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El resumen describe la historia de un siervo indio que es maltratado por su patrón en una hacienda peruana a principios del siglo XX. Una tarde, el siervo le cuenta a su patrón un sueño en el que ambos mueren y son juzgados por San Francisco, quien ordena que el patrón sea cubierto de miel mientras que al siervo lo cubren de excremento.
Descripción original:
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Título original
Un Siervo Indio Se Dirige a La Casa Hacienda Para Cumplir Su Turno de Pongo o Sirviente
El resumen describe la historia de un siervo indio que es maltratado por su patrón en una hacienda peruana a principios del siglo XX. Una tarde, el siervo le cuenta a su patrón un sueño en el que ambos mueren y son juzgados por San Francisco, quien ordena que el patrón sea cubierto de miel mientras que al siervo lo cubren de excremento.
El resumen describe la historia de un siervo indio que es maltratado por su patrón en una hacienda peruana a principios del siglo XX. Una tarde, el siervo le cuenta a su patrón un sueño en el que ambos mueren y son juzgados por San Francisco, quien ordena que el patrón sea cubierto de miel mientras que al siervo lo cubren de excremento.
Un siervo indio se dirige a la casa hacienda para cumplir su turno de que has traído: todo el cuerpo, de cualquier manera,
ra, cúbrelo como
pongo o sirviente, según la usanza feudal en las haciendas de la puedas, ¡Rápido!" Entonces, el ángel viejo, sacando el excremento sierra peruana de la época (principios del siglo XX). Era un de la lata, lo embadurnó en todo el cuerpo del pongo, de manera hombrecito de cuerpo esmirriado y con ropas viejas. Solo con verle, tosca.Hasta allí parecía que esa era la justa retribución de ambos y el patrón se burló de su aspecto y de inmediato le ordenó hacer la así creyó entender el hacendado, que escuchaba atento tal relato. limpieza. El pongo se portaba muy servicial; no hablaba con nadie; Sin embargo, el pongo advirtió rápidamente que allí no terminaba la trabajaba callado y comía solo.El patrón tomó la costumbre de historia, sino que San Francisco, luego de mirar fijamente a ambos, maltratarlo y fastidiarlo delante de toda la servidumbre, cuando esta ordenó que se lamieran el uno al otro, en forma lenta y por mucho se reunía de noche en el corredor de la hacienda para rezar el Ave tiempo. El viejo ángel rejuveneció y quedó vigilando para que la María. El patrón obligaba al pongo a que imitara a un perro o a una voluntad de San Francisco se cumpliera. vizcacha; el pongo hacía todo lo que le ordenaba, lo que provocaba la risa del patrón, quien luego lo pateaba y lo revolcaba en el suelo. Incluso los demás siervos no podían contener la risa al ver tal espectáculo.Y así pasaron varios días, hasta que una tarde, a la hora del rezo habitual, cuando el corredor estaba repleto de la gente de la hacienda, el pongo le dijo a su patrón: "Gran señor, dame tu licencia; padrecito mío, quiero hablarte". El patrón, asombrado de que el hombrecito se atreviera a dirigirle la palabra, le dio permiso, curioso por saber qué cosas diría. Entonces el pongo empezó a contarle al patrón lo que había soñado la noche anterior: ambos habían muerto y se encontraron desnudos ante los ojos de San Francisco, quien examinó los corazones de los dos. Luego, el santo ordenó que viniera un ángel mayor acompañado de otro menor que trajera una copa de oro llena de miel. El ángel mayor, levantando la copa, derramó la miel en el cuerpo del hacendado y lo enlució con ella desde la cabeza hasta los pies. Cuando le tocó su turno al pongo, San Francisco ordenó a un ángel viejo: "Oye viejo. Embadurna el cuerpo de este hombrecito con el excremento que hay en esa lata