda determinar su dirección, ya
sean las estrellas o un compás. Sin ningún punto objetivo que le guíe o
se pierde en alta mar o muere en el arrecife de la vida.
El calvinismo señala algo sobre y más allá de sí mismo. Sólo con
un punto de referencia objetivo podemos conocer a Dios de verdad,
conocernos a nosotros mismos y nuestra relación con el mundo que
nos rodea. De otro modo, el hombre se pierde en la subjetividad de su
propio barco y el mundo deja de tener un significado objetivo. En un
mundo sin significado objetivo, el único significado que hay, es el que
asignan los poderosos por medio de la pura fuerza y el hombre pierde
su libertad y humanidad y se hace esclavo al más poderoso.
La Biblia, como la Palabra del Dios soberano, dio forma a la
cultura calvinista. El calvinismo nunca creyó que la Biblia fuera un
texto de ciencia, historia, arte o política. Sin embargo, reconoció que el
Dios que creó al mundo nos dejó una revelación de sí mismo, cuyos
principios y leyes deben regir en toda esfera de la vida. Es autoritaria
sobre toda esfera de la vida, porque su Autor es soberano sobre toda su
creación. La Biblia contiene la Verdad objetiva y es el fundamento de
la interpretación de la vida humana. Si los hechos tienen que ser
interpretados, ¿qué ley universal hay que provea la mejor
interpretación de ellos?28 El calvinismo encontró esa ley universal en
la Palabra de Dios. Van Til observa:
28
 Por lo tanto, no existe un punto de partida neutral, puramente teórico,
en la filosofía ni en la cultura como un todo. El intento del hombre
por entrar en la totalidad del significado no surge a partir del
pensamiento científico autosuficiente, sino de las profundidades
religiosas del corazón, el cual no puede ser neutral. Ningún hombre
puede salirse de su propia piel; esto es, nadie puede librarse de la
subjetividad del ser interior. No obstante, el hombre necesita un
punto de observación por encima de la diversidad en el cosmos, un
punto que en sí mismo trascienda el pensamiento teórico.29
Para el calvinismo, la subjetividad de la existencia humana es
superada por la objetividad de la revelación divina. Ningún otro
sistema de vida y pensamiento localiza la verdad y el significado
afuera de sí mismo como el calvinismo. Por lo tanto, todos los otros
sistemas de vida se pierden en la subjetividad de la naturaleza y la
existencia individual, sometiéndose a esclavitud, o a la naturaleza
misma o a la tiranía de su prójimo.
Este es el triste camino de Descartes hacia la demencia humana.
VOLVIENDO DEL PAGANISMO
En todo lo que hemos dicho, no queremos que nadie piense que la
razón humana es mala. La Ilustración divorció la razón humana de la
Biblia y por tanto socavó la confianza occidental en la capacidad de la
razón humana de descubrir y conocer la verdad. Esto lo vimos cuando
trazamos la filosofía del modernismo de Descartes al presente. La
razón humana es, bíblicamente hablando, una parte de nuestro ser
como seres humanos creados a la imagen de Dios. Somos dotados de
un alma racional a fin de conocer a Dios. Como veremos, el pecado ha
entenebrecido la razón humana a fin de que ya no podemos conocer a
Dios y ni siguiera a nosotros mismos sin que Dios nos ilumine con una
nueva revelación exterior a nuestra experiencia subjetiva. Esta
revelación se halla en la Biblia. Esta revelación fue necesaria debido a
los efectos subjetivos y objetivos del pecado y el oscurecimiento que
ocasionó sobre la mente y corazón humanos.30
29
Ibíd., 158.
30
Ibíd., 161–2.
La confianza en la razón humana, desde San Agustín se basaba en
la Biblia. Las filosofías modernas nos han divorciado de nuestro
fundamento y de nuestra confianza. Hoy día, nadie quiere declararse
con respecto a la verdad. Cualquier opinión necia e ilógica puede ser
―la verdad‖ para el individuo. Esto señala el verdadero colapso de la
razón humana. Como el filósofo indio, Vishal Mangalwadi ha
demostrado, ―El resultado final fue que los eruditos del siglo veinte se
despertaron a un entendimiento de que el Occidente ya no tenía ningún
fundamento para su confianza anterior en la razón humana. El
racionalismo secular colapsó y se convirtió en escepticismo, cinismo,
misticismo y ocultismo‖.31
El modernismo y todas sus iteraciones subsecuentes son, en el
análisis final, paganismo, porque buscan dentro del hombre (dentro de
la creación misma) el fin principal de la existencia del hombre. Esto es
lo que Peter Jones llama unismo. No debe sorprendernos que el
racionalismo secular, con su confianza en el empirismo y la razón
humana, se torne en ocultismo y la espiritualidad de la Pachamama.
Cuando el hombre se hundió en la prisión de su propio ser subjetivo,
los hombres ―cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y
dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por
los siglos. Amén‖ (Rom. 1:25).
La Biblia creó al calvinismo. Ella misma le dio su concepto de
Dios el Creador y único Soberano sobre la creación. La Biblia le abrió
al hombre el desarrollo de su mente, del mundo por medio de las
ciencias, de la cultura y la política, de la libertad de religión y
expresión, y del arte. También le dio una promesa para su futuro,
porque la Biblia le dio al calvinismo una visión que se extiende más
allá del individuo y de la vida presente, fijando su vista en Dios y en la
eternidad. No hay esperanza sin la Biblia. Si los cristianos hoy
queremos recuperar el legado que nuestros antepasados espirituales
nos dejaron, tenemos que comenzar con la Palabra de Dios.
31
Vishal Mangalwadi, Truth and Transformation: A Manifsto for Ailing
Nations (Seattle: YWAM Publishing, 2009), 120.
 EL HOMBRE totalidad de su vida y en toda actividad humana, sea en el servicio a
Dios, en su trabajo o en su pecado. En toda actividad humana, el
hombre vive en la presencia de Dios. Lo sabe bien por naturaleza
COMO HEMOS OBSERVADO, ES LA ESCRITURA QUE NOS DA nuestro
siendo el hombre una parte de la creación por medio de la cual Dios se
concepto de Dios, pero también nos brinda un concepto clave del
da a conocer por revelación (Rom. 1:20). El hombre como criatura no
hombre y de nuestra relación con el mundo que nos rodea. Nuestra
puede escapar al Dios que lo formó y esta consciencia caracteriza la
noción del valor y del propósito de la vida humana es un producto de
totalidad de su existencia, en sujeción a Dios en Cristo o en rebelión
la cosmovisión calvinista. El concepto calvinista del hombre es lo que
contra su voluntad y majestad. Es así porque como veremos, el hombre
le prestó al Occidente la libertad verdadera y la oportunidad de la
es la imagen de Dios, un hecho que quisiera borrar de su consciencia
prosperidad. Aquí sólo consideraremos dos conceptos acerca del
impía, pero que no puede debido a que esta realidad está plasmada en
hombre que el calvinismo produjo por medio de su reflexión sobre la
su naturaleza humana, antes y después de su caída en pecado.
Biblia: 1) el hombre como criatura; 2) El hombre como la imagen de
Dios puede ser amado u odiado, adorado o degradado, pero no
Dios.
puede ser ignorado.3 El hombre como criatura no puede sino decir:
―¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia‖
EL HOMBRE COMO CRIATURA (Sal. 139:7). A continuación prestamos atención a esta realidad
creacional.
El hombre como una criatura, distinta de las demás criaturas, es un
concepto poderoso y profundo que el calvinismo no comparte con el
paganismo. El hombre no es divino ni comparte la esencia divina. Es EL HOMBRE COMO LA IMAGEN DE DIOS
un ser distinto, creado por Dios con el propósito de glorificar a su
El tema de la imagen de Dios es muy complejo y no podemos
Creador en toda su actividad humana, en pensamiento, palabra y obra.
resumir toda la doctrina aquí. Al principio podemos decir que el
Es dotado de muchos dones, pero no tiene una existencia autónoma. Es
hombre no fue creado in puris naturalibus, en un estado de naturaleza
decir que el hombre no existe por sí mismo ni para sí mismo. Debemos
pura, es decir, sin verdadero conocimiento, justicia y santidad. Él era
nuestra existencia a Dios y como criaturas le debemos toda obediencia
la imagen de Dios desde el momento de su creación y sigue siéndolo.4
y gloria. Como Calvino asevera, ―Y aún más: el mismo ser que
Queremos señalar cuatro aspectos de la imagen que son más
tenemos y lo que somos no consiste en otra cosa sino en subsistir y
importantes para la cosmovisión calvinista:5 1) el hombre es un ser
estar apoyados en Dios‖.1 El hombre es el epítome del poder, bondad y
sabiduría de Dios y como el portador de su imagen, el hombre refleja a
Dios sin paralelo en toda la creación. 3
Van Til, 37–8.
El principio fundamental de su existencia como criatura es que él
vive (tanto en su estado original de creación como también en su 4
Wilhelmus à Brakel, The Christian’s Reasonable Service (Grand Rapids:
estado caído) coram Deo, delante del rostro de Dios, ―no solamente en Reformation Heritage Books, 1999), 325.
la Iglesia sino también en su vida personal, familiar, social y política‖.2
La gloria y soberanía de Dios le son realidades presentes en la 5
Para un análisis de aspectos de la imagen de Dios, por ejemplo, las
distinciones estrecha y ancha, es recomendable consultar una buena
1
Calvino, Institución, I.i.1. teología sistemática. Lo que se presenta aquí no es la doctrina formal del
imago Dei, sino algunos aspectos de la doctrina que son vitales a la
2
Kuyper, 87. formación de la cosmovisión calvinista.
personal; 2) el hombre es un ser religioso; 3) el hombre es un ser
racional; y 4) el hombre es un ser dotado de dignidad creacional.
El hombre es un ser personal
Dios es una persona, o mejor dicho, es tres Personas, pero un solo
Dios. Es un Dios personal, capaz de formar relaciones con sus
criaturas racionales, y el hombre fue creado para vivir en comunión
con él. El hombre tenía, tiene y es capaz de tener una relación con su
Creador. Puede conocerlo. Cuando pensamos en las filosofías paganas
vemos que aunque hay muchos conceptos de Dios, no hay ningún Dios
trascendente capaz de entrar en relación con las criaturas, y los dioses
de las mitologías son tan humanizados y corruptos que no se parecen a
dioses, sino a una familia humana disfuncional, dotados de poderes
superhumanos. Dios no es una fuerza impersonal ni un Dios
inalcanzable, sino un Dios inminente, cercano a sus criaturas
racionales.
Dios hace esto por medio de pacto. Un pacto es una relación
establecida entre dos partes personales, con obligaciones y promesas.
Aunque Dios es autosuficiente e independiente, según su propia
voluntad, entró voluntariamente en una relación personal con su
creación, y en especial con los seres humanos. Todas las obras de Dios
son obras del pacto. Esta relación fue establecida en el principio con
nuestro Padre, Adán, y en él, con toda su descendencia, la cual somos
nosotros. El Catecismo menor de Westminster enseña que ―cuando
Dios hubo creado al hombre, hizo con él un pacto de vida, bajo
condición de perfecta obediencia; prohibiéndole comer del árbol de
conocimiento del bien y del mal, bajo la pena de muerte‖ (Pregunta
12).6 La ley que Dios le dio a Adán fue un principio regulador para
toda su vida, sus acciones y su vida interior. Le declaró lo que es
bueno y lo que es malo y le obligaba a la obediencia y amor a Dios, su
Creador. En esta relación establecida por Dios entre él y Adán (y en
Adán, con toda su descendencia), Dios le dio una santa ley y le
prometió la felicidad eterna al haberla cumplido, pero le amenazó con
la muerte si Adán la desobedecía. El hecho de que esta ley que Dios le
dio a Adán fue una relación pactal se hace claro cuando el profeta
Hageo dice, ―Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto‖ (Oseas 6:7).
6
Catecismo menor de Westminster (San José: Editorial CLIR, 2009), 4.
La ley que Dios dio a Adán tenía que ver con toda su actividad
humana, tanto religiosa como vocacional. Por ejemplo, Dios mandó a
Adán que
1. señoreara en la creación (Gén. 1:26, 28)
2. fructificara y se multiplicara (1:28)
3. llenara la tierra (1:28)
4. sojuzgara la tierra (1:28)
5. disfrutara y aprovechara la buena creación que Dios había
hecho (1:30; 2:16)
6. labrara y guardara el huerto (2:15)
7. no comiera del árbol del conocimiento del bien y del mal
(2:16–17)
8. le pusiera nombre a todo animal, inclusive a su esposa,
actividad que fue una función de su autoridad creacional como
señor sobre la creación (2:19)
A veces nos vemos tentados a pensar que la única regla que Adán
recibió de Dios fue el de no comer del árbol, pero la verdad es que ese
fue un mandamiento entre muchos otros, cada mandamiento con sus
aspectos positivos y negativos. Por ejemplo, el mandamiento de labrar
y guardar el huerto es en sí una ley positiva en el sentido de que afirma
algo en vez de hacer una negación (al contrario del mandamiento de no
comer del árbol). Pero este mandamiento positivo tiene un lado
negativo: no seas perezoso; no dejes entrar peligro al huerto.
Examinando el pacto que Dios hizo con Adán de esta manera,
podemos ver que cuando Adán comió del árbol, estaba rompiendo, no
solo una pequeña ley, sino todas las leyes que Dios le había dado, a
saber, el pacto que Dios hizo con él. Cuando Adán rompió el pacto con
Dios, suscitó la caída y Dios impuso un terrible castigo sobre el
hombre y sobre todo su dominio, a saber, la creación sobre la cual
Adán gobernaba.
Este pacto es un pacto personal entre dos seres personales. Las
leyes que Dios dio, con toda su autoridad, promesas, amenazas y
responsabilidades sólo funcionan en el contexto de una relación
personal. Dios es un ser con personalidad y creó al hombre a su
imagen con lo mismo. Toda la estructura de la vida del hombre
evidencia que tiene esta cualidad de personalidad. Y aunque se puede
decir que algunos de los animales también tienen lo que llamaríamos
personalidad, la diferencia entre nosotros y los animales es que la
nuestra, a la imagen de Dios, es capaz de conocer a Dios
personalmente.
Porque Dios es un ser personal, puede dar leyes que tienen un
carácter personal y cuando son violadas, le ocasiona ofensa. Adán,
hecho a la imagen de Dios como un ser personal, era responsable ante
otro ser personal, su Creador. Es esta cualidad de la personalidad de
Dios y de su imagen, el hombre, que hace posible el pecado. El pecado
sucede entre dos seres personales. Un hombre no puede pecar contra
una roca o contra su cortaúñas. Un hombre, si por una locura intentara
volar tirándose del techo de su casa, ha irrespetado la ley de la
gravedad, pero nadie está ofendido, porque la gravedad no es personal,
aunque el hombre sin duda se arrepentirá. Una niña no puede pecar
contra su muñeca cuando le pega, pero sí peca contra su hermana si la
golpea. El hecho de que podemos pecar contra Dios manifiesta que los
dos somos seres personales. Sin embargo, la relación que tenemos con
Dios es religiosa también: la del adorador y el Adorado.
El hombre como ser religioso
El Catecismo mayor de Westminster, pregunta 17, dice:
P.17. ¿Cómo creó Dios al hombre?
R. Dios, después de haber hecho todas las otras criaturas, creó al
hombre, varón y mujer; formó el cuerpo del hombre del polvo de la
tierra, y formó el cuerpo de la mujer de la costilla del hombre, los dotó
de almas vivientes, racionales e inmortales; los hizo según su propia
imagen, en conocimiento, justicia, y santidad, teniendo la ley de Dios
escrita en sus corazones, y el poder para cumplirla y con dominio sobre
las criaturas, aunque sujetos a caer.
