EJERCICIO: LA UNIÓN DE LOS OPUESTOS

EJERCICIO: LA UNIÓN DE LOS OPUESTOS

Este ejercicio ayuda al paciente a tomar conciencia del lugar que ocupa en función de sus relaciones: padre,
madre, pareja, hijos, salud, vida, muerte... ayudándole a revisar y sentir profundamente la separación que genera
el problema y ofrecerle una imagen interna de unidad, serenidad y amor. Cuando hay dolor hay separación. Esta
separación podemos sentirla internamente y colocarla dentro del espacio y observar de manera consciente
los procesos que se van viviendo según nos acercamos a la unidad.

INSTRUCCIONES

El paciente se coloca sentado, con la espalda recta y las manos apoyadas en las piernas. Se le pide que
cierre los ojos y respire inhalando y exhalando por la nariz de manera natural tomando conciencia de esa
respiración.

Tras dejar al paciente unos instantes en el proceso de respiración y con los ojos cerrados el terapeuta
comienza a preguntar:

¿Qué lado tiene mayor fuerza: el derecho o el izquierdo?

¿Qué tiene mayor fuerza: arriba o abajo?

¿Qué tiene mayor fuerza: la relación con mamá o la relación con papá?

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Si se tienen hijos de distintos sexos, ¿con cuál de ellos es más fuerte la relación: con el hijo o con la hija?

¿Puedes percibir la separación?

Ahora, a través de la meditación, vamos a transitar un camino en el que podamos unir ambas partes.

La pregunta es:

¿Cómo se lleva a ambos a una unidad?

Si lo logramos en los distintos ámbitos, obtendremos la unidad entre hombre y mujer en nosotros y en
nuestras relaciones.

Derecho e izquierdo

Cerramos los ojos. Dirigimos nuestra atención al brazo derecho, luego al brazo izquierdo.
Abramos los brazos y giremos las palmas hacia arriba. Luego coloquémoslas sobre los muslos. Mantengámonos
relajados. Ahora, primero siente una mano y después la otra.

¿Cuál es más fuerte?

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¿Cuál es más débil?

Sin mirar a una ni a otra, dirige la mirada hacia delante, hasta que ambas manos se unan. Esto significa que
una mano se hace más y la otra también. Esperamos hasta ya no pensar ni en la una ni en la otra: derecho e
izquierdo se hicieron uno –infinitamente uno.

*Con este ejercicio se desarrolla un proceso en el que los contrarios se anulan. Juntos se convierten en una unidad.

Arriba y abajo

Hagamos ahora lo mismo con arriba y abajo. Miremos primero hacia arriba y luego hacia abajo. ¿Dónde
transcurre la línea divisoria en nuestro cuerpo? También aquí esperamos, hasta que ambas partes lleguen a
ser una. Cuando la unidad se logra, sentimos la diferencia en nosotros.

Padre y madre

Hagamos ahora lo mismo con padre y madre. En nosotros sentimos de inmediato el lugar del padre y
el lugar de la madre. ¿Cuál de ellos se encuentra desatendido y en el trasfondo? Nos mantenemos en un
movimiento interior hasta que ambos surjan en nosotros, se unan, se hagan iguales y uno a la vez.

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La relación de pareja

Ahora traslademos este movimiento a nuestra relación de pareja.

¿Quién o qué se halla en primer plano?

¿Quién o qué se halla más bien en el trasfondo?

¿Algo se encuentra más a la derecha, más a la izquierda?

¿Quién o qué se encuentra más arriba o abajo?

Ahora permitamos que se junten, ambos o ambas indiferentemente. Sentimos el efecto cuando ambos
se unen en un amor abarcador.

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OBSERVACIONES

Estas reflexiones pueden ser aplicadas también a otros contrastes:

Salud y enfermedad

Si queremos deshacernos de una enfermedad, nos comportamos de una manera masculina. Si asentimos
a ella, nuestro comportamiento es femenino. Si ambos contrastes pueden confluir, salud y enfermedad tienen
un efecto conjunto y se convierten en una unidad.

Vida y muerte

La vida es aquí masculina, la muerte femenina. ¿Qué sucede con nosotros si en nuestro sentimiento ambas
pueden llegar a ser una unidad? Nuestra vida se serena y se completa. La vivimos cara a cara con la muerte.
Entonces la muerte también se completa a su tiempo.

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Antes y después

Desde el sentimiento, lo pasado en el tiempo es femenino. En todo sentido, está concluido. Lo próximo
es masculino. Si nos dirigimos al después actuamos de manera masculina. Si lo anterior nos cautiva, esperamos,
sin actuar. Ambas partes son necesarias y por sí solas son estériles. ¿Cómo se hacen uno? En el instante, ahora.

RESUMEN Y RECOMENDACIONES

Es conveniente dejar al paciente sentirse y respirar la imagen interna que se produce cuando logra llegar
a la unidad de esas partes en principio separadas. Esta imagen de unidad puede ser evocada por el paciente
si en algún momento le viene la confusión o el malestar. Puede ocurrir que durante el proceso el paciente no
pueda unir esas partes y encuentre resistencias al no poder dar ese paso. En este caso el terapeuta preguntará
al paciente sobre su sentir y que le impide dar ese paso. La toma de conciencia de la propia resistencia ayuda
a poder afrontar con mayor claridad la solución que puede resolverse en la misma sesión o ir tratándola en
sucesivas sesiones.

DURACIÓN

La duración está en función de la complejidad de la situación a trabajar. El tiempo medio estimado es

de unos 25 minutos.

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