Se debe notar que el concepto de la imagen de Dios se les aplica a
hombres y mujeres como a una humanidad unida. Los dos fueron
creados como seres religiosos, almas vivientes, racionales e
inmortales, según la imagen de Dios. Dios los creó en ―conocimiento,
justicia y santidad, teniendo la ley de Dios escrita en sus corazones y el
poder para cumplirla‖. Esto significa que el hombre fue creado con la
semen religionis, la simiente de la religión, plasmada en su ser. Es
decir que es por naturaleza un ser religioso, lo cual quiere decir que
por naturaleza el hombre mantiene alguna relación personal con su
Creador. Esta consciencia religiosa que el ser humano tiene
creacionalmente se expresa en el sensus divinitatus, un concepto en la
doctrina calvinista que significa la consciencia de Dios. El hombre
sabe que Dios existe y tiene una consciencia de su ser en el hombre
interior. Es por esta razón que Dios no puede ser ignorado, como
observó Van Til. Notamos lo siguiente acerca del hombre como un ser
religioso creado a la imagen de Dios:
El estado original del hombre: Cuando Dios hubo creado al hombre,
lo creó en conocimiento, justicia y santidad. El hombre tiene la
capacidad de conocimiento por naturaleza. Puesto que Dios es un ser
racional, creó al hombre con la misma capacidad de pensamiento,
aunque limitado por la naturaleza humana (la cual no estaba
corrompida antes de la caída: es decir que las limitaciones humanas y
nuestra finitud no son parte de la caída, sino de nuestra naturaleza
como criaturas). El conocimiento que el hombre tenía en el comienzo
fue principalmente conocimiento verdadero de Dios. El hombre lo
conocía. También significa que tenía la capacidad de crecer en
conocimiento, de Dios y del mundo. También fue creado
perfectamente justo y santo, aunque fue sujeto a caer. Adán amaba a
Dios y hacía lo que le agradaba. Fue perfectamente capaz de cumplir
con toda la voluntad de Dios por su naturaleza recta y santa. No había
ningún impedimento y deseaba lo bueno por naturaleza.
El hombre no comenzó desde abajo para arriba. Comienza su
existencia en el lugar más alto de perfección y santidad. La caída no
representa una etapa en la evolución de la especie humana, sino una
caída terrible de la condición prístina de su creación original.
El hombre como pecador religioso: También tenía la ley de Dios
escrita en su corazón. Tenía conocimiento de la voluntad de Dios y
porque la ley fue escrita en su corazón, tenía la disposición de hacerla.
El hombre después de la caída fue introducido o hundido en ―un estado
de pecado y miseria (CMW P.23; Gén. 3:16–19; Rom. 3:23; 5:12; Ef.
2:1). Es culpable en su naturaleza caída (a saber, el estado de pecado
CMW Catecismo menor de Westminster
original) y carece de su justicia y santidad originales. Su naturaleza es
corrompida y ha sido incapacitado en lo que concierne lo bueno y
agradable a Dios. Ahora es completamente inclinado a todo mal y los
pensamientos de su corazón son malos continuamente. De esta
naturaleza caída proceden todas las transgresiones que se cometen
(CMW, P.25; Sal. 51:3–5; 53:1–3; Mt. 15:19; Rom. 5:12, 19; Gén.
6:5; Rom. 3:10–19; 5:6; 8:7–8; Ef 2:1–3; Stg. 1:14–15). Pero aquella
ley que fue puesta en su corazón no se ha borrado por completo. Ahora
funciona como un acusador plasmado en su interior. Esto lo llamamos
consciencia. El hombre sabe que le debe a Dios toda obediencia y su
rebelión, es consciente de haber pecado contra él. Todavía posee
conocimiento, pero no de Dios en Espíritu y en verdad, sino de su
pecado y de Dios como su Juez. El hombre no dejó de ser religioso
después de la caída. Sigue siéndolo. Todos los hombres o guardan
pacto con Dios o lo rompen. Como ser religioso, ahora no goza del
favor paternal de Dios, sino que languidece bajo la culpabilidad del
pecado y la ira de Dios ofendido. La religión es el primer principio de
su vida y obras. Toda su rebelión es una rebelión religiosa contra su
Creador. El pecado ha afectado al hombre en su totalidad de ser.
Una vez más el Catecismo Mayor de Westminster elabora sobre
este estado pecaminoso del hombre: Pregunta 28:
P.28. ¿Cuáles son los castigos del pecado en este mundo?
R. Los castigos del pecado en este mundo son ya sea internos, como
la ceguera de la mente, el sentimiento de reprobación, los fuertes
engaños, la dureza de corazón, el horror en la consciencia, y los afectos
viles; o externos, como la maldición de Dios sobre las criaturas por culpa
nuestra, y todos los demás males que nos acontecen en nuestros cuerpos,
nombres, estados, relaciones, y ocupaciones, junto con la muerte misma.
Por esa razón tiene la profunda consciencia del Juicio Final: el
hombre sabe que tiene que dar cuentas. En el creyente, este hecho
produce amor y obediencia a Dios, pero en el incrédulo produce más
dureza de corazón y resentimiento de Dios su Creador y Juez.
El hombre tiene que ser restaurado: Finalmente, observamos, como
dijo San Agustín, que el alma del hombre está inquieta hasta que halle
CMW Catecismo menor de Westminster
su reposo en Dios. El hombre sabe casi por instinto que algo está mal
con él mismo y con su mundo y constantemente busca una solución a
su problema de pecado y miseria, llámelo como lo llame el hombre. Es
por esta razón que la religión después de la caída tiene un carácter
soteriológico, porque ahora la relación entre Dios y el hombre es
anormal,7 y el hombre está constantemente en busca de una solución.
El concepto del pecado y sus consecuencias profundas sobre el
hombre es uno de los más importantes del calvinismo. Las filosofías
paganas enseñan que el hombre comienza como un bruto y se
desarrolla o evoluciona camino a la perfección. El pecado (o como
ellos dicen, las imperfecciones de la vida humana) es como una etapa
en su gran desarrollo evolutivo. Necesita ser restaurado a Dios, pero
debido a su incapacidad moral, no puede y no quiere. El significado de
la salvación es que Dios hace un milagro en el renacimiento del
creyente. Dios hace en él una obra de nueva creación a la imagen de su
Hijo Jesucristo. La salvación como la totalidad de la vida del hombre
es teocéntrica, Dios siendo el actor principal y el que recibe toda la
gloria. Es también un acto creativo, en el que Dios una vez más crea
por la Palabra de su boca.
En la caída, el hombre no perdió por completo la imagen de Dios,
pero sí perdió aquellos aspectos de la imagen que eran su
conocimiento, justicia y santidad originales. Estos nos son restaurados
y mejorados en Cristo, quien es la Imagen del Dios invisible (Col.
1:15). Aquella parte de la imagen de Dios que se nos perdió en la
caída, es restaurada y mejorada en Cristo a fin de que no la podemos
perder jamás.
El hombre es un ser racional
Dios hizo al hombre un alma racional con un conocimiento innato
de su existencia y su voluntad. No es verdad que el hombre nazca
como una tablilla en blanco. Somos capaces de conocer a Dios, al
prójimo, a nosotros mismos y a nuestro mundo. La racionalidad del
hombre refleja analógicamente la racionalidad de Dios.
Vishal Mangalwadi en su libro, La verdad y la transformación: un
manifiesto para las naciones afligidas (Truth and Transformation: A
Manifesto for Ailing Nations) relata una experiencia que tuvo en
7
Ibíd., 67–8.
Uganda, Africa. Se quedaba cerca del Lago Victoria, el lago de agua
dulce más grande del mundo y veía a las mujeres africanas cargando
agua sobre sus cabezas, en una nación que produce más electricidad
hidroeléctrica de la que puede consumir. Se preguntaba por qué
cargaban agua sobre sus cabezas cuando la tecnológica existía para
traer el agua directamente a sus casas. Yo recuerdo también el mismo
fenómeno en la jungla de México. Las mujeres iban todos los días a
los pozos y llevaban el agua sobre sus cabezas a sus casas. Mujeres
indígenas que fueron muy bellas cuando eran jóvenes, por los 30 y 40
años de edad se parecían a mujeres de 60 años de edad de países
occidentales más desarrollados de las ciudades grandes de México
mismo.
Observa que fue la Biblia que le dio al Occidente la capacidad de
usar sus mentes para explotar las fuerzas de la naturaleza de modo que
los hombres fueron liberados de la faena diaria de tareas serviles y
laboriosas. También observa que las culturas de la India y China
habían estado desarrollando la tecnología siglos antes de Occidente.
¿Por qué se quedaron atrás estas culturas más antiguas? Mangalwadi
halla la respuesta en la diferencia entre las cosmovisiones de estas
grandes civilizaciones. En el Oriente, creían que el intelecto era un
problema, algo de lo cual tenían que despojarse para ser salvos. El
calvinismo que dio forma al mundo occidental creía que el hombre
tenía que ser salvo del pecado y de sus consecuencias en la maldición
sobre la creación.8
Mangalwadi comenta que la cosmovisión oriental quería escapar el
intelecto y el signficado por medio de la meditación y el mantra. El
mantra, como según él, es sonido sin sentido y su propósito es vaciar
la mente a fin de trascender las operaciones cognoscitivas. Esta
explicación le ayudó a Mangalwadi a entender por qué los monjes
budistas nunca desarrollaron la tecnología, las universidades o la
ciencia como lo hicieron los monjes cristianos de la Edad Medieval.
La Biblia fue el impulso para estudiar, leer, pensar sobre el significado
de las palabras y de la naturaleza y dirigir los poderes mentales a fin de
dominar al mundo y explotar su potencialidad. Fue una obligación
religiosa desarrollar las facultades de la mente. El cristianismo puso en
8 10
Mangalwadi, 39–43.
práctica la mente a fin de liberar al hombre de su trabajo afanoso.
Mangalwadi dice:
Los monasterios europeos cultivaron la mente porque habían sido
fundados sobre la exposición de la Biblia de San Agustín, la cual
enseñaba que la mente humana era diferente del cerebro animal; fue
creada a la imagen de Dios. No pensaban que la mente fuera un
producto del azar ciego o de la ignorancia primitiva (Avidya). Creían
que la mente humana era capaz de conocer a Dios, lo bueno y la
belleza; que las palabras humanas podían comunicar la verdad
porque Dios hizo nuestras mentes a su imagen; y que Dios nos dio el
don del lenguaje de modo que él pudiera comunicarse con nosotros,
sus hijos.9
Este concepto resultó en una espiritualidad racional, en un hombre
racional espiritual que pudo desarrollar teorías complejas sobre la
política, la economía y la sociedad a fin de beneficiar al mundo con el
uso de las potencialidades de la mente humana. Si la racionalidad
refleja a Dios, es nuestro deber como los portadores de su imagen
desarrollar esta racionalidad y ponerla en práctica para la gloria de
Dios y el bienestar de nuestro prójimo.10 Lo que algunas culturas
hacen con sus músculos, las sociedades cristianas lo hicieron con sus
mentes. En vez de usar los músculos para llevar el agua a la casa,
usaron sus mentes para que el agua se trajera a sí misma a la casa. Esto
resultó en un ahorro de tiempo, fuerza y vida e hizo que las sociedades
occidentales fueran más productivas y que las vidas de las mujeres y
niños se prologaran.
El hombre es un ser dotado de dignidad creacional
Uno de los factores en acción en el desarrollo de la racionalidad de
la mente fue el compromiso con la dignidad de todo ser humano. Si
todo ser humano es hecho a la imagen de Dios, todo ser humano posee
una dignidad natural. Nuestro problema es el pecado y el trabajo
afanoso que resulta de la maldición. La salvación en la cosmovisión
calvinista no es meramente espiritual, sino holística e incluye toda la
vida. Mangalwadi reconoce que ―el trabajo afanoso es deshumanizador
9
Ibíd., 42–3.
Ibíd., 44.
porque obliga a un ser humano a hacer lo que puede hacer un buey, un
caballo, el viento, el agua o las ruedas‖.11 Uno de los principios
primordiales en el desarrollo de la tecnología fue el compromiso
teológico con la dignidad de cada ser humano.12
El salmista pregunta:
Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?
Le has hecho un poco menor que Dios,
Y lo coronaste de gloria y honra.
Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
Todo lo pusiste debajo de sus pies. (Salmo 8:4–6)
Aunque la RV1960 dice que ―Le has hecho un poco menor que los
ángeles‖, esta representa la traducción de la Septuaginta (LXX), la
versión en griego del Antiguo Testamento. El hebreo dice que ―le has
hecho un poco menor que Dios‖. Esta es la dignidad del hombre: fue
hecho un poco menor que Dios, coronado de gloria y honra, señor
sobre todas las obras de las manos de Dios. Todos los hombres,
grandes y pequeños, poseen este lugar especial en el cosmos de Dios.
El preámbulo de la Declaración de Independencia de los Estados
Unidos de América dice: ―Sostenemos que estas verdades son
evidentes en sí mismas: que todos los hombres son creados iguales;
que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables‖.13 No
negamos que los hombres sean creados iguales delante de Dios. El
problema con esta aseveración no es que no sea correcta, sino que
estas verdades no son evidentes en sí mismas. La igualdad en este
11
Ibíd., 41.
12
Ibíd., 42.
13
http://es.wikisource.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_Independencia_de_lo
s_Estados_Unidos_de_Am%C3%A9rica
mundo no es nada evidente, sino la desigualdad. Hay ricos y pobres.
Hay personas con mayor y menor talento. Hay enfermos y sanos. Hay
inteligentes e ignorantes. Las culturas más antiguas han reconocido
estas disparidades. En la India, inventaron el concepto del Karma y el
sistema de castas para dar una explicación de la desigualdad que les
era tan evidente en la naturaleza. No es que ellos eran más estúpidos o
ignorantes que nosotros o que los Fundadores de los Estados Unidos
de América. La diferencia es de cosmovisiones. Donde el hombre se
entiende como la creación especial de Dios con su imagen plasmada
en su ser, el concepto de la igualdad y dignidad del hombre es
evidente. Pero donde este concepto no se conoce y el hombre ni es el
producto de la creación divina ni porta la imagen de su creador en su
ser, no hay nada inherente en él que le haga igual a otro hombre.
Cuando el hombre deja de ser la imagen de Dios, pierde su
dignidad. En este caso, los dignos son los poderosos y los demás
existen para servirles a ellos. Fue el concepto de la dignidad humana el
que libertó a los esclavos bajo Wilberforce, salvó a los niños
desamparados en la vieja Roma, y protegió a las viudas indias de la
práctica bárbara del sati, en la que se quemaba a las viudas en la pira
funeraria de su marido. Pero donde el concepto de la creación especial
del hombre y su identidad como la imagen de Dios no existen, no es
nada que una mujer aborte a su hijo no nacido. Después de todo, la
dignidad de ese feto fue determinada por los poderosos y no por Dios.
Sin duda, nuestras ideas (cosmovisión) tienen consecuencias.
UN RATÓN ES UN CHANCHO ES UN PERRO ES UN NIÑO
INGRID NEWKIRK, COFUNDADORA Y PRESIDENTE ACTUAL de Personas
por el Trato Ético de los Animales (PETA por sus siglas en inglés),
dijo en 1986 que ―un ratón es un chancho es un perro es un niño. Son
todos animales‖. Si esta antropología fuera verdadera, tendría
implicaciones graves para nuestro concepto del hombre, los derechos
humanos y su relación con el mundo. Como veremos a continuación,
esta cosmovisión tiene consecuencias graves, no para la mayor libertad
y prosperidad de la raza humana, sino muy por el contrario. Pero esta
no fue la visión de los campeones calvinistas que sí lograron la libertad
y mayor prosperidad de los seres humanos. Nuestra antropología tiene
consecuencias que influyen en las vidas de los individuos, pero el
calvinismo no permitió que el concepto del hombre bíblico fuera un
mero asunto de intereses personales, sino algo que influyera en toda la
sociedad humana.
Wilberforce y los esclavos
Hoy en Occidente la esclavitud es casi universalmente condenada
como una práctica bárbara porque le priva al ser humano su derecho de
libertad, entre muchas otras cosas. Creemos que ningún ser humano
tiene el derecho de ser dueño de otro ser humano. Pero hoy en día
estas creencias han perdido su fundamento histórico. No es el caso que
la esclavitud fue condenada.
William Wilberforce nació el año 1759 Kingston upon Hull,
Inglaterra, hijo de un comerciante de afluente. Wilberforce era un
calvinista y esto influyó grandemente en su trabajo durante toda su
vida. Él llegó a ser un político, filántropo y abolicionista. Durante la
mayor parte de su carrera, lidió con la esclavitud en el imperio
británico. En 1791 propuso su primer proyecto de ley para eliminar la
esclavitud, pero fue rechazado. La idea de eliminar la esclavitud no era
muy popular políticamente en aquellos días. Durante los próximos 16
años, luchó con muy poco éxito, pero en 1807, logró aprobar un
proyecto de ley que eliminó la trata de esclavos, aunque la esclavitud
en sí era aún legal. Muchos habrían estado contentos con una pequeña
victoria frente a poderes culturales tan fuertes y enraizadas. Pero,
Wilberforce siguió luchando por la libertad de sus cocriaturas hechas a
la imagen de Dios, igual que él.
En 1833, 42 años después de que inició su lucha, Wilberfoce vio la
victoria y logró pasar una ley que eliminara la esclavitud en todo el
imperio británico. Pero en ese mismo año, Wilberforce murió el 29 de
julio. Fue enterrado en la Abadía de Westminster.
¿Qué motivó a este hombre a luchar por la libertad de los esclavos?
Fue precisamente su concepto del hombre, un concepto derivado de la
Biblia, y que el calvinismo había codificado, de que el hombre es la
imagen de Dios y que por esa razón es digno y tiene un derecho
natural de estar libre de la opresión de su prójimo. Ningún hombre
tiene un derecho natural sobre su prójimo para disponer de él para su
propio beneficio. Todos somos la imagen de Dios y por tanto debemos
todos estar libres de la tiranía de otros hombres.
William Carey y las viudas
William Carey era hijo de tejedores y de profesión zapatero. Llegó
a ser un misionero en la India, y uno de los misioneros más famosos de
toda la historia. Fue fundador de la Sociedad Bautista Misionera y se
conoce como el padre de las misiones modernas.
Logró muchas cosas por aquel país, incluyendo un centro de
investigación botánica que hoy día sigue siendo uno de los más
importantes centros de estudio botánico en el planeta, a saber, la
Sociedad Agri-hortocultural de la India: un vivero inmenso,
laboratorio de investigación científica, biblioteca y jardín de flores.
Carey tradujo la Biblia en diversos idiomas, y promovió también la
alfabetización. Pero hay un logro notable que Carey alcanzó en favor
de las viudas.
Cuando un marido moría, los hindúes tenían una costumbre muy
antigua, llamada satí. Satí es la costumbre tradicional de quemar una
viuda en la pira funeraria de su marido. Esta era una tradición
profundamente religiosa. En la mitología, Satí era la hija del patriarca
Daksha, la cual se prendió fuego a sí misma cuando su padre insultó a
Shivá, su marido. Esta práctica en teoría era voluntaria, sin embargo,
se conoce de mucho abuso y que muchas viudas fueron inmoladas
involuntariamente con sus maridos. Supuestamente, se les acumulaba
buen karma para la próxima vida y quizá hasta volverían como
hombres.
Carey vio estas injusticias en contra de las mujeres y se esforzó por
poner fin a la práctica de satí. En 1829, la práctica fue prohibida en
todo el imperio británico, unos cuantos años antes de su muerte.
¿Por qué se preocupaba tanto Carey por la botánica y las mujeres?
¿Acaso son asuntos espirituales? ¿Son tan importantes como para
dedicar una vida entera a ellas? Para Carey la respuesta fue fácil. Él,
como calvinista, tenía un concepto del ser humano que el hinduismo
no tenía. La humanidad, incluyendo a las mujeres, es la imagen de
Dios. Y además, las viudas son entre los miembros de la sociedad los
más vulnerables y deben ser protegidas.
Este es el fruto del concepto bíblico del ser humano. El imperio
romano no nos dejó este legado, pues practicaban el infanticidio, ni
Grecia, donde el hombre existía para el estado y no al revés como en
los países calvinistas. El calvinismo influyó en la mayor libertad
política para aquellos que se hallaban bajo su dominio. Todos los seres
humanos, reyes, presidentes y generales militares no pudieron pisotear
los derechos y la libertad del individuo, porque sólo Dios es Señor de
la consciencia y Hacedor de todos. El calvinismo por su influencia
logró todo esto durante la historia de su crecimiento y avance. Su
cosmovisión resultó en libertad y prosperidad, y en última instancia, la
gloria de Dios entre las naciones. No obstante, la visión que hoy en día
rige, una visión pagana, ha producido otro efecto en las vidas de los
seres humanos.
Los árboles y los animalitos son más valiosos que los
niños
Toni vernelli ama a los árboles y a los animalitos y para beneficio
del planeta, se ha negado a sí misma el tener niños. Hace diez años,
abortó a su primer hijo. No es que haya estado demasiado ocupada
coordinando las operaciones europeas de PETA (Personas por el Trato
Ético de los Animales). Ella simplemente ―quiere apasionadamente
salvar el planeta—no producir una nueva vida que solamente
intensificaría el problema‖. Hace ocho años, quitó la vida a su segundo
hijo por el aborto, antes de encontrar a un médico con la disposición de
esterilizarla. Ahora disfruta un estilo de vida placentero vegetariano y
de reciclaje, afirma tener una huella de carbono muy pequeña y no
tiene hijos (vivos). Su única frustración es la persona esporádica que
no puede valorar su perspectiva impregnable: ―Cuando yo revelo a
ciertas personas porque no quiero hijos, me echan una mirada como si
yo fuera a cometer un homicidio‖.14 Ironía.
¡Qué diferencia hay entre el calvinismo y su respeto profundo por
la vida humana y el paganismo moderno en que un ratón es un
chancho es un perro es un niño, o más importante que un niño. Una
cosmovisión puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. El
calvinismo con su concepto bíblico del hombre, rescata al hombre de
la opresión, pobreza y muerte. Esto lo hace porque el hombre es la
imagen de Dios y no otro animal cualquiera, y por tanto no debe existir
como un animal, pues en su dignidad creacional, da gloria a Dios su
Creador.
EL CUERPO
14
James Wanliss. Resisting the Green Dragon (Cornwall Alliance, 2011)
Pareciera que hay un concepto muy común entre los cristianos de
hoy de que realmente somos un alma o un espíritu que por razones que
desconocemos habita un cuerpo físico con todas sus limitaciones
lamentables. Nuestra identidad verdadera es nuestra alma. El espíritu y
lo espiritual es lo que en verdad importa y lo físico, el cuerpo, no es
tan importante. Pero el testimonio de la Biblia es muy diferente.
Ninguna cosmovisión puede ser completa sin un concepto de la
existencia corporal del ser humano.
Primero, vemos que en el principio, Dios no creó a espíritus
desencarnados, sino al hombre como un ser físico. La Biblia dice,
―Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló
en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente‖ (Gén. 2:7).
Cuando dice que el hombre fue un ―ser viviente‖, el hebreo original
dice que el hombre fue un nefesh jayá. Algunos han traducido la
palabra nefesh como alma, pero si bien esta traducción calza con el
alcance semántico de esta palabra, el mejor entendimiento de la
palabra es un ser viviente. En Génesis, es la existencia corporal de
Adán y Eva la que se tiene en mente, no su existencia espiritual.
Cuando Dios les dice que en el día en que del árbol comieran,
ciertamente morirían, no dice que ciertamente sus almas morirían,
sino que ellos mismos morirían. Y sabemos que la pena del pecado de
Adán fue la muerte del cuerpo: Con el sudor de tu rostro comerás el
pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues
polvo eres, y al polvo volverás (Gén. 3:19; Rom. 6:23).
También vemos que la Biblia se preocupa mucho por la
concepción y formación del ser humano antes del nacimiento. Dice
David,
Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien.
No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. (Sal. 139:13–16)
 El énfasis en el cuerpo nos permite ver que la existencia corporal
del hombre es de primordial importancia. Es una existencia diseñada y
creada por Dios. Y no tan solo es de primordial importancia por ser del
orden creacional, sino porque es esta misma existencia la que fue
interrumpida por el pecado de tal manera que el castigo que vino sobre
el ser humano debido al pecado le quita su vida corporal. Por tanto, la
realidad del cuerpo tiene importancia para 1) nuestra identidad como
criaturas, debido a la naturaleza humana que Dios formó en el
principio; 2) nuestra vida humana cotidiana, ya que toda nuestra vida
es experimentada en el cuerpo; y 3) nuestra fe, pues el pecado y la
adoración son ambos asuntos religiosos que se manifiestan en el
cuerpo. A continuación, diremos más respecto a estos conceptos.
Muchos teólogos, disertando sobre la imagen de Dios en el
hombre, restan importancia al cuerpo y localizan la imagen de Dios
totalmente en el alma. Pero como hemos visto, Génesis no se preocupa
por el alma del hombre, sino por su existencia corporal y localiza la
imagen de Dios, no en el alma, ni necesariamente en el cuerpo, sino en
el hombre como un ser íntegro. El hombre (cuerpo y alma) es la
imagen de Dios en toda su existencia física. Aunque la Escritura habla
del hombre de diversas formas, por lo general siempre nos dirige al
hombre entero, y siempre en su relación con Dios, y no al hombre en sí
mismo.
Es verdad que la Biblia habla mucho del alma del hombre (nefesh
en Hebreo y psyche en griego), tanto como de su corazón, su mente y
su espíritu. El propósito no es identificar diferentes partes del hombre
como el hígado, el cerebro y los dedos del pie. La Biblia no quiere dar
la idea de que la sede de la religión en el hombre es el alma como si el
alma estuviera más cerca de Dios que el cuerpo o más capaz de
conocer a Dios. Los comentarios de Berkouwer son apropiados:
De cierto no debemos quitar la distinción entre los diferentes
términos bíblicos … realmente se refieren antropológicamente a la
misma cosa, sin embargo sin duda debemos negar que lo religioso en
el hombre se relaciona específicamente con una u otra parte
antropológica del hombre como tal. Es innegable que la Biblia hace
uso de varias expresiones localizadas, lo cual es evidente, por
ejemplo, de sus referencias a la consciencia o al corazón: ―me enseña
mi consciencia‖ (Sal. 16:7), ―mi corazón desfallece dentro de mí‖
(Job 19:27), ―mi corazón sentía punzadas‖ (Sal. 73:21). De Jehová se
dice que ―prueba la mente y el corazón‖ (Sal. 7:9; ver también, 26:2;
Jer. 11:20, 12:2–3, 17:10, 26:12)—no obstante queda claro en el
contexto que esta localización tiene el propósito de mostrar cómo
Dios se relaciona con el hombre entero. Por tanto, tal localización
pareciera preocuparse por ejemplos concretos que manifiestan al
hombre, aún en lo más profundo, como un ser que nunca está oculto
de los ojos de Dios, y quien por lo tanto puede orar, ―Escudríñame,
oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi
corazón‖ (Sal. 26:2)15
Por tanto queremos aseverar que la Biblia no distingue entre una
parte superior y otra inferior en el hombre, como si el alma fuera algo
superior al cuerpo. El hombre en la totalidad de su existencia se
relaciona con Dios como pecador, rebelde, criatura, redimido, hijo o
enemigo. En su pecado y altanería o en su adoración y humildad, es el
hombre en su totalidad como una criatura corporal y pensante que se
relaciona con Dios, su prójimo y con el mundo exterior.
Si alguien pusiera la objeción de que Jesús dice que el pecado sale
del corazón del hombre (Marcos 7:21–23; ver también Prov. 4:23),
fíjate que no es porque la Biblia quiere crear un dualismo en el ser del
hombre, sino porque está llamando la atención del hombre, no al
pecado como algo que queda en la periferia de la vida del hombre, sino
como aquello que está al centro de su vida. La Escritura también
relaciona el pecado con la carne (Rom. 7:14, 8:5). Pero Pablo no habla
de esta forma como para plantear una división entre el espíritu
(pneuma, gr.) y la carne (sarx, gr.) como si la una fuera inferior o
pecaminosa y la otra superior y espiritual. Fíjate que también Pablo
dice a los tesalonicenses: ―Y el mismo Dios de paz os santifique por
completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado
irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo‖ (1 Tes. 5:23).
Pablo no está identificando cuatro partes distintas de nuestra
antropología: 1) el ser, 2) el espíritu, 3) el alma, y 4) el cuerpo, sino
que esta expresión refiere todo el hombre como un ser íntegro. Es una
forma de hablar, no una tésis científica.
El cuerpo está siempre en mente cuando la Biblia se dirige al
hombre, y siempre la Biblia habla del hombre referente a la relación
15
G. C. Berkouwer, Man: The Image of God. (Grand rapids: Eerdmans,
1962), 201–02.
que él guarda con Dios en la totalidad de su existencia. Fíjate en
algunas cosas que la Biblia dice sobre el cuerpo humano:
1. Dios es glorificado en nuestro cuerpo: ―Porque habéis sido
comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro
cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios‖ (1 Cor.
6:20).
2. Nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo: ―¿O ignoráis
que vuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo …?‖ (1 Cor.
6:19)
3. Podemos pecar contra el cuerpo: ―Huid de la fornicación.
Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del
cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca‖ (1
Cor. 6:18).
4. Seremos juzgados por las obras cometidas en el cuerpo, es
decir, en esta vida: ―Porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo,
sea bueno o sea malo (2 Cor. 5:10).
5. Seremos resucitados con cuerpos glorificados, no como
espíritus desencarnados: ―el cual transformará el cuerpo de la
humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la
gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí
mismo todas las cosas (Fil. 3:21).
6. Cristo tenía un cuerpo humano en esta vida: ―Mas me
preparaste cuerpo‖ (Heb. 10:5; ver también Jn. 2:21).
7. Cristo resucitó con un cuerpo glorioso y para siempre será
corporal: ―Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy;
palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos,
como veis que yo tengo‖ (Lc. 24:39).
8. El cuerpo o es un instrumento para pecado o para obediencia:
―No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo
que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco
presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de
iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos
de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como
instrumentos de justicia‖ (Rom. 6:12–13).
9. La redención final es la redención del cuerpo: ―nosotros
también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la
adopción, la redención de nuestro cuerpo‖ (Rom. 8:23).
10. El cuerpo humano pertenece a Cristo: ―Por tanto, nadie os
juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna
nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de
venir; pero el cuerpo es de Cristo‖ (Col. 2:16–17)
11. El duro trato del cuerpo a fin de ser espiritual no agradece a
Dios: ―Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de
sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del
cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la
carne‖ (Col. 2:23).
12. Los que sufren las penas eternas son castigados tanto en sus
almas como en sus cuerpos: ―Y no temáis a los que matan el
cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel
que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno‖ (Mt.
10:28).
Podríamos continuar examinando un sinfín de textos que versan
sobre el cuerpo humano, incluso los del Antiguo Testamento, pero
estos nos dan una buena idea del concepto elevado y realista que la
Biblia nos da de nuestra existencia física. El cuerpo es espiritual y
vivimos en él para Dios o en contra suya. No obstante, el cuerpo nunca
está divorciado de la totalidad de nuestra vida coram Deo, y nunca lo
estará por toda la eternidad.
EL MUNDO
FINALMENTE, ABORDAMOS EL TEMA DEL MANDATO CULTURAL, o
nuestra relación con el mundo exterior. Cuando Dios hubo creado al
hombre, lo puso en el huerto de Edén y le dijo: ―Fructificad y
multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del
mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven
sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da
semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y
que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a
todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra,
en que hay vida, toda planta verde les será para comer‖ (Gén. 1:28–
30). Y en Génesis 2:15 dice, ―Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo
puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase‖. Como
vimos en el capítulo anterior, el mandato de no comer del árbol de la
ciencia del bien y del mal no fue el único que Dios les dio. Adán y Eva
tenían un mandato de Dios con respecto a su responsabilidad para con
la creación también: Fructificar, llenar la tierra, sojuzgarla y señorear
sobre ella y todos sus habitantes. Además de esto, les correspondía
labrar el huerto y guardarlo. Tradicionalmente, este mandato divino es
conocido como el mandato cultural.
Antes que podamos explorar este mandato más a fondo, nos
corresponde responder a algunas preguntas preliminares.
¿Qué significa la palabra “mundo”?
Si vamos a hablar con inteligencia sobre la relación entre el
cristiano y el mundo, precisa definir bien nuestros términos. Hay tres
diferentes usos de la palabra ―mundo‖ en la Biblia.1 El primero es el
mundo en el sentido de la buena creación que Dios hizo y sobre el cual
ha plasmado el sello de su gloria (2 Sam. 22:16; Sal. 18:15; 19; 24:1;).
En este sentido, podemos entender la palabra mundo no como una
referencia al planeta tierra solamente, sino a la creación entera, a todo
el universo.
El segundo es el uso general del mundo en el que mundo se refiere
al mundo general de los hombres o las naciones (Lc. 2:1; Jn. 12:19;
Hch. 17:6; Jn. 9:5; 12:47; 17:6; Mt. 13:38; 5:14). El mundo en este
sentido también refiere a los gentiles, por ejemplo, cuando Jesús dice
que ―de tal manera amó Dios al mundo‖, está diciendo que Dios
1
Estoy endeudado con teólogo Henry Van Til por los siguientes conceptos
sobre la naturaleza de los diferentes usos de mundo en el NT. Este libro ha
sido traducido al español por Donald Herrera Terán y se encuentra en la
página www.contra-mundum.com.
amaba tanto a judíos como a gentiles. Y la presencia del Cordero, ante
su trono, todo el mundo está representado, es decir, hombres y mujeres
―de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas‖ (Ap. 7:9).
El tecer uso de la palabra es el uso ético-espiritual, en el que el
mundo representa la antítesis del reino de Dios. Representa todo lo que
es caído y lo que está en oposición espiritual a Dios. Este mundo es el
mundo que está bajo la influencia de Satanás y se opone a y oprime a
los que pertenecen al Reino de Dios (Jn. 12:31; 1:47; 16:11; 2 Cor.
4:4; 5:19; 1 Jn. 2:15–17).
El significado que a nosotros más nos interesa es el primero. Lo
que nos interesa es la pregunta: ¿cuál debe ser nuestra relación con el
mundo en el sentido de la creación de Dios? Pero tenemos que hacer
una precisión, porque es posible que los términos mundo o aún
creación sean de apariencia engañosa. Lo que queremos decir cuando
hablamos del mundo o de la creación es todo lo que Dios ha hecho de
la nada por la palabra de su boca, es decir, todo lo que pertenece
propiamente a este orden creado. Esto no solamente incluye átomos,
árboles y animales, sino también cultura, sociedad, leyes, familias y
otras instituciones humanas en las cuales vivimos. El concepto bíblco
del mundo (en este sentido) es la suma total de todo lo que es
creacional.
La Biblia nos enseña que Dios en el principio hizo al mundo de la
nada como un templo para la manifestación de su gloria y para su
propio deleite. Este concepto distingue el concepto cristiano del
mundo de todos los demás. La Biblia dice que el mundo es ―la obra de
sus manos‖ (Sal. 19:1). Cuando en el principio había desorden y caos,
Dios impuso su orden sobre la creación por el poder de su palabra
(Heb. 1:1–3). La creación manifiesta su diseño e inteligencia. Toda la
belleza que hay en el mundo, Dios la creó para sí mismo (Prov. 16:4;
Apoc. 4:11).2 El mundo ha sido afectado por el pecado del hombre,
debido a que el hombre fue puesto como virrey sobre él como su
mayordomo por excelencia. Cuando el hombre cayó, el mundo fue
sujeto a la vanidad, y sufre hasta el día de hoy las consecuencias de la
transgresión del primer hombre, Adán. No fue solamente la naturaleza
humana que se vio afectada por el pecado, sino todo lo que estaba bajo
la autoridad y dominio del hombre, y su redención está relacionada
2
Va Til, 193.
con la del hombre (Rom. 8:18–25). Finalmente, el mundo mismo, y no
sólo el hombre, será redimido y renovado en Cristo, junto con los
Hijos del Reino. Van Til dice lo siguiente:
Este mundo, que Dios ama y Cristo salva, no es malo, sino que sufre,
sin embargo, los efectos del pecado, debido a su cercana conexión
con el hombre, a quien Dios constituyó rey de la creación en el
principio. Pero Cristo, quien es un Redentor cósmico, ha venido para
librarlo de la esclavitud y corrupción del pecado junto con los hijos
de Dios, lo cual es llamado la restauración de todas las cosas (Hch.
3:21).3
Este, en resumen, es el concepto bíblico del mundo físico.
¿Es el mundo malo por causa del pecado?
¿Por qué dice Van Til que el mundo no es malo? Ha habido en
varias ramas de la Iglesia una tendencia para ver el mundo y los
elementos del mundo como esencialmente malos. Hace muchos años,
estaba en Piedra Hincada, México, un pequeño pueblito indígena en el
estado de Hidalgo. De noche, estaba caminando con un amigo, un
misionero, hacia la casa donde me hospedaban y me quedé en el
camino para contemplar la majestad de los millones de estrellas que
podíamos ver en ese lugar sin la contaminación de la luz de la ciudad.
Mientras yo admiraba la belleza de la creación, mi amigo se volvió y
me preguntó qué estaba haciendo. Cuando le dije qué hacía, me
comentó: Estás loco. Todo va a quemarse de todos modos. Sigamos.
Pero no podía compartir su pesimismo. El mundo material no es malo
ni es producto del diablo. Tampoco es un parque de diversiones para
demonios. Aun en su estado caído, no se ha convertido en algo
desechable. En su libro, Creación recuperada, Alberto M. Wolters
argumenta que la creación es todavía buena estructuralmente.4 La
creación es fundamentalmente buena, aunque esta cualidad haya sido
distorsionada u ocultada por el pecado del hombre. Wolters dice:
3
Ibíd. http://www.contra-
mundum.org/castellano/libros/concepto/CCC13.pdf
4 5
Albert M. Wolters, La Creación Recuperada (Dort College Press, 2005)
No obstante, la distorsión ocasionada por el pecado no puede
erradicar la buena calidad de la creación. El pecado y el mal siguen
siendo parásitos de la buena creación de Dios. Aun el odio no puede
existir sin alimentarse de los recursos positivos creacionales de la
emotividad y resolución humanas … El concepto bíblico enseña que
esta calidad de bueno continúa porque Dios es fiel a sus ordenanzas
creacionales, para que algo de su buen carácter siga manifestándose a
pesar de la direccionalidad religiosa de todo lo que está sujeto a ellas.
Dios mismo creó el mundo material y lo llamó bueno. Sufre los
efectos del pecado pero Dios no lo deshizo. En cambio, debido a su
bondad y porque él es bueno, ha preservado a su creación en medio de
la caída. Podemos ver que la creación es buena todavía en el hecho de
que las sociedades funcionan, el mundo sigue girando alrededor del
sol, tenemos las estaciones del año, la gravedad nos mantiene
firmemente en la tierra, la tecnología sigue desarrollándose a favor de
la raza humana, podemos mejorar la calidad de la vida usando
medicinas, etc. Pero hay más. Dios nos ha dicho en su palabra que
tiene la intención de restaurar a esta misma creación cuando venga de
nuevo en toda su gloria.
EL MANDATO CULTURAL Y EL MUNDO
El hombre comete uno de dos errores serios con respecto a la
creación. O la deifica y la convierte en un ídolo, algo divino, o la
desprecia y abusa de ella como algo malo o algo que existe
exclusivamente para la gloria del hombre.5 Pero la creación no es
Dios, sino la obra buena de sus manos, y nosotros los hombres no
somos dueños, sino mayordomos de las buenas cosas que Dios ha
hecho. Este mundo es bueno estructuralmente y todavía lleva la huella
de su Hacedor. Por lo tanto, el cristiano es llamado a servir a Dios en
la manera en la que hace uso de esta creación.
El mandato cultural es el mandato que Dios dio al hombre para
que labrara su buena creación y sacara de ella toda su potencialidad
escondida. Al mismo tiempo, queda claro por las Escrituras que el
hombre no es dueño del mundo para disponer de él como le parezca.
El hombre tampoco es cualquier otro animal sujeto al azar ciego de las
Van Til., 194.
fuerzas naturales. Tampoco el mundo está lleno de demonios o
espíritus que habitan las cosas que existen para horrorizar al hombre y
sujetarlo a una vida de miedo e incertidumbre. Más bien, el hombre es
la corona de la creación y todo ha sido puesto por debajo de sus pies
(Salmo 8). El hombre es la gloria de la creación de Dios y tiene el
llamado de sujetar la creación a sí mismo para la gloria de Dios.
El principio anterior da pie a la investigación científica, el
desarrollo de la naturaleza, la agricultura, los estudios, la producción o
fabricación de productos de materiales brutos, la industria, sistemas
financieros, etc. Este principio da pie al desarrollo de la vida humana y
de la tierra, y a la prosperidad y libertad humana en toda su vida
cultural. Este desarrollo es bueno para la raza humana siempre y
cuando esté unido al principio madre de Dios como el Creador y
Soberano sobre su buena creación y el otro principio de la doctrina
bíblica del hombre. Aparte de estos dos principios, el hombre se ve
como dueño y señor sobre el mundo, o al contrario, se ve como
indefenso, sujeto al mundo y a la ceguera de poderosas fuerzas
naturales. En cualquier caso, tanto el hombre como el mundo sufren.
El propósito del mandato cultural no es el desarrollo para sí
mismo, sino para la gloria de Dios y la libertad humana. Aparte de
Dios y su Palabra, los hombres usan su conocimiento y tecnología para
la opresión de su prójimo. Bajo el uso santificado de la tecnología, los
hombres y mujeres son liberados de la faena de la labor tediosa que
cualquier animal no pensante, o el viento o el agua, o las otras fuerzas
de la naturaleza pueden hacer. Dios no quiso que el hombre viviera
como una bestia del campo. El mandato cultural es para la gloria de
Dios y la prosperidad y elevación del hombre sobre las bestias del
campo como el virrey de Dios en el mundo.
El trabajo y el desarrollo
Adán no fue creado para disfrutar vacaciones eternas en el huerto.
No se quedaba sentado día tras día sin nada que hacer. Parte de la ley
que Dios le dio en el huerto fue el trabajo como una actividad humana,
la cual reflejaba a Dios, quien trabajó seis días en la creación del
mundo. Cuando yo era un niño, odiaba el trabajo y mis estudios. Sólo
quería jugar con mis compañeros. No me daba cuenta de que era el
arduo trabajo de mi padre el que me permitía comer, vestirme,
estudiar, y jugar. El trabajo no es malo. Pero muchos hablan como si la
jubilación fuera un pedacito del cielo, como si el trabajo fuera parte de
la maldición, un resultado del pecado. Pero, el trabajo no era parte del
pecado, sino afectado por él. Dios puso a Adán en el huerto para
―labrar y guardarlo‖. Eso es trabajo. Pero, cuando el hombre pecó,
Dios le dijo:
Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos
los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas
del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que
vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al
polvo volverás. (Gén. 3:17–19)
Ahora, el hombre trabaja, pero bajo la frustración de la maldición.
No trabajamos por causa de la caída, sino porque es parte de la
naturaleza creacional. Trabajamos porque Dios, en su Palabra, trabaja
y nos pone a trabajar.
El pecado ha producido faena y frustración. El mandato cultural
después de la caída existe para superar en alguna medida los efectos
dañinos de la caída. Aunque el hombre no puede liberar al mundo de la
caída, puede mejorar su vida y la calidad de la existencia ejerciendo su
dominio creacional en el mundo.
La ética laboral calvinista
El protestantismo rechazó la distinción entre el deber sagrado y el
secular, oponiéndose a la idea que el trabajo era un mal necesario. El
trabajo, según Calvino, era un llamado de Dios para todo ser humano.
Cuando alguien trabaja diligentemente en su llamado, glorifica a Dios,
su Creador. En la mayoría de las religiones mundiales, la devoción
religiosa casi siempre va de la mano con el rechazo de los asuntos del
mundo, pero no así con el Calvinsimo. Dios no se hallaba solamente
en lo extraordinario, sino en lo cotidiano, en la vocación de cada uno.
Dios estaba presente también (recuerda el concepto de vivir coram
Deo) ―en las actividades mundanas de nuestras vidas cotidianas‖.6 Esta
es la doctrina luterana de la vocación, la cual fue puesta en práctica
imparablemente por el calvinismo como una ética de trabajo.
Jesús nos enseñó a pedir a Dios nuestro pan de cada día. Cuando
así oramos, no esperamos que Dios nos dé maná del cielo o que por
6
Gene Edward Veith, “Nuestra vocación y la gloria de Dios”, Reforma Siglo
21, vol. 10, num. 2 (octubre 2008), 21.
magia la carne aparezca en nuestro refrigerador. Dios nos da nuestro
pan de cada día por medio del trabajo. Esto es lo mismo que Dios dijo
a Adán cuando lo puso en el huerto para ―labrar y guardarlo‖: De todo
árbol del huerto podrás comer (Gén. 2:16; ver también 3:19). ¿Cómo
iba a comer del fruto de los árboles? Sólo por el trabajo, labrando y
guardando el huerto. La forma en que Dios nos da nuestro sustento es
por medio de nuestras diversas vocaciones: profesores, molineros,
granjeros, bomberos, políticos, panaderos, constructores, abogados,
frabricantes, mecánicos, etc.7 El punto no es el trabajo específico, sino
el llamado general. Dios ha dado a todas las familias de la tierra dones
y talentos que están nacientes en la naturaleza humana. Estos son para
el beneficio de la raza y todo ser humano es llamado a trabajar en el
santo ejercicio de sus dones. Esto significa que no sólo el sacerdote o
el pastor tiene un trabajo importante para Dios, sino que todos los
creyentes pueden glorificar a Dios en sus diversos llamados, sea cual
sea.
El meollo de esta doctrina de la vocación es la del sacerdocio de
todos los creyentes. No tiene que ser pastor para ser un sacerdote. Ya
que los sacerdotes ofrecían sacrificios, el creyente ofrece la totalidad
de su vida como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, pues este
es nuestro culto razonable (Rom. 12:1). Esto hacemos en nuestros
trabajos, familias, relaciones amistosas, etc. La vida espiritual y la vida
cotidiana eran una sola,8 y mi vida entera se convierte en un sacrificio
de agradeciemiento a Dios. John Pless muestra la drástica diferencia
que existía entre este concepto reformado y el concepto general de la
iglesia católica de la edad media:
El Catolicismo Romano medieval presuponía una dicotomía entre la
vida en los órdenes religiosos y la vida en los llamamientos
ordinarios. Se asumía que la vida monástica guiada por los consejos
evangélicos (i.e. El Sermón del Monte) proveía un sendero más
seguro hacia la salvación que la vida secular regulada por el
decálogo … Según esta mentalidad el creyente que hace un llamado
al evangelismo, que sirve en un comité congregacional, o que enseña
una lección en servicio a la iglesia está llevando a cabo una labor
7
Ibíd.
8 11
Ibíd., 29–33
más espiritualmente significativa que la madre cristiana que cuida a
sus hijos o que el cristiano que trabaja con integridad en una fábrica.
Para el creyente todo trabajo es santo porque él o ella es santo y justo
por medio de la fe en Cristo … Ya no es suficiente pensar en su vida
y en su trabajo diarios como su vocación, ahora deben ser llamados
―su ministerio‖.9
El calvinismo tomó muy en serio este mandato a trabajar.
Proverbios dice que ―la mano negligente empobrece, mas las manos de
los diligentes enriquece‖ (Prov. 10:4; ver también 21:5) y el Salmista
nos motiva así: ―Cuando comieres el trabajo de tus manos,
bienaventurado serás, y te irá bien‖ (Salmo 128:2). Calvino comenta
que es algo claro que la indolencia y la pereza son malditas por Dios
mismo, porque el hombre fue creado para ser activo.10 A continuación
Calvino dice, comentando sobre 2 Tesalonicenses 3:10,
Hay diversas maneras de trabajar. Pues quienquiera que apoye y
beneficie a la sociedad de los hombres por su industria, o
gobernando en su familia, o administrando los asuntos públicos o
privados, o aconsejando, o enseñando, o de alguna otra manera, no
debe ser incluido entre los vagabundos. Porque Pablo reprende a
aquellos zánganos perezosos que viven por el sudor de otros,
mientras que ellos no contribuyen ningún servicio al sustento común
de la raza humana. A esta índole pertenecen nuestros monjes y
sacerdotes, la gran mayoría de los cuales son mimados, no haciendo
nada, salvo que cantan en los templos para evitar la fatiga.11
El concepto calvinista del trabajo se deriva explícitamente de la
Biblia: ―¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes
estará; no estará delante de los de baja condición‖ (Prov. 22:29). El
trabajo es un llamado de Dios, pero para que este trabajo sea para la
gloria de Dios y el bienestar de los demás, tiene que ser relacionado
con otras características.
9
Ibíd., op. cit., 30–31.
10
Juan Calvino, Comentario sobre Filipenses, Colosenses y Tesalonicenses,
online: http://www.ccel.org/ccel/calvin/calcom42.vii.v.ii.html.
Ibíd.
 El trabajo y la honestidad
Una vez hace poco tiempo, cruzaba la frontera entre Costa Rica y
Nicaragua. Cuando el inspector llegó a mi microbús, descubrió que yo
tenía alrededor de quince cajas de libros que llevábamos a una
conferencia. El valor de estos libros superó los mil dólares permitidos
y tenía que pasar los libros por la aduana. Fui a la aduana y una mujer
me atendió en una ventanilla y después de llenar un formulario me dijo
que fuera a la caja. Pero cuando llegué a la caja, no pude pagar ―el
servicio‖ que me estaba cobrando, porque en la caja no se podía recibir
dinero. Me llenó dos recibos bancarios y tuve que caminar al banco,
hacer fila y pagar los recibos. Después tuve que volver a la caja donde
la señora certificó los pagos y me dio otro formulario. Luego y por fin,
volví a la primera ventanilla y la señora que me atendió originalmente
me completó el formulario y pude volver al inspector a que me firmara
la inspección. Esta fue una sola parte de la odisea que fue cruzar la
frontera en mi microbús. Pero se me ocurre una pregunta: ¿Por qué
tanta vuelta para hacer algo que una sola persona podría haber
hecho? La respuesta es sencilla. Es una falta de confianza. Y la falta
de confianza resulta de la falta de honestidad.
Fíjate en este ejemplo. En vez de pagar a una sola persona para
hacer el trabajo de dos o tres, el estado tiene que gastar más dinero y
resulta en un caos fronterizo que genera en muchos casos más
corrupción. En una ferretería en Costa Rica, hay una persona que te
atiende, otra persona que te trae la mercancía y otra persona aún que
recibe el pago. En otros países, es muy diferente. En muchos lugares,
una sola persona te atiende, te trae la mercancía y recibe el dinero. Los
otros empleados pueden estar haciendo lo mismo, la empresa ahorra
dinero en salarios, cargos sociales, y seguros. Pero debido a la falta de
confianza, se tiene que dividir un trabajo en tres para evitar robo u otro
tipo de conducta corrupta.
¿Por qué algunas sociedades pueden hacer con un empleado lo que
otras tienen que hacer con tres? La respuesta es religiosa. Los países
que han sido los beneficiarios de una influencia calvinista (y
protestante en general) son tradicionalmente los menos corruptos. De
los diez países más confiables en el índice de sobornos, siete son
países históricamente cristianos y seis tienen una historia larga de
influencia calvinista.12 Aunque estos países por lo general han
abandonado sus raíces calvinistas, todavía gozan del fruto que produjo
la cosmovisión calvinista, en particular referente a su énfasis en la
honestidad.
¿Por qué produjo el calvinismo una sociedad más honesta? La
honestidad es importante porque Dios nos ha dicho: ―No hurtarás‖ y
―No darás falso testimonio‖ (mandamientos 7 y 8; ver Éx. 20:1–17).
Dios exige la honestidad en nuestro trato con el prójimo y el hombre
que es consciente de que vive coram Deo sabe que Dios todo lo ve. La
Biblia tiene mucho que decir sobre la honestidad en nuestras
vocaciones. Por ejemplo, dice en Levítico 19:35–37:
No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra
medida. Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo
Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto. Guardad,
pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por
obra. Yo Jehová.
Dios exige las balanzas justas porque ellos fueron redimidos de la
esclavitud a Egipto para servir a Dios. Debido a su salvación y nuevo
estatus en Dios, tenían obligaciones ante Dios y por tanto, ante su
prójimo, el cual es hecho a la imagen de Dios. Compare este concepto
con el del utilitarismo. Benjamín Franklin, un inventor famoso y
utilitarista, también promovía la honestidad en el trabajo, pero no por
las razones bíblicas. Él dijo: ―El que pierde cinco chelines, no pierde
sólo ese monto, sino también toda la ventaja que pueda ganar por
usarlos en los negocios, lo cual sería un monto considerable cuando
ese joven fuere viejo‖. No obstante, el motivo de ser honesto para
Franklin fue puramente utilitario, es decir, necesario por ser útil,
siendo algo que prosperaba la sociedad. Pero el utilitarismo sólo
funciona cuando goza de otras cualidades, como una honestidad
general. De otro modo, el momento en el que se le hace a uno más
conveniente ser deshonesto, porque le conviene más para su
prosperidad personal, la sociedad va a perder su rumbo y la corrupción
personal y social se verá cada vez más. En cambio, el calvinismo
enraizó la honestidad en el Dios trascendente y su ley como verdades
12
Ver o descargar estos documentos en la página www.transparency.org
absolutas que no cambian con el paso del tiempo o con diferentes
culturas.
Uno no tendía que pensar mucho en las diversas aplicaciones de
este principio ni el efecto que la deshonestidad pueda tener en una
sociedad (p.ej. en una frontera). Desde el caso de un empleado que le
roba tiempo a su empresa, hasta aquellos que descargan software
pirateado, la deshonestidad tiene consecuencias para nuestro trabajo y
para la sociedad en general.
LA TECNOLOGÍA
EN SÍ, LA TECNOLOGÍA NI ES BUENA NI MALA. ES SIEMPRE el uso lo que
nos preocupa, y eso será determinado por nuestra cosmovisión. La
tecnología moderna nos ha cambiado la vida. Cuando era yo un niño,
no teníamos teléfonos celulares, Internet, computadoras portátiles, etc.
Pero ahora estoy trabajando en mi computadora portátil (la cual es mi
verdadero machete) y tengo acceso constante a Internet, y a la par está
mi teléfono que también tiene correo electrónico, mensajes
instantáneos y Facebook. La tecnología ha cambiado a marcha rápida.
¿Qué debemos opinar de tanta tecnología?
En su influyente ensayo, Las raíces históricas de nuestra crisis
ecológica, el historiador, Lynn White Jr., versa sobre el impulso que
dio el cristianismo al desarrollo tecnológico de la era moderna. El
paganismo siempre ha visto al hombre como sólo otra parte de la
naturaleza. Pero a diferencia del paganismo, la cosmovisión cristiana
siempre ha planteado una visión del hombre como distinto del orden
natural, porque está sobre él. El hombre y la naturaleza son dos cosas,
no separadas, sino diferentes. La naturaleza no era algo a lo cual el
hombre estaba sujeto, sino algo que estaba sujeto al hombre para el
beneficio común de la raza humana. Este concepto del hombre y la
naturaleza libertó al hombre del animismo pagano. El hombre ya no
tenía que preocuparse por la naturaleza como si estuviera llena de
espíritus que tenía que apaciguar. Podía ejercer su dominio y potestad
sobre la naturaleza, porque todo estaba puesto bajo sus pies a su
disposición. White dice:
La victoria del cristianismo sobre el paganismo fue la más grande
victoria psicológica en la historia de nuestra cultura … Nuestros
hábitos cotidianos de acción, por ejemplo, se dominan por una fe
implícita en el progreso perpetuo, lo cual no se conocía en la
antigüedad griego-romana ni en el Oriente. Está enraizado en, e
insostenible aparte de, la teología judeocristiana.13
La cosmovisión cristiana postuló una dualidad hombrenaturaleza,
además de la convicción que es la voluntad de Dios que el hombre
explote y desarrolle las potencialidades nacientes en la naturaleza para
el beneficio del hombre y la gloria de Dios. Dios creó al mundo con
estas potencialidades para ser usadas en beneficio del desarrollo de la
sociedad humana y para manifestar su gloria en la diversidad y
potencialidades casi inacabables que Dios ha puesto a la disposición de
las criaturas hechas a su imagen. En la historia del desarrollo
científico, no fue hasta el siglo XVIII que Dios se vio como una
presuposición necesaria para las ciencias. Sin embargo, es innegable
que fue el cristianismo el que dio inicio a los grandes avances
científicos en modernidad que están dando fruto hasta el día de hoy.
Volviendo, pues, a la pregunta original, podemos repetir que la
tecnología en sí no es ni buena ni mala. Más ciencia y más desarrollo
ni nos ayudarán ni nos perjudicarán. Todo depende de la cosmovisión
que maneje el desarrollo o la tecnología. Hoy día damos por sentado
algunas tecnologías que fueron (y siguen siendo) revolucionarias, tales
como los lentes, el reloj, procesos modernos de cosecha, etc. Muchas
de estas invenciones fueran desarrollados en la edad media, y fueron
de mucha importancia, por ejemplo la carretilla.
La segadora automática
El inventor de la segadora automática, Cyrus McCormick, nació el
año 1809 (1809–1884) a Robert y Anne-Hall McCormick, padres
presbiterianos y calvinistas. Era el hijo mayor de ocho hermanos.
Aunque la familia tenía esclavos y una finca de 215 hectáreas (538
acres), sus padres, todos los hijos de Robert y Anne se vieron
obligados a salir a trabajar junto con los esclavos en la plantación,
especialmente durante la cosecha. Es posible que alguien pregunte por
qué una familia rica y próspera, con muchos sirvientes y esclavos,
pondría a sus hijos a trabajar también. La respuesta tiene que ver con
su calvinismo. Los McCormick, siendo calvinistas, creían que el
trabajo era un llamado y servicio agradable a Dios. Por causa del
13
www.uvm.edu/~gflomenh/ENV-NGO-PA395/articles/Lynn-White.pdf
mandato cultural, el trabajo era obligatorio sobre todo ser humano, no
solamente sobre los esclavos o hijos de los pobres, sino sobre todos, a
pesar de su ventaja social.
No hace falta decir que Cyrus odiaba trabajar en la cosecha porque
era una labor agotadora. Su padre había intentado inventar una
segadora tirada por caballos, pero no logró un diseño factible. Su hijo
comenzó a trabajar en la invención de su padre porque éste se dio por
vencido. Cyrus odiaba el trabajo afanoso de la cosecha y deseaba
lograr un método de agilizar el proceso. En esa época, la cosecha fue
segada de la misma manera que siempre. Hombres con guarañas
cortaron la cosecha y otros hombres la recogían en balas que eran
llevadas a un granero donde las guardaban. Cyrus perfeccionó la
invención de su padre, y durante el año 1831, antes que terminara la
cosecha, probó y remodificó la primera segadora automática tirada por
caballos del mundo.
El resultado de esta invención fue que Cyrus mejoró la producción
de una finca diez veces y libertó a los trabajadores del trabajo tedioso
de la cosecha. En el año de 1851, ganó una medalla de oro en la feria
mundial en Inglaterra. Aunque la prensa se burló de él y su maquinita,
cuando otros expositores habían traídos los tesoros de sus países,
cuando Cyrus demostró la máquina, se convirtió en una sensación
inmediata. Promocionó su segadora con técnicas creativas de
marketing, prometiendo a los agricultores que podían cosechar hasta
15 acres por día. También utilizó un sistema de crédito que permitía
que los agricultores probaran la máquina en la cosecha antes de
pagarla. En esto, él se hizo muy próspero, mientras que a la vez hizo
prosperar a muchos otros.
En fin, Cyrus convirtió el mediooeste de los Estados Unidos de
América en ―la cesta del pan‖ mundial. La academia francesa de las
ciencias lo eligió como miembro, y dijeron que él había hecho más por
la agricultura que cualquier otro hombre vivo.14
Sin contar más de su vida, lo cual sería muy fácil, nos preguntamos
por qué Cyrus fue capaz de transformar una industria entera, a
beneficio de los esclavos, trabajadores, agricultores y el mundo entero.
Y no mencionamos que Cyrus no lo hizo sólo. Un esclavo, Jo
14
Esta biografía adaptada de
http://web.mit.edu/invent/iow/mccormick.html
Anderson, también trabajó con Cyrus para perfeccionar su máquina.
¿Cómo es posible que el hijo de un granjero trabajara con un esclavo
en la invención de una máquina diseñada para agilizar la vida del
esclavo? La respuesta es su cosmovisión calvinista.
Cyrus aprendió desde una edad tierna el valor y la importancia del
trabajo, que Dios llama a todos a trabajar. Sin embargo, él prefería
usar máquinas para eliminar lo tedioso y duro del trabajo de la finca.
También tenía el concepto del ser humano que heredó del calvinismo
que le enseñaba que todo ser humano es hecho a la imagen de Dios. Es
degradante que cualquier ser humano haga el mismo trabajo que
pueden hacer las bestias, el viento, el agua o una máquina. Los seres
humanos no deben verse obligados a realizar tareas no pensantes
cuando cualquier animal lo puede hacer. La invención de Cyrus,
motivada por su cosmovisión calvinista, libertó a los seres humanos de
la labor tediosa y resultó en una prosperidad indecible para el mundo
agricultor.
Una invención de otro corte
Podemos ver la importancia de esa invención, pero en sí nos
parecería inofensiva y con pocas tendencias al abuso. Mas bien sirvió
para la liberación humana de la faena de una labor tediosa. No
obstante, no todas las invenciones son ni han sido igualmente
inofensivas. Por ejemplo, algunas han sido usadas para fines de
opresión en vez de liberación. Algunas sociedades hacen uso de la
tecnología para controlar a su pueblo mientras que otras la usan para la
mayor libertad de los individuales. La diferencia yace en la
cosmovisión de cada cultura. Divorciada de la Biblia, la tecnología y
el desarrollo llevan las semillas dentro de sí de una tiranía cruel y
eficiente. Sólo tenemos que ver el ejemplo de la guillotina durante la
Revolución Francesa. Fue creada para ser un método más humano de
ejecución. Fue más humano que el hacha del verdugo. Pero un año
antes de su muerte, Maximilien François Marie Isidore de Robespierre,
estableció un tribunal especial para juzgar y ejecutar a los enemigos de
la Revolución y durante estos años, un tiempo conocido como el
Terror, alrededor de 1285 personas fueron guillotinadas, una gran
parte sin la necesidad de testigos en su contra.
Podemos ver estas tendencias buenas y malas hoy mismo en
muchas tecnologías. La misma tecnología de computación que estoy
usando para redactar este libro puede ser usada para la explotación de
mujeres, niños y hombres mediante la difusión de la pornografía, o
para el robo de propiedad intelectual mediante la descarga de música,
videos y otros programas informáticos. El Facebook puede ser usado
para volver a conectarse con viejos amigos y con otros familiares y
seres queridos, o para vengarse de un esposo infiel, como yo vi en el
caso de unos amigos queridos hace un par de años. Un país puede
hacer uso de la tecnología para proteger a sus ciudadanos y ampliar su
libertad, mientras otro estado más despótico puede hacer uso de la
misma para limitar los derechos de su pueblo. Todo depende del
conjunto de creencias básicas que llamamos cosmovisión.
NUESTRA RESPONSABILIDAD
DADO LO DICHO ANTES SOBRE EL HOMBRE Y SU LUGAR POR encima de la
creación, uno puede ver fácilmente las tendencias que hay al abuso de
la naturaleza. Y de hecho, eso hemos visto en el occidente. Esto es un
resultado de un concepto desmesurado del lugar del hombre en el
mundo. Cuando la Biblia dice que los seres humanos somos virreyes
sobre la creación, no quiere decir que seamos dueños. Dios es el único
dueño de la creación. Nosotros los seres humanos somos solamente
mayordomos. No somos cualquier otro animal sujeto al azar o a las
ciegas fuerzas naturales, pero tampoco somos el Soberano Dios.
Tenemos una responsabilidad de ―labrar‖ el mundo. Es decir, tenemos
la responsabilidad, el llamado a desarrollar las potencialidades latentes
en esta creación. Sin embargo, también tenemos la responsabilidad de
―guardar‖ la creación, es decir protegerla de daño e influencias
perjudiciales. Esta es la raíz de nuestra legítima responsabilidad
ecológica.
Lynn White, a pesar de sus muchas observaciones válidas y
valiosas, razonó que debido a su cosmovisión, el cristianismo es el
responsable por la supuesta crisis ecológica que muchos dicen que
enfrentamos hoy en día. Dice él que ―Lo que hacemos respecto a la
ecología depende de nuestro concepto de la relación hombre-
naturaleza. Más ciencia y más tecnología no nos sacarán de la presente
crisis ecológica hasta que encontremos una nueva religión, o volvamos
a inventar la vieja‖.15 Pero, nuestra cercana conexión con la naturaleza
15
www.uvm.edu/~gflomenh/ENV-NGO-PA395/articles/Lynn-White.pdf
como seres sobre ella, no hace que el cristianismo sea necesariamente
responsable por una u otra crisis ecológica. Este razonamiento es
superficial y no manifiesta un entendimiento de la enseñanza bíblica.
Si bien en el occidente ha habido una tendencia al abuso de la
naturaleza, eso se debería a un concepto defectuoso de la mayordomía.
La mayordomía es el concepto de la juiciosa administración de lo que
le ha sido encargado al hombre por Dios, sea la naturaleza, el dinero,
los niños, los talentos, nuestros trabajos, etc. Reconocemos que lo que
tenemos no es nuestro, sino de Dios. No tenemos derecho de hacer con
este mundo todo lo que nos da la gana. Jesús nos enseñó a orar,
―hágase tu voluntad‖, no que se haga la mía. Quiere decir que la
cosmovisión bíblica se preocupa por la buena administración de lo que
Dios nos ha encargado, conforme con la parábola de las diez minas
(Lc. 19:11–27). La mayordomía es el llamado a la protección y el uso
juicioso de lo que realmente pertenece a Dios, sabiendo que algún día
daremos cuentas a él. Este concepto no tan solo aplica a nuestro uso de
la naturaleza, sino al uso que hacemos de las cosas del mundo en toda
esfera de la vida.
EL CALVINISMO CONFESIONAL
ESTOY CONVENCIDO DE QUE NUESTRA COSMOVISIÓN TIENE que
desarrollarse en el contexto de nuestra religión confesional. Un
documento confesional es un resumen histórico de las doctrinas
fundamentales de la fe cristiana. La palabra confesión significa ―decir
juntos‖ y eso es exactamente el propósito de una confesión de la
iglesia, que la iglesia declara con una sola voz la enseñanza de Dios de
las Escrituras. Las confesiones históricas reformadas, por ejemplo la
Confesión de fe de Westminster o la Confesión Belga (entre otras), nos
ayudan a desarrollar una visión del mundo consistente y sistemática.
Ofrezco brevemente tres razones por las que no debemos descuidar las
confesiones de fe históricas (y en especial los catecismos) de nuestras
iglesias reformadas y presbiterianas.
LAS CONFESIONES NOS OFRECEN UN SISTEMA DE DOCTRINA
HEMOS OBSERVADO QUE UNA COSMOVISIÓN ES UN SISTEMA de vida
informado por la religión. Las confesiones no son simples documentos
bíblicos o doctrinales. Ellas representan sistemas de pensamiento, o
sistemas de doctrina que manifiestan una consistencia y unidad de
pensamiento. Todo el mundo lee la Biblia. Los anabaptistas en el
tiempo de la Reforma Protestante también leían la Biblia, pero no
produjeron una cultura de libertad y espiritualidad como lo hizo el
calvinismo. Sólo leer la Biblia no es suficiente. Tenemos que
interpretarla también. Las confesiones (incluyendo los catecismos) son
interpretaciones sistemáticas de todo el consejo de Dios. Las
confesiones no incluyen todas las doctrinas posibles, sino solamente
las más importantes y básicas. El calvinismo pudo ser un sistema que
abarca todo el pensamiento y la vida porque primero logró desarrollar
un sistema de doctrina sagrada que influía en todo su pensamiento
sobre la vida, familia, cultura y sociedad. Fueron los países donde el
calvinsimo echó sus raíces más profundas que desarrollaron las
grandes confesiones que la iglesia conoce hoy.
LAS CONFESIONES RESPONDEN A TODAS LAS PREGUNTAS
BÁSICAS DE UNA COSMOVISIÓN
LAS CONFESIONES TAMBIÉN SON DISEÑADAS DE TAL manera que los
temas que tratan responden a las preguntas más básicas de la
cosmovisión: Dios, el hombre y el mundo. En este punto, estoy
pensando en particular en la función del catecismo. Hace un par de
años, fui impresionado cuando comencé a enseñar el catecismo
infantil, basado en el Catecismo menor de Westminster, a mis hijas.
Mis hijas mayores fueron capaces de memorizar las preguntas y
respuestas y un par de versículos de la Biblia que las respaldan. Lo que
me impresionó más fue la lógica del catecismo. Comienza con Dios,
su ser y su identidad trino como Creador y Soberano sobre su creación.
Después trata el hombre, nuestra naturaleza, la caída y el plan de Dios
para la redención de sus elegidos, nuestra vida espiritual de
agradecimiento y el estado final de la glorificación. Entre más
memorizan mis hijos y entre más hablamos de estas verdades en la
casa y las comparamos con las mentiras del mundo, mis hijas mayores
(y mis otros hijos cuando sean más grandes) están desarrollando una
cosmovisión basada en un sistema de doctrina bíblica, lo cual es el
meollo del calvinismo. El catecismo es la herramienta perfecta para
inculcar en nuestros hijos y nuestras iglesias la cosmovisión calvinista.
Además, el catecismo menor (o el de Heidelberg) sirve de una
herramienta poderosa en la evangelización, porque el catecismo nos
ayuda a sistematizar nuestro propio pensamiento como pastores y
cristianos. Me organiza mis pensamientos y me ayuda a responder
preguntas generales con respuestas específicas y claras que no
deambulan por los caminos de la ambigüedad. La respuesta a la
pregunta, ¿Cómo creó Dios al hombre? está repleta de doctrina y
respuestas para un mundo pagano: ―Dios creó al hombre, varón y
hembra, según su propia imagen, en conocimiento, justicia y santidad,
con dominio sobre las criaturas‖.1 En esta respuesta se halla un mundo
profundo de armas apologéticas con las cuales podemos elaborar
nuestra cosmovisión para un mundo perdido en el interior del barco
del paganismo.
LAS CONFESIONES SON LOS RESÚMENES MÁS CONSISTENTES
Y GENERALES QUE EXISTEN DE LA FE CALVINISTA
FINALMENTE, HAY GRANDES EXPONENTES DE LA FE CALVINISTA, tanto
del pasado, como de la actualidad. Pero no importa cuán amados sean
estos héroes de la fe, ninguno nos ha provisto una expresión de la fe
calvinista tan consistente y tan ancha y tan precisa como la que
tenemos en las confesiones reformadas. Nuestra cosmovisión depende
del calibre de nuestra consistencia entre todas las áreas de nuestro
pensamiento. Una religión confesional asegura que tenemos tal
consistencia. Esto es parte de la potencia del calvinismo y no debe ser
descuidado. Las confesiones nos enraízan en las verdades de Dios que
nos ha revelado en la Biblia. Las confesiones, al igual que los credos
ecuménicos, nos unen a una fe histórica y profunda. Hacen que
nosotros no deambulemos por la religión subjetiva, siempre volviendo
a inventar la rueda de la fe. Mientras la iglesia abandone esta firmeza
sistemática e histórica, se quedará con una religión ahistórica,
subjetiva e impotente ante las corrientes modernas del mundo. Pues así
dijo Kuyper: ―Todo aquel que piensa que puede abandonar las
verdades bíblicas, y acabar con el catecismo de la Reforma, presta
1
CmW, p.10 (versión Editorial CLIR, 2010).
oídos negligentes a la hipótesis de la cosmovisión moderna y, sin ser
consciente de cuánto se ha desviado, jura por el catecismo de
Rousseau y Darwin‖.2
Finalmente, otra ventaja que nos brindan las confesiones es una
expresión de la fe que abraza diversas tradiciones reformadas. A
diferencia de muchas declaraciones doctrinales modernas o privadas,
las confesiones no deambulan por los detalles tangenciales. No versa
sobre cuestiones del milenio, últimos tiempos u otras doctrinas
especulativas. Deja mucho campo para diversidad de opinión y la
libertad de conciencia. No intenta obligar a la conciencia a las
doctrinas fundamentales y cruciales, las cuales plantea de la forma más
bíblica posible, junto con todo el respaldo de los textos bíblicos.
Es casi indubitable que las ramas del cristianismo que han dejado
atrás las confesiones históricas son las mismas que se vuelven
superficiales, místicas e inestables. En última instancia, el fin de toda
manifestación del cristianismo que abandona su pasado, es un regreso
al paganismo. El calvinismo, debido a su respeto profundo por el
pasado y las obras de Dios en su iglesia en todos los siglos, se aferró a
expresiones históricas de la fe una vez dada a los santos. Así se ha
mantenido firme durante las tempestades de los siglos. Estas
confesiones, dado su carácter como un resumen de las doctrinas
primordiales de la Escritura, actúan como un ancla que evita que la
iglesia se desvíe de la fe histórica, perdiéndose en un sinfín de nuevas
corrientes y movimientos espirituales que siempre al fin se revelan
como expresiones contemporáneas de la antigua Mentira de la
serpiente.
EL EVANGELIO
DESPUÉS DE TRAZAR LOS GRANDES AVANCES CULTURALES que el
calvinismo ha brindado al mundo:1 una religión elevada, una
2 2
Kuyper, 239.
1 3
Ibíd., 215.
constitución eclesiástica, una forma de gobierno constitucional, el
desarrollo de la agricultura, la solidez de la familia y el matrimonio, un
alto estándar moral social, la sujeción del estado y la iglesia bajo un
principio religioso dominante, etc. Kuyper reconoce que la época en la
que él vivía había cambiado bastante y sufría de un corrupción tal que
estaba, según él, en ―la víspera de una bancarrota universal social‖.2 Si
en los días de Kuyper, el mundo estaba en la víspera de la bancarrota
social, en los nuestros podemos decir que la sociedad ya está quebrada.
La tecnología y los avances han continuado a un ritmo acelerado. Hoy
vivimos en la generación digital, la generación de la Internet, de
correos electrónicos, dispositivos táctiles y tabletas, habiendo
explotado más a fondo las riquezas de la magnífica creación de Dios,
pero carecemos de un fundamento firme para el avance moral y
cultural de nuestras sociedades. Pensábamos que más educación, más
tecnología, más dinero, más prosperidad iban a levantar a nuestra
generación, que nos iban a traer la paz en una nueva etapa de
evolución humana y social. Pero, al contrario, hemos visto en nuestros
días un retorno al paganismo de antaño por medio del camino del
modernismo y el posmodernismo. El mundo de hoy se parece mucho
al de los apóstoles en el imperio romano, pero con una diferencia
marcada: el paganismo de hoy se da en todas partes del mundo. En
gran medida esto se debe a los grandes avances tecnológicos que
hemos visto en los últimos 50 años. La iglesia de hoy encara desafíos
más globales y amenazadores que nunca. Pero confesamos con Kuyper
que la respuesta no es una retirada de la cultura, sino ―un nuevo
desarrollo calvinista para las necesidades‖ tanto del presente como del
futuro.3
La espiritualidad atrofiada del mundo, habiendo dejado el principio
madre de su desarrollo y libertad para volver a las antiguas sendas del
paganismo, reclama una respuesta para los problemas de nuestra
época. Pero sin los fundamentos del calvinismo, esta respuesta se
hallará en la tiranía y opresión. Estamos viendo estos frutos del
abandono de nuestra herencia espiritual en todo país del mundo, en
particular en los países donde el calvinismo ha tenido su mayor
Ibíd., 216.
Ibíd.
influencia. En muchos países que antes eran los campeones de la
libertad de religión, la libre expresión de la fe está siendo oprimida por
el gobierno. Por ejemplo, en Inglaterra, varios pastores han sido
arrestados por predicar en contra de la homosexualidad, y uno fue
detenido porque distribuía panfletos en un desfile gay.4 Ahora, es
ilegal la libre expresión de la fe, porque va en contra de la nueva fe
unista que promueve otro estilo de vida de acuerdo a su cosmovisión
pagana. Si algo no sucede para detener esta avalancha espiritual, sin
duda alguna veremos una persecución a nivel mundial de la iglesia
bajo la mano opresora del neopaganismo global. Hemos visto lo que
Kuyper profetizó hace más de un siglo. Ahora nos preguntamos: ¿Qué
esperanzas ofrece el calvinismo? ¿Cómo podemos poner en práctica
toda nuestra teoría para la transformación de nuestras naciones?
A fin de poder responder al mundo con una alternativa a lo que
ofrece el paganismo de hoy, tenemos que conocer a fondo nuestra
propia cosmovisión. No podemos desarrollar una apologética eficiente
si estamos confundidos con respecto a los principios más básicos de
nuestra cosmovisión. Sócrates dijo: Conócete a ti mismo. Y en cuanto
a nuestra cosmovisión, esto es un buen consejo. Pero, hay una sola
manera de conocernos a nosotros mismos, y eso es a la luz del Hijo de
Dios, Jesucristo, tal como nos es ofrecido en el Evangelio.
TENEMOS QUE CONFRONTAR AL MUNDO CON LA CRUZ DE
JESUCRISTO
Fue la primera venida de Jesucristo y la proclamación de su cruz y
resurrección lo que cambió el mundo antiguo y permitió que las
semillas de la redención germinaran la tierra del imperio romano.
Cristo llegó al mundo proclamando su Reino y el arrepentimiento de
las obras muertas. Y este mensaje conquistó el imperio romano mucho
antes que los visigodos en 410. Este mismo Jesús y su reino de
arrepentimiento y fe para con Dios tiene que ser el corazón de nuestro
mensaje al mundo y el mismo meollo de nuestra cosmovisión.
4
http://www.telegraph.co.uk/news/religion/7668448/Christianpreacher-
arrested-for-saying-homosexuality-is-a-sin.html
En 1932, el libro Re-Thinking Missions (Reconsiderando las
misiones) fue publicado y se asentó en la Iglesia Presbiteriana de los
Estados Unidos de América. Este libro era el informe del comité que
fue autorizado por el Comité Lego de Misiones Foráneas. Hacía
preguntas como: ¿Cómo debía hacer misiones la iglesia cristiana?
¿Qué mensaje debían traer al oriente? ¿Cómo debía presentar al
mundo la persona de Jesucristo? En respuesta a estas preguntas, el
comité tenía mucho que decir:
La unicidad del cristianismo no consiste únicamente en su
interpretación de la verdad religiosa. También, y tal vez
primordialmente, consiste en aquellas cosas que hacen que la
religión difiera de toda filosofía: su simbolismo, sus ceremonias, su
compañerismo histórico y especialmente la figura personal a quien
señala, no solo como su fundador y maestro, sino también como la
máxima expresión de la vida religiosa. En todo esto, el cristianismo
es necesariamente único.5
y
En la persona de Jesús, como el símbolo central así como también la
realidad central histórica de su fe, los cristianos están propensos a
comprimir todo su significado. Por lo tanto, ha sido la costumbre
para las entidades cristianas, al anunciar su mensaje a la humanidad,
decir que ―Nuestro mensaje es Jesucristo‖.6
Jesús, según los teólogos liberales, es la figura central de nuestra
fe. Él es el fundador y maestro del cristianismo, pero no como el Dios
encarnado o el Salvador que se presentó delante del juicio de Dios para
su pueblo a fin de cancelar la deuda por el sacrificio de su cuerpo en la
cruz. No es la figura central de nuestra fe como el Redentor resucitado
de la muerte y mucho menos es el Señor Todopoderoso sentado a la
diestra de Dios Padre. No, este Jesús es nada más y nada menos que
―la máxima expresión de la vida religiosa‖. Es meramente el ―símbolo
central‖ de la cristiandad. Los cristianos necios y mal informados
5
Re-Thinking Missions: A Laymen’s Inquiry After One Hundred Years (New
York: Harper & Brothers Publishers, 1932), 51.
6
Ibíd., 51–52.
tienden a comprimir todo el significado de la fe en la persona de
Jesucristo, pero es más que esta persona, por muy importante que
fuese. Cristo puede ser la figura o el símbolo central, pero no es la
suma de la fe cristiana. Este Jesús resulta ser un gran peluche que nos
hace sentir más seguros en esta vida insegura y cambiante.
Además, según ellos, el cristianismo se guía por un principio
mayor: el amor. El amor es nuestro mensaje. El amor de Dios es lo que
proclamamos, no a Cristo solamente ni aun principalmente. Como dice
el comité: ―Para el cristianismo este principio mayor es el amor
personal, intentando activamente restaurar el alma humana a una
nueva relación con sí misma y con eso a la justicia y paz‖.7 Para ellos,
―el espíritu de amor es el principio madre para encarar todos los
problemas éticos específicos‖.8
Según este concepto, Jesucristo fue el fundador de la fe porque fue
el primer cristiano y ejemplificó la mejor vida de fe, la cual nosotros
también debemos de imitar. Pero la Biblia nos enseña que Cristo no es
alguien que debemos imitar en primer lugar, sino alguien en el cual
debemos confiar. No es el ejemplo de fe, sino el objeto de la fe.9 Las
buenas nuevas de la iglesia no son el ejemplo de Jesús, sino la obra de
Jesús por nosotros. No somos cristianos porque seguimos su ejemplo,
sino porque creemos en su obra. El Jesús de los liberales es una
ficción. Jesús no era un cristiano, sino es el que nos hace cristianos por
fe en él. Jesús y su cruz, no algún amor ambiguo y místico, es el
significado central de la fe y el objeto de la misma.
El Evangelio es buenas nuevas y estas son nuevas porque
sucedieron en el tiempo, en la historia. Uno lee el periódico y espera
que lo que lee de verdad haya ocurrido, que no sea una invención del
periodista para hacer que nos sintamos bien. Si lo que leemos fuera
una invención, no serían noticias, sino ficción. Tampoco podría ser
7
Ibíd., 53–54.
8
Ibíd., 56.
9
Para una defensa de la persona de Jesucristo contra las tendencias
paganas de la iglesia modernista de su época, ver El cristianismo y el
liberalismo por J. Gresham Machen, cáp. 4. Este material es tan relevante
hoy como la época en que Machen lo escribió.
bueno, sino interesante o aburrido. Las buenas nuevas son nuevas
porque ocurrieron y ¡son buenas por la misma razón! Es por esta razón
que la iglesia tiene que predicar el Evangelio sin avergonzarse de este
mensaje de Dios.
Si nosotros quisiéramos ver una nueva cosmovisión implantada en
los corazones de los hombres, los hombres tienen que ser convertidos a
Dios en Jesucristo por medio de su Palabra y Espíritu—es decir, por
medio de fe en las buenas nuevas de la cruz. En este mensaje, el
hombre es restaurado a Dios, su Creador y Salvador, su pecado es
perdonado, su naturaleza mejorada, su relación con el mundo
cambiada y su futuro garantizado. Solo el Evangelio es capaz de
cambiar la vida y pensamiento de un hombre desde dentro hacia fuera.
Este mensaje es vital para el éxito de nuestra cosmovisión.
La muerte y resurrección de Cristo es el principio transformador
del calvinismo. Por la muerte de Jesús, Cristo mismo presenta a los
pecadores como justos delante de Dios. Por su resurrección vence a la
muerte y nos asegura de una glorificación futura. Jesús mismo pagó el
castigo entero de nuestros pecados de modo que ya no hay
condenación para los que están en él. El juicio de Dios en Cristo ha
sido satisfecho. Nos redimió de la culpa del pecado. Pero la verdad es
que ha hecho mucho más que esto. También nos salvó del poder del
pecado. Como Machen observó hace tantos años, ―El Nuevo
Testamento no concluye con la muerte de Cristo … la muerte resultó
en resurrección, y su resurrección como su muerte, fue por nosotros.
Jesús resucitó de los muertos a una nueva vida de gloria y poder, y a
esta vida introduce a aquellos por quienes murió. El cristiano, con base
en la obra redentora de Cristo, no tan solo ha muerto al pecado, sino
que también vive para Dios‖.10 Esta vida se vive para Dios, delante de
su rostro, y consiste en todas nuestras actividades humanas aquí en la
tierra. Y lo que aquí Dios ha comenzado, en la gloria será consumado
y estaremos para siempre con el Señor.
El calvinismo carece de potencia sin este mensaje, porque la cruz
es su principio fundador. En la cruz, toda su cosmovisión se halla. La
redención y restauración a Dios por medio de su Hijo, quien es la
imagen del Dios invisible, es el poder de Dios para la transformación:
del pecado a la santidad, del pecador al santo, de la creación caída a la
10
Machen, Christianity and Liberalism, versión electrónica Nook, pg. 72.
nueva creación. Esta es una obra de Dios y el calvinismo no verá éxito
a menos que Dios actúe poderosa y milagrosamente en los corazones
de los hombres. El calvinismo no es una mera filosofía, sino un
principio vital religioso de fe en Dios por medio de Cristo, donde
Cristo es el Soberano de la nueva creación mediante su sangre y
resurrección. El hombre no puede salvarse a sí mismo. El hombre no
puede encontrar a Dios por sí mismo. El hombre, estando muerto en
sus pecados, no puede levantarse. Sólo Dios puede levantar al hombre
y darle nueva vida. La salvación es de Dios.
Lo que esto significa es que nuestra tarea será inútil hasta que Dios
la bendiga con la actividad de su Espíritu Santo, aplicando a los
hombres la nueva vida en Cristo. Tenemos que predicar el Evangelio y
orar a Dios por un avivamiento de fe y transformación espiritual.
Nuestro mundo va desenfrenado de mal en peor. Vamos camino a
un mundo vendido a un paganismo global que odia el mensaje de la
cruz. En las garras del paganismo, la iglesia de Jesucristo tiene que
luchar, no en contra de carne y sangre, sino contra todo pensamiento
levantado en contra de Dios, y tiene que luchar con el Evangelio. Hay
esperanza para este mundo en Cristo, pero sin este mensaje del
evangelio, el mundo queda en tinieblas.
EL EVANGELIO EN LA PRÁCTICA
UNO DE LOS PROBLEMAS CON LA IGLESIA HA SIDO QUE NO sabe aplicar
sus maravillosas doctrinas. La gente va de domingo en domingo y
puede recitar el contenido del Evnagelio, y aún creerlo, pero no sabe
aplicarlo en la vida práctica en respuesta a los desafíos de nuestra
cultura. El Evangelio no es una vida, sino un mensaje, pero ¡todo
mensaje tiene su lado práctico! En nuestra época, el tema de la
sexualidad es fuertemente debatido, y cada día una nueva ley parece
respaldar a los que se oponen a la fe cristiana.
Por ejemplo,11 en una entrevista con el diario costarricense, La
Nación, a un mes después de acabar su presidencia, el ex presidente de
Costa Rica, Oscar Arias, hizo los siguientes comentarios sobre la
homosexualidad:
11
Lo siguiente fue publicado originalmente en el boletín Reforma Siglo 21,
13 (2011), 70–77. Usado con el debido permiso.
Sí debería tener reconocimiento legal. Uno no escoge la inclinación
sexual. Eso lo da la naturaleza o Dios. Uno no lo escoge, ni los
hombres ni las mujeres … va contra la naturaleza creer que alguien
se siente a pensar a los 14 años si será heterosexual u homosexual.
Son cosas que envía Dios y que sencillamente tenemos que
evolucionar y aceptarlas.12
Además, añadió, ―la Iglesia (Católica) tendrá que evolucionar‖.
Ha sido para muchos el argumento invencible contra los
intolerantes que se oponen a la agenda homosexual. El homosexual no
se hace, sino nace. Si su sexualidad no es algo que haya escogido,
¿cómo podemos juzgarla como mala? ¿Cómo es posible condenar o
juzgar como inmoral lo que es natural? Muchos cristianos,
reconociendo el poder de este argumento, aseveran que la
homosexualidad se escoge. Pero lamentablemente, los que creen que la
homosexualidad se escoge tienen tanta evidencia científica para su
postulado como los que creen que se debe a factores biológicos. En
primer lugar, los que aseveran un origen biológico no han producido
ninguna evidencia que exista un gen homosexual. En cambio, los
oponentes del origen biológico tienen que darse cuenta de que la falta
de evidencia no significa que sea inexistente. El científico tal vez
responda, ―Todavía no hemos encontrado el gen homosexual, pero con
tiempo lo encontraremos. Sólo porque no lo hemos localizado no
significa que no exista‖. ¿Cómo debería responder el cristiano frente a
estos desafíos?
La verdad es que ya hemos perdido el argumento. La agenda
homosexual ya ha ganado. No quiero ser pesimista, pero el lector sólo
tiene que echar una mirada a las leyes cambiantes de su propio país.
Aunque por un tiempo en muchos de nuestros países, hemos logrado
detener el avance del matrimonio gay, no es porque ganamos el
argumento cultural. En la mayoría de nuestros países, es una mera
cuestión de tiempo. Las defensas antiguas están débiles y podridas y a
punto de desmoronarse. ¿Por qué?
Estamos en esta situación porque hace mucho tiempo, aceptamos
las bases de los argumentos de nuestros adversarios. Ellos nos dijeron
que todo el asunto se determinaba por la cuestión de la genética versus
12
http://www.nacion.com/2010-04-
07/ElPais/NotaPrincipal/ElPais2325859.aspx
la escogencia. Ellos nos dijeron que si algo es natural es moral. Por lo
menos nos dijeron que es imposible declararse sobre la moralidad de
lo natural. Ellos nos dijeron que si alguien no escoge, no puede ser
culpable. Nosotros aceptamos estas presuposiciones (es decir, las
creencias más básicas de cualquier argumento o cosmovisión) y por
ende nos quedamos sin armas ni estrategia para hacerle frente al
enemigo. Ellos ganaron la batalla cuando nosotros aceptamos los
términos de la batalla que ellos mismos estipularon.
Este autor no sabe si hay un gen homosexual o no. No soy
científico. Y si mañana, los científicos pueden mostrar más allá de
toda duda que existe un gen que influencia en la sexualidad, mi fe se
mantendrá firme, no como una fe ciega, sino como una fe sólida,
basada en la Palabra de Jesucristo. Repito. Esta no es una fe ciega. Hay
buenas razones por las que digo que la existencia de un ―gen
homosexual‖ no cambiaría la veracidad de la Biblia en ninguna
manera.
Lo que yace al fondo de los postulados anteriores de nuestros
oponentes culturales es la creencia (presuposición) de que este mundo,
este universo y nuestra naturaleza son normales, es decir, que son
como deben ser. O por lo menos quieren decir que son como deben ser
en este momento del proceso evolutivo. Si la naturaleza actual es
normal, es decir, como debería ser, es por consiguiente buena en el
sentido de que es un componente orgánico del cosmos. Esta es la
presuposición que está al fondo de los términos de argumento de
nuestro oponente. Cuando nosotros aceptamos esta presuposición,
abandonamos nuestras defensas y nos sometimos a nuestros
adversarios. Por eso hemos perdido.
El teólogo holandés, y ex Primer Ministro del los Países Bajos,
comenta sobre lo que él denomina los normalistas:
Los normalistas se niegan a admitir otros datos aparte de los
naturales, no descansan hasta que ellos han encontrado una
interpretación idéntica de todos los fenómenos, y se oponen con el
sumo vigor, en cada vuelta de la línea, a todos los intentos de romper
o impedir las inferencias lógicas de causa y efecto … materialmente
ellos rechazan la idea misma de una creación, y solamente pueden
aceptar una evolución—una evolución sin un punto de partida en el
pasado y eternamente evolucionando en el futuro hasta que se pierde
en el infinito ilimitado. Ninguna especie, ni siquiera la especie del
homo sapiens, se originó como tal, sino que dentro del círculo de los
datos naturales se desarrolló de formas de vida inferiores y
precedentes … No existe el pecado, sino una evolución de una
posición moral inferior a una superior.13
El abandono del Creador y de su Palabra resultó en nuestro
contexto en el abandono de la moralidad bíblica. Todo está en proceso
de cambio. Estamos evolucionando de moral en moral; en una época
creíamos que la homosexualidad era una aberración, pero ahora nos
damos cuenta que es sólo otra forma de expresión sexual. Estamos
evolucionando. Estimado lector, no deje de hacer la pregunta más
obvia. Si lo que forma parte de la naturaleza es normal, no es sólo
normal para los homosexuales, sino para todos. Le guste o no, tener
sexo con otras personas del mismo sexo es completamente aceptable y
normal para un heterosexual también. La pregunta es: ¿Cuándo va a
evolucionar usted?
En cambio, el testimonio de la Biblia es que este mundo, este
universo entero y la naturaleza humana no son normales. Nosotros no
creemos que el mundo va evolucionando de un estado inferior a otro
superior. Más bien, creemos que el mundo, de hecho todo el universo,
fue creado bueno (Gén. 1:4, 10, 12, 18, 21, 25), y después de la
creación del hombre, Dios declaró su creación ―muy bueno‖ (Gén.
1:31). Confesamos lo que enseña el Catecismo menor de Westminster
(CMW), ―Dios creó al hombre, varón y hembra, según su propia
imagen, en conocimiento, justicia y santidad, con dominio sobre las
criaturas‖ (Gén. 1:27–28; Sal. 8; Col. 3:10; Ef. 4:24). El hombre fue
creado a la imagen de Dios, en perfecta justicia y santidad con
conocimiento de su Creador. La creación original fue buena, justa,
santa y perfecta.14 Nosotros no creemos en una ―evolución‖ sino en
una degeneración del estado original de la creación. ¿Qué pasó?
El pecado sometió al hombre a un estado de miseria (Gén. 3:16–
19; Rom. 3:16; 5:12; Ef. 2:1). El mismo CMW dice, ―La
pecaminosidad de aquel estado en que cayó el hombre cosiste en la
13
Abraham Kuyper, Conferencias sobre el calvinismo (San José: Editorial
CLIR, 2010), 163–4.
14
Ver también el Catecismo de Heidelberg, pregunta 6.
CMW Catecismo menor de Westminster
culpa del primer pecado de Adán, la carencia de justicia original y la
corrupción de toda su naturaleza, lo cual es comúnmente llamado
pecado original, junto con todas las transgresiones que proceden de
éste‖.15 Cuando la Biblia habla de la ―corrupción‖ de la naturaleza
humana, no sólo se refiere a la corrupción moral o espiritual del
hombre, sino también a la corrupción de su carne, de su cuerpo. Es
más, el pecado del hombre no sólo sometió al hombre mismo a la
miseria, sino a toda la creación. Pablo dice que ―la creación fue
sujetada a vanidad‖ (Rom. 8:19–21). La victoria de Jesucristo fue
cósmica. En Apocalipsis, Dios declara, ―He aquí yo hago nuevas todas
las cosas‖ (Apoc. 21:5). En esta visión, Juan ve ―un cielo nuevo y una
tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron‖ (Apoc.
21:1). La salvación vino en Cristo a todo el universo. El mundo tal y
como lo conocemos no es normal; no es como debería ser.
Repito que yo no sé si exista un gen que influencie en la
sexualidad. Pero si lo hay, no es una evidencia de la moralidad de la
homosexualidad. ¿Será que el gen o una mutación del mismo hace que
algunos hombres se sientan atraídos sexualmente por los niños? Por la
misma lógica de los normalistas, la pedofilia tiene una posible
justificación biológica. ¿Legalizaremos esta conducta también y
permitir que un niño consienta en tener relaciones sexuales con un
adulto? ¿Qué derecho tienen los normalistas de prohibirlo?
Si existiera un gen que influencia en la sexualidad, no sería una
prueba de la moralidad o rectitud de la homosexualidad, sino de la
corrupción de nuestra naturaleza que también se manifiesta en nuestro
código genético. Este universo no es normal, sino caído. ¿Por qué
creían los cristianos que la caída sólo afectaba el alma? Somos seres
caídos cuerpo y alma y el pecado se manifiesta en los dos. ¡Qué raza
más lastimosa!
La iglesia a una voz debe proclamar las buenas nuevas de
Jesucristo. El homosexual no necesita en primer lugar terapia, como
dicen algunos. Necesita lo que todos necesitamos: un nuevo corazón.
Necesitamos la nueva creación. La Biblia concluye con gran
esperanza: En el nuevo cielo y la nueva tierra, ―no habrá más
15
CMW, p.18. También el CH, p. 7. Para un respaldo bíblico, véase Gén. 6:5;
Sal. 51:5; 53:1–3; Mat. 15:19; Jn. 3:6; Rom. 3:10–18, 23; 5:12, 19; 8:7–8; Col.
3:10; Gal. 5:19–21; Ef. 2:3; 4:24; Sant. 1:14–15.
maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus
siervos le servirán y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes‖
(Apoc. 22:3–4). No hay más maldición porque el Cordero que está en
su trono fue maldito por Dios en la cruz. Él llevó nuestra maldición y a
partir de su resurrección, la maldición que resultó del primer pecado,
que está sobre toda la creación, comenzó a trabajar hacia atrás. El
homosexual no tendrá esperanza entregándose a su propia sexualidad,
sea cual sea la razón para ella. El Evangelio es la única esperanza.
Tiene que escuchar las palabras de Pablo, ―Pero lejos esté de mí
gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el
mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús
ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva
creación‖ (Gál. 6:14–15). Pablo dice en Romanos 6:4, ―Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva‖. Si usted se siente cargado
por el peso de su naturaleza, Jesús ya le ha dicho: ―No te maravilles de
que te dije: Os es necesario nacer de nuevo‖ (Jn. 3:7).
Puede ser que si usted lucha contra la homosexualidad, siempre
tenga esta lucha. Pero por eso Jesús nos dijo: ―Si alguno quiere venir
en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que
pierda su vida por causa de mí, éste la salvará‖ (Lucas 9:23–24). Tome
la cruz y siga a Jesús.
Aunque luche toda la vida, no siempre será así. La palabra final
nos la da Pablo:
Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en
corrupción, resucitará en incorrupción. Se siembra en deshonra,
resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. Se
siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual … Así también
está escrito: fue hecho el primer Adán alma viviente; el postrer
Adán, espíritu vivificante … porque es necesario que esto corruptible
se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y
cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto
mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la
palabra que está escrita: sorbida es la muerte en victoria. (1 Cor.
15:42–45, 53–54).
 En la resurrección, su naturaleza será cambiada y la esperanza de
la liberación final y total del pecado y de la corrupción se cumplirá.
Entretanto, somos consolados con las palabras del apóstol Juan,
―Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo
que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos
semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que
tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro‖
(1 Juan 3:1–3).
Este es el lado práctico del Evangelio. Nosotros como cristianos sí
tenemos una respuesta al mundo y no tenemos por qué avergonzarnos
frente a estos desafíos. Dios nos ha dado en su Palabra, todas ―las
cosas que pertenecen a la vida y a la piedad … por su divino poder,
mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y
excelencia‖ (2 Pet. 1:3–4).
UNA NOTA FINAL
ES POSIBLE QUE ESTEMOS EN MEDIO DE LA REBELIÓN FINAL del mundo
contra Dios y contra su iglesia y que no haya esperanza de que el
mundo se recupere de estas tinieblas. En ese caso, la Iglesia no se
desespera, porque Cristo vendrá al fin a juzgar a los vivos y a los
muertes y a glorificar a su iglesia consigo. Pero si su venida todavía
está lejos, entonces tenemos que orar y predicar el Evangelio a fin de
que Dios reviva su obra en nuestros días y en los días de nuestros hijos
y nietos y bisnietos. Que Dios nos sea propicio como para concedernos
el amanecer de un nuevo día de avivamiento y reformación. Si lo que
estamos viendo no es el comienzo del fin, entonces la Palabra de Dios
triunfará al fin y desterrará a la noche oscura del paganismo.
Restaurará a los hombres a su Dios en Cristo y nos traerá la libertad y
la prosperidad de la religión verdadera. En aquel día victorioso, la
lámpara de este mundo será el Cordero de Dios y las naciones andarán
a la luz de ella (Apoc. 21:24).
En esta esperanza trabajamos y entonamos en fe:
Al sagrado nombre de nuestro Adalid,
Tiembla el enemigo y huye de la lid.
Nuestra es la victoria, dad a Dios loor;
Y óigalo el averno lleno de pavor.
Tronos y coronas pueden perecer;
De Jesús la Iglesia, siempre ha de ser;
Nada en contra suya prevalecerá,
Porque la promesa nunca faltará.
GUÍA DE ESTUDIO
EL PROPÓSITO DE ESTA GUÍA ES LA APLICACIÓN. MUCHOS cristianos
entienden los conceptos, hasta a algunos les encantan filosofar, pero en
la práctica, son tan paganos como sus vecinos. Esta guía no es una
serie de preguntas de comprensión de lectura, sino una serie de
preguntas y actividades que intentan fomentar el pensamiento y
reflexión críticos, a fin de que el lector aplique estos principios a su
vida. Por eso, es recomendable que el lector deje este capítulo para
último, hasta que haya interiorizado los conceptos de los capítulos
anteriores. Estas preguntas y actividades no van por capítulo, sino por
temas cotidianas, a fin de ver que la cosmovisión abarca la totalidad de
nuestra vida. Es probable que este libro no le haya provisto al lector
con todo lo que necesita para contestar todas las preguntas. No
obstante, es mi deseo que las siguientes preguntas te piquen el interés
suficientemente como para que sigas estudiando, leyendo y
desarrollando la cosmovisión bíblica en sus diferentes manifestaciones
culturales y humanas. No todas estas preguntas son nuevas, pero son
muy importantes. Después de la guía, he incluido una pequeña lista de
recursos que el lector puede consultar para profundizar su concepto de
la cosmovisión.
LA FAMILIA
1. ¿Qué es una familia?
2. Piensa en los roles de género. ¿De dónde se derivan? ¿Cuáles
aspectos de estos roles son culturalmente dependientes y cuáles
aspectos son parte de nuestra naturaleza humana creada?
3. ¿Son importantes los roles de género? ¿Qué es lo que estos roles
manifiestan? ¿Qué nos enseñan de Dios?
4. ¿Qué papel juegan los roles de género en la caída de la primera
pareja y cómo se ven afectados por ella?
5. ¿Qué es el matrimonio?
6. ¿Por qué creó Dios el matrimonio para ser entre un hombre y una
mujer?
7. ¿Cómo intenta el unismo deshacer el matrimonio? Explica por qué
tiene que hacer esto.
8. ¿Qué importancia tienen los niños en una cosmovisión cristiana?
Piensa en tus propias actitudes hacia el tener niños. ¿Son bíblicas?
LAS FINANZAS
1. ¿Cómo influye el dosismo en mis finanzas? En otras palabras,
¿Cómo influye una cosmovisión dosista en el uso de los recursos
que tengo, sean finanzas u otros bienes?
2. ¿Debe un cristiano endeudarse? ¿Bajo cuáles circunstancias sería
apropiado o inapropiado endeudarse?
LA MAYORDOMÍA
1. ¿Qué significa ser un mayordomo? ¿Cuáles son las diferencias
entre un mayordomo y un dueño?
2. Explica cómo podemos ser mayordomos de la Verdad.
3. ¿A qué se parece la mayordomía de nuestras diversas relaciones
personales? ¿Cómo se relaciona con nuestra mayordomía del
tiempo?
4. Explica cómo somos mayordomos de nuestro dones.
EL MEDIOAMBIENTE
1. ¿Cuál será nuestra responsabilidad hacia el planeta?
2. ¿Por qué tenemos una responsabilidad hacia este mundo? Los
lobos no se preocupan por el uso de los hidrocarburos o la
contaminación del medioambiente. ¿Por qué deberíamos nosotros
como seres humanos?
3. ¿Cuál será la diferencia entre un medioambientalista unista y un
medioambientalista dosista? ¿Cuáles prioridades tiene cada uno?
4. ¿Es correcto hablar de ―salvar‖ el planeta?
5. ¿Hasta dónde es responsable el ser humano por los problemas
ecológicos? ¿Cómo responde a esta pregunta un dosista?
6. ¿Cuáles son las presuposiciones que sostienen la idea de que la
tierra es nuestra madre? ¿Tiene la tierra ―derechos‖? ¿Queda la
tierra por encima del hombre? ¿Cómo responde a estas preguntas
el dosismo?
 7. ¿Tiene el gobierno el derecho de hacer una ley que prohíbe que los
padres castigar físicamente a sus hijos?
7. Piense en el carácter religioso del medioambientalismo moderno:
1) sus dogmas absolutos; 2) su concepto de ―pecado‖ y
―redención‖; 3) su ―expiación‖; 4) su escatología, es decir, ¿A 8. ¿Debe o puede un cristiano involucrarse en la política?
dónde vamos?; 4) su ―Escritura‖; 5) su culto y el servicio en la
vida cotidiana.
9. ¿Hasta dónde se extiende la autoridad del estado? ¿Qué es lo que
debería limitar esta autoridad?

LA POLÍTICA
10. ¿Cómo se relaciona la autoridad del estado con la de la familia?
1. La ONU quiere establecer una corte climática para obligar a las ¿con la escuela?
naciones a pagar su ―deuda climática‖. Esto se dice supuestamente
con base en la idea de que el planeta tiene derechos. ¿Qué
pensamos de este uso de poder? ¿Tiene la ONU autoridad legítima 11. ¿Qué diferencia hay entre la democracia y el republicanismo? ¿De
de formar una corte para la recolección de ―deudas climáticas‖. qué manera apoya la Biblia al republicanismo y por qué?

2. ¿Cuáles serán las presuposiciones unistas de un gobierno global?

LA IGLESIA

3. ¿Cuáles son las condiciones necesarias para una democracia 1. Visita tres diferentes cultos cristianos de diferentes
exitosa que proteja los derechos legítimos de los ciudadanos y denominaciones y evalúa sus prácticas a la luz de los principios
provea la mayor libertad a todos? ¿De qué manera nos establece un dosistas. Evalúa el mensaje de la predicación, los cantos, y los
gobierno justo una cosmovisión dosista? otros ritos que hacen.

4. ¿Qué es lo que prohíbe que los políticos se conviertan en tiranos o

LA EDUCACIÓN
dictadores?
1. ¿Quién es el responsable por la educación de los niños? Algunos
dicen que es el estado. Otros dicen que son los padres. ¿Qué opinas
5. Evalúa los programas de seguridad social y la medicina social a la
tú? ¿El estado? ¿La familia? ¿Ambos?
luz de una cosmovisión dosista.

2. ¿Qué tiene que ver la Biblia con las diferentes materias que se dan
6. Hoy se habla mucho de los derechos del niño. ¿Cuáles son los
en la escuela? ¿Cómo debe un profesor de matemáticas dejar que
derechos legítimos que la Biblia le brinda a todo niño? Evalúa el
la Biblia influya en su tema, ya que la Biblia no es un libro de
concepto moderno de los derechos del niño a la luz de una
matemáticas?
cosmovisión dosista.
3. ¿Es la educación un derecho o un privilegio?
4. ¿Cuáles son los factores culturales o sociales que ayudan o
perjudican a la educación? ¿Cómo se logran estas condiciones?
5. ¿Cuál debe ser nuestro concepto del niño?
6. ¿Son necesarias las instituciones educativas cristianas o son
suficientes las públicas?
7. ¿Cuál debe ser la relación entre la iglesia y la escuela? ¿entre la
familia y la escuela?
8. ¿Cuál es el propósito de la educación en general?
9. ¿Cuál es la importancia de la lectura? ¿Qué dirá una cosmovisión
dosista-bíblica del lugar de la lectura en la vida humana?
LA TECNOLOGÍA
1. ¿Cómo vemos el desarrollo y el propósito de la tecnología desde
Génesis 4? ¿Qué nos dice sobre la relación del ser humano con la
tecnología?
2. ¿Cuál ha sido la influencia de las redes sociales en nuestra
sociedad: nuestras amistades, nuestra forma de expresarnos,
nuestras actividades, etc? ¿Son saludables estos cambios? ¿Tiene
una cosmovisión dosista algo que decir sobre esta tecnología?
3. La tecnología sigue cambiando. ¿Nos ha hecho más libre como una
raza o ha introducido en nuestras vidas una nueva forma de
esclavitud? Según una visión dosista, ¿cómo debemos manejar los
cambios de la tecnología para la mayor libertad de los usuarios?
4. ¿Son todas las tecnologías buenas? Explica.
5. Con la tecnología moderna cambiante, ¿cómo ha afectado nuestro
concepto de lo viejo? ¿Qué concepto tiene el dosismo del pasado?
6. ¿Debemos ponerle límites al progreso o al desarrollo?
7. ¿Cómo han influido las computadoras en la lectura de los libros?
8. ¿Confiamos demasiado en las tecnologías que tenemos? ¿Son
nuestras vidas demasiado dependientes de las nuevas tecnologías?
9. ¿Que revela la tecnología acerca de la naturaleza del hombre, tanto
sus virtudes como sus defectos?
LA ROPA / LA MODA
1. ¿Cómo evaluamos la moda desde una perspectiva dosista? ¿Cuáles
serán los criterios para juzgar una moda nueva?
2. La cantante famosa Lady Gaga apareció en un evento una vez
vestida de un vestido de gala hecho de carne. ¿Qué dice la moda de
la cosmovisión?
3. ¿Por qué nos ponemos ropa? ¿De dónde viene la ropa?
4. ¿Qué revela nuestra ropa de la naturaleza humana?
5. ¿Qué es lo que revela nuestra ropa en cuanto a nuestras actitudes?
6. ¿Habrá ropa en el cielo nuevo y la tierra nueva? ¿En qué sentido
afecta la redención en Cristo nuestra forma de vestir y nuestro
concepto de la ropa?
BIBLIOGRAFÍA
Agustín de Hipona, La ciudad de Dios, México: Porrúa, 1966.
Baarendse, Steve. ―Cuando la belleza es peligrosa: avatar y la
seducción del neopaganismo global.‖ Reforma Siglo 21 13, no. 1
(abril 2011): 78–91.
Calvino. Juan. Institución de la religión cristiana, vol. 1. Barcelona:
FEL iRé, 1994, 3–157.
